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Tema. La respuesta de uno que está comprometido.

Base bíblica. Josué 1:16–18.

Tesis. Los comprometidos con el Señor


Introducción.
La lectura de Josué 4:13 nos informa que unos 40.000 hombres de las
tribus de Rubén, Gad y Manasés fueron llamados a las filas del ejército.
La respuesta de todos los “guerreros valientes” ilustra lo que debe ser la
respuesta de quienes están comprometidos con la causa del Señor. Fue
una respuesta de obediencia, fe, esperanza e intolerancia del pecado.

I. La respuesta de uno que está comprometido es


obediencia. Josué 1:16, 17.

La obediencia se echa de ver en tres de los verbos que usaron

en su respuesta:

“Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado”.

“...iremos a dondequiera que nos envíes”.

“...así te obedeceremos a ti”.

II.La respuesta de uno que está comprometido es fe


y esperanza. Josué 1:17.

La expresión: “Sólo que Jehovah tu Dios esté contigo, como estuvo


con Moisés” demuestra su fe y su esperanza en tres aspectos:

- Sabían que si el Señor no estaba presente con ellos no había


victoria que cantar.

- Sabían que el Señor había obrado con mano poderosa en los


tiempos de Moisés. Su fe tenía como base las experiencias
históricas.

- Sabían que el Señor podía hacer nuevas maravillas con una


persona fiel y consagrada como Josué.

La respuesta de uno que está comprometido es de intolerancia


hacia el pecado, 1:18. “Cualquiera que sea rebelde... y que no
obedezca... en todo... que muera”.

La medida hacia los rebeldes y desobedientes o los que obedecen


a medias era radical; sin embargo, necesaria. Ellos sabían que no
se puede cumplir el compromiso con el Señor y contemporizar
con los que no desean obedecer.

La “tolerancia” hacia las prácticas pecaminosas es la vía rápida


hacia el fracaso de una familia, de la sociedad y de toda la nación.
No es posible que una persona por causa de “los derechos humanos”
sea desobediente a la Palabra de Dios, y los

demás nos quedemos con los brazos cruzados o aplaudamos su mala


conducta.

III. La respuesta de uno que está comprometido es


de apoyo y aliento a sus líderes Josué 1:18.

“¡Solamente esfuérzate y sé valiente!” Es interesante que esta


expresión se encuentra repetida cuatro veces en este primer
capítulo (ver los vv. 6, 7, 9 y 18). Sin duda, Josué era un
hombre valiente y buen guerrero cuando estaba al frente del
ejército en el campo de batalla, pero cuando todo había
pasado, cuando volvía a la intimidad de su hogar y de su vida
íntima

¡cuánto bien le harían las palabras de apoyo. y aliento.


Aquí aprendemos cuando menos dos conceptos:

Los que están comprometidos con la causa del Señor no deben


permitir que la enormidad de la tarea o que algunos rebeldes y
desobedientes los desanimen. Hay que recordar que el
compromiso está hecho con el Señor.

Los que están comprometidos con el Señor deben buscar


oportunidades de animar, apoyar y expresar lealtad a sus
dirigentes. Recordemos que quienes dirigen la obra del Señor
son seres humanos y por lo tanto pueden necesitar escuchar
de vez en cuando: “¡Solamente esfuérzate y sé valiente!”

Conclusión, aplicación e invitación.

La respuesta de todos los que están comprometidos con la


causa del Señor debe ser una de obediencia, fe, esperanza e
intolerancia del pecado.

Los discípulos de Jesús formamos parte de su pueblo y por lo


tanto hemos de dar una respuesta que demuestre nuestro
compromiso. Hoy somos invitados por el Señor a dar una
respuesta que demuestre nuestro compromiso con él.
Tema. El triple secreto de una vida victoriosa

Base bíblica. Josué 3:1–6


Introducción: Cruzar el río Jordán presentaba graves
problemas para el pueblo de Israel, y por supuesto para Josué
que en ese momento estaba al frente de la operación. Algunos
de esos problemas eran:

I. El río Jordán en esa época estaba más


crecido (3:15).

Eran casi dos millones de personas con su ganado y


posesiones

las que debían de cruzar.

II.El cruce debía hacerse en un solo día


mientras había luz del día.
Es fácil imaginar que muchas personas llegaron a pensar que

era una tarea imposible de lograr. Algunos quizá sugirieron

que será mejor esperar hasta que el río tuviera menos agua.

Algunos otros pudieron proponer que sería mejor que los


soldados
fueran primero, conquistaran y luego podían ir las mujeres,

los niños y sus posesiones. Desde la perspectiva humana

ciertas victorias son poco menos que imposibles. Sin embargo,

el Señor nos confía el secreto de una vida victoriosa y


abundante.

III. El secreto de una vida victoriosa implica


obediencia. Josué 3:1.
Obediencia a Dios y a Josué. “Cuando veáis que el arca del

pacto de Jehovah vuestro Dios es llevada por los sacerdotes y

levitas, vosotros partiréis de vuestro lugar y marcharéis en pos

de ella” (v. 3).

Dios era el artífice de esta operación y su victoria, por lo tanto


debía ser obedecido sin la menor duda.

Josué era la autoridad del inmediata designada por el Señor

y por lo tanto también debía ser obedecida. Las instrucciones

eran sencillas pero importantes.

IV. El secreto de una vida victoriosa implica


disciplina. Josué 3:4.

Disciplina para seguir el arca del Señor. Había que mantener

una distancia de 914 metros del arca. Sin duda el arca era el

símbolo de la presencia y dirección del Señor. De esa manera

se reconocía que quien estaba al frente de la operación era el

Señor.

Por el otro lado, había que mantener el arca a la vista y

seguirla, pues solamente así sabrían por donde caminar, pues


nunca antes habían pasado por ese camino.

V. El secreto de una vida victoriosa implica


santidad. Josué 3:5.

Santidad delante del Señor. Josué dijo: “Purificaos, porque


mañana Jehovah hará maravillas entre vosotros” (v. 5). Es
interesante que Josué no ordena purificación del tipo
ceremonial como lavamientos del cuerpo. Está hablando de
una purificación espiritual que busca relacionarse bien con el
Señor por medio del examen personal, el arrepentimiento, la
confesión de pecados y la súplica de la limpieza.

A fin de experimentar las maravillas que el Señor va a hacer

sus hijos debemos estar en condiciones espirituales


adecuadas.

Ese es el propósito de la limpieza y purificación de nuestros

corazones y mentes.
Tema. La fe de Rajab
Base bíblica. Josué 2:1–24; 6:22–25
Tesis. Fe inquebrantable

Introducción.

Introducción: Josué envió a dos espías a reconocer la ciudad


de Jericó. Los dos espías se hospedaron en la casa de una
prostituta llamada Rajab. La idea fue buena pues muchos
hombres entraban y salían de aquella casa.

Rajab protegió a los exploradores, pero antes de facilitarles su


salida de la ciudad les hizo una confesión, les exigió el
cumplimiento de una promesa y estableció un símbolo de
salvación.

Aunque Rajab había tenido una vida muy agitada


emocionalmente y su reputación la marcó para toda su vida;
sin embargo, el Señor la salvó y ella llegó a ser una
antepasada directa del rey David, por lo tanto, en línea
familiar directa a Jesucristo, llegó a ocupar un lugar en la lista
de “los héroes de la fe” mencionada por el autor de hebreos, y
citada en la carta de Santiago como un ejemplo de alguien que
hace lo bueno por causa de su fe.

I. La confesión: Yo sé que el Señor es un


poderoso salvador.
2:8: “Yo sé que el Señor les ha dado esta tierra”.

2:11: “Estamos todos amedrentados y descorazonados”.

2:11: “Yo sé que el Señor y Dios es Dios de dioses tanto en el


cielo como en la tierra”.

II.La promesa: Yo quiero ser salva hoy.

2:12: “Les pido ahora mismo que juren”, hay un sentido de

urgencia por reclamar la oportunidad de ser salva.

2:13: “Juren que nos salvarán de la muerte”. Está segura que


a menos que Dios la perdone y la salve la muerte es cosa
segura.

“Seremos bondadosos contigo y cumpliremos nuestra promesa


cuando el Señor nos entregue este país” (v. 14). Los
exploradores comprometen su palabra condicionados a la
acción salvadora del Señor.

III. La señal o símbolo: Un cordón rojo, como


símbolo o señal de salvación.

2:12: “Quiero que me den como garantía una señal”.

2:17, 18, “Quedaremos libres del juramento que te hemos

hecho si, cuando conquistemos la tierra, no vemos este cordón

rojo atado a la ventana por la que nos bajas”.

2:21 “Ella ató el cordón rojo a la ventana”.


Conclusión, aplicación e invitación:

Josué 6:22–26 nos cuenta que cuando los israelitas tomaron

Jericó, Josué envió a los dos exploradores para que


cumplieran

la promesa hecha a Rajab.

En 6:26 dice que “desde entonces, Rajab y su familia viven

con el pueblo de Israel”.

Mateo 1:5 nos cuenta que Rajab se casó con un importante

israelita llamado Salmón. De ese matrimonio nació Boaz,


quien

a su vez se casó con Rut la moabita bisabuela del rey David.

Por lo tanto, Rajab se ubica en la línea de la cual desciende

nuestro Señor Jesucristo.

La fe de Rajab en el Dios de Israel la hizo actuar de tal

manera que es contada entre los héroes de la fe. En hebreos

11:31 leemos: “Por la fe la prostituta Rajab no murió junto con

los desobedientes (otra trad., “los incrédulos”), pues había


recibido

en paz a los espías”.

Nuestro pasado puede ser más o menos como el de Rajab,

con sus variantes, pero la fe en el Dios de Israel puede hacer la

misma acción salvadora si hoy, hacemos la misma confesión,

reclamamos con urgencia la promesa y establecemos a


Jesucristo

en la ventana de nuestro corazón.

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