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Introducción 

El presente trabajo es acerca de la famosa y hermosa novela


Blanca Olmedo que trata del amor puro entre dos personas
amor que no es posible por las intrigas de personas malas. 

Ambiente Objetivo Real: Danli, Honduras, C.A 

Personajes 
Principales: Blanca Olmedo 
Gustavo moreno 
Secundarios: Adela Murillo
Elodio Verdolaga 
Micaela Burgos de Moreno 
De fondo: Padre Sandino
Mauricia
Mercedes 
Maldonado 
Tema 
La historia trata de un amor que surgio entre la joven Blanca
Olmedo y el joven Gustavo Moreno un amor que fue truncado
por las intrigas de Verdolaga y Sandino.
Forma o expresion 
Accion 
Lenta,pasiva,suave(Amorosa)

Diseno 
Lineal: La novela tiene su comienzo un comienzon el cual es
desarrollado hasta su final fatal pero llevo de amor.

Punto de vista 
3ra persona: Blanca narra la mayoría de la historia con
relatos de su vida o lo que sucedió una noche antes. 
 Es una historia de amor sencillo muy común: Blanca Olmedo,
una joven de buena familia, ha perdido todos sus bienes por
las malas acciones de un abogado corrupto ( Elodio
Verdolaga). Esta circunstancia la obliga a trabajar como
institutriz en la casa de la familia Moreno, donde conoce al
que será el amor de su vida: Gustavo Moreno. Por las intrigas
de doña Micaela, madre de Gustavo, así como las del padre
Sandino-consejero espiritual de la Señora Moreno- y también
por las influencias del mismo Elodio Verdolaga, el amor de los
jóvenes no llega a realizarse. Gustavo es enviado a la guerra,
Blanca enferma y muere ( de amor) en ausencia de su amado
y cuando éste regresa, se suicida al no encontrar a su
prometida. Doña Micaela, al final, llena de remordimientos,
funda un asilo para huérfanos con el nombre de Adela (prima
de Gustavo y discípula de Blanca) quien también ha
enfermado y muerto de tristeza. Como vemos, el hilo
argumental es típicamente romántico; los amantes se
conocen, se enamoran, hay un obstáculo que los separa y
finalmente, mueren sin consumar su amor .Lucila Gamero, en
esta historia, ha puesto en evidencia las convenciones
generales de la tradición romántica sentimental: la fatalidad
como destino de los amantes, la idealización de la mujer y la
subjetivización de la naturaleza, el estilo íntimo y personal del
diario, la rebeldía romántica que se opondrá al orden
establecido pero que no logrará vencerlo. Muchos críticos han
señalado que el romanticismo de Blanca Olmedo y de otras
novelas de Gamero de Medina es un romanticismo tardío,
trasnochado, posromanticismo y otros epítetos; ya que el
movimiento romántico surge y se desarrolla en Europa en la
primera mitad del siglo XIX. Para 1908, entonces, cuando
surge la novela que nos ocupa en este trabajo, ya el
romanticismo europeo y aún el hispanoamericano había
caído en decadencia y nuevas tendencias lo habían
sobrepasado-el Modernismo impulsado por Rubén Darío
estaba incluso en su etapa final. No obstante, lo romántico
sentimental -tardío pero atractivo a muchos lectores, incluso
del siglo XXI-es el instrumento que la autora utiliza para
comunicar otros temas, más fundamentales y cercanos a la
vida misma de nuestra autora.
Existen evidencias abundantes para afirmar que Blanca
Olmedo, permite ser leída no sólo como novela romántica,
sino además como una novela autobiográfica. Lucila Gamero,
escribe en 1949 su Autobiografía, y felizmente, ésta es
publicada en 1994 por la Editorial Universitaria, junto a un
trabajo detallado y pertinente de Juan Ramón Martínez. En el
texto biográfico, la autora cuenta que nació en Danlí, El
Paraíso, un 12 de junio de 1873, siendo sus padres el Dr.
Manuel Gamero y doña Camila Moncada de Gamero. El
padre de la autora, especialmente, será uno de los grandes
motivadores para la formación literaria y para las aficiones
científicas de Lucila Gamero. Juan Ramón Martínez señala
precisamente este detalle, ya que-dice Martínez- “en esta
autobiografía habla del padre con emoción, habla de su hijo-
nunca de su esposo’’. Lucila Gamero, sabemos por el mismo
trabajo de Martínez, “se casó en 1897 con Gilberto Lorenzo
Medina, rico hacendado de Danlí, 11 años mayor que ella-sin
formación cultural pero con el mérito de no haberse
interpuesto a la vocación literaria de su esposa”. En esta
Autobiografía, la autora nos brinda interesantes datos de su
vida, que se convierten en claves importantes para la lectura
de Blanca Olmedo. Para el caso, la autora nos cuenta de los
conflictos (litigios por tierras) que obligaron a su familia a
abandonar su natal Danlí y exiliarse en Olancho por algún
tiempo, elemento que se verá reflejado en la obra. En las
páginas previas al inicio de la novela, encontramos un texto
que es una especie de declaración de propósitos por parte de
la autora: “El estudio de la vida real y los ejemplos, harto
dolorosos, que de injusticia he visto cometidos, siendo
víctimas, algunas veces, mi familia y yo, son los que me
indujeron a escribir este libro.” De ahí que la historia de
injusticias vividas por la protagonista de la historia tiene sus
referentes directos en las situaciones experimentadas por la
familia Gamero. Sin embargo, el elemento autobiográfico que
resulta más relevante en la novela, es la caracterización
intelectual, religiosa, filosófica y hasta política de Blanca
Olmedo. En su autobiografía, LGM se preocupa por
autodefinirse, así como en la novela-mediante el recurso del
memorándum o diario- Blanca se confiesa. Lucila Gamero se
autodefine así: “Librepensadora nací y librepensadora moriré”
(Martínez, confiesa. Lucila Gamero se autodefine así:
“Librepensadora nací y librepensadora moriré” (Martínez).
Esa actitud librepensadora la hace-según nos cuenta en su
texto autobiográfico-cuestionar algunas prácticas religiosas
de su propia familia y de hecho, parece que se mantuvo al
margen de ellas: “la hostia no sabe a nada (…) No me vuelvo
a confesar ni a comulgar. Y hasta la fecha lo he cumplido y
seguiré cumpliéndolo hasta el fin de mis días.” Blanca,
igualmente, se autodefine como “joven librepensadora”
(Gamero) y nos demuestra a lo largo de la obra su actitud
rebelde hacia las prácticas religiosas de la familia Moreno.
Para el caso, Blanca rehúsa ir a misa en reiteradas ocasiones
y nos da sus razones: “¿A qué, si estas prácticas no están
conformes con mis creencias?”. También rehúsa confesarse:
“- ¿Mi confesor?...-Ni él ni ningún otro, mi confesor es Dios.”
¿Cuáles son las creencias religiosas de Blanca (y las de
Lucila)? Algunas veces parecieran una especie de panteísmo.
Blanca por ejemplo, cree que la naturaleza está en íntima
relación con Dios y que no puede existir el uno sin el otro.
Como observamos, Blanca Olmedo y Lucila Gamero tienen
un perfil bastante similar, ambas son cultas, educadas,
rebeldes, anticlericales, defensoras de sus derechos,
orgullosas de sus orígenes (especialmente orgullosas de su
padre), visionarias, “librepensadoras”. Este perfil-debe
subrayarse- es bastante avanzado para la mujer de principios
de siglo XX pues es un hecho conocido que la mujer
hondureña y centroamericana independientemente de su
etnia y clase social, ocupaba un lugar subordinado con
respecto a los hombres y no es sino hasta los años 20s y 30s
que comienza a incursionar en campos tan importantes como
el de la educación. (Fonseca. Todo lo anterior hace que la
lectura autobiográfica de Blanca Olmedo sea posible,
rescatando además importante información sobre la situación
y educación de la mujer hondureña de principios del siglo
pasado. La estructura de la obra también puede ser leída.
Blanca Olmedo es, en su aspecto formal, una novela
experimental; su estilo no obedece a un patrón narrativo
tradicional, más bien refleja un intento de revolucionar los
parámetros conocidos. Un intento, subrayamos, porque si
examinamos las variantes narrativas, descubrimos que la
autora no logró manejar una auténtica multiplicidad en las
voces narrativas, pues en cada una de ellas percibimos las
mismas técnicas y lo que es más interesante aún, la misma
actitud ante lo narrado. Veamos detenidamente las variantes
narrativas que intenta Lucila Gamero. Un narrador
omnisciente da inicio a la novela, para luego aparecer en los
capítulos XXIII-XLVI, y finalmente en los capítulos XLVIII-LII .
Este narrador omnisciente pareciera ser un alter ego de
Blanca (y de Lucila Gamero); este narrador omnisciente no se
mantiene tan “externo” a la historia, pues se muestra
totalmente parcializado a favor de la protagonista de la novela
y no teme hacer las más fuertes críticas hacia los mismos
sectores conservadores, anticuados y clasistas que Blanca,
en su diario íntimo censura duramente. Este narrador
omnisciente reproduce además, una gran cantidad de
diálogos, técnica que será constante en cada una de las
variantes narrativas de la obra. Además del narrador
omnisciente, tenemos a Blanca como narrador protagonista,
desde el capítulo II hasta el XXII. Estos capítulos forman lo
que la autora llama “Memorándum de Blanca” y tiene el estilo
de diario íntimo, personal; los encabezados corresponden a
las fechas en las que supuestamente Blanca va escribiendo
lo que le acontece en casa de los Moreno. La primera fecha
es el 6 de enero de 1900 y la última el 14 de junio del mismo
año. Pese a ser un diario, en el que esperaríamos un torrente
narrativo, reflexivo, lleno de lirismo apasionado ( aunque sí
encontramos esto); el memorándum mantiene el mismo estilo
dialogado que observamos en los capítulos pertenecientes a
otros narradores .El tercer estilo en cuanto a los narradores lo
encontramos en lo que sería el capítulo XLVII ( porque no
está numerado) y corresponde a otro Memorándum, el de
Adela, quien como narrador personaje o testigo, relata lo
acontecido luego de la muerte de Blanca y tiene como
propósito-según Adela, que Gustavo sepa la verdad de los
hechos ocurridos. En este apartado, se relata todo el ritual de
la muerte de Blanca, quien murió sin confesión, porque no
tenía pecados; y perdonando a todos los que la ofendieron,-
menos a Elodio Verdolaga (Gamero) .De nuevo,
independientemente si estamos frente a un narrador
omnisciente, protagonista o personaje, el estilo del discurso
es el mismo, abundancia de diálogos, críticas, exclamaciones
y preguntas retóricas, etc.; la actitud es también la misma:
“librepensadora”, crítica, rebelde, revolucionaria. Al final de la
novela encontramos un epílogo que nos da cuenta de lo
escrito en el mausoleo de Blanca, Adela y Gustavo: “Víctimas
inocentes de un Representante de la Justicia, de un
Representante de la Religión Católica y de una Mujer
fanática”. Este epílogo, escrito por un narrador omnisciente,
nos informa además del merecido castigo que los culpables
recibieron (el cura se volvió loco y Verdolaga fue a la cárcel) y
de las buenas obras que ahora practica doña Micaela. Este
narrador del epílogo, cierra la obra con el mismo tono
señalado en otras voces narrativas: “Entre tanta asquerosidad
humana, entre tantos crímenes, la Justicia, al fin se impuso’’.
Encontramos igualmente al final de este epílogo, la única
mención directa a Honduras y a la autora misma, ya que
Lucila Gamero cierra así: “Danlí, Honduras, Enero de 1903”
Como hemos observado en los párrafos previos, Lucila
Gamero intentó dar a la novela un carácter narrativo múltiple,
no tradicional; sin embargo, mantuvo las mismas técnicas y
actitudes en cada uno de los apartados. Debemos señalar, no
obstante, que el predominio del diálogo, le da a la obra una
dimensión dramática importante y como ha señalado Julio
Escoto, “éste es indudablemente, el secreto de su éxito”
(citado por Argueta)
Blanca Olmedo , aparte de ser leída como una novela
romántica, autobiográfica, y de experimento formal, puede ser
asimismo considerada como una novela nacional en el
sentido propuesto por Doris Sommer en su texto Ficciones
fundacionales, donde define a las novelas nacionales como
“aquellos libros cuya lectura es exigida en las escuelas
secundarias oficiales como fuente de la historia local y orgullo
literario (…) A veces aparecen en antologías en libros
escolares de lectura, y han sido dramatizadas para el
escenario, películas y series televisivas; las novelas
nacionales pueden identificarse con la misma facilidad con
que se reconocen los himnos nacionales”.En su estudio,
Sommer analiza las relaciones entre las novelas de historias
románticas y la construcción de los estados nacionales; las
obras que Sommer da como ejemplos de lo anterior son
María en Colombia, Amalia en Argentina y Doña Bárbara en
Venezuela. Las novelas románticas- afirma Doris S.- “se
desarollan mano a mano con la historia patriótica en América
Latina. Juntas despertaron un deseo de felicidad doméstica
que se desbordó en deseos de prosperidad nacional
materializados en proyectos de construcción de naciones que
invistieron a las pasiones privadas con objetos públicos’’.
Maureen Shea en “Blanca Olmedo: El amor erótico como
alegoría nacional hondureña” ha aplicado la teoría de Doris
Sommer; Shea señala en este trabajo, que Blanca simboliza.

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