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07/07/2017 - 13:31 - 13:31 Clarin.

com Tecnología y trabajo

Baby Boomers, Generación X, Millennials


y Centennials, ¿a qué generación
pertenecés?
Mucho se dice acerca de esta clasificación basada en la relación con la tecnología y el mundo laboral. En
esta nota aclaramos los puntos básicos de cada una. Los Millennials nacieron a principios de los 80.

 Millennials
Algunos, hay que decirlo, no se sentirán parte ni de una o ni de otra, sino una mezcla.
Otros se identificarán totalmente. Si bien la distinción se sustenta en estudios de
universidades y empresas que miden el acceso a la tecnología y al mundo laboral, es
muy fácil para los sociólogos y filósofos de diván especular con definiciones absolutas
tales como: “Los millennials son caprichosos, no soportan el compromiso”; “los
Centennials exponen su privacidad sin límites". Además, informes sacan conclusiones
sobre aspectos de la vida de pareja ("los millennials prefieren estar solos", "no son
románticos", "prefieren una mascota o una colección de likes en Facebook"), hábitos
de consumo y tiempo libre.

Un poco jugando, y un poco no, con términos casi de ciencia ficción, el útil pensar
cómo los humanos nos adaptamos a nuestro entorno y a sus veloces tecno-
modificaciones según nuestra edad.

Baby Boomers (nacidos entre 1945 y 1964)

✓ Nacidos post Segunda Guerra Mundial. El nombre de esta generación refiere al


“Baby boom” –repunte en la tasa de natalidad- de esos años.

✓ El trabajo como modo de ser y de existir: estable, a largo plazo, adictivo, no


necesariamente de lo que aman hacer.
✓ No le dedican mucho tiempo al ocio y a la actividad recreativa.

✓ Las mujeres de esta generación aún se están incorporando al mercado laboral. Si


bien persiste el ideal de familia tradicional, se empiezan a romper estructuras.

Generación X (nacidos entre 1965 y 1981)

✓ Según un estudio de la Universidad de Michigan, los hombres y mujeres X trabajan


mucho pero logran un equilibrio, son felices con sus propias vidas.

✓ Son los que vieron el nacimiento de Internet y los avances tecnológicos. Están
marcados por grandes cambios sociales.

✓ Como son una generación en transición - se les llamó Generación Perdida e incluso
Generación Peter Pan- pueden hacer convivir equilibradamente la relación entre
tecnología y vida social activa “presencial”: tienen participación dentro de los eventos
de su comunidad.

✓ Son más propensos a estar empleados (aceptan los órdenes de jerarquía


institucional) y equilibran la energía entre el trabajo, los hijos y el tiempo de ocio.

✓ Son los padres de los Millennials, hacen esfuerzos adaptativos a la vertiginosidad


de la generación que sigue.

Generación Y o Millennials (nacidos entre 1982 y 1994)

✓ Muy adaptados a la tecnología. La vida virtual es una extensión de la vida real.


Aunque conservan algunos códigos de privacidad en relación a lo que exponen o no
en Internet (a diferencia de los Centennials, que comparten todo).

✓ Son multitasking.

✓ No dejan la vida en el trabajo, no son "workaholic" (quizá observaron que sus


padres sí lo fueron, y lo hacen distinto).
✓ Son emprendedores y creativos, intentan vivir de lo que aman hacer. Son idealistas.

✓ Aficionados a la tecnología del entretenimiento: usuarios de las salas de chat en los


’90 y ahora de redes de citas. Pasaron por todo: SMS, Reproductor de CD, MP3, MP4,
DVD.

✓ Aman viajar, conocer el mundo, ¡y subir las fotos a las redes!

✓ Según estudios, duran en sus trabajos un promedio de dos años, a diferencia de la


generación X y los "baby boomers" (más estables). Es por eso que las empresas
enloquecen armando políticas de "fidelización".

Generación Z o Centennials (nacidos a partir de 1995 y hasta el presente)

✓ Son verdaderamente “nativos digitales” (desde su niñez usan Internet).

✓ Autodidactas (aprenden por tutoriales), creativos (incorporan rápido nuevos


conocimientos y relacionan bien) y sobreinformados (alta propensión al consumo de
información y entretenimiento).

✓ Visitan redes que sus padres no: un ejemplo es Snapchat. Comparten contenido de
su vida privada, aspiran a ser YouTubers. Su vida social pasa en un alto porcentaje por
las redes.

✓ Nada de la tecnología les es ajeno.

✓ Pasan mucho de su tiempo “frente a pantallas”. Estudios recientes aseguran que


están expuestos un promedio de cuatro veces más tiempo del recomendado a
dispositivos.

✓ Su éxito se mide en “compartidos” y “likes”.

✓ Según un estudio realizado por The Futures Company, son más pragmáticos que
los Millennials, buscan innovar con “lo que hay”.
✓ No accedieron a la vida laboral todavía, pero se observa que les preocupa encontrar
una vocación acorde a sus gustos, conocerse a sí mismos y aceptar las diferencias, en
un mundo cada vez más globalizado.
    

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Amor y trabajo
26/07/2016- Por Ana Esther Krieger - Realizar Consulta

A partir del enunciado freudiano: “El tratamiento no podrá proponerse otro fin
que la curación del enfermo, el restablecimiento de su capacidad de trabajo y de
goce”. La idea del texto es promover la reflexión sobre algunas preguntas: ¿Qué
es trabajar y amar hoy?, ¿siguen teniendo estos dos fines el mismo valor?, ¿Cuáles
son los modos de trabajar y amar hoy?, ¿El paradigma freudiano está aún
vigente?, ¿Qué otras salidas son posibles?

              Introducción
  Leemos en “El malestar en la cultura” de 1930:

“Después de que el hombre primordial hubo descubierto que


estaba en su mano mejorar su suerte sobre la Tierra mediante el
trabajo, no pudo serle indiferente que otro trabajara con él o
contra él. Así el otro adquirió el valor de colaborador, con quien
era útil vivir en común. Por consiguiente, la convivencia de los
seres humanos tuvo un fundamento doble: la compulsión al
trabajo, creada por el apremio exterior, y el poder del amor, pues
el varón no quería estar privado de la mujer como objeto sexual,
y ella no quería separarse del hijo, carne de su carne. Así, Eros y
Ananké pasaron a ser también los progenitores de la cultura
humana.”

  Eros y Ananké, amor y necesidad, se convirtieron entonces en los


generadores de la cultura humana, facilitando así  la vida en común.

Con relación a Eros y Thánatos recordamos en el texto de la Entrevista


de 1926,  concedida por Freud al periodista George S. Viereck:

  Verano de 1930, Semmering, Alpes austríacos. Durante la tarde,


paseando por los jardines de su residencia veraniega, con una palidez
resaltada por las luces del atardecer, un fastidioso Sigmund Freud -a
causa de las molestias que le ocasiona la mandíbula mecánica que
utiliza a raíz de su enfermedad, y también por sus 70 años y sus
pérdidas- le dice espontáneamente a George Sylvester Viereck “La
muerte es la pareja natural del amor. Juntos gobiernan el mundo. Ese
es el mensaje que transmite mi libro Más allá del principio del placer. En
sus orígenes el psicoanálisis asumía que el amor era lo más importante. En la actualidad sabemos
que la muerte es igualmente importante”. 

  Entendemos que Eros y Thánatos, se necesitan. Eros crea lo que Thánatos destruye, reúne lo
fragmentado. A la inversa Thánatos, disgrega  y destruye y obliga así a Eros a seguir reuniendo y
creando. “Tal vez Thánatos  ignore que su victoria lo lleva a su desaparición. Que es una suerte de
victoria pírrica. Nunca se enterará […]”.

“Amar para no enfermar” (Freud, 1914).  Explica que el amor como expresión de Eros implica un
tope al narcisismo y más adelante dice, en relación al trabajo:

“El amor al objeto es un freno a la pulsión de muerte […]. Poder volver a amar y a trabajar – es
decir, catectizar los objetos y sublimar - serán los objetivos de la cura para Freud

1 - El amor es vacío

  En su trabajo Luis Dario Salamone sostiene que el Psicoanálisis nos invita a experimentar una
dimensión inédita del amor, desde el principio del trabajo analítico hasta su final. Al comienzo se
tropieza necesariamente con lo que Freud llamó amor de transferencia y al final brota aquello que
Lacan llamó Un amor sin límites.

En el recorrido nos encontramos con el amor a la pareja, a los hijos, como así también el odio, los
celos, las envidias, las infidelidades, las soledades;  lo que permitirá al sujeto hacer jugar lo que
Lacan denominó “la comedia de los sexos” y que en muchas ocasiones deviene en tragedia.

  En síntesis quiero decir que el trabajo analítico permitirá cavar un vacío donde el sujeto pueda
transmitir algo de su impedimento de completar al Gran Otro, dando lugar a la posibilidad de una
invención. Si algo se aprende en la experiencia analítica es a preservar el lugar del vacío, un vacío
que busca ser tapado a veces con la cuestión del amor. Los psicoanalistas estamos, entre otras
cuestiones, para devolverle al sujeto el poder amar, desear, gozar.

2 - Amar y trabajar son los pilares  fundamentales de la vida del sujeto

  Volviendo al enunciado freudiano, los psicoanalistas somos testigos de cuánto la neurosis arruina
esas vidas. En la histeria se manifiesta por la vía de la insatisfacción y en la neurosis obsesiva late
la impotencia. En un análisis hay que tener cuidado con  una curación por vía del amor –eso que
Lacan llamaba genital love-. Tal vez en una época fue mal interpretada esta frase freudiana que
hoy nos convoca y en el malentendido algunas curas estaban dirigidas hacia un empuje a que el
paciente se enamore o que trabaje…, eso vimos que no lo sacaría del plano de la impotencia o del
desamor.

  En la actualidad la avanzada del discurso capitalista aplastó la dimensión del amor porque aplastó
la falta y con respecto al trabajo, el empuje al goce no deja de crear síntomas tales como las
adicciones al trabajo.

  No quiero dejar de mencionar figuras actuales tales como “el narco”, “el ñoqui” “el famoso”
quienes  más que amor por el trabajo manifiestan “amor por el dinero”. 
  Entre los daños colaterales del capitalismo que aporta un goce cínico donde existe una
hiperinflación de la corrupción, aparecen estas figuras que nos enseñan el goce de la impunidad.
No dejan de ser perfiles interesantes para ser debatidos entre nosotros ya que están  presentes en
nuestra clínica diaria.

3 - Los modos de trabajar y amar  hoy

El psicoanalista Jorge Alemán, piensa que el neoliberalismo influye de manera determinante en las
relaciones de pareja, borrando el misterio y haciendo que entre dos personas todo tenga que ser
medido y calculable.

El capitalismo en la actualidad, en su etapa de neoliberalismo, fabrica  subjetividades. Estas


subjetividades tienen un modelo, el del empresario. Desde este modelo, el sistema pretende
gestionar  las relaciones con nosotros mismos y con los otros.  Se ha llegado a razonamientos tan
perversos como pensar que cuando a alguien lo despiden de un trabajo, se lo puede interpretar 
como “una nueva oportunidad”. Estas  fábricas de subjetividad le proponen a la vida de las
personas que siempre tienen que ir más allá de sí mismos. La lógica del capital ha introducido algo
ilimitado en la vida. En el capitalismo no hay límites.

  Puedo agregar, desde la clínica diaria, la experiencia del discurso de los analizantes que traen un
sentimiento de culpa por no “rendir lo suficiente”. A partir de ello la depresión y la adicción se
perfilan como patologías de época.

  ¿Y qué pasa con el amor?

En coincidencia con Alemán, el amor no escapa a la lógica de la época y se contamina de sus


exigencias. De algún modo el neoliberalismo es un rechazo del amor. “Porque el amor exige el
límite, la imposibilidad del tiempo y la indagación del misterio, de lo que permanece oculto y que
jamás se podrá volver transparente”. El sistema neoliberal nos empuja a que todo se transparente,
se pueda hablar, se mida, se calcule y evalúe.  Hay un énfasis en  programar las relaciones y
borrar las posibilidades de encuentro.

4 - ¿Qué otras salidas son posibles? o ¿cómo escapar a esto?

  Entiendo que no hay receta y para comprenderlo me resultó interesante una entrevista publicada
por el Diario La Nación en la que Jürgen Kocka, especialista en articular la historia con la sociología,
considera que  “el comportamiento capitalista no es ni moral ni inmoral; es amoral”. Nos avisa que
lo decisivo es la acción política más que los mercados.

  Ante la pregunta ¿de qué modo hay que pensar el mundo del trabajo en el sistema económico
actual?  Considera que aún no sabemos si estamos cerca de la última cara del capitalismo.

“Con la globalización las circunstancias son diferentes: en Europa, los salarios tienen una
protección aunque la problemática laboral retrocedió con el Estado de Bienestar, en otras partes
del mundo como en Asia, India, África e Indonesia, se instalan en un enorme aumento del trabajo
precario: son los trabajadores informales”.

  La producción y distribución de la actividad económica tiene sedes usualmente en el Norte global


y trabajadores radicados en el sur están en situaciones de gran explotación y miseria. 
Afirma el autor que: “si adoptamos una perspectiva global vemos que gran parte de la
problemática del mundo del trabajo no se ha resuelto”.

  En la actualidad la informalidad está creciendo y habría que crear mecanismos que permitan
abordar esta situación. Una fuerte conclusión es que la informalidad y la globalización serían los
dos grandes rasgos del trabajo actual.

  Si volvemos a la caracterización del comportamiento capitalista, éste transmite que su lógica es


generar beneficio y en eso reside su fuerza, pero al mismo tiempo es lo que provoca grandes
problemas.

“Se pueden usar los mecanismos capitalistas para armar guerras pero también para resolver el
problema del cambio climático, el punto no es para este autor el capitalismo sino la sociedad y la
política en las cuales opera. Su condición de amoral explica su fuerza y al mismo tiempo sus
peligros”.

  A la luz de la afirmación de este autor que no es psicoanalista y sumado a la lectura que el


psicoanálisis nos enseña sobre el discurso contemporáneo, hay coincidencia en que es la política la
que debe entender del sujeto y que no se haga todo para las masas poniendo el foco en lo
singular,  para no quedar estragados por la lógica del capital. No somos una mercancía y
finalmente hay que pensar que el amor es un encuentro entre dos faltas, que no se colman ni se
completan. La pareja es el desafío de soportar juntos algo que no se puede resolver. 

  

5 - ¿Es el paradigma freudiano aún vigente?

“El trabajo y el amor: dos paradigmas de la clínica psicoanalítica"   

                                         Eduardo García Dupont

  Concluimos, que si bien la lógica edípica nos constituye; nos dificulta e inhibe en la posibilidad de
amar. En el plano de la inhibición laboral, y con ello no solo leemos estar empleado y asalariado,
sino,  disfrutar con el trabajo y la producción, como dijera en uno de sus recitados Facundo
Cabral: "el que no trabaja en lo que ama es un desocupado".

  En Un trastorno de la memoria en la Acrópolis, relata Freud sus dificultades para realizar un viaje
a Atenas, viaje muy añorado por su padre, y que jamás pudo efectuar. Concluye, en una suerte de
ejercicio de autoanálisis, aunque allí siempre está en juego la dimensión del Otro, (…)  lo difícil que
resulta ir "más allá de los límites del padre", planteando que allí, en la posibilidad de ir a ese "más
allá", se encuentra la clave del éxito personal”.

  Recordemos que Lacan nos plantea que lo que se hereda de un padre son sus pecados, sus faltas,
agregamos, y con ellas cargamos cual nuestra cruz. Entonces, en lo referido a ambas inhibiciones,
dos fórmulas freudianas se perfilan en el horizonte como esperanza  de cura: En el plano del amor:
"Vencer el horror al incesto". En el plano del éxito, leemos, laboral, profesional: "Ir más allá de los
límites del padre". En la dirección de lo que venimos desarrollando, cita el autor a Colette Soler en
el  seminario  "Finales de análisis", donde sostiene que la neurosis es una enfermedad de la
demanda y del saber. El neurótico le demanda amor al Otro para ser, y le supone al Otro el saber.
Proponiendo diferenciar lo incurable de la división subjetiva de la cura de la neurosis.

  Finalmente decimos que el psicoanálisis está bendecido con la oportunidad de ayudar a construir
para cada sujeto en el caso por caso, un saber hacer con el goce, y que en su metamorfosis -por
vía de la cura-  obtenga un plus en su modo de amar y de ganarse la vida.

Bibliografía

Trabajo y psicoanálisis. Citas de Freud sobre Trabajo. Seleccionadas por el Lic. Sebastián T. Plut.
http://www.psicomundo.com/foros/trabajo/freud.htm

Franco, Yago. Eros, el amor. Consultado en http://www.elpsicoanalitico.com.ar/num11/clinica-


franco-eros-el-amor.php

García Dupont, Eduardo. El trabajo y el amor. Dos paradigmas de la Clínica Psicoanálitica.


(Publicado en la revista Stylus de Rio de Janeiro Brasil, y en la página Web del Foro Psicoanalítico
de Buenos Aires: www.fpba.org)

 Salamone, Luis Dario. El amor es vacío, Grama Ed. 2010

 Aleman, Jorge. “Capitalismo sin padre” Artículo publicado en


http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-275130-2015-06-18.html Texto extractado de “La
metamorfosis de la ciencia en técnica: el discurso capitalista”, incluido en Conjeturas sobre una
izquierda lacaniana (ed. Grama). y “Mercancía o sujeto”. Publicado en
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/12-53326-2016-02-18.html

Tomo XXI, Obras Completas. Ed. Amorrortu, págs. 97-99.

 
Entrevista al Dr. Sigmund Freud. El valor de la vida. 1926. Fue concedida al periodista George S. Viereck en la casa de S.
Freud en los Alpes Suizos. Se encontró que había sido publicada en el volumen de "Psychoanalysis and the Fut", New York,
1957.

 
Franco, Yago. Más allá del malestar en la cultura. (Eros y Thánatos en la cultura). Consultado en
http://www.elpsicoanalitico.com.ar/num11/sociedad-franco-mas-alla-del-malestar-en-la-cultura.php

 
Salamone, Luis Dario. El amor es vacío, Grama Ed. 2010.
 
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