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CAPÍTULO 1: LA POESÍA CORTESANA DEL SIGLO XV

I. INTRODUCCIÓN

En el siglo XV la tendencia literaria culta va cambiando y la lírica galaico-portuguesa va


dejando paso a la lírica castellana, la cual se impondrá como lengua de cultura de
forma clara en este siglo.
La literatura y concretamente la literatura castellana, ampliarán sus usuarios, pues la
composición literaria no sólo quedará en manos del estamento clerical, si no que los
nobles, despiertan el gusto por el hacer literario y se convierten en grandes
consumidores de literatura así como de otros artes, y a su vez, en compositores de
obras literarias.
II. EL CANCIONERO
Esta época literaria vendrá marcada por la ya citada transición de la lírica galaico-
portuguesa a la lírica castellana, además de un influjo de las corrientes francesas e
italianas que serán la base de las nuevas creaciones literarias, sobre todo las líricas. En
este prerrenacimiento, donde se irán perfeccionando las formas castellanas, tendrá
lugar un fenómeno poético conocido como el Cancionero. Este término es utilizado
para diversas materias, pero tendrá su origen en estos poemas cortesanos del siglo XV.
Muchos de ellos, siguen a caballo entre lírica galaico portuguesa y castellana, pero la
segunda va cobrando fuerza en el entorno cortesano. Los cancioneros son varios y de
diferentes tipos: cancioneros manuscritos, cancioneros impresos, cancioneros
colectivos y cancioneros individuales.
Los primeros suelen ser de una gran manufactura, con miniaturas, adornos… cuanto
más complejos, más alto será su destino. Estos Cancioneros por norma, suelen ser
colectivos y los podemos relacionar entre sí, puesto que comparten el origen (la corte)
y en muchos casos una tradición nuclear a las que añadían algunas obras de ámbito
local. Otros cancioneros se han considerado como “clasificados” y constituyen una
recopilación organizada de autores, temas y géneros.
A) EL CANCIONERO DE BAENA
Sigue el criterio de los llamados cancioneros clasificados, con dos tendencias dentro
del Cancionero. Es el más antiguo de todos y fue recopilado por Juan Alfonso de Baena
en torno a 1430 para el rey Juan II de Castilla y su esposa, la reina doña María, a
quienes fue ofrecido en febrero de 1445. Los poetas más representativos de las dos
tendencias son Villasandino e Imperial.
- Alfonso Álvarez de Villasandino.
Poeta de corte. Escribe en torno a unos 200 poemas de forma muy variada y
tema, pero que vienen a constituir una animada crónica poética personal y de

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la corte. A veces, estos poemas cobran un tono difamatorio, aunque las que
más, son composiciones laudatorias, pidiendo favores, o bien, en loor a la
ciudad de Sevilla.
- Francisco Imperial.
El poeta más importante de la segunda escuela del cancionero. Su obra recorre
varias etapas, en las que cultiva diferentes estilos. En sus primeros poemas se
aprecia una fusión entre la lírica gallega y la castellana entremezclada con
motivos poéticos de la francesa y de la italiana. Existen poemas alegóricos, muy
propios de la imitación clásica italiana. Aunque, ya será en su obra el Decir de
las siete virtudes, de 1407 donde abunda la imitación dantesca y el empleo del
endecasílabo.
B) EL CANCIONERO DE PALACIO
Escrito en la Corte de Juan II, entre 1437 y 1442. No existe una clasificación de
autores y temas exactos. Predomina el tema amoroso y también aparece el
histórico, poco propio del cancionero. Se narran acontecimientos y actitudes
propias de la vida cortesana castellana. Los autores son renombrados como
Juan II Y cortesanos de la talla de don Pedro de Portugal. Poetas del pasado
como Imperial y Villasandino. En definitiva, Cancionero de relevancia por la
importancia de sus compositores y por su galantería, con la principalidad
temática de amor cortés.
C) CANCIONERO DE ESTÚÑIGA
Se refunda después de la muerte de Alfonso V el magnánimo (julio 1458). Se
muestra el buen gusto por la lírica castellana y se utiliza el tema del amor,
aunque ya no tanto en su vertiente de amor cortesana si no en un plan más
descriptivo de la pasión amorosa, dando lugar a un tipo de poema más extenso.
A parte de estos poemas de tema más general, hay otros más locales que
hablan sobre las circunstancias de las cortes napolitanas.
D) CANCIONERO GENERAL
Es un cancionero impreso que recoge la tradición de grandes poetas y que fue
llevado a cabo por Hernando del Castillo. Recoge poemas de fuentes
manuscritas no muy reconocidas y de muy diversos autores. En su clasificación
impera la distribución por secciones y géneros poéticos frente a la común
distribución por autores. Aun así, parece que dicha distribución no es muy
exacta.
De este cancionero, debido a su gran éxito comercial, se hizo una segunda
edición y copias casi exactas con denominaciones diferentes. También destacar
de esta composición la aparición de poemas compuestos por mujeres, de las
cuales conocemos su autoría, entre las que destaca Florencia Pinar.

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III. POETAS DE LA SEGUNDA MITAD DE SIGLO
A) GÓMEZ MANRIQUE
Sobrino del Marqués de Santillana y tío de Jorge Manrique. Fue caballero de
letras y armas. Se posicionó a favor de los infantes de Aragón, en contra de don
Álvaro de Luna.
Dentro de sus obras literarias, destacó la de tema amoroso, a través del uso de
alegorías. Otro de su tema tratado fueron los loores, entre los que destacan la
Consolatoria, dedicada a su mujer tras la pérdida de dos hijos suyos en tan solo
cuatro meses. Cultivó también la poesía satírica y de alabanza, e intercambio
poemas por otros poetas de la corte. En cuestiones políticas y doctrinales
criticará duramente la política de Enrique IV en su Exclamación y querella de la
gobernación, a su vez que apoyará a los Reyes Católicos a través del Regimiento
de Príncipes. Realizó algunas piezas dramáticas como los momos en honor al
príncipe Alfonso tras su mayoría de edad.
Estuvo ligado al círculo que se formó bajo el mecenazgo de Alonso Carrillo,
arzobispo de Toledo.
B) ANTÓN DE MONTORO
Poeta cordobés, de profesión ropero. Judío converso. Su actividad poética se
extiende por los reinados de Juan II, Enrique IV y los Reyes Católicos. Frecuentó
el entorno cortesano, y mantuvo disputas y amistades poéticas a partes iguales.
De las primeras quedan registradas las que mantuvo con el Comendador
Román, al que acusa de plagiarle versos. También con Juan de Valladolid, en la
que ambos conversos se injurian por su ascendencia hebraica. Montoro
defendió a los conversos, y el mismo en una súplica a la reina Isabel, en el
último poema del que tenemos noticia, pone de relieve las dificultades que
tienen los judíos conversos de ser aceptados por la España cristiana, a pesar de
las buenas prácticas. De sus amistades poéticas, destacan las que mantuvo con
Gómez Manrique, con el Marqués de Santillana y con Juan de Mena.
C) DIEGO DEL CASTILLO
De menor conocimiento, acompañó en vida a Alfonso V, tanto en Aragón como
en la corte napolitana. Realizó un poema sobre la muerte del rey, llamado la
Visión sobre la muerte del rey don Alfonso, una alegoría en la que en medio de
la tempestad, aparecen las Parcas y la espantable Artropus la cual amonesta a
los que lloran la muerte del rey y hace atestiguar la debilidad del mismo como
hombre que es. Solo queda el rey, con el poeta, aunque este le hace ver que su
fama, a pesar de su muerte, perdurará. En otra de sus obras, Los amores sobre
el Rey de Aragón, hablan del amorío que mantuvo con una dama napolitana
Lucrezia de A´lagno. Enfoca Diego del Castillo este poema amoroso desde la
perspectiva de la dualidad del rey, hombre y semidiós. Por último, en las Coplas

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al coronista del rey don Enrique, Diego del Castillo, ya en España y bajo el
mecenazgo de Alonso Carrillo, escribe al consejero del rey Enrique en un
lenguaje proverbial, pidiendo así, la prudencia y la paz entre las dos tendencias.
Los favorables al príncipe Alfonso (Carrillo) y los defensores del rey Enrique IV.
Es una suposición contextual, pero parece que con este fin se escribieron dichas
coplas.

D) FRAY ÍÑIGO DE MENDOZA


De juventud mundana. Dio un cambio sustancial en su edad adulta, entrando a
formar parte de la orden religiosa de los franciscanos. Fue predicador y
limosnero bajo el reinado de Isabel, con la que mantuvo una gran confianza.
Empleó la copla, y sus temas a tratar son la moralidad y la religiosidad bañada
de tintes políticos y satíricos.
Su principal obra poética son las Coplas de Vita Christi, en la que relata distintos
episodios de la vida de Cristo, concretamente de su infancia, intercalado con
coplas que critican, sobretodo, el reinado de Enrique IV. En su edición
definitiva, en 1482, suprime gran parte de esas críticas y añade otros episodios
de la infancia de Cristo. Importante es también el personaje de la Virgen, y
ambos son el contrapunto a las riquezas de reyes, prelados y nobles
castellanos, a los que critica de forma intrínseca en el relato. De contradictoria
consideración es la discutida obra la Justa entre la Razón y la Sensualidad,
vetada por Pedro de Cartagena con la autorización del rey Fernando, debido a
su alto contenido licencioso y por ser la reina Isabel su destinataria. Otra obra
donde muestra su dualidad mundana y moralista son sus doce Coplas en
vituperio de las malas hembras, que no pueden las tales ser dichas mugeres,
donde critica al género femenino, frente a otras doce En loor de las buenas
mugeres, que mucho triunfo de honor merecen, en las que alaba al género
femenino.
E) FRAY AMBROSIO MONTESINO
Escritor franciscano, protegido de los Reyes Católicos. Sigue la línea de poesía
devocional de Fray Íñigo de Mendoza, basados en la vida de Cristo, en sus
primeros episodios de la infancia y en los relativos a su muerte. Introduce
también crítica política y social de los excesos mundanos de la época. SU
primera obra fueron las Coplas sobre diversas devociones y misterios. Con el
tiempo se convirtió en el poeta favorito de la reina Isabel y predicador del rey
Fernando. Escribe una notable obra Epístolas y Evangelios por todo el año con
sus doctrinas y sermones, en la que realiza traducciones de varios fragmentos
de la Biblia, en una época en la que la lectura de la Biblia en lengua romance
estaba prohibida. Dedicó toda su vida a traducciones de obras sacras y de
sermones al servicio de la Corona y de la Iglesia.

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F) JUAN DEL ENCINA
Compositor de una ingente obra que abarca todos los géneros. De vida viajera,
alternó cargos eclesiales con otros del mismo rango pero de cantor, poeta o
intérprete. Gozó del favor de varios Papas, lo que le llevaría a numerosos viajes
a Roma. Allí, gozaría de la protección y del favor de Alejandro VI, papa español.
Con Julio II, que reinó desde 1503 hasta 1513, recibió la dignidad de arcediano
de la catedral de Málaga, la cual delegó en su hermano Pedro de Hermosilla. Ya
en Málaga, tuvo desavenencias con el cabildo de la ciudad, por no estar
formado en mayores. Tras varios viajes de idas y venidas, de Málaga a Roma
vuelve a la corte papal, ahora bajo el pontificado de León X. Es designado por el
Papa prior de la catedral de León, poco antes de su viaje a Tierra Santa, viaje el
cual cambiaría profundamente a nuestro poeta y de la que es testigo la
Trivagia, en la que narra, desde un trasfondo espiritual, su visita a tierra santa y
a los diferentes espacios sacros, acompañado también de escenas con el
marqués de Tarifa, con el que llevó a cabo el viaje. En este ciclo creativo, tras
vuelta de Tierra Santa, aparecen las Coplas sobre el año de quinientos y veinte y
uno, en las que desarrolla el tema de la profunda pobreza en la que se veía
sumida España en este año, con guerras en Castilla y Valencia, y hambre en
Andalucía.
Profundizando en el análisis de su creación artística, cabe destacar que aparte
de su creación literaria, encontramos en Encina obras de tipo musical,
concretamente en tres géneros de la música: el romance polifónico, el
villancico y la canción, de gran similitud y las mudanzas, conservadas en el
Cancionero musical de Palacio. Será el villancico pieza utilizada en sus
composiciones dramáticas muchas veces utilizadas al final de la obra. Otro de
los géneros que destacamos de Encina, sobre todo por su carácter innovador,
es el de la crítica literaria, en el Arte de poesía castellana, un breve tratado en
prosa sobre teoría poética, donde analiza la lírica de su época, desde el
esplendor de la lengua castellana hasta los recursos literarios, metros…
Bajo el género religioso, escribirá numerosos poemas sobre escenas de la vida
de Cristo, utilizadas en festividades e himnos litúrgicos como el Salve Regina.
Destacamos dentro de esta poesía moral el ya citado Trivagia, más otros dos: el
Triunfo de la Fama, dedicado a los Reyes Católicos y la Tragedia Trobada, un
lamento por la prematura muerte del príncipe Juan en su visita a Salamanca,
tierra de nuestro poeta.
Dentro de esta inabarcable obra emplea también el tema amoroso, con
alabanzas a la amiga, sobre la que da un trato sobrio y respetuoso,
posicionándose así en el debate misógino de la época. También utiliza los
temas pastoriles entremezclados con los de amor cortés, en los que cubre sus
propias emociones. Y para concluir, destacaremos el lirismo de sus canciones y
villancicos sacros en especial los dedicados a la Virgen, a la par que cabe
mencionar sus poemas burlescos y jocosos, como el Juicio sacado de toda la

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Astrología, en donde, a modo burlesco, realiza predicciones falsas sobre el
futuro.

G) FLORENCIA PINAR Y OTRAS MUJERES POETAS


Como ya citamos en la introducción al tema, destaca en la época del siglo XV
español, la aparición de las primeras autoras de nuestra literatura. Sería en la
corte de la reina Isabel, donde empezaría a consolidarse la figura de la mujer
como referente literario. Encontramos ejemplos en la marquesa de Cotrón o
doña Marina Manuel, musas para poetas y escritoras de algunos versos.
Aunque será doña Mayor Arias, la primera mujer que deje rastro de su poesía
en el Cancionero con una cantiga de amigo en estructura zejelesca AA BBBA,
tras la partida de su marido. En ella comienza dirigiendo sus lamentos a la mar,
culpable de su separación y continúa reparando en el momento previo a su
separación. Después la Virgen será la receptora de sus ruegos, por la pronta
vuelta de su marido. Se ven curiosamente entremezclados motivos religiosos y
profanos en el poema. También, a diferencia de amor cortés, nos encontramos
con un amor más doméstico.
Dentro de la corriente de lírica religiosa de la época, aparece la figura de María
Sarmiento, de la cual conservamos diez versos, parte de un poema religioso
más extenso. Con esta pequeña muestra, nos basta para conocer la clase de
persona que fue Sarmiento, la cual fue fundadora y protectora de hospitales y
conventos. Tampoco se conservan poemas de Isabel González, pero si se hacen
referencias en el Cancionero de Baena y en una composición que le dedica
Diego Martínez de Medina donde destaca sus cualidades como poetisa. De
difícil solución es saber porque la dama no contesta a este poema, cuando el
mismo le interfiere acerca del amar sin esperanza, a lo que contesta un fraile
anónimo, dándole a entender que tales comparaciones y alabanzas solo le han
de pertenecer a Dios. Muchas especulaciones se han hecho al respecto, que
Baena cambiase la respuesta…
La cantiga de amigo, vuelve a cultivarse, y esta vez se pone en boca de la reina
Doña Juana, la esposa de Enrique IV, despidiendo al poeta Rodríguez del
Padrón en su peregrinación a Jerusalén. De difícil atribución es este poema a
doña Juana, puesto que la otra versión atribuye el poema a doña María,
primera mujer del rey Juan II.
Otro género que cultivaron las damas de la época, aunque no con exclusividad,
fueron las invenciones las cuales consistían en un motivo plástico y visual (la
devisa, que era un adorno o dibujo en una prenda), acompañado de otro
literario (la letra). Una dama artífice de una ingeniosa invención, es la ya citada
Marquesa de Cotrón. Dichas composiciones se daban en ambientes festivos

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como torneos o justas, donde también, Catalina Manrique, sería autora de otra
letra: nunca mucho costó poco, contestada posteriormente por Pedro de
Cartagena, ofreciéndole sus servicios. También serían compositoras de estas
letras o motes doña Marina Manuel y otra dama desconocida. Este ambiente
festivo, sería también caldo de cultivo de juegos poéticos, donde se intercalan,
preguntas con respuestas y en los que el ingenio y la destreza poética eran de
importancia. Algunas veces se tocaban temas morales o políticos aunque en la
mayoría serían temas socarrones e intrascendentes. En una de estas
contestaciones intervine la dama Vayona, en respuesta a Diego de Sevilla sobre
la corte de la infanta doña Leonor de Navarra, rodeada de una selecta corte
literaria.
De breve obra poética en un tono más individual, destacamos a Florencia Pinar,
hermana del poeta Pinar, de una extensa obra literaria. Será el tema amoroso
el cultivado por Florencia en unas pocas canciones, las cuales conforman su
obra poética. Este sentimiento viene tratado de forma abstracta en algunas de
las canciones, pero generalmente será tratado en primera persona. Cobran
fuerza las escenas de lamento, las cárceles y las cadenas, como en su famosa
canción A unas perdices que le enviaron vivas donde narra el enjaulamiento de
estas aves que ella siente como suyo. Será el amor tratado como algo dañino,
un gusano que come las entrañas. Se puede interpretar estas imágenes
animales como símbolos de deseos sexuales. También emplea, a diferencia de
las damas de su época, recursos literarios como la paradoja, la elisión o la
homonimia.

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TEMA 2 LOS GRANDES POETAS DEL SIGLO XV: EL MARQUÉS DE SANTILLANA, JUAN
DE MENA Y JORGE MANRIQUE.

1. MARQUÉS DE SANTILLANA
A) PERFIL BIOGRÁFICO

Hombre que encarna a la perfección el prototipo de armas y letrado. De


relevancia política y literaria en su contexto social. Hizo la guerra, unas
veces del lado de los infantes de Aragón, otras del rey Juan II, en contra en
algunos casos de los moros, a los que derrotó en alguna ocasión como en la
batalla de Olmedo, recibiendo aquí el título de Marqués de Santillana y
conde del Real Manzanares; en otras, en contra de don Álvaro de Luna.
Le gustaba promocionar su obra literaria y el humanismo de su época en
lengua vulgar con algunas traducciones de autores antiguos e italianos.

B) BIBLIOTECA Y TRADUCCIONES

No sabemos con exactitud la cantidad de libros que llegó a poseer el


Marqués de Santillana. Vendió la gran mayoría a su muerte y solo quedaron
cien ejemplares para sus herederos, de los cuales, muchos se perdieron en
un incendio en 1702 en el palacio de Guadalajara y no será hasta 1882, con
el duque de Osuna, XV Infantado, que sus obras no pasarán a la Biblioteca
Nacional.
Si sabemos que en su gusto por la literatura poseyó una rica biblioteca,
formada mayormente por manuscritos de autores clásicos griegos como
Homero y Platón, de latinos como Virgilio y Séneca, de italianos como
Dante y Petrarca, y de franceses como Alain Chartier.
Para la creación de sus manuscritos no escatimaba en tener consigo a los
mejores artistas, desde los mejores traductores, copistas o miniaturistas
como el pintor Jorge Inglés. Ante el desconocimiento de la lengua latina, y
de forma humilde, el marqués mandó traducir al castellano muchas de las
obras citadas anteriormente, como el Fedón de Platón, realizado por Pedro
Díaz de Toledo, uno de sus colaboradores más destacados. Aparte de los
muchos colaboradores, frecuentarían este círculo literario letrados de la
talla de Juan de Mena y Gómez Manrique.

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C) PRIMERA OBRA POÉTICA: LAS SERRANILLAS

En el final de la compilación de su obra poética, dirigida al condestable Don


Pedro de Portugal, aparece un pequeño escrito de teoría poética, género
poco común hasta entonces, en el que ensalza el origen divino de la poesía
y al que considera de provecho para el alma y no solo como mero
entretenimiento cortesano.

Aunque sería su primer ciclo poético, que abarca desde 1429 hasta 1440,
dado a las cosas alegres, más propias de su juventud. Cultiva en este
periodo el género de la serranilla. La cual será dotada de diversos matices,
lo que hace de Don Íñigo Mendoza un escritor airoso en su afán de no
repetirse. Si bien algunas veces, cambia el carácter de la dama, en otros,
será el final, en el que la serrana no se entregará a los amores del
agasajador galán. Cada una de las ocho serranillas que integran este ciclo
poético está directamente relacionadas con los viajes que realizó el
marqués por la sierra del Moncayo, en la sierra de Cantabria o en la de
Jaén, por poner algunos ejemplos. Una de las serranillas más hermosas son
las compuestas tras su viaje a Cantabria, concretamente el escrito a la
mozuela de Bores.

D) LOS POEMAS ALEGÓRICOS Y NARRATIVOS

Los decires narrativos ocupan la mayor extensión en la obra del Marqués.


En ella, observamos un esplendor literario, producto de la edad adulta en el
que abundan los cultismos y las alegorías a la manera de Dante. Trata el
género de la crítica poética, antes mencionado. Cultivará el género
amoroso, pero desde una perspectiva moralizante como en el Infierno de
los enamorados, un claro aviso a los enamorados de la condenación que
sufren los enamorados que se dejan llevar por la irrefrenable pasión. A
ejemplo se pone la confesión de Macías, trovador gallego que murió por
amor, el cual está sufriendo de esas penas y avisa al marqués, visitante en
el infierno.
Temas de mayor gravedad, como la fortuna, la fama y el destino del
hombre son también tratados, pero empleando el arte mayor, dando así
mayor notoriedad a su obra. Dos obras destacadas, don Enrique de Villena,
exaltación del hombre sabio y Comedieta de Ponza, narra la derrota naval
de Aragón frente a la armada genovesa, lo que hace al autor reflexionar
sobre la Fortuna. En la obra, basada en un sueño en el que aparece el poeta
frente a unas damas de luto (las esposas y la madre de los príncipes de
Aragón), las cuales lamentan ante el escritor Boccaccio la derrota y le piden
que interceda ante la Fortuna. Aparece la Fortuna como una figura
femenina rodeada de un cortejo de reyes, damas… respondiendo a la reina
Leonor sobre el porqué de la derrota y anunciando futuras victorias.

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En cuanto el estilo, observamos las similitudes con la Divina Comedia de
Dante, en cuanto a su métrica, al uso de extranjerismos, de recursos
literarios y de referencias mitológicas. Se describe muy bien el ambiente
cortesano de la época, pues la composición estaba pensada para ser leída
por la corte.

E) POESÍA MORAL Y OTROS POEMAS

Son obras de su etapa madura. Un botón de obra de poesía moral y política


son los Proverbios escritos en 1437 por encargo de Juan II para la educación
del príncipe Enrique. Son enseñanzas proverbiales, de estilo sentencioso,
con relatos históricos de acontecimientos pasados y de carácter reflexivo.
Agudiza su estilo sentencioso utilizando versos cortos, como el octosílabo y
otros recursos métricos como el quebrado.
De 1448 es Bías contra Fortuna, escrita por encargo de su primo el conde
de Alba, encarcelado por Don Álvaro de Luna. En ella, transcurre el diálogo
entre Fortuna y Bías, uno de los siete sabios de Grecia, el cual, tras la
destrucción de su ciudad, aboga por una actitud estoica, y de desapego por
los bienes materiales. Este personaje estaba muy acorde a la situación por
la que pasaba su primo, tras el encarcelamiento. En él Fortuna, fustiga a
Bías con toda clase de castigos, llegando incluso a mandarle al infierno, a lo
que Bías responderá con aplomo en sus convicciones de aferrarse
únicamente a la virtud. El sabio, considera no merecer las penas del fuego
eterno y si merecer la gloria eterna. Es el poema una defensa de la moral
estoica, que el Marqués, había aprendido de sus lecturas de Séneca.
Santillana ensayó también la poesía satírica política, casi todas en contra de
su archienemigo, don Álvaro de Luna. Ejemplo son: Coplas contra Don
Álvaro, crítica mordaz contra el valido derrocado o El doctrinal de privados,
confesiones de los pecados del valido en primera persona.
La poesía religiosa ocupó los últimos años de su vida. Obra importante fue
los Gozos de Nuestra Señora. Parte de los misterios gozosos que se rezaban
a la Virgen (en total 7), a los que añade otros 5 más. Consigue así una
especie de poema-oración de gran musicalidad, compuesto de 12 estrofas
más de una de cierre en el que domina el octosílabo con el quebrado en el
sexto. Una particularidad el poema es que fue copia íntegramente por el
Marqués en un retablo elaborado por el pintor Jorge Inglés. En el aparecen
doce ángeles sujetando cada una de las estrofas. Hoy en día se puede visitar
en el Museo del Prado.

F) LOS SONETOS

Cultivaría el Marqués este género, no sin dubitaciones a la hora de


componerlos, pues le supondría un reto adaptar esta formas italianas a la

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lengua castellana. 42 sonetos serán de su autoría. En ellos trata temas
político-morales, religiosos y amorosos.
Los amorosos ocuparían la mayor parte de su colección, mientras que los
religiosos los cultiva en su última etapa, recopilado en siete sonetos,
dedicados en muchos casos a santos. Los políticos-morales giran en torno a
los “fechos de Castilla”, exhortando a sus compatriotas a luchar contra el
enemigo, o lamentándose de las derrotas castellanas.
Serán los amorosos los que logren mayor cualificación artística. En ellos
trata al amor, como cárcel, y el autor se queja del daño que le cause
sentirse al servicio de la dama sin poder alcanzarla. Aunque pronto, da un
giro en el tema y trata al amor de la mujer como reflejo de la divinidad,
haciendo una comparación hiperbólica entre la dama y el amor divino,
siguiendo así el estilo dantesco. De Petrarca adoptará detalles
composicionales como el primer encuentro, el ideal de belleza femenino (la
mujer rubia de largos cabellos), la enumeración de ríos como elogios, y
diversos artificios retóricos como la antítesis.
Observamos en uno de sus soentos, el uso de la antítesis para enfatizar sus
sentimientos negativos “le huye la vida, le persigue la muerte”. El río como
referencia al lugar donde reside la dama.
Concluyendo, podemos decir que Santillana hispanizó el soneto, aunque no
alcanzó la perfección ni en el fondo ni en la forma de sus modelos italianos.

2. JUAN DE MENA

A) BIOGRAFÍA
De familia hidalga y origen cordobés. Estudió Artes en Salamanca. Viajó a
Italia a instalarse en la corte del papa Eugenio IV, ante el que solicitó
beneficios eclesiásticos en la diócesis de Córdoba. No tuvo mucho éxito en
su petición ya que cuando le fue concedida se le denegó por encontrarse
casado. Entró a formar parte de la corte de Juan II a quien le ofreció su
Laberinto de Fortuna en 1444, como cronista real y secretario de cartas
latinas. Intercaló su estancia en la corte regia con esporádicos viajes a
Córdoba. Se relacionó con los principales personajes de la corte con los que,
para bien o para mal, mantuvo relación el Marqués de Santillana, Íñigo
López de Estúñiga, don Álvaro de Luna, el infante don Pedro…
Dejaría su vida cortesana prácticamente después de la muerte de Juan II,
retirándose a su Córdoba natal.

B) POESÍA DE AMORES

Ampliamente estudiado en tiempos posteriores, y admirado en su tiempo,


cultivó Mena la canción lírica, breve y condensada, en el que narra
emociones fugitivas pero intensas. Sin embargo, sería el decir lírico su
forma preferida. Con una estructura más extensa, analizó la pasión

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amorosa, sin llegar a falta los motivos de loor y encarecimiento de la dama,
propio del amor cortés, pero formulados con recursos retóricos.
El motivo que merece una mención especial, es el de la queja. En ella Mena
recurre con frecuencia a la antítesis muerte, vida. A pesar de que pone de
relieve la queja propia del amor cortés, lo hace desde una perspectiva más
cerebral, abstracta y desdibujada, sin esclarecer e demasías los hechos del
desengaño concreto, empleando para ello, muchos recursos retóricos.

C) VERSOS DE ELOGIO Y VITUPERIO

Por su pertenencia cortesana, compuso Mena otro tipo de poemas de un


tono menor, sobre determinados personajes, acontecimientos que
encarece o rebaja. Caso así es el que le dedica a Juan II con motivos de las
fiestas de Navidad.
También, los laudatorios a otros personajes de la época como el marqués
de Santillana y sobre todo a Don Álvaro de quien alaba su valentía y lealtad.
De sus composiciones de vituperio, destacamos las sátiras en contra de
Estúñiga, al que tildaba de converso, y otra contra un bebedor.

D) LA POESÍA POLÍTICO-ALEGÓRICA DE LA CORONACIÓN DEL MARQUÉS DE


SANTILLANA

De carácter político-moral, celebra el triunfo de Don Íñigo López de


Mendoza contra los moros, en la victoria de Huelma.
El poema se compone de cincuenta y una coplas reales octosílabas, y trata
sobre el recorrido por Tesalia hasta el ascenso al Parnaso de don Íñigo.
Se representan los dos mundos, el de los pecadores de Tesalia y el de los
sabios de Parnaso. El poema así, queda bien equilibrado y estructurado en
dos partes.
El poema en sí, es un ensalzamiento de la figura de caballero que
representa a la perfección el Marqués de Santillana.

E) EL LABERINTO DE FORTUNA
 DEDICATORIA AL REY JUAN II
El poema se produce en un momento de crisis en la monarquía, puesto
que la nobleza pretende disgregar el poder del rey y su valido Don
Álvaro. Además está la acuciante batalla contra los moros. Es entonces,
cuando Mena, compone la obra, de un gran rearme moral para la
monarquía.

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 ARGUMENTO: LA CASA DE FORTUNA Y LOS CÍRCULOS DE LOS
PLANETAS
El poema responde a planteamientos morales y políticos. Trata sobre la
Fortuna, fuerza destinataria al margen de Dios y que es guiada por la
Providencia, en virtud de los actos humanos. Los personajes que
aparecen son pecadores y virtuosos orbitando alrededor, en
representación de los siete planetas, en una línea que recorre desde el
pasado hacia el presente. Los círculos son los siguientes:
 El círculo de la Luna representa a los castos y cazadores, como
Hipólito y la propia reina de Castilla.
 El círculo de Mercurio está consagrado a los consejeros como
Néstor Pándaro , y al traidor conde don Julián. El de Venus a los
amadores, entre ellos adúlteros y fornicarios entre los que
destaca la presencia de Macías (trovador que había retratado el
Marqués de Santillana en el Infierno de los enamorados).
 El círculo de Febo está dedicado a los sabios, como Aristóteles o
don Enrique de Villena, poeta menor de su época.
 La orden de Marte es la más extensa y en ella aparecen
guerreros, tanto aquellos que lucharon noblemente como los
que promovieron guerras indignas.
 Los dos últimos estarán dedicados a los reyes (el de Júpiter) y a
don Álvaro de Luna el de Saturno. Trata en este asunto sobre la
visita de una maga por parte de los partidarios de don Álvaro de
Luna en la guerra interna que acontecía. Critica Mena las guerras
civiles y el pasotismo en el frente de batalla contra el enemigo:
los moros.
 Tras hacer un recorrido por los siete círculos, concluye Mena
haciendo una pregunta a Providencia sobre el futuro del rey Don
Juan II, de quien profetiza un porvenir glorioso.

 LOS TEMAS

Tras el recorrido por una infinidad de personajes, Mena pretende a


través del ejemplo de aquellos virtuosos, alertar al monarca de la
necesidad de regirse por eso valores morales que poseyeron tan
gloriosos personajes, así como derrocar los vicios que encarnan los
personajes pecaminosos de la obra. También, con el anunciamiento
de Providencia del porvenir glorioso del rey, pretende Mena,
arengar al rey a terminar con la conquista del territorio musulmán,
sin perder el tiempo en batallas internas.

 ESTILO Y MÉTRICA

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Recurre Mena en cuanto a la lengua utilizada a un hibridismo entre
latinismos a otros más arcaizantes. Utiliza recursos de amplificatio
rerum como la hipérbole, la imagen, la comparación mitológica y
erudita… También son habituales los recursos de amplificatio
verborum como las repeticiones, simetrías, epanalepsis, hipérbaton,
etc.
En lo que respecta a la métrica, Mena elige el verso de arte mayor,
verso heroico que convenía más al estilo sublime y contenido grave
de la obra. Verso con tendencia a las doce sílabas, dividido en dos
hemistiquios. Emplea términos artificiosos con la finalidad del
alejamiento del convencionalismo de la norma.

 LAS FUENTES

Mena recurre a muy diferentes estudios literarios, desde la Eneida,


pasando por el Roman de la Rose, la Metamorfosis de Ovidio, las
Geórgicas de Virgilio…etc. De estos últimos rescataría escenarios
muy concretos, convirtiéndolos en trasfondo de su obra.
Por todo lo dicho, podríamos concluir que el Laberinto de la Fortuna
es la gran creación de una poesía cívica y regeneradora en el plano
ético y político.

F) LAS COPLAS MORALES

En su última etapa, lejos de la corte regia de Juan II y quizás preludiando su


final, ahonda en la cuestión moralizante, creando una poesía más simple y
eliminando el artificio más propio del Laberinto y de creaciones anteriores.

G) LA OBRA EN PROSA

Importante también fue el legado de Mena en la prosa. Con temática


dispar, desde la mitología, pasando por los nobiliarios hasta la teoría
amorosa. Cultivada en diversos estilos, sean didácticos, narrativos y
ornamentales.
De carácter didáctico-narrativo será su comentario a la Coronación del
Marqués de Santillana. Va glosando y dando explicaciones alegórico-
morales de los mitos y fábulas que aparecen en la obra. Impera en ella un
estilo ornamental, en especial en el prólogo de la obra. La parte didáctica se
convierte en más clara y comprensible, con la finalidad de llegar con
facilidad a la comprensión del lector. Aunque de mayor fama y calado son
las páginas referidas a la explicación alegórico-moral.
La Sumas de la Ilíada de Omero, traducida del Ilias Latina por orden expresa
de Juan II. A pesar de la traducción de dicha obra, parece que Mena no

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queda conforme y concibe que tal obra es inviable de abarcar por parte del
rudo romance. Emplea para no alejar demasiado la obra de su esencia el
latinismo y el calco lingüístico.
Otra obra prosaica de Mena es el proemio para el Libro de las virtuosas e
claras mugeres, que escribe don Álvaro de Luna. En él, con un lenguaje
ornamental aunque algo menos que en su obra homérica, alaba el trato
favorable de la obra hacia las mujeres, una actitud que hace que el poeta
elogie a su autor.
De mayor interés resulta el Tratado de amor de estilo moralizante,
predomina la sencillez y trata sobre el amor lícito frente al loco amor, al
cual Mena pone una serie de remedios y consejos para amar y desamar.
El Tratado sobre el título de duque fue escrito para Don Juan de Guzmán. De
intencionalidad didáctica, pretende ensalzar la figura del duque, a través de
un recorrido por la antigüedad clásica y cristiana, y finalizando con el origen
noble del duque.
Incompletas y fragmentarias son las Memorias de algunos linages antiguos
e nobles de Castilla, dirigidas a Juan II por mandato de don Álvaro de Luna,
explica el origen histórico de catorce linajes castellanos, entre los que figura
el suyo. Pertenece al género de genealogía, propio de esta edad media.

3. JORGE MANRIQUE

A) Jorge Manrique fue el cuarto hijo de don Enrique Manrique, maestre de


Santiago. A la sombra de su padre, debido a la actividad política y militar de
este, perteneció a la orden de Santiago para la que combatió, perdiendo la vida
en uno de esos combates contra el marqués de Villena.

B) LA POESÍA DE CANCIONERO

La obra poética de Jorge Manrique no es muy extensa y se limita prácticamente


a cincuenta poemas. En su poesía de amor, de la más cultivada por el autor,
presenta los rasgos propios de la temática y estilo de la época, con un amor
tratado desde la perspectiva cortesana, aunque a veces logre una mayor
coherencia afectiva.
Para Manrique el amor no es sino servicio y entrega incondicional del amante a
la dama, la cual se mostrará altiva y esquiva. Emplea metáforas del campo
militar, trasladado al campo del amor, como por ejemplo cuando habla de la
herida (beso) que le ha dejado por traición (mientras dormía). Es este amor
caballeresco, sufrido y doloroso el que preferirá Manrique, aunque sin olvidar a
su esposa doña Guiomar, a quien no dudará en cantar.
Cultivó, muy del gusto cortesano, el género de preguntas y respuestas con
otros poetas, y el de invenciones y motes, de tema amoroso. Otras
composiciones, de estilo burlesco y satírico, como son las “Coplas a una
beuda”, dedicadas a una bebedora empedernida que tiene que empeñar su

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manto en la taberna para seguir bebiendo. Pone en boca de la bebedora una
jocosa oración a los pueblos famosos por sus vinos.

C) LAS COPLAS POR LA MUERTE DE SU PADRE

Es la gran obra de Jorge Manrique, considerada una de las más importantes de


la literatura española del siglo XV, muy traducida y comentada en siglos
posteriores.

 COMPOSICIÓN Y ESTRUCTURA
La obra consta de cuarenta estrofas de doce versos cada una, con
alternancia de octosílabos y quebrados, en lo que fue llamado después
la copla manriqueña. Fue escrita tras el fallecimiento de su padre, en
ella se observan tres perspectivas de la muerte: en una primera parte
aborda la muerte en general, en la segunda la muerte histórica y en la
tercera, la muerte concreta de su padre. La primera parte podría ser
dividida a su vez en dos, una sobre la muerte y otra sobre la Fortuna.
Aun así, divisamos en la tendencia general del poema un confluir desde
lo general a lo particular, con numerosos cambios de registro en su
composición, lo que nos hace entrever diferentes circunstancias de
creación.

 REFLEXIÓN SOBRE LA MUERTE


Desde una perspectiva general y que nos incluye a todos, emplea Jorge
Manrique el uso de la primera persona del plural para dotar al texto de
pertenencia social. Aborda el tema de la muerte y del tempus fugit, y
adoctrina con cantidad de ejemplos moralizantes, recogidos de la
tradición bíblica y de los padres de la Iglesia como San Ambrosio o San
Juan Crisóstomo.

 UBI SUNT?
En las siguientes estrofas, emplea Jorge Manrique el tópico para hacer
referencia al poder igualatorio de la muerte, independientemente de la
procedencia, los bienes y riquezas de la persona en cuestión en esta
vida terrena. Introduce sutiles modificaciones en el tópico, como la
reducción a nada más que siete personajes de su época, y con pequeñas
acepciones que los caracterizan, a diferencia de la sórdida cuestión que
solía hacer el tópico con el ubi sunt? más el nombre. Consigue así,
formar un pasado más detallado, más cercano a nuestro presente, y en
el que consigue denunciar comportamientos, como en el caso de
Enrique IV, o transmitir de forma nítida emociones de determinadas
circunstancias.

 EL EPICEDIO DEL MAESTRE DON RODRIGO

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De denuncia política, se aborda en la última parte de la obra. En ella se
expone el retrato moral de don Rodrigo y el momento de su muerte. Se
aprecia también la opinión política que tenía don Jorge, cercana a la de
su padre, y en contra del modelo político que pretendían los Reyes
Católicos, cambiando la monarquía contractual y el sistema feudal por
una monarquía absoluta y una nueva forma de comercio.

 EL AUTO DE LA MUERTE
A diferencia de otras obras fúnebres, en las que la muerte simbolizaba
lo macabro, en esta obra se aprecia una muerte dulce y acogedora, que
dialoga con el fallecido animosamente y le ofrece protección. Es la
imagen cristiana de la muerte, que no es si no camino de vida eterna y
consuelo.
Como conclusión, podemos decir que se trata de una obra de una gran
calidad artística, por introducir elementos comunicativos muy sobrios,
pero la vez afectivos y que hacen que el mensaje sea sencillo de
entender y bien acogido. El recurso literario no abunda, aunque si
emplea sugestivas imágenes que ayudan al lector a entender el
trasfondo político-moral de la obra, convirtiéndola en una referencia de
conducta en la cristiana España prerrenacentista.

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TEMA 3 OTRAS MANIFESTACIONES POÉTICAS. LA LÍORICA
TRADICIONAL. EL ROMANCERO. LA POESÍA SATÍRICA
1. LA LÍRICA TRADICIONAL

A) PROCESO DE DIGNIFICACIÓN
En el siglo XV, comienza el proceso de dignificación de la lírica tradicional, como
aparece en el cancionero de Herberay des Essarts (1468), de la corte navarro-
aragonesa. Las primeras manifestaciones castellanas de lírica popular se suceden en el
Cancionero musical de Palacio, con adaptaciones de poemas tradicionales en estilo
más culto, formando así los villancicos. Este término aparece por primera vez en este
cancionero, en referencia a la lírica popular, a la entonada por los villanos. En este
proceso de dignificación, asistimos a otro de hibridar lo culto con lo popular. Son
diversos los géneros que adaptan esta lírica al teatro religioso, compilaciones de
refranes… Destacamos aquí a poetas religiosos como Fray Íñigo de Mendoza o Fray
Ambrosio Montesino. Por otro lado, a Juan del Encina. Destaca en el villancico el
desarrollo de la glosa por parte del autor culto.
B) TEMAS DE LA LÍRICA TRADICIONAL
Será el principal tema el del amor, sobretodo el de la queja por el amado, ya sea hacia
el amigo o bien hacia una confidente, normalmente la madre. De tema tradicional,
como la jarcha o la cantiga de amigo, pero con matices de amor cortés en la
explicación glosada, vemos ejemplos de ello en obras de carácter culto como la
Celestina o en villancicos del Cancionero musical de Palacio. Los subtemas pueden ir
desde el encuentro en la albada, hasta la triste despedida en el momento de la
separación, pasando por otros tan variados como la rebelión ante el monasterio o ante
la vida monacal.

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C) FORMA POÉTICA
En los comienzos muy variable en cuanto a la métrica y al número de versos. Interesa,
ya en épocas más posteriores, el estribillo, que podía ser de dos, tres o cuatro versos.
La glosa que le proseguía también era variable, aunque predominaba la estructura
zejelesca. Ya a mitad del siglo XVI, se empieza a imponer la estrofa de cuatro versos, y
a finales de siglo la seguidilla.
Respecto a la lengua, destaca su simplicidad y dinamismo. Escasean los adjetivos y
aparecen con frecuencia los verbos de movimiento. La escasez de matices hace del
simbolismo la principal forma de comunicación, una comunicación escasa que deja
entrever más que cita. Se emplea en ocasiones símbolos de la naturaleza.
Es el poema tradicional en muchas ocasiones diálogo, en otros monólogos hacia un
confidente o un amigo que escucha las quejas o solicitudes de una dama. Aparecen
reflejados todos los estratos de la sociedad castellana: el conde, el marinero, el
caballero, el forastero, la serrana, la panadera…

2. EL ROMANCERO

A) CARACTERÍSTICAS GENERALES
De estructura fija, se compone de largas tiradas de ocho versos con rima asonante en
los pares, aunque también pueden aparecer en tiradas monorrimas de dieciséis versos
asonantados. Tiene su origen en la tradición popular oral, de ahí que un mismo
romance pueda cambiar dependiendo del lugar geográfico. Un claro ejemplo es el
romance del Conde Alarcos, denominado en otro sitio como el Conde Claros. Solían ir
acompañados con música, la cual hacía memorizar mejor el poema al pueblo llano.
Algunos de los primeros romances lo encontramos en el Cancionero de Estúñiga, en la
corte napolitana, compuestos por el poeta Carvajales. En Castilla gozó de menor
difusión en sus cancioneros. En su estructura, el poema suele adoptar rasgos
narrativos, bien completo, bien de una escena y predomina el diálogo. Tiene un
carácter teatral, y abunda el recurso de la repetición y de la interpelación al público,
para dotar al poema de un carácter directo, que mantiene al lector en máxima
atención.
B) ROMANCES HISTÓRICOS
También denominados romances noticieros, toman su temática en los acontecimientos
históricos de su tiempo. Quizás el más antiguo sea el de la muerte de Fernando IV,
ocurrida en 1312. Un grupo homogéneo de romances de esta clase son los
denominados Romances del rey don Pedro, referidos a Don Pedro I el Cruel, tenido por
antihéroe en la composición y acusado de obras atroces, como el asesinato de buena
parte de su familia. Un acontecimiento muy remarcado de la época, fue la muerte del
príncipe Don Juan, heredero al trono de los Reyes Católicos, y su muerte temprana en

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Salamanca. Sobre él se narra el famoso poema de su lecho de muerte y los siete
doctores.
De otra índole, son los romances fronterizos, que narran las disputas entre moros y
cristianos. De un gran colorido literario, ejemplos de ellos son el Romance de
Abenámar, que narra el encuentro del rey don Juan II con un moro ante la
impenetrable Granada, y el Romance de Moraima, que trata sobre el engaño de un
cristiano a una mora para entrar en su casa.

C) ROMANCES LITERARIOS
Son los romances que tienen su origen en las crónicas y en los cantares de gesta, tanto
españoles como franceses. Se agrupan el torno a la figura de un héroe, o en algún
episodio bíblico o historia antigua.

 Romances épicos castellanos


Se observan estos ciclos representativos:
- Romances del rey don Rodrigo y la pérdida de España. Compuesto hacia
la segunda mitad del siglo XIV, se inspira en la Crónica sarracina. Uno de
los más famosos es el del Reino perdido, precedido de la Visión de Don
Rodrigo.
- Romances de Bernardo del Carpio. El héroe leonés se enfrentará contra
el ejército de Carlomagno.
- Romances de Fernán González. Conde fundador de Castilla.
- Romance de los Infantes de Lara. Traicionados y muertos, después
vengados por Mudarra.
- Romances del Cid. Desprendidos del novelesco Cantar de Rodrigo, se
nos muestra a un Don Rodrigo más joven, impulsivo y arrogante que el
Cid del Cantar. También recoge este romance diferentes leyendas,
como el reparto del reino por Fernando I, el cerco de Zamora, el cantar
sobre las mocedades de Rodrigo o el cantar del destierro. De la muerte
de Don Fernando extraemos uno, la queja de Doña Urraca su hija, por el
injusto reparto de las tierras. De índole dialogada, es un fragmento del
romance, en el que Urraca y Rodrigo hablan de amores pasados. El
destierro del Cid, se enfoca de forma diferente que el Cantar, mientras
en aquel aparecía afligido, en este, aparece altivo y despreocupado.

 Romances carolingios

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La épica francesa llega a España de forma transfigurada. La batalla de Roncesvalles
será el telón de fondo de varios sucesos épicos con protagonismo francés como la
Huida del rey Marsín, que narra la victoria del ejército francés sobre los moros o el
Sueño de doña Alda, donde presagia la muerte de su esposo Roldán. En este grupo
encuadramos también La muerte de don Beltrán, donde un padre busca el cuerpo de
su hijo. Recuerdo al viejo Aymone buscando a su hijo Rinaldo en la Chanson de Roland.
A la Chanson des Saisnes se refieren los romances de Baldovinos. Inspirado este último
en los amores del sobrino Carlomagno con la mora Sebile en aquel, trata este sobre los
suspiros de Baldovinos por una mora de Sevilla.
Como se ve, los cantares de gesta franceses tuvieron mucha influencia en el
romancero español, con las adaptaciones de los mismos a escenarios y protagonistas
castellanos.

 Romances bíblicos y clásicos

De tradición más tardía, basados en la tradición bíblica destacamos dos: David y


Absalón, el segundo llora la muerte de su padre, contra el que se había rebelado y el
de Tamar y Amón, sobre la violación de aquella por su hermano. De tema clásico,
referidos a la guerra de Troya, El Robo de Elena; de Roma, Tarquino y Lucrecia, sobre la
castidad de esta; o de la antigua Grecia, como la Muerte de Alejandro.

 Romances líricos

Dentro de estos, encontramos unos de carácter novelesco y misterioso como el del


Conde Arnaldos, y otros de motivos folclóricos y simbólicos, como el romance del
Prisionero.
En el primero el conde se ve privado de una felicidad plena, al encontrarse en el idilio
de una mañana de San Juan cazando, y encontrándose con un barco misterioso y un
capitán cuasi divino, que le niega su canto angelical al conde.
En el segundo poema, se narra de forma condensada en catorce versos, la cárcel de
amor, de primavera que sufre un preso. Esta cárcel puede considerarse bien física bien
espiritual y nos habla sobre la privación de los placeres del amor y la primavera.
3. LA POESÍA SATÍRICA

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La poesía satírica se cultivó junto a la poesía grave, y consistía en poemas jocosos, con
temática moralizadora, que criticaba conductas de personajes de su tiempo. Este tipo
de poemas se acrecentaron bajo el reinado de Enrique IV, debido a la degradación de
la monarquía y nobleza de ese tiempo. Normalmente eran de autoría desconocida.

A) Las Coplas de la Panadera

Es una sátira contra los personajes que intervinieron en la batalla de Olmedo. Consta
de cuarenta y ocho colpas de ocho versos octosílabos, cada una añade un noveno
pentasílabo con el estribillo Di, panadera. La panadera, actúa como acompañante de la
escuadrilla y narra la actitud cobarde y poco belicosa de los personajes. Desde el rey
Juan II, pasando por Álvaro de Luna, los infantes de Aragón, nobles de la talla del
marqués de Santillana e incluso eclesiásticos como Alonso Carrillo. Las Coplas se le
atribuyen al mariscal Íñigo Ortiz de Estúñiga, a quien Juan de Mena reprocha en un
escrito por tal composición.

B) Las Coplas del Provincial

Son ciento cuarenta y nueve coplas octosilábicas. En ellas se simula la llegada de un


Provincial (el autor), a un convento (la corte real), y estos van confesando sus diversos
pecados. Empieza con la llegada del Provincial y la comparecencia de Enrique IV y
Lucas de Iranzo, conocidos por sus inclinaciones homosexuales. Después irán
desfilando uno a uno los personajes de la corte, cada uno con sus diferentes culpas y
pecados. Debido a esta temática tan controvertida, el libro fue perseguido, pero por
ello mismo no dejaron de multiplicarse las copias. La fecha de composición hay que
situarla entre 1465 y 1466.

C) Las Coplas de Mingo Revulgo

Es una dura sátira contra el desgobierno de Enrique IV. Es una alegoría de dos
pastores, que representan al pueblo, y el pastor Candaulo, que representa al rey. Este
es el dueño del ganado al que tiene desatendido y desamparado de los lobos, símbolo
de la nobleza parcial y privada. Este abandono del ganado se debe a la holgazanería del
pastor Candaulo, que ha hecho enflaquecer a las perras guardianas: Justilla, Arecilla,
Ventora y Tempera, que simbolizan la Justicia, la Fortaleza, la Prudencia y la
Templanza.

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En su versión más difundida la obra consta de treinta y dos coplas de nueve versos
octosílabos. La sátira es sutil y de gran valor literario. Los pastores se adecuan muy
bien al lenguaje propio de su estamento, con expresiones coloquiales y abundantes
vulgaridades. Pudo ser escrito por Fray Íñigo de Mendoza o por alguien del entorno de
Alonso de Palencia.

D) Las Coplas del tabefe

Siguen en la misma línea que las coplas de Mingo Revulgo, aunque esta vez el pastor
no abandona a su rebaño, sino que lo esquila y lo explota sobremanera. Estas
esquilmas, hacen referencia a los impuestos que se ve obligado a pagar el pueblo,
bastante abusivos. Los perros que trae el pastor, no son perros sino lobos, que
simbolizan a los consejeros del rey. Estas coplas, por las diversas fuentes que nos han
llegado, pudieron ser escritas bajo el reinado de los Reyes Católicos.

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4. MODALIDADES DE LA PROSA EN EL SIGLO XV
El siglo XV constituye una inédita renovación de las formas literarias en prosa, con
géneros ya cultivados que sufren una gran evolución como la historiografía o el cuento.
Otros, de nuevo desarrollo, como la ficción sentimental y el libro de caballerías.
Aparte, existe una amplia producción de literatura humanística, encabezada por la
nobleza de la época, consistente en tratados científicos, históricos…
Sería en el siglo XV, donde se refleja con mayor claridad la evolución de la lengua
romance castellana, alcanzando su punto álgido en 1492, con la Gramática castellana
de Antonio de Nebrija.
1. La escritura de la historia.
Alfonso X dejó una ingente obra que recorre todas las etapas de la historia peninsular,
por los que los historiadores de la época se centrarían más en la historia de su tiempo.
1.1. Las crónicas del siglo XV.
Se centraron en los reinados de la época, el de Juan II, Enrique IV y los Reyes Católicos.
El cargo de cronista terminaría por institucionalizarse y alcanzar un gran valor.
A) Alvar García de Santamaría
Hombre culto y documentado, perteneciente a una ilustre familia de conversos.
Escribe la Crónica de Juan II. Esta se divide en tres partes: en
- En la primera trata sobre Fernando de Antequera, posterior rey de Aragón y
regente de Castilla. Ensalza su figura y su actuación frente al papa cismático
Benedicto XIII.
- La segunda parte, posteriormente revisada, traslada el protagonismo a don
Álvaro de Luna.

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- La tercera parte trata sobre el reinado de los Reyes Católicos, donde justifica la
actuación de la Monarquía.
Des especial interés es el pasaje de la coronación del rey Fernando, por la exaltación
del monarca y la documentación de la espectacular ceremonia.

B) Alfonso de Palencia

Fue cronista real de Enrique IV, aunque siempre se mostró muy contrario a las
actitudes del monarca. Su crónica está escrita en latín y viene enjuiciada moralmente
por el mismo autor. Describirá el reinado como decadente y sombrío.
Tiempo después, fue cronista real de los reyes católicos hasta 1480. La cuarta década
de su Gesta Hispaniensia está dedicada al inicio del reinado de los monarcas católicos y
la guerra con Portugal.

C) Diego Enríquez del Castillo

Capellán y consejero real de Enrique IV, relata en su Crónica de Enrique IV, una actitud
más complaciente y mejor parada del monarca. Le describe como alguien bondadoso y
débil que se ve engañado por los nobles de la época.

D) Diego de Valera

Prototipo de caballero letrado, compuso numerosos tratados de carácter político y


militar, a su vez que combatió en guerras como la de Granada. Recorrió varias cortes y
estuvo al servicio de la monarquía española como consejero y cronista. Ya con los
reyes católicos, escribió la Crónica de los reyes católicos, divida en dos partes:
- La primera, en el problema sucesorio y la guerra con Portugal
- La segunda, en la guerra de Granada.
En última instancia escribirá la Crónica abreviada, compendio general de la historia
española con alto contenido anecdótico y moral.
E) FERNANDO DE PULGAR
Cumplió con tareas administrativas en la corte de Juan II y Enrique IV. Con el mandato
de los reyes católicos, pasó a ser secretario. No estuvo conforme con las primeras
decisiones de la Inquisición, puesto que él era converso. Se retiró de la corte hasta ser

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llamado por la reina en 1482, pasando a ser cronista real. Su obra historiográfica se
constituye en los Claros varones de Castilla y la Crónica de los Reyes Católicos. Esta se
divide en tres partes:
- La primera, tarta de los hechos precedentes al reinado.
- La segunda, de los ocho primeros años de gobierno.
- La tercera, sobre la conquista de Granada.
A pesar de ensalzar las glorias del reinado, Pulgar critica los acontecimientos que no le
gustaban. En su estilo, destaca la ornamentación y el gusto por el embellecimiento de
la historia literaria, al estilo de Cicerón.
F) Andrés Bernáldez
Fue cura y pasó casi toda su vida en Sevilla. De un estilo contrapuesto a Vulgar, escribe
una historia sencilla, con el fin de hacer llegar a los lugareños los sucesos que tuvieron
lugar. Su Crónica de los Reyes Católicos, está elaborada a partir de sus conocimientos
propios y de notables informantes que conoció, como es el caso de Cristóbal Colón, al
que hospedó en su casa. De gran interés son los catorce capítulos dedicados al
descubrimiento de América. Cuenta toda la historia del descubridor, desde su
nacimiento pasando por sus sucesivos viajes y sus descubrimientos. Tiene la validez del
conocimiento directo de Colón.
1.2. Biografías
Será el género historiográfico por experiencia. Los habrá de tipo individual, aunque
serán los menos y estarán basados algunos en el Cid y otros en el rey Roderico, como
la Crónica del rey don Rodrigo, de Pedro del Corral. La crónica, que adopta un esquema
de crónica real, narra desde los inicios del reinado de Don Rodrigo hasta el principio de
la Reconquista con Don Pelayo, pasando por la batalla de Guadalete. Es también una
crítica al reinado de Juan II.
A) EL VICTORIAL
Es ejemplo de la historia individual del siglo XV, narra la historia de don Pero Niño,
conde de Buelna. El libro a pesar de ser una historia individual, trata en su primera
parte sobre la caballería y sus orígenes. Con una exaltación del oficio del caballero se
cierra esta parte de la obra, en la que destaca sus penurias y dificultades.
En la segunda parte, se centra en la figura de don Pero Niño, caballero hazañoso, y del
cual es acompañante el cronista. En el final de la obra, tras seguir inmerso en
numerosas campañas en favor del reino de Castilla, se casa en secreto con Beatriz de
Portugal. Una boda ilícita aunque termina con el perdón de Fernando de Antequera,
que la había desposado con su hijo, el infante don Enrique.
De encarecido aprecio estilístico son las partes de la obra que narran hechos
marineros. Debido, especialmente, a la introducción de la jerga marina en los mismos.

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1.3. Semblanzas y retratos
Se tratan de relatos que pretenden resaltar la individualidad del individuo.
A) Las generaciones y las semblanzas
Escritas por Fernán Pérez de Guzmán, caballero desencantado de la política y contrario
a don Álvaro de Luna. Cultivó la escritura y la espiritualidad. En esta obra trata sobre
aquellos caballeros contemporáneos, pero ya difuntos merecedores de la fama. Da un
cuadro detallado de cada uno, describiéndoles físicamente e incluso detallando sus
vicios y virtudes en vida, no quedando encasillados en símbolos de vicio o virtud.
B) Los claros varones de Castilla
Pulgar pretende presentar en su obra la glorificación de la vieja nobleza castellana y de
algunos caballeros y prelados. Valorará, independientemente de los diversos linajes y
procedencias, la lealtad al rey, así como la práctica de las cuatro virtudes cristianas
(fortaleza, templanza, prudencia y justicia). De esta forma, estos hombres
contemporáneos en su tiempo, serán el ejemplo para la nueva Castilla.
2. LOS LIBROS DE VIAJES
Son el conjunto de libros, que en Castilla, tienen su origen en modelos europeos como
el Libro de las cosas maravillosas de Marco Polo. En ellos, a pesar de los escasos
medios de la época medieval, se relatan los peregrinajes a tierra santa, relaciones de
misioneros y embajadores a Oriente… Con un argumento más o menos verosímil,
tienen la facilidad de transmitirle la vivencia al lector, que se sentirá recorriendo
aquellos lugares insólitos y desconocidos.
2.1 La embajada a Tarmolán
Versa sobre el viaje de tres hombres acompañados de sus ayudantes enviados a
Tarmolán por el rey Enrique III. Estos eran fray Alonso Páez, Gómez de Salazar y Ruy
González de Clavijo, el más que posible escritor del libro. La obra escrita en tercera
persona, y a forma de diario, consta de dos fases:
- La primera, el viaje marítimo desde Cádiz a Trebisonda.
- La segunda, a pie de Trebisonda a Samarcanda, capital del imperio de
Tarmolán.
En la obra abunda la descripción minuciosa y detallada, que dota al texto de lentitud y
de una clara dotación descriptiva, en la que se resaltan los volúmenes, grandezas,
alturas de los enseres que encuentran en el misterioso destino.
Es propio mencionar, otro de los rasgos por los que destaca el relato, y es la exposición
casi diaria del viaje.
Es en conclusión, la Embajada un relato curioso que narra las experiencias ciajeras de
un grupo de españoles del siglo XV y que destaca por su originalidad a la hora de

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transmitirlos así como del asombro que surge en los personajes al encontrarse con la
legendaria Samarcanda y otras regiones de Asia Central.
2.2. Las andanzas y viajes de Pedro Tafur.
Está narrado en primera persona, y destacan por el carácter aventurero e improvisador
del autor. El viaje parece no tener un destino definido y se divide en cuatro etapas:
- La primera transcurre desde Sanlúcar de Barrameda hasta Venecia, pasando
por Roma y otras ciudades italianas.
- La segunda es un viaje a oriente desde Venecia a Oriente, recorriendo
Palestina, Egipto, Turquía, Bizancio y regresando a Venecia.
- La tercera es un viaje al imperio alemán, Países Bajos, Polonia, Austria, pasando
por Italia para llegar de nuevo a Venecia.
- La cuarta etapa narra el regreso a España por el Adriático.
A pesar del aparente orden de los viajes, el autor irá cambiando sus destinos según
salga de viaje. En él, encontrará numerosas dificultades y penalidades. Se encontrará
con otros aventureros, con los que compartirá hospedaje. Junto a esta realidad,
descubre Pero Tafur otra más amable y maravillosa, como relata en las descripciones
de pasajes en Egipto y Babilonia. A pesar de las leyendas en torno a estos lugares, el
espíritu crítico y racional del protagonista hace que no crea a pies puntillas todas las
habladurías en torno a ellas.
2.3 Los Diarios de Colón.
Son de una importancia fundamental por tratarse de unos diarios de una persona que
es marinera y a la par representa a una delegación de Gobierno. De ellos, nos han
llegado fragmentos, y en muchos casos su autoría es muy dudosa, así como sus
traducciones e interpretaciones. Debemos saber la dificultad que tenía Colón para
expresarse, puesto que mezclaba en su castellano lusismos con otras palabras de
procedencia italiana. Muchos de estos diarios nos han llegado de la mano de Fray
Bartolomé de las Casas, debido a su amistad con el hijo de Colón. Este pudo haber
redactado los Diarios del viaje primero y tercero del Almirante.
Colón escribió cuatro Diarios de a bordo, correspondientes a cada uno de sus viajes y
siete Cartas de relación de viaje, dirigidas a los reyes. El diario del primer viaje se
conserva por de Las Casas, mientras que los del segundo, tercer y cuarto viaje se han
perdido. Se conocen solo algunos extractos.
Colón escribirá todas las noches sobre lo acontecido durante el día, desde el viernes 3
de agosto, día por día. La originalidad del escrito es tal debido a que está dotado del
asombro de un aventurero, entremezcladas con muchas noticias relacionadas con la
mar propiamente dicha: velocidad y dirección del viento, estado de las aguas, velas…
Después de su estancia en Canarias, a partir del día 6 de septiembre, el diario se
caracteriza por su escritura rápida y mecánica, escueta y pobre en detalles. Desde el 11

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de octubre hasta la llegada a tierra, el relato se relanza y la escritura de lo acontecido
alcanza mayores dimensiones. Después, se impone otra vez el relato breve y
acelerado.
Tras la descripción de los indicios de tierra, tras la llegada al Nuevo Mundo, se
encuentra Colón con lo desconocido. Un desconocimiento diferente a todo lo
descubierto antes, pues están en tierras vírgenes y de indígenas. Al principio, cuando
se encuentra con El Salvador, Colón describe parcamente el entorno, pero tiempo
después, tras el descubrimiento de La Isabela, describe a la isla con vivacidad y
asombro, dotándola de características muy peculiares y maravillosas.
Esta realidad, se entremezcla también con la leyenda de un rey o príncipe que ayude al
Papa en la tarea evangelizadora por tierras asiáticas. Por eso Colón, cree haber llegado
a islas míticas como Cipango o Catay. Es por lo tanto el viaje, no una simple conquista
marinera, sino una búsqueda de expansión religiosa, en nombre del estado español y
de la fe.
3. LA PROSA DE FICCIÓN
3.1. El relato breve
Serán colecciones de cuentos o exempla, centrados en una crítica mordaz a la sociedad
y con gran calado moral. Destacan, entre otros, el libro de los exemplos por a.b.c. y El
Arcipreste de Talavera, en el que vamos a reparar detenidamente.
3.1.1. El Arcipreste de Talavera o Corbacho.
Compuesto por don Alfonso Martínez de Toledo, arcipreste de Talavera. De estilo
mordaz y satírico, constituye un aviso de los peligros de este mundo y en especial del
peligro de las malas mujeres, que han llevado a la perdición a numerosos hombres
sabios. Destaca así, su contenido misógino. También hará crítica del amor cortesano.
Todo esto, en un estilo próximo al sermón, con preponderancia de la segunda persona,
que hace referencia a aquel que es avisado de estos males de amor, que llevan a la
muerte, a la desgracia y a la ruina.
Entremezcla la leyenda de personajes del pasado con vivencias personales y cercanas.
Su estilo ha sido comentado por literatos contemporáneos como Dámaso Alonso, el
cual considera que en su obra de carácter moralista, se muestran tintes de lo que es la
novela actual, por sus detalladas descripciones y la adecuación lingüística de sus
personajes.
3.2. Los libros de caballerías
Son más propios del siglo XVI, aunque en el XV empiezan a formar sus rasgos. Tienen
su origen en la leyenda artúrica, en la Historia Regum Britranniae, del obispo
Godofredo de Monmouth (siglo X). En él, empieza a cobrar importancia la presencia
del rey Arturo.

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Tiempo después, la leyenda se empezará a divulgar a través de los romans como los
que componen Wace o Robert de Boron (siglo XIII). En este contexto, continúa el
procedimiento de combinar narraciones en agrupaciones coherentes con la Vulgata,
compuesta a su vez por cinco libros. En ella aparecen salteadas, historias como la
llegada de José de Arimatea y el grial, con la posterior conversión de los británicos al
cristianismo y la trágica derrota de Artús y su reino, entre otros temas.
De esta literatura caballeresca, simplemente llegaron a la península traducciones como
la del Roman du Graal, por un fraile llamado Juan Bivas, a finales del siglo XIII o bien a
principios del XIV. En cuanto a menciones, citar las que empiezan a aparecer en el siglo
XIII, como los Anales toledanos y en la General estoria de Alfonso X, continuando
después con otras como en El libro de la caza de Don Juan Manuel.

3.2.1. EL “Amadís” primitivo


Sus fuentes, en su mayoría, procederán de la leyenda artúrica, dándolo ipso facto
como cierta, lo que ya introduce al lector en un mundo ficticio.
El texto completo del Amadís, lo conocemos por la refundición de Garci Rodriguez de
Montalvo, en 1508, en Zaragoza. El texto de Montalvo es una refundición de versiones
anteriores hoy desconocidas. Se ha debatido sobre el origen del antiguo “Amadís”,
pudiese ser castellano, pudiese ser portugués, o incluso que ambas versiones
estuvieran presentes, así como de sus dimensiones, muy posiblemente dividido en tres
tomos.
Este Amadís, que recoge la tradición artúrica, no está exento de influencias, por
ejemplo, de pasajes del ciclo troyano en referencia a Ulises. Es más, en cierto modo, a
Montalvo no le interesa mostrar un Amadís acorde a aquella tradición, en la que el hijo
asesina vilmente a su padre y en la que hay adulterio como el de la reina Ginebra, sino
que pretende mostrar un Amadís más acorde a la condición católica de España, en
plena guerra contra los moros y con el proceso sucesorio de los Reyes Católicos.
Terminará entonces convirtiendo a Espladián en el nuevo consorte de la literatura
caballeresca.
3.2.2. Novelas cortas de tema caballeresco
Gracias al efecto de la imprenta, se empiezan a difundir a finales del siglo XV principios
del XVI, novelas cortas de tema caballeresco. Muchas de ellas tienen su origen en los
poemas franceses, que ahora se editan en versión castellana. Citamos los más
importantes y conocidos:
- La Historia de los dos enamorados Flores y Blacaflor, entroncada en el ciclo
carolingio y editada en 1512, comienza en el Camino de Santiago, donde una
pareja de la nobleza italiana es atacada. Muerto el marido, la esposa dará luz a

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Blancaflor, que se casará con Flores, hijo del Sultán que nace ese día. La historia
concluye con la conversión de Flores al cristianismo.
- La Historia del caballero Clamades es una traducción castellana de un poema
francés del siglo XIII. Se cuentan los amores del protagonista de la princesa
Clarmonda a lomos de su fantástico caballo de madera.
- La Historia de los nobles caballeros Oliveros de Castilla y Artús de Algarbe.
Traducción del original francés. Protagonizada por dos caballeros que se crían
juntos y que con el tiempo se convertirán en auténticos hermanos,
protagonizando numerosos actos heroicos en favor de su hermanastro.
- La Historia de la linda Melosina, editada en castellano en 1489, recoge la
leyenda de Melosina, condenada a transformarse en serpiente de cintura para
abajo los sábados. Remondín, su marido, descubre el misterio y Melosina
termina por huir de él y de sus hijos.
- La Historia del noble Vespasiano, editada en Toledo en 1492, cuenta la leyenda
del emperador Vespasiano, que tras haber sido curado de lepra por el sudario
de la Verónica, pone cerco a Jerusalén, lo castiga y se convierte al cristianismo.
- El Libro del esforzado caballero conde Partinuples, editado en Sevilla en 1499,
cuenta la historia de este personaje, sobrino del rey de Francia, que por
encantamiento es llevado al castillo de la viuda del emperador de
Constantinopla, con quien, tras diversos indicentes y aventuras, terminará
casando.

3.3. La ficción sentimental

3.3.1. Características generales


Se tratan de novelas cortas, centradas en los sentimientos y en los amoríos de los
personajes, más que en los sucesos externos. Suelen caracterizarse por un amor de
tipo cortés, que suele tener un final trágico, aunque expresado de forma dialéctica, a
diferencia de la unilateralidad de la poesía cortesana. Es también una teoría del buen
amor, y que rescata en muchas de sus partes preceptos amatorios de las obras eróticas
de Ovidio, de ahí que se les haya llegado a denominar “cuentos ovidianos”.
Como ejemplo enumeraremos las siguientes obras: el Siervo libre de amor de Juan
Rodríguez del Padrón; las novelas Grisel y Mirabella y Grimalte y Gradisa, de Juan de
Flores; y el Tratado de amores de Arnalte y Lucenda y la Cárcel de amor, de Diego San
Pedro.
A continuación, estudiaremos las obras de estos autores.
3.3.2. Juan Rodríguez del Padrón

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De origen gallego, se profesó franciscano. Vivió en tiempos del rey Juan II, y dejó una
prolífera obra poética con diversas canciones amorosas y poemas, algunos famosos
como Los siete gozos de amor y Los diez mandamientos de amor. Aunque será en
prosa con la traducción de las Heroidas de Ovidio o el Triunfo de las donas donde el
autor consiga mayor reconocimiento.
Su obra principal será pues, en prosa y será llamada Siervo libre de amor, compuesta
hacia 1440 y considerada la primera de las ficciones sentimentales de la época.
La obra, de una complejidad asombrosa, narra, en tres tiempos, el paso del amor
correspondido al no amor, pasando previamente por el amor no correspondido. La
obra llena de simbolismo y alegorías, versa sobre la solicitud de consejos de un amigo
sobre tema de amor, a lo que se responde el autor a través de una carta sobre el
procedimiento que debe llevar para el desenamoramiento. Ese paso está relacionado
con los árboles: el verde arrayán, como el árbol del amor correspondido; el árbol del
paraíso como el del no correspondido; y la verde oliva como el de no amar. En esta
maravillosa correspondencia entre el estado emocional del amante y el árbol, la
naturaleza cambia dependiendo de dicho estado.
Tras encontrarse el autor en un estado de desesperación, recurre a la invocación de la
muerte, e introduce la segunda parte de la obra, que trata sobre el amor de Ardanlier y
la joven Liesa, y se conoce como la Estoria de dos amantes. El amor entre ambos es
imposible, por la oposición de sus familiares. Es más, Liesa muere asesinado en manos
del padre de Ardanlier, lo que provoca que el amante se suicide. Al final, los amantes
son vengados y enterrados dignamente.
Se trata entonces, como decíamos al principio, de una obra muy compleja, en la que se
mezclan pasajes, acontecimientos autobiográficos, leyendas, alegorías… pero que
dotan al texto de un gran interés y misterio.
3.3.3. Juan de Flores
Poco sabemos de su vida, quizá que fue salmantino y rector de esta universidad.
También es posible que perteneciera a la corte regia de Fernando el Católico y
escribiera la Crónica incompleta de los Reyes Católicos. Su actividad literaria transcurrió
en el último tercio del siglo XV.

Es autor del Triunfo de Amor, un duro debate entre el dios Amor y sus víctimas,
aunque sus obras principales son Grimalte y Gradissa y Grisel y Mirabella. De la
segunda sabemos que narra una historia clandestina entre un caballero (Grisel) y una
princesa (Mirabella). Ambos son descubiertos en amores por el rey y son llevados al
tribunal, por el cual el culpable sería aquel que amara más. Ambos exculpan al otro,
pero la defensa final será a cargo de Briseida, en favor de la mujer, y de Torrellas
(poeta que escribió en contra de las mujeres) en contra de ella. Termina venciendo
Torrellas, y el final es muy trágico. La princesa en el momento de su ajusticiamiento es
salvada por Grisel que muere en las llamas, mientras que aquella cae, en los leones y

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es devorada. Al final, sus muertes son vengadas con la muerte de Torrellas por parte
de Briseida y sus vasallos.

De Grimalte y Gradissa, sabemos que igualmente tiene el litigio amoroso como


temática principal. En este caso, Gradissa, impone a Grimalte la búsqueda de su
amado, Pánfilo, que se halla en Florencia. En el camino Grimalte se encuentra con
Fiometa, que, tras tener casi convencido a Pánfilo, este termina renegando de
Gradissa, y esta decide quitarse la vida por su mal de amores.
Finalmente en la tumba de Gradissa se construye un mausoleo con figuras alegóricas
de sus tormentos.

3.3.4. Diego de San Pedro

Criado del conde de Urueña. Poco sabemos de su vida. Murió a finales del siglo XV. De
su obra literaria conservamos dos de gran importancia. El Tratado de amores de
Arnalte y Lucenda y la Cárcel de amor. La primera fue dedicada a las damas de la reina
y trata de una historia de amor entre Arnalte y Lucendo, los cuales intercambian cartas
y se ven en secreto. Lucendo es traicionado por su amigo Elierso, que casa con
Lucenda al que desafía y da muerte. Al final ambos acaban distanciados.
De Cárcel de amor haremos un análisis más profundo. Trata sobre el mal de amores de
Leriano, que se halla encarcelado en una torre, edificada toda ella de elementos
simbólicos. Leriano, le cuenta al autor de quien se haya enamorado y le pide que
interceda por él. En efecto, el autor, a sabiendas de que Leriano está enamorado de
Laureola, hija del rey Gaulo, interviene y consigue que exista una correspondencia
entre ambos.
Así pues, Leriano, abandona su cárcel de amor y marcha a la corte regia. Allí, es
falsamente acusado por Persio, un caballero de la corte envidioso de su suerte. Este
habla al rey, sobre encuentros secretos de su hija con el foráneo, de lo cual el rey da
veracidad y condena a su hija a muerte. Leriano exige un duelo con Persio, y consigue
liberar a Laureola de su pena de muerte. Aun así, esta no corresponderá a Leriano, por
miedo a una pena capital, lo que afecta en gran manera a Leriano que decide dejarse
morir, frente a la tristeza y negación de sus más allegados. Leriano muere,
previamente de haber ingerido las cartas que Laureola le había escrito.

4. ALGUNOS ESCRITORES HUMANISTAS

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El Humanismo en España se dio en fechas más tardías que en Italia. Los humanistas
españoles que entraron en contacto con el movimiento, fueron clérigos o seglares que
visitaron los concilios de Constanza o Basilea y estuvieron cerca de la curia romana,
con la que entraron en contacto. Basaron su humanismo en la traducción de obras
clásicas, o humanistas italianas, procedentes del país transalpino. Se sumaron a este
grupo de humanistas hombres de armas que cambiaron la caballería por un fervoroso
estudio de las letras, llegando a tener grandes bibliotecas.
A) Don Enrique de Villena
De origen noble, recibió sus influencias humanistas en Aragón, en un ambiente
literario catalán, heredero de la tradición poética provenzal y en contacto con el
humanismo italiano. Ya en Castilla, en su señorío de Iniesta, encarnó Don Enrique un
nuevo modelo de caballero, interesado en nuevas artes, como la astrología, las
peligrosas artes mágicas y otras ciencias y saberes.
Obró también traducciones de clásicos de la antigüedad y del humanismo italiano,
encargadas por el marqués de Santillana, a saber, la Eneida de Virgilio y la Divina
Comedia de Dante. También compuso Los doce trabajos de Hércules (1417), un tratado
de asunto mitológico relacionado con el sentido político, cívico y social de la época,
donde Hércules es considerado como ejemplo en cada una de las labores que
desempeña para los diferentes estamentos sociales (príncipes, labradores,
caballeros…)
Villena tuvo gran consideración entre los escritores de su época. Muestra de ello, es el
solemne poema a su muerte del Marqués de Santillana, Defunsión de don Enrique de
Villena, una exaltación de la figura de Villena como mentor intelectual de aquella
generación de poetas y letrados.
B) Alonso de Cartagena
De origen judío, se convirtió al cristianismo bajo el nombre de Alonso de Cartagena,
ciudad donde pasó su mocedad y llegando a ser obispo de la misma. Fue consejero y
embajador de la corte de Juan II, y tuvo como misión asistir a concilios como el de
Basilea.
Más allá de su vida activa en asuntos religiosos y diplomáticos, destacamos su
producción literaria, donde sobresale la traducción. Tradujo obras de Séneca, que
empleó para la formación moral del joven Juan II. De estas traducciones se conservan
decenas de manuscritos, publicados con el título de Los cinco libros de Séneca (1491).
Cartagena criticó la traducción de la Ética a Nicómaco realizada por el italiano Bruni,
considerando de mayor fidelidad una medieval, que el atribuyó a Boecio.
Cartagena escribió también algunas obras propias como el Doctrinal de Caballeros o el
Oracional, todas ellas de contenido moralizante.

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C) Alfonso Fernández de Madrigal

D) Mosén Diego de Valera


Ideal del humanista de armas, fue consejero real, y un activo en los conflictos bélicos
de la época, como en la guerra de Granada. Escribió obras de gran calado moral y
ligado a la corte regia, como el Doctrinal de los Príncipes, dirigido a Fernando el
Católico. También escribió un Tratado en defensa de las virtuosas mujeres, entrando
de lleno en la polémica del momento, centrada en el papel de la mujer en la sociedad,
y en este caso, en contra de la corriente misógina encabezada por Alfonso Martínez de
Toledo y su Corbacho.
E) Juan de Lucena
Hijo del converso Martín de Lucena, traductor de la Divina Comedia. Viajó a la curia
romana, y allí, hubo de componer su principal obra, el Diálogo de vita beata, fruto de
las ideas que se debaten en Italia. El libro viene a ser una adaptación del tratado De
vitae felicitate, del humanista Bartolomeo Facio. En la adaptación, aparece el dialogo
con tres interlocutores castellanos, ya muertos, sobre la felicidad del hombre. El
primero, Juan de Mena, defiende que la felicidad se encuentra en la vida activa. A
continuación, Santillana defiende la felicidad de la vida contemplativa y Cartagena irá
rebatiendo los argumentos de uno y de otro y negará toda posibilidad de felicidad en
esta vida. Al final, aparecerá la intervención del autor, de acuerdo con la visión de
Cartagena.
Otras obras menores de Lucena son: la Epístola exhortativa a las letras, en elogio a
Isabel la Católica; el Tractado de los gualardones, sobre el origen de los heraldos y el
ceremonial caballeresco; y una Carta a los Reyes Católicos, denunciando los excesos de
la Inquisición contra los judíos y conversos.
F) Elio Antonio de Nebrija
Figura eminente del humanismo español, estuvo en contacto con el humanismo
italiano, país en el que reside por diez años. A su vuelta, entrará en la vida universitaria
española como catedrático de Gramática en la universidad de Salamanca. Tras años en

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la cátedra, deja la ocupación, y se une a la Orden de Alcántara, en Zalamea. En esta
orden, de fervoroso espíritu humanista, escribirá una de sus obras cumbres: su
Gramática Castellana.
En el 1505, retorna a Salamanca para ocupar una cátedra de Gramática. Prosigue en
esta etapa con el estudio de la filología bíblica, iniciada ya en su estancia en la Orden.
Se embarcará en la traducción de las santas escrituras, pero su traducción, muy fiel al
texto, chocará con los planes del cardenal Cisneros.
La obra de Nebrija abarca amplios dominios del saber, desde la pedagogía a la historia
o de la religión a la filología. Sobre educación escribe De liberis educandis que trata
sobre los métodos de enseñanza, recogiendo aquí preceptos de grandes maestros de
la antigüedad, como los de Aristóteles o Plutardo. De índole pedagógica son también
las ediciones que realizó de obras como Epístolas y Evangelios, homilías, oraciones,
salmos… A esta labor de editor hay que añadir la de comentarista de los pasajes
bíblicos. Al campo del derecho aportó también un Lexicon iuiris civilis,
En el terreno historiográfico, abogó por un criterio científico y riguroso, propio del
humanismo italiano. Escribe en latín la crónica de los reyes católicos, una traducción
de la de Pulgar pero con acortamiento de ciertos pasajes y ampliación en otros.
Tmbién, de traducción al latín es su De Bello Navariensi, de Luis Correa, llamada en
castellano, conquista del reino de Granada.
Sería en el campo filológico donde Nebrija llevó a término lo más granado de su obra.
En su primera etapa filológica, hasta 1486, centró sus esfuerzos en la restitución del
latín clásico y en su aprendizaje, desprestigiando al latín escolástico de la época. Para
ello escribe Introductiones latinae, que pretende servir como referencia para los
estudios del latín. Ya en su segunda etapa, se centra en la materia del lenguaje, dando
a luz a dos diccionarios, el latino-español y el hispano-latino. Por otra parte, acomete la
novedosa empresa de dotar al castellano, hasta entonces una lengua vulgar, como
vehículo de cultura y creando su obra más popular, la Gramática castellana, de 1492.
La obra, dividida en cinco libros, estudia las partes de la gramática y ortografía, la
prosodia, la etimología y la sintaxis. Pretenda fijar e inmovilizar la lengua castellana,
que para el autor ha llegado a su máximo esplendor.

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TEMA 5
EL TEATRO. LA CELESTINA.
1. EL TEATRO EN EL SIGLO XV
Tenemos datos suficientes como para saber que existe una animada actividad
dramática en el siglo y en diversos géneros.
1.1. TEATRO RELIGIOSO
Se representará en las naves de catedrales y parroquias o en las capillas de
monasterios y conventos, sobre todo para determinadas fiestas como la Navidad y la
Semana Santa. De gran cultivo es este teatro en el arzobispado de Toledo, promovido
por Alonso Carrillo. En esta ciudad, aparte de la Navidad y de la Pasión se celebraba
con espectacularidad la fiesta del Corpus Christi, como recogen los libros de gasto y
fábrica de la catedral.
Del subgénero pasional, nos ha llegado un Auto de la Pasión, de Alonso del Campo,
una adaptación de una versión más arcaica que intercala episodios evangélicos de la
pasión de Cristo, con monólogos de San Juan, San Pedro y la Virgen, dotando a la obra
de la piedad evocada en los concilios y sínodos eclesiásticos de la época.
Del teatro de Navidad, la muestra más notable la constituye la Representación del
Nacimiento de Nuestro Señor, de Gómez Manrique, construida sobre el esquema
tradicional evangélico del anuncio del ángel a los pastores, la marcha de estos al
nacimiento y la adoración y ofrenda de presentes. Dicho esquema es hábilmente
variado con la introducción de las dudas de José al respecto de la virginidad de María o

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la inserción de elementos propios de la pasión en la escena del nacimiento,
contraponiendo así el gozo del nacimiento de Jesús con la crueldad de su muerte.
Del mismo ambiente devoto surge de autoría anónima el Auto de la huida a Egipto,
escrito por las clarisas de Santa María de la Bretonera (Burgos). En él, se entremezclan
pasajes de los evangelios con otros de los apócrifos, como el encuentro con los tres
ladrones.
1.2. TEATRO PROFANO
Representado en la corte, existía una vertiente de este teatro que imitaba al de la
temática eclesiástica, como se nos muestra en la Crónica del condestable Miguel Lucas
de Iranzo, que, con motivo de la Navidad y los Reyes, mandó representar La Estoria del
Nacimiento y de los pastores y la Estoria de cuando los Reyes vinieron a adorar y a dar
sus presentes. El único cambio era el del escenario y el de los actores, a saber: clérigos
y cantores por pajes y caballeros cortesanos.
Sería el momo el género parateatral más significativo en la corte. Era un espectáculo
diverso, en el que intervenían todos los miembros de la corte, desde el rey al último
paje. Solía suceder de noche, tras una jornada de torneos y justas, y consistía en unos
momos, que tenían letra y texto, que iban acompañados de máscaras y de danzas.
De Gómez Manrique conocemos unos que compuso a su sobrino, con la aparición de
las siete virtudes recitando estrofas de parabién, y otros, en honor al príncipe don
Alfonso, con motivo de su mayoría de edad, donde aparecen las nueve musas,
recitando igualmente cada una de ellas una bienaventuranza al príncipe.
Hubo momos de muy diversas clases, entre los que destacamos los de asunto amoroso
y caballeresco, como los que evoca Diego de San Pedro en el Tratado de amores de
Arnalte y Lucenda. O como los celebrados en las bodas del condestable Lucas de
Iranzo.
Del mismo asunto amoroso, destaca también una Momería de Francisco Moner, paje
de Juan II. En la Momería, aparece un gran cisne en cuyo interior aparecen seis
caballeros disfrazados de negro, cada cual, con un dolor de amor causado por una
dama. Estos recitaban en cada estrofa, cuál era ese dolor a la dama.
Como conclusión, diremos que, aunque este espectáculo del momo era algo
parateatral, pues, no tenemos todos los elementos propios para considerarlo teatro
como tal, si se atisban algunos indicios de las características básicas de una obra de
teatro.
Por último, otro subgénero parateatral, por así decirlo, son los textos dialogados, en
los cuales, aunque no sepamos con certeza que fueron representados son susceptibles
de ello. Los asuntos tratados, son algunas veces de carácter amoroso, como en el
Diálogo del Viejo, el amor y la Hermosa, en el que el primero es rechazado por la
última. Temas parecidos tratan las Coplas de Puertocarrero, que desde la distancia,

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valora de forma cómica el sufrimiento del caballero y la crueldad de la dama en el
amor cortés.
En otras ocasiones dentro de estos textos dialogados, lo que se representan son piezas
de carácter político, como la Égloga de Francisco de Madrid, basada en la conquista de
Carlos VIII de Francia del territorio napolitano, hasta ahora en manos de Fernando el
Católico. En la égloga se caracteriza a Carlos VIII, como el ambicioso Peligro, mientras
que a Fernando el Católico se le identifica con el apaciguador Fernando.
1.3. JUAN DEL ENCINA
Es propiamente el iniciador del teatro castellano. En el capítulo 1, tratamos sobre su
biografía y sobre sus obras destacadas en otros géneros, aunque en este apartado, nos
vamos a dedicar a su producción poética.
Es como tal, por su finitud en las obras, y sus características, el iniciador como tal del
teatro castellano. Su obra consta de catorce piezas teatrales, a las que él llamó
églogas, compuestas entre 1492 y 1513, transmitidas en las sucesivas ediciones de su
Cancionero o en pliegos sueltos del siglo XVI.
Su actividad dramática se inicia en la corte ducal de Alba de Tormes, corte de cierta
tradición representativa, de la que Encina toma referencias para su teatro. A estos
esbozos cortesanos de teatro, Encina, lo dotará de ritmo teatral, fijará las condiciones
de puesta en escena, potenciará el elemento lírico y musical, y les prestará un mayor
desarrollo textual.
Sucede así en las representaciones de Navidad (Égloga representada en la noche de la
Navidad y Égloga representada en la mesma noche de Navidad), donde traza una
interlocución entre los distintos evangelistas, fusiona la tradición de los canónicos con
los apócrifos e incorpora nuevos personajes, como el de la Verónica. Las dos églogas
de Carnaval (Égloga representada en la noche postrera de Carnal y Égloga
representada la mesma noche de Antruejo) son presentadas en forma seriada, siendo
la primera el preludio de la segunda. En la segunda, aparecen dos pastores Bras y
Beneito, que se lamentan por los rumores de la partida del Duque a la guerra contra
Francia. Aparece luego un tercer pastor, Pedruelo, que anuncia la paz entre las dos
naciones. La obra termina con un villancico en el que todos ruegan la paz a Dios. El
elemento carnavalesco aparece solo con la compra de sardinas para el primer domingo
de la cuaresma. Uno de los pasajes más destacados es en el que Beneito relata la
batalla entre Carnal y Cuaresma, con la decisión final de los pastores de vivir el
momento presente. En esta escena se dan situaciones hilarantes y cómicas por el
carácter rústico de los personajes.
De otra dote son otras dos piezas seriadas, la Égloga representada en requesta de unos
amores y la Égloga de Mingo, Gil y Pascuala. Son estas piezas de la tradición pastoril,
en la que un caballero requiere los amores de una pastora. En este caso la pastora,
Pascuala, es cortejada por un pastor, Mingo y por un Escudero. Pascuala elige al
Escudero, con la condición de que se haga pastor, Mingo maldice su condición social.

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En la segunda égloga, aparece ya el Escudero como el pastor Gil, mientras que Mingo
sigue despechado. Gil decide llevar a Pascuala, su mujer a palacio, y también a Mingo y
a su mujer Menga. Tiene esta obra dramática mayor profundidad, por tratar el poder
transformador del amor, dando muestras así de una clara evolución en el teatro de
Encina.
Tras dejar la corte los duques y antes de partir a Italia, escribe Encina obras que son
representadas en Salamanca. Una de ellas es la Representación sobre el poder del
Amor, ante el príncipe don Juan y su esposa, Margarita de Austria, que trata sobre el
enamoramiento del pastor Pelayo, el cual no puede resistirse al poder del amor. Otra
obra de esta época es el Auto del repelón, donde dos villanos que van a vender sus
productos a la ciudad, son burlados por un grupo de estudiantes. Es una obra un tanto
marginal dentro de la producción de Encina, debido sobre todo a la temática
diferencial de la misma.
Con sus viajes a Italia, surge un giro en la obra dramática de Encina. Siguiendo en la
línea pastoril, pero con un trazo diferente, sigue atraído por la égloga, como
demuestra en su Égloga de Cristino y Febea. Cristino, tiene un dilema entre elegir su
vida ascética o su amor por Febea, una ninfa. El dios Amor, enfadado con Cristino,
incita a Febea a seducirle y a abandonarlo después. Es esta obra, un triunfo de la carne
sobre el espíritu y una muestra de nuevos valores y tendencias en la obra de Encina,
propias de las corrientes de la Italia renacentista, más cercana al mundo vitalista y
paganizante. Otra égloga de este período es la Égloga de Fileno, Zambardo y Cardonio,
que pone en escena la figura del pastor suicida por un amor no correspondido (Fileno),
y del confidente zafio y grosero (Zambardo). Dotado de la sobriedad mediante el verso
de arte mayor, propio de su argumento trágico, se le introducen rasgos cómicos y
sarcásticos, los cuales no aparecen en el modelo de Antonio Tebaldeo.
La Égloga de Plácida y Vitoriano, es una historia trágica de amor, que termina en final
feliz tras el suicidio y resurrección de Plácida, gracias a la intervención de los dioses
Venus y Mercurio. Se decanta Encina en esta égloga por un teatro más cercano a la
corriente clasicista del teatro italiano y no duda en incorporar personajes y dioses
mitológicos a la acción. Se nos muestra también un cambio en el modelo de amor.
Vitoriano, ya no representa al amor cortés, ese amor que hace preso, muerto y
enfermo si no, por el contrario hace al amador, libre, vivo y sano, como muestra así de
la correspondencia de su amor.
1.4. LA “DANZA DE LA MUERTE”
La aparición de la muerte es cuantiosa en la poesía medieval, bien en vidas de santos,
relatos heroicos, enseñanzas religiosas y morales…
De este protagonismo de la muerte, el paso siguiente es el de la “danza macabra”,
género que en España está bien representado, al igual que sucede en Francia. De la
danza se nos ha conservado un texto muy singular del siglo XV, que, para diferenciarlo
de una versión posterior del 1520, se le nombra con el título de Dança general de la
muerte.

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Poéticamente la dança introduce un nuevo tipo de discurso, ahora ya plenamente
dramático, donde la Muerte tiene ya presencia rotunda como personaje de la obra que
abre el discurso.
Es característico de la obra el diálogo en parejas, donde uno de los interlocutores es la
muerte y el otro, el representante en el desfile de los estados del mundo: el abad, el
caballero, el rey, el campesino…
La personificación de la Muerte, acrecienta el temor a esta, que aparece como real, y
muestra su lado más macabro en la invitación a danzar con ella. Una danza tenebrosa
donde el baile no es otro que el morir. Aparece también como un personaje bien
caracterizado, con su flecha y su arco.
En cuanto a su teatralidad, la dança, pudiere parecer de difícil representación, por la
rigidez de los diálogos y la escasa interpelación que hay en los mismos. Aun así, la
posibilidad de que pudiese ser una obra para ser representada se mantiene abierta.
2. LA CELESTINA
2.1. PRESENTACIÓN DE LA OBRA
La obra se convierte en un hito de la literatura española y universal, pues, por la
plenitud de sus rasgos, marca el final de la literatura medieval y el principio de la
renacentista. El texto dialogado se nos presenta en prosa, y fue escrito no para ser
representado teatralmente, si no para ser leído en público. El lector, debía cambiar el
tono dependiendo del personaje.
La obra en un principio procede de un auto anónimo, que se extiende después a una
Comedia de dieciséis actos, en 1499 y a una Tragicomedia de veintiuno en 1502, por
según Rojas, petición del público. En esta última versión se recrea más en los
encuentros entre Calisto y Melibea.
2.2. FERNANDO DE ROJAS
Nació en la Puebla de Montalbán, en Toledo. Vivió la mayor parte de su vida en
Talavera de la Reina. En su época de estudiante en Salamanca, hubo de componer su
famosa obra, de la cual encontró escritos los comienzos de la obra y se decidió a
continuarla.
2.3. EL ARGUMENTO Y LOS PERSONAJES
Puede resumirse de la siguiente forma: Calisto, un noble, se enamora de Melibea, otra
aristócrata de gran belleza. Melibea rechaza el amor del noble, por lo que este, por
mediación de sus criados, contacta con la Celestina para que interceda en favor de su
amor por Melibea. El final es trágico. Los criados, al no percibir su parte del trato con
Celestina, la matan. Calisto muere de forma accidental y Melibea se suicida.
Con esto, al autor pretende avisar de los malos sirvientes y de las alcahuetas de la
época. También, desde una perspectiva profunda, se puede interpretar como una
crítica a todos los estamentos de la sociedad.

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De este argumento, Calisto y Melibea copan la acción principal. En ella Calisto, en
contra de las muestras prudentes de amor cortés, aparece impetuoso y pasional ante
Melibea, la cual rehúsa de este primer amor. Rechazado Calisto, pronto revela
síntomas de la enfermedad de amor, llamado amor hereos. Los síntomas de este amor
no correspondido, de la aegritudo amoris, son la depresión, la pérdida de apetito, el
insomnio, la ansiedad…
La única cura posible, es la posesión del objeto amado, para ello, se pondrá en marcha
la actuación de la medianera Celestina, como propone el astuto criado Sempronio, que
detecta los síntomas de esta enfermedad de amor.
Melibea, en la primera visita de Celestina, muestra su “furia”, y maldice a la alcahueta,
esta astuta, dice que viene pidiendo oración por un dolor de muelas para Calisto, y que
ella tiene un cordón que ha tocado reliquias de Jerusalén y Roma, con propiedades
curativas. Melibea termina accediendo a las peticiones de la Celestina, y
posteriormente, se dice enamorada de Calisto.
Dispuestos así, en el acto XIV, los amantes se encontrarán en la famosa escena del
huerto. Tras este encuentro gozoso, aparece el final trágico, con la muerte fortuita de
Calisto. A esa desastrada muerte seguirá inevitablemente el suicidio de Melibea como
leal y desesperada amante.
El lamento de los padres llegará ya tarde. Distraídos en sus quehaceres y hacienda,
han vivido despreocupados de los verdaderos sentimientos y anhelos de su hija.
2.4. CELESTINA
Es el personaje principal de la novela, y el medio del que dependen los demás
personajes. Sabrá enseguida captar la voluntad de Calisto y ablandar a Melibea.
También ganará a Pármeno para la causa, que se entregará gozoso al deleite carnal de
Areúsa, la cual tiene una enfermedad a la que Celestina refiere que el mejor remedio
es la relación sexual. Pármeno desea ardientemente a Areúsa, y Celestina la convence
con la condición de que sea cómplice en el caso de Calisto.
Celestina se nos muestra como mujer de varios oficios: curandera, perfumera,
labrandera, remendadora de virgos y, sobre todo, alcahueta y hechicera. De este
último oficio hay grandes pruebas en el acto III, donde con cien monedas de oro que le
entrega Calisto, realiza un conjuro para ablandar el corazón de Melibea.
2.5. UNA SOCIEDAD DECADENTE
Celestina se mueve en un sentimiento de nostalgia en varios puntos de la obra, pues
añora tiempos más prósperos para ella, donde la prostitución no estaba reglada y ella
podía tener un gran número de señoritas en su casa. De hecho, eso la lleva a cambiar
de domicilio y acogerse en una casa más humilde.
Aparecen representados dos mundos: el mundo patricio y cortesano, en el papel de
Calisto y en el de Melibea; y el mundo plebeyo de criados, prostitutas y alcahuetas,
controlado por estas últimas.

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Dentro de la profesión de criados, se dividían en bandos, que a su vez conformaban
“mafias”, de ahí que cuando Calisto sale a los encuentros con Melibea vaya con coraza.
Aparecen representados en la obra los bullicios de la noche, las peleas, el griterío y el
tumulto. También, en escenas diurnas, aparece el griterío del mercado, y otras escenas
típicas de la época.
Otro de los submundos en los que se ambienta la obra, es el ya citado de la
prostitución. Ahora, tras haberse regulado dicha profesión, resulta menos beneficioso
para los intereses de la alcahueta, detrás de los tejemanejes del prostíbulo.
Entre estos dos mundos retratados en la obra, habrá más de una tensión. Sucede así
entre Calisto y sus criados, siendo aquel egoísta con éstos, y estos intentarán
aprovecharse de aquel. Del mismo modo, sucede entre Celestina y los criados,
llegando los últimos a matar a la alcahueta por cuestiones dinerarias. También ocurrirá
lo mismo con Elicia y Areúsa, las pupilas de Celestina, que se rebelarán contra la
gentileza y hermosura de Melibea.
Estas tensiones, estos egoísmos además de las graduales degradaciones de los
personajes, llevan al final trágico de la obra. Calisto y Melibea, pronto abandonan el
lenguaje y las formas propias del amor cortés, para dejarse llevar por la pasión de sus
emociones y por su enfermedad amorosa. Los siervos, se volverán codiciosos y
pretenderán beneficiarse del amor entre los amantes y en el negocio que realizan con
Celestina, la cual, afanosa decide no compartir las ganancias del negocio previamente
pactadas, por lo que los impetuosos sirvientes, terminan por asesinarla.
2.6. GÉNERO LITERARIO
Como en casi todas las comedias humanísticas, La Celestina trata de un amor ilícito en
el que tercian criados y medianera. El enfoque, muy detenido, convierte en
procedimiento sistemático la geminación de frases, escenas y personajes, y concede
escrupulosa atención a todos los personajes en todas sus frases, en todos sus actos y
sentimientos, motivando muy pormenorizadamente la sencilla trama.
En el plano artístico, la obra consigue crear una atmósfera individualizadora, en la que
el personaje se forja a través del diálogo, evolucionando en sus sentimientos y en sus
relaciones con los demás.
2.7. ESTILO Y LENGUA LITERARIA
Se observa una alternancia de diferentes usos de la lengua. En algunas escenas
dramáticas aparece un lenguaje culto, retórico, lleno de construcciones latinizantes. En
otras, aparecen expresiones más al uso y abundas los refranes y las frases hechas. Esta
alternancia de registro viene determinada por el marco escénico, y son empleados
indistintamente por los dos estamentos.
Un rasgo estilístico propio, es el uso de florilegios, referentes a diversos autores
clásicos como Aristóteles, Boecio y Séneca. Rojas es muy consciente del uso y valor de

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estas sentencias, e invierte muchas veces su propio sentido o lo pone en boca de
personas de signo moral contrario.

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