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Colección Psicología Contemporánea

IHIM~(Q) Blieiclhnrnmr

JE§ltudi(Q) sobre
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IBlUll<eillll[D§ Anll."ies

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Bleichmar, Hugo B.

ª
El narcisismo - 1 ed. 5ª reimp. - Buenos Aires: Nueva Visión,
2004
176 p. ; 20x14 cm. (Psicología Contemporánea)

ISBN 950-602-011-6 A Sara y Schtvirli


1. Psicología l. Título
CDD 150

Toda reproducción total o parcial de esta obra


por cualquier sistema -incluyendo el fotocopia-
do- que no haya sido expresamente autorizada
por e l editor constituye una infracción a los
derechos del autor y será reprimida con penas de
hasta seis años de prisión (art. 62 de la ley 11. 723
y art. 172 del Código Penal).

ID 1984 por Ediciones Nueva Visión SAIC. Tucumón 3748, ( 1189) Buenos Aires,
lkpública Argentina. Queda hecho el depósito que marca la ley 1l .723 .
Impreso en la Argentina I Printed in Argentina.
l?ROILOGO

El narcisismo es el tema de este libro. Pero por medio de él hemos


aprovechado para profundizar en una problemática que nos ha veni-
do ocupando en los últimos años: las reglas de la enunciación y la es-
tructura del inconsciente en cuanto a su operatoria para la combina-
ción de representaciones. 1
El utilizar un sector definido de la clínica para abordar cuestiones
teóricas de índole más general responde a la concepción que tenemos
con relación a la producción de conocimientos : sólo en el examen en
particular, pormenorizado, de cierto dominio de fenómenos es posi- ~-
ble descubrir nuevas leyes o poner en juego las ya conocidas. El mé-
todo freudiano consistió precisamente en eso, en el análisis de un
sueño, de un lapsus y de un síntoma para proponer modelos teóri-
cos que dieran cuenta satisfactoriamente de la operatoria que los ge- .
ne raba. .i,.•

Actitu d totalmente opuesta en ciencia a la que parece prevalecer


en bue ria parte <ler ps1coañáITSISactuaI~ en que una suerte de metafí-
sica seº manifiesta oajo la fÓrma de conceptos_que no reeriv1an a nfu-
_g~n lado., sólo a sí mismo, conceptos que por otra parte van vananaó
cºóñtinllamerit; en el uso que se hace de ellos. En este orden de cosas
el psicoanálisis ha sido invadido por l_Q~Q!"océdiiñientos del dIScurso
fifüsOflCc)';'"IDCIUSíveCieººsus vi"efas cátegorías que son retomadas desd~_
el psiCoanálisis pero no para treneilClarse ~e ésie y re_s_olyer cm~stiones
que legítimamentel.ñ:teresañali;filosofía sino ara hacer creer que
·aquellas categorías deben ser as nuevas preocupaciones del psiconá-
"":-'.""'""':=·--

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Jisis._Y si se da el caso de que los practicantes de éste -practicantes so inconsciente nos llevó, casi sin que nos diéramos cuenta y de ir1a
en el sentido más amplio del término- se resisten a esta desvirtuación nera obligada, a interrogarnos sobre la relación existente en su domi
de la investigación analítica caen bajo el fuego de un discurso cuyo nio entre el significante y el significado, en especial sobre lo qu. , 1t
dogmatismo se revela ,en que más que estar dedicado a su objeto de estos últin10s años se ha convertido en un lugar común, la priHJJC
estudio se concentra en su autoafirmación y en la descalificación me- del significante. Creemos gue el problema ha sido plan ttado de uw,
diante la adjetivación. Porque si hay algo que caracteriza al discurso manera reduccionista, siendo el resuffiiaouñáñiü'iTiílclóñYefa obr-
dogmático es que contiene, además de la temática a la cual presun- freudiana ..En el ca,P1fülo respechvo nos ocuparemos en iño~tra~::¡
tamente se refiere, otras afirmaciones sobre sí mismo -en la tónica filo sín-la dimensión semántica resulta impen.s.ab.le....el..ia.ci~ns!'ie111t
del panegírico- y sobre discursos a los que coloca como rivales de-- _jHnámico.
nigrados.
Por otra parte la fructífera colaboración entre filósofos y psico-
analistas no puede resultar en una pérdida de delimitación, una
mezcla, un "filoanálisis" que ya tuvo su antecesor en el análisis
existencial, y que no beneficia ni a unos ni a otros.
El psicoanálisis, en cambio,. se interesa en las leyes que rigen el--
inconsciente, en cómo se regula la relación en e las re ntaci,9-
nes de éste y las de la conciencia, Si hubiera que sintetizar "La jp.-
terpretación de los sueños", diríarñós gue es la articulación de una
¡zroblemática, la del deseo en el !f9._ipo..__s_9n una gramática -con su
?ntaxis y semánti~a- por la cual el psiquismo procesa la cf~n
de ague! deseo. Este es el modelo que nos ña servido de guía en el
presente trabajo y que nos ha conducido a la inclusión del deseo nar-
cisista y de sus vicisitudes en un sistema -el inconsciente- en el que
las reglas de enunciación permitan explicar la producción de enuncia-
dos redundantes. En el capítulo que dedicamos al yo ideal y en aquel
en el que abordamos las características del discurso totalizan te, se
podrá ver que nuestro interés no se limita al primero como algo ya
constituido sino en la medida en que es un efecto, un producto de
un tipo particular de discurso que en su creatividad lo va construyen-
do continuamente. De igual manera el énfasis en la enunciación más
que en el enunciado reaparecerá cuando estudiemos los enunciados
identificatorios que tomamos como producciones de las que denomi-
namos reglas de la enunciación identificatoria. En éstas será en las
que nos detendremos. ·
Para ser coherentes con nuestra propuesta de que el psicoanálisis
debe progresar en su especificidad hemos tratado la enunciación -uno
de los ejes del libro- tal como aparece estructurando el discu rso in-
consciente, sus producciones, sin adentrarnos en sus aspectos más ge-
nerales a los que puede referirse la lingüística.
Pero el haber prestado nuestra atención a la operatoria del discur-

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IlNTRODUCOON

La virtud y la perfección, nacidas siempre de la comparación, son


elevadas a su alto rango en la medida en que más excepcionales sean.
Si no fuera por el contraste con aquello que se ve como carente de
determinados atributos no habría belleza, ni bondad, ni se podría de-
cir de alguien que es inteligente. Al constituir el ideal un punto den-
tro de una curva, pennite ubicar en una escala de preferencias por la
proximidad o lejanía que se tenga con respecto a él.
Es este sistema de preferencias o rele · onstitu e
el campo arclSlsta. Si Narciso pudo enamorarse de su imagen fue
por ve-ria como la más hermosa, por preferirla a todas las otras que la
rodeaban -ya antes había rechazado a Eco y a Aminias-.Por ello el
sistema narcisista y es siem re un si ema exi e or lo menos tres
e ementos: el que elige y dos que puedan com
El psicoanálisis se ocupo desde sus comienzos del campo narcisis-
ta, bastando para corroborar esta afirmación leer sus primeros histo-
riales clínicos, o la conceptualización del Edipo, que en última ins-
tancia es la descripción de la ubicación relativa que los sujetos tienen
sobre la base de:

1) una lógica de la preferencia y el relegamiento;


2) el deseo de ocupar el lugar de privilegio para otro;
3) los atributos que deben poseerse como medios .para realizar
este deseo, lo que se ha dado en llamar el falo.
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11
El orden en que hemos puesto estas propiedades del campo narci- pla determinadas condiciones. El objeto se-.P.uede..mesenta.u;.QIUfl.iLO
sista no implica anterioridad lÓgica: sin atributos que puedan dife- jeto deseante o como objetórechazan te. Esta fase es el inicio ,- aun-
renciarse no hay deseo ni preferencias posibles, pero, a su vez, sin las que sea incompleto, de la mstauración en el niño, a través de la inter-
preferencias las diferencias serían meramente cognitivas o perceptua- nalización de la .actitud del otro, .de una función evaluadora de sí
les y sin importancia afectiva. mismo. A partir de este momento sus conductas y atributos servirán
para que quede ubicado en la categoría de deseado o rechazado. Ilan
surgido los requisitos que deben ser satisfechos. Ahora que ya cono
ce la posibilidad de perder el amor del otro puede reconocer retroac-
Constitución del deseo narcisista dentro del campo edípico tivamente la fase anterior como de amor incondicional, surgiendo d
deseo de un reconocimiento con estas características. ~.. ~ -·--
_,,_--.,,--=-"~-=-.:-e=-·-:-"•:..·."""=:..-·.•. _.:;e·,-· ~:~~--- ..,. __ _
El campo ed ípico en el cual el recién nacido viene a ocupar un lugar
originará en éste el surgimiento del deseo, el que a su vez reestructu- 4) Fase del deseo de una preferencia total y del temor u! r<'iegu-
rará los intercambios entre aquellos que le precedieron como presen- miento. El tercero, quien siempre estuvo en el campo, aparece aho
cia real pero sobre todo como soportes del universo simbólico de la ra para el bebé. El tercero es el rival y el otro se convie rte en ub¡~w
cultu~a: Desde la perspectiv,a ~~el bebé sy_pu.ede cons!Eldir siguien- Jª. . que elige, adquiriendo el niño y el tercero las posiciones de preferí·
te sene.
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l\ftltvl(.I t) f 1 ' ...... a.-
J/ i.¡~Jv\AJ\..1v'-~'\.Jt,,'\:vv1..f"""'V
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do o relegado. En esta situación triangular, la rivalidad con el terce-
ro por la preferencia del otro da lugar al estado de triu nfo o de de
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y
1) Fase de la necírdad vital erótica. El niño nace. Es un cuerpo rrota narcisista. J;:ste es el campo de la preferencia ~-1ª..QQ_sterga
que siente necesidades vitales -calor, alimento, aire- y de satisfacción fión, de la rivalidad, de los celos, del sentimiento)ie--t<(}r:\.~º e}C_.c.:lu1
erótica -placer de una zona corporal por la estimulación-, necesidades do , de la lucha a muerte, de la necesidad de ser fel únicg_.¡La.lógi1"
todas,ellas fi.logenéticamente determinadas. El otro provee esas satis- que impera es: "O yo o el otro". « _
facciones y el bebé termina reconociéndolo como objeto de la nece- .r
1
sidad vital y como objeto erótico. 1 5) Fase del deseo de una preferencia parcial. Por fin se puede al
¡s..~~-:{:ª1.JJ_JJL~tap_?_,_-ª la~que !_1<2_ todo sujet:.;_~ ie neacceso~-eií-c¡u·é-sc
2) Fase del deseo de un deseo . El bebé capta el placer que pudiera ¡acept¡¡_ g~~"~el_ o!_!'_~!:\-º sólo lo desea a ~l sino taiñbíenawrr~~ero :::.~
, sentir el otro en su contacto con él, placer que obtiene no solamente ¡ ésaeseado aun cuando no se sea el único. Se lo desea a él por alg,o y
/ de las propias zonas erógenas sino por lo que todo el ser del bebé le -¡-ai tercero por otra cosa: la maarepíleaeºquerer al hijo como iál pt

~
! significa. El bebé -s. ujeto que desea-. es a su vez d.e... sead·o· , y el otro. es
econocido como objeto deseante.
ro al marido bajo' este carácter;_.N,3 ~!~, es el _9u<::_~l>.Y~ge__ ~.2-l'.!1~r toial
· ipente_aW;i1rn. El sujeto y los otros ya no son algo en sí mismo sino 1
En esta fase el bebé se siente dese.acto sin que esto dependa de lo posicioneSti:-e nte a los demás: si la madre no es la pareja sexual en 1
ue él haga: el otro brinda, al menos en condiciones habituales, su sí sino un se r que puede ocupar esta posición, también existen otras
eseo simplemente porque el bebé es su hijo. St1!&~ deseo de ser ~ mujeres que pueden hacerlo. Que el padre pos.e~,. ll! _ma~re como .
. ª-

~seado por el otro,. ·-----~==---- ~ pareja sexual no excluye que el hijo varón pued~. tener la s~1 ya\
' . _.¡-··
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3) Fase del deseo de un deseo incondicional y del temor al re- ,r ~\:_.. .• '

chazo. Viene luego otra etapa en la que todavía para el bebé están El pasaje de una ló~a de exclusión a u_na de con@1c1~~'.t,OY d
sólo él y el otro, pero éste ahora lo desea en la medida en que cum- tercero- no es una mera cuestión de evolución garantizada por el pa
so del tiempo. S1 ~u'Slvruaa]S~pür laj,f!Iíln
1 Véase el estudio que sobre el "apuntalamiento" realiza Laplanche en Vi- f!'a de que el amor del otro significativo hacia el tercero no está en con-
da y muerte en psicoanálisis, Amorrortu,.Buenos Aires, 1973. tgdicción con el que se tiene ñacia el su1et9. El contexto-iñtersiib-
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iefrro en el que se desarrolla el suj eto, los mensajes del otro signi- ,r ciones, como desarrollaremos más adelante en este libro.
,ficativo, las experiencias de relegamiento o preferencia sistemática · Los integrantes de la pareja de amantes parecieran funcionar en su
'¡producen su marsa en este sentido. ~s características ·de los celos prüñera etapa con las caracteríSticas del sujeto descante incondicio-
1 na! o, en el caso de ue se constituya por referencia a un tercero ue
112._o~encleránlaj~de un su~ deseo natural de excli:: \ e exclu e como sujetos que e ·gen.).;:!!_emergencia en _el sujeto -~­
~5~~j~ad sü20 ~~2?n consecuencia de~ el otro sign.ificativ<2_ .~J:..
¡:' ante de condiciones para nn ar su amor o la irrupción de un terce-
1 gª_,.QJl~J~~: la distribución desigual del amor por parte de los padres, !; r9.]Ue"'haga inestable la J20SlCIÓn de preferido crean tensión en e) cam-
/para tomar un ejemplo, crea un celoso activo en el relegado y un ce-
\loso potencial en el elegido, ya que éste ap rend ió que si no está en la !_po narcisista-. Teniendo en cuenta este último aspectQ,_la pareja mo-
posición de privilegio corre peligro de ser expulsado del paraíso. Pe- l; nógama puede ser considerada una organización apaciguadora de la
1
ro iambién padres preocupados por que no existan celos, y que con tfosiú1Ylfarc1S1sta ruasegurar la preferencia por medio de una ley qu~
~~~race_ obÜg~iOda,:~n~_v_ez~ons!itui~-á_::-?ómo pareja. ~. estable~e.ri~
\una especie de metro en la mano miden continuamente que cada
1h.ijo recib~ igual, crean a través de la acentuación de la sensibilidad que·-a cada cual su cana cual, reorganiza el campo narc1Slsta en d.ia ~
das, lo que disminuye la posibilidad de postergación.,Que lª ley se U:
a
Y:.,..í ·
lpara lo desigualdad la propensión a los celos. Por otra parte la id en-
jtifica ción con el discurso celoso ele uno de los padres ubica en esa frin ja no niega la función que cumele, y es por ello que las pare,¡as ~ ,, .
encue ntran con parejas y se rehúye sutilmente el número im!?-ªf. '--.. ... .....-
~post ura al hijo .
· Los celos surgen, en definitiva, por la convicción a la que se llega La importancia de las categorías que hemos presentado no reside
por múltiples vías ele que el tercero y el sujeto están en oposición en que describan qué es el nü1o en distintos momentos evolutivos, al
por la elección .e xcluyente que se le atrib uye al otro significativo. que hemos tornado silnplemente como ejemplificación, sino en el he-
Esta concepción del amor, verdadera economía de la circulación cho de caracterizar la posición que cualquiera puede tener en una
del deseo, abre una nueva posibilidad en la comp rensión ele los ce- estructura intersubjetiva. Que se vayan integrando en un sujeto lo
los y la riv'11idad al colocar el problema en el sistema intersubjeti- que hem os descripto como etapas y que se llegue a que alguien sea
110 y no en el sujeto que los presenta. No constituye este el lugar
para él simultáneamente objeto de la necesidad, objeto erótico y ob-
par;; dr.sa rro ll ar una descripción concreta y pormenorizada de los jeto deseante no implica que siempre tenga que ser así: hay sujetos
,is t<>mas inte rsubjetivos que los refuerzan o debilitan pero cree mos para quienes que el otro lo desee no es esencial -el paradigma en el
qur. el- jerarquizar el papel del otro significativo sienta una base só- cafñpo sexual es el que sale con prostitutas- mientras que están aque-
lida para el estudio de los sistemas en los cuales alguien es construi- llos en que su propio placer erógeno está fotaJJüenfe subordrnado a
do.)' para cualquier psicoprofilax.is o abordaje terapéutico.
·Jemos entonces que se puede funcionar con distintos tipos de
úh rn te res considerado mas 1mpoftante, ser objeto del deseo Cf"el otro,
lo t.ie se com rueba en como muan ansiosamente en el acto sexual
si el otro goza e~ de¡;ir si Jo desea, aun a costa de desaten er su pro-
l ·-)
códigos que organizan cómo el sujeto se acerca al otro:
pifplacer eró~no . .
Esta diferencia entre distintos tipos de objeto se podría formularll
a) el cte la aceptación incondicional -se da o se espera-; en términos metafóricos bajo la pregunta ¿qué busca más el bebé , la P
b) el ele la aceptación condicionada y el rechazo; leche, el pezón a succionar, o la mirada de su madre? La respuesta en .
c) el ele la exclusión -preferencia o postergación ante un tercero-; realidad no es ni unívoca ni se da en términos de alternativas exclu-
d) el de la conjunción. yentes. A veces por necesidad de la leche se dirige hacia el pezón ,
'-.,,, m.ientras que en otras oportunidades por el placer de succionar se
acepta recibir la leche, y en no pocas circunstancias por Ja leche o el
La estructura intersubjetiva toma sus variantes específicas ele la pezón se pasa a anhelar la mirada, Ja que una 'vez constituida como
combinatoria de las posiciones en que los sujetos tienden a ubicarse objeto del deseo puede determinar que gobierne cualquier otro deseo
a sí y a los demás , ele los encuentros y desencuentros de estas aspira- del sujeto, inclusive el de una sexualidad que aparece corno contraria
a la dctenninació n biológica.

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La aceptación del órgano sexual porque se anhela la mirada del erótica de Ja película es revelirdora,-.. GasanO'va da una prueba de Jo
otro o, aún más importante, por identificación con el goce del otro que él denomina sus capacidades amatorias ante un observador ocul-
es fundamental en las tempranas experiencias de seducción y permi- to que contempla la proeza a través de Jos ojos de un cuadro. Todo
ten explicar el porqué. de muchas fijaciones de las llamadas perversio- lo que hace Casanova , verdadera gimnasia del sexo, es exclusivamen·

t
1nes. Al recibirse la mirada del otro el goce que inunda la experiencia te para. p·.rovo. e.ar el.. e. logio d.e.l .juez exigente. Su .satisfacción estalla
hace sensible y placentero el tipo de intercambio sexual propuesto, en el momento del veredicto favorable. Las forma s que adopta su • 1
el que queda así introducido de contrabando . Si hay seducción no es . sexualidad no derivan del placer sexual que'i(q5f6vocáns-iñode que
sólo por el lacer erógeno ue la ex eriencia des ierta en el mo·~­ lo~co_~~~~~~ -~~~i~', ídel_ifidad de ser el mejor de lo_s am_antes. Preocu '¡.Í
i:o e ocurrir sino por el recuerdo de la mimda de e~_del f>acfón que Jo lleva a participar en el torneo sexual hacia el final de 1
qtro, con la que el sujeto se ide.ijJjfica. la película, como sabe comprenderlo dolorosamente su pareja de ese 1
Juego complejo ~----~~~---
entre la necesidad, el deseo erótico y el deseo del momento . ·
. _.... --'"- ..o---·-·....,.__,,,_ ....
deseo, en que éstos puege_n ser ~uentes entre sí o sustitutos -vicarian-
·_oc.·
Igual afán de afirmar la superioridad en la diferencia i:i llida ianí.o ·i
t'es:-ío-que
tiene- iillpoi-tanéia.de serre.conücldo
pará_ñO__é¡ueC!ar e-nc~- en el ideal del Superhombre de Nietzsche o en la vida de Lou Ali· "
rraclo "·~§la7a1si(~<Tii~CioJi]nfi:ru11-11i0togtsmóoe 1as}iecesiC!aaes o Tas drea-Salom( as! -como se oculta en las racional izaciones de l<!iilüS
zoñas erógenas a espald.;is de la mirada que. las marc-a:; o de i:ú1a-:c;.on- partidarios de~qíferentes formas de contra5..!:1..!!~ra, que.no si_g_nifi- lo
cépcicfn extrema del papel de la intersubjet!vidªd_que llegaría hasta ca -aclarémoslo para evitar equívocos- abrir juicios sobre lo que pll
-a- desconocer a aquéllas, dteramu!Egfrmm!acnn otro plano diferente dei deta mótivacíón
Pero aquí surge un punto que es necesario profundizar : el carác- 1ndívidual. ·-·-- -----
ter múltiple que posee la mirada del otro significativo, que trasmite / ~ En última instancia todo euede servir para satisfacer el deseo r,a1-
para la mirada del observado -mirada de una mi.rada- todo un paque- , cisista, cuya esencia es la de sentirse únicO,Ciiíereñfe,süj'.ieno r a fo.
te de mensajes, de valoraciones en escalas diversas, escalas de lo mo- dos los demás, recióleñc'lo una mirada qué asfloatestigU-e ..ldLIDQr!1l,
ral -del bien y del mal-, de apreciaciones estéticas -la hermosura y la faTnteüfeñcia, faestetíca,laseñsü~ª· s2~es d} ser n~~tabo·
fealdad-, de evaluaciones de las capacidades intelectuales -la inteli- lizadas dentro del sistema narcisista , para afmnar la sublime difere n
gencia y la estupidez-, de discriminación de las sensaciones -el placer -c1a con respecto a aqueTios que no las poseer ~~fgoumufr ·¿¡·er bon
y el dolor corporal-. Aspectos todos que pueden entrar en una cade- vivant no es simplemente un sensual sino alguie~se contempla
na de influencias mutuas en que uno de ellos desborda su cuali- ·~éndolo y aeñva gran parte di:..s.u satTsraccióii.!;!el _sgmi@.leD.to que
dad sobre el otro, en que el sujeto se erotiza en el cuerpo porque el · se atribuye en saber vivir. 2
otro despierta su admiración intelectual o, por el contrario, porque Vinculación estreéña entre el narcisismo y el cuerpo, entre el se n-
,1 se erotiza toma las creencias de aquél. timiento de superioridad y el placer de órgano, en que éste puede
I Efecto notable del libre desplazamiento de las significaciones que usarse para alcanzar todo lo que Ja biolog ía da como potencial ~
¡ hace que el Marqués de Sade, llamado por su deseo de ser superior y tanto el sujet~eda Y.S:.I:SLC.Q.lllQ:a.qu.eL.q!!.~dlflb_e_ gQW, o por e!
) diferente de los demás y libre de toda sujeción, llegue a erotizar ·füñfrario ~Ifegarse a 1~~§J.~s_ia,_qU,~_ O,gij)9njl_~J.s~ntiJ:nje.D.tO _Qe SUpe-
aquellas actividade~ _que puedan. testi.mon!ar de esa ~!ferencia que f lOr!'éfáQ:ael asceta por ser cap~E.?:1:1~-a.i=-e-l-lla·R1ª:slfrtle-gi:-ci;i:.~!1jº·
L busca. El deseo erotico se constituye en el con relac1on a la moral
convencional, que por equipararla con aquella que caracteriza a los
.!?I narcisismo, árbitro supremo en el hombre, p_uede_ h~rle_g_Q~ar
tanto con la hberacJOn de las puis10nes como-con su r~resión .
seres mediocres debe ser reemplazada por otra en la cual se sienta el §n es0 orden de cosas el gnto de ~"311Ucllo."ñilis. all4
único . El deseo narcisista -Yo, el mejor- determina que se elija como
( placer erótico aquella forma que los demás no practican. Es la ilustre
.: diferencia a la que nos referiremos en otro capítulo y que está magis-
¡ tralmente descripta en el Casanova de Fellini. La primera secuencia 2 Véase el libro de Pierre Bourdieu, La distinNion , Minuit, París l 9'i9.
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de ser le nguaje expresivo de placer del cuerpo: es comunicación pa- Cap ítulo K
ra efPfOTiiO sujeto y para el otro de que es capaz de alcan zarlo y de
pr~cuJ.?.:_§" orgasmo del narcisismo, X por ello su au se ncia ¡:iued~ lEL §KSTJEMA NARCISISTA INTRAPSIQUICO
doler tanto y o fende ~. "
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1
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-(.;_¡· t"j-·
-......J~- }
0
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En este capítulo nos proponemos estudiar las condiciones estructu-


rales -no las anecdóticas- que determinan el grado de satisfacción o
de tensión narcisista que está presente en todo sujet,o, más allá de la
conciencia que pueda tener de ellas. Satisfacción o tensión narcisis-
ta que constituye un telón de fondo de toda la vida mental y que de-
sempeña en el nivel humano el mismo papel regulador que en el pla-
no animal tiene la satisfacción o la frustración de las necesidades de
--- alimentació1·1· o sex. uales. _Más aún b el bienestar .!:'.º!"!!º~al es resjgilifi· 1. ·
---·~. cado en el hombre desde la perspectiva del narcisismo, pasándose a /¡
~;;---~n-·;;érit~<leTYo :=Deanrque al milestar d-e cualquier en: '

:·¡J'\\\(?!2 k;:~.l 11.),


-- - Term~a&"s-e ·Ie agrega Ja injúria narcisista de no poseer un cuerpo sa-
'
r . ,...r f', no como el de los demás.
\ ~. t- ., '-.) f :../'~
La observación clínica conduce a la conclusión de que el narcisis-
/
mo de cada sujeto depende de cierto tipo de configuración intra-
- \· .' ~- '- //~'ft¡:""...---. . .-·-~......,. . . . . . ., , . ,_ psíquica~ de_ un sistema que tiene estabi~dad en el tiem?o y que se _h_a¡~~
""" ( j ..,I• i\J l.:¡"{ r o ('.:¡ .\!,e, ' 1
'I ,/ •\ ¡, -, lla constituido por elementos mterrelac10nados.. Este sistema narclSl~-(j,·t.;1 )
i <::;·"ff'JJ4-~,IJ,); . ~\ .A1 /<. \'.\' ~-·5 '0f'•U,r -""{~ ~
) t~, que entra en intercambios con los sistemas narcisistas <le1os oti:qs ; fJ•.
-.._ !\ . - ,' -L J - t. • ( j /\ - .¡ \-.. \ süjetos , está integrado _por: a) las representaciones narcisiUi!~...ddW\~-'"" ·
l ( ,) f;~ Jv?.{;·y A 1\, · Qt(J 1tS.. ) () , \j"'~~\.é,-..1 1 <:\'C.fl. \ ·-' · bflas representaciones de los objetos de la actividad.na.i:..cisist.a.;_4Jas
r, ·' '\ . ' . . \ · ') representaciones de las posesiones narcisistas del o· ~
)l )..J'f . f' ~ .r' 'J. '.e:: ( . r:J;::_,. \ 1~l_, V,Jr;pl,,ZJ""A\ ~,.J...o'!c; ,~ · rá construir representaciones; e e sistema de ideales, la instancia
-critica y los metaiClea.Jes~
.,.,J '_; ,.·1) .... ~ f orno vemos por To anterior el sistema narcisista intra12síguic_o
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comprende aspectos del yo y otros del superyó, como la instancia
.Suuca X el s1~tema de ideales.
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( f";\r.¡;;;lntaciones narci~ mientras que en otros la representación de sí es construid a desde co


\...~ digos diferentes. - ·
El yo, utilizado el término para designar la forma bajo la cual el su- El admitir que existan junto a representaciones narcisista del yu
jeto se rllR esen a no es u ttta'd única ui homogéné'!_· EnreaIT otras que no poseen este carácter y con condiciones de gét1esis dis
dad se halla integra o por el conjunto de regresentaciOnes -enuncJa.· tintas no implica sostener que no se articulen entre sí, muy p-:n el
dos e ima@._nes- que el sujeto toma como descripciones de su ser. contrario, como veremos ahora con más detalle tomando las fobic.s
Dentro de ellas hay un subconjunto de representaciones quesefie- como material apto para la ejemplificación. ,
nen desde la perspectiva de la valoración, de los juicios positivos y La creencia fóbica constituye en realidad una doble conviccióf1:
negativos que se formulan acerca de sí mismo, lo que permite hablar por un lado sobre las cualidades del objeto fobígeno, pero por fl
de representaciones narcisistas del yo. Esto que parecería una re- otro sobre las del propio sujeto. ,
dundancia tiene su razón de ser en que existen otras represen- Siempre se ha hecho más hincapié en cómo un objeto se vuelve
taciones del sujeto, y que por lo tanto conforman el yo, en que las atemorizante -los mensajes codificadores emitidos por las figuras sig·
perspectivas desd~ las que se lo capta no son primariamente valora- nificativas para el sujeto, las experiencias traumáticas, los pruce:>o>
tivas. Así tenemos, por ejemplo, el caso _ d~l que ha experimentado , de generalización, de simbolización y de desplazamiento defensivo-
una crisis psicótica eón despersonalización e intensa ansiedad con· !\ sin que se haya reconocido suficientemente ~i el.. obJ.\.·eJo d~~p1c1: ·
fusiona!. Superado el episodio estará continuamente alerta ante el ta temor es poréjile el sujeto se representa a sí mismo como impo
menor indicio que preanuncie una recidiva, pues la representación teme, de6íl e mamm1:rfrerrté-a-al[ifé1".'T af11afuaaas fobEú"' ño.i-'ínales
prevalente que posee de sí -su yo- es la de alguien vulnerable en su cié la infancia nos muestran las consecuencias que tiene una repre
mente, capaz de psicotizarse. Podrá esta representación, a su vez, sentación del sujeto en que éste se percibe débil. El niño, ya con u11
quedar sobresignificada como inferioridad, pero aun cuando así desarrollo cognitivo suficiente , capta, y además los pad res se lo ha·
sea, y no es obligatorio que ocurra, la preocupación narcisista no cen saber, sus limitaciones frente al entorno, por lo que éste se IL
·, es lo esencial sino el terror a experimentar nuevamente la psicosis. aparece como peligroso. Es la representación de su yo como insuft
Otro ejemplo : el fóbico hipocondríaco con pánico a la muerte, ciente, como dotado de escasos recursos para manipular el mundo
(
sea ésta ocasionada por la posibilidad de la contaminación bacteria- exte1ior, lo que convierte cualquier cosa en amenazante.
na, del infarto o del cáncer, está tan sumido en el terror debido a El sujeto es siempre alguien en términos de una posición en et ~c:­
que la representación que posee de sí es la de un cuerpo frágil en no de una estructura: si varía la representación del objeto se moditi-
peligro. Más aún , el hecho de que en muchos casos el temor fóbi- ca la de él y viceversa .• El obj~ no es débil uoderoso ~.!1 sí ~usm o
co no sea vivido como síntoma sino que se posea la convicción de sjJ;lO con relación al sujeto. Un ejemplo es la relación entreefpofro
que existe un riesgo real nos señala que lo que está en juego no es la alvaje y su domador, o entre el toro y el personaje hercúleo que lo
autoestima: el sujeto no se siente inferior a los demás, ya que desde doblega tomándolo por las astas. En el terreno de la psicopatología 11
su perspectiva estaría reaccionando apropiadamente ante un peligro esta relación entre sujeto y objeto se evidencia en el acceso man1.1
real. Por supuesto que en algunas fobias, cuando el síntoma es vivi- ( co: la omnipotencia del sujeto, el sentir que todo lo puede le hace
do como ego distónico -algo inadecuado que se le impone al sujeto vivir el peligro real proveniente de los objetos como inexisteme .
La relación entre el sujeto y su objeto es frecuentemente, por I<
,,/ ) a pesar de que se da cuenta de su irracionalidad-, podrá quedar so- \
que vernos, ele complementariedad: amenazante-amenazaao, fu~ik

(~ey
bresignificado desde la perspectiva del narcisismo como testimonio
de su inferioridad · -por ser alguien psíquicamente enfermo- g!odu- Clebil. Pero tambien puede serlo de identidad: el sujeÍQ...YI-aí obj..Ío
aSU imagen y semejanza. O Se ve a SÍ mismo como SÍ fuera)g!;.Hl al
' .)
ciéndose entonces el tipo de depresión narcisista que sigue como una
t:,, seguna:a etap-a a c1eIIDJOmas. -
Lo anterior nos demuestra que existen sujetos en quienes lo domi-
- 9.Qjeto. ·
=mrimero de estos movimientos identificatorios obra en futlllJ
nante está dado por las representaciones valorativas -narcisistas- tal que si el sujeto se representa como agresivo también temira esa

20 'l
1 irn~gen del objeto , lo que ha sido tomado por los kleinianos pan> ex- t~rá la palabra del otro. quien podrá decir que el aire falta -"deja
plicar las fobias, que se producirían por identificación proyectiva de siempre una ventana abierta"-, que viajar en avión es peligroso, o
~la propia agresividad del sujeto. Explicación que al mismo tiempo ~ué aéhil ete.s".
1
que constituye tin aporte -la representación del yo modifica la del
objeto-, por el terror de hacer un absoluto del mecanismo invocado
y convertirlo en la causa de la fobia, oscurece el problema. ~n pij¿n,;:r
IJ:! g~r_J~~._fob_iJ!..5=,P.,QLi~_I!tifi9ción proyectiva de la prop~a ~~­ lLa circulación del significado entre las representaciones parciales del
dad son sólo un secJQLd~_ntro de este cuaaro~Jic.l!lllente no el yo. Operntoria de las creendas inconscientes
i1~1s"- ln1portante. Pero además, y esto es de la mayor importancia,
aun cuando la ideñtirrcacíOñ proyectiva de la agresividad del SUJet'b ¡J El yo como representación del sujeto está formado por una multipli·JJ
infcrnene én las genes1s cletterra'"S"fcrbias no basta para ¡ustificarlas. l J éíclad de representaciones parcial.es. El sujeto aparece provisto de un
Se puede producir la identificación proyectiva en el objeto, perci- •1 cuerpo anatonuco, una mente, conauctas morales, es decir innumera-
bírsclo como peligroso, pero si el sujeto se representa a su vez co- bles imágenes de sí. En un momento, por ejemplo en un concurso de
mo capaz de resistir una mordedura, o de alejar al animal con un preguntas y respuestas, su yo será el de una memoria capaz de recor-
puntapié , o matarlo con un cuchillo, entonces el animal no resul- dar; eri una carrera de natación, un cuerpo que puede nadar con ve-
tará fob ígeno. Se requiere, por lo tanto, algo más para que esto locidad; cuando se encuentre con los electrodos puestos para un elec-
ocurra. trocardiograma se verá como un corazón que funciona bien o mal.
En el historial de Juanito Freud muestra con claridad la comple- Todo esto sería hasta de mal gusto decirlo, por lo banal, si no en-
j;i articulación entre la representación del objeto y la del sujeto. El cerrase consecuencias cuyos alcances ya no lo son. Así como existe
problema no consiste exclusivamente en que el caballo pueda mor- un encadenamiento entre los objetos que permite el desplazamiento
der, y en que se lo vea así porque se proyecten en él fantasías ora- del valor de los atributos de uno a otro, igual ~ 1 1cede con las repre-
les agresivas contra el padre, o en que por una serie de encadena- sentaciones parciales del yo. Y no nos referimos a desplazamientos
mientos significantes éste pase a estar representado por el caballo. dentro de la misma clase de representaciones, como por ejemplo, en-
Todo esto es parte de las condiciones que llevan a la fobia pero no tre boca, vagina o ano, o entre memoria e inteligencia. _.Lo que nos
r· resulta suficiente. ~no sintierª...siu;.w:r.p.a..como..algo_.w.ln-e- interesa más bien, es el desplazamiento entre las re resentaciones
r~?le "- si la _!e presen~i:;ién de éste ne;> fuern.l'!....9..e~~.Q.1,!~­ parciales e o ertenecientes a órdenes di erentes.
e!
d..e_r.:; raer pe~e ,_~éste pue<;l,1~_Q,.1~sp¡:-.mQer~!<,.. en d!fmitiva, s!H ~na ·- Supongamos que alguien tiene un racaso económico. Comienza

1fé),v··
determinada representación del yo como castrable, no se completa- a considerarse inhábil en el manejo fmanciero, luego poco inteligen-
ría el ci~rre.... Cié Ta-est¡Üchila.'Tacan indica como un puntOO:eéTS'i\;"o te, para concluir por fin en un juicio, obtenido por su propia cuenta o
'I d~f 0ra_]el-iaé1a"Jac-oñstitiiClon de la fobia el momento en que Jua- recibido como mensaje de una figura significativa, mensaje que le di-
' nito re para en que su pene es insignificante; u_qJrastomo e!),,,la repre- ce "tú no vales nada". Hasta aquí todo está en el orden del narcisis- ~
1 sentación de sí, siempre a su vez en relación con la del otro, apare- mo, pero a partir de la frase de que no vale nada, resultante de una \..._ ·
ce-entonces-COJllQdetem:iinante:T generalización abusiva derivada de un hecho circunscripto -el fraca-
-· Pe¡ó-ii-1~ repí-esentació~ d~lyo interviene de manera central en so económico en este caso- se produce un salto. El lenguaje y la I~
las fobias en que existe un objeto externo, en las de forma hipocon- oa empiezan a hacer de las suyas. ·-· -
dríaca ya todo resulta de un trastorno de aquélla. r.'1::a frase· "ttl no vales nada" produce efectos porque es una refe-
P52!_~ parte,· detrás de la re¡zresentación del yo y del objeto es- rencia a una supuesta entidad, al yo como totalidad, como unidad
designada por el tú. "
J. La can, "Las relaciones de objeto y las estructuras frcudianas", !mago, Pero veamos -qué es lo que queremos significar con esto. Una vez
]'! °íi. que se dice "tú, Juan" la nominación no sólo diferencia, identifica

22 23
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,;:-~...(¡ 1. ,/ ' e-, e,;~:·~ _j/.'.,J-.'sV~ (f'· n /, . ,:') ·'UJ' ll...A ~\) J , :\'
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~ • -{_.)._,_; . ··-:_)

como separable de los que no son Juan, sino que arrastra el signifi - bien"-, conclusión que resulta de una transposición categorial2 y qti--
cado de referirse a algo que se supone una persona , una unid ad. Des- al entrar en contacto con un temor subyacente pero no activado
pués, si se encuentra con la segunda parte de la frase del "tú no va- hasta ese momento acerca de su salud física es capaz de despertar
les nada", el peso de la negación total -nada- recae sobre lo que es ansiedad hipocondríaca, la que se localiza al nivel del li poma debido
un sujeto presuntam'ente unificado y va a trasladarse como juicio a ¡¡ una vieja preocupación en torno al cáncer.

f
todos y cada uno de sus atributos. Si él no vale nada, entonces todo · Así como el p_siquismo prod~ce e~uiparaci~1:es entre ios objetos
lo que es él no sirve, su cuerpo por ejemplo. Y aquí es donde se pro- por encontrarse estos en un mismo amb1to fis1c o -por conügu1dad
duce el salto al que nos referíamos, porque si el cuerpo no sirve lo espacial o tem poral- sucede algo similar con las representaciones par·
empieza a ver como susceptible de enfermarse, de sufrir un infar- t:= ciales del yo, con la diferencia de que en cuanto a este últ imo, no ,,;e
to, de contaminarse , de estar expuesto al cáncer. trata de qu e los rasgos· queden asociados por pertene ce r a una rmsma
El "tú no vales nada" surgido en el área de las represen taciones imagen, una especie de ámbito físico que sería el yo. Más bien resul
narcisistas se traslada a otras áreas, la del cuerpo de nuestro ejeni'¡)fo. ta de las posib ilidades que abre el hecho de que sob re el sujeto se h;,

\ Pero las consecuencias de la mecánica del lenguaje y de la lógiéá


que arrastra al sujeto no se detienen ahí. Si el cuerpo puede enfer-
marse, sufrir un infarto, contaminarse, estar expuesto al cáncer, esto
modifica la representación de los objetos que se convierten en peli-
ble de que el yo que lo representa ~sté construido por juicios acen:;;
cte 10 que aquél es. e fl'.:;.
e f'-1G1.Di-b t-::1 o ;· tk 1 ··
La operatoria de las creencias inconscientes es la. ~~ pQ.sibjJita h
circüfacion entre las representacion-es-paré@fsdcl yn, Este es u11
grosos, de manera similar a como lo serían las bacterias para un SU; /1 , ~o ~e creencias sobfe el sujeto de las que la conciencia-lo úni-
jeto que no tuviera o creyera no tener inmunidad. )\ / co que sabe es ·10 que conoce acerca de sus detiYfil\os. Si el yo es una
~ Lo que había comenzado siendo un juicio de valor que el suj et.!}' \ ) ' rT1áscara no posee este carácter porque el yo oficial -la repre sentación
hacía de sí mismo en un sector de su funcionamiento se extiende consciente- sea el único que engañe. También engañ~ representa ·
hasta convertirse en una afirmación sobre su cuerpo o su mente. De ción inconsciente del yo, la fantasía queelSü}etO
se ha ·ecnoaccrca
esta manera un fracaso económico es capaz de precipitar una fobia dSCfil@¡i,,ttS él, 3 Si Freua.""ubicó una 6uena parte del yo co_mo inc~ns·
hipocondríaca: el sentimiento de inseguridad para manejar la reali- ciente fue para áe'stacar este h"éclio, y es en este dominio inco11sci{r1-
dad en el orden económico se difunde hacia la inseguridad por el ~~ r ia operafüna crelSlgñ"if'rarñtepefoTafñiJieñ pp1·
propio cuerpo no porque se establezca una conexión del tipo "si me ladel significado, com5 procuraremosaemostrar en el ca plflilo.l·e·~
puede suceder esto en lo económico también me puede ocurrir algo pechvo, es dable qu e se pro auzca n conclus1oneS'CjlieSeiñ1¡)uñe11 ·al
grave en lo físico" sino porque se relacionan los fenómenos a través slljeto, que se pueda pasar oeI sufrin1Íento narcisista~ I?-üLJ,!Hc.
de la representación unificada del yo que actúa como un verdadero ~oore representac10n de s1 a la angusfia aterrorlzant~!:.P~ ~us
puente entre las representaciones parciales. ceptible de enfermar.
Introduzcamos aquí un pequeño ejemplo clínico. Una paciente · --Se ha insistido tanto en que el yo es ante todo u n yo corporal
me relata durante una sesión que peleó con su marido, que le fa ll ó que se 'forn1 a por la captac10n de la propia imagen , que s~-d e~1tien
una entrevista, que se olvidó de un trámite que debía realizar, rema- de el hecho Jundaméñra!Cle que aq uel es ef esbozo del ycÍ~1-ñl'1deo
tando estas observaciones con la aseveración "siento que no estoy · iñiCiiir,"el'-tjae luego sera superaao, reestructurado , vo!vié nJose-_1::iás
bien'', con el significado de que ella no se ve equilibrada psicol ógi-
camente.
2 Véase m'ás adelante en este capítulo.
·( Mientras hace este relato comienza a intranquiliza rse y de pronto,
sin que tome conciencia, se toca un pequeño lipoma que ti ene en un
costado del cuerpo, comenzando a explorarlo en sus dimensiones .
¿Qué es lo que ha sucedido? A pa1iir de dos o tres hechos singu-
lares la paciente obtiene una conclusión general -"Siento que no .estoy

24
25
complejo , por las afirmaciones -plano del lenguaje- que se hagan so-
---·
,,.,,,...__,."
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•. __,' Cc.U" J. .J \ !:)


• -· .' i )
\J ,. 0 I () ~jv
Destaquemos también el circuito· realimentador, tan frecuente-
l:íi'ei'Js*ro.-~ mente observado, en que por una caída de la autoestima el sujeto, a l @' )
Así cOinoen toda percepción, una vez desarrollado el psiquismo y "--·: ·~
su perados los primeros estadios, están involucrados los juicios y la
cognición , en el caso del yo , aun cuando se lo represente medi¡rnte
considerarse incapaz, tenga miedo, produciéndose una inhibición fó-
bica que conduce a un verdadero cuadro de parálisis en la acción, la\
a su vez es percibi~a como testimonio de poca valía, con el incre- , __
b · '

¡ i m~ge ncs visuales -caso del sueño-~pre cs~s imágenes están º!ISª" mento de la depresión, y así sucesivarnente.
, nizada!t_por_u_n_jui_ci_o . Para colocamos en el terreno que aparente- Pero no sólo un trastorno narcisista con disminución de la autoes-
mente sería más del orden de la percepción , si el yo en un sueño tie- t ima actúa como condición para el surgimiento de ideas fóbicas, hi-
ne de terminada forma es porque ésta depende de afim1aciones, y si pocondríacas por ejemplo. El sentimiento persecutorio es capaz de
el cuerpo se presenta com o gordo , o flaco , o alto, o vigoroso, o en- provocar el mismo efecto. Los clínicos que observaron ue la a · -
, ferrno , etc. , no se trata obviamente de simples imágenes sino de con- da~rse~uJ.Q.ri.a....e,i:a_s,eg.v.i: _ or reocu aciones hi ocondríacas,
! ceptos articulados en una red de oposiciones y ,.diferencias, de corre- sóstuvieron,en su intento de d<J,[ una expli~Qim,s:¡_µe "el persegu1 º'
laciones . =---o°'7"-:;> ~: .;..~ "r·, J,\(• ¡. . ~ J --::/ /11}: J/0" ,~
/
1
'.,. "\" ll .1 . .... ··\' • ..;. : ~--·- "1 .... •.. ·• - --.../..
-. es localizado en el órgano", bajo el supuesto de que la relación inter-1 C- '
Po rque de alguién se pueae prel:licar " ~tzs inútil" , el adjetivo pue- persoñal oell1po perseguido-perseguidor era trasladada por el pacien- ~) 1
de deslizarse a la posición de referirse a !!l:ia esencia del ser y la pri- te a la relación entre él y su órgano, en el cual quedaría simbolizado ·;: u¡
• mera afirm ación transformarse en "eresfuri'-ruútil", lo que como vi- el perseguidor. El órgano pasaba a representar a aquel que está ata- J)'reh
mos más arriba será capaz de organizar cada una de las captaciones cando al sujeto desde adentro. La preocupación hipocondríaca no ""
ele sí que haga el sujeto en cualquier actividad. parecía ser otra cosa que la atención vigilante que se tiene ante un ,!
Lo q ue en forma desc1iptiva se ha llamado pesimismo del rnelan- supuesto agresor. u
cóJIC~,~ ¿s-e f resu1t-a<lo-deuna lóg!Ca" inílexióle aer oiscurso. s~3en Pero además de dejar sin ex licar cuál es el nexo entre el órgano y
sostene rse afirmaciones genencas tales como "eres un inútil" es .Q_Ór- el persegu1 or, como se realiza el pasaje que facu ta pnmero para
que el 1en-guaJeperniife que wculen juic10s sm referencia a ningún reeinplaza-r al segundo, queda por resolver un problema importante:
da t 9~ aje_ñ_ü~ al prüJ2iQll·imJfSO en acc10n . se
c'?)iño explica ue el hipocondríaco tema que a su organo qaeri-
El nombre con que se designa a un sujeto, que habla de él como si dó -corazón, cerebro o intestino- e pase go, e1e e uncionar, se
fue ra una unidad , la imagen que le refleja el espejo que también pro- f~tigue, no le llegue suficiente alimento,-en definitiv_a, que m~:_nt~as ~
d11ce esa ilusión de unidad hacen que se vinculen los atributos de un en la u a con el personaJe- persegu1dor este es considera ___ \
sujeto, lo que cons tituirá la condición de posibilidad para la circula- suje'to,--diterente. en e caso e su organo en peligro lo siente como ·
ción de las significaciones. u~ privilegiada de su ser. En la relación entre él y su persegu~- ,
~ª- e.'.<Jste_n_c_ia_sle illLY.º-.il.l!~Q.r..i.ª-!DJID.te__y_!?if\~ado , ague! que el_s.).lje- dor se produce una disyunción Cle dus-id~rrviVtda~ co_!m.uli.;,
to cree se r, reaparece produciendo efectos imaginarios. Lo que se féí'enfes; en 1a relac1on con eforgano, por el contrario, wque preva-
diga éie éL_corno pre m1Sá-geñeráfiéñ Cf i-Ttoaóel peso de lasprernísas lecn:Tta :i · e·n i rcac1 -- -- ·
genérales en qué--tárito -hemos insistido: perrnmrr¡'ffooucilc0nc1uslo- - reemo e en la transformación de la relación perseguido-perse- ~
nes parciales derivadas d e-aqU'éllá~ s_-- -· ·-···----- -- ---·~ ey!dor, en vínculo hipocondríaco con el ill.W,LO o la mente, ~..!ru!J:-ª.:.. ·
' - Veiriós cñfoncesqiTe_fa_pobre representación de sí que se presenta ~smo es diferente. En la relación persecutoria, el sajeto se sient!:!~e.f\ ,
rn !a depresión narcisista origina la emergencia de ideas de tipo fóbi- peli ro iensa "yo soy débil, el otro es fuerte", ve todo su ser como
co -"yo no po dré enfrentar tal cosa y por lo tanto es peligrosa"-, o sí estuviera amenazado, -mcapaz- e e en erse, evidenciando limita-
por el contrario, el mejoramiento de aquella representación, que pue- ciones de fuerza, de poder. Esto actúa como U!J.a premisa general in-
de estar dado por un éxito en un área circunscripta, aumenta la con- consciente: "si soy débil, si no funciono bien, si puedo tener una he-
fia nza del sujeto, lo que produce a su vez algo que siempre parece rida , un golpe, si mi cuerpo puede ser dañado por los ataques del
\ .~ni gmáti co : la remisión espontánea de las fobias. otro, entonces ... mis órganos que me pertenecen están en peligro,.

26 27
r~ ' > , J''
/\. ~\) $) lJ'/\-t,, i.:l\~.1..,._.:i
'I ' \ J.)Vvv--lf;.,.,':)
son fr' · er arte de ien que es débil". el supuesto de que no cuida su salud, que la está arru inando . En este
~~da de esto se formula conscientemente, J!lcluso ni sig~~s punto la categoría de irresponsable construirá como ejemplo de ines-
~bligatono ue siempre se proceda a traVéS'cre esta lógica deductiy_a. ponsabilidad cualquier acontecimiento, de igual manera que la cree11·
Basta con · ue me a un o e, y me rompe la cabeza", cia por parte de alguien que atraviesa un bosque de que va a ser ata·
" me rom e el alma"• ara ue estas frases, a o e o er 1ter izan· cado convierte a todo en indicio de lo temido , tanto el ruido corno d
te'del inconsciente, le hagan sentir que tjene un daño en la ca eza o silencio más absoluto, al que se le podrá atribuir el carácter de prne
I

~
W el corazón... al que no sólo los poetas han considerado el asiento ba de que el supuesto atacante está al acecho,inmóvil.
del alma. Más aún, si los poetas han podido hacer residir el alma en el A nuestro modo de ver no se ha reflexionad_o Jo suficiente , cada
corazón es porque esa metáfora es una posibilidad del funcionam ien- vez que se estudTalifl"~~~=~~-piai"arrtiento entR-cio.s_xe-
to psíquico . . preseñE!cio~<e_Q_ el papel ~tn1s;J!lJ~Dte ue ..lli.!l.U-ª ide.!!!icJC!.4 fü·
Se ha pasado así del temor persecutorio al temor por una parte puesta para el SUJeto eñf érminos de premisa general. Se ha desvirtua-
del cuerpo, y es que no sólo el histérico es capaz de tener vómitos düérha:I:lazgo-fremiiarroll:asta transformarloen una e sE._ecie de aph-
porque "algo me repugna", concretando en el órgano una metáfora cáéíóti de la teona asociacionista al estudio de la relación entre el i.n-
cuyo referente es una relación interpersonal , sino que en el acceso ¿onscienre la conciencia. En camb10, lo que Freud ev1denciÚ ;s q 1e
persecutorio el paranoico es sorprendido por el mismo juego del 1~~ción de representacione~ ps1c¡u~smo ~~E,:~~~~ cábo se·l'
lenguaje. gún o 02eratorias. Dna 1le""fil"1as esta asacraeñ'COílexiones-afociat1-
En el caso del sentimiento de culpabilidad la relación entre Ja ere· ,; fde contig;aaéf.!Jmporq=esp~de -sll11í1mTII form afci_~-CsTun-~fi
encia inconsciente y las derivadas que surgen en la conciencia obede- cante, de analogía de las imágenes dél r ente y que anastra iil psi-\
ce a la misma estructura que estamos describiendo: una premisa ge- güísñió de una representa-cióña'Otrli.....1=-~--~ha1:1a tota111enlé ále- l
neral que determina múltiples convicciones subsidiarias a través de jada del orden de Jo sens16le; en emllas representaciones van quedan·
una operatoria que sigue más los procedimientos del sofisma que los do englobadas en unidades ñrnyores por un Juego log1co y paúilogi
de la lógica, ya que a partir de un aspecto limitado saca un a co nclu- ca de inclusión de clases. 4 -
sión general -la identidad global del sujeto· y desde ésta deriva afir- Nuestro interes eñ'Oescribir la lógica int erna del pasaje de la
maciones que le sean congruentes. depresión na rcisista a la fobia , o de la ansiedad persecutoria e hipo
Cuando se sigue el recorrido que hace Freud en tomo al senti- condríaca prueba que el establecimiento de correlaciones, de secuen
miento de culpabilidad se observa su insistencia en señalar cómo cías en la evolución de cuadros clínicos es sólo un primer paso. Se
. una determinada representación inconsciente que culpabiliza al su- trata de algo equivalente a Jo que sucede en la física: una cosa es de
~v jeto ·prácticas sexuales consideradas inmorales, deseos incestuosos, cir primero hay hielo, Juego agua líquida y después gas, co11 lo qu e st.
( ~1 deseos de muerte del rival edípico, etc.· reaparece en la conciencia describen tres estados del elemento agua , y otra muy dife rente plan
\ __ con contenidos temáticos muy alejados del original. L2JtD.ico que tear Ja hipótesis de que la temperatura detem1ina el movimierno de
hay en SQ._mún..e.ntre la G_reencia re2rimidi.l..Y_Jª c.onscje1j'-t~n las moléculas del agua y que de dicho movimiento depe nde el est ado
.á.@ bii§el sujeto se cree culpable. físico de la misma. Volviendo a nuestro campo de estudio , el examer
~, Pero ¿qué quiere deci r que ·el sujeto se cree culpable? Si nos dete- de los juicios que se formulan sobre el yo como entidad global -las
' ,; ·; nemos en los pasos que conducen a esto comprobamos que: 1) Por un
, ¡\ l.fk aspecto parcial -tal práctica o deseo repudiable- se llega a un juicio 4
yernos así que en la lectura del inC:?2:1lsLent~..!12..J?illrn _i;:_oJ) ~sj¡g ª1e~1t9> 1
b~- <-):'e , global sobre el ser del tipo "soy malo", " soy irresponsable" , "soy un a las cimex10nes asoc1atívas clásicas, o al juego del significan te que la '<~cuela
laCa'ñiaíra!nrs:rbitt~'C:rtar-del-ol·~ -ei'i"l["~fr_t1TI!:r~a.F¿_l_náüst'a debe
,
C~}{· " egoísta". 2) Una vez que reconoce que él mismo tiene tal identi- preguntar en qué premisas cree el incon~~~- ese suL~Q_y ,_como uiedial'.-
1
¡
¿• o/ dad, cualquier acontecimiento será considerado una ejemplificación t(fülcrentcs operac10ne~üce!TiiSOe inclusión de clases, va crell!\dQ _nue· l
/ de esa supuesta esencia que constituiría el ser. Supongamos que a vas creencias. Pero ya nos ocuparemos de esto " eñ-éxtenso eñ~el ·capí tulo III 1
cuando examiñ'érii'Oflaestructura- ae1im:"o-rrsciente.- - .. -... ·
causa de la masturbación el sujeto se dijera: "soy irresponsable", en ------~~-
- ~---~~·~--- ...
28 29
representaciones totalizantcs o premisas generales que se hagan sobre ficante y el significado sorprende a los sujetos. 5
~1- y de las relaciones que éstas adquieren con las representaciones /! Volviendo a las representaciones narcisistas del yo, hacía tiempo
sobre aspectos parciales permite superar el nivel descriptivo y dar J que nos había llamado la atención la discordancia con que algunas
''Uenta del nexo interno, de la razón, de Ja transformación entre los .' personas emitían · continuamente tajantes juicios de valor sobre sí
diferentes cuadros clínicos. En esto se basa precisamente la superio- { mismos o sobre lo~ demás y la ausencia de estos juicios en sus sueños,
ridad ele una nosología que está respaldada por una teoría sobre otra ¡ hasta que descubrirnos que estaban presentes pero en una forma no
.._-·¡, 1 habitual: incluidos como actos concretos, tales como verse pronun-
.¡ue no trasciende el nivel puramente fenoménico.
En la historia particular de cada individuo las representaciones
parcüiles se sueldan entre sí de manera especifica de acuerdo con
., l ciando un discurso frente a un auditorio -escenificación de "soy in-
·. \ teligente", "hablo bien"-, teniendo tal color de ojos o tal forma "Cle\.
~contecimie ntos muchas veces casuales , creándose condiciones propi- .~ nariz- escenificación de "soy hermoso" o "soy feo", etcétera.
das para el fenó meno de desplazamiento. '· Digamos que con respecto a otras representaciones, también suce- )\
La comprensión de la articulación entre las diferentes representa- ele este fenómeno de escenificación: el sujeto se representa atacando
ciones parciales del yo permite también comprender por qué durante a otro -escenificación de la premisa "soy malo"- o haciendo un rega-
la psicoterapia una modificación circunscripta tiene el efecto de pro- lo "soy bueno". .I
rlucil un cambio en otros sectores de la representación del yo, aun Los sueños en que alguien no puede alcanzar un objetivo -llegar a
' uando no haya habido verdadera elaboración transformadora en es- una estación, encontrarse con una persona, desarrollar una tarea-, es
tos últimos, y ni siquiera se los haya abordado directamente. decir, los sueños de imposibilidad, tanto pueden representar que el
La operatoria que hemos descripto entre las rnpresentaciones par- yo es inadecuado como señalar la existencia de una prohibición por
ciales del yo explica el porqué de Ja influencia de los mensajes familia- la cual no se debe infringir una determinada norma. En los sueños en
res en áreas diferentes de aquellas a las que explícitamente se refie- que el contenido edípico incestuoso aparece como deseo en el nivel
ren. u_n mensaje desvalorizante es capaz de reaparecer en quif;!!JO manifiesto del sueño pero en los que siempre surge un obstáculo que
recib'étronsto1mado en sintoma fóbico. impide consumar e.! acto prohibido se ve claramente cómo la prohi-
füt¡;-pon;-;~7ela de juicio-ros-intentos simplificadores de encon- bición se encarga de encontrar inconvenientes para que no suceda
trar siempre una intencionalidad, sea en el que emite el mensaje ini- lo punible.
cial que desencadena el proceso, sea en el propio sujeto en cuanto a Las representaciones del yo en que el sujeto se ve corporalmente
la producción del síntoma. La pregunta que subtiende tantos traba- débil y que además están articuladas con aquellas en que los objetos
jos de terapia familiar acerca de cuál sería la función que cumple el · tienen intenciones hostiles, aparecen como escenas en las cuales el
síntoma en la familia es, en más de una circunstancia, desorientadora sujeto vive una situación peligrosa. Los supuestos básicos de "soy dé·
porq11e• supone en su génesis la constancia del beneficio para alguien. bil y no podré defenderme" o "soy un cuerpo enfermo" actúan co-
El hecho ele que en algunas circunstancias esto efectivamente ocurra, mo verdaderas máquinas productivas que originan mil variantes de
0 que una vez constituid.o el síntoma entre en el circuito del intercam- una misma temática de hallarse en peligro.
bio familiar y haya quien lo aproveche no debe hacemos perder de Los sueños de desnudez, además de no poder tener un significado
'ista la complejidad del fenómeno. La célebre ley del efecto que in- exhibicionista, son una forma de concreción de la representación de
dica cómo se refuerza un síntoma, no nos proporciona ninguna acla-
ración sobre su génesis. s No deja de ser llamativo que algunas corrientes dentro del psicoanálisis se
Por algo el psicoanálisis distinguió entre beneficio primario y restrinjan a la suposición de que el efecto, la consecuencia, el punto al cual
beneficio secundario -ambos en el orden de la intencionalidad in-
con~cie nte- de otro tipo de operatoria en que no hay nadie que la
¡
¡arriba cualquier proceso psíquico sea la causa de éste, especie de teleología
.. .--~ ..... a ultranza, mientras que otras más actuales, que han reconocido las leyes de
," , 1 ¡ ura operatoria, caen en el error de querer desterrar Ja intencionalidad que
1
promueva , 1<1 busque, la desee, sino que el encadenamiento del signi- { .. ,/> e1j Ja obra freudiana fue sin embargo llevada a un lugar prominente. Esta-
\ (~J ~10s aquí ante una ejemplificación de los reduccionismos mutiladores.
'-........ _, ..

30 31
I'..,..--

~
de ese color se le reconocía su inteligencia, o porque al hablar Lli'./O
que se es ridículo o inadecuado, por lo que se activan recurrentemen-
un rictus que se encontraba en otro personaje al que se le atribuían
te en situaciones en que el sujeto se ve desde esta perspectiva. En esa
determinadas cualidades intelectuales o morales se las supor1drá
imagen de desnudez ha quedado fijada para la representación del yo
también presentes en el sujeto; o porque en una oportunidad se que:
toda situación de.vergüenza.
dó dormido, este acto podrá ser transportado a la categoría "e1e~ citl
.. Esta representación de los juicios que el sujeto tiene de sí en tér-
haragán"; o porque fue reprobado en un examen ac.lqu¡rirá ~a identi
minos de situaciones se debe a la tendencia del sueño a transformar . .• ~·1·· . ,_ 1 ·-
pensamientos abstractos en imágenes plásticas concretas, a que, co-
ª
d d de ser un f racasa do. .::::-1·-r•:.H·.í'<.:1 ¡(: r'/Y-"' __ '1 .._; '. · .
~a transposición ~~tegorial que 2ermite é~!_ende!_gÓfI19 s~ f9rma11
mo lo señalara Freud, el fenómeno onírico produce una regresión
l~~nciados id~ntificato_r:ü)1j!J2§,..W..D9§J1.ab lú>il!.J.<LA.ulagnie.i.: 6
a las condiciones en que esos juicios se crearon originalmente. En. ti~ne consecuencias notables: como la categoría a la que son trans-
~!~, al niño se le le_~us acciones y atribut os p~ic.ula1es énftr';,. pÓrtados tas acciones y atributos es más abarcativa que esos úld-
minos de categorías cargadas valorativamente -eres malo, eres her-
\ mos, una vez sgngeladaJª Lc!e..!!.!i_d~~ del sujeto bajo esas etiquetas SI]
-~e~oso.... ~de mo_cio_qu..e__en-filJ7 J.!Siffi!jsmo P.egar a algüíen_,3e~--:-~.
le atriBufráññuev~~}cc;iones y atri~~tos qu(.f~~~n parte de las mis··
bedecer una orden, no prestar un juguete, no ingerir la sopa, no .mas; 'peroqüé' rió tienen nada· que ver con los que· óliginalmeu ¡e
Ci@r~~l!Sffi.eaansigntfin1ídn:::g_!te-~-mato-,-p-orejempro-.- 'iiitefvirlleton eh1a trinsposició.n. Supongamos, para aclarar esto , qué
Cuando ulteriormente piensa -conscienteo--üiCOn·scieñtemente-
"iiéei-Oe-a::.,flü.e-:áliÜimrñfsleprestó un juguete al hermano se lo eti-
que es malo, se representará con tal carácter mediante aquellas ac-
quetó como malo. A parqr de esta caracterización se le supondrfo
ciones que estuvieron en la génesis del concepto . g~xo,,aª-emás, y est? todos los atributos de lo q~e significa ser malo, los que var1 mucho
,/es-más~effaH.t::§:::aÍ!.n,h_abrá incorporado un modo de funcionar, la
más allá del hecho de no prestar un juguete. De igual manera al cali-
1>-.... ffonsposición categori'ai';por la cual determinados atríffutos yacclo:··.-·
ficar a alguien de tonto o de generoso, por una circunstancia singular
[\i-p!fÍ\ ''Ms-stngulares son trasladados a cate orías valorativas ÜeatñOu'Yeif'"'.>' se lo verá poseyendo todos los caracteres que esta categoría connote.
'- ~~-¡m~~ i entidad al sujeto: pegarle al hermanito, significante_con. !fil!l:.-:.:.,. y que trascienden la situació~ original.
-{¿t:S · tiples s1gruhcac10nes pos1bles;-pasa-ircategerizari'~alo". Existe también transposiCión categorial cuando el fóbico descíibe
../ ---MéOiante 1a transposición categorial se operaüñ' pasajeoetrfrre::-··
una sensación concreta det\e nninada en términos de una presuntr,
gistro a otro, uniéndose dos entidades, actos y atributos concretos
consecuencia. Por ejemplo üna paciente cuando sentía palpitaciones
/ con categorías generales de aceptación y rechazo, las que no poseen 1
-puro significante físico- decía "me muero"; cuando percibía cor,·
( ningún nexo más que el arbitrio del que efectuó la transposición.
traídos los músculos de la girganta o el tórax pensaba "me aliogo'';
1. En la transposición categorial, inscripción de un significante en cuando le dolía la cabeza lo 1codificaba en términos de "me estalla la
' """> un código de significados; reconocemo3 ~~~- lenguaje y cabeza"; cuando sus pensamlentos vagaban sin orden fijo como con-
la palabra del o.tm..significatiw -st..~dres o facllifüra en gene- secuencia de la angustia que! la distraía llamaba a esto "se me va la
_rat- que son capaces de ocultar la arbitrariedad del acto paracoñVer--~ cabeza"; cuando tenía situaciones difíciles de precisar decía "estoy
1lflo en iílgo que pareciera derivar de una ley natural o d!_ la _razón desequilibrada". Todas estas !creencias se independizaba n a posterio ·
'sma, Si el balbuceo del hijo es transpuesto a la categoría de ""es fu:--..· ri de las sensaciones de las q\.1e pa1iían y te1minaban por literaliza -
teligente", o la fiebre de una vulgar gripe a la de "estás en peligro de se, creándose la convicción de la muerte , de la asfixia, de la loct.ra ,
muerte", es exclusivamente gracias al monopolio para otorgar signi-

.,¡ 1 , · ! ficaciones que posee el otro. La transposición categorial llega a ser


de este modo el instrumento por excelencia para el ejercicio ·de tal
de la pérdida del equilibrio corporal.
Por otra parte, una vez realizada la transposición categoiial y ·1f2·
judicada gna identidad al sujeto la categoría en que queda ubic¡,do
poder, para que el odio y ~l a.,m_pJ....deJ_q11e lo tiene en~1:1~~n una ,,..,.,...,---""-::.~

coartada cuando se cristalicen en juicios ~e otorgan identidades. /~ Piera Aulag1J\;r, La violencia de la interpretación, Amorrorlu, Buc.10;:
"J\ST, por el hecho de que iilguien tenga un deteriTI.maaocólOr-dé- r\ Aires, 1977. )
1

ojos podrá ser considerado inteligente, ya que a un tío que los tenía \

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preexiste a sus actos y otorga a éstos el sentiW de ser miembros de
aq uélla. Como planteamos en otra parte de este libro -al analizar el
discurso to talizante-: para el ceioso que ha identificado como infiel
1
a la mujer, toda conducta de ésta será expresión de su traición; para
el erotómano que ha decidido que el otro es un enamorado, sus actos
serán constantemente una muestra de su intención de acercamiento;
para el paranoico que prejuzgó al otro como atacante, el más míni-
mo movimiento estará denunciando la intención hostil; para el me-
lancólico q ue está convencido de que es inferior o culpable, cual-
quier cosa lo probará; para el hipocondríaco que se ha identificado
como enfermo , la observación de su cuerpo o de su mente Je dará
este signi ficado a cualquier actividad corporal que se aparte del fun-
cionarniento habi tual .
Todo el pro·ceso de socialización -en la familia y fuera de ella-
constitu ye una intennin able serie de transposiciones categoriales:
el llanto del ni ño es convertido por la palabra del adulto que lo lee
desde su propio código en evidencia de hambre, frío, soledad o
r;:ibia. 7
Cuando al niño al ofrecérsele una comida se Je dice que es muy sa-
brosa o. por el contrario , ante la presencia de otro plato se califica a
éste de asqueroso, se le está transmitiendo un modelo de cómo debe
reaccionar fr ente a estas contingencias. Es la calificación, explícita a
través de la palabra dicha, o implicada en la actitud del otro signifi-
cativo, la q ue determina que simples sensaciones de tipo olfatorio- .:;:,
gustativo -puros significantes- puedan transfonnarse en una percep-
ción qu e signifique aceptación o rechazo.
Hasta la misma psicoterapia , aun cuando parezca un sacrilegio de-
cirlo . es un ejemplo sofisticado de transposición categorial: las con-
ductas son do ta das de un sentido qu~ existe en el código del terapeu-
ta. ~J?~.~~-c!..g_J.a lectura del iru;_o_nsciente se basa en la creencia ing~­
nua de que entre la palabra del paciente y el código que la explicaría
eX:TSfe una relac1on natural que es necesar'io Slillpleñ'iente descübrir.
Para-ver Ia""Talacia d"eeiliCí-eenda basta dar un mismo materiaÍ. a
v;¡ riiJj__~nalis ta~s~-::-¿.P.Jnp.r.o.hai_cúmo.....s.us..J.rn.us.p.Qsjs;j9...(les ca te go.r.@Ies
¡·~

_ GlliC~~n. Objet os de la actividad narcisistas


7
Véase en Picra Aulagnicr la problemática del pasaje entre proceso origi- Las actividades o funciones del sujeto se constituyen a través del
nario y el primario -La violencia de la interpretación-, y en Lacan la trans-
formaci ón del deseo en demanda a través de la captura del primero por el
8 [ ste apartado y el que le sigue fueron publicados en Actualidad Psico·
lenguaje. Lo q ue desta can tanto uno como otro es la irreductibilidad en-
tre cada uno de esos registros , y cómo en el pasaje hay algo que se altera. lógica, agosto de 1980.

34. 35
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03 ~ .' .Ju ~AA.Y /~,-(X. ''::} V 'J '. V/\•.Q(__)
r

contacto con qbs objetos: la función bucal de chupar se organiza en sismo del analista: él es alguien_EI@~--~- comprenQ!"._L_Qe,J;\l.rl1Plü
el encuentro con el pecho, la prensión de la mano en contacto con lo
que agarra, la mirada mediante la impresión de los órganos visuales
por parte del mundo circundante. Y si esto ocurre con las primeras
actividades del lactante que poseen un substratum reflejo, igual suce-
Ú ~~l¡\iiªt~_que sülaeáíle'fija- éOmo condición para obt"._~~-r .i:!.. reco-
~miento de sus ares;.-.§l.fü;;.s~I~º-=d~LP~~i!'.nt~J~.!J.~ª--ª ~er_ a_quello
' quepos1 · ita una funcion cuya ejecución satisface el narcisism o. Sin
er'cl"iscurscrdeI- pacieritela fundan narcisizada de-comp.render no se
de con las desarrolladas ulteriormente en la vida, con el agregado de ejerce, por lo que aquél es un objeto de ésta -aquello por lo cual pue·
que aparece la mirada del otro para catectizar con el reconocimiento de alcanzar su fin-.
narcisista tanto la función como su objeto. El placer de la lectura ya Tomemos otro ejemplo para continuar con el examen de la prn
no es entonces mero registro sensorial y requiere un texto cargado blemática iniciada, Alguien conduce un automóvil, hacié11dolo con
por la valoración social; el goce de escuchar música, de que ésta exista habilidad. Nuevamente aquí al igual que en el ejemplo an terior, el su-
como algo, que sea considerada como tal y diferente del simple rui- jeto satisface un ideal -en este caso el que le pemlite verse como
do; el pintar, de la emergencia de un producto valorado poi alguien buen conductor- gracias a un objeto, el automóvil.
y que por ello vuelve como estímulo al sujeto que lo crea en un ince- Vamos viendo el paraleligi_J_Q_~xi!!lí<DJ§._ent1Le l g.Qji:,J:ü de Ja pul
sante intercambio con cada trazo. siórtyeS'fciSOtros- objetos de la actividad narcisista -el discurso dt.l
El júbilo que experimenta el sujeto consigo mismo cuando se re- paciente, elaufomóvU.:-Arñbos tipos de- objerOspermTten. que se al-
conoce eficiente en el ejercicio de una actividad narcisizada se vierte er
. cance"üñfi'n : en caso de la pulsión la satisfacción de la zona tróge·
sobre los objetos que forman parte de la misma: es el amor por las na, en el caso del narcisismo la exaltación del yo, la demostración de
matemáticas del niño al que se ha considerado dotado de habilidad sus méritos. Más aún, si el narcisismo es una fuerza constante en el
para el cálculo, del terapeuta por la terapia cuando ésta le otorga el psiquismo que busca continuamente su satisfacción -casi una pulsión
sitial anhelado, del músico por su instrumento en la medida en que en este aspecto- e~enderá incesantemente al encuentro con
éste le permite reafirmar sus dotes. Se acaba por amar aquello que lo los que pueden llamarse objetos de la actiVTJacI naré/S!sfif_e_s ·aecir , IQ~
hace sentirse amado a uno. qtrel}erm1fen qüeésta'Se"reaiice, - · - -~ -·-· -
La ligazón entre una zona erógena y un objeto, ligazón que al ··-rara ver la unpürl'a"nchl"de-estos objetos privemos al pianista de su
principio pudo ser contingente pero que una vez constituida tiene piano, al depo1iista de la práctica del deporte, al polemista de alguien
una fuerza que atrapa, hizo surgir en el psicoanálisis el fértil concep- a quien oponerse, al ama de casa de los objetos a ordenar o linipiar, a
to de objeto de pulsión como aquél con que ésta se satisface.9 Aho- la madre de los hijos a alimentar, al anfitrión de los amigos a c¡uienes
ra bien, ¿qué pasa si la satisfacción ya no es sólo la sensualidad de ¡· atender, al profesor de los alumnos a quienes enseñar , al filánlrnpo
una zona del cuerpo -placer de órgano-, si el goce deriva del significa- \!;~ de sus necesitados, al médico de los enfermos a salvar, al ejecutivo e'. .;
do que tiene el encuentro del ser global o de una de sus funciones Í los mil problemas a resolver, al escritor de Jos artículos o libros que
con un objeto, si este goce es del orden del narcisismo, del reconocí- ,; 1 ~
produce, y quedará en todos estos casos un vacío de objeto para rea-
miento por el otro? ' lizar la actividad en la que se reconocen eficientes y en la que su yo
,.-,. ,....._ Elijamos como ejemplo para iniciar un esbozo de respuesta aquel \ se acerca al ideal. Para reencontrar Ja actividad que_P!.Q_Ql,!.c_;_t: pJ¡¡cer
(?-~
IJ ) que es tan cercano a la experiencia de todo psicoanalista, el acto de narcisista se buscarit"'é loo)'eroq·ue peññíte efectíVfiarla, hasta s~ lo
inventa-rá- aun--a- eestt-ci'efofzar Ia reafiaaá,Sienaoposíbfe·s fo<lci.s1¿~
~
escuchar el discurso del paciente y de otorgarle una significación. Es-
tá en juego una función compleja, la de sentir, pensar, unir lo que se aesplazamientos. -
---~"=-~~~---=-"-~--· ----~~·- - .
escucha con la experiencia vital y con las teorías. lo oído adg_ui~re ?i _,, __ Si efODjeTO' de la pulsión existe incluso antes de una re presenta-·· 1
sentido, es decir, si ·es capaz de ser transformado en una interpreta- ción del sujeto, si la zona erógena en la fase q..ie Freud de nominó de \
. '
=~~:__denv~to_una.satisfaccfo_ny"ará-cl nar~ autoerotismo aún no está coordinada en la imagen de un yo unifica-
1
do, y esto permitió hablar de pulsión parcial y de objeto de ésta , en
9 S. Freud, "Pulsiones y sus vicisitudes", St. Ed., vol. XIV, p. 122. el caso de los objetos de la actividad narcisista éstos son en cambio.

36 37
'·L.~. .1!·.r',_;,;). : ~,.:.....__,·\
.!1 {\ /r\; ··. :,. !
·.;;:: .... .
~~:--,
. /· I ( ./

desde el comienzo correlativos de Ja representación unificada, es de-


cir el yo. Siguiendo a Freud no se puede hablar de narcisismo sin un
En esa nota hay una frase en la que Freud habla de los horno- ~· ,,
1 ,·
~
sexuales y que merece toda nuestra atención: "Es decir, ellos proce-
yo, 1o sin el cual tampoco hay objetos de la actividad narcisista. den sobre una base narcisista, y buscan un joven que se les parezca y ( [. )
1
La zona erógena es desde el principio de la vida asiento de placer, al que puedan amar como su madre los amó". Aquí la palabra clave :_ ..,.
pero cuando la mirada del otro cuenta y se produce un placer adicio- es amor, ya que qbviamente cuando Freud sostiene que buscan a al-
nal el objeto ya no sólo origina placer de órgano sino que puede guien que los ame como la madre lo hizo no se refiere a un tipo de
otorgar placer narcisista. El pene, zona erógena, pasa a tener valor fá- c.o ntacto erógeno, no es que se desearía restablecer el tipo de intercam-
lico pues hay alguien que lo desea, y la mano de la masturbación -au- bio corporal que se tuvo con la madre, sino al amor como algo que
tocroti smo- ya no es igual a la vagina pues ésta pertenece a otro ser se prodiga a la representación unificada del sujeto. Y este amor toma
que desearía gozar. El pecho de los primeros días ya no es igual al tal preeminencia que puede hasta alterar lo que pareciera ser una rela-
pncho qne el niño ve que la madre le brinda ahora a un hermanito, ción tan natural como la existente entre una zona erógena y un obje-
ya que el deseo de poseerlo en estas circunstancias no está dado sólo to que Je fuera apropiado. Es que el narcisismo, el amor por la µmp.ia
por el pl~_ cer de órgano que evoc~ría -imagen mnémica de la primera imagen, adquiere prioridaa nuevamente sobre la biología. Más aún,
Jactancia· }ino r_onfúe-ªp.a.re~om) bien se desprende de la ense- se
··?a-r-:x¡ue ve·a como es una necesidad de la teona otorgar un status
fümz.a de Lacan, «_~mo don de amor/ teórico al objeto de la actividad narcisista, examinemos aquellos ob-
f'.l_Q.bj e_t2 .s!~@_p,li!sió.QJirne así J;l..!)~ cualiQ._ad.Ju,u,y~p.an!Q!lfil_;__gr.Q.;. jetos que no están directamente ligados con una zona erógena par-
duce p_lacex. de órg~r.ri1n\'.!JQ_y_Jill!gg_~ser también objeto de cial. Pensemos en el corredor de carreras de automóviles en el mo-
J~ act ividad ñardsista , y esto hasta un nivel tal QüeP-_1J..e_d.eJlegar ª~E ~, mento en que en el transcurso de una competencia coordina la vista,
miira:ra =a-q-lfél":-Errt11 película Casanova cte' Feliini, verdadero exameñ sus receptores laberínticos, cenestésicos, su musculatura, siendo el
driF''rfa:rclSíSmo, hay una secuencia que lo ilustra notablemente. Casa- resultado final un dominio sobre el automóvil. ¿Dónde reside el pla-
nova es empujado, ante la presencia de los asistentes a una fiesta, a cer? ¿En la sensibilidad de su piel, en el apretar de sus músculos, en
comp1> tir con un criado para determinar quién es capaz de tener más los ojos, o más bien en el significado que tiene esa experiencia y en
relaciones sexuales en un lapso dado. Toda la gimnasia sexual del hé- lo que dice sobre su yo, en cómo la ubica con respecto a otros yo?
roe se realiza sin goce erógeno y cuando finaliza triunfante es patéti- Con el narcisismo. a diferen.Q;J gel_plac~d~ana Qll.e..e.s.J.lloló:
co el contraste entre su júbilo narcisista y el dolor de su compañera gico-;'"-reflejo, asegurado por la filogenia, todo está en el orden de la
0<'<1sional que se reconoce simplemente como el medio para probar ·SlgñltiCaCiüií, de lo que algo es para la muadadergue puede otQJ·gar
la superio1ida d de Casanova, es decir , como un objeto de la actividad reconocimiento con su adñ1iraCión. Y el yo aun c.uando..lu.nalo ·
n3.rci~ista de éste. podffa resultar feñfirtft'ra, no i::s Gna: zona eró ena en sen u:s.tii~­
Si se sigue con atención el progreso. de la reflexión freudiana pue- fo.:__ odra a o a se en el cuerpo,- surgir a parfú de _éste,_je su r_~e­
de detectarse un momento en que se produce un salto: el pasaje de la séñtac1on visual pero una vez cons 1 u1 o Lo__trasciende. ~El--tatuaj_e
metapsicología expuesta en la primera edición de 1905 de "Tres en- 'duele a la piel, lo erógeno por antonomasia, pero acaricia al nar~i­
sayos para una teoría sexual" y esa nota agregada al pie en 191 O en s1s1110.
que surge el tém1ino de narcisismo.12 -~-r:rmismo objeto real podrá satisfacer simultáneamente a la zona
erógena -y ser objeto de la pulsión parcial- y al narcisismo, aunque
Ja expresión "mismo objeto" es engañosa. Es el mismo si se lo mira
desde un punto de vista de cosa, de su individualidad física, pero
10 S. Freud, "Introd ucci ón al narcisi smo '; St. Ed.,vol. XIV, p. 77.
son dos objetos desde la perspectiva en que _es captado por el suje-
11 J. La can, Seminario "L1s relaciones de objeto y las estructuras freudiana~" ,
to. Así como el caramelo es para la boca algo dulce, para el meta-
!mago, N°6.
bolismo hidratos de carbono, para el fabricante elemento de ganan-
l2 S. Freud , "Tres ensayos para una teoría sex ual ", St. Ed .. vol. VII, p. 145. cia, para el niño regalo de amor de la madre, el órgano sexual del

38 39
otro es para el sujeto objeto de la pulsión parcial y de la actividad no existe para el psiquismo en tanto objeto catectizado. La falca ele
1 narcisista. Por eso existe Ja expresión "sabe hacer el amor" que no placer narcisista produce apatia por el mundo circundanre.
se refiere al placer que el sujeto obtiene con su órgano sexual, sino a Es que, como lo señaló Freud, la libido parte del yo y se d1Iige ha
que provoca el deseo, a que despierta admiración en el otro. Es un
i\¡ juicio sobre el yo en que el sexo es un instrumento al servicio del
cía el objeto, 13 lo que no debe entenderse como que ha sido creada
en el yo por una especie de proceso intrínseco a él sino que viniendo
' narcisismo. . desde el otro que narcisiza al sujeto aportándole el yo como aquello
~ Cada sujeto posee un universo restringido de formas para obtener 1
·que lo represente deja revestido a éste con una carga de piacer narci
placer narcisista y buscará aquellas actividades que pe1mitan brindár- sista que luego podrá ser volcada hacia los objetos capaces de actival"
selo. Todos somos adictos a ciertas actividades que se repiten incan- ese placer. La catexis narcisista del yo es la que hace existii para el
sablemente pues gratifican al narcisismo, adicciones que por ser acep- iJ psiquismo a los objetos de la actividad narcisista, así corno la libido
tadas socialmente escapan a un reconocimiento como tales, a pesar de la zona erógena catectiza la representación psíquica del objeto de
de poseer el carácter de perentoriedad con que empujan al sujeto, y Ja pulsión. De ahí que el estudio del concepto de catexis narcisista ,
de Ja imposibilidad de éste de abstenerse. La búsqueda de placer nar- de los d esp1ñzamTeñ17iSCle"esla;-ae"'süC!rcü1acíóñ·;-íñeré z¿a--uria p!·ü.
cisista y la evitación del displacer orientan la vida como si fueran lí- füñiJíZáC!Onen el campo aefps1coan~--------· . -
neas de un campo de fuerzas invisiblerrara el sujeto .pero po~ ,este :-";Jl'".l

. mismo carácter mucho más poderoso. (-J Lí J.:V.,(/<..lv.j oJ..J;;Q. UA.':~C .


Ante la ausencia de los oQ_jetos de la actividad narcisista se proc;!u-
ce ünproTUñclo desequilib ria en ·e] suje~() __q~~_g_~c-~mdUCTrJlla (fe- / Posesiones narcisistas del yo
presión, a la imfa~_dcnoménicail].e_m_e.s_.00_0 ~b~!(i­
~~miento. ~lo gue sucede, RQI~j~1PP.l9 ••.G9!l__el estado ~: .. ~n~:O g_
pueden presentar ciertos intelectua]_!!.§_ ~f!. ~na reunión en que sólo se
1:-1e

barré,Se "coma o -oeoa-;-·y¡¡ que n"oencuentran al objeto-que"f"ac"ffífal·a


"puesta en actiVicfa(f' de su- modo o"á"sico y prevalen te-d(pl"ifce.fn~arci-_
( El sujeto puede establecer una relación con los objetos en Ja cttal !a
vfil§laci~~CfíéjlieaestüsseaviVícfáCoiñOSíse-·s1u:;~e- al-ge-
.braicamen te a la def"yo, el cual aparece así compartiendo los mfri-
"E-~-·------·----------·-
\ fósoiaJfas del objeto.
·----- ·-·-- . -
slst~Ji"~Ci~:se -obs.~!va en la_lla~nada neurosis de fin de semana, o - ·'.fomemos-eJ·-caso del coleccionista de arte. El juicio de valor que
enlas circunstancias de la jubilación o de la migración. Digamos ade- se hace sobre sus piezas es sentido como propio: sobre su yo recaen
ffiáSque"i'o'""que ·en- la concien-éia es v1v11fo""como un }u'ic10 sobre los _ los elogios o críticas fomrnlados a lo coleccionado.
66}etos -tal cosa me gusta, tal cosa me aburre-, en rea!idaa son refé: Esta situación es equivalente a aquella otra en que el padre o el hj·
rencias raciona.hzadoras a la puesta en juego o a la ausencia de la ac- ~ jo viven lo que se dice sobre el otro como algo que se refie re a sí n"4s·
--- - -
tividad narcisista.
. -Pero SI la ausencia del objeto de la actividad narcisista deja a ésta
mo. La valoración de uno pasa al otro. Ahora bien , ¿cuáJ es la con~i­
ción que pennite compartir las valoraciones?, participación que es
sin efectivizarse, con todo el concomitante desequilibrio de la repre- bien diferente del desplazamiento en que aquello que pasa a ser po-
sentación del yo, la desnarcisización del yo o de alguna de las activi- seído por uno es sustraído del otro. En el caso de que la valoració;1
dades del sujeto representadas imaginariamente como funciones de atribuida al hijo recaiga sobre su padre, resultaría fácil pensar que lo
aquél, cualquiera que sea el origen, crea correlativamente el desinte- que aquél es sea vivido como un producto de lo que sus padres le en-
rés por los objetos con los que aquella se realizaría. Por ello lo que señaron, o en última instancia de lo que genéticamente le transmitie-
comienza siendo una depresión narcisista, o sea un trastorno de la ron. Pero en d caso de Jo que representa el padre para el hijo, si éste
satisfacción con el yo, como representación unificada del sujeto, rápi- no lo crió, ¿por qué ha de sentirse partícipe de lo que haga'/ La rela-
damente se transforma en un desinterés por Jos objetos. ción aparece fundad a en la ley del pare ntesco que al presentarse a
-· El objeto está presente en Ja realidad pero al faltar el placer narci-
sista de la prensión, del oír, del tener relaciones sexuales, del mirar, l~ S. Freud, "Teoría de la libido", St. Ed.,vol. XVIII, p. 257.

40
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través de expresiones tal(s :como "el J1ijo de" o "el padre de" crea concrete la ubicación de un yo en particular dentro del m.ismo. El
por efectos de la lengua tlha unidad entre Jos sujetos que de esa ma- espacio vacío de la matriz -cual es el yo valorizado- vendrá a ser ocu-
nera q uedan relacionados, a partir de la cual se genera la ilusión de pado por un yo por la capacidad que posee Ja operación de la pose-
que los at ributos de uno y otro estarían vinculados causalmente, es sión de producii efectos imaginarios. La operación de la posesión
decir que cada cosa que haga uno de Jos términos del par es conse- es, en consecuencia, una regla de distribución entre dos conjuntos
cuencia J e algo del otro. que ubica al yo de ese sujeto en particular en el lugar ele un yo valo-

-
La relación de equiparación de las valoraciones, que no es de iden- rizado dentro del conjunto de Jos yo. Mientras que la pieza de arte
tificación entre los seres, se hace entonces entre las valoraciones de es efectivamente comparada con los otros objetos sobre la base de
ambos yo como total idades , sin examinarse pormenorizadamente determinados valores que actúan como unidades de medida acepta-
qué tipo ele coordinación específica pudiera existir entre los atribu- das por la cultura, el yo de ese sujeto, en cambio, no se compara con
tos parciales . el yo de los otros sobre parámetros !lamérnoslos propios de los yo

l
Tene mos entonces que la pieza de arte, el hijo, el padre se con- sino que pasa a ser considerado superior simplemente porque está en
vierten en algo que es sentido como propio, en algo que contribuye a correspondencia con la pieza de arte que lo es con relación a los ob-
la valoración del yo, y no por lo que el sujeto representado por ese jetos. Funciona el yo corno una especie de variable dependiente de la
yo haya hecho para que aquellos sean de determinada manera sino pieza de arte que sería la variable independiente.
simple me nte por el tipo de vinculación establecida. Veamos más de Con todo, hasta ahora no hemos respondido por qué Ja posesión
cerca qué es lo que queremos decir con esto . de algo determina que pueda adicionarse una valoración a · la del yo.
La p ieza de art e no es un objeto de la actividad narcisista del co- No se trata únicamente de que Ja posesión del objeto certifique que
leccionista; éste no es su creador sino meramente su poseedor. Igual el yo posee la virtud de haber sido capaz efectivamente de obtenerla.
pasa con otros bienes materiales. Bast.a_ que..algui.enJI1,u_~Jt~-&.Q11"pla­ Los ejemplos en que no se evidencia ninguna habilidad del ~o -la ca~
cer su casa ante . ~-~~_itante J2-?l.ª-:qu;_poda1J19~C-ªRtas..,f,,ómo_~e,s, sa heredada- nos señala que el fenómeno es más complejo.~La pose- ; ) ..,,'
pliegüe exhih!c.!_Oñistil_tj~!le el~Q_t_idoAe ~.t:.r ~~~eJ~cenci-ª-.'!!12!~º sión de algo arrastra la creencia, ideología de la_cultura ue se - /
yo ilel· sujctO.No sólo no es necesario que la haya construido sino ~a en el.inconsci_e nte, de que su poseedorreviste este carácter debi Q, ,
qUe tampoclY resultaría imprescindible que la hubiera comprado -lo a su capacidad para obtenerla, creencia que tuvo su razón de ~eren la '
que daría p rueba de su habilidad para obtener los medios necesarios fonna en que se adquirió originalmente Ja propiedad, aun cuando en
para hacerlo-, pudiendo simplemente haberla recib'ido en herencia. aquel momento lo haya sido por el mero uso de la fuerza que fue co-
P~r _ser ésta-'.!su'-'-·casa, así 9q_mo alguien es "su''..J2adr_e_,..'..'.su:._hjiQ, dificada como una cualidad estimada del yo. La creencia se mantie-
"su'' es p_Q~a_,_ill rill 0_5l_~l_9_b.j.e_t_o_ifrii?J.a--su r¿~_b.r.e~eJ~ ne, aun a despecho de que no sea válida en la actualidad para el caso
'fodos estos objetos constituyen posesiones narcisistas del yo, ya en consideración, por el peso del lenguaje rn arrastra¡:..¡¡ignitieasi~
que es la posesión de Jos mismos la raz6n del traslado de valoracio- congeladas, no expHcitas, y su ca acidad de ere efec · · a-
nrs. Pero para ser rigurosos señalemos que hablar de traslado es me- nos: os posesivos 1111 , tu' , "nuestro'', etc. establecen un pue11~
tafo rizar , ya qu ~ en verdad nada se traslada sino que la pieza de ar- entre los oojetos y sus poseeaores. PorqÜe las palaoras con que se
te, para to rnar un ej emplo, por estar ubicada como objeto valioso ' piensa la reaitaaa son verdaderos almacenes de significaciones que en
ent r(' los otros obje tos detcmüna que el yo tenga una posición si- su combinación producen efectos de sentido involuntarios, basta que
milar con relación a los otros yo. La posesión actúa creando una se empleen estos posesivos para que empujen al sujeto, más allá de su
correspondencia entre dos conjuntos, o mejor entre un elemento del conciencia y de su voluntad, hacia la creencia arcaica de que reflejan
co njunto de los objetos y uno del conjunto de los yo . una propiedad o una virtud del yo. Arcaica en el doble sentido de la
Pero ya de nt ro del conjunto de los yo existía una estructura de filogenia y de la ontogenia. El niño recibe el "mi" con la significa-
rcl<icionrs, de mo do que algunos eran más valiosos que otros. El con- ción gue en la palabra de lo~ padfes tiene el "mi hijo": eh1a1cisisrno
junto de los yo pree xiste como matriz simb ólica y posibilita que se de -~~..E_adres requiere que el hijo-falo sea visto como un producto

,,,
¿p
43

----··-------------------- - -------------------------------------
absoluto de ellos. Con Jo gue e.L~mi" ltij.o..signific_~lb.ij1M:¡.ue...por,, por un supuesto deseo del sujeto de identificarse, corno io ¡micba L1
. 11as-e·no creacrcFermíosesión y habla por ello e mí''. ·P~nosa experiencia de que si el grupo recibe una objeció n el sujeto la
· am 1en el posesivo en "tu caca ' ic 10 por los ·padres, que posi- vive también como correspondiente a él. Más bien es la lógica püi la
bilita en el niño "¡ni caca", se carga con el significado de estar ha- / que el sujeto aprendió a formar clases, lógica basada en el agrupa
blando de un producto del individuo, de un índice o señal de sus vir- miento de elementos conforme a cierta similitud , la que determim.
tudes. Después el posesivo podrá ser utilizado para referirse a obje- que el yo acabe por reabrir el mismo juicio que sus congéneres. Si i:1
tos que no fueron el producto del sujeto pero a los que la retención sujeto agrupa elementos por tener una similitud, cuando lm· encueli-
del significado original dotará de esa cualidad. tre ya agrupados quedará preso de la convicción ele qu e ta 1ienw sil·
Incluso no es ni necesario postular que en la experiencia de ca- ( preguntarse a qué aspecto está restringida. Los integrantes de u11
da individuo tenga que producirse el acontecimiento originador del país, para elegir un ejemplo, comparten como atribu to el que n:icie·
posesivo. Las palabras y las frases que corno bloques hechos la cultu- \ ron o residen en él, pero para la lógica del inconsciente la presencia
ra ofrece para hablar de la realidad ya llevan incluidas creencias que ·,, __. de un atributo en común queda equiparada a identidad .
harán decir y pensar Jo que nunca se sospechó. Por el solo hecho de Se pasa del juicio discrimj_nante -sobre atributos- al ill~- l9.ta-!i-
usar palabras Ja biografía del sujeto se expande para incluir lo nunca zante -sobre el yo como totalidad-.
vivido pero que está en aquéllas. Y por el hecho también de combi- Otra cooroffiaCíüñentre el grupo y el yo reside en que si el grupo
nar palabras vivirá nuevos sentidos que no dependerán de experien- estuviera equivocado, si Ja doctrina resultase falsa esto significaría
cias en el llamado mundo exterior. Digamos de paso que esta concep- que la persona eligió mal , que se equivocó, que no tiene juicio críti-
ción cuestiona la reconstrucción histórica ingenua de la biografía de co, que su raciocinio es inferior al de los adeptos a otras doctrinas.
un sujeto basada en supuestas experiencias vividas; las palabras, el có- El haber optado por apoyar a un grupo o cierto tipo de ideas ..:om-
igo tiene preeminencia por sobre las supuestas expenencias directas. E?mete-aTñarcisismo del sujeto ~e iguar manera güela eleccló"fi ~ue
Sólo · cuando el proceso que permite el traslado de valoracio- ~pudiere haber h·ecJ-i.o d_e un ol?jeto material.J?i s~ demost~ara ~. ~stt
es del objeto al yo está dado por los efectos que giran en tomo al tiene una laúa el sujeto 92edaría cqesti@ad~i;LQULO_ hnberla ~eteé
entirniento de posesión, resulta legítimo considerarlos como pose- lado.
[: "--rQ anterior permite comprobar que el hecho de que los méritos o
10nes narcisistas del yo.
• Estos objetos deben diferenciarse de otros cuyos méritos o defec- fallas de un objeto sean sentidos como pertenecien tes tan1bién al yo
tos también acaban por ser adscriptos al yo pero a través de opera~~\ encubre bajo este aspecto que los homogeiniza -similitud fenoméni-
\ ciones diferentes. Alguien es miembro de un partido político, de u l ca- mecanismos de vinculación diferente. Elijamos otros ejemplos pa-
'\ , movimiento religioso, de una escuela de pensamiento en un terren !' \ ra ir mostrando esta diversidad de operaciones.
•, \ cualquiera de la ciencia o la ideología, de un país, Y.~P.E.~_c;lil 1 Una persona va al teatro y aplaude entusiasmada al actoi', gozan-
que sobre estas entidades podrá ser inmediatamenfe sentido com do con el hecho de estar aplaudiendo, en un desdoblamiento en que\
( . ,, l@JüiéiOC]ue se formula sobre el yo. Cualquier cuestionamTeñtOdes~ se contempla haciéndolo. Se podría pensar que goza por ide11tifica- '¡
f \ . \ JThftara la más encarnizada resistencia y 1 sta...el-Grl-i~re1~ ción con el aplaudido, identificación similar a la que tendría uí1 es-
\ ' l jíartedel su 'eto. Las cuali ¡¡des de estos gwp.os..son...s.entida.w:.oJ.1)-Q,... ", pectador con los personajes de la escena en el cine o en el teatrJ. Pe-_ .
\ . enecientes al yo. ro hay algo que va más allá de esta identificación: el aplai,so esta tes-, 1:
\.,?)¡.-"' ¿Qué coordinación se establece entre todas estas organizaciones y tirnonia~do que "yo soy capaz de cap:~r la ~aliclad. de este arnsia'> \
;:. ,
, _.! · el yo que permite que éste reciba las valoraciones de las primeras? "yo sabia que era bueno , por eso vme , en ultima insta ncia tll me- 1,
$ x ·, Las relaciones son múltiples y pueden actuar simultáneamente. En
í~!_:_.,.,- prinler lugar se funciona con una lógica de inclusión de clases en que
rito del yo.
~~~ sirnilar_2~!-lrre co~lyJ~ , .U.'2.!'.$,.i-~~ -~~J~Lº-., el que.se CC'·
el yo es un miembro de las mismas. Lo que se diga sobre la clase en menta en _~ª-LQcas1ones con ent~1sia~IJ1.9_~~?_g~@.c]o~ Ma_~ 9ue
conjunto o sobre otro miembro de ella aparece referido al yo, y no er elog1odel libro lo que se está comunicando al in1.er1ocutor es
-...-.. .--~.~ .. -.-.-- --<- · -

44 t.15
¡

. "~o fu~~l_g~-~_l q_ _ct~§.fuj:>rió_:~':t.2_ lo en~.QQ,". El comentario hi- 'µ\ \ nificativo, el que dicta y aplica Ja ley. El papel de admirador es el J
\ que los padres reservan al hijo cuando tratan de que éste los .observe
/! ~e.rbofico, ese.ecie d~ exaltación buscada, con gue algunas personas 1
halifan de los demás o de las cosas con las que entran eñ contacto
1 ·. \ fascinados, o un conferenciante, artista o político con su público en
\ ' ffeñe por finalidad, ií1 mcrementar la valía de éstas, que partecle"la ¡) , '·I el momento del aplauso.
illisma recaiga sobre el yo. En este mismo orden de cosas ér entus1as~"" ,' Que el límite entre.la función que el otro desempeña para el sujeto
. mo~qu e despierta lo' qüe ha sido llamado exitismo -acompañar a las como testigo de la exhibición narcisista y el de ser el que dicte la ley
(
personas o movimientos que triunfan- tiene como sustento parcial pueda ser franqueado con facilidad, y pasar alguien de ser el payaso
que el acompañante incorpora los méritos del triunfador a su propia ¡ de la corte obligado a aplaudir a convertirse en el árbitro cuya pala-
representación por ser parte de su movimiento -un miembro de su bra se escucha, no alcanza a borrar las diferencias entre uno y otro:
{ la asimetría entre el otro como admirador y el otro significativo se
clase-, pero también porque aparece corno el que creyó cuando nadie
cre ía, el partidario que captó las bondades de su líder. Es~r advierte en el hecho de que si el primero no otorga la admiración es
.narcisista de los que al considerarse ertenecientes a Ja "'rimera"();a posible sustraerse del juicio que formula a través de su descalifica-
afirman su "1 us re iferencia" con respecto a los gu-e . se inc.Qrpora- ción. El otro significativo, en cambio, conserva su poder aun cuando
\ habla mal del sujeto. ·
ron después. · · ~-
- .#~-- \.. Continuando nuestro examen de los distintos tipos de relación
narcisista volvamos, a los fines de Ja comparación, a la existente en-
tre la actividad narcisista de un sujeto y el objeto de esa actividad
1e>.e1aciones
ll1l · ·· d b.
narcisistas e o Jeto
T.~- ~();;:J::::
~.
;J
.: . -'j , narcisista. Supongamos, a manera de ejemplificación, al médico en el
~ J .f\1 ~ 1· <.A_,-J·1J<.LJ preciso instante en que termina una operación exitosa, salvando la vi-
Las relaciones de objeto estudiadas más arriba no son las únicas en da del paciente moribundo. Este no constituye una posesión narcisis-
·~ g.ue interviene el nar~isismo como sustento. La identificación prirna- ta del yo que sea valiosa de por sí y que por algún tipo de vínculo lo

1 ti.a -diferente en Freud de la identificación narcisista 14 ' 1 5 - al cons-


'J!.r:.llir-~ a imagen y. s.e;m;j._anza deJ.Q..\!.ili....q..4ien se.::wi_nri-l'ü]'~>e·
haga partícipe de sus méritos, ni la autoestima proviene de la identi-
ficación primaria, ya que por el contrario la diferencia entre el médi-
t~mbi én este carácter : sssJrn~L~o..m..o el otro admirado para 0_9k co y su paciente es lo que permite afinnarse al primero, ni estampo-
co el paciente el admirador que provee de elogios, ni constituye el

\
~- par su l ugar, su sitiáT narcisista.
~ La identif]&99J:J_p_¡j,TJ).alia...se-dis.tingue-cl.ai:ameme.-de-l..a-p-9S8"&i0n otro significativo. El paciente es simplemente el que permite desple-
nafffal~~ta--del yo porque implica S~J.np.r.e_u.mL.mO.difi~-saje­ gar una acción, poner en juego un conocimiento, o sea un atributo
to, ffñ fü0Jgea m1en to 0a:¡g.dQ_e.n..la-p.i:o.~ieda.Q...Gtgl..g-bj?tg.,-un-ser como del sujeto con el cual se satisface su narcisismo. Incluso no es ni si-
é1 ofro.-En la posesión narcisista del yo, pongamos~jemplo la co- quiera necesario que esté vivo, basta que sea un instrumento para el
!ecciónde.estáiñpiilas,- e-soovio que esto no ocurre, viéndose el . o alarde narcisista, como se puede ver en el caso del anatomopatólogo
0omo· aiTerente-áeaque1:ta.'""'C!lhrtd 1 1cac10n se trasladan atribu,- o en el del taxidermista. La relación entonces entre la actividad nar-
lós·;· r~~go_:; __ Y-Ya!orac10ffes.-Para tenerlas va[Qraciones se tiene ..ill!-~ cisista y su objeto es de .com¡?lementación, exactamente igual a la de
Ui~<frJ?2!..!I~ los .atril?_ut~En las posesio~cisistas__d.(!Ly..o-el.tras­ 1~2Isión ae una zona erógena y el objefo gu·e la satisface. Este só&_
fülo es'soTo de valoraciones-:-··..-·---~ ipteresa en la medida en ~e permita~ aguélla alcanzar su fin.
ºütrarelación narcisista de objeto es Ja que el yo mantiene con - En todas las condiciones hasta aquí estudiadas la relación del su-
aquel que se presenta como testigo de lo que el primero le ofrece pa- jeto con el objeto le aporta algo al primero de una manera que po-
ra ser admirado, admirador que no debe confundirse co n el otro sig- dríamos llamar directa, sea porque le suministra valoración -posesión
narcisista del yo, identificación primaria, otro admirador-, sea por-
1" S Frc ud , "Duelo y melancolía". St. Ed., vol.XIV, p. 249. que le pem1ite que él haga algo que pueda valorizarlo -objeto de la
IS S. Frc ud, "[ntroduccíón al psicoanálisis ", St. Ed. , vol. XVI, p. 427. actividad narcisista-. Pero el narcisismo del yo puede satisfacerse a

46 47
....


ll
través del contacto con un objeto desvalorizado porque el déficit dei tiene en el lugar del que dict amina quién es el hijo no le pennile a és-

l
mismo pennite al yo representarse como superior. La relación con el ~ te que lo sienta como una posesión narcisista del yo ni que se produz-
objeto es mantenida a pesar de las críticas que se le formulan porque \ ca la identificación primaria con él. Puede utilizar al hijo como obje·
en el nivel narcisista produce gratificación. Esta relación, en g_ue aj- el to de la actividad narcisista con el que se discute y sobre el que se
' guíen se afirma por oposición a otro, es la que
liga tenazmente al _g~: ,..:;.- triunfa. .
rañb1co COn eT'"objeto aJ que cnhca,_ya que Sin este oDJeto de.E,Osi_!a- __.,,,..--_...,. ' En este m_ismo ord~,E._de s_o~_~íc~~~-~:eara ..~.l ~.ádico un ob·
'ffo del o aeru raao no - odna mantener su identificación con el yo ~ j~to~íivida.d_narcisista que le .•permite ~~!istace~ er í~afCisismu
ideal -terreno de la identificación proyectiV..fL. 16 No es vmcu o erotf- d~~..J_µerza...fuifA,.Jk.~.!l P...?_der, de_s_~_jnt~lig~ncia . J.,o tes~imonia el
iaao sino narcisizado. -----=-- h~~Lq~~~~~ ~--d-~spr~~~!- ~)avíGtima -no es su otro sig_nifica·
. Consignemos además que si el paranoico se liga con el objeto al tivo, no busca la identific-áeión_EE..imaria, no la siente como una po-
cual critica por la satisfacción narcisista que obtiene, también lo hace
~-- - --------··- -·- ----· · ···-- ·- - ..
sesión narcisista del yo- no puede prescincU!A.e ella. Es la misma rE
.

tenazmente con el objeto que lo critica a él por la satisfacción narci- ;" laciÓndcleaZaTor- cónsu "pr esieii"qÜeésta es uri obJeto"deii acL.
sista que no se resigna a perder: trata de forzar el reconocimiento y / ~daañii'CisiSta~Süfgl~acer por einecn o aequinú.·_fa acti
la admiración del mismo. Mientras que una de las formas que tiene el I 'Vi.:f'&de la caza puede representarse como astuto y ñao.ü. -
melancólico de obtener reconocimiento es la de ofrecerse como objeto Un mismo sujeto puede desempenar suces1vamenfe funciouc:s di::; ..
de amor doliente, e inspirando de esta manera lástima, el paranoico • pares, en oposición, pero que tienen sentido dentro de determinadas
intenta obligar al objeto a que fo ame. En este sentido la furia mirci- ( configuraciones. Así, por ejemplo, en la triangularidad edípica el pa-
sista no debe entenderse como una sirriiJie descarga de a~ ' dre puede tener al hijo como rival narcisista frente a la madre , pero
fu!stración sino como una maniobra interpersonal tendiente a produ- \ como una posesión narcisista del yo en la configuración en 1a cual
cir un efecto en el otro. ~ '-.,, entra un cuarto al que se quiere deslumbrar. Lo que se observa d a
~ El camino recorridOhas~a aquí muestra que la relación narcisista ra!Ilen~~Eadres q~ ~~~~3-)a~~ _al @_Q-¡)or ríVillctacf nar,ci··
de objeto, es decir aquella basada en el placer narcisista que produce, s!~~qu~ sí !Oliacencuando ~-!!º es!~_pr~s~nte 1 p~a~ que \. el
es una categoría compleja que se mantiene con diferentes tipos de hijo comq_¡;i.o..w.JP11 . narcisista éfel yo aum~f!.te la propia valoración
objetos.1 1 Pero debemos aclarar que aunque estos objetos se dife- . ~al manera seeñ1Iend-e por~qué ; a pesar de las peleas des pia-
rencien ello no implica que un mismo objeto real no pueda entrar en dadas por el trono narcisista dentro de la familia, si alguien ext.otior
varias configuraciones narcisistas con el sujeto. El padre puede ser
para el hijo simultáneamente el otro significativo, el objeto de la
identificación primaria, la posesión narcisista del yo y hasta el objeto
(: ..\
(S.)
al sistema critica a alguno de sus miembros, por ser éste sentido co
mo una posesión narcisista del yo, el critic~ d o pasa a ser imned:ia·
tamente defendido por los demás , o por qué alguien de unJ deter·
de la actividad narcisista, como por ejemplo en el caso de que luche -;:::..;, J minada nacionalidad, comunidad religiosa o ideológica puede crih-
cariñosamente con él permitiéndole desplegar su destreza corporal, o ~ car a los otros integrantes de .éstas, pues mediante la crítica se dife
discuta y suceda lo mismo con su habilidad argumental. Aunque rencia de ellos, a los que coloca en el lugar del yo denigrado y po1
también puede ocunir que el padre sea el otro significativo que le di- implicación queda ubicado en la posición del yo ideal, au nqúe s·
ga "tú no pareces hijo mío, eres tonto'', con lo cual mientras se man- la crítica parte de alguien exterior a su propia comunid ad se la sieH
te recayendo sobre el propio yo. En estos casos la crítica que d sujb
l6 M. Klein, "Nota sobre algunos mecanismos esquizoides", en Desarrollos to hace al semejante lo dife rencia de éste, pero la que efoctúa un te1
en psicoanálisis.
cero lo equipara. 1:~cID..? l}ire.~1x:o y)'!. posesión narcisista del
17 Recordemos que "diferentes tipos de objetos" no alude a su individualidad Y<?, guarda cie_rta si,1Jlil_.!..tud ...S9.!l.EUill~Jj~ne el spjet..Q ,f.º ª ,el_ acompa-
física sino a las operaciones que los ligan con el sujeto. 'r.a caracterización de ñante contrafóbico: la posesión narcisista permite h acer pa1t ícipe
estas ·operaciones permite construir teóricamente al objeto más allá de sus se-
mejanzas o diferencias como cosa. ar:Yé}de la valía Cie Ia posesión narcisista, así como el sujet o ~e uelh:-·
ficia de las cualidades protectoras que le atii buye al objeto co ntl'a-

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fóbico. Por otra parte , et el caso del objet~-co~trafóbico no resul- Al sentir de esta manera una persona...9.illLno posee algo que le es
\1 ta siempre cierto que el~'ujeto identifique proyectivamente en él v_ttaipodrá tratar__ d~~y_iflo' P-º-L.¡)_atticlpa~iilll,~decir,~H.QLE.§..0:
t sus i:apacidades defensiva y que luego, a consecuencia de esa pro· ciaciün con otro que sí lo posee. Este es el papel q_':-i~}TIIilinJas .po- ,
yección, se representa co o que no las poseería. s'e'SÍonesñiirctsista'S'i:lel-y<Y-ytos-ob]etüScoriffaTOblcos.· _
,.' Este abuso de la teoría de la identificación proyec!j.ya ~(;!_ba_s_a..e.n -A:mes de tenninat este apartaao sobre las reFa'ciones narcisistas
un punto de partida en que-se· ve-ai1fidiviCfüo cÓnstjfúy_~nd()Se. des.de de objeto nos parece útil dejar señaladas al menos algunas correlacio·
d interi_or, por un: si.nlple 'jü eg() -dé- proyé'c'Ciones' reintroyecgQ.!}~.s y nes que existen entre conceptos pertenecientes a distintos autores y
de
Io-previameñté proyecta<lo;]~_s_e_i'Yall.!f:O.~.e_aJ.Q::~xJ~_rnJ?~~G.AP-iL4~. que se refieren a dominios que están en cierto modo superpuestos.
lin moduladoiquealt erarfa la proyección. Por el _~!rario, el sl!je- J En El análisis del Self y en La restauración del Self Kohut utiliza
io__s!! 'des;uiólla_ ·o,::-mAi-:9~1¿iJE.~§e·cq_~~rru.y..e~·:eñ:úña..!Jlatr.!_z ~~~-­ 1/
l1~
'~ ("-''Íi
\ la expresión "objetos del Self' para referirse a dos tipos de objeto:
jetiva_ e!!__ la__~!.~L2~ro2-~!.E..omienzo, tiene funcj~ñ.,'~~~ las 1 ,.
a) aquel que actúa como un espejo del sujeto -Kohut emplea el tér-
-

que él care~_:, la_madr~. '!i~~~.P~_!i~r9 ~~lY _P~E inr@.2~~ ~!l- P~· ~:-:::::-.· mino "especularizar" ·, y que mediante sus alabanzas y admiración
.-·'
fañfa tranquilizadora hace lo ~mismo c<;m el riesgo imaginario cuan· . otorga al niño una imagen grandiosa de sí mismo, posibilitando el
do le dice af i;llño q'ye no debe .P!~2cupirs-e. ~a ~~p_cJ9I! ~~Ja madre despliegue de sus tendencias exhibicionistas; b) la imago parental
pero sobre t Qdo sus .palabras _q1Jedan _aso.ciadas en _ eLpsiq~!~ó d~l idealizada: un padre que acepta la idealización que le profesa el niño
hijo ál sentimiento de estar a salvo. - - · y le permite fusionarse consigo mismo. Kohut establece' una secuen·
la
--' . Cuando se alcanza vive.ñcia de individualidad ésta lo será prime- cía en la psicogénesis; la especularización es previa y depende de la
m en un plano básicamente anatómico, en el que el reconocimiento madre, mientras que la fusión se realiza con la imago idealizada del
de dos cuerpos separados estará asegurado por la percepción y por padre, conclusiones con las que no resulta fácil concordar pues no
el lenguaje que los distingue con sus nombres y con el uso diferen- queda claro por qué tanto la función de especularización como la de
cial de los pronombres. El acceso a la representación de la individua- aceptación de la fusión idealizante no pueden tener lugar con cual-
lidad corporal tiene m üy poco que ver, sin embargo, con que el suje- quiera de los padres, dependiendo de las variantes de la historia de
to sienta que es capaz de realizar las funciones que ve en el otro, y cada sujeto en particular.
110 nos referimos aquí a las que como habilidades éste realmente sepa Además de las funciones mencionadas el objeto del Self cm:nple
ejecutar sino a las que le son atribuidas imaginariamente. para Kohut otras funciones más generales, como la de regular estados
La función protectora del objeto contrafóbico es parcialmente de ansiedad no vinculados exclusivamente con la autoestima. En El
causada por una fijación o regresión a una etapa en que éste efectiva- análisis del Self leemos: "bajo circunstancias óptimas el adulto que
mente cumplía aquel papel. Pero más importante aún que esta fija- está empáticamente fusionado con uri'niño pequeño percibe la ansíe-·
ción o regresión a una etapa evolutiva normal del desarrollo lo es el dad del niño y responde adecuadamente a las tensiones del niño. Una
p¡\pel que tuvo el otro significativo al hacerle creer al sujeto que su severa tensión de ansiedad del ripo, por ejemplo, produce una señal
presencia le garantizaba seguridad. empática de ansiedad del adulto~ Después de una evaluación de la si-
El .°!E? s~~~~~~S!_ puede . en..'Lerdad_i.Q.entiflc_acp.ro.y.e.ctiv.amen· t uación de realidad, sin embargo, el adulto puede reconocer que no
tie en el sujeto un~ p_arte. desvalida;-resei:vándose para sí l~­ hay presente ningún peligro y él quedará libre de ansiedad. Incluirá
tación de ser poaer~o_y_Gap.az..de_enfreJJ~ peligros. Pero en el entonces al niño en su propia calma mediante acciones apropiadas
sujeto que --sufre]:~Ja_ awión-psíqüiCalai:epresent-acíóií:deLy.u_que.. ! con la fase que enfatiza la fusión-transmisión empática del estado
"onstruye desde el inicio es ~.J!n ser impotente. Su repartición ·ri emocional ... " .1 s Esta función del objeto descriI!tLI!or Kohut guª1d."1
del mundo ent-r-e·él:--como unpotente y el otro como poderoso no re· ,! similitud con ~ Cá'R:'&.c;füad de réV"irie de Bion, y con la madre sufi-
--~--.,,.- .....-.,,..
sulta entonces de que se desprenda mediante identificación proyecti- \;
v~ ele algo -la imagen de sí como potente- sino de que ésta nunca fue ¡¡. 1 3 H._ Kohut, The Analysis of the Sel[, p. 278, International Universities Press,
\fivida como propia. ~ 1971.

50 51
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ci~Jeme~en; de Win,i;.icot. \ l../<iU'-~ '· ·!;- ) Si dejamos el campo del psicoanálisis , la concepción de que la fE.
Pasanaoanora a tacan, erotro de. la rela~JJ.-.dUal es el que dicta presentación viene desde otro que puede narcisizar o desnarcisizr,; al
la ley a su arbitrio, determinando quié~Tniño al que convierte en sujeto aparece extensamente desarrollada en el estudio de tipo feno·
falo para a,,s3madre-fálica. En estas condiciones el niño y la menológico que Laing hace en El yo dividido, en Cordura, locura y
m_~re so~un yo idea , ~osteniendQ c~a:fotroeñesapoSIC!Oñ."_ familia y en Nudos. Igual idea sostienen el grupo de Palo Alto y la
La semejan~p.c;> ría aparecer a primera vista entre el otro de Ja gente que ha recibido su influencia .2 1
relación dual y el objeto del Self de Kohut no alcanza para disipar las Si hemos pasado revista a estos autores, sin profundiza r en ellos,
diferencias substanciales. El otro de la relación dual coloca al hijo en no es para sostener que dicen lo mismo, lo que resulta imposible si se
el lugar del falo imaginario para poseerlo por participación: la castra- tienen en cuenta las diferencias de sus discursos y horizontes teóri-
ción es la que origina el movimiento y todo resulta de un ordena- cos, sino para señalar por lo menos una concordancia dentro del psi-
miento simbólico dominado por el falo. Además mientras la función coanálisis y entre éste y ciertas corrientes de Ja psiquiatría actual en
paterna en Kohut sería Ja de permitir lañiS1on coh la imagen ideali- cuanto al hecho de que el narcisismo se construye en la intersubjcti
zada de si mismo -un yo a imagen y semejanza de un yo ideal-, en vidad.
Lacan la func1on paterna hace precisamente lo contrano: castra suñ- La escuela kleiniana, a la cual más allá de las disidenCÜ!S que 1JOdJ
,bOiicamente rompiendo toda posibilidad de ser un yo ideal de per- mos tener con ella nunca agradeceremos lo suficiente sus apo1tt.;S al
fección y compleción. conocimiento del mundo interno fantasmático y sobre todo 5ll 111
• ..: En su lioro Depresión severa y leve Arietl utiliza las expresiones quebrantable fidelidad a Ja ética psicoanalítica de no someterse a una
Otro dominante y Otro significativo para referirse al personaje real ideología que rechaza el contacto con los aspectos más des:igradaL les
cuya palabra es sagrada para un sujeto y que mantiene la autoestima del ser humano, sin embargo ofrece en el dominio del narcisismo una
de éste al ofrecerle reconocimiento. Señala el papel de la idealización concepción que se presta a reparos. En su artículo "Psicopatologú
en la creación del Otro significativo con el splitting del objeto y la re- del narcisismo: enfoque clínico" publicado en 1964 y reproducido
presión del aspecto malo.1 9 en Estados Psicóticos, Rosenfeld dice: "Cuando el objeto es omnipu·
·· La relación que el sujeto establece con el otro dominante es simi- tentemente incorporado, el Self se identifica tanto con él, que tod;1
lar a la que Kohut plantea que se tiene con el objeto del Self, co- identidad por separado o cualquier límite entre Self y objeto es neg<1
mo puede apreciarse cuando se compara la descripción del paciente da. En Ja identificación proyectiva partes del Self entran omn ipote11
del capítulo III de El análisis del Sel[ con el ejemplo el ínico que temente en un objeto, por ejemplo la madre, para apode1arse de ..:iu
Arieti ofrece en la p. 169: ambos dependen_p_ara...el.ma.uten-in1ientG tas cualidades reconocidas como deseables y por eso pretend e st1 d
, de~~utoest~..;3).~nza_iY_,tl.~sJfmulo_d.e....uu.p_e.rsonaj~e-x- objeto o el objeto parcial. Es usual que la identificación proyectiva
t_erno 1aeanzad~. t~> l'-''-~-J·.l.A":.i..-C?'f-~-J,:;>-·· / e introyectiva ocurran simultáneamente.
En cuanto a Piera Aulagnier, destaca el papel cfcl "portavóz", En Ja relación de objeto narcisista son parte predominante las dt'
quien desarrolla un discurso que aun previamente al nacimiento del fensas contra cualquier reconocimiento de separación entre el Sdf y
niño Je otorga una identidad -la sombra hablada-.2 o Este portavoz el objeto. Además, cuando se reconoce la bondad del objeto, la oe-
podrá hacer del niño un yo ideal, y tendrá de esta manera el porkr pendencia estimula Ja envidia. La relación de objeto omnipotente
arbitrario que caracteriza al otro de la relación dual, al otro domi- narcisista obvia tanto el sentimiento agresivo causado por Ja frustra·
nante de Arieti o a la madre especularizante de Kohut. ción como el reconocimiento de Ja envidia . Cuando el niño posee el
pecho de la madre omnipotentemente, éste no puede rrustrado ni
l 9 Silvano Arieti y Jules Bemporat, Severe and Mi/d Depression, Basic Books, provocar su envidia. Parece que la fuerza y persistencia de las rela·
Nue~ York, 1978, p. 169.
2
º Piera Aulagnier, La violencia de la interpretación, Amorrortu. Buenos Ai- 21 Véase R. Bandler y J. Grinder, The Structure of Magic, Science and Bcha
res, 1977, p. 177. vior Books, Palo Alto, 1975.

52 53
. . 1 } ~ v.Ju f/~r:4 l(/
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1 ) ... ,- / / -A
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ciones de objetos narcisistas omnipotentes están estrechamente re- tan evacuar los aspectos indeseables dentro del objeto, la fusión pos-
lacionadas con la envidia" . 2 2 tulada entre sujeto y objeto pasa a carecer de sentido , ya que mal
Estas tesis son retomadás en el artículo publicado en 1971 en el permite entender cómo podría tener lugar en el caso en que el suje-
lntemational Journal of Psychoanalysis2 3 donde Rosenfeld afirma to, para no sentir como propio algo desagradable, lo coloca en el ob-
que el instinto de muerte genera envidia, que éste hace intolerable jeto. Más bien en este caso habría que post~ez de la ~
"cr separado al objeto, que para rechazar el reco nocimiento de la jeto-obje~o una n ítida diferenciación ent~ 1 a.mb~s ~_e !ilRdo Hue lo
12 lj )
dependencia con relación al objeto el sujeto trata de fusionarse con pertenec1e1~te_ a uno _no fuera del otro: G \,.\)~µy(! }d~e!J.{Ái~,-~~D
l\l, para así controlarlo omnipotentemente en un doble movimien- En los ulhmos anos se ha producido un c o nnportK~t~ dj!_n=-_.,.
to: por un lado apoderarse de los aspectos envidiados del objeto y tro de la escuela kleiniana que tiende a incorporar la;cJ.íticasqUé.. du- ·
-::cntirlos como propios, y por el otro ubicar por medio de la identi- rante largo tiempo se le formularon acerca de dos puntos: l)_Daban r - , JJ'(
ficación proyectiva todo lo que sea displacentero. como 'constituido un ~eto desde el mgmento mismo del nacimien- ~). /1,
El narcisismo tiene entonces en Rosenfeld la característica de se r fo, en plena posesión de Ja representación de un espacio externo y '--- ·•
una 'de_f~~~a· cfe.I S~]~to, al~T_!Jl~fl..i>.S:U!!!! .~.ll_~h~ no_d_ueJa..c.io­ Otro int erno en los cuales por un juego de proyección-introyección
oes objetales surge desde adentro del sujeto, impulsado por el instin- ,...,... j' podrían depositar aspectos de sí o del objeto confonne a deseos~
1o cfo m\iertc"y"Ia enYictfá~J~- 2posi'~_sg_1'íJa5-es~uel~Cío_!1ada_~_ '><\ ~sí postulaban desde el inicio la deflexión al exterior del instinto ~, ~- (e• .
n1~s 0füaes~~et¡¡;-=y~[.c@~_~Jl_tp~ªW-ª-L$~!1_arcisiza al sujeto desde (_\ 1 \)nuerte. 2) _Q ,Ea12.e! totalmente secundario, más allá de una u oti;a ' ( ·
afuera, desempeñando el objeto externo un papelTúnoamentaTen lo
rc~l. · ........ --- --·----.. ----...- ..----·---· --·----
fr~e~ ocasi.~mal que se_p..o.drá..encontrar...en:Klein sobre la función e (\¡· :
1fucturante del objet o externo , el cual.a e · · orno un . \..\ )
Además , en la Psi.sición ~~ Rosenfeld el narcisismo tiene una _clara modülador de las fantasíasinllili~. ¡'-....,_,./
funci<Yn n~gátiva,_hasta-ta·l--punto_qii.eJlab.1a d-e li ..parte aeStñ.ictiva En su reciente libro Exploración del autismo2 5 Meltzer, quien re-
narcís}ffá del Self: "parece que estos pacientes han enfrentadolaJli-:- toma el trabajo de Esther Bick (1968), sostiene: "La tesis es que en
drn entre sus impulsos destructivos e impulsos libidinales tra tando de su forma más primitiva las partes de la personalidad se sienten como
desprenderse de su pntocupacíón y amor por sus obj etos a través de carentes de una fuerza que las una ... ": Bick, poco después, deja bien
nrntar su Self dependiente y amoroso e identificándose casi comple- en claro que una vez que se supera este estado no integrado resulta
l~mentc con la parte narcisista del Self que los provee con un senti- • 1 posible la creación de un espacio interno y otro externo, lo que a su
miento de superioridad y autoadmiración" .2 4 vez es previo al período en que operan los mecanismos de splitting .
Digamos, por otra parte, gue en la forma de fu ncionar el narcisis-
mo qúe-cfesc'iioeRo'señtei<l-se vuelve_a_deslizar ia dificülta d ldeinia-
na pa~a_ dªr cu.e nta conceptua:Imenteael-ínterjuego entre lo externo
;,,..--, \ 1 descriptos por M. Klein.26
Q_l. ¡ " ror o tra parte, y esto es. ~.Y.ª"º.t.e.,.se cq_nstd.~ra qu.!'.J ajn.tegración.
~· ~ s,:_proauce - ~or introye~~~4JL o?J~!.~!:~.° · !'1:~~ Mdic
~'

.
(' u1ternq , ~Q~Dfejd sQ~!iefié. qµi-e1üarelación narcisistcrse1:rata de
icéii:az_ir _eJ_@_c_on.o_ciini.e nto._d_e.J;¡__s.~p-ª-raciÓn Self-obj et o, intentando
d s_uje t.Q (u si_9_f1E_~C.2.!.UL9.PJ.e.19...J!J:i vi dÉi:!Q..Q.~~ no se1~.!_i~ as[_9'i1e·-~
v<1üoso está en este último. Hasta aquí hay coherencia, pero cuando
ifmna-también que mediante la identificación proyectiva se inten-
parte de su libro a destacar _la qifer_e.ncia_~nt.LOiwdenfillcªc:10n-adh . ~
siva ostulada or Bick la identificación proyectiva de Klein, u
s_ería 12osterior. Relaci ona.Ja.Jd~nt 1cac1on ~ esiva ~ ,l
caci.ó~d . -..
"--i\llelfZefiñUeS't ra cóino con la identificación adhesiva, al no reco-
·
0
('.¡J

1
nocerse la existencia separada del objeto,no se puede hablar de con-
H. Roscnfcld , tsrados psicóticos, p. 201, Hormé, Buenos Aires, 19 78. trol tiránico sobre éste pues "casi no se concibe la necesidad de coer-
3
J. H. Roscnfrld , "A Clinical Approach to thc Psyc hoanalyt ic TI1eory of the
l,ifr and Death Instincts: An Investigation in to the Aggresive Aspects of Nar-
c; issism", Intern. J. Psychoanal., 1971,52, p. 169. 25
D .. Meltzer, Exploración del autismo, Paidós, Bu enos Aires, 1979.
'" Op. cit., p. 174 . 26 E. Bick,lntern. J. o[ Psychoanal., 1968, vol. 49, Nº 2-3 .

54 55
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t Es una situación similar a la que Ch~1;1sl~y- señalá·e~ ·~~intento


de
¡ ción, se dan más bien por sentados los servicios de las figuras paren- gramática generativa: el sujeto llega a poseer un número finito de re-

l tales de manera muy semejante a como comúnmente damos por sen-


tada la obediencia de nuestra mano a nuestras intenciones" .2 7
.,,, No podemos menos que comparar esta cita con lo que dice Kohut
en El análisis del Self: "El control esperado sobre tales otros (objetos
glas para constrnir un núme ro infinito de frases, siendo estas últimas,
en nuestra comparación, equivalentes a las representaciones del y o.
Las reglas existen como formas que el sujeto posee para organizar
la maner~ en que se representará. Así por ejemplo, un padre que al
del Self) es entonces más cercano al concepto de control que un llegar su hijo del colegio y mostrarle las calificaciones repara y pone
adulto espera tener sobre su propio cuerpo y mente que al concepto énfasis en las pocas materias en que aquél no alcanzó un grado máxi-
dr-·contmlcu ' espera tener sobre los otros". 28, 2 9 . mo, le está transmitiendo una regla por la cual la observación se cen-
l Otto Kernberg, en su ellii.iliiL!tJ<LQar\;.isismo, diferencia el narcisis- \ tra sobre lo que falta para alcanzar la perfección . Más aún, si su acti-
~Ji.tológic.o..,....teni.endo..:S..Q.bReste-ÚJÜmo_una...posición tud . es la de frustración ab.· ie. r.t a o encubierta, con rechazo del hijo, le
§j¡Üila-r- a la d~-~~~enf.~_!!..es.P--e_.cif¡JroeJ1.t.<u~_ll_ cuant~i!!__p!J.pel que le
\.
brin~a S9mo cód~~ªr~ J1_nª"JJ.1tura jc;Jentificación_ g~e si _1 10 es 1o
atribuye a la envidia crónica. 3 o
::.= <...~.- - - - - - - -
1 rriaXimo entonces no vale nada.
'~""Que'"ff(~~gl;s de
la en;:;-;-;;iación identificatoria son en ocasiones
más importantes aún que los propios enunciados identificatofios se
evidencia en el caso de aquellos padres que mientras por un lado in
Reglas de Ja enunciación identificatoria suflan de manera narcisista la representación del yo dei hijo, sefH;-
!, \ lándolo como digno de toda admiración, simultáneamente le trans-
A_J.¡Lp~rsQlliLllQ.s.ólo..s.e.le...utfilganjuicios sobre quién e~S,,.!:_!IU!l·
~~...s...id.t:nU.íicato.rios-.de.Jos..que~nosh_~la .~~¿ino cíi~
en esq_s juicills~vienl!n ._t!ll~1n_iti~_'!~__I:~g_l_(!s para construir representa-
1 ,
\ \ miten que un tercero no valdría nada con relación a él que lo es
, 1 ) todo. ~e ~U!D~~J¿D!@ 1ntersubj~tiyª§Jܪ _g_u,e él es el preferi-
do~j4Qlo absoluto, y en \a que existe un solo lugar con estas carac·
Ciones del yo., incluso aguellas--que iiunca fueronn-iSlqüiera pensadas terísticas.- ---------- -~--------- -- - - -- ---·- - ---
-i9.r~gfi9-significativo, las que -heITi~f'.!!el1-lª9_?.lgzasé1 e.J.CLenuúc.ia- Desde el punto de vista de los enunciados identifi catorio;; se po·
- ciéJ.r1..J;J¡m,f#i.c.a-UJria. ____...~--
dría concluir que ese niño recibe la máxima cuota de au10estima, la
representación de un yo valorizado. Pero ¿qué sucede si en un mo-
27 D. Meltzer, op. cit., p. 202.
mento ulterior de la vida alguien manifiesta una predilección pot'
28 H. Kohut, The Analysis of the Sel[, International U. Press, 1971, p. 27 otro? Toda su representación del yo como valioso podrá tambaleai
(Hay versión castellana: Amorrortu, Buenos Aires, 1977 ).
en un gran colapso narcisista ya que entrará baj o la regla de funcio-
2 9 Como comenta1io marginal para el aspecto conceptual de la discusión pero
/" namiento de que si no es el elegido entonces no posee ningún méri-
\1i.

importante para ~¡ contexto de la, produc~ión de conocimientos,p_igB.J,11_,~; ~ue (_ l to. Es lo que s.Q!2_mdamen.te hemos visto con algunas d ~r~siones de ~
~eltzcr ..!!Q~.!JflPJ.l~lllt, as1 como este en su hbr()_del 97t"ffi-\;Trr9lfa el /<"; \
co~c:sp.c.i.:ulariza.c.ió.ñ:S!ñ.:Q:rri:'.'1rpa:rcZ!;11".'"tat:T5:""'Cñsü"cx1:~~Jl51íOgra-··
c•.-1 ~dol!scentes_=iJJ..e..no--&FBB-iernn-po.LCieü9 -de~12romto-s .Q.t: .~lP-Qrt~s- !lM· ;
-~­
fía. 2.~ficit guc subsa na seis años desp_u~s en_Tf!__r¿B2_~g!J!![9.n o_[_J!1~_§_r:!f. Situa- :.-._--·· s:~.~~·<_'.11UX~R2J~l-contr.ariQ.,_p_~ue al haber incorpornclo la regb
cfoñ _ t~is~~ !a__9 e Ja _cjcmcia si)g~. que la_ c_r_can -~e _v_e.tLobl~B~tqs. i!ls:llls!bITliÍ·,· ;rn;f _g~Jti0'.lomción..:.'..'..o+o...o...el.D1.rL2_~~.7smoroñan siflo-sün-Tc>s-eTegi·. '
d~1 vol un t,~llillllLJlre.sió_rr-d·e-ta-s-1rertC-ñc·nc1a..s.Jl..l~gir,5.1;_p.Q.ulna ..i:.o.11,!;-ºJ}fi.ó n d . ---- --- ----··------- --·-· - 1

s~J!ª1..JL1a...d.cl..A.y.atoJa~Kholfil.iD.Lsta_¡i_2,'?,..e.i:i la entrevista del 7_9__ '0'! n Oriana &," os .•


. FaUaci dice: "Sí, el Islam contiene todo. EIISlam- iñcTü'y"c- to-d-o. El Islarrno Dado que en estos casos las reglas de la enunciación identificaiu ·
_/2Sííldo~;-~ • • - --...-__,,,______ ~.~-_,..:-:;:;;;-..;.~:-o·.~--, ---=- ·- ~ ~·-- ria tienen preeminencia sobre la propia representació n del yo Y<>
30 Para una síntesis del pensamiento de Kcmberg y en especial para comparar
constituida, creada por los enunciados identificatorios del otro, y
su posición con la de Kohut véase "Further Contributions to thc Trcatmcnt of que esas reglas fijan cómo se reestructura la representación del yo.
Narcissistic Pcrsonalitics" (lntern. J. Psyclwanal., 1974. 55. p. 215). además resulta fallido el intento ele los padres , y de cualquier oiro, incluido
de su libro Borderline Conditions and Pathologica/ Narcissism, Jason i\ro n- el terapeuta, para infundir re present aciones valorizadas de sí mien·
son, Nueva York, 1975 .

57
56
trn~ no se r.arnbien las reglas mencionadas. Reside en esto el fracaso
<le muchas psicoterapias de apoyo en que el terapeuta trata afanosa-
t\.
1\
~
< representación. El sujeto caerá de esta manera, automáticamente,
jo el dominio de una creencia que siempre estuvo en su psiquismo
=0
me nte de transmitirle a su paciente melancólico una buena imagen pero que requería el cumplimiento de determinada condición -cier-
de sí, pero las reglas que éste usa para juzgarse lo conducen a un a ta edad- para que le cuadrase. 31
opinión diferente, y si a la melancolía se le agrega, y no es contra- Se ve en este ejemplo, una vez más, cómo Ja regla de la enuncia-
dictorio, un tipo de personalidad que haga prevalecer sus conviccio- ción identificatoria precede a la representación del sujeto que con
nes por sobre las de los demás, la representación del yo que el tera- aquella se puede formar. Los padres aportan a veces la regla que lue-
peuta ofrec:e resultará una pobre competidora respecto a la que el go el sujeto utilizará para construir sus propios enunciados identifi-
propio paciente se forma de sí. catorios.
Las reglas~ de)a_?O unciación _identifica to ria-se-adq uiere_nJ~.!lA~Ofl­ Esto nos sirve además para cuestionar una versión reduccionista
tecfrn)_~nt_ós .. coJidianQ§, _ap_;¡..s~ru.e.m..e..n!! s~~!!JPOrtaQc_~,_y. que ,Pº L de la influencia que el otro significativo tiene sobre el sujeto. No se
csé mismo carácter r.asa.n de~ap~rcibidosen el P~P~L es~nci_é!J.(1ue~g9- \ trata de lo que el otro significativo directamente dice, pues pese al
'een en la estructuració!l...deG_üJ~tó ~Soñ reglat·que le sonC!escono- \ f. papel decisivo que esta palabra posee en Ja organización de la per-
c1 das, pero no~en el sentido de que estén reprimidas por razones de \ \ sonalidad, con todo la situación es más compleja. A manera de ana-
censura sino porque constituyen las operaciones mismas bajo las que l \ logía, los padres sería~fabfi.Gante.s..J!e esos 1ue_g_QLp_a¡a ar-
>e formó el psiquismo y que nunca estuvieron representadas como
tales .
\l ma"fl)asiiaos en pleza~~encajan. E~j~.t_o_gue adquiere el j!!_e.::__
go poC!rá copiar los m<?delos que el folle!9Je propone-pero-también
Veámoslas. En primer lugar tenemos la selección del código -la 1e ~es dable créar cÜnlas piezas nuevas combinaciones que al fabri-
perspectiva, el parámetro de análisis, el sector temático- desde el . canff"Mseieoéúrrieºroñ-:--En esfe sentido tienen razón los que-en-::-
cual se construirán representaciones que aun cuando varíen estarán "'fillzan el factor creador que posee la fantasía del niño y se oponen
siempre dentro de él. Así existen familias en las cuales de lo gue_se a un esquema teórico en el que todo viene desde afuera.~~e ha-
si
h,-.bl~ prevalentementees de algulenesvaliosa· o no: Todo es una cer, si11 embargo, una _s_¡¡.lve_dE,cl_;_~! sujeto que adquirió e jÚego_para
rdere~cia al mér~ los ~ctos de las persónas,¡,,ubjgmdo ~s­ arm·ái'~üe-rie cierto--g¡acto de libertad::::iJiro_:ésfaalcañiaríCsu Hiríi~_
te modo las representaciones del yo dentro del área _ ~t;J.na r~ isismo . i te-de 'acue-rd6 -c6n 1afórmá--en que las piezas esTén-TabñcacfaS.En el
.~n~no de.J.a psicogénesis__ ~ niño.]'r.~~~-~s~ perócoñI~il
vt rns, en can1bío;-enfátiZañ--continuame-nte la-Vli lñe rabilidad física,
,el peligro que se corre ante Jos objetos externos, sean animales, infec-
ciones, etcétera.
l
\. ladnllos" que le son aportados. .. ·· --------- - -
.--..__ -~·...... Ahoiabie n , ¿por qUé podemos sostener que Ja transposición cate-
He!::ha la selección del código se podrá funcionar en un amplio ( '7 gorial es una regla de Ja enunciación identificatoria y no simplemente
sector del mismo o en uno restringido. En el caso del narcisismo, por \ ( / enunciado identificatorio? ·- . .
ejemplo. si se es inteligente o no, o hermoso, o decente , etc. En el do- .._ _ ........ Po rque mediante e~mo adqmere una forma para orgamzar
minio de las fobias, si el cuerpo puede sufir un infarto, contaminar- los dat:os de su experiencia 1 un tiRO de_op.er.a.ción.men.talq.ue_v.aJnás
se, si es proclive al cáncer, etcétera. a1laoe un contenido particular. Cada vez que se encuentre ante lo
En el sector de las categorías bajo las cuales se ve el sujeto actúa ·t¡lre- s¡mpfement'e-es llna codm:ra de sí mismo o del otro inmediata-
la transposición valorativa, que hemos estudiado antes en este capí- mente la une, la aparea, la correlaciona con una categoría general
tulo y que no es necesario que se aplique desde el comienzo al pro- que at ribuye determinada identidad. Aprende a no leer conductas
pio sujeto. Tomemos por caso la condición en que desde la infancia aisladas sino identidades globales, a mirarse a sí mismo y a los demás
se equiparó edad avanzada con decrepitud e inutilidad , con lo que desde categorías que organizan aquellas conductas.
el sujeto podrá tener una excelente representación de sí hasta llegar
31
el momento evolutivo en que la puesta en actividad de esa creencia '\ ¡ \ Recordemos el principio de la retroacción que Fr:ud consigna en el Hom-
que no funcionó hasta ese momento le modificará radicalmente su ,t . bre de los Lobos y sobre el que Lacan ha sabido llamar la atención.

~8 59
11

Para dar una analogía que haga más fácilmente transmisible esto, ,fil@j.swiue es ca12az de ge~erar una pe!:§.onalidnd. s~pe ryoica.
sería equivalente a un bibliotecario que obsesionado por una manía Pero existe una consecuencia adicional que va a tener su peso c;n
clasificatoria, cuando entra un nuevo libro lo mira desde la perspec- la interacción familiar: alguien que construye identidades bajo est~
ti.va de determinar a,qué sección corresponde . Para ese bibliotecario estructura, es decir que posee esta regla de la enunciación identifi-
será simplemente algo destinado a ser colocado en el estante de cien- catoria, recibirá el mensaje de los miembros de su familia de una ma-
cia ficción, de cocina, o de viajes. El libro es recibido para ser clasifi- nera particular. Si por ejemplo se le dice ¿"por qué no me comprns-
cado, y si a esto se le agrega el hecho de que el número de secciones te el libro que te pedf'?, inmediatamente este enunciado será ario1a-
de la biblioteca es restringido, entonces por una correspondencia aún do en el molde de "tú eres malo, o irresponsable, o injusto". Ne ~º
lejana irá a parar a una de las secciones existentes. Esta manía clasi- escuchará que la frase pregunta acerca de una acción en panicular,
ficatoria es diferente de la del sujeto que recibe el libro para leerlo y restringida a la compra del libro , sino que se la incorporará en térnj-
luego poder hacer una multiplicidad de juicios sobre los diferentes as- nos de una a.Qjudicación de identidací,ñégativaáCiefñás: ··
pectos del mismo. -·~seveaquít~-mbiéncómo pára entender ef efe'cto qui;; tiene t•a)
. :k~<il!: queremos de~tacar es que el~g!J_~..cre.ce_e~J!..I:!J!fü'. mensaje en la interacción familiar es indispensable penetrar en el có
.J>iente donde la fransposlClon categonfil es Eredommante la m_~~­ digo del sujeto que lo recibe. Y si el que escucha ya no es alguien
!.ª a su funcionamíen{Q_psíquico como una regla p9r la ~do será criado en esa familia sino el miembro de una pareja que llega ya COli
atribución de identidad. un código preformado, resulta evidente, una vez más, cómo la ope-
,_Pero e s necesafib que seamos más precisos y digamos cómo se ratoria intrapsíquica sorprende al que emitió un mensaje cuandu
puede transmitir el uso de la transposición categorial. Si el lenguaje éste entró en la transposición categorial del que lo recibe . Nuevo des
de los padres se halla impregnado de adjetivos como bueno, malo, mentido a un funcionalismo extremo en los estudios sobre familia
decente, mentiroso, inmoral, éstos fijarán al niño en la · ti..ylh.Giq.n que supone que las conductas existen exclusivamente por su cofüe-
e · ad de ca tar el mundo.~.D.&1.U!~ esvi ita- cuencia.
1vamente hacia- eL.lad_ de la a e 1vación crea un estilo de .J!USa:. Hasta aquí nos hemos movido esencialmente en el terreno de aqui!
miento . La gramática que se utilice no es indep 1en e de las cate- llo de lo que hablan las representaciones del yo, su aspecto temático
·-gorias-mentales que puedan ser pensadas mediante aquélla. No es es- su contenido. Pero más allá de éste, en la constitución de esas !eprt ·
te el lugar para discutir acerca del componente semántico y el sintác- sentaciones intervienen operaciones de diverso tipo. Cuando habl a-
tico de una gramática. Nos remitimos a la polémica entre Chomsky y mos de operaciones tenemos en mente las matemáticas, en que la~
sus discípulos disidentes partidarios de la semántica generativa. Pero reglas de la multiplicación o de la división, por ejemplo, se aplican
a los fines que nos ocupan aquí es suficiente dejar constancia de que más allá de un número u otro , siendo en realidad formas de vincular
las formas sintácticas son capaces de hacer pensar la realidad por las números, o también los mecanismos de defensa que actúan sob re\
propiedades restrictivas que poseen. Para ilustrar supongamos que un contenidos de las más diversas temáticas. El que utiliza prevalentc-
niño se encuentra ante un lenguaje de los padres reducido principal- mente la represión, o la renegación, procesará mediante éstos las re-
mente a una estructura del tipo "Juan es malo" , es decir a un nom- presentaciones displacientes, independientemente de cuáles sean .
bre, al verbo ser que implica cualidad estable o esencia del ser, y a un Igual sucede con el desplazamiento o la condensación que no se re:·\
adjetivo que pasa entonces a caracterizar la supuesta esencia de esa ,A fieren a un tipo de representación en particular sino a fa forma en \
persona designada por el nombre. En esas condiciones de lenguaje re- !\ que el psiquismo las mani~ula . . .
Desde este punto de vista la obra freud1ana puede ser vista como
·
ducido sintácticamente, más allá de su contenido semántico , cada
conducta, cada sentimiento será vaciado dentro del molde de la for- \\ una gramática en la que se describen componentes semánticos -el de-
ma compuesta por el nombre, el verbo ser y un adjetivo. Y aquí es l seo sexual , el deseo de muerte sobre el rival edípico, etc .- y un com-
donde entra el componente semántico: si a su vez los adjetivos son \ ponente morfológico: las operaciones del psiquismo que organizan
del tipo bueno, malo, mentiroso, decente, inmoral, tendremos el len~
.....,,;,:;;;;::::g -- --....,.
L,.1 esos contenidos .

60 61
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El nifio que escucha el discurso de los padres no sólo recibe un ficación, si en un sujeto se dan las siguientes condiciones: a) el nar-
universo semántico en el que se privilegian determinados contenidos cisismo como temática que centra sus preocupaciones -o sea cuán-
sino que -~~ident~~~~?.!.:_ l~~~P~~ gue preside~ la or.g.aniz.3;,.. to vale una persona, cómo queda ubicada desde el punto de vista
ción de"aquél. Si bien el proceso es complejo y no consiste simple- de la valoración respecto a los demás-; b) hay tendencia a la descali-
inenfe eñl'íeV·ar lo de afuera adentro, esta influencia es esencial. Y si ficación; c) su discurso realiza trans osiciones categoriales por las
se re~irj_~fU}guQa ,J2_.rueb ~-jl~.LP.~11eC0Dunfersu OJ~fíVTdad'"7n l; g=;:·- cuales un dato p_arcia ..,d~ara atribuir una.id.en · e..rigt:-
nesíS d~ las ope_raciones misma.ª C~onj~S.[l!~. funCi2Q~:illJ..~ll~S.111_2., ~l pórlasreglas del discurso totalizante en que una vez atribuida una
fenómeno de la_.f_onversi6.!.1 histérica se presenta como un ejemplo íaeñfiuaaesta actua como prerriisa éfe la que se ~erivan obligada-
pnVilegiado:líñ proceso inconsciente , que pareciera seguir leyes na- ñfente condus1ones partiCulares que -1a=refreñcii"ñ:entonces cuáfr:
turales aei-psiquismo, sin embargo ha variado en la frecuencia de su do estas reglas operatorias se encuentren con un acontecimiento
presentación ,32 con una sensible disminución de los casos de ceguera, ocasional, pongamos por caso que al sujeto le robaron el automó-
p~rálisis,_a1~estesi_:_,_ 02istó~on? , que en . una época teñí~n .la J;?atolo- r"/! ·_J vil, se podrá producir un encadenamiento que esquemáticamen-
gia. 1< '(J".1...1<-5"'~'<) !~ (.¡y4.-r..1..D ~, Á.!"W:r?-t.t.i} . cf.:.rlafl\f-;J6,I te planteado y aun cuando requiere de más pasos intermedios adop-
El dato es notable s1 se Neva hasta s-us úptimas consecuencias el e:,..; taría la forma:
examen de lo que está demostrando: un conflicto inconsciente no es
enfrentado por medio de una operación específica del psiquismo -la a) "que me roben el automóvil dice algo de mí, de mi valía, de
conversión- sino por otros recursos. Debido a que el medio sulmral, mi capacidad";
iajluen.cia<J.2...P~:L~~l.lt<!1J.9_psicoloú.fQJj_a_q1üta.all.ala..~is....., b) "yo hice algo inadecuado, por eso me robaron el automóvil";
hist~.'.t~!:L ~\1_grª-G~Ld.e...b.en.dlcio ~..!<..<;Jlllli!JiQ,_.12arí!._Qp5mer en cam- c) "si me robaron el automóvil es que soy incapaz©capaz";
bio a ],!...PE§.QUi!..sJ.fil.J.LPJ~~_enta_¡¡Jª-_cJitic;a o al ridículo, aquélla ha d) "soy un incapaz; cualquier cosa que haga será uñá muestra de
qüedado imposibilitada en determinados círculos. O sea gue al estar mi incapacidad".
prorubido;pürla .a"m enaza··ae:-sulrimi'énto narc1s1sj~~qúe se arhoe· a
la parálisis o la ceguera histérica, queda coartado taÍnbien-el carñino, Y a partir de este punto se abren múltiples vías, pudiéndose dar
la operación mental de la conversíón. - - - . - - ..... - . lo que hemos mostrado al comienzo del capítulo cuando estudia-
.- CólitifiUafü:lC)coñ las reglas · de la enunciación identificatoria mos el deslizamiento entre las representaciones parciales del yo: J.!
-aquellas que permiten construir enunciados que otorgan det.ermina- j_~icio de ,gue es incapaz será trasladable a áreas como el cuerpo ("mi
da ident idad al sujeto- digamos también que el discurso totalizante cuerpo es incapaz de defenderse de la mfección"), con-la-emefgtm.Gia-
pnede ser utilizado en este sentido. En el capítulo sobre el yo ideal de smtomas en ruveles que ya no son del orden ael narc1siSiño:-- --
veremos cómo 'el discurso totalizante organiza las representaciones , .. S(áCieíñas mtemene el]Uego del s1gruhcante, que t1enesus-Yeglas,
de modo tal que a partir de un juicio global sobre el yo se concluirá se arriba a enunciados que a primera vista parecieran no tener ningu-
en afirmaciones sobre los aspectos parciales, que serán puestos en na relación con los eslabones primeros en la cadena, pues por medio
concordancia con aquél. de ese juego se producen saltos.
Resulta de lo anterior que en la atribución de una identidad a al- El punto que queremos destacar es que en un síntoma específico
guien -a otro o al propio sujet o por parte de sí mismo- los enuncia- podemos estudiar su historia generacional así como en lingüística se
dos idcntificatorios que puedan efectivamente ser formados no están lo hace con un enunciado que se puede leer teniendo en cuenta las
librados a una libertad absoluta sino que circulan por los carriles de operaciones que intervienen en su construcción. 3 3
reglas de enunciación de las que son pro ductos . A modo de ejempli- La caracterización de las reglas de la enunciación y en especial de

37. Alan Krohn , Hysteria: The elusive neurosis, lntcmational Universities 33 Véanse para una captación de esto Jos diagramas de árboles que ilustran Ja
l'ress, lnc .. Nueva York, 19 78. historia generacional en Ja gramática generativa. '

62 63
la forma jerárquica en que se van articulando permite entender cómo quisición de lo que la sociedad pauta. 3 5
será procesado un acontecimiento singular hasta derivar en una pro- El ideal se forma entonces por la desilusión de los padres con 1e;;-
ducción específica. 3 4 pe'cTo'áiruñO, qüíéñ-tratadeganarn\ievarnenfe-fa adffiiiacióñ de GS·
Pero antes de dar por concluido el examen de las reglas de la tosatr'áVéS<lTSuiljUSteaTaUnidadctemedi~~éOn que J,Q ]~ú?n. En
enunciación identificatoria detengámonos en los metaideales. este sentiao es clara la posición de Freud cuando sostiene que a na·
vés del ideal se .trata de recuperar el perdido narcisismo de la infan·
\'-"k~t~ i o(~ /e/) cía, colocándose el ideal como una meta que permitirá la recaptura
de ese momento de gozo expansivo .
lEI sistema de~íaeares.-r:amslañclacrítica y ios metaidea!es El sujeto puede mantener con los ideales una relación equivalen·
te a la que tiene con su objeto de amor. Ello no es de extrnñar si se
Los ideales no se constituyen simplemente como consecuencia de las tiene en cuenta que el ideal generalmente surge referido a persona
desilusiones sucesivas con respecto a la imago parental idealizada, de- jes concretos. Amando a los personajes en que los ideales estén en-
silusiones que determinarían que la perfección dejase de estar encar- camados se pasa a amar a estos últimos. La psicología popular cap ..
nada en un sujeto determinado y pasase a constituir una abstracción. tó este tipo de vínculo cuando dice: "enamorado de sus ideales'\',
Esta postulación encierra una paradoja fundamental : para que al- "traicionó sus ideales". 1
guien se desilusione de otro es necesario que compare este otro con Por otra parte, las expresiones "traicionó sus ideales", "es cons ·- \
un estándar que lo muestra como insuficiente. Por lo tanto mal po- cue_nte con sus ideales" ...:.v~~~!,IC~~ - 9,.u_e exi_sten ideales .que~~an e¡~~ 1
dría ser la desilusión .cQILI.e.s.gectru!!..9trq_lª.J;ªpsf7J...~Jl:.G.onfümfiO:n actitudes debem'?.pe.ne1"'C'Orrrespee4(il~9.Q.n-:o_TJ..d; 1
detTciea1cuando éste es requisito i:u:e.YiQ...12ara que la desilusión OC!;l· de-encarmrrlus-;-v'i,rdaderos metaidealeil""si-alguien prefiere morir po~
fy..; rra. '• /
-sus·-iEieafos-es porqúe--esta"ªf!!ll!sl..dé"defensa de los mismos conotitu 1
1 1

i~n realidad el ideal se constituye a partir del momento en que el ye a su vez un ideal. Viéndose como el que defiende sus ideales se·
otro deja de ser un admirador incondicional que brinda al sujeto la puede estimar.
vivencia de perfección para pasar a convertirse en alguien que exige Para captar la diferencia entre el ideal y el metaideal pensemos en
al sujeto la adecuación a determinadas normas. Es ue re uieren el niño al que se le señala como virtud el "no mentirás" . El podrá ex-
ahora ser satisfechas por el sujeto para obtenér la ad~ira~~I presar fuerte admiración hacia aquellos que a pesar del perj uicio que
otro, pasan a consfifuuse en sus ideales. El cese de la admiració.n in- pudiera implicar decir la verdad son capaces de hacerlo, pero no sen-
V v cüñdicional y el reclamo del otro cuand~e'iQ'.Sfüarra decretifr: tirse obligado a satisfacer el ideal en toda circunstancia. Esto es lo
miriadas cualidades o conductas deseables es lo q11..e_gel!_,_.P..QLlo...tan- que son para la mayoría de las personas los santos o los héroes:
·to,""ladíiñeñSíóñCrel ideal. Que el ideal provenga no de una desilusión constituyen los modelos ideales que despiertan admiración, pero se
lltí'lsüjeto sino de ua reclamo del otro que ya está moldeado por la tolera no ser como ellos.
cultura explica por 1ué los ideales no son individuales sino una ad- El superyó comprende tanto los ideales como los metaideales, es-
tos últimos como regla de observancia. ,
34
\ La satisfacción narcisista del sujeto no depende de los ideales sino \'
1

Lo Único que tomam s de Ja gramática generativa es el modelo en cuanto a de los metaideales, es decir , de las reglas que regulan su relación con
su aspecto más general, e decir, como concatenación de aplicación de reglas
parciales que conducen a a producción de un enunciado específico -en nues-
aquéllos. Alguien podrá tener como ideal la belleza pero al no pose<!r \
tro ámbito un síntoma, p ejemplo-. En el caso del psicoanálisis las reglas par-
ciales no consistirán en u mera réplica de las de la gramática generativa que

I~
son pertinentes para el obj to de estudio de ésta, sino de aquellas que le sean 35 Roy Shaffer, "Motives and Thought: Psychoanalytic Essa ys in Hcnoi of
propias. Nada se gana con n traslado mecánico de las reglas de la lingüística David Rapaport", compilado por R. Holt, Psychological !ssues, vol.V., Nºl-3,
al dominio del psicoanálisis. _ .
monografía 18/ 19.
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5i careceae-ei1a.- - ·-
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el metaideal de que deba encarnarla no habrá sufrimiento narcisista fica vigilancia de su cumplimiento? Podemos decir que se trata de
otra creencia de orden más general, como por ejemplo "los ideales
rJ.
- ·-Gseveridad del superyó se basa entonces en las reglas de cumpli- son para ser cumplidos y si lo haces te quiero. Si no, te castigo". ·-
miento de los ideales. Por supuesto que si éstos son muy elevados Es algo sµnilar .ª las leyes: está el texto de una ley en particular,
\ , habrá más posibilidades de que no se satisfagan, y si simultáneamen- pero hay otra ley más general que dice que las leyes deben ser cum-
¡f te los metaidealcs son exigentes el sujeto quedará en falta. Pero es es- plidas, y que reaparecerá en el texto particular en la forma de san-
1 ta condición y no la primera la determinante en última instancia. ciones que se aplicarán en caso de que así no se lo haga. Hay códigos
El metaideal es una creencia que füa cómo debe ser alguien o algo que se caracterizan por contemplar las circunstancias consideradas
para ser v"alorado, preferido; surge siempre en el campo del narcisis- atenuantes para juzgar la infracción a la ley; otros registran solamen-
mo·::a~as preferencias y los rechazos- y no perderá jamás la te la proscripción y el castigo. Ahora bien, que un código consigne
marca de su origen. Aun cuando se salga de ia etapa en la cual su para cada caso las circunstancias atenuantes implica una filosofía
cumplimiento se realizaba para obtener el amor de un único otro sig- base: existe n atenuantes.
nificativo y se alcance al nivel de entidad abstracta que no requiere la Con los ideales, una vez constituidos como tales -estructura in-
presencia de un personaje externo, de cualquier manera cumplirá la trapsíquica-, es decir superada la etapa de la ansiedad social o mie-
,, función de hacer que el sujeto se sienta valioso o n~­ do al castigo, ocurre algo similar a lo que ocurre con las leyes: están
; taideal_ i!!lP.Ylsa_aJa_asunción..dejdentida.de_s_que.lo-encame!'.h-Si-e4'o encuadrados bajo enunciados generales que dicen cuánto un sujeto
1 es una máscara si~ts.11.je.to_,__si__exisJ~J11_12ersonalidad_:~como.si~s-por­ se puede apartar de ellos sin perder el amor del superyó. La severidad
I ·e¡ue-para se-rquerido_J2.2!_el ot~~}S!§JJJO_o .eLsupe¡:yó el-s-Hjeto-tiene-- de la conciencia crítica, como lo señalara Freud, es una cualidad ge-
qüe mosffarse como
si~~9JQ_ Q!!Ln_p_e_s.~Los ideales, en su diversi- neral y no referida a un solo tipo de ideal en particular. Está forma-
do por los metaideales que son las creencias, no formuladas cons-
-dad temática-, sciñTas contraseñas a las que ha quedado fijado cada
· individuo, por la especificidad de su historia, para recibir a cambio cientemente, que determinan el grado en que el sujeto se puede apar-
de su cumplimiento el amor del otro o del superyó. tar del ideal. ·~- ·
, Si se abandona una actitud acrítica o ingenua frente a los ideales, Otro ejemplo que permite apreciar la diferencia entre el ideal y el
o sea aquella que desatiende su origen arbitrario, convencional y Ja metaideal lo podemos encontrar en el espectador de cualquier depor-
gratificación narcisista que otorga, lo único que impide desligarse te. Es capaz de ser un experto que aprecie la gracia y la precisión en
hacia el nihilismo de que todos los ideales serían iguales es la fun- el movimiento, y al concurrir a torneos donde participen los grandes
ción diferente que cumplen unos u otros en lo social;...bay ideales del deporte no se le escapa el más leve desliz. Tiene un ideal del
gue ~irven mejor y proveen de mayor felicidad al conjunt~-- Pero=;;on movimiento, de las cualidades que éste debe poseer, incluso desea-
é)fo pasa.tnos--ya-a:J-terr_?m,:Cae:J.a:i:UeDJQgÍ_¡¡~ mclusive nosotros mismos ría poder responder a ese ideal. Sin embargo cuando es él el que jue-
cci"ii fa ºo pción que
acabamos de realizar al haber privilegiado al con- ga, si resulta inhábil puede aceptar esta característica con tranquili-
junto por sobre el individuo. dad. El ideal de perfección está en su psiquismo pero el sujeto acep-
Volviendo a la distinción entre ideales y metaideales pensemos en ta no encarnarlo. No tiene el ideal de ser el ideal, no le es perentorio
el momento en que se inicia al nifio en un ideal, "hay que ser genero- serlo, tolera apartarse de él.
so con los demás", por ejemplo. En un primer momento se trata de El ideal aparece como la medida de perfección que se comparará
una sin1ple orden exterior. Es la etapa que Freud denominará de an- con el atributo que está en la misma categoría temática. Ejemplifi-
') siedad social, en que res ulta indispensable la presencia del persona- cando, el ideal de la memoria prodigiosa se contrastará con la memo-
je ex terno. 3 6 · En ese momento nos encontramos ante el ideal por un ria de un sujeto en particular, el ideal de belleza del rostro con los
, lado y por el otro la vigilancia de su cumplimiento. ¿Pero qué signi- rasgos faciales de aquel sobre el que recaiga la observación, etcétera.
El metaideal, en cambio, al fijar la medida en que es dable desviar-
3t\ S. Frcud, ".El malestar en la c tdlura ", St. Ed., vol. XXI, p. 125. se del ideal para que el sujeto sea aceptado ya no constituye una sim-

06 67
,,_-;..-"=...

ple comparación entre el ideal y el rasgo en una escala evaluativa. A .gto1g _&Q1J_,_~1Lcambio , ..n_ormas_pqI!!_g!J1S]JJl!! _ª~tll~s _afü1n_ac;i0Qts _,
través del rasgo se acepta o se rechaza a la persona global. Las reglas de la enunciación identificatoria, que hemos consigna-'\
Mientras que el ideal permite comparar rasgos el metaideal es una do aun cuando sea de manera esbozada, ab ren a nuestro juicio ur1\
instrucción sobre la reacción emocional que se debe tener cuando al· camino promisorio para el estudio de cómo se construyen las cree.-1-
go se contrasta' con el ideal. Fija el amor o el odio que se prodiga a la cias sobre la identidad. A esta altura del conocimiento continuar di \
· persona que está siendo evaluada con respecto al ideal. Desde este ciendo que la identidad viene desde otro constituye un lugar tan co-
punto de vista los metaideales adjudican identidades al colocar a al- mún que aparece hasta en las revistas de divulgación, y nuestro es
guien con relación al ideal, pero aclarémoslo, identidad de aceptado fuerzo se debe orientar más bien a tratar de profundizar esta afirma·
o rechazado y no simplemente de Ja distancia que tenga con respec- ción mediante una descripción minuciosa y po1menorizada de cómo
to al ideal. se transmiten específicamente cada una de las operaciones del psi·
i> Pese a lo difícil que es cambiar los ideales una vez constituidos, quismo que conducen a esta atribución de identidad.
con todo pueden variar, pero los metaideales son más estables aún. Para terminar este apartado destaquemos en cuanto a los em1n-
Los individuos que a lo largo de la vida cambian sus ideales, a veces ciados identificatorios que además de los que emite el otro sign.ifi
por sus opuestos pero conservando el mismo tipo de rigidez con que cativo sobre el sujeto también pronuncia enunciados ideniíficatu-
se adhieren a los mismos, lo corroboran. En este mismo orden de co- rios sobre un tercero, con lo que constituye la representación dt·
sas los grupos de contracultura pese a que sus ideales son opuestos a dos sujetos en interacción transmitiendo al dependien te una ubi-
los del medio que los circunda tienen el mismo grado de fanatismo cación de sí con relación a los demás. Muchas veces las interven·
con respecto a la adhesión que se les debe prestar a aquéllos: han ciones del otro. significativo no recaen sobre el sujeto directarnen
cambiado sus ideales pero no sus metaideales. La obligación de ser te. Es lo que se ve en las familias paranoicas en que los ajenos son
't:~ libre que se respira con algunos grupos de hippies es tan compulsiva rotulados como personas que engañan, estafan, agreden físicai11en
como la que tiene la sociedad circundante para las normas de con- te, tratan injustamente, excluyen, etc. Supuestamente no se dice i1á
ducta que en ella imperan. da sobre los miembros de la familia pero en realidad éstos quedan
Cuando a un sujeto en la interacción con sus personajes significati- ubicados, por implicación, en la identidad de los que pueden ser en
vos se le transmite un ideal, simultáneamente se le señala cuál es la gañados, agredidos, excluidos, etcétera.
reacción que se debe tener frente a aquellos que se apartan de él. El Igual sucede cuando el otro significativo es un fóbico: al hablcJ.r
niño no aprende cuáles son los ideales como entidades aisladas sino de los objetos como peligrosos coloca al sujeto en la idemidad del
en su aplicación a los seres y las cosas a través del juicio que se for- que está corriendo peligro.
mulan sobre éstos. Lo que él observa son sujetos que ubican a otros Si la identidad es siempre una posición que se tiene en una estrw.:
de acuerdo con la relación que tengan con el ideal. Oye afirmar, por tura intersubjetiva convendría diferenciar los enunciados ident!/lc11
ejemplo, que alguien es horrible porque posee tal nariz, acompaña· torios directos -los que hablan sobre el sujeto· y aquellos otros enun·
da esta aseveración con manifestaciones de disgusto y rechazo, o por ciados identificatorios por implicación, los que al decir algo sobre tt1i
el contrario que la nariz es fea pero que no importa. O sea que en el tercero que tiene una relación con el sujeto terminan dando un lug•!l
mismo acto en que se construye el ideal se origina el metaidea1, juicio a éste. Los enunciados identificatorios por implicación son más ili1
acerca del grado de rechazo o aceptación que merece aquel que se portantes aún que los directos pues al no hablar del sujeto en sí, h
aparta de él. éste se le hace menos evidente que está siendo ubicado . Si un padrl
Recapitulando ahora esta dj~~~~. gue estaf!}_?J..!Xª1ª!!"1.9..Q& judío le dice al hijo que todos los vecinos son antisemitas le es1a
pr~~iJar-:eñtrn:ern-cürdouaenfif.icato..ci.os ~y..regl~-d!nunciaciQ.J!.. otorgando una identidad como perseguido sin que este juicio sea el
identificatoria digamos
- --~- fil ~·'
que los........
primeros
____ son afirmacioMS.:J~Q!l.ITt~ta,s
-·~=--- ' centro de la reflexión. De igual manera, como sucede frecue11tcmen·
~di~~- g\ííell es, fue Q..gLá::U.e:-detenninada~manera..C,Qnstk = te en nuestra cultura, si en el momento en que la ·mujer tiene que ha
tuyen una identidad atribuida. Las r~~ds:-=1a-.enuneiaeión·iclent-ifi=,
-~d·--~--===="'-~-i:=-==
cer un pago el marido le dice "dejámelo , yo hago el cheque", al defi"

68 ¿;9
nirse él como el que sabe hacerlo emite un juicio identificatorio por de superioridad busca en qué podría estar basada, llegando a encon-
implicación que localiza a la esposa como incompetente. trar las diferencias que la justifiquen. Lo importante es que el senti-
As í como en el caso en que una persona al colocarse por delante miento de superioridad, no sustentado más que en el propio deseo,
de otra deja a ésta en la posición del que está atrás en una familia, conduce al hallazgo de aquello.que pudiera legitimarlo. Verdadero
los enunciados identificatorios directos sobre alguien actúan como proceso de racionalización que explica esa especie de deporte de la
enunciados identificatorios por implicación sobre los otros. crítica que practican algunas personas. Siempre que la crítica se
ta experiencia, con .ribetes cómicos, que tiene lugar cupndo al- acompañe de cierta fruición, la búsqueda de satisfacción narcisis-
g11ien por debajo de la mesa al golpear el pie de otro ocasiona que ta es la que la promueve.
~ste en forma automática pida perdón, adquiriendo así la identidad Tenemos así la acentuación mezquina de las pequeñas diferencias,
del que cometió una falta, muestra la limitación de pretender recons- cualquiera que sea el ropaje con que se la intenta disfrazar, que no
truir los enunciados identificatorios a los que fue sometido un suje- sólo juega un papel importante en la psicología individual sino que es
to basándose únicamente en recapturar lo que se decía de él. Lo no decisiva en la grupal. La cohesión de cualquier grupo está dada por lo
dich o sobre él, o lo dicho sobre un tercero,es a veces más importan- que se podría enunciar como el privilegio de "la ilustre diferencia" :
te en Ia constitución de su identidad. sus integrantes tienen la convicción de que son o poseen algo que les
es propio y que los convierte en superiores a los demás. No hay nin-
gún grupo que alcance estabilidad que no llegue a encontrar la dife-
Tolerancia al apartamiento del ideal renéia que les asegure su satisfacción narcisista. Esa diferencia, feti-
che del grupo, pasará a ser venerada y a constituir el dogma que na-
La mayor o menor tolerancia con respecto al apartamiento del ideal die podrá cuestionar, así sea un ritual menor que sin embargo es ele-
resulta ser, por lo que acabamos de ver en el apartado anterior,pro- vado al sitial de esencial. Y en verdad lo es, pero para la afirmación
ducto de la identificación, aunque ésta no sea su única ni principal de "la ilustre diferencia". Los ejemplos podrían multiplicarse al in-
fue nte. La intencionalidad hostil, que tiene origen diferente de la finito pero le bastará al lector hacer el simple ejercicio de recordar
constitución del ideal, puede utilizar a éste como una forma de ata- los grupos que conoce para encontrar en cada ocasión la bandera que
que: para agredir al rival se puede mostrar que no alcanza un ideal, en cada uno de ellos se enarbola como ilustre diferencia. La fragmen-
al que se pasa a venerar y entronizar con la única finalidad de mos- tación a que están expuestos muchos grupos es ·también conse-
trar la insuficiencia de aquél. En este caso el reforzamiento del ideal cuencia de la necesidad de sus integrantes de fabricar diferencias
no es por los méritos que en sí mismo reviste ante el sujeto sino por que los autoafirmen.
la función utilita1ia que cumple. Ejemplo paradigmático de esta si- En el plano de la psicología individual resulta interesante tam-
tuación lo constituye el sujeto que al no poder conseguir algo -belle- bién preguntarse ante cada persona cuál es la ilustre diferencia, pro-
za, fama, riqueza, etc.- utiliza el ideal como arma en la lucha por el clamada o totalmente desconocida para ella misma, en que basa su
privilegio: el otro tendrá lo que él envidia pero carecerá de los idea- autoestima. Por ello estas diferencias son tan celosamente defendi-
les que él pasa a encarnar. La virtud es exaltada como premio con- das. ¿Qué sería, por ejemplo, del que ha convertido un rasgo o una
suelo por Ja carencia de lo deseado. actitud en la base de una satisfacción narcisista si se demostrase que
La rivalidad narcisista es la que da origen también a la actitud éstos no merecen ocupar tal alto rango?
"si yo no puedo ser la personificación del ideal del yo, entonces nadie, Esta es la causa por la cual los cambios en cualquier orden de la
sólo el ideal que estará más allá de todos". El rival narcisista, aquel vida -por supuesto incluida la ciencia- son forzosamente resistidos.
que podría encarnar el ideal, es despojado de esa posibilidad. Nos en- Si alguien se pasó veinte años de su vida enseñ~ndo una verdad ¿qué
contramos aquí con el denigrador crónico. lugar le quedaría si ésta no lo fuera? '
Pero el sujeto narcisista no sólo no tolera las diferencias ya exis- Además, la defensa apasionada del ideal -sea éste moral, científi-
tentes sino que además necesita crearlas. Para mantener un apriori co, religioso, etc.- coloca al sujeto en una situación de privilegio: pa-

70 71
~ ----

sa a ser aquel que se fusiona con los méritos del ideal en t anto es su
defensor. El brillo del ideal cae sobre el sujeto y su narcisismo se nu- ticar, simplemente se mira al mundo desde los estándares de caLJad
tre de verse como celoso custodio de aquél. que se poseen . Es el caso del gourmet o de cualquier especiahw
El discurso qe tipo panegírico con que alguien se extasía ante los -arte, ciencia , etc.- cuando se encuentra con un objeto que pe1te11~
méritos de un autor o de una teoría, en que cada frase está cargada ce a su campo; éste es evaluado desde sus normas de calidad, qH
de adjetivos encomiásticos, y muchos discursos actuales sobre Freud son elevadas con respecto al resto de las personas. A su vez, de acue1
tienen esta estructura, constituye en verdad intentos de convertirse do con las propiedades del metaideal , se podrá rechazar intolerantG·
en el "representante autorizado" del objeto, el que mediante la idea- mente o no aquel que esté por debajo del ideal , pero éste es previo
lización se pasará a sentir como más cercano en la fusión anhelada de al encuentro con el objeto e independiente de él.
identidad.
La satisfacción narcisista de cualquier fanático testimonia lo ante- 2) Cuando se tiene una imagen preconcebida de alguien o c. . . ;1lgo
rior, así como también la posición delicada en que queda ubicado el a los que se considera imperfectos. Es el caso del prejuicio, creen
que cuestiona la adhesión acrítica a un ideal. Y esto último ocurre cia básica que organiza la aproximación al objeto. Como hemos plJ1\·
porque la diferencia que los demás puedan presentar con respecto al teado en otro lugar en este libro, son creencias generales del tipo
sujeto le resulta a éste intolerable pues lo cuestiona en su ser: si el " haces !as cosas mal", "no eres inteligente" , " eres malo" , etc., c1\;e11
otro no piensa como él -sea en el plano ideológico, científico o reli- cias a partir de las cuales se termina por ver los atiih utos o accione·;
gioso- y si piensa, se divierte, se viste con otro estilo entonces no particulares del objeto. La creencia preexiste al juicio particular que
resulta tan obvio que su forma de ser sea la mejor. Por ello a la gente deriva de aquélla .
no le basta con vivir sus gustos sino que se siente obligada a imponér- No se trata de que el ideal sea desmesuradamente elevado como
{ selos a los demás. en el caso 1) , sino que la representación del sujeto hace que se lo ub 1
El odio y el encarnizamiento que despierta el que no se suma al que por debajo de aquello que se consideraría el término me<lio .
grupo, aun cuando lo haga mediante el apartamiento silencioso, se
basa en que el sujeto narcisista requiere que aquello que es él pase 3) Cuando existe i.ntencionalidad de agredir al oüo o a sí nlisrno .
a constituir el ideal: aceptar otra manera de ser es aceptar que él mis- En este caso no hay un ideal previo elevado o una creencia gene1 al
mo no lo encarna. ligada específicamente al aspecto que se considerará inadect.<1J<J .
La intolerancia o el dogmatismo tienen entonces fuentes muy po- El defecto al cual la crítica se dirigirá será buscado , cn::ado en las
derosas, a. las que si se le suman las no menos importantes derivadas áreas más diversas con tal de decir algo que lastime. El odio es el que
de la competencia por la posesión de bienes materiales nos muestran origina y mantiene la brecha entre el ideal y la representación <lel
los formidables obstáculos que se deben superar para su disminución, otro o del sujeto, ya sea elevando aquél o disminuyeildo los mm·
sin hablar ,ya de una utópica eliminación. tos ele éstas. La fuente más frecuente es la frustración narcisista .

Función critica

En el apartado anterior hemos examinado distintas condiciones en


las cuales se exacerba la crítica, y también algunas funciones que
cumple en el psiquismo. Podemos ahora decir que la crítica surge:

1) Cuando algo está por debajo del ideal que constituye la unidad
de medida y desde la cual se lo observa. No hay intencionalidad de cri-

72
75
,Capítulo Hil

ElL ]!)Il§CURSO TOT AUZANTJE


El yo ideal y el ideal del yo:
efectos de dos tipos de discursos

:1
1

Los deseos y angustias del drama edípico marcan o, mejor aún, crean
y organizan las representaciones que cada uno de sus participantes
tiene de sí y de los demás, que por este hecho decisivo se hallan bien
lejos de ser meras descripciones neutras. Las representaciones que
constituyen el yo implican juicios de valor, aceptaciones y rechazos
apasionados, preferencias y relegarnientos. Cualquier expresión que
se utilice para hablar del sujeto estará poblada de rasgos semánticos
que ubicarán a éste en categorías que ternúnarán satisfaciendo o hi-
riendo su narcisismo.
Es en este terreno del dolor y la alegría narcisista donde nos en-
contramos con una representación privilegiada, el yo ideal, que no
dejará de solicitar al sujeto pues como sostiene Freud, posee todas las
perfecciones de aquello que es de valor. 1 Perfecciones, por otra par-
te, que constituyen el medio para obtener la admiración de alguien
-el otro externo o el propio sujeto-. Si la representación de un yo
ideal existe es porque hay alguien capaz de ver al sujeto de esa mane-
ra, lo que hace surgir en éste el deseo de serlo para aquél.
El yo ideal que es el niño para sus padres y para sí mismo, que lo
son los padres para el niño, que lo es el objeto de amor para el ena-
morado posee, según Freud, una característica esencial: Ja crítica de-

1 S. Freud, "Introducción al narcisismo", St. Ed.,vol. XIV, p. 94.

75
--¡~ · ·

ja prácticamente de funcionar, todo lo que se haga está bien y no propiedades del tipo de discurso que las crea. En este sentido el yo
merece objeción. 2 ideal testimonia. sobre el sistema de codificación, de valoraciones,
El hecho de que Freud relacionara al yo ideal con el objeto de de organizar los datos por parte del discurso enunciante.
amor nos pone•sobre la pista de un hecho que subtiende toda su re- Para ser coherentes entonces con el camino que reco tTe Freucl, la
flexión: así como con el objeto de amor se mantiene un vínculo, pregunta no se agota en averiguar cuáles serían las notas definitorias
igual sucede con el yo ideal. Por algo Freud plantea: "este yo ideal del yo ideal, su diferencia con el ideal del yo, si el primero es una
es ahora el blanco del amor a sí mismo que era gozado en la infan- imagen y el otro no, sino en describir los tipos de miradas , de discur
cia por el yo real".3 sos con que se crean estas entidades ideales.
O sea que Jo que Freud describe es la actitud que alguien tiene Tomando como paradigma la actitud de algunos padres sostiene
respecto de un sujeto, actitud que genera la representación idealiza- Freud: "Entonces ellos están bajo la compulsión de atribuir todas
da. El yo ideal es entonces el efecto de un discurso desarrollado por las perfecciones al niño -lo cual no permitiría una obse rvaci ón aprn
la pasión del enunciante, pasión que se halla más allá de su concien- piada- y de ocultar y olvidar todos sus defecto''. 5 Al ser mirado el
cia y que lo arrastra. niño de esta manera, no se le aplican valores externos con respecto a
Si hay un efecto tiene que existir algo que lo produce, y Freud en los que se lo mide siJ10 que lo que aquél sea pasa a consiit uir el mu
su búsqueda constante de operaciones del psiquismo describe en este delo a partir del cual queda definida la perfección. Por ser eJ hijo se
contexto la idealización. El yo ideal es su producto por excelencia. considera que su rostro es hermoso, sus movimientos graciosos, y
Con esto Freud ha pasado del yo ideal considerado como una re- hasta sus excrementos llegan a valorizarse.
presentación que se tiene de alguien, es decir un enunciado, al acto Actitud de fascinación similar a la que encontramos en el éxtasi~
de enunciación, de la imagen ya formada al estudio de las reglas que religioso o, como vimos antes, en el enamorado que convierte a la
·\ presiden su formación, al contexto intersubjetivo que produce este persona amada en un ser ideal que está más allá de cualquier examen
tipo de discurso que es el yo ideal. 4 El salto epistemológico es de crítico. Aun las desviaciones por parte del objeto de amor con res-
trascendencia. Significa dejar de analizar .al yo ideal y al ideal del yo pecto a los patrones culturales, morales , intelectuales o estéticos se
como representaciones e.n sí mismas y hacerlo sobre la base de las rán redefinidas positivamente: la gordura pasa a ser redo ndez de las
formas, la flacura elegancia, el rostro que para los criteri os de su gru-
2 S. Freud, "Psicología de las masas y análisis del yo", St. Ed., vol. XVIII, po social sería calificado de feo es en cambio revalorizad o corno
p. 113. "muy interesante".
3 S. Freud, "Introducción al narcisismo", vol. XIV, p. 94. El yo ideal en todos estos ejemplos se caracteriza por la incondi·
4 Los desarrollos de la lingüística llamada post-estructuralista han permitido
cionalidad de la admiración del otro. Su perfección está fue ra de to
superar las limitaciones de Ja teoría del signo, para penetrar en Ja teoría del dis- da discusión , de todo análisis pormenorizado de sus at ribu tos que
1 curso, de Ja enunciación, del intertexto, de Ja creatividad de Ja lengua como un pudieran ser contrastados con parámetros de evaluación. Es esia in
sistema recurrente de reglas, de Ja articulación del componente semántico con condicionalidad de la admiración del otro -ausencia de re quisitos que
el sintáctico y morfológico. Basta leer cualquiera de las publicaciones lingüísti- deban satisfacerse- lo que convierte a alguien en un yo id eal .
cas recientes para darse cuenta que en Jos últimos diez años algo importante ha
ocurrido. Sin embargo, se sigue teorizando y tratando de hacer progresar el psi- Pero aquí cabe una aclaración: cuando decimos qu e el yo ide¡¡J
coanálisis con una teoría lingüística ya envejecida que alcanzó su esplendor queda definido por la incondicionalidad de la admiración del off O,
con la fonología. · ¿cuál es el sentido exacto ele esta incondicionalidad?
. Como visión general, y con abundante bibliografía, de la lingüística actual Volvamos, para responder a la pregunta , a los ejemplos dados mas
véanse: C. Fuchs y P. Le Goffic, lnitiation aux problémes des linguistiques con-
temporaines, Hachette, París, 1975; D. Maingueneau, lnitiation aux méthodes arriba: el enamorado por uno o unos pocos rasgos del objeto de
de l'analyse du discours, Hachettc, París, 1976; A. J. Greimas y J. Courtés, amor, que para él son decisivos, convierte la representación global lle
Sémiotique. Dictionnaire raisonné de la théorie du langage, Hachette, París,
1979. 5 S. Freud, "Introducción al narcisismo", St. Eci., vol XIV, p. 91.

76 Ti
¡-··

éste en perfecta. O sea que en el comien zo sí hay un.a co ndición bási- ese contexto teórico preciso del narcisismo el yo es una representa-
•:a que de be ser satisfecha -tal rasgo físico o moral, tal cualjdad inte- ción de la persona que la hace verse uruficada entonces el adjetivarlo
IC'ctual. tal sat isfacción erótica que el objeto provea-. Pero a partir con el término "ideal" no deja lugar a dudas : es un yo al que se con-·
del momento en que el requisito se cumple no se requiere la satisfac- sidera modelo de perfección.
('ión de ning una otra exigencia por parte del objeto. La incondiciona- Pero esto lejos de poner punto final a los interrogantes, es más
lidad de qu e hablamos es, por lo tanto, la que tiene lugar a posteriori bien un punto d.e partida. ¿De qué forma el yo puede mantenerse co-
le la prese ncia del aspecto privilegiado y para todos los rasgos que rno ideal? Freud lo indica: se silencian las críticas y sólo se toma en
no son los que constituyen esa condición de existencia, la que por cuenta el o Jos rasgos ideaJjzados.
o)tra parle mantiene indefinidamente su demanda de cumplimiento . Pero se puede dar todavía un paso más, como se aprecia en la
En efec to, su pongamos que para un enamorado la condición para mencionada cita de "Introducción al Narcisismo": "entonces ellos
q1•e el objeto sea un yo ideal es que el otro se haya a su vez enainora- [los padres J están bajo la compulsión de atribuir todas las perfeccio-
do de él. En este caso bastará que el objeto deje de amarlo -interrup- nes ·al -niño''.7 O también en "Psicología de las Masas" aparece una
ción ele la condició°n de existencia-para que cese de funcionar como descripción similar: "todas sus características son más valoradas que
las de las personas a las que no se ama". 8
un yo ideal.
Fl yo ideal es en este sentido un enorme edificio asentado sobre ¿Qué es lo que quiere decir Freud con "todas"? Que una vez que
lln pilar que al r:i.antener la estructura total puede provocar su desmoro- alguien es visto como un yo ideal cualquier rasgo de éste en que se
namien to en caso de quebrarse . Por ello podemos design ar la propie- detenga la atención del sujeto fascinado -el que con su mirada crea
1.\ad de una persona que permite a otro convertirla en un yo ideal al otro como yo ideal- será considerado corno dotado de perfec-
como atribu to soporte del yo ideal, perdiéndose la razón de su elec- ción. En su tendenciosidad idealizante el admirador incondicional
ción en ];:; historia inconsciente de las identificaciones, aunque su re- que construye el yo ideal es una especie de Rey Midas del nan:isis-
1;onocimicn to es de máxima irnportancia. 6 mo: todo lo que toca lo convierte en atributo maravilloso.
Lo incondicionalidad de la admiración que construye el yo ideal Tomemos para ejemplificar este tipo de discurso al rujo para
S<' r<'ficre entonces a un lib re desplazamiento de la 11aloración desde
quien su padre constituye un yo ideal. La forma en que éste se vista,
el atrilm to idealizado hacia la totalidad de la representación del su- coma, hable, gesticule, piense, sienta, pasan a ser la esencia de la per-
jeto. No es que se torne la parte por el todo , como en la metonimia fección, aquello que querrá ser imitado. El niño no sabe cuál será el
en C]Ue la primera pasa a representar al segundo, sino que el juicio próximo movimiento de su yo ideal y sin embargo está ya anticipan-
y l::i reacción afectiva que merece la parte pasan a ser patrimonio del do la admiración que le producirá cuando ocurra.
todo. Realizado este movimiento el todo está en un primer plano , de El punto a destacar es que no existe una imagen o representación
él es de quien se habla, y a su vez el todo va a incidir sobre cada par- previa de cuál es la manera maravillosa de hablar, de comer, de ves-
te, que re cibirá la valoración de aquél. tirse, sino que las formas bajo las cuales estas acciones aparezcan en
Para que haya yo ideal se tiene que hab er pasado del examen del el personaje que es el yo ideal se convertirán en lo maravilloso. La
ra~go a la persona total. Esto permite entender por qué fue en el exclamación precede al acto, y dota a éste de su cualidad.9
conte xto teórico de "Introducción al Narcisismo " donde Freud ha- 7 S. Freud , "Introducción al narcisismo'; St. Ed., vol. XIV, p. 91 (el subra-
bló del yo ideal. En ese trabajo sostuvo que para que existiera nar-
yado es nuestro).
cisismo era necesario un nuevo acto psíquico, qu e se fonne el yo co-
B S. Freud , "Psicología de las masas y análisis del yo", St. Ed., vol. XVIII,
mo unjdad . Obviamente con esto no se re fería a que se urufique un p. 112 (el sub rayado es nuestro).
núcleo de funciones sino al surgimiento de una representación en Ja
9 Es digno de mencionar que una actitud similar se pu~de mantener con las
que el sujeto se viera ~orno una unidad. Ahora bien, si para Freud en teorías científicas, con las ideologías, con los grupos, sean políticos, religio-
sos o de cualquier orden. El integrante de un grupo para quien su relación con
6 Recordemos aqu í el concepto de rasgo unario de Lacan.

78 79
1Y

blando de "la frecuente causación de la paranoia por una injuria dd


El discurso está tendido hacia el futuro y el yo ideal no es una yo", es decir, por un daño narcisista, y en "Duelo y melancol ía'' es-
única y detenninada representación ya formada sino el conjunto de
ta última aparece· como el resultado del trastorno que produce la al·
las representaciones que el discurso va construyendo en verdadera teración de una relación narcisista de objeto. Tanto en el enamora-
cascada, impulsado por la búsqueda de placer narcisista. miento de si mismo o de otro, en la melancolia como en la paranoia
Pero la estructura formal del discurso que posibilita la existencia todo gira en torno a un discurso que produce y mantiene la existe11·
del yo ideal no es exclusiva de éste como veremos enseguida. Exami· cia de un yo ideal. Lo que varía es la posición relativa con que el su
nemos el caso de la paranoia querulante en que alguien considerado jeto se ubica a si mismo y a los demás en torno a ese yo ideal
10
y ,¡
como enemigo, rechazado globalmente, pasa a ser repudiado en cada
las operaciones que realiza para distribuir las posiciones.
una de sus conductas, forzándose los datos para que sean coherentes Comencemos por la paranoia. Ni siquie ra es necesa1io re~tringit·
con el esquema general. En la melancolía sucede algo similar en nos a una teoría simplista de la proyección que supone que lo criti-
cuanto a la estructura discursiva: se resaltan los rasgos negativos, se cado en el objeto es específicamente lo que el sujeto no tolera en
silencian los positivos y se re significa todo como no valioso. sí mismo, cometiéndose el error de tomar el argumen to que el pa·
Nos encontramos ·así con que cuadros tan diversos corno el odio ranoico realiza en contra del objeto en un sentido literal y creyéndo·
. paranoide, el enamoramiento del yo ideal y la denigración melancó- se que todo se resuelve con un traslado de la adjetivación descalih-
lica se asemejan sin embargo en la estructura del discurso que go-
cante, reubicándola en el sujeto.
bierna la relación que alguien tiene con el sujeto: un juicio global so- En realidad lo que el paranoico intenta es algo más general e im·
bre el ser, cualquiera que sea la razón por la cual se haya llegado a portante: reafirmarse en su posición de yo ideal , que va más allá de
él, determina en un a priori los juicios que puedan formularse sobre un argumento en particular. Incluso si se defiende el argurnemo
..r cada aspecto parcial. Es un discurso autosostenido, en que todo está
1 particular es porque en él se pone en juego Ja posición general. Pa
decidido de antemano. ra ello el paranoico debe encontrarle a cada uno su lado deficitario,
Con esto llegamos a lo que podríamos llamar el discurso totalizan- siendo muchas veces la elección del eje semántico en que descalifi ·
te, aquel que corrobora y desarrolla una tesis que es grata para la cará totalmente contingente , producto de lo que el otro le ofrece
afectividad del sujeto. Es el lugar del discurso ideológico, de la argu- como posibilidad, incluso por azar. El paranoico denigrador podrá
mentación polémica.
criticar a alguien por ingenuo, a otro por calculador, a un te rcero
Pero si el discurso que produce el yo ideal, el del melancólico y el por rígido y a un cuaiio por lo contrario , por no ser consecuente cou
del paranoico son similares en su estructura formal, no se limita a es- sus principios. Lo que en verdad necesita es que nadie sea adecuado
to su semejanza.
para afirmarse él, por impli cación, en el lugar del yo ideal. Por su-
En "Introducción al narcisismo", Freud tem1ina el trabajo ha- puesto que existen formas de paranoia con campo semántico clefi·
nido, con daño narcisista específico, pero aun cuando así haya sid o
éste está dominada por el tipo de discurso que sostiene al yo-ideal ya ha decidi·
do que la acción de su grupo es perfecta aun antes de que haya tenido lugar. en el proceso de psicogénesis, una vez que se construy e la estructu·
Más aún, la incondicionalidad de la admiración se evidencia en el hecho de que ra paranoica trasciende a una temática. t 1 •
los cambios de posición del grupo, sus virajes de 180°cuentan con su inmedia- Comprobamos aquí una vez más que ele lo que se trata no es de
ta aprobación. Pero no debe verse en esto simplemente el efecto de un some- una representación o de una imagen sino de un discurso product i·
timiento al grupo; en realidad resulta de la satisfacción narcisista que se logra
a través de la fusión con un grupo que sea equivalente a un yo ideal, es decir,
sin fallas. Si el dogmatismo se mantiene como una invariante en la cultura es 10 Ya veremos que el discurso pasional es una vari~ntc del discurso totalizan·
porque uno de sus componentes lo constituye la satisfacción narcisista que k: la' fobias y las obsesiones nos ilustrarán que hay algo q tie está más allá
asegura. Resulta suficiente, a manera de ejemplificación, dirigir la mirada de la intencionalidad.
a nuestro campo -el psicoanálisis· para verificar cómo cada grupo necesita t 1 Al hablar de paranoico deni~ador dejamos sentado de paso que no exirn:
presentarse bajo la imagen de un yo ideal que constituya la suma de todas las una única clase de paranoia, así como no la hay de melancolía.
perfecciones. Por fuera de éste no existe nada valioso.

81
80
vo 1 2 que basándose en determinadas reglas de enunciación genera Se puede suponer que el sector B está dibujado sobre papel trans-
elementos pertenecientes a la misma clase . 1 3 Este tipo de discurso parente y que al colocarse encima del sector A pennite ver lo que en
es totalizante en el sentido de que todo aquello de lo que habla que- él está transcripto. Lo que caracteriza al discurso totalizante es que
da equiparado desde el punto de vista de la valoración. En el caso del transcurre dentro de una franja horizontal -sea la de máxima acepta-
yo ideal , a partir de un atributo soporte de la idealización se extien- ción, sea la de máximo rechazo- y que todo aquello de que se habla
de ésta a la representación del sujeto -su yo-, y a su vez desde éste se será ubicado dentro de una de ellas.
puede h ipervalorar cada una de las partes. Y aquí es donde nos encontramos con otra de las intuiciones
¿A qué se contrapone el discurso totalizante que crea el yo ideal, freudianas: el juicio totalizan te guiado por el principio del placer.' En
las representaciones denigradas del melancólico o las del paranoico? el artículo sobre la negación leemos: "como he mostrado en otro lu-
A otro discurso en que cada atributo es examinado con independen- gar, el yo de placer original desea introyectar en él todo lo que es
c.ia de los demás, no produciéndose desplazamiento de valoraciones. bueno y expulsar de sí todo lo que es malo. Lo que es malo, lo que
Pero ¿q ué significado tiene decir que una valoración se extiende es ajeno al yo y lo que es externo son el comienzo idéntico" .1 4
ele una representación a otra? Retomemos, para responder el interro- Lo digno de destacarse en esta cita es que todo lo bueno indepen-
¡rante, el caso del yo ideal. El atributo soporte del yo ideal pone en dientemente de aquello que sea su temática y solamente teniendo en
acción la capacidad del enunciante para clasificar según la siguiente cuenta que cause placer es atribuido al yo.
regla operatoria: todo atributo sobre el que recaiga la atención será Es decir que el yo aparece como poseedor de todas las bondades.
rv;:1luado dentro de categorías que implican aceptación y en ellas Por ello cuando Freud sostiene que con el yo ideal el sujeto trata de
quedará ubicado en el grado máximo de aceptación. recapturar el narcisismo perdido infantil -el sentimiento de perfec-
Podríamos representar la operación de la siguiente manera: ción- resulta claro que más allá del problema de la psicogénesis se tra-
ta de un modelo de funcionamiento en que se adjudica a alguien to-
Sector A Sector B do lo bueno, o sea, se realiza una distribución entre cuatro catego-
Máxima aceptación rías: yo, bueno, mundo externo, malo, de modo que dos de ellas
queden correlacionadas en forma absoluta: yo y bueno por un lado,
Grados intermedios "'
.'.:::! mundo externo y malo por el otro.1 s
"' '~
de aceptación '[) "d <+...
Quisiéramos destacar además que en ese artículo de la negación
¡:::;
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"'.... ...."'....
Grados intennedios
de rechazo
.~

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Q)
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v.... ~ o"'.... "' ...


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(.)
Freud intenta penetrar en el estudio del funcionamiento del juicio,
cuya función es " ... afirmar o refutar la posesión de un atributo par-
·- ~¡~ ¡.i.i ticular por parte de una cosa" . 1 6 Y el juicio no es una representa-
Máximo rechazo ción en particular sino una capacidad de generar afinnaciones, en de-
~·-

finitiva un discurso productivo.


11 Recuérdese q ue en la lingli ística generativa el concepto de competencia es Pero es sobre todo en el artículo "Fornmlaciones sobre dos prin-
diferente del de performance. cipios del funcionamiento mental" donde se distinguen claramente
13 C'u"ndo dec imos "la misma clase" no pensamos en clases centradas alrede- dos tipos de realización de juicios: uno guiado por el principio del
clor ele un tema , como sería lo referente a la belleza, la inteligencia, la mora- placer y otro por el de realidad, al que Freud califica de juicio impar.
lidad. Una clase puede tener como común denominador que todos sus ele-
mentos sean valorados positivamente, siendo esta valoración positiva , inde- cial y que "tenía que decidir si una idea dada era verdadera o falsa
pendientemente de la heterogeneidad que exista en los otros aspectos, la que
14 S. Freud, St. Ed., vol. XIX, p. 237 (el subrayado es nuestro).
lo organi z.a. Es lo que sucede con el discurso que constituye el yo ideal:
los aspec tos de los que predica pueden ser heterogéneos a excepción de que to- 1s Véase la revisión que G. Maci hace de las polaridades en La otra ·escena de
dos com parte n el hecho de ser considerados maravillosos. Los juicios del pa- lo real, Nueva Visión, Buenos Aires, 1980.
negírico tienen esa organización como clase. 16 S. Freud, "La negación", St. Ed., vol. XIX, p. 236.

82 83
-es decir, si estaba de acuerdo con la realidad o no- estando Ja deci- inicial, por cualquier medio, forzándose la lógica y a despecho ue
sión determinada mediante una comparación con las huellas mnémi· cualquier evidencia.2 o
cas de la realidad". 1 7 Este párrafo no tiene desperdicio para lo que Los ideales de bondad, rectitud, sinceridad , etc. remiten continua-
venimos desarrollando. Hasta el surgimiento del principio de reali- mente en el inconsciente a las situaciones concretas que sirvieron pa
dad no había juicio imparcial, todo era acomodado según que produ- ra darle forma y a las cuales el sujeto se debió ajustar aun cuando íos
jera placer o no. Luego surge el juicio imparcial que compara una personajes que fueron mostrados a t ítulo ejemplificador tuvieroll
idea dada con su huella mnémica correspondiente y determina si es caracter mítico o fueron creados por actos de discurso del tipo de
verdadera o falsa, es decir, juzga la idea al contrastarla con algo que "un nifio bueno hace siempre caso a mamá".
le es exterior y que al actuar como piedra de toque la ubica como Ahora bien, si el ideal surge referido a condiciones concretas, ¿en
verdadera o falsa. qué sentido debe entenderse qu e es una abstracción?
Con Ja introducción de algo exterior al sujeto y que va a acabar En primer lugar porque se refiere a un rasgo aislado , abstrníJo oe
por ubicar a éste estamos en mejores condiciones de comenzar el es· una totalidad, no siendo jamás referencia a toda la persona, a uria ;·,~·
tudio del ideal del yo. presentación unificada del ser. En segundo término porque el tdtc<ll
Lagache dice en su trabajo "El psicoanálisis y la estructura de la está más allá de un personaje en particular : es una medida con la que
personalidad": "En resumen, la fórmula de Freud según la cual el se lo evaluará. Y aun cuando haya surgido con referencia a un aspe;
ideal del yo es una función del superyó puede interpretarse estruc- to de una persona queda incluido en un tipo de funcionamiento que
turalmente en la forma siguiente: el ideal del yo representa Ja forma acaba por hacerlo independiente de cualquier individuo en particu
en que la persona debe comportarse para que el yo-sujeto , identi· lar. Es equivalente a la "huella mnémica de la realidad" que e11 d pá-
ficado con la autoridad familiar, pueda otorgar su aprobación al yo· rrafo citado de "Los dos principios del funcionamiento psíquico"
objeto" .1 8 permitía juzgar si una idea era falsa o no , y equivalente en el scfllidu
Lacan, por su parte, en el seminario del 31 de marzo de 1954, al más fuerte del término, dado que el ideal es el discurso social loma-
diferenciar el yo ideal del ideal dice: "Uno está en el plano imagi- do como realidad, como referencia última. En este orden de cosas, el
nario y el otro en el plano de lo simbólico - porque la exigencia del ideal -huella de la realidad del discurso social- permite juzgar si un
!ch · Ideal (ideal del yo) toma su lugar en el conjunto de las exigen- rasgo del sujeto es valioso o no.
cias de Ja ley" . 1 9 Otro equ ívoco que conviene disipar es que para la persistencia de
El ideal del yo resulta entonces algo externo a cada persona, una un ideal en particul ar resultaría indispensable que nunca se lo alcan-
exigencia, una condición que aquélla tendrá como norma satisfa- zara , que siempre quedara una brecha entre él y el sujeto . No es esto
cer. Se referirá siempre a un aspecto parcial, una unidad de medi· lo que ocurre y podemos comprobarlo tomando como ejemplo al
da con la que se comparará un rasgo que está dentro de su misma campeón olímpico cuyas proezas suscitan la máxima admiración, re-
categoría temática. La vigencia del ideal del yo dependerá de que se
haya podido pasar del discurso totalizante al discriminante, ya que 20 En "Tres ensayos para una teoría sexual" (vol. VII, p. 150) dice Fl'euó:
en el primero el juicio sobre cada aspecto del sujeto no deriva como "Sólo ch raras circunstancias la valoración psíquica que se establece con el
hemos visto anterionnente de su cotejo con algo exterior al mis· objeto sexuai co mo la meta de la pulsión sexual se detiene en sus genitales. El
mo sino que es una consecuencia obligada, a partir de una tesis aprecio se extiende a todo el cuerpo del objeto sexual y tiende a e11volver tod<J
sensación derivada de él. La misma sobrevaloración se extiende a la esfera psi-
cológica: el sujeto qu eda corno ofuscado intelectualmente (es decrr, sus pode-
17 S. Freud , St. Ed ., vol. XII, p. 221. res de juicio se debilitan) por los logros mentales y perfücciones del objeto
1 11
sexual y se somete a los juicios de este último con credulidad". (Subrayado
D. Lagache, "La psychanalyse et la structure de la personn"a!ité" , La Psy- nuestro.) El punto que debemos destacar en esta cita es que por un aspecto
chnnalyse, N°6, PUF, París, 1961. parcial, los genitales del objeto, la valoración que se tiene de éstos se extiende a
19 J. Lacan, "LeSéminai.re", Livre 1, p. 154, du Seuil, París, 1975. los otros aspectos dtl objeto. Es el discurso totalizante.

,
84 8 ..
conociéndose que es el mejor de todos los tiempos. Para el aspecto el yo ideal quedaría identificado con la totalidad de ésta, sin ningu-
deportivo especifico en que es el campeón se ha convertido en aquel na grieta, el ideal del yo en el caso de encarnarse jamás lo hará con
que encarna el ideal del yo, en su imagen corpórea , siendo en ese sen- todo el ser. El ideal del yo podrá estar encarnado en un personaje pe-
tido el mejor, el único . Pero la admiración no por eso se extiende a ro lo que nunca se alcanzará es que el conjunto de los ideales estén
sus otros rasgos, a sus cualidades intelectuales, morales, o incluso fí- en él personificados; entonces sí se trataría del sistema discursivo del
sicas diferen tes de aquella que sirvió para convertirlo en campeón. No yo ideal. La castración simbólica, articulador teórico esencial, no im-
hay equiparación entre t odo y parte. Además, su rendimiento es eva- plica que un sujeto no pueda ser visto como poseyendo la máxima
luado con respe cto a un estándar de modo que si por cualquier cir- perfección para un rasgo determinado sino que no hay nadie que
cunstancia deja de fu ncionar en el nivel de excelencia bajo el cual se ocupe el lugar de la compleción imaginaria, es decir, sea la suma de
presentó originalmente también dejará de estimárselo perfecto . No todas las perfecciones.
es que lo q ue él haga , por el mero hecho de ser el resultado de una Se ha entendido erróneamente que la castración simbólica deter-
acción suya, se convierta en digno de ser admirado sino que cada mina que el hijo deje de ser el preferido de la madre, y que el preferi-
8Cluación es juzgada en sí misma . do sea el padre. El hijo podrá continuar siéndolo, pero en su carácter
En este ejemplo el campeón es la encamación del ideal del yo y de hijo -un aspecto de su ser-, así como lo será el padre en su carácter
sin embargo no constituye un yo ideal pues el ideal se ha conserva- de esposo -también un aspecto de su ser- de modo que correlativa- ·
do como tal a pesar de estar transitoriamente personificado en él mente se rompe la unificación ilusoria de la madre y ésta pasa a ser
ya que cuando no lo cumple queda desvinculado de su persona. madre, esposa, hija, etc. Lo que ocurre en la castración simbólica es
Lo esencial es que consti tuye algo e xterior a él y con respecto al que el hijo deja de ser el único, o sea el que satisfaga la totalidad del
cual se lo m ide. deseo materno.
Pero si la fascinación que ejerce para el propio sujeto o para Podría susbsistir todavía la tentación de hacer recaer la diferencia
otro la personificación del ideal del yo -la posesión por parte de una entre el ideal del yo y el yo ideal en la temática a que se refieren: el
person;i de un ra sgo que cumple con ese estándar que es el ideal- primero tendría que ver con ideales morales -cómo debe comportar-
dctermina q ue a tod a la representación del sujeto se la considere per- se el sujeto en relación con los otros- y el segundo con valores esté-
fec1;¡. silenciándose la críti ca, perdiéndose el examen pormenorizado ticos, intelectuales o de cualquier otro orden que no impliquen nor-
de sus rasgos, podemos decir que se ha pasado del discurso discrimi- mas para la convivencia.
nante ;il to talizante , y el sujeto se ha co nvertido en un yo total.2 1 Para demostrar la insuficiencia de tal planteo tomemos el ejemplo
Vernos así que la diferencia entre el yo ideal y el ideal del yo no de la bondad, cuyo carácter de ideal ético nadie podría poner en tela
rr.siclc en que el primero sería referid o a una persona y el segundo de juicio. De alguien se puede creer que es inmensamente bueno, y si
no. Am bos puede n qued ar vinculados a una persona pero mientras como consecuencia de esta creencia se supende la instancia crítica, si
cualquier cosa que haga es clasificada a priori como muestra de bon-
21 Que el cri ter io acerca dd mantenimiento o no de una distancia entre el dad, si toda su persona pasa a ser considerada perfecta, entonces el
1de;•J y el ~uje t o no sirve para diferenciar el ideal del yo y el yo ideal queda discurso con el que se capta al sujeto es del tipo del yo ideal.
1a111hién demos trad o en el caso del melan có lico . Este se encuentra a máxima Esto nos indica una vez más que aquello que describimos no es
di<tancia con res pecto al mod elo de perfección , pero la legalidad que sustenta
simplemente uno u otro tipo de representación, una u otra temática,
su disrnrso es la pro pia del yo ideal: él no vale nada en su totalidad , sea porque
rst;i identifica do co n un aspecto parcial clesv;Llorizado que lo obsesiona y al sino dos modalidades de organización discursiva, regidas por leyes di-
que q ueda red ucido -equiparación del todo co n la parte-,sea porque al tener ferentes de funcionamiento que regulan la relación del sujeto y del
una represen tació n glo bal de su ser como desval orizado la producción del dis-
curso totalilan te hace qu e cada rasgo pase a con siderarse objetable. (véase H.B., LA depresión. Un estudio psicoanalítico, Nueva Visión, Buenos
Fl dise11rso melancóli co. guiado no pocas veces por una inequívoca inten- Aires, l 976 ), pues con el verbo en voz pasiva transmitimos mejor la idea de
cinnalid;1d hostil, sostien e y construy e re presentaciones de un yo denigrado , que se trata de un discurso que va construyendo, por una tendencia genérica,
designación q ue preferim os a la del negativo del yo-ideal que antes usáramos un conjunto de representaciones.

86 87
otro en cuanto al otorgamiento de valorizaciones. puesto, no se trata de que la realidad ele por sí refute u11 discu1·so
El discurso que construye al yo ideal va tomando rasgos del sujeto -empirismo ingenuo- sino que lo real, al ser captado siempre a través
-que como tales son puros significantes- para codificarlos como per- de un discurso, aumenta las posibilidades de incompatibilidad entre
tenecientes a categorías valorativas que merecen la más alta califica- discursos. Si una premisa del discurso reenvía siempre a otra que
ción, y si ello resulta así es porque existe una significación congelada también le pertenece, la homogeneidad o coherencia es absoluta Pa-
que absorbe a cualquier significante: es la primacía absoluta de un ra ejemplificar, la retracción defensiva narcisista permite al sujeto no
~-­
único sentido sobre el significante. La transposición categorial 2 2 cotejar sus creencias megalómanas manteniéndose dentro del discm-
.._,'.·
·inscripción de un significante en una categoría sémica- se realiza,es- so solipsista deseado. Un proceso equivalente se produce en el discm-
tando decidido de antemano el punto al que se debe llegar. Es el te - so teórico dentro del psicoanálisis cuando está divorciado de la prác·
rreno en que una categoría general -la perfección- organiza el discur- tica clínica: el discurso se puede sostener en una reflexión que titnt
so en subcategorías que de ella dependen: perfección en lo físico, en el sello de la metafísica y que no toma la realidad como punto de
lo intelectual, en lo moral. A su vez si alguien es perfecto en su as- contraste sino que siempre remite a otros textos que lo apoyan.
pecto físico, intelectual o moral, cada elemento que pertenezca a es-
tas subcategorías lo será. b) Equiparar realidad y discurso. El discurso habla de la reafüfad
El discurso que produce el yo ideal es retroactivo, de inclusión de pero ésta se ha hecho sinónima de aquél, no existiendo distancia en-
datos en categorías que le preexisten. tre uno y otra. La realidad es continuamente tenida en cuenta y sin
A diferencia de lo anterior, el discurso del ideal del yo es abierto, embargo interpretada desde una óptica que no se reconoce como
imprevisible en sus resultados: el rasgo del sujeto podrá o no con- realidad, tomándosela como si fuera la única representación posi-
cordar, los otros rasgos son procesados independientemente. Es un ble. Realidad y discurso son la misma cosa, o mejor el discurso aplas-
discurso de articulación de categorías sémicas, de coordinación de ta la realidad. Es lo que sucede en el niño en la relación dual cuando
clases y no de inclusión forzada. la palabra del otro es la que dice cómo es el mundo , el cual es cono-
·~
cido a través de aquélla. Es también lo que sucede con el discurso
dogmático, que constituye una forma de enunciación en que la mo·
Condiciones del discurso totalizante dalidad totalizante del discurso valorativo se desenvuelve en dos pla-
nos: por un lado habla de un objeto, pero por el otro hay continuas
Cuando se estudian las condiciones de producción del discurso totali- referencias al contenido del propio discurso que pasa a ser considera-
zante es necesario separar Jos medios -los recursos que utiliza- de la do una especie de yo ideal que contiene todas las perfecciones . La
motivación o fuerza que lo impulsa. Con relación a los p1imeros diga- actitud valorativa recae sobre cada una de las afirmaciones del dis-
mos que el discurso totalizan te realiza lo que Beck en el caso del me- curso y las convierte en verdaderas porque pertenecen a ese todo del
lancólico ha denominado abstracción selectiva: selección de los datos que ya se ha predicado que es perfecto. El sello y lo que denuncia al
que corroboran la creencia y excl1:Jsión de los que la refutan. 2 3 Para discurso dogmático es que contiene aseveraciones -implícitas o explz'.
la consecución de esto último el discurso totalizan te puede: citas- que constituyen un panegírico sobre el propio discurso, al mis·
mo tiempo que descalifica cualquier otro discurso. Si se someten los
a) Rechazar los intercambios entre discurso y realidad. Por su- discursos dogmáticos a un simple estudio lexicográfico resulta evi
dente la cantidad de expresiones adjetivantes que contiene: el discur-
so toma la forma paranoica de afirmarse en su posición dt ideal me·
22 Véase el capítulo L <liante el procedimiento de ubicar todo lo cuestionable en el discmw
2 rival.
Aaron Beck, "The Development of Depression: A Cognitive Model", en
3
The Psychology of Depression, compilado por R. Friedman y M. Katz, John El discurso dogmático tiene un seguro contra su refutación CL~ 11·
Wiley and Sons, Nueva York, 1974. sistente en contener entre sus proposiciones algunas que soslirnen

88 80
q11e cualquier cuestiona.miento es evidencia de que pertenece a otro pe1ienecientes a esa misma persona anatómica.Las tópicas freudianas
discurso equivocado que no logra captar la verdad. y el uso desde el comienzo mismo del psicoanálisis del concepto de
No toda afinnación enfática indica que pertenezca a un discurso escisión revelan precisamente esta concepción de que no existe un
dogmático. Solamente es el discurso sobre el propio discurso lo que sujeto unificado.
pennite hablar de dogmatismo. Así como no hay sujeto unificado tampoco hay sujeto autónomo,
Vayamos ahora al estudio de la fuerza impulsora del discurso to- y no sólo porque alguien se someta a otro sino porque las reglas que
taliz<1nte, ele aquello que lo mantiene. El examen del yo ideal nos presiden el funcionamiento psíquico se adquieren en la intersubje-
;1bre el camino para in tentar abordar el problema. Se trata aquí del tividad y persisten en lo intrapsíquico dirigiendo al ser sin que éste
poder de 1;i catexis narcisista que viniendo desde el otro carga al suje- lo sepa.
to con el placer del reconocimiento, del deseo de ser todo para el La imagen en el espejo, pero sobre todo el nombre con que sella-
otro. A través de la ilusión de que se es un yo ideal se estaría garan- ma a alguien, crean una doble ilusión: por un lado si hay un nombre
tizando la incondicionalidad del amor del otro ya que no habría na- en singular para cada persona que le dice "tú eres Juan, tú eres Ali·
die que pudiera superarlo. El objeto de amor no tendría por qué di- cia, tú eres Ramona", esto hace pensar en un sujeto unificado, da-
rigir su mirada hacia un tercero, pues el yo le ofrece todo lo que es do que el nombre habitualmente designa aquello que es una unidad.
de valor. El yo ideal excluye al tercero, lo aniquila con su perfección Pero por el otro lado hace creer que se trata de alguien independien-
y es por lo tanto garante de la posesión del amor. te, cuando en verdad la simbiosis no ocurre como fenómeno pato-
Para mantenerse en esta perfección es indispensable seleccionar lógico y a manera de excepción; es en cambio la forma natural de
los datos que la corroboren y excluir los que la refuten. Hay una in- existir del ser humano que siempre es alguien en función de otro,
tencionalidad, es decir, un lugar al que se debe arribar y los argumen- para otro, de otro, con las representaciones y las operaciones de
t.os se acomoda rán a aquélla. funcionamiento de otro. La llamada simbiosis es en verdad un caso
Hay que diferenciar entre la existencia de la intencionalidad -algo particular, un tipo de configuración de la intersubjetividad, en la
es producido para que algo ocurra- y el hecho de que ésta se halle cual la persona existe como subsistema. Están más cerca de la reali-
ejercida por un sujeto unificado, dueño de esas intenciones. dad aquellos cuentos de ciencia ficción en que las personas consti-
Se ha entendido erróneamente la concepción del descentramien- tuyen unidades sinciciales que ciertos tratados de psicología que
lo del sujeto como que con ésta se eliminase la motivación, la inten- desconocen el peso de la intersubjetividad.
c:iomlidad. El deseo inconsciente implica intenciones, si por esto se Después de esta aclaración volvamos a otro ejemplo de discurso
entiende que se busca algo y se promueven los caminos que permiten totalizante, el de la hipocondría polivalente, sin temor específico, en
ak;1.nzarlo; los mecanismos de defensa también, en el sentido de que que lo único constante es la creencia de que el cuerpo puede enfer-
ante el displacer se ponen en marcha automáticamente para dismi- mar. Esta creencia en virtud de la cual la persona se ve vulnerable, in·
nuirlo. Pero la intencionalidad no es la de un sujeto que decide por cide para que se considere que cada parte de sí padece o puede sufrir
1100 u otro curso de acción sino la de un encadenamiento de repre- algún trastorno. La representació.n global de que el cuerpo o lamen-
sentaciones y afectos que producen automáticamente ciertos efectos. te es susceptible de enfermarse hace que surjan los temores al cáncer,
Esto no excluye que los afectos no sean sentidos y cuando son pla- a las infecciones, a las carencias alirnenticas, al sobreesfuerzo físico,
centeros o displacenteros detenninen que se siga un curso de acerca- etcétera.
miento o alejamiento con respecto a lo que los provoca, pero estos En este caso ¿cuál es el deseo? Se podría intentar forzar la argu-
movimientos no son ejecutados por alguien que maneje todos los mentación y tratar de apelar a lo que en la "Interpretación de los
hilos. Sueños" explica los sueños de angustia: se desearía tener en la con-
Así se dice que " el sujeto siente" ; esto que siente jamás será la to- ciencia tal preocupación por el cuerpo pues ella tmcubre un placer
talidad rl" lo psíquico sino simplemente cierta organización que po- que tiene lugar en el inconsciente. Pero si Freud, tan apegado a la
ctri. estar en concordancia o en contradicción con otros subsistemas hipótesis del principio del placer como elemento central en la vida

90 91
psíquica, tuvo que decir en 1920 que hay algo que está más allá del ser sorprendido. Estamos, con todo, dentro de la vigencia del pri.ú-
principio del placer ,2 4 ¿no nos está señalando acaso los límites de la cipio de placer, con la misma dialéctica que la existen te entre p1in-
aplicabilidad de éste como factor único? cipio de placer y principio de realidad: el displacer momemaneo evi-
En ese trabajo clave Freud dice que más allá del principio del pla- ta un displacer en el futuro.
cer está la compulsión de repetición, y al darse cuenta que con esta Pero si el alerta displacentero del hipocondríaco, la preocupación
expresión lo único que estaba haciendo era describir un fenómeno, por cada aspecto de su salud queda de esta manera explicada ya que
intenta encontrar su causa: la pulsión de muerte. a pesar de la cuota de sufrimiento evita lo que sería un dolor mayor
Retengamos los pasos lógicos de la teorización freudiana: 1) algo -el de la muerte o el del deterioro físico o mental- ¿qué es lo que sos-
se repite que no es placentero para el sujeto; 2) algo lo debe sostener; tiene estas creencias básicas9, pues se trata de eso, de creencias y no
·-~

3) esto no siempre es el principio del placer; 4) la causa es la pulsión de una realidad. ¿Por qué no se las deja de lado, siguiendo la ley ps1-
de muerte. quica de evitar el displacer? O en otros términos: ¿qué es lo que
"Más allá del principio del placer" fue precedido por ese pequeño otorga fuerza a un pensamiento, lo mantiene activo, lo lleva a preva-
ensayo de 1911, "Los dos principios del funcionamiento psíquico", lecer sobre los otros, a capturar el funcionamiento del sujeto ocu·
que veremos encara una problemática similar. En ese trabajo la vida pando centralmente sus cavilaciones conscientes o inconscientes, en
psíquica aparece regida por los principios de placer y de realidad que definitiva, lo dota de lo que Freud denominó "intensidad psíquica"
si surgen como en oposición en un corte temporal -para un momen- Se podría decir, y ello nos colocaría en el camino de una verdad par-
to del transcurrir del tiempo- sin embargo no lo están en el tiempo cial, que se trata del amor por la vida, del instinto biológico de auto -
del psiquismo: éste puede transponer el futuro en el presente y ese conservación. El discurso hipocondríaco parece apoyarse en la reac-
futuro tener poder organizador de lo que está ocurriendo. Dice ción natural frente al peligro, reacción que cumple una impmiante
Freud, y este es el punto central, que el principio de realidad es una función y que se encuentra como principio organizador en todo el
modificación del principio de placer, pues posterga a éste en el pre- reino animal.
sente para asegurarlo en el futuro. El principio de placer seguiría ri- Los seres más primitivos de la escala animal se orientan hacia el
giendo pero modificado. alimento, la pareja sexual y son capaces de reaccionar con aierta an
Esta· dialéctica en que se deja de obtener placer de un tipo para te el peligro.
evitar displacer de otro tipo, o para provocar otra clase de placer, se Ahora bien , si todo esto es cierto ¿quién creó en el sujeto la con-
basa precisamente en la no existencia de una sola modalidad de vicción de que corre peligro? Porque a diferencia de lo que o..:urre en
aquél. Recordemos que Freud decía que lo que era displacer para el resto del reino animal en que el peligro es real, en el ser humano
un sistema era displacer para el otro. resulta imaginario y producto de un acto de fe en la palabra que da
En "Más allá del principio del placer" la repetición de situaciones seguridades de su existencia.
traumáticas tiende a elaborar la angustia, a dominarla. En 1926, en El hipocondríaco quedó preso de un discurso dicho por el ouo
"Inhibición, Síntoma y Angustia" es cuando se da un paso decisi- significativo en el cual se consideraba que su cuerpo o su mente
vo con el concepto de angustia señ,al: con ella el psiquismo evita eran susceptibles de enfermarse.
caer en la angustia automática. Es lo que sucedería entonces en la Pero aún debemos contestar algo que es más trasc'endente: ¿pm·
hipocondría, en que para prevenirse de algo terriblemente angustian- qué la palabra del otro es aceptada por el sujeto y una vez .inttrioti-
te uno estaría continuamente anticipándose con la finalidad de no zada en forma de pensamiento se le sigue prestando la misma reve-
rencia? ¿Por qué alguien es dominado por sus propios pensamientos
24
cuando éstos no han sido corroborados por la realidad?
Recordemos que principio de placer implica en psicoanálisis búsqueda del
mismo pero también evitación del displacer. Por ello amor -búsqueda de pla·
La palabra materna, por formar parte de una experiencia de in-
cer- y miedo -que impulsa a la fuga de lo considerado peligroso, displacente- tercambios con el niño en el que se-despliegan catexis eróticas -pla-
ro· son dos principios organizadores del movimiento psíquico. cer de órgano- y catexis narcisistas -placer por el reconocimiento del

92 93
yo como deseado-, queda cargada con estas catexis. 2 5 ras, que preservaban la especie. Pero que sexualidad y fuga puedan
Agregado a este placer de oír está el hecho de que la aceptación incluirse dentro de Ja pulsión de vida no borra sus diferencias si se
Liel contenido de lo que la voz materna dice garantiza al niño el amor las ubica sobre el eje placer-displacer.
de aquélla. Esto tiene más fuerza para que se tienda a aceptar lacre- Vemos así que el. enamoramiento, el yo ideal y la hipocondría,
encia del otro que el hecho mismo de que esa creencia se hayamos- como ejemplo de discursos pasionales, reciben su fuerza de grandes
irado en numerosas oportunidades como la que abre al nil1o el acce- fuerzas pulsionales -amor y evitación del dolor- cuando fun.cionan
so al dom inio de la realidad, y del placer y gratificación que este do- dentro del universo simbólico de las instituciones.
minio implica. Placer de oír, placer del reconocimiento obtenido por Pasemos a otros discursos totalizantes: los desarrollados por
r:nnr:ordrr.r, 7 6 placer del dominio del mundo exterior, todos los cua- el odio melancólico o el odio paranoico. En éstos interviene la pul-
ks empt1jan a una creencia sobre el pensamiento, la de que éste exis- sión de agresión cuyas raíces encontramos también en el reino zoo-
te para ser creído . Y si el sujeto entra en conflicto con el otro deja- lógico como instinto que tiende a la preservación de la propia vida
aí de creer en el pensamiento de éste, pero para poder hacerlo ten- aun a despecho de la de los demás. No es necesario ser etólogo y rea-
drá que entregarse a la creencia del propio. Situación típica del pa- lizar estudios que no hacen más que verificar la existencia del instin-
to de agresión, para captar cómo éste organiza la conducta: el ani-
rnnoico.
Y si se necesitase alguna prueba adicional de cómo el pensamien- mal agrede para capturar su presa, para reducirla a fragmentos que
to es algo destinado en principio a ser creido es suficiente mencio- pueda ingerir, o para defenderse. En el acto de agredir para captu-
nar las ideas obsesivas que se le imponen al sujeto, o la angustia que rar la presa se anticipa el placer del momento de la ingestión, el fu-
ocasiona la duda por no pode r satisfacer el deseo de convicción. turo carga al presente uniéndose dos conjuntos de representaciones:
Recapitulando los factores que inciden en la genésis de la hipo- la de estar destruyendo y la de estar saboreando el alimento. La fie-
condría, encontramos que sobre una base dada por la filogenia -ins- ra, al tensar sus músculos y preparar sus garras, se relame ante la pre-
tinto de autoconservación- actúa el nivel simbólico para incorporar- sencia de la presa, adquiriendo la agresión un plus que le otorga el
lo en el plano de las significaciones, lo que una vez sucedido hace erotismo.
que aquél deje de tener la rigidez y la funcionalidad que lo conserva- Esta posibilidad de articulación entre agresión y erotismo se man-
ra en el reil10 animal. Dialéctica notable en que lo biológico incide tiene en el nivel de los encadenamientos simbólicos en el hombre.
sobre el nivel de las representaciones pero éstas a su vez lo organizan Más aún, el juego del significante posibilita que las articulaciones
sean más complejas. En "Pegan a un niño" y en "El problema econó-
y orientan.
En este sentido la preocupación freudiana. alrededor de las pulsio- núco del masoquismo" Freud presenta pruebas de cómo el ser agre-
ncs tiene que considerarse no sólo como un intento de mostrar la dido, el sufrir pueden ser deseados pues en la fantasía están ligados a
contin uidad entre el hombre y Jos demás seres vivos sino de tratar de la excitación sexual, es decir que no es el dolor en sí lo que se busca
r.ntender cómo interactúan lo biológico y lo sin1bólico. La división sino lo que éste arrastra de contrabando. La sexualidad sostiene en
primera que Frcud planteara entre las pulsiones sexuales y de auto- ·este caso a la agresión. Y cuando se trasciende del nivel de placer de
comcrvtlción lo dejó insatisfecho porque éstas abarcaban a las prime- órgano para pasar al del amor al yo -en tanto representación iluso-
ria del sujeto- este amor podrá soportar a la agresión. El odio narci-
2s Picra Aulagnier , /.,a violrncia de la interpretación, Amorrortu , Buenos Ai- sista del paranoico se nutre del amor a su propia imagen.
res, 19 77 , p. 94. En él se ha creado una articulación en la que para quererse debe
l 6 El cstlidio de las co ndiciones en que el otro significativo otorga reconoci- hacerlo a costa de triunfar y destruir a otro, sintiéndose superior y
miento cuando el niño concuerda con él, de las formas en que trata de forzar amándose a sí mismo cada vez que ataca mediante su crítica.
la conrordancia, d e la tolerancia a que ésta no suceda, etc., podría constituir El melancólico hace igual. Para no sentirse totalffiente malo o·ina-
•1na vía prometed ora para adentrarnos en el conocimiento de la relación que
hay en el s11jcto entre sus pensamientos y los juicios que formula acerca de decuado se escinde y una parte de sí con la que desea identificarse
su pensamiento.
en un intento de no tener nada que ver con la parte que .merece la

95
9"-

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.t;.

crítica ataca despiadadamente a ésta, creándose la ilusión de que si él ción entre todo y parte-, discurso que encuentra su fuerz a en los
es el que critica es porque resulta diferente de la parte objetada . El principios organizadores gene rales de la conducta que son las pulsio-
melancólico prefiere identificarse con la parte crítica para rescatarse nes, con todo el s~gni fi cado que tiene el término Trieb en psicoa-
a sí mismo de set el objetado. Ha caído en la trampa de que para nálisis. · ·
amarse debe hacerlo a costa de destruir una parte de sí. Lo específico del discurso totalizante es que Ja creencia o premi-
Se ve así el valor de la articulación que Freud desc1ibiera al hablar sa que actúa com o pun to de partida organiza, moldea, transfo rma
del sadismo, articulación entre agresión y erotismo que no const itu- los datos de modo qu e pasen a ser miembros de su clase. Así, por
ye un problema que corresponda a un cuadro aislado de la patología, ejempl o, si la cree ncia es de la f01ma "soy tonto", cualquier frase
aun cuando al aparecer a cielo descubierto como manifestación cl ín i- qu e pronuncie el sujeto se considerará tonta. La frase como dalo
'~ .. ca la forma que toma la convierta en paradigma. El sadismo represen- no es co rrelacionada con cri terios que pennitan decidir si es tonta
·•
ta la manera en que erotismo y agresión se articulan en el ser hu- o no , sin o qu e resulta colocada dentro de la clase de frases tontas
mano. Y si el · erotismo, como puro placer de órgano, de parte del po rque se ha predicado que es t o nto el sujeto que las pro11unci a.
cuerpo, es continuado por el narcisismo -amor por la representación Existe un verd adero abuso del pensamiento deductivo en que
unificada del ser- resulta que la agresión se podrá sostener sob re el se aniba a creencias que no dependen de la contrastación c.:on
placer narcisista que produce cuando es significada como te stimo nio ningún parámetro ext erno sino que una vez aceptada una propo-
del poder del yo .2 7 sición universal co mo verdadera -aun cuando de hecho sea falsa- ,
Esto nos conduce a una consecuencia clínica importante : cada se con cluyen proposiciones q ue se consideran también verdade
vez que encontremos una conducta agresiva debemos in ~ errogarn os ras . Si alguie n ha sostenido, por ejemplo , que es malo no exarni
si ello no resulta de que ha quedado soldada en la biografía del suj e- nará cada conducta suya en particular para compararlas con cri-
to a una satisfacción erógena o narcisista . terios de maldad sino que quedará decidid o que es inadecua da, da-
Si tomamos ahora otro discurso totalizante, el celot ípico, obser- funa para otro, y tenni nará por encontrar un aspecto de su c0nJucc-
vamos que en él se entrecruzan una serie de creencias: el objeto de ta que así lo pruebe.
amor es traicionero y prefiere otro que queda convertido en yo El in consciente opera, de manera automática, con juicios tota-
ideal-rival considerado superior frente al yo del sujeto. les y una vez atrib uida una identidad al sujeto reemplaza es! a iden-
Una vez establecidas estas creencias todo sirve para corroborarlas . ti dad a los fin es del razonam iento por una proposición de tipo un i-
y cada conducta del objeto de amor lo probaría. Pero ¿qué es lo que ve rsal. Ei "soy tonto" -id enti dad- que hemos venido t oman do como
sostiene estas creencias? El temor a perder el objeto de amor, la he- ejemplo, fun ciona co mo equivalente a "toda conducta mía es ton-
rida narcisista de un yo denigrado, el amor por la pro pia imagen, la ta" -premisa universal-.
vigilancia del rival que tiene ecos en la filogenia del que viene a com- Es en este salto en tre el juicio atributivo de identidad y la prrnli -
petir por la comida o la pareja. sa universal que lo reemplaza donde se produce la ruptura del in-
El discurso totalizante es entonces el resultado de un estado de co nsciente con la lógica formal, donde es "irracional". l)orquc:
creencia básica -como por ejemplo "yo y/ o el otro somos maravi - cuando el inconsciente cree en los juicios de identidad -"soy rna
llosos", "yo y /o el otro no valemos nada" , "yo soy físicamente vul- lo", "soy enfermo" "el otro es mi enemigo"- y los procesa como
nerable", "yo estoy en peligro", "el otro es un atacante" -, creencia esencias, como premisas universales, es que la paranuia , la hipo-
a partir de la cual se generan otras creencias sobre el yo -equipara- condría, o el sentimiento difuso de culpabilidad pueden ~xi sfo.
Una vez aceptada como verdadera la premisa inicial -la que sólo
27 Laean contribuyó grandemente a esclarecer la génesis de la agresión com o ·el orden ele la pasión puede sostener- el razonamiento pued e
un problema narcisista en momentos en que aqu ella era considerada com o al-
go en sí misma. Desde otra perspectiva di stinta Kohut arribó a la mis ma posi-
deslizarse entonces por el camino de la lógica decluctiva.2 a
ción (H. Kohut, "Thoughts on Narcissism and Narci ssistic Rage" , Th e Psycho- 28 Véase en el cap í tulo III Ja cu estión de Jos difere ntes tipos de lógica con q\1(
analytic Study o[ Child, 27, pp. 360-400, 1972). fu ncio na el inco nscie nte.

96 en
En el discurso totalizante la o las creencias básicas arraigadas en Articulación de subestructuras psicopatológicas
el inconsciente pueden ser de un orden tan abarcativo que termi-
nan generando la mayor parte de los enunciados que va creando En la construcción del yo ideal, en el enamoramiento, en la megalo-
el psiquismo. Ya no se trata de creencias restringidas del tipo "mi manía, en la melancolía, en la paranoia, en la hipocondría, en el pre-
cuerpo puede enfermarse", que intervendrían en la génesis de múl- juicio, encontramos un elemento común: el discurso totalizante. Pe-
tiples manifestaciones hipocondríacas, sino de otras que si la con- ro el hecho de que todos estos cuadros tengan individualidad, se dis-
ciencia fuera capaz de poner en palabras podrían tener la forma de tingan los unos de los otros, nos señala que el discurso totalizante es
"algo siniestro va a ocurrir", "estoy en peligro", con lo que la pro- una condición necesaria pero no suficiente. La melancolía y la para-
ducción de enunciados derivados se internará por las áreas más di- noia tienen en común que alguien es objetado, el enamoramiento y
iwrsas dando Jugar a preocupaciones sobre el futuro económico, la megalomanía que alguien es alabado, la hipocondría que alguien
físico. mental, matrimonial, etc. O también, como hemos visto en es visto en peligro, no siendo pertinente para la descripción de esta
ciC:'rtas melancolías, creencias del tipo "soy inútil", " soy un fraca- estructura la crítica o la alabanza.
sado", que deteffilinan que siempre se llegue a darles un sentido a los O sea que una condición compartida, en este caso el discurso tota-
1fatos de h experiencia que acaba por corroborar a aquéllas. lizante, interviene en estas estructuras psicopatológicas junto a otros
Desde el punto de vista de cómo funciona el proceso psíquico, és- componentes en una articulación que otorga en cada caso especifici-
te "ª desde la creencia inconsciente general hasta los derivados parti- dad al cuadro.
culares en la conciencia, pero desde la perspectiva con que el sujeto Por el papel clave que tiene este fenómeno de articulación de sub-
se representa las cosas cree que por "comprobar" que tiene tal o estructuras para una teoría de la psicogénesis y de la cura tomaremos
cual fracaso -lo que en realidad es una modalidad de codificar el el caso de la paranoia sensitiva, de la paranoia reivindicativa y de la
acontecimiento- y porque ese fracaso no es aislado2 9 entonces debe melancolía a modo de ejemplificación.
concluir que él mismo es un inútil. La conciencia cree ilusoriamente En "Introducción al narcisismo" Freud, iniciando lo que luego
gue la conclusión general es una consecuencia deducida de los datos desembocaría en el concepto de superyó, destacó la existencia en el
part iculares, un proceso de inducción, cuando en verdad ocurre lo funcionamiento psíquico de una actividad especial a la que denomi-
contrario. nó "Instancia Crítica". Esta se caracteriza por vigilar las conductas
La re lación entre las creencias generales y las derivadas que confir- reales o fantaseadas de las personas, comparándolas con un ideal y
man a aquéllas produce un discurso reverberante, de ahí el nombre estableciendo la medida en que se adecuarían a éste. Lo notable es
de autosostenido con que 10 denominamos más arriba. que Freud en este trabajo definía la instancia por la función que eje-
Hay que diferenciar entre la creencia y la forma en que se proce- cutaba, el criticar. Con ello se encontraba en el mismo canúno que
san las creencias derivadas que con ella están vinculadas. No toda cre- los formalistas rusos, quienes intentando introducir cierto orden en
encia con repercusión afectiva intensa para el sujeto entra en una la clasificación de los cuentos populares, ante el caos de la diversi-
operatoria del tipo de la del discurso totalizante, siendo éste un caso dad temática, propusieron cierta opción metodológica: detectar las
particular de la forma en que se articulan las representaciones. acciones que desarrollaban en esos cuentos los distintos personajes.
Estas acciones, llamadas funciones, aparecían en cuentos aparente-
mente muy diversos y ejecutadas por personajes que, en un examen
superficial, no parecían tener similitudes. Las acciones que ocurrían
?.9 Y no podría dejar de serlo ya que es considerado como tal, construido por en estos cuentos fueron convertidas por Propp3o en el eje clasifica-
un discu rso autosostenido. Si forzados tuviéramos que pronunciarnos acerca torio de los mismos, de modo que si varios de ellos tenían las mis-
de r¡ué es una estructura melancólica una vez constit uida, diríamos, pese al mas acciones podían entonces quedar abarcados-bajo una misma for-
reduccionismo que implica, que es la articulación de una red de creencias bási-
cas de la forma "soy un inútil", "soy un fracaso", "nada saldrá bien" y una
opera toria dominada por el discurso totalizante.
3o V. Propp, Morfología del cuento, Juan Goyanarte, Buenos Aires, 1972.

98 l 99

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ma. El procedimiento evolucionó hasta llegar a ser el análisis narra- Comprendidas de esta manera ciertas fonnas de paranoia y de me-
tivo del discurso, que mostrando la unidad de las diferencias ha sig- lancolía -aquéllas en las que el autoneproche es lo prominente-, se
nificado un aporte notable en las llamadas ciencias del hombre. 31 nos muestran no como entidades separadas sino como vmiantes de
Esta metodologia puede aplicarse al estudio de algunos cuadros una misma estructura, con un elemento básico en común, un sujern
~.~ psicopatológicos, como Ja paranoia reivindicativa, la paranoia sensi- de Ja enunciación criticante y un elemento diferencial, qtJe ts d ob·
tiva y ciertas fonnas de melancolía. 3 2 Tomemos, para iniciar Ja jeto que resulta blanco de la crítica. 3 3
comparación, la crítica que se formula en Ja paranoia reinvidicativa. Que el elemento básico es Ja función crítica se prueba porqut.0 ~1
Se caracteriza porque el sujeto que la fonnula, llamérnoslo siguiendo la melancolía hay elementos de insatisfacción con el objeto, en ,1ue
a los lingüistas el sujeto de la enunciación, toma sistemáticamente la abundan los reproches amargos contra éste, aun en el contenido '"rn·
representación de otro como aquélla de la que habla críticamente. nifiesto. A su vez en la paranoia no es difícil detectar el discurso au
En el texto del discurso el otro aparece criticado. tocrítico relegado al inconsciente. Más aún , lo que se ha llamado for-
ma mixta, frecuente en Ja edad involutiva, lejos de ser una allurna:ú
es la manifestación abierta de la unidad existente.
En verdad se podría considerar la melancolía y la paranoia como
las ctistalizaciones en uno de los polos de lo que frecue ntemente es
Sujeto de la un movimiento oscilatorio. Esto puede suceder cada vez que el suje-
critica a ~ Otro
enunciación to sienta su narcisismo cuestionado, tomando defensivamente al otro
.... externo como blanco de la crítica. Inclusive si la tendencia es a atri·
buir al exterior cualquier malestar -recordemos en Freud el yo de
{i•,. placer- bastará que esto ocurra para que alguien sea objetado ; al
otro se lo considera malo porque el sujeto sufre.
Veamos ahora el autorreproche melancólico. El sujeto de la enun- A diferencia de la paranoia, cuando el sujeto no soporta critica
ciación toma la representación de sí mismo para hablar críticamente al objeto externo, por culpa o temor, podrá ejercer su crítica w11-
de ella. En el texto del discurso el criticado es el propio yo. sigo-mismo. Existen personas en quienes desde su edad más ternpra
na sus padres narcisistas les creaban culpa a través del sufrimiento
y dolor que mostraban al menor atisbo de crítica a la que podía11
ser sometidos, de modo tal que el sujeto vio coartada su posibilidad
de objetar a su otro significativo. Si además a esta misma situación
Sujeto de la yo de psicogénesis se le suma la identificación con una figu ra melancó·
critica al =S>
enunciación lica, se llega a un predominio de la tendencia a dirigir la crítica con-
tra sí mismo.
Pasemos ahora a la paranoia sensitiva, el llamado delliio sensitivo
de autorreferencia de Kretschmer, en que el individuo cree constan-
temente que otro lo está criticando, hasta el· punto de suponer que
31 J. Courtes, Introduction d la sémiotique narrative et discursii'e, Hachette,
París, 1976. 33 Este juego de las permutaciones del que recibe la agresión lo mt1estrn Freuo
C. Bremond, Logique du récit, du Seuil, París,1973. en "Pegan a un niño", así como antes le había servido para explicar la horno·
32 Paul Weiss ya había señalado la relación entre melancolía y paranoia, y en sexualidad, en que las representaciones del sujeto, de su madre y del semejan-
"Duelo y melancolía" Freud entendió el autorreproche como un reproche diri- te intercambiaban sus posiciones ("Tres ensayos para una teoría sexuai", St.
gido al objeto introyectado. Ed., vol. VII, p. 144, nota).

100 li)i
la radio, la televisión, los diarios, se refieren a él. Esquemáticamente ternalización: el yo es criticado, el sujeto sabe que se está criticando
la representación que se hace el sujeto es:
y cree que esta crítica es compartida por los demás.
El mecanismo del delirio de autorreferencia no puede entenderse

1----::-1 critica al yo
simplemente como proyección defensiva. Se halla más bien en el or-
den de la identificación especular: el otro y el sujeto vistos a imagen

1-~--~~uv-J
y semejanza realizan la misma acción. En la proyección, sea ésta la
__ . descripta por Freud o la llamada identificación proyectiva de la teo-
ría kleiniana, la lógica es de disyunción excluyente: lo que es del
En "Introducción al narcisismo" Freud explicó la creencia de otro no es mío. En la identificación especular la lógica es de conjun-
que se es criticado como una transposición al exterior de la crítica ción, yo y el otro. Esto es lo que se desprende de la explicación que
quf el propio sujeto se formula inconscientemente (St. Ed., vol. da Freud en "Introducción al narcisismo" acerca del' delirio de ser
)(JV, p. 95).
vigilado, que es una de las variantes del delirio sensitivo de autorre-
En el delirio sensitivo de autorreferencia la transformación en la ferencia. Freud relaciona estas creencias delirantes con el hecho de
conciencia de lo que sucede en el inconsciente no tiene lugar en el yo que el individuo observado por su propia instancia crítica regresa a
sobre el que recae la crítica, ya que se continúa hablando del yo del la etapa en que ésta se formó a partir de las voces de Jos padres, y si
sujeto. Lo que sucede es que el sujeto de la enunciación, como sujeto se tiene en cuenta que la instancia crítica se origina en la teoría freu-
que habla cliticando, pasa a tener un lugar en el enunciado, es repre- diana por identificación, resulta que esta equiparación entre lo exter-
scntado,J 4 aunque atribuyéndoselo a otro. no y lo interno es la condición de posibilidad del delirio sensitivo.
El enunciado inconsciente es del tipo "yo soy malo", no apare- Recapitulando lo planteado tenemos que la exacerbación de la
ciendo explicitado el sujeto de la enunciación. El sujeto escucha ese función crítica cuando se articula con mecanismos proyectivos pro-
enunciado y lo atribuye a un enunciante exterior. ¿Por qué? Se po- duce la paranoia reivindicativa, cuando lo hace con la identificación
dría pensar que al no tolerar la crítica, para poder oponerse a ella ne- especular, el delirio sensitivo de autorreferencia, cuando existe ten-
cesita externalizar el conflicto. 3 5 Sería en este sentido similar a la dencia a volcarse sobre el propio sujeto surge la melancolía autorre-
paranoia re invitlicativa: lo n'o aceptado es adjudicado al exterior. prochante.
Pero en el caso de la paranoia reivindicativa el beneficio es eviden- Si recordamos ahora lo que hemos expuesto a propósito del dis-
te. ya que el sujeto pasa a ser bueno y el otro se convierte en el malo, curso totalizante vemos que la paranoia, Ja melancolía y el delirio
con la consiguiente satisfacción narcisista. . sensitivo de autorreferencia c;omparten el tener esta forma discursi-
En la paranoia sensitiva el sujeto continuará siendo criticado, pero va y también una exacerbación de la función crítica. El yo ideal, el
:f
ahora lo es desde el exterior. Su narcisismo no se beneficia ni siquie- enamoramiento, la megalomanía se producen también por un discur-
ra por el recurso que le queda de considerar que la crítica es injusta. so totalizante pero con disminución o hasta abolición de las críti-
Más aún, en muchos casos sucede algo que descarta totalmente la po- cas, que son reemplazadas por la admiración. Pero es más interesan-
sibilidad de pensar que la adjudicación al exterior del sujeto que te aún la hipocondría en que la función crítica no es pertinente para ' 1

cnunc:ia la crítica sea una maniobra defensiva: el sujeto, al aceptar la caracterización de la estructura -no juega ni a favor ni en contra- y
que hizo algo mal, cree que los demás se refieren continuamente a aun perteneciendo al discurso totalizante su problemática no es es-
ello Acá ya no hay nada que alcance a ser rechazado mediante la ex- trictamente del orden de la autoestima. 3 6

36 Creemos que aun en el caso de que forzando los datos se apelase a ver en la
34 E~to a su vez. determina, aunque no es esencial para nuestra argumentación, hipocondría la proyección de la hostilidad en un perseguidor que luego se lo-
un nuevo sujeto de la enunciación que no está representado en el enunciado, calizaría ert los órganos, se tendría que postular tal cantidad de operaciones
que es aquel qu e habla de cómo alguien habla. transformadoras que igual se mantendría una diferencia con los cuadros de la
.i:; En el sentido en que Anna Frcud utiliza el término cxtcrnalizar. melancolía, de la paranoia y del delirio sensitivo. ·

103
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102 ~
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Todo esto nos muestra que en la organización de una estructura Por ello resulta tan objetable y hasta ingenua la tentativa di:;
psicopatológíca intervienen distintos eslabones que en su articula- Abraham, cuya influencia se extiende hasta la actualidad , de reíacio
ción determinan esa combinatoria particular que es delimitada como nar la génesis de las estructuras psicopatológicas con las etapas evolu-
unidad psicopatológica. Una analogía que nos parece adecuada es tivas de la libido.3 s En el caso de la melancolía y la paranoia, cuyas
comparar la estructura psicopatológica con los diferentes tipos de analogías hemos examinado , ¿por qué ubicar la primera en la i'asr:
, frases de una lengua: hay frases que son interrogaciones, otras nega- oral y la segunda en la anal expulsiva? ¿Por la mera metáfora dt qu
';::
.~.;. ciones, o afümaciones. Pero en todos estos tipos de forma encontra- proyectar es expul~ar? Entonces también la fobia en que se proyec[;.
mos que el verbo puede estar en gerundio, tener la forma de la voz rían impulsos indeseados sería anal. ¿O es que sería uretral poi"que
pasiva o activa, haber o no adjetivos, y hasta poseer las frases la mis- por esta parte anatómica también se expulsa algo? ¿Pero en este ..:a.. 0
ma temática. En síntesis: las frases son combinaciones de ladrillos no sería legítimo considerar que la regurgitación y el eructo qut W·
que aporta la lengua, y la lingüística generativa, en cualquiera de sus do lactante tiene contribuye a la proyección, con lo cual 110 tiab1ia
variantes, ha probado cómo en la construcción de las frases se van que rastrear la paranoia en la historia vomitadora de la infancia'! los
combinanando unidades -transformaciones gramaticales, elementos absurdos a que conduce atribuir a la fijación en las etapas libídirni.les
semánticos, etc.- hasta producir una frase final. la causa de la elección de neurosis nos muestran la insuficiencia de es-
Si esto sucede con respecto a cada estructura psicopatológica ta concepción.
-una unidad construida teóricamente alrededor de determinados Con todo, nuestra objeción no está orientada centralmente a·rn
ejes de pertenencia-, igual pasa con la combinación en una persona de correlación entre etapas de la libido y tipos de neurosis , o a lo~ t:xc;,: -
diferentes estructuras psicopatológicas: se puede ser histérico y me- sos a los que se llega por el uso indiscriminado de la metaforizaciuíl
lancólico o maníaco, tener núcleos histéricos y obsesivos, etcétera. de la teoría -en un enloquecido deslizamiento del sentido de la causa
Si nos detenemos en esta demostración de la articulación de sub- lidad- sino a cualquier intento simplificante de hacer generar lo corn·
estructuras para la composición de las entidades psicopatológicas es plejo a partir de un único determinante. Creemos que planteas corno

~.
porque ello resulta decisivo para orientarnos en una teoría de la gé- el de que la neurosis obsesiva es causada por el deseo de muertt caen
ji;
nesis y de la cura. dentro de este cuestiona.miento , como si esta estruct ura psicopatoló·
Cuando se leen los historiales freudianos no puede menos que gica que se caracteriza por mecanismos específicos dependiese de lo
saltar a la vista cómo en todos ellos se recorren minuciosamente las que en definitiva es una temática.
condiciones que en su articulación van creando un síntoma específi- Incluso un intento mejor encaminado, que desecha que la temáti
co. Nada surge por un solo acontecimiento o mecanismo, sino que ca de por sí sea patognomónica de un cuadro, como la posición dt'
es el resultado de la confluencia de elementos de la historia que se Lacan cuando sostiene "es que ninguna formación imaginaria es es·
van modificando unos a otros. El principio de retroacción, por ejem- ·pecífica, ninguna es determinante ni en la estructura ni en la di.Hál!u·
plo, ilustra paradigmáticamente esta concepción freudiana: un acon- ca de un proceso", 3 9 llega sin embargo a buscar en un mecanismo bá
tecimiento posterior re significa al anterior, pero éste a su vez otorga
un sentido al que cronológicamente le siguió. Siempre el encuentro
de circunstancias, algunas por la necesidad de la estructura, otras por
natismo que profesa su autor al que se le opone Piaget. Ambas éeorfas :mn
azar pero que alcanzan un sentido en ésta, y a la que transforman en constructlvistas si se las entiende no en el sentido cronológico sioo en la co111-
otra estructura, es lo que crea una resultante. Por ello la reconstruc- binatoria de elementos. Ver: Théories du langage. Theóries de l'aµpre11tfrsu1;.c
ción histórica freudiana guarda cierta analogía con la que se halla en Le Débat entre J. Piaget et N. Chomsky, du Seuil, París, 1979.
la lingüística generativa o en el constructivismo de Piaget: algo se 3B Véase la crítica que a esta concepción hace Emilce Dio de l:lleichm~r ~·
construye por articulación de subestructuras.37 La depresión. Un estudio psicoanalítico.
39 J. Lacan, "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posibk rk l<> psi·
37 No deja de ser interesante que la gramática chomskyana no requiera el in- .cosis", Ecrits, du Seuil , París, 1966, p. 546 .

104 10)
sico, Ja forclusión, la causación de la psicosis. Dejando de lado lo po- producía cuando se encontraban presentes dos condiciones, la es-
co que se ha progresado, a pesar de lo mucho que se ha mencionado tructura criticante de personalidad y la tendencia a convertir al pro-
el concep to de forclusión , hacia una mayor clarificación de lo que pio sujeto en el blanco de los ataques críticos. A partir del auto-
hace ya un cuarto de siglo se planteó en términos de ensayo tentati- rreproche son posibles diferentes tipos de articulación con otras sub-
vo, queda la cuestión más importante aún: ¿es posible considerar estructuras. El sujeto podrá reaccionar al autorreproche de manera
que en el delirio sistemático de la locura razonante deductiva del pa- variada, y si decimos reaccionar es porque damos a esta expresión su
rano\co, la alucinación del esquizofrénico, la inmovilidad de la cata- sentido más literal: en el psiquismo hay un verdadero sucederse de
to11ía, para tomar sólo algunos casos, por el hecho de que la psiquia- fenómenos unos a otros, un encadenamiento causal, en que una re-
tría clásica las haya unido todas ellas bajo la categoría hiperabarca- presentación actúa provocando una respuesta de igual manera que
t1va de psicosis, se encuentra el mismo mecanismo generado r? ¿Es una frase dicha a alguien por otro es capaz de generar efectos. La
que acas0 con el t érmino psicosis se designa una entidad existente persona siempre escindida reacciona a su propio discurso : podrá
como tal en lo real y no una forma de agrupar, de clasificar, y no aceptar la crítica y someterse, en cuyo caso es dable que se deprima,
ptirck s11cedcr tal vez como en tantas otras categorías que a medi- se sienta desesperanzada, experimente tristeza, llore. 41 Pero ante el
da que progresa el conocimiento se muestran arbitrarias? autorreproche la reacción del sujeto podrá ser de rechazo violento,
\>ero aun cuando digamos que sí, que la psiquiatría descubrió de rabia, como si hubiera sido ofendido por un tercero . La ira puede
un::i unidad en lo real, ¿no obligaría la diversidad de esa entidad incrementar el autorreproche en un verdadero circuito realimenta-
a buscar mecanismos que justifiquen en un caso la existencia de dor. Es lo que se ve en los sujetos que ante un error se autorrepro-
trastornos como la alucinación y en otros del tipo de la locura ra- chan, sienten la rabia del narcisismo lastimado, lo que los lleva a
zonante? atacarse más violentamente, con mayor disminución de su autoesti- ·,_.

¿Bilsta con aludir a la no inscripción de un significante básico ma y rabia consecuente, y así sucesivamente.
-el falo- para dar cuenta de fenómenos tan disímiles? En otras personas el autorreproche conducirá a una descalifica-
Con todo, est a t endencia a no hacer surgir lo complejo de una ar- ción de las actitudes del sujeto en cuanto a su capacidad de enfren- f.',

tic11J ación de procesos no es una falla exclusiva de algunas corrien- tar las demandas de la realidad, lo cual si se articula con una con- .
ies de\ psicoanálisis. Los interaccionalistas de Palo Alto también cepción del mundo considerado peligroso podrá desembocar en ver-
creyeron posible hacer surgir la esquizofrenia a partir de una condi- daderos cuadros de neurosis fóbicas, en los que lo dominante ya no
ción . el double bind. 4 o es la depresión sino la angustia frente al peligro .
Por otra parte, y aun cuando nos salgamos del terreno de la psi- Si el autorreproche ocurre en alguien con disposición para la con- {

cogénesi~, la polémica en biología entre creacionismo y evolucio- versión histérica ésta podrá efectivizarse como una modalidad defen- f
nismo era ta mb ién en su base la opción entre la creencia en un acto siva. Ante el sentimiento depresivo de desvalorización, la conversión
(mico crcadur por u n lado y un constructivismo por interacción de atrae la atención del sujeto , le crea una cortina de humo, al mismo
procesos por el otro. Como vemos, reaparecen en campos restringi- tiempo que lo provee del beneficio secundario de la preocupación
dos y específicos verdaderas concepciones generales, formas de or- de los demás. •/

ganizar Ja realidad, las que a su vez en su génesis, para ser coheren- 41 Recordemos qu e en nuestro libro sobre la depresión planteamos que el llan· j•
tes y no caer en ideas-esencias eternas, fueron también el resultado to no es el concomitante obligado de la tristeza, su manifestación exterior, si-
de un proceso de desarrollo de las ideas. no una conducta con significación propia. Su función no es la mera descarga
de tensión sino que muchas veces es llamado de la cría al otro que podría ali-
Volvamos para ilustrar el papel de la articulación de subestructu- ·'
ras a la melancolía autorreprochante. Habíamos establecido que se
viar el dolor. En el nivel humano el llanto es rápidamente instrumentado y pa-
sa a ser mensaje intersubjetivo, habiendo algunas persónas adquirido la moda- ~~·
4 n Resulta obvio que nuestra objeción no está dirigida a los conceptos.de for- lidad de solicitar el amor del objeto externo a través de él en aquellas circuns-
cl11s.i6ra <t de double-hind sino a las excesivas potencialidades generadoras que tancias en que ellos mismos no son capaces de quererse al verse distintos de su
se les a tribuyeron en la psicogénesis. ideal. ~:

106 107 kr.


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J ·~t.
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.,,

. ¿Cómo abordar entonces el estudio de la génesis de las estructuras taje de una estructura arquitectónica: existen puntos que sm1 sopot-
psicopatológicas? En primer lugar resulta indispensable construirlas tes de la estructura y en los cuales la modificación inlpbca una te -
teóricamente, es decir, establecer con claridad cuáles son los paráme- percusión sobre el conjunto.
tros que las definen. Si se pudo escribir un libro con el títul~ de Histe-
'~:~ ria, la neurosis elusiva, que en buena parte se dedica a señalar la di·
versidad de las llamadas conductas histéricas, la variedad del concep-
;"; to, sus límites imprecisos, es porque más que una construcción teóri- Aspiraciones nru:ci ~istas
"
e~ ca es una denominación impresionista que se define por su aplica-
A ción.4 2
Si un embriólogo tuviera una categoría nebulosa para describir
Todo sujeto se ubica ante otro con la expectativa de cómo debe ac·
tuar éste frente a él, expectativa dentro de la cual el anhelo de, eci-
una masa de tejidos en formación, categoría tan amplia que abarcara bir reconocimiento narcisista es central.
músculo, nervio, intestino, cabello, lo que acabaría por decir es que El deseo de ser alguien para otro, de ser deseado , que constii.uyl'
ese tejido se forma cuando se unen el óvulo y el espermatozoide. Si desde el comienzo al sujeto, queda enclavado en el inconscienie co-
en cambio su categoría se restringe a músculo y dentro de éste pien- mo una escena fantaseada en la que el sujeto aparece recibiendo la
sa en actorniosina, por ejemplo, podrá estudiar las condiciones que admiración de los otros. A veces esta escena se abre camino en 1a
rodean el surgimiento de esta substancia. Algo similar pasa en psico- conciencia bajo la forma de sueños diurnos, cuya temática predomi-
patología: si logramos delimitar los elementos básicos que permiten nante es precisamente la aceptación de la grandeza del sujeto pot
caracterizar una entidad clínica seremos capaces de orientarnos ha- parte de los demás. En este mismo orden de cosas el psicótico que st
cia las condiciones de génesis de los distintos eslabones que inter- pasea en pleno acceso de megalomanía con los ojos brillantes y el
vienen en la misma, hacia su forma de articulación, hacia las razo- p01ie orgulloso mantiene su identidad deseada ante un entorno qu<:
nes de esa combinatoria particular que la caracteriza. él supone se le está convalidando . El exhibicionista neurótico recreii
~~ el escenario de su fantasía asignando al espectador el lugar del que
i debe aplaudir y forzándolo a que desempeñe.este rol. 43
Reestrncturación psicológica Así como el deseo erótico queda en la biografía de todo sujeto fi-
jado a determinados tipos de objeto, fijación del deseo que será cons-
Si las estructuras psicopatológicas se forman por la articulación de tituyente esencial de su ser, de igual manera la modalidad que adop
diversas subestructuras, articulación que no siempre implica que una t e el deseo de reconocimiento pasará a constituir una característica
sea consecuencia de la otra dado que pueden tener génesis indepen- específica del sujeto. Verdadero anclaje del deseo que ai adquirir d
dientes, resulta evidente que cualquier plan de modificación de una · papel de una estructura intrapsíquica regula la captación del otro y
estructura psicopatológica compleja tiene que apuntar a los eslabo- su relación con éste.
nes que la integran. Por otra parte, el hecho de que las distintas sub- Si el psicoanálisis puede ofrecer un aporte a la consüucción de
estructuras hayan tenido una génesis diferente no significa que una una tipología de la personalidad normal y patológica es porque sfü
vez articuladas en una combinatoria determinada no entren en una
relación jerárquica entre sí. Esta articulación jerárquica de las subes- 43 Que uno de los valores funcionales que cumplen las personas y las cos«s e>
tructuras tiene una consecuencia fundamental para el diseño terapéu- el de estar destinadas a que se hable de ellas, lo demuestran claramente derrn'
tico. En efecto, podemos imaginar la modificación de una entidad reuniones de hombres en que las mujeres sirven para que se diga11 cosas >vbic
psicopatológica como una tarea semejante a la que sería el desmon- ellas, lo que permite ubicar entre sí a los interlocutores. Buena paste de Jo que
se dice tiene por finalidad ubicar al loc utor en una determinada posicióu >illllc
lada de manera narcisista frente al oyente. Es la función exhibicionist;, úel
42 Alan Krohn, "Hysteria: The Elusive Neurosis", .en Psychological Issues, vol. lenguaje por la cual se adquiere una determinada identidad frente al oyente.
XII, Nº 1/2, International Universities Press, 1978. ·Cada mensaje es una propuesta aJ otro de la identidad del locutor.

108 lü9
conce ptos son inherentes a una dimensión del sujeto que trasciende te queja manifiesta de que nada les interesa, que no saben cuál es su
las mera s etiquetas clásicas. Hacer pasar por el sujeto las distintas ca- vocación o interés constituye la forma con que su conciencia se re·
iegorías psicoanalíticas posibilita un perfil por un lado pluridimen- presenta la insatisfacción de no estar ubicado como yo ideal. Lo en-
sional y por el otro que posea el grado de articulación que tienen en- gañoso y desviante de la conciencia es que en ella se busca algo espe-
tre sí los distintos conceptos de la teoría psicoanalítica. Desde esta cífico que presuntamente sería la verdadera vocación del sujeto -y
perspectiva los conceptos del yo ideal y del ideal del yo sirven pa- cuántos análisis no han comenzado con este deseo del sujeto de sa-
ra delimitar qué tipos de demanda de reconocimiento podemos en- ber qué es lo que le gustaría ser-, cuando en verdad no se trata de
contrar en un sujeto. Sin pretender para nada una clasificación una actividad u otra sino de una posición, la de yo ideal, a la que se
exJ1austiva sino más bien apuntar a un esbozo, señalaremos los si- aspira. Debido a que cualquier actividad elegida, al poco tiempo no
g-uientes deseos de reconocimiento narcisista: brinda la satisfacción del anhelo narcisista de ser un yo ideal,el sujeto
sin saber nada de este anhelo llega a la conclusión de que la actividad
no le gusta . Si el sujeto estuviera en condiciones de plantearse clara-
A) Deseo de ser reconoc_ido como un yo ideal único mente el problema se diría: "la profesión que quiero tener es la de ...
yo ideal" . Y como para su desgracia tal profesión no existe la bús-
El sujeto reclama ser admirado en todos y cada uno de los rasgos y queda resulta vana. El sujeto puede llegar a entusiasmarse con una
que se lo considere ubicado en el grado máximo de perfección , co- actividad para luego abandonarla y reemplazarla por otra en un ince~
mo el único, sin que el objeto externo dirij a su mirada de recono- sante encadenamiento de ilusión, desilusión y nueva ilusión. En cada
cimiento a nadie más . Se establece una relación tiránica, intentándo- oportunidad la actividad emprendida aparece atractiva pues promete
se cont inuamente forzar al otro a brindar su admiración incondicio- convertir al sujeto en un yo ideal. Cuando la práctica de la actividad
nal mediante el control sobre sus actos o pensamiento s. El otro no no lo ubica en ese lugar se siente como si en realidad hubiera sido ~
debe tener un juicio independiente y mucho menos acercarse a un desplazado de aquella posición, ya que se puede perder lo que nunca t
tercero o pe mtitir que éste influya en él. Son los celos posesivos cu- se tuvo si se lo creyó alcanzable. ~
yo contenido va más allá de la sexualidad. El narcisista· de este tipo El anhelo de ser un yo ideal no es fácilmente formulable para el ·1:
~
irata de crear una unidad cerrada en que no exista nadie más que él sujeto pues no se refiere a nada concreto en particular que se pueda
tener o ser, sino a la posibilidad de recibir la admiración incondi- <
y su admirador obligado, saboteando cualquier intento de apertura, !
tle ampliación de las relaciones, en las que ve constantemente un peli- cional de otro o del superyó. Admiración que debe ocurrir sea cual
fuere el atributo o la conducta del sujeto, debiéndose mantener más '¡
gro. ' ..
Si hemos calificado al deseo que estamos describiendo como el allá de cualquier circunstancia."
de ser un yo ideal único es porque al suje to no le basta con consti- El sujeto puede crecer en la creencia de ser o tener algo determi- Yt
tuir un yo ideal, debe serlo con exclusividad. La lógica que impera nado porque se halla preso de la ilusión de que de ese modo conse-
'
es la de la disy unción excluyente: "o yo o el otro". guiría la incondicionalidad del otro. Toda su vida perseguirá objeti-
'{
La apelación a la lealtad es en estos casos la racionalización que vos en la creencia de que si se alcanzasen se podría decir de su yo ··~

encubre Ja aspiración narcisista . El control posesivo, que es una ma-


niob rn interpersonal, en caso de ser resistido desenca dena la rabia
"es inteligente", " hermoso" , "poderoso económicamente", etc.
Pero aun en el caso de que muchas de estas metas se logren -y nos
estamos colocando en la posición más favorable para ese sujeto- lo
.'
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,.

~
narc isista contra· el admirador que se niega a cumplir con el rol asig-
nado. Y si el narcisista fracasa a pesar de este último .intento deses- que. resulta imposible es que el superyó o el ot ro profesen una ad-
perado cae en la apatía, el aburrimiento, la depresión. miración incondicional constante y para cualqyier atributo del su- ·'
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jeto del que pudiera t ratarse . Si el sujeto aspira a ser un yo ideal ,¡; .;.
La aspiración frustrada de ser un yo ideal se h alla en la base de la
falta de interés, de esa dificultad de entusiasmarse con las cosas y las siempre habrá una brecha cuya anulación será efímera aun en el ~ '
persona s en que transcurre Ja vida de muchos sujetos. La tan frecue n- caso de producirse ocasionalmente la exaltación narcisista.
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Si el deseo es metonímico -se desplaza incesantemente de un ob- C)Deseo de ser reconocido como la personificación del ideal del yo
jeto a otro- es porque lo que se a,nhela . no es una cosa en particular
:'¡" sino ser un y o ideal. Lo que no puede obtenerse es la admiración in- Al establecer la diferencia entre el yo ideal y el ideal deí yo había-
;r condicional del otro o del superyó, por lo que cuando se la pierde se mos descripto la personificación del ideal del yo como la encarna·
J intentará recuperarla vanamente mediante la obt ención de un nuevo ción en un sujeto de un atributo de máxima perfección , pero sin qm.
,·;;, ese grado de perfección se extendiera a los otros atributos, es dtci.l
. j' objeto o de determinado atributo personal .
·¡ Por lo t anto no resulta necesario apelar a una cualidad del deseo al yo como unidad totalizan te. Cuando el deseo es de ser la personi-
.," de tipo ontológico, supuesta esencia que lo haría imposible de reali- ficación del ideal del yo, y por lo tanto recibir la admiración en d
.{ ~

zar por no se sabe bien qué misteriosa razón . Si la clínica advierte rasgo intelectual, moral o físico que es el valo1izado para d sujeio ,
t que siempre hay un más allá en el deseo, un resto com o se suele de- los otros rasgos pueden no ser tenidos en cuenta para ht demand,,
'
¡.+ cir, resulta imperioso para no caer en la metafísica explicar específi- de reconocimiento. Esto es lo que pasa con aquellos que tienen cu-
camente a qué se debe . Nosotros, al hacerlo , intentamos por lo me- mo anhelo ser la personificación del yo ideal en un área espec ífica,
nos abrir un camino, estando más interesados en la form a de abordar anhelo que domina todo el campo de sus aspiraciones en forma mo·
el problema -destierro de las esencias- que en la solución aportada. nopólica. La meta soñada se mantiene y envía a un segundo plano
Parte importante de la llamada angustia existencial se revela en- cualquier otro logro que pudiera contribuir a, la autoestima. Sólo
tonces como de naturaleza narcisista. interesa encamar ese ideal en particular, y la vulnerabilidad iiarci
El anhelo de ser un yo ideal existe en todo sujeto, pero en lo que sista es grande pues estas personas no están en condiciones de lo-
grar compensaciones con otras satisfacciones narcisistas, las qut:
.. se varía es en la medida en que ese anh!!lo domina la vida mental.
Con el deseo de ser un yo ideal sucede igual que con el deseo eró- no son vividas como tales .
tico : no hay nadie que escape a él, pero el grado de fijación, la moda- Si la satisfacción narcisista en el área del ideal que es el impo1t<u1·
lidad del vínculo, el nivel de represión, el de sublimación cambian t e para el sujeto resulta alcanzable, su narcisismo se hallará tan col-
,.
,¡,. . \" mado que podrá aceptar incluso con humor no ser perfecto en otros
;, de un sujeto a otro.
Ahora bien, ¿cómo aparece en la vida cotidiana o en la clínica es- 'aspect os de su personalidad . Pero ¡guay! de que se toque el rasgo
te deseo insaciable de ser un yo ideal único ? Produce un sujeto que idealizado en el que descansa toda la autoestima.
no encuentra paz al no poder mantener en los diferent es ámb ito s en
que transcurre la complejidad de la vida social la admiración incon-
dicional del otro o del superyó. D) Deseo de ser .alguien que goce del reconocimie1trO narcisisla del
otro sin aspirar a constituir un modelo de pe1fecció11 global o
parcial
B) Deseo de ser reconocido como un yo ideal
Mientras la aspiración narcisista en la categoría a) es insosteniblt y
Aquí también el sujeto desea que se lo vea como la suma de to das las está condenada al fracaso, salvo que se encuentre un partenai.re psi
perfecciones pero a diferencia de la categoría anterior no aspira a po- cótico, la satisfacción que se puede alcanzar en la categoría b) ~'
seer esta cualidad con exclusividad. Incluso en ocasiones es su pe1ie- mantiene mientras subsista la fusión con el grupo idealizad u. b1
nencia a un grupo que constituye un yo ideal lo que permite otor- c) la satisfacción narcisista dependerá del balance entre las aspirn
garle ese carácter. Estamos en el terreno de la megalomanía familiar, ciones y las posibilidades, ya que para aquellos seres dotados ch
de la raza superio r, del pueblo elegido . cualidades especiales -artistas, intelectuales, brillantes políticos li
hombres de negocios exitosos- el equilib1io narcisista ts alcanzable
en algunos momentos o en períodos prolongados. Pero para la cno1-
me mayoría de los seres el único balance narcisista posible es el cL

112 í í3
do en lél categoría d) . que, al igual que la experiencia de satisfacción de la necesidad, cons-
Cmndo decimos que alguien puede t ener como aspiración narci- tituirá un punto de fijación , una memoria que atraerá constantemen-
si~ta la de las categorías b ), c ), d), esto no implica que en algún gra- te el deseo de repetición. La convicción profunda de ser un yo ideal
cto no posea también el anhelo de recibir el reconocimiento narcisis- se denuncia por el aiie de superioridad, de desdén, y en especial por-
í a de ser un yo ideal único. Este será menos intenso en algunos suje- que el sujeto da por descontado que la actitud del otro debe ser la
tos, no dominará su vida emocional, pero se encontrará siempre pre- del que se encuentra frente a un sujeto digno de toda admiración.
sente. En verdad le parece tan obvia que ésta se produzca que se sorprende
Ahora bien, ¿cuáles son las causas determinantes de que en un su- hasta la ira si no tiene lugar.
jfto se haya estructurado uno u otro tipo de deseo narcisista? En Pero para que la identificación con el yo ideal tenga estabilidad
·Jrimer lugar dependerá de la identificación con el modelo de aspi- no basta con que los padres hayan visto como tal al niño, sino que
ación n~. rcisista que tuvo su otro significativo. Los padres que han resulta indispensable que ellos mismos hayan ocupado ese lugar de
reclamado que se les brinde admiración incondicional enseñarán que privilegio para el entorno. Generalmente se insiste en la pérdida de la
1~sta es la que se debe esperar de los demás. Es que la t rasmisión po r identificación con el yo ideal que ocurre cuando un niño comienza a
medio de la identificación de una manera de ser incluye también la ser objeto de las críticas y exigencias en el período preedípico, o
cpresentación que el modelo tiene de l mun do y sus expectativas cuando se siente relegado en el período edípico ante uno de sus pro-
frente a éste. El sujeto por tomar del mode lo ide ntificatorio su for- genitores, pero se descuida que una mayor pérdida aún de omni-
ma de actuar, de pensar, de sentir, incorpora el tipo de vínculo que potencia tiene lugar cuando descubre la posición que los padres
:1quél tiene y aspira a tener con los otros. tienen para los otros. El hecho de que el niño sea "hijo de otro"
Pasemos ahora a un segundo aspecto que incide en la génesis del hace que se le t raslade Ja valoración que éste posee ante la mira-
tipo de aspiración narcisista. Los padres no sólo reclaman la admira-
¡¡
da de un tercero . El trauma narcisista que sobreviene cuando el ..
.(

1ón del hijo sino que a su vez se la ofrecen o retacean, y dependerá niño ve a sus padres, hasta ese momento omnipotentes, inclinarse
<lr las condiciones que pongan para otorgársela que el suj eto aspire :l
ante un tercero deja una huella profunda en su psiquismo. Hay
o no a ser un yo ideal. Si el otro só lo lo acepta cuan do es perfecto , el otra castración además de la que ocurre ante las figuras edípi- \
¡

ITil.'jOr de todos, se generará la aspiración de serlo como Única posibi- cas: la que sobreviene al sujeto cuando se da cuenta de que sus pa· "'
lid;¡d de rete ner su amor. Cuanto más condicional e inestable sea la dres a su vez dependen de los demás y no son los mejores o los ·¡
crlmiración del otro significativo tanto mayor será la depen dencia del que mandan. Es la castración social. ~
~1~
qqeto y su deseo de que no se produzca el menor apartamiento de Ja Al crearse en el suj eto una doble representación de sí -1a que le
perfección para no exponerse al trauma narcisista del rechazo . otorgan los padres tempranamente al idealizarlo y la que adquie- í
t~
Mientras la admiración incondicional de los padres crea la convic- re después por identificación con éstos mirados desde un terce- ~~:
r·ión de que se es en verdad un yo ideal Ja crítica reiterada lo que ha-
ce es promover la representación del yo ideal como U!l modelo al que
~e aspira a ser. La diferencia entre estas dos condiciones de psicogéne -
ro- se detennina una escisión básica del yo, similar a la que seña-
lara Freud por primera vez al referirse al complejo de castración.
No se trata solamente de una oposición entre representación cons-
,
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~is es la siguiente: la primera es la vivida por el suj eto que se identifi- ciente e inconsciente. Tanto en uno como en otro estrato del fun-
0 primariamente con el yo ideal. Fue colocado en ese Jugar y Jo cionamiento psíquico del sujeto puede creer en ambas representa-

1~ ¡.;
~-
ncupó. descontando que se le debe profesar adm iración, de manera ciones de sí: una representación resulta de mirarse desde la primi-
o;imihr a la que se le brinda al rey desde el momento de su nacimien-
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tiva idealización que de él hicieron los padres , otra representación t:
J';

' J por Ja simple razón de que lo es. El paradigma sería el h ij o único corresponde a la perspectiva que de él pudieran haber tenido los .'~
·1::
~ preferido por parte de un padre o una madre que por estar solos demás. El interjuego entre estas dos representaciones es por lo tan-
" en mala relación con su propia pareja no le enseñaron a compartir to complejo ya que la imagen consciente podrá ser la que de él tu- ·~
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>us fovores con el otro. Verdadera experiencia de placer narcisista vieron los padres y ser utilizada para mantener reprimida la otra :~'

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-escisión horizontal- o las dos podrán ser conscientes o inconscientes lo tanto con la de ia injuria narcisista subyacente, pudiendo >er ésta
•i\ -escisión vertical-, activándose una u otra de acuerdo con el con tex- de envergadura me nor y sin embargo poseer el sujeto estructuras
.;; to, por ejemplo arrogancia frente a la familia y un simultáneo sen- exhibicionistas megalóman as listas para ser activadas an te pe qu eños
{ timiento de inferioridad frente a los extraños. También la toma de traumas. De igual manera una gran injuria narcisista no necesaria-
t:· mando de la perso;nalidad por parte de una u otra de estas represen - mente pone en march a un exhib icioni smo megalóman o como se
,.i' taciones pódrá depender de logros o fracasos circunstanciales, fun- observa en la dep resió n.
't..
y cionándose en una perpetua ciclotimia. Por o tra parte es .diferente la megalomanía autista de aquella de
~~·
l ... . ~
Este interjuego entre una representación de sí mismo idealizada y
su opuesta mantendrá al yo ideal como una aspiración para escapar
que intenta gozar el exhibicionista, consistiendo Ja primera en un
sentimiento de grandeza que no requiere una confirmación ex ce1ior,
del sufrimiento narcisista. Las menores objeciones por p art e del otro mientras que en Ja segunda el yo ideal o el ideal del y o personifica-
despertarán la angustia señal para evitar caer en la situación t raumáti- do se m antiene en la m edida en que un personaje extern o real con·
ca vivida durante la constitución del yo denigrado. Y así como hay fi rma tal identid ad anh elada. La m egalo manía autista es totalmente
fóbicos en quienes todo lo que sucede tiene carácter de angustia silenciosa, al revés del exhibicionismo, que exige po r de finición
señal y que viven en una continua zozobra también existen persona- su despliegue ante ot ro real , en un intento nu nca totalm ente logra-
lidades narcisistas en las que todo es codificado como amenaza do ele alcanzar el estado de vive ncia megalómana .
a la autoestima. El sujeto se aproxima a los objetos no como un La aspiración a ser un yo ideal será tanto más intensa cu anto más
.,
exhibicionista que espera el aplauso sino como alguien que t em e el se lo haya sido en alguna etapa de la vida y cuanto más se haya des-
•· encuentro, porque da por descontado que lo criticarán. El exhibicio- cendido en el camino hacia su contrario. Se ha dicho, con razón, que
nista siempre proyecta sobre el otro real un admirador del que t ra- la insatisfacción de los venidos a menos y su sueño de recuperar lo
';:> ta de obtener su atención, intentando reproducir la experiencia de perdido es mayor que la existente en aquellos que nun ca han teni-
·•. satisfacción que significó en su infancia encontrarse con pad res que · do nada y que no saborearon el placer vivido por los primero:;
·~ lo admiraban. El tímido, en cambio, proyecta una figura que lo va La alternancia de la crítica y de la aprobación tiene m ás efecto en la
T a ridiculizar. Es, en ocasiones, el resultado de habe rse criado en un creación de u na personalid ad sensible a Ja objeción que la crítica sis-
contexto hipercrítico, aun en el caso de que las críticas no fu eran di- t emá tica, ya que en este caso la initación que se siente con relación
rigidas a él, y a que se aprende por lo que les pasa a las b arbas del ve- al que c ritica permite desalojarlo del lugar de dictaminar quién es
cino. La crítica es el principal disuasivo para el exhibicionismo y una uno: se acaba por no esperar la aprobación que, se descuenta no
vez introyectada actúa como un freno interior. vendrá . Además la oscilac ión entre gratificación y sufrimiento nam-
Muchas veces se ha pensado que el exhibicionismo que reviste ca- sista at a al suj et o, pues está aguardando la primera para escapar del
rácter megalómano, casi psicótico, nos está hablando de una enorme an - segundo , como vemos que sucede en las relacion es simbiócicas qtte
gustia narcisista contra la cual se estaría defendiendo. En algunas cir- se caracte rizan por la mezcla tormentosa de amor y odio .
cunstancias, en cambio, resulta exclusivamente de la fij ación a expe- Si en todo suj eto existe una estructura intrapsíquica que fija su
riencias con padres psicóticos que crearon un mundo m egalómano . tipo particular de aspiración narcisista también se presema otra que
Esto lo pudimos comprobar en un paciente que se creía re presentan- determina rá la form a en que tienda a re spon der a las dt:mandas de
te de Dios, y a quien la madre había considerado muy importante reconocimiento del otro .
desde su nacimiento, creyéndose la madre misma , en form a deliran- Todo suj eto es sujeto deseante de reconoc imiento pero 1ambien
te, pariente de un ex~presidente y hermana de una diputada. La me- do nante de reconocim iento. Por ello se puede pensar unJ tipología
galomanía en el hijo · no era una reacción defensiva sino el núcleo del vínculo basada en la combinatoria qu e producen esas configm a-
mismo de su identidad, tal como había sido creada en la in teracció n ciones int rapsíquicas cuando se encuentra n ent re sí. Telldremo; d<
·con la madre . este mod o diferentes perfiles de pareja. Para dejar e nunciada sim¡.le
La magnitud del exhibicionismo manifiesto no es co rrelativa por mente u na 1ínea de investiga ción recordemos Jos sujetos que se es·

116 'í
trncturan orientados a frustrar el deseo del otro y enseguida captare-
Capítulo m
m0~ el drama de una pareja en que alguien con estas características
como donante se encuentre con otro que posee como aspiración la
1f'JRA§1!'0JRNOS NARCISISTAS
de ser un yo ideal, o también la pareja en que cada uno aspire a ser
vn yo ideal único, con lógica disyuntiva.

El narcisismo que interviene en la estructuración del sujeto puede,\\


por este motivo, ser tomado como eje alrededor del cual se organice
un sector de la psicopatología en que tanto la producción de sínto-
mas como los cuadros clínicos dejen de ser meras descripciones ais- ~ 1
ladas para convertirse en efectos de una entidad que los subtiende
y los relaciona. ~i !
En este sentido los trastornos narcisistas admiten ser agrupados en
las siguientes categorías: l
~

, t

J )IFallas de mlll!'cisización
r
.\ ,,:1r
En condiciones, llamémoslas habituales, el niño recibe admiración
~
por parte de su otro significativo, admiración que recae genéricamen- ~
~

te sobre la totalidad de su ser más allá de una particularidad -"eres b ,


maravilloso" - o sobre aspectos parciales. Esta admiración determina ~

l
que el niño a su vez admire y se entusiasme con su ser global o con
.,
sus parcialidades, por ser éstas las ue . e. erJl!i.ten obtener el reco- j

..n,o_~Q,tQ....deseado . Bastara transmitirle, sea cual fuere el nie 10 '


ÜtilizadÜ,q~}iabfa bien, que baila con gracia, que hace cálculos con
habilidad, para que desee repetir una y otra vez estas actividades que
.·' n
~
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quedan revestidas del placer experimentado en el momento del elo-


gio. De igual manera la atención prestada a la hermosura de sus ojos

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Con todo, la narcisización no debe entenderse como unidireccio·


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.,, ! o de su pelo fijará su interés en el cuidado de éstos. . U nal .-del otro significativo al sujeto- pues si bien existen momentos
~:'.::) El concegto . freudiano de experiencia . de . satisfacción q1i..e.--deSo., de predominio del sentido en que transcurre, su realidad es equivalen-
·r ~i~nhelo de repetición tiene plena validez e~..fil~~ª'1:Lª te a la de las múltiples reflexiones entre espejos paralelos. En estos
un modo preaom:utante de pfacef ñarCis1sla:-at"sy1eto ~-~~lec_9g.­ espejos el azogue de plata que permite la reflexión está dado por los
na aquello que de 2oseerlo _cugl2 lo ~onvertirá en alguien _ad_111J.rn-
¡
• ,._ ao:--- ~---~-=~· -=-.,---------- -~ ..
deseos de cada. uno de los sujetos intervinientes en la interacción , y
la narcisización es un encuentro de deseos.lJ<"R~ ,~(,_~·l,¡. . ¡e
· -Resulta así que en este interjuego complejo entre el sujeto 1 y el Ahora bien, en vez de la narcisización puede ocub.i:ir la dt:scaliji
¡~:1 otro una de las posibilidades es que el primero se identifique con. la cación primarfl!: mirada crítica y displacer del otro signifrtat!Vo""des
~;:· \ , mirada del segundo, quedando el aspecto parcial sobre el que recae dééi"comienzo OeTaVicíaC1eTñilfo-:-Cón identiflcacfón o no de.-estc
•',, coñesaactitud. -----~-~-------··--- . - -·
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:~ la atención cargado con el estado de ánimo que experimenta cuan -
¡ e· l·
do el otro repara en él: el goce o la rabia despertados impregnan.la c.'*"'Las-huellaS" mnémicas de esas experiencias de rechazo tambié n
''1! i<'
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f actividad en cuestión y se convierten en parte de ella. A partir de quedan integrando la representación del sujeto, con Jo cual ési.a se
·'i*',. 1~
ese momento x~..másla actividad valdrá por lo q~a""fe~.
º"eñ'Sí misma y su significación preva]ente la constituirá la apr~-
carga con algo que no es si;npklmeftt~a...agsencia de catexis nan:isis·
,. fi ta, lo que sería un vac\ó;· sino c~ l_a pr_esfie1~~.v1va de su ütJuesw, 11
~no rechazo que despierte en el ()tro significativo, · del rechazo. ·,,~ r• e,. -r . ¡,:j
....'
~
· Incluso las acciones que como el agarrar, el caminar, e_ts:_,yrov~~D Existe además una tercerá:fl~lidad, u~_.pafá
-----~.;-
q el otro sign ificali~,
\
~_por el Clomm1o_ del ~I?_io cuerpo ºno-aaq~~~.i[cJJLcl
\
vo un aspecto del sujeto Je sea indiferente, que directamente no exis
de otorgar valoración hasta 91;!e se encuentren con la mirada de ojro ta código en el cual sea captado: -por ejemplo pad res para quienes J.c1
que las ubique en una ~scal~~par-aiiva Qü~ión.JiH~_ch~9 habilidad deportiva o el arreglo personal no sean motivo de interés ,
.: 6Cfe preferencia. En el caso de ra·sgo·s como la forma y el color del o para quienes aspectos como la inteligencia, la honestidad , la sine(; ·
-clíerpo, cualidades llamadas estéticas que no tienen nada que ver ridad no despiertan admiración ni rechazo, simplemente los des<itiw-
con la eficacia en la acción, su... r para la autoestima depende de den. En todos estos casos el rasgo es c0mo si no existiera.
1
manera aún más arbitraria<\_~ ue e -..... ten a sobre_ellas. (J Queremos destacar el hecho de que cualquie ra que haya sido Íil
(A _. )~ Podemos denominar ent6~ .. c1 izació a -próCeSOiñtei'.Subje- causa por la cual los padres desatienden ese rasgo, si la in diferencia ts
'(_Y )¡ tivo que comprende r arte de ºfi · ...Q.1!.DL.valoració,n total quedará un vacío en el sujeto, a menos que el otro significaüvo
_,, positiva del sujeto,. con la concom1 ante ex resión de lacer='LQQL venga a desempeñar Ja función fallida. En Jos padres la desatención
parte del su'eto Uña id · icación con esa valoración ese J:llacer. podrá ser defensiva, para evitar sufrimiento, pero en los hijos Cr)l1S
/ -La catexis narclSls a se e me as1 como el complejo ideativÓ- tituirá ufb,.ditlfJ.tJ2l:i.11c1_grio.
1 afectivo que queda formando parte de manera inconsciente de la re- La falta en los padres de cód@.s¡J.~J1ª-~9.Si..9~-1!.fl!l_fu1Jción, orig1
presentación global del sujeto o de un aspecto de él, complejo cons- ~?"~tCci~~uu _o rden diferente delas.!ñütila
ti.t uido por todas las variantes. fenoménicas bajo las cua.les alguien e.s _cion~-inhjj;)icióncíefonsiv~ue e11_es_t_9¡;_últimasaJgQ..CjUe St
alabado, valprizado por el otro, Cada vez ue se active en el siq¡¡Js- ha~J.tuidO es abortado e-n SU desa~Q..J20I generª-1:. ang~1stia.
mo la representación del sujeto, slillultáneamente o harán las h.ue- Mientras que la narc1Slzac1on y la descalificación c;ean parn ti
\ JJeS'mnémjcas del encuentro con _la aprobación del o.tro. .. sujeto la existencia del rasgo como algo que siempre atraerá su atei,
.Estas huella~fles-G · n ción -para buscar el placer o evitar el displacer-, la desatención pro-
las gue corresponden a lo que en la teoría se llama catexis narcisis- duce algo semejante a la falta original de un receptor se;norial: no
ta. existe el objeto dado que se carece de aquello que lo puede c3.pr,11
·~ 1
La_..J!arcisización de un .fil!i!llilil.C~P.DVertirá a éste en algo suniJar "
1 Sujeto no se utiliza aquí com_g_.ca-~" se~ido descrip-
·vo, como equivalen~e • '-, 4~.-{ n :.::-J), ·1
C
_,,.. .}~~QD.a-.w:~M.,_.12_\lscá~o p~~ctiia~~i~~1~~er~ ~ai:-é1;ista.

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ta descalificaciém__p!Q_<!ucirá a!gQ_-ª-ªÍ- ~o~rida a Ja...~ . e...se '• ra compensarlo, sino que depende de la manera en que desde el co-
tiene siempre presente, que se la vigila para evitar el dolor temido . mienzo se produjo la narcisización. ~ -------- ·.

1~sens1ble, has~a (v~rd~dera suer~e. p~d~a ~tiliza~o ~p~ezca


.ta de_sitenCíóii, en cambio, ori~ará algo equivalente a una zona Por supuesto que es~e ~~hibicion_ismo P.~mario, productor de u a \ ..
1
tal punto que_ SI alguien no habla de ella para sin- de adiccion, ser cuando su- Cf2
d1cada con:io m_adecuada el sujeto ni se_ente rará de su existencia. 1 fnnuento n~cISis~~' lo que servrra para mtensificar la fiJaCion a es
Problema este Importante para el analista acostumbrado a lidiar ro7 _ forma de satisfaccion. ·
con lo exaltado , o con lo reprimid o, es decir con lo existente~ Ú'f' Para que e~sta narcisizació?, es indispensable que el otro signifi~ati-
que no s~~~ q~e hacer con lo que no se constituyó en el sujeto, y .1i'' vo ame al su1eto, pero tamb1en que este estado sea correspondido,
qt~~ l_!l.1!Ch3$_ve_ce~-:].rn?=~pafaTen wwTo se trata de íillSM$. \ una tfl' J pues si el sujeto rechaza al otro la admiración que se le brinde nada
!:>~~-~ ~?-m..2...~alista:_E~e"STo contrasta con-su presencia en su P L~ l~ significará . ~i la re!ac~~currr_e e~ un clim~~e rivalidad narc~,-
p1o_p~1qu1sfl.10 '. P.re-fi~e !_r~~.!.loq:Hno-r_;,¡z~~ -Jst.a...conc~pción 1.2_ é!
s1sta.~:~ yo o otr?g~ ~ague 3_I su1eto s~ le m~q~E. deterwi-
Ueva a_.,su_e_c:> ner gue ~ superyooe,r p~ciente es igual al s~~~ 1 naao -~~~~ c~~·"dí o . ~ ser ad~~~ara~ue..e~xpres~I!
<ietemu.nadas normas mor~ repruruaas , cuando en verdad de oposic10rusmo desestime la narcmzac10n que .se..le...pto.p.an.~lll!§..
10 ~(' constituyeron:-Nad.amliSa.ITiCirdeimaginar que el otro sea- - 1íl.:ñiiT@raJL~~!ienni'erotro es sentiCI.~QLden gue menosca~
rn.aiGalmem:~-aTfereme, y no en el :sentido de que acepte ¡0 que uno -~ La n arcis~acíün resulta entonces de un encuent~? entre una mira-
rrch.:t7.a , o Ylceversa, pues en esto ya hay un punto de contacto, sino \b~ a que se bnnda y otra que la acepta, pero tamb1en entre una que
'iimplemente en que no repare en la existencia de aquello que para 0 busca la admiración y otra que satisface tal demanda. Es que el movi-
1mo es fundamen tal. \ (.~ miento del encuentro puede iniciarse tanto en el otro como en el su-
1..)1 biología_asegura que todos los individuos de una especie na- , (il' jeto , en e_~ padre que selecciona un rasgo que marca _con su adoració?
~
cen, en condicmnes norm~es, con igual número de ó rganos y miem- d-°~ o en el hijo que_ o~rece ~lgo esperando que se conVIerta en reconocI-
bros, per? no sucede lo mismo con las habilidades físicas y mentales ~~ J do por su otro s1gruficat1vo.
que rPquieren que se las creen y desarrollen. Y si el hijo de un con-
il
orsionista, de un equilibrista, de un músico, de un matemático, tie- J~ '.
.,.
~

ne. m~.s posibilidades de poseer esas condiciones en su repertorio es , '


:idemas de la herencia, por la narcisización con que se las reviste . [])esmnrcisñzaición o déficit secundario ~
~
f.[n<!!:i!!..5:!!2.0.$3. <:_l_!lim ento de las funciones, ya que provoca el anhe-
fo rie_repet1c1.@.,_Y [_~~~.!!!-!J9~sista-a-la-€J:ue--~. Una vez que la narcisización de una función ha tenido lugar, si por
'
'¡'
~sal~.án P-xpue~to~_;llgun_os sujetos los conduce- a..una..m
u~ii fÚ ncio:' cualquier causa se produce una falla de la misma· surge el sufrimiento ' ~.
n~ ~- narcisista. Tomemos como ejemplo la sexualidad masculina. En con- ¡
Por otro lado la narcisización puede ser excesiva: el otro significa- diciones normales la erección está fuertemente narcisizada: su tama- :~

tivo en fun ción de sus propios deseos somete al sujeto a una estirnu- ño y duración son vividos como cualidades que contribuyen a incre-
J¡ición reiterada e inusualmente cargada de placer. El hijo es coloca- mentar la imagen viril. Lo que para el niño es el tamaño del pene pa- .·~
do en una at mósfera de verdadera orgía narcisist a y lo que hace es +,_ \ sa a serlo en la adolescencia la erección, ya que parte del narcisismo
1
..-'·
~edbido continuamente con la admiración de un partidario fanatiza-
do, pasando a vivir para provocar esa actitud. Así como cie rtos padres
t-;~~rr· del acto sexual está puesto en ella.
Ahora bien, supongamos que por fantasía de castración corporal
~
1-'·
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,~ ~on capaces por estirn.ulación exagerada de erotl.zar al h ijo , igual su- \ -miedo al desgarro y al dolor- o por la ansiedad narcisista de fallar se
ll
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¡,'leed~ con -~1 reconocirnie?_to narcisista, lo que da lugar por exceso de

~
llegue a que la erección sea insuficiente, o se produzca eyaculación
~! t

¡,
\i¡gr~hficac10n a u~~ ?1ac1on a este tipo de goce . El resultado en el precoz. falla primaria que una vez ocurrida quedará marcada como
su1eto es un exh1b1c1onismo al que es dable calificar de primario en una situación de humillación que se teme volver a experienciar. A
f.J
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el sentido de que no surge a posteriori de un trauma narcisista, y pa- partir de ello . se creará un círculo en que la ansiedad narcisista orí- "
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( V '{ <r.("') V'°' t'¡/\) 1
sas para evitar el sufrimient6
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narcisist~ 4
(Kohút3 y Kemberg enfa \ \
gina más dificultad en la erección o en la eyaculación precoz, las que
~
'" tizan el papel defensivo de la retracción). Si la actividad que ocasio-
a su vez incrementan la ansiedad~ y así sucesivamente.

12}~'
'

na fu erte ansiedad narcisista no puede evitarse se llega a veces a or- ·


Hay que distinguir el primer momento de la falla en la fu nción,
;,
¡
\0 que como. dijimos pµede tener por causa fantasías de daño corporal,
ganizar un cuadro fóbico con intensa expectativa ansiosa. Es lu que
observamos en la tartamudez o en el llamado _miedo escénico: e!
1) ;<, de un segundo tiempo en que la preocupación se debe al papel deslu-
;·., V' t cido que se hace ante un testigo. La diferencia entre los dos momen- sujeto se obsesiona, como en toda fobia, con la situación terrúda y
'I
t;,, no puede dejar de pensar en ella.
tos la podríamos formular así: en la falla primaria se puede temer la
..
'!<·:
:., vagina o la mirada de la pareja, pero después lo único que importa es ~ En algunas circunstancias la ansiedad narcisista alcanza font:i0-
.p la mirada, o sea ansiedad narcisista en el sentido más estricto del • \& nes complejas como la propia actividad de pensar, creándose, esrados
·lt·
:r
!~
~. ténnino. 2 '\ L'(' mentales que se caracterizan por la obnubilación, la desconexión (1 ~
·ü.~.\ La experiencia nos ha mostrado una secuencia que hemos visto f..'\ los estímulos externos, el flotar por encima de las circ\msta11ria~
repetirse: primero falla en la erección o eyaculación precoz, luego fv.... ~ · Estos estados de conciencia, verdaderos procesos de confusión
1
.~~ .. ... ~~/ ansiedad narcisista con intensificación de la falla , y desp ués de un ~ '1 defensiva, fueron analizados' por Bach. 5 Para Bach la pérdida Lle !.;
., ... -
'
\'J autopercatación tiene por objeto obscurece r el significado de un"'
'• tiempo debilitamiento del deseo sexual que puede llegar hasta su
·~'ir ..' '.i' ji
ausencia total. '-:> ~V) 10 ..,¡ (' eJ.... periencia en la cual la responsabilidad por la decisión o la eleccióH de
la acción a seguir puede dar lugar a una injuria narcisista . Dice Baclt:
Este proceso de desnarcisización ocurre también en la mujer ante
la falta delorgasmo en una cultura como la nuestra en que el tenerlo "con la finalidad de restablecer un estado de bienestar físico y m,m
'! ha pasado a ser una aspiración. Si no se alcanza, cualquiera que sea tal y de autoestima se producen alteraciones de la representación dd
k· la causa, se la puede vivir en dos niveles: el otro es incapaz de pro- cuerpo , del lenguaje, del pensamiento, del proceso secundario, del
curárselo o la mujer de sentirlo. La primera de las contingencias estado de ánimo y del sentimiento del cuerpo."
~ El estado de desnarcisización mental puede ser tan intenso que
mantiene la expectativa del encuentro con aquel que sí produciría
el goce, y por lo tanto no existe desnarcisización . Si el déficit es sen- , -...r produzca un resultado casi equivalente a la narcolepsia. Esto lo pudi-
tido como propio la sexualidad en vez de ser fuente de afirmación fe - mos apreciar en un paciente que cen-aba irunediatamente los ojos
menina, de incremento de autoestima, hará que se sienta infetior y la -¡;. cuando le interpretáb amos algo doloroso y entraba en un estado de
pérdida del deseo sexual será la consecuencia.
j sueño del que salía después de un minuto. Lo digno de desta.;ar,
Pero la desnarcisización por la ansiedad que despierta el ejercicio ~' ~ pues otorga certidumbre a nuestra comprensión del fenómeno , es
"-.,'V que ese estado sólo ocurría cuando las interpretaciones implicaban
de una función no es privativa de la sexualidad. Encontramos, de
igual manera, inhibiciones en el estudio, el trabajo, las actividades fí- cierto sufrimiento para el paciente y jamás tuvo lugar en otras ci1
sicas, las relaciones sociales. En este sentido el placer de la sociabili- cunstancias, hasta tal punto que podíamos prever si iba a ocurrir o
dad es no pocas veces el resultado del éxito que obtienen ciertas per- no de acuerdo con el contenido de lo que le señalábamos.
sonas en el reconocimiento narcisista que sobreviene en su interac- Si se compara este estado con la hiperlucidez que se alcanza en
ción con los demás. Por el contrario la ansiedad narcisista <1nte el en-
cuentro social está en el origen de muchas retracciones que se rotu-
lan "personalidades ezquizoices ", y que no son otra cosa que defen-
3 M. ~1~1 The Analysis ofthe Sel!. lnternational Universities hess, Nuev.
York, 1971 (trad. cast.: El análisis del self. Arnorrortu, Buenos Aires, J 977);
The Restoration of the Self. International Universities hess, Nueva YorK.,
1977 (trad. cast.: La restauración del sí mismo, Paidós, Barcelona, 1980).
2 En "Inhibición, síntoma y angustia", Freud sentó las bases para la com- 4 O. Kernberg, Borderline Conditions and Pathologica/ Narcissism , Jaso.;
prensión de la inhibición que en cualquier fun ción produce la angustia que a Aronson, 1975.
ella pudiera quedar asociada. La ansiedad narcisista es un caso particular y pese
s S. Bach, "On the Narcissistic State of Consciousness", lnterrt. J. Psyclw-
a la importancia que tiene obviamente no es la Única que puede interferir una
función. anal, 58, 1977 , p. 209.

r 'j.J
124
circunstanci,as en que el sujeto ha obtenido satisfacción narcisista En síntesis, la frustración narcisista puede despertar odio contra
resulta clara la legitimidad de postular q~~al sí mismo y contra aquellos que, por funcionar como posesiones del
p11ede s;aje_ctiz_g!]_e_ o_ no_c.o_RJibj_dQ_narcisista., 6 El desarrollo de la in- yo, no permiten mantenerse en el lugar privilegiado de la superiori-
teffgeÍicia recibe su mayor impulso del placer narcisista que brinden dad narcisista . Recordemos aquí el pasaje de Ricardo JI/ de Shakes- 1
sus realizaciones, y recíprocamente si el pensar, al exponer sus resul- peare en que dice que por haber nacido tan feo resolvió por lo me-
tl!dos ante otro , genera un sentimiento de minusvalía tenderá a ser nos ser malo: intento de recapturar un sentimiento de superioridad
evitado. sobre los demás haciéndoles sentir el peso de su poder.
En algunas ocasiones se da un paso más allá de la simple desnarci-
1;jz;1ción. El trastorno no consiste exclusivamente en un desinterés
6J..'º~ El odio del sujeto contra sí mismo puede llegar a alcanzar tal in-
tensidad que lo conduzca al suicidio · o a la mutilación de una parte
'ino que el odio reemplaza al amor: el yo en su totalidad o una parte (J..\,V-•' de sí. El carácter particularmente sádico de la forma del suicidio y
del yo son objeto delfritague hostil ~or la frustración que producen del clima emocional con que se vive éste lo distingue de otro tipo
en el narcisismo. Una paciente al sentir de pequeña que no era tan de autoeliminación, también de causa narcisista, que tiene lugar
bonita como la madre comenzó a odiar su cuerpo. En una ocasión en para evitar la vergüenza ante los demás. En este caso no es que el 'Su,(._¿...,
que fue a lll universidad a hacer un trámite escuchó a través de un ta- sujeto se odie por la frustración narcisista sino que no tolera que t'_e V v--{ '- ~ 0
bique de madera que un empleado le decía a otro: "Ahí está la seño- puedan verlo en su fracaso. 1 •
át<t X", y que el segundo preguntaba: " ¿Está buena?". Relata la Lo anterior muestra que sería conveniente profundizar más el 'X &7\vac
n!lr.iente q11e frente a esa circunstancia se sintió ante la posibilidad de papel que la frustración narcisista de un sujeto desempeña en el de-
mfrir una intensa humillación por el juicio desfavorable que pudie- sarrollo de las diferentes formas de autoagresión. ""' el/V¿...
rn mercer y resolviendo ser una intelectual para no valer por su fí-
l;ico, pasó a denigrar la actitud de los empleados que sólo reparaban :\
~n lo sensual. A partir de esta descalificación del cuerpo llegó a tener ~o<'.
f.":

r<ibia por todo aquello que implical\ÍÍg~con el mismo, lo que la o .


Otfi1llS d!e!fell1lsms ante la ansiedad narcisistas ~;
condujo a la frigidez . Su necesidad de sentirse superior, su intenso f~(t" o ,.
narcisismo, la convirtieron . en intolerante con el área de su ser en La ansiedad narcisista pone en marcha actividades del psiquismo ten-
que aquella aspiración se frustraba, y pasó a rechazar rabiosamente dient es a disminuirla. En este sentido resulta importante deslindar .,
cualquier posibilidad de goce corporal. entre el concepto genérico de defensa y una subclase de ésta, los í:e j
Así como la paciente odiaba su físico porque no le perrnitfa rea- mecanismos de defensa. Estos son operaciones tendientes a que la ,.
flnn.¡¡r. rn sentimiento de superioridad lo mismo hacía con su hija por conciencia no se entere de algo doloroso -represión, negación, pro-
' ~~
>:~
¡'
no ser ést:-i. la más bella o_ la más inteligente, y por no permitirle yección, etc.-. Calman la ansiedad del saber consciente pero al no
!¡' .:j.
P,fi consecuencia ubicarse como la madre que era superior a las demás modificar la causa que la determina, el retomo de lo excluido cons- t
p f~
por tener una hij a hermosa y brillante. 7 Odiaba también a su marido tituye una amenaza perpetua. Como los mecanismos de defensa ope- ~ -~
'.
porque tampoco le posibilitaba mantener el sentimiento de ser la es- i; 1·
ran gracias a la separación entre la conciencia y el inconsciente y a .;
ti
pos~ de aquel que es superior a los demás . estas instancias se las representa en una metáfora espacial estando la L'
primera arriba y el segundo abajo, se ha acuñado la expresión esci- .. •:
'·'
'· l·
sión horizontal para describir su acción. .\
" fa más riguroso en estos casos hablar de catectizació n narcisista del pensa-
miento en vez de erotización del pensamiento pues no ha acer erogeno sen-
O Consideramos conveniente que se vea a manera de introducción a lo que si·
sual directo, sino nardsista, es decir de reconocimiento y v orac1on por el ¡,'
gue el capítulo "La renegación. La defensa frente a la angustia y la represión".
otro.
7 La hija como posesión narcisista del yo. Véase el apartado "El sistema nar·
(partes 1 y II) de nuestro libro Introducción al estudio de las perversiones. don-
de fundamentamos la· diferencia entre mecanismos de defensa y defensa en ge- 1 h.
cisist!I in tra ps íq uico" . neral.
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Pero el psiquismo tiene a su alcance otras operaciones defensivas
tendientes a evitar el displacer además de mantener inconscien tes las ción de cie1io contacto con la realidad. Pero toda la el ínica psicoat1'.1-
representaciones que produjesen ese estado afectivo: es capaz de evi- lítica nos muestra otra modalidad que posee mucha más tra~cendt.-1<
tar el encuentro con la situación temida, o modificar las representa- cia: la .prod~cción_ de f~a~ías}nconsci~J~ss¡ue siIY~IL.par.:uorrtrn·
ciones angustiosas á. través de otras representaciones que la contra- rrestar otras fantasías también inconscientes . El ejemploprntotÍ¡·kl.
rresten. ei la ecuación feiichis-falo, que-sa- -tealiza-en.eD~.:_g,i'~iJs
Supongamos para iniciar la clarificación de esta diferenciación a IaCual se intenta contrarrestar otra fantasía también inco11sc;ern c:-
que estamos proponiendo el caso de alguien que siente displacer, sin Tad.e la castración . - i
saberlo, en el encuentro con las personas. Cada vez que se halla en Y si una fantasía inconsciente es capaz de tranquilizar con rr.:spe1 -
presencia de los demás experimenta desasosiego, y esto es esencial to a otra fantaSz'a también inconsciente, resulta claro que el saiJe1
para lo que venimos sosteniendo, del que ni siquiera se da cuenta. consciente no constituye la principal fuente de angustia, por lo que 1
Sea la causa de este estado que en la oscuridad de su inconsciente 1 los mecanismos de defensa que conspiran para que la conciencw no )
se sienta amenazado por la fantasía de ser atacado corporalmente, se entere son sólo un sector restringido de las defensas. ·
sea que espera la crítica -sufrimiento narcisista-, lo cierto es que el Sin lugar a dudas el impacto que produjo una parte ele la obr
. o:f'l freudiana, la división entre conciencia e inconsciente, actúa hac1encL

estt·s\'\'\)
contacto con los demás pasa inconscientemente a ser evitado, bus-
cándose actividades solitarias y produciéndose un retiro tranquiliza- pasar a un segundo plano -verdadera contracatexis- t0do un seclof
dor. Ahora bien, esta evitación del encuentro con lo temido ¿es pa- teórico que impregnan los escritos que van desde "Estudios sol.m:
ra que la conciencia no se entere o para que el displacer experimen- la histeria" hasta la "Escisión del yo en el proceso defensivo ' : lit t':lfÍS-
tado no se desarrolle? Evidentemente esto último, para que no sur- 1 tencia de producciones que en el inconsciente buscan modificHr d
'1.' ja una angustia que incluso puede no estar ligada con un objeto en .__ .Lo .,fiO...s d~e otras creencias también inconscientes. ·----·
la conciencia. "\}O ~ . La ex¡5tiCaCiüñ que da Freud de los srntomas e-S· que tienen un sig·
ú..:/_
~~
!•
,1
n
Pasemos ahora a un ejemplo clásico de evitación, el de Juanito
con respecto al caballo. La evitación se produce a posteriori de que
.!!, nificado, pero ¿para quién , para la conciencia, o más bien para el in·
conseiente? La respuesta en Freud no deja lugar a dudas: el sfotoma
el caballo se hubo convertido en objeto fobígeno , una vez que su re- aparece ante la conciencia pero su significado, que se le escapa, per·
presentación reemplazó a la del padre, es decir, cuando habían teni- tenece al inconsciente. Esto que por obvio parece innecesario repe-
do lugar la represión y el desplazamiento. O sea que como lo dejó tir tiene consecuencias decisivas.
bien establecido Freud, la evitación es consecuencia de la represión Tomemos a· manera de ejemplificación~timiento i.nl;ons-
y de que haya habido una sustitución de la representación del pa- ~n!e de c~a o, como prefiere llamarlo a veces Freud para zan3ar !a
dre por la del caballo. El miedo ha quedado fijado al caballo porque espinosa cuestión de si existen afectos inconscientes , la nectsidad in·
se huye de éste. El encuentro con el caballo no implicaría de por onsciente de castigo. Freud consigna que en esas condiciones la
sí un levantamiento de la represión :en ese encuentro no se le apa- persona padece de síntomas que en la conciencia son considerados
rece como amenazante la figura del padre- sino que origina el surgi- como enfermedades o como accidentes, pero cuyo significado es tl
miento de la angustia por el significado inconsciente que posee . castigo por algo que el sujeto reprueba de sí mismo y que tampoco
La evitación del caballo no aumenta, por lo tanto, el desconoci- está en conocimiento de ello. El sujeto por poseer determinadas fan·
miento consciente de la verdadera causa de la angustia -el padre-. tasías hostiles, de las que no tiene el menor atisbo en su conciencia,
No es un mecanismo de defensa en sentido estricto, y sin embargo
está defendiendo del surgimiento de la angustia al no exponer al su-
jeto a la presencia de las condiciones que la harían emerger.
Hasta aquí nos hemos mantenido en el terreno en que la defen-
--
sufre accidentes, no progresa en el tratamiento -reacción ternpeuiica
negativa-, padece enfe1111edades, fracasa al triunfar, fenóme nos rndci»
ellos que en el inconsciente tienen el significado de- castigo.
O sea que por no tolerarse en el inconsciente la cuT pa que p10Jh-
-
sa frente a la angustia se produce por el medio más simple, la evita- ce determinado tipo de impulsos también inconscientes se i<< i1de11 ·
ta mitigar mediante situaciones que perjudic.an. El signij!ciido in
128
j :•f)
ronscieute de detenninadas conductas contrarresta otras creencias duos siente n una angustia insoportable y producen síntomas y otros
i,·,: e nsc ie11 tes. ne>? Nuevamente encontramos la respuesta en la modificación que
Um1 explicación similar da Freud para los rit uales obsesivos desta- hubieran podido sufrir las ideas reprimidas. No es la fuerza de la cen-
·1;1 do que si bien aparecen como carentes de sentido para la concien- ,, sura, existencia de un gran dique, lo que detiene el paso de la angu4- .
~i<;, o justificados mediante racionalizaciones, para el inconsciente / tia a la conciencia sino las propiedades de lo reprimido. ~ 1
• i0i1rn el significado ele precauciones contra determinadas tendencias · Si algunas escuelas psicoanalíticas, por ejemplo la kleiniana, dej · - ·
i1mbién i.nconscientes . Es decir que algo que en la conciencia no se ron de hacer hincapié en analizar primero las defensas es porque cap, '
,1.be que pueda ocunir, para que no suceda detem1ina el desarrollo taron que frente a fantasías inconscientes angustiosas se podrían de-' ·
de fanta sías, de las que tampoco se tiene conciencia, que serían ca- ( sarrollar fantasías inconscientes que tuvieran carácter compensato- .
mccs de impedir lo tcnüdo. El sujeto no sabe ni lo que teme ni tam- \ rio . ':
1,oco que r;on el ritual que a su conciencia le parece desprovisto de sen- · Estas fantasías inconscientes no son mecanismos de defensa en el
tido, estaría reasegurándose. sentido de impedir el paso a la conciencia, aunque sí defensas en la
Si 1'1s medidas prccauto1ias calman la angustia, aunque sea transi- medida en que contrarrestan la angustia.9 (' /. • ,..
}'-"V\- ,V.~HA) 1'r\.L-
ívri;1111cntc, no es obviamente por su significado consciente sino por
' i nco11s<. ie ute . .1 aimí.s se podrá entender cómo una idea consciente
n•. de ser capaz de contrarrestar una il1consciente si ésta se halla en 11'\r'A
oí 10 ámbito, regida por leyes diferentes de organización, y con res- la lógñca del inconsciente
,icdo a la cual el psicoanálisis ha .demostrado que la idea consciente
10 J..wnc la menor posibilidad de ser dominante. Ahora bien , ¿cómo se concilia el sostener que determinadas ideas in- ,,
l~
?ero l:o1s medidas precautorias que F reud desctibe en sus artícu- conscientes sean capaces de modificar a otras, e incluso de contra- ·•·
is s<Jbrc ;·obias y obsesiones no son la única forma de confrarres- rrestarlas, con la tesis de que en el inconsciente no existe contradic- .' !:-
u ol.r,o desagradable para el sujeto. Cuando Freud plantea la anula- ción, que las ideas antitéticas pueden coexistir unas junto a otras sin
161 r.n el capítulo VI de "Inhibición, Síntoma y Angustia", aporta )?

•m ¡:i::iradip,ma notable. Recordemos brevemente su esencia: para el


9 El cuestio namiento de la noción de un sujeto unificado y dueño consciente
•;1.1jr i.o algo ha or.uniclo en su fantasía, como por ejemplo la muerte de sus acciones ha sido llevado al extremo de descartar totalmente la idea de la . ~
•'
de nn ser querido, a consecuencia de un deseo -omnipotencia del . existencia de núcleos en la organización de la personalidad que orientan el pen- :~
¡;rns:un.iento-. A continuación realiza una acción cuyo significado es samiento y la acción hacia metas deseadas, entre ellas la de no sufrir. A esta al- ' '
~,

r 1.rnd11c •r J.;1 creencia inconsciente de que lo primero no ha ocurrido. tura del co nocimiento es posible, con abundantes ejemplos, establecer lo si·
1 guiente: 1~ ..:'
.3i me diante un tic , un movimiento de la mano, un soplido que en
1) Algu nos pensamientos, sentimientos, acciones pueden ser ·producidos
~la concirncia aparecen como puro acto casual pero que en el incons-
por efecto de procesos en que el psiquismo no tiene aquéllos como meta hacia
1rrntr tj('JlP [1 Sentido SC logra adquirir la Creencia de anular algo, los cuales se dirige. La operatoria inconsciente es capaz de generar consecuen·
\ c.1 porquP una idea consciente es capaz de modificar a otra.
cias no buscadas, aun en el caso de que estas sean repetitivas, de igual manera
Frc ud habló . de represión exitosa para señalar qué en algunos que la ocurrencia periódica de crisis volcánicas se puede explicar por el man· é~· ¡
"·asos a pc;élr ele que lo reprimido quedaba en el inconsciente no h a- tenimiento de procesos que conducen a un estado fmal similar, la erupción. "
l i{'l prorluc;r,ión de angustia o de síntomas. Lo esencial de la diferen- Nos encontramos aq uí con una causalidad no intencional, como por ejemplo " ~~

1·ü1 Pntre 1.1na represión exitosa y otra que no lo es no radica en que


fa ¡.irimcra cxch1yc todo de la conciencia mientras que en la segun-
sucede con la operatoria del significante y la producción de significación.
2) Algunos pensamientos, sentimientos, acciones son alcanzados porque se
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da alg0 se esc;ipa, sino en que falta cierta transformación que su- ·encuentran como metas hacia las cuales se tiende y qu~ terminan poniendo en
marcha un proceso que concluiría en ellas. Es una causalidad teleológica : el
fre Ja idea reprimida. Tomando un ejemplo universal, el del complejo ;,·,
r11; c:istración , si todos lo tienen reprimido, ¿por qué algunos indivi-
fin organiza los pasos previos. Esta causalidad teleológica rige tanto para la
conciencia como para el inconsciente.
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influirse mutuamente? En el artículo que publicamos sobre el in- necen reprimidas y por lo tanto no pueden hacerse consciemes"
consciente en la Enciclopedia de Psiquiatría, 1 0 mostramos cómo en (subrayado nuestro).
Freud lo reprimido no era homogéneo, que si bien podía funcionar Estos derivados del inconsciente, y la palabra derivados aquí tie-
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"'·" con ausencia de contradicción y no respetando las leyes de la lógica ne el significado de algo que procede de un sistema aunque ya lh>
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también podría hacerlo teniendo en cuenta estas últimas. esté en él, Freud los ubica en este a1iículo en el preconscieme 1n1;

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En el capítulo VI del trabajo "Lo inconsciente"' Freud inicia una
revisión de la metapsicología de "La interpretación de los suefíos"
acerca de la diferencia entre el inconsciente, el preconsciente, y la
\ diante el recurso de establecer una censura entre el preconscie nte y
\ la conciencia. Sin embargo en "El Yo y el Ello" Freud vLtelve a to·
', mar la posición de que todo lo reprimido pertenece aJ sistema in
tk .J¡p,,,; ',; conciencia. El cambio es tan importante que Freud considera con- . consciente, y que desde el punto de vista dinámico hay a) un úllico
Ji
~i veniente hacer una larga aclaración sobre el mismo: "El estudio de ) inconsciente, aun cuando descripiivamente pueda haber un incon~ ..
los derivados del inconsciente desilusionarán completamente nues- J ciente reprimido y un inconsciente latente; b) un preconscieme y
~·~
tras expectativas de una tajante distinción esquemática entre los dos c) un tercer inconsciente que no es reprimido ni preconsciente y sü1
~~ sistemas psíquicos. Esto hará sin duda surgir insatisfacción con nues- ( embargo es incapaz de conciencia. 1 2
,.. ) tros resultados y será usado probablemente para arrojar dudas sobre '. Pero lo impo1tante no es si suscribimos ía solución del arl ículo de
el valor de la fonna en que hemos dividido los procesos psíquicos. \ "Lo inconsciente" para ubicar en el preconsciente algo que es inca -
"' Nuestra respuesta es, sin embargo, que no tenemos otro objetivo que paz de devenir consciente, algo que está reprimido, o si , como en d
trasladar a la teoría los resultados de la observación, y negamos que artículo sobre el yo y el ello, Jo colocamos en el inconscie nte siste·
~· ; haya alguna obligación por nuestra parte de alcanzar en un primer mático. Tanto en una como en otra opción lo decisivo es que para
intento una teoría bien redondeada, que se recomiende a sí misma Freud lo que no puede hacerse consciente, lo reprimido , puede eswr
,, por su simplicidad. Nosotros defenderemos las complicaciones de altamente organizado, libre de contradicción y funcionar de acuerdo
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nuestra teoría en la medida en que ella satisfaga los resultados de la
observación ... " 1 1
con las leyes del proceso secundario.
Por otra parte, no sólo lo reprimido puede pasar a füncionar de
Y después de esta introducción en la que reconoce que va a pro- acuerdo con las leyes del proceso secundario sino que Freud va a
1
poner un cambio sobre una formulación previa, Freud esc1ibe: "En- mostrar cómo lo consciente puede hacerlo de acuerdo con las leyes
tre los derivados de los impulsos pulsionales inconscientes de la clase del proceso primario, lo que ya había enunciado en el párrafo final
que hemos descripto, hay algunos que reúnen caracteres de una natu- del capítulo V de "Lo inconsciente", cuando sostenía: "más aún eu
raleza opuesta. Por un lado están altamente organizados, libres de au- los seres humanos debemos estar preparados para encontrar posibles
tocontradicción, han hecho uso de cada adquisición del sistema cons- condiciones patológicas bajo las cuales los dos sistemas alterar, o
ciente, y difícilmente serían diferenciables en nuestro juicio de las aun intercambian tanto su contenido corno sus caracierística:s", • 3
formaciones de tal sistema. Por otra parte son inconscientes eincapa- entendiéndose por características la forma de organiza¡ esos coniv
ces de hacerse conscientes. Por lo tanto, cualitativamente pertenecen nidos o sea las propiedades dei proceso prin1ario y del proceso secun·
al sistema preconsciente, pero de hecho al inconsciente. Su origen es dario.
lo que decide su destino ... De tal naturaleza son aquellas fantasías de Con esto Freud hacía concordar la teoría con lo que él gustab<,
la gente normal, así como las de los neuróticos, que hemos reconoci- llamar "los datos de nuestra observación". En efecto, una cantidad
do como estadios previos en la formación de los sueños y de los sín- de descubrimientos freudianos no encajaban en la teoriza ció 11 uc éJ.llt
tomas y las cuales, a pesar de su alto grado de organización, pe1ma- todo lo reprimido estaba exento de contrad)cción, no se regía por la:
leyes de la lógica, y que los contrarios podían coexistir sin influirse.
1 o G. Vidal, H. Bleichmar, R. Usandivaras, Enciclopedia de psiquiatría, Ei
12 S. Freud, "El yo y el ello", St . Ed., vol. XDC, p.18.
Ateneo, Buenos Aires, 1977.
11 S. Freud, "Lo inconsciente'; St. Ed., vol. XIV, p. 190. 13 S. rreud, "Lo inconsciente", St. Ed., vol. XIV, p. 189.

132 l.J~¡
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n rsla ~1lu .i c10!1 se encontraba t oda la dinámica edípica en la que flicto entre dos impulsos opuestos de aproximadamente igual mag-
e,c desea como objeto de amor a uno de Jos progenitores pero para nitud ... " 1 s·
alcanzar t<il fin es necesario desembarazarse del otro. La lógica es de Es decir, hay una representación de un conflicto que está por fuera
,}Jl')Sición: o y o o el otro. Si no exist iera con tradicción. no sería in- de ía conciencia, t eniendo ésta como única función la de racionali-
clispcnsablr librarse del otro, no habría rival, el otro y el sujeto po- zarlo. Si subrayamos representación de un conflicto es porque indica
drían po seer al objeto de amor sin estorbarse . El deseo de muerte ca- que Freu cl no sólo dice que por fuera de la conciencia, en lo repri-
rcccri<; de sustentación. Freud lo dice reite rada mente: el deseo de mido, hay conflicto sino que además, en el dominio mismo en donde
1nucrtc inconsciente, cuya sola mención a Ja conciencia del paciente existe, se produce una representación ele aquél.
por p~rlc del analista origina los más tenaces rechazos, deriva de Creemos que seguir sosteniendo simplemente que en el incons-
lrn deseo. el de poseer al objeto edípico incestuoso. Son dos deseos ciente no hay contradicción resulta de una insuficiente profundiza-
q11c se ;ut icu lan de acuerdo con la más estricta lógica . ción en la complejidad del pensamiento freudiano, de haberse toma-
Fn el mismo orden de cosas el deseo de muerte del rival edípico do un punto aislado de la teorización que se convertía en atractivo
r•.rncra culpa inconsciente, hace sentir que se es malo con el ser arna- por la simplificación que proponía. El inconscien_te,¿m cambio, fun-
rh, 'l''C sr lo pierde por atacarlo . Si no exist iera contradicción po- :;.jona CQ.ILllna lógica polivalente : en aigunas circunstancias puede ha-
lría desearse Ja muerte y este deseo coexistir con el amor sin in- cerlo sin ajustarse al principio de no contrad1cc10n y en otras la rcs-
fluirse mut uamente, sin crearse el conflicto de ambivalencia incons- p~
<C......-,

ciente . Frcud afirma sin dejar lugar a dudas que este conflicto de am- Cuando su funcionamiento se rige por la combinatoria de las re-
IJivalencia ocurre en el inconsciente: "En la melancolía, de acuerdo presentaciones consideradas como impresiones sensoriales, es decir,
con cs ío. innumerables luchas aisladas se desarrollan sobre el objeto, significantes, independientemente de su significado es evidente, ca-
·'1 bs cuales el amor y el odio luchan el uno con el otro: el uno bus- si tautológico, que la contradicción no será tenida en cuenta. Don-
ca cks!igar la libido del objeto, el otro mantener la posición de la li- de el significado no cuenta mal podría haber oposición entre éstos. ·-:;
L11do rq co ntra del asalto. La ubicación de estas luchas aisladas no Pero si las representaciones se organizan sobre ia base de una ope-
·.(
f'U< tic asign arse a ningún sistema sino al inconsciente, la región ele las ratoria del significado la contradicción es posible, como veremos {,

l111rll ns m ném.icas de cosas, contrastando con las calex.is de pala- más adelante cuando nos detengamos en el estudio del papel del
' i
hrJ". 1 4 significado en el inconsciente.
Pero co 1110 se podría argumentar que Freud está hacie ndo acá una A su vez la conciencia, que habitualmente se atiene al principio i.

de no contradicción, también puede transgredirlo. Ya en el caso del


·.·· '
111rr3 me tHo ra al decir que el amor y el od io lu chan ent re s í, que es- ..,
tr> no im plica oposición para el inconsciente, que en éste habría sim- hombre de las ratas había destacado Freud que en la conciencia el '·,
<..·
plemc11te dos deseos ele sentido co ntrario que buscan cada uno su paciente creía que el padre estaba muerto pero simultáneamente no
';:iti~fa cción por su cuenta , sin tener nada que ver el uno con el otro, creía, esperando su reaparición. Estarnos en el terreno de lo que lue-
''
qt1crc111os ci tar un pasaje ctel Homb re ele las Ratas qu e señala cuál es go llamaría la escisión del yo.
l~ posiciól' ele Frcucl al respecto, cómo entendía la pugna entre im- Por o tra parte en el contenido manifiesto de los sueños , en el más
plllsos contrapuestos: "Actos compuls ivos corno éste, en dos tiem- puro dominio de la conciencia del soñante, alguien que el soñante
'"¡ t
pos, Je los cuales el segundo neutraliza al primero, so n una típica sabe que está muerto, sin embargo aparece dotado de la posibilidad
"curre ncia en la neurosis obsesiva . La conciencia del paciente natu - ele hablar, sin que esto llame obligatoriamente la atención en el mis-
mo momen to en que el sue ño tiene lugar. d
ralmente los interpreta erróneamente y provee un co njunto de moti-
Todo lo anterior evidencia que cuando Freud planteó que el in- ,.
·:os secu nda rios para ciar cuenta ele ellos -en sintesis los racionaliza-. / ! ~
Psrn su vrr daclera significación está en la representación el e un con- consciente 110 respetar ía la contradicción y en cambio el precons-
~!
15
!4 S. Frc ucl, "Duelo y melan colía", St. fal., vol. XIV, p. 256. S. Frc ttd , "Un caso de neurosis obsesiva", St. Ed., vol. X, p. 192.

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..... ciente y la conciencia sí lo harían, en realidad estaba marcando una Ahora bien, esos significados ¿pueden estar en el inconsc1en~¡;
~-:·~~ . tendencia general a regirse por uno u otro tipo de lógica pero no una junto a los significantes con los que se articulan?
cotTelación absoluta, como explícitamente lo aclara en las citas del Creemos que la respuesta freudiana es categórica en cu;rnto aur-
.r
1 ~· trabajo "Lo,iri.conscien_te ", citas que transcribimos más arriba. Ade- ma que esto sí sucede, y no depende de una u otra fr ase que pcda-
:'° ' '
más, ¡en qué situación delicada quedarían los analistas que defien- ny ·s ~ncontrar aludiendo al problema: en toda su obrn, en todos los
-'. : den teóricam ent~ que en el inconsciente no hay contradicción y lue- historiales, lo- reprimidr. cGf!ode siempre en ideas, o sea co11j1111rr:
r<~ '.+:· '
1
i!
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go en su práctica clínica interpretan que las conductas de sus pacien-
¡: tes tienen un significado inconsciente que contrarresta, o cambia de- significante-sig.
11ifiá1do
~ otra paiie, que. podría
¿cómo a... la ·c·· oncien·c
haber· iaincompatibilidad
. le
. 1.·esu. !tan dis¡·1·lo·l· . w'.1p.s
en·.e1tre (1n:. .
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... :~Y:!'.~·
~j,r
~.·;·
;.¡ terminadas fantasías inconscientes! En esa misma práctica clínica
-~--- ~~...~~
- =-"""'=..-=~.-~ - ~-==---=· ""'"---~ ..
re presentaClOll y mra, Íncompatibi!idad que cietermi.na que \l l1 d . de ·''
•• •

'• la noción de conflicto inconsciente permanece como una constante ellas quéde reel uídá eñ el incónsCiente si
nosefralase deó'püSic¿si'i'r
.! ' que la organiza . entre significados? E'ntre los 'significantes, pt!ra
forma, n-(, -é:S posible
é'Sinncom¡)ati6iltt!ad, s·o]o b combinación. La coi1úadíccíaj:i'é'S'i)ilva- J.
ti~sentido: ·b te oda freuctlana rretcMff]cfo-carecetia -de. l azón
de ser, as'ícomo la teoría de la represión , si se pretendiera hüce1 de-
:• La gramática del inconsciente saparecer el significado del iJ1.consciente. El ü1co;1sciente dinámico
·,
'I
: ~
no existiría entonces.
!. El apartado anterior nos conduce a otro e uív Habiendo nosotros contestado afinnativ"jnente a b pn:gLt 11ta
\ ·~
teoriza en la actuáli a e inconsciente freudiano . Se cree ver en él acerca de si e] inconsciente es un si~'::>ma en a11e el significad o es pane
exclusivamente un encadenamiento s1gmf1cante , es decir signiñ- de él, y no cabiendo duda de que no son significados conge lados., t.,
cantes cuya orga·niZación -forma de combinarse- al no depender del táticos, que una . ez que llegan a este dominio por influ cncii.! d< 1:

':.~·';A~ .
si]ñificado tendría lugar exclusivamente por similrtud formal en su represión no variarán -el inconsciente no es un depósito sino lill<i

1t ~~f' •:·
~·r .~ . : ..
t

~ materialidad, O por contigüidad de OCUlTencia temporal.
- No cabe duda y basta recordar "La interpretación de los sue-
estructura productiva-, entonces ¿cómo se produce el movimiento de
modificación, de creación de significados en el inconscie11 le7 1 J<;g,a·
1
ños", "Psicopatología de la vida cotidiana", " El chiste", y lo que mos así al problema de la primacía del significante. En los úlr imo:;
reencontramos continuamente en la clínica , para comprobar que el afios se ha repetido tanto la expresión primacía ele! significante c¡uc 1
juego del significante es capaz, al poner en relación significad os 1 6 ya no se piensa en sus alca!lces pues tiene el grado de VC'rd.id que
que esos significantes tienen abrochados, de crear nuevos significa- deriva de la cotidianidad, a la que nunca se interroga sino que se: !.i
dos. Pero si esto sí sucede es precisamente porque el encuentro de acepta como natural.
un significado con otro es lo decisivo en la creación de un nuevo sig- Para ver si esta formulación responde a la rcalid:.td lin gúísticd de í
nificado. Jamás el significante, no sentido por excelencia, tendría inconsciente debernos ser cuidadosos del alc<rnce qüe o torgarnO$ al
la facultad de producir algo que se halla en un orden que le es total- ténnino primacía. Si con ello >e quiere cl ccjr que en al gun <,s circu:is·
mente extraño. Sólo el significado puede originar al significado. 1 7
el uno sin el otro. Un significante s iJ1 signi ficado es si mplem en te L<J objcic I'
l6 Cuando hablamo s de significantes y significados vamos más allá ele la pcla- pero no significa: un significado sin significante es ind ecible, impc·•:s;,bk. ~.> i1
bra como unidad del discurso, dado que la significación no queda delimitada inexistente". (Siglo XXI, Buenos Ai.rcs, 1974 , p. 122 .) Est o es, p;)f otra ¡mee
en el interior de aquélla. lo que en el campo del psicoan?Jisis hizo q ue Laplanchc y Lcd aisc ei: su (l.<'\Í-
l 7 Que significante y significado sean separables, y resulta indispensable-hacer- cuJo sobre el inconscit:nte objetasen la posición de Poli tzc; , q uien p. oporn¡¡ ~1
lo, no debe hacer perder de vista su obligada presuposición recíproca. Es lo tender el inconsciente 110 corno un sistema sin o co mo el sen li cio de :a~ 11Jf1c::•I'•·
que sostienen Ducrot y Todorov en el Diccionario Enciclopédico de las Cien - tes que están en la conciencia. Por el contrJ.rio el in conscienlc frcud1:1110 >o>-
cias del Lenguaje: "el significado, (:!iremos tautológicament e, no existe fuera tiencn Laplanche y Lcdaire con rnzón, es un discurso co n sus signiiic::.iit._::; y
de su relación con el significante -ni antes, ni desp ués, ni en otra parte-; un mis- significados. (Laplanchc y Lcclaire, "L'inconscient: Une ét ud ,· p,;y el"Jmilyti ·
mo gesto crea el significante y el significado, conceptos que son inconcebibles que", VI Colloque de Bonncval, p. 96.)

136 13
t1ncias las combinacio nes fo m131cs del significante por similit ud en inserta. Por ello los significantes de cualquier autor se deben leer
' US rasgos materiales o por contigü idad témpora-espacial ponen en dentro de su marco conceptual.1 9
"llti\ct0 signifi cados que no guardan relación en tre sí y que en este 1
\ Con to do se podría argumentar ~el encuentro entre si_gnif~ca­
ncucnfro de significad os se genera una nueva significación, enton- dos sobre la base de las relaciones que eXIStan entre ellos, la combi-
r> no c;1bc dud a de q ue para esa circunstancia exi ste primacía del n~~ignificado -significado, tiene lugar exclusivamente en~~
1gnific;intc. Pero seam os más precisos aún: primacía de la condi- éünSciente o en la conciencia, y gue en el inconsciente en cambio,_s_e_

~
.1011 -cualidades del significante- que hace entrar en relación a los \ CluC!fi'.a po;: las cu alida<:!_~e su sigruficante,__Para demostrar que
1puji'cados. O sea, prim acía de la arti culación entre significantes \ •¡ -e-s·así1éimerñoi_._c_QJJ1,QJ,n 9del91ª_ansieq<!_d de .c_as_tración-y-e6me-se---·--
1 'f rnbrc la articulación entre significados . ( ga a e ll~o ce so s que Freud ha ubicado claramente en el incon,,s- .
ffro si con primacía se pretende afi mur que lo ún ico que acerca \ oo~yno en el in"consC1eñfü Cleffflpfi.VüsüiüeñelSistemático-~~n-_ -
•los sigili.ficados es la cont igüidad t ém po ra -espacial o la similitud \...._ JO'-re¡?ñffiídO-:--Freua se ha ocupado de demostrar que si el n.ino cree
·. ·' lc-ri;1.l de sus signi fi cantes , n uestra posición sólo puede se r de < qúe puede ·ser castrado esto no sucede por la sola ocurrencia de una\
'' rstionarnirn t o . Apelaremos para apoyarnos a la lingüística mo - amenaza ext erna, la qu e ni siquiera es indispensable que haya existi- /
krna 1 8 y a la el ínica freudiana. do . Si llega a la conclusión de que puede perder el pene, y es una , /
~¡ estudio de la significación muestra que las palabras son polisé- conclusión en el sentido de ser el resultado de un proceso del juicio, ¡/
1111cas: 11n mismo significante colocado en otro contexto de signifi- es porque ha creído previamente que todos los nifios tienen pene , es
¡1ción adq11ie re un valor diferente . El sign ificado ele una frase no decir, lo que se ha llamado la prerrúsa universal del pene. ·
stá en 11 ingú n significante en particular sino en la fo rm a en que se Cuando después comprueba que las mujeres no lo tienen, y no es
' )1rt1culan los significantes y significados en la cadena, de tcrminán- indispe nsable, aunque ayuda, que llegue a esto por la observación di-
t··
\ .rlnse mutuamente los significados posib les. Inclusive, si se trascien- recta pues basta g_ue la palabra del otro lo introduzca a la diferencia ,'i·:

I ·l•' ~l límite ele la frase, el sentido ele un texto no se encuentra en nin- de lossexos,cua:i1do arrib-ª-'ª---e_s1a..cre,w_cja~1i9rei-encrrentrCJeñt~ ,..
guna frase en particular sino en la articulac ión de los diferentes sen- ,...y -la=co-iwi.g;~~evi¡uie_que...tod~ro 1uce un efecto
tidos de éstas. Y todo un texto adquiere sentido si se lo pone en rela- ·~~ · se le im one la conclusión de ue si 1 ~--.-- ~
-~·~
ción con otro tex to . lo..._ · - · porque o han perdid_Q¡ y que por lo tanto él se halla en
Para tomar un solo ejemplo , si cuando en un texto fre udiano en- peligro. La premisa universal de la existencia del pene es la condiciürl ·'·

contramos la palabra sexualidad la entendemos en un se ntido dife - estructu ral que en rreociapa[ece-pOslfülifüñcttrta angusti~a.:-­
rente del uso corriente es porque se la liga con el concept o de deseo , clo n·,- m áS:}lllrdetap_Qy...o-qu€--pUeaa:n__o~er circunstancias-d~~=.la ·vi_-~ •, .,. ~-

C--..,.,...,,,,,--~...-:- ... . - · · - - - ~
•nn el de "otro", con el ele intersubj etividad, con el de pulsión , con da del s~~to -l,ln~ofe.rida,_p~jemplo - .
,·¡:
el de zonas erógenas , es decir , por la trama concep tual en la que está ·- Taarticulación de significados en el incoilSCíeñte aparece · así, en . .·.. ' ~ ~

la Cüncé pcion fre"ü"ffianá;:__pifü!uqencfo efectos de s1gñífiCaCím.f"sitü=-- - .,¡


aOSTienen- pe i1é-ySÍalgunos ..mi.~-]e_jcue(do" con esta preÍnisa-lo te:
"ñían no lo presentan, entonces es porq-ue lo hari perdiao . - .. ( •\.:

h
1" Desde la apar ic ión en l 966 de los trabajos de A. J. Grei mas (Semán tica es- .:'.~··:.
- u ete ngamonos en un aspecfOCre- e-str operatoria--queFreud le '
1mct11ra/) y de T. Todo rov (lni,estigaciones semánticas) , pasan do po r la po lé-
•mca entre Cho rn sky y sus d iscípu los cread ores de la se mántica ge nerativa en at ribu ye al inconsciente . Todos: cuantificador universal que no es
- ~· ,: ..... ~.; ;
la ckcada del 70, la se mánt ica ha recu perado en las ciencias del hombre, el lu- sólo un signifi cante sino una aseveración en el plano del significa- .,
~ ;.,
i;a r del que hab ía sido inadecu adam ente desalojada. Produ c to de esa revalo ri- do co n que se agrupan elementos. Es un concepto , una generaliza-
1;H·ión son trabajos co1110 el d e O. Ducrot , Dire et ne pas dire, 1-lcrman n , Pa- ción que o rganiza la percepción de objetos .:imágenes de diverso h
-1· .•

~,¡: i,l
' 15. 1972, o el es tud io qu e este mismo autor realiza en " Woc utoire e t pcrfor-
·n;¡lif" (agregado a la segunda ed ición ele 1980 ele su libro más arri ba mcn-
cion;1do) Véase lambi6n ele A. J. Greimas y J. Courtes, Sém iotique. Diction- 19 Cada vez qu e nos re fir amos a significado debe de entendérselo entonces
míre raison11é de la th éorie rlu lan¡;agc , Hachetle , París, 1979. corno el pe rteneciente no a la palabra aislada sino al discurso.

.{
' ~ ·;
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t · ~Eo: Yi§11ales, acústicas, táctiles, etc. Es decir, una i;u:.ue.ha..Jllás _d_~_ guir a los defensores:-d~-la ..pi:imacia-d~h,'>i.Jsfi'ificante _~ ~uquellos ejem.
·' c9mo el plano del significado no es irrelevant~
1 I.?@0.riVIJégradOs~J1ir1=@1~do,JLa,xa apÓyaise y colo carnos as:
i \ 1 · Y si hemos elegido la angustia de castración para mostrar cómo la ~12.J.L!2.Qfilción aparentemente_más...ad.versa .p_a rEjg gy_e_;;_o.stenemu':.
1
coordinación de significados era capaz de por sí de producir efectos Tomemos el olvido de Signorelli en la introducción de " Psicopaloio-
de significación fue para colocarnos en el ejemplo aparentemente gía de la vida cotidiana". Si se obse rva el diagrama con que Frcul
más favorable para los partidarios de la primacía absoluta del sig- ilustra el olvido de Signorelli se comprueba que no deja lugar a du-
·,...
~-

nificante. En efecto, ¿no es acaso el pene 20 una imagen para los das: en la base del olvido están, como dice textualmente, "pcn.;1-
sentidos, visual, táctil, cinestésica que puede actuar como rasgo di- mientos reprimidos" sobre "sexualidad y mue1ie ". Porque esos pen

):~ ~;~~~: ;:
~ !,.~ . ,lt(,~-..:.·
1
ferencial? Claro que sí ~o gue el pene lo -~nQ~.i.!l<Ecl\_ Precisa-
1~ algo so .~~~te:'lo g_].!e lleva a la conclusiÓ1:U~~,_quej~j)i;i~~
samiento_s reptimidos ~e -'.1iga~SQll~el significante Signorel.li.. éste cat.
en el olvido. O sea gue~el s1gnif1cado ·'muerte y sexualidad" es el ,,ue
-· -
~:L. qe¿~~~1! combjrla1_9riib.has.a.dEJm..fillS.P.mPJ~ dades rrgt~_riaks, --~- ~~--~-- -·" ·- . ~- ~-·- ~
actúa sobre el significante~""FHar..Gá. . olch_g~tE1EIU.Jlé!.l11J.Q....SU-deSJJno
fc.it.,~~~~;: ; ¡ ;. con algún otro e. ¡~
. . 2e.~n._!,o_ c~11-~l qu fE._gua~~e YI'l!l .re. lación p()r semeja1.1: ";~qui liay que distinguir dos cuestio~-es: a) el punto "cié inicio del
l· V~1l1;:~ 1·
,; i: ·-.'.f''.'I: .: t .. za formal o contigüidad téJE2oro-e~acia]. Pel ra~~~fja·ausen­ proceso, aquello que lo im pulsa; b) cuáles son las vías poi las ql'-~ se
. . . : ', •·¡ éífSepüana también con~luir _q u_e, es_t_a ili_t_ima ÍJ'l}Qli_C<.a._j.Q_lam<e.n.!e quy alcanza una determinada vinculación entre representacionts.
erpene no está. Pero si el~e no esté gueda CO!l,9,!!.Q.~é!..iQ~.9!!lS."~' Lo que origina todo son los pensamientos de "sexualidad y 111uc1-
que se lo ña perdido por castración es po1que ese significante :Pl!JJL.. te" y la angustia que surge al entrar en intercambio con orcos signifi·
imagen- es captado en un ~sonceptt;al de sign~doL2 1 Más ca dos en la malla conceptual del psiquismo. Es decir, la angustia surgG
claramente, el oraen ~era-significado, la forma en que se articulan por relación entre significados.
·: éstos, actúa sobre el significante y es el que les otorga un sentido a El camino recorrido que termina enlazando a Signol'elb con !1~
l (su presencia o ausencia. ideas de "sexualidad y mue1ie " se realiza a través de los significan-
'.; Podríamos elegir, para continuar apoyando nuestra tesis, los in- tes Herr y Herzegovina. Estos están relacionados con las iJeas rcpri-
.. . numerables ejemplos freudianos en qu~ del encuentro d~os _ signi· !lEdas no por algún @o Cie relaciónconceptLl¡j'j -.cte-sigruficacío. si.1Ó
: : ficados surge un tercero, pero ya hemos dicho gue preferimos se-
-~ e= ·~ -- - ~
P'2ESl}l~ B~r aparece Hl2L.Sil11P.!.Llüñ"flgüíclacCenfa· fraseq uc s·= le d ¡_
iige al médico: "Seño L(Ji~¿qué se pi:iecte·decir?-Si-él pudiera ser
20 Hablamos de pene y no de falo para destacar que deseamos mantenernos salvado sé que usted lo habría salvado". Es decir, en este pi'irntr esla-
.
en el terreno del objeto anatómico, perceptual. con material de rasgo dife-
rí!ncial en el sentido en que la lingüística utilizó el concepto de fonema.
bón que va desde las ideas reprimidas hasta Signorelli, el significa rne
Hen-, que se refiere a la persona del médico, por estar aJ comienzo df
21 Se podría objetar que el pene no es un significante, que es el falo el que ,...--- una frase que habla de la muerte puede rener el poder de evocarla, de
posee esta cualidad. Pero el pene en tanto imagen es un significante también, /
en el sentido más riguroso de materialidad sensible a ser captada por .lo s Ór· f .• 11 (i;,//J / d
. pasar a representarla . Igualm ente el significante Herzegovuta, lugar

1\
ganos sensoriales, que es la acepción que da Lacan en "La instancia de la Le·\\ ('1" /
• ~ tra". E..11: este texto caracteriza al significante como unidades a las ue, ara\"
(• pr~cisaJ.,..se....o@.pa de amar fonemas, de acuerdo con la lingiililli:a-/Eciits~-- •·

i

ficado que se les pudiera atribuir. Es la respuesta, por otra parte, qu~ dan los
p. 501). Y pocas páginas después al hablar de la estructura del sueño dice: lacanianos a aquellos que suponiendo pueden colocarlo> en aprieto, les pr~:
"Lo cual se refiere a la instancia en el sueño de esa misma estructura lite· guntan cómo concilian su punto de vista que sostiene que el in.::ofüdenk
~~icho de otr.a..manefil,f-Gnem~ ~.:~~JJ:mta~~ét está formado por significantes con la tesis de Frcud de qu e en el bicons·
<Signi:11eante... discurso. Tal como las figuras no naturales del barco sobre ciente hay solamente representaciones de cosas mientras que las re¡nescntacio 1' \
el e¡a o o el hombre con cabeza de coma expresamente evocadas por ncs de palabras estarían en el preconsciente. La_1espuesta lacaniai]•i, c;otll'Jc ·1- 1 ·
Freud, las if!1ágenes del sueño no han de retenerse si no es por su valor de sig- te dentro de su teoría, es que l~[Qru:maLen·.:enQc.om.ciei:LfÜs.iáñ :LiJ1 p0.- "' 1 1'
nificante" (Ecrits, p. 510). O sea gue si bien para Lacan el significante lingliís- váloi . s1gñiliCañ~,_i~íeili!d~~.Jnª1exia! ,-¡.~ns~.·
..J:·s.. . ·s. ·.,..,.es.. d\~ciLCQi ll\J.
·(c···o.s.» y \
tico, fonemático, es el sigñiTI.cante por excéTeñCiaesto=ñ·o ·qu1ta que exfiend·a íIBqlóTsüS!gñíííCac.lo.-De esta ma:ner~ en e_l jn~Q.!J~l!LJ;.,.p.Qgi'ÚJJia ~c2 3ign.ili· i
la denominación de significante pai:a denominar la imagen, siempre que ésta cá'.ll::!~- lirrgüi'sficos gue no.iw•UL1lil lah r..as,.si_µ.m...(l.stQ.-se-entiendcki.t¡uc .,,,.JQ.
se combine como unidades discretas independientemente de cualguier signi- época de freud el término designaba: unidades con significado.
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1
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donde vivían aquellos que en el diálogo tenían ideas tan particulares se e~~sig!!!fi.c~~q-~~~r:iglido. Si ha m a.tesis con-
rf'Jcre11tcs a la sexualidad y a la muerte, queda con ést as ligado . \', tra-la que combate F reud en~e la vida co "~
es- ia- creqUeella sus ocurre · de similica n:
.,;~Ot<;·,;g~\Ík•'1!UUi>J"'-"":aow do sonhdo """º, otrns sigJ>i· 'X.
Hasta a~1í nos encontramos en el terreno en que el encadena-

l)ca_nt!:~P~~razones :Q.e contigüi<lJ/. Pero en el ·esfal:ión que va ae . l~causá


da', ufüca:ndo en los s· '
del t rastorno. _§osten_e !
__
~
prjmacía a,bmluta del si nific -
t~ es una recafrla en la tesis qpe Ereud refütaba.2 3
A!
1 ~~
l lcrr a Signorelli ya no eda~relaci' formal entre ellos o su contigüi-
dad lo que los relaciona. Lo que vincula Herr y Signor (fragmento de El énfasis en el encadenamiento significante hizo que aquellos que
'51gnorelli) es que cada uno de ellos es la traducción -palabra em plea- retomaron el ejemplo de Signorelli sufrieran el efecto de desconoci-
)\~ por Freud- del otro , porque ambos remite n a un mismo significa- miento que tiene t oda Gestalt que organiza la captación de algo
do Ls sólo el significado compartido lo que acerca a estos significan- mientras que ocult a lo que se vería si se modificase la perspectiva
/es que .fl~era de aquél no poseen ningún tipo de relación formal o de . desde la cual se mira. Dejaron de ver lo que también estaba=-
\te.: el juego del significáCio, su-art-iculación sobre la base de re acwnes
"()///igü idad. En este pa.~o del proceso psíquico el significado toma
¡¡n111ac/a sobre el significante X origina qye és tps va~edar in-
l1<olu/llcmc11fe ligados. ==>rf2fNJ.A!ULl úiJlt Ct.1.d
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/ldesenticio.=---
-- -- .
23 . Por otra parte 1 los 9ue reivindican el jue~e! significante como el gran_
FI ejemplo de Signorellí es notable en cuanto pre n a comple - descubrimiento freudiano, no reparan en ue 'Freud lo tomó de la psicolo~
•d.id del modelo freudiano de articulación entre el significante y el déTa epoca, como füen se ocu o e señalar a articularlo c el é0--
;ignif1cado: en ocasiones.1 ti!.i.!J1acia_de.Ja co.i~1binatoria_só.br.e-1a....b~as.e 9iE_fo ere m o c ,g pn 1md o ..En el capítulo tan poco leído sobre la litera-
Ir 1as propieclaclés Tór1nalc_?_~_~!2._ignifis_a.nte x.J?.ro<;lu~Lón de si.gn!fi- tura científica en la " Int erpretación de los sueños" Freud cita el trabajo de
7¡ ·<~
Maury de 1878. Dice : " Maury da dos excelentes ejemplos de sus propios sue- 1
Jdo. En otras:-J-irimaCiá-de la articulación del significado e imp ron- ños en los cuales las imágenes del sueño se ligan úrúcamente a través de una si-
}'

1¡1 sobrce l-slgrrifrcante:-----·---------·-.- - - - - militud ~n ~l sonido de las palabras. El una vez soñó que estaba en una peregri-
1
...
11 peso aeJ s1gnrficado lo destaca Freud con todas sus letras en la nación (pélerinage) a Jerusalén o a la Meca. Después de muchas aventuras se
··,.
•'l)nclusió n que obtiene del ejemplo de Signore lli : "está, sin emb argo, encuentra 'visitando a Pelletier, el químico, quien después de cierta conversa- ...,. ~

ción le da a él una pala (pelle) de zinc; en la parte siguiente del sueño se trans-
l:.1 profun da pregunta de si una asociación externa como ésta puede
n realmente una condición suficiente para la perturbación del nom-
forma en una gran espada de hoja ancha". A continuación Freud cita el segun- ~. ~.; ..
do sueño de Maury en que éste muestra que lo que organiza al sueño es el paso
nrc perd ido por parte de los elementos reprimidos, si no se req uiere de kilómetro a kilogramo, luego a la isla de Gilolo, a la flor de /opelia, al gene- .... ··;._ .. ;
una 111ás intima conexión entre los dos tópicos. En una observación ral López para terminar jugando un juego de lotería (lotto) (St. Ed., vol. IV,
upl'rftcial se estaría inclinado a rechazar esta ú ltima dema nda, y p. 59). '
Hf piar como suficiente una contigüidad temporal entre los dos,
24 Es aquí también el lugar donde resulta conveniente disipar otro equívoco.
un cuando los contenidos fueran completamente diferentes. En una Se ha equiparado el proceso de articulación entre representaciones al encad"l- '
~i ' . \~
11111estigación más profunda , sin embargo, se encuentra cada vez más fllim!eñto s1gñihcante. No toda ·vinculic10n entre representaciones que produee
frecuen temente que los dos elementos que están un idos po r u na aso- '¡)Ür la -Óperatoria de ·ra vinculación nuevas representaciones es exclusiva del sig- ;1 '' . .:··.:..•.,• ;.'!
1ación externa -yl--eierneia-t~eprim ido y el nuevo - poseen ad em ás al-
.~.
nificante. Más aún, si así lo fu era resultaría una redundancia utilizar la expre-
gL1~a con exión d'<¿_ contenid~,;"J, tal ~.cxión_!.s eñ~~?aü üe1;n~tra­ sión "encadenamiento significante" pues bastaría con el primer t érmino para
hacer innecesario el segundo . Si se dice encadenamiento sigrúficante es preci-
'
hlc cneiej_~,2~plo cfe-Signer-elli (subrayaao nucstro) .2 2 ,.
samente Pº!~~fe..ijJ1e füiY:. otrns tipo§ de encadenamientos po;¡F
.Q1ga1ñOS ádemás, y no es üñ- punfo aesüenable, que si toda la bl~f_~fasis en el si nificante en sicoanálisis surgió eri un Qlllenio- pa.i:.,
PsTcópatOiüg fade-·Ía vida cotidiana" se d1terenci<i::hlii_s_e.s11.1sli0s ticular del desarrollo del estructuralismo, cuan o a onología aparecía como ,.
asoc1aclo nistás de fin de siglo es porque para FfeUClno se t rata exch1 - ~!_~-d?riY:ilegia do... Pero si después hubo que desarrollar el análisis del diS-
s1vamcn fc.Ae _una mecá1Ll_9a ael Si[füf1cante, Síño que ?etrás de ésta - cfüso7C1e'"llnmunciación, de la semántica moderna, de la gramática de texto, .,
es decir, si se tuvo que ubicar la fonología como un modelo de análisis estruc-
turalista ·pero que no recubr ía, ni mucho menos, la lingüística ¿por qué los ~

2?. St. Fd .. vol. VI, p. 6 :;


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El lector puede preguntarse a esta altura acerca del porqué de
nuestra insistencia en otorgar al encadenamiento significado-signifi-
! taba siempre de aquellos con los que tenía una relación cercana, bási-
camente de trabajo, y que habían dado muestra de apreciarla . J\J unca
llegaba a estar segura de la baltad de esos conocidos y te nía que co-
' ..
~ ";:.~: :
' '41·. •.

n cado un status en el inconsciente que no sea inferior al del signifi- rroborar obsesivamente que la continuaban valorando y necesitando.
.-:~;ir~< ·,
cante. l';io_.ie trata úni.Qamente de corre_gir l.o~.1;1,:!:IJI ~~ri'. En síntesis, un episodio de la vida de los padres, a través del rela·
H
to mítico de éStos, había dado lugar a una creencia general: "aqud
l .;:>J[,~/: zación absolutizante para Rr.Q oner un modelo que satisfaga más los
hechos, smo que . e acuerdo con la po'Sición ciúe
se aooptecfel-!Viiií" que aparece como cercano y apreciándote en un momento detenni
· Jñipói'tañtescon'set:u-e1Tcrtzs. - · -~=~= __ ---- ~ = nado te será desleal" . Los atributos que pe rmitían el encadenamien
:J.'.{#:;:} ~ "En primer lugar, para una teoría de las ideologías, éstas, conside- to entre las figuras del pasado y las nuevas nQ tenían que ver con una
~· 1,;,>r:.~¡· ,1;! radas como creencias colectivas o individuales, organizan el sentido analogía en el orden del significante, de la similitud física, de lo sen·
.....~:~:~ · 3.¡,
., que se otorga a todo aquello que hasta entrar en relación con ellas si ble, sino de lo conceptual: cualquier personaje siempre que fu~ra
;,t¡~¡¡~~: constituye simple dato-objeto, puro significante , de manera similar a conceptualizado como alguien con quien se trabaja (compañero-su·
lo que plantea Lévi-Strauss en El pensamiento salvaje que son las cio) se convertía en poco confiable.
.· ·:. l.. mil variedades de la vegetación en un bosque para un visitante occi- J;.,a cre!ncia gue..acabamos de121:tsentar no hubiera sidc suficic,1te
de ntal que nada sabe de sus usos. Las creencias de una ideología ge'. no
de por sí en la génesis~1L.§i "selllioleia articulado con
neran nuevas creencias el) una req creciente d~e inco~patibilid.~9~s y\
compatibilidades. :Jo;¿eLD
1
itA ~-Í' v~v~tt•J /(-vvQ,l1Lr>L[) )
f.1./.1
otras. Dúrante la infancia había vivictoeñ una casa alquila<l¡--súi
tt:iVlefan un contrato de locación. Esta era otra de las preocupaciones
que
Tomemos para ilustrar lo anVi:erior algunos ejen1plos en el campo de la familia ya que estaban continuamente pendientes de ser desalo
del psicoanálisis clínico, en el que las ideologías familiares repre - jados. La paciente adquirió la identidad en que se veía como uua in-
sentan un papel decisivo. Los mensajes parentales, enclavados en el quilina en vías de desalojo. Así pese a tener una excelente posición
inconsciente sin que el sujeto sepa de ellos hasta recuperarlos en el en una gran empresa que valoraba enormemente su trabajo, siemp1e
análisis, actúan como organizadores de los pensamientos ulteriores la sentía como transitoria y vivía asustada por la posibilidad de ser
. -í
,.
a la manera de una matriz generativa. Una paciente desde muy tem- despedida. La vivencia de los padres con relación a la vivienda había
j .<: prana edad fue adoctrinada por el padre acerca de la traición que és- servido para transmitir una fórmula general que funcionab a en el lll·
'
.. te había sufrido por parte de sus cuñados, los hermanos de la madre . consciente de la paciente: "tu posición, sea cual sea, es precaria y
Durante años el tema de la deslealtad impregnaba el diálogo entre los puedes perderla". Como consecuencia de la articulación entre l<ts
padres . En la paciente la creencia en la traición de los tíos se exten- dos creencias menciqnada'>-;-q~e tampoco surgieron desvincuíc.J .. s
dió más allá de la relación con éstos, tomando el carácter de premisa entre sí, llegaba a un~ creencia) básica : "tú eres débil, una especie
general con la cual captaba los nuevos vínculos en los que iba entran- de inquilina en la vida; tienerque hacer mérito para que los otroJ,
do. Incluso llegó a desarrollar un síntoma que fue uno de los motivos que además pueden ser .desleales, no te echen".
de consulta: sentía por detrás una sombra amenazante. Lo digno de La paciente se había íde~tificado además con una modalidad
destacar . es que los personajes que se convertían en persecutorios no familiar que la llevaba a tomf enorme cantidad de medidas precau-
consistían en figuras desconocidas -no presentaba, por ejemplo, te- torias para evitar que lo temi~o -perder la posición, ser traicionada ,
mor a ser asaltada pese a vivir en una zona peligrosa' sino que se tra- etc.- ocurriera. Pese a las mec\idas precautorias consistentes en pres·
tar servicios desmesurados a alquellos con los que trabajaba, que lle-
. )\ psicoanalistas Üenen q ne quedar enc.asillados en el uso de una lingii Ística del
pasado, aunque éste sea reciente? Aun cuando pudiera parecer demasiado du-
gaban ha,sta la obsecuencia, y \además a controlar de manera vigila n ..
te cualquier comunicación q11e pudiera establecerse entre aquellos
ro o audaz consideramos que la lingüística que está en juego en la obra laca- la paciente no lograba tranquilizarse. Le sucedía como en numerosos
niana es la del comienzo de la década del 50 cuando todavía Jos lingüistas re- casos de control obsesivo en qte se adquiere la convicción de que las
chazaban la inclusión de la semántica. Su desdén por ésta los deja sin sustento
para Ja aplicación de la lingüística a gran parte del psicoanálisis que tiene que catástrofes no suceden por las 1medidas precautorias. Continuamente
ver con el sentido que organiza la experiencia del sujeto. i --------
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•'stá n haciendo cosas para evitar que ocuiran otras que en realidad ja-
que surgiera en ella el impulso de hacerlo cuando la tenía en brazos
111Js tendrían lugar, con lo cual se convencen de que no sobrevienen
sino que pensaba que podría surgirle el impulso, que ella no se con-
no 1 lo que hacen para impedirlo. Esto determina que se sientan obli-
trolaría y que acabaría por arrojarla. Le bastaba que hubiera al-
1~ados cada vez más a continuar haciendo lo que ilusoriamente sería
guien presente, incluso un niño pequeño, para sentirse reasegurada
1qPcllo que impide lo temido .2s
A pesar del carácter fragmentario con que presentarnos este caso, de que no iba a ceder a sus impulsos.
El temor de que pudiera arrojar a la hija era tan intenso que hizo
p11es no es nuestro interés dar una visión completa del mismo, nos
colocar defensas metálicas en todas las ventanas, y llegó un momen-
~11ve para co mprobar cómo determinadas creencias -los otros son
to en que la entregó a su madre para que la cuidase porque ella no
tr:iicioncros; tu posición es insegura; tienes que hacer algo para evi-
se sentía suficientemente segura de no acabar por ser superada por
1r lo temido-, creencias que se encuentran obviamente al nivel del
su idea patológica.
~tgnificado, y que admiten relaciones con múltiples significantes que
El miedo apareció por primera vez a poco de nacer la hija cuando
·1ctú;rn para él como contraparte sensible,..son capaces de combinar-
el marido, que en su tiempo libre se dedicaba al tenis, durante una gi-
e si11 que en esa combinatoria el papel centra11oaeséñ1'"Peñen los· sig-
ra dejó la casa por un período de un mes y medio. Cuando el marido
nifiCantes. le comentó que iba a hacer este viaje ella se enojó y le arrojó una pie-
·-l'CHSáñtcs de seguir progresando en nuestras conclusiones, y so-
za de la vajilla que chocó contra una puerta, evidenciando esto para
bre todo en una particularización del estudio de la relación signifi-
la paciente que era capaz de querer matar a alguien.
1;;1c\o-~i¡wifi cado, demos otro ejemplo clínico que nos pem1itirá ver
La paciente recordaba exactamente el prin1er momento en que tu-
<.ornu la:<creencias se van articulando en una verdadera red ideológi-
vo la idea de matar a la hija: un seis de enero, días después que había
01 que es productora de nuevas creencias.
arrojado la vajilla. Hasta ese momento no había tenido en su vida un ~ r :· .. :.:-..
Lo que nos interesa destacar a la consideración del lector, y desde ._,,. '
episodio de neurosis sintomática, pero a partir del surginuento de la "~ ~ .: ¡
."!Sta perspectiva creemos se puede entender lo que sigue, e1.9ue de la
idea obsesiva aparece claramente algo que podemos calificar de neu-
com h if0_~Qr.ia_d_el_sig.uill.c.,1.do_q.u.e....tit:n.ei~ursos parciale.s l<LQ~.a · ~ ', :'
') rosis clínica.
o ria ·psíquica va~cicn...d.o_cJlll.clu.sio.ru:.s.,J.a.s_q..u.e....iLSJ.L'LeL.ru;t!!"ªp
/ El tratamiento se centró al comienzo en tratar de ver las motiva-
coi1ío prcmisasdc nl:!_evo~.~n..c.ild.e.namien.to.s...razona.n.t~2 6 en un flu- ,.,.
\ cioiíes~quepücfían emúr t!etras del síntoma. La p~iente empezó a
10 c0.i...r'.1c~ccondu;;i~.!,.Q.lalguie~te-~ =
( atar cabos, a aarse cuenta de que en muchós momentos deseó que la
Set rata de una mujer de alrededor de trinta años que acudió a la ) lujrrnilliera, como por ejemplo cuando estando embarazada, duran-
: ' l

rr)nsuita porq ue tenía miedo de arrojar a la hija por la ventana. No es

~
te un viaje en auto se le ocurrió la idea de que si el vehículo se movía ,._ l~ .;_·,

's La creencia en el poder del control era una co ncepción básica de la pacien·
te. así como lo es en cualquier obsesivo, y que va más allá de un tipo de eon-
mucho quizás abortara y entonces se vería libre de toda la complica-
" ción que s~gnificaba esa niña. Un poco más adelante se angustió an- .J
1
·;';?
~.·:
trril e n particular. Muchas veces se considera que en el obsesivo se establece te la posibilidad del parto y pensó nuevamente que si abortaba no
11na lécn ica de control específica para una ansiedad en particular -ejemplo: tendría que exponer su vida en él. Después que nació la hija, cuando
. . ... ;

·lavado comp•tlsivo de manos para controlar la contaminación-. En verdad si el marido le comunicó que se iba a ir de viaje, se le ocurrió que el ti
1 obsesivo puede desarrollar técnicas particulares es porque todas éstas se
~¡,oyan en el supuesto básico, verdadera premisa. de que si hace algo se evita·
mayor daño que le podía hacer era precisamente matar a la hija. ~~
·'

ra 10 temido. La tesis que exponemos se corrobora con el dato de que cuan- O sea que acá aparece algo que es clásico: detrás de algunas fobias
do están a nsio~os salen a hacer algo, cualquier cosa, aun cuando no exista un existe un deseo. Se teme precisamente lo deseado en la fantasía.
l.~

¡
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tipo de vínculo más o menos lógico entre lo que produce la ansiedad y lo que ~1ora bien, :!_pr<2.2)em=ªdllli! se plantea es el siguiente: el deseo de
se hace para co ntrarrestarla. muerte de la madre C.Qll.,.ill.Pecto a la hija es, 12rátticamente univer-
't
p.:i,;.i:~f ~
... ,
16 Aqu í ra7.ona nte no debe ser tomado en el sentido ele razonamiento de
sal. ¿En qué momento no se le ocurrió a alguna madre que mejor se ii·¡
acuerdo con las leyes de la lógica sino co mo proceso por el cual se obtienen
riíunese su descendiente? También es frecuente que algunas !Tladi;es
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conclusio ncs cuando entran en relación dos o más premisas. í


hayaE._gensado en abortar; y después nació un hijo, si¡:¡ ~lll:: diera lu .. '¡;
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.:•. : gar a un síntoma obsesivo . De modo que no se puede explicar la la posibilidad de que yo lo criticase. \
aparición= del temor obSeSfvo simplemente por el hecho de que hu- El padre introducía nuevamente un mito familiar: el de las furia~
·'..: '~~·:
< 1 . biera un deseo de muerte. Por ello en el tratamiento de esta pa- asesinas. Por supuesto que este mito familiar formaba parte de l!rt.<
.· .':'....
' ciente fue necesario ir- entrando en el develamiento de otros facto- necesidad psicológica del padre, que en realidad presentaba una cleb1·
:' res que pudieran explicar el temor de la paciente a que ella pudie- lidad extrema. Era un fóbico que prefería mostrarse como Ull asesi '
' ,ra matar a la hija. no en potencia. ·
'..; -
. Ya en las primeras sesiones del tratamiento la paciente me rela- En una oportunidad en que siendo pequeños la pacientt y su her
·,·_.·. /
1 • ~ ,· ~ / · tó que cuando ella y sus dos hermanos menores eran niños la madre mano se quedaron solos con el padre, el terror a ser muertos por éste
•<
:~ los corría por el patio de la casa y les decía: "Algún día va a ocu- fue tan intenso que colocaro n un ropero contra la puerta de la habi·
',-
•• •• '· ¡~4
'> . ...
.. rir aquí una desgracia", "algún día se me va a ir la mano". tación. Los deseos y temores eclípicos sostenían sin duela aquella
Estas frases le quedaron grabadas y le fueron dando la concep- creencia.
L~};f~f:fl
....~ ,{'<! ''·"' .
. i ción de que cuando una madre se enoja puede terminar matando Vamos viendo que la madre de la paciente introduce una conctp
. ~ i~"Í ~··::!~~· ;¡: :• a la hija, que una persona puede perder ti control de sus actos, ción y el padre refuerza el mito . Además el tema de la muerte sit:m
: ;;,,<f¡1.t-t:2· : i ~·· que éstos pueden ir más allá de la voluntad. pre estaba presente en la familia. El padre, fóbico severo, con defen·
,. >:-},,¡~:Uf~~
•.(\'~. ( ~··~:"
~·¡t v.to·
'· .:'.: La frase de la madre tiene dos elementos constituyentes: uno es sas obsesivas, lavaba las frutas y los tomates con agua y jabón y los
?·.,~ . ,l~,\,I ~~
'[.~ " ' "Algún día va a ocurrir una desgracia", implicando obviamente "te hacía cepillar. Estaba preocupado continuamente por la contamina:-
.'H.(·:< ·~ ; voy a matar"; y el segundo es: "No es que te voy a matar voluntaria- ción; no se podía poner el teléfono en el suelo porque si después lo
~ .: -~-~·:,? mente, se me va a ir la mano", como si la mano cobrase autonomía, colocaban sobre la mesa la contaminaría. Cuando comían no debían
v
¡
con lo cual la paciente fue construyendo dentro de su psiquismo tocar los dientes con los cubiertos para no hacer ruido . Continua·
que era factible la fantasía de la pérdida de control voluntario y del mente pensaba que se podía morir de cáncer, tomaba una serie d(
ttutomatismo de la mano y del cuerpo con respecto al propio sujeto. precauciones y estaba muy atento a las noticias de los diaiios sobre
El otro aspecto interesante es que la madre al decirle "algún día" el descubrimiento de nuevos factores que tuvieran relación con d
·:'i¡ ·:-:.
ubicaba el peligro en el futuro. Es algo que podría llegar a ocurrir ·"' ,~ cáncer.
y que creaba una expectativa ansiosa. Era una amenaza que pendíá En una entrevista familiar la madre le dijo a la paciente cuan<lo
continuamente y que tenía más efecto todavía que si la madr~ le ,.. · ésta le formuló una crítica: "no me arranques los ojos, eres muy
hubiera dicho "te mato", pues esta frase hubiera quedado desdlifi- /; ' ' agresiva, en ti no se puede confiar para nada." Recalcó "'eres muy
cada automáticamente por el hecho de que la experiencia demoJtra- ~ ¡. · ~. ~ agresiva", simplemente porque la hija la había criticado destacan ..
ba que no se concretaba; ~ientras que si uno anuncia algo_q11e...Jl¡¡_~ ..:r, LJ do algo que tampoco era excesivamente grave . Además la frase:
"ocurrir en el futuro siempre exi_ste la posibilidad de que suceda. y si . v~JJ "en ti no se puede confiar para nada" va induciendo la idea de que
se da un plazo que deja abierta esta posibilidad para siempre no hay ' es una persona de la cual se puede esperar cualquie r cosa. O sea que
experiencia en la realidad que pueda refutar la fantasía. la imagen de sí que la paciente tiene inoculada desde niña está basada
La concepción- de la madre de que cuando alguien se enoja con en que es agresiva y no confiable.
otro puede matarlo había sido reforzada por el padre . . .É~_iliª t.eni~ además una ru.12t.u..ra_1Jll!Y_P-arti-ºilla.LG0n !a ref
Durante el tratamiento realicé algunas entrevistas familiares lidad : cuando los hijos eran pequeños, si la madre se enoj¡¡__ba se 9__gos:
que fueron importantes para comprender los síntomas. faoaeñ el suelo y se hacía pasar _Ror muert_~y ·ª1:!.f.!9Ue los hijQS pe.n
En una de las entrevistas el padre dijo que había estado en una saban que la madre les esta-ba rriientie.ndo, tenían -dudas de si real-
cola y un individuo trató de ocupar un puesto que no le correspon- iriente--se había muerto o no:=-ne· é'Si:a forma se-creaban dos-realida
día, y agregó : "Casi le doy una trompada y lo mato", con lo que qui- de·S:--úna, que la mad~-;;5t;b;~;ue·rt~pe ro óff!_que·les <leda que rn1
so darme una muestra de su poder, de su violencia. Esto lo había di- ~os!iñoer~De modo que ha~ñá:Ci:eencia que est;re·n -con:
cho en un momento de la sesión en que el padre estaba asustado por traposición con otra, a la que sin embargo no logra anular co111plet&-

148 l .!~C)
1

to a la realidad, con autosugestionabilida.d, con la temática de la


ll!en tc. Esl o produce una grave perturbación al nivel del pensamien- muerte.
1.o. De termina que no se puedá confiar en aquello que se está pensan· · Ahora bien, teniendo en cuenta la diferencia entre un carácter fó-
io porque los datos de la realidad pueden refutar lo que uno piensa,· bico-0bsesivo y una neurosis declarada tenemos que hacer la siguien-
;i su vez Jo que se percibe como realidad puede ser refutado por el te reflexión: la influencia de la fanUlia permite explicar la construc·
prnsa mient o. Se crea un nivel de duda constante de la capacidad de ción en la paciente de una determinada estructura de personalidad,
¡icnsar la realidad. Por ello habían fracasado tratamientos previos ¿pero por qué no hizo ella antes una neurosis obsesiva? ¿Qué es lo
que inte ntaban reasegurarla conscientemente. En esta familia había que actuó en el momento en que se desencadenó el episodio neuró·
11n<1 mist ificación de la experiencia en la que también colaboraba el tico?
p<1clre, q uien en una oportunidad en que la madre se fue de la casa Aparecen dos circunstancias que en la paciente tienen importan-
¡1 or tres días dijo que estaba internada en un sanatorio, enferma por cia, una es su casamiento y la otra es el nacimiento de su hija. La pa-
! 1~;
\os disgustos que le habían dado las hijas. Lq interesante de eso era ciente se casa y ello provoca una alteración notable del equilibrio fa.
q11<' los hij os no lo creían, y el padre entonces los regañó diciéndoles: miliar: el padre comienza a sentirse viejo, lo que se acentúa cuando
'cómo que no me creen", con lo cual los cofocó en la sit uación de la paciente tiene una hija; ya es abuelo. Entonces se produce en el
que:' si no le creían eran malos hijos pero si lo hacían alteraban su padre un incremento del temor a morirse. El tema de la muerte co·
~1ma t. o lógico. Los hijos !!l!UQ.Jlegar.on....a....creerle,_p..2!,._CJ,Q,JJ.9_tu,v.ie.:_ rnienza a ser cada vez más relevante dentro de la familia, y se va
ron una perturbaCloñtotal del sentido__gela--realiaaEh·pero-lo,·que-s·Í creando un clima progresivamente centrado alrededor de aquél.
c¡uccló en.\a-paCieriteTüe}a~duda s~bJe_.s._g§ _p_r,qpjª~J!furm1.i::iQl1.,~~,,g~a Por otro lado la madre pierde por el casamiento la relación estre-
·caiiC!ad.- ·· ----------~ -~- · cha con la hija, quien hasta ese momento actuaba como amortigua-
¡~ ·-~E~.~~sg~~_:.~~ta?a su ~ropio pe~sami~nto J&._c.,,QW.o..J'la.hlaJ1e.c;_4<;>~ dor entre el padre y ella. La paciente había desempeñado hasta ese
~,. ~~.:.,,,c.c:.:1__e~ pe~!añTI~:r!lu Gef !.~~}:._~<illf~p_m.s_fil?.ltJ:!Ue ~.Q.
..;.
momento un papel de intermediaria, de acompañante de la madre, "
j 1nal ar1aycro..i:i<~J>CJ.Cf.í.feTiaFC6!'!vel!<::Jda al resEecto. frente a una situación de gran tensión en la pareja parental. La madre
· Dho facto r-importante era el lenguaje expresivo de la madre, que de la paciente siente entonces que le falta algo, pero luego empieza a ·~ í
<•trnpab a ve rdaderamente al interlocutor hasta dejarlo como hipnoti- reconciliarse con el casamiento a través de la idea de que por lo me-
zado. La madre contaba cualquier experiencia cotidiana creando un nos va a tener una nieta, que podrá desempeñar un rol equivalente .! '·~ .~~J~l·' ~
clima en do nde el oyente era totalmente paralizado dentro del relato ?i
dentro de su pareja. El deseo de criar a la nieta para volver a poseer ;\ ;,
dram::ít ico . Era evidentemente una técnica de dominación a través una acompañante es tan intenso que comienza ·a introducir inseguri· !
.¡4;;
1

~
(\('[ rc lélto y que favorecía todos los procesos de inducción y de iden· dad en la hija sobre su capacidad de ser una madre que cuide, cen lo 1 ~
1ificación pro yectiva. cual hay un factor preseme en esta familia, ya no solamente una es· f ¡
Lo inte resante de todo esto es que cuando la paciente se plantea tructuia del pasado que se activa sino algo actual que es la actitud de
:¡. ·

l<i idea de que podría arrojar a su hija por la ventana, empieza a ver la madre que genera creencias en el psiquismo de la paciente, las que
.- ¿

la situación con enorme dramatismo, imaginándose a la hija cayéndo- ,~·_·~ r;·


al articularse con otras aumentan los temores y las dudas sobre sí mis· ~~
~c por !;1 ventana, estrellándose, etc .. !?_~.l:s? de~p¿i;QJÚ.~1119 s]...c.,m.a· ma.
l)a. 1.~!l. ~f9_1lfü'Lü~\!ll~..!.1i!Ii~-~o~<:>__a_poco la fue atra~§-E.s!.Q,J.Q_bre . :.f:,.., J ~
El segundo aspecto consiste en que al nacer la hija la paciente que- " .~ "
Ja verosimilitud de es_L§i!:..uación, tal como la madre podía atrapar
_, ..----- -· ·--------------.- -·----n-· ..,. . . ,_ .
\-~l_SlL!~cJat9~_!,.a_p_<JF)§J1te. eJ:ét..una rel~_tora cautivante para e a mis·
da ubicada como madre, y como tiene la imagen de que una madre
t',,;;:~ ;
puede ser asesina, ella como madre puede potencialmente sedo. El
ma. nacimiento de la hija la identifica con su prop~a madre y le otorga . •\ ,\'
17 amos viendo hasta ahora que en la paciente se fue creando una los atributos de ésta. ·
cstrnctura co mpleja de creencias donde muchos factores se combina- Además , si no sabe cuidar a la hija, si tiene deseos de muerte, si
ron para posibil itar una estru ctura fóbica-obsesiva, con dudas respec- duda de poder controlarse, el ser madre actúa como una condición
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que permite organizar toda ia estructura . Es como el núcleo de pre-
;5.~·~J .:.;\ ~~ ' cipitación en un cristal. También es digno de consignarse que la pa- produciendo, por identificación, una regla básica de funcionaini,m - l\1
~..-..; ... .1.-
ciente piense que si ella fue capaz de arrojar la vajilla contra el ma- to: el se~tirse persegui.dora en vez de pe~seguida, mec~nism o bas1an- 1.\

¡~ te conocido que consiste en que uno mISmo no considera que iL:>Jle ~


~· ~.i;;;t:;~: . : ¡ ':
rido podrá arrojar a la hija por la ventana.
Existe un tercer áspecto que es el papel que desempeña el marido miedo sino que sería el otro el que corre el riesgo.

{~rff;\ig·
~ : Esto permite comprender por qué la paciente comenzó a étrne·¡
.i de la paciente. El podría haber desempeñado el papel de contra-fóbi-
,\
¡ .'" ....
~l co y haberla equilibrado, pero en vez de esto cuando a la paciente se por la hija. Dado que la paciente se encontró ante una sítuació11 ~n
1;':\.,'.).':'<-'¡\ •. . , \; le despertó el odio y la rabia contra él por su abandono, él le decía: que se sintió desprotegida , separada de una familia simbiótica, cor1 ei
.iY.;:;q..
Ll~d:rk;. ,\ !..
., ¡
; 1 ·i' "Eres
. una loca". Esto con . el sentido de "cómo te descontrolas"
marido en el exterior, con temor ala muerte en el patio, entonces 1~s·
?...· ¡Ji;;'«'I •~"·
·¡;\'~; '>ti .
j·· ·~ .,
: ··
{. •
. -por
de
lo
que
de
ella
la vajilla-, pero
verdaderamente
la paciente lo tomaba como confirmación
podía perder la cordura. En su psiquismo
te mecanisp10 de transformación operó sintiendo que no era ella si.ir0
otra persona -la hija- la que corría riesgos.
lC~ ~· :· «!• ' '•,.> En el tratamiento hubo dos circunstancias que pennitieron, <I m
I · '¡ entró a funcionar la premisa "estás loca", con todas sus consecuen-
cias. modo de ver, otorgar validez 11 esta hipótesis. En una oportunidad tu ·
Ahora bien, con todo, es legítimo preguntarse por qué el temor vo pérdidas menstruales que se prolongaron durante cierto tiempo y
"r de la paciente es a arrojar a la hija por la ventana. Lo dicho hasta aquí que le produjeron miedo de padecer de c.áncer. Soñó entonces c¡ue
permite ir entendiendo el temor a matar a la hija,..,¿~r<? Qlfé h~~~ la hija tenía una hemorragia y corría peligro.
·,
--ªParecer precisamente el temor a arrojarla por la ventana? - La situación fue muy ilustrativa porque ella venía hablando :>esióJ
- Aparece aqu1 el 1uego del significante que, insertándose en el sis- tras sesión de esa pérdida sanguínea, de que no se animal;¡¡ a ir al gi
't.'·

.......": ·
tema ideológico de la paciente, le da un sesgo que lo precipita en la necólogo porque le podían descubir un cáncer, y en detenninad o
forma que adopta el síntoma. El análisis de algunos sueños condu- momento ella sueña angustiadamente que la hija tiene una hemorra-
. f. jo a la conclusión de que la paciente había hecho una ecuación entre gia, que corre peligro, y que ella la tiene que ayudar.2 7

tt1~#f
1 :;-agirurventilnii=f>Gr~y abortQ-caer _Eor la ventana por el otro, Otra circunstancia que pem1itió ver cómo la paciente transforma-
lde modo g_ue abortar era precipitarse por la-veñtana,~ída que ya no ba la condición de sentirse ella en peligro de modo que éste pasarn n
resultaba espontánea sino motivacta-p1:;rta"máñóq\iITepUeCre-ií'', existir imaginariamente para otra persona, fue el nacimiento de un<i
"trque detemunaba la ruja que"""T'se pueaeifºTapuraañ'ifó-gíaeñtre segunda hija. La paciente, al amamantar, tuvo una lesión en el pezó11
vagina y ventanacomo- aberturas en la su erficie de un cuerpo o edi- y durante varios días habló del temor de lo que le podía pasar. Esta-
IC)O mas un examen gmeco ógico que se le ruzo a a pacíenteeñel ba enormemente angustiada, cuando por fin vino un día y me dije
qm se la mir6~a vagina :Como s1 fuera una ventana-, favo- "Sabe doctor, ayer se me ocurrió, y me angustió muchís.irno, cuando
r~cier~ que ambas repfüsentac1ones quedasen eñlazadas.:eP..~E~ r_~ le fui a dar de mamar a mi nena pensé: ¿y si le muerdo eJ dedo
f~r gue la s1mílítuülle los s1gruhcantes verbales v~n~: gordo del JJie Y..§! lo arr~?" El ejemplo esreaimerite noTii6Té 1)ol--
ñil" or sim le similicadencia -similar cadencia trisilábica y presencia queellaestaba angustiada 12orToCiue le e§tªb.íl.Rasando·a-su pÚón.
.~ va-ve junto a una última sílaba idéntica-, pudo haber~resentaqo Teñía como idea la existen_cia de una boca qu;;J;uerde , -una boca
no ecibió prueba durante las Sesiones, aunque obviamente no es po- que ataca, la hija que la puede atacai· y lastimar ~ enfónces elfa
~---~ ~. ---- -
A medida que el análisis progresaba los datos permitían ir cons-
truyendo una estructura compleja. Dentro de los factores debemos 2 7 Acá J_e c!isP.,2ne de una situación muy e~H.CiQUal,_pru:q.u.e_se.p.rJ.se.1; d u~li<
mencionar que la paciente tenía tendencia a ubicar sus propios mie- no t§Ons!Ulido añartuaei'SUefloSiñó(füese sabe que la paci~~ P!J<.11.l!!l.'l~l~te
dos en los demás, al igual que el padre, a quien, ·aunque era un fóbi- t¡fníía J'.2!~gQ.,J!parece un sueño en~q);l~..Ji.~.:::ill5i~.fif.fü.~it_'1.~<;;i§n . Estas
son las circunstancias que permiten estudiar los mecanismos de transfonnadÓ ü
co, le gustaba presentarse a sí mismo como un personaje agresivo, que ocurren en los sueños. Aquí se presentó precisamente una co11dición .:qu.i-
como alguien que era capaz de atacar y destruir a los otros. Esto fue valente a los sueños experimentales que proporcionan una metodología de i.;Ó-
mo obtener una corroboración en áreas que son tan oscuras y problemáticas,

152
15J
\ i -
-----~::~
ra11>f0 nna esa situación. en otrn.a través de la idea obs~siva, arr~n-\{~
;irle el dedo gordo del pie a la hij a haciendo la sunb olizac1on pezon- l~
de
(~amientos, pero esto es sobre todo evidente en cuanto a Ja signifi-
cac1úrrd castigo que tiene. En efecto la anticipación de u _ vó-
mito conducirá a perder peso, e eza a no ser atractiva · ara nadie
dedo gord o del pie . '
no--está en e or en e . o mmeaiatamente sensible -del sjgnificanw-
El c ~so clínico prese ntado sólo agrega una corroboración más a lo
srnó: de un verdadero encadenamiento de sentido: yómjtq pmduce
que co nstantemen te muestra la clínica psicoanalítica: el significado
ei{~en~ , éste arruina la belleza, y luego pérdida de arn;?"
le un.a palabra, de una fra se, de un segmento amplio de discurso evo-
·a otro por similitud semántica, el que a su vez puede relacionarse
s"éi'bre Url supuestÓ que actua COl110 premisa de UD r azonami@Rte. SC"
quiere
. .., , - - sólo a las que son bellas , Si no lo es, entonces nadie la qU.!.:
cri n un tercero para generar un nuevo sentido , el que por el juego del ~ ~

rra .
igni fi cante de alguna de sus palabras o incluso de la cadencia de la
~'"'""ruda la teoría psicoanalítica sobre la necesidad de castigo corno
rra'c o de la for ma sintáctica se desliza hacia un nuevo sentido total-
capaz de dar lugar a conductas complejas que conducen a ·mitigar el
.11cntc inesperado, el que a su ve z vuelve a repetir, en un incesante
sentimiento de culpa se basa en que el psiqui.srno inconsciente sea
--..,

J.
movim iento, el encadenamiento de significados y significante s. Es
capaz de realizar juicios de inferencia , de presuposición, es decir
!1 rrr/ icu lación de la operatoria de las creencias con la operatoria del
1

de encadenamiento entre los contenidos -significados- de proposi-


.:1glllfican1c.
ciones .
t n algu nos t ramos el proceso se aj usta a la ló gi ca, como cuando
Si el inconsciente fuera un sistema regido ~oi' las leyes de
1111 mensaje mate rno de la fonna " los homb res sólo piensan en apro-
corno.inatoria del significante -en sus aspectos fonnales o de conti-
ver liarse de las mujeres" detennin a que la h ija se aproxime con des-
gU:[oao:e"ntonces la trama conceptual de las ideologías no tendría
' onfi;:inza a cualqüier hom bre, o al articularse con otro enunciado
!has valor para crear sentido que el que derivaría del jy_ego de_ r
del tipo "tengo deseos sexuales" pasa a concluir que " el hombre se
va a aprovechar de mí'', lo que tem1ina inhibiendo el deseo para que
ci_ci~[.' Incluso la motivación inconsciente o, en el orden social, ~
Tatuñcionalidad histórica que sostiene a las ideologías otorgándo- 1
qucllo no ocurra. Encadenami e :lltJJ..tg.tJll!.-~~e~~scatJl-
les un sentido carecería de fundamento, ya que el azar de la con- ' ~.:t r
do deJa_reprosión-á'.-.'.tra.v.é.s. de ·ií:n lent roceso analítico , prueba de
tigüidad o de la similitud de las formas significante_s .sería, en últi- 11 .
r¡•;~ ng__J2-c_ttene§.....ll-J-J2 reco nscien , az s1ern r c o.ns~
ma insta_ncia lo que determinaría su evolución. et> •flll. 11u~@~f,(¡(;¡1t1!!°i.JI ._. :·, ¡
riente con la única condición de apo rta r cate xis de a tem.Q.!.l,..l>iRo~ªI
Pasem os ahora a una segunda consecuencia que tiene en el camp5' - - ~
1nr óñScTéirte en el sentido más rig uroso del t énnino .2 8
del psicoanálisis la estructura que atribuyamos al inconsciente. Si el
.')1 se tom a el sentido que F re ud atri5 uyÓ a los síntomas, se com-
1rud'" que siempre incluye en su causa razonam ientos re p1imidos.
nrél tomar un solo ejemplo, los vómitos pueden ser causados por el
significado es totalmente secundario, si lo que cuenta es el juego daj__
síg1úficante, entonces el campo de lectura psicoanalítica se reg~-,. ~.I i.'\li .
·,( f.l, · '

rá a aquellos puntos privilegiados en donde haya o~ 1:- ~ - ., ~ ·:


rlesco de la paciente de verse emb arazada , y al mism o tiempo si vo-
c~Ifte~1evada hasta S_US Ultimas COnsecu_~Jl_Cias esta actitud metodo ~ ~
mita entonces " ella estará embarazada y perderá su belleza y ya no
lógica conduce a una téci:üca,,..Ja :liicaniana, en gu~ la 1~€iQn:
)

f><'riÍ alrnctiva para nadie. Por lo tan to el se nti do del síntoma es un .' 1
ffili01ana ·en cua11!5Ldevelarniento del sentido* queda exch1jdJL ~ ~'
''H <'ontr~dict ori o de realización ele deseos" .2 9 ,.. ~ \ ·:.i. : .. '
aunºlo que Freud denominó construcciones. ..
~I doble 3.S.Q_ccto_q11.e _freud. Qlorg¡;¡ ª-~.~torna ~~![s:~ ~'
~c~!1!ª 1!ºs m_¡ís ortodoxos corno J.A,_Miller3o llegan a obj~: •• 1 .;.!:, ;
n Fn otros tra mo s la operatoria de las creencias inco nscientes im plica tanta s -:,·· · ..
* No usamo s sentido de acuerdo con la semántica lacaniana, en la que el tér- . ·1
,r,111s11:•~~ i o n cs
a las Ley es de la lógica corno Jo m uestra la d escri pción d e las
mino se ntido es cq uivalc nte a no sentido, y diferent;e de significación. Prefe- ,· ::~ -. ·:·i '
1·•.mntcs del .<ofisma, o los juicios "equivocados" de los ni ños, q ue Piagc l es-
tu<J;a. h1 es te sentido el psicoanalista, por su interés en el inconsciente, ob- rimos mante nerno s en la categorización freudiana. ·:· \ ."

:·:· ,· :~ ;.~::
liem· más benefi cio del estudio del sofisma que de Ja lógica. 3o Intervenciones en el encuentro realizado en Caracas sobre "La enseñan za
29 de La ca n '', 1980 . J
Carta 105. St. Ecl. , vol. l, p. 278. .¡

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,,~( Vi ;1vn~)
;~i:;:!~: · . ~· . ' ,.q
de la física matemática, quien hizo callar al mundo, silencio que La-
.i ¡r:.:· tar la posibilidad misma de la interpretación en cuanto significado
atn5Uido,llore'su ffa"fofarnffite: au11··e:uañdo"contribuya- delhecho can resume en esta proposición, que pienso es bastante indudable:. ai
dY. que al ser dicha por el analista vuelva a coló~ ciendo que la ciencia_l_l!pon~q_ue en el mundo existe n sign.ificames

t~f.i~;
garoe suJefadci a ot ro gue 1 e- lee ·su identidad, smo esenCialmente que-yano·g~n decir _na~ara nadie:--Blf~l_muñdo~~Ci~_ñios en
porque el sentido es 'considerado un producto s~ sígñifi-
~···
eont~!:_~nifi can tes que se organizan--2..~ific~tes que !~~_púnd en (\
·~, ·, ~ c;áfite . El significado es para los lacanianos trampa y detenc16-ñ-~del Jéyes,_jero· qüe estos significantes no están relacionados con un sujt
\. ,¡¡~l, 1r,r·. t'1 .~ 'de;"lizamiento significante, habiendo en esto una ética, es decir una t6.,....gye se exp resaría por su in~rmedio". - - - - --
: :;. ~t~.~ :·:·:· ('. 1:. escala d~ preferencias. Por ello los lacanianos han elevado el corte, ~-~ Detengámo nos en este pasaje porque nos introduce a una concep
1·· t~~1.j'¡it.¡¡
· ~ ¡ ~· ¡.~ ;/i•.~f ~ '. ~~ - la escansión, a un lugar de privilegio en la técnica analítica . ción m uy precisa del significante .~Y~..!}2 se trata sola~!~.~-9..U"' ,,
1 •

' ' l t '!


· :·· ·~ : ·.'\-
¿_~;. No podemos menos que respetar la coherencia: la cadena signifi- juego ~l ..fil_gnificante Je hag decir al sujeto algo que éste no.~gc:1
. '- ilJ_•. : .
.,¡¡. "1 ..'
~
• cante -no sentido por excelencia- no puede más que combinarse. La no·;- ya n..Q.JiLlrfil:.LdeJ suj_e.to...s.aj.eia..d..Q_J.2_0LJtl...filg_njf¡.Qª!:lJ(; JlláS CJlll
. \1 ·
1 . ·'
'
~ . E!Jntuació~-na=e.p&raeién=qu~si..p!JA<ie----hi!c.er.se_c9,l)~l signifí_caD·: a¡¿ñ-te-q u: ..!9~-- para ex~sar algo a través d~ éL Esta posición
~ : .,
) ~ •.
t~ _I?.~;,t n<? apela al sentido. Destaquemos además q~ej~punt~a~ón qileéompartimos plenamente es llevada más allá. Tomemos la pri1nt ·
,:'.~ Tacamana no se hace para "íñlundrr en el p_ac1ente µ na dete.rrninada_"= ra frase a destacar " ... que Ja ciencia supone que en el mundo existen
"SigíüfíCación que eiañalista cree imRortante transmiti!.!!w.1::1..~. con,_ significantes que ya no quieren decir nada para nadie".
"tj
' ., eltl'i se caería nuevamente en la detentación por parte de _j_s_te_¡k ¿Cómo entender esto:__y~rll]~ra .W~~tación ~~r(a qut ,J
ün s1gmhcaa o y la ufilizaCiOnCie las wopied~s fq_rrn aks..d~J¡i_arti- juego del significante esj11de.p~ndie_nte_s:\e•.c.iW_guier i.r!~r.LGi611 sig¡1if\
, ....
·~
ciiiación del discurso para intentar transmitirlo_. La. punt uación tie - éafiva por parte de un sujeto, gue opera por susji;_~~ · Esta_r.i'!J!!Q§Ju
~por_.2bjeto ~omper _con Ün sentido-pero no ~ern_plazarfo poJ
.. otro definido sino para permitir el incesante deslizamiento de la ca-
CieñaS!gñificante: - - · · · · ·- - - · ·· · · - ·~-
cfa-V'íaen Ia te sis expuesta más arri ba y a la que dijirÚos.nils..a.ds.nibi
mos. Pero Miller ap unta a algo más. En la página 56 sostiene "füy
sÍn embargo un discurso que escapa a esta ley de dicción, es e] ,; S·

~ ,~\1:~:.·:·1 ,? ¡. -'-:. . ~~E!!f01filPle lo~ laca.ni~os so_b~~ la p rimacía del significante se


··-
~- ~nd.Q...p,rngr~s1ilament!': aJ~_z..que_"s~fu.2~rado u11-a_
curso de la ciencia. Pero precisamente , presten ate nción, es porqut
este discurso sólo se constituye a partir de la extinción de la sig1uf
~ariación _del sentido que atribuyen al término " sig~~j)jjj.:.__ ___ cación, a partir de la construcción de redes sistemáticas de dtrne11
mos antes que en " La instancia de la letra" el significante era para - tos en si mismos despro vistos de significación, pero coherertLt:S e11
I::al!an·Tanfo e1 fonema como cua'.lqli1er unage·n sensori.iíl. Tamfüen tre sí. Esta es una tesis que puede ser discutida -que no exige tOJlt
$re-e!Sig"'n.t.fiCañte era 10élepen~tecie1as1gruhcac1 ón;amriñírfa·u.:.... cer en detalle toda la fraseología lacaniana·, que la cien<.:iá supon
dula p·ero n-Cr1igaüu---cmi'e'ttt.::tJn oraen chshnto pero vinculado__!Lo!r.o la extinción de Ja significación" (subrayado nuestro).
º!den que se d~slizaba continuamente debajo de él salvo en los pun- El punto q ue merece reflexión es Ja expresión ''elementos en s
tos de enganche. -- - - - --- - mismos desprovistos de significación". ¿Qué se quiere decir c']n
Además , al definirse al significante co~C!._ lo qu e _rep resenta_el~su· esto? Si se sostuviera que los elementos no t ienen :>igni ficaciot
jeto para otro significante se ubicaba a aquél en el orden de la cultu- externa a su propia articulación, es decir, que no tienen significació¡1
... - . ·-· .. ·----~
ra. para el sujeto que crea el discurso científico, no cabe duda que esta
· Pero fas cosas han cambiado en los últimos añ os. Escuchemos al posición puede considerarse conecta. El discurso científico se carne
respecto a Miller, que es reconocido y apadrinado p or Lacan para ex- teriza, precisamente, porque no expresa un significado relacionad,
poner su doctrina. Dice Miller en su conferenci a "Elementos de epis- con el sujeto que lo enuncia sino que éste debe pe1manecer como un
temología"3 I : "Es el discurso de la ciencia, a part ir del nacimiento enunciante lo más alejado posible de aquello que aparece en el -:nun
ciado .
31 Jacques Alain Miller, Cinco conferencias caraqueñas sobre Lacan, pp. 60 y Pero h abíamos prometido mostrar que Miller llegab a a cambiai t:
61, El Ateneo de Caracas, 1980. uso del t érmino significante, en un deslizamiento que pareciera set

156 15 J
1111:i característica de la obra Jacaniana. Dice en la página 61: "por
ción de las leyes que determinan sus relaciones mutuas.
un lado, en el discurso de la ciencia, el significante no quiere decir
Un discurso ieórico en el cual la significación pasa a ser dese-
1iMlé1c en la naturaleza; pero por otro, el sígnific:mte está allí en la na-
chable conduce , más allá de la intención de su autor, a precipi-
11r~leza organizado según leyes; es por ello que Ja ciencia siempre es-
tarse en aquellos ámbitos en los cuales se pueda afinnar una exis-
IY ligada a Ja idea de que hay allí un saber en lo real, una red articu-
tencia del significante que no requiera ni siquiera que en algún
11 L de significantes que funcionan en lo real independientemente
0
punto esté abrochado a la significación. Miller "es hablado" por
1"1 conoci miento que podamos tener de ellos". sus propias creencias y son éstas en tanto pura precipitación las
Si se da a las palabras todo el peso que tienen, Ja expresión "el sig- que lo empujan en una operatoria no controlada por ningún su-
1fica111e está allí en la naturaleza organizado según leyes" implica jeto a llegar a la conclusión de que el significante está allí en la
¡11c para Mi!ler los elementos de la naturaleza, independientemente
naturaleza.
un discurso que hable de ellos, son significantes. Y para afirmar Si se aplica al discurso de Miller una met odología como la que f!
ú11 m~s que a Ja naturaleza se le atribuye el consistir en una organi- Freud planteara por primera vez en Ja historia de la ciencia con- "
nción ue significantes, dice Miller en la página 62: "al respecto, sistente en estudiar la articulación entre los elementos que la cons-
l'Jcwton dice que no forja hipótesis que serían ficciones. Con su pe- tituyen, se puede ver todo el peso que tiene la operatoria de las
11cíi~ articulación significante, constata que ellas funcionan en Jo
creencias para empuj ar el discurso hacia nuevas creaciones de
rr:~l. B;i.y muchas cosas que se constatan así y que después de todo
sentido, en e st~ casq la ,coj!ollotación ~u:_¡adquiere el término
1
10 hay por qué comprenderlas, que evidentemente colocan a Dios
en el horizonte de Ja ciencia. Se comprueba por ejemplo que cier-
significante. :IN
tll)~M' I Bf~/0 ~
Con est o los laca · nos culminan un proceso singular : en nombre
';is plantas dis ponen sus hojas según la serie de Fibonacci, según el de Freud, y sobre tod del monopolio que se sienten autorizados a .•: ~¡­
'·rl<'mmiento regular de esta serie de números inventada en el siglo detentar, demuelen Jo esencial de su obra: el énfasis en el significa- . 'J
1
n. ¿Saben matemática las plan tas? Todo lo que Ja física matemá- do. Si Freud proponía írlterpretaciones a sus pacientes, y no hay '' .. ?·· 1
t.ica nos enseña es a constatar que hay alli un saber que funcio na en un solo historial en que esto no sea la base de su trabajo analítico, . ~· .
lo real" (subrayado nuestro). Par~iller el hecho de que las hojas '!' \! .. ,~,~,.~ '(
era porque consideraba que existían significados que aquéllos desco- ''· . /~ . \

de Jas_Q}~ntas se dispongan según un· determinado ordenanuenlo


rcrmite sostener que en la naturaleza existe " una red arti culada de
nocían y que condicionaban sus síntomas y conductas aparentemen-
te nonnales. Los lacanianos tienen que desconocer su último gran :.. , , '
·- .., h,:·
sigñifiéarlles'cjTfefüñCIOrlaflm..lo rea l independie.u..t~ escrito sobre técnica : "Construcciones en Psicoanálisis" porque en
110Círñícfüóq~er de ellos".
!

él se preconiza una técnica que no es un desvío ocasional sino la


ÜIHJ-:>7J'"'pued-e-pregtmta1 qué e:; lo que ha llevado a Miller a dar
c:l .siiifoque v~ruficá.úte ·e-orno 'elemento del le nguaje~
reiteración y explicitación de toda una posición.
Lo anterior permite ver por ué consideramos limitado pensar
o-:L : ,\.,J.

ha_~~ elJ_ignific'l_nl_e ..E~~~en!.Q..9..\!$,. .~.~_t_;í all_í efl l a_ 11~tu!:al eza, sir· ~ que Ta ac 1 _ _ec Ci!!lJ.a na s.ea el resultado de un n · smo n < '1 -

viendo_~ t.:?.r!:!!Pº s igpificant~LlW!ª d~filuiar cual.9,_uier e_lc men to . in- .. _ ., füt rvencionista . Resulta, en cambio , una consecuencia log¡ca de-
·1 •.. • ••
-,
duso ima cosa en la naturaleza,_l\eI!!.Pl.e gue cumpla cll,.!lla-con.dk. fes1s=trenfe a la s1gruhcac1on y al conferudo y organi'lacio~ .;
.' :¡
.(i
1 if¡n eré-est ar articulado, relacionado de acuerdo con cierto orden ,
c9~~1Ée. Así. t ambién es coherente que la teoría del conflicfo~ .·
'
.-011 ~o t;:~:5 ~Í~~;w~liüscon los que lom1a ün'Sístéma. ia··incompa~ da_d .e n tre ideas, cg¡:¡ ~¡ c ~Y-ioot~e...aif.,._ }..,: -·:_!·
La respuesta esla en que paraa1'mñlIT4aTITTal--independencia del gUSllií,Oelos mecanismos de defe nsa hayan sido poco a poco ab~ '" '
~.;·~.~
:;ignificante co n relación aJ significado , la innecesariedad de la ex.is- ·g.i:rnattorpurtlr escueta raca111ana. No se trata de negligencia o de de-
. cncia de este último para la presencia del primero, tiene que colo- sátendertransitoriamente esas problemáticas.por estar ocupada en el
..:: :~
.' 1
~
~

<.,arsc en un orden como el de la naturaleza en el que la significación desarrollo de otras. La cuestión es de fondo : si el encadenamiento
obviamente es prescindible. No cabe duda de que en Ja naturaleza las significante, totalmeriteSe"parado por la barra saussuri '~-~·~·.
'.
cosas son, no para alguien, sino simplemente porque lo son en fun - c_~:Cfsi, sometido excl usivamente a sus leyes comhinatari ''«. '.·
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158 159

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! ·:. ~~~. (:.·~:.;:~ '. í f' ce Lacan de un orden cerrado resistente a la significación,32 es el fensas ~e éstas son insep~~~D>.JJk.rtiiJll.li@~ .
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'JttJ :· ~·:.
;.'.?:,
1
~ . qiiecfeteimina la sigruficación, entonces suponer que porelsignifica- ·-i::1inconscie~ücTia!iüféSulta impensable si no se lo ve como \ \
r · \~LJ~\ : . ; do que tengan ciertas palabras éstas debierañSer~eXCíuioas-:re~ una operatoria de significantes y significados. Para probar esto podi,;·'j, \
.•'. ·'1·¡~);.~.,¡.
i/l(''',-;,.•
~t : ; das, ---
refutaría la tesis O.e la primacía del significante, al invertirla .
. ·•
mos proponer un ejercicio simple: inténtese leer cualquiera dt los 1
r.:.. w ,:·t~-. t..: f CuanCio en Freud el sujeto no tolera mantener corño consciente su historiales principales de Freud buscando sólo la articulatoria del sig· ¡
' ji'"' ' ;1, .
{.f~:,i· ~.:'.<': 1
• ·.' deseo incestuoso y utiliza expresiones como "repugna a la concien- nificante o teniendo en cuenta exclusivamente la del significado. 1.
1 ;~;;,;¡ . ::~ . C' ·
¿y1 .
'cia", "intolerable a la conciencia", es porque aquel aparece incom- Siempre resultará un rompecabezas incompleto con grandes huecos , ' 1
1
patible con la creencia de cuáles serían 10&1 buenos deseos, porque
./~--
---·--- - - c;-.;t_ ·-.. . . . .: .: '. f '\ ' - . / .- ~
/ 21,:) v,·.0.1Q\''./\)iv{ ,·,1.; _
1 (' •

· hacen temer una consecuencia que es la castración. Si un deseo


;;e; --

'' ': puede ser codificado como incestuoso es porque se opone a otro
que no lo sería, porque existen creencias que fijan cuáles son las .Defensasf~:;~:i~
· tori' na:~::~ --~--~·
'· relaciones posibles y cuáles las'prohibidas, es decir, porque la signi- . ~
-~.........
/
·~,:----~-·· · .

. ,
' · ·:-
,.,.
:.·:
"I
.
ficación con que se dota un deseo tiene importancia.
Todas las incompatibilidades entre ideas y las operaciones del
La larga~ e_'.l_n_!~-~ .. lra servido para mostrar que arn:t L
tensión narcisista se pueden poner en marcha ya sea mecanismos de
.. psiquismo para poder enfrentarlas quedan por lo tanto fuera del defensa -exclusión de la conciencia de determinados contenidos por
~, .: 1 ; campo teórico delimitado por la tesis de la supremacía del signifi- el displacer que ocasiona en ésta- o defensas compensatorias que se
; ·~: cante. 3 3 Esto nos conduce a otra conclusión: no es que los laca-
~.:.·.·1}-..·:
Jt.) ;;.
diferencian de los primeros por no tratarse de una simple exclusion
! :· nianos deban dejar de lado los mecanismos de defensa pues estos de lo doloroso sino por la producción de algo placentero que co11na-
J., ,¡ .~. l <: implicarían una recaída en un sujeto unificado que gobernase a vo- rresta las ideas angustiosas. Para ejemplificar podemos valem os del
1:¡;~~ ' ';('.;~ : ; Juntad sus pensamientos y que "preferiría" reprimir, negar, proyec- cuadro de la megalomanía, sea ésta consciente o inconsciente. En ei
't': ~·:.~'i~- : ;;,. tar o emplear uno cualquiera de los mecanismos para resolver un caso de un trauma narcisista lo que haría el mecanismo de defensE
' ; conflicto. Bastaría sostener que los mecanismos de defensa no son sería excluir el recuerdo de aquél, mientras que en la megalomimía
- el producto de una intencionalidad de un sujeto, de una decisión de se crea algo nuevo, se da un paso más allá, el sujeto se siente grandio -
. un centro de acciones, sino automatismos a la manera de un reflejo so y no simplemente humillado.
que evita el dolor, o sea operaciones motivadas, que tienen una cau- Hay toda una serie de fenómenos que poseen este carácter de
sa e incluso una finalidad de evitar algo que podría ocurrir en el fu- . creaciones compensatorias y en los que nos detendremos ahora.
turo pero sin que haya nadie que·!as esté pensando o planificando .
Bastaría sostener esta tesis del automatismo para que los mecanis-
,. ·-.... ·.
r, '··I
mos de defensa quedasen desvinculados de la noción de un sujeto ; e· ' . \A
, ,
I j - ' :>
\\

'
unificado dueño de sus acciones. Narcisismo y agresividad L~ ~--N ·.).:~;.. .'; -~-t~ y;', 1)
~i los lacanianos han tenido que dejar de lado el estudio deJa~~- .. ' '·.. /·Jx , ·"'· _/
~!_~s!lsmo puede ~L uJilizado para bala~a:t:;;,v-i~as.,herfc;l~_Jlll!~i¡tis..
32 Ecrits, p. 50 l. tas: lo sucedimn_d,pasado Y....9.1!.Ll~ltó Jrl!.~mático es revivido pe-
33 Las consecuencias en el plano de la acción, sea cual fuere el ámbito de ésta, roiñV~sien.do el sujeto el que ocupa :!}.1:!g_a!if~J:poj~ij)~sq q_ue
de una teoría que preconiza que Ja verdad está en .la combinatona del signifi· obtleñeSaTISfacción narcisista atraVésaeISufrlmiento del otro. Es la
cante, que construye por lo tanto una·étic;a sobr¡l. esta ·premisa -la de limitar- IC§:ntfficadon con-e'l""'ag-resor=tañ co~oci~? en psicÓanálisii~J(abüs?
se a crear las condiciones para que el sigrúficant!l no se detenga en su desliza- de poder -sexual o no- tiene el s1gm 1cado de recug_erar un sentimien-
miento incesante-, no pueden pasarse por 'alto rú tomarse a la ligera: ta teoría 'fu de su erlónaaa so6re el otro, de afirmación narcisista. · - -·
lacaniana encierra una ideologfo_de la Ji&!:iQn..Ja deUa.Msez::fair:e. Y_eSto'.i1Q:P'O.L
· ún desvía ocasional sino como cónsecuencia ob~da_de...s.us.dl:.san;ollos_sob.re~ •• Es lo que- vemos c aramen ·e eñ' capersonarrd·a-cr~ámoritaria o en
m1g~~~ . las posiciones dogmáticas en que se desea aplastar al rival bajo la ex-

160 161
. ;
cusa de Ja defensa de las prop ias ideas. afirrn~_q.ue ~l.J:'.Q.!1º es capaz de ser aque~b.im-Su...La rabia_
Esta recuperación del goce narcisista pro du cida por el sentimien- expresada , desplegada en agresión exter e como mensa1e rea-
to de poder, del cual el sadismo es una variante, impregna no sólo la
p~tologla sino la vida cot idia na . Una person a p uede tener un contra-
·s~ura3or para e -nar~Q, n cambio la rabia sentida pero-ñciííc:
··-··-------
tuada ---
puede ser .significada como una nueva demostrac1on de 1rope-
tiernpo en su trab ajo y tratar de compensarlo mediante una co nducta tencia, con lo que al deteriorar el narcisismo entra en un circuito rea-
autoritaria en otro ámbito. Se dice " que está nervioso" pe ro esta ex- lrmentador. · ---
presión es deso rient adora ya que no existe irritabilidad si11 un con- - EíC:Teseo agresivo, pues de un deseo se trata, ebste por un "amor" :•

tettido ideati vo detennmado. Lo que trata de recapturar es el senti- de aquel que lo siente con respecto a sí mismo, "amor" que lo lleva :i
miento de potencia, de dominio perdido sobre las personas y las co- conseguir la presa que lo alimenta, a defenderse físicamente, o en el
s;is en el qu e basaba su au toestima . De igu al manera un a pareja ago- nivel humano a resguardar el bien más preciado, el narcisismo. For-
biada por co ndiciones externas adve rsas -econó micas, de segu1ida d ma errática del amor al propio yo que tiene lugar cuando entra en
física, etc.-, condiciones sobre las que no t iene nin gún dominio, co- una estructura del tipo "y~l otro" ,~.i:a-amai:se...tiew~._cU!~­
mienza a pelearse, a hacerse mutuos plan teas enérgicos, amen azas de de~!!..~-a!:;Ine-~c¡qm¡:Go como rival.
separación, en to do lo cual cada uno logra ve rse como poseedor de Incluso la atitoagresión, en sus formas leves o extremas como el
un poder de decisión sobre la realidad . La pelea sirve para recuperar suicidio, se hace siempre por amor patológico al polo otro de la
en l~ fantasía el sentimiento de poderío de que se carece en la rea- oposición "yo o el otro" : se autoagrede por culpa, amor esclavo al
lidad si se tiene por lo menos una persona, el otro miemb ro de la otro -masoquismo moral-, o porque el sujeto no se ve como digno
pareja, al que se puede domilrnr.
de vivir al no estar a la altura de un ideal que pasa a ser dentro del
La rabia narcisista, sobre l~u e Kohut h a sab ido llamar la aten- sujet o otro con respecto al yo que hasta ese momento lo represen- ·•
rjó~_e!}_~!!..1_~~.!.<?...Ple' iiOciéíaéaS,'3473'.bia que aparece 7 ea en fo nm t aba. ..
Para salvar el ideal al que ama y del cual anhela verse -como su
de esta llido brusco, sea de venganza reta raatla, n·o es simple -descarga
ele :;-¡¡íésivi<ladTréñte ·a.-raOfensa recibida, no constnUyé"tiiíl'iTI!füi'e-""- encarnación -personificación del ideal- el sujeto ·sacrifica a su yo, ¡
ti .- .. ) ~

íléjo-de trustrac10n-agres1oll,"1Tllefuctcro--conseette1tei<Mtel~ pero para alcanzar otro yo tan imagmario como el primero. ¡. i

El sujeto escmdido obtiene placer en la agresión con que ataca


,.
rno'lcSionáao. Va más allá y con ella se inicia ya un intento de salir
de !á sTtüáci óntraun1ática , lmprif;";;ij:,io de transfonnacÍÓn. El usod;; a su yo pues mediante el ataque logra sentir que no está de acuer- ...
la ag.r°é.>íoff'q ue enla fifogeñíá tieneeT poder i11stru mental de preser-
v;ir h. pro pia vida -apartando el estímulo doloroso del at acante u ob-
do con éste, que hay una parte de sí diferente del yo que merece
repudio, parte con la cual el sujeto intenta identificarse . Es como
si se dijera : "¡No!, no estoy de acuerdo con lo que hice, con lo
1 ] '

. 1 ~·~.

" <'

'' ;,
teniendo el aliJnento de la presa a la que se ataca- en el nive l hum ano '. ..
adqui ere nue vo significado: "yo soy podero so , por lo tanto valioso y que soy, y p or no estar de acuerdo me muestro como otro dife-
no débil o dependiente" . El ~~l2!.J~~ri9so. ~c:i~r~ a mesa. e_lnbj e_to= rente. A este otro es al que quiero, no al yo que merece el recha- · ·h:
~

que se arroja destrozándolo durante la crisis de fu ria n arcisista, ad e- zo ."


má~~-de coñStffU.ii:...un~:ae-s13faca-1rnen~e-~clefei1Si·V-G=El-e-f-a--ra-b·ia=Jtaciaef­ Se explica de este modo el placer de.!_.rr©anc.ólico en la persis-
ObJeto..p;·l:;;jte sentir Jtllle.r4oa~_p_c!_e¡:_Qe un a acción. El suj eto tenc1.~jle lo_s ata ues contra s1 rrnsmo : El lacer narcisista por ideñ:° ·:d
captala n1ai1.i~ión de su rabia y le o to; a ~na significación, y tíhcarse ilusoriamente con e que cntica es al nivel mconsc1ente- ''
},~ .-:;,
\ ~
mediante és ta la ra bia deja de ser mero reflejo p ues queda in corpo- más importante gue el dolor que experimenta en la conciencia por
rada en el u niverso simb ólico de las va loraciones . Es rabia sigmf ica- sér cillicado. 1. i. ,_

da. -ra agresión re.sulta extraña sobre todo .por el prejuicio de pensar
.,.. '¡
I•

Nada más humillante que el sentim ien to de impotencia porque el amor y la agresión como independientes y opuestos , y no exami- 'J.. ·'¡ H ... ~i··
·------~
' 4 11. Ko hut, "Tll o ught s o n Narcissism and Narc issistic Ragc " , The Psycho-
qnrzf. Swdy of th e Child 27 , p. 360 , 1972 .
narse la dialéctica compleja en la que pueden entrar como conse·
cuencia de la escisión que forma la base de todo sujeto y el place r f;;¡
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narcisista que otorga la afirmación hostil. no logre su objetivo de conseguir el amor9bJJgado del otro no quin
s~9~rfC~~~n1o::m~~t~~-~ii!i.ª2·
~ ~
~a-cornpi:en.sión de _la ag!_esi_ón _sobj]Ja ha~ deJa.siwfi.ciLci..ém
'

\·.
-
qu;~u~_t'.re. p_ara "el s_ujeto I?errnite pre,~~~?J~-~~J~Jlp~l.~9.2_n, a ~fl
.
:~
Igualmente el ataque de celos tiene una función interpersoüal,
:
supuesto mst!D~ode muerte con una mistenosa finalidad en s1 rms- ademá~ de su papel en la economía intraps íquica, constituyendo ur.
.• !;: .. ~::
·, ··~··" ; :r:.
,.¡ íño.- Con íateoría dé-Cinstmto de muerte, que dívide -a los que parti- intento de controlar al otro, en el que se juega con la culpa y el té
, r
·.,, - clpan en la polémica en combatientes de una fe, sucede como con rror que pueda experimentar para forzarlo a amar al sujeto. La aptla-.
(·J ·''.¡i{. ¡t !i..,
. ,.
tantos otros mitos : se mantienen como necesidad para dar cuenta
de los hechos hasta que se pueda producir una explicación científi-
ción que hace el celoso al principio de la fidelidad no c.:onsi&ie sirn-
plemente en colocar una ley social como cartabón para juzgar ~_¡

' t:.\;
r ·•. infiel sino que es algo que se esgrime en beneficio propio por d po- 1
i /. t!¡ 1
ca que torne a aquellos prescindibles. La única manera de superar el
. ·'ifü: .'·;''~¡;, ~ marco de la polémica y de salir del terreno de las creencias que se der que otorga al quedar tn el lugar del que puede hablaí en no1 nlH·t ,
~- " ' ~'¡', .: .t) .
~ ,.
.t;WHJ~ sostienen únicamente en las predilecciones de sus defensores -plano de la ley . En el plano psicológico es siempre una forma de intenta
l ..
f '( ~Jtt~ ·:.;f: ~:i.t ',; .~.~ -~?' de la ideología- es dar para los hechos que la originan una explica- obtener algo del otro.
. ~ t: 1 ción que no remita a una causa última sino qu e los muestre como re- Cuando sostenemos que la rabia posee un sentido , en verdatl bajo
' ··-.f . . . . sultado de un encadenamiento de procesos. esto último estamos englobando diferentes niveles de análisis. LO pri
'.•
,' El narcisismo -amor del sujeto por su imagen- pone en marcha la mer lugar resulta necesario diferenciar el estado afe¡;tivo de rabi«
agresión, la que tiende a restaurarlo . l'A.0.f¿_,t._~1• 1:C(jL1 L 1 -una estructura cognitiva afectiva en que predonúna un deseo d,
Cuando la agresión asume la forma yerba l ,Jllás.J.o.k@.Q.~:. agredir al otro- de las conductas agresivas que son efectivización
sicapor-nuestra cultura, es generalmente vivida_P-9.L~Lq.u.e-la ...ejer:Ge del deseo .
'~~\i :..,.·• éomo muestra de su ingenio, de su talento, de su superioridad sob re El deseo es de carácter genético, de que otro sufra y que este su·
' !(]) •
!1 " \ aquel que resulta ndtea!lzado. !J..'!1.QJa.co.artada..de..la..inielige..11.c;_ia.Q_ia frirniento alivie el propio del sujeto. Esto es lo propio del deseo &gresivl

,,.'· ;·· ·"·:! (~0


ra"ZOn se encuentra el tm narcisista, lo..q.ue...ha-Ge-inte-lig-ible-cl-porEJlH~ y exige como presupuesto que el aniquilamiento del otro sea necesa
~~Á )1y Ear d~J.Q.ünc.oruLe.nielltes.-wGial~R-q.Ue..ac.a..bJw20 r e ncontrars~­ rio para que cese el dolor del sujeto. ~ste requisito se hact_l ~!aro. en el
.. :.::::· . ' , ___:,.. ,, el agresivo verbal y de sus Rromesas de e~ª no pued a su~g~~.: e_stado de rabia narcisistaJ_~_n .9.lt~i!J su}eto ñose confoñna con su al_e-
_sea J_a_!~etición del ejercicio de la mordacidad :., El E,lac.!!..'2ªrcisista 'jamientode Ja-sifüaéio°ri .Q.OlOf-º.§b...nO ifftenta dejfil-de. SlJfrir apaitán-
_f!Sfuente de adicción: una vez experienciado se lo desff!.J:.f!o~­ dosé--cleifeCÚerdodiS_pJacente¡:Q. J.,a fueñte de· displacer está dada µm
¡1 -- ----·---------· -- - - ... ·--- .. " .. -
trar. ·1 e~ hecho de que el otro ocupa el lugar del cu.a! e.Lllijtlº' qued.Q_d_(.<sa ·
~ostrada la neta relación entre el placer de la agresividad y el nar- 16}3cl0.Lliñurnil!ación no es la de éarecer de algo sino de que tl otro
cisismo se torna necesario ahora rastrear cómo en la vida de cada su- . ' pueda p ri varlo, que sea aquel que se muestra superior por esta capa·
jeto en particular se articularon las heridas na rcisistas con la utiliza- / 1 cidad. El rechazo amoroso, por ejemplo, genera tanta hostilidad por-
ción de la agresividad como defensa, eil especial las identificaciones ' '-., ...-.\ que al haber esperado el sujeto algo del otro se ha revelado como !le

con aquellos que formaban parte estable de su en to rn o , o con los su-
cesos circunstanciales que pasaron a ser estructurantes p or la solu-
ción que ven ían a aportar a su sufrinúento narcisista .
,.-
~·~
-
.--
.\ cesitado, inferior al que puede prescindir de él. Y que no se trata, en
1
estas circunstancias, de que el sujeto se sienta inferior en general -al·
guíen no querible físicamente, moral o intelectualmente- sino de lltlii
Pero Ju "vidad además de contribuir a restaurar el b alance relación especial con el otro que rechaza se comprueba pues si aqu;;
narcfsiSta constitu e en la re ac10n mter erso n..Jnedi.O~de-ee.er­ llo fuera lo que está en juego el sujeto se confonnaría co11 que un
Cional otro, un .chantaje para forzarlo a gue oJo~gue,..cl...t:!iG9r>~i­ tercero lo quisiera. Sj .e sto)labitualm~.!19..l'.s_sJ.Iftc!~nte para rest~­
miento anhelaoo asustándolo.~Q!..mlfi elnií1_o.,,_~~te ñar el narcisismo , y lo qu e se desea en primera instancia es vengarse
la fiiria del adulto y que con tanta fuerza hace que se su6ordine al y humillar al otro , resulta-aSTP,orqueeCqüe' hunillJ.ó ha sido ubicado
~:~ -de e~Je queda ·en su p~qliismo como: algo:::a::tQq~apelara para É~¡:-·ei _pr9~10 su1~to en el únic<;iTufa.Lg}i(füía digno de valor. Ha:;rn
Jfílentar ser el que domine con su capricho . Que el estallioo ·a e ra bia · t anto no.lo desaloje de ahí no podrá pasar a ocu.parlo,
e:.=.~ . .
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La fenomenología de la rabia, d~ ia ve~anza, depende entonces ble que una satisfacción narcisista en un aspecto distinto de aquel en
de condiciones estructurales que son determinantes más allá de las que se sufrió la herida actúe realzando la imagen global del sujeto
formas que adquiere: 1) que exista una oposición entre el yo y el -el yo representación- y haciendo pasar a un segundo plano la ofen-
otro; 2) que exista un lugar valorizado que sea ocupado por el otro. sa sufrida. ·
Si se cumpliera la primera de estas condiciones pero no la segun· La misma raíz que el resentimiento crónico tienen algunos estalli·
rfa no existiría rabia narcisista, como se ve por ejemplo cuando el su-
dos de rabia que permiten al sujeto séntir que está en la posición jus-
_jl!to tri unfa sobre el rival, inundándolo la satisfacción narcisista. ta . Esta "santa indignación" es un verdl!_der.Q_<±!~p]ieg}le _hjstéri~.9_ gue ,·
f;\mpoco habría rabia narcisista si se cumpliera la segunda condi· el sfilefi'i-rea@aante=--Sí:ñ'ITSmc».-t.stando disociado una parte de sí
Gión pi!ro no la primera: el padre que al no tener rivalidad con el hi·
iC"fü"a~~~06servadora ~l estallido justicie!9;:yen lc:i- m~Q~ e{_!
jo cree que el triunfo de éste pertenece a una posesión narcisista del
"q!ie _esf~inci!'._i;tl~n_!Jl s~- siente,más_,l!.fu:mado en sUderecho. Es mJ.12'.
o.
.1!.otabl~_s;omprobar c:_óm<?~ r~~i~~s sen_!ida ~µaLsi.[~IlL!!!1_argu­
Sj __se__ll_:_~ª--ª-~~S!ª~E:~!~i:Y<:>_.~~-R-~.r ~_bús_queda de 4es¿¡paricióq \ ment2_9.!:!e ·comprueba la razón del sujeto. Es el paralelismo que rea-
física -de ahí que la forma de muerte que se prefiere sea con sufriJ ' fizael paranofüeentresu "éstadO emocioniil y la atribución al exte-
niento: Si.no plrra:··mósüar ál "ofro- como -üñser ~Jn!iable~,:-SJ:gmfi.f~¡ rior de la producción de éste. En vez de tomarse la rabia como una
do como infericii·~ -Y 'aE°ÜJeto porímpllcac!OilcolTio superior. Y má respuesta del propio sujeto se razona que si se está tan enojado es
~ún, sí en algunos casos se necesúa que efque
s ufrafa venganza vea
. porque algo grave se le ha hecho. En la medida en que se logre au-
'!! rostro del vengador es porque parte del poder con que quedó in-
mentar el enojo es como si.se añadiera más razón a la acusación. Este
ve~tido el que inició el ciclo ofendiendo se convirtió también en 1
, supuesto básico exp,lica por qué inconscientemente se desea man-
tr.stigo privilegiado de la debilidad -significada como inferioridad-[ .: tener el enojo: si la prueba de que se tiene razón es que se está eno-
•id ofendido. 3 5 · •
jado, si desapar{eciera este estado de ~o es como si no se la tuvie· .e'
Detengámonos en otra forma de reafirmación narcisista. En mu- ra. \ " !) /~?{ A-;t... ~--')
,¡LX-<_,. (! v <J 1.-'0"'i/'JJ..__¡
n .:: ,;'
. t
chas circunstancias cuando un sujeto pelea con otro intenta reforzau--~ Cuando la rabia na hsista no se puede manifestar abiertamente,
~.u .d1.·sg.u.·s.to a.. tra.v.és de una .a ctitud qu. e b.ien podríamos calificar
~ultivo del resentimiento. Q!?_!i~!_l~_!!_Ql_acer especial en maniene.!r-
d,~ ,...._
'x,,.,_ --) aparece a veces bajo una forma particular de reafirmación del suje-
.\
\ '1•

., ,
to, el negativismo. Ya en otro lugar3 6 habíamos planteado que el
se_eJ1_qj,aclo_y. rechazar al otro. Gracias a""1?.ste...c.J.!.ltiYQ del reseiitimieh- v J sujeto podía llegar a oponerse a su propio deseo para que no satis·
.i

to el ·5,;_¡e_to_se_ú~_afirma_e.n .su_nizon fr.~~te-a.Let-ro;-1:!-hleafl4o-a-éste_e.{t·------


el .~:1g~!'_~ culpable, y corr<:.!~!J_y_~en..te_ ~~._U.d.~-
ficiera el de otro. Explicábamos así desde trastornos en la alimen-
tación -algunas formas de anorexia· hasta dificultades en la sexuali-
'1 ~: ~¡ ,.
cli<lo. Logra ocupar ·ra·pos1ción narclsisl~Jriv:ilegiada _de sm a.quel dad, el trabajo, el estudio, o diferentes tipos de actividad.
o~ ~· · --· -- ··-~''~
- ~--·~---~-
• ·"-' -•-T .
\
gue rec haza al otro . El frecuente sentimiento de superiolidad que Podemos ahora completar aquella descripción señalando que si se 1
m11estra=;\t°""sú]etüe~;,e~_. mor~., e!1to deLrE)l'~ntimiento denuncia su '' :.:.
función narcisista. \'..A:.1·2V.. v'.JA ·' QJ. p_ (;r)
desea que no se satisfaga el deseo del otro es porque se ha entrado .¡ ~
en una pugna narcisi~ta SOb~é.Q es el dueño del deseo, el sujeto ' ¡'

Si el cultivo del resentimiento es una reafinnación narcisista sólo o el otro. Mediante el negativismo &e adquie~e el sentimiento de ser ~-1
- 1
desaparece en la medida en que se tome innecesario, lo que se puede uno el que-"füáigfa, e ., eteiiícíOiñlñiOOefOtro.
•rer clínicamente cuando el sujeto recupera su balance narcisista. Si ,·:-·
~ ~r-ñegatíy}j_ii}?.J:tay gue bti~~~Ja_)i~ ~~It~~~~ª~ .,#·
!a representación del yo funciona como una totalidad resulta posi- 18- vívido como ofensa gue se _quie.re-tesíafiaL.a.Jr.SY.~A9!1e.1Ia
~.gE;d\l.CJ!l. Por ello es particularmente frecuente e intenso en la ado-
35 Que el narcisismo sea de la mayor importancia en Ja génesis de la agresivi-
lescencia en la que el sujeto se siente tan inseguro, pudiendo cumplir ~
':?.! ~-~·~ >
dad humana no debe hacer pensar que resuelve el problema. Más bien creemos
qne d ver que aquél permite otorgar sentido a la agresividad abre la vía para la 36 H. Bleichmar, La depresión. Un estudio psicoanalítico, Nueva Visión, Bue- ":.... ~ .. '
búsqueda de nuevos sentidos. nos Aires, 1976.
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~ capaces de soportarlo todo, sac1ificándose por Jos demás, to d1) ts-
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¡-. · i · cuando no es excesivo una función estabilizadora del equilibrio nar- to las hace sentirse superio res.
. :, ¡ '. ; cis.!fu_,_y. pO:-r:.J..o.lañíO.:c.9 rtfütug un~ ñieñft.üecreciinieñ tcí.""'ó~­ Es el mismo placer narcisista del que tolera el dolo!' del tatu<>jt,
~· ' 'i· est~~~~ el negativismo será tanto m ~.l~~rte _ cua~to m ~- del sacrificio ritual del hara-kiri, del que renuncia en aras de íos dt:
5 t Ü· t( cu~~!i.QnadaJáJúifo~~]Jiina;_sfá"(i~g!e el exterio~ _-p or parte de las fi- más, de aquel a quien le encanta sentirse excluido , rechazado por el
Í,6\i;: ,;'tt
f;~·,.lii'i.t1)·J «~~
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A·• : -t.J.-
guras significativas-, sea desde el propio sujeto. gran mundo porque de esa m anera se representa c;omo que ne ~o fü;
1 ~1 ~~.. , "'-------~--- cesita a diferencia del resto de los mortal es que dependen vitalmenk
j: -~-,-~- ~ ..
\i .'>• . ·'"/ · -=..~ del reconocimiento púbµc-o.· ·-·-·----....,
/
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~. ,_ -:~v~
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1 r
<'-·, ,~
Masoquismo narcisista \
------- . /
Es este s_e ntimiento de...sug~x.ioridac;).">a _íf.(l}j$,g_~:ti·c0P._~::!l!;J.<LQ.e. ~a
c.[ifici~~ql1e a;úto-rf?_<!_3i--:J:\_~h lar_=~ tircii}'!orffli!!!i~~~ª!~.?~lsii{_ el
cual debe diferenciarse del maso~smo moral -con-:e1 · q4g s_e_ lo hr
., Otraa:efensa-freníeáÍsufrimiento narcisista la encontramos en cierto . c.~cfiao; Eneste~filt~·¿- c~mo el sujeto
siente. q~e atacó a ulguien
tipo de conductas masoquistas. vivé rechazado por su superyó y para volwr a ganar el favm de ési.e
Para ver la articulación entre masoquismo y narcisismo comence- realiza el acto expiatorio masoquista.
~, ... mos por clarificar qué es lo que caracteriza al primero. ~19,...P);l_f'.<l,e En el.._f?1.asoquismo narcisista lo que se intenta logr<:i_u~s el swti·
·-:" ~ '.
definir como la búsqueda consciente o inconsciente de sufrimiento mieñfo- de ser"iñé]or qúe los ofro~ córnof2· a-erÍuncia _eJ_grgu llo.con
P?.:_~plac~uue esté entraña. Es~~¡;;~1~-cfé' oúSéftfeM·desiifiT'­ qüeseio e}erce:En el masoquismo moral el sujeto se contenta, en
fñ1em1r es-eseneiil=para0e1 cortEepto de masoquismo ya que consti- · ca:m'f>~Coñsilir de la situación de culpabilidad, no viéndose nece-
c. /~::.~[;~; ! i. ,.'<' tuye un error conceptual el considerar que si la conducta de un su- sariamente como poseedor de mérito alguno a consecuencia del acto

r:r~·~; :.:'.·~
~ ·' \:! ~ ' t::\t.,~; 1

1
' · ;:. · jeto termina en sufrimiento ello nos autoriza de por sí a hablar de
, . '·, masoquismo. En efecto, supongamos a alguien que por impulsividad
:-;. -ser dominado por la perentoriedad del deseo- una vez que éste se ha
satisfecho se encuentra en una situación que lo perjudica. Sería el
masoquista sino que éste constituiría simplemente su obligación. El
masoquismo moral es el segundo tiempo de un proceso en el que el '
primero dejó al sujet o en el lugar de culpable . El placer del masoqü~·
mo moral está dado por el perdón que se logra, por ser readmitid~
caso del adicto por ejemplo y de las consecuencias que le ocasiona entre los buenos por el superyó. El del masoquismo narcisista p o~
la droga. Lo que el adicto busca no es primariamente el provocarse el~ars~_E.2.L~ll9m.ª-4~_1C?.S._ ot~~3U:iC~~~aKf1ñ- est'._ ~i~~~degfaí-, i
daño sino por el contrario un estado de placer o por lo menos el ce- deza, no re ci\l.Y:i~.!.!do_µ!Uft.9 p_revi,o oJanta~a hostil.3 8 ·- .... · . l
se de un estado de tensión. El sufrimiento sobreviene como una con-
secuencia y no como resultado de una motivación que lo requiera.
Laseverii autocrítica que algunas personas realizan a pesar del do->,
lor que les produce por lo que descubren -de sí mismos otorga lasa-':
Si por lo anterior resulta claro que aquello que caracteriza al ma- tisfacción narcisista de sentirse como aquellos que son capaces de·
i. soquismo no es el sufrimiento en sí sino el placer que se pro duce en ver los propios defectos a pesar del sufrimiento que ocasiona , como
el mismo momento en que el sufrimiento ocurre nos tenemos que los defensores de la verdad aun a costa de verse perjudicados po1
preguntar de dónde deriva ese placer. · - ., " ésta .39 Incluso cuanto más lacerante sea la verdad más satisfacción
¡¡ ~El Elacer aepenae, en verdaO,Oe la sigajfic_a ~ón qu;,._posea E.ªEoª puede producir. Es la satisfacción que otorga la santidad por ser ca
el sujeto el sufrimiento.3 7 En este sentido existen iílgunas personas
para- quienes verse sufriendo, renunciando a satisfacciones , siendo 38 Véase Alan Parkin, "On Masochistic Enthralment . A Contribution to the
Study of Moral Masochism", l nt. J. Psychoanal., vol. 61, p. 307 , 1980. En ~Sl l
artículo se destaca el papel del narcisismo en el !)1asoquismo aunqu1,; no se ái·
37 No es nuestro interés detenemos en un estudio pormenorizado del proble- ferencie entre masoquismo narcisista y moral.
y ma del masoquismo, de sus diferentes formas. Remitimos al lector al excelente 39 Esta recompensa narcisista juega un papel importante en los período s lfo
l'I, trabajo bibliográfico de Stolorow, "The Narcissistic· Function of Masoquism tratamiento psicoanalítico en que aparecen rasgos del sujeto que merecer,
and Sadism", lntern. J. Psychoanal., 56, p. 441 , 1975 . Nuestra intención es, su propia objeción.
precisar aquí el concepto de masoquismo narcisista.

1.ih
168
paz de superar las pruebas que la vida depara, pero por sobre todo\\ Experiencia de satisfacción sustitutiva
por buscar sacrificios, los que una vez superados corroboran la san-
tidad. \ Hasta aquí hemos visto cómo ante la ansiedad narcisista se pueden
La satisfacción narcisista de sentirse su¡z_erior _Q_or tener conduc- poner en marcha estructuras psicológicas que compensan la minus-
tas de autosacrifiCio; en algunascircünsfancias-es ~ña-defens~nte. valía. La relación existente entre la angustia narcisista y las compen-
ansÍJ!_dad.és peisecutoriis.- "i~rsujetoº- aTerrofiZadopor el poder atri- saciones es entonces de similitud temática, aunque c911-sign~es­
buido-al otrcr'1nteñfa aplacarlo mediante el sacrificio ritual. A ma- to: el sentünient~.~~usv_alút es re~mplazado por el\ct:= .
nern de premio consuelo, para mantener oculta la ansiedad persecu- Pero esta no es la uruca forma en que el sujeto puec!e~ a si-
I'
toria y el sufrimiento narcisista de sentirse inferior por el someti- tuación narcisista angustiosa. También es factible hacerlo a través de
miento , presenta las cosas ante la conciencia como si la conducta de experiencias placenteras que no se relacionan temáticamente con el
autosacrificio obedeciera a ideales. Estamos en el terreno de la racio- sufrimiento narcisista. Tomemos como ejemplo aI alcoholista. Ante
1alización. estados penosos diversos -tristeza, miedo, dolor físico, desvaloriza-
,E.n est~E~_s..?_.~ ~-:_t_rata de masoq~1:!12!1Ec~ista. y:a _g~ a~~ ción, etc.- recurre a la ingesta que para él se ha convertido en una ex-
que pone en marcna eíi\üfü~flc10 no es la busqueda de satisfac- periencia de satisfacción privilegiada, una especie de antídoto poliva- \
c:ión-narfüis1aTmo el"mtentOCleOismmuir la ans1ed·ac:t=persecurc;na:-- lente. Igual sucede con la succión del pulgar para el niño, con la ali-
~l verda d-eioºmasoquismo-natciS:islalleñelugar cuanooerautosacfi-;-- - mentación para el obeso patológico. No importa qué angustia esté
ficio se lleva a cabo por puro placer narcisista. actuando pero recurrirá al placer oral -placer de zona corporal y de
faDtasías subyacentes- para contrarrestarla. •
La experiencia de satisfacción funciona de este modo como una
estructura global, es decir que al ser activada por el displ&cer tiende /J
: ..... ! ..
Exhibicionismo compulsivo a seguir una serie de pasos establecidos en forma más o menos fija. • 1
~ "( r
·' 'A
La relación entre la experiencia de satisfacción y la experiencia do- ·1 :"
Cuando no hay en el sujeto un sentinliento arraigado de la propia~-~ -..... lorosa no es de conexión asociativa entre dos temas definidos, sino
Ya.lía siente que cada oportunidad es la únjca que posee para .lograr ~ , 1 r11 i entre dos estructuras, de modo tal que el displacer de una pone en t ~
el reconocimiento de los otros. Es lo que vemos, por_ejemplo, en ad-' ,.., ' ·· 1• iI1 ¡' i <
1 acción la búsqueda del placer de la otra. Esto es lo que se ve el~
'.

gun_a1):!1_~~rvenciones en que un sU)ef011aDía_com.Jit1~iyariienteAr-<i-tJiÍ '· . { ~ - '/


¡
mente en las actividades autoeróticas -chupeteo, rocking, mastur-
do de mostrar sus conocimientos~diante.J.u.te.IY_e11.cj.Q.ne_s....}_Jijg!i.i:La- J __ ,.,,.,./ bación, etc.- y que explica la función que cumple la masturbación
.1

das, ~cí! _mucnas ocasiones desorgan~ado_ra~>.. 9.l.1_!_e_11J.i;U.n..!§lt10}~~~~gn compulsiva en algunos adolescentes presos de un estado depresivo ~
él eq~i vaJ_ente fl<lS.:eF"drasprecTosas 'que ex.llibe el nuev9_ric_o inseg.u:.= con sentinliento de vacío, permitiéndoles recapturar algún nivel
'J'.·

r·o de sí mismo . - - ·- --=-..~=-·-·-- · · ··-·-.-- de satisfacción vital.


' ~·

Tal añgustia por ·ganar el reconocimiento del otro es lo que deter- El hecho de que una experiencia de satisfacción determinada l:
mifüi Ja"mcapacidad.cte-c'""ai.i~. de.'detenerTáverborreaque'álgüñ;~. pueda convertirse en la forma prevalente con que un individuo en- l ,,J
personas pre_s(ffu-ªñ~-~ii::_üI('íñfoñtci· laffi<ló-decoñüoiat ar-objeto, ~I frenta distintos tipos de angustia determina que no exista corres-
gne se siente que se piercte como áéfrriifador,- trafando-cfe-recaptu- pondencia entre el plano temático en que se produce la frustra- ,, .
-_~rio ei( es fa. po~Idóp ._ P~r_o ~ª~AtCL.rii~JeJ1aOJa_rn._~ssevívequeselo ción y aquél en que tiene lugar la experiencia de satisfacción. Es- .7. ....
J

pierde, ~re_!.1_1sJo s,~ un__cí!culo vicios9_;_1~jp~rvie.M comp_1,!lsivament_e~,, ta puede hallarse cargada de significado oral, mientras que .el de
:

se :rivencia que esto es ina~_cu~9C?,.'-"ciYUU?.J.erde la admiración d~. la fmstración es genital, o viceversa. Por ello en el caso del obe-
ntro ·y ·se _trat'ª _~e)€'.S.11Pei:".3.!:lª.:-€_~~ ~ intee".'.e~~-~ón C9!l)PULS1- - so que come desmesuradamente cuando 'tiene una experiencia
"ª· i
que le produce ansiedad no debe pensarse que ésta tenga un con-
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6.:.~
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tenido oral dado que la gratificación que la neutraliza lo es, sino
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170 , .··nt._jU-"..~/ \:l .. ¡
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que el acto de comer tiene que verse como una estructura a la que temático . Cuando un sujeto se encuentra ante un texto extenso o di·
i(:· ; se recurre indiscriminadamente ante las más diversas circunstancias . f!f.llij:_Qsp.~pueae:ño:Seilíir.Jiqij~fi~é>.flii!-eit_t1tdquilieT1_clg_ sin_o to~o lo
¡· ,:r. 5 Precisamente en esta articulación automatizada entre un tipo par- . que le falta. El texto se_co.rivi~rte p.a.ra él en 1J.n testÍ.Jngnio de su ig·
i. -·~Vif!.c .::f';r~ t } ''.:; ticular y prevalen te d~ experiencias de satisfacción y estímulos muy -nüfan:§.\l,;..resiírt:áña·01e··ífi~ol_c::rable la experiencia. L¡¡ tÚ1. ·común in-
t:::~i':i.'i:{1 .. ~ ~- ¡;~. diversos reside el caracter patológico de aquélla. Una vez llegado a §Lan_cja __ para__ ~l- ~pr~~~~aje ~e l.?s idion:i_~_<:¿_Q!l 19_s__iirn_um_e rable s
i :- !':'.'. este estado de articulación se crea un desfasaje de significado entre intentos _y su~p~n~ign~s en cicl .o~ _ sucesivo_s radica, en no pocas oc<i-
... , 0
¡ ;:_ la experiencia de miedo, tristeza, desvalorización y la de la satisfac- ~S, !.J.1_el he ch.o ge q]Je la lengua extranjer¡¡ confronta .continuamen·
í ~ ción que le sigue. Este desfasaje se halla en la base de la repetición de t(~J':,_TuJt:.to con .el r~c;on9cimiento de su limitación y por Jo tanto
,. ~ la experiencia de satisfacción -caso de las perversiones, de las adiccio- coñTnsatisfacción narcisista. ,De manera similar el sentimiento angus-
nes, de la obesidad, etc.- ya que al no ser la experiencia de satisfac- tioso que.algurüiS personas experimentan en una librería o bibliote·
: ;, ~ ..,
ción la que contrarresta en el terreno específico Ja ansiedad que la ca muy amplia y que los hace retirarse puede tener como base la
. : · desencadenó ésta persiste como tal y sólo es neutralizada temporal- angustia narcisista de sentir que jamás van a poder abarcar todo est
. mente. conocimiento.
Por otra parte el hecho de que la experiencia de satisfacción esté La renuncia narcisista puede sobrevenir tanto en las personalida·
~·> ..
.. siempre lista en el psiquismo como algo a lo que puede apelarse des maníacas como en las melancólicas. Las primeras inician una ac·
' ·' · ante ansiedad es diversas explica por qué no resulta fácil la terapia tividad teniendo la expectativa de un resultado final exitoso pero an-
" 1 · del adicto o del obeso. Podrá irse disminuyendo la ansiedad, median- te el sufrimiento narcisista abandonan en el camino. Los melancóli-
~ -
1'' ~ ·, ' te la elaboración de núcleos conflictivos, pero es imposible erradicar cos, en cambio, pueden renunciar antes de empezar pues avizoran el
~ ' · Ja posibilidad de la emergencia de aquélla de una vez para siem pre. fracaso final con el consiguiente sufrimiento narcisista.
":
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La angustia surgirá inevitablemente y ante ella la vieja modalidad de Por otra parte debemos diferenciar entre renuncia narcisista y re
contrarrestarla -la experiencia de satisfacción- podrá estar al acecho, tracción narcisista. En la primera se abandona una actividad; en la ,
.. : como presta a ser activada, como un verdadero punto de fijación segunda una persona , un grupo , una nación se aíslan P<l;!A.mantener
al que se retorna . /--~ en lo imaginario el sentimiento de superioridad graciafá que ··se'{!v:i,_ta
la confrontación que haría evidente las limitaciones. 4 p· ., \ .
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fi'1:-. /j}
}

• Renuncia y retracción narcisista (


\',.....,
' ,.. .. . ..,.·
. El sufrimiento narcisist a se encuentraen1a base de a¡,¡uello_q!!§__S.~ha.~ Una nosología psicoanalítica de los tras~omos narcisistai
~~ín_estabilidad, falta de co.nstanciá,· etc., y que apare_ce Q_fil9Jª~
.forma ae cambios reiterados de trabajo, de carreras unive rsita r(ª_s,d~~ Para concluir desearíamos presentar un cuadro que resume esquemá-
.. · parejas, de lugares de residen-cía. ·Er ·cambio logra profongar la espe- ticamente lo expuesto en este capítulo. La nosología propuesta, que
ranza aTincontrar la satisfacciün al ubicar la causa del displacer en tiene como eje las vicisitudes del narcisismo, intenta crear un ordena-
• la condición externa. Pero una vez producido el cambio la angustia miento que vaya más allá de lo fenoménico, relacionando formas
narcisista que acompaña a ese sujeto volverá a agudizarse en Ja nue- clínicas que son descriptas frecue ntemente corno entidades aisladas.
va condición porque en ella tampoco logra Ja satisfacción narcisis- El psicoanálisis mostró que subyaciendo a lo manifiesto se en-
ta. cuentran estructuras que son determinantes . La del narcisismo per·
La renuncia aparece así como una forma de evitar el dolor narci- mite articular categorías no estancas, que describen estados del psi-
sis'f<r; Y.. .el cam5J,Q__d:e_co.ill!ición-e*rern~@m oerme dio~fa.ra -reahtiJ_.la_
· ilusl.2n.. fl~aíificación narcisista. .. . -~------ -·-·-- 40 El aislamiento que caracteriza a las distintas corrientes del Psicoanálisis ase-
gura, precisamente, que la verdad que cree poseer cada grupo no se<t cuestio·
-:-""tsta dinámica explica algunos casos de dificultad en el estudio sis · nada.

· 172 l '/3

\.
!·.., TRASTORNOS NARCISISTAS
ciu1s mo capaces de originar los unos a los otros. Para tomar un solo
ejemplo que ilustra el nexo entre las categorías digamos que las de- ''

fe nsas rnte la ansiedad narcisista pueden sacar al sujeto de la expec-


tlltiva ansiosa por el fracaso de funciones valorizadas, o la falla de 1 a) . Déficit primario
aquellas defensas precipitar al sujeto en la depresión. Es factible de Fallas de nar- b) Descalificación primaria
cisización [ c) Hipemarcisización (Exhibicionismo primario)
este modo cuando se toma como eje de una clasificación un~ cons-
trncción teórica como la del narcisismo detemlinar las razones de
1Rs transfonnaciones entre estados y predecir hacia dónde pueden
2
desembocar éstos. Fo bias narci- Ejemplos:
Difícilm ente se pueda exagerar la importancia que tiene la cons- sistas (Expec- Sexualidad (impotencia, eyaculación precoz, frigi-
trucción de una nosología psicoanalítica que articule lo observable tativa ansiosa dez)
con los conceptos nucleares de la teoría. La que presentamos, más de fracaso en Tartamudez
"\llá de sus limitaciones, se inscribe en esa línea. funciones nar- Miedo escénico
cisizadas)

a) Evitación. Renuncia narcisista. Retracción


narcisista
. . .. n,!', ' ~ ·.
b) Desnarcisización
c) Mecanismos de defensa (represión, proyección,
negación, etc.)
'.l d) Alteraciones globales del funcionamiento men-
tal (confusión)
e) Compensaciones. Ejemplos:
3 Megalomanía. Exhibicionismo secunda-
Defensas ante rio. Donjuanismo. Ninfomanía. Rabia ·~
ansiedad nar-
narcisista. Negativismo. Cultivo del resen-
cisista )'
timiento. Abuso de poder. Sadismo. Ma-
soquismo narcisista. Idealización del ~ .;

ideal. Descalificación del objeto


f) Experiencia de satisfacción substitutiva. Ejem-
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plos: i :, .,
Adicción. Obesidad. Masturbación com- l
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- pulsiva ;.: ). f : ~~~-·.,
4 "'···, ~f, '.· ,
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Fracaso narci-
sista no com-
pensado
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INDICE
Prólogo 7
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Introducción 11
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Constitución del de~eo narcisista dentro del campo edípico 12

I
' El sistema narcisista intrapsiquico 19

La circulación del significado entre las representaciones par-


,. ' ;! ¡· ciales del yo. Operatoria de las creencias inconscientes 23
1 ,·;
Objetos de la actividad narcisista 35
·. : ..-~: 1
¡ . :.:'.; Posesiones narcisistas del yo 41
i· :' .,.:

' ;¡;:;~, J!
Relaciones narcisistas de objeto 46
' ·'· ....
-~.f- ~. ·¿
¡ •• . Reglas de la enunciación identificatoria 56
El sistema de ideales . La instancia crítica y los metaideales 64
! .L:~~·.·"'.i.~.
1.. •: //
El discurso totalizante 75

El yo ideal y el ideal del yo:


efectos de dos tipos de discursos 75
·~ Aspiraciones narcisistas 109
l .1
i \'1 r
. ~ III .
Trastornos narcisistas 119

Fállas de narcisización 119


123 ,,. '·- .. ·~ ··. ·¡•·..·.
Desnarcisización o déficit secundario
Otras defensas ante la ansiedad narcisista 127
La lógica del inconsciente 131
La gramática del inconsciente 136
Defensas compensatorias del narcisismo 161
Una nosología psicoanalítica de los trastornos narcisistas 173

Esta edi c ió n ci e l.000 ej emplares


se termin ó ck iill¡J1-irnir e n Marzo de 2004
en Impresio nes S11d Am é ri ca
Andrés Ferreyra 3767 /69 , Bu e nos Aires

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