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Contenidos
• I. ANTECEDENTES
• C. INTERVENCIONES
• II. CONSIDERACIONES
• Caso concreto
• III. DECISIÓN
– RESUELVE
I. ANTECEDENTES
1. El 4 de diciembre de 2017, los ciudadanos G.C.F.M. y J.D.T.H. presentaron
demanda de acció n pú blica de inconstitucionalidad en contra de la expresió n
“con la cual existe sociedad conyugal vigente”, contenida en el inciso final del
literal b) del artículo 13 de la Ley 797 de 2003, “Por la cual se reforman algunas
disposiciones del sistema general de pensiones previsto en la Ley 100 de 1993
y se adoptan disposiciones sobre los Regímenes Pensionales exceptuados y
especiales.”
2. Mediante auto del 16 de enero de 2018, el magistrado ponente inadmitió la
demanda y ordenó al accionante su correcció n[1].
3. El 23 de enero de 2018, dentro del término legal, los demandantes aportaron
elementos que generaron una duda inicial sobre la constitucionalidad del
aparte normativo acusado[2], con lo cual subsanaron la demanda.
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C. INTERVENCIONES
1. Durante el trá mite del presente asunto se recibieron oportunamente nueve
escritos de intervenció n[8], por medio de los cuales se solicitó a la Corte que se
pronuncie en distintos sentidos, a saber: (i) declare la exequibilidad de la
disposició n acusada; (ii) decida estarse a lo resuelto en la sentencia C-336 de
2014 o, de manera subsidiaria, declare la exequibilidad; (iii) emita un fallo
inhibitorio respecto de la norma demandada o que, subsidiariamente, la declare
exequible; y (iv) declare su inexequibilidad.
2. Solicitud de fallo inhibitorio. Un interviniente le solicitó a la Corte inhibirse de
pronunciarse respecto del cargo planteado. Ello, bajo el argumento que los
demandantes interpretaron de manera errada el contenido de la disposició n
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II. CONSIDERACIONES
A. COMPETENCIA
1. De conformidad con lo dispuesto en el artículo 241, numeral 4 de la
Constitució n, la Corte es competente para conocer y decidir
definitivamente sobre la demanda de inconstitucionalidad de la
referencia.
B. CUESTIONES PREVIAS
1. A partir de los argumentos expuestos por los demandantes y los
intervinientes, y antes de emitir un pronunciamiento de fondo respecto
del cargo planteado, la Sala Plena considera que es necesario analizar
dos cuestiones preliminares: (i) la posible configuració n de la cosa
juzgada constitucional; y en caso de no existir dicha cosa juzgada (ii) la
aptitud sustancial de la demanda.
La cosa juzgada constitucional. Reiteració n de jurisprudencia
2. La Constitució n Política establece que la cosa juzgada constitucional, “es
una institució n jurídico procesal que tiene su fundamento en el artículo
243 de la Constitució n Política (…) mediante la cual se otorga a las
decisiones plasmadas en una sentencia de constitucionalidad, el cará cter
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Caso concreto
Inexistencia de la cosa juzgada constitucional
1. C. argumentó en su intervenció n que existía cosa juzgada constitucional, por lo
que la Corte debía estarse a lo resuelto en la sentencia C-336 de 2014. Por su
parte, los demandantes señ alaron que la sentencia referida ú nicamente surte
efectos de cosa juzgada relativa, razó n por la que es procedente analizar la
constitucionalidad de la norma acusada por el cargo planteado en la demanda.
2. En el caso bajo estudio, los demandantes censuran la constitucionalidad de la
expresió n “con la cual existe la sociedad conyugal vigente”, contenida en el
inciso final del literal b) del artículo 13 de la Ley 797 de 2003, que modificó los
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39. La norma precitada establece los requisitos que deben cumplir el có nyuge y la
compañ era o compañ ero permanente para acceder a la pensió n de
sobrevivientes, cuando no existe convivencia simultá nea con el causante
(afiliado o pensionado). Para evaluar su constitucionalidad se tendrá en cuenta
la metodología de aná lisis expuesta en la secció n II.D anterior, con el propó sito
de determinar si en el presente caso existe efectivamente un desconocimiento
del derecho a la igualdad consagrado en el artículo 13 constitucional. Así, debe
la Corte analizar primero si los grupos indicados en la acció n de
inconstitucionalidad son en efecto asimilables (ver supra, numeral 50). Este es
un presupuesto indispensable pues, de no haber comparació n posible, pierde
relevancia la solicitud de tratamiento igual.
Los có nyuges separados de hecho con y sin sociedad conyugal vigente está n en
situaciones diferentes, por lo cual, no son sujetos de tratamiento igual
40. La vigencia de la unió n conyugal o matrimonio -efectos personales- es el
criterio de comparació n que los demandantes invocan para intentar demostrar
que en el supuesto de convivencia no simultá nea los có nyuges con y sin
sociedad conyugal vigente son equiparables. Bajo el entendido que las
obligaciones de orden personal son el factor determinante para el
reconocimiento de la pensió n de sobrevivientes, y no la vigencia de la sociedad
conyugal, sostienen que no hay razó n para que la disposició n acusada conceda
esta prestació n exclusivamente a los esposos separados de hecho, que
mantuvieron vigente la unió n conyugal y la sociedad conyugal, y en efecto
excluya a los que estando en esas mismas circunstancias, de manera voluntaria,
disolvieron la comunidad de bienes. A juicio de los accionantes, el legislador
confunde en el inciso acusado las figuras de unió n conyugal y sociedad
conyugal.
41. Advierte la Sala que tal planteamiento no supera la etapa preliminar del juicio
de igualdad, que requiere determinar el criterio de comparació n a fin de
identificar si los supuestos de hecho son susceptibles de compararse y si se
comparan sujetos de la misma naturaleza. A esta conclusió n arriba la Sala con
fundamento en las razones que se exponen a continuació n.
42. En primer lugar, señ ala la Corte que estos dos grupos de sujetos está n en un
diferente plano jurídico y fá ctico. Por un lado, el có nyuge separado de hecho
con sociedad conyugal vigente mantiene en su totalidad los efectos de orden
patrimonial. Si bien existe una ruptura de la cohabitació n o convivencia y apoyo
mutuo -a pesar de haber existido por lo menos 5 añ os-, los có nyuges no han
expresado su deseo de dar por terminada su sociedad conyugal, al punto que
preservan el vínculo econó mico y los derechos que de este se derivan. Por otro
lado, en el caso del có nyuge separado de hecho con sociedad conyugal disuelta,
por decisió n libre de los có nyuges se extinguen los efectos patrimoniales del
vínculo matrimonial, aunado a la separació n de hecho, por lo que, no existen en
este caso vínculos afectivos o econó micos que permitan inferir su calidad de
beneficiario[57].
43. En segundo lugar, los grupos cuya comparació n se propone no pueden ser
considerados equiparables en el supuesto previsto en la disposició n acusada –
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III. DECISIÓN
La Corte Constitucional de la Repú blica de Colombia, administrando justicia en
nombre del pueblo y por mandato de la Constitució n,
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RESUELVE
Declarar la EXEQUIBILIDAD de la expresió n “con la cual existe la sociedad conyugal
vigente”, contenida en el inciso final del literal b) del artículo 13 de la Ley 797 de
2003, que modificó los artículos 47 y 74 de la Ley 100 de 1993, por el cargo
analizado en la presente decisió n.
N., comuníquese y cú mplase.
GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO
Presidenta
CARLOS BERNAL PULIDO
Magistrado
DIANA FAJARDO RIVERA
Magistrada
Con aclaració n de voto
LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉ REZ
Magistrado
ALEJANDRO LINARES CANTILLO
Magistrado
ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO
Magistrado
JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS
Magistrado
CRISTINA PARDO SCHLESINGER
Magistrada
Ccon salvamento de voto
Ausente con excusa
ALBERTO ROJAS RÍOS
Magistrado
MARTHA VICTORIA SÁ CHICA MÉ NDEZ
Secretaria General
[1] Ver cuaderno principal, folios 22-26.
[2] Ver cuaderno principal, folios 28-36.
[3] Ver cuaderno principal, folios 94-95.
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[33] Ver al respecto el precursor artículo de Tussman & tenBroek, “The Equal
Protection ot the Laws”, 37 Calif.L.Rev. 341 (1949), citado por la sentencia C-741 de
2003.
[34] Corte Constitucional, sentencia C-093 de 2001.
[35] En este sentido, la Corte ha señ alado que el juicio de proporcionalidad no puede
ser aplicado con la misma intensidad en todos los casos. De no proceder así (es
decir, si siempre se aplicara la misma intensidad en el aná lisis de proporcionalidad),
las competencias de los diferentes ó rganos del Estado, al igual que las posibilidades
de actuació n de los particulares en ejercicio de la libre iniciativa privada, podrían
resultar anuladas o afectadas gravemente. Lo anterior se debe a que, en ú ltimas, en
este paso lo que se analiza es si la diferenciació n prevista por la medida analizada es
o no proporcional. Corte Constitucional, sentencias C-093 de 2011, C-673 de 2011 y
C-104 de 2016.
[36] Corte Constitucional, sentencias C-114 y C-115, ambas de 2017.
[37] Este juicio maximiza la separació n de poderes y el principio democrá tico,
representando el á mbito de intervenció n menos intenso del juez constitucional en
asuntos de competencia del legislador. Inicialmente, se aplica a eventos en los que la
medida estudiada desarrolla una competencia específica definida en cabeza de un
ó rgano constitucional; la medida estudiada aborda cuestiones econó micas,
tributarias o de política internacional; o del aná lisis de dicha medida no se advierte,
prima facie, que la diferenciació n que ella establece afecte de forma grave el goce de
un derecho fundamental. El juicio leve de igualdad, que presupone siempre un
examen independiente de la licitud de la medida, tiene como propó sito analizar dos
cuestiones: (i) si determinada distinció n –medida– persigue una finalidad
constitucional legítima o no prohibida por la Constitució n. En caso de ser ello así, se
requiere ademá s establecer si (ii) el medio puede considerarse, al menos prima
facie, como idó neo para alcanzar la finalidad identificada.
[38] Se ha aplicado por la Corte cuando, entre otras, existe un indicio de
arbitrariedad que pueda haber una afectació n a la libre competencia, cuando se
trata de acciones afirmativas como medidas de discriminació n inversa (ver
sentencia C-115 de 2017), cuando la medida puede resultar potencialmente
discriminatoria (ver sentencias C-104 de 2016 y C-534 de 2016), cuando la medida
puede afectar varios derechos fundamentales (ver sentencia C-673 de 2001) o
cuando se pueda afectar el goce de un derecho no fundamental. El juicio intermedio
de igualdad está compuesto también de dos pasos analíticos, orientados a
determinar (i) si la distinció n prevista por la medida analizada se orienta a
conseguir un propó sito constitucionalmente importante; y (ii) si el medio elegido es
efectivamente conducente para el logro de esa finalidad.
[39] se aplica, en principio, cuando la diferenciació n que se estudia utiliza una
categoría sospechosa (como aquellas mencionadas en el artículo 13 de la
Constitució n a modo de prohibiciones); cuando implica la afectació n de los derechos
de personas en condició n de debilidad manifiesta, o pertenecientes a grupos
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Causante
Modalidad de la pensió n
Condiciones
Có nyuge o Compañ ero permanente igual o mayor de 30 añ os de edad
Afiliado o pensionado
Vitalicia
Edad cumplida al momento del fallecimiento y demostració n de vida marital de no
menos de 5 añ os continuos anteriores a la muerte.
Có nyuge o Compañ ero permanente menor de 30 añ os de edad
Afiliado o pensionado
Temporal
-20 añ os-
No haber procreado hijos con el causante.
Có nyuge o Compañ ero permanente menor de 30 añ os de edad
Afiliado o pensionado
Vitalicia
Haber procreado hijos con el causante y demostració n de vida marital durante los 5
añ os anteriores a la muerte.
Compañ ero permanente
Pensionado
Proporcional
Pensionado con compañ ero o compañ era permanente, con sociedad anterior
conyugal no disuelta y derecho a percibir.
Có nyuge y Compañ ero permanente
Afiliado o pensionado
Partes iguales
Convivencia simultá nea durante los 5 añ os anteriores a la muerte.
Có nyuge con separació n de hecho y Compañ ero permanente
Afiliado o pensionado
Partes iguales
Inexistencia de convivencia simultá nea, acreditació n por parte del có nyuge de la
separació n de hecho, compañ ero permanente con convivencia durante los 5 añ os
anteriores a la muerte
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[59] En la sentencia C-1035 de 2008, la Corte explicó que los principios que definen
la pensió n de sobrevivientes y sustitució n pensional, segú n corresponda, son: “(i)
Principio de estabilidad econó mica y social para los allegados del causante, cuyo
objeto es que a través de la sustitució n pensional se mantengan, al menos en el
mismo grado de seguridad social y econó mica, a los beneficiarios afectados con la
muerte del pensionado, que de no ser así conduciría a una desprotecció n y a una
posible miseria, de allí la necesidad de establecer los grados de prelació n para
efectos de determinar las personas má s cercanas al causante y que má s dependían
del mismo. (ii) Principio de reciprocidad y solidaridad entre el causante y sus
allegados, el cual busca impedir que con ocasió n de la muerte de uno de los
miembros de la pareja, el otro se vea en la obligació n de soportar las cargas
materiales y espirituales que conlleva el deceso. (iii) Principio material para la
definició n del beneficiario, que consiste en determinar, bajo el criterio material
acogido por el legislador, quien es el beneficiario de la sustitució n pensional, el cual
se obtiene de verificar quien tuvo mayor convivencia efectiva al momento de la
muerte del pensionado”.
[60] La Corte Constitucional, en la sentencia C-081 de 1999, manifestó que no
pueden confundirse los derechos herenciales con el reconocimiento de prestaciones
sociales ocasionadas por la muerte de uno de los miembros de la pareja, ya que se
trata de instituciones jurídicas diferentes. Así, en este caso, tendrá derecho a la
pensió n de sobrevivientes la có nyuge supérstite que cumpla con los requisitos
señ alados en el numeral 61 anterior. Adicionalmente, si bien podría considerarse
que la pensió n como seguridad social no se encuentra regulada en el artículo 1781
del Có digo Civil, no es extrañ o tampoco que dicho Có digo permitiese la celebració n
de contratos de renta vitalicia. En este sentido, el articulo 2287 del mismo Có digo
señ ala que “La constitució n de renta vitalicia es un contrato aleatorio en que una
persona se obliga, a título oneroso, a pagar a otra una renta o pensió n perió dica,
durante la vida de cualquiera de estas dos personas de un tercero”.
[61] Corte Constitucional, sentencia C-278 de 2014.
[62] En esa misma direcció n, en cuanto a los efectos de la disolució n de la sociedad
conyugal, el Consejo de Estado ha señ alado que la separació n de hecho y la
liquidació n su sociedad conyugal, “son causales suficientes para perder aquel
derecho que le otorga la Ley 100 de 1993 en cuanto al reconocimiento de la pensió n
de sobrevivientes se refiere”. Esto, por cuanto, “los haberes del pensionado o del
afiliado dejan de ser parte de la masa patrimonial que alguna vez conformaron”. En
todo caso, aclaró que “[n]o obstante, el có nyuge supérstite si puede tener derecho al
reconocimiento de la mencionada prestació n, si demuestra el apoyo mutuo, la
convivencia efectiva, la comprensió n y la vida en comú n durante los ú ltimos 5 añ os
a la muerte del pensionado o afiliado, o en su defecto, que pruebe que la sociedad
conyugal que conformó producto del matrimonio, no ha perdido los efectos
patrimoniales.” Ver, Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo,
Secció n Segunda, Subsecció n B, en sentencia del 15 de septiembre de 2016,
radicació n 04442-01 (1076-2015).
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[63] Corte Suprema de Justicia, Sala de Casació n Laboral, sentencia del 13 de marzo
de 2012. Radicado 45038.
[64] En este punto, la sentencia de casació n precitada señ aló : “En sede de instancia,
cabe resaltar que […] consta la Escritura Pú blica 5607 de 30 de noviembre de 2001,
en la que M.A.S. y R.A.C.U. disolvieron y liquidaron la sociedad conyugal en el que las
partes incorporaron al referido documento la siguiente clá usula: “se deja constancia
que al momento de morir el [causante] la pensió n en su totalidad quedará de la
[có nyuge supérstite] junto con los demá s derechos derivados de la seguridad social
que por ley le pertenecen”.