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Don Quijote, ¿locura o senilidad?

Per

La opinión tradicional ha venido considerando que cuando, en el capítulo I de la primera parte del Quijote, Cervantes señala que a su p
poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro de manera que vino a perder el juicio”, se refiere a que la lectura de los libros de ca
vuelto loco. Y de este modo, el famoso hidalgo manchego pasó a convertirse en uno de los más famosos paradigmas de la locura.
Pero, ¿estaba realmente loco don Quijote? Y, de ser así, ¿padecía una locura provocada únicamente por la lectura de libros de caballe
En este trabajo me propongo plantear, si no su equilibrio mental (lo que supondría una labor tan dificultosa
como audaz), al menos sí la idea de que don Quijote padeciera una “locura” no muy diferente de la que
padecen algunos de nuestros mayores… y, como veremos, también muchos de nuestros pequeños.

La “locura” de don Quijote

Si, según se ha venido haciendo tradicionalmente por parte de público y crítica, aceptamos como un axioma
que don Quijote estaba loco, resulta necesario determinar en primer lugar qué entendemos por “loco”.
En palabras de Eva Syristova, procedentes de su obra El mundo imaginario, “el psicótico pierde todo interés
por la realidad. Lo ve todo desde su perspectiva alterada y particular. Su percepción y su conocimiento
vuelven hacia formas arcaicas. La esfera de la conciencia se encuentra impregnada y disociada por recortes
incoherentes de la actividad onírica, en la que predominan impulsos, fantasías y temores infantiles. Le invade
la angustia. (…) El mundo objetivo es percibido a través del filtro de imágenes oníricas inconscientes. Este
está impregnado de ellas, llegando a formar parte del sujeto, hasta convertirse en una fuerza extraña, en un
mundo de visiones y monstruos, de quimeras y alucinaciones, ante los cuales el individuo se encuentra
impotente”.
La descripción médica del psicótico, así planteada, parece encajar perfectamente con el comportamiento que
observamos en don Quijote.

Sin embargo, hay quienes defienden que la locura no es una enfermedad de índole médica,
sino moral. Según esta teoría, el loco sería un individuo cuya conducta atentaría contra la estabilidad
del código moral por el que se rige el resto de la sociedad, y, por consiguiente, la “normalidad” de una persona dependería de su e
de su adaptación al grupo Pero la “normalidad” entendida desde un punto de vista social sería un concepto relativo a cada cultura a
La esquizofrenia es una enfermedad emocional que suele presentarse en personas de edad avanzada (aunque ni todas las personas
avanzada la padecen, ni todas las que la padecen son de edad avanzada), y que puede estar originada por causas de índole muy dive
frustración, un conflicto emocional, una falta de autoaprecio, una carencia de sentimientos, la pérdida de papeles dentro de la estructu
ello, una de las principales características del esquizofrénico es la regresión obsesiva hacia formas de comportamiento infantiles, hac
fantasías y sueños de la infancia, en un intento de recuperar esa carencia, ese eslabón perdido que rompió la cadena de los afectos.
Los síntomas más extremos de esta enfermedad vendrían de la mano de alucinaciones e interpretaciones quiméricas de la realidad
esta por parte del enfermo, a pesar de mantener sus capacidades intelectuales, se muestra en desarmonía con la educación y las circ
comunidad a la que pertenece, y no puede corregirse por medio de un llamamiento a la razón, ya que aquél se empeña en dar un sign
extrañas experiencias, racionalizando en su interior hasta lo más irracional. Además, con frecuencia el enfermo padece también manía
sensación de ser observado, perseguido y acechado por enemigos.
Desde un punto de vista somático, la esquizofrenia suele estar asociada a personas de contextura asténica, es decir, aquéllas en las q
predominio proporcional de la altura sobre la anchura.
A tenor de esta descripción, no resulta difícil relacionar con el esquizofrénico típico la imagen que, tradicionalmente, nos hemos venido
Quijote. Sin embargo, analicemos este “diagnóstico” más despacio.

Por lo que respecta a la causa de la enfermedad de nuestro hidalgo, parece deberse a una frustración con la realidad que ha origin
regresión, y bien podría encontrarse en la falta de correspondencia entre un apellido noble, Quijano, heredado de unos antepasados i
presente situación de pérdida de poder económico y social, circunstancia alimentada por una falta de afecto familiar directo. Lo que do
sería, en definitiva, una crisis de identidad, un desarraigo, una sensación de no pertenecer a este mundo.
No resulta extraño en estas circunstancias buscar la identidad perdida en las raíces, en los antepasados, en la referencia más remo
Don Quijote tratará así de recuperar lo que él considera que debió de constituir la esencia del pasado glorioso, no sólo de su familia,
clase social a la que pertenece: la caballería.

En cuanto a los síntomas, huelga decir que el comportamiento de don Quijote, especialmente en la primera parte de la obra, está pres
del sentido de la realidad, las alucinaciones sensoriales o la resistencia a aceptar cualquier llamamiento a la sensatez por parte de S
permanecer con sus facultades intelectuales inalteradas, como demuestra en sus discretos razonamientos). Su pérdida del sentido de
incluso a intentar convencer a Sancho de su particular visión del mundo, por medio de explicaciones tan escasamente consistentes co
esos encantadores que le trasmutan la realidad para menoscabar la gloria de sus hazañas (una forma como otra cualquiera de manía
Sin embargo, admitir sin más este diagnóstico de esquizofrenia en don Quijote quizá sería simplificar demasiado nuestras conclusione
poco más allá.

El biotipo de don Quijote

En su Aproximación al Quijote, Martín de Riquer relaciona, muy acertadamente, el carácter del personaje con su complexión física, a p
descripción que de este se hace en la obra y siguiendo la clasificación de Huarte de San Juan en su Examen de ingenios (1575)
venas muy anchas; (…) el color del cuero (…) moreno, tostado, verdinegro y cenizoso; la voz, abultada y un poco áspera” pertenece a
“caliente y seco”, y a continuación atribuye éste a hombres ricos en inteligencia y en imaginación, de carácter colérico y melancólico,
manías.
En 1921, Kretschmer clasificó a este grupo de personas bajo el biotipo del “leptosomático”, caracterizado por una estatura alta, esqu
desarrollo muscular. Desde el punto de vista psicológico, describió su temperamento como serio (más triste que alegre), hipersensible,
reservado, introvertido, poco sociable, tímido, espiritual, dotado de escasa sintonización afectiva, gran teórico y poco práctico, y carent
realidad. En el terreno patológico, a este tipo de personas les correspondería un carácter esquizotímico, que presentaría tendencia a la
Por último, y ya según las clasificaciones modernas, don Quijote pertenecería al
biotipo “ectomorfo” (Sheldon), descrito como un individuo de peso escaso pero estatura superior a la
media; de esqueleto, músculos y órganos internos deficientes: tórax poco desarrollado, cara pequeña y
angulosa, corazón pequeño, estómago largo y atónico, presión arterial baja… Este sujeto tendría además
el sistema nervioso lábil e irritable, y experimentaría cierta tendencia a encerrarse en sí mismo.
La tesis que propone el doctor José Manuel Bailón Blancas en su Historia clínica del caballero don
Quijote, vendría a reunir las dos vertientes anteriores, la psiquiátrica y la psicológica, en una
consideración patológica general. Para él, don Quijote es, en primer lugar, el resultado de someter a una
persona perteneciente al biotipo asténico a unas determinadas condiciones socioambientales:
crisis de la nobleza baja, desinterés por la realidad, falta de motivación, abulia, ociosidad insana…
Cuando busca en la lectura la válvula de escape, no lo hace a modo de diversión (lo que constituiría una
excelente terapia para ese taedium vitae en que había caído), sino de una forma patológica, en exceso y
monotemáticamente: la lectura pasa al primer plano de su vida, sustituyendo incluso a las funciones
primarias de comer y dormir, y, lo que es peor, sólo se interesa por los libros de caballería.
Recupera, de este modo, el perdido interés por la realidad. Sin embargo, no se interesa por la realidad que le rodea, sino por una r
en la que busca al caballero que él no pudo ser. Proyecta su frustración en los héroes de los libros que lee, para, después, ya desde s
enfermiza, introyectarlos en sí mismo. Su delirio le hace concebir como posible una realidad como la que describen los libros de cab
finalmente, convertirse en caballero andante.
Para el doctor Bailón Blancas, don Quijote posee una personalidad de rasgos obsesivos, que en un momento determinado de su vida
depresión angustiosa, con ideas delirantes paranoides. Sobre esta personalidad inciden, por otro lado, factoresde tipo somático, co
insomnio, factores de tipo psíquico, como la melancolía y la angustia de saberse continuamente derrotado, y, ya desde el exterior, fac
tipo ambiental, como el calor estival de la llanura manchega, produciéndole, a la larga, una miocardiopatía arterioesclerótica, que dese
colapso cardiocirculatorio que le produce la muerte.

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