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Rodolfo Walsh Los años
montoneros
“Las cosas que quiero: Lilia mis hijas el trabajo oscuro que hago los
compañeros el futuro los que no obedecen los que no se rinden los que
en los otros”
Introducción y agradecimientos…
escala en el relato.
sabido que gran parte de la obra literaria del último Walsh, así como
críticas a la conducción montonera, las cartas que relatan las últimas horas
subsanar.
del dato político o del relato personal, la sombra del escritor irrumpe como
aquellos años.
Pero hay algo más. Hay, evidentemente, un factor que incomoda desde
compromiso intelectual. Como un erizo que espina a todo aquel que roce
incomoda. Es que algo de todo este asunto no termina de cerrar para esa
radica, en todo caso, en que de ese modo también lo separan de las virtudes
tantos que, como él, eligieron el camino de las armas para enfrentar a un
mármol que algunos se empeñan en levantar, para transitar una vez más un
opuesto.
Con otro tipo de conflictos sobre el personaje, otros tantos no
partidarias? ¿Por qué un hombre que desconfía y recela de Juan Perón elige
¿Cuál fue el rol de Walsh durante los hechos de Ezeiza? ¿Dónde estaba la
San Vicente, en los últimos meses? ¿Se planteó alguna vez salir del país
después del golpe militar? ¿Qué climas y temáticas eligió para sus últimas
narraciones literarias?
una de ellas en todo momento. Con notable talento, el propio Walsh había
por algunos que desprecio e ignorada por otros a los que podría amar. Desde
cambió el país”.
años atrás había confesado sentirse disponible para cualquier aventura, para
I. La esperanza insobornable
“Hay algo de inhumano en esto, que viene dado por ese todo-o-nada.
Ahora hay que vivir una vida más racional, pensando que todo esto va a
durar diez años, veinte años, hasta que uno se muera; y que yo no soy un
héroe de historieta, sino uno más, alguien que pone un poco el hombro
todos los días, y cuando es necesario, pone algo más que el hombro. Pero
teniendo en cuenta que debo y puedo actuar también en otro terreno, sin
sombras trasladan el farol sobre el pasto recién cortado. Van tras el rastro de
arrasan con los ranchos más sólidos y los vuelven taperas abandonadas a su
sendero que se extiende bajo la luz del farol, en plena persecución nocturna,
famoso ensayo menos zoológico que filosófico sobre el vínculo del hombre
fondo las fortalezas y debilidades del enemigo: días después buscarán, sin
genio y un par de días más tarde, cuando Lilia por fin se decida a adentrarse
ganado de mano.
De todos modos, esa noche los dos comparten una certeza, casi un
y menos teóricos, sin Maeterlink a mano pero con una estaca y un par de
el perfil de las estrellas. Sin nubes, sin luna en el horizonte, la noche es una
el mapa celestial. Lilia asiste con una sonrisa entre labios al espectáculo de
compañero, con los pies desnudos sobre el verde de su pequeño refugio por
señalar cada tanto las proyecciones para el terreno: desde la entrada hasta la
casita, vamos a plantar una doble hilera de álamos plateados, dice. “Cuando
el viento mueve las hojas, suenan como lluvia fina”, explica. Frente a la
casa, imagina un jardín criollo, nada de parque inglés, con las plantas
marcando el caminito hacia la puerta. Más allá, detrás del laurel, donde
hasta hace unos días asomaban unos pajonales salvajes, la huerta, que ya
Allí, una capa de hojarasca se confunde con la bosta de caballo que Lilia y
Rodolfo recogen por las calles de tierra del barrio, siguiendo el rastro de los
las calles de San Vicente, con una bolsita de plástico y una palita, juntando
Rodolfo ya dibuja los planos del túnel, preparado para la fuga de improviso
Por algunas horas, lejos de aquella noche estrellada, lejos del camino
hemos perdido”, como antes habían acordado también en eso de salir del
que cumpliera algunos requisitos excluyentes para Rodolfo: barato (el dinero
Tejerina), no muy distante y, sobre todo, cerca del agua. “Nos quitaron el
Tigre pero hay que seguir la ruta de las lagunas del sur de la provincia.
Necesito vivir cerca del agua”. El dedo-guía, el mismo que recorre por las
paisaje no se condice con la imagen esperada: los juncales espesos copan las
orillas y transforman la laguna en algo apenas más amplio que un charco
precisión obsesiva los territorios en los que vivía, anticipar los itinerarios
por calles y lugares, conocer desde la perspectiva del mapa el espacio donde
elegida entre sueños, tantas noches. Los yuyos dominan el paisaje de esa
media hectárea que es puro futuro. La casa con piso de ladrillos parece
muchas cosas menos sólida, en el barrio no hay luz eléctrica, ni gas natural,
ni cloacas, “para el agua, cien bombazos cada uno para llenar el tanque”,
detallará Lilia después. Pero nada de eso importa ahora. “Al fin tenemos
nuestra casa”, piensan los dos, mientras Rodolfo intenta mejorar su pericia
del barrio El fortín para proponer que un baldío lindero sea transformado en
meses atrás. Freyre fue el primero en proponer, durante una charla informal
en la despensa del barrio, el tema de la plaza como una necesidad para los
la idea de visitar a un concejal amigo de uno que justo pasaba por allí, en
busca de respuestas.
mujeres que se quedarán afuera, con la bolsa de los mandados y los críos a
metros, y bajan a la calle, uno a uno, todos los uniformados. Las vecinas
en la vereda. Otros, van a entrar al edificio. Lilia queda inmóvil por los
nervios, nada puede hacer. Ni siquiera intenta asomarse por la puerta para
seguir los movimientos de las tropas. El cigarrillo tiembla entre sus dedos,
dentro del municipio. Los minutos pasan. El tren llega a la estación, a pocos
Lilia espera.
Será la media hora más larga de su vida. Al rato, sale por la puerta la
casa y mi trabajo, me llamaré Francisco Freyre, tendré una cédula falsa con
ese nombre, un amigo me prestará una casa en el Tigre, durante dos meses
citas, borrando pistas que pudieran llevar a los chacales hasta su morada.
crecen con los días. Las noticias solo confirman certezas dolorosas: la caída
puntos débiles para que una pesquisa militar ate cabos y llegue al fin de la
cuestión.
llamado de atención, una muesca dibujada sobre la piel que procura que
trasladaron los libros y los apuntes, el archivo del diario Noticias, algunos
objetos personales y una foto de Vicki –que Rodolfo nunca pudo volver a
momentos de esa alegre intimidad puertas adentro: “Él tenía una cosa
una falta total de oído musical y por ahí intentaba bailar, pero pegaba unos
Rodolfo “tomó una batuta invisible, dirigió una orquesta invisible y saludó a
donde yo estaba sentada golpeando con mis manos el único aplauso de esa
multitud”, añade. “Alguna vez vas a contar estas cosas y se van a reír de
imaginaria.
É
“Éramos conscientes del riesgo que corríamos y ser concientes
ahora (dividía su tiempo entre los cuentos que quería terminar, los relatos
(caso contrario, tomar las cosas y persistir en la idea de seguir la línea de las
lagunas hacia el sur) y también adelantar algunas de las múltiples tareas que
casi sobre el alambrado que dividía su casa de otra construcción que parecía
sobrinos y toda una parentela con muebles y cajas de cartón a cuestas. Entre
las puertas del camión se abrieron, bajó la vida”, grafica Lilia. Con la mano
ladrillos para improvisar una parrilla y la carne del asado preparada para el
bullicio ocultaba una dura lección para los dos: “Rodolfo comprobó una vez
años para la novela maldita, esa que nunca pudo terminar de escribir, la que
avanzar con sus trabajos de ficción a partir de otros formatos. “Juan se iba
puñado de papeles que contenían la historia “de ese argentino derrotado del
siglo XIX; del último argentino antes de las grandes inmigraciones. Del
desandando el relato sin prisas, marcando con sus ojos la cadencia de las
Lilia cuando lo escuchaba leer. Ella, sus oídos desde siempre: “Mi mayor
“Juan se iba por el río” daba cuenta de la amistad del protagonista con
el Negro Ansina y de esas mil batallas que compartieron los dos, aunque
ninguna era la suya. Por eso, según la narración, la noche antes de Cepeda
los oficiales los forman para escuchar la arenga del general Mitre, el nuevo
me cago”.
hilo que tensa la memoria de Lilia, que escuchó el cuento esa noche,
del río, entre el recuerdo de su pasado y el deseo de poder llegar alguna vez
cruzando el lecho seco hacia ese horizonte que se esfuma. “Arriba, los
se hacen cada vez más nítidas las casitas de la Colonia, las aguas retornan;
chapoteo. El río crece oponiéndose cada vez más al avance del hombre y su
caballo…”
“Juan se iba por el río”, algunos pocos días después, correría la misma
suerte que otro de los relatos en los que Rodolfo trabajaba esas noches en
vela, amigado con sus fantasmas. “El 27” era su nombre, ligado al año de su
atado a la melancolía –sino más bien lo contrario–, los años en Río Negro,
una estancia de la familia Blaquier en Río Negro. “Su padre no había sido
palabras y lecturas, que tenía el saber de las siembras y las cosechas, y dos
grandes pasiones: los caballos, con los que hablaba, y el juego, que
militar boliviano que había sido prisionero del Che y que, tiempo después,
un texto sobre los bombardeos en Plaza de Mayo en 1955, que venía a cerrar
el círculo personal abierto con una de sus primeras notas publicadas: “2–0–
mismo año. Ahora, muchas cosas habían cambiado. Otro Walsh escribe ese
relato.
desprecio”, junto con el colega Bernardo Neustadt, entre otros), otra al cura
militar que culminó con la muerte de Vicki en Floresta, para que “sepa
militar arrasaba con la casita de San Vicente. Armados como para una
últimos relatos, sus cartas personales, sus apuntes de trabajo. Los que
ocultar esos papeles. Había que esconderlos para que nadie, nunca, pudiera
viajar con sus ojos sobre aquellas líneas rebeldes. Desde entonces, no existió
Pero sobre el tema no hay nada. Hasta el día de hoy, el destino de los
nada. Los pasajeros esperan, impacientes, el reinicio del viaje. Pero no hay
corta en dos la imagen del horizonte, allá a lo lejos, justo donde el calor
el retraso, preguntas en voz alta que nadie puede responder, los quejidos
ventanilla recorta una escena que, por una ráfaga, empuja un par de
recuerdos a los ojos del escritor. Ese desolado horizonte, ese páramo
“Dos a José León Suárez. Ida y vuelta, por favor”, murmura ante la
horario del próximo tren del Ferrocarril Mitre. Rodolfo no dice nada, le
muestra los boletos y eso alcanza para que los dos sigan en silencio hasta el
andén de Retiro. Por más que intenten disimular, los nervios ganan espacio
las consiguió ella sola, como los testimonios de los exiliados Troxler,
viajeros bajan del tren y consultan el mapa: una hoja de cuaderno arrancada,
lápiz, deja marcada cada ruta, baldío y paso a nivel que van apareciendo en
el trayecto. Una “X” desprolija, más adelante, marca el final del camino.
detienen ante una imagen que coincide con la versión de su guía ausente:
aprovecha para hacer una pausa, prepara la cámara y saca un par de fotos.
de estar pisando la escena del crimen. “Aquí fue”, dice Enriqueta, con una
seguridad que Rodolfo envidia por unos segundos. Entonces, alguien pasa,
hipnotizado por la desmesura del paisaje: un páramo sin nada más para
detener los ojos que una historia trágica que nadie quiere recordar. “Pero
aquí fue, y el relato de Livraga corre ahora con más fuerza, aquí el camino,
allá la zanja y por todas partes el basural y la noche”, escribirá más tarde.
En la imaginación de Rodolfo Walsh la secuencia se repite: el frío
contener una escena trágica, una historia que cambió todo para siempre.
márgenes de la hoja?
Una vez más, como desde el principio en este relato que pretende
hasta olvidables en algún punto, que hoy cobran otro significado, más
sur del conurbano bonaerense. “Rodolfo era un lector insaciable; leía con un
página o en los márgenes” , define primero. “Había dos cosas que hacía
diariamente, aunque fuera media hora: leer y escribir. Y la escritura podía
Rodolfo era que, cuando algo atrapaba su atención, era muy obsesivo. Por
entre manos. Hipnotizado por la prosa ajena. Entonces, nada podía distraer
José María Rosa, a Lisandro de la Torre; el tema de las carnes era algo que
uno de los libros que Walsh no puede abandonar ahora, en uno de esos
largos viajes en tren rumbo al centro porteño. El lápiz del escritor se desliza
el propio Sarmiento quien, algunas líneas más abajo, intenta convencer a los
delimitar los campos, con una frase que da cuenta no sólo de la evolución de
que les propongo viene del sentido común de los agricultores del mundo.
cansino del tren sobre los rieles, no se sobresalta por el silbato del guarda ni
por las risas de sus compañeros de vagón. Ahora, Walsh se deja llevar por
siglo XIX. El trabajo de Sbarra atrapa al escritor, entre otras razones, por la
arrebata el mérito de ser el primero en alambrar toda una estancia, allá por
Cañuelas.
aprovecha la demora del tren cerca de Temperley para subrayar con el lápiz,
una política contra la Iglesia”; otro dedicado a Juan Bautista Alberdi: “Dijo
lectura hasta que el sueño ganaba la batalla. El pesado volumen de unas 900
confluían relatos de muchos viajeros europeos del siglo XIX, quienes daban
los libros que envidiaba y decía que tendría que haber escrito él, porque
Haroldo le había ganado de mano” , asegura Lilia. Aquella historia que fluye
a través de los brazos múltiples del Delta del Paraná, lo había maravillado.
pasión que Haroldo y Rodolfo compartían cada tanto, al menos hasta que la
donde parecen confundirse las ramas secas de los árboles con los pajonales
de las costas del Tigre. Ahí están los dos, ataviados con sus boinas y
rincón, comentarios sobre Sudeste que Rodolfo leyó, mitad extasiado por la
belleza del relato y mitad enojado porque Haroldo le arrebató una historia
entrañable. Ahí está el río. A sus pies, Haroldo y Rodolfo, a punto de
”–Todavía no.
”–Está perdido.
partidas de café”.
cuentos de Rodolfo Walsh que tiene al ajedrez como punto de partida, como
Rey opuesto es algo más que una metáfora de la realidad, donde los
esa posición del ajedrez en la que se pierde por estar obligado a jugar,
cuando cualquier movida que se intente es mala: “Se pierde, no por lo que
hizo el contrario, sino por lo que uno está obligado a hacer. Se pierde porque
uno no puede, como en el póker, decir ‘paso’ y dejar que juegue el otro”,
más de una ocasión cualquier decisión que se tome termina por empeorar
las cosas.
espacio en ese otro juego más complejo y menos científico llamado realidad.
¿Existe otro ejemplo más preciso para describir esta fusión entre juego y
Pero también refiere Walsh que seis meses atrás, durante otro juego con
las balas, pero sobre todo por lo ajeno de los sucesos. Esa vez, el escritor
admitió haber pensado: “Tengo demasiado para una sola noche. Valle no me
elegido para algunas noches de ocio. Y así siguió durante muchos años,
hasta que una tarde cualquiera, otro juego de estrategia ocupó el privilegiado
Los duelos de ajedrez entre Rodolfo y Lilia eran tan desiguales que
por repetido, el resultado envolvía de tedio a los dos por igual: al experto y a
confirma Lilia. Pero Rodolfo no se dio por vencido. Una tarde volvió al
amplio monoambiente de Tucumán 468 que compartían los dos con una
de mesa estratégico más antiguo del mundo. El desafío contaba con una
entre asumir al mismo tiempo (es una guerra que se libra en varios frentes a
estratégica del juego que vaya más allá de un par de jugadas. Rodolfo Walsh
ese juego milenario, que alternaban algunas noches con algunas partidas de
andábamos por las calles) no debería perder al go, cuya base especial son
que ver, al menos en el caso del Scrabble, en que el valor de las letras no
pese a los esfuerzos de Walsh por armar palabras que incluyeran letras
fue esa tarde en que, sentado ante la mesa del departamento, borró con una
yilé, una por una, el valor de cada ficha y pintó uno nuevo. “En promedio
De todos modos, ante el tablero del go no hubo forma de competir con
movidas más adelante que el resto, el escritor le explicaba a Lilia las razones
de sus repetidas victorias: “Te demorás en comer una pieza. De una jugada
ganar la partida. Lo peor es seguir empecinado con una pieza sin darse
cruzar los misterios estratégicos de Walsh con las piezas del go con las
proceso histórico”. “En aquel último verano del 77, las interminables
Walsh se extendía más allá de las dos dimensiones del blanco y negro. La
realidad compleja, el país entero cobraba las formas del tablero del go.
Sobre ese paño, una batalla desigual se disputaba. Y Rodolfo Walsh sabía
mejor que nadie que la iniciativa ya no estaba en poder de sus fichas, y que
1. Cuando la puerta del despacho se abre, por fin, se acaban los nervios.
sobre la nariz, Rodolfo Walsh espera la señal. Ahora es tiempo, venga por
acá, dice una voz. Walsh se pone de pie, ensaya un gesto mínimo de gratitud
empezar la entrevista. Más aún, la duda que inquietaba a Walsh no era cuál
sería la primera pregunta, sino más bien cuáles serían sus primeras palabras,
argentina desde el otro lado del océano. “Yo sé que debería estar observando
el coñac, antes de comenzar a charlar como entre amigos, sin apuros, con la
curiosidad que le genera conocer, de una vez por todas, al autor de ese libro
reportear al Viejo? ¿Por qué la cita se fija con tanta rapidez, casi sin
como primer enigma a resolver: ¿Quién era Perón y qué era el peronismo
de partida arbitrario.
políticas en esa etapa clave; lo hace para evitar malos entendidos, para
otorgarle a la investigación que realiza una seriedad a prueba de sospechas
ideológica previa por las víctimas de los fusilamientos en José León Suárez:
que los había–, sino porque abrigué la certeza de que acababa de derrocarse
“no habría podido publicar un libro como éste, ni los artículos periodísticos
Como para confirmar las opiniones del autor en ese momento, en junio
de 1957 le envía una carta a su amigo Donald Yates donde se explaya con
mayor profundidad en una mirada crítica sobre los años del peronismo en
1955, no los fusila, como pudo hacerlo. Perón tiene –o tenía, ahora puede
haber cambiado– positivo miedo a la sangre”. En la carta, insiste en
su figura sino más bien de un modo peyorativo, enterrando aún más la daga
símbolo de poder: “Y él ama el poder por sobre todas las cosas”, añade.
Pues bien, casi once años después de estas líneas incendiarias, Walsh
práctica… Es decir, era un tipo muy abierto, dúctil y reflexivo para entender
modifica todo desde las entrañas, es la Realidad, pero también es esa voz
banquina del trabajo cotidiano, que impone las urgencias de un presente que
ofrece una posibilidad concreta, que propone un todo o nada cada día.
sinceridad de siempre: “Creo que es un paso muy duro, pero nunca más
conformación del intelectual dentro del sistema. Pero ese obstáculo debe
una historia ajena, el Rodolfo Walsh que se sienta frente a Juan Perón,
en Madrid, ya es otro.
con Perón termina, el periodista sabe que no puede publicar una crónica con
punteo donde explica las principales ideas que intentará volcar allí. “El
pueblo peronista?
extremos: la paciencia del Viejo (“una actitud casi china”, según Walsh) y la
que esa distancia entre los ánimos de uno y otro en la entrevista real: Walsh
atrás: “Da un poco de vergüenza estar aquí sentado frente a una máquina de
de que Guevara haya muerto con tan pocos alrededor. Por supuesto, no
sabíamos, oficialmente no sabíamos nada, pero algunos sospechábamos,
sentimiento que digo está, al menos para mí y tal vez sea un nuevo punto de
partida”.
observador que conoce las ventajas de la cautela y los conflictos del vértigo
maneja la cintura política como nadie y que elude con habilidad singular
argentina.
alrededor de la cita con Perón para seguir preguntándonos por qué sus
algunos años más tarde. La pregunta que se impone ahora es cuál fue el
tener más peso el vínculo que Walsh entablará con muchos militantes de
el eje del argumento es una entrevista periodística (en este caso, con el
ficcional. Más allá de la brillantez con que el autor resuelve el fluir del
militar que oculta el secreto del paradero del cuerpo maldito, es menos
emotivo que periodístico, aún con la admiración que Walsh sentía por Eva
Eva Perón. Desproporcionadamente, por ahí, pero era la única manera que
entonces nos abrumaba” ). Incluso, años más tarde, Tomás Eloy Martínez
después, Santa Evita) Walsh responde: “Yo no. Cuando escribí ‘Esa mujer’
Más tarde, concluyente, añadirá: “Han pasado diez años. Ahora estoy en
otra cosa” .
relación de Walsh con los militantes que conoce durante sus pesquisas
periodísticas; allí está la clave que justifique que, pese a sus diferencias con
parece poder representar, aún a pesar de la figura de Perón, aún más allá de
conjunto, resulta obvio sostener que para Walsh la opción por sumarse al
peronismo está más relacionada con integrarse a una tendencia que desde el
también la del militante apasionado que decide jugársela por el proyecto que
70 hasta erigirse en alternativa de poder para las masas. Bayer lo explica así:
tendencia, que no había que aislarse, sino que había que seguir en eso, sin
“Él creía que Perón iba a ser superado por el pueblo, no creía en Perón. Que
que la mafia de López Rega y sus amigos iba a ser superada por la juventud”
.
¿Cómo vivenciaba Walsh esa contradicción desde el corazón de
socialista? ¿Sospechaba Walsh que el General compartía con ese sector del
¿Hasta qué grado las maniobras tácticas pendulares de Perón desde el exilio
dictadura, para dejar satisfechos a todos los que viajaban hasta Puerta de
pregunta maldita en junio de 1972, aquella que aguarda por una respuesta
problema de Perón.
claro que Perón no era un líder revolucionario marxista como Mao Tsé-tung,
como Ho Chi Minh o como Fidel Castro. Era un líder revolucionario del
fascista. Eso era no entender cómo se dan los movimientos sociales con un
de las estructuras. “Soy lento, he tardado quince años en pasar del mero
tengo que decir que soy marxista, pero un mal marxista porque leo muy
información con algunos ejes que creo tener bastante claros” . Surge, a
partir de esta respuesta a la revista Siete Días, otro elemento que permite
militantes. Ahí aquí una elección determinante, una más que podría
Stalin, y él sostenía que la crítica a Stalin en esa época no tenía sentido, que
ese proceso, entre Trotsky y Stalin él sentía que había una mayor cercanía
creer a D[eutscher] cuando dice que Stalin era ‘prosaico’. Rechazo instintivo
sentimentales: suprimió mucho más dolor del que produjo, vio a toda la
y cobardes, a quienes batió con sus propias armas, y con mejores razones.
vez que se encuentren los dos. En 1970 el escritor intentará, sin suerte, ser
intento trunco: “Al día siguiente sonó el teléfono en la habitación del hotel y
escuché una voz finita y muy amable que preguntó por el señor Walsh. Era
López Rega, que quería transmitirle las disculpas del General por no poder
tanto.
periodista. Hacia esa dirección camina con la serenidad de quien sabe llegar
a tiempo a las citas importantes. Desde la vereda de enfrente, adivina el
durante todo ese año febril. Allí lo espera Raimundo Ongaro con propuestas
tiempo después, en Buenos Aires. ¿Qué conocía Walsh del dirigente gráfico,
Apenas, había visto en los ojos de Ongaro un fuego interior que ya había
adivinado en otros ojos, no muchos años atrás: “Es indudable que la figura
sacrificio por sus ideas” , explicará tiempo más tarde. Por ahora, la única
que terminará, sin dudas, agitando sus días, complicando sus tiempos y sus
los carteles allí desplegados: “Más vale honra sin sindicatos que sindicatos
fábrica, del héroe que imagina todavía para sus ficciones postergadas? Lo
ellos. Los Augusto Timoteo Vandor, los José Alonso, los Juan José Taccone.
burócratas, las palabras recias que con acento marcial pronuncia el nuevo
cambiado la cosa, se vienen tiempos duros ahora, habrá que ser inteligentes
La imagen es otra en Paseo Colón, dos años después. No hay silencios
desorganización, por la demora, por el caos que invade el local esa tarde.
quitarle el respaldo al Congreso –pese a que había sido convocado por ellos
Trabajo. Eso ya no interesa, dice Ongaro, a quien poco le importa que los
con el respaldo de las bases y también con la aprobación y las garantías que
–Tenemos cosas mucho más importantes que resolver ahora que los
para esta nueva CGT de los trabajadores. Pero lo necesitamos cuánto antes.
Ongaro alguna de sus ideas en aquella breve charla en Puerta de Hierro, con
un trabajo que, sabía, le insumiría más tiempo y esfuerzo que el que nunca
antes había imaginado. “Para saber cómo hacerlo necesito conmigo a dos
de la década del 40; el mismo que había colaborado en los inicios de Prensa
hace mucho tiempo atrás en la casa de Pirí Lugones, que había mostrado
Lilia, quien más adelante añade: “Lo que nunca escuché, ni esa tarde ni en
sumar al periodista Luis Guagnini y García Lupo hizo lo propio con José
María Pasquín Durán. Ellos fueron los primeros nombres en surgir en esas
discusiones (otros que fueron llegando con sus aportes fueron Miguel
Briante, Ricardo Carpani y León Ferrari) que tenían como objetivo generar
hechos y del proceso histórico que los gesta”. Uno de los objetivos fue dotar
para que intentaran armar una “caja” que integrara los artículos de modo
historia como uno de los textos fundacionales de una nueva concepción para
pura presencia, pero hay allí, más allá de las inquietudes particulares del
bien: “La clase trabajadora tiene como misión histórica la destrucción hasta
cuyas primeras víctimas resultan ellos mismos” y hasta a los militares “que
dirigía Ismael Viñas , con el cual Walsh había tenido un breve vínculo poco
movimiento obrero, a la vez que se marcaba una frontera muy precisa entre
Walsh optó por citar a Amado Olmos, quien con “sabiduría profética”
señalaba: “Hay dirigentes que han adoptado las formas de vida, los
dicen combatir. Desde luego con una actitud de ese tipo no pueden
mensaje.
lectores, los trabajadores: “Esta edición de CGT llega a la calle hecha sin
con el que los trabajadores deben colaborar, enviando sus noticias, sus
quejas y sus denuncias, colaborando para que llegue, como sea, al último
rincón de la República”.
4. El que corre, de anteojos, con una sonrisa infantil en su rostro. El que
que pide una tregua y frena para recuperar el aire, y cuando puede, entre
decidido: “¡No, ni loco! ¡Me tienen que matar para sacarme esto! ¡Es
antes al episodio del trote por las calles de Lanús, una vez confirmada la
animal–. Mucho le había insistido Walsh a Rolando para que probara hablar
por teléfono con el “Beto”. “Vos dale, arreglá una cita, después vemos cómo
disfrazamos la cosa para que responda algunas preguntas”, le decía cada vez
hasta que una vez llamó y habló con el “Beto” y quedaron en encontrarse.
“Mirá que voy con alguien, eh”, le aclaró a uno de los muchachos de
Lanús–. Yo vengo a ser un delegado que viene desde España porque el Viejo
verdad sobre esa noche del 13 de mayo de 1966 en la confitería “La Real”,
bonaerense. Imbelloni está enojado con el Lobo por un conflicto interno, por
calentura con el Lobo seguía. Era la oportunidad de atar cabos para Walsh,
hacía un par de meses atrás, cuando Alicia Eguren –la mujer de John
“Necesito pegarle una mirada al expediente judicial”, los dos ya sabían que
periódico, Walsh eligió como título una pregunta fuerte, con mucho gancho:
“¿Quién mató a Rosendo García?”. Allí comienza su artículo con una cita
extraída del expediente, donde uno de los testigos afirma haber escuchado
gritar a alguien en “La Real” gritar: “¡No tire Vandor…!” Pero después de
del Bebe Cooke, quien les envía buenas referencias del periodista aquel que
Obsesivo por los detalles, no deja nada librado al azar y hasta le pide a
una experiencia propia. Allí aparecía Lilia otra vez en escena, para escuchar
‘Vos tirate acá’, él agarró un hilo y yo tenía que tener la punta del hilo donde
había atravesado la bala, y él, desde el otro extremo, se ponía en el lugar del
coincidían los ángulos. Eso durante toda la tarde”, explica Lilia, quien
que los únicos armados esa noche eran los vandoristas, faltaba todavía un
miradas de una mesa a otra, después piñas y sillazos, y por último balas de
plomo.
era el único que podía aportar esos datos que faltaban. Por eso gestionó la
entrevista con un engaño, por eso decidió meterse en la boca del lobo sin
Ahí estaban, Rolando y el Beto, los mismos que se había trenzado a los
por medio, armado apenas con un grabador Phillips y un rostro adusto que
mate”, apunta. “El misterio que resistió dos años se iba a develar ahora en
escuchando: “No, no, no. Usted siga contando nomás. Usted cuente todo lo
del grupo estaban armados, y allí es interrumpido por Rolando: “No, pará –
recuerda Villaflor. Es así, el Beto relata paso a paso los sucesos de aquella
noche. Dice los nombres de los que compartían la mesa con el Lobo,
rato después del tiroteo y con Rosendo herido a Vandor llorando: “Llorando,
termina. Aquello era, definitivamente, dinamita pura, pero había que salir de
allí antes que ese material inflamable explotara en sus manos antes de
papanatas nos acompañaron hasta la puerta”. Los saludos fueron breves, los
dos caminaron lentamente hasta doblar la esquina. Entonces, sin voz alguna
pelo!”.
Walsh.
la hegemonía del aparato, pero también puede graficarse a partir del juego
pendular que Perón desarrolló como nadie desde su exilio, con la inequívoca
la astucia táctica para evitar rupturas y divisiones, como así también para
los sindicatos, que fueron la columna vertebral del peronismo desde sus
inicios.
distancia. Pero esta historia, como tantas otras, tiene su origen en una
jugarse sus cartas por la libre, negociando con la nueva gestión militar y
Por eso yo no podré perdonar nunca, como algunos creen, tan funesta
herir, hay que matar, porque un tipo con la pata rota hay que ver el daño que
luego puede hacer. Deberá haber solución y definitiva, sin consultas como
ustedes resuelven allí. Esa es mi palabra y ustedes saben que Perón cumple”
.
burocracia, no era otra cosa que un eslabón más en la cadena estratégica del
Puerta de Hierro se dan cita Perón y Vandor para limar viejas asperezas,
presión para imponer sus reglas. Basta con recordar, con coincidencias
movimiento peronista. Esa sería el final para la breve historia del MRP. Las
la CGT con esa rancia burocracia, capaz de semejantes gestiones. Por ese
deseo de que Raimundo les patee el tablero una vez más”. Algunos meses
más tarde, volverá sobre este punto: “La CGT fue quedando cada vez más
Algunos meses más tarde, cuando las huellas del Cordobazo aún se
política fluya rumbo a otra crisis que se lleve puesto al onganiato, Perón se
la gallina sin que grite”, explicará el General. Lo que ni las cartas ni los
1969. Ante la muerte del dirigente metalúrgico, desde España, Perón girará
una carta dirigida a los compañeros del gremio donde expresará su “repudio
más absoluto por un crimen execrable” para más tarde afirmar, en otra
misiva, que no podían ser considerados peronistas los autores del atentado
se puede herir, hay que matar, porque un tipo con la pata rota hay que ver el
–Nosotros les decíamos traidores a ellos, a los Matera, los Vandor, los
Remorino. Pero los traidores éramos nosotros. Porque Perón siempre los
apoyó a ellos”.
1968 que termina para Rodolfo Walsh expresa con nitidez un panorama
CGTA llega incluso a manifestar por primera vez la idea de “derrota” del
hace poco que ando con ellos y es la primera vez que escribo
que esta situación terminó, aunque sin duda tardaré un tiempo en liberarme
amaneció a la vida política argentina como una opción real para delegados y
cerca de 650 mil afiliados (contra 785 mil de los sindicatos fieles a Vandor)
a principios de ese mismo año? ¿Todas las explicaciones de la derrota se
sindicales seguía en manos del Lobo y los suyos, y ese fue apenas uno de
industrial del Gran Buenos Aires, “no veían con buenos ojos las
que la CGTA ha fracasado en los objetivos que nos proponíamos, y que con
periódico, que habían sido los más intensos de su vida como periodista.
allí deja entrever algunas de las razones que permiten entender mejor los
caminos de militancia que desandó años más tarde: “Se trata de una
Ongaro– subraya que esa posibilidad, aún en ese contexto, estaba lejos de
del 60, conviene citar parte del prólogo al libro Los que luchan y los que
impacto entre los trabajadores de todo el país, traía aparejadas también las
rebelión de las bases quedó en los papeles, las bases no tuvieron expresión
cualquier que diga qué opina él del diario. Ahí se habla de grandes
problemas, grandes cosas, pero las opiniones y las inquietudes de las bases
toda una señal de alerta para los miembros de la dirección del tabloide. “Un
ediciones atrás, pero los resultados no habían sido los esperados. Por otro
alturas”, afirma.
Entre algunas seguridades, una duda lo inquieta. No se trata de una
que Walsh borronea para ese año inolvidable. Entonces, además del trabajo
febril y fatigoso, del desaliento por el paso atrás del proyecto de Ongaro y de
al campo del pueblo que además –y de eso sí estoy convencido– me brinda
como una muerte, una despedida. ¿Lo damos realmente? Espero que sí”,
concluye.
signada por esa breve sentencia. No hubo otro escritor con su olfato para
tecnología pero con una tenacidad sin pausa. Allí también confirmó el valor
las palabras con cuidado antes de emitir opiniones políticas: sabía esperar su
hacía con mucho interés. Era ese tipo de persona que escucha como
con un grabador”. “Con los amigos era un hombre muy inteligente. Ese tipo
manda una gran disertación, sino que yo notaba que generaba siempre
interés lo que él podía decir” , agrega Lilia. Confirma esta imagen Horacio
no era una cualidad que identificara a Walsh: “Escuchaba mucho, era muy
reflexivo; pero cuando decía algo había que escucharlo porque no hablaba
tradición del escuchador entrenado. Del “Hay un fusilado que vive” que
pescó casi al voleo una noche calurosa en un bar de La Plata y que motivó la
hay un solo artículo que no respete esta consigna, no hay un solo relato que
uno de los pacientes del leprosario en la Isla del Cerrito: “Ya no pienso en
matarme. Lo pensé una vez y no quiso el destino. Algún día voy a salir. Me
Para más datos, hay una foto extraordinaria que confirma la obsesión
de Walsh por el registro de las voces locales, no sólo para conocerlas, sino
durante sus largos viajes al centro (por caso, el 19 de febrero de 1961, anota
un par de frases ajenas que llamaron su atención, sin aparente relación entre
sí, pescadas en un asiento contiguo del ómnibus: “Serio, eh. Tipo que se
pone, pa-pa-pa y había que hacerle las cosas”; y otra: “Él entró en la famosa
Compañía de Indias, usted sabe, ésa que tiene miles de años”)? ¿Había en
alguna llave que lo ayudara a abrir una puerta cerrada en el presente (otro
sus voces silenciadas, repitiendo sus anhelos y defendiendo sus causas. Más
de una vez, Rodolfo Walsh había elegido la voz de los otros para definir con
mayor certeza sus propios pensamientos. Como esa vez, en el tren, cuando
escucha al pasar –un comentario mínimo que cualquier otro en su lugar tal
para los burgueses?”, dicen que dijo el dirigente, pero sin conocer jamás
con ferocidad desde las profundidades donde el arduo trabajo diario las
escribía para los burgueses. Pero me molestó porque yo sé que tiene razón,
quién escribir, sino para los burgueses? Tendría que preguntarle a Raimundo
qué literatura le gusta a él, qué novelas no están escritas para los burgueses
¿para quién estamos escribiendo? ¿Es tan importante que nos elogien los
buenos amigos, las revistas, que nos lea toda esa burguesía o pequeña
Será el tiempo el único que podrá ayudar a Walsh a resolver (o, mejor
tareas que impiden siquiera asomarse a los borradores de una novela que
pretendía ser el final del círculo y que terminó deambulando alrededor del
resolución. “Mi reingreso a la órbita del marxismo ha puesto al día todas las
los detalles que puedan alejar su escritura del agrado del lector obrero.
“Tengo que hablar con él [con Ongaro] de todo esto. Claro que mis
ellos como tema, sus vidas, sus luchas, etc.”, concluye después, decidido.
para Walsh, definir para quién escribir y sobre qué ejes hacerlo: “No puedo
experiencia política, y todas las otras experiencias. Para eso debo salir de un
todos. Confiar en lo que tengo para decir, dando por descontado un mínimo
“Recuperar la identidad del pueblo, de las masas, que es más importante que
aportar una mirada analítica de la realidad para que sea útil en manos de la
consigna”: “Dentro de las limitaciones que existen para que cualquiera obra
literaria llegue a la clase obrera creo que este material tiene una cierta
penetración [se refiere a ¿Quién mató a Rosendo?]. Basta con que llegue a
las cabezas del movimiento obrero, a los dirigentes, a los que tienen
ahí no había dudas: entre seguir escribiendo cuentos –en los que yo ponía
cruda, directa: entrás, de una vez por todas te metés, o seguís mirando todo
desde un costado…
… Y yo no soy peronista.
costado casi con desprecio. No muy afecto a las citas, el obrero metalúrgico
elige recordar ante Walsh una frase de Cooke repetida en más de una
ocasión: “Sólo ganan batallas los que están en ellas”. Así, con esa facilidad
interminable entre sus certezas históricas y las dudas que venía arrastrando
desde años atrás, desde siempre, sobre aquella pregunta que lo carcome
“Si uno fuera valiente, se metería en las FAR, las FAP, las FAL, y
dejaría que otros novelistas escribieran sobre uno, pero el mundo está lleno
de descuidos, así que mejor hacer la propia cobertura. How false?”, había
tiene que ver con aquel proyecto –siempre postergado por falta de tiempo–
de avanzar con esa novela que no se deja escribir. También por esas fechas
urdida por la urgencia, las ganas de romper el molde y los etapas que se
peleamos nosotros mismos. Nuestro rango en las filas del pueblo es el de las
(léase: que cierre por un largo rato el cajón del escritorio donde aguarda un
proyecto de novela, tantas veces aplazada por las premuras de eso que
llaman realidad) en una organización política que, por otra parte, contiene
que, de todos modos y más allá de los resquemores del escritor, ya estaba
muy rápido”, detalla Lilia, quien además añade: “Con el tiempo Rodolfo fue
fue viendo que ése era el lugar más adecuado para su aporte. Y eso era lo
la historia que se estaba por escribir: “(…) Además uno no escribe una
novela sino que está dentro de ella, es un personaje más y la está viviendo”.
En ese momento crítico, marcado por los conflictos que arrastraba con el
implicaba dejar muchas cosas atrás (entre ellas, la escritura ficcional), pero
militancia en común con los personajes que él había elegido para sus
crónicas: “Las únicas cosas sobre las que uno podría o desearía escribir, son
héroes posibles, los revolucionarios, necesitan del silencio; las únicas cosas
ingeniosas, son las que el enemigo todavía desconoce; los posibles hallazgos
barro, aún con todas las dudas a cuestas y con los riesgos que esas
¿Pero qué eran las FAP en el momento en que Walsh se acercaba a sus
Luis Duhalde, por su parte, propone como definición una metáfora precisa:
“Con Ortega Peña en aquellos años solíamos decir que más que una
peyorativa, sino que resumía una actitud colectiva, una toma de posición y
desde la periferia, desde el sombrío rincón que ocupaba como integrante del
la serie que Lilia y Rodolfo miraban desde la cama esa tarde. Entre los
los simios” intentaba rescatarlo del sopor de una siesta inminente. Pero algo
desconocido. Era una voz, matizada por la fritura de una conexión irregular,
prestado una amiga. Apenas eso: una voz, el sintonizador flojo que se
otras funciones.
escucha, algunos minutos después. La voz en cuestión no era otra que la del
frecuencias, una era UHF con la que transmitían los patrulleros con el
mundo… Por ejemplo, por ahí salían las órdenes de captura y en muchos
Verbitsky.
y Pirí Lugones con su pareja. Ellos seis se repartían las 24 horas del día en
por algún negocio de radios, se paraba a ver… Una vez se compró un equipo
que era como un control remoto que barría varias frecuencias hasta que se
enganchaba si oía alguna voz”. Al poco tiempo, los códigos de las fuerzas
quien además explica que la obsesión de Walsh por cada detalle fue una de
las claves para ese trabajo: “Rodolfo tenía cuadernos donde anotaba todo,
era muy minucioso; ésa es una de las cosas que yo recuerdo haber aprendido
de él. Cuando es joven, y yo era quince años más joven que él, no tiene tan
claro eso. Él lo tenía muy claro, sabía que cada cosa hay que anotarla porque
cada cuatro o cinco horas al grupo militar de las FAP que, supuestamente,
se habría cargo del operativo de rescate. Pero los días fueron pasando, y
nunca recibían acuse de recibo alguno por los datos que puntualmente se
inutilidad muy grande. Y esa sensación era compartida por todos nosotros”.
FAP en 1972. Una crisis que se había desatado por una razón de forma (el
amén de ser sólo aptas para el accionar militar clandestino, no sirven para
Compulsiva (también conocido por las silgas PHPC) en las FAP. Ante esta
que atravesara a toda la organización. “La orientación original del PHPC era
con un tiempo previsto de tres meses como máximo, se dilata hasta ocupar
Había que darle atención a este grupo, pero no había dónde mandarlos” ,
Otra de las referentes históricas del grupo era Amanda Peralta, que había
tareas de acción directa: “Walsh quería ser combatiente y sentía que la orga
cosas que largaba de tanto en tanto pude suponer que había entrado en la
organización.
“Desde las FAP decían que Perón era de los trabajadores y no de los
decir que las FAP no tuvieran una serie de planteos que con el paso de los
armada de esos meses del 72. Lo que pasa es que en ese momento, esos
las FAP y pasar a integrar las filas de una organización que, en un breve
camino el propio Rodolfo Walsh: “Lo que pasa es que algunos tenían más
una frase de Evita (“Solo les pido: cuiden al General, no lo dejen solo
una mano tendida”) que sintetizaba con claridad las dudas que generaba el
compañera, el hijo y el nieto, un truco, un verso, una ginebra. Pero más que
nada era una certidumbre permanente, como una fiebre del día y de la
noche que nos hace creer que vamos a ganar, que el Pueblo va a ganar…”
de cartas gastado por el uso. Ahí están los dos, y a su alrededor, muchas
más comentado del año. De un lado, Rodolfo orejea sus cartas, espía casi
los jocosos comentarios que se dejan escuchar del otro lado de la mesa. En
entre los espectadores que aguardan por el final del torneo y que asisten,
pero lo bastante entusiasmada como para recordar esa tarde con precisión:
“¡Nunca me reí tanto! Era la final y para Rodolfo era una cosa de vida o
muerte, estaba tan tenso… Y Paco le hacía un verso con cada seña. Y un
trago de caña… Paco cada segundo se burlaba más con sus versos y Rodolfo
compromiso que iba más allá de jugársela cada tanto. Precisar cuándo el
todo caso, es dar cuenta de ese lazo inasible que ataba de ambos extremos a
dos hombres que sabían apreciarse en sus diferencias, que contaban con el
calle Cangallo 1671 y subió hasta el octavo piso para entregarle una
previsto para el enero siguiente. “Allí conocí a ese hombre cálido, jocoso,
entrañable para sus amigos, ese poeta gozador de la vida, el buen vino y el
amor que, junto con otros de su generación, buscaba en esos años el íntimo
argentina, Paco tenía algo más que conversar con Rodolfo. Primero en su
reciente del Che en Bolivia, las consecuencias que esa derrota provocaron,
aquél trabajo codo a codo con otro amigo, Jorge Ricardo Masetti, y de
palpar bien desde adentro los conflictos del proceso cubano: “Asistí al
su paso por la isla. Ahora tenía la chance de regresar, por lo que consideraba
había primado el deseo del periodista por encima del compromiso del
consigo mismo –apunta Lilia–. Años después me decía que eso había sido
un error. Se sentía muy molesto con él mismo porque develarlo era lo más
Enrique Olmedo. “Lo que me quedó registrado de ese día fue que Paco ya
agrega Lilia.
sabiendo que las respuestas estaban implícitas en los actos de sus propias
, acota Lilia. Después, por algunos años, los senderos de Paco y de Rodolfo
contra las vallas, todos quieren ver hasta el último detalle de aquella
que rodea a la Casa Rosada es el escenario, nunca más pequeño como esa
de Gobierno.
Cuba, Osvaldo Dorticós, que han llegado al país para saludar con una
la sala, las ojeras del general Lanusse parecen agigantarse a medida que el
griterío de afuera gana espacios dentro del recinto. Pero la fiesta está afuera,
manifestantes que gritan y saltan por una historia que se inicia y otra que se
acaba. “¡Qué lindo, qué lindo,/ qué lindo que va a ser/ el Tío en el gobierno/
Perón en el poder!”, aúllan. “Ya van a ver, ya van a ver/ cuando venguemos
ocultan su osamenta del odio popular, buscan el reparo que los proteja de
porque ya se sabe: no hay nada más peligroso que un león herido. “A esa
misma hora otro compañero con pelos de clown alrededor de la coronilla
finos e irónicos, al que los íntimos suelen llamar Neurus o Capitán Delirio,
momento épico, el militante gris que el resto de los compañeros han dejado
padre.
liderazgo de Perón desde una convicción llamativa, pero sin dudas alentada
por las expresiones de apoyo que el General enviaba cada tanto desde su
elegido por Perón para referirse a un proceso que terminaría con el tránsito
del poder en manos de “la maravillosa juventud que tenemos, que tarde o
del Líder. Pero ese Líder, que también llegó a admitir que “si hubiera sido
chino, sería maoísta” y que “la única solución es la de libertar el país tal
asumir la decisión de pasar a Montoneros más allá del origen vinculado con
del nacionalismo frente al imperialismo, y que para disputar esa batalla era
Montoneros”, añade.
historia corre por encima de las dudas y los titubeos, aplasta a los indecisos
consigna. Pero cientos de miles no tienen ganas de esperar que las promesas
compañeros que cuentan los minutos en un clima de fervor que parece capaz
buscan con la mirada por encima del aluvión de compañeros, que naufragan
con sus ojos en un mar de brazos y puños en alto, mientras esperan. En las
ventanas del penal, asoma el fulgor de los colchones ardiendo; las chispas
la revista Así.
primero en empaparse la cara con las gotas del rocío que caen sobre Devoto,
pero van saliendo a la calle y la sonrisa no les entra en la cara. Los gritos se
en La patria fusilada.
gritos un estrecho pasillo humano para que los presos avancen hacia la
está Paco, el pelo largo, el saco azul marinero, un bolso donde guarda
varios kilos menos y esa sonrisa canchera, que parece imposible que se
el abrazo.
Pero para llegar a esa noche inolvidable, la noche más larga de 1973,
hay que retroceder en el tiempo y acercar el zoom hacia las decisiones que
manera, derrotados o con un balazo trapero y los ojos abiertos para llegar a
mirar, como los gatos, en plena noche, en plena violencia, los primeros
pasos del único mundo que admitimos […] y al día siguiente su hermana
me dice que sí, que era su cuerpo, que ahora se daban cuenta de que no
aspecto de santo que a lo mejor era necesario también para sacudir ese
focos aislados y empezar de una buena vez, antes que algunos pretendan
tarde.
Piglia, Noé Jitrik, David Viñas, León Rozitchner, Paco y el dueño de casa,
dialogan en busca de una síntesis que permita entender mejor los hechos.
“En esa reunión, Walsh relacionó el tema Padilla con la defensa de la isla
Walsh” .
Algunos han actuado políticamente; para otros la política es tan ajena como
la astrofísica”. Más adelante, con respecto a la calificación de “stalinista” a
Otro tanto genera el debate en las guevaristas FAR sobre el vínculo entre el
menos tiempo habrá llevado achicar las distancias entre la “patria socialista”
pura, como pueden pretender los ‘ideólogos de las revoluciones’. Las teorías
Urondo, intentado justificar las objeciones que señalan algunos sobre ese
las cualidades artísticas de cada uno. “Poética en griego quiere decir acción,
Los compromisos con las palabras llevan o son las mismas cosas que los
tanto una actividad como la otra, siempre hay lugar para la retórica en el
del salvadoreño Roque Dalton, hermanos del alma en esa actitud de quitarse
penal Urondo logra juntar a María Antonia Berger, Ricardo Haidar (de
Montoneros) y Alberto Miguel Camps (de las FAR), los tres sobrevivientes
la noche una historia trágica, nunca antes contada por los únicos testigos
anotaría después en La patria fusilada: “Los tres han dado muestra de una
misma posición. Se sustrajeron del clima del triunfo popular que había en el
penal” .
También Rodolfo Walsh recordó, tiempo más tarde, esa escena que
definía a Paco mejor que uno de sus poemas. Sentado, en silencio, siguiendo
como nunca, atento a cada temblor en la voz de los que habían resucitado
del espanto. Manejaste esa historia como de chico debiste manejar el bote,
allá en tu río, dejándote llevar por su corriente, con apenas un toque de pala
–una pregunta– para enderezar el rumbo. Allí fue más cierto que nunca que
escribir es escuchar”.
4. Aprovechó la reunión para estudiarlo detenidamente. Lo tenía justo
allá de algún comentario subjetivo deslizado por Paco a media tarde, que
sentado en mitad del círculo de sillas y escuchaba las razones del director
discusión.
Hasta esa noche en que ninguno de los presentes puede abstraerse del
misma reunión, uno y otro se estudian con sigilo, intentando que el otro no
alguien hubiera estado en una reunión con él sin saber quién era… se
hubiera ido con estas impresiones y no con la idea de que alguien famoso,
del primer encuentro. No hay testimonios que definan elementos sobre este
tuviera en sus escalones más bajos a hombres como Rodolfo Walsh y Juan
miradas críticas que aflorarían con el tiempo con respecto a los caminos
tiempo teníamos humildad porque ellos se habían jugado por cosas que
esta misma categorización determinada por las armas, que imponía primero
sentido porque se trataba de una mirada compartida sobre cosas que no nos
movimiento”.
tierra, rogando que las balas no elijan como destino al compañero de al lado,
tan frágil, tan absolutamente vulnerable como uno mismo. Y los gritos, las
ridículas. Entre ellas, uno que quedaría en la historia negra: “Se ruega a los
viajaba Paco con Lili Mazaferro y Oscar Smoje atrás, mientras adelante
iban Virginia (la hija de Julia Constenla) y manejaba Carlos Campa. Hasta
el ruido inconfundible de los tiros, el viaje había sido una fiesta a pequeña
Puente 12, Paco ordena a todos bajarse del auto y buscar refugio, mientras
levanta el asiento trasero para sacar las armas allí ocultas. Temprano en la
“Venite con armas, las que tengas, porque vamos a tener que repartir. Parece
que Osinde…”, recuerda Campa. Tenía razón Paco en sus reparos: Jorge
peronista hasta 1955 (famoso desde entonces por aplicar tormentos a los
prisioneros), era desde 1971 “consejero militar y político” del exiliado Juan
Rega, como máxima autoridad. Ese oscuro personaje había sido designado
banderas plegadas y los carteles tirados al costado del camino, para cuando
desde los altoparlantes alguien anunció que el General Perón había, por fin,
cierto. Ahora es verdad, Miguel: esto que vimos ayer es el fascismo”. Añade
el autor de El presidente que no fue: “La viuda de John William Cooke tenía
ilusión sobre el absurdo intento de copamiento del palco por parte de las
con las primeras estrofas del Himno Nacional, balbuceadas cuerpo a tierra,
che salame”.
que eran tan peronistas las posiciones de sus adversarios internos como las
previó que se recurriría a las armas para frenar su marcha impetuosa. Fue a
Ezeiza, quien también admite que ese 20 de junio de 1973 dejó de ser
peronista.
a Madrid al mismísimo Perón una lista con 300 nombres sugeridos para
cubrir cargos clave en todo el país, y vetar otros tantos que se barajaban con
Para Paco, el regreso de Ezeiza fue uno de los viajes más complejos de
su vida. Algo se había roto para siempre esa tarde con las ráfagas pegando
señoras con los chicos, los gritos, las corridas… Después de las puteadas de
rigor contra los fascistas del palco, eligió manejar en silencio, con la radio
prendida dando cuenta del parte provisorio de muertos y heridos, como para
viaje, casi al oído, Carlos Campa. Ninguno de los dos necesitaba pronunciar
el nombre aludido tácitamente. “No, ¿cómo vas a pensar una cosa así?” ,
Piedras 735, sube la escalera hasta el descanso del primer piso donde, como
todos los días, comparte unos minutos de charla con el jefe de seguridad,
que apoya la Itaka contra un rincón para cebarle unos mates al recién
hace meses, les quita el sueño a todos. Bonasso, sin disimular el cansancio
del dinero. Para algunos, el proyecto se sostendría con los fondos del rescate
Born–. Pero poco importa eso ahora: el tema es que hay plata, pero todavía
no hay diario.
tiempo atrás, con el nombre Noticias (“Sobre todo lo que pasa en el mundo”
fue la bajada elegida para evitar un problema legal con la marca) después de
haber descartado otro como Pueblo. Ahora, Rodolfo respira los aires
hacedor del Semanario CGT, como parte de un equipo mucho más pequeño.
nada; ni mesas ni máquinas, no había más que una idea. Pero al poco tiempo
empezaron a llegar las mesas, las máquinas, los tabiques, los cronistas y el
política valiosa para generar una dinámica “frentista” desde una mirada
cuando empezaron a reunirse con la idea del diario sobre la mesa, era la
producto bien editado, que fuera más allá de los tópicos de la militancia y
pudiera meterse como una cuña en los problemas cotidianos del común de
diarios.
Miguel Bonasso –que había cumplido una destacada labor como agente de
conformaban la dirección colectiva Juan Gelman –el poeta que prefería las
páginas interiores, con mucha presencia del reportaje gráfico y una especial
revolucionaria.
primer diario argentino al que le interesa más Tucumán que Roma, Lima
partir del trabajo de campo en los barrios cada día), pero sin desentenderse
línea solamente; había que arremangarse y salir a la calle para escuchar los
que solo Horacio Verbitsky supo interpretar. Algunas semanas atrás, habían
respondió Walsh, desconfiado como siempre del Líder del movimiento pero
muy certero en su análisis: después de arduas negociaciones con
siamés ha trepado hasta lo alto del pino y no se atreve a bajar. Los chicos
pero dudan sobre los métodos más afectivos para bajar al gato de las altas
cumbres del árbol. Intentan con palos y escobillones, con comida para el
gato, pero no hay caso. El felino, temeroso, se aferra a una rama y la reunión
dejará sus gruesos lentes de miope sobre la mesa ratona y trepará con gran
admiración de los chicos cuando entrega, sano y salvo, al gato. “No por nada
arterias que conecta el Conurbano con la Capital Federal. Sobre esa noticia,
se detallaba que a partir del trabajo voluntario de los vecinos, los costos de
ejemplar entre manos recién salido de las rotativas, la cúpula del diario
camina hasta un bar para festejar la salida del matutino. Entre comentarios y
comentarios que llegaban desde la mesa vecina. Son los minutos más largos
les hace una seña con la mano, como advirtiendo que está listo para ofrecer
sus impresiones. Breve, sincero, directo, les dice: “Está muy bueno. Parece
rincón marginal del comedor, casi tapado por papeles que se escapan de una
encontrar la lógica del orden del otro, que revuelve páginas subrayadas y
coteja las fechas anotadas en su cuaderno anillado. Mejor que nadie sabe
la mirada la imagen en blanco y negro del televisor. Ahí está, otra vez, como
siempre andaba con custodia y nunca dormía dos noches en el mismo lugar.
desde una terraza cercana y desde la ventana de una casa en alquiler. “La
La imagen del Petiso Rucci (que alguna vez había definido a Rodolfo
burocracia sindical, las imágenes del Torino rojo, agujereado por el fragor
abismo de tiempo se abrió entre los dos, sentados ante una mesa repleta de
papeles, mirando una noticia que preanunciaba los tiempos que no tardarían
en llegar.
retrasaba.
oportuno de la acción apenas dos días después del rotundo triunfo del Viejo
Perón”, opina Bonasso. Más tarde añade: “No entiendo cuál es la lógica que
nos llevó a perdonarle la vida al Brujo López Rega tras la masacre de Ezeiza
y ahora nos hace atentar contra un hombre de Perón, cuando el Viejo acaba
tanto, niega con la cabeza, se quita los anteojos para refregarse los ojos, luce
ante las masas. Bonasso parece quitarle la idea de la boca, cuando afirma:
Verbitsky.
hacia una isla que conoce como la palma de su mano por el laberinto de
Rucci es un grave error y que la organización puede pagarlo caro porque las
interrumpe para acotar una idea que viene dándole vueltas en la cabeza
desde hace rato: “Mirá, ahora el Viejo sabe que no puede llamarnos un día
tiradores a buscar refugio entre los altos pajonales. Quizá sus disparos hayan
pondría blanco sobre negro los pasos a seguir por el ala derecha del
consecuencias”.
la lancha para volver a la ciudad, con sus dudas a cuestas y con la certeza de
destaca la tarea del sector de Informaciones porque fue de tal magnitud que
ese rol y señala a Horacio Campiglia (“Petrus”) como el cuadro que tenía a
cualquiera ascendía para llenar los huecos, llegó a ser Oficial 2º y yo,
Oficial”, señala el periodista. Vale acotar que las jerarquías del escalafón
siguiendo por el de Oficial, Oficial 2º, Oficial Mayor y, por último, Oficial
importantes: “Si Rodolfo hubiera sido el jefe y yo el segundo, creo que las
cosas hubieran sido menos catastróficas de lo que fueron. Nosotros
procesarlo, había que elaborarlo para contar con elementos que sirvieran de
organización: “Había que tener inteligencia y paciencia para leer los diarios
asiente su poder”, apunta Lilia Ferreyra sobre esta etapa en la vida militante
de Walsh.
que una de las herramientas básicas para pretender ganar una guerra, de allí
criptografía” .
represivo de los militares sobre los sectores populares con una precisión que
sorprendería hasta su propio autor, cuando volvió sobre esas notas tiempo
después para compararlas con la cruda realidad: “Había dibujado un mapa
enemigo. Fue tal la precisión y el rigor con que logró analizar el avance del
1976, era asombroso ver cómo había acertado en sus previsiones”, comenta
respuesta” .
apuesta sin reparar en los dolorosos costos humanos que generaba esa
9. Miró el reloj, aturdido por el sueño. Quemaban los ojos del cansancio.
Faltaba poco. El sol del mediodía del 1º de mayo de 1974 se colaba por las
persianas cerradas de la planta baja del diario, desde donde podía escuchar
ya, con absoluta nitidez, el ruidoso avance de las columnas rumbo a Plaza
de Mayo. Rodolfo se sacó por un momento los auriculares que, hasta hace
de semanas antes había sido devastada por un bombazo. Por los intersticios
para saber qué pasaba con el sistema represivo y demás. Toda esa noche
para estar comunicados con las distintas columnas. Todo se iba retrasando,
justamente por estas negociaciones que había que hacer en cada parte” .
propio Perón no había dejado pasar una sola oportunidad para hablar en
caldeado de tal modo que una mínima chispa en cualquier retén policial
comando creado para “ir superando los problemas” –según Perdía– era
oíamos cómo Villar ordenaba impedir el paso. ‘Pero mire que ya está la
había evitado una confrontación con la policía, Walsh sabía que lo más
Noticias para formular ante Mario Firmenich su parecer sobre el acto que se
el pueblo, “Perón hablaba con los trabajadores, les planteaba los principales
confirmar una vez más, ante los ojos del Presidente, la insoslayable
acto a partir de una presencia masiva que hiciera sentir sus cánticos y sus
bandera nacional), que dejara oír sus voces frente a un palco seguramente
hegemonizado por las huestes del Brujo. Pero evitando –eso sí– un
enfrentamiento directo con los sectores de la derecha, que podrían intentar
perseguir una tregua que frenara, al menos durante el lapso que demorara el
de diálogo, porque como Perón sabía cuál era nuestra posición, pretendía
argumentará años más tarde Firmenich. Pero la realidad será un poco más
cerco”, que primero pretendía evitar una confrontación directa con Perón (o
Montoneros), y después procuró preparar a las bases para una ruptura que
como hacedor principal del “cerco” que hay que romper porque mantiene
ese sentido, Alicia Eguren no disimulaba su filosa ironía ante alguno de los
como objetivo principal ganar tiempo antes de asumir que unos y otros
en la mano”.
De todos modos, la realidad haría pedazos cualquier intento por dilatar
argentina.
Tendencia? ¿Por qué no hubo forma de detener una ruptura que propició el
preparación del regreso, en Ezeiza, donde el General mostró sus cartas por
era aplastar a la JP, sino obligarla a cesar sus maniobras hegemónicas sobre
el resto del movimiento; es decir, mostrarle tal poder de fuego propio que la
Lapolla. “Es casi imposible suponer que Perón haya sido ajeno a esta trama,
llegado habló por cadena nacional. Muchos militantes habrán esperado sus
espíritu porque retorno sin rencores ni pasiones como no sea la que animó
antes, eran menos los que no salían de su asombro ante el primer ataque de
arriba”, advirtió primero. “Los que ingenuamente piensan que pueden copar
equivocan”, señaló después. “Por eso deseo advertir a los que tratan de
infiltrarse en los estamentos populares o estatales que por ese camino van
que cesen en sus intentos porque cuando los pueblos agotan su paciencia
hasta palabras puntuales que volverían a escucharse meses más tarde. “Ese
texto hace añicos la teoría del cerco”, afirma Verbitsky. Además, expone de
Pero mentiría quien dijera que Perón nunca se referirá a los hechos de
de unidad, que persigue el consenso de todos los sectores, Perón explica que
ley, será amparado y defendido por nosotros. Pero dentro de la ley. Cuidado
con sacar los pies del plato, porque entonces tendremos el derecho de darle
mucha gente que estuvo allí”. La mención a los acontecimientos del Mayo
conspiración comunista acuñada desde Europa. Pero más allá del extraño
origen que Perón esgrime, el objetivo del discurso es advertir los riesgos que
para pasar a ser Mongo Aurelio… –apuntará Miguel Bonasso después–, que
del club nocturno panameño Happy Land , Raúl Lastiri (“ese simpático
[…] imponer también una voluntad que no es la voluntad que fija la ley; eso
tiene un solo nombre: es un delincuente que hay que hacerlo tomar con la
juvenil del peronismo, con cuadros de Montoneros, las FAR y las FAP entre
escapar la oportunidad para volver a machacar sobre los límites del proceso
país, o los obligaremos a hacerlo con los medios que disponemos, los cuales
después de la victoria por el 61,85 por ciento de los votos y del asesinato de
haber eliminado totalmente (se los elimina a través de las autodefensas del
fisiológico, genera sus propios anticuerpos, y esos anticuerpos son los que
que tenía un objetivo central: exponer a los diputados ligados a la JP ante las
impacto fresco del ataque del ERP al cuartel de Azul (“Ya no se trata sólo
medio para quebrantar la unidad del pueblo argentino”, dijo en esa ocasión
afirmó, nada conciliador con sus invitados. Cebado por el enojo, Perón
del trotskismo y nada tenía que ver con el posadismo ni con Francia. Pero lo
necesidad de una ley más severa para los delitos cometidos por las fuerzas
agregar: “Si no contamos con la ley, entonces tendremos que salir también
tenemos ley para reprimirlos. ¿No ven que eso es angelical?”. Los diputados
una semana se termina esto, porque formo una fuerza suficiente, lo voy a
segundos después: “Si no hay ley, fuera de la ley también lo vamos a hacer y
lo vamos a hacer violentamente. Porque a la violencia no se le puede oponer
otra cosa que la propia violencia. Eso es una cosa que la gente debe tener en
El título elegido por la dirección de Noticias para el artículo que daba
cuenta de la entrevista del General con los diputados fue: “Perón: aplastar la
violencia con o sin ley”, y agregaba una nueva cita contundente del
Presidente: “Si no tenemos ley, el camino será otro, y les aseguro que
Pocos días después los diputados optaron por renunciar a sus bancas ,
mensaje por cadena nacional, un par de meses más adelante seguirán sus
ofensiva del Líder contra los espacios institucionales ocupados por sectores
son y lo que quieren. […] Tengo todos los documentos y, además los he
Perón, y había que apartarlos del camino del modo más efectivo. El 11 de
dentro del Movimiento”. Era el punto final para una traumática relación. O,
la JP y a Montoneros.
pasillos de Noticias y nadie sabía a ciencia cierta qué podía pasar al día
con justeza los contornos del abismo que se avecinaba: “Argentina puede
convertirse en un cráter”.
11. Encerrado en el comando, espera en silencio que el Líder asome la
peronismo burócrata y fascistoide se asoma por ese balcón y saluda con las
transmisión que Walsh decide dejar por un momento los auriculares para
cualquier incidente menor, porque el más leve roce puede desencadenar una
tan cercana en las previsiones agoreras de quienes imaginan lo peor para los
Para colmo, todo comienza con un locutor que da cuenta ante las
una estruendosa reacción de la JP: “No rompan más las bolas/ Evita hay una
asamblea popular!”, se canta) y una ovación confusa, Perón agita los brazos
del Líder, Isabel. Al otro, López Rega. Rodolfo Walsh siente correr la
mismo balcón, y con un día luminoso como el de hoy, hablé por última vez
a los trabajadores argentinos. Fue entonces cuando les recomendé que
que gritan!...”.
Entonces, Walsh tiene que agudizar el oído para reconocer los cánticos
de la JP, lejos de las primeras filas, gritando a voz tendida: “Se va a acabar,/
pasa/ qué pasa General/ está lleno de gorilas el gobierno popular!”. Ésa era
imberbes pretenden tener más mérito que los que durante veinte años
cercanos al balcón, que agradecen las palabras que habían ido a escuchar
“Por eso, compañeros, quiero que esta primera reunión del Día del
López Rega aplaude con fruición la sentencia del Líder. Casi se rompe las
arremeter con ira contra las filas de aquellos que, ahora, le gritan: “¡Rucci,
y en esta misma plaza hemos estado todos de acuerdo en la lucha que hemos
realizado por las reivindicaciones del pueblo argentino. Ahora resulta que,
mitad del tumulto. Abajo, hay corridas, hay palazos que vuelan de columna
carnecito rojo o rosado, que era de los jefes de columnas, y tengo que
nadie entiende nada. Firmenich abre la boca por primera vez en la tarde sólo
se resigna Firmenich.
esta reunión, en esta plaza, como en los buenos tiempos debe afirmar
decisión absoluta para que en el futuro cada uno ocupe el lugar que
pueblo que se va!”. Vaca Narvaja señala: “Cuando estábamos bajando por
Callao hacia el Bajo, hago parar la columna para que los compañeros vean
contenta, sonriendo. Digo: ‘Si estos tipos están contentos es porque está
todo mal’” .
que los que trabajan desde afuera, sin contar que la mayoría de ellos son
En la Plaza de Mayo, los burócratas y los fascistas festejan entre risas
Gelbard, el eslabón clave del “pacto social”, para conseguir una audiencia
con Perón y zanjar así las diferencias. No hay caso. En las calles
derecha a su gestión.
Orden de Mayo. Diez días más tarde, poco antes de las ocho de la noche, el
que se quedan en el medio; les tiran de los dos lados”. Una semana antes, el
hombre que había pertenecido al entorno más cercano a Perón antes del
golpe de 1955. Sampay deslizó una hipótesis que el director del diario se
afirmó: “La Iglesia sabe que al padre Mugica lo mató el comisario Rodolfo
Almirón, que era el jefe de la custodia de López Rega, que era el secretario
de los manifestantes, Walsh intenta aislarse por unas horas de la escena que
acaba de presenciar. Pero las palabras regresan a su memoria como
por los tiempos que vendrán. Los que festejan, ahora, son los fascistas del
peronismo. Lo que se apresuran ahora por dictar a sus escribas a sueldo los
detalles de la jornada, los que se preocupan por titular una línea que quedará
esa no es la verdad. Según Miguel Bonasso, lo que sucedió esa tarde es otra
su vuelta y loas hacia quienes negociaban con los militares. No nos echó:
represivo no oficial, pocos días después del triunfo de los alzados sobre la
una sospecha que Gloria no podría confesar nunca: la idea de que la Triple
1973, una bomba estalla en el motor del Renault 6 del senador Hipólito
y en la vía pública, entre los años 1973 y 1976 ; es decir, bajo los gobiernos
Pero para dar con la raíz de las bandas parapoliciales hay que rastrear
violento del local del PJ donde se velaban los restos de los fusilados de
cabo un golpe policial en una de las provincias más importantes del país y
choque utilizada por Navarro para su jugada: Osinde viajó más de nueve
otros muchos cargos), previa fuga a las Islas Canarias, con un puesto en el
Lorenzo Miguel.
de qué lado iban a jugar ‘los muchachos de la JP’ bajo su gobierno, Perón
Horacio Paino, quienes escucharon con atención la arenga del General, antes
de pedirles que quedaran en contacto con sus dos asesores, López Rega y
“los iba a precisar de nuevo” ante una “situación muy grave” y los conminó
a cumplir las tareas “que el momento exige”. El breve discurso del flamante
Presidente no era otra cosa que una reiteración de algunas generalidades que
dispone el Estado para impedir los planes del enemigo y para reprimirlo con
cuyos fondos, en realidad, debían ser derivados a López Rega. “Con ello se
historiador.
que persiste hasta estos días intenta definir el papel que ocupó Perón de
utilizar la fuerza por fuera de los límites de la ley al afirmar: “Muchas veces
guerrilla. Pienso que eso no es conveniente ni posible. Hay una ley y una
por la calle que ni merece ni tiene por qué morir” . La opción planteada por
“El hecho de que Perón no hiciera nada para evitar o condenar tales
febrero de 1974, durante un encuentro con la prensa, una cronista del diario
señorita” .
profundizar los lazos con informantes dentro de las fuerzas represivas, supo
Desarrollo (AID) en los asesinatos del general chileno Carlos Prats, del
secuestro y muerte del general boliviano Juan José Torres, de los uruguayos
por Alberto Villar con jefes policiales de Uruguay, Bolivia, Brasil, Chile y
América, que reemplazó a las 3 A hasta que su papel global fue asumido
represivas.
padre sobre ese tema, en las que el escritor subrayaba que Perón “no podía
que Perón fuera un adorno, y hablo en plural porque esto lo hemos hablado
Verbitsky asegura que el vínculo estrecho entre Perón y López Rega disipa
muchas dudas: “En el trabajo que Walsh hizo sobre la Triple A, Perón no
aparece. Aparece López Rega, no Perón. Ahora, ¿quién era López Rega? El
secretario personal de Perón. No era necesario incluirlo. Era obvio que había
desdichada Teoría del cerco, y, a la vez, cuestionar las cosas concretas que
Gelman y Paco por unos tabiques de madera, por lo que para juntarse a
pocas veces se queda hasta el cierre para participar de esas discusiones por
una mesa en El rey del Agnolotti o en el Pulpito. Su trabajo pasa por otro
tipo de urgencias. Para Rodolfo las noticias policiales no son temas menores
“Walsh fue uno de los que mejor entendió el criterio de popularidad al que
aspiraba el diario”, explica Bonasso. Para ello, busca leer entre líneas cada
debe esa diferencia. Por otro lado, carga con la responsabilidad de orientar a
pibes que pasan por su sección –desde Martín Caparrós hasta su hija
con la policía. En esa época llegaba el parte policial sobre delitos y cosas
también: “Era un hombre que hablaba poco y expresaba menos con los
gestos. Que mi padre no dijera nada malo, que dijera está bien, equivalía un
éxito total”.
este interrogante, hay que partir de una aclaración: por criterio de redacción
sección, apunta que ante cada nota que ella proponía, la sugerencia de su
padre era siempre la misma: “Andá al lugar del hecho, hablá con los vecinos
y mirá bien todo el lugar”. La consigna para todos era salir a la calle, para
luego cotejar los datos con los partes policiales o los cables de las agencias
público más popular posible. De hecho el diario llegó a tirar más de 150 mil
dos o tres denuncias de los afectados por maltratos policiales, falta de luz,
agua o la ausencia del Estado para cubrir las necesidades básicas. En un par
del diario. Por ejemplo, “El caso del fusilado”, una investigación que
vida de seis peronistas, como en Trelew hace dos años, ahora también la
realidad que, como ayer, vuelve a doler sobre la carne del pueblo peronista”.
relación del cura con los fundadores de la orga y también para salir al cruce
insistía en que el cura “pese a que hacía tres años que no nos veíamos,
e Israel, que motivó un viaje del escritor a la zona de conflicto y una ardua
critica la ocupación israelí con una mirada histórica rigurosa y una decisión
volverse torpe describe cada acción de sus fuerzas como respuesta a un acto
de terrorismo […] Se discute sobre los métodos. ¿Por qué los palestinos
original”.
pero también se preocupó por subrayar las similitudes entre los refugiados
Beirut, capital del Líbano… Hay 20 mil refugiados en este campamento que
es en realidad un pueblo, una villa cuya copia casi exacta son algunas
canillas colectivas. E igual que nuestro villero, el palestino pone una planta,
aunque sea una maceta, en el mínimo espacio libre: recuerdo del campo al
que uno y otro pertenecen”. Otra de esas notas la tituló: “En la resistencia
estaba preparado para recibirlos, aunque tuvo que abrir las puertas. Otras
de renacer poco a poco como una llama que no está destinada a apagarse”.
temas, como la discusión acerca de los métodos elegidos por los fedayín
reemplazar el porqué por el cómo. Pero aún esa discusión no debe ser
rehuida”, establece). En ese sentido, expresó sin rodeos sus conclusiones un
tema cuyo eco resonaba también lejos del conflicto en Medio Oriente: “Es
método de lucha que han usado todas las revoluciones y también todas las
israelí por su cobertura del conflicto, Walsh elude las medias tintas, y
pueblos oprimidos que luchan contra sus opresores. Eso significa que el
terrorismo que se inscribe en esa lucha es –más allá del juicio particular
sobre cada acción– tan legítimo en el caso de los palestinos como en el caso
14. Una noticia merodea, como un fantasma caprichoso, por los pasillos
del diario. Desde hace al menos una semana, los comunicados de Casa de
los primeros planos, pero ya no convencen a nadie. Este día iba a llegar y
Levenson y Paco para una extensa reunión que consumirá toda la mañana.
apuro a conocidos en la Casa Rosada que permitan certificar de una vez por
puerta. Insiste con la seguridad de la noticia, pero aclara que nadie sabe
empezar”, dice, y la inminencia del debate sacude a todos. Uno a uno, van
escenario político. Alguien señala que su muerte cierra una etapa y que ya
preocupación porque desde ahora López Rega tiene las manos desatadas
oportunidad para bajar línea con cautela y no enterrar aún más el cuchillo en
sapos deglutidos, día tras día desde Ezeiza, ante cada ataque venenoso
“El diario, en estos días, lo tiene que dirigir Populevich”, dice Rodolfo
Isabel Perón aparece en cadena nacional después del anuncio del locutor.
que se filtra por sus palabras: “Con gran dolor debo transmitir al pueblo el
de los habitantes la entereza necesaria dentro del lógico dolor patrio para
que me ayuden a conducir los destinos del país hacia la meta feliz que Perón
tiempos que se vienen. Está todo dicho, Bonasso llama a todos a volver al
respetuoso.
sintetice la vida del Viejo, y la foto que proponen para la tapa resulta
va tirando las imágenes de a una sobre la mesa. En ellas, respira una tristeza
por ese lado para titular”, piensa Bonasso, y se aparta un momento para
consultarse a sí mismo por una expresión, una idea que sintetice y que
Noticias, una franja negra da cuenta del luto. Debajo, Oscar Smoje deja
anotada la extensión del breve copete que debe acompañar el título de tapa:
ocho líneas en cuerpo 72. Por unanimidad se decide acercarle a Rodolfo una
apuntará, muchos años después: “Es imposible concebir una síntesis mejor”.
ejemplares. “En rigor, no me hizo falta el dato para saber que habíamos
cuando vi a la gente común que hacía cola para entrar al velatorio del
Afuera, Buenos Aires es un desolador paisaje gris que una garúa finita
primer ejemplar hubo meses de discusión para resolver cómo ensamblar sin
listo. Eso generó muchas discusiones y roces porque el modelo que tenían
llegamos a darnos cuenta que esa revista expresaba mejor que nosotros lo
dudas”.
Roqué, que diariamente informaba detalles del devenir del diario y acercaba
las opiniones de Firmenich, que más de una vez se quejaba por las escasas
donde se componían las tipografías “en frío”, se armaban los cartones de las
“ese diario fue una hazaña. Había que cerrar un matutino a las ocho de la
el tiraje crecía y no bastaba con una sola porque se perdían los recorridos.
imprenta “por lo que trabajábamos con varias y eso era riesgoso. Además,
Los fondos del diario se tocaban con el Museo del Traje, donde habían
recuerda que su coche avanzaba con autos de seguridad atrás y adelante para
tuvo mejor idea que meterse de contramano justo por la calle de una
“Agente, soy el director del diario Noticias. Los demás también son
atinó a decir para apaciguar los ánimos. La credencial del diario le permitió
seguir adelante, no sin acumular más tensión aún cuando unas cuadras más
adelante el auto pinchó una goma. Ante la sugerencia del chofer de seguir a
pie, Bonasso estalló: “¿Cómo seguir a pata? ¡Si la Triple A no nos mata es
los detenidos, pero la madre de Maestre denunció que su hijo tenía signos
más tarde, después del acto del 1º de mayo, cuando parecía inevitable un
fuego el diario. Ese día les hablé a los periodistas que no tenían compromiso
con la clausura de Noticias. Con las oficinas públicas copadas por la derecha
escritorio de Rodolfo Walsh”, dice Villar a los gritos, mientras sube las
destrozar todo lo que se cruzaba a su paso. Parte del archivo del diario fue
robado, al igual que todo el papelerío que se encontraba sobre los escritorios
Neurus pergeña sus maldades contra los malos policías como él, se detuvo
sé que ustedes tienen un ataúd con mi nombre, pero yo tengo un cajón para
ahora como una herramienta de presión. El objetivo era claro: utilizar los
las condiciones del juicio: ‘Volverá a los suyos cuando Evita esté en la
importantes del país . En junio de 1975, Paco Urondo sería uno de los
De todos modos, el puesto militante que terminaría por modificar para
carácter que debía tener esa masiva herramienta de prensa. Desde el primer
día, Paco fue quien absorbió, con mayor o menor suerte, los reclamos y las
críticas que los cuadros de la organización deslizaban con el diario ante sus
ojos. Por otro lado, puertas adentro, Noticias funcionaba con una suerte de
emergían en el día a día en las oficinas de la calle Piedras, nada impedía que
Paco visitara cada noche el escritorio de Juan Gelman, para conversar sobre
Urondo”, sintetiza “el Perro”, y esa relación tirante terminaría por cortarse
explica Verbitsky.
La salida de Paco del diario fue un golpe difícil de asimilar para los
periodistas que también compartían el ámbito de militancia con él, más aún
después de conocer las razones triviales que habían impulsado esa decisión.
consiguió distribuir apenas 8 ediciones hasta su clausura). Por otro lado, una
un textual del político radical Ricardo Balbín: “Todo está naufragado”, que
astillero”, por el relato del uruguayo Juan Carlos Onetti donde un grupo de
palabras del propio Walsh, el origen del problema estaba en que “se admitía
que empezara mal, con un costo imprevisto. Cuando hablamos de eso con
Rodolfo, que también era optimista pero veía más a largo plazo”, apunta
Rodolfo.
Paco en mayo de 1976 lo dejó mudo: debía trasladarse hasta Mendoza para
permanente desde 1975 [y] nunca se la pudo poner en pie”. Sin cobertura
alguna en una región que había sido devastada por la represión en pocas
los compañeros más cercanos a una cena en su casa. “Paco estaba mal. Y
cuando estaba mal tomaba mucho y además se le bajaba el párpado del ojo.
anotará tiempo más tarde Rodolfo Walsh, que esa misma noche acudió al
presintiendo que era muy difícil que se volvieran a ver. De todos modos,
victoria final, como estamos todos”, escribiría más tarde Rodolfo, cuando la
ventana que da a un patio interno (y que debe permanecer cerrada casi todo
el día para evitar que los ruidos despierten sospechas entre los vecinos),
Lilia y Rodolfo saben que lo que está por llegar es el final de un proceso.
comando, por los tanques que estaban yendo por el Bajo en dirección a la
Casa Rosada. Esa fue la confirmación de que el golpe estaba en marcha”,
terminaría formando parte del paisaje cotidiano del país durante siete largos
nerviosismo de las voces que transmitían los móviles. Esa noche del 23, las
porque, pese a la tensión, la variante del golpe era algo que se esperaba, no
volumen mostraba el perfil anguloso de los chacales que, a partir de ese día,
daban por iniciada la cacería más sangrienta. Casi en voz baja, midiendo las
palabras, Rodolfo Walsh conjeturó: “Si éstos llegan a ganar, este país se va a
poner irrespirable”.
18. “Lo mataron a Ortiz”, le dice, conciso, Juan Gelman. Es todo. Junio,
impávido, sentado frente a una máquina de escribir, sin saber qué decir, por
homenaje a otro grande del oficio: Juan L. Ortiz. Más de una vez había
contado las visitas al poeta entrerriano en su casita a orilla del Paraná, esas
No era posible la vida sin Paco. No era posible soñar la revolución sin
Paco. No era posible, tampoco, recordar a Paco de otra forma que no fuera
cómo va a morir Paquito, ‘el que era nuestra sangre, nuestra alegría’. Y sí,
vos podías morir, como todo lo que se ofrece en sacrificio para que la Patria
viva”, sintetiza. “La Patria, Santa Fe, los ríos, los poetas como vos, los
los navales, los presos, los chicos, los curas del pueblo, los combativos, los
se encerraron a solas Rodolfo y esa noticia por horas. Porque más allá del
dolor que comenzaba a horadar en la conciencia, que agitaba la respiración,
que secaba la garganta, la muerte de Paco era, más que nada, una ausencia
manera, una alternativa conocida por todos, una posibilidad que todos los
que, cómo él, habían elegido el camino más difícil para transitar un futuro
más todas aquellas otras opciones a mano para un tipo del talento de Paco,
que el poeta eligió relegar en busca de construir un país diferente para él,
para sus hijos, para sus nietos. Rodolfo daría cuenta de todo aquello que
vida, la vida de los tuyos, volcarlo en páginas cada vez más justas, cada vez
más sabias. Con el tiempo, quién lo duda, habrías figurado entre esos
grandes escritores que eran tus amigos, tu nombre asociado al nombre de tu
Pero no. Ese otro Paco no existió nunca. Para que emergiera el Paco
guerrillero había que asumir decisiones vitales, había que jugarse el pellejo,
porque no hay otra manera de cambiar las cosas más que con el ejemplo de
siempre, ese que empuja a borronear ese cambio dentro de uno mismo.
“Preferiste quedarte, despojarte, igualarte a los que tenían menos, a los que
no tenían nada. Lo que era tuyo era fruto de tu esfuerzo, pero igual lo
amigo.
más profundo, ahora el dolor era punzante, insoportable. Ahora sí, el riesgo
de caer en la próxima cita no era simplemente una frase de ocasión, sino
una realidad movilizante. Para Miguel Bonasso, las cosas cambiaron desde
entonces: “Los tipos más próximos, más queridos, más entrañables, con los
que habías construido una vida, tipos que pensabas que eran inmortales, vos
eras testigo de sus vidas, ellos eran testigos de tu vida y se morían, los
mataban” .
mecanismo que después nos ha resultado familiar: las caídas en cadena, las
casas, que hay que levantar, la delación, finalmente la cita envenenada. Fue
elige citar a Paco como síntesis, como la más humana y compleja síntesis de
cantar sus penas, predecir sus victorias. Ya eso es suficiente, ya eso justifica.
Pero vos nos enseñaste que no le está prohibido dar un paso más,
Pero no hubo con qué darle. Ni las balas del enemigo, ni la tristeza
el recuerdo que golpea desde un rincón del dolor por lo perdido. Nada podía
alejar la imagen de Paco de la alegría. Nadie bebió la vida con el placer del
poeta. No había manera de asociarlo con otra cosa. Por eso Rodolfo elije
de los nazis y condenado a muerte. Fucik escribe: “Y lo repito una vez más:
hemos vivido por la alegría, por la alegría hemos ido al combate y por la
insulto peor que negarle a Paco ese deseo. Después de todo, él mismo había
Risa. Ya no soy
de aquí: apenas me siento una memoria
de paso.
punto, punto, punto”. Una voz trémula dicta desde un teléfono público. No
hay tiempo que perder. Del otro lado de la línea, un dibujante, Gustavo
Trigo, anota veloz, desprolijo, los textos y diálogos que escucha y que
mirada inoportuna.
“Es tanta la muerte que he visto, punto, punto, punto. Muchas veces
fue la muerte ajena, punto. Pero hubo muertes que fueron mías, punto. Tan
embargo, la gesta del Coya contra los invasores no tendría final: el desenlace
quedó trunco por la clausura del diario ese 3 de agosto en que la policía
vida de ambos escritores está tan marcada por múltiples cruces que resulta
fuerzas represivas a cargo del gobierno por la prepotencia de las armas? ¿No
que se asoma en cada página, fueron publicados el mismo año, 1957. Sus
novela que podría otorgarles algo de ese prestigio nunca del todo obtenido
Sin embargo, más allá de los cruces casuales, otros hilos tensan la obra
tipos de barrio encerrados en complejas tramas que los superan y que van
cada caso). El suceso extraño les exige modificar sus conductas, mostrar
la figura del héroe colectivo como el único capaz de ofrecer una alternativa
grupo humano. Refleja así, aunque sin intención previa, mi sentir íntimo: el
silenciado sujeto histórico denominado como clase obrera: “Para los diarios,
para la policía, para los jueces, esta gente no tiene historia, tiene prontuario;
no los conocen los escritores ni los poetas; la justicia y el honor que se les
lasa de Juan Salvo, los personajes afrontan el desafío de poner sus actos a la
narrado gira alrededor de ese “héroe colectivo” que tanta distancia ponía
y salve el día. En “Un oscuro día de justicia”, los 130 pupilos del colegio
son llamados “el pueblo” por el narrador, y son ellos los que sueñan con el
arribo justiciero del tío Malcolm, el vengador que puede trompear y darle
una lección al vil celador Gielty. El cuento explota esa expectativa, esa
ilusión infantil por la llegada del vengador que pueda poner fin a tantas
algunas líneas de ese epílogo: “[…] Mientras Malcolm se doblaba tras una
pueblo aprendió que estaba solo, y cuando los puñetazos que sonaban en la
estaba solo y que debía pelear por sí mismo y que de su propia entraña
golpe lanzaba al querido tío Malcolm del otro lado de la cerca donde
Walsh: aquella idea de “solo el pueblo salvará al pueblo”, con la que eligió
de sus hijas y el dolor por su pérdida (“un fenómeno moral y político común
cruces entre Héctor y Rodolfo. Es que, una vez más, habrá que detenerse y
vivos.
codo a codo con los jóvenes, la felicidad inasible de compartir un sueño con
parecen empeñados en negar, pero que la historia no hace otra cosa que ligar
menos desde un aspecto potencial. En ese sentido, los elogios antes citados
seguridad.
individual “desorganiza más a las propias fuerzas que a las del enemigo”), y
de Montoneros (desde una visión marcada por un presente que nada tiene
que ver con la realidad de tres décadas atrás en el tiempo), como así
democráticas que a las que defendía una generación, que comprendía que el
un Estado terrorista.
consecuente con esas ideas sino que su legado crítico nos ayuda también a
entre dos épocas. Valoremos también este aporte para rechazar todo intento
menos aún a las más colectivas de toda una generación que, en décadas
contorno tan alejado de la realidad como aquel otro que balbucea adicciones
combatiente.
represivo y explotador.
El historiador Ernesto Salas, entrevistado por Sudestada, sostiene con
Walsh no es un tipo que pueda ser expulsado del ideario violento para
época que no están preparados... que han vivido los últimos años
noche, los dedos de Rodolfo se deslizan por el dial hasta que se detiene en
sintonía en “La voz de los Estados Unidos” y espera. Pero nada. Esa noche
más, tan sólo eso: otra operación del ejército, otra demostración de fuerza,
otro enfrentamiento, nada nuevo por esos días de cacería criminal por las
diarios. Nada, ni una línea sobre el operativo citado por la BBC. Más tarde
nada. Prende la radio un rato antes del inicio del noticiero de Radio Colonia,
temores, alejar por algunos minutos el pánico frío que lo ataca por breves
miran sin saber qué hacer. Por fin, él susurra unas palabras:
–Era mi hija...
Una vez por semana y por algunos minutos, en una plaza alejada del
actividades previstas para cada día durante esa etapa, les impedía a los dos
o temprano, confluirían nuevamente en uno propio para los dos, como tantas
caminatas breves, de los códigos compartidos en las charlas bajo los árboles
naturales del padre por los riesgos asumidos por la hija: “Ahí, en largas
Lejos habían quedado las noches en que Rodolfo se acostaba a los pies
de la cama de Vicki para leerle a sus hijas –que reclamaban por un cuento
menciona la ingeniosa teoría según la cual nos temen tanto como nosotros a
ellos. Pero yo diría que no tanto… Para creer en los fantasmas, hay un
envuelto en una sábana, ya con las ropas que usaba en vida. Creer en ellos,
pues, equivale no sólo a admitir que los muertos se hacen visibles cuando ya
no queda nada de ellos, sino que los productos textiles gozan de la misma
facultad…”.
artesanal. Con una caña tacuara, apenas un anzuelo, una boyita, hilo común
Tigre que Rodolfo compartió un tiempo con Poupeé Blanchard y otro tanto
rudimentario que el escritor y sus hijas hundían en las tranquilas aguas del
chistes contados en voz baja para no ahuyentar la presa. Ahí estaba Vicki,
plena de risas y desenfado, un rostro vital que parecía haber dejado atrás
de monjas donde fue abanderada pero que debió padecer con su hermana
Ahora, las tardes del Tigre asomaban lejanas. Ahora, los días estaban
marcados por otras sensaciones menos gratas. Sin embargo, con el temor
creciendo cada día lejos de Vicki, sin noticias de ella durante los tiempos
esa tenacidad militante que él tan bien conocía desde que la integró al
casual con Jorge Luis Borges en plena calle (“Con Vicki Walsh lo
que cree está bien, especialmente si está dispuesto a dar la vida por ello.
quien sería su pareja desde entonces; pero también otros ojos seguirían
era una representante típica de esa juvenilia que dio su tono de época,
sus amigos). Por esos días, las necesidades se multiplicaban, así como
encargada de la prensa sindical. “El último año de vida de mi hija fue muy
empeñarse mucho más allá de sus fuerzas físicas. Como tantos muchachos
Walsh.
diluyendo las chances de contar con algunos minutos de pausa para la cita
familiar.
Política. No había logrado dar con nadie que pudiese cuidar a su pequeña
hija esa noche, así que decidió asistir a la reunión con la nena. Ninguno de
anterior, quien bajo tortura cantó la cita en la calle Corro nº 105 y sentenció
Carlos Coronel, Ismael Salame e Ignacio José Beltrán se apostaban con sus
pudo escuchar la risa de una muchacha en la terraza cada vez que disparaba
escritor–. La metralleta era una Halcón y mi hija nunca había tirado con
ella, aunque conociera su manejo por las clases de instrucción. Las cosas
sorprendente para ella que ante una simple pulsación del dedo brotara una
ráfaga y que ante esa ráfaga 150 hombres se zambulleran sobre los
adoquines”.
desde la casa. Cita Walsh: “De pronto, dice el soldado, hubo un silencio. La
brazos. Dejamos de tirar sin que nadie lo ordenara y pudimos verla bien. Era
alta pero muy tranquila. No recuerdo todo lo que dijo. ‘Ustedes no nos
Espera, sentadita, sin llorar, que todo termine. Los chacales la toman en
Costa, impide que la nena sea apropiada por los asesinos de su madre.
Vicki no iba a entregarse con vida a los chacales. “Era una decisión
escribió tres meses después del combate final de su hija, las opiniones de
quienes –muchos años más tarde–, elegirían citar la muerte de Vicki como
de jóvenes rebeldes . No, nada de eso. Nada más ajeno a una “fascinación
por la muerte” que el gesto final de Vicki Walsh. Nadie más que Vicki
deseaba aferrarse a la vida esa mañana, con toda una historia propia por
Pero para Vicki, como para tantos otros, no hubo opción posible: caer en
manos de los chacales no era vida para nadie, de allí la decisión final.
caso, ella y sus compañeros lucharon con uñas y dientes hasta el final por,
lucharon por una vida mejor para los otros, para los explotados y los
oprimidos.
preguntado si mi hija, si todos los que mueren como ella, tenían otro
elegir otros caminos que eran distintos sin ser deshonrosos, pero el que
eligió era el más justo, el más generoso, el más razonado. Su lúcida muerte
es una síntesis de su corta, hermosa vida. No vivió para ella: vivió para
hija en el informativo radial. Cruzó la tarde a pie hasta dar, casi por inercia,
sabés de la muerte… ¿qué pasa con este dolor?”, le preguntó él. Ella, que
tenía 13 años cuando murió su madre, que había charlado con Rodolfo
varias veces sobre el sentido de una pérdida tan cercana, buscó cómo
responder aquél interrogante: “Yo lo contuve, lo abracé y lo único que pude
decirle es que no hay consuelo, que el tiempo pasa y que el dolor se ubica en
otro lugar” .
Un rato después, salen a caminar. No hay palabras entre ellos. Apenas
eso, un tránsito que permite incorporar el dolor, negociar con los recuerdos,
cuando escribe:
tarde… Estoy aturdido. Muchas veces lo temía. Pensaba que era excesiva
suerte, no ser golpeado, cuando tantos otros son golpeados. Sí, tuve miedo
por vos, como vos tuviste miedo por mí, aunque no lo decíamos. Ahora el
miedo es aflicción. Sé muy bien por qué cosas has vivido, combatido. Estoy
Las palabras brotan sobre la página sin pausa. Como atoradas en las
teclas, se apuran en golpear contra el papel y dibujar ese diálogo final entre
amenazado ahora por la penumbra filosa del dolor. El tac tac de la máquina
te voy a matar/ yo
te voy a matar.
Y nadie decía nada. Nadie. No era tiempo de silenciar las diferencias. Había
que proponer una alternativa, aunque hubiese que pagar un costo político
por la osadía. Eso no importaba ahora. “Ya no me callo más”, dijo Walsh,
cansado, decidido.
1976 había sido un año trágico. Se había llevado consigo a Paco, a
a Mariana, los dos jóvenes compañeros con los que compartía un ámbito de
militancia. Con ellos había debatido las críticas; había escuchado con
atención sus comentarios, sus protestas y sus problemas; sus hastíos y sus
había que hacerlo ahora. “Ya no me callo más”, dijo Walsh, y dejó todo y
extirpar de allí la crítica justa, en busca de la raíz que había echado todo a
perder. La “furia fría” otra vez. Como en tantas otras ocasiones, iba a
la autocrítica.
partidario era “un espacio seguro para el repliegue del conjunto de las
hasta plantear de forma concreta una línea alternativa a nivel político para
buscar las raíces de los problemas que determinaron una lectura equivocada
criminal que se estrechaba cada día un poco más. Su validez, en todo caso y
Rodolfo su empeño por encontrar una salida y una respuesta eficaz. El dolor
“Tendríamos que ser muy sabios para encontrar la salida correcta”, admitió
Walsh, dando cuenta de las dificultades para dar con el camino correcto ante
buena parte del activismo político argentino. “Tal vez haya que hallar otros
asumir, de una vez por todas, una profunda derrota a nivel estratégico.
compañeros, sino sintetizar las ideas de quienes lo rodearon, una tarea tal
vez más difícil que la crítica individual”, sostiene Lilia. En ese sentido,
sucediendo: “Recuerdo un verano, que tiene que ser enero de 1977, donde
fuimos a la playa unos días y tuvimos una larga discusión sobre los planteos
que se estaban tomando. Con Rodolfo, con Lilia, con Pirí Lugones y su
que cualquier diferencia era señalada como desviación; toda crítica, una
en primer lugar la lucha política por encima de la militar, era vital ofrecer
había que salir a dar la disputa informativa con las armas de la resistencia,
enemigo.
medio político para difundir el día a día de la represión militar entre los
propuestos por Walsh y su equipo. Por eso la premisa, como siempre en sus
Walsh cuando leía la prensa partidaria: “En la intimidad, arrojó con furia
del jet set revolucionario internacional. Le parecían una burla a la gente que
a duras penas conseguía sobrevivir” . Si algo tenía en claro Walsh era que
radicaba en dar respuestas políticas antes que militares, con datos de los
Coherentes con su certeza acerca del poder que significa la verdad en manos
explica Verbitsky.
Presidencia.
atrocidades de la Dictadura.
bastaba con leer entre líneas lo que se publicaba en los medios comerciales,
recorrer los estudios jurídicos para recoger los pedidos de hábeas corpus,
voz baja por la calle. Los militantes que participaron en ANCLA contaban
“se limitó a escribir algunos cables para alejarse y cumplir otras tareas”.
Dictadura.
los presos políticos a pocos meses del golpe. “En las últimas semanas se ha
escrita sostuvieron que a corto plazo la Junta Militar informaría sobre las
los cautivos”.
ganadero”.
siguió operando un tiempo más, pero su final era previsible ante la cantidad
pequeña estructura. Sin la periodicidad del primer año, Verbitsky fue uno de
ningún dato sobre su paradero. [...] Amigos íntimos del secuestrado afirman
situación, sino que tienden a corregirlos de facto ante la evidencia del mal
entonces con una guerra colonial, como las desarrolladas por chinos o
etapa donde la resolución del conflicto de clases sería a través del aparato
derrote. Hay que ser más modestos. Nosotros tenemos que resistir junto con
por errores nuestros, que nos auto aislamos con el ideologismo y nuestra
error”.
avanzar. Hay que admitirlo así aunque duela”, sintetiza. Por otro lado, Walsh
un ejército popular.
También en aquella primera minuta y ante la orden de personificar la
Walsh señala que esa concepción “nos parece peligrosa. Primero porque
creemos que para el pueblo existen los muchachos, los montoneros, antes
demostrado, del mismo en que los traidores y delatores nos demostraron que
tema. “Si las cantadas fueran por debilidades ideológicas, lo mejor sería
después de detallar, uno por uno, las principales falencias políticas hasta
Botánico.
célula, ese vínculo indecible entre los dos jóvenes compañeros y Rodolfo,
Primero cayó Mariana (su nombre era Norma Batsche, era estudiante de
Pablo (Carlos Bayón, que provenía Bahía Blanca) será secuestrado un par de
Mariana estaban separados, pero los unía el amor por su nenita de tres años,
Jozami: “Por su presencia los represores se dieron cuenta del vínculo entre
cielo, cuando un amigo lo vio mal, “con una cara un poco desencajada”,
diría después. Quiso acercarse, hablar con él, pensó en caminar hasta la
peligrosos.
como eje la idea de informar en una carilla partes urgentes de una realidad
llegaba una información importante tenía que actuar como multiplicador del
instrumento para que USTED se libere del Terror y libere a otros del Terror.
varios partes de Cadena... La idea de Rodolfo era justamente esa: que fuera
Carta a la Junta fue la de retomar una práctica que había iniciado veinte
partir de datos precisos y buscaba una redacción que fuera por encima de
violaciones contra los derechos humanos: “Mil fusilados, veinte mil presos
Fuentes judiciales han revelado de qué modo se llega al total de veinte mil
promedio a 800”.
La idea de aportar datos que despertaran interés en la población se
también el costo humano que podía provocar una operación exitosa desde lo
declarado que la lucha que libraban desde las Fuerzas Armadas “no
muchos de los elementos que Rodolfo Walsh tomaría, tiempo después, para
redactar su Carta a la Junta. Del mismo modo, es una completa guía que
dos canales”.
actual […] no permite a las masas ni siquiera pensar el poder, sino resistir
para sobrevivir”.
las masas es de retirada para la clase obrera, derrota para las capas medias y
¿Quién mató a Rosendo? puntualiza una de las críticas más graves que, en el
uno de los ejes del camino errado, para después sintetizar con brillantez en
algunas líneas el fundamento de ese error: “Cabe suponer que las masas
dimos por agotado”, para después añadir: “Las masas no se repliegan hacia
el vacío, sino al terreno malo pero conocido, hacia relaciones que dominan,
del accionar militar, reclamar por la paz (y anota como consigna: “La paz es
responsabilizar ante los ojos del mundo a la Junta Militar por la continuidad
está sintetizado en el último párrafo: “Si las armas de la guerra que hemos
con un agravamiento del cuadro general (para Walsh “el enemigo ha resuelto
de historicidad.
En mitad del desastre, aislado en busca de su propia preservación, con
indiferencia con que la cúpula montonera lee sus minutas, Walsh encara
ya a la vuelta de la esquina.
(apenas un mes después del asesinato del escritor por parte de un grupo de
con gran rapidez”. Roberto Perdía, décadas más tarde, reconocería que la
posición de Walsh fue “una de esas pocas voces que en esos momentos,
incorrecto porque era lo más cercano a la realidad, y lo que había que hacer,
entre los militantes exiliados, a partir del rescate de documentos que realizó
papeles con una mirada lúcida, pero no exenta de cierta lectura forzada y
sus últimos escritos y el reclamo de que “el futuro del país debe resolverse
por vías democráticas”. Para Jozami, que parece soslayar que aquellas
decir” .
Así como existen quienes pretenden ignorar o subestimar el peso de la
voluntad propia, cuando, a decir verdad, Walsh jamás escribió una línea
para el escritor la política seguida respecto del peronismo antes del golpe
militar” .
subrayar que para Walsh, como para miles de argentinos en ese momento, el
único modo de oponer una alternativa de poder real frente a los enemigos de
jugarse la vida.
no eran el suyo. Había terminado una partida de go con Lilia hace un rato, y
abrazo de Año Nuevo. “Así quería empezar este año, escribiendo contra
diciembre de 1976 era una de sus “cartas polémicas”, como él mismo las
número 50, el escritor se jugaba una apuesta fuerte: terminar antes del 24 de
Junta Militar) un documento que superara las formas del panfleto, que se
objetivo, cada noche en San Vicente se dejó llevar por el canto de sirenas
la última sentencia.
sistema tan particular, que había elegido mucho antes de ese enero y que le
injusticia” .
por esos días aciagos. Walsh no podía permitirse error alguno en ese trabajo
mil quinientos y tres mil personas han sido masacradas en secreto después
justificar esas cuatro líneas, Walsh había dedicado largas horas de cada día
código que utilizaban las fuerzas represivas (en ese caso puntual, la orden
latinos, y por eso releía en sus viejos cuadernos Avon las frases traducidas
abutere patientia nostra!”. Palabra por palabra, frase por frase, Walsh pulía
habituales en los grandes oradores latinos, como Cicerón, para dotar al texto
que el texto proponía: la selección del plan económico como principal alfil
“Esos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin
embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las
sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres
militantes, sino cada uno de los trabajadores del país. Esa definición era uno
por qué éste se instala. Esa comprensión es lo que deja de lado que aquellos
con su nombre aquél texto que, por otro lado, iniciaba con referencias
treinta años”.
Lilia. Su trabajo con ANCLA y Cadena Informativa no había sido otra cosa
que un combate sin tregua contra la desinformación y la manipulación que
Walsh sabía que, más allá de los escritores que almorzaban con los
documento, y cerró los ojos para pensar mejor. Revolvió los cuadernos de su
artesano un final, para terminar un viaje. De nuevo sobre el papel, el tac tac
gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza
extremo, sobre la mirada de Walsh con respecto a la salida del país como
una alternativa que jamás podría haber pasado por su cabeza y que negaba
con todo su ser en virtud de quién sabe que construcción idealizada, nunca
resultaría fatal, sino para conocer en profundidad cuál era la voluntad del
fue de esta crónica a los mitos y leyendas que rodean un suceso importante.
señalados como prioritarios por los principales cuadros políticos para asistir
Uno de los puntos abordados por Walsh en una de sus últimas minutas
también de una serie de militantes que, sin contar con altos niveles
Camps, Berger y Haidar. Además, según Horacio Verbitsky: “Si bien nunca
lo planteó, Rodolfo pensaba que también él tenía que ser una de esas
él también saliera. Rodolfo aceptaba eso, pero el compañero que tenía que
entregarle los pasajes no apareció a la cita. Walsh fue varias veces a la cita,
cualquier cita “horizontal” con compañeros del Partido. Pero con una
con Luis Guagnini, un periodista que acompañó a Walsh desde los días del
historia del otro lado. Rodolfo fue a una cita, varias veces, y no había nadie.
Seguramente es así. Algo debe haber pasado”, explica en una entrevista con
pueden consultarlo a Bonasso, que era el que tenía que encontrarse con él”.
cuál hubiese sido la resolución del escritor ante la propuesta de una cúpula
en los últimos meses. Pese a ello, a partir de las palabras de Lilia Ferreyra es
que tomar esa decisión límite, no era trasladarse a Europa sino a Cuba: “Si
tenemos que salir del país, nos vamos a La Habana, es nuestra casa, es el
justo lugar de la dignidad, porque ahí vamos a poder seguir peleando contra
cuyo caso nos íbamos a Cuba –confirma Lilia–. Él decía: ‘¡Cómo se reiría
militancia en Europa” .
Fernández Retamar, de 1969: “Si mis últimos años y mis últimas fuerzas
volver a la casa para dejar allí el título de propiedad, así que decide
la letra de una chacarera que no recuerda del todo, justo cuando el tren ya
comienza a deslizarse por las vías, rumbo a la lejana Buenos Aires. San
las tareas pendientes en el jardín de la casa, con los preparativos del asado
Buenos Aires tiene confirmadas un par de citas, una a las 14 y otra a las 15
horas. Uno de los encuentros pautados para ese viernes 25 de marzo es con
gente que viene y va con el apuro cotidiano de todas las mañanas. Rodolfo y
–No te olvides de regar las lechugas –, dice Lilia, y levanta una mano
como despedida.
10. El destartalado Ami 8 verde avanza a los saltos a causa de los rigores
procurando eludir las rutas principales. Ya falta poco para la casa, promete.
paisaje que memoriza. Algo no encaja. Lilia pide frenar el auto y baja a
dos chicos en el piso del Ami y su marido acelera a campo traviesa, sin
saber por dónde avanza hasta que desemboca en la ruta 6, que pasa por
Rodolfo y Lilia con la saña de los cobardes. Se habían llevado de allí los
Nadie dice nada dentro del auto. Las lágrimas impertinentes asoman
de algún rastro de Rodolfo por todos los medios. Rastrea indicios mínimos,
haber caído con vida en manos de los chacales. Recién a fines de 1977
él, pero hay una conversación que se extiende en el tiempo desde entonces
seguir peleando por un futuro de justicia”. Cuenta Lilia también que volvió
a la casita del Tigre muchos años después, y que cada noche observa el
de la pérdida” , explica.
11. Falta nada para las tres de la tarde. Rodolfo afloja el ritmo de
caminata por la avenida San Juan, y antes de cruzar Entre Ríos abre bien los
que debe transitar, hasta llegar a Sarandí. Camina Rodolfo, y los nervios que
lo recorren siempre antes cada cita, vuelven a brotar. Conoce mejor que
presa. Cruza la emboscada casi sin respirar. Parece que zafa. Parece que
bragueta la pistola Walther PPK calibre 22, que le había regalado a Lilia
atraparlo vivo, se le van al humo. Rodolfo dispara una vez, dos veces. Se
militar en una pierna. Ahora sí, los chacales desenfundan y llueven balas
cae.
“Él estaba totalmente dispuesto a no caer vivo, porque sabía que con él
integran diez esbirros entre los que se conocen con nombres tales como
una pierna. Esa herida le vale ser condecorado en 1978 por su “valentía en
escritor para inmovilizarlo. En cambio de eso, fue uno más de los chacales
enemigo blandía a metros de distancia, con más coraje del que jamás podría
12. “El invierno es frío en la isla. Pienso que ya no podría vivir más aquí
en soledad. Con Lilia y los amigos, sí puedo”, anota Rodolfo, bañado por el
cuando Walsh camina hasta el embarcadero y deja la línea sobre el río, con
sabía. Adentro Lilia, “la mujer cuyos ojos crecen durante todo el día y ya
por la tarde son enormes y de noche llenan todo” , prepara la cena bajo el
espera por sus dedos sobre las teclas. “Escribo con la punta de tres dedos de
en realidad, cargado de cosas que pesan. Pesan, pienso, porque están mal
permite quedar en trance frente a la página por algunas horas. Algo de ese
y algún sonido disperso, ajeno. “Afuera hay un pájaro que trata de cantar
Akira Kurosawa. Dersu Uzala fue una de las últimas películas que Rodolfo
los personajes del filme que tanto les había impresionado. En su pequeño
espesura: “Capitaaaaaaaán”.
13. “Su obra respira y late como un animal que aprendió a no dejarse
morir y que abriga a los humillados y a los ofendidos”, dijo Juan Gelman.
“Lo siento vivo en su escritura que arde”, afirmó después. “Fui compañero
si volaría o no volaría
Bibliografía consultada
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ARROSAGARAY, Enrique; Rodolfo Walsh en Cuba, Catálogos, 2004.
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