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La Lengua y La Cognición

La lingüística cognitiva es una teoría que se sitúa entre las ciencias cognitivas como un paradigma
científico contemporáneo que busca estudiar el dominio complejo de la cognición/inteligencia
incluyendo problemas como el procesamiento del lenguaje. Esta ciencia adapta un punto de vista
filosófico en el sentido en que la lingüística cognitiva opta por una posición objetivista, en la cual el
pensamiento es independiente y lógico, además de que puede manipular conceptos abstractos y
estos pueden formalizarse y explica la cognición y el lenguaje como procesos absolutamente
independientes. También puede verse desde un punto de vista experiencialista, en el cual el ser
humano forma el pensamiento de acuerdo a lo que puede percibir con sus sentidos, además de
ser ecológico e imaginativo al poder describirlo únicamente por modelos cognitivos y en el cual el
lenguaje (al ser una capacidad cognitiva humana) se basa en su experiencia con el mundo. El
experiencialismo es una visión más antropocentrista al poner al hombre y su cuerpo como foco
central de la experiencia.

Ahora bien, se ha entendido que el aprendizaje normal de la lengua en un niño se basa a la mera
repetición de conceptos en la cual el niño recibe ciertas recompensas sociales al aprender palabras
y su significado a través de un proceso de asociación. Contrario a estas teorías, surge la idea de
que las estructuras profundas y la capacidad de aprender un idioma nacen con el niño y no se han
encontrado evidencias de la necesidad de la retroalimentación ambiental, en la que el niño va
aprendiendo palabras y cómo usarla de acuerdo al contexto, durante el proceso de aprendizaje,
un proceso activo, selectivo y un modo de adaptación al ambiente cultural.

Las estructuras cognitivas se desarrollan en los primeros dos años de vida por medio de una acción
sensomotora para asimilar la experiencia y la realidad, así la adquisición de la lengua es un reflejo
de las estructuras universales adquiridas por la capacidad simbólica sensomotora. Desde otra
provienen de raíces diferentes debido a que en el desarrollo ontogénico del habla y el
pensamiento tienen raíces diferentes. Aunque pueden unirse en algún momento, esto es debido al
desarrollo histórico de la conciencia humana. Durante su desarrollo, el niño está en contacto con
otras generaciones con más experiencia lo que puede ampliar su capacidad cognitiva diferenciar al
ser humano de cualquier otro animal.

Cuando hablamos del proceso y el momento en el que se generó el lenguaje, estudios han
demostrado que se desarrolló independiente al proceso denominado como inteligencia. Cuando
un niño desarrolla su capacidad de lenguaje, su capacidad de razonamiento no está tan
desarrollada, por ende no tienen una relación de codependencia y aunque son rasgos
independientes, se complementan al momento del desarrollo de la complejidad cognitiva.

El determinismo maneja la idea de que la estructura mental es responsable de una interpretación


individual de la realidad, desde un punto de vista filosófico, supone la tesis de que los límites de mi
lengua son los límites de mi mundo. Desde el punto de la antropología lingüística se pregunta cuál
es la relación entre lengua, pensamiento y visión de la realidad, preguntas que se pueden
responder desde el relativismo lingüístico, en la que cada lengua perpetúa su propia realidad y su
propia visión de la misma. Estas tesis han sido muy controvertidas debido a que aseguran que el
pensamiento no tiene lugar fuera de la mente pues la realidad se organiza en nuestra mente por
medio de la lengua. En el proceso de conceptualización, aunque no es necesaria la lengua o el
lenguaje, aporta bastante de acuerdo al contexto social y cultural. Esto muestra una realidad que
se puede demostrar dependiendo del significado que se le da en un sistema lingüístico, que se ve
principalmente en comunidades bilingües en las que aprender una segunda lengua, puede
conceptualizar nuevos conceptos culturales.

Ahora, la cultura, como sistema de conocimiento, actúa en la acción mental del ser humano en
relación con su entorno físico. Durante el crecimiento muchos factores ambientales y
socioculturales pueden afectar el desarrollo físico y mental, de la misma forma que la cultura
puede afectar el lenguaje y la forma en la que se desarrolla mentalmente generando conceptos.
Así, la actividad mental se encarga de la producción de conceptos mie4ntras que la producción de
un discurso lógico y ‘’apropiado’’ requiere toda la capacidad mental, de modo que no son los
nombres o conceptos existentes los que moldean la interpretación, sino el habla, situando al
individuo en un contexto especifico que se puede ver determinado por ciertos símbolos con
diferente intencionalidad.

Estos símbolos o códigos son un acuerdo social en el que todos los miembros de la comunidad
conocen su significado y es trasmitido de generación en generación que transforman los procesos
cognitivos durante las diferentes etapas de la ontogénesis y se ve afectado por la interacción con
otros individuos de diferentes edades, sexo y demás. Teniendo esto en cuenta, cada individuo
genera su propia de acuerdo a la coyuntura socio-historico-economico-idiologico. Esto se puede
ejemplificar, al menos parcialmente, por medio del leguaje debido a que los conceptos son meras
abstracciones individuales de una realidad. De la misma forma, las expresiones simbólicas no son
tan amplias como las verbales por su capacidad de comunicar como de conexión de diversos
niveles del discurso. Todo esto, nos lleva a pensar que se puede inferir la complejidad de un
individuo por su discurso, así como el desarrollo cultural de la sociedad en la que se encuentra.

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