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El destino de Colombia y Venezuela siempre ha estado entrelazado.

Pero hoy el
sentimiento mutuo de repúblicas hermanas, con el que históricamente se han
reconocido ambas naciones, ha cobrado un nuevo giro.

Ya no solo se trata de países vecinos con raíces históricas comunes. Desde que
se agudizó su conflicto político y la crisis social, Venezuela se ha convertido en un
componente ineludible del presente y el futuro de Colombia: todas las desgracias
venezolanas tienen repercusión inmediata al otro lado del río Táchira. Y desde que
se convirtió en el destino mayor de sus emigrantes, Colombia es la nueva casa
donde cientos de millares de venezolanos intentan rehacer sus vidas.

La llegada de miles de venezolanos y de colombianos, que habían vivido por


décadas en Venezuela, no es un secreto en los últimos años, pero tal vez lo que
todavía el país desconoce es la magnitud de este fenómeno social que ya se
convirtió en la migración más alta de nuestra historia.
El impacto sucedió a partir del 2016 pero el mayor flujo de migrantes se dio entre
el año 2018 y 2019.
La cifra se refleja en un estudio de Migración Colombia con corte al 31 de octubre
de 2019, donde ingresaron al país 1.630.000 venezolanos números que son un
indicador de que el éxodo es un fenómeno de movilidad humana que el país no
había visto jamás. De hecho es la segunda movilización más grande de la década,
después de la de Siria, pero se cree que a la fecha su número ha aumentado a
2.000.000 de migrantes. Y teniendo en cuenta estas cifras se puede considerar
que finalizando este año se puede convertir en la crisis migratoria más grande de
la historia.

Se calcula que Bogotá tiene más de 300.000 venezolanos y esto la convierte en


la 10ma ciudad más grande venezolana, pero por fuera de su territorio, en
Antioquia hay alrededor de 130.000 venezolanos y se encuentran alojados en
todos sus municipios, Medellín tiene alrededor de 80.000.

La pregunta que surge es ¿Por qué ha pasado todo esto?


Cuando nos preguntamos esto se nos vienen 3 ideas fundamentales a la cabeza
La primera es que es culpa del presidente actual y el antecesor.
La segunda pensamos en una crisis humanitaria que vive el país desde que la
economía a colapsado en los últimos años y la tercera es el hecho que seamos los
vecinos más cercanos

Además compartimos una frontera gigante de 2200 kilometros y cuando la frontera


se ha cerrado por diferentes motivos los migrantes simplemente pueden cruzar
por cualquier otro lado.
Este tema de los migrantes venezolanos se nos ha vuelto una problemática
publica en nuestro país, pues con la llegada masiva de ellos se han generado
varios impactos negativos tanto sociales, económicos como culturales y a
continuación vamos a realizar un recuento de ello.

buscar respuestas eficientes a preguntas del tipo: ¿cuánto recursos fiscales y


equipamiento escolar se requerirán para incorporar en el aparato escolar a los
miles de nuevos estudiantes producto del éxodo venezolano? O ¿cómo atender a los
cientos de miles de recién llegados que tendrán que recurrir a la salud pública?
Incluso, si se actúa con precaución ante las amenazas, ¿cuánto nuevo armamento
adquirir y cuántas tropas se deberán formar para enfrentar un escenario de guerra?

y el populismo. O la catástrofe venezolana le puede estallar entre las manos.


En conclusión, dado que la crisis venezolana será uno de los ejes de su gobierno, Duque
debe prever de manera estructural y fiscal cómo gestionarla a través de políticas publicas
de largo aliento y alto vuelo. Tiene que evitar la negligencia

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