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Es común en la actualidad que, como docentes, se nos solicite la diagramación de un proyecto

educativo, en cualquiera de los niveles donde ejercemos. Pero ¿cómo se realiza esta tarea? ¿Qué
contiene un proyecto? ¿Por dónde empiezo a redactarlo?

Este breve artículo extraído de la web de la Revista iberoamericana de educación nos proporciona
algunas pautas para elaborar un proyecto educativo o de intervención social.

Contenido

Tema – Área Temática – Núcleo Problemático

Punto de partida desde dónde inicio la proyección de un proceso educativo que procura lograr un
mejoramiento de la problemática de conocimiento que nos motiva a investigar e intervenir.

Delimitación del Tema – Área Temática – Núcleo

Focalizar el tema para centralizar el análisis en el tema específico y no atomizar el análisis.

Fundamentación

Representa una descripción del/los condicionante/s que ha/n motivado la propuesta de


intervención o el proyecto operativo. Describe el contexto de partida (momento histórico,
situación y características detectables de la comunidad, institución, personal, etc.) en donde se
sitúa el análisis que proveerá la detección de indicadores iniciales y variables que conformarán un
diagnóstico de situación.

Incluye el análisis de enfoques realizados desde otros autores por medio de investigaciones
relacionadas a la problemática, documentos de elaboración bibliográfica, otros proyectos que
abordaron temas similares o vinculados, etc.

Justifica, desde el análisis, el porqué de la/s intervención/es que se proyectan.

Una vez realizada la fundamentación y diagnóstico del proyecto estamos en condiciones de


ejecutar la planificación.

Planificación del proyecto

Es el proceso que determina la dirección hacia adonde ir y los requisitos necesarios para poner en
práctica el proyecto.

Diseño de un Proyecto de Intervención social: (E. Ander Egg, 2000)


Para planificar un proyecto educativo, nos respondemos las siguientes preguntas:

¿QUÉ HACER?: Propuesta.

¿PARA QUÉ? : planteamiento del contexto y del problema.

¿A QUIÉNES?: personas implicadas como destinatarios.

¿CON QUIÉNES?: personas implicadas como responsables.

¿DÓNDE? : lugares y espacios en donde se realizan las actividades.

¿CUÁNDO? : cuadro temporal en el que se realizará.

¿CUÁNTO? : Etapas previstas y cantidad de actividades especificas a llevar a cabo.

¿CÓMO? : técnicas a usar.

¿CON QUÉ? : medios e instrumentos con los que contamos.

EVALUACIÓN: Monitoreo – Evaluación Parcial – Evaluación Final.

Objetivos generales y específicos

Los objetivos de un proyecto son los logros que queremos alcanzar con la ejecución de una acción
planificada.

Los objetivos en un proyecto constituyen el punto central de referencia, son los que conforman su
naturaleza y le dan coherencia al plan de acción. Por ello, es muy importante que los objetivos
sean:

CLAROS: Formulados en un lenguaje comprensible y preciso, fáciles de identificar.

FACTIBLES: Posibles de alcanzar con los recursos disponibles, con la metodología adoptada y
dentro de los plazos previstos.

PERTINENTES: Tienen una relación lógica con el tipo de problema que se pretende solucionar.

Metodología

Proporciona las herramientas y las técnicas mediante las cuales intentaremos transformar la
realidad con el fin de mejorarla. La metodología constituye el eje central de un proyecto. Es
conveniente evaluarla en función de los objetivos y de los beneficiarios del proyecto.

Para el proceso metodológico es conveniente tener en cuenta:


Las actividades a desarrollar en el proyecto. Se especifican las acciones a realizar así como la
planificación de actividades variadas para alcanzar los objetivos del proyecto.

Especificar las técnicas e instrumentos que se van a usar para la obtención posterior de los datos.
Para ello es necesario saber previamente qué datos necesitamos y qué herramientas vamos a
utilizar para obtener los datos (observación simple, participante, sistemática; encuestas,
entrevistas, cuestionarios, escalas de observación, etc.).

Definir el grupo con el que vamos a trabajar. Es decir, a qué personas se dirige el proyecto y qué
características tienen. Conviene elaborar una descripción de la población objeto de estudio (edad,
sexo, formación, clase social, etc.).

Identificar la muestra con la que se va a realizar el proyecto. Normalmente no podemos trabajar


con toda la población por lo que nos vemos obligados a seleccionar a un grupo de sujetos que
reúnan determinadas condiciones. A estos sujetos extraídos de la población con los que se llevará
a cabo el proyecto le llamamos en lenguaje técnico muestra.

Etapas (lo temporal)

Corresponden a las diversas acciones desde el inicio del proyecto hasta el final del mismo. Tiene
como finalidad establecer las etapas del proyecto e indicar en qué fechas han de llevarse a cabo
las actividades.

La etapas se encadenan en secuencias sucesivas y coordinadas que se articulan entre si. Se


determina la duración de cada etapa se define la secuencia de las mismas en el proyecto.

Recursos

Recursos humanos: Identificar a las personas que participarán para llevar a cabo el proyecto y cada
una de sus actividades. Definir y distribuir las distintas funciones y tareas. Identificar las distintas
actividades y las personas responsables de su realización, así como la capacitación de las personas,
la experiencia y el tiempo que podrán dedicar al proyecto.

Recursos financieros: Tener previsto los gastos de desarrollo. Elaborar un presupuesto realista que
cubra los gastos materiales, de reuniones, de transporte, de locales, de equipos, de sueldos, etc.

La financiación permite enunciar cómo serán previstos los gastos y qué institución, organización, o
actividad/es va/n a financiar el proyecto.

Impacto estimado

Proyectar un resultado estimado, apoyándolo en los indicadores iniciales y en el resultado de las


conclusiones, surgidas del procesamiento de datos obtenidos (entrevistas, encuestas,
observaciones, etc.) y el marco de teoría (aportados en la fundamentación).
Cómo hacer una investigación: pasos y buscadores para alcanzar el éxito

24 de enero de 2020 0

El saber cómo hacer una hipótesis de calidad es un punto de partida indispensable para un sinfín
de finalidades universitarias. Veamos el porqué y cómo desarrollarla.

No olvidemos que el paso por la universidad no depende sólo de estudiar, hacer exámenes y
aprobar. También se han de realizar trabajos de investigación y científicos. Además, no podemos
olvidar los ensayos y los estudios. Por tanto, la hipótesis es básica para el éxito de toda la
elaboración.

Cómo hacer una investigacion: pasos y buscadores para alcanzar el éxito

Cómo hacer una investigacion: pasos y buscadores para alcanzar el éxito | Fuente: iStock

Todo estudiante sabrá que, entre las partes de un trabajo de investigación, la hipótesis es el
componente principal, pues dará sentido a las metas alcanzadas y a todas las actividades y
consultas realizadas para llegar a la conclusión final.

Las partes de un trabajo de investigación

Para poder llevar a cabo este trabajo, es importante que sepas cómo se estructuran las partes de
un trabajo de investigación. Y es que nuestro sistema educativo actual se enfoca en el desarrollo
de capacidades de investigación por parte de los estudiantes. Por eso, a la hora de hacer un
trabajo universitario, es necesario saber cómo llevarlo a buen puerto de la manera más correcta.

Recuerda que, en el planteamiento de la hipótesis, desarrollarás los pasos de una investigación


para explicar el porqué de ese resultado. Para ello, necesitas un sólido trabajo documental que
justifique el grueso del contenido.

La hipótesis es el momento más delicado. A partir de ahí, el resto de partes que debes abordar son
las siguientes:

Citaciones iniciales, portada e índice


Empieza por la elección de las citaciones y crea un índice que refleje todo el contenido del trabajo
que has realizado. Debe ser conciso, coherente y fiel a lo que el lector encontrará una vez lo lea.

En cuanto a la portada, tendrás que elegir un título y añadir el nombre del autor o grupo.
Recuerda que sea comprensible y conciso, con precisión quirúrgica como resumen del contenido.

Introducción

Comenzamos por el principio con la introducción. Aquí se ha de exponer el objetivo. Además, se


añadirá el alcance y también los límites que implican la investigación.

Empezaremos por una breve exposición, comentando lo más importante de cada capítulo.
También es interesante recordar la metodología que se ha usado para llevar a cabo la
investigación, a no ser que se considere que merece su propio apartado. En este último caso, se
puede nombrar, pero no tendrá tanta importancia en esta parte del trabajo.

Desarrollo

Llega la parte más extensa del trabajo de investigación. El desarrollo implica el cuerpo de todo lo
hecho. Tras el planteamiento de la introducción, aquí hay que explicar todo al detalle, de ahí que,
para que la información al completo se exponga de forma organizada, se divide en capítulos.
Resulta interesante incluso añadir apartados y sub-apartados dentro de cada capítulo.

Conclusiones

Finalmente, entre las partes de un trabajo de investigación, cobra especial importancia la sección
de conclusiones. Aquí expondremos de manera ordenada, concisa y muy clara cuáles son los
resultados de la investigación.

En este caso, dependiendo de la naturaleza del trabajo y de la investigación, se pueden añadir los
resultados positivos, los negativos y también las cuestiones pendientes.

Referencias
Con el planteamiento, desarrollo y desenlace no acaba el trabajo. Una vez está todo expuesto, es
importante crear un apartado final para que el lector pueda consultar las referencias que se han
utilizado.

Es importante hacer una citación bibliográfica correcta. Para ello, se unificarán y se ajustarán a un
solo criterio elegido, basándose en algún sistema de los aceptados, ya sea siguiendo las normas
APA o las ISO.

Elijas el sistema que elijas, recuerda que ha de tener linealidad. Es decir, todas las citas de las
referencias se adaptarán a dicho sistema, tanto a lo largo de texto como en las referencias.
Recuerda este punto, pues será el que evitará que realices plagio, usando como propias las citas
de otros autores.

Anexos

El último punto o parte de un trabajo de investigación ha de ser el anexo. Aquí añadiremos


información complementaria que resulta necesaria para comprender por completo el contenido
de la obra redactada.

Es en esta sección del trabajo de investigación universitaria donde se incluyen entrevistas y


encuestas, así como los corpus de las estadísticas que, por su extensión, no han podido ser
introducidos en el desarrollo.

Pasos para hacer una investigación

Una vez claros los puntos que tratar en la investigación, ¿cómo empezamos a trabajar en ellos?
Pues bien, de manera ordenada deberás seguir una serie de pasos que te llevarán a abordar todos
y cada uno de las partes que hemos mencionado anteriormente.

Paso 1. Identificar la necesidad

¿Sobre qué tema vamos a tratar a lo largo de la investigación? Este es, sin lugar a dudas, el punto
principal sobre el que tienes que trabajar. Para ello, deberás preguntarte qué quieres saber
exactamente ya que esto te marcará todo el proceso de investigación.
Paso 2. Selección del tema

Ahora toca detallar al máximo el tema que se va a investigar. Cuanto más detalle pongas en esta
explicación más fácil te será después acotar la búsqueda de información.

Paso 3. Búsqueda de documentaciones previas

Es posible que alguien ya haya estado investigando sobre el tema que quieres investigar tú. Es por
ello que deberías realizar una búsqueda sobre todo tipo de documentación oficial e
investigaciones que se han realizado previamente ya que estas pueden nutrir la tuya.

Paso 4. Establecer el plan de trabajo

Llegados a este punto hay que establecer el plan de trabajo que vas a llevar a cabo. Bien puedes
hacerlo de manera más detallada, entrando a explicar cada uno de los pasos o, bien, puedes
hacerlo más esquemático, es decir, haciendo que esta parte se parezca más a un índice.

Paso 5. Redacción del trabajo de investigación

En este punto es cuando empezamos ya con el trabajo de investigación propiamente dicho.


Probablemente sea la parte en la que más tiempo deberás invertir.

Paso 6. Elaboración de conclusiones

Una vez tengas toda la información buscada y redactada, tendrás que extraer conclusiones. Si bien
es cierto que es prácticamente la fase final, es la que tiene mayor importancia ya que será la que
resume qué opinas sobre tu hipótesis final. Trata que esta conclusión sea clara.

Cómo hacer una hipótesis correctamente

Tal y como acabas de ver, el tema y la hipótesis a plantear es la parte fundamental de un trabajo
de investigación, por lo que es importante saber cómo plantearla correctamente.
Para hacerlo bien, considera estos detalles para que sea correcta y arroje resultados adecuados y
no erróneos:

Considera con claridad el tema que abordarás en el desarrollo del trabajo de investigación.

Repasa la pregunta central de la investigación antes de la formulación de la hipótesis.

Ten mucho cuidado con las ambigüedades. Es importante que expongas y expreses las ideas de
una forma muy clara y diáfana.

Opta por el vocabulario simple para evitar posibles confusiones en el planteamiento y lectura del
trabajo.

La hipótesis debe estar planteada con carácter afirmativo.

La hipótesis debería estar creada acotada a una variable o población determinada.

Siempre que sea posible, se tendría que asociar la hipótesis a una variable temporal, por ejemplo,
en los últimos 5 años.

Buscadores académicos para hacer investigaciones

Una vez visto cómo hacer una investigación correctamente viene una de las dudas más frecuentes:
¿Dónde tengo que buscar la información para la fase de investigación?

A la hora de elaborar una investigación o trabajo para la universidad, los estudiantes deben contar
con suficientes recursos y fuentes para obtener la información necesaria para la elaboración de los
contenidos. Dada la cantidad de información que circula en Internet, es difícil saber con certeza
cuáles son las fuentes más confiables a la hora de seleccionar material. Por fortuna, existen
buscadores académicos que pueden facilitarte la tarea de buscar contenido de calidad, elaborado
por universidades, especialistas y referentes.
Una vez seleccionado el tema que se va a tratar en la investigación, es vital contar con un buen
criterio a la hora de elegir las fuentes, separándolas en dos grupos: fuentes primarias: las que
contienen información original y fuentes secundarias: son las que contienen información
reelaborada o sintetizada.

Las fuentes secundarias son más fáciles de hallar en Internet, solo necesitamos ingresar algunas
palabras clave en Google para obtener millones de resultados, pero para encontrar las fuentes
primarias debemos contar con buscadores especiales, como los buscadores académicos que sirven
para hallar contenido de autores y especialistas, y son la base de cualquier investigación.

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