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C/ CRISTIAN MAURICIO GOTSCHLICH NEUMANN

PREVARICACIÓN DE ABOGADO
R.U.C.     11 10 02 05 70 - 1
R.I.T.      216/2012
________________________________________________/

Temuco, doce de enero del año dos mil trece.

VISTO, OÍDOS LOS INTERVINIENTES Y CONSIDERANDO.

PRIMERO: Que, ante la Segunda Sala del Tribunal del Juicio Oral
en lo Penal de Temuco, se llevó a efecto, los días dos, tres, cuatro y
siete de Enero del año en curso, la audiencia de Juicio Oral de la Causa
Rol Único 1110020570-1, Rol Interno 216-2012, seguida en contra de
Cristian Mauricio Gotschlich Neumann, Rol Único Nacional
10.893.688-6, de 40 años de edad, casado, estudios universitarios,
abogado, nacido en esta ciudad, el día 3 de Noviembre del año 1972,
domiciliado en Calle Manuel Montt N° 850 oficina 402 de Temuco.
Sostuvo la acusación el Ministerio Público representado por el
Fiscal Adjunto Cristián Crisosto Rifo; en tanto que sostuvo la querella y
demanda civil, el abogado Marcelo Oyarzabal.
La defensa del acusado estuvo a cargo de los abogados
defensores privados, señores Dionisio Ulloa Berrocal, Martín Besio
Hernández y Ciro Colombara López, todos con domicilios y formas de
notificación ya registrados en este Tribunal.
SEGUNDO: La acusación. Que, el Ministerio Público dedujo
acusación en contra del acusado ya individualizado por los siguientes
hechos, conforme costa del auto de apertura de fecha 26 de Noviembre
del año 2012: Hecho Nº 1: La empresa “Mora y Cía. Ltda.” Rut
79.547.320-3, representada por don Orestes Mora Silva, se ha dedicado
al giro de comercialización de insumos agrícolas, operando en diversas
sucursales. Aproximadamente desde el año 2000 hasta el 2011 dicha

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empresa mantuvo una relación profesional con el abogado CRISTIAN
MAURICIO GOTSCHLICH NEUMANN, quien en dicha calidad prestó sus
servicios profesionales durante ese período en materia de cobranzas,
prejudiciales y judiciales, redacción de escrituras, contratos, asesorías y
otros derivados de su giro.
Es del caso que en Temuco y en el cumplimiento de su labor
profesional, se le encargó al acusado por Mora y Cía. Ltda. la
interposición de una demanda ejecutiva en contra de don Víctor Wilfredo
Padilla Vergara, por un crédito impago ascendente aproximadamente a
$27.000.000, para lo cual el acusado interpuso como mandatario judicial
una demanda ejecutiva en el Juzgado de Letras y Garantía de Carahue,
proceso que se tramitó bajo el Rol 12.623-2006 caratulado “Mora y cía.
Ltda. con Padilla Vergara”. En dicho contexto y simultáneamente a dicho
proceso, don Víctor Padilla Vergara ofreció al acusado pagar el crédito
impago, rechazando éste el dinero del deudor. No obstante el proceso
mencionado siguió su derrotero procedimental, alcanzando la etapa de
remate de los bienes raíces de propiedad del ejecutado, a saber dos
parcelas emplazadas en el sector Pancul de la comuna de Carahue, del
Proyecto de división y parcelación del predio ya referido, con una cabida
total aproximada de 60 hectáreas. En definitiva el 20 de octubre de
2008 en dependencias del aludido Juzgado se llevó a efecto el remate,
habiendo manifestado don Orestes Mora Silva al acusado su interés en
participar, sin embargo por consejo del acusado la empresa no participó
del mismo, adjudicándose los bienes raíces ya indicados el hermano del
acusado, RODRIGO GOTSCHLICH NEUMANN. Así las cosas el acusado
desvió maliciosamente su conducta profesional para con su cliente
MORA y Cía. Ltda., ocultando la información acerca de la participación
de su hermano en el remate, y ejecutando gestiones para obtener un
beneficio económico para un pariente directo, perjudicando así a Mora y
Cía. Ltda. en aproximadamente $27.000.000.-, puesto que no recibió el
pago de su crédito oportunamente, ni pudo participar del referido

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procedimiento de remate, manteniéndose el crédito moroso, el cual sólo
posteriormente se pagó.
HECHO N° 2: En el ejercicio de la profesión de abogado el
acusado CRISTIAN MAURICIO GOTSCHLICH NEUMANN defendió los
intereses de Mora y Cía. Ltda., asesorando a ésta de diversas formas
para obtener el pago de ciertos créditos morosos de la empresa
“RHODAS INVERSIONES S.A.”, representada por don Pablo Diez
González, la cual era propietaria del bien raíz agrícola denominado
Fundo María Yolanda, de 355 hectáreas aproximadamente, emplazado
en el kilómetro 613 de la Ruta 5 Sur, comuna de Victoria. Esta empresa
adquirió insumos agrícolas a Mora y Cía. Ltda., sin embargo durante los
años 2009 y 2010 presentó diversos incumplimientos en el pago de sus
obligaciones, las cuales ascendían aproximadamente a $130.000.000.-
en total. Así las cosas y como una forma de garantizar el pago de los
créditos, en junio de 2010 se constituyó una prenda sin desplazamiento
sobre diversas siembras o sementeras de propiedad del deudor, en el
mencionado Fundo, escritura que fue redactada por el acusado en
calidad de abogado de Mora y Cía. Ltda. A pesar de ello dichas
sementeras no pudieron cosecharse en beneficio del acreedor.
 En dicho contexto aproximadamente a contar de julio de 2010 se
tramitó ante el 3° Juzgado Civil de Temuco la causa Rol 5292-2010,
juicio ejecutivo hipotecario según la Ley general de bancos caratulado
“Banco Scotiabank Chile con Rhodas Inversiones S.A.”, de cuya
existencia el acusado estaba en conocimiento, y en el cual se perseguía
el pago de créditos morosos del ejecutante sobre el bien raíz entregado
en garantía de aquellos créditos, precisamente el Fundo María Yolanda,
principal ó única propiedad sobre la cual también se podía hacer pago de
sus acreencias la empresa Mora y Cía. Ltda., y sobre la cual incidía la
prenda sin desplazamiento ya referida.
Así, en horas de la mañana del día 20 de Enero de 2011 en
dependencias del aludido Juzgado y en la causa referida, se llevaría a
efecto el remate del Fundo María Yolanda, y el acusado fue informado

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por el abogado ejecutante de la efectividad y proximidad del remate,
ante lo cual el acusado notició de este hecho sólo a determinados
clientes, entre ellos su padre Hernán Mauricio Gotschlich Werner, y sin
embargo, no le informó del mismo a su cliente Mora y Cía., Ltda., en
circunstancias que dicho cliente tenía interés en participar de dicho
proceso, considerando que el Fundo María Yolanda podía ser excluido del
patrimonio de RHODAS Inversiones S.A., teniendo en cuenta además el
fracaso de la prenda sin desplazamiento. Con esta omisión el acusado
perjudicó a su cliente Mora y Cía., Ltda., pues ésta se vio impedido de
participar en el proceso, y el remate se efectuó participando como único
oferente el padre del acusado don Hernán Mauricio Gotschlich Werner,
quien asesorado legalmente por aquél se lo adjudicó en $370.001.000.-.
De esta forma el acusado desvió maliciosamente su conducta profesional
para con su cliente MORA y Cía. Ltda., ocultando la información sobre la
efectividad y circunstancias del remate, desarrollando gestiones ante el
mencionado Tribunal para obtener un beneficio económico para un
pariente directo, representado por él, perjudicando además a Mora y
Cía. Ltda. en aproximadamente $130.000.000.-
Los hechos descritos configurarían en visión del acusador y del
querellante los delitos consumados y reiterados de Prevaricación del
abogado, previsto y sancionado en el artículo 231 del Código Penal.
Endilgó en los mismos, al acusado, participación en calidad de autor,
según lo dispuesto en el artículo 15 nº 1 del Código Penal.
En relación con las circunstancias modificatorias de
responsabilidad penal, apuntó que beneficiaría al acusado la
circunstancia atenuante de responsabilidad penal prevista en el artículo
11 nº 6 del Código Penal, sin que le perjudiquen agravantes.
Finalmente solicitó se imponga al acusado una sanción de cinco
años de Inhabilitación especial temporal en su grado mínimo para el
ejercicio de la profesión de abogado, Multa de Quince Unidades
Tributarias Mensuales, demás accesorias legales y costas de la causa.

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TERCERO: Demanda civil. Que, se deja constancia que
conforme el auto de apertura de juicio oral, se presentó demanda civil
por el abogado Sergio Ignacio Contreras Paredes, en representación de
la víctima “Mora y Compañía Limitada”, en contra del acusado, por los
delitos reiterados de Prevaricación de Abogado, quien sostuvo que, en la
representación señalada y en conformidad con lo dispuesto en los
artículos 59, 60, 261 del Código Procesal Penal; 2314, 2329, 2317 y
demás pertinentes del Código Civil y; 254 del Código de Procedimiento
Civil, dedujo demanda de indemnización de perjuicios, en contra de
Cristian Mauricio Gotschlich Neumann, abogado, cédula nacional de
identidad número 10.893.688-6, domiciliado en calle Manuel Montt 850,
oficina 402 de Temuco, por los delitos reiterados de Prevaricación del
abogado del artículo 231 del Código Penal en virtud de los antecedentes
de hecho y de derecho que expuso, en este punto es menester
mencionar que el fundamento fáctico de la demanda civil, se hizo
residir, en los mismos hechos, uno y dos, contenidos en la acusación y
que se han plasmado más arriba. Adicionándose los siguientes capítulos:
         Responsabilidad extracontractual del demando. La
responsabilidad civil aparece vinculada esencialmente al daño que sufre
una o más personas individualizables, y al deber que tiene alguien de
repararlo o compensarlo con medios equivalentes. La Corte Suprema ha
dicho en este sentido que: “Por responsabilidad debe entenderse, en
general, la obligación en que se coloca una persona para reparar
adecuadamente todo daño o perjuicio causado; la que resulta ser civil si
se origina en la trasgresión de una norma jurídica que afecte el interés
de una determinada persona, o penal si es el resultado de un hecho
ofensivo que tiene señalada una sanción punitiva por el perjuicio que
agravia al afectado y a la sociedad en que actúa”
De todo lo dicho anteriormente y dado el actual estado del
proceso, existe plena certeza que el acusado, prima facie, se encuentra
en la obligación de reparar los daños de su injusto actuar a mi
representada.

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Pero, el análisis de la responsabilidad civil que proviene del delito
cometido por el acusado, no puede terminar aquí, ya que
demostraremos que concurren todos los presupuestos fácticos que
señala la ley.
Elementos de la responsabilidad civil.  Con frecuencia se
sostiene que los elementos necesarios para que exista responsabilidad
extracontractual en el derecho chileno son: 1) Capacidad; 2) Dolo y
Culpa;3) Daño; y 4) Relación de causalidad. Los elementos del hecho
generador de responsabilidad pueden analizarse del siguiente modo: en
primer lugar, se necesita que el hecho o acto sea originado en la
voluntad del ser humano. Sólo las personas, y actuando como tales, con
su inteligencia y voluntad, pueden incurrir en responsabilidad. A
continuación, debe exigirse que ese hecho voluntario contraste con el
derecho, es decir, sea injusto o ilícito desde un punto de vista objetivo
(contraste entre la conducta y las normas y principios del
ordenamiento). Al hecho voluntario antijurídico debe añadirse el que
haya efectivamente causado daño (nocividad), requisito que se desdobla
en dos; el daño propiamente tal y el vínculo causal entre el hecho ilícito
y el perjuicio (causalidad). Por último, como veremos el reproche
subjetivo, es decir el dolo o culpa con que el agente (en este caso el
acusado) actuó.
     1.- La capacidad delictual. Tal como señala el artículo 2.319 del
Código Civil, no tienen capacidad delictual aquellas personas que les
falta la razón o por su minoría de edad son incapaces de comprender las
consecuencias de sus actos. En ambas hipótesis se excluye a el
encausado, ya que tal como consta en la investigación, el es una
persona mayor de edad y sin perturbaciones mentales.
     2.- Actuar doloso o culposo. El acusado, realizó o desplegó una
conducta que ha elevado el riesgo permitido, es decir, el haber desviado
su conducta como profesional del derecho para el beneficio propio o de
terceros relacionados, es un riesgo no tolerado por la sociedad y que sin

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duda ha traído un elevado perjuicio económico a la víctima de sus
delitos.
En estas circunstancias, GOTSCHLICH NEUMANN es objeto de un
reproche penal y de las consecuencias civiles que emanan de su actuar
culposo.
     3.- Antijuridicidad. Para que haya responsabilidad es necesario que
el daño provenga de un comportamiento objetivamente ilícito, contrario
al ordenamiento, contrario a lo justo.
De esa forma lo expresan los artículos 1.437 y 2.284 del Código
Civil. En este orden de idea, la justificación de la antijuridicidad excluiría
este elemento y luego la responsabilidad civil, pero tal como consta en
todo el proceso, no hay ninguna causal de justificación que excluya,
tanto el ilícito civil como el penal. En consecuencia, mientras el acusado
y/o demandado civil no pruebe alguna causal (elemento que no podrá
hacer ya que carecen de eso) seguirá siendo responsable de este
reproche. A este respecto los supuestos de hecho de una causal de
exclusión de la ilicitud deberán ser probados por el demandado que
intenta liberarse de la obligación de reparar alegando su concurrencia.
4.- Nocividad del daño. Para que exista responsabilidad civil es
menester que el hecho ilícito haya causado daño. Así lo establecen los
artículos 1.347 y 2.314 del Código Civil. En cuanto al daño, la doctrina
más tradicional lo define como “el detrimento, perjuicio o menoscabo
que se recibe por culpa de otro en la hacienda o la persona.” En
términos similares la jurisprudencia ha dicho que el daño es “todo
detrimento o menoscabo que una persona experimente, por culpa de
otra, sea en su persona, en sus bienes o en cualquiera de sus derechos
extramatrimoniales”. En este contexto, el daño que el imputado debe
resarcir, se desglosa en los términos y montos que se acreditarán en el
siguiente capítulo.
        5.- Imputación Causal. Entre el comportamiento voluntario e ilícito
del autor y el daño sufrido por la víctima debe existir un nexo, una
relación de causalidad. En este sentido y al tenor del mérito del

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expediente, los actos y omisiones imputables al acusado, fueron la
causa directa y única de los perjuicios que debió asumir la víctima. En
consecuencia y debido a todos los antecedentes de hecho y
fundamentos de derecho ya explicado, es que corresponde condenar
civilmente a la acusada según lo disponen los artículos 2.314 y
siguientes del Código Civil.
Perjuicios ocasionados a Mora y Cía. Ltda. A.- Daños o
Perjuicios Materiales o Físicos. Se refiere a un daño concreto y
específico, sea de orden físico, sea relativo a las cosas, pero siempre
con consecuencias patrimoniales directas. El daño económico puede
comprender:
Daño Emergente: El daño emergente es la pérdida o
disminución efectiva que la víctima experimenta en su patrimonio. Como
US. puede ver, en este caso la reparación del daño emergente no ofrece
mayor dificultad, dado que es igual a la pérdida o disminución
experimentada en el patrimonio de la víctima, es decir, el monto
completo de lo que costo los diversos delitos cometidos en perjuicio de
mi representado por parte del acusado. En consecuencia, por este
concepto demanda la cantidad de $80.000.000 (ochenta millones de
pesos); que como se señaló corresponde a la cantidad que tuvo que
pagar mi representado por los actos y omisiones dolosas del acusado.
Lucro Cesante: El lucro cesante es lo que dejó de ganar o
percibir la víctima como consecuencia del delito o cuasidelito. En
consecuencia, por este concepto demando, en representación de la
víctima la cantidad de $ 80.000.000 (ochenta millones de pesos); que
como se señaló corresponde a la cantidad que dejo de ganar mi
representado por los actos y omisiones dolosas del acusado.
Daño Moral: La reparación del daño moral es reconocido por
nuestro ordenamiento jurídico pero no ha sido definido por la Ley,
debiendo recurrir a nuestra jurisprudencia para alcanzar su concepto;
ésta ha definido el daño moral como “el dolor, la aflicción, el pesar que
causa en los sentimientos o afectos el hecho ilícito, ya sea en la víctima

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o en sus parientes más cercanos” (Corte de Apelaciones de Santiago, 3
de junio de 1973, Revista de Derecho y Jurisprudencia, t. 70, secc. 4º,
págs. 65 y 67) o “daño moral consiste en el dolor psíquico, y aún físico –
en sufrimientos, en general – que se experimenta a raíz de un suceso
determinado” (Corte Suprema, 19 de octubre de 1979, Revista de
Derecho y Jurisprudencia, t. 76, secc. 4º, pág. 444; Corte de
Apelaciones de Pedro Aguirre Cerda de 11 de julio de 1984, Revista de
Derecho y Jurisprudencia, t. 81, pág. 175). Nadie puede discutir,
entonces, la procedencia de la indemnización por daño moral en sede
aquiliana en nuestro país, dado que hoy en esta materia es considerada
como un principio básico. Tal es así que nuestra jurisprudencia ha
atenuado al máximo la prueba exigida al respecto, estableciendo incluso
verdaderas presunciones de daño moral o un verdadero relevo de
prueba.
En este caso particular, los actos lesivos que realizó el acusado, y
que han fundado esta demanda, han provocado en mi representado,
graves problemas físicos y sicológicos, toda vez que, la acción y
omisiones dolosas del acusado, han causado un irreparable dolor en el
espíritu de quien fuera su cliente, ya que la relación de más de diez años
que mantenía con el acusado con mi representado, lograron forjar un
lazo de confianza demasiado alto y fuerte, y al quedar demostrados sus
acciones realizadas contra el patrimonio de quien fuera su cliente
histórico, afectaron el ámbito espiritual del demandante.
     En conclusión, demanda, en representación de la víctima,
como compensación y reparación de los sufrimientos y dolores
psicológicos sufridos la suma de $60.000.000 (sesenta millones de
pesos). En consecuencia SS. el artículo 2314 del Código Civil prescribe
que el que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a
otro, es obligado a la indemnización; sin perjuicio de la pena que le
impongan las leyes por el delito o cuasidelito. En el presente caso, los
hechos descritos en el apartado anterior son a juicio de esta
demandante constitutivos del delito de malversación de caudales

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públicos, ilícito contemplado y sancionado en el artículo 233 del Código
Penal. De su turno, el artículo 2329 del mismo Código dispone que todo
daño que pueda imputarse a malicia o negligencia de otra persona, debe
ser reparado por ésta, de tal suerte que la reparación debe ser
completa, incluyendo el daño emergente y todo otro, en especial el
reajuste correspondiente a la desvalorización monetaria y los intereses a
contar de la mora de los demandados. Como consecuencia de lo
anterior, el demandado está obligado al pago de la cantidad total que se
ha señalado en el apartado precedente. Por su parte, el artículo 59 del
Código Procesal Penal autoriza a la víctima de un delito para deducir,
respecto de los imputados, con arreglo a las prescripciones de dicho
cuerpo normativo, todas las acciones que tuvieren por objeto perseguir
las responsabilidades civiles derivadas del hecho punible, señalando el
artículo 60 del mismo Código que la oportunidad legal para interponer
esta demanda es la prevista en el artículo 261, debiendo ésta ser
presentada por escrito y cumpliendo con los requisitos exigidos por el
artículo 254 del Código de Procedimiento Civil y, que la demanda civil
del querellante deberá deducirse conjuntamente con su escrito de
adhesión o acusación particular.
En mérito de lo expuesto, normativa legal citada, y conforme lo
disponen los artículos 59, 60, 261 y demás pertinentes del Código
Procesal Penal, solicitó se condene al acusado y demandado civil al pago
de las siguientes cantidades de dinero o las que el Tribunal determine:
1.a) $80.000.000 (ochenta millones de pesos), por concepto de
Daño emergente
   b) $80.000.000 (ochenta millones de pesos), por concepto de
Lucro Cesante,
   c) $60.000.000 (sesenta millones pesos), por concepto de
indemnización de los perjuicios causados con ocasión de los delitos que
se han investigado en estos autos a la víctima de estos delitos.
2. Una suma equivalente a la variación que experimente el índice
de Precios al Consumidor I.P.C., calculado sobre las sumas anteriores,

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contados desde la fecha en que ocurrieron los hechos y hasta la fecha
del pago efectivo;
3. El pago de los intereses corrientes desde que incurra en mora
en el pago de dichas cantidades -es decir desde el día siguiente a aquél
en el cual quede ejecutoriada la sentencia- y la del pago efectivo de las
mismas, aplicado sobre las sumas demandadas debidamente
reajustadas; o en subsidio desde la fecha que US. determine, pero
también hasta el momento de su pago efectivo;
4. Al pago de las costas de la causa.
CUARTO: Alegatos del acusador estatal: En el comienzo, reiteró el
contenido de la acusación, mencionando que el encartado se prevalió de un
encargo profesional para beneficiarse él mismo y su grupo familiar, en
perjuicio de su cliente. Señaló que el delito es pluriofensivo, es decir se afecta
la lealtad con su cliente y la administración de justicia.

Indicó que, en lo relativo a lo de Carahue, las conductas atribuidas se


refieren a que, en el aspecto omisivo, el encartado no admitió el pago del
ejecutado y en el activo, que se traduce en llamar a su hermano, para que se
adjudicara un bien.

En lo relativo a Temuco, señaló que nunca comunicó a su cliente que el


deudor estaba siendo ejecutado y no le posibilitó participar de la subasta de los
bienes del mismo, privilegiando, con ello, los intereses de su familia, es decir,
su padre. Refirió que, se trata de una conducta omisiva, indicando que el
abogado está en posición de garante, respecto de los derechos de su cliente,
tanto por lo indicado en el artículo 520 del Código Orgánico de Tribunales;
cómo por los términos del contrato de mandato.

Refirió que el perjuicio, en este tipo de delitos se refiere a la pérdida de


un derecho o de la posición privilegiada. Sosteniendo que ello concurre en el
caso de marras; por un lado, apuntó que hubo perjuicio procesal, relativo a
que el cliente no pudo participar en el remate y además rechazo el pago;
recibiendo un pago, sólo luego de ocho meses, desde que se llevó a cabo la
subasta; en el caso de Temuco, existe perjuicio procesal, por cuanto, no

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efectuó gestión alguna respecto del juicio ejecutivo y con ello nunca pudo
cobrar el crédito, lo que, señaló se le había encomendado.

Afirmó que el artículo 1 y 37 del Código de Ética Profesional, vigentes


al momento de los actos, requieren de un abogado, una defensa de los
derechos del cliente en forma intensa y no los de su familia.

Clausura, indicó que se demostró como el acusado instrumentalizó los


encargos de su cliente, perjudicándolo procesalmente y en forma económica.
Lesionó con ello la lealtad profesional debida, en el caso de Carahue lo perdido,
dijo, dice relación con un derecho y una posición privilegiada dentro del
contexto de un proceso, en el segundo caso, lo mismo pero dentro de un
contexto jurídico relacional, vinculado con la existencia de una convención.

Explicó que, en el año 2008 el señor Mora, le hizo presente su interés


en tomar parte del remate, y ello es coincidente con el hecho de haber viajado
a Carahue. Trajo a colación la declaración del señor Sanhueza, quien dijo que
el acusado es quien le ordena adjudicarse un bien a nombre de su hermano,
estando en el Tribunal; allí se produce el perjuicio procesal ya que el abogado
impide a su cliente ingresar al remate y favorece a su hermano. En contra de
la obligación que le imponía el mandato amplio, dado el año 2000 en beneficio
del encartado. Precisó además que, el predio conforme los dichos de Pablo
Ponce tenían un valor de 160 millones de pesos y en ello radicaba el interés
pecuniario que tenía el hermano del encausado. En cuanto al perjuicio
económico, señaló que el crédito sólo se pagó a partir de mayo del año 2009, y
ello le restó flujo económico a la empresa afectada.

De igual modo el señor Padilla intentó pagar el crédito al acusado, pero


este rechazó el pago; puntualizó que este fue a la oficina de Bulnes, lugar en
que, en su oportunidad, se encontraba la encausado; mencionó que, con esto
se verificó una conducta omisiva de parte del encausado, al no recibir el pago,
ya que el interés era llegar al remate. Apuntó que el perjuicio, no tiene porque
no ser reparable, como se comprobó con los pagos que se obtuvieron
posteriormente.

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En lo relativo del caso Rhodas, mencionó que el hechor tenía una
posición de garante ya que el mandato lo obligaba a realizar todas las acciones
extrajudiciales y judiciales necesarias para obtener un pago. Es más, apuntó el
mismo era la única persona que tenía toda la visión periférica de lo que estaba
pasando con la causa de Rhodas. Señaló que, la empresa solicitó efectué una
estrategia para el pago de las deudas de Rhodas, que se materializó en la
prenda sin desplazamiento. De otra parte, indicó que el encausado estuvo en
contacto con bastante antelación con el abogado Figueroa, quien era el
ejecutante de Rhodas. En el día del remate, no le avisó precisamente, a quien
tenía un crédito en contra de Rhodas y sí lo hizo respecto de otros que no lo
tenían. La conducta esperada era avisar, precisamente, a su cliente quien tenía
un crédito, en cambio veló por los intereses de su padre y no del primero.
Como corolario, dijo, se tiene que luego de pasados algunos días, el padre del
acusado depositó 70 millones en la cuenta del encartado y puntualizó que, fue
el imputado quien manejaba la negociación posterior para la recompra del
predio rematado. Así, se tiene-postuló- que el encausado actuó con dolo
directo en la omisión de la noticia para su cliente, favoreciendo su familia; ello
además le produjo en perjuicio económico a la sociedad afectada, por cuanto
tuvo que cambiar de abogado y cobrar en Santiago.

Por último, señaló que aquí el detrimento no es necesariamente


económico sino procesal, ya que no estamos frente a un delito de estafa y
requirió la condena del encartado.

Replicando, señaló que aparece residual, afirmar que el señor Padilla


haya dicho que fue a pagar en dinero en efectivo, si en cambio lo fue con un
vale vista; de otro lado, expresó que una cosa son los dichos del mismo y otra
las defensa técnicas de sus abogados; además añadió que el testigo expresó,
incluso, el piso de la oficina en donde tenía su oficio, en el pasado, el acusado.

Refutó que Orestes Mora sea un mentiroso por cuanto haya negado
haber hablado con Miguel García, en circunstancia de que este pretendió haber
entablado la demanda de Carahue, lo que no es efectivo. Sostuvo que, la
defensa, no explica por qué el hermano del encartado remató un bien que no

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conocía. Puntualizó que pese a que Rodrigo Mora, le avisó también sobre el
remate de Rhodas, el acusado no hizo nada. A continuación, negó que, la no
participación en el remate sea una mera expectativa, ya que el afectado tenía
el derecho a hacerlo.

Expresó que, una cosa es cuando, para el caso Rhodas, se encargó la


cobranza judicial de los cheques, de la fecha de encargo de la cobranza.
Enunció que lo fundamental del tipo penal, para el caso, es un incumplimiento
ético, lo que genera perjuicio.

QUINTO: Alegaciones del Querellante y demandante civil. En el


principio, reiteró los dichos del acusador estatal, y expresó que el encartado
asesoró a Mora y Cía. Ltda., durante diez años. Empero, lo perjudicó abusando
maliciosamente de su calidad de abogado. Puntualizó, respecto del primer
hecho que, su mandante, le encargó una demanda ejecutiva, no obstante el
encargado rechazó el pago del crédito ofrecido por el deudor. Además de ello,
señaló que su representada no participó en remate por consejo del encartado,
quien privilegió la participación de su hermano, produciéndose el perjuicio.

En cuanto al segundo hecho, aseveró que el imputado, realizó un


comportamiento omisivo, no defendiendo los intereses de su cliente,
perjudicándolo.

Clausura, reiteró sus petición inicial de condena. Expresó que el


mandato del acusado no sólo era judicial y reiteró los asuntos principales
planteados por el acusador. Destacando que Orestes Mora, le señaló al
encartado su deseo de participar en el remate, empero el mismo, le aconsejó
que no lo hiciera, por cuanto existía un postor y ello posibilitó que, la subasta
cediera en beneficio del hermano del querellado. Precisó que, en cuanto a las
acciones emprendidas por los abogados del señor Víctor Padilla, que este es
una persona de baja escolaridad y escasamente puede haber entendido las
presentaciones técnicas de sus apoderados.

Conjuntamente, señaló que, por los dichos de la señora Concha, se


tiene que Mora no quería pagar una deuda ajena, con todo nada impide que el

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mismo haya querido realizar un buen negocio participando de la puja. En
cuanto al perjuicio coincidió en que, se perdió la posibilidad de recibir el pago
oportuno, y el menoscabo comercial, por falta de circulante.

Sustentó que, no fue verosímil el señor Rodrigo Gotschlich, quien dijo


que compró un campo para trabajarlo, sin haberlo visto previamente.

En cuanto al caso Rhodas, expresó que luego de una relación de diez


años, no era suficiente la mera redacción de una prenda sin desplazamiento,
sino que debió comunicar la información del remate que poseía y que podía
afectar los derechos de su cliente. De esa manera le hizo perder una posición
de privilegio.

Hacia el final citó un fallo de la I. Corte de Copiapó, referido al tema.


Adicionó que el acusado no dio el consejo necesario a su cliente.

En punto, a la demanda civil, señaló que se requerían las sumas


demandadas y renunció a lo peticionado por daño moral.

Replicando, manifestó que el retiro del daño moral tiene que ver con
que no se produjo prueba sobre ello. Indicó además, que los perjuicios hayan
sido reparados, no significa que ellos no se hayan producido.

Respecto, de los estados de ánimos, indicó que para notar si eso existe
en una persona, se debe tener conocimiento de la misma. Sostuvo además
que, le era exigible al acusado otorgar aviso a su cliente desde que su posición
de conocimiento era privilegiada y era fácil de advertir que podía producirse
perjuicio para aquél mismo.

SEXTO: La defensa del acusado. En la inauguración, hizo una


invocación del sentido de última ratio que posee el Derecho Penal. Indicó que,
para el caso se deberá probar una conducta realizada con dolo directo, es decir
un abuso malicioso, lo que entiende no podrá prosperar. Señaló que el
acusador deberá probar los encargos, el abuso malicioso y el perjuicio
ocasionado.

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Indicó que no discutiría la relación profesional de su representado con
Mora y Compañía por espacio de diez años. Con todo, negó que hayan existido
los encargos; así en cuanto a lo primero, se deberá probar que el fin era
adjudicarse unas parcelas. No obstante, lo encargado era efectuar una
demanda ejecutiva, lo que se hizo y la Empresa recibió 40 millones, y no 27
millones. Dijo que, lo que se crítica es que el adjudicatario haya sido su
hermano, empero sostuvo que del imputado no dependía que llegará sólo un
postor, ya que, al publicarse los remates, puede cualquier persona participar
en ellos y el número de pujadores es un asunto que resuelve el azar.

En punto a lo segundo, señaló que la empresa Mora y Cía. Ltda., poseía


otros abogados, a aparte del encartado y que, la relación profesional era caso
a caso, de manera que se le enviaba un oficio señalándole el encargo y por lo
tanto, no era integral.

En cuanto a lo de Carahue, postuló que, no es efectivo que Padilla haya


ido a pagarle a su representado; con todo llamó la atención respecto que, aún
cuando se haya negado a recibirlo, dicha suma se pudo pagar en el Tribunal.
De otro lado, no es efectivo que haya ocultado que su hermano iba a participar
en el remate, ni menos que, se le haya impedido a Mora participar en el
remate. Lo que acontece es que esta última compañía tenía una deuda con
Soquimich que iba a ser pagada con el dinero de este juicio, de manera que, a
la Compañía no le interesaban las parcelas, sino el dinero. Precisó que, el
señor Mora es un gran empresario, a quien no le iban a impedir participar en
un remate por un simple aviso.

En relación al hecho de Temuco, indicó que es efectivo que a su


defendido, se le encargó confeccionar un contrato de prenda sin
desplazamiento. Con todo, negó que hubo encargo respecto de la cobranza de
los cheques que haya tenido con Rhodas Inversiones; por cuanto la deuda no
era exigible, ya que los documentos, que además de la prenda garantizaban el
crédito de Mora, tenían una fecha posterior al remate del bien raíz, es decir,
dichos instrumentos mercantiles no estaban protestados para ser cobrados

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judiciales. Reiteró, además, que su representado no puede manejar un proceso
público como es un remate judicial.

Por último señaló que, los créditos que le fueron encargados cobrar
fueron pagados, es decir, Mora recibió el pago.

Puntualizó que la relación cliente abogado posee regulación en la


normativa civil, y en todo caso el mandato para el caso era judicial, y no
general, es decir, no lo transformaba en garante de todos los intereses del
cliente.

En la clausura, indicó que la prueba desterró los cargos formulados en


contra de su representado.

Indicó que el acusador pretendió a título de imputaciones éticas


condenar penalmente al encartado, lo que, en su visión, no resulta procedente.
Además sostuvo que existe, incluso, los medios para sancionar éticamente a
los abogados. Negó que el acusado haya abusado maliciosamente de su
profesión ni menos que haya habido perjuicio económico.

En cuanto a lo de Carahue precisó que Mora y Cía. Ltda., le encargó la


cobranza de un crédito de 27 millones de pesos, pese a existir un mandato, ya
que se operaba a base de encargos específicos. Lo que su representado hizo y
se remataron dos parcelas del señor Padilla que fueron subastadas el 20 de
Octubre del año 2008, mismas que se adjudicó el hermano del encartado y que
finalmente, a Mora y Cía. Ltda., se le pagó íntegramente capital, intereses y
costas, por un total de 40 millones, en julio del año 2009.

Negó que el señor Padilla haya ido a la oficina de su representado a


pagar el crédito. Para eso, apuntó que, sólo se ha contado con los dichos de
Víctor Padilla, ya que los demás testigos, que se refieren a aquello, lo son sólo
de oídas del anterior. En el Tribunal, estimó que el aludido incurrió en
imprecisiones, ya que la oficina del encartado a la fecha que mencionó no
estaba en calle Bulnes; luego además, en una declaración anterior dijo que fue
con un vale vista y no con dinero en efectivo. Asimismo, interpuso alegaciones

17
que negaban la deuda. De esta manera estimó que el mismo miente y no es
veraz.

Igualmente, respecto del señor Orestes Mora, estimó que lo que dijo en
juicio, no es coincidente con la imputación penal, ya que quería adjudicarse las
parcelas para pagar el crédito; además, señaló que mismo mencionó que tenía
interés en adjudicarse si no había postor y afirmó que es mal visto en el
ámbito agrícola el adjudicarse los predios de los clientes.

Señaló que no hay duda de que Orestes Mora supo antes que había
otro postor. En definitiva, su representado, interpretó que el afectado sólo
estaba interesado en rematar si es que no había otro postor. Al mismo tiempo
indicó que quería recuperar el capital, pero esos, manifestó que, se logró con
el remate. Precisó que, no es efectivo que se la haya pagado durante los años
2009, 2010 y 2011, ya que el pago se produjo el año 2009. La única omisión
dijo relación con que, no le indicó que, quien remató fue su hermano, pero
eso, en su visión, es irrelevante. Aparte, señaló que no hubo reunión previa al
remate, ya que ni su mandante ni Pablo Sanhueza, lo vieron con antelación.
De la misma forma señaló que, Miguel González, habría llamado diciéndole que
había un postor y que era el hermano del encartado. Lo que entendió
refrendado por lo dicho de Marcela Concha, quien mencionó que Mora, le pedía
plazo para pagar la deuda que tenía Padilla, lo que está refrendado por
documentos en donde constan los correos electrónicos, emanados en ese
sentido.

Adicionó que Orestes Mora, miente por cuanto no es efectivo que luego
del remate haya vuelto apesadumbrado, ya que nada extraño nota Pablo
Sanhueza y además, ello no se condice con la circunstancia de que la propia
oficina del acusado lo siguió defendido frente a las demandas del señor Padilla;
menos aún, con el hecho de que le haya dado otro mandato, y encomendado
otras gestiones como la redacción de una prenda y la cobranza de cheques.

En cuanto al hecho dos, indicó que el encargo para su representado


era el de confeccionar un contrato de prenda sin desplazamiento, que poseía el

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carácter de garantía general, sin que se asociara a una deuda específica, lo
cumplió su mandante. Señaló además que, Pablo Diez, informó del inicio de la
cosecha a Mora, lo que entiende consta de una carta. Además dijo que, los
cheques de Rhodas, se protestaron sólo el 4 de Abril del año 2011, y sólo en
dicha fecha se podían cobrar, puesto que allí había título ejecutivo. De esta
manera mencionó que, si se le había pedido cobrar esos cheques eso sólo se
podía hacer con posterioridad a la fecha mencionada, lo que es concordante
con lo dicho por Rodrigo Mora, relativo a que, fueron con su padre a la oficina
del acusado el día 8 de Abril del año 2011 y allí diligentemente su mandatario
lo deriva a otro abogado. Hizo notar luego, que el mismo día en que, se inicia
la gestión preparatoria, se pagó el capital de los cheques adeudados, vale decir
$103.000.000.

Apuntó que Rodrigo Mora manifestó que en este caso, no estaban


interesados en adjudicarse el predio María Yolanda. Asimismo, expresó que se
le hizo el encargó de cobrar los cheques luego de que los mismos estuvieron
protestados.

En cuanto al perjuicio, señaló que para el caso ambas acreencias se


pagaron. Indicó que, la posibilidad de participar en el remate es una mera
expectativa, no protegida por el derecho penal, por lo que entiende que, no
existe daño que reparar civilmente.

Hacia el final, señaló que deben haber encargos específicos, y no es


cierto que el mandato general, implique para el abogado, transformarse en
garante de todos sus negocios. En todo caso, señaló que no hay
responsabilidad penal ni civil.

Replicando, sostuvo el punto respecto de la contradicción anotada


respecto del señor Padilla. Expresó que, los delitos de comisión por omisión
sólo pueden darse respecto de personas. Señaló que, no es posible sostener
que, el señor Mora, en el caso de Rhodas, haya podido participar del remate
para cobrar un crédito, cuando en verdad este, se hizo exigible meses
después. Afirmó que, para el caso no existe responsabilidad ética y puntualizó

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que existe una clara distinción entre lo ético y las conductas penalmente
sancionadas.

SEPTIMO: Ejercicio del derecho a declarar del acusado. Que, el


acusado, renunciando a su derecho a guardar silencio, declaró al tenor del
artículo 326 del Nuevo Estatuto Procesal Penal, e indicó que los hechos de la
acusación son falsos. Precisó que fue abogado de Mora y Cía. hasta el año
2011 aproximadamente. Indicó que conocía a Rodrigo Mora socialmente y que,
aquél y su padre Oreste, le encargaban cobranzas, mediante un mandato, la
modalidad, era que ellos le proporcionaban los elementos a cobrar. Añadió
que, redactó también algunas escrituras para ellos, como prendas sin
desplazamiento, sociedades y compraventas.

Indicó que, en Mayo del año 2006, le encargaron la cobranza de letras


adeudadas por el señor Padilla, que sumaban alrededor de 27 millones. Inició
el juicio ejecutivo, en Carahue, oponiendo excepciones el deudor, entre ellas la
nulidad de la obligación, argumentando que había pagado en la cuenta
corriente de Mora y Cía. Se realizó un peritaje y se determinó que existía la
deuda, además alegó que Mora le estaba cobrando dos veces. La sentencia de
primera instancia rechaza la oposición. En junio o julio de 2008, se iba a
realizar el remate; finalmente el 20 de Octubre de ese mismo año, se
materializó el mismo. Señaló que, a causa de las publicaciones, su hermano le
señaló que quería participar. Días antes del remate, le indicó a Orestes Mora
que la subasta se iba a realizar, quien le señaló que no le interesaban las
parcelas sino el dinero; lo mismo se le dijo a Miguel Ángel González García, por
cuanto necesitaba el dinero para pagar a Soquimich. Fueron al remate y sólo
participó su hermano, representado por el abogado Pablo Sanhueza. Indicó
que en menos de una semana se consignó el dinero. Aquel día vio a la salida
del Tribunal a Orestes Mora, quien junto a su hijo Marcelo, lo trajeron a
Temuco, no representándole nada respecto del remate.

Añadió que el señor Padilla incluso, interpuso una querella por estafa
en contra de Orestes Mora, diciendo que esa deuda no existía. Negó que el
primero haya ido a su oficina y que el año 2009, intentó la nulidad de la

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transferencia de las parcelas. Hizo presente que, incluso luego de este remate
siguió asesorando al señor Mora, lo que es contradictorio con la circunstancia
de haber sido engañado.

En relación con el hecho dos, manifestó que en Junio del año 2010,
Mora y Cía., le encargó, redactara una prenda sin desplazamiento de
sementeras, para garantizar en forma general, las deudas de Rhodas
Inversiones S.A. con Mora.

En diciembre del año 2010, apareció un aviso de la causa “Scotianbank


con Rhodas Inversiones”, en el que se comunicaba el remate del predio “María
Yolanda” sobre el cual se tenía la prenda de sementeras. Hizo un llamado a
Rodrigo Mora informándole de aquello, fue así que, luego sostuvieron una
reunión con el mencionado y Claudia Cortés. Le advirtió que el remate afectaba
el inmueble y no las sementeras. A su turno le indicaron que Rhodas
Inversiones S.A. tenía cheques en garantía, pero Rodrigo Mora le aseveró que,
no era de la opinión de protestar los mismos, por cuanto estaba pendiente su
fecha de pago. Días después, supo que el abogado de Rhodas suspendió el
remate y le avisó a quienes estaban interesados, entre ellos su padre.

El día 20 de enero del año 2011, el abogado Figueroa lo llamó para


decirle que el remate iba, les notició de ello a su padre y a otras dos personas
interesadas. Sólo su padre fue como postor; en el remate el abogado del
Banco hizo la primera postura, luego su padre la mejoró en mil pesos. Ese
mismo día el ejecutante accionó de nulidad. Al día siguiente llamó a Rodrigo
Mora, le comunicó que se hizo el remate, pero que la prenda seguía vigente.
Días más tarde, Orestes Mora, le comunicó que Rhodas había empezado a
cosechar y le aconsejó verificar la información y eventualmente denunciar.
Negó que le hayan encargado acción alguna por una infracción a la Ley de
Prendas. Recién en Abril, Mora apareció con los cheques protestados, por algo
así de más de cien millones de pesos, le recomendó algunos abogados, por
cuanto su padre se había adjudicado el predio. Indicó en este punto, que
siguieron trabajando con Mora hasta el año 2011, en que un abogado de
Santiago le dijo que habían perjuicios.

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Preguntado por la Fiscalía, señaló que el año 2007 su oficina estaba
en calle Manuel Montt N°850 oficina 402; indicó que el abogado Pablo
Sanhueza, era empleado de la oficina. Dijo que le manifestó a Rodrigo Mora
que, su hermano estaba interesado en participar del remate, pero este le
señaló que su padre sólo quería el dinero. Apuntó que, los encargos de
cobranza se hacían mediante una carta u oficio; los demás, eventualmente por
una llamada, pero siempre con una constancia escrita. Afirmó que sus
honorarios se le pagaban al final del encargo, mediante una boleta.

Apuntó que el 20 de octubre del año 2008, conversó con Orestes Mora,
luego del remate. Entiende que, este último, fue a ver qué pasó al Tribunal de
Carahue.

En cuanto a lo de Rhodas, señaló que no sabía, en junio del año 2010,


el monto de las deudas que dicha sociedad tenía con Mora. Se enteró del
remate “Scotianbank con Rhodas”, en Diciembre de ese año. Mencionó que
quien representaba a la sociedad Mora y Compañía, era el señor Orestes Mora.
Reveló que Mora le otorgó un mandato judicial que le permitía cobrar
judicialmente por la sociedad.

Señaló que el Fundo María Yolanda, tenía una estimación de sobre 370
millones de pesos. Afirmó que luego del remate, le pidieron, a su padre, que el
predio volviera a Pedro Pablo Diez, por cuanto había amigos en común. Este lo
hizo, con la condición de que se pagara a los acreedores; se hizo, en alrededor
de 500 millones de pesos. Negó haber intervenido en estas gestiones.

Preguntado por el querellante, señaló que Rhodas tenía una deuda con
Coagra, que lo llevaba otro socio de la oficina Miguel Ángel Gonzalez García.

Hacia el final señaló que estaba todo dicho.

OCTAVO: Convenciones probatorias. Que, los intervinientes no


pactaron convenciones probatorias al tenor del artículo 275 del Código Procesal
Penal, con todo y a pesar de ello, no fueron rebatidas en juicio las siguientes
cuestiones fácticas:

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a) Que, el acusado es abogado.
b) Que, el mismo prestó servicios jurídicos a la sociedad Mora y Cía.
Ltda., desde el año 2000 hasta el año 2011.
c) Que, el encausado estuvo a cargo de demandas a Víctor Padilla ante
el Juzgado de Letras de Carahue, por la suma de 27 millones de
pesos.
d) Que, el día 20 de Octubre del año 2008 ante dicho tribunal y en la
causa caratula“Mora y Cía. Ltda. con Padilla”, rol 12.623-2006, se
remataron dos parcelas del ejecutado ubicadas en el sector Pancul,
las que se adjudicó el hermano del encausado.
e) Que, el ejecutado redactó un contrato de prenda sin
desplazamiento, sobre las sementeras que Rhodas Inversiones
poseía en el Fundo María Yolanda ubicado en la comuna de Victoria,
lo que aconteció en Julio del año 2010.
f) Que, a contar de julio del año 2010 se tramitó ante el 3° Juzgado
Civil de Temuco la causa Rol 5292-2010, juicio ejecutivo hipotecario
según la Ley general de bancos, caratulado “Banco Scotiabank Chile
con Rhodas Inversiones S.A.”,
g)  Que, en horas de la mañana del día 20 de Enero de 2011 en
dependencias del aludido Juzgado y en la causa referida, se llevó a
efecto el remate del Fundo “María Yolanda, en donde compareció
como único oferente el padre del acusado Hernán Mauricio
Gotschlich Werner, quien asesorado legalmente por aquél se lo
adjudicó en $370.001.000.
         NOVENO: Prueba de cargo. El Ministerio Público de las siguientes
probanzas:

I.- Testimonial: Prestaron declaración en juicio las siguientes personas:

1.-Oreste Alberto Mora Silva, casado, empresario, de 68 años de


edad, quien señaló que es distribuidor de productos agrícolas desde el año
1982. Indicó que la empresa vende con créditos, acepta documentos y
cheques. En cuanto a los plazos, ellos dependen de la compañía que los

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proveen. Al atrasarse en los pagos un cliente, son ellos los que tienen que
pagar al proveedor.

Mencionó que al acusado lo conoce desde al año 2000, y estuvo con


ellos hasta el año 2011. Los asesoró en forma integral, en materias como
prendas sin desplazamiento y todo lo que tuviera que ver con la profesión que
él ejerce. Indicó que aquel tenía un mandato amplio para operar,
especialmente para cobranza. Se comunicaban en forma verbal y por correos
electrónicos, pero como sostuvieron una relación de varios años, primaba lo
primero. Se le cancelaba trabajo a trabajo efectuado.

En cuanto al señor Padilla, este tenía un crédito de 28 millones de pesos,


por ello, recurrieron al acusado para cobrar aquello. Tenían una hipoteca de
dos parcelas, en Pancul, Carahue y eso fue lo que se cobró. La cobranza
terminó en un remate el 20 de Octubre del año 2008, salieron varios avisos; el
día del remate lo llevó un auto del estudio del encartado, al Tribunal del lugar
mencionado y allí estuvo con él. Le impresionó que en el Juzgado no hubiera
nadie. Días antes, había conversado con él diciéndole que tenía interés en
rematar las dos parcelas para recuperar el dinero. Al no haber nadie, le dijo
que quería rematarlas; le añadió que había un postor y que una vez hecha la
subasta el mismo le informaría. Quería recuperar el capital. Luego, se le
informó que el hermano del abogado se había adjudicado el bien. Llegó muy
bajoneado por eso a su trabajo, por cuanto, pudo haber accedido al remate y
haber recuperado de inmediato el capital que estaba cobrando. Afirmó que,
continuó con él acusado, por cuanto tenía una serie de procesos en esta región
y en la octava.

Señaló que esto le acarreó como perjuicio que se vio impedido de actuar
en el remate y no obtuvo los recursos del crédito que estaba cobrando, ya que
recién se le pagó en los años 2009, 2010 y 2011.

En relación con Víctor Padilla, se enteró que este trató de pagar


directamente al encartado el crédito, de ello tomó noticia, posteriormente, por
sus nuevos abogados.

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En cuanto a Rhodas Inversiones, señaló que estaba a cargo de ello su
hijo Rodrigo Mora; manifestó que estando su hijo de vacaciones se le informó
que se estaba cosechando en el Fundo María Yolanda; por ello se comunicó con
su abogado, para que intercediera; quien le señaló que llamaría a Carabineros.
En el año 2008 ó 2009, se hizo la prenda sin desplazamiento sobre ese predio.
Se caucionó por 120 millones aproximadamente. Indicó que sabe que el Fundo
María Yolanda, fue rematado por el padre de su abogado, Hernán Gotschlich, lo
supo en la oficina del acusado. Lo que lo produjo mucho perjuicio, por cuanto
no podían cobrar, ya que perdieron la prenda sin desplazamiento y no pudieron
interponer la tercería. Afirmó que Rhodas le canceló lo adeudado, a menos de
un año del remate; con todo, nuevamente tuvieron que cancelar ellos, en su
minuto, la deuda de la empresa.

Señaló que su abogado no le dio mayores explicaciones.

Preguntado por la querellante, apuntó que fue a Carahue porque tenía la


intención de rematar las parcelas. Indicó que recibió 40 millones por el juicio
mencionado.

Contraexaminado, señaló que es representante legal de Mora y Cía. e


integra el departamento de cobranza de la misma. En materia de cheques,
admitió que ellos se podían renegociar. Indicó que Mora, no trabajaba con
otros abogados que no fuera el acusado, al margen que el mismo le
encomendara gestiones de ellos a otros. Admitió que también se comunicó con
Miguel González. En punto a la cobranza de cheques, se hacía con una carta,
en la que se le enviaban los documentos.

Señaló que en el rubro agrícola no se estila, en general, adjudicarse los


predios, salvo que no hubiera postor. Reiteró que, para el caso de las parcelas,
días antes, le indicó-al imputado- que quería rematar las hijuelas e indicó que,
el día anterior, al remate de Carahue se comunicó con el acusado.

Añadió que el pago de aquello de Carahue se le canceló con cheques del


Banco Estado, es decir, desde el tribunal.

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Reseñó que conoce a Raúl Villagra, quien es un funcionario de Soquimich
y también a Marcela Concha. Mencionó que, en cuanto a los cheques a fecha,
es posible admitir prorroga, de contrario se deposita en la fecha convenida.
Luego de ello, se conectan con el cliente y pasado un tiempo, lo envían al
departamento jurídico. La decisión de pasarlos los cheques, es del
representante legal. En el caso de Rhodas las citadas decisiones las tomó
Rodrigo Mora.

2) Víctor Padilla Vergara, persona de 70 años de edad, agricultor,


quien mencionó que fue cliente de Mora y Cía. Ltda., le compraba fertilizantes;
producto de ello, puso en garantía un campo, eran unas parcelas del sector
Pancul, de la comuna de Carahue, eran 70 hectáreas. Recuerda que no pudo
pagar, le llegó una notificación del acusado y fue a su oficina, pero éste no le
aceptó el arreglo; en una segunda vez, fue con el dinero, pero no hubo
manera. Recordando señaló que esto aconteció a fines del año 2006, la deuda
era de 27 millones. Narró que aproximadamente en Mayo del año 2007, fue a
una oficina del Edificio las Raíces ubicada frente al Banco BBVA, en tres
ocasiones; la primera trató de arreglar el crédito, luego fue con la plata, pero
no se la quiso aceptar, por último lo echó de su oficina.

Indicó que cuando fue a la oficina del imputado no tenía un abogado.


Manifestó que sus parcelas valían alrededor de 200 millones. Finalmente el año
2008, fueron rematadas las mismas. Luego supo que Rodrigo Gotschlich, el
hermano del abogado, se las adjudicó. Añadió que intentó recuperar las
mismas, pero Rodrigo le pedía $270.000.000.

Contraexaminado señaló que, la oficina estaba en calle Bulnes, en el


quinto o sexto piso. Señaló que, luego fue su abogado Armin Castillo, y
reconoció que debía los 27 millones. Indicó que desconoce si su abogado
presentó una querella criminal. Aseveró que ignora si con lo de sus parcelas se
pagó la deuda total con Mora y Cía. Apuntó que no fue al remate de sus
parcelas porque su abogado no le dijo el día del remate. Menos le informó el
mismo que podía pagar en el Tribunal.

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Señaló que conoce a Orestes Mora, por cuanto a él le compraba
fertilizantes en Lautaro, pero en verdad, luego rectificó que más bien conocía
al vendedor que lo atendía en ese lugar. Aseveró que, conoce a Francisco
Muñoz, abogado del señor Mora. Señaló que, además de haber ido a la oficina
del acusado, lo conoce por intermedio de su padre Hernán quien tenía una
oficina de corretajes.

Contrastado con una declaración fiscal de 12 de abril del año 2012,


aseveró que fue a conversar con el acusado, con un vale vista que tenía.

Consultado por el querellante indicó que posee cuarto básico, y estudio


en una escuelita básica.

3.- Rodrigo Mora Baeza, ingeniero agrónomo de 46 años de edad,


señaló que posee una sociedad de venta de insumos agrícolas, actualmente es
Gerente General de la misma; hasta el año 2011 era el gerente comercial,
conoce al acusado, era abogado integral de la empresa, tenía poder amplio
para defenderlos. Se relacionaban por vía telefónica y vía correo. En relación
con Rhodas Inversiones, manifestó que le vendía insumos a Pablo Diez.
Recuerda que el año 2010 tuvo problemas de pago. Le expusieron el tema al
encartado y les asesoró cómo tenían que hacer la cobranza. Sugiriéndoles que
pusieran una prenda sin desplazamiento sobre las sementeras, lo que hicieron.
La que no se pagó, ya que Diez cosechó y vendió a terceros. Además, no le
pagó la deuda que era de 103 millones de pesos aproximadamente, más 30
millones por concepto de una factura de secado.

Aseveró que el campo de Diez salió a remate y se quedaron sin nada


que cobrar. Mencionó que se especulaba en el año 2011, hacia Diciembre que,
Scotianbank iba a rematar el fundo. Se enteró de dicho remate por diversos
medios, incluso el encartado se lo señaló. Supo que se iba a rematar en Enero
del año 2011. Indicó que se adjudicó el Fundo el padre del acusado; luego en
Febrero del año 2011, también el acusado le ratificó ello y le pidió reserva.
Admitió no estar seguro de los años que mencionó.

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Antes del remate, supo que su padre, llamó al encartado para informarle
que Diez había comenzado la cosecha. Además puntualizó que antes de la
cosecha se comunicó con el encartado y luego supo por el diario de la
proximidad del remate. Indicó que, en todo caso, el acusado le indicó que no
se preocupara por lo que acontecía con el predio Maria Yolanda; no pudiendo
luego en definitiva interponer una tercería.

Manifestó que su objetivo era cobrar el crédito, a través de los granos de


la cosecha y luego cobrar los cheques.

Indicó que sólo se enteró del remate de Scotiabank por el señor Ponce,
nunca supo del juicio y eso le perjudicó en que no pudieron participar del
remate, ni interponer tercerías y sólo cobraron además en agosto del año
2012.

Posteriormente al 21 de Febrero del año 2011, cuando ya estaba


rematado el campo, se encontró en una Copec de Victoria, con Pablo Diez,
quien le comentó que pensaba que tenía que pagar en el Tribunal 175 millones
de pesos para revertir la decisión de remate.

Aseguró que los cheques fueron protestados por falta de pago, y se


reunieron con el acusado, éste le indicó que no podría cobrar por cuanto su
padre estaba involucrado, y les recomendó a Carlos Fuentes, pero dicho
letrado no pudo hacer la gestión por cuanto los cheques tenían domicilio del
librador registrado en Santiago. Señaló que, el 30 de Marzo del año 2011, se le
hizo entrega el acusado de los documentos. Manifestó que tenían una
confianza plena con el acusado, por cuanto los asesoró por diez años.

Preguntado por la querellante, indicó que “no deban un paso sin que los
asesorará el encartado”; señaló que no cobraron los cheques anticipadamente,
por cuanto la empresa no tiene esa política. Añadió que el señor Diez además
le debía 30 millones por secado de trigo.

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En cuanto a la pérdida de 130 millones, señaló que perdieron casi 60
millones de pesos por no haber tenido el dinero dentro de tiempo. En punto a
lo del señor Padilla, estimó la pérdida, en 40 millones de pesos.

Indicó que se le entregó la cobranza judicial de Rhodas, tanto por cuanto


debía estar atento a que se pagará dicho dinero, y luego por la entrega de los
cheques. Esta cobranza se hizo cuando se le entregaron los cheques.

Contraexaminado, indicó que la sociedad no tenía otro abogado, sí sabe


que la oficina del acusado tiene otros abogado y admitió conocer a Miguel
González. Precisó que la deuda de Rhodas también estaba documentada con
cheques, tres o cuatro, el último a la fecha de 31 de Marzo del año 2011.
Expresó que los cheques fueron depositados el 4 de Abril de ese año y se
protestaron, por petición del señor Diez.

Indicó que la cosecha de la siembra del Fundo María Yolanda, se ejecutó


en Febrero del año 2012.Manifestó que en Victoria existe una oficina de su
compañía. Señaló que no es criterio de la familia el de adjudicarse predios de
los clientes, pero en este caso, era mucho el dinero involucrado, de manera
que, si hubieran podido hacerlo. Puntualizó que no se han adjudicado predios
de sus clientes en estos años de funcionamiento de la empresa.

Reiteró que luego del 4 de Abril del año 2011 se enviaron los cheques
para su cobro.

Indicó que para el caso, se dejaron los cheques de Diez, para que
figuraren en la contabilidad. Refirió que en definitiva, los cheques fueron
cobrados en Santiago, pero fueron pagados por 103 millones de pesos, dinero
que recibieron en Agosto del año 2012.

4.- Pablo Ponce Toledo, ingeniero comercial de 43 años, señaló que


trabajó en Mora y Compañía desde mayo del año 2001 hasta el año 2009.
Indicó que sabe que el acusado llevaba los asuntos legales de la empresa. Se
comunicaba con la organización mediante teléfono y correos electrónicos.
Indicó que a Víctor Padilla lo conoció el año pasado. Supo que a él le

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remataron el año 2008 un campo, y le comentó que intentó contactarse con
dos ocasiones con Orestes Mora y Rodrigo Mora. En su oficina el señor Padilla
le dijo que fue en varias oportunidades a la oficina del acusado, pero nunca
pudo llegar a los señores Mora. Mencionó que las parcelas de este señor, valen
180 millones, ya que son 60 hectáreas; las mismas que fueron rematadas en
40 millones por el hermano del acusado.

En cuanto al hecho de Rhodas, indicó que este era un cliente importante,


su bien más valioso era el Fundo María Yolanda, con buenas instalaciones, de
alrededor de 400 hectáreas, ubicado al lado de la carretera, estimó que su
valor comercial, es de más de 800 millones de pesos. Supo que, el predio iba a
salir a remate por Scotianbank, y que se lo adjudicó el padre del acusado en
300 millones de pesos.

Contraexaminado, señaló que Orestes Mora está en el rubro agrícola


desde el año 1974 y su empresa a nivel local maneja a lo menos el 30% del
mercado de químicos. Indicó que Pablo Diez tenía una deuda con Mora y
documentos que vencía el 31 de Marzo de 2011. Precisó que la cosecha fue en
Febrero de ese año. Indicó que Pablo Diez, no avisó que iba a cosechar, esto la
sabe por cuanto él mismo se lo dijo.

5.- Magaly Alejandra González Cretton, abogada, de 38 años de


edad, casada, run 10.697.503-5, domiciliada en Lagos 750, Victoria. Señaló
que Pablo Diez es cliente suyo desde hace 15 años. Supo del remate del predio
María Yolanda por cuanto un ejecutivo de Copec se lo mencionó, ya que se
encontraban en tratativas con dicha sociedad para venderles precisamente un
retazo del predio mencionado. Ante ello se puso en contacto con su cliente y
este le dijo que, en efecto, el remate estaba para el 20 de Enero del año 2011,
pero que estaba paralizado, por cuanto, Marco Chesta, había interpuesto un
incidente. Es más incluso el día 20 de ese mes y año este último, le confirmó,
en la mañana que no había remate. Con todo su padre, le informó que había
ocurrido una desgracia, ya que le habían rematado el campo al señor Diez.
Posteriormente, llamó a Marco Chesta y este le indicó que pasó cerca de la una
de la tarde al Tribunal y allí le informaron que el remate se había efectuado,

30
por cuanto el incidente de Cristián Figueroa, se resolvió en la mañana y eso
posibilitó la subasta.

Menciono que el avaluó comercial del predio eran 1600 millones de


pesos, por 404 hectáreas. Indicó que, el día 20 de Enero del año 2011, en
horas de la tarde, se le informó de parte de Marco Chesta que se había
rematado el campo. Más adelante los hijos del señor Diez, le solicitaron una
entrevista. Se enteró dos días después de la subasta del nombre del
rematante, Hernán Gotschlich; Añadió que Marco se entrevistó con el hijo del
mismo, el que accedió a reunirse con ellos; en efecto se reunieron, ella, Marco
Chesta y el acusado, con todo se propusieron diversas alternativas. El acusado
participaba de las reuniones como asesor del adjudicatario. Con todo, la familia
Diez Domke, le planteó que debían recuperar el campo, así que en una
segunda reunión se lo señaló al imputado, por lo que le solicitó cifras. Más
tarde éste, telefónicamente, cerca del 15 de Febrero del año 2011, le indicó
que la recuperación del campo implicaba un costo de 800 millones de pesos,
por lo que le señaló que no era posible atendido el precio y declinó seguir
negociando. Supo por su cliente, que unos amigos de él, los señores Esturillo y
Widmer le iban a ayudar, por cuanto había incomodidad entre los agricultores
por la fecha del remate, que corresponde a una de cosecha. Seguidamente el
señor Pablo Diez, la llamó y le indicó que existía posibilidad de arreglo y que
ello consistiría en que, el campo podía ser adquirido en 550 millones de pesos,
pero que Hernán Gotschlich pedía, de dicha cantidad, libres 170 millones, pero
que se le iban a pasar libremente las hectáreas que estaban negociando con la
Copec. Afirmó que en todas las negociaciones, el acusado, actuó como asesor
de su padre.

Indicó que, finalmente se hizo una promesa de compraventa para


materializar el acuerdo anterior, y a cambio Marco Chesta debía desistirse de
los incidentes de nulidad del remate. Puntualizó que el precio era
aproximadamente de 550 millones de pesos. Concretamente, aseveró, Hernán
Gotschlich ganó 170 millones de pesos, y fue representado por el encartado.
Señaló que el acusado le hizo presente que, para su padre, el remate era un

31
buen negocio pero que, igualmente ejecutó una buena acción al devolverlo ya
que puso como garantía que Pablo Diez debía pagar a sus acreedores.

Afirmó que, en Abril del año 2011, tomo conocimiento respecto de que
Pablo Diez tenía una deuda de Mora y Cía. Respecto de ella, señaló, se trató de
pagar directamente, una vez vendidos los terrenos a la Copec, pero el abogado
Muñoz no aceptó; así que se pagó directamente en el Tribunal.

Señaló que a la fecha del remate, es decir, el 20 de Enero del año 2011,
no sabía que había una prenda sin desplazamiento sobre la siembra de los
terrenos del señor Diez, pero luego supo que su cliente le habría enviado una
carta al señor Mora informándole que comenzaría la cosecha de la misma.

Preguntada por el querellante, reiteró que supo que el remate del día 20
de Enero estuvo suspendido. Señaló que luego del remate se constituyó la
sociedad Santa Juana, para explotar el campo comercialmente hasta la entrega
del mismo y se le pidió a ella formar parte de la misma y quedó formada, dicha
persona jurídica, por ella y un hijo del señor Diez. Adicionó que la sociedad “El
Cortijo” se formó para la venta de Copec, aportándose el lote cinco que fue
vendido por Hernán Gotschlich a su cliente y el patrimonio de la sociedad
anterior.

Contraexaminada señaló, que Pablo Diez, era un cliente frecuente de


su oficina y su sociedad era eminentemente agrícola. Indicó que Mora y Cía.,
también fue cliente de ella, entendiéndose con Orestes Mora y Rodrigo Mora.
Para las cobranzas judiciales, le enviaron los cheques protestados, mediante
una carta, esto aconteció más o menos los años 2009 y 2010. En abril o Mayo
del año 2011, Luis Francisco Muñoz, la llamó para ver la solución de una deuda
de unos cheques que sumaban 103 millones de pesos. Ante lo que le solicitó
plazo para el pago. Indicó que luego supo que el señor Muñoz le ofrecía
recuperar el campo de Diez, sin tener que pagar nada a los Gotschlich.

Aseveró que se intentó pagar los cheques que se adeudaban a Mora


directamente a Luis Francisco Muñoz, por intermedio de la señora Domke,
planteándose que se pagarían 75 millones y el abogado escrituraría una minuta

32
de pago, lo que no prosperó. Con todo al día siguiente consignaron 103
millones de pesos en el Tribunal, ello en el mes de Agosto.

Indicó que en esa época se interpuso una acción por depositario alzado
por la cosecha que se hizo en el predio María Yolanda, en contra de Pablo Diez;
dicha acción fue sobreseída por cuanto los hechos no eran constitutivos de
delito, la defensa del imputado, estuvo a cargo de Marco Chesta.

Reseñó que Pablo Diez informó a Mora y Cía., mediante una carta, que
iba a cosechar en el Fundo María Yolanda, la misma la vio ya que su cliente se
la remitió. Indicó que los cheques de su cliente fueron protestados en Marzo
del año 2011 aproximadamente.

Indicó que Sergio Contreras y Luis Muñoz, le enviaron una misiva


anunciándoles la interposición de una acción criminal, en su contra, por estafa
por 21 mil UF y además de una acción de depositario alzado. Refirió que su
cliente no conocía ni al acusado ni a su padre añadiendo que señor Hernán
Gotschlich solicitó que su cliente pagará a sus acreedores.

6.- Jorge Vladimir Rodríguez Meier, empresario agrícola, de 66 años,


run 4.596.232-6, casado domiciliado en Phillippi n° 712 de Temuco. Indicó
que, conoce al acusado hace aproximadamente 10 años, lo ha asesorado en
distintos negocios. Se enteró del remate del Fundo María Yolanda, a través de
la prensa. Recortó el aviso y fue adonde el imputado para que le hiciera un
informe; él le dijo que estaba todo saneado y que se podía participar del
remate. Pasaron los días y conversaron en su oficina por cuanto se suspendió
el remate. El día de remate lo llamó en la mañana, como a las 09:30 hrs,
diciéndole que se iba a efectuar la subasta. Pero no tenía disposición de correr
y no alcanzaba a sacar el vale vista. Con todo, le ofreció a ayudarlo a agilizar
la emisión del documento bancario. Señaló que sabía que el propietario del
Fundo a rematar era Pablo Diez, con quien no tenía deuda ni menos él le
debía. Negó haber tenido relación con su empresa Rhodas Inversiones S.A.
Precisó que le interesaba el campo, por cuanto, el valor no era alto, además
que estaba a orillas de la carretera.

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        Contraexaminado, señaló que el precio final de los bienes rematados
depende de la cantidad de postores. Indicó que el imputado le dijo que otros
de sus clientes también estaban interesados, uno era René Puig y, el otro, su
padre.

7.- Pablo Andrés Sanhueza Muñoz, abogado de 32 años, casado, run


13.814.504-2, domiciliado en Las Cascadas n° 2020 de Puerto Montt. Señaló
que desde Marzo del año 2008 hasta el año 2009 prestó servicios en la oficina
del acusado. En el lugar también trabajaban los abogados Tenorios y González
García. Prestaba servicios bajo dependencia y subordinación, se le encargaban
diligencias, precisamente lo hacían los abogados señalados y el encartado.
Respecto del juicio “Mora con Padilla”, afirmó que fue con el imputado, en un
vehículo hasta Carahue y concurrieron hasta el Juzgado el día 20 de Octubre
de 2008. Al remate entraron Cristian y él. El único postor era él, se adjudicó
unos predios para un hermano del acusado de nombre Rodrigo. Señaló que el
10% de la caución se la entregó el imputado, eran cuatro millones de pesos,
en efectivo. Antes de ir a Carahue, le indicó que lo acompañara a un remate y
que le serviría para aprender de los mismos. Apuntó que posteriormente hizo
algunas presentaciones en el mismo juicio.

Contraexaminado, indicó que la oficina del acusado está ubicada en el


Edificio Fourcade en calle Manuel Montt a la altura del 800. Preciso que antes
de llegar a Imperial, el vehículo del encartado se dañó y tuvieron que continuar
en taxi. De regresó los trajo el señor Mora, al parecer el nombre del mismo es
Oreste. En el trayecto conversaron de manera normal, no hubo ninguna
discusión.

Puntualizó que se enteró de que debía rematar a nombre del hermano


del acusado, estando en la subasta y que la instrucción para proceder de dicha
manera le fue dada por Cristián Gotschlich.

8.- Ramón Marcelo Labraña Véjar, abogado, de 42 años, casado, run


10.662.655-3, domiciliado en Manuel Bulnes 699 oficina 301 de Temuco. El
que puntualizó que en el mes de mayo del año 2011, fue contactado por Nora

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Villalobos, para efectuar gestiones para un cliente que era Mora y Cía., ello
consistía en contactar al acusado por cuanto querían que él fuera a Santiago
debido a un problema producido en la cobranza de Rhodas Inversiones. Se
refería a una adjudicación en remate de una propiedad. En efecto señaló que
se reunió con el encartado en un café de esta ciudad, el día 13 de mayo del
año 2011, también asistió Miguel Gonzalez García. Indicó que se extrañaba
que con una acreencia de un cliente del acusado se haya rematado un bien de
un deudor conocido; además que, el imputado no había realizado la gestión de
cobro de unos cheques por cuanto representaba a su padre. En la reunión, el
acusado le señaló que no estaba disponible para ir a Santiago. Luego de ello
emitió un informe y se le encargó averiguar sobre el remate “Scotiabank con
Rhodas”. Señaló que en junio del año 2011 Mora y Cía., le otorgó mandato a la
señora Villalobos. Con ella se gestionó una entrega de la información del
cliente Mora y Cía. Ltda. hacia la señora Villalobos; finalmente ello se entregó
de parte de Miguel Gonzalez García, pero era muy escueta, ya que sólo
consistía en una hoja de oficio, sin ningún estado procesal y sin mayores
datos. Y la documentación entregada sólo eran cartas de Mora a los deudores.

Preguntado por el querellante, señaló que la prenda sin desplazamiento


la redactó el encartado y su fecha es de septiembre de 2010. Precisó que el
Fundo María Yolanda, valía comercialmente sobre 3000 millones de pesos.
Indicó que supo que Rhodas debía cerca de 130 millones de pesos a Mora.
Puntualizó que conoció al señor Víctor Padilla y este le mencionó que, había
sido cliente de Mora y tuvo una deuda con ellos y que intentó comunicarse con
el abogado de Mora, el imputado, con plata en mano y que fue rechazado.

Contraexaminado, indicó que a la fecha del remate del predio María


Yolanda los documentos de Mora eran exigibles. Le consta que, los cheques
que respaldaban la deuda de Rhodas fueron emitidos el año 2009 y
reemplazados por otros el año 2010. Indicó que habían cheques girados con
fechas anteriores al 20 de Enero del año 2011, es por eso que piensa que era
exigible la deuda.

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9.- René Emilio Puig Echavarri, agricultor, de 58 años de edad, run
7.081.963-5, quien expresó que, conoce al acusado hace 15 años, porque es
amigo de la suegra de él. Hace muchos años él le hace las escrituras y son
amigos. Del remate del fundo María Yolanda se enteró por un aviso del diario,
eso hace más de un año y tomó el recorte del diario y se lo llevó a él, para que
le estudie los papeles. Su expectativa era rematar el campo; de acuerdo al
informe estaba todo en orden, pero le indicó, en días previos a la subasta, que
no iba el remate. Luego, lo llamó una hora antes del remate, el mismo día,
pero ya no alcanzaba a sacar el vale vista, por lo que no pudo asistir, ya que
menos estaba en la ciudad. El vale vista era, al parecer, por 20 millones.
Manifestó que le interesó el campo por cuanto estaba muy barato, ya que la
hectárea se remataba en un millón y comercialmente valía 3 ó 4 millones de
pesos. Conocía al dueño del terreno, era Pablo Diez, con quien no tenía deuda
alguna ni menos con su empresa. Menos él le debía ni su empresa.

Contraexaminado, afirmó que el imputado le había dicho que otros


clientes estaban interesados en el campo. El predio está en la carretera.

10.- César Humberto Rocuant Cornejo, Subcomisario de la PDI, run


12.634.401-5, domiciliado en Arturo Prat 019 Temuco.

Quien indicó que, diligenció una orden de investigar vinculada con


establecer la relación entre el señor Orestes Mora, es así que se entrevistó con
el mismo, quien le señaló que su abogado desde el año 2000 era el acusado, a
quien le encargaba la cobranza judicial de sus créditos; dicha relación se
mantuvo hasta el año 2011; precisó que la empresa Rhodas Inversiones era
cliente de Mora, y desde el año 2009, esta persona jurídica mantenía deudas
con aquel, y es por ello, que se le solicitó establecer una prenda sobre sus
siembras; con todo en diciembre del año 2010 Rhodas es ejecutada por un
Banco, y de ello tomó conocimiento el acusado, junto con su padre y otras dos
personas, quienes le solicitan investigar los antecedentes, los emite, pero no
incluye en ellos la indicación de que, sobre el predio figuraba una prenda sobre
el Fundo María Yolanda, de propiedad de Rhodas. El día 20 de Enero del año
2011, estando suspendido el remate, interpuso una incidencia el abogado

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Figueroa, logrando la realización del remate y se comunicó con el encartado
quien a su turno se comunica con los señores Rodríguez y Puig, los que no
pudieron asistir al mismo, empero su padre sí logró gestionar un vale vista y
asistir al Tribunal. De dicha manera, Hernán Gotschlich, fue acompañado del
acusado al remate, quien finalmente se adjudicó el predio.

Precisó que Mora le encarga la cobranza de Rhodas a través de la


redacción de una prenda y luego con los cheques. En junio del año 2010 se le
encargó la redacción de dicha garantía. Dijo que el abogado desarrollaba una
asesoría integral, es por ello que se le confió dicha confección jurídica. Señaló
que, el crédito no fue cubierto por Rhodas. Igualmente señaló que, la empresa
le comunicó en Febrero del año 2011 que la cosecha estaba siendo procesada
por el deudor al acusado. Finalmente, sólo en agosto del año 2011, le fue
pagado a la empresa los cheques de Rhodas.

Apuntó que los cheques que mantenía Rhodas con Mora eran por una
cuestión contable, ya que se debía reflejar el ingreso por el servicio prestado.
Indicó que Mora dejó de percibir dinero en tiempo, lo que es de mucha
importancia ya que necesitan flujo diario, ya que no tienen inversiones a
futuro.

Concluyó que el acusado, les privó de participar a su cliente Mora en el


remate ya que, era una oportunidad muy provechosa para ellos. Lo que le
generó a Mora un perjuicio comercial, ya que no ingresaron a sus flujos
económicos dineros en la época adecuada, sino meses después.

Contraexaminado, señaló que el acusado informó del remate a Rodrigo


Mora y este le encargó que vigilara dicha circunstancia, ello le constó por la
palabra del señor Mora. Indicó que recuerda que la familia Mora se acercó al
imputado en Marzo del año 2011 para encargarle el cobro de los cheques
protestados de Rhodas. Señaló que no estableció que necesitaba el acusado
para interponer una tercería de abogado. Dijo que el acusado y Mora se
comunicaban por diversos medios, por correo, fax o llamadas telefónicas.

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Indicó que, la familia Mora le señaló que por cada servicio se le pagaba al
acusado.

Precisando dijo que el abogado acusado, se enteró aproximadamente a


las 10:00 que el remate se podía hacer. Manifestó que la familia Mora le indicó
que no era bien visto que una familia que se dedica a proveer insumos
agrícolas participara en remates de predios agrícolas y ellos no estaban
interesados en participar del mismo, dicha información se la entregó Rodrigo
Mora.

Indicó que sólo tiene instrucción jurídica en el antiguo proceso penal.

11.- Marco Andrés Chesta Quiero, abogado, run 8.052.661-k, de 52


años, domiciliado en Antonio Varas n° 854, oficina 501, Temuco. El que
manifestó que, durante el año 2010 le encomendó su defensa en un juicio
“Scotiabank con Rhodas”; luego el año 2011, nuevamente lo defendió y le
señaló que su propiedad estaba embargada e iba a ser rematada el día 20 de
Enero del año 2011, ante ello solicitó la suspensión del remate. Con todo, la
reposición de la ejecutante que fue fallada el mismo día 20 de Enero, posibilitó
la subasta. Incluso consultó en la mañana, a las 09:30 hrs. con el Oficial
Primero, con todo al mediodía, le informaron que el remate se había
materializado; De esto le dio noticia a Magaly Gonzalez, abogada permanente
de Diez; Constató que el campo fue rematado por Hernán Gotschlich, padre del
acusado; Además, señaló que el mismo 20 de Enero planteó la nulidad del
remate, por defectos en la tramitación. Aseveró que, Pablo Diez pretendía
pagar su deuda con la cosecha del predio, lo que se iba a verificar en el feriado
judicial. Señaló que, en ese juicio se debían alrededor de 160 millones de
pesos.

Refirió que el encartado fue patrocinante de su padre en el juicio


referido. Adicionó que el remate se hizo en 370 millones de pesos; y
comercialmente el predio estaba avaluado en casi 2 mil millones de pesos.

Consultado por el querellante, apuntó que luego del remate conversó


con el imputado, para plantear si existía alguna forma de solucionar los

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problemas, incluso se reunió con él y Magaly González, en su oficina, en la
primera reunión él le planteó que podría dar plazo para la entrega del campo.
Hubo una segunda reunión de los mismos integrantes, sin resultados. Con
todo, supo que Pablo Diez, tomó contacto a través de otros agricultores con
Hernán Gotschlich, para recuperar el campo. También, entendió que, se logró
aquello, pagando Diez el crédito de Hernán Gotschlich y además 170 millones
de pesos. Finalmente, dijo que se desistió del incidente de nulidad del remate
por instrucción del señor Diez.

Contraexaminado, indicó que cinco o seis días antes del remate pidió su
suspensión.

Supo, en Abril del año 2011, que había prenda sobre las sementeras del
predio señalado, ello se lo informó Magaly González, quien le dijo que había
deudas a favor de Orestes Mora. La prenda garantizaba una deuda de Rhodas
Inversiones S.A. Afirmó que la deuda de Mora y Cía., se pagó, ya que en
Santiago se presentó una notificación de protesto de cheque y los
representantes de Rhodas pagaron; así en agosto del año 2011, la deuda
estaba solucionada. Supo que Mora accionó criminalmente en contra de Diez
por depositario alzado, con todo indicó que Diez, no fue formalizado por dicho
delito. La misma se interpuso el mismo día o al día siguiente del pago de los
cheques. Dijo además que el abogado de Mora, el señor Pizarro, no estaba de
acuerdo con los dineros consignados y le exigía una cantidad superior de
dinero. Expresó que, entiende que los cheques de Diez fueron protestados con
posterioridad al 31 de Marzo del año 2011 y que la subasta fue el 20 de Enero
de ese mismo año. Además, la prenda sin desplazamiento fue otorgada en el
segundo semestre del año 2010.

Indicó que el sobreseimiento de la querella de Mora y Cía. contra Pablo


Diez, se hizo por cuanto, los cheques originales se reemplazaron por otros, lo
que implicó novación y por cuanto no se hizo reserva de la prenda, siendo así
esta no subsistía y por lo tanto no se podía cometer delito; y de otro lado, los
cheques estaban pagados. Precisó que Mora no era parte del juicio Scotiabank
con Rhodas.

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Indicó que en el año 2012, se pagó el precio por parte de Diez respecto
de la recuperación del predio.

    II.-Prueba Documental: Se incorporaron mediante lectura resumida


los siguientes instrumentos:

1.-Certificado de título de abogado de Cristian Mauricio Gotschlich


Neumann, emitido por la Prosecretaria de la Corte Suprema de la República de
Chile, folio 27610, que da cuenta que el acusado fue investido del título de
abogado el 15 de marzo de 1999.

2.- Copia autorizada de la causa rol 12.623-2006, juicio ejecutivo


caratulado “Mora y Cía. con Padilla”, cuadernos principal y de apremio, del
Juzgado de Letras y Garantía de Carahue; Respecto del que se incorporó, por
parte del acusador, demanda ejecutiva en contra del señor Víctor Padilla de
fecha 29 de mayo del año 2006, en la que en lo principal comparece el
acusado, en representación de la sociedad Mora y Cía. Ltda. Cobrando siete
letras de cambio aceptadas por el demandado, por la suma total de
$27.976.465; y el acta de remate de fecha 28 de octubre de 2008, en donde
consta que, los bienes embargados al ejecutado fueron adjudicados por el
Tribunal al abogado Pablo Sanhueza, quien lo hizo, en representación de
Rodrigo Hernán Gotschlich Neumann, siendo este el único postor y por la suma
de $ 40.000.000.

De parte de la defensa, las siguientes piezas a) Un escrito de 7 de


Julio del año 2006, en el que el señor Padilla opone excepciones, entre ellas,
la falta de requisitos para que el título tenga fuerza ejecutiva, la nulidad de la
obligación, el pago de la misma, en que se expresa que las letras de cambio
estaban completamente pagadas al acreedor ejecutante. Además en el
segundo otrosí, objetó por falsedad intelectual, las siete letras de cambio, por
cuanto se expresó que eran falsas y estaban siendo objeto de investigación, en
un delito de estafa.

b) Foja 187, del cuaderno principal, en el que destacó un depósito


judicial por la suma de $ 36.000.000.

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c) Fojas 270, del cuaderno principal, de 7 de Abril del año 2009, en el
que Miguel Ángel Gonzalez García, por el ejecutante solicita girar cheque a
nombre de Mora y Cía. limitada.

d) Documento denominado planilla de giro de cheque, de fecha 19 de


Mayo del año 2009, en el que consta que se emitió a Mora y Cía. tres cheques,
uno por 36 millones, otro por $1.930.00 y un tercero por un millón quinientos
mil pesos. A fojas vuelta del mismo documento consta que los tres fueron
entregados con fecha 22 de mayo del año 2009.

3.- Copia de la causa rol n° 5292-2010, juicio ejecutivo caratulado


“Banco Scotiabank Chile con Rhodas Inversiones S.A.”, en sus cuadernos
ejecutivo, apremio y Tercerías, del Tercer Juzgado Civil de Temuco; Respecto
del que se leyó la demanda ejecutiva a nombre del Banco mencionado,
patrocinada por el abogado Cristián Figueroa Risopatrón en contra de Rhodas
Inversiones, accionando por la vía de la ejecución hipotecaria especial por una
suma aproximada a 1358 UF; acta de remate, de fecha 20 de Enero del año
2011, en el que consta que sólo comparece como postor Hernán Gotschlich
Werner, a quien se le adjudicó el Fundo María Yolanda, ubicado en la comuna
de Victoria, en la suma de $370.001.000. Y un escrito de 25 de Enero del
año 2011, en virtud del cual Hernán Gotschlich Werner consigna el saldo de
precio del remate y designa abogado patrocinante al acusado.

4.- Copia de la escritura pública de prenda sin desplazamiento


sobre las cosechas del Fundo “María Yolanda”, de Victoria, extendida ante el
Notario Humberto Toro Martínez-Conde el 22 de junio de 2010, por Orestes
Mora Silva y Pablo Diez González, cuya minuta fue redactada por el acusado,
Repertorio n° 2666-2010; la que precisa que Rhodas Inversiones constituye a
favor de Mora y Cía. Ltda., prenda sin desplazamiento sobre una siembra, a
título de garantizar las obligaciones que mantenga y contraiga con Mora y Cía.
Ltda. Más adelante, se expresa que la propietaria se obliga a no alterar o
modificar la siembra sin permiso previo de Mora y Cía. Ltda. De igual manera,
se expresa en la clausula séptima que, en caso de mora las obligaciones se
tendrán como exigibles. Citó además que, se otorgó mandato especial al

41
acusado para rectificar la escritura. Indicándose que la redacción del mismo
correspondió al encausado de estos antecedentes.

Por la defensa se citó, las siguientes clausulas: primera, en lo relativo a


la individualización de la siembra, ubicada en el Fundo María Yolanda. Además
del periodo de cosecha de dicha siembra, es decir Febrero del año 2011;
Quinta: En la que se menciona que Mora quedó habilitada para inspeccionar la
siembra y solicitar los antecedentes relativos a ello; precisando que el deudor
debía comunicar con antelación de quince días la fecha en que comenzaría la
siembra. En la misma se otorgó mandato mercantil irrevocable para que el
acreedor pudiera vender la siembra.

5.- Copia del cheque Serie TEA n° 1734551, de la cuenta corriente n°


10-70439-1 del Banco Bice, del cuenta correntista Hernán Gotschlich Werner,
fechado el 26 de enero de 2011, por la suma de $70.000.000.-, nominativo
para el acusado;

6.- Copia de la Boleta de depósito del Banco Security n° 0450078, de


27 de enero de 2011, por $70.000.000.-, para la cuenta E-0830887-01, a
nombre del acusado;

7.- Oficio de don Claudio Assadi Lama, agente Temuco del Banco
Security, de 10 de septiembre de 2012, que remite los documentos 5 y 6.

8.- Oficio de don Claudio Assadi Lama, agente Temuco del Banco
Security, de 01 de agosto de 2012, que remite documento que indica:
fotocopia de boleta de deposito N° 0450078 por setenta millones de pesos.

9.- Oficio n° 2.185, de 20 de junio de 2012, del Director jurídico de la


Superintendencia de Bancos e instituciones financieras, que indica información
sobre la existencia de cuentas corrientes del acusado, su padre y hermano, en
diversos Bancos;

10.- Copia autorizada del mandato judicial otorgado por Mora y cía.
Ltda. al acusado, extendida ante el Notario Humberto Toro Martínez-Conde, de
06 de agosto de 2009, n° de Repertorio 3306-2009; En que comparece Oreste

42
Mora, en representación de Mora y Cía. Ltda., y otorgó poder judicial amplio al
acusado y al abogado Miguel González García, para que represente
judicialmente o extrajudicialmente a la compañía, y en especial para obtener
del cualquier deudor lo adeudado.

11.- Copia de la cartola de movimientos de la cuenta corriente n° E-


0830887-01, del Banco Security, cuyo titular es el acusado, entre el 01 de
septiembre de 2008 hasta el 28 de noviembre de 2008; y entre el 01 de
diciembre de 2010 hasta el 28 de febrero de 2011, según autorización judicial,
con su oficio remisor; señalando que en ellos existe un depósito de 27 de
Enero del año 2011, por 70 millones de peses y con fecha 31 de Enero de ese
mismo año, prepago total mutuo hipotecario por $66 millones de pesos.

12.- Copia autorizada de la escritura de constitución de la


sociedad de razón social "Mora y Compañía Limitada", de 23 de octubre
de 1995, extendida ante el Notario Juan Loyola Opazo, inscrita en el Registro
de instrumentos públicos a fjs. 3030, n° 802 del año mencionado, conformada
por don Orestes Alberto Mora Silva, Mercedes Baeza Faúndez y Rodrigo
Enrique Mora Baeza; señalando que el objeto de la sociedad, es la compra y
venta de insumos agrícolas y su comercialización. En cuanto al uso de la razón
social, se hizo radicar en Orestes Mora Silva.

13.- Copia del mandato judicial extendido el 14 de abril de 2000


ante el Notario público de Temuco doña María Pilar García Echavarri, por Mora
y Cía. Ltda. al acusado, anotada en el repertorio n° 1515-2000; en que
comparece Oreste Mora Silva, en representación de la Cía., señalada le otorgó
mandato judicial amplio al acusado domiciliado en calle Manuel Bulnes 815,
oficina 602, de esta comuna en; a fin de que represente judicial y
extrajudicialmente a la sociedad, para cobrar crédito de la mismas, accionar en
virtud de ello, e incluso hacer presentaciones criminales, dentro de dicho
contexto.

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14.- Certificados de nacimiento de Rodrigo Hernán Gotschlich
Neumann y del acusado, respectivamente; en el que consta que el padre de
ambos, es Hernán Gotschlich Neumann.

15.- Copia de la carta del acusado en calidad de abogado dirigida a Mora


y Cía. Ltda., de 07 de noviembre de 2001, en el que informa de sus
gestiones profesionales en determinados asuntos jurídicos y judiciales de su
giro, más cobro de honorarios profesionales por sus servicios;

16.- Copia de la carta del acusado en calidad de abogado dirigida a Mora


y Cía. Ltda., de 22 de junio de 2006, en el que informa de cierta gestión
profesional, pidiendo pago de gastos asociados a la misma; en la que adjunta
boleta por $ 29.000 aproximadamente por gestiones en el Juzgado de Lautaro.

17.- Copia de la carta del acusado en calidad de abogado dirigida a


Mora y Cía. Ltda., de 03 de diciembre de 2003, en el que informa de cierta
gestión profesional, pidiendo pago de gastos asociados a la misma, relativo a
la suma de $88.000, vinculado con pago de receptor judicial;

18.- Copia de la carta del acusado en calidad de abogado dirigida a Mora


y Cía. Ltda., de 21 de noviembre de 2002, en el que informa de ciertas
gestiones profesionales, pidiendo pago de gastos asociados a la misma y
cobrando honorarios; Referida a prenda agrícola agraria de la sociedad Santa
Ana a favor de Mora y Cía. Con boleta de honorarios de $ 100.000 por la
redacción de la prenda y trámites de inscripción de la misma.

19.- Copia de la carta del acusado en calidad de abogado dirigida a Mora


y Cía. Ltda., de 31 de marzo de 2005, en el que informa de ciertas gestiones
profesionales, pidiendo pago de gastos de $ 4.000 por gastos notariales y otros
del Conservador de Bienes Raíces.

20.- Copia de la carta del acusado en calidad de abogado dirigida a Mora


y Cía. Ltda., de 24 de noviembre de 2004, en el que informa de ciertas
gestiones profesionales y solicita reembolso de gastos de receptor judicial;

44
21.- Copia de la carta del acusado en calidad de abogado dirigida a Mora
y Cía. Ltda., de 15 de junio de 2011, en el que informa de ciertas gestiones
profesionales, pidiendo pago de gastos asociados relativos a honorarios de
receptor judicial;

22.- Copia de la carta del acusado en calidad de abogado dirigida a Mora


y Cía. Ltda., de 13 de mayo de 2008, en el que informa de ciertas gestiones
profesionales, pidiendo pago de gastos asociados a la notificación efectuado
por un receptor judicial de la plaza;

23.- Copia de dos cheques del Banco Santander, cuenta corriente


n° 081-03-50958-3, del titular Rhodas Inversiones S.A.:

a) Serie 1 CU 0829636 519 por $15.150.582.- de 30 de marzo de 2009,


con su acta de protesto, por orden de no pago;

b) Serie 1 VC 0829722 058 por $32.692.290.- de 30 de marzo de 2009;

24.- Copia de tres cheques del banco BBVA de la cuenta corriente 0504-
0086-0100006773, del titular Rhodas Inversiones S.A. Serie AB0163, con sus
actas de protesto, números:

a) 077529-5, por $77.180.523.-, de 30 de marzo de 2011; con protesto


de 5 de Abril del año 2011.

b) 077522-9 por $18.160.959.-, de 30 de marzo de 2011; con igual


fecha de protesto.

c) 077530-8 por $5.682.067, de 30 de marzo de 2011; con idéntica


fecha de protesto. Todos extendidos para ser pagados a Mora y Cía. Ltda.

DECIMO: Prueba de la defensa. La misma se valió de las siguientes


probanzas:

I.- Testimonial, se escucharon las indicaciones de las siguientes personas:

1.- Cristián Figueroa Risopatrón, de 45 años de edad, abogado,


quien indicó que trabaja para diversos Bancos, aseverando que juicio de

45
Scotiabank con Rhodas, estuvo suspendido, durante el año 2009 y luego se
reanudó el 2010, eran tres juicios, pero el ejecutivo comenzó el segundo
semestre del año 2010, en el Tercer Juzgado Civil, se llevó sin defensa y
cuatro o cinco días antes del remate, apareció el ejecutado, quien interpuso un
incidente de nulidad por falta de emplazamiento, estando ya hechas las
publicaciones. Se pidió la suspensión del procedimiento por parte del Tribunal,
respecto de dicha resolución, se alzó por la vía de la reposición, tres días antes
del remate, eso aconteció aproximadamente el 17 de Enero del año 2011; con
todo el día 20 de Enero de ese mismo año se dejó sin efecto la suspensión; se
lo informó su secretaria como a las 10 de la mañana del día citado. Con ello
trató de llamar a algunos postores y su secretaria llamó a la oficina del
acusado como a las 10:15 hrs y el remate era a la 11:00 de la mañana. Señaló
que el encausado lo llamó días antes para ver si se iba a hacer el remate,
comunicándole que sí.

Indicó que, ese día concurrió al Tribunal y el acusado llegó con su padre
y hermano. A la hora del remate, no hubo más postores que Hernán
Gotschlich, quien entró con el acusado y su hijo. El mínimo del remate era 122
millones y algo más. Pero, su mandante tenía acreencias por 370 millones y lo
hizo presente. De manera que, el postor hizo una postura mayor,
adjudicándoselo Hernán Gotschlich. Indicó que en el juicio se habían
interpuesto tercerías de prelación por asuntos laborales. No hubo tercería por
una prenda sin desplazamiento.

Señaló que tenía prohibición civil para adjudicarse los bienes rematados,
por disposición del artículo 1768, la que excluye al padre y hermano. Indicó
que retiró los dineros en agosto del año 2012, es decir, luego de 20 meses.
Añadiendo que luego del remate, siguieron interponiéndose tercería. Reveló
que trabaja bajo mandato de los Bancos que son sus clientes. Indicó que para
cobrar se requiere un título ejecutivo.

Contraexaminado, señaló que a la época del remate el Fundo que se


remataba tenía prohibiciones. Manifestó que el acusado lo llamó unos cuatro

46
días antes del remate, en tono de mofa indicándole que no se iba a hacer el
remate por cuanto el Tribunal lo había suspendido.

2.-Miguel González García, de 39 años, casado, abogado, domiciliado


en calle Manuel Montt, número 850, oficina 402, Comuna de Temuco. Quien
señaló que trabaja junto al acusado hace 12 años. Mencionó que, tramita
juicios ejecutivos de cobranza, penal y laborales. Señalando que el acusado es
abogado corporativo de empresas. Señaló que uno de los clientes del
encausado era Mora y Cía. Ltda. Para ellos cobraba letras y cheques. La citada
sociedad cada vez que requería sus servicios les enviaba una carta. Refirió que
existía un mandato judicial del año 2001 y otro del año 2008 que lo incluía. En
la práctica operaban a petición de dicha sociedad. Sabe que Orestes Mora era
el representante legal de Mora y Cía. y con este conversaba. Indicó que la
oficina desde el año 2007 está en calle Manuel Montt.

Precisó que llevó un juicio ejecutivo en Carahue, ya que les llegó una
carta que contenía las letras, asumiendo la cobranza. Marcó que la demanda se
presentó el año 2006. Indicó que en ese juicio el señor Padilla se hizo
representar por a los menos 6 abogados, entre ellos los letrados Castillo,
Cáceres y Cortés. Indicó que el ejecutado opuso excepciones y una de ellas era
que había pagado la deuda en la cuenta corriente de Mora y Cía. Limitada.
Señaló que fueron rematados dos predios ubicados en el sector Pancul de
Carahue, ello se llevó a efecto el 20 de Octubre del año 2008. Indicó que no
pudo asistir al remate, por cuanto tenía alegato; en cambio sí lo hizo el
acusado y al abogado Pablo Sanhueza, por cuanto Cristian no tramitaba
juicios, de manera que Pablo lo ayudaría en ello.

Afirmó que, antes del remate llamó a Orestes Mora y le dijo que había
un postor que era Rodrigo Gotschlich, quien le dijo que no tenía interés en el
remate por cuanto necesitaba el dinero para pagar a Soquimich. Mencionó que
finalmente el dinero del remate fue a Mora y Cía. Ltda., e indicó que solicitó el
giro de los cheques y los retiró, en mayo del año 2009. Señaló que luego del
remate el ejecutado interpuso una querella en contra de Orestes Mora por
estafa. Además, el señor Padilla interpuso una acción de nulidad de la hipoteca

47
en contra de Orestes Mora y de Rodrigo Gotschlich, quienes contrataron para
defenderlo.

Contraexaminado, señaló que Mora y Cía. era un cliente del acusado y


que Rodrigo Gotschlich no lo llamó para consultarle sobre el remate.

Preguntado por el querellante, indicó que los cheques que recibió del
Tribunal los hizo llegar al cliente.

3.- Marcela Concha Chávez, Contador auditor, domiciliada en Avenida


Rudecindo Ortega 02150, Temuco. Quien refirió trabaja en Soquimich,
señalando que conoce al acusado. Y añadió que la empresa vende fertilizantes
a distribuidores, quienes venden por cuenta y orden, modalidad en que la
factura les llega a ellos y, la otra opción es que el distribuidor les compre y
ellos los vendan directamente. De esta última manera funcionaba Mora y Cía.
Ltda. Al acusado lo conoció por la cobranza a dicha empresa, ya que esta
sociedad, le estaba pidiendo prorroga por la venta que le hizo al señor Padilla,
en atención a que la espera ya llevaba dos años. Es así, como su gerencia le
pidió informe del juicio que Mora llevaba en contra de Padilla.

Apuntó que, durante el año 2005 Mora y Cía. Ltda. le solicitó espera por
cuanto a Padilla le fue mal en su siembra de papas, lo que se hizo; de manera
que, en septiembre se le indicó de parte de Mora que lo esperaran hasta el año
2006; es así que en ese año Mora, le indicó que se vencieron las letras de
Padilla y por ello es que se tenía que demandar al cliente y en eso justificaron
nuevas prorrogas. La información la recibía por correos electrónicos que
recibían de Mora y Cía. Ltda., que se copiaban al acusado.

Señaló que Mora Ltda. estaba esperando que saliera a remate los bienes
del deudor para pagarles. Indicó que supo que dicha subasta se hizo a fines del
año 2008, por intermedió de Mora Ltda., pero que el ejecutado había
incidentado. No obstante, se le canceló sólo a mediados del año 2009. Refirió
que, se contactaba con don Orestes Mora y Lidia Mellado. De otro lado,
puntualizó que el acusado les lleva cobranzas y que Mora sigue siendo
distribuidor de Soquimich.

48
Contraexaminada por la querellante afirmó que durante los años 2005,
2006 y hasta el año 2009, Mora y Cía. Ltda. siguió siendo distribuidor de ellos.
También señaló que la deuda de Mora que ha reseñado fue la única que
mantuvo con la compañía para la que presta servicios. Respecto de Padilla
expresó que este no calificaba por su análisis de riesgo y fue vendido al
distribuidor Mora y Cía. Ltda., quien a su turno le vendió a Padilla; lo que no
quería esta última compañía era pagar una deuda ajena.

4.- Rodrigo Hernán Gotschlich Werner, ingeniero agrónomo, de 38


años de edad, hermano del encartado, quien refirió que, posee una empresa
que comercializa semillas. Negó tener vinculaciones comerciales con el
acusado. Señaló que una vez se adjudicó un predio en remate, que era de
propiedad de Víctor Padilla. Refirió que, el remate lo leyó en el Diario Austral;
allí llamó a su hermano para que le informe sobre los antecedentes. Apuntó
que conocía a Orestes Mora y a Rodrigo Mora, por cuanto ellos venden
fertilizantes y semillas; relacionándose con su padre, vinculaciones que se
mantenían a la fecha del remate y hasta el año 2011, por cuanto ellos les
compraban semillas.

Dijo que su hermano Cristián, le indicó que el caso lo llevaba Miguel


González, quien trabajaba en su oficina. Le interesaba el predio por cuanto es
agricultor, ya que tenía intención de trabajarlo. Días antes del remate llamó a
su hermano Cristián, quien le indicó que a Mora no le interesaba adjudicarse el
campo, por cuanto querían el dinero. Precisó que el remate fue el 20 de
octubre del año 2008. Cristián le informó que se necesitaba el 10 % del valor y
le señaló que lo llevaría en efectivo.

El día 20 de Octubre de 2008, conversó con su hermano sobre el remate


y le indicó que no era necesario que fuera a la diligencia, ya que iba a ir a
Carahue, además le entregó el dinero. Cómo a las once de la mañana lo llamó
Cristián diciéndole que Orestes no le interesaba y le instruyó que se lo
adjudicara. Luego de la adjudicación, llamó a su ejecutivo del Banco y fue a
ver el campo, pero este no era tan bueno y el plano no cuadraba con el predio
e intentó desistirse pero se le informó que perdería los cuatro millones. Supo

49
luego que, Padilla intentó anular el remate e incluso realizó una acción en su
contra como también en contra de Orestes Mora y los defendió Miguel Ángel
González. Con todo en la actualidad sigue en juicio con Padilla por un juicio de
deslindes. Señaló que en el aviso señalaba que eran 80 hectáreas, pero en
verdad eran 60, ya que 20 las ocupa un tercero.

Sentó que luego del remate, se siguieron relacionando con Mora y Cía.
Limitada, nunca Orestes Mora le señaló algo por el hecho de haber rematado el
campo. Recuerda que la última vez que conversó con Orestes Mora y Rodrigo
Mora, fue en septiembre del año 2011, en dicha reunión el abogado Francisco
Muñoz dijo que su hermano le había causado un gran daño a Mora y Cía. Ltda.
Escuchó además que, Orestes Mora le preguntó a Rodrigo Mora porque estaba
llevando adelante estas acciones en contra de Cristián. Además señaló que
estaba presente en dicha reunión Dionisio Ulloa.

Contraexaminado manifestó que, no sabe cuál es valor comercial del


predio. Manifestó que antes del remate no conocía el predio.

Preguntado por el querellante, anotó que le parece que hizo un mal


negocio con el campo.

II.-Prueba Documental, se introdujeron mediante lectura resumida los


siguientes instrumentos:

1.- Copia autorizada de sentencia dictada por el Tercer Juzgado Civil


de Temuco, en la causa Rol 3051-2009, en la cual Víctor Padilla demandó
nulidad de remate y adjudicación de predios de su propiedad por parte de
Rodrigo Gotschlich Neumann, y en el cual el abogado Miguel González
representó tanto a Mora y Cía. como a Rodrigo Gotschlich Neumann. En la
misma se señalan los fundamentos de la nulidad pretendida y que tiene que
ver con nulidad del contrato de hipoteca. En lo resolutivo, se expresó que, se
rechazó dicha nulidad pretendida y negó lugar a la demanda de reivindicación
peticionada subsidiariamente.

50
2.- Correos electrónicos entre Cristian Gotschlich Neumann, Orestes
Mora o Rodrigo Mora (alternativamente) y ejecutivos de Soquimich, de fechas
24 y 25 de marzo, 21 y 22 de abril, 13 de mayo, 25 y 29 de julio de 2008.

-25 de Marzo del año 2008: Se indica que se envié información al señor
Villagra por prorroga de deuda de Soquimich.

-13 de mayo de 2008, en la que se le pide al acusado informe de la


cobranza del señor Padilla.

De esa misma fecha, en que el acusado informó que el deudor opuso


excepciones, es decir cumple con señalar el estado del juicio.

-25 de Marzo de María Elena Concha dirigida a Liliana, en que solicitada


datos para fundamentar prorroga.

-21 de Abril del año 2008 de Orestes Mora al acusado y otros en que le
solicita informe a Soquimich sobre el estado de la cobranza de Soquimich y, de
Marcela Concha a Lidia Mellado, en que solicita urgente información por cuanto
los cheques están sólo retenidos hasta el 30/04/2008.

3.- Carta de fecha 9 de febrero de 2011, suscrita por Rhodas


Inversiones, representada por Pablo Diez, dirigida a la empresa Mora y Cía.,
dando aviso de inicio de cosecha del Fundo María Yolanda, en el que se precisa
que a partir de esa misma fecha se comenzará la cosecha de granos, en el que
aparece un timbre, que indica sucursal Victoria.

4.- Copia autorizada de expediente de gestión preparatoria de


notificación judicial de protestos de cheques, del 21 Juzgado Civil de Santiago,
Rol 15333-2011, caratulada “Mora y Cía. Ltda. con Rhodas Inversiones S.A”. a
fojas 3 aparecen los cheques a cobrar; todos con beneficiario “Mora y Cía.
Ltda.” y las actas de protestos de fecha 5 de Abril del año 2011. De igual
manera se precisa que el mandatario judicial para el cobro es Luis Francisco
Muñoz; escrito dando cuenta de pago por parte de Rhodas Inversiones, por la
suma de 103 millones de pesos. Igualmente, resolución de giro de cheque a
nombre del representante del ejecutante, Luis Muñoz.

51
5.- Carta de 15 de mayo de 2006, remitida por Mora y Cía. Ltda. a
Cristian Gotschlich Neumann encargando la cobranza de 7 letras de cambio,
que dieron origen a juicio en Carahue, del hecho número 1 de la acusación. En
la que se reseña que se adjuntan documentos a cobrar judicialmente y que
corresponden a letras de cambio.

6.- Copia del correo electrónico de 09 de noviembre de 2010 enviado


por Rodrigo Mora Baeza, socio de de Mora y Cía. Ltda., a su abogado, el
acusado, encargándole ciertos asuntos de índole jurídica, y 2 respuestas de
parte del acusado, de 10 y 11 de noviembre del mismo año; en la que le
encomienda verificar diversos asuntos judiciales y agilizar la tramitación, ello el
día 9 de Noviembre del año 2010.

Una respuesta del día 10 de noviembre del año 2010, respecto de dichos
asuntos del acusado;

Otra respuesta del acusado de fecha 11 de noviembre del año 2010, con
indicaciones respecto de la tramitación de un asunto encargado.

7.- Copia de carta emitida por Mora y Cía. Ltda. al abogado Cristian
Gotschlich, de julio de 2008, en el que le encarga diversos asuntos judiciales;
en especial cobranzas y se remiten documentos.

8.- Copia de carta emitida por Mora y Cía. Ltda. al abogado Cristian
Gotschlich, de 03 julio de 2008, en el que le encarga diversos asuntos
judiciales y remite facturas para dichos fines.

9.- Copia de carta emitida por Mora y Cía. Ltda. al abogado Cristian
Gotschlich, de 24 de agosto de 2004, en el que le encarga diversos asuntos
judiciales; y remite un cheque protestado por orden de no pago.

10.-Copia de carta emitida por Mora y Cía. Ltda. al abogado Cristian


Gotschlich, de 05 de marzo de 2008, en el que le encarga diversos asuntos
judiciales y remite cheque protestado.

52
11.- Copia de carta emitida por Mora y Cía. Ltda. al abogado Cristian
Gotschlich, de 11 de septiembre de 2006, en el que le encarga diversos
asuntos judiciales y remite cheque protestado por falta de fondos para
cobranza judicial;

12.- Copia de carta emitida por Mora y Cía. Ltda. al abogado Cristian
Gotschlich, de 07 de enero de 2003, en el que le encarga diversos asuntos
judiciales y remite cheque protestado para su cobro judicial;

13.- Copia de carta emitida por Mora y Cía. Ltda. al abogado Cristian
Gotschlich Neumann, de 16 de agosto de 2000, en el que le encarga la
cobranza judicial de cheques protestados, mismo que remite adjuntándolos;

14.- Copia de carta emitida por Mora y Cía. Ltda. al abogado Cristian
Gotschlich Neumann, de 13 de abril de 2000, en el que le encarga la cobranza
judicial del cheque que remite;

DECIMO PRIMERO: Prueba de la querellante y demandante civil:


Se deja constancia que dicho interviniente, no rindió prueba adicional de
aquella a la cual se adhirió y presentó el Ministerio Público, renunciado
expresamente a rendir la que había ofrecido como demandante civil de estos
antecedentes.

         DECIMO SEGUNDO: Consideración inicial, sobre el prisma


que se ha de tener en cuenta para la valoración de la prueba
rendida. Que, como es consabido, el proceso se justifica
necesariamente por la actividad probatoria y “probar” es todo lo que
sirve para convencer al juez acerca de la existencia de un suceso
necesario para su decisión. Es demostrar de algún modo la certeza de
un hecho o la verdad de una afirmación. Una operación que está dirigida
a hacer patente la exactitud o inexactitud de una proclamación. Así el
profesor Raúl Tavolari Oliveros en ponencia sobre “la Prueba, Sistemas
Probatorios, Medios de Prueba, Valor Probatorio” ha expresado que:” la
valoración de la prueba es el proceso intelectual por el que el juez le
asigna mérito a la fuerza persuasiva que tiene la actuación de
53
acreditación que ante él se verificó. Antes que tenga lugar esa operación
mental es necesario determinar que afirmaciones sobre tales hechos
han resultado establecidas a lo largo del proceso. Tal trabajo previo es
la interpretación de la prueba. El juez tiene que determinar, antes de
ponderar, qué datos contiene la información probatoria que ante él se
ha verificado. Ese obrar del juzgador antecede a toda actitud de
valoración, ello porque no se puede valorar lo que se desconoce, lo que
se ignora”.
En efecto, corresponde a los sentenciadores valorar la prueba, es
decir, realizar aquel proceso intelectual por el cual se asigna mérito a la
fuerza persuasiva que tiene la actuación de acreditación que se verificó,
pero el artículo 340 del Código Procesal Penal exige que los jueces
adquieran convicción “más allá de toda duda razonable”, concepto que
guarda directa relación con los estándares de convicción del Derecho
Anglosajón. Se trata de un método para determinar con certeza la
existencia del delito y la participación del acusado. La duda razonable,
como lo ha definido la Jurisprudencia Norteamérica en “Cage versus
Lousiana” en 1990, “es aquella que se funda en una base real, tangible
y sustancial, y no sobre meros caprichos o conjeturas. Debe ser una
duda de aquellas que instan una incertidumbre grave en sus mentes en
virtud del carácter insatisfactorio o la falta de credibilidad de la prueba.
Una duda razonable no es una duda meramente posible, es una duda
concreta y sustancial, es una duda que un hombre razonable puede
seriamente albergar. Lo que se requiere no es una certeza absoluta o
matemática, sino una certeza moral”.  
 Al respecto y por ser relevante, como base para el ejercicio
intelectual que se desarrollará, estimamos pertinente, citar la sentencia
de la Iltma. Corte de Apelaciones de Concepción recaída en causa Rol
454-2005, de fecha 09 de agosto del 2005, en que se expone: “La
prueba, cualquiera que ella sea, no puede calzar cada una de sus piezas
matemáticamente, como un rompecabezas, y pareciera que los
argumentos planteados por la defensa pretenden que el tribunal hubiese

54
establecido la verdad material del hecho investigado, lo que resulta
ajeno a la lógica. Pretender arribar a una verdad material u objetiva, en
materia criminal, es una meta inalcanzable, en especial en materia
testimonial, en cuanto la persona que la aporta reconstruye los hechos,
los que con el transcurso del tiempo se desdibujan o se borran, por ello
no basta sólo la verosimilitud para la condena, sino que ella sólo puede
y debe apoyarse en la convicción de la culpabilidad del acusado”.
En este entendido, necesario es cavilar además, como lo expresa
el profesor argentino Raúl Washington Ábalos, en Código Procesal de la
Nación, Capítulo primero, páginas 11 y 12, citado en Sentencia Rit 14-
2005, del Tribunal Oral en lo Penal de Antofagasta, que ” Si
pretendiéramos que la certeza en materia criminal se estableciera
siempre mediante la percepción inmediata y simple de la verdad, en una
palabra, conforme a la unidad objetiva de su contenido, si quisiésemos
que hubiese ausencia absoluta de razones negativas en la certeza, es
necesario entonces renunciar a la gran misión de la justicia punitiva,
pues sería en extremo difícil hallar un caso que autorizara a imponerle
castigo al delincuente. En materia criminal, no es esa especie de certeza
a la que debe referirse el convencimiento judicial, pues no se exige la
ausencia absoluta de motivos divergentes. Basta que haya motivos
convergentes y motivos divergentes, esto es, que exista la objetividad
de lo probable, con tal que éste haya sido señalada mediante una
especial determinación subjetiva, sin la cual no saldríamos de lo
probable. La determinación subjetiva que nos hace salir de la
probabilidad y que nos abre el camino de la certeza consiste en el
rechazo racional de los motivos que nos separan de la credibilidad. La
probabilidad ve los motivos convergentes y divergentes, y los considera
a todos dignos de ser tenidos en cuenta, aunque más a los primeros que
a los segundos. En cambio, la certeza supone que los motivos
divergentes de la afirmación no merecen racionalmente ser
considerados y por tanto los afirma. Esta afirmación aparece ante el
espíritu humano, como conforme a la verdad, y la certeza que allí surge,

55
como cualquier otra certeza, no es más que la conciencia de la verdad.
La certeza es el estado del entendimiento que tiene los hechos por
verdaderos después de rechazar victoriosamente todos los motivos
contrarios, o desde que éstos no pueden destruir el conjunto imponente
de los motivos afirmados”.
DECIMO TERCERO: Valoración de la prueba, vinculada con
el hecho uno. Que, al respecto se debe manifestar que no ha existido
controversia en lo relativo a que, el acusado prestó servicios
profesionales, a la sociedad Mora y Compañía Ltda. desde el año 2000
hasta el año 2011, lo que manifiestamente no fue rebatido por su
defensa en juicio. Ello en todo caso, se vio reforzado tanto por lo dicho
por Orestes Mora en juicio, como por el documento denominado
Mandato Judicial Mora y Compañía Limitada a Cristián Mauricio
Gotschlich Neumann, de fecha 14 de Abril del año dos. mil otorgado en
la Notaria de esta ciudad de Humberto Toro Martínez-Conde,
instrumento en el que consta que la sociedad mencionada otorgó un
poder judicial amplio al letrado referido a fin que represente judicial y
extrajudicialmente a dicha compañía en gestiones tendientes a obtener
de cualquier deudor de la empresa los pagos de las deudas que
aceptaron. De igual manera que, la representación legal de esta
compañía reside en Orestes Mora Silva, se encuentra acreditado por los
propios dichos de la mencionada persona y por cuanto consta de la
escritura de constitución social de fecha 23 de Octubre del 1995,
otorgada en la Notaría de esta ciudad de Juan Antonio Loyola Opazo;
instrumento allegado, en copia autorizada, a este adversarial por el
acusador y cuya autenticidad y veracidad no ha sido cuestionada por los
intervinientes, por lo que no cabe sino atribuirle mérito probatorio.
En este mismo derrotero queda probado con el certificado
auténtico emitido por la Excma. Corte Suprema de Justicia que el
acusado posee el titulo de Abogado desde el día 15 de marzo del año
1999  y que conforme a los certificados de su nacimiento y el de Rodrigo
Gotschlich Neumann, ambos emanados del Servicio de Registro Civil e

56
Identificación, que su padre es el señor Hernán Mauricio Gotschlich
Werner y que uno de sus hermanos es el mencionado Rodrigo Gotschlich
N. Lo que se asienta desde que dichas cuestiones no fueron objeto de
controversia en el juicio y por constar de documentos emitidos por
órganos oficiales del Estado Chileno.
En cuanto a las demás cuestiones fácticas se contó con las
indicaciones de Orestes Mora Silva, deponente que se mostró sincero,
tranquilo y veraz, en sus precisiones, ya que dio razón detallada de las
mismas ante estrados. No existiendo razones que permitan,
fundadamente, enquistar fundamento que permita argumentar respecto
credibilidad disminuida en relación con sus expresiones; es más, y pese
a aparecer afectado por las acciones desplegadas por el acusado, no
exhibió enojo, encono u otro sentimiento adverso al mismo que pudiera
a estos juzgadores convencer respecto de parcialidad de sus
indicaciones, sino que condujo sus asertos por la vía de la imparcialidad
y objetividad, por lo que sus premisas han merecido el mayor de los
créditos, ello desde la perspectiva de la valoración probatoria. Así, el
mismo narró que en efecto desde el año 2000 aproximadamente la
empresa de su propiedad “Mora y Cía. Ltda.”, fue asesorada por el
encartado en diversas materias las que incluían la cobranza judicial y la
redacción de escrituras y otros documentos. Es así, como
categóricamente, indicó que le encomendó hacia el año 2006 la
cobranza judicial de letras de cambio que había aceptado el señor Víctor
Padilla, que representaban un capital aproximado de 27 millones de
pesos, mismo que se encontraba garantizado con una hipoteca de dos
parcelas que el deudor poseía en el sector Pancul de la comuna de
Carahue. Dicho encargó judicial se llevó adelante y el día 20 de Octubre
del año 2008, se fijó como día de remate para los bienes ya reseñados.
En este punto, resulta de trascendencia detenerse en tanto, señaló el
deponente, que días antes de dicha fecha le comunicó a su abogado, el
acusado, que tenía interés en participar del remate, para adjudicarse los
bienes ya antes indicados, por la entidad de lo adeudado. Entendemos

57
que ello justifica, desde una perspectiva lógica que, el día mencionado
este testigo haya concurrido, precisamente, al remate al Juzgado de
Letras de la comuna de Carahue, ya que sí se considera que mantenía
mandatario judicial designado en la ejecución, no existe una mejor
explicación racional para su presencia en el lugar que no sea, como se
dijo, la materialización de su intención de participar en la subasta
pública. Con esto se tiene que, además del encargo de cobrar
judicialmente lo adeudado por el señor Padilla a la sociedad que
representa, el deponente ampliando el encargo y con antelación a la
audiencia de subasta, le indicó a su representante judicial, el encausado
que, quería participar y adjudicarse los bienes del ejecutado. Pues bien,
el declarante, manifestó que pese a ello, el acusado le indicó que había
un postor, omitiendo expresamente que dicho postor era su hermano
Rodrigo, el que iba a ser representado en las pujas por un abogado
dependiente de su oficina, el señor Pablo Sanhueza. Es decir,
claramente existe en ello una doble acción; por un lado se aconsejó de
manera activa al encartado no participar en dicho remate, pero también
una actividad omisiva en tanto, no le expresó, sabiendo, que dicho
postor era una persona ligada al mismo. Esto permitió que en definitiva
el hermano del acusado y no su cliente se adjudicara, a ventajoso
precio, los bienes del ejecutado, perdiendo subsecuentemente el
ofendido, la oportunidad procesal de intervenir en dicho acto de
ejecución civil.
En parcial concordancia con las indicaciones del deponente
anterior, se situaron aquellas del deponente señor Pablo Sanhueza
Muñoz, quien aún cuanto de forma escueta, prestó un testimonio que
vislumbramos admisible y fidedigno, así el mismo, señaló que en efecto,
en su condición de abogado, prestó servicios profesionales en la oficina
del encartado durante los años 2008 a 2009, recibiendo instrucciones
del acusado y de los letrados señores Tenorio y González García. Es así,
que dentro de dicho contexto de cosas, le correspondió acompañar al
imputado a un remate que se verificó, en el Juzgado de Letras de

58
Carahue, el día 20 de Octubre y que correspondía a un proceso
denominado “Mora con Padilla”, indicando que el acusado le proporcionó
la suma de 4 millones de pesos en efectivo para que consignara la
caución necesaria para participar en la subasta, misma a la que no
concurrieron otros postores que no fuera él. Fue así que, estando en el
lugar y antes de la subasta, el acusado le formuló la instrucción de que
debía rematar a favor de su hermano, Rodrigo Gotschlich, lo que
finalmente hizo, adjudicándose los bienes raíces a nombre de este
último. Las indicaciones del deponente ya referido demuestran que al
remate señalado no concurrieron otros postores, que no fuera
precisamente el acusado y un letrado dependiente del mismo; además
de que la instrucción de rematar no le fue dada por Rodrigo Gotschlich
sino por el acusado.
Relacionado con lo anterior se encuentran la copia autorizada del
proceso rol 12.623-2006, juicio ejecutivo caratulado “Mora y Cía. con
Padilla”, cuadernos principal y de apremio, del Juzgado de Letras y
Garantía de Carahue, mismo en el que consta que en efecto la demanda
ejecutiva en contra del ejecutado fue interpuesta por el acusado en su
calidad de mandatario judicial de la sociedad señalada y que con fecha
20 de Octubre del año 2008, se materializó el remate en dichos autos,
asistiendo como postor sólo el letrado señor Sanhueza, quien se
adjudicó los bienes para Rodrigo Gotschlich.
De otra parte, pero dentro del mismo derrotero debemos
apuntar, que las indicaciones del señor Víctor Padilla Vergara son
merecedoras de crédito en tanto, han entendido estos jueces que, si
bien su relato presentó algunas imprecisiones, ellas no resultaron
sustanciales, por cuanto se trata de una persona de 70 años que, como
él mismo lo declaró posee, una instrucción escolar mínima, que se ha
desenvuelto la mayor parte de su vida, en un ambiente rural, como se
quiera que, el mismo señaló ser agricultor. Pudiendo percibir estos
jueces, incluso en su tono de voz un acento propio de las personas que
usualmente hacen del medio rural su entorno necesario y permanente

59
de vida, de esta manera resulta del todo excusable que puesto el mismo
frente a un medio extraño para él y en un entorno de solemnidad y
ritualidad, como lo es, uno propio de un Tribunal de justicia, haya
podido perder la exactitud de algunas cuestiones accidentales de su
relato, sin que ello signifique, en visión de estos juzgadores que sus
apreciaciones no puedan ser merecedoras de crédito, por cuanto
además no pareció que el mismo intentará con sus asertos introducir
información falaz. Es así como, el mismo narró que en efecto fue deudor
de Mora y Cía. Ltda. Puesto que, compraba a dicha persona jurídica
fertilizantes y para garantizar el pago de dichas provisiones fue que,
entregó en hipoteca dos parcelas de su propiedad, avaluadas
comercialmente en aproximadamente 200 millones de pesos, ubicadas
en el sector Pancul, de la comuna de Carahue. Manifestando que hacia
fines del año 2006, su deuda era de aproximadamente 27 millones y
que intentó pagar la misma, concurriendo en tres ocasiones a la oficina
del imputado, es más apuntó que, en una de dichas ocasiones le ofreció
pagar la misma en dinero en efectivo, pero sus intentos resultaron
infructuosos. Ahora, en cuanto a la ubicación de las oficinas del
encartado el mismo señaló que estaban emplazadas en el Edificio Las
Raíces de esta ciudad frente al Banco BBVA, ubicación que, conforme es
un hecho notorio, corresponde a la calle Bulnes de esta ciudad. Lo que
se debe relacionar necesariamente con la prueba de cargo consistente
en un documento denominado “mandato judicial, de fecha el 14 de abril
de 2000, extendido ante el Notario público de esta ciudad, doña María
Pilar García Echavarri, por Mora y Cía. Ltda. al acusado” y, en el que
consta en la comparecencia que en el acusado tuvo su domicilio en calle
Manuel Bulnes N°815, oficina N° 602.
Robusteciendo las convicciones que se vienen plasmando
podemos encuadrar los confiables dichos del deponente Pablo Ponce
Toledo, quien debido a que prestó servicios profesionales en la sociedad
Mora y Cía. Ltda., trasuntó que le consta que el acusado eran quien
estaba a cargo de los asuntos legales de la empresa mencionada.

60
Además añadió que escuchó del señor Víctor Padilla que en el año 2008
le remataron un campo, pese a que intentó, contactarse con Orestes
Mora y Rodrigo Mora. Además de ello, oyó del mismo que, fue en varias
oportunidades a la oficina del acusado, para tratar su deuda, pero sin
resultado. Es decir, estas indicaciones, fortalecen los dichos del señor
Padilla en orden a que en efecto asistió a la oficina del acusado con el
objeto de solucionar su deuda y asientan necesariamente dicho hecho
desde la perspectiva probatoria. A lo que suma de igual forma lo
expresado por el abogado señor Labraña Véjar y lo puntualizado por
César Rocuant, en dicho punto, quienes si bien, son testigos de oídas de
lo referido, ratificaron ante el Tribunal una información que
precisamente emanó ante estos jueces de una persona que prestó
declaración en juicio.
DECIMO CUARTO: Asignación probatoria, vinculada con el
hecho dos. Que, respecto de estos hechos se contó con las indicaciones
del deponente Rodrigo Mora Baeza, persona que expuso con claridad
y sinceridad, sus indicaciones, lo que hizo que en visión de estos jueces
aparecieran como dignas de crédito, asentó que, el acusado era el
abogado de Mora y Cía., desempeñándose de manera integral en la
misma. Sobre el sentido de este punto conforme a lo dicho por este
testigo, el señor Orestes Mora y el deponente señor César Rocuant,
volveremos más adelante, por cuanto entendemos que si bien, ello es
como se ha plasmado, ha parecido a estos sentenciadores que pese a
existir sendos mandatos judiciales de los años 2000 y 2009, para el
encartado dados por la Compañía, este no prestaba servicios
permanentes en la organización, como se quiera que, no era parte de la
estructura organizativa de la unidad económica, sino que más bien la
empresa era su cliente y cada vez que sus servicios eran requeridos, la
modalidad pactada para requerir sus servicios era mediante la emisión
de una carta que oficializara dicho encargo o a través de comunicaciones
telefónicas o vía correo electrónico, entre el mismo y quienes
representaban a la sociedad, vale decir los señores Orestes o Rodrigo,

61
ambos Mora. Retomando lo sustancial de las indicaciones del deponente
de marras es que el mismo dejó asentado que, Rhodas Inversiones S.A.
era uno de los clientes de Mora y Cía. Ltda., con todo, la primera
sociedad, tuvo problemas con el pago de los insumos que le
proporcionaban, lo que aconteció aproximadamente durante los años
2009 y 2010. Ello motivó que le expusieran dicha circunstancia al
encausado, conviniendo con él y la deudora, la constitución de una
prenda sin desplazamiento sobre las siembras del predio “Maria
Yolanda” de propiedad, ubicado en la comuna de Victoria, de la empresa
deudora, misma que era representada por el señor Pablo Diez. Encargo
que fue cumplido por el imputado, tal como consta de la copia simple de
la escritura pública, otorgada en esta ciudad con fecha 22 de junio del
año 2010, ante el Notario de esta ciudad Humberto Toro Martínez-
Conde, en virtud de la que, efectivamente Rhodas Inversiones S.A.
constituyó prenda sin desplazamiento sobre una serie de siembras
ubicadas precisamente en el Fundo María Yolanda de la comuna de
Victoria a favor de Mora y Cía. Ltda., para garantizar el pago de todas y
cualquiera obligación que dicha sociedad tuviera con la empresa citada.
Constando en la cláusula décimo tercera, parte final, que dicho
instrumento fue redactado por Cristián Gotschlich. De otra parte,
aseveró el declarante que la deuda de Rhodas Inversiones era de
aproximadamente 130 millones de pesos y que finalmente, el
representante de la Rhodas Inversiones S.A., y pese a la prenda
constituida a favor de la sociedad de que forma parte, cosechó,
perdiendo ellos dicha garantía real. Añadió igualmente que se enteró,
hacia el mes de Diciembre del año 2010, que el Fundo María Yolanda,
iba a ser rematado, lo que entiende se materializó el año 2011. De igual
forma adicionó que además de la citada garantía, la sociedad deudora
emitió cheques a fecha para pagar sus obligaciones contraídas, a modo
de registro contable, los que se protestaron hacia fines de Marzo del año
2011 y que fueron entregados al acusado para su cobro, con todo este
no pudo asumir dicha cobranza por cuanto su padre había rematado el

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Fundo María Yolanda de la deudora. De lo anterior, es factible deducir
que, lo encargado expresamente al encartado en relación con Rhodas
Inversiones, fue la redacción de una escritura de prenda sin
desplazamiento, cuestión que el mencionado ejecutó, lo que consta de
la misma escritura pública, sin que se verifique en ella que se le hubiere
encomendara además, la vigilancia de lo que iba a suceder con el predio
en cuyo interior se encontraban las especies pignoradas. Luego, en
cuanto a los cheques que mencionó el declarante, es un hecho
indubitado que, es condición sine qua non, que para proceder al cobro
de los mismos se hace necesario que ellos sean protestados por alguna
causa legal, sin ello es imposible desde un punto de vista jurídico,
realizar su cobranza judicial y como los mismos tenían fechas de
vencimientos para fines del mes de Marzo del año 2011, no observamos
de qué forma se pudieron cobrar extrajudicialmente si tenían fecha de
cobro pendiente; teniendo además presente que la compañía
supuestamente afectada, tenía como política comercial respectar
estrictamente la fecha de los cheques emitidos por su cliente. Luego que
el encartado haya declinado la cobranza de los mismos una vez que,
expresamente le fue requerida dicha intervención jurídica, no parece a
estos jueces que constituya un ilícito penal, ni menos resulta una
conducta que haya sido requerida sancionar por los acusadores.
En este mismo derrotero, es decir de asentamiento fáctico de las
cuestiones vertidas en la acusación, podemos situar los dichos del
letrado Pablo Figueroa Risopatrón, deponente que expuso de manera
objetiva e imparcial sus menciones y quien efectivamente reseñó que le
correspondió actuar como ejecutante en los autos ejecutivos seguidos
ante el Tercer Juzgado Civil de Temuco, rol 5292-2020, caratulados
”Scotiabank con Rhodas Inversiones S.A.”, mencionando, en lo
sustancial que, en dicho proceso, se buscaba cobrar acreencias del
Banco mencionado, mediante la realización del Fundo “María Yolanda”
de propiedad del ejecutado. Indicando que dicho juicio comenzó en el
segundo semestre del año 2010 y que se fijó fecha de remate del bien

63
raíz de la ejecutada para el 20 de Enero del año 2011, pero que dicha
subasta fue suspendida días antes por una presentación del abogado del
ejecutado, Marco Chesta. Con todo, contra dicha resolución judicial
interpuso una reposición misma que se falló favorablemente a sus
interese el mismo día 20 de Enero del año mencionado, posibilitando la
subasta, ante ello se contactó con algunos postores entre los que se
contó al acusado, quien previamente, a su turno, le había mencionado
que dos de sus clientes y su padre estaban interesados en asistir al
mismo. Reafirma la existencia de este proceso la copia-documento no
discutido- del mismo incorporada por el acusador estatal y que consiste
en reproducción de la causa referida, en la que consta en lo sustancial
que, con fecha 20 de Enero del año 2010, Hernán Gotschlich Werner, se
adjudicó el predio “María Yolanda” en la suma de $370.001.000; Es
dable mencionar que, de las indicaciones del testigo de marras, brota
que, el acusado conoció de la existencia del remate en días previos al
mismo, ya que ello motivó que el mismo se contactara con este
declarante y emana además, de lo expuesto por los testigos señores
Puig y Rodriguez, quienes en forma imparcial y cierta, señalaron que
se enteraron por la prensa, es decir, por los avisos de publicación de la
subasta que se remataría el “Fundo María Yolanda” y acudieron a la
oficina del encartado para que este les confeccionara un informe sobre
la vialidad de participar en la subasta, lo que cumplió; con todo, debido
a que la fecha original del mismo se suspendió y que el aviso de que el
remate se llevaría adelante el mismo día 20 de Enero del año 2011,
ocasionó que ante la inminencia del mismo, no pudieran participar del
mismo.
      En esta mismo aspecto se contó con las manifestaciones de
los letrados Magaly González Cretton y Marco Chesta Quiero, quien
en forma absolutamente verosímil, señalaron las participaciones
jurídicas que les correspondió llevar adelante, como mandatarios del
señor Pablo Diez Gonzalez; así la primera ratificó que tomó
conocimiento de que el predio ”María Yolanda” de su cliente fue

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rematado el día 20 de Enero del año 2011 y que dicho remate estuvo
suspendido, con todo, el mismo día en que fue rematado, el Tribunal,
resolvió una incidencia que permitió que el mismo se llevará adelante.
Ello fue refrendado por el letrado señor Chesta, quien intervino en el
proceso singularizado más arriba en defensa del ejecutado, solicitando
oportunamente, la nulidad de todo lo obrado y la suspensión del remate
que se había fijado para el 20 de Enero del año 2011, lo que logró, pese
a que la suspensión del mismo fue dejada sin efecto, mediante una
resolución del mismo día citado, lo que permitió que la subasta se
realizara. Ahora, ambos informaron que quien se adjudicó el fundo ya
mencionado fue Hernán Gotschlich, padre del acusado y de las gestiones
que con posterioridad se efectuaron para recuperar dicho predio, lo que,
resumidamente se logró, no obstante el adjudicatario, solicitó que a más
de los $ 370.000.000 que pagó por el mismo, se le cancelaran
adicionalmente otros $ 170.000.000, a lo que Pablo Diez accedió.
Ahora, como se ha dicho, lo que se asienta lo anterior, es que, en
efecto, se hicieron publicaciones del remate mencionado en la prensa
local y que el acusado tenía conocimiento de que se iba a rematar un
bien respecto del que, un cliente suyo “Mora y Cía. Ltda.” tenía una
prenda constituida, y que en definitiva se adjudicó su padre Hernán
Gotschlich. Es un hecho indubitado que el acusado, pese a tener
conocimiento del remate no se lo comunicó formalmente a su cliente
“Mora y Cía. Ltda.”. Ahora ello debe ser atemperado en todo caso, por el
hecho de que el señor Rodrigo Mora declaró ante este Tribunal que pese
a ello se enteró del remate del bien raíz mencionado por las
publicaciones del mismo y por cuanto el acusado le hizo un comentario
de lo mismo, al pasar.
De otra parte, sostenemos que si bien, no existe una obligación
contractual expresa, respecto de la obligación de efectuar este tipo de
comunicación, no es posible de soslayar que el encartado fue a quien,
precisamente, la empresa afectada recurrió para enfrentar el cobro de
las deudas que mantenía para con ella Rhodas; y, cómo producto del

65
consejo profesional fue que, se constituyó una prenda sobre las
sementeras del fundo María Yolanda, se tiene que, indudablemente,
cualquier información vinculada con el cambio de propiedad-para el caso
un remate- del predio, en donde se encontraban las siembras
prendadas, era de interés de su cliente. Considerando también que, la
relación cliente abogado con Mora y Cía., era una, de larga data, lo que
por cierto genera especiales deberes de confianza, lealtad y
reciprocidad, aun cuando el letrado no haya sido parte de la empresa ni
se le haya encargado la vigilancia del predio. En consecuencia,
claramente una omisión de esta naturaleza constituye una grave
infracción a sus deberes. Empero entendemos de otro lado que para
configurar el tipo penal no sólo es necesario, aquello, sino que se
requiere además que exista un perjuicio para el ofendido, para el
caso se tiene, que conforme a las indicaciones imparciales del
funcionario de la Policía de Investigaciones de Chile, señor César
Marcelo Rocuant, la familia Mora, en este caso, no estaba interesada
en participar del remate ni adjudicarse, por cuanto era mal visto, en el
ámbito de la agricultura, que los proveedores de insumos rematen los
campos de sus clientes. Lo que por cierto, destierra la factibilidad de
acreditarse efectivamente que, “Mora y Cía. Ltda.”, tenía interés en
participar del proceso” como se afirma en el líbelo acusatorio. Luego si
ello es así, naturalmente no avizoramos perjuicio alguno en contra de la
sociedad Mora y Cía. Ltda., por cuanto, como es natural si ella era lo
posición de la compañía, no se observa cómo la omisión apuntada
podría haberlos perjudicado, consecuencialmente con ello, no es factible
dar por establecido el delito, en lo que respecta a este hecho.
Que, a mayor abundamiento, aun cuando la pérdida de la
posibilidad de interponer una tercería y de la prenda sin desplazamiento
no se le atribuyen al encartado en la acusación, sí fueron mencionadas
por Orestes Mora en su relato, como perjuicios que la habría ocasionado
la omisión del encausado. Al respecto diremos que si bien es cierto el
remate del bien de propiedad de Rhodas Inversiones se llevó adelante el

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día 20 de Enero del año 2010, nada obstaba a que, luego de
materializado el mismo, se interpusieran las mismas- como aconteció
con otras- y consta de las copia del proceso relativo a este hecho, de
manera que, menos aún entendemos existió, en dicho sentido la pérdida
de una oportunidad procesal. Luego, en relación con el quebranto de la
prenda sin desplazamiento, debemos recordar a este respecto los dichos
del abogado señor Chesta Quiero, quien expuso que desde el punto de
vista jurídico, la prenda que favorecía a Mora y Cía., había quedado sin
efecto al renovarse los cheques que se asociaban a la misma, lo que
incluso impidió que el señor Diez fuera perseguido criminalmente por la
vía de la figura de depositario alzado, con lo que, menos apreciamos
que la actuación del encartado haya ocasionado el daño que se reclama.
De igual manera, cabe aquí consignar que, conforme a las copias
autorizadas allegadas a la controversia por la defensa y que consisten
en reproducción autorizada del expediente de gestión
preparatoria de notificación judicial de protestos de cheques, del
21° Juzgado Civil de Santiago, Rol 15333-2011, caratulada Mora
y Cía. Ltda. con Rhodas Inversiones S.A, consta que los cheques del
Banco BBVA de la cuenta corriente 0504-0086-0100006773, del titular
Rhodas Inversiones S.A. Serie AB0163, números a) 077529-5, por
$77.180.523;b) 077522-9 por $18.160.959 y c) 077530-8 por
$5.682.067, todos fechados para el día 30 de marzo de 2011; fueron
llevados a cobro judicial por el abogado Luis Francisco Muñoz,
ingresándose la demanda al Tribunal señalado, como consta a fojas 5, el
día 15 de Julio del año 2011 y que con fecha 8 de agosto de ese mismo
año, tal cual consta a fojas 16, Rhodas Inversiones consignó la suma de
$103.742.311; de igual manera consta a fojas 40 que fue retirado con
fecha 31 de agosto del año indicado, un cheque por la suma citada. Con
ello, concebimos que, en todo caso, meses más tarde Mora y Cía., logró
recuperar judicialmente el importe de los cheques que le adeudaba
Rhodas Inversiones S.A.

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Que, en lo demás el resto de la prueba testimonial de cargo en
nada altera lo que viene manifestando. En tanto, los dichos del
deponente señor Pablo Ponce Toledo, sólo reafirmaron, en lo
pertinente a los hechos que motivaron el juicio, lo que ya se conoce,
vale decir que, Rhodas Inversiones era cliente de Mora y Cía. Ltda.;
adicionando que la primera sociedad emitió cheques en pago de su
deuda a la segunda cuyos vencimientos era el día 31 de Marzo del año
2011. En este mismo sentido, las menciones del deponente, señor
Ramón Labraña Véjar, en lo que atañe al hecho en referencia, nada
sustancial ni adicional, a lo que se ha señalado, consignó, por lo que sus
expresiones no hicieron más que abundar en lo que otros declarantes
con mejor conocimiento registraron probatoriamente.
DECIMO QUINTO: Valoración de la documental de cargo.
Que, es menester señalar que en este acápite y para un mejor
entendimiento sólo se efectuará la apreciación probatoria respecto de
aquellas probanzas a las cuales con precedencia no se hizo alusión:
1.- Copia del cheque Serie TEA n° 1734551, de la cuenta
corriente n° 10-70439-1 del Banco Bice, del cuenta correntista Hernán
Gotschlich Werner, fechado el 26 de enero de 2011, por la suma de
$70.000.000.-, nominativo para el acusado;
2.- Copia de la Boleta de depósito del Banco Security n°
0450078, de 27 de enero de 2011, por $70.000.000.-, para la cuenta E-
0830887-01, a nombre del acusado;
3.- Dos del señor Claudio Assadi Lama, agente Temuco del Banco
Security, de fechas 1 de agosto y 10 de septiembre de 2012, en que
remite a la Fiscalía Local de Temuco, los documentos anteriores.
Que, respecto de los instrumentos signados como 1, 2 y 3 sólo
ha de señalarse que los mismos dan cuenta de que, en efecto con
posterioridad al día 20 de Enero del año 2011, fecha en que se produjo
el remate en la causa “Scotiabank con Rhodas Inversiones S.A”, el
acusado depositó en una de sus cuentas corrientes -en aquella del
Banco Security E-0830887-, un cheque de la cuenta corriente de su

68
padre Hernán Gotschlich Werner, del Banco Bice N°10-70439-1, por la
suma de 70 millones de pesos, hecho en todo caso no se vincula
directamente con las cuestiones fácticas sometidas a decisión
jurisdiccional, por lo que los mismos serán desestimados, por resultar
impertinentes.
4.- Oficio n° 2.185, de 20 de junio de 2012, del Director jurídico
de la Superintendencia de Bancos e instituciones financieras, que indica
información sobre la existencia de cuentas corrientes del acusado, su
padre y hermano, en diversos Bancos. Instrumento que, en nada se
relaciona con los hechos descritos en la acusación y que,
consecuencialmente nada conducente prueba, por lo que, no se le
asignará mérito probatorio.
5.- Copia de la cartola de movimientos de la cuenta corriente n°
E- 0830887-01, del Banco Security, cuyo titular es el acusado, entre el
01 de septiembre de 2008 hasta el 28 de noviembre de 2008; y entre el
01 de diciembre de 2010 hasta el 28 de febrero de 2011, según
autorización judicial, con su oficio remisor; señalando que en ellos existe
un depósito de 27 de Enero del año 2011, por 70 millones de pesos y
con fecha 31 de Enero de ese mismo año, prepago total mutuo
hipotecario por $66 millones de pesos.
Que, si bien el documento anterior, puede sugerir que con los
fondos que el padre del acusado le proporcionó, este prepagó
totalmente un crédito hipotecario que adeudaba, dicha afirmación,
aparece especulativa, por cuanto no posee resorte lógico probatorio que
pueda sustentarla, ya que al ser el cheque un documento acausado, al
emitirse se libera del negocio que lo origina, no existiendo entonces,
fundamento para sostener que necesariamente el documento que
aparece depositado en la cuenta corriente del encartado haya
correspondido a una suerte de pago de honorarios por las gestiones
que, en favor de su padre desarrolló, vinculadas con el remate de fecha
20 de Enero del año 2011. Como se entenderá, lo que se plasma
aparece como un argumento de especulación sin asidero probatorio,

69
siendo de esta manera, los documentos señalados no podrán ser
considerados por cuando, no se vislumbra su vínculo necesario con las
cuestiones debatidas en el adversarial.
6.- Copia de la carta del acusado en calidad de abogado dirigida
a Mora y Cía. Ltda., de 07 de noviembre de 2001, en el que informa de
sus gestiones profesionales en determinados asuntos jurídicos y
judiciales de su giro, más cobro de honorarios profesionales por sus
servicios;
7.- Copia de la carta del acusado en calidad de abogado dirigida
a Mora y Cía. Ltda., de 22 de junio de 2006, en el que informa de cierta
gestión profesional, pidiendo pago de gastos asociados a la misma; en
la que adjunta boleta por $ 29.000 aproximadamente por gestiones en
el Juzgado de Lautaro.
8.- Copia de la carta del acusado en calidad de abogado dirigida
a Mora y Cía. Ltda., de 03 de diciembre de 2003, en el que informa de
cierta gestión profesional, pidiendo pago de gastos asociados a la
misma, relativo a la suma de $88.000, vinculado con pago de receptor
judicial;
9.- Copia de la carta del acusado en calidad de abogado dirigida
a Mora y Cía. Ltda., de 21 de noviembre de 2002, en el que informa de
ciertas gestiones profesionales, pidiendo pago de gastos asociados a la
misma y cobrando honorarios; Referida a prenda agrícola agraria de la
sociedad Santa Ana a favor de Mora y Cía. Con boleta de honorarios de
$ 100.000 por la redacción de la prenda y trámites de inscripción de la
misma.
10.- Copia de la carta del acusado en calidad de abogado dirigida
a Mora y Cía. Ltda., de 31 de marzo de 2005, en el que informa de
ciertas gestiones profesionales, pidiendo pago de gastos de $ 4.000 por
gastos notariales y otros del Conservador de Bienes Raíces.
11.- Copia de la carta del acusado en calidad de abogado dirigida
a Mora y Cía. Ltda., de 24 de noviembre de 2004, en el que informa de

70
ciertas gestiones profesionales y solicita reembolso de gastos de
receptor judicial;
12.- Copia de la carta del acusado en calidad de abogado dirigida
a Mora y Cía. Ltda., de 15 de junio de 2011, en el que informa de ciertas
gestiones profesionales, pidiendo pago de gastos asociados relativos a
honorarios de receptor judicial;
13.- Copia de la carta del acusado en calidad de abogado dirigida
a Mora y Cía. Ltda., de 13 de mayo de 2008, en el que informa de
ciertas gestiones profesionales, pidiendo pago de gastos asociados a la
notificación efectuado por un receptor judicial de la plaza;
Que, los documentos anteriores, es decir de los números
6,7,8,9,10,11,12 y 13 ambos inclusive, dan cuenta de una serie de
comunicaciones dirigidas entre el acusado y la sociedad “Mora y Cía.
Ltda.”, que abarca una secuencia ininterrumpida de años desde
Noviembre del 2001 hasta Junio del año 2006, lo que necesariamente
comprueba que evidentemente la relación habida entre el encartado y
dicha compañía fue permanente en el tiempo, refrendando además, con
la existencia de carta de los años 2008 y 2011. Además, prueban que
dicha relación cliente-abogado, incluía no sólo la cobranza judicial sino
también la redacción de contratos de diversa naturaleza. Ahora, lo
anterior confirma lo que probatoriamente señalaron diversos testigos
como Orestes Mora, Rodrigo Mora y César Rocuant, por lo que con ello
se valida aún más, aquello vinculado con que la relación profesional
entre los citados se extendió por un periodo que se desarrolló por algo
más de diez años, mismos en los que el encartado, atendió
profesionalmente diversos asuntos legales de Mora y Cía. Ltda.
14.- Copia simple de dos cheques del Banco Santander, cuenta
corriente n° 081-03-50958-3, del titular Rhodas Inversiones S.A.,
extendidos para ser pagados en forma nominativa a Mora y Cía. Ltda.
a) Serie 1 CU 0829636 519 por $15.150.582.- de 30 de marzo de
2009, con su acta de protesto, por orden de no pago de la misma fecha.

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b) Serie 1 VC 0829722 058 por $32.692.290.- de 30 de marzo de
2009; con su acta de protesto, por orden de no pago de la misma fecha-
15.- Copia simple de tres cheques del banco BBVA de la cuenta
corriente 0504-0086-0100006773, del titular Rhodas Inversiones S.A.
Serie AB0163, con sus actas de protesto, números:
a) 077529-5, por $77.180.523.-, de 30 de marzo de 2011; con
protesto por orden de no pago, de 5 de Abril del año 2011.
b) 077522-9 por $18.160.959.-, de 30 de marzo de 2011; con
igual fecha de protesto y causal.
c) 077530-8 por $5.682.067, de 30 de marzo de 2011; con
idéntica fecha de protesto y causal. Todos extendidos para ser pagados
a la sociedad Mora y Cía. Ltda.
Que, en lo que dice relación con los instrumentos mercantiles
anteriores, señalaremos que ellos comprueban que, en efecto Rhodas
Inversiones S.A, giró diversos cheques en beneficio de Mora y Cía. Ltda.,
y que los mismos presentados que fueron a cobro no resultaron pagados
por ordenes de no pago. En especial cabe consignar que, aquellos
cheques del año 2011, poseían como fecha de pago el día 30 de Marzo
del año 2011 y que fueron presentados a cobro el día 4 de Abril de ese
mismo año, tal como se lee en el timbre de caja. De esta forma
entendemos que, los mismos solo podían cobrarse judicialmente a partir
de la fecha de protesto, es decir, desde el día cuatro de abril del año
2011.
DECIMO SEXTO: Apreciación de las probanzas de la
defensa. Que, tal cual se ha hecho con antelación en este acápite se
procederá a valorar sólo aquellas probanzas respecto de las que, con
antelación, no se haya emitido su análisis probatorio.
a) Respecto de la testimonial
En primer lugar nos hemos de referir a los dichos de la
declarante doña Marcela Concha, al respecto estimamos que, si bien
se trató de una persona que, de acuerdo a la forma en que vertió sus
indicaciones en el proceso, es decir de una manera detallada y confiable,

72
la información que la misma se trasuntó, no dijo necesaria relación
necesaria con lo hechos criminosos imputados al encartado, desde dicha
traza, su aporte probatorio, como elemento de convicción a estos
juzgadores, resultó sólo accidental y no principal. Afirmamos ello, por
cuanto si bien la deponente narró la manera en cómo Soquimich opera
con sus distribuidores, cuyo es el caso de Mora y Cía. Ltda.; y que esta
compañía pidió sucesivas prorrogas para solucionar la deuda que
mantenía para con ellos el señor Víctor Padilla, ello no obsta a que, en si
misma una situación morosidad permanente, constituya un perjuicio por
cuanto obliga constantemente a otorgar explicaciones y por de pronto
entendemos que si el señor Víctor Padilla no cancelaba, necesariamente
quien debía hacerlo es precisamente la compañía referida, se suma a
ello que la mantención de créditos morosos para una sociedad,
naturalmente engendra un descredito comercial sustantivo; con todo y
además de lo que se menciona diremos que para el caso, es necesario
dejar constancia que el Tribunal, vio en la acción del encartado una que
produjo un perjuicio de naturaleza procesal y no necesariamente
económico, para lo cual, de haber sido el caso, entendemos este
testimonio hubiera sido conducente y pertinente.
        Que, en lo que dice relación con el deponente señor Miguel
González García, el Tribunal negará valor a sus dichos por cuanto, sus
indicaciones aparecieron imprecisas y se encuentran en contraposición
con otros testigos del juicio que han merecido mayor crédito probatorio.
De igual manera, pareció a estos jueces que, el deponente, en sus
asertos intentó acomodar sus expresiones a la línea de defensa del
encartad lo que, a juicio de esta Magistratura, devino es que sus
expresiones no aparecieran confiables, lo que ha conducido a emitir la
apreciación ya señalada. A este respecto cabe hacer notar que, si bien la
postura seguida por el deponente aparece como una esperable respecto
de quien es socio o forma parte de la misma oficina de servicios
jurídicos que el encartado, ello hizo desaparecer de sus expresiones, el
requisito base de todo deponente, para ser estimado probatoriamente,

73
cual es su imparcialidad. En este mismo sentido, es posible hacer notar
que, en sus expresiones, el testigo Pablo Sanhueza indicó que al remate
del día 20 de Octubre del año 2008, concurrió por expresa instrucción
del acusado, de manera que en ello no intervino el deponente, lo que
por cierto derriba sus indicaciones. Además de ello, señaló el abogado
Sanhueza que fue a dicha subasta para aprender más de remates, por
cuanto tenía escasa experiencia profesional, puesto que no llevaba
muchos años de ejercicio profesional, lo que en nada se condice con los
dichos del declarante, quien dijo que asistió al remate, precisamente
para asesorar al acusado, para el evento de producirse una incidencia en
la subasta.
Que, de la misma forma, los asertos del señor Cristián
Gotschlich Neumann, no aparecen confiables, ya que emanaron de
una persona ligada por fuertes lazos sanguíneos con el acusado, lo que
para el caso hizo que su testimonio se trasuntara en serie de dichos
que, más parecieron una defensa de la acción desplegada por el
acusado, en lo relativo al hecho uno de la acusación, que una entrega de
información objetiva e imparcial de su parte. De esta forma, no es
posible atribuir mérito probatorio a sus indicaciones, toda vez que las
mismas carecen de la calidad probatoria necesaria para ello. A mayor
abundamiento-reforzando lo dicho-, debe considerarse que, sus dichos
en algunas de sus partes, ciertamente escaparon a la lógica y máximas
de experiencia, por cuanto, el mismo sostuvo que pese a ser ingeniero
agrónomo y agricultor y a tener la intención de trabajar el predio que
remató el 20 de Octubre del año 2008, antes de la subasta no conocía el
mismo; ello visto desde la perspectiva de la lógica y de las máximas de
la experiencia, no parece sostenible, como se entenderá lo usual es que
cualquier persona que decida invertir una suma de dinero, como, en el
caso cuarenta millones, se cercioré si lo que va a adquirir sirve para los
fines que persigue y aún esto resulta mayormente exigible, en una
persona que es agricultor y experto en la materia.
b) En cuanto a la documental.

74
1.- Copia autorizada de sentencia dictada por el Tercer Juzgado
Civil de Temuco, en la causa Rol 3051-2009, en la que Víctor Padilla
demandó nulidad de remate y adjudicación de predios de su propiedad
por parte de Rodrigo Gotschlich Neumann, y en el cual el abogado
Miguel González representó tanto a Mora y Cía. como a Rodrigo
Gotschlich Neumann. En la misma se señalan los fundamentos de la
nulidad y que tiene que ver con nulidad del contrato de hipoteca. En lo
resolutivo, se expresó que, se rechazó dicha nulidad pretendida y negó
lugar a la demanda de reivindicación peticionada subsidiariamente.
Que, las copias a las que se hizo alusión y que fueron
expresamente incorporadas por la defensa de manera extractada, son
dignas de crédito, en tanto corresponden a documentos de aquellos que
generalmente emanan de procesos de la naturaleza citada. Con todo
entienden estos jueces que si bien, la intención de la defensa ha sido,
con ellos, hacer notar que existiría una contradicción respecto de lo
dicho por el señor Padilla en juicio, en orden a que, reconoció ante el
acusado la deuda con Mora y Cía. Ltda. E incluso que pretendió pagarla,
con los hechos subsecuentes que dan cuenta las actuaciones judiciales
referidas. Que, si bien es cierto que el señor Víctor Padilla fue
representado en juicio, por diversos letrados tal como se desprende de
dicho proceso, no es posible soslayar lo dicho, con antelación respecto
del mismo, es decir, se trata de una persona de escasa instrucción,
quien claramente no posee los estudios necesarios para comprender la
naturaleza de las presentaciones que hicieron, en su representación, los
diversos mandatarios judiciales, como se quiera que no es el cliente,
sino el abogado el técnico del proceso y una vez aceptado el mandato
judicial, es el letrado quien con apego a los intereses de su
representado, debe idear las defensas necesarias, los que nos parece ha
acontecido en el caso; de manera esta que, dicho instrumentos, en
parecer de esta Magistratura no poseen la virtud de socavar la
credibilidad del deponente señor Padilla, en tanto sólo da cuenta de
actuaciones que libraron sus abogados, basados, entendemos en las

75
estrategias procesales que consideraron, para el caso, las más
adecuadas.
 2.- Correos electrónicos entre Cristian Gotschlich
Neumann, Orestes Mora o Rodrigo Mora (alternativamente) y
ejecutivos de Soquimich, de fechas 24 y 25 de marzo; 21 y 22 de abril;
13 de mayo; 25 y 29 de julio; todos del año 2008.
-25 de Julio del año 2008 del señor Orestes Mora al imputado, en
la que solicita se envié información al señor Villagra por prorroga de
deuda de Soquimich.
-13 de mayo de 2008, del señor Raúl Villagra al acusado en la
que se le pide al acusado informe de la cobranza del señor Padilla.
De esa misma fecha, en que el acusado informó que el deudor
opuso excepciones, es decir cumple con señalar el estado del juicio rol
12.623-2006 del Juzgado de Letras de Carahue.
-25 de Marzo del año 2008: de Marcela Concha dirigida a Lidia
Mellado, en que solicitada datos, informe de abogado, para fundamentar
prorroga de la deuda del señor Padilla.
-21 de Abril del año 2008 de Oreste Mora al encartado en que le
solicita evacuar informe sobre el estado de la cobranza judicial del señor
Padilla.
Que las comunicaciones electrónicas antes citadas sólo son
pertinentes para fundamentar hechos no contenidos en la acusación
fiscal y que dicen relación con la circunstancia de que, es efectivo que
Mora y Cía. Ltda., solicitó diversas prorrogas respecto del pago de la
deuda del señor Padilla, sujetando el mismo a la resolución del asunto
judicial ventilados en la ciudad de Carahue. Empero, entienden estos
jueces que, el citado instrumento sólo tendría relevancia en tanto, se
hubiere establecido que lo sufrido por la compañía afectada fue un
perjuicio económico, cuyo no es el caso.
3.- Carta de fecha 9 de febrero de 2011, suscrita por
Rhodas Inversiones, representada por Pablo Diez, dirigida a la
empresa Mora y Cía., dando aviso de inicio de cosecha del Fundo

76
María Yolanda, en el que se precisa que a partir de esa misma fecha se
comenzará la cosecha de granos, en el que aparece un timbre,   que
indica sucursal Victoria.
Que, si bien en el documento descrito más arriba se aprecia una
firma y aparece suscrito por el señor Pablo Diez, debe considerarse que
la misma sólo da cuenta de la emisión del documento, pero no que el
mismo haya llegado a destino, toda vez que si bien se aprecia
igualmente una designación de sucursal Victoria, no existe en el
documento ningún timbre de la empresa Mora y Cía. que de prueba de
su recepción, más aún se ignora quien es la persona que recibió el
mismo y aún en el caso de haberlo recibido en una sucursal de la citada
persona jurídica, si el documento llegó efectivamente a los
representantes de la mismas, de manera esta que el instrumento, no
puede tenerse como un medio idóneo para enquistar falta de
credibilidad respectos de los señores Orestes y Rodrigo, ambos Mora, en
tanto, no es factible arribar a la convicción de que dicho instrumento
haya llegado necesariamente a las personas citadas. También por sobre
ello, los mismos declararon en juicio y parecieron verosímiles, al
responder que el señor Pablo Diez, no dio aviso de cosecha
oportunamente y que sólo se enteraron de la misma por que observaron
que la misma estaba en curso, en consecuencia, el documento de
marras será desatendido.
4.- Copia autorizada de expediente de gestión preparatoria
de notificación judicial de protestos de cheques, del 21° Juzgado Civil
de Santiago, Rol 15333-2011, caratulada “Mora y Cía. Ltda. con
Rhodas Inversiones S.A”. Del que se introdujo lo reseñado a fojas 3,
en que se singularizan los cheques a cobrar; todos con beneficiario
“Mora y Cía. Ltda.” y cuyas actas de protestos son de fecha 5 de Abril
del año 2011. De igual manera se precisa que el mandatario judicial
para el cobro es Luis Francisco Muñoz; escrito dando cuenta de pago por
parte de Rhodas Inversiones, por la suma de 103 millones de pesos.

77
Igualmente, resolución de giro de cheque a nombre del representante
del ejecutante, Luis Muñoz.
Que, las piezas documentales, con sus respectivos atestados ser
de copias autorizadas de las originales, son merecedoras de crédito
probatorio, vinculado a lo que a continuación se manifiesta. Se tiene en
virtud de ellas que, en efecto los cheques que se relacionaban con la
prenda sin desplazamiento-impuesta sobre sementeras de Rhodas
Inversiones S.A.- que existían a favor de Mora y Cía. Ltda., fueron
protestados con fecha 5 de Abril del año 2011, vale decir que con
antelación a dicha fecha, no existía posibilidad jurídica de comenzar la
cobranza judicial de los mismos desde que, no se encontraban
protestados. Además de ello, que efectivamente a sólo cinco días de
iniciada la gestión judicial de cobro de dichos instrumentos se logró la
recuperación del total del capital adeudado a Mora y Cía. Ltda.
5.- Carta de 15 de mayo de 2006, remitida por Mora y Cía.
Ltda. a Cristian Gotschlich Neumann encargando la cobranza de 7 letras
de cambio, que dieron origen a juicio en Carahue, del hecho número 1
de la acusación. En la que se reseña que se adjuntan documentos a
cobrar judicialmente y que corresponden a letras de cambio.
6.- Copia del correo electrónico de 09 de noviembre de 2010
enviado por Rodrigo Mora Baeza, socio de de Mora y Cía. Ltda., a su
abogado, el acusado, encargándole ciertos asuntos de índole jurídica, y
2 respuestas de parte del acusado, de 10 y 11 de noviembre del mismo
año; en la que le encomienda verificar diversos asuntos judiciales y
agilizar la tramitación, ello el día 9 de Noviembre del año 2010.
Una respuesta del día 10 de noviembre del año 2010, respecto
de dichos asuntos del acusado;
Otra respuesta del acusado de fecha 11 de noviembre del año
2010, con indicaciones respecto de la tramitación de un asunto
encargado.

78
7.- Copia de carta emitida por Mora y Cía. Ltda. al abogado
Cristian Gotschlich, de julio de 2008, en el que le encarga diversos
asuntos judiciales; en especial cobranzas y se remiten documentos.
8.- Copia de carta emitida por Mora y Cía. Ltda. al abogado
Cristian Gotschlich, de 03 julio de 2008, en el que le encarga diversos
asuntos judiciales y remite facturas para dichos fines.
9.- Copia de carta emitida por Mora y Cía. Ltda. al abogado
Cristian Gotschlich, de 24 de agosto de 2004, en el que le encarga
diversos asuntos judiciales; y remite un cheque protestado por orden de
no pago.
10.-Copia de carta emitida por Mora y Cía. Ltda. al abogado
Cristian Gotschlich, de 05 de marzo de 2008, en el que le encarga
diversos asuntos judiciales y remite cheque protestado.
11.- Copia de carta emitida por Mora y Cía. Ltda. al abogado
Cristian Gotschlich, de 11 de septiembre de 2006, en el que le encarga
diversos asuntos judiciales y remite cheque protestado por falta de
fondos para cobranza judicial;
12.- Copia de carta emitida por Mora y Cía. Ltda. al abogado
Cristian Gotschlich, de 07 de enero de 2003, en el que le encarga
diversos asuntos judiciales y remite cheque protestado para su cobro
judicial;
13.- Copia de carta emitida por Mora y Cía. Ltda. al abogado
Cristian Gotschlich Neumann, de 16 de agosto de 2000, en el que le
encarga la cobranza judicial de cheques protestados, mismo que remite
adjuntándolos;
14.- Copia de carta emitida por Mora y Cía. Ltda. al abogado
Cristián Gotschlich Neumann, de 13 de abril de 2000, en el que le
encarga la cobranza judicial del cheque que remite;
Que, los documentos signados con los números 5 a 14, que
corresponden a instrumentos de naturaleza privada, suscritos en su
mayoría, salvo aquel del numeral sexto, por el señor Orestes Mora en
representación de Mora y Cía. Ltda., y dirigidos al señor Cristián

79
Gotschlich, mismos que pese a ser copias simples, no fueron rebatidos o
impugnados por los acusadores en juicio y que por encontrarse
rubricados y por poseer una apariencia de veracidad, es que, se les
asignará mérito probatorio de la manera que a continuación se expresa.
Estos documentos, entiende el Tribunal, dan cuenta necesaria de una
convicción que, emana incluso de la testimonial de cargo, cual es que si
bien, el encartado prestaba servicios profesionales para dicha compañía,
no lo era, bajo la modalidad de dependencia y subordinación, sino que
existía una vinculación que aunque permanente, se trataba caso a caso,
es decir, cada vez que la empresa citada necesitaba de los servicios
jurídicos que presta el encausado, se lo hacía saber, tanto por medios
electrónicos, como escritos o de voz. Así, entienden estos
sentenciadores que, muy fundamentalmente los medios escriturados
servían para mantener una constancia de lo encomendado. De otro lado,
en materia de cobranza judicial, era necesario la remisión de los
documentos o efectos de comercio impagos cuyos importes se requerían
cobrar a través de la respectiva gestión tribunalicia. Con esto se tiene
que, para efectuar una cobranza del tipo ya señalado necesariamente la
compañía remitía al encartado los documentos indispensables para para
redactar el respectivo libelo. De suerte esta, que en relación con los
cheques vinculados con Rhodas Inversiones S.A. y cuyo protesto es de
fecha 5 de abril del año 2011, entienden estos juzgadores, que el
encartado, sólo estuvo en posición jurídica de iniciar su cobranza
judicial, con posterioridad a dicha fecha, desde que, con antelación a
ello no existía título jurídico que lo habilitara. Se expresa esto aún
cuando del claro tenor de la acusación, en visión de estos juzgadores,
dicho punto no le fue endilgado como merecedor de reproche por los
acusadores al encartado, con todo sí formó parte de la controversia en
juicio y fue debatido intensamente en el mismo.
15.- Hacemos mención expresa que la defensa igualmente, a
más de las piezas que incorporó el acusador respecto del proceso “Mora
con Cía Ltda”, ya profusamente mencionado con antelación introdujo,

80
otros cuatro piezas documentales que ya han quedado citadas, con todo
las mimas sólo dan cuenta, en primer lugar, de actuaciones procesales
de mandatarios del señor Padilla, como, es el hecho de interpones
excepciones, que en nada alteran, el juicio respecto del testigo
mencionado. Luego, se comprueba que en efecto, la deuda para con
Mora y compañía Limitada, se pagó-lo que ni fue objeto de discusión- el
año 2009, y que alcanzó una suma de más de $ 36 millones de pesos,
no debiendo olvidarse en este aspecto que, si bien es superior, ello, al
capital inicial, se incluyeron necesariamente los intereses legales. De la
misma forma, postulamos que aquellas cláusulas adicionales que
mencionó a propósito del contrao de prenda sin desplazamiento, sólo
dieron cuenta más precisa de el periodo de cosecha y la facultad del
acreedor de inspeccionar las sementeras, cuestiones que, en todo, caso
no formaron parte de la contienda judicial y que ninguna trascendencia
probatoria han poseído.
DECIMO SEPTIMO: Hechos. Que, este Tribunal del Juicio Oral
en lo Penal, apreciando con libertad la prueba rendida durante el
desarrollo de la audiencia respectiva, la que sin contradecir los principios
de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos
científicamente afianzados, adquirió la convicción, más allá de toda duda
razonable, que:
a) La empresa “Mora y Cía. Ltda.” cuyo representante legal es
Orestes Mora Silva, se ha dedicado al giro de comercialización de
insumos agrícolas. Aproximadamente desde el año 2000 hasta el 2011,
dicha persona jurídica mantuvo una relación profesional con el abogado
señor Cristián Mauricio Gotschlich Neumann, quien en dicha calidad
prestó sus servicios profesionales durante ese período en materia de
cobranzas, prejudiciales y judiciales, redacción de escrituras, contratos,
asesorías y otros derivados de su giro. Es del caso que, en esta ciudad y
en el cumplimiento de su labor profesional, se le encargó al acusado por
Mora y Cía. Ltda. la interposición de una demanda ejecutiva en contra
de Víctor Wilfredo Padilla Vergara, por un crédito impago ascendente

81
aproximadamente a $27.000.000, para lo que el acusado interpuso,
como mandatario judicial, una demanda ejecutiva en el Juzgado de
Letras y Garantía de Carahue, proceso que se tramitó bajo el Rol
12.623-2006, caratulado “Mora y Cía. Ltda. con Padilla Vergara”. En
dicho contexto y simultáneamente a dicho litigio, Víctor Padilla Vergara
ofreció al acusado pagar el crédito impago, rechazando éste el dinero
del deudor. No obstante, el juicio mencionado, siguió su derrotero
procedimental, alcanzando la etapa de remate de los bienes raíces de
propiedad del ejecutado, mismo que se llevó a afecto el día 20 de
octubre del año 2008, en dependencias del aludido Juzgado, habiendo
manifestado Orestes Mora Silva al acusado su interés en participar, sin
embargo por consejo del acusado, la empresa no participó del mismo,
adjudicándose dos parcelas emplazadas en el sector Pancul, de una
superficie aproximada de 60 hectáreas, el hermano del acusado, Rodrigo
Gotschlich Neumann. Así las cosas, el acusado desvió maliciosamente su
conducta profesional para con su cliente Mora y Cía. Ltda., ocultando la
información acerca de la participación de su hermano en el remate, y
ejecutando gestiones para obtener un beneficio económico para un
pariente directo, perjudicando así a Mora y Cía. Ltda. puesto que no
pudo participar del referido procedimiento de remate y, no recibió el
pago oportuno de su crédito, manteniéndose el mismo moroso, siendo
pagado sólo posteriormente.
b) En el ejercicio de la profesión de abogado el acusado Cristian
Mauricio Gotschlich Neumann defendió los intereses de Mora y Cía.
Ltda., asesorando a ésta de diversas formas para obtener el pago de
ciertos créditos morosos de la empresa “Rhodas Inversiones S.A.”,
representada por Pablo Diez González, sociedad propietaria del bien raíz
agrícola denominado “Fundo María Yolanda”, de 355 hectáreas
aproximadamente, emplazado la comuna de Victoria. Esta empresa
adquirió insumos agrícolas a Mora y Cía. Ltda., sin embargo durante los
años 2009 y 2010 presentó diversos incumplimientos en el pago de sus
obligaciones, las cuales ascendían aproximadamente a $130.000.000.-

82
en total. Así las cosas, y como una forma de garantizar el pago de los
créditos, en junio de 2010 se constituyó una prenda sin desplazamiento
sobre diversas siembras o sementeras de propiedad de la compañía
referida, en el mencionado Fundo, escritura que fue redactada por el
acusado en calidad de abogado de “Mora y Cía. Ltda.”.
En dicho contexto, aproximadamente, a contar de julio del año
2010 se tramitó ante el 3° Juzgado Civil de Temuco la causa Rol 5292-
2010, juicio ejecutivo hipotecario según la Ley general de bancos,
caratulado “Banco Scotiabank Chile con Rhodas Inversiones S.A.”, de
cuya existencia el acusado estaba en conocimiento, y en el cual se
perseguía el pago de créditos morosos del ejecutante sobre el bien raíz
entregado en garantía de aquellos créditos, precisamente el Fundo María
Yolanda, propiedad sobre la cual también se podía hacer pago de sus
acreencias la empresa Mora y Cía. Ltda., y sobre la que incidía la prenda
sin desplazamiento ya referida.
Así, en horas de la mañana del día 20 de Enero de 2011 en
dependencias del aludido Juzgado y en la causa referida, se llevaría a
efecto el remate del Fundo “María Yolanda”, siendo el acusado
informado de ello por el abogado ejecutante de la efectividad y
proximidad del remate, ante lo que el imputado notició de este hecho,
sólo a determinados clientes, entre ellos su padre Hernán Mauricio
Gotschlich Werner, y sin informar del mismo a su cliente Mora y Cía.
Ltda., persona jurídica del giro comercial que no poseía interés en
participar de dicha subasta. El remate se efectuó participando como
único oferente el padre del acusado, Hernán Mauricio Gotschlich Werner,
quien asesorado legalmente por aquél se lo adjudicó en $370.001.000.-
DECIMO OCTAVO: Calificación Jurídica. Que, los hechos
precedentemente descritos en la letra a) anterior, son constitutivos del ilícito
de prevaricación de abogado, previsto y sancionado en el artículo 231 del
Código Penal.

En tanto que, las cuestiones fácticas señaladas en la letra b)


precedente, no instituyen la contravención penal ya aludida por las

83
razones que ya han quedado anotadas al efectuar el análisis de la prueba
vinculado con dichos elementos de hecho.

DECIMO NOVENO: Del delito que se ha dado por establecido.


Que, antes de pormenorizar las razones legales y doctrinales que, en
perspectiva del Tribunal, autorizan a dar por sentado el ilícito que se ha
estimado concurrente, es menester señalar que sostenemos que, la relación
cliente-abogado y las vinculaciones que surgen de dicha relación
jurídica, nos parece, dentro del ordenamiento jurídico nacional, es una
de las que impone mayores y más altas obligaciones. En especial, para
aquel que presta, precisamente los servicios jurídicos, por cuanto, es
incuestionable que quien contrata a un letrado, lo hace en el entendido que
aquel representara fielmente sus intereses, tanto en juicio como fuera de él,
para el caso, de una asesoría; es pues, dicho derrotero desde el que, el cliente
entiende la acciones del letrado de manera que cada vez que recibe un consejo
del mismo, se representa que dicho, es el mejor, para el objetivo que
pretende. De manera ella, en consecuencia, que si bien muchas de las
obligaciones que asume el abogado, en especial, en juicio son de medio,
entendemos que en todo aquello asume, necesariamente, el deber de
mantener la lealtad hacia el cliente aconsejándolo de la forma que mejor se
avenga a el fin perseguido. Ratifica lo que se viene señalando lo postulado por
Ernesto Vargas Weil, quien en su artículo “La relación cliente- abogado” en
Derecho y Humanidades, N°17, año 20011, pág.47, expresa: “Desde un punto
de vista teórico, la profesión de abogado tiene por objeto la defensa jurídica de
la posición de un cliente en un determinado contexto fáctico, o bien, la
asistencia al cliente en la creación de nuevas realidades jurídicas que sean
favorables a sus intereses. Llevado a la práctica, las principales
manifestaciones en que se materializa la profesión de abogado son (a)
defender un determinado punto de vista jurídico a propósito de un caso
promovido ante los órganos jurisdiccionales o administrativos (“abogar”), (b)
resolver conflictos mediante contactos directos con el abogado de la
contraparte (“negociar”), (c) instruir sobre alternativas de comportamientos
jurídicos, ponderando las ventajas relativas de una o de otra de tales

84
alternativas (“aconsejar”) y (d) recomendar y llevar personalmente a cabo
diligencias necesarias para la realización de un negocio (“gestionar”)”. Dicho lo
anterior, es que nos avocaremos al objeto principal de este acápite.

El delito de marras se ha entendido como uno de los que la doctrina


penal española denomina delitos de deslealtad profesional, mismo que se
asume pluriofensivo desde que no sólo puede afectar el interés del cliente, sino
que también el correcto funcionamiento de la Administración de Justicia ( así,
por ejemplo, una acción desviada de un letrado en contra de su cliente puede
hacer perder al mismo el derecho al debido proceso, lo que puede devenir en
indefensión).

De otra parte, como se desprende del tipo penal que se ha estimado


concurrente, el mismo es uno de hipótesis fáctica múltiple, ya que, resulta de
perogrullo, que el tipo no describe una conducta precisa y determinada, sino
que sanciona cualquier conducta abusiva de la profesión de abogado y
maliciosa, que ocasione en perjuicio para un cliente.

De esta manera, tenemos en primer lugar que el tipo penal requiere de


un sujeto activo calificado, es decir, sólo es posible de ser cometido por un
abogado, lo que para el caso, quedó demostrado, en relación con el imputado
con el correspondiente certificado profesional emitido por la Excma. Corte
Suprema.

Asimismo, mencionaremos que, en relación con el perjuicio que se


provoque al cliente, la doctrina ha entendido que “se admite cualquier forma
de perjudicar (donde podrían cobrar valor las disposiciones del Código de Ética
Profesional de Colegio de Abogados de Chile) y aun perjuicios no económicos”
(el subrayado es nuestro), conforme lo sostienen Politoff, Matus y Ramírez, en
Lecciones de Derecho Penal Chileno, Parte Especial, segunda edición, Editorial
Jurídica de Chile, 2005, página 533. Reafirma lo anterior, lo sostenido por
Alfredo Etcheberry, quien expresa: “Por excepción estimamos que en este caso
la expresión “perjuicio”, dada la naturaleza del delito, no está tomada en
sentido patrimonial, sino que tiene un alcance amplio, y comprende también

85
los perjuicios morales, jurídicos, etc.”; en Derecho Penal, parte especial, Tomo
IV, Tercera Edición, Editorial Jurídica de Chile, 2010, página 221.

En este sentido, conforme a la apreciación jurídico probatoria de estos


jueces vertida con precedencia, la acción llevada adelante por el encartado,
con fecha 20 de Octubre del año 2008, vinculada con el consejo expedido por
el imputado, al representante de su cliente, Orestes Mora Silva, en orden a que
no participara del remate, que se llevó a efecto dicho día, en causa Rol 12.623-
2006, caratulado “Mora y Cía. Ltda. con Padilla Vergara”, privó a la empresa
mencionada de participar de dicho procedimiento de realización de bienes, es
decir, le produjo la privación de una legitima actuación procesal, lo que devino
en que, en efecto, perdiera para sí una posición ventajosa.

Al respecto entendemos que dicho obrar fáctico del acusado lo llevó


adelante de manera dolosa (de dolo directo) y abusando de su profesión de
abogado, desde que, de la forma en que se rodea el hecho final, es posible
desprender que la acción profesional del encartado-el consejo de abstenerse de
participar- estaba dirigido conscientemente a perjudicar a su cliente. Decimos
lo anterior por cuanto, es un hecho indubitado que el encausado es quien tenía
clara noción que, al remate no concurrieron postores; ello se desprende de los
dichos del deponente Pablo Sanhueza, como del acta de remate respectiva que
menciona que, en los hechos del día 20 de Octubre del año 2008, no hubo más
postor que el primero de los mencionados; con todo, tal como apreció Orestes
Mora al llegar al Tribunal de Carahue, el día de los hechos, no había nadie, lo
que le llamó la atención; añadimos al respecto por ser un hecho público y
notorio, que los postores a un remate, generalmente se ubican en las
dependencias de atención de público, precisamente a la espera del llamado a
pujar, es en esta circunstancia que, el representante de la persona jurídica
afectada notó que no existía persona alguna. De manera ella que, habiendo
comunicado, Orestes Mora, que tenía interés en participar de la subasta,
contra los intereses de su cliente, el agente le informa que había un postor,
pero es evidente que dicho postor no estaba en dependencias del Tribunal y
sólo se encontraba en el fuero interno del encausado, ya que sólo éste tenía

86
conocimiento del interés de su hermano en los bienes a rematar; es más, es
precisamente en el instante de la subasta, es decir, al ingresar a rematar que,
el deponente Pablo Sanhueza, se entera que subastaría un bien a nombre del
hermano del acusado Rodrigo Gotschlich Neumann, con ello, como es evidente,
con su accionar no sólo el encausado proporcionó a su cliente una información
equivoca, sino que además ocultó que el postor que existía, era su hermano,
es decir, claramente, ello da cuenta de que tuvo la intención deliberada y
directa de perjudicar a la compañía ofendida, privándola de una posibilidad de
intervenir ventajosamente en una actuación procesal, acarreándole perjuicio,
cual es que, se vio imposibilitado de acceder al remate referido, en una
posición de privilegio al no existir postor alguno. Entendemos que lo anterior
concuerda con lo que la jurisprudencia ha sostenido a este respecto, así el
Tribunal del Juicio Oral en lo Penal de Concepción, en la consideración decimo
cuarta, de la sentencia de fecha 19 de mayo del año 2010, RIT 406-2009, RUC
0610010417-0, sostuvo “sólo en la medida en que dicho perjuicio es producto
de una acción profesional dirigida conscientemente por el abogado a perjudicar
a su cliente, verbi gratia invocando leyes o procedimientos inexistente para
hacerle incurrir en gastos injustificados, haciéndole renunciar a legítimos
derechos y acciones, induciéndolo a desprenderse injustificadamente de su
patrimonio, se justifica la pena...”. Por lo demás, en los hechos es indubitado
que el crédito que se pretendía cobrar la empresa afectada permaneció
moroso, por algo más de un año desde la fecha del remate señalado, lo que
por cierto, entendemos que igualmente le reportó un perjuicio comercial, al
mantener una mora con sus proveedores, ya que es evidente que, ello dentro
del contexto mercantil, acarrea menoscaboo a la imagen comercial.

Huelga decir, en este punto, pero en otro aspecto que el perjuicio


procesal producido a la sociedad afectada, devino en el aprovechamiento de la
posición ventajosa en el remate por el hermano del encartado, ya que al no
haber postores, el aludido se adjudicó, los bienes, prácticamente en su
mínimo, correspondiente a la tasación fiscal de ellos, vale decir $40.000.000,
en circunstancias que testigos conocedores del tema, como el señor Pablo

87
Ponce, informaron al Tribunal que dichos bienes, comercialmente, poseen un
valor de, al menos, $180.000.000 ya que se tratan de 60 hectáreas.

A mayor abundamiento, y sin que signifique ello, principio de ejecución


sino un antecedente de contexto, se ha probado de la manera que ha quedado
plasmada más arriba que, con antelación a estos hechos, se acercó a la oficina
que, en ese entonces poseía el acusado, el señor Víctor Padilla Vergara,
precisamente ofreciendo pagar la deuda que mantenía con la sociedad
ofendida de estos antecedentes, empero el encartado declinó aceptar dicho
ofrecimiento, dicha acción, contraria a los intereses de su cliente, no
reprochada por esta vía, da cuenta de que encausado ejecutaba con antelación
a los hechos reprochados acciones que, precisamente iban en contra de Mora y
Cía. Ltda.,y que evidentemente le causaban perjuicio, por cuanto es indudable
que recibir el capital adeudado, en la época anterior al juicio, hubiera
importado un serio beneficio para la compañía aludida, desde que, pudo haber
solucionado oportunamente deudas comerciales.

Juzgamos, por último, que la acción criminosa ejecutada por el agente


de estos sucesos, analizada desde los principios de intervención mínima y
ultima ratio que inspiran el derecho penal, justifican la aplicación de la norma
penal y el castigo, en tanto existe, como se ha descrito un grave atentado en
contra de la lealtad debida al cliente y una acción deliberadamente encaminada
a perjudicarlo en pos de defender los intereses de otro.

VIGESIMO: Autoría. Que, siguiendo la Teoría del Dominio del Hecho,


es autor en términos simples, porque tiene el dominio del hecho, quien tiene
dolosamente en sus manos el curso del suceder típico. Toma parte en la
ejecución de un hecho, expresa Claus Roxin en “Autoría y Dominio del Hecho”,
página 310, “todo interviniente cuya aportación en fase ejecutiva representa
un requisito indispensable para la realización del resultado pretendido, esto es,
aquel con cuyo comportamiento funcional se sostiene o se viene abajo lo
emprendido”. Así, el profesor Enrique Bacigalupo en Derecho Penal, Parte
General, página 500, expresa que “la autoría individual es la del que "realiza el
hecho por sí solo", por lo tanto, sin la participación de otros que hagan contribu-

88
ciones a la ejecución de la acción. Se trata de supuestos en los que la ejecución se
realiza de propia mano, dado que no necesita de otros (En el mismo sentido
Günther Jakobs y Claus Roxin). En tales supuestos el dominio de la propia acción
es indudable si el agente ha obrado con dolo y han concurrido los elementos
objetivos y subjetivos (especial cualificación del autor y especial propósito del
autor) requeridos por el tipo. En este caso la autoría es particularmente simple,
dado que al haber un único sujeto agente, si su acción es típica, no se presentará
la cuestión de distinguir su comportamiento del de otros partícipes. Dicho en otras
palabras: si la acción es típica el único agente será necesariamente autor.

Pues bien, para dar por probada la autoría del acusado obran las
expresiones de Orestes Mora Silva, quien de manera categórica y veraz,
manifestó que con antelación al día 28 de Octubre del año 2008, le señaló al
acusado, que su intención era participar del remate de las los bienes del
ejecutado señor Padilla, adicionando que el mismo día fue precisamente el
Juzgado de Carahue, en donde no habían personas interesadas en rematar y
el acusado le señaló que había un postor, ocultando que, en verdad no había,
presente en el lugar persona alguna interesada en la subasta, sino que quien
iba a rematar era un abogado dependiente del mismo a nombre de su
hermano, con lo que producto de dicho consejo profesional, lo perjudicó en
tanto le impidió participar del remate, perdiendo la oportunidad de
materializar la intención de la compañía en orden a participar de dicha
subasta. Corroborando lo anterior, se contó con los dichos de Pablo
Valenzuela, quien indicó que, efectivamente el día de los hechos, no
asistieron postores a la subasta y sólo él hizo las veces del representante del
hermano del acusado, quien sólo, en los momentos previos al remate, le
informó que debía participar del mismo, entregándole, en dinero efectivo el
dinero correspondiente a la garantía. A lo que debe adicionarse el acta de
remate de la aludida causa en la que consta que a dicha subasta sólo
compareció el mencionado deponente, quien remató para el hermano del
encausado.

89
VIGESIMO PRIMERO: Que, respecto del hecho dos, imputado al
acusado. Tal cual se ha dicho con precedencia- ha sido demostrado y se extrae
del análisis probatorio efectuado con antelación -la sociedad Mora y Cía. Ltda.,
no se encontraba interesada en participar del remate que se produjo el día 20
de Enero del año 2011 ante 3° Juzgado Civil de Temuco, en la causa Rol 5292-
2010, juicio ejecutivo hipotecario según la Ley general de Bancos, caratulado
“Banco Scotiabank Chile con Rhodas Inversiones S.A.” luego, la omisión en
informar del mismo a dicha empresa, entendemos no puede haber producido el
perjuicio procesal que se apuntó en la acusación, ya que lógicamente, es
imposible sostener que se produzca daño de la naturaleza citada, respecto de
una actuación en la que no se deseaba intervenir. De dicha manera y siendo
requisito del tipo que, la acción del agente provoque perjuicio, ha entendido
este órgano jurisdiccional, que no es factible tener por configurado el ilícito.
Afirmamos también lo anterior, en que, expresamente la acusación sostuvo
que: “en circunstancias que dicho cliente tenía interés en participar de dicho
proceso”, elemento de hecho que, como se infiere no fue probado. Por el
contrario, fue demostrado, que la empresa supuestamente afectada, no tenía
interés. De otro lado, cabe apuntar en todo caso, que si bien además,
garantizaban el pago de los créditos de Rhodas Inversiones S.A a Mora y Cía.
Ltda., unos cheques, la omisión del cobro oportuno de los mismos, no le fue
endilgada al encausado en la acusación, por lo que no es posible, en esta
sentencia, desde esa perspectiva adicionarlo como hecho imputado, sin faltar
gravemente a la debida congruencia. Por lo demás, como se ha referido, los
mismos sólo pudieron ser sometidos a cobro judicial, luego de su fecha de
protesto, es decir, luego del 4 de Abril del año 2011 de manera ella que,
resulta dificultoso sostener una actuación desviada del agente y penalmente
punible, respecto de los mismos, con antelación a ello. Por estas
consideraciones y las que preceden, en relación con este punto, es que,
ineludible será en definitiva absolver al imputado.

Por lo demás, cabe considerar, que si bien es cierto el ministerio


público invocó perjuicio económicos, ello no fe demostrado, más allá de toda

90
duda razonable, no existiendo ninguna prueba específica y contundente a
dicho, especial respecto.

VIGESIMO SEGUNDO: Pronunciamiento sobre la Demanda Civil.


Que, el abogado Sergio Ignacio Contreras Paredes, oportunamente y en
representación de la víctima “Mora y Compañía Limitada”, dedujo demanda
civil en contra de Cristian Mauricio Gotschlich Neumann, solicitando dar lugar a
ella en todas sus partes, con costas y condenar al demandado a pagar las
sumas que indicó como indemnización de perjuicio materiales y morales
causados por el actor. Fundó su demanda en los mismos hechos que dieron
base a la acción penal deducida contra el encausado y que conforme al
estatuto de responsabilidad civil extracontractual hacen plausible su pretensión
indemnizatoria.

Que, al respecto cabe hacer presente que en su alegación de clausura


el demandante civil retiró su petición de condena por perjuicio moral causados
a la persona jurídica que representó, por lo que, respecto de dicho capítulo
indemnizatorio no será necesario pronunciarse.

Al respecto, en consecuencia, en relación con los daños materiales, que


habría ocasionado en la demandante, los hechos establecidos y por los cuales
se le ha de condenar al imputado, diremos que de conformidad a lo previsto en
el artículo 324 del Código Procesal Penal, era de cargo del actor civil probar,
para el caso, el monto de los perjuicios ocasionados por la conducta penal del
agente. En dicho aspecto, debemos hacer notar que, en el acápite octavo del
auto de apertura que motivó el juicio, se consignaba la prueba de la
demandante civil, empero celebrada que fue la contienda judicial, la
demandante civil, renunció a dichas probanzas. Se suma a ello que, al ser
consultados los señores Orestes Mora y Rodrigo Mora, sobre el perjuicio
económico, en especial este último, hizo algunas vagas indicaciones respecto
de unos montos de dinero, sin dar razón sustancial respecto de ellos ni cómo
se podía arribar los mismos, y lo mismo aconteció con los dichos, en este
punto, del primero, de forma ella que dichas puntualizaciones, apreciadas,
dentro de este contexto, por estos juzgadores, no han resultado idóneas para

91
establecer en definitiva, si en efecto, el ilícito probado, provocó daños
materiales o causó perjuicio económico cierto para dicha persona jurídica,
puesto que lo que, se ha tenido por concurrente en la construcción de los
hechos sólo ha sido un perjuicio procesal, es decir, la imposibilidad de actuar.
A mayor abundamiento, diremos que ninguna prueba específica sobre el
particular (dirigida expresamente a demostrar perjuicios materiales) rindió la
actora, consecuencialmente a ello y no habiendo probanzas que permitan
arribar a la convicción de que han existido daños materiales, la demanda
interpuesta no podrá prosperar.

VIGÉSIMO TERCERO: Alegaciones de la defensa del acusado. a)


Que, la defensa letrada del encartado, en el inició estimó que los acusadores
no podrían acreditar los hechos contenidos en la acusación ni menos los
requisitos del tipo. Que, ello, ha sido admitido por este Tribunal parcialmente,
en lo que dice relación con el establecimiento del hecho dos, por cuanto,
respecto de dichos antecedentes se ha tenido, en lo sustantivo, por
demostrado que, pese a que, el encartado omitió informar a la compañía que
era su cliente, respecto de un remate que se llevaría adelante, el día 20 de
Enero del año 2011, privándola de participar en el mismo; la citada empresa
”Mora y Cía. Ltda.”, no estaba interesada en tomar parte del mismo, luego, si
no existía dicho interés, no es posible arribar a la convicción respecto de que la
omisión del hechor, le haya acarreado perjuicio.

Además señaló, en el estadio procesal señalado, que se debería probar


que el encargo hecho a su cliente, respecto del primer hecho decía relación con
adjudicarse unas parcelas; al respecto sólo señalaremos que, para el caso, el
encargo inicial fue precisamente cobrar letras bancarias por un monto
aproximado de 27 millones de pesos que el señor Víctor Padilla adeudaba a la
compañía afectada, con todo, ampliando dicho cometido, luego el
representante de Mora y Cía. Ltda., le expresó al encartado su interés en
participar del remate, que se llevaría adelante, en la ejecución de Padilla
Vergara, de manera ella que entendemos que, la Fiscalía no se obligó a
demostrar que había un encargo de resultado, vinculado con “adjudicarse unas

92
parcelas”, sino referido a participar de una etapa de la ejecución del referido
deudor, por lo que, desde la perspectiva anotada, el argumento defensivo debe
ser desatendido.

b) A su turno, y mediante otro letrado en la clausura la defensa,


reiteró algunas argumentaciones iniciales e introdujo otras argumentaciones, a
las que nos referiremos en lo sucesivo.

b.1) La defensa centró muy fundamentalmente sus argumentos, en lo


relativo al perjuicio, es decir en que, la sociedad afectada no sufrió perjuicio
económico, alguno ya que, en ambos hechos, finalmente obtuvo judicialmente
el cobro de sus acreencias. Que, respecto de dicho punto, en primer lugar
diremos, que el delito de marras como ha quedado establecido con
precedencia, no sólo se consuma, cuando el cliente se ve afectado desde la
perspectiva económica, por cuanto en primer lugar, el tipo no define a que
perjuicio hace referencia, lo que la doctrina ha interpretado, de manera
genérica, de suerte que el concepto de perjuicio, contenido en el artículo 231
del Código de Castigo, es uno amplio, lo que incluye, entonces, el procesal,
como ha acontecido respecto del primer hecho. Por lo que estimamos que la
argumentación en torno a este punto, es decir, vinculada a restringir al mero
perjuicio patrimonial, aquel previsto por el tipo, debe ser desatendida.

b.2) Estimó que, el testigo señor Víctor Padilla Vergara, mintió en


juicio, señalando al afecto que, en el Tribunal, incurrió en imprecisiones, ya
que la oficina del encartado a la fecha que mencionó no estaba en calle Bulnes;
luego además, en una declaración anterior, dijo que fue con un vale vista y no
con dinero en efectivo. Además, interpuso alegaciones que negaban la deuda.
Que, tal como ha quedado plasmado más arriba, no participamos de las
indicaciones de la defensa, en tanto, desde una mirada global de los dichos del
encartado, ha parecido a estos sentenciadores que el mismo fue veraz en sus
indicaciones, dentro del contexto de cosas que puede exigirse a una persona
con escasa escolaridad y que ha desarrollado su vida en el mundo rural; así, el
mismo incluso, como se dijo, posee una entonación de voz que propia de
aquellos forman parte del mundo campesino; además en sus posturas

93
corporales y gestos faciales, no fue posible identificar gesto alguno que denote
nerviosismo o que haya dado cuenta respecto de que, el mismo haya fabulado
o mentido a estos jueces. Ahora, no resulta contradictorio para estos jueces
que el mismo haya afirmado ante estos jueces que intentó pagar su deuda
oportunamente, con las actuaciones procesales que, en representación de él
enarbolaron sus mandatarios judiciales, puesto que el mismo señaló que
ignora, entendemos de buena fe, qué caminos técnicos utilizaron quienes lo
representaron, lo que parece plausible. De otra parte, menos es causa de
descrédito para sus indicaciones que el mismo haya señalado que acudió a la
oficina de acusado ubicada en otro emplazamiento que el actual, en tanto es
un hecho indubitado que el encartado con antelación tuvo sus oficinas
profesionales en calle Manuel Bulnes N°815, oficina 607, de esta comuna, lo
que se comprueba tanto por lo señalado en la demanda ejecutiva seguida en
su contra (fojas 16 del expediente respectivo) de fecha 29 de Mayo del año
2006, como por el mandato que la empresa afectada le otorgó al acusado con
14 de abril de dos mil, de forma esta que, es fácil de comprender que en ello
no hay falacia. Luego, respecto de los dichos vertidos en una declaración
prestada en Fiscalía en donde el deponente mencionado habría afirmado que
fue con un vale vista y no con dinero a la oficina del imputado; sostenemos
que la diferencia, entre el dinero en efectivo y un vale vista que es
representativo del mismo, es bastante sutil desde una perspectiva de
representación económica, por lo demás, desde la perspectiva de la
inmediación, lo que entendieron estos jueces es que precisamente aquel fue
con dinero en efectivo, se trata además de una cuestión entendemos
accidental y no sustantiva, dentro del contexto de sus fidedignos dichos, por lo
que no cabe sino desestimar, las argumentaciones de la defensa, vertidas en
este sentido.

b.3) Postuló que el señor Orestes Mora Silva, mintió, en aquello


relativo a que, no sería efectivo que luego del remate haya vuelto
apesadumbrado. En primer lugar hemos de indicar que, a juicio de estos
juzgadores, y tal como ya quedó consignado, el deponente mencionado nos ha
parecido confiable y veraz, desde que, de manera detallada, explicativa y sin

94
que exista elemento alguno para dudar de sus expresiones, vertió la
información que poseía en juicio. Ahora, respecto del punto acuñado por la
defensa sostenemos que lo que describió el testigo es un estado de ánimo que
puede o no ser visible, de manera ella que, si ello no fue advertido por terceros
no es indicativo de que no haya existido, por cuanto dice relación con una
cuestión interna. De otro lado, la defensa, la circunstancia que, luego de estos
hechos, el acusado haya mantenido el contacto profesional con el encartado,
resultó expresamente explicado por el deponente cuestionado por la defensa,
en el juicio, quien mencionó que le resultaba muy costoso romper el vinculo
que mantuvo con el acusado y que a la fecha, llevaba a lo menos ocho años de
extensión, por cuanto la compañía mantenía nutridas cuestiones a cargo del
encartado. Respuesta que, en visión de estos jueces, parece atendible y
razonable, por lo demás cabe aquí hacer presente, que la relación habida entre
empresa afectada y el encausado, era de la más alta confianza a tal punto que,
se llegó a decir por el señor Rodrigo Mora que no hacían nada sin que el
acusado no se los aconsejara.

Igualmente, disputó que el encartado, no haya sabido con antelación al


día del remate que existía un postor por cuanto se lo habría informado el
abogado Miguel González García, cuestión que no se ha podido tener por
asentado, desde que este último deponente, no apareció confiable en visión de
estos jueces.

Cabe indicar, en adición que, la defensa postuló un análisis de cada


pista de sonido respecto de los dichos del declarante señalado, lo que desde
luego, parece al Tribunal que dicho método de análisis conlleva una
observación parcial, aislada y descontextualizada de los dichos de los testigos
e impide un juicio global respecto de sus indicaciones, de forma que, en
nuestra perspectiva, dicha no es la labor que debe llevar a cabo para apreciar
la prueba el Tribunal. Así señaló que, Orestes Mora pretendía adjudicarse las
parcelas para pagarse del crédito que mantenía el señor Padilla, con todo, de
una mirada holística de sus dichos, en verdad, lo que buscaba, han entendido
estos jueces, era participar del remate, y eso se lo comunicó al imputado,

95
puesto que, tratándose de una subasta pública, es claro que una cuestión es la
intención de rematar y otra, es adjudicarse en definitiva.

De otro lado, diremos que, si bien es cierto, el señor Orestes Mora,


indicó que es mal visto que los proveedores de insumos se queden con los
campos de sus clientes, ello lo planteó como afirmación general, es decir, dicha
postura admite excepción y para lo relativo al hecho uno o a); efectivamente,
el mismo estaba dispuesto excepcionalmente a participar del remate y si era
del caso, adjudicarse para lograr hacerse pago de las acreencias que mantenía
para con su compañía el señor Padilla, de manera que no se observa en esta
circunstancia, elemento que socave, la manifiesta credibilidad del mencionado
representante de la compañía agraviada.

Adicionalmente, la defensa planteó que, el declarante en referencia no


es creíble por cuanto, no es efectivo que se la haya pagado durante los años
2009, 2010 y 2011, ya que el pago se consiguió el primero de los años
mencionados, que al respecto diremos que ello sólo plantea una cuestión
accidental y no trascendental, ya que reconoció el hecho sustantivo, la
imprecisión de año, es susceptible se haya producido debido a que, ya han
transcurrido más de cuatro años desde los hechos.

Hacia el final mencionaremos que la defensa sostuvo que el deponente


no fue veraz, además, por cuanto, planteó que antes de remate se reunió con
el encartado en dependencias del Tribunal y ello no fue observado por Pablo
Sanhueza. Al respecto diremos que, una cuestión de lógica nos indica que, si el
señor Sanhueza, no observó dicha reunión, ello no significa que la reunión
haya existido, como quedó demostrado a partir de lo sostenido por el fidedigno
testimonio del señor Orestes Mora.

B.4) Indicó que, la posibilidad de participar en el remate esn sólo un


mera expectativa, no susceptible de ser cubierta por sanción penal. Que, no
participamos de la visión de la defensa, en tanto, entendemos que para el
caso, respecto del que se ha estimado configurado el ilícito, la participación en
el remate, es una oportunidad procesal de actuar, lo que es una mera

96
expectativa es la factibilidad de rematar el bien subastado. En concreto, la
sociedad afectada, como se dijo, oportunamente comunicó al imputado su
intención de participar en el remate, no obstante ello fue impedido por el
sujeto activo, quien actuando en contra de los intereses de su cliente, le indicó
que existía un postor, cuando en verdad en el Tribunal no había ninguna otra
persona interesada en la subasta, y menos le indicó en todo caso, que el
supuesto postor o interesado era su hermano. Con ello, entendemos que lo
que sí merece para el caso reproche penal es en definitiva dicha torcida
actuación profesional del agente, que priva a la sociedad de participar en el
remate, perdiendo con ello, una posición ventajosa, provocando el subsecuente
perjuicio de su cliente, con quien había estado, hasta ese momento, vinculado
por más de seis años.

VIGESIMO CUARTO: De igual modo en la audiencia del artículo


343 del Código Procesal, promovió a favor de su representado, se le
reconozcan las atenuantes de los numerales 6° y 9° del artículo 11 del Código
Penal; además esgrimió respecto del primer hecho la prescripción, por cuanto
entendió que, al considerarse hechos del año 2007, a la actualidad ya habría
transcurrido a los menos, más de la mitad del tiempo, que la ley penal
establece para hacer operativo dicho instituto fundado en la seguridad jurídica.
Que, a dicho respecto indicaremos lo que sigue:

a) Que, habiendo tenido a la vista el extracto de Filiación y


antecedentes del encartado, en el que consta que no ha sido condenado
anteriormente, es que, forzoso resulta reconocer en su beneficio la minorante
de irreprochable conducta anterior.

b) Que, en lo que dice relación con la atenuante del numeral 9° del


artículo 11 del Código Citado, la que sostuvo por la defensa en el hecho que,
desde los albores de la investigación el encartado declaró, allegando una
declaración policial de fecha 17 de Noviembre del año 2011. Que, si bien es
cierto lo anterior, la causa de mitigación de sanción penal prevista por esta vía,
requiere no una mera aportación al esclarecimiento de los hechos, sino que
dicha contribución sea sustancial o principal y para el caso, en que se ha

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estimado, acreditado el ilícito pretendido por los acusadores, el imputado por el
contrario, negó cuestiones fundamentales relacionadas con aquello y e hizo
señalamiento que no resultaron probados en su beneficio, así no apreciamos
que sus aseveraciones prestadas en sede policial, como aquellas vertidas al
inicio del juicio, hayan resultado angulares para el esclarecimiento de los
sucesos, por lo que no cabe, sino desestimar la petición de la defensa
sostenida por esta vía.

c) Además de ello, solicitó se acoja la media prescripción de la acción


penal por los fundamentos ya esgrimidos, que al respecto, entienden estos
juzgadores que lo que planteó la defensa es una alegación de fondo, cuya
oportunidad para incoarla, era la audiencia de preparación de juicio oral o el
juicio oral y no la audiencia citada. Ello se desprende de lo señalado por los
artículos 264, en especial de su letra e) y del texto del articulo 265, ambos del
Código Procesal Penal, por lo que no es procedente pronunciarse sobre la
misma por haber sido alegada extemporáneamente. A mayor abundamiento,
este Tribunal dio por sentado que los hechos criminalmente imputados al
encartado se produjeron el día 20 de Octubre del año 2008, día en que se
produjo el remate, mismo en que el agente actuó de manera abusiva en el
ejercicio de su profesión, respecto del que la víctima no pudo participar; de
otro lado, sólo señalaremos aquí que si bien se recoge como elemento probado
que el señor Padilla intentó pagar su deuda al encartado el año 2007, pero,
como es de entender, dicho hecho sólo es apuntado como un elemento de
contexto y por cuanto, fue probado en el juicio, con todo, no es la acción
penalmente reprochada.

VIGÉSIMO QUINTO: Factores para determinar la pena. Que para


los efectos de determinar la pena a imponer el tribunal tendrá presente lo
siguiente.

1.- El delito de prevaricación de abogado se sanciona con la pena,


según la gravedad del perjuicio de suspensión en su grado mínimo a
inhabilitación especial perpetua para el cargo o profesión y multa de once a

98
veinte unidades tributarias mensuales, al tenor del artículo 231 del Código
Penal.

2.- En la especie concurre una circunstancia aminorante de


responsabilidad penal que ponderar.

3.- En consecuencia, conforme a ello es que este Tribunal prescindirá


de aplicar la sanción mayor establecida para el delito, es decir la inhabilitación
especial y se optará por sancionar por la vía de la suspensión.

4.- Atento el Tribunal a la gravedad, del perjuicio causado, que para el


caso se trató de la perdida irremediable de una actuación procesal de manera ,
es que se estima condigno con ello que la sanción de suspensión en su grado
máximo se corresponde con aquello.

5.- Que, la multa asociada el ilícito, por las consideraciones que


preceden se regulará en el mínimo establecido por la ley.

Por estas consideraciones y, visto además, lo dispuesto en los artículos


1, 3, 11 n°6, 14 N°1, 15 N°1, 21, 24, 25, 26, 39,47,49, 50, 65 y 231 del
Código Penal, artículos 1, 3, 45, 47, 275, 297, 309, 314, 315, 316, 325 y
siguientes, 339 al 346 y 468 del Código Procesal Penal, SE DECLARA:

 I.- Que se condena, con costas, a CRISTIAN MAURICIO


GOTSCHLICH NEUMANN, ya individualizado, a la pena de DOS AÑOS y UN
DÍA DE SUSPENSIÓN, en su grado máximo, DE PROFESIÓN TITULAR y,
al pago de una multa de once unidades Tributarias Mensuales, pagaderas
en pesos según su valor a la fecha de su cancelación, en su calidad de AUTOR
del delito de PREVARICACIÓN DE ABOGADO, ilícito previsto y sancionado en
el artículo 231 del Código Penal, perpetrado en la ciudad de Carahue el día 20
de Octubre del años dos mil ocho, en perjuicio de la sociedad “Mora y
Compañía Limitada”.

II.- Si el sentenciado no tuviere bienes para satisfacer la multa sufrirá


por vía de sustitución y apremio la pena de reclusión regulándose un día por

99
cada un quinto de unidad tributaria mensual, sin que ella pueda exceder de
seis meses.

III.- Que, se absuelve a CRISTIAN MAURICIO GOTSCHLICH


NEUMANN, ya identificado, del cargo de ser autor de un delito de
prevaricación de abogado, ilícito previsto y sancionado en el articulo 231 del
Código Penal, endilgado por el Ministerio público y el querellante de estos
antecedentes y que se pretendió cometido en esta ciudad el día 20 de Enero
del año 2011 y que, corresponde al segundo hecho contenido en la acusación
fiscal que motivó el juicio de marras.

IV.- Que, no se condena en costas de la absolución que ha


precedido al Ministerio Publico ni al querellante, por estimar que tuvieron
motivos fundados para litigar.

V.- Que, no se hace lugar a la demanda civil interpuesta por la


sociedad “Mora y Compañía Limitada” en contra del acusado de estos
antecedentes, sin costas, por haber estimado que el actor tuvo motivo
plausible para demandar.

Ejecutoriada que sea la presente resolución dese cumplimiento a lo


dispuesto en el artículo 468 del Código Procesal Penal.

Devuélvase la prueba documental a los intervinientes que la hayan


aportado.

Remítase formato digital de esta sentencia definitiva por la Unidad de


Administración de Causas a los correos electrónicos que los intervinientes
hayan registrado en el Tribunal.

Regístrese, comuníquese en su oportunidad al Juzgado de Garantía de


Temuco a fin de que de cumplimiento a lo dispuesto en la letra f) del artículo
14 del Código Orgánico de Tribunales.

Redactada por el Juez Titular Juan Bladimiro Santana Soto.

100
R.U.C.         11 10 02 05 70- 1

R.I.T.        216-2012

CÓDIGO:   00405

      

Pronunciada por la Segunda Sala del Tribunal del Juicio Oral en


lo Penal de Temuco integrada por los Jueces Titulares LUIS TORRES
SANHUEZA, presidente, ERASMO SEPULVEDA VIDAL y JUAN
BLADIMIRO SANTANA SOTO.

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