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EN LO PRINCIPAL: Interpone Querella por el delito que indica PRIMER OTROSÍ:

Reserva de acciones civiles; SEGUNDO OTROSÍ: Solicita diligencias que se indican;


TERCER OTROSÍ: Acompaña documento; CUARTO OTROSÍ: Asume patrocinio;
QUINTO OTROSÍ: Forma especial de notificación; SEXTO OTROSÍ: Se tenga presente.

SEÑOR JUEZ DE GARANTÍA DE YUMBEL

NATALIA ANDREA BRAVO PEÑA cédula de identidad número 14.047.873-3, REBECA


ZAMORA PICCIANI, cédula de identidad número 17.329.454-9, CECILIA CAROLINA
ORTEGA AZOCAR, cédula nacional de identidad número 17..739.902-7, PAULA
ROMINA PEÑA MUÑOZ, cédula nacional de identidad número 16.303.989-3, y SOLEDAD
IVONNE OJEDA SAN MARTÍN, cédula nacional de identidad número 15.158.557-4, todas
abogadas habilitadas para el ejercicio de la profesión, domiciliadas en calle Amanda Labarca
N° 96, oficina 72 de la ciudad y comuna de Santiago, en representación de doña SHEINA
ZALIMA LUARTE GUTIÉRREZ, chilena, cédula de identidad número 20.937.947-3,
estudiante, soltera, domiciliada en calle Quezada 180, Yumbel, Región del Bio Bio, a S.S.
respetuosamente decimos:

Que, en virtud del Art.111 y siguientes del Código Procesal Penal, vengo en interponer querella
criminal en contra del teniente Cristóbal Abarzúa Olave, de don Luis Ricardo Escalante
Espinoza, ignoro datos, y de todos quienes resulten responsables, -todos o en parte
pertenecientes a la dotación ordinaria o extraordinaria de funcionarios de Carabineros de Chile
que cumplieron funciones en la calle Quezada, comuna de Yumbel y sectores aledaños, en
calidad de autores, cómplices y encubridores, por el delito de APREMIOS ILEGÍTIMOS
Y ABUSO SEXUAL, previsto y sancionado en el artículo 150 D y siguientes del Código Penal,
en grado de desarrollo CONSUMADO, perpetrado en la persona de SHEINA ZALIMA
LUARTE GUTIERREZ, solicitando desde ya que se les condene, imponiéndose para ello el
grado máximo de la pena principal asignada al delito, con todas las accesorias correspondientes
y con expresa condenación en costas, en consideración a los antecedentes de hecho y
fundamentos de derecho que paso a exponer:
1
LOS HECHOS

1. Contexto social y ABOFEM

Desde el 18 de octubre de 2019, nuestro país ha vivido un clima de agitación como


consecuencia inevitable de la sensación generalizada de abuso por parte de quienes detentan el
poder y concentran los medios de producción. Como Asociación de Abogadas Feministas de
Chile (ABOFEM), hemos estado vigilantes de la situación que se vive y hemos puesto nuestras
herramientas y capacidades al servicio de quienes más nos necesitan, con la convicción de que
nuestra labor y conocimiento debe estar a disposición de quienes sufren las consecuencias más
graves y se encuentran en una situación de vulnerabilidad. Voluntarias de ABOFEM han
concurrido a las comisarías a lo largo del país, detectando una serie de ilegalidades en
detenciones, el incumplimiento reiterado de los protocolos que guían las actuaciones de las
Fuerzas llamadas a garantizar el orden público y persecuciones. Asimismo, durante esta
actividad, y a través de derivaciones de distintas organizaciones, así como a través de nuestras
redes sociales y correos institucionales, hemos tomado conocimiento de hechos de violencia
sexual, vejaciones y torturas perpetrados contra mujeres, Comunidad LBTIQ+ y menores de
edad (NNA) por parte de agentes estatales, los que revisten carácter de delito. Este es uno de
esos casos.

2. De las circunstancias previas a la detención.

El día 06 de enero de 2020, alrededor de las 08:00 hrs Sheina decidió ir a la plaza de la comuna
de Yumbel para manifestarse pacíficamente a las afueras de la sede local de la PSU ubicada en
calle Quezada N°750, de esa comuna lo que no ocurrió finalmente porque cuando llega al
recinto educacional, la puerta de ingreso ya estaba abierta y los alumnos ya habían ingresado a
dicho establecimiento. Finalmente ella y otras mujeres hicieron ingreso al recinto,
manifestándose pacíficamente.

2
3. De la detención, los apremios y el abuso sexual sufridos.

Estando dentro del establecimiento educacional ya antes dicho, el encargado del local solicita
la presencia de Carabineros de Chile para desalojar a Sheina y las otras mujeres que se
manifestaban.

Los carabineros hacen ingreso al recinto educacional y las emprenden en contra de Sheina y
las y los otros manifestantes. Es así que en ese contexto Sheina se aferra a una reja y comienza
el forcejeo con fuerzas especiales de carabineros. En ese momento un funcionario de
carabineros la apunta y dice a los otros funcionarios a viva voz “a ella, sáquenla a ella”.
Segundos después, el suboficial Luis Escalante Espinoza, le pisa la mano izquierda contra la
reja y se la arrastra unos centímetros hacia abajo, causándole una herida abierta en dicha mano.
El forcejeo continuó con ese suboficial y esté le dice a Sheina “suelta la reja maricona de
mierda”, haciendo abierta referencia a su apariencia física, vestimenta y orientación sexual,
esto porque dicho funcionario vive literalmente al frente de Sheina, teniendo conocimiento de
su lesbianismo, por lo que los epítetos que expresó tenían la expresa intención homofóbica de
degradarla.

Luego de forcejear, el suboficial Escalante, logra sacarla de la reja y la toma él y otros efectivos
policiales detenida, siendo la única capturada a propósito de la manifestación, pese a que había
otras y otros manifestantes, lo que hizo evidente que ella era el único objetivo de Escalante y
era el objetivo debido a su orientación sexual bastamente conocida por su aprehensor tal como
ya se dijo.

Cuando Escalante la detiene, procede a tomarle la cabeza con brutalidad hacia una escalera que
había en el lugar, lo que provoca la caída del gorro y los anteojos que Sheina portaba. Acto
seguido la lanza al piso y estando tirada en el suelo otros dos funcionarios policiales de
carabineros, los que puede identificar claramente, pero del que solo conoce el nombre y cargo
de uno – Teniente Cristobal Abarzúa Olave-, la toman y arrastran por el pasillo en que se
encontraban, despojándola de su vestimenta (polerón, polera y una de sus zapatillas), dejándola
en su torso solo con una camiseta en la cual se transparentaban sus mamas, las que se
encontraban al descubierto, y comentando entre ellos “que alharaca la marimacho” haciendo
referencia nuevamente a su orientación sexual, que Escalante ya había hecho pública con
odiosidad. En medio del arrastre de Sheina que realizaban estos 2 funcionarios policiales, uno
3
de ellos la “manosea” en una de sus mamas (realiza tocaciones) y posteriormente a ello
proceden a proferirle golpes de pies en su espalda y muslo, además de grabarla y fotografiarla
con un teléfono celular pese a que estaba con su torso a total vista a través de la camiseta
translúcida que llevaba puesta y pese a que solicitó al funcionario que no lo hiciera debido
estaba expuesta.

Sheina, al cabo de rato logra ponerse de pie y comienza a recrimina al Teniente Abarzúa por
lo que estaba ocurriendo, quien antes esta recriminación le propina un golpe a mano abierta en
el lado izquierdo de su rostro. A propósito de esto, Sheina arremete en contra del Teniente
Abarzúa, quien la toma y con su mano izquierda la toca por encima de su vestimenta en sus
genitales. Como respuesta a lo anterior Sheina le da un rodillazo en sus genitales y el Teniente
Abarzúa le vuelve a dar una bofetada y camina lejos de ella. Sheina ante la impotencia que
sentía arremete nuevamente contra Abarzúa, quien en razón de la diferencia de contextura
física (Sheina es delgada), la bota al piso del lugar para inmovilizarla, pero además de aquello,
le quita el aire presionando su dedo pulgar en su garganta, para luego rodear con sus manos el
cuello de ella en un intento de ahorcamiento. Es precisamente en ese momento cuando
intervienen otros 2 funcionarios que se encontraban cerca y le gritan a Abarzúa que la suelte,
refiéndose a Sheina, cuestión que no ocurre por lo que uno de los funcionarios que le grita, lo
toma del brazo izquierdo y lo zamarrea para que la suelte y se detenga. Abarzúa finalmente la
deja libre y se va.

Posteriormente a lo ocurrido en las instalaciones del establecimiento educacional donde ocurrió


todo lo previamente narrado, una carabinera esposa a Sheina y le permite cubrirse sus mamas
con un poleron, además de permitirle ponerse un remedio ocular debido a una enfermedad
previa que tiene Sheina en sus ojos.

Mas tarde Sheina es trasladada a las dependencias de urgencias del Hospital de Yumbel para
constatar lesiones, cuestión que no tomó más de 5 minutos. Posteriormente, la dirigen a la
Quinta Comisaría de Carabineros de Chile de Yumbel y le quitan sus pertenencias.

Finalmente, pasa a control de detención y al salir de la audiencia Sheina sufre un ataque de


pánico por lo acontecido, dirigiéndose nuevamente y por sus medios a la Urgencia del Hospital
de Yumbel donde además vuelve a constatar lesiones.

4
EL DERECHO

A. Del tipo penal de apremios.


Nuestro Código Penal en su artículo 150 D y siguientes, tipifica el delito de apremios
ilegítimos, señalando que “[e]l empleado público que, abusando de su cargo o sus funciones,
aplicare, ordenare o consintiere en que se apliquen apremios ilegítimos u otros tratos crueles,
inhumanos o degradantes, que no alcancen a constituir tortura, será castigado con las penas
de presidio menor en sus grados medio a máximo y la accesoria correspondiente. Igual
sanción se impondrá al empleado público que, conociendo de la ocurrencia de estas
conductas, no impidiere o no hiciere cesar la aplicación de los apremios o de los otros tratos,
teniendo la facultad o autoridad necesaria para ello o estando en posición de hacerlo”.

La doctrina mayoritaria es conteste respecto a que se trata de un delito pluriofensivo, por


cuanto el bien jurídico protegido reviste dos aristas conexas, siendo estas, por un lado, la
integridad física, moral y sexual de la persona y su dignidad; por otra, la correcta
administración de justicia y el buen funcionamiento del Estado, esto último en atención a que
estamos frente a un ilícito de sujeto activo calificado, toda vez que sólo puede ser cometido
por un funcionario público o por un particular en el ejercicio de funciones públicas, o a
instigación de un empleado público, o con el consentimiento o aquiescencia de éste (hipótesis
del art. 150 F del Código Penal).

Dicho lo anterior, corresponde analizar los elementos del tipo, a saber:

1. Que tal acción la realice un funcionario público.


Tratándose de un delito cuyo sujeto activo es calificado, es necesario analizar el concepto de
empleado público, siendo este el concebido por el artículo 260 del Código Penal: “…se reputa
empleado todo el que desempeñe un cargo o función pública, sea en la Administración Central
o en instituciones o empresas semifiscales, municipales, autónomas u organismos creados por
el Estado o dependientes de él, aunque no sean del nombramiento del Jefe de la República ni
reciban sueldos del Estado. No obstará a esta calificación el que el cargo sea de elección
popular”. De la definición entregada por la norma, es claro -y evidente- que los funcionarios
de las fuerzas de orden y seguridad, son funcionarios públicos.

5
2. Que tal acción la realice en el marco de sus funciones.
Si bien la expresión literal utilizada es “abusando de sus funciones”, se encuentra explícito en
la historia de la Ley que dicha forma verbal viene a resaltar que el empleado público está
cometiendo el delito cuando se encuentra en el ejercicio de sus funciones. El tipo penal plantea
una hipótesis de abuso de poder que requiere que la actuación del funcionario público suponga
un comportamiento que se extralimite de las funciones propias del cargo y sea ejecutado a
sabiendas de que excede sus funciones. En el caso sub lite, quien ejecuta la conducta no sólo
violenta la dignidad e integridad física y psíquica de la víctima, sino que además, su deber de
contribuir a la realización de un cuerpo policial íntegro (Kierszenbaum, 2009)1.

Este elemento se configura en tanto la acción constitutiva del delito denunciado, la realizó un
funcionario público, en el cumplimiento extralimitativo de las funciones asociadas a su cargo
y con ocasión de un procedimiento -que en la práctica resultó de sumo arbitrario e injustificado-
ordenado por una autoridad de la institución a la que pertenece.

Por otro lado, la conducta desplegada por funcionarios públicos en este contexto y que es
denunciada en esta presentación, no es susceptible de ser subsumida en el cumplimiento de un
deber, ya que según Cerezo Mir, citado por Garrido Montt, “el cumplimiento del deber nunca
puede justificar un acto típico o marginar su tipicidad, si ese acto constituye un atentado a la
dignidad humana”2, ni aún justificarse en prácticas institucionales u organizacionales
arraigadas en cada institución, ya que, “el derecho no puede resguardar elementos culturales
de las organizaciones que son claramente disfuncionales a los fines de la ley, la que cuando
se aparta de la realidad normalmente tiene por objeto transformarla”3

3. Que se apliquen o ejecuten las acciones constitutivas de apremios ilegítimos.


De acuerdo a la misma definición contenida en el artículo 150 D “Son apremios ilegítimos u
otros tratos crueles, inhumanos o degradantes aquellos que no alcancen a constituir tortura”
sin embargo, no otorga mayores lineamientos que permitan una diferenciación clara con el
delito de tortura, por lo que se hace necesario recurrir a la doctrina y la jurisprudencia para la
debida ilustración.

1
Meza-Lopehandía, Matías; Informe sobre derecho comparado; Asesoría Técnica Parlamentaria de la Biblioteca
Nacional; en Historia de la Ley 20.968; pág. 107.
2
Mario Garrido Montt, Derecho Penal, parte general, T. II, p. 194, 4° edición
3
RIT N° 926-2006, 31 de diciembre de 2007

6
Se puede indicar, en principio, lo señalado por el Comité Internacional de la Cruz Roja, que
señala que son tratos crueles o inhumanos, aquellos sin propósito concreto; se inflige un nivel
considerable de sufrimiento o de dolor. Añadiendo que “La diferencia jurídica entre la tortura
y las otras formas de malos tratos reside en el nivel de gravedad del dolor o del sufrimiento
infligido. Además, para que un acto se considere tortura, es necesario que exista un propósito
concreto que lo motive”4; En la misma línea, Lugo (quien difiere del criterio de gravedad
respecto de la tortura) menciona que los tratos “Son crueles por la indiferencia y frialdad con
que se lastima a las víctimas, inhumanos porque no se respeta a las personas como tales y
degradantes por la humillación a la que se somete a la persona”5.

Tras lo anterior, debemos hacernos cargo de aquellos requisitos que deben cumplirse según lo
ha estimado la doctrina nacional e internacional, para estar frente al tipo penal alegado, siendo
estos:

a) debe ser un acto intencional: lo que se desprende fácilmente del relato, no existiendo duda
respecto de la intencionalidad de la conducta desplegada por el agente estatal;
b) El elemento determinante será el sufrimiento o dolor, el que debe ser considerable, y
es aquí donde se evidencia una suerte de gradualidad frente a los hechos constitutivos de
tortura, ya que el sufrimiento o dolor debe ser al menos relevante; y finalmente
c) El acto no persigue una finalidad a diferencia de la tortura, ya que no mira a un objetivo
específico, sólo busca apremiar de forma ilegitima o someter a tratos crueles, inhumanos y/o
degradantes a la víctima sin motivo ulterior.

Luego, estimamos pertinente para determinar la procedencia del tipo penal, analizar la licitud
o legitimidad del cuestionable actuar de los funcionarios públicos mencionados en el relato,
para lo que nos remitiremos a lo indicado por el Relator Especial contra la Tortura y otros tratos
o penas crueles, inhumanos o degradantes6, quien indica que para entender como lícito el uso
de la fuerza pública, ésta debe enmarcarse en los principios limitadores del poder del Estado
aplicables en el marco de procedimientos de detención, éstos son:

4
CIRC, https://www.icrc.org/es/doc/resources/documents/misc/69tjvk.htm
5
Minuta sobre el delito de tortura (2017), Dirección de estudios de la Defensoría Nacional P. 93
6
Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, “Uso de la fuerza al
margen de la detención y prohibición de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”.
Informe A/72/178 de fecha 20 de julio de 2017, párrafos 5-15.

7
a) Principio de Legalidad: todo uso de la fuerza debe tener un fundamento jurídico y abogar
por un fin legítimo;
b) Principio de Necesidad, la fuerza debe utilizarse únicamente para lograr un fin legítimo y
en la medida estrictamente necesaria;
c) Principio de Proporcionalidad, el daño que pueda ser infligido por el uso de la fuerza no
debe ser excesivo en comparación con el beneficio del fin legítimo perseguido; y
d) Principio de Precaución, las operaciones para el cumplimiento de la ley deben planificarse,
prepararse y llevarse a cabo, en la medida de lo posible, minimizando el uso de la fuerza y
cuando esto se torne inevitable, reduciendo al mínimo los daños que de ella puedan resultar.

Estos principios que deben de concurrir de forma copulativa en el accionar policial para ser
lícito7, no son apreciables en los hechos descritos, por lo tanto, estamos frente a un acto de
carácter no sólo ilegitimo, ya que no ostenta fundamento jurídico alguno; sino también
innecesario, ya que no se evidencia que haya existido una necesidad lógica de la conducta
desplegada; así igualmente desproporcionado, al estar la víctima desprovista de armas, no
mediando provocación alguna ni representando con su propio actuar un peligro para la
seguridad de otra persona o de los funcionarios de las fuerzas de orden y seguridad
involucrados; y no resguardando el control de daños posterior ni guardando mínima sujeción
al principio de precaución, presentando un actuar desorganizado y no escatimando las
consecuencias que podrían provenir de éste, materializadas en la integridad física y psicológica
de la víctima.

B. Del tipo penal de abuso sexual de mayor de 14 años.


Respecto de los hechos ya descritos, ésta querellante estima que además del tipo penal
precedentemente invocado, son constitutivos del delito de abuso sexual propio o directo,
previsto y sancionado en el artículo 366 inciso 1° del Código Penal, el que prescribe que: “El
que abusivamente realizare una acción sexual distinta del acceso carnal con una persona
mayor de catorce años, será castigado con presidio menor en su grado máximo, cuando el
abuso consistiere en la concurrencia de alguna de las circunstancias enumeradas en el artículo
361.”.

7
Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, “Uso de la fuerza al
margen de la detención y prohibición de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”.
Informe A/72/178 de fecha 20 de julio de 2017, párrafos 6.

8
A su vez, el artículo 361 del Código Penal referente al delito de violación, señala en su numeral
1: “Cuando se usa de fuerza o intimidación”, y, en su numeral 2: “Cuando la víctima se halla
privada de sentido, o cuando se aprovecha su incapacidad para oponerse”.

Lo anterior, requiere de un breve análisis de los elementos del tipo, a saber:

1. El sujeto activo es indeterminado.


Es decir, puede ser realizada tanto por un hombre como por una mujer y su sujeto pasivo es
cualquiera persona, siempre que sea mayor de catorce años. Tratándose de un delito que no
requiere de un sujeto activo o pasivo calificado, nada aparece como óbice para su procedencia,
reuniéndose en la persona de la víctima la única calidad requerida por el tipo: ser mayor de 14
años de edad.

2. La conducta debe consistir en “realizar abusivamente una acción sexual distinta


del acceso carnal”.
En este sentido, el artículo 366 ter del Código penal define la conducta punible, estableciendo
que “para los efectos de los tres artículos anteriores, se entenderá por acción sexual cualquier
acto de significación sexual y de relevancia realizado mediante contacto corporal con la
víctima, o que haya afectado los genitales, el ano o la boca de la víctima, aun cuando no
hubiere contacto corporal con ella”. Las tocaciones vaginales por sobre la ropa con la luma
sufridas por nuestra representada y perpetradas por el funcionario de carabineros de Chile cabe
dentro de la descripción.

Así las cosas, tratándose de un delineamiento más bien genérico, es menester analizar lo que
la doctrina ha estimado como el contenido de las voces “significación sexual” y “relevancia”.
Un acto contendrá connotación sexual cuando la conducta desplegada por el agresor sea de
aquellas que, en base a pautas socialmente acordadas en un tiempo y lugar determinado, puedan
ser catalogadas como expresión del instinto sexual, lo que quiere decir, que debe recurrirse a
un parámetro objetivo para determinar la significación sexual. Por otro lado, el acto de
significación sexual debe contar con cierta intensidad, gravedad o importancia como para
afectar la libertad sexual de la víctima, considerando su forma de comisión. La significación
sexual de la conducta aquí descrita es evidente al consistir en haber rozado la vagina de

9
Francisca sin consentimiento y valiéndose del miedo que le tenía al haberse encontrado en una
situación de sumisión.

3. Circunstancia del artículo 361 del Código Penal: uso de fuerza o intimidación.
Parece plausible aplicar cualquiera de las hipótesis de la circunstancia mencionada, ya que
ambas resultan inherentes a los hechos materia de la presente querella. Matus y Ramírez han
expresado que existe fuerza cuando se utiliza “la violencia física sobre la víctima con el
propósito de anular o vencer su voluntad8”Así las cosas, lo esencial en este contexto es la falta
de voluntad de la víctima y que el agresor actúe por vías de hecho9. Este elemento resulta de
sumo relevante al tiempo que no resiste mayor análisis, ya que de las circunstancias relatadas
y vividas por la víctima, no hay lugar a dudas respecto al uso de fuerza en el sentido que se
expuso precedentemente.

Por otro lado, la intimidación se configura con el despliegue de conductas que busquen causar
o infundir miedo, lo que puede traducirse como amenaza de causar un inminente daño físico
en el cuerpo, vida, o en la salud de la propia persona afectada o de otra persona con la cual se
encuentre ligada por vínculos afectivos, que sean de tal naturaleza que hacen posible su
intimidación10. Así mismo, y al igual que el delito de amenaza propiamente tal, debe estar
revestida de seriedad y verosimilitud, lo que dadas las circunstancias socio-políticas del país y
el uso desmedido e indiscriminado de medios de represión y violencia por parte de los
funcionarios de las fuerzas armadas, orden y seguridad en contexto del estallido social, no
resulta cuestionable que el acto de connotación sexual cometido por el funcionario público que
se denuncia en esta presentación, se haya cometido bajo esta hipótesis, ya que el temor a
posibles represalias físicas y psicológicas vienen dadas por un antecedente histórico, la
disparidad de armas y el abuso de poder asociado a ello.

C. De la normativa internacional infringida.


En el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, existe consenso sobre la prohibición
absoluta e inderogable de someter a las personas a torturas o tratos crueles, inhumanos y

8
MATUS, Jean Pierre y RAMIREZ, M° Cecilia. Manual de Derecho Penal Chileno, Parte Especial. P. 237
9
ídem. P. 238
10
Ídem, citando a Etcheverry. P. 238

10
degradantes, tanto así, que la prohibición se considera una norma de ius cogens, es decir, una
norma imperativa que forma parte del orden público internacional11.

La regulación de esta prohibición en el contexto específico de los hechos que motivan la


presente querella, viene dada por la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes, y la Convención Interamericana para prevenir y
sancionar la tortura, ambas ratificadas por el Estado de Chile en 1989; Por su parte, la
Convención Americana sobre Derechos Humanos denominada “Pacto San José de Costa
Rica”, ratificada el año 1991, sujeta el actuar del Estado de Chile a la supervigilancia de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la jurisdicción de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, y establece claramente en el artículo 5 N°2 que “Nadie debe ser
sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Toda persona privada
de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano”.

Por otra parte, se debe tener presente lo dispuesto en la Convención Interamericana para
prevenir, sancionar y erradicar la Violencia contra la Mujer “Convención de Belém do
Pará”, ratificada por el Estado de Chile el año 1998, que hace extensiva la prohibición al
ámbito específico de protección a la mujer. Ésta última, dispone en su artículo 1 el concepto
de Violencia contra la Mujer, entendiendo por tal, cualquier acción o conducta, basada en su
género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en
el ámbito público como en el privado. En tanto en su artículo 2, se entiende que este tipo de
violencia puede ser física, sexual y psicológica, pudiendo ser ejecutada por el Estado o sus
agentes. Establece además principios del todo infringidos por los hechos precedentemente
descritos, siendo que su artículo 3 dispone que “[t]oda mujer tiene derecho a una vida libre
de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado”. Asimismo, en su artículo 4, en
sus literales b), c), e) y f) señala: “[t]oda mujer tiene derecho al reconocimiento, goce,
ejercicio y protección de todos los derechos humanos y a las libertades consagradas por los
instrumentos regionales e internacionales sobre derechos humanos. Estos derechos
comprenden, entre otros: b. el derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral;
c. el derecho a la libertad y a la seguridad personales; d. el derecho a que se respete la
dignidad inherente a su persona y que se proteja a su familia; e. el derecho a que se respete la

11
Nash, C., 2009. Alcance del concepto de tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes, Anuario de
Derecho Constitucional Latinoamericano, Año XV, Montevideo, pp. 585-601

11
dignidad inherente a su persona y que se proteja a su familia; f. el derecho a igualdad de
protección ante la ley y de la ley.

Finalmente, en su artículo 7 dispone como deber específico de los Estados, el abstenerse de


cualquier acción o práctica de violencia contra la mujer y velar porque las autoridades, sus
funcionarios, personal y agentes e instituciones se comporten de conformidad con esta
obligación, y junto a eso, el deber de prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la
mujer.

Sobre el valor de dichos instrumentos internacionales, es pertinente señalar estos tratados


tienen rango constitucional a través del denominado “bloque constitucional” comprendido en
el art. 5° inc. 2° de la Constitución Política de la Republica, el que establece expresamente que
“el ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto de los derechos esenciales
que emanan de la naturaleza humana. Es deber de los órganos del Estado respetar y promover
tales derechos garantizados por esta Constitución, así como por los tratados internacionales
ratificados por Chile y que se encuentren vigentes”, lo que ha sido reproducido por la
Excelentísima Corte Suprema, quien ha resuelto que “en definitiva los derechos humanos
asegurados en un tratado se incorporan al ordenamiento jurídico interno, formando parte de la
Constitución material adquiriendo plena vigencia, validez y eficacia jurídica, no pudiendo
ningún órgano del Estado desconocerlos y debiendo todos ellos respetarlos y promoverlos,
como asimismo, protegerlos a través del conjunto de garantías constitucionales destinadas a
asegurar el pleno respeto de los derechos” (S.C.S Rol 3125-04 de 13.3.2007, considerando
trigésimo nono).

En este caso concreto, han sido funcionarios públicos quienes han infringido dichos mandatos
de orden indiscutidamente constitucional, al infligir apremios ilegítimos completamente fuera
de la legalidad y los protocolos establecidos por la misma institución, afectando los límites
corporales de mi representada, y los derechos y garantías constitucionalmente consagradas en
su favor, conculcando su integridad física y psíquica.

A. Deber reforzado de investigar con la debida diligencia los casos de violencia


contra las mujeres.
Resulta relevante mencionar, asimismo, que los agentes estatales, incluidos las y los operadores
de justicia, deben actuar con la debida diligencia en la investigación de casos constitutivos de
12
violaciones a los Derechos Humanos. La Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha
señalado, que en aquellos casos que constituyen violencia contra la mujer, existe una obligación
estatal reforzada de investigarlos con debida diligencia.

La debida diligencia es el "[p]arámetro más utilizado para medir el nivel de cumplimiento por
los Estados de su obligación de prevenir y responder a los actos de violencia contra la
mujer"12y un “instrumento para la eliminación de la violencia contra la mujer”13 y, en
concreto, según ha precisado la jurisprudencia interamericana, implica “que en casos de
violencia contra la mujer (…), las autoridades estatales deben iniciar ex officio y sin dilación,
una investigación seria, imparcial y efectiva una vez que tomen conocimiento de los hechos
que constituyan violencia contra la mujer, incluyendo la violencia sexual. De tal modo que,
ante un acto de violencia contra una mujer, resulta particularmente importante que las
autoridades a cargo de la investigación la lleven adelante con determinación y eficacia,
teniendo en cuenta el deber de la sociedad de rechazar la violencia contra las mujeres y las
obligaciones del Estado de erradicarla y de brindar confianza a las víctimas en las
instituciones estatales para su protección” 14(énfasis agregado).

La Corte Interamericana ha especificado los principios rectores que es preciso observar en


investigaciones penales relativas a violaciones de derechos humanos de las mujeres, señalado
que “el deber de investigar efectivamente tiene alcances adicionales cuando se trata de una
mujer que sufre una muerte, maltrato o afectación a su libertad personal en el marco de un
contexto general de violencia contra las mujeres15”. Sosteniendo también al respecto que “[e]n
casos de violencia contra la mujer, ciertos instrumentos internacionales resultan útiles para
precisar y dar contenido a la obligación estatal reforzada de investigarlos con la debida
diligencia. Entre otros, en una investigación penal por violencia sexual es necesario que: i) la
declaración de la víctima se realice en un ambiente cómodo y seguro, que le brinde privacidad
y confianza; ii) la declaración de la víctima se registre de forma tal que se evite o limite la
necesidad de su repetición; iii) se brinde atención médica, sanitaria y psicológica a la víctima,

12
Rashida Manjoo, Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, 01 agosto
2011, A/66/215.
13
Informe de la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, Yakin Ertürk,
E/CN.4/2006/61, de 20 de enero de 2006, párrs. 59 a 63.
14
Corte IDH. Caso Velásquez Paiz y otros Vs. Guatemala. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 19 de noviembre de 2015. Serie C No. 307., Párrafo 145
15
Corte IDH. Caso Espinoza Gonzáles Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 20 de noviembre de 2014. Serie C No. 289, Párrafo 242.

13
tanto de emergencia como de forma continuada si así se requiere, mediante un protocolo de
atención cuyo objetivo sea reducir las consecuencias de la violación; iv) se realice
inmediatamente un examen médico y psicológico completo y detallado por personal idóneo y
capacitado, en lo posible del sexo que la víctima indique, ofreciéndole que sea acompañada
por alguien de su confianza si así lo desea; v) se documenten y coordinen los actos
investigativos y se maneje diligentemente la prueba, tomando muestras suficientes, realizando
estudios para determinar la posible autoría del hecho, asegurando otras pruebas como la ropa
de la víctima, investigando de forma inmediata el lugar de los hechos y garantizando la
correcta cadena de custodia; vi) se brinde acceso a asistencia jurídica gratuita a la víctima
durante todas las etapas del proceso, y vii) se brinde atención médica, sanitaria y psicológica
a la víctima, tanto de emergencia como de forma continuada si así se requiere, mediante un
protocolo de atención cuyo objetivo sea reducir las consecuencias de la violación. Asimismo,
en casos de supuestos actos de violencia contra la mujer, la investigación penal debe incluir
una perspectiva de género y realizarse por funcionarios capacitados en casos similares y en
atención a víctimas de discriminación y violencia por razón de género 16” (énfasis agregado).

B. Delito de lesa humanidad

Los hechos relatados pueden encuadrarse fácil y cabalmente en la calificación de delitos de


lesa humanidad, ello en atención a lo dispuesto por el Estatuto de Roma en su artículo 7°
numeral 1 y tal como lo señala nuestro ordenamiento jurídico en el artículo N° 1 de la Ley
20.357 que tipifica crímenes de lesa humanidad y genocidio y crímenes y delitos de guerra,
que indica que entra dentro de esta categoría todo acto en cuya comisión concurran las
siguientes circunstancias:

“1°. Que el acto sea cometido como parte de un ataque generalizado o sistemático
contra una población civil.
2º. Que el ataque a que se refiere el numerando precedente responda a una política del
Estado o de sus agentes; de grupos armados organizados que, bajo la dirección de un mando
responsable, ejerzan sobre algún territorio un control tal que les permita realizar operaciones

16
Corte IDH. Caso Favela Nova Brasília Vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 16 de febrero de 2017. Serie C No. 333., Párrafo 254

14
militares, o de grupos organizados que detenten un poder de hecho tal que favorezca la
impunidad de sus actos.”

Estos elementos y su concurrencia no requieren mayor explicación, considerando el contexto


socio político en que se desarrollaron los hechos denunciados y la naturaleza de la identidad
del ente perpetrador quien, en su calidad de agente estatal, ejecutó sus funciones en el marco
de una política no sólo de Estado sino institucional.

E. Circunstancias modificatorias de responsabilidad penal.

Sin perjuicio de las circunstancias modificatorias de responsabilidad penal que pudieran


desprenderse de la investigación, esta parte estima que concurren las siguientes:

a) Artículo 12 Nº 10 del Código Penal.


La procedencia de ésta agravante resulta evidente, considerando que el texto legal indica que
se hace aplicable en contexto de “cometer el delito con ocasión de incendio, naufragio,
sedición, tumulto o conmoción popular u otra calamidad o desgracia”. Dado el contexto de
agitación social provocada por la injusta represión de las manifestaciones democráticas que
acontecen en el país, es que se generó una conmoción en un espacio geográfico determinado y
que incidieron en la detención ilegal a la cual fue sometida mi representada, el clima de
agitación y reacción de los y las ciudadanas de esta ciudad es un hecho público y notorio, el
que por cierto generó condiciones reconocidas de conmoción, tal como lo entiende la Real
Academia Española, es decir, un “levantamiento, alteración de un Estado, provincia o pueblo”.
Esta acepción determina el carácter cívico y comunitario-local que puede revestir la conmoción
popular a la que alude el numeral precitado, y que se configura en esta causa para todos los
efectos legales. Estas condiciones fueron las que promovieron un manto de aparente
legitimidad a la hora de detener a mi representada, lo que generó el espacio de privación de
libertad en contexto de tortura y el posible margen de impunidad, a propósito del actuar
criminal por parte de la y los funcionarios que resulten responsables.

b) Artículo 12 N°21 del Código Penal


Por su parte, la agravante de “[c]ometer el delito o participar en él motivado por la ideología,
opinión política, religión o creencias de la víctima; la nación, raza, etnia o grupo social a que

15
pertenezca; su sexo, orientación sexual, identidad de género, edad, filiación, apariencia
personal o la enfermedad o discapacidad que padezca” reviste un carácter de especial cuidado.

Se tiende a pensar que las acciones represivas del Estado son políticamente neutras, es decir,
que se aplican con independencia de las condiciones morales de los administrados y
administradas a quienes se dirigen. Sin embargo, la institución cuyos actos se denuncian en la
presente querella depende del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, que es el Ministerio
que mayor contenido político sostiene, precisamente, para dirigir la política pública de
seguridad. Dicho de otra forma, su actuar es reflejo de un mandato superior, eminentemente
político, que determina quiénes son las personas peligrosas y cuáles son las formas de
reprimirlas.

En este caso concreto, el descontento popular generalizado, detonado en todo el país y que
funciona sin ninguna articulación central o liderazgo visible, se constituye como una causa
universal del ciudadano y de la ciudadana de nuestro país. Como es una situación bastante
extraña dentro de los movimientos sociales chilenos del siglo XXI (todos con liderazgos
reconocidos, causas y petitorios concretos), el discurso hegemónico de la autoridad, con el
objetivo de desplazar la causalidad de la conflictividad desde sus propias bases (ejercicio del
poder) concreta una “operación ininterrumpida de mecanismos seccionadores que posibilitan
entender los conflictos sociales como efectos de la acción nociva de entes anómalos, antes que
como efectos necesarios y propios de la forma en que el poder es ejercido” (Agamben, 2006 y
2008). Es decir, la criminalización de este movimiento (el mecanismo seccionador) permite
desplazar la responsabilidad política del Estado de Chile en el fracaso de las políticas públicas
de bienestar, configurándola como un trastorno adaptativo de los y las manifestantes, los que
por supuesto implicamos un peligro de “contagio” de esta condición al resto de la sociedad.

Este mecanismo seccionador (o mecanismo biopolítico como los llamó Foucault) genera un
producto, que es el mismo discurso hegemónico autoafirmado “como el único capaz de ofrecer
discursos de verdad de esta enfermedad” (Foucault, 2009), y “definiendo etiología, posición y
características de ésta -dando forma en el mismo acto a la verdad de la salud- definiendo aquello
que se debe sacrificar de nuestro cuerpo para conservarla o restaurarla” (en “El aparato
seccionador: discursos hegemónicos y barras bravas” de Améstica Zavala, Camilo). Es decir,
el Gobierno ha reafirmado su posición de garante del orden público en función de la
identificación del “enemigo interno” que debe ser reprimido y disuadido violentamente de
16
seguir manifestándose, con vistas de lograr el desplazamiento de responsabilidades que en
justicia se deben asumir. Es por ello que dirige el actuar de Carabineros con un claro
componente político, de represión violenta de la disidencia u oposición del gobierno actual,
con independencia de la consigna que ella enarbole (sea el Movimiento Feminista, el No+AFP,
la nacionalización de recursos naturales, reformas al sistema de previsión de salud, el
reconocimiento constitucional del pueblo mapuche, etc.), dado que nuestra agregación
conforma una masa que, de no poder identificada, aislada -como ocurrió en el caso de sub lite-
y tratada desde la individualidad de su composición, implica correr el riesgo de contagiar al
resto de la población.

A su turno, los mecanismos biopolíticos son una forma de generalización y, como tal, de sesgo
y/o de estereotipo. Nuestro país sabe de responsabilidad internacional en materia de
criminalización de protesta por el caso de Norín Catrimán contra el Estado de Chile, sede en la
cual se pudo trabajar conceptos de estereotipo y sesgos en la aplicación selectiva de la Ley
Antiterrorista. En materia de criminalización de la protesta, se puede señalar que “[e]n el caso
concreto, la criminalización de la protesta, a pesar de las múltiples veces que se menciona en
la sentencia, no se establece como una violación per se en la Convención Americana de
Derechos Humanos (CADH). No obstante, la protesta corresponde a una exteriorización de
varios derechos constitucionales (libertad de expresión, conciencia, derecho a reunión,
etcétera) por lo que jamás puede ser configurada como delito. Asimismo es que, frente a hechos
antijurídicos enmarcados en protestas sociales, deben buscarse todas las vías jurídicas
posibles antes que aplicar la última ratio del derecho: el derecho punitivo Entonces, la
criminalización de la protesta se configuró por el Estado de Chile, “como entramados o
estrategias de desarticulación que incluyen la represión sobre quienes no aceptan someterse
a las políticas estatales”.17

Como ya se puede advertir, en este caso han operado las mismas lógicas que, discriminando a
las disidencias políticas, criminalizan su discurso público en el ejercicio de los derechos
reconocidos a nivel constitucional. Ese discurso tiene un fin eminentemente político, que es el
generar incidencia dentro de los espacios de toma de decisión, siendo violentamente coartado
por las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad. Es decir, en este caso concreto no es siquiera

17
Becker Castellanos, Sebastián: “La criminalización de la protesta: el caso Norín Catrimán y otros (dirigentes,
miembros y activistas del pueblo indígena mapuche) v/s el Estado de Chile” en Anuario de Derechos Humanos,
p. 128.

17
necesario adentrarnos en la posición política que detenta la víctima, sino que en su participación
en el movimiento ciudadano. Es ello lo penalizado por motivos políticos, por lo que se
configura la agravante en relación con dicho componente.

F. De la participación penal y grado de desarrollo del delito.

En cuanto a la participación punible y al grado de desarrollo del delito de APREMIOS


ILEGITIMOS Y ABUSO SEXUAL, esta interviniente estima que a quien(es) resulten
responsables de la comisión del delito materia de la presente querella, le(s) cabe participación
criminal en calidad de autor(es) ejecutor(es) toda vez que tomó(aron) parte en la ejecución
del hecho de manera inmediata y directa, en cualquiera de las hipótesis del articulo 150 D y
siguientes del mismo cuerpo legal. Asimismo, los delitos se encuentran en grado de desarrollo
consumado. Lo anterior, en conformidad a lo dispuesto en los artículos 7, 14, 15 N.º 1 y demás
pertinentes del Código Penal, además de la responsabilidad que pueda caberles a otros
intervinientes que resulten responsables por el mismo delito en calidad de cómplices y
encubridores.

Todo lo anterior sin perjuicio de la calificación jurídica de los hechos que se haga en la
oportunidad procesal que corresponda, o el establecimiento de otros ilícitos, conforme al mérito
de la investigación.

Tribunal competente.

Finalmente, conforme a lo dispuesto en el artículo 157 del Código Orgánico de Tribunales


“será competente para conocer de un delito el tribunal en cuyo territorio se hubiere cometido
el hecho que da motivo al juicio”. Habiendo ocurrido los hechos materia de esta querella en la
comuna de Yumbel S.S. es competente para conocer de la misma.

POR TANTO;
En mérito de lo expuesto y de lo dispuesto en los artículos 108, 111 y siguientes del Código
Procesal Penal, en los artículos 1, 7, 14, 15 N°1 y 150 A y siguientes del Código Penal, y demás
disposiciones legales pertinentes,

18
SOLICITAMOS A S.S. Tener por presentada querella criminal en contra del teniente
CRISTOBAL ABARZÚA OLAVE, de don LUIS RICARDO ESCALANTE ESPINOZA y de
quien resulte responsable por el delito de APREMIOS ILEGÍTIMOS Y ABUSO
SEXUAL, previsto y sancionado en el artículo 150 D y siguientes del Código Penal, en calidad
de AUTOR, CÓMPLICE O ENCUBRIDOR y en grado de desarrollo CONSUMADO,
admitirla a tramitación y remitirla al Ministerio Público para su conocimiento, con el objeto de
que investigue, formalice y acuse a quienes determine responsables, debiendo ser éste o éstos
condenados a la pena principal y accesorias correspondientes, con expresa condena en costas.

PRIMER OTROSÍ: Solicito a S.S tener presente que esta interviniente se reserva de acuerdo
a lo dispuesto en el artículo 261 letra d) del Código Procesal Penal, para la instancia procesal
correspondiente, el ejercicio de las acciones civiles que conceden los artículos 59 y siguientes
del mismo cuerpo legal.

SOLICITAMOS A S.S. tenerlo presente.

SEGUNDO OTROSÍ: Vengo en solicitar a S.S. que, en cumplimiento de lo exigido por el


artículo 113 letra e) del Código Penal, el Ministerio Público determine la realización de las
siguientes diligencias:

1. Ubicar y tomar declaración a la víctima.

2. Concurrir al sitio del suceso y realizar la fijación fotográfica del lugar, a fin de
determinar la dinámica de los hechos y la ubicación de la víctima.

3. Determinar si en el mismo existe algún indicio físico o evidencia del ilícito cometido.
En caso de que sea así, fijarlo fotográficamente y levantarlo con cadena de custodia y
realizar el análisis correspondiente.

4. Empadronar testigos y tomarles declaración, particularmente, a las personas a que la


víctima se ha referido en sus declaraciones y que hayan presenciado o tenido noticias
de la ocurrencia de los hechos materia de la presente investigación.

19
5. Tomar declaración a posibles testigos del hecho. Para estos efectos, la víctima aportará
sus antecedentes oportunamente al momento de tomarle declaración.

6. Cuando proceda, realizar a la víctima y/o testigos un reconocimiento fotográfico del o


los imputados, según protocolo.

7. Indagar sobre la existencia de cámaras de seguridad de particulares o instituciones que


pudieran existir, con la finalidad de obtener la entrega voluntaria de los videos que
contengan las filmaciones del día de los hechos. En caso de denegar la entrega
voluntaria, informar al Fiscal Adjunto respectivo para efectos de gestionar
oportunamente la solicitud de autorización judicial que corresponda.

8. Realizar la misma solicitud respecto de posibles grabaciones de audio.

9. Con la misma finalidad de obtención de imágenes, se revisen redes sociales y se


soliciten cámaras de la Unidad Operativa de Control de Tránsito y drones de la
Subsecretaría de Prevención del Delito, si los hubiere.

10. Se determine si con ocasión de otras investigaciones realizadas por esta Brigada, se han
requerido imágenes del mismo lugar, en la fecha y hora de ocurrencia de los hechos.
En su caso, obtener una copia de los referidos registros, dejando constancia de la forma
de obtención e incorporarlos como evidencia a la presente causa.

11. En caso de obtener imágenes de grabaciones de los hechos, incautarse y proceder a su


revisión y análisis, realizando el fotograma respectivo, con el objeto de obtener
información relevante para la determinación de los hechos y participación en los
mismos.

12. Requerir a la 5ta Comisaría de Yumbel de Carabineros de Chile los siguientes


antecedentes:

a) Entrega de todas las grabaciones de las cámaras de seguridad correspondientes al día y


hora del procedimiento, tanto de la unidad policial como de los carros policiales donde
la víctima haya sido detenida o puesta en custodia.
20
b) Dotación de funcionarios, dispositivos (carros y efectivos) con mención del oficial o
suboficial a cargo, que se desplegó en la zona en que ocurrieron los hechos el día 6 de
enero de 2020 y en la misma Comisaría.
c) Informar si a esa fecha existían funcionarios asignados o destinados a la Prefectura de
Fuerzas Especiales, indicando su completa individualización.
d) Copia fotostática del Libro de Guardia del día 6 de enero de 2020
e) Copia fotostática del Libro de Detenidos del día 6 de enero de 2020
f) Copia fotostática del Libro de Novedades del día 6 de enero de 2020

13. Determinar si funcionarios aprehensores y/u otros funcionarios que adoptaron el


procedimiento portaban GOPRO, ya sea fiscales o privadas autorizadas por resolución,
y, en caso afirmativo, obtener copia de todas las grabaciones que se hayan obtenido a
propósito o con ocasión de ese procedimiento.

14. Solicitar a la Central de Comunicaciones de Carabineros (CENCO) o a la Central


GAMA, según sea el caso, entrega de las copias de las comunicaciones existentes entre
esa central con el o los dispositivos policiales que participaron o debieron participar en
el procedimiento policial que dio origen a los hechos investigados. Asimismo, deberá
requerirse copia de todas las comunicaciones registradas entre dicha central de
comunicaciones y funcionarios policiales en las cuales se haya dado cuenta de la
utilización de un armamento, en horas y lugares aproximados a la de ocurrencia de los
hechos. Requiéranse tanto los registros de audio, como transcripciones de los mismos.

15. Se recabe copia del Dato de Atención a Urgencias (DAU) que da cuenta del carácter de
las lesiones de la víctima.

16. Se oficie al Servicio Médico Legal para que se realice a la víctima examen físico y
psicológico/psiquiátrico conforme al protocolo de Estambul.

SOLICITAMOS A S.S., tener presente las diligencias que esta parte solicita efectuar al fiscal
designado para llevar adelante la investigación de los hechos relatados en lo principal de esta
querella.

21
TERCER OTROSÍ: Solicitamos a S.S., tener presente que mi personería para actuar a nombre
y representación de doña SHEINA ZALIMA LUARTE GUTIERREZ consta en escritura
pública de Mandato Judicial, Repertorio N°240/2020.- suscrito con fecha 4 DE MARZO DE
2020-, ante doña América Sepúlveda Navarrete, Notario Público Titular de la Notaría de
Yumbel, documento que se acompaña en este acto.

SOLICITAMOS A S.S. tenerlo por acompañado para todos los efectos legales.

CUARTO OTROSÍ: Solicitamos a S.S. tener presente que, en nuestra calidad de abogada
habilitada para el ejercicio de la profesión, asumiremos personalmente el patrocinio y poder
conferido en virtud del Mandato Judicial acompañado en el tercer otrosí de esta presentación.

SOLICITAMOS A S.S. tenerlo presente.

QUINTO OTROSÍ: De conformidad con lo dispuesto en el artículo 31 del Código Procesal


Penal, venimos en solicitar a S.S se sirva disponer como forma de notificación de las
resoluciones que se dicten los correos electrónicos nataliabravo@bravoabogadas.cl;
paulapena@bravoabogadas.cl y denuncias.abofem@gmail.com.

SOLICITAMOS A S.S. tenerlo presente.

SEXTO OTROSÍ: Se solicita a S.S. tener presente que el patrocinio de la presente causa es
asumido por las abogadas antes mencionadas, quienes forman parte de la Asociación de
Abogadas Feministas de Chile (ABOFEM), de manera gratuita y como parte de su compromiso
social, teniendo como misión promover un enfoque de género en el derecho, a través de sus
distintos procesos.

SOLICITAMOS A S.S. tenerlo presente.

PAULA Firmado
Firmado
digitalmente por REBECA
ROMINA PAULA ROMINA
digitalmente por
CONCEPCIO REBECA
PENA PENA MUNOZ
Fecha: 2020.03.28
CONCEPCION
N ZAMORA ZAMORA PICCIANI
MUNOZ 14:18:29 -03'00' PICCIANI Fecha: 2020.03.28
14:19:34 -03'00'

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