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El complejo problema de la migración venezolana.

Parte I
Dario Di Zacomo (Buenos Aires, Argentina)

En los últimos años Venezuela ha vivido un proceso migratorio inédito en su


historia por las magnitudes de la movilidad de personas que están inmersas en él.
Dado que somos parte de ese proceso emprendemos la tarea de acotar ciertas
nociones e ideas para pensar en torno a este cuestión, con el espíritu de despertar
reflexión por las distintas dimensiones que surgen sobre el asunto tanto en la
forma de tratarlo, la información relativa a ello y las problemáticas que enfrenta el
o la migrante venezolana. También advertimos que vamos a dividir el trabajo en
varias entregas, en esta primera haremos el marco general de reflexión, para en
las próximas acercarnos a las diferentes problemáticas y posibles interpretaciones
que surgen de este proceso migratorio.
Comenzaremos señalando que en la búsqueda de información sobre la
situación de la migración venezolana actual nos encontramos con una serie de
situaciones que creo conveniente apuntar:
1) Es difícil obtener información cuantitativa al respecto desde fuentes
oficiales del gobierno venezolano. No hay disposición, o al menos no de forma
eficiente, sobre las cifras de emigrados venezolanos; es claro que los números
para estos casos por parte del país emisor son siempre menores a la realidad,
pero hay una serie de indicadores que permiten hacer los cálculos
correspondientes y proporcionar información sobre una situación que es real e
incumbe a muchas familias venezolanas, por lo cual debería disponerse de forma
pública de fuentes confiables para hacer estudios, análisis e interpretaciones
sobre el asunto, más cuando existe una fuerte campaña comunicacional
internacional sobre el tema migratorio venezolano.
2) Las fuentes disponibles son de organismos internacionales, ya sean de la
ONU como ACNUR, Organización Internacional de Migraciones (OIM), entes
regionales y la proporcionada por los organismos migratorios de cada país
receptor, los cuales tienen diferente y variada confiabilidad sobre el caso
venezolano en particular. Pero aquí vuelvo al punto anterior, el tema es que al
emprender cualquier interpretación que pretenda hacerse desde una mirada que
incluya la versión del gobierno del Presidente Maduro, por la carencia de
información queda en desventaja analítica.
3) Las fuentes secundarias son abundantes pero alarmantemente hay
pocas, a nivel de ser casi inexistentes, que provengan de grupos o centros de
investigación vinculados a organismos académicos venezolanos con
financiamiento oficial, no hay nada disponible vía web de instituciones como la
UBV, UNEFA o universidades experimentales nacionales, lo cual sorprende
siendo un tema con impacto social, cultural y económico. Cada institución crea y
valora sus líneas de investigación, no soy quien para señalarlas, pero realmente
me sorprende su inexistencia o poca publicación. Acaso no sería interesante
investigar temas como: el impacto en la economía nacional de las remesas
enviadas por las y los venezolanos en el exterior a sus familias y cómo influye en
el proceso factico de dolarización, la movilidad o no de la fuerza de trabajo con la
variante del proceso migratorio, les niñes que son criados por sus abuelas cuando
sus madres tienen que emigrar, las miradas de la integración latinoamericana
desde la experiencia migrante de las o los venezolanos, en fin múltiples temas.
La migración es el proceso por el cual las personas se movilizan con
carácter más o menos permanente de un país a otro, motivado por diferentes
razones individuales que pasan indudablemente por la lectura que se puede tener
sobre el contexto y las oportunidades que se le presentan para desarrollarse en el
lugar de origen en contraposición a un lugar de destino. Esto hace que se entienda
la migración como un proceso de movilización de personas que está
indefectiblemente ligado a factores internos de los países, así como de
determinados contextos históricos e información de otras naciones. Los factores
pueden ser múltiples y complejos, así como variables en su calidad, pero son
destacables los de tipo económico y en la actualidad la globalización marcada con
las TICs constituye un componente crucial en la disposición de tecnologías que
condicionan las relaciones sociales, económicas, políticas y culturales generando
un marco que atrae capital económico, intelectual, cultural y fuerza de trabajo
(Vargas Ribas, 2018: 91).
Venezuela es un país que ha atravesado distintas fases en su proceso
migratorio desde el siglo XX, en primer lugar fue un país receptor de migrantes,
este periodo está epocalmente ubicado entre 1950 hasta aproximadamente la
primera mitad de la década de los ochenta, donde a raíz de la crisis económica
comienza a darse un proceso de ralentización progresiva del ingreso de
migrantes. Esta condición de receptor se manifiesta en una oleada durante la
década de los cincuentas y los sesenta formada por una inmigración de personas
fundamentalmente provenientes de España, Italia, Portugal, Siria y El Líbano; y la
otra oleada está vinculada a la llegada de personas provenientes de los países
latinoamericanos, primordialmente de los países vecinos como Colombia (Bolívar,
1993) (Álvarez, 2006), pero también se hicieron presente personas provenientes
de Republica Dominicana, Perú, Ecuador y Bolivia como grupos más significativos.
Durante esta etapa (años setenta), además se manifiesta una proporción
considerable de migrantes argentinos, chilenos y uruguayos que vieron como
destino a Venezuela para refugiarse producto de la represión y persecuciones
desatadas por las dictaduras existentes en esos países (Vargas Ribas, 2018).
Como todo proceso histórico la temporalidad no es precisa, aclaro, a partir
del llamado “viernes negro” o la manifestación de la crisis de la deuda, el número
de personas que en condición de migrantes llegaba a Venezuela fue
disminuyendo pero no se detuvo abruptamente, los hermanos migrantes
latinoamericanos continuaron viendo a Venezuela como su destino aún hasta los
inicios de la segunda década del presente siglo.
Un segundo momento de la migración en Venezuela describe un proceso a
la inversa, es decir de un país receptor se va transformando en un país emisor de
migrantes. Este ciclo, que entendemos se extiende por varias décadas y tiene
carácter progresivo con las naturales fluctuaciones que son propias de los
procesos sociales, va desde los ochenta del siglo XX hasta hoy, caracterizándose
por un gradual incremento de emigrantes venezolanos con un aceleramiento
crítico a partir del año 2015, incremento que es precisamente el motivo por el cual
estamos tratando de pensar en estas líneas.
Los primeros pasos de la emigración venezolana están asociados a
personas de ingresos medios altos y altos, profesionales, empresarios e
inmigrantes que retornan a sus países de origen producto del cambio de las
condiciones políticas y económicas en estos, sumados a las manifestaciones de la
crisis económica venezolana (Álvarez, 2006) (Vargas Ribas, 2018). Esta situación
parece haberse sostenido durante toda la década de los noventa e inicios del siglo
XXI, lo que podría dar cuenta de una emigración de venezolana/os que tiene como
principal razón la creciente crisis económica del país, lo cual hace pensar que en
los últimas décadas del XX se forjaron las condiciones para que la migración se
presentase como una salida posible a la crisis económica en la subjetividad de un
grupo importante de connacionales.
Posteriormente, y ya durante la revolución bolivariana, el éxodo puede
subdividirse en tres concentraciones, la primera (2002-2003) luego del golpe de
Estado de la oposición y la rápida retoma del poder por las fuerzas
revolucionarias, así como el fracaso del paro-sabotaje petrolero, esta migración
está muy vinculada con sectores que fugan capitales y fuerza profesional que
había perdido su acceso a la Estatal petrolera, es una migración que se mantiene
en los márgenes de la caracterización anterior con la diferencia que suma un
relato político a su movilidad; el relato al que referimos es el desarrollado en torno
al carácter supuestamente dictatorial y comunista del gobierno del Presidente
Chávez. Los principales países objetivos de los venezolanos que emigran en esos
años son Estados Unidos y España. La segunda, se desarrolla entre 2006 y 2007
cuando el presidente Chávez es reelecto presidente, continua más o menos con el
perfil ya mencionado desde los años ochenta, profesionales, empresarios y
sectores de clase media y alta. La tercera concentración del movimiento migratorio
venezolano, y que aún está en desarrollo, se da a partir de 2015 con un
incremento considerable y evidente de personas que emigran, pero con el
agregado que abarca a toda la estructura social venezolana (Vargas Ribas,
2018), también se muestran otras formas de trasladarse que no habían estado
muy presentes en las etapas y subetapas anteriores. Les migrantes venezolana/os
se trasladaban fundamentalmente en avión y con una base económica que les
permitía al menos el “llegue”, en los años posteriores al mencionado vemos como
la vía terrestre ha cobrado mayor fuerza y los países receptores han pasado a ser
fundamentalmente los vecinos (Colombia, Brasil, Ecuador y Perú) y en general el
resto de países suramericanos (sumemos a Argentina, Chile, Uruguay y Bolivia),
además algunos personas migran en condiciones muy precarias “pelando
totalmente”, incluso vemos traslados de migrantes por vía marítima a las Antillas y
naciones insulares cercanas en embarcaciones precarias, al respecto aún
lloramos a los fallecidos en el naufragio de una embarcación con destino a
Trinidad y Tobago ocurrido en diciembre pasado.
Otra modalidad que se presenta, y que esta poco tratada, es una suerte de
migración de fuerza de trabajo temporal, esta va dirigida hacia los Estados Unidos
principalmente y describe un proceso como el de los “braceros”, es decir,
personas que migran para trabajar durante un tiempo determinado, regularmente
meses mientras dura el permiso de permanencia en el país receptor, y luego
vuelven a Venezuela con unos dólares ahorrados para repetir el proceso cuando
las condiciones migratorias lo permitan nuevamente.
Todo lo antes señalado muestra la complejidad del proceso migratorio
venezolano, y probablemente de las migraciones en general, ya que están
sometidas a variaciones según los contextos históricos, donde los aspectos
económicos y políticos cumplen un rol esencial generando las condiciones de
posibilidad para que se produzcan los movimientos migratorios receptores o
emisores. Por otra parte, y no menos fundamental, están los aspectos actuales
relacionados con la globalización informativa, que pudieran ser vistos como la
disposición de información sobre oportunidades y/o el espacio para influir en la
agudización de procesos sociales; y a esto referimos cuando se hacen presenta
interpretaciones ligeras y apresuradas sobre lo que está ocurriendo en relación a
la salida de un importante número de venezolanas y venezolanos del país, donde
privan las miradas polarizadas sobre una crisis migratoria.
En contraposición a la polarización interpretativa de la migración
venezolana, sin ánimo ninguno de suponer neutralidad u objetividad que por
demás creo inexistente en el análisis social, sugiero que la crisis migratoria
venezolana actual debe incorporar en sus análisis aspectos como:
1. Entender la migración como un hecho mundial, incluso un derecho, donde
entran en juego diferentes dimensiones económicas, sociales, culturales y
políticas, que a su vez están enmarcadas en diferentes relaciones de
saber/poder.
2. Detectar y describir los factores internos, en este caso de Venezuela
(políticos, económicos, culturales y sociales) que impulsan el movimiento
migratorio.
3. Determinar los factores externos (no nacionales) que pudieran estar
asociados a la dinámica migratoria, teniendo en cuanta la globalización de
la información, las tensiones internacionales, los conflictos geopolíticos y
todos los procesos inherentes a la discursividad hegemónica y la
determinación externa.
4. Profundizar y repensar la distribución de la conformación de las muestras
para las consultas a los protagonistas del proceso migrante.
Estos aspectos buscan contribuir con una mirada que se separe del
condicionamiento generado por los negocios de la captación de recursos
internacionales que ronda la investigación y análisis del proceso migratorio
venezolano, donde con frecuencia se inscriben ONGs, fundaciones, observatorios
y todo tipo de organizaciones que basan su rentabilidad en tanto el tema este
posicionado en la agenda pública con características que le sean atractivas a las
fuentes de financiamiento; y por otra parte adentrarnos, con el interés que
caracteriza a los revolucionarios por lo humano, a una crisis que trasporta
indicadores de la necesaria rectificación de rumbo.

Textos consultados:
- Álvarez, Raquel (2006). Evolución Histórica de las migraciones en Venezuela. Breve recuento.
Aldea Mundo. En: www2.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316-
67272006000200009&lng=pt&nrm=i

-Ávila Keymer (2018) ¿Un éxodo venezolano? Revista Nueva Sociedad, Opinión. Octubre 2018
En: https://www.nuso.org/articulo/un-exodo-venezolano/
-Bolívar Ch, Miguel (1993). Las migraciones externas en Venezuela: fuentes de datos, medición e
incidencia en el diseño y formulación de políticas migratorias. En:
www.cuft.tec.ve/publicaciones/barquisimeto/umbral/
revistas/rev13/docII13.pdf

-Vargas Ribas, Claudia (2018) La migración en Venezuela como dimensión de la crisis.


Pensamiento Propio Nº 47. En: http://www.cries.org/wp-content/uploads/2018/09/009-Vargas.pdf

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