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CANTO EUCARISTICO
Adoremos y demos gracias en cada instante y momento…
Todos: Al Santísimo y Divino sacramento.
CANTO EUCARISTICO
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llevada al cielo como el fruto más excelente de la redención de su Hijo, pero esta
redención no es sólo para Ella, es para todo hombre.
Un momento de silencio
Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre
Jesús Te glorifico porque magnificaste a Tú Madre María
Bello tipo o modelo de lo que nos sucederá a todos los que tenemos la dicha de
comulgar tantas veces. María fue asunta al Cielo, anticipadamente, por ser la
Madre de Jesús. Pero también, no lo dudemos, porque se hizo acreedora de esa
palabra de Jesús.
Nosotros, los que nos alimentamos del Pan de Vida, no podemos conocer para
siempre la corrupción. “¿Cómo va a morir aquél cuyo alimento es la Vida?”,
pregunta desafiante San Ambrosio…
NOS PONEMOS DE PIE
CANTO EUCARISTICO
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Jesús, que escuchas siempre, la oración de María.
Jesús, que nos resucitarás, como resucitaste a María.
Decimos juntos:
Señor Jesús…. que en la Asunción de María nos das el modelo de nuestra
resurrección futura, prepáranos Tú mismo para nuestra muerte. Quítanos todo
miedo a ella y danos toda esperanza: Al comer tú Pan de Vida en la Eucaristía,
como lo hacía María en la Fracción del Pan, sabemos que tenemos la prenda de
la vida eterna.
Y a ti Madre María,….Tú esperabas la muerte como el momento dichoso de tu
encuentro definitivo y eterno con Jesús; para tener nosotros tu misma dicha,
mantennos en la doctrina y en la fe de la Iglesia: asiduos en la oración, en la
unión con los hermanos y en la recepción constante de la Comunión.
NOS PONEMOS SENTAR
COMPROMISO
Hermanos, María cumplió plenamente la misión para la que Dios la había elegido.
Es nuestro modelo perfecto. Preguntemos: ¿Soy como Ella? ¿Respondo a la
vocación específica que Dios me ha confiado por su Espíritu Santo en la
Iglesia y en el mundo?… Mi glorificación final está pendiente de mi fidelidad al
plan divino. ¿Cumplo con las exigencias de mi Bautismo?… ¿Me alimento
con el Cuerpo de Cristo, cuantas veces puedo, para asegurar mucho más
firmemente mi salvación…, para acrecentar la vida divina que Dios ha
depositado en mí ser?… Cuando me llegue el momento supremo, ¿me
encontrará el Señor con la lámpara prendida y a punto, igual que a María,
Madre y modelo de todos los hijos de la Iglesia?…
BREVE TIEMPO PARA REFLEXIONAR
NOS PONEMOS DE PIE
CANTO EUCARISTICO
PRECES
Señor Jesucristo, que, en medio de las luchas de la vida, nos alientas a
perseverar para darnos un día el premio prometido, danos la sabiduría del
corazón para que tengamos la mirada fija en los bienes eternos que nadie nos
podrá arrebatar.
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Señor Jesucristo, atiende de modo especial a los pobres y a todos los hermanos
que sufren, que en medio de las luchas de la vida sientan la protección de la
Madre, que los ama y los espera junto a sí en la gloria.
Señor Jesucristo, te pedimos por los hermanos difuntos, haz que vean abiertas
las puertas de la patria bienaventurada.
PADRE NUESTRO
Cantado
Señor Sacramentado, Tú eres la prenda de nuestra resurrección futura y de la
vida eterna que nos has merecido. Lo que ya realizaste en tu Madre bendita lo
vas a hacer también un día con nosotros. Que la Comunión que asiduamente
recibimos sea nuestro viático seguro para la vida eterna. Así sea.
PODEMOS SENTARNOS
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vivir en la gracia del momento presente. Nuestro Señor llama a toda Su Iglesia a
la oración y a la contemplación: “Marta, Marta, te preocupas y te agitas por
muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido
la parte buena, que no le será quitada.” (Lc. 10, 41-42).
LA SAGRADA EUCARISTÍA ES UN ANTICIPO DE SU REINO EN LA TIERRA.
“Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos” (Ap.
21,3).
“Si nos mantenemos firmes, también reinaremos con Él” (2 Tm. 2, 12).
Jesús en el Santísimo Sacramento es el Cordero Victorioso, el ‘Alfa y la Omega’,
el ‘Señor de señores’ y ‘Rey de reyes’.
“¿Quién no temerá, Señor, y no glorificará Tu nombre? Porque sólo Tú eres
Santo, y todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti” (Ap. 15, 4).
Cada vez que contemplamos a Jesús en el Santísimo Sacramento, Él nos eleva
a una mayor intimidad consigo mismo, abre las compuertas de Su amor
misericordioso para el mundo entero, y nos acerca más al día de Su victoria final,
en el que “Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en
los abismos y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de
Dios Padre” (Flp. 2, 10-11). “Pero el Reino de Dios ya está entre vosotros” (Lc.
17, 21b).
Al venir a nosotros en la Eucaristía, Jesús nos da la seguridad del cumplimiento
de Su promesa de la victoria final: “MIRA QUE HAGO UN MUNDO NUEVO” (Ap.
21,5).
CANTO EUCARSISTICO
ORACIÓN
Señor Jesús, por medio de María te entregamos con humildad nuestros
corazones para que nos ayudes a vivir todo el evangelio, en toda nuestra vida,
correspondiendo al don de la Eucaristía en la que nos das Tu Corazón.
Este sacramento contiene todo lo que eres y todo lo que tienes, “la entera riqueza
espiritual de la Iglesia” (Vaticano II), “una medida buena, apretada, remecida y
rebosante”. Te pedimos con confianza por EL TRIUNFO DEL INMACULADO
CORAZÓN DE MARÍA Y EL REINO DE TU SAGRADO CORAZÓN en cada
corazón humano para que “DIOS SEA TODO EN TODO” (1 Co. 15, 28).
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Señor Jesús, bendito seas por aquel momento en que María pasó de este mundo
al otro, cuando es asunta y elevada, cuando sobre ella se realizó lo que Juan
escribe en el Apocalipsis:
“Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo
sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita
con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz.”(Apocalipsis 12,1-2)
Bendito sea aquel momento cuando en el cielo fue coronada como nuestra Reina
y fue Reina del cielo y de la tierra para siempre.
Jesús, haz que en ella mi corazón reconozca la fuerza del Espíritu Santo en mi
camino y mi meta de vida, haz que mi corazón te cante a Ti junto con ella y todos
los ángeles y santos. Haz que no deje de aclamarte porque Tú exaltas a los
humildes. Haz que mi alma sea adornada con todas aquellas virtudes que
adornaron su alma, para que alguna vez pueda unirme a la inmensa gloria del
cielo.
- Jesús, te alabo, porque Tú enalteces a los humildes y los premias con la gloria
del cielo.
BENDICION
Jesús, ahora te rogamos con María asunta y exaltada en el cielo, para que nos
bendigas con todas las bendiciones del cielo y de la tierra. Para que nos sanes en
el alma y en el cuerpo y así nos liberes de todo temor frente a la muerte.
Bendice a nuestra familia, comunidad y a todo el mundo. Por su intercesión,
líbranos a todos nosotros del maligno y de todas sus tentaciones. Calma nuestros
corazones con la fuerza del Espíritu, el que estuvo sobre Ti y en el cual Ella te
sirvió hasta el final. A Ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. AMEN.