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DIMENSIONES DE LA ESTRATEGIA.
En primera instancia, las estrategias formales efectivas contienen 3 elementos esenciales 1) las metas (u
objetos) mas importantes que deban alcanzarse, 2) las políticas mas significativas que guiaran o limitaran
la acción y 3) las principales secuencias de acción (o programas) que deberán lograr las metas definidas
dentro del limite establecido. Como la estructura determina la orientación general y la acción central de la
organización , su formulación no puede considerarse tan sólo como la mera generación y alineamiento de
programas para lograr las metas predeterminadas. El desarrollo de metas es parte integral de la
formulación de las estrategias.
Segundo, las estrategias efectivas se desarrollan alrededor de pocos conceptos clave e impulsos, eso les
da cohesión, equilibrio y claridad. Algunos impulsos son temporales; otros son continuos y perseveran
hasta el final de la estrategia. Algunos cuestan mas por unidad de ganancia que otros. No obstante, los
recursos deben ser asignados en partidas que permitan disponer de recursos suficientes para que cada
impulso tenga la posibilidad del éxito, sin importar su relativa relación costo/utilidad.
Tercero, la estrategia no solo comprende lo impredecible, sino también lo desconocido. Para las
estrategias empresariales fundamentales, ningún analista podría predecir, de manera precisa, cómo las
fuerzas que se contraponen actúan entre sí, o como serán distorsionadas o cambiadas por la naturaleza
humana o las emociones, o modificadas por la imaginación y lo determinante de los contraataques de los
contrincantes hábiles. Se ha comprobado que los sistemas de gran escala pueden reaccionar de manera
contraria a la intuición ante acciones aparentemente racionales, o bien, ciertos eventos que parecían
caprichosos pueden articularse para impedir o apoyar los éxitos.
En consecuencia, la esencia de la estrategia, ya sea militar, diplomática, de negocios, deportiva o política,
es construir una posición que sea tan sólida (y potencialmente flexible) en ciertas áreas, que la
organización pueda lograr sus metas a pesar de lo imprevisible del comportamiento, cuando se presenta la
ocasión, de las fuerzas externas.
Cuarto, a semejanza de las organizaciones militares, las empresariales cuentan con múltiples rangos de
grandes estrategias de frente de combate, de áreas, de batallas, de infantería y de artillería, otras
organizaciones por igual compleja deberían también tener varias estrategias jerárquicamente relacionadas
y sustentables entre sí. Cada una de estas estrategias debe ser mas o menos compleja, congruente con el
nivel de descentralización deseado.
Estos son algunos de los elementos fundamentales de la estrategia, bien se trate de realizar negocios,
estructurar un gobierno o hacer la guerra.
5.- Estrategia como perspectiva: Mientras la cuarta definición de la estrategia mira hacia afuera,
buscando ubicar a la organización en un entorno externo y en posiciones concretas, la quinta mira hacia el
interior de la organización, mejor dicho, hacia el interior de las cabezas del estratega colectivo, pero con
una visión mas amplia. Aquí la estrategia es una perspectiva, su contenido implica no solo la selección de
una posición, si no una manera particular de percibir el mundo.
En este sentido la estrategia es para la organización lo que la personalidad es para el individuo.
Esta definición sugiere que la estrategia es un concepto, lo cual tiene una implicación particular, es decir,
que todas las estrategias son abstracciones que existen solo en la mente de las partes interesadas. Es
importante recordar que nadie ha visto o tocado una estrategia; cada estrategia constituye una invención,
un sistema creado por mentes imaginativas, ya sean estrategias concebidas con la intención de regular un
comportamiento determinado antes que tenga lugar, o conceptualizadas como patrones para describir un
comportamiento que haya ocurrido.
El ARTE DE LA IMPRESICION.
La cuarta habilidad de un administrado exitoso consiste en saber como dotar a la organización de un
sentido de dirección sin tener jamás la necesidad de comprometerse públicamente con un conjunto
específico de objetivos.
Conservar la viabilidad.
¿Por qué un buen administrador se cuida de realizar pronunciamientos precisos de los objetivos de su
organización?. La razón primordial es que estima imposible plantear objetivos específicos que conserven
su carácter y relevancia en fechas posteriores. Las condiciones en el contexto de los negocios cambian en
forma rápida y continua, así que la estrategia corporativa ha de ser revisada a fin de dar cuenta de los
cambios. Mientras mas explicito sea el pronunciamiento estratégico, más difícil será el persuadir a la
organización de concentrarse en metas distintas, cuando sus necesidades y condiciones se estén
modificando.
Contraste de imágenes.
Como patrón la estrategia se centra en la acción, y nos recuerda que es un concepto vacío si en él no se
toma en cuenta el comportamiento. La estrategia como patrón también introduce la noción de
convergencia, el logro de la consistencia en el comportamiento de una organización.
La estrategia nos incita, como posición a considerar las organizaciones en su entorno competitivo; cómo
encuentran sus posiciones y cómo las protegen para enfrentar, evitar, o vencer la competencia. Todo esto
permite pensar en las organizaciones en términos ecológicos, es decir como organismos en nichos, que
luchan por sobrevivir en n mundo de hostilidades, incertidumbres y simbiosis.
Por ultimo, la estrategia plantea inquietantes cuestionamientos en relación a las intenciones y el
comportamiento en un contexto colectivo.
La estrategia, en consecuencia, no es tan solo una noción de cómo enfrentar al enemigo o a un grupo de
competidores o, en su defecto un mercado, como en general se describe en la literatura sobre el tema y en
el uso popular del vocablo.
La estrategia nos conduce también a algunos de los aspectos fundamentales sobre las organizaciones
como instrumentos de percepción y acción colectivas.
EL ESTRATEGA cap. 2
Cualquier persona sin importar su posición o rango, y que en la organización controle acciones claves o
establezca precedentes puede ser considerado como un estratega; a su vez, “el estratega” puede ser
también un conjunto de personas. Sin embargo, los administradores, en especial los administradores
generales, son los candidatos obvios para desempeñar dicho papel, debido a que, por lo común, su
perspectiva es más amplia que la de muchos de los integrantes de su equipo, y también porque son
quienes tienen la mayor capacidad para tomar decisiones dentro de la organización. Por tal motivo, en
este capitulo nos concentraremos en el administrador general visto como estratega.
En resumen el administrador general ha de tener 5 habilidades relevantes:
1.- Mantener abiertos múltiples canales de información.
2.- Concentrarse en un número limitado de asuntos importantes
3.- Identificar los corredores de indiferencia corporativa: El mensaje es más bien que toda buena
organización tolerara solo cierta cantidad de actividades dirigidas desde la cima. El administrador hábil es,
por ello, capaz de percibir que tantas han de promover y con que vigor lo hará.
4.- Dar a la organización una noción de dirección con objetivos abiertos.
5.- Vislumbrar relaciones y oportunidades entre el flujo de problemas operativos y decisiones: El buen
administrador improvisa en mayor medida que planifica, el administrador es un planeador y promueve la
planificación entre sus subordinados. Pero resulta interesante el apreciar que a los planeadores
profesionales los irrita un buen administrador general.
ORGANIZACIONES E INSTITUCIONES.
Lo que una organización administrativa tiene de destacable es su sistema formal de reglas y objetivos. En
él las labores, poderes y procedimientos están dispuestos de conformidad con un modelo oficialmente
aprobado. Este modelo establece cómo redesarrollara el trabajo de la organización. Una organización así
diseñada es un instrumento técnico para la movilización de energías humanas a dirigirlas hacia los
objetivos delineados.
La “organización” hace referencia siempre a una herramienta desechable, a un instrumento racional
ideado para realizar un trabajo. Por otra parte, una “institución” es propiamente un producto natural de las
necesidades y presiones sociales, un organismo provisto de capacidad de respuesta, capaz de adaptarse.
La diferencia es cuestión de análisis, no de descripción directa. Ello no significa que cualquier empresa a
de ser o una u otra. Mientras que un caso extremo bien puede ser una organización o una institución
“ideal”, gran parte de las asociaciones existentes no responderían a una clasificación tan simple. Existen
mezclas complicadas de ambos comportamientos: el diseñado y el de respuesta.
En el que tal vez sea su significado más importante “institucionalizar” quiere decir infundir valor más allá
de los requerimientos técnicos de la labor a realizar. La valoración de la maquina social mas allá de su
función técnica es en gran medida un reflejo del modo singular en que satisface necesidades personales o
de grupo.
En resumen las organizaciones son inst4rumentos técnicos diseñados como medio para la realización de
ciertas metas.
LA AUSENCIA DE LIDERAZGO.
Cuando falta el liderazgo institucional se debe no tanto a errores o equivocaciones cometidas, sino, a la
carencia de éste. Se sabe que hay ausencia de liderazgo cuando se experimenta su necesidad. Y así, la
institución va a la deriva, expuesta a presiones errantes y excesivamente influida por destinos a corto
plazo y siempre oportunistas.
Un tipo de ausencia de liderazgo es la incapacidad de designar objetivos. Una vez que la organización se
convierte en un “negocio en marcha”, con muchas fuerzas trabajando en ella para mantenerla activa, las
personas que la dirigen pueden ya eludir la labor de definir sus propósitos. Esta evasión deriva en parte de
la intensa labor intelectual involucrada, una labor que parece a menudo parece incrementar la carga de las
de por sí pesadas operaciones cotidianas. En parte también hay un deseo de evitar conflictos con aquellos
que, dentro o fuera de la organización, resultarían amenazados por una definición precisa de objetivos,
con sus derechos y responsabilidades concomitantes. Incluso las empresas encuentran sencillo el
apoyarse en frases convencionales tales como: “nuestro objetivo es producir ganancias”, frases que muy
poco contribuyen a la formulación de políticas.
Otro tipo de ausencia de liderazgo se da cuando las metas, sin importar que tan bien formuladas estén,
gozan solo de una aceptación superficial y no influyen en realidad sobre la estructura total de la empresa.