Está en la página 1de 5

UNA VIEJA ENTREVISTA AL INDIO

-Hola, tanto tiempo... ¿todo bien?

-No.

Más allá de los dolores musculares en una pierna y de una muela que lo
tiene a mal traer, el monosilábico intercambio de palabras con el que el
Indio Solari recibe a LA NACION luego de tres años de ausencia en los
medios habla tanto de la personalidad de este artista, como cada uno de
esos seudomonólogos apasionados que disparará poco después, a lo
largo de dos horas de entrevista y con la excusa de la edición de su
segundo álbum sin el amparo de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.

Bien temprano por la mañana, Solari invita amablemente a escuchar su


nuevo disco de principio a fin, sin interrupciones, y bajo el título Porco
Rex pasarán entonces trece "canciones de amor para dealers", según
bromea el autor, con las guitarras al frente y sus solos épicos como
estandartes, la voz inconfundible que se quiebra para enseguida
rearmarse, una y otra vez, y volver a golpear con la potencia de siempre;
pasará Andrés Calamaro, casi imperceptible, en un tema con futuro de
himno y pasarán también el Pibe Delete en su sopa de lágrimas, los
sonzos, los cachivaches, los Martinis y los Tafiroles.

A los 59 años, Indio insiste en presentar a Los Fundamentalistas del Aire


Acondicionado y desde el estudio de su casa de Parque Leloir
desparrama conceptos acerca del estado del rock nacional, de sus
caprichos y obsesiones, del regreso de Soda Stereo, de los Redondos, de
su inminente retiro como productor independiente, de sus proyectos, de
sus sueños y de su más reciente obra que, "al fin de cuentas, siempre
trata de lo mismo: el amor, la muerte, el deseo, la traición..."
Acto I: el amor

"En general, mis letras no son muy felices -admite el artista que en este
disco, el segundo de una trilogía, se esconde bajo el seudónimo de
Monsieur Sandoz-, pero bueno, contra lo que aparenta la materia que hay
en el álbum, todo pivota alrededor de una canción de amor, que es
genuina y que se la dediqué a mi compañera: «Y mientras tanto el sol se
muere». Sinceramente tengo la suerte de disfrutar del amor y lo que veo
hoy en día es que el amor está siendo desacreditado, ridiculizado
permanentemente, como si fuera algo malo o una tontera inexistente, qué
sé yo... Entonces, creo que no está de más que alguien que no lo ve de
esa manera agregue a toda la información que hay, un álbum que gira en
torno a una canción de amor."
-¿Y a qué se debe que por momentos parecerían más canciones de
desamor que de amor?

-Bueno, algunas yo digo medio en joda que son canciones de amor para
dealers, ¿no? Pero esa canción en particular habla de alguien que marca
la intención de encontrarse con otra persona aún después de la muerte,
alguien que no tiene una religión efectiva que lo ampare, pero aún así dice
"te voy a buscar y te voy a encontrar, en la inmensidad, en la oscuridad".
Uno no vuelve virgen del amor, creo que debe haber una sola oportunidad
de enamorarse en la vida, hablando de algo que va más allá del
enamoramiento circunstancial, cuando uno encuentra la necesidad de
compartir la intimidad más profunda con una persona sin la cual la vida
no tiene mucho signficado..."

Creer o reventar. Indio no termina de cerrar la frase y Virginia, su


compañera y madre de su hijo Bruno, irrumpe en el estudio con café,
agua, medialunas y una sonrisa plena. "Gracias... ¿te acordás de
comprarme eso que necesito?, estoy como si tuviera un dedo
apretándome el cerebro con esta muela."
-¿Qué tomás para calmar el dolor?

-Analgésicos... viste esa letra que dice "a veces exagero mi humor, los
Martinis y los tafiroles", bueno, algún día me van a matar.
Acto II: el deseo

El formato del packaging de Porco Rex es el mismo de El tesoro de los


inocentes (2004) -"para que no estén solos en la discoteca" dice Solari-,
pero esta vez el rojo y el dorado son los colores predominantes, mientras
que las imágenes que acompañan a las letras de las canciones parecen
extraídas de un film porno clase b. "Tiene que ver con que toda esta
ridiculización y depreciación del amor, en general me parece que surge de
cierta fascinación existente por la pornografía. Por eso en este álbum se
confunden esos dos extremos."
-¿Qué te moviliza hoy para seguir editando discos?

-Básicamente porque se me van acumulando cosas y cada tanto uno


quiere expurgar un poquito. Yo vengo todos los días acá a laburar y eso
para mí implica venir muy temprano y agarrar la guitarra, el teclado, la
computadora o escribir o dibujar, y lo hago por placer.
Independientemente de que me retirara definitivamente, no es algo que
reemplazaría por ir a jugar al golf o ir a pescar. Por otra parte, siempre
digo que tengo diez mandamientos: los primeros nueve son "no te
aburrirás" y el décimo me lo olvidé.
-¿En la actualidad dónde encontrás el desafío artístico?

-No sé si son realmente desafíos, porque lo que podría inquietarme como


artista para crecer y todo eso, medio que ya me pasó, entonces, en
definitiva la cuestión pasa por hacer canciones nuevas para que el mundo
las escuche y nada más.
-¿Y no extrañás los escenarios?

-Yo disfruto mucho cuando pongo el pie en el escenario y me pierdo en


esa atmósfera, pero en definitiva todo lo que es previo y lo que es
posterior, es algo que me calienta los forros. En un sentido estoy medio
retirado, no artísticamente pero sí como productor, porque hoy en día
para las producciones independientes está cada vez más difícil, nada se
paga con el precio de las entradas, sino que se paga con sponsors, con
televisaciones, con ringtones, con todo el quiosco que se arma alrededor
del evento y eso te quita las ganas. Yo tengo pensado tocar el año
próximo (a principios y a fines de 2008, probablemente en La Plata, y
durante el año en algunas ciudades del interior), pero llega un momento
en que lo hago más para que la banda tenga ruedo y los músicos ganen
dinero que como una necesidad.
Acto III: la traición

A lo largo de la charla Solari repite eso de que espera que "decaiga


naturalmente" la cantidad de gente interesada en su obra, para poder
actuar en lugares más pequeños: "Para mí el ideal sería estar en la
dimensión de los teatros, porque tienen una magia diferente. El estadio
tiene la magnitud, es conmovedor subirse a un escenario con 50 o 60 mil
personas delante, pero de pronto lo que pasa en un teatro es algo que
extraño quizá porque ya desde las épocas de Huracán que vengo
haciendo estadios y de eso ha pasado mucho tiempo".

-¿En serio esperás que decaiga la cantidad de gente que te sigue?

- Bueno, sí, suena feo. A veces me escucho decirlo y pienso que es un


error, pero en cierta forma tiene su lógica.

-¿Por qué creés que Skay pudo encauzar su camino en el ámbito de los
teatros?

(Silencio, mueca y risa forzada) -¿Qué querés que te diga? No sé, no


tengo idea de por qué hay una estampita más grande... Cuando Skay
asomó la cabeza lo tomé como modelo y pensé que a mí me iba a tocar la
misma vara. Pero no, uno nunca entiende por qué puede convocar a tanto
público. Skay es un tipo muy talentoso, un gran violero... Supongo que el
tema de los cantantes tiene algo que ver. Las guitarras siempre pasan por
un aparato donde, por más que tengas tu seteo o tengas un estilo, suenan
a guitarras eléctricas. Las voces, la de Andrés, la de Iorio, la de Cerati, la
mía, son sellos inconfundibles... pero no sé, esto es algo que estoy
zapando ahora.

-A seis años de la separación de los Redondos, ¿seguís pensando que es


muy difícil recomponer la relación con Skay y con Poli?
-Sí, porque pasaron cosas que no estaban en las promesas básicas y
buenas, aparecen palabras raras en lo que debiera desanudar esto. Una
de ellas es "perdonar" y ya sabemos que perdonar está teñido con un
poco de desprecio, un poco de olvido y mucho de comodidad. Entonces
creo que para gente que fue tan exigente con la relación -nosotros fuimos
como guerreros de la amistad durante muchos años-, estas cosas, que
son infracciones cotidianas para cualquier otra aventura, en el caso no
han sido así. Supongo que lo que venimos esperando es que el tiempo
haga algo. Yo cuando pienso en la reunión, pienso más en la gente, que
se quedó como en seco, porque no me gustó cómo nos desvanecimos.
Pero en definitiva es una milonga que se baila de a tres, no es algo que
pueda decidir solo.
-¿No hay regreso a la vista entonces?

-El año que viene seguro que no y más adelante quizás esté demasiado
viejo para volver. Nos tendríamos que haber separado antes, no sé, es
una cosa que está sostenida en el tiempo, porque nadie ha declarado la
muerte, pero bueno, está en un estado de coma vegetativo, por ahí para
siempre. Por ahora, cada uno está entretenido con lo que está haciendo.
En general, todo lo que he visto de reuniones no es de tipos que venían
tirando papel picado y dijeron vamos a apagar la luz un rato para ver qué
hacemos con aquel proyecto, sino que por ahí son músicos que hace
años que no son grandes vendedores de discos y necesitan pagar los
impuestos del año pasado.
Acto IV: la muerte

"Todavía no usé mi milagro de hoy (¡qué corta es la vida, mi amor!)...


Algún día, pronto, una de mis vidas va a intentar matarme y lo va a lograr.
¿Cómo será andar solito allá en la muerte?" (del tema "Y mientras
tanto..."); "La función no termina y el tiempo se ríe de mí. No tengo nada
más que perdonar a mi esqueleto aún mortal" (del tema "¿Por qué será
que Dios no me quiere?"); "No ves que la eternidad mañana acaba... y te
vas" (del tema "Tatuaje"); "Se acaba el tiempo, no puedo ver qué oculta tu
reir (oh, no). ¿Cómo podría amarte con tanta melancolía? Fue tan feliz y
sombrío nuestro amor" (del tema "Sopa de lágrimas"). "¡Al infinito y más
allaaaaaa! Buzz Lightyear" (texto incluido en el librito del CD).

En este último acto, no hay preguntas. Sólo Indio, reflexionando sobre el


el tiempo transcurrido, los humores que se pierden quién sabe dónde y el
inevitable fin de los días. Un monólogo final para intentar comprender un
poco más hacia dónde vagan las intenciones de esta obra bautizadaPorco
Rex . "A medida que uno se pone más jovato, se va poniendo más
impaciente, porque el momento de entregar el sachet está cada vez más
cerca. Este disco está dedicado a un par de amigos que ya entregaron el
paquete y uno entra a ver que bueno... Para mí, en este momento, todo
gira por el amor para mi compañera, mi hijo, un grupo de amigos muy
reducido y lo que hago. Todo lo que me quite tiempo de ahí, me fastidia,
pero eso no implica que esté todo el tiempo de mal humor. Aunque la
letra que dice «no me gusta estar con gente alrededor, si no tomo algo me
pongo de mal humor», sí, es verdad. Pero bueno, de aquí en más, lo que
me espera, de movida no quiero saberlo. Porque si encima se trata de un
cortometraje, no es que sea una gran producción, si me van a contar el
final, ya estoy cagado. Prefiero que me vaya sorprendiendo el tiempo que
hay. Es más, no sé cuánto tiempo más vaya a estar produciendo cosas,
independientemente de que siga trabajando por mi cuenta, aquí en mi
estudio... Momentáneamente lo que tengo es un disco que todavía no
salió y del cual ya estoy hablando".

Por Sebastián Ramos


De la Redacción de LA NACION

También podría gustarte