Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Yo Ya No PDF
Yo Ya No PDF
Cuarenta Ríos
López, María Pia
Yo ya no : Horacio González: el don de la amistad / María Pía
López ; prólogo de Diego Tatián. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de
Buenos Aires : Las Cuarenta : El río sin orillas, 2016.
160 p. ; 21 x 14 cm. - (Cuarenta ríos ; 2)
ISBN 978-987-1501-81-6
Yo ya no
Horacio González: el don de la amistad
María Pia López
© Cuarenta Ríos, 2016
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Primera edición
ISBN 978-987-1501-81-6
Yo ya no
Horacio González: el don de la amistad
Anchorena 1800 (15)
Marcelo T. de Alvear 2230 (22)
Consolação (41)
Santa Fe y Scalabrini Ortiz (52)
Agüero 2502 (62)
Las Heras 2555 (72)
Balcarce 50 (85)
Corrientes y Callao (101)
Díaz Vélez 5100 (111)
Páez y Argerich (116)
Zamudio 4390 (126)
Barrio Otero, Pergamino (136)
Santiago del Estero 1050 (143)
Dirección desconocida (157)
Hipólito Yrigoyen 2500 (164)
Modos del don
Diego Tatián
A las amigas y amigos que son parte de esta historia coral. Muy
especialmente, a los que hicieron y hacen El ojo mocho y a los
que compartieron una intensa década en la Biblioteca Nacional.
Anchorena 1800
¡esas son las palabras que correspondían, las mejor dichas, las
adecuadas, las que le calzan como guante a las ideas, las que
quise escuchar, las que activan mis asociaciones no tan libres,
las que equivalen a gusto las de otro idioma! Destilar un poco
más o jugar sin la presión del trapicheo de frases que se esperan
a tiempo, haría ese festejo menos exagerado.
Conversé mucho con Horacio González en las últimas dos
décadas. Conversación tramada en aprendizajes y desacuerdos,
en discusiones en un primer piso en Recoleta y en asados en
una terraza de Boedo; reuniones en casas, bares, aulas; charlas
en colectivos y aviones, en salas de espera y ante cámaras de te-
levisión; por teléfono, ante un café, por correo electrónico; en
mesas redondas, asambleas y debates públicos; ante libros y por
libros; sobre coyunturas políticas y frente a problemas de lar-
go aliento; en Buenos Aires, París, Madrid, La Plata, Rosario o
Santiago del Estero. No imagino cómo sería mi vida sin esa per-
sistente amistad. Es una pregunta banal, porque cada encuen-
tro es una bifurcación de la que no se vuelve. En esos días en el
sanatorio Anchorena pensé que esa charla tenaz la tengo con
quien juzgo la cabeza más potente entre nuestros contempo-
ráneos. Y no se trata de una valoración sustentada en el querer,
o no sólo, sino que surge del pliegue entre afecto, complicidad
intelectual y lectura de una obra. Hay amistades que surgen de
la valoración antes que de la cotidianeidad compinche y luego
se solapan, una sobre la otra. La empresa de hablar de un amigo
no deja de acarrear problemas: ¿no estaré obligada a la tintura
que simula brillo donde hay defectos o bizquea para eludir las
fallas?
Peor aún: voy a hablar de mí. No autobiografía. No memo-
rias. O sí: Memoria de esa conversación. De una trama en co-
mún en la que hubo y hay muchas otras personas. Como decía
León Rozitchner, el yo es la superficie de inscripción de la vida
histórica. El nido de víboras de la subjetividad, que no pode-
18 María Pia López
Consolação
Agüero 2502
El episodio revela algo del método HG: ante todo acto pue-
de recomponerse la trama intelectual y política que lo explica,
lo sustenta, lo compone. Un acto de gestión no es lo otro del
pensamiento crítico sino uno de los modos en que éste se rea-
liza. Un lector llega a la Hemeroteca, ante él una placa con un
nombre, quizás desconocido u opaco, ni Martínez Zuviría ni
Martínez Estrada le dicen algo. Para otros, el trueque de nom-
bres es objeto de festejo o de ira. Incluso, despertó polémicas la
elección honorífica de un escritor comprometido con las mi-
tologías del antiperonismo. Esas decisiones –probablemente
imperceptibles para el visitante distraído o el lector novato– se
tomaban en largos cabildeos en los que Horacio trataba de ex-
plorar las múltiples capas de significación de los hechos, con-
siderar el entramado de razones políticas, éticas y culturales.
Lo que muchas veces se ha señalado, a propósito de su estilo,
su condición barroca, no es un manierismo de la escritura sino
un movimiento del pensamiento, un vaivén entre planos, una
circulación entre principios que pueden ser contradictorios y
sobre cuya primacía hay que decidir de modo situado. Lo ba-
rroco en Horacio es más método que estilo. Un método que
reconoce lo plural como atributo de la realidad.
Yo ya no 67
Balcarce 50
Corrientes y Callao
presentan con una forma acabada, que parece sin falta y sin ex-
ceso. Esa inmediatez permite que casi todos sus escritos salgan
de la primera tentativa. No habría una sucesión de borradores
en los que el escritor se iría aproximando a lo buscado sino el
arrojo a un tema y a un modo expresivo. Nunca lo charlé, pero
es posible que sea una decisión, una suerte de vértigo, como
ir a una clase sin apuntes, confiado en que lo pensado saldrá
de un tirón. A lo sumo, lleva algunas servilletas anotadas en la
mesa de un bar. Lo estoy leyendo a contraluz de mi experiencia
de escritura y de mis intervenciones orales. Cada vez que estoy
por empezar a dictar un curso, se repite la pesadilla: llego a un
lugar, tengo que dar una clase que no tengo preparada y no sé
qué decir. Para domesticar el miedo, hago detallados apuntes.
Muchas veces no los miro, pero me serena saber que están para
el instante en el que me quede sin palabras. Mis libros brotan
de borradores rápidos, escritos de un tirón, pero entre ese nú-
cleo y el final impreso se suceden las versiones, las impresiones
para marcar en papel y con colores, las tachaduras y reescritu-
ras, quizás por el deseo de escribir primero en manuscrito o por
la neurosis que todo lo organiza. Me asombra –¿con envidia?–
esa capacidad de pensar la lengua como un mar al que uno se
tira y una vez ahí sólo queda la experiencia del pensar, que pue-
de desenvolverse a tientas o con la formidable tenacidad de un
nadador avezado, pero sin quedarse quieto para no ahogarse.
116 María Pia López
Páez y Argerich
Zamudio 4390
Dirección desconocida
21 de octubre de 2016
Se terminó de imprimir
Yo ya no. Horacio González: el don de la amistad
María Pia López
el 10 de noviembre de 2016
Celebramos el décimo
aniversario de la editorial fundada
en la Ciudad de Buenos Aires
en el mes de septiembre
del año dos mil seis