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Creación de Relato

Renata Zavalza Olivera


Mátricula: A01746252
Fecha de entrega:20/03/2018
Está lloviendo, al igual que ese día, aunque a ella le seguía gustando el sonido de la lluvia, en especial,
su olor; le fascina cuando el cielo llora.Hoy es día de lavar la ropa, odia estos días en los que tiene que
salir.Le molesta que en la lavandería todos la vean y aunque agradece que le ofrezcan ayuda, no la
necesita(aunque varias veces ha metido, sin querer, una prenda roja en los blancos).Mientras mete unos
jeans a la lavadora y deposita la moneda, lo recuerda; de vez en cuando lo hace, ni si quiera lo hace a
propósito, solo le llega el destello del recuerdo de ese día.

Tenía cinco años, el mundo estaba entrando a lo que llamaban, los felices años treinta, en los que
terminó la tercera guerra mundial. Ella no entendía del todo la situación, estaba regocijándose de felicidad,
su padre Zesar, había regresado de la guerra. Ella lo abrazaba y le enseñaba sus dibujos, a lo que su padre
contestaba: “Andrómeda, mi pequeña gran artista”, y ella se sentía una gran pintora.
La joven se percata de que está lloviendo, y le pide permiso a su madre de ir a jugar a la lluvia con su
hermano, Quirón; a lo que su madre contesta que no, porque podrían enfermarse.” Vamos Hipólita, son
niños, déjalos ir a jugar”-dice su padre con tono calmado.
Gracias a que su padre la convence, su madre les da permiso de ir a jugar. Quirón y Andrómeda se
divierten en los charcos de lluvia, se mojan y juegan a las luchitas. Al pasar un par de horas, su madre les
llama para que regresen a casa a cenar. Ella era solo una pequeña y como todas las niñas pequeñas
caminaba dando grandes zancadas, brincando y bailando; el piso mojado volvía ese escenario en algo
peligroso.
Andrómeda solo recuerda un resbalón y un golpe en la nuca contra la banqueta. Lo siguiente que
recuerda, es que despertó y aunque ella sentía que se movía, aunque sentía el roce de su cuerpo contra las
sábanas, aunque escuchaba a sus padres y hermanos sollozar, no se sentía despierta. Se esforzó en abrir los
ojos, pero parecía que seguían cerrados, y entonces le dieron la noticia, se había quedado ciega.
La chica termina de lavar su ropa y sube a su departamento, tiene diecisiete años y vive sola. A muchos
les podrá parecer irresponsable que sus padres dejen a su hija ciega valerse por sí misma y ser
independiente a tan temprana edad, pero Andrómeda es más autosuficiente que muchos adultos a los
cuarenta. Como se quedó ciega cuando era muy pequeña, ha sabido manejar la situación de manera
increíble. Ella utiliza un método que muchos animales, como los murciélagos, usan; la eco- localización.
Funciona así: el sonido es, en resumidas cuentas, ondas de vibración, estas ondas rebotan en los objetos
del entorno transformando la trayectoria de la onda de sonido. Lo que Andrómeda hace es, con un
increíble oído y una gran capacidad, escuchar estas vibraciones y así saber qué obstáculos se encuentran
en su alrededor para desplazarse mejor. Aunque este método aún tiene sus deficiencias, sigue sin poder
ver los colores, o leer. Este método solo le permite, por ejemplo, saber que alguien entró a su hogar, pero
no saber quién; es una gran ayuda, pero no son el equivalente a otros ojos.

Vive sola porque ganó una beca para la escuela más prestigiosa de la ciudad, de Nueva-Grecia.Sus
padres viven a las afueras de la ciudad, y por el trabajo de su padre, que es militar, no se pueden alejar
mucho de la base del ejército. Por lo que Andrómeda se vio forzada a vivir sola en la ciudad, ni si quiera
su hermano la pudo acompañar, ya que Quirón vive en Noruega.
Pero ella ya se acostumbró, y ya le está empezando incluso a gustar el vivir sola, así se ahorra de las
peleas interminables de sus padres sobre quien tiene la culpa de lo que le pasó.

Un día, al regresar de la escuela, tocan a su puerta. Al abrirla siente, de primera instancia, a un hombre
cargando algo en la mano, ella supone que es un portafolio, seguido de otras personas. Andrómeda
escucha como el hombre del portafolio le extiende la mano. Ella sin saber qué pasa y sin regrésale el
saludo de mano pregunta:
- ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué está pasando?
- ¿Es usted Andrómeda Vuhl?
Piensa que ha hecho algo malo, por lo que antes de confirmar que es ella, pregunta. - ¿Por qué la busca?
El hombre dice sin rodeos. -Eso es información confidencial. La única forma en que le puedo responder a
sus preguntas es si usted responde la mía.
-Está bien, soy yo. -confirma ella.
-Venimos aquí a presentarle un avance tecnológico que puede interesarle.
-Siga.
La joven escucha como si el hombre estuviera abriendo su portafolio. El hombre saca un objeto del
portafolio y le dice:
-Estos son los New-Genesis 148 en su versión más nueva, son unos lentes capaces de darle a gente como
usted la capacidad de ver de nuevo. Aunque varios intentos de lentes como estos han sido creados, le
apuesto señorita que ninguno le permite una visión tan semejante a la realidad como estos.
Claro que para que funcionen con usted primero tenemos que hacer algunos estudios y activar algunas
conexiones neuronales, pero si gusta puede tan solo probarlos por ahora. ¿Me hace el favor de ponérselos?

Andrómeda escéptica no los toma y se queda pensativa. No es la primera vez que le prometen volver a
ver; ya paso por operaciones milagrosas, por medicamentos y por toda clase de procedimientos para
regresarle la vista. Aunque es el año 2049, la humanidad no ha podido encontrar aún una solución para su
deficiencia, por lo que ilusionarse, aún con una propuesta tan prometedora, le parece una pérdida de
tiempo.
Ella los rechaza, incluso el tan sólo ponérselos, sabe lo doloroso que puede llegar a ser pasar por todo
un procedimiento y semanas de terapia para que al final no funcione de nada. Le agradece que le ofreciera
esa oportunidad y lo despide. Por más que el hombre la intentó convencer, no los acepta.
-Al menos, llámeme si cambia de parecer-y el hombre le pasa su tarjeta de presentación.

Se encuentra haciendo la tarea, cuando escucha que le llega un e-mail. Con ayuda del dictado por voz
de la computadora, lo lee. Es un mensaje de su hermano, Quirón. En esta le cuenta que ha acabado su
investigación sobre los dragones en Noruega; y le dice que va a volver a la ciudad. Comenta que sus
padres están preocupados de que ella viva sola en la gran ciudad y que le han dicho a él, que se vaya a
vivir con ella, para “echarle un ojo”.
Se puede pensar que esta sobreprotección a Andrómeda le puede molestar, pero Quirón es un gran
hermano, y siempre maneja situaciones, cómo está, que pueden ser incómodas de una manera muy natural
y compasiva. Aunque Andrómeda agradece la ayuda de su hermano, siempre ha tenido la oculta necesidad
de demostrar que puede arreglárselas sola.

Una semana ha pasado desde que Quirón ha dicho que se mudará con ella, Andrómeda se ha pasado
todos los días de la semana emocionada pensando lo bien que se la pasará con su hermano.El día al fin
llega y su hermano llega a su apartamento con una gran sonrisa, seguido de un gran y largo
abrazo.Platican durante horas de lo que ha sido de sus vidas en estos últimos años, cuando se dan cuenta
de la hora ya son las tres de la mañana.Cuando están apunto de irse a dormir, Quirón ve una tarjeta en la
mesa que dice:”Veyron Kōbe, Director del Programa:el renacimiento de la ilustración.”No sabe porque,
pero la tarjeta le causa intriga al chico y le pregunta sobre esto a su hermana.
-Andrómeda ¿Quién es Veyron Kōbe?
-No es nadie, no importa hermano.
-Vamos, dime.
-Solo es otro más que promete regresarme la vista.
- ¿Y qué te ha dicho? -dice emocionado Quirón.
-Que, según esto, tiene unos lentes que me pueden regresar la visión.
- ¿Cómo funcionan? -la emoción del chico crece cada vez más. Esta vez, Andrómeda lo percibe.
-No importa, Quirón, no los acepte.
- ¿Qué? -dice perplejo su hermano.
-Si, no quería ilusionarme con la posibilidad de que mi vista pueda regresar. -el hecho de que Andrómeda
lo diga como si fuera cualquier cosa, molesta a Quirón.
- ¿De verdad me estás diciendo que estás tirando una oportunidad ala basura porque tienes miedo?
-Vamos, no se trata de eso…-le trata de hacer entender la hermana.
- ¡Claro que se trata de eso! Haz tratado por años de que tu visión regrese, está podría ser “la buena”.
- ¡Es justamente eso! Toda mi vida me la he pasado intentando, ya me cansé. Además, no porque mis
papas te envíen a cuidarme quiere decir que de verdad tengas algún derecho sobre mi, soy mayor de edad.
Tú no puedes decirme que hacer.
-Claro que puedo.
-No, no puedes. ¡Y no pretendas entenderme tú no sabes por lo que he pasado! -algo explota dentro de
Andrómeda.
-Androh, no quería decir eso…
-Pues es justo lo que parece que estás diciendo.
-Solo digo que, oportunidades cómo estás no se repiten en la vida, deberías intentar seguir tus sueños e
intentarlo. No dejes que la expectativa de lo peor que puede pasar arruine tus metas, no dejes de intentar
solo por miedo. Pero bueno, al parecer no estás lista para escuchar la realidad. Buenas noches hermana…
Quirón se mete a su cuarto y la deja sola, pensativa. Finalmente, Andrómeda reacciona y se va a dormir.
El mundo de los sueños la invade.
Ha pasado apenas un mes desde el accidente, su familia y ella, están desechos. Andrómeda está
sintiendo con sus dedos sus pinceles, sus lápices y sus lienzos. Un pequeño Quirón entra a su cuarto. Y
con lágrimas en los ojos, solo la abraza. Andrómeda, pequeña e inocente le preguntó.
-Hermano, ¿ya no podré pintar más?
-No lo se pequeña.
Andrómeda pone cara triste, hasta una niña sabe que esa no es una buena respuesta.
-Pero algo si te puedo decir, eres una niña increíble. Si tú te lo propones puedes hacer todo, incluso pintar
de nuevo, solo tienes que tener esperanza. -él, le da un beso en la frente y se quedan ahí, sin decir nada,
solo abrazándose.
Andrómeda despierta con lágrimas en los ojos, recordando ese lejano sueño que tenía de pequeña, el
convertirse una gran artista; y las palabras de su hermano rebotan en su cabeza:” solo tienes que tener
esperanza”. Se decide, le va a dar una última oportunidad a sus sueños, va a ir a probarse esos lentes.

Al día siguiente el Dr. Veyron le pregunta mientras se está preparando para el procedimiento:
-Señorita Vuhl, ¿qué la ha hecho decidirse sobre probar esta alternativa? -Andrómeda le aprieta la mano a
su hermano.
-Un sueño-contesta ella.
Mientras la pasan a la siguiente sala de pruebas, Andrómeda carcomida por la curiosidad pregunta.
-Doctor, por lo que escuché soy la primera en probar estos lentes.
-Cierto.
- ¿Por qué me han escogido a mi?
-Porque nuestro trabajo es buscar a gente con potencial, y usted tiene mucho.
Antes de que Andrómeda pudiera contestar a eso llegan a la sala final. Andrómeda se sienta y por fin, se
pone los lentes.
No lo puede creer, el mundo se ve tal y como lo recordaba.Se ve tan nítido, puede ver profundidad, ancho
y largo.Toda la gama de colores.Voltea a ver a su hermano y se ve diferente a como lo recordaba, se ve
más grande y guapo, y tiene barba.Enseguida corre hacia el espejo.Ha cambiado tanto, se ve como otra
persona totalmente diferente a la que era.Es bonita, tiene una cara más delgada y una nariz más fina que
antes, tiene el pelo más largo y ondulado de lo que imaginaba.Tiene ojos grandes, que siguen siendo
azules.Le ha salido un grano en la frente, normalmente no se da cuenta de esas cosas, se sorprende de todo
lo que se ha perdido.

Los días que le siguen son los mejores de su vida, desde cosas tan pequeñas como poder ver La lunas,
los colores, las flores y la lluvia que tanto le gusta.Hasta cosas más complicadas como poder reconocer a
su hermano de lejos, poder arreglarse mejor y hasta poder coquetear con los chicos de su edad.Se siente
tan bien que ahora la vean como una persona normal y no llame la atención a cada lugar al que va.Sin
embargo, por mucho lo mejor es la pintura.En el fondo ella sentía la posibilidad de qué tal vez haya
perdido ese talento, pero para nada fue el caso.Pinta como si todo este tiempo su habilidad hubiera estado
adentro de ella, creciendo cada vez más.Incluso un día en la universidad un profesor vio sus obras y la
invito a la Asociación de Arte de Nueva-Grecia y desde ahí los trabajos han caído.En tan solo un mes ya
todos querían tener una de sus pinturas y al llegar los dos meses en la industria, ya habían exposiciones de
su trabajo por la ciudad.Sus lentes al pasar los meses se hacían tendencia, los usaban como si fueran una
nueva moda.Cada vez más personas se interesaban en ella y en su historia, llegó incluso a salir en la tele y
a escribir un libro.Hasta con sus padres todo iba bien, por fin llevaba con ellos una buena relación.Todo
iba de maravilla.
Un día, de camino a entregarle a un cliente un pedido, Andrómeda choca con un chico. Este le rompe el
lienzo por el centro. El chico se disculpa un millón de veces, ella acepta la disculpa solo por que el joven
estaba guapo. El, con un acento extranjero y con verdadero arrepentimiento en la voz se ofrece a pagarle
la pintura. A Andrómeda le parece realmente tierno que le haya importado tanto haberle roto el lienzo, así
que le responde con amabilidad.
-De verdad, perdón; déjame pagártelo. -Andrómeda suelta una risita traviesa.
-Ya déjalo así, fue mi culpa, tenía prisa.
-Bueno no, si no me vas a dejar pagártelo, por lo menos déjame invitarte un café. Así me platicas como
era esta hermosa obra antes de que la partiera a la mitad-la mira a los ojos. Se percata de que es realmente
guapo. Tiene ojos azules, pelo un tanto largo y rubio y una sonrisa encantadora. A pesar de estar
ligeramente hipnotizada por la mirada que él le da, Andrómeda se las arregla para contestar.
-Ni si quiera se tu nombre… no deberíamos ni estar platicando, no te conozco.
- ¿Qué no me conoces? Soy Rómulo Koenigsegg, el chico que te ha roto la pintura. Con eso es más que
suficiente para decir que me conoces-dice él con tono persuasivo y sin quitar su sonrisa.
Andrómeda no puede evitar reírse y tampoco puede evitar aceptar una cita con Rómulo.

Al llegar a su departamento muere por ir a contarle a Quirón. Aunque pueda parecer que contarle a tu
hermano sobre tus citas sea raro, esto para ellos tampoco lo es. Ella recuerda como de pequeños siempre le
preguntaba si ya tenía novio y cuando le llegaba a gustar algún chico lo trataba excelentemente. Pero al
llegar ve a su hermano sentado al lado de su novia, Ishtar.Ella le cae muy bien, han sido novios por varios
años y siempre la ha tratado muy bien.Parece que le van a decir algo, por lo que se sienta para escuchar lo
que le tienen que decir. Quirón se lo dice; se van a casar. Los felicita, está de verdad feliz por ellos,
aunque oculta que está un poco triste, probablemente su hermano se tenga que mudar.
Gracias a esta noticia, Andrómeda llega a su cita un poco cabizbaja, pero Rómulo se porta increíble con
ella, le pregunta “¿qué tienes? No me gusta ver una cara tan linda con expresión triste”. Andrómeda no
sabe porque, pero le cuenta. Platican por horas, él la consuela y ella se queda encantada. Tienen una
conexión inmediata.
Al pasar más tiempo, se llevan cada vez más. A ella le encanta su forma de hablar, su mirada
vehemente, su sonrisa, su andar; tan solo verlo de lejos la vuelve loca. A él, le encantan sus pinturas
porque la expresan a ella, una mujer guapa, con ideales que podrían transformar a este mundo en una
utopía perfecta, le atrapa que puede ver cosas que otros no. Se terminan enamorando.
También le pide que sea su novia, se lo dice en el observatorio, y hace que las estrellas formen la frase:
Contigo me siento en las estrellas ¿Quieres ser mi novia? Andrómeda siente que lo conoció en el
momento ideal, justo cuando su hermano la había dejado sola. Todo es perfecto.
Le presenta a toda su familia y les cae bien a todos. Quirón y Rómulo se llevan como hermanos.

Andrómeda le pide que se mude con ella. Para celebrar se van de viaje a las hermosas playas de
Pompeya con Quirón y su pareja. Siente que este último par de años ha sido como un cuento de hadas. No
sabe si es la playa, o que simplemente está sensible; pero empieza a recordar las dificultades que ha tenido
que pasar para llegar hasta aquí, y se pone nostálgica. Sube con su hermano a ver las estrellas. Solo se
quedan ahí, sin decir nada, viéndolas.
De pronto, su tranquilidad se interrumpe por el celular de Quirón, es una llamada del trabajo. Le
informan que acaban de encontrar lo que parece ser un espécimen de un basilisco que se creía extinto, en
Irlanda. Quirón se emociona muchísimo, ni si quiera le da tiempo de despedirse bien de Andrómeda y sale
disparado al aeropuerto.
Andrómeda despistada aún por la repentina partida de su hermano, se queda un rato más viendo el cielo,
las auroras boreales acaban de aparecer.” Es el último lugar en la tierra desde donde se ven”; se dice a sí
misma y se convence de quedarse un rato más. Se queda dormida.

Al despertar ve el reloj, ya son las dos de la mañana. Se incorpora y se dirige hacia su cuarto de hotel.
Este medio adormilado aún por lo que al abrir el cuarto se queda parada sin entender bien lo qué pasa,
cuando lo comprende y la razón vuelve a ella. Escucha algo romperse en su interior.
Son Rómulo e Ishtar, es el amor de su vida con la prometida de su hermano. No lo puede creer. Rómulo al
darse cuenta de que Andrómeda ha entrado a la habitación de para de un salto de la cama y se comienza a
vestir.
- ¡Androh! ¿No estabas con tu hermano…? -dice acelerado y confundido Rómulo.
Andrómeda se queda callada, sabe que ya nada será lo mismo, su pareja, el resumen de todo lo que ama y
lo que anhela, la recompensa de todo por lo que ha tenido que luchar en la vida; en un desliz, le quita todo.
No sabe de dónde, pero saca la fuerza para decir una sola frase.
-Ya no quiero ver nada-dice con voz seria, como si le hubieran arrancado su alma. Se quita sus lentes y los
rompe. Sale apresurada del cuarto. Su velocidad, que está impulsada por cómo se siente, es inalcanzable.
Rómulo no la puede seguir.
Mientras va bajando las escaleras, solo sabe que no le importa nada. No le importa el decirle a su
hermano, no le importa su carrera como artista, no le importa su familia. No le importa todo por lo que ha
tenido que pasar, ni su felicidad. No sabe nada, ni si quiera sabe hacia donde está caminando.
A tropezones, sale del hotel, y se dirige al mar, guiada solo por el sonido de las olas.Y se adentra en
el.Cada vez su furor se hunde más en el vasto océano.Ni si quiera siente su propio cuerpo, no siente la
arena rozando sus pies, o el agua sobre su cuerpo.Solo siente como cada vez más se hace uno con la
naturaleza.Ahora le cuesta respirar, se está ahogando pero tampoco lo siente.Se mezcla con la marea, y
como la marea que va y viene, ella se deja llevar, y el recuerdo de una vida de felicidad, de altos y bajos,
de dificultades, de risas y de llantos, pasa por sus ojos y todo fluye.Fluye su vida, fluye su cuerpo, fluye su
sentir.De pronto, ella se va, todo se va.
Comienza a llover una vez más, como si el cielo le estuviera dando un último regalo. Como si, al igual
que otras veces, la acompañara en su último momento. Y así, el cielo, el mar, la arena y el aire, sienten su
partida.

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