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Nombre: Ernesto Fortunato Tenorio Gonzales

PREDICA: “CONSTRUYENDO UNA VERDADER HOMBRÍA”


Sabían que NO ES HOMBRE AQUEL QUE ES MENOS FEMENINO.
Así es querida iglesia, nuestra sociedad humana dentro de su fervor
natural mantiene la mala y errada idea de que “hombre” es aquel que
tiene muchas mujeres siendo soltero, saca la vuelta a su esposa estando
casado, maltrata a su esposa e hijos, etc.; y que lo viene trasmitiendo de
generación en generación, lo cual en la realidad es una “falta de hombría”
consecuencia de la falta de padres en el hogar, convirtiendo en una
evidente crisis de hombría.
Pero no se preocupen que hay una solución en Cristo Jesús para todos
nosotros hijos de Dios, y para su reversión es indispensable darle siempre
en primer lugar pidiéndole la ayuda que necesitemos apenas nos
levantemos y obedecer su palabra, a fin de vivir una verdadera hombría o
semejanza a Cristo.
Y para empezar debo decirles que para obedecer la palabra de Dios
debemos conocerla, y justamente quiero mencionarles que en 1 Corintios
10: 6-10 Pablo da la clave para identificar claramente 5 pecados que
existen en el mundo hoy en día, tales como la codicia, la idolatría, el
adulterio, tentar a Dios y la Murmuración. Con los cuales debemos luchar
a diario para desecharlos de nuestra vida en Cristo y parecernos cada día
más a él.
Considerando al monstruo llamado “codicia”, Dios nos habla que no
debemos ser codiciosos o satisfacer nuestras necesidades a expensas de
nuestros semejantes ya que es uno de los pecados que enferma nuestra
alma. Siendo su opuesto “el Amor” y la generosidad que debemos tener
con nuestros semejantes satisfaciendo sus necesidades a causa de uno
mismo y sin esperar nada a cambio. Incluyendo para esto también en
tener un “amor duro” lo que es en amar a nuestro semejante, aunque
este no lo merezca; y para ello quiero mencionarles lo que indica Juan
15:13
“No hay amor más grande que el dar la vida por los amigos”
Vemos también después de la codicia, Dios no advierte en no rendir cultos
a los ídolos, es decir no caer en la “idolatría”, lo cuál es un término que se
define en darle importancia y estimación a algo más que nuestra devoción
por Dios y estando considerando dentro de ello:
-“el amor por el dinero” dándole más importancia al trabajo que ha Dios y
olvidándonos lo que él nos dice en Mateo 6:25-34 “Por eso les digo que no
se preocupen………...” .
- “el ego o el “yo” como por ejemplo exhibirse en una foto para ser
reconocido.
- “la monofobia” que es la dependencia por el teléfono móvil o uso
excesivo o irracional de este aparato dejando de lado dar el primer lugar a
Dios, y, además, aunque parezca mentira esto nos puede causarnos
mucho daño en nuestra salud y mente como: obtener peores hábitos
alimenticios, disminución del tiempo de descanso, aislamiento social,
menor rendimiento en los estudios y trabajo, hiperactividad o depresión.
- Y por último uno de los más nocivos tipos de idolatría es la “pornografía”
la cuál viene sucumbiendo la mente, corazón y alma de las personas
rindiéndole culto con el acto de la masturbación. Para conocimiento las
estadísticas de este flagelo son muy alarmantes y aunque no se pueda
creer más aún en el pueblo de Dios.
Para ante todo esto Jesucristo nos advirtió en Deuteronomio 6:5:
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda
tu fuerza”
“La inmoralidad sexual” también es otro pecado que está viviendo nuestra
sociedad mundana, siendo un gran obstáculo para vivir una verdadera
hombría. Y Pablo luego de mencionar a la codicia y la idolatría, nos alerta
que “no debemos cometer inmoralidad sexual” ya que esto también nos
impide desarrollar una verdadera hombría. Seguramente en alguna
ocasión nos hemos visto involucrados en pecados sexuales del pasado,
pero consideren que solo existe una forma de dejarlos atrás y es
poniéndolo a los pies de la cruz o en las manos del Señor tu Dios,
pidiéndole perdón por eso y deja que el Espíritu Santo te limpie por
completo. Siendo ahora o nunca. Tener en cuenta que las tentaciones
siempre vendrán, pero solo lo que estén dispuestos a dar la lucha a través
del espíritu encontrarán la estrategia correcta para no sucumbir.
Consideremos que comúnmente los hombres están dispuestos a luchar
físicamente en cualquier ámbito, pero mayormente no combaten en “el
espíritu” para ganar la batalla siendo este el más importante. Y así lo
vemos en la carta de Pablo a los Efesios, 6:12 donde nos dice:
“Pues no lluchamos contra enemigos de carne y huesos, sino contra
gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas
poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los
lugares celestiales”.
Consideremos que renunciamos a nuestra hombría cuando tenemos
relaciones extramatrimoniales. Por ello no caigamos en la cobardía de ser
fiel a nuestra esposa y menos a tu Dios. Mantengámonos Alertas. Nuestro
espíritu debe estar despierto. La tentación puede estar a la vuelta de la
esquina, pero confiemos en Jesucristo, que está dentro de nuestro
corazón.
Finalmente, Pablo nos dice “tampoco deberíamos poner a prueba al
señor…… Y no murmuren…”. Debemos tener presente que “ponemos a
prueba Dios” cuando hacemos a propósito lo que sabemos perfectamente
que está mal y vamos en contra de nuestra conciencia. Y aun así
esperamos que Dios nos bendiga y nos perdone una y otra vez, entonces
les pregunto ¿Te parece correcto pedirle a Dios que te perdones por las
cosas que sabes que están mal?. Consideremos que poner a prueba a Dios
estamos enseñándoles a nuestra familia a transitar en una ruta de
desesperanza y pesimismo. Hagamos que nuestra fe , sea la fe de nuestra
familia, y que nuestra relación con Dios sea digna de imitar.
Por otro lado finalmente tenemos a la “murmuración” lo cual como
sabemos es hablar entre dientes, manifestando queja y disgusto por algo.
Como los dice en señor en su palabra en Exodo 15:24 “Y murmuro el
pueblo en contra de Moises, diciendo: ¿Qué beberemos?.
Lamentablemente estamos acostumbrado a escuchar que la lengua
murmuradora es un tema de mujeres, sin embargo, es también uno de los
elementos que obstaculiza el camino a las promesas de lo que Dios quiera
para nosotros. Se convierte en un muro infranqueable que nos solo trae
problemas con las personas de quienes murmuras, sino que también
amarga nuestro corazón y deforma tu semblante cristiano. Si es así, es de
hombres arrepentirse y corregir nuestro camino, pidiendo perdón y estar
dispuesto a una corrección fraterna. Permitamos que se nos sustituya
todo lo que el enemigo nos quita sin compasión.
No permitamos que las bendiciones dejen de llegar a nuestras vidas por
un comportamiento necio como lo es la murmuración. Mas bien
escuchemos la voz del Señor como lo dice el mismo en Éxodo 15:26 “Si
ustedes escuchan atentamente la voz del SEÑOR su Dios y hacen lo que es
correcto……..” y que es lo mismo Él quiere decirnos a nosotros el día de
hoy.
Consideremos QUE DIOS NO NOS INVITA A QUE NOS COMPORTAMOS
COMO HOMBRES, sino que nos lo ordena. Tener una conducta
responsable no es una opción, esto es una orden que ha sido dada por
Dios, porque la conducta responsable es la marca de un hombre. El Señor
jamás nos da sugerencia o invitación, Él tiene para nosotros
mandamientos. A partir de allí tenemos dos opciones: obedecer y
desobedecer. No existe otra opción.
No permitamos que ninguno de los pecados arriba mencionados sean el
gran obstáculo que, al igual que los israelitas, no nos permitan llegar a la
tierra prometida en este tiempo para nosotros.

Prosiguiendo con nuestro mensaje saben CUÁL ES LA PALABRA CON QUE


LLAMAN HOY EN DÍA AL PECADO. Pues ahora los llaman “problema”.
La falsa hombría de hoy se escuda detrás de la tendencia de la vida
moderna. Así tendemos a llamar como “problema” al pecado. Por
ejemplo, un hombre infiel, para muchos es un hombre que tiene un
problema de infidelidad.
La verdadera hombría sabe que la infidelidad no es un problema que
necesite psicólogo, sino un flagrante pecado que necesita
arrepentimiento. Y la solución a los pecados, entonces es la confrontación
y el arrepentimiento. No existe otra manera de enfrentar estos problemas
que socavan la hombría. Entonces conocido esto, acostumbrémonos a
llamar a las cosas por su nombre, los hombres no tienen problemas, sino
pecados.
También el camino correcto para enfrentar al pecado es la disciplina,
como el apóstol Pablo defendía la disciplina y era vertical en sus
indicaciones según 1 Corintios 5:11
“Lo que quise decir es: no se relacionen con ninguno que afirma ser
creyente y aún así se entrega al pecado sexual o es avaro o rinde cultos a
ídolos o insulta o es borracho o estafador. Ni siquiera coman con esa
gente”
Consideremos que la disciplina es un acto de amor no de odio como
alguno puede pensar.

Sabían que la “envidia y el egoísmo” NO FORMAN PARTE DE LA SABIDURÍA


QUE PROVIENE DE DIOS.
Así es hnos. como lo menciona la palabra de Dios en Santiago 3:13-16
“Pues la envidia y el egoísmo no forman parte de la sabiduría que
proviene de Dios……………”
Entonces si se trata de maximizar nuestra hombría, inevitablemente
debemos aspirar a recibir la sabiduría de Dios. Aquella que tiene buenos
frutos y que te inspira a ser una cabeza de familia amable, benigna y
pacífica como lo menciona en Santiago 3:17 “Pero la sabiduría que……”

Consideremos también que los MANDAMIENTOS DE DIOS son absolutos


La hombría se ha ido deteriorando a medida que el tiempo pasa. La
tendencia actual es encogerse de hombre frente a las demandas de la
palabra de Dios y decir “quizá la próxima vez lo haga”.
Siendo lo anterior un acto de cobardía a todas luces. Es decir, evadir toda
responsabilidad. Un ejemplo claro es el mandato es el evangelio de Juan
13:34 donde nos manda amar diciendo “Así que ahora les doy un nuevo
mandamiento: ámense unos a otros. Tal como yo los he amado, ustedes
deben amarse unos a otros”.
Entonces tenemos que recordarnos que en un mandamiento no hay
opciones, solo está en obedecer para hallar la paz.
Y uno de los mandatos importantísimos de Dios es “CONFESAR” nuestros
pecados para despojarnos de ellos, poniéndolos en manos de Dios por que
“Él es fiel y justo para perdonar” y no nos desamparará. Él nos da una
nueva oportunidad. Siendo esto muy renovador para todos los hombres a
quienes nos cuesta reconocer nuestros pecados. Una falsa hombría nos
lleva a encubrir nuestros pecados y nos pueda causar según Proverbios
28:13 a no prosperar como hombre y familia.

Consideremos también que la falsa hombría te invita a no tener


disposición para aceptar la responsabilidad por nuestros pecados. Y
debemos tener presente que, si no asumimos la responsabilidad, no
seremos capaz de pedir perdón, y si no pides perdón, nunca conoceremos
la verdadera hombría. Y es por ello que también los hombres debemos de
aprender a perdonar a los que nos ofenden. Muchos hombres lo ignoran,
pero la falta de perdón nos ata al pecado del que nos hizo daño. Y esto
también nos ordena Dios en Juan20:23 diciendo “ Si ustedes perdonan los
pecados de alguien, esos pecados son perdonados; si ustedes no los
perdonan, esos pecados no son perdonados.
Entonces como lo hemos mencionado inicialmente que “hombría es
semejanza a Cristo” ambos son sinónimos. Por lo tanto, el perdonar y
recibir perdón es de hombres fuertes, es decir, semejarse a Cristo.
Consideremos que los pecados no son hereditarios, más bien a través del
espíritu y las marcas que quedan en él, es por eso que los pecados pueden
ser pasados de generación en generación debido a la falta de perdón.

La verdadera EXPRESIÓN DE HOMBRÍA EN EL HOGAR es hallar el equilibrio


entre la ternura y firmeza lo cual nos hace semejante a Cristo. Y bajo
ningún modo la firmeza no es sinónimo de dureza en el trato.
Consideremos además que si aplicamos disciplina sin amor estamos
ejerciendo autoritarismo y opresión, y eso no funciona en ninguna familia.
Entonces el mejor ejemplo de equilibrio fue y será siempre Jesucristo. El
perfecto balance entre ternura y firmeza.
Consideremos que la madurez no viene con la edad, sino con la aceptación
de la responsabilidad en nuestro hogar.
Debemos tener presente, que existe un poder en el hombre del cuál no
somos consciente y cargamos ese poder sin saberlo, y es el poder que Dios
nos ha dado con la INFLUENCIA DEL SACERDOCIO O MINISTRO DE
NUESTRA FAMILIA para liderarla con mucha disciplina, pero con amor y
nuestro primer llamado es el de ministrar a nuestra esposa dedicándole el
tiempo necesario, escuchándola y abrazándola. La confesión y aceptar
nuestra responsabilidad sobre nuestros errores cometidos y perdonarme
a mí mismo como ya Jesús nos perdonó, es algo muy importante para
liderar de la mejor manera a nuestra familia.
Consideremos que toda crisis familiar tiene, la solución siempre se origina
en el hombre, por lo tanto, que, si Él cambia, la familia cambia, Él crece, la
familia crece. Entonces el hombre es el que establece el modelo a seguir
dentro de la familia.
Finalmente, la ausencia de hombría en la sociedad es el resultado de la
falta de buenos padres en el hogar aun así los haya cerca si no estamos
pendiente de nuestra familia siempre el resultado será el mismo. Por lo
que recordemos que amar es hacer lo mejor para el ser amado y nuestra
familia, aun a expensas de nuestros deseos y necesidades. Y consideramos
además que liderar a la familia con amor y en justicia es la responsabilidad
primaria del padre.
Por último, queridos hnos., tener presente que la obediencia ante Dios
es algo que puede hacer un gran cambio en nuestras vidas para liderar a
nuestra familia con mucha disciplina, pero con amor y justicia, y es una
responsabilidad de la cual no debemos huir para tener un éxito y
convertirnos en un verdadero hombre.
Gracias y bendiciones a todos ustedes.

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