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El Difunto y Yo

Análisis de las situaciones y hechos del cuento


El cuento “El Difunto y yo” se enmarca dentro de un conjunto de eventualidades en las cuales
un hombre llamado Andrés Erre sufre la separación metafísica de su “alter ego”, es decir de su
“otro yo”, el cual posee una personalidad distinta a la cotidianidad de la persona original, pues en
este caso dicho “otro yo” se manifiesta como un usurpador del individuo con el cual estaba
aparentado. Por ello, el alter ego ejecuta acciones que perjudican a la víctima de la usurpación,
tales como la adquisición de deudas, el escándalo y tumulto público, la ebriedad o la realización
de documentos a través de la imitación de la firma y letra.
En base a todo ello, podemos inferir que las situaciones que se narran están basadas más que
todo en un ambiente fantástico o irreal, pues los mencionados acontecimientos no están
enmarcados dentro de la lógica y la cotidianeidad.

Nivel de realidad de las acciones acaecidas


Como ya señalamos, las circunstancias que se plantean y desarrollan en el relato no pueden
ocurrir en la vida real, pues están basados en la imaginación del escritor, en inclusive en
problemas psicológicos del protagonista, el cual se puede inferir que interpreta ficticia y
paranoicamente su situación y entorno.
El desdoblamiento de dos personalidades dentro de una misma persona, una honesta y
responsable, y la otra malvada y mal intencionada, son eventos fuera del marco de la realidad,
que sin embargo poseen campo de estudio en la psicología pero dentro de un punto de vista más
alejado de la ciencia ficción.

Motivo del título


El cuento es titulado “El Difunto y yo” y evidentemente tiene relación con el suicidio del
protagonista durante el desenlace del relato. Este título, sin embargo, puede ser interpretado
desde diferentes puntos de vista pues “el difunto” es nombrado en tercera persona, mientras que
en el relato es narrado en primera. Es por ello, que posiblemente el título haga referencia al
suicidado protagonista Andrés Erre y al usurpador de su vida, quien resultó ser su propio “alter
ego”. Por otra parte, aplicando al título el tipo de narrador utilizado en el cuento, se puede inferir
también que el difunto se refiere al usurpador, quien representa al mismo protagonista muerto y
dilapidado, junto con toda su personalidad, su esposa, su vida pública y social, y su forma de ser.

Naturaleza del cuento


El relato lo podemos ubicar dentro de un plano psicológico, pues básicamente el concepto de
“alter ego”, traducido del latín como “otro yo”, representa dentro del estudio de la psicología un
segundo yo que se cree es distinto de la personalidad normal u original de una persona. El
término fue acuñado en el siglo XIX cuando el trastorno de identidad disociativa fue descrito por
primera vez por los psicólogos. Una persona que tiene un álter ego se dice que lleva una doble
vida. Sin embargo, dentro de este cuento corto, el autor lo enmarca con un poco de irrealidad
haciendo que este otro yo, presente en personas con dicho trastorno, se separa físicamente del
individuo, manteniendo sus costumbres y características, pero encaminándolas hacia un fin
perverso.
La presencia y uso de un “alter ego” es frecuente en la literatura, pues permite desarrollar a una
misma persona que posee dos naturalezas distintas y dirigidas en sentidos diferentes, pero que
siempre forman parte del mismo individuo.

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