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Proceso de trabajo y calificaciones

La noción de cualificación ha tenido grandes inconvenientes para ser consensualmente definida.


Así este término, que se asienta sobre los criterios de formación y de la experiencia,
corresponde tanto a la cualidad del trabajador como a la naturaleza de los empleos ofrecidos en
el mercado de trabajo. La mayoría de los autores que debatieron acerca de las relaciones entre
proceso de producción y cualificaciones, lo hicieron partiendo del esquema clásico de la
evolución de tres fases históricas que sintetizan los diferentes papeles reservados al trabajador
en el proceso. Por lo general, la primera de esas fases es la llamada fase artesanal, la cual se
caracteriza por un proceso de aprendizaje y cualificación profesional de mucho tiempo, inclusive
años, conducente a la transmisión de conocimientos para la enseñanza de un oficio, o en el
medio rural, de los necesarios conocimientos tradicionales ligados a la producción primaria.

Esta fase fue la predominante hasta la Revolución Industrial. La segunda fase, inaugurada con
la revolución industrial y agraria, podríamos llamarla fase de las manufacturas fabriles. Aquí,
como vimos en el análisis de Marglin, el trabajador pierde autonomía, su trabajo empieza a ser
descompuesto, y la pérdida de calificaciones aparece como inevitable. En el análisis de
Touraine, esta fase vendría a ser claramente la segunda, compuesta fundamentalmente por los
OE, obreros entrenados para un solo tipo de tarea, para la cual no necesitan de mayor
aprendizaje.

La tercera fase, en curso, podríamos llamarla, junto a Touraine, fase de la automatización, la


cuál abre interrogantes entre los autores, ya que, como expondremos enseguida, se tejen
diferentes hipótesis en cuánto al impacto que la misma tendría sobre el nivel de cualificaciones
de la mano de obra.

Fueron numerosos los autores y las escuelas de pensamiento que se refirieron a este tema.
Como vimos, Touraine, a partir de sus investigaciones en las Usinas Renault, considera que en el
pasaje de la primera a la segunda fase, se procesaba una cierta degradación en la calificación de
los trabajadores adscriptos a tareas limitadas, repetitivas y "especializadas", dando origen al
"OS" francés. Con la automatización, por su lado, el trabajo en ciertos estamentos volvía a
degradarse en tanto tareas como la alimentación, carga y descarga, necesitarían solo de gestos
y movimientos elementales y repetitivos. Al mismo tiempo, Touraine resalta la mayor
responsabilidad de los trabajadores en los procesos automatizados, y en algunas categorías que
desplazan al "OS", un mayor nivel de autonomía, que sin embargo, como vimos, no lograba
reubicar al trabajador al mismo nivel de la Fase A. Continuando con otros autores, y a la guía de
estudios como el citado de Paiva, debemos señalar que Friedmann ha ido variando de posición a
lo largo de su proficua obra.

Sin embargo, teniendo en cuenta sus últimos trabajos, podemos decir que el padre de la
sociología del trabajo francesa era de la idea que los procesos de automatización podrían elevar
el nivel de las calificaciones de los trabajadores en la medida en que las tareas manuales de
ejecución se transformarían en tareas de información y comunicación, y donde el crecimiento
del sector terciario determinaría la multiplicación de las actividades simbólicas, documentarias y
cognitivas. A similares conclusiones llega Pierre Naville, para quien el avance tecnológico llevaría
a una "cualificación tendencial" de la fuerza de trabajo. En los años cincuenta, otras de las
investigaciones empíricas importantes fueron las realizadas por el norteamericano James Bright,
muy citado por Braverman. Entre sus conclusiones, menciona que la automatización tiende a
requerir menos calificaciones de su operador, ya que manejando una máquina directamente el
mismo operario necesitaba de una "educación adicional" que le permitiera ajustarla en los casos
necesarios, cosa que en la nueva fase de desarrollo, hace por sí misma la máquina
automatizada.
Algunos años más tarde, Robert Blauner publica en su libro "Alienation and Freedom", la tesis
de que la automatización permitiría, en relación a la fase de manufacturas , una mayor
satisfacción de las necesidades personales y sociales del trabajador, rescatando el papel de la
"responsabilidad" en los nuevos procesos de producción.

La revuelta estudiantil de los años 60, pero fundamentalmente el Mayo

Rojo Francés de 1968, catapultaría la discusión de las calificaciones y educación en el trabajo a


un primer nivel analítico. Para este autor, la tendencia a la descalificación fue desapareciendo
progresivamente, e incluso llegó a aventurar una progresiva eliminación de las diferencias de
cualificación entre trabajadores y decisores o intelectuales.

Posiciones radicalmente distintas postularon autores como

La productividad del trabajo, en la fase de automatización puede ser elevada aún al mismo
tiempo en el que se procesa una descalificación de la fuerza de trabajo. Contradiciendo incluso a
Mandel, sostendrá que la descalificación se da tanto desde el punto de vista absoluto como
desde el punto de vista relativo 176. "176 "La masa de trabajadores nada gana a causa del
hecho de que la declinación en su dominio sobre el proceso de trabajo esté más que
compensada por el dominio cada vez mayor de parte de los ejecutivos e ingenieros. Por el
contrario, no sólo provoca que su calificación descienda en un sentido absoluto , pero en un
sentido relativo desciende todavía más.

En otras palabras, cuanto más necesita conocer el trabajador para permanecer como ser
humano en el trabajo, tanto menos conoce él o ella. Este es el abismo que la noción de
"calificación promedio" esconde. Es desde esta óptica que se entiende tanto la división
jerárquica del trabajo entre decisores y ejecutantes, y la consiguiente descualificación del
trabajador. Es más, según Braverman, la descualificación en las empresas, se apoyaba en el
crecimiento de todo un segmento de funcionarios al servicio de los patrones , dedicados a
birlarles a los trabajadores todos sus conocimientos aplicados en el proceso del trabajo.

Estas tesis tuvieron mucha repercusión en los años setenta, generando una muy interesante
polémica sobre su texto original. En ese sentido, hubo autores como Greenbaum, Kraft y
Zimbalist, que basándose en el texto de Braverman, ejemplificaban el proceso de
descualificación en varias empresas y Ramas de Actividad. La tesis de este autor es que las
nuevas técnicas utilizadas por los empresarios para lograr el control y la descualificación de los
trabajadores, provocaron nuevas crisis de control. De esta manera, el control técnico habría sido
sustituido por otro de tipo burocrático, "instrumento menos visible, más individualizado y
aparentemente impersonal para regular la actividad de los trabajadores"177.

Burawoy, M. Los cambios del proceso productivo en el capitalismo monopolista, Madrid, MTSS,
Col. 179 Para una lectura crítica del análisis de Burawoy, Cfr. "Industrial, Política Industrial e
Trabalho", ABET, São Paulo, Abril de 1991. Como objeto de estudio el sector industrial, y volvió a
hacer hincapié en el método empirista a diferencia de los últimos autores citados.

El objetivo de la investigación efectuada entre 1972 y 1977 era estudiar las relaciones entre el
desarrollo económico y técnico y la estructura de calificaciones exigidas por el sistema
ocupacional.

Aquí postulan que la fuerza de trabajo está transformándose notoriamente, lo que apareja
consecuencias en el plano de las calificaciones. Las nuevas formas de organización del trabajo y
de la producción, las nuevas formas de racionalización empresarial, están destinadas a romper
con la matriz taylorista de las tareas parciales y repetitivas, lo que estaría conduciendo a una
recalificación del trabajo. Sin embargo, el mercado ofrece de todo, y en este plano, hay sectores
de producción que no aplican esta recalificación de la mano de obra.

""Nuestras observaciones empíricas en países tan diferentes como Brasil, Francia, Italia,
Singapur, Suiza y el Reino Unido no detectaron casos en los que los trabajadores fueran de-
calificados. " Es verdad, algunos trabajadores no fueron promovidos, pero esto no es equivalente
a decir que fueron de-calificados"182. Ciertamente Joâo Araújo postula con criterio que una cosa
es señalar que los nuevos empleos creados por empresas de alta tecnología no requieren
calificaciones complejas, pero otra cosa es decir que eso provoca una descualificación. En ese
sentido el autor formaría parte de la cuarta tesis, en el sentido de postular una mayor brecha
entre los calificados y no calificados, que sin embargo, no implica descualificación entre los
últimos.

A su vez, tal postura, implica reconocer la existencia de un importante incremento de


calificaciones con la introducción de moderna tecnología, y su investigación está repleta de
ejemplos al respecto. Aquí el principal cambio operado ha sido sin lugar a dudas, la introducción
de la informática en los procesos de trabajo.

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