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Teología Espiritual

(Informe sobre la Gracia)

Edwin Bobadilla Guerra / 2018-1791


Escuela de Teología Para Seglares
Universidad Católica Santo Domingo (UCSD)

La Gracia:

Gracia es palabra que denota la belleza, la bondad, el encanto, el reconocimiento. Para la fe


cristina la gracia encierra todos estos significados y mucho más: designa el amor que el Señor
manifiesta por todos los hombres. Tal amor culmina en el don que Dios hace de su propio Hijo
Jesucristo, el cual se hace hombre para que los hombres lleguen a ser hijos de Dios y herederos
de sus bienes, llamados a habitar en su misma casa, el Paraíso.

La gracia, esto es, la vida divina en nosotros, es ofrecida por Dios generosamente, no se niega
nunca a nuestras oraciones, y en la justa medida nos socorre en nuestras necesidades. Los
hombres tienen un solo deber: el de acogerla. Aun cuando pueda parecer increíble, a menudo el
hombre no acepta este don maravilloso del amor de Dios. La gracia es un don sobrenatural
mediante el cual Dios nos hace partícipes de su vida trinitaria.

La gracia se divide en santificante y actual:

La gracia santificante es un don permanente y sobrenatural, es decir, superior a las


posibilidades de la naturaleza, que eleva y perfecciona nuestra alma haciendo que seamos hijos
de Dios y herederos del cielo. La gracia santificante está siempre acompañada de las tres virtudes
teologales, la fe, la esperanza y la caridad, porque nos hace capaces de creer en Dios, esperar en
Él y amarlo, y acompañada también de los dones del Espíritu santo. Quien está privado de la
gracia santificante puede conservar la fe y la esperanza, mediante las cuales con la ayuda de la
gracia actual puede comprender el camino de retorno a Dios, es decir, de la plena conversión. La
gracia santificante no es compatible con el pecado mortal, que se llama precisamente "mortal"
porque, haciendo perder la gracia santificante, destruye la vida sobrenatural del alma. Es un don
habitual: estamos siempre en gracia mientras no la perdamos. Se pierde con cualquier pecado
mortal. Se recupera con la Confesión sacramental.

La justificación es el pase del estado de pecado al estado de gracia. "Estar en gracia de Dios"
significa poseer la gracia santificante, es decir, tener el alma libre del pecado mortal. Vivir en
gracia de Dios, y en particular morir en gracia de Dios, es la única cosa verdaderamente
importante para el hombre.

La gracia actual es una intervención de Dios que mueve al alma hacia el bien sobrenatural.
La misma se llama actual porque no es una cualidad permanente, sino una ayuda transitoria. Es
la ayuda temporal de Dios a un hombre, con el objeto de llevarlo a actuar de forma correcta en
determinada situación. Nos la da Dios cuando la necesitamos. Podemos decir que: van y vienen.
Su propósito es ayudarnos a actuar como imagen de Dios, especialmente cuando estamos
tentados a no hacerlo. Es una gracia interna que en el momento de recibirla ilumina la
inteligencia (nos ayuda a discernir entre el bien y el mal) y fortalece la voluntad (nos da la fuerza

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para actuar conforme a lo que nos dicta la inteligencia). Tenemos la libertad de acogerla o
rechazarla, como con todos los regalos de Dios.

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