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Millennials
Algunos, hay que decirlo, no se sentirán parte ni de una o ni de otra, sino una mezcla.
Otros se identificarán totalmente. Si bien la distinción se sustenta en estudios de
universidades y empresas que miden el acceso a la tecnología y al mundo laboral, es
muy fácil para los sociólogos y filósofos de diván especular con definiciones absolutas
tales como: “Los millennials son caprichosos, no soportan el compromiso”; “los
Centennials exponen su privacidad sin límites". Además, informes sacan conclusiones
sobre aspectos de la vida de pareja ("los millennials prefieren estar solos", "no son
románticos", "prefieren una mascota o una colección de likes en Facebook"), hábitos
de consumo y tiempo libre.
Un poco jugando, y un poco no, con términos casi de ciencia ficción, el útil pensar
cómo los humanos nos adaptamos a nuestro entorno y a sus veloces tecno-
modificaciones según nuestra edad.
✓ Son los que vieron el nacimiento de Internet y los avances tecnológicos. Están
marcados por grandes cambios sociales.
✓ Como son una generación en transición - se les llamó Generación Perdida e incluso
Generación Peter Pan- pueden hacer convivir equilibradamente la relación entre
tecnología y vida social activa “presencial”: tienen participación dentro de los eventos
de su comunidad.
✓ Son multitasking.
✓ Visitan redes que sus padres no: un ejemplo es Snapchat. Comparten contenido de
su vida privada, aspiran a ser YouTubers. Su vida social pasa en un alto porcentaje por
las redes.
✓ Según un estudio realizado por The Futures Company, son más pragmáticos que
los Millennials, buscan innovar con “lo que hay”.
✓ No accedieron a la vida laboral todavía, pero se observa que les preocupa encontrar
una vocación acorde a sus gustos, conocerse a sí mismos y aceptar las diferencias, en
un mundo cada vez más globalizado.
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Amor y trabajo
26/07/2016- Por Ana Esther Krieger - Realizar Consulta
A partir del enunciado freudiano: “El tratamiento no podrá proponerse otro fin
que la curación del enfermo, el restablecimiento de su capacidad de trabajo y de
goce”. La idea del texto es promover la reflexión sobre algunas preguntas: ¿Qué
es trabajar y amar hoy?, ¿siguen teniendo estos dos fines el mismo valor?, ¿Cuáles
son los modos de trabajar y amar hoy?, ¿El paradigma freudiano está aún
vigente?, ¿Qué otras salidas son posibles?
Introducción
Leemos en “El malestar en la cultura” de 1930:
Entendemos que Eros y Thánatos, se necesitan. Eros crea lo que Thánatos destruye, reúne lo
fragmentado. A la inversa Thánatos, disgrega y destruye y obliga así a Eros a seguir reuniendo y
creando. “Tal vez Thánatos ignore que su victoria lo lleva a su desaparición. Que es una suerte de
victoria pírrica. Nunca se enterará […]”.
“Amar para no enfermar” (Freud, 1914). Explica que el amor como expresión de Eros implica un
tope al narcisismo y más adelante dice, en relación al trabajo:
“El amor al objeto es un freno a la pulsión de muerte […]. Poder volver a amar y a trabajar – es
decir, catectizar los objetos y sublimar - serán los objetivos de la cura para Freud
1 - El amor es vacío
En su trabajo Luis Dario Salamone sostiene que el Psicoanálisis nos invita a experimentar una
dimensión inédita del amor, desde el principio del trabajo analítico hasta su final. Al comienzo se
tropieza necesariamente con lo que Freud llamó amor de transferencia y al final brota aquello que
Lacan llamó Un amor sin límites.
En el recorrido nos encontramos con el amor a la pareja, a los hijos, como así también el odio, los
celos, las envidias, las infidelidades, las soledades; lo que permitirá al sujeto hacer jugar lo que
Lacan denominó “la comedia de los sexos” y que en muchas ocasiones deviene en tragedia.
En síntesis quiero decir que el trabajo analítico permitirá cavar un vacío donde el sujeto pueda
transmitir algo de su impedimento de completar al Gran Otro, dando lugar a la posibilidad de una
invención. Si algo se aprende en la experiencia analítica es a preservar el lugar del vacío, un vacío
que busca ser tapado a veces con la cuestión del amor. Los psicoanalistas estamos, entre otras
cuestiones, para devolverle al sujeto el poder amar, desear, gozar.
Volviendo al enunciado freudiano, los psicoanalistas somos testigos de cuánto la neurosis arruina
esas vidas. En la histeria se manifiesta por la vía de la insatisfacción y en la neurosis obsesiva late
la impotencia. En un análisis hay que tener cuidado con una curación por vía del amor –eso que
Lacan llamaba genital love-. Tal vez en una época fue mal interpretada esta frase freudiana que
hoy nos convoca y en el malentendido algunas curas estaban dirigidas hacia un empuje a que el
paciente se enamore o que trabaje…, eso vimos que no lo sacaría del plano de la impotencia o del
desamor.
En la actualidad la avanzada del discurso capitalista aplastó la dimensión del amor porque aplastó
la falta y con respecto al trabajo, el empuje al goce no deja de crear síntomas tales como las
adicciones al trabajo.
No quiero dejar de mencionar figuras actuales tales como “el narco”, “el ñoqui” “el famoso”
quienes más que amor por el trabajo manifiestan “amor por el dinero”.
Entre los daños colaterales del capitalismo que aporta un goce cínico donde existe una
hiperinflación de la corrupción, aparecen estas figuras que nos enseñan el goce de la impunidad.
No dejan de ser perfiles interesantes para ser debatidos entre nosotros ya que están presentes en
nuestra clínica diaria.
El psicoanalista Jorge Alemán, piensa que el neoliberalismo influye de manera determinante en las
relaciones de pareja, borrando el misterio y haciendo que entre dos personas todo tenga que ser
medido y calculable.
Puedo agregar, desde la clínica diaria, la experiencia del discurso de los analizantes que traen un
sentimiento de culpa por no “rendir lo suficiente”. A partir de ello la depresión y la adicción se
perfilan como patologías de época.
Entiendo que no hay receta y para comprenderlo me resultó interesante una entrevista publicada
por el Diario La Nación en la que Jürgen Kocka, especialista en articular la historia con la sociología,
considera que “el comportamiento capitalista no es ni moral ni inmoral; es amoral”. Nos avisa que
lo decisivo es la acción política más que los mercados.
Ante la pregunta ¿de qué modo hay que pensar el mundo del trabajo en el sistema económico
actual? Considera que aún no sabemos si estamos cerca de la última cara del capitalismo.
“Con la globalización las circunstancias son diferentes: en Europa, los salarios tienen una
protección aunque la problemática laboral retrocedió con el Estado de Bienestar, en otras partes
del mundo como en Asia, India, África e Indonesia, se instalan en un enorme aumento del trabajo
precario: son los trabajadores informales”.
En la actualidad la informalidad está creciendo y habría que crear mecanismos que permitan
abordar esta situación. Una fuerte conclusión es que la informalidad y la globalización serían los
dos grandes rasgos del trabajo actual.
“Se pueden usar los mecanismos capitalistas para armar guerras pero también para resolver el
problema del cambio climático, el punto no es para este autor el capitalismo sino la sociedad y la
política en las cuales opera. Su condición de amoral explica su fuerza y al mismo tiempo sus
peligros”.
Concluimos, que si bien la lógica edípica nos constituye; nos dificulta e inhibe en la posibilidad de
amar. En el plano de la inhibición laboral, y con ello no solo leemos estar empleado y asalariado,
sino, disfrutar con el trabajo y la producción, como dijera en uno de sus recitados Facundo
Cabral: "el que no trabaja en lo que ama es un desocupado".
En Un trastorno de la memoria en la Acrópolis, relata Freud sus dificultades para realizar un viaje
a Atenas, viaje muy añorado por su padre, y que jamás pudo efectuar. Concluye, en una suerte de
ejercicio de autoanálisis, aunque allí siempre está en juego la dimensión del Otro, (…) lo difícil que
resulta ir "más allá de los límites del padre", planteando que allí, en la posibilidad de ir a ese "más
allá", se encuentra la clave del éxito personal”.
Recordemos que Lacan nos plantea que lo que se hereda de un padre son sus pecados, sus faltas,
agregamos, y con ellas cargamos cual nuestra cruz. Entonces, en lo referido a ambas inhibiciones,
dos fórmulas freudianas se perfilan en el horizonte como esperanza de cura: En el plano del amor:
"Vencer el horror al incesto". En el plano del éxito, leemos, laboral, profesional: "Ir más allá de los
límites del padre". En la dirección de lo que venimos desarrollando, cita el autor a Colette Soler en
el seminario "Finales de análisis", donde sostiene que la neurosis es una enfermedad de la
demanda y del saber. El neurótico le demanda amor al Otro para ser, y le supone al Otro el saber.
Proponiendo diferenciar lo incurable de la división subjetiva de la cura de la neurosis.
Finalmente decimos que el psicoanálisis está bendecido con la oportunidad de ayudar a construir
para cada sujeto en el caso por caso, un saber hacer con el goce, y que en su metamorfosis -por
vía de la cura- obtenga un plus en su modo de amar y de ganarse la vida.
Bibliografía
Trabajo y psicoanálisis. Citas de Freud sobre Trabajo. Seleccionadas por el Lic. Sebastián T. Plut.
http://www.psicomundo.com/foros/trabajo/freud.htm
Entrevista al Dr. Sigmund Freud. El valor de la vida. 1926. Fue concedida al periodista George S. Viereck en la casa de S.
Freud en los Alpes Suizos. Se encontró que había sido publicada en el volumen de "Psychoanalysis and the Fut", New York,
1957.
Franco, Yago. Más allá del malestar en la cultura. (Eros y Thánatos en la cultura). Consultado en
http://www.elpsicoanalitico.com.ar/num11/sociedad-franco-mas-alla-del-malestar-en-la-cultura.php
Salamone, Luis Dario. El amor es vacío, Grama Ed. 2010.
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