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5.

EL PÁRRAFO

5.1 UNIDAD SEMÁNTICA Y VISUAL

Observe cuidadosamente los siguientes esquemas:

¿Cuántos párrafos hay en cada una de ellos? Seguramente, usted respondió que hay,
respectivamente, tres, dos y cinco. Esto, porque usted concibe el párrafo como una
unidad visual; es decir, como una disposición espacial en forma de bloques, en los
cuales se divide un texto. Y en efecto lo es. Es más, si se le indagara acerca de las
huellas tipográficas que le permiten identificar cada párrafo, dirá que empieza con una
letra mayúscula y termina con un punto aparte o final. Quizás afirme, incluso, que
también puede terminar en un signo de interrogación, de admiración o puntos
suspensivos.

Sin embargo, deberá aclarar que el párrafo es mucho más que una unidad espacial y
gráfica. Y, en todo caso, esta condición es subsidiaria de otra característica esencial: la
que lo define como una unidad de sentido; esto es, el aspecto fundamental del
párrafo consiste en que en él se desarrolla una (y no más de una) idea central. Lo
demás: el número de oraciones (una o varias), la clase, el procedimiento y el propósito
del párrafo, debe estar al servicio de esa particularidad.

Para ilustrar esto, lea con atención el siguiente párrafo:

Desde tiempos inmemoriales, los hombres han asumido diversas actitudes


frente a la muerte. Algunos, sin pensar en ella, gozan cada instante del fugaz
paso terrenal; éstos mueren una sola vez. Otros, por el contrario, pasan cada
segundo de su vida pensando en el momento fatídico de su partida final;
éstos mueren todos los días. También existen hombres, pobres hombres, que
creen encontrar en la muerte la solución a sus conflictos; ellos no necesitan
morir: nacen muertos.

En el párrafo anterior, hay cuatro oraciones, todas fundamentales para su


estructura y comprensión. Sin embargo, una de ellas funciona como un eje en
torno al cual giran las demás. ¿Cuál cree usted que es esa oración? Desde luego,
la primera: “Desde tiempos inmemoriales los hombres han asumido diversas
actitudes frente a la muerte”. Ella contiene la idea central del párrafo. ¿Cuál es,
entonces, esa idea central? En las aulas universitarias en donde se formula esta
pregunta, la mayoría (la abrumadora mayoría, para ser más exacto) responde: la
muerte. Pero no. La muerte es un tema muy general y, en este caso, se trata de
uno más específico: las actitudes de los hombres frente a la muerte.

Las demás oraciones desarrollan esa idea. La segunda oración (Algunos…una


sola vez) señala una de esas actitudes: la indiferencia de algunos hombres frente
a la muerte. La tercera (Otros…todos los días) expresa otra actitud: la de quienes
no viven a plenitud pues piensan de manera frecuente que se van a morir. Y la
cuarta (También…nacen muertos) ilustra la actitud de quienes recurren al suicidio
como alternativa de solución a sus problemas.

5.2 LA ORACIÓN TEMÁTICA: DEFINICIÓN, FUNCIÓN Y UBICACIÓN

Como se sugirió en el apartado anterior, en un párrafo es posible la existencia de una


oración que exprese su idea central. A esa oración se le conoce como oración
temática o matriz (también: principal, tópica, básica o nuclear). Sin embargo, al
afirmar que es posible que haya una oración matriz, se infiere que, igualmente, es
posible que no la haya. En tal caso, se diría que el tema está implícito o diseminado a
lo largo del párrafo.

No obstante, y a pesar de esta última posibilidad, a los escritores noveles se les


sugiere que usen oraciones temáticas en los párrafos, pues ellas posibilitan un
mejor desarrollo de las ideas. Esto, porque a partir de la oración matriz se pueden
hilar las ideas asociadas al tema central del párrafo.

Ahora, aunque la ubicación más frecuente de la oración temática es al inicio (como


en el ejemplo de más arriba), también puede escribirse en el medio o al final del
párrafo. De acuerdo con cada una de esas ubicaciones, el párrafo recibe nombres
y graficaciones distintos.

De este modo, cuando la oración matriz se escribe al comienzo del párrafo se le


conoce como deductivo. Es decir, se inicia con una idea general que se desarrolla
con ideas particulares. Gráficamente se representa con un triángulo invertido, así:

Un ejemplo de párrafo deductivo, es el que sigue:

Casi todos los moluscos están protegidos con caparazones duros. Los
caracoles tienen un solo caparazón, casi siempre enrollado. Las almejas, mejillones
y otros bivalvos tienen dos mitades de caparazón unidas a un lado. Los calamares
y las jibias tienen un caparazón interno y algunas babosas tienen uno pequeño y
plano de bajo de la piel. Algunos moluscos, como los pulpos y muchas babosas no
tienen caparazón, sino sólo una piel dura para proteger sus órganos. (El libro del
saber. Periódicos Unidos)

En el párrafo anterior hay una oración general y, por ende, temática (en negrilla) y
cuatro oraciones que tienen un carácter específico, pues describen el caparazón
de algunas clases moluscos.

De otro lado, si la oración matriz se ubica al final del párrafo, esto es, se inicia con
lo específico y termina con lo general, el párrafo recibe el nombre de inductivo.
Estos párrafos se grafican con triángulos en posición normal:

El siguiente es un párrafo inductivo:

Su clima da la sensación de una primavera eterna. Su paisaje combina lo


natural con lo moderno: las montañas que circundan la ciudad sirven de marco
para los empinados edificios del centro. Por allá, el Metro, el sistema de
transporte que solucionó el caos vehicular de antaño. Por acá, la ciudad
deportiva, cultural y académica. Y en el corazón: la gente, siempre amable y
trabajadora. Definitivamente, Medellín es una ciudad donde usted
encuentra muchos motivos para vivir y divertirse.

Como puede verse en las seis oraciones de este párrafo, las cinco primeras
señalan aspectos particulares (el clima, el paisaje, el Metro como solución a los
problemas de transporte, las distintas actividades de la ciudad, y los habitantes) de
un aspecto general, expreso en la sexta oración: Medellín como una ciudad con
muchos motivos para vivir y divertirse.

En otros casos, la oración temática se ubica en el medio. Esto indica que se inicia
con una (o más) particularidad (es), luego se hace una generalidad y, finalmente,
se señala(n) otra(s) particularidad(es). Esta clase de párrafos, que podrían
llamarse inductivo - deductivo, tiene la forma de un prisma:

El siguiente ejemplo ilustra los párrafos inductivos - deductivos:


Primero fue un cantante poco conocido de jingles en programas infantiles y de
canciones románticas que ambientaban telenovelas puertorriqueñas. Sin
embargo, Carlos Vives logró trascender ese comienzo incierto y encontró
la senda folclórica que lo señala como el cantante más versátil de
Colombia. Y en esa senda estaba el vallenato, el más puro y juglaresco, que
él interpretó tímidamente en la telenovela Escalona; pero después, con los
Clásicos de la Provincia, lo vistió de frac y de gloria en el mundo entero.
Luego, fusionó la juglaría vallenata con melodías y ritmos que abundan en el
Caribe colombiano: la cumbia, el porro; y más allá de las fronteras: el rock, el
jazz y uno que otro ritmo antillano.

Nótese que la oración matriz (en negrilla y en el centro) está antecedida por una
oración que ilustra un primer momento artístico e incierto de Carlos Vives. Y
después de la oración nuclear, hay dos oraciones referidas a un segundo y tercer
momentos artísticos muy fructíferos en la vida del cantante.

De otra parte, en algunas ocasiones, un párrafo puede presentar dos oraciones


matrices: una al comienzo y otra al final. Sin embargo, esta práctica, poco
recomendable para escritores no expertos, debe cumplir una condición básica: las
dos oraciones matrices deben tener una relación temática. A los párrafos que
poseen esta característica, se les denomina deductivo – inductivos y
visualmente tienen la forma de un quiasma:

Esta clase de párrafos puede ejemplificarse de la siguiente manera:

Son muchos los colombianos que, en distintos campos del arte, del
deporte y de la ciencia, han enaltecido el nombre del país en el resto del
mundo. En las distintas expresiones del arte, cabe mencionar a García
Márquez, a Fernando Botero, a Carlos Vives, a Shakira, a Juanes y a Totó la
Momposina, como los nombres ilustres de una lista interminable. En el
deporte, Carlos Valderrama, Edgar Rentería, Antonio Cervantes, Cochise
Rodríguez, Juan Pablo Montoya, María Isabel Urrutia y Santiago Botero, han
enarbolado la gloria nacional por muchos escenarios del mundo. Y en la
ciencia, resultan invaluables los aportes que Rodolfo Llinás y Manuel Elkin
Patarroyo, han realizado al bienestar del mundo. Estos personajes
representan, sin duda, verdaderos ejemplos para las nuevas genera-
ciones de colombianos.

Se aprecia en este párrafo que la oración inicial (“Son muchos…del mundo”) y la


final (“Estos personajes…colombianos”) tienen un carácter general y están
íntimamente relacionadas entre sí. Las demás oraciones, en las que se
especifican los distintos campos y los personajes, desarrollan ambas ideas.
Finalmente, en los casos en los cuales no hay oración temática, la idea principal
es inferible a partir de las oraciones dadas. A continuación, un ejemplo de párrafo
sin oración temática:

Desde arriba, en el avión, lo primero que se divisa de Cartagena es un extraño


contraste: el Caribe que rodea la ciudad, la majestuosidad de los monumentos
históricos (las murallas, el Castillo de San Felipe, el cerro de la Popa…) y un
inmenso cordón de tugurios que abraza la ciudad por casi todos los puntos
cardinales. Abajo, y dentro de ella, el contraste no desaparece: al lado de las
señoras y señores que se empeñan en evidenciar algún lejano abolengo,
deambulan vendedores, indigentes, y personas que viven en un permanente
rebusque para subsistir.

Este párrafo consta de oraciones, las cuales se construyen desde dos


perspectivas. La primera, Cartagena “desde arriba”; y la segunda, desde “abajo y
dentro de ella. Ambas, sin embargo, enfatizan y ejemplifican en un aspecto: el
evidente contraste de la ciudad. Y, en ese aspecto se configura la idea central:
“Desde todas las perspectivas, Cartagena es una ciudad de contrastes”.

5.3 CONDICIONES DEL PÁRRAFO: UNIDAD, COHESIÓN Y COHERENCIA

Al iniciar este capítulo, se dijo que el párrafo es una unidad visual y de sentido.
Esta característica, además de permitir una definición del concepto, se convierte
en su primera condición: todos los párrafos deben tener unidad; esto es, en ellos
no se debe abordar más de una idea. Esta condición no excluye, ni siquiera, los
párrafos que tienen dos oraciones matrices, pues éstas, como se advirtió, deben
tener una relación temática. Cuando hay ruptura de la unidad –porque se incluye
información no pertinente, o hay más de una idea- se confrontan inconvenientes
para la comprensión del párrafo.

A continuación, un párrafo que carece de unidad.

(1) La historia literaria ha estado estrechamente ligada a los denominados


géneros literarios. (2) La Iliada y La Odisea son obras iniciales en el desarrollo
literario de la humanidad. (3) Los géneros son las diferentes modalidades que
adopta la creación literaria. (4) Platón ya proponía una clasificación tripartita para
ordenar las distintas formas: la mimesis o imitación, o la representación, propia
del teatro; la diégesis o narración; y el modo mixto, que era propio de la epopeya.
(5) De otro lado, el existencialismo es una tendencia filosófica y literaria que llegó
a su cumbre con Jean Paul Sartre y con Albert Camus. (6) Por su parte,
Aristóteles realizó una distinción que ha marcado hondamente la historia de la
literatura: géneros líricos, géneros narrativos y géneros dramáticos. (Mar de
Fontcuberta. La noticia)

¿Cuáles son las oraciones que rompen la unidad? La segunda y la quinta. La


primera oración plantea el tema del párrafo: la relación entre la historia literaria y
los géneros literarios. La tercera, la cuarta y la sexta desarrollan esa idea. La
tercera define los géneros; la quinta y la sexta muestran las clasificaciones que,
respectivamente y con respecto de los géneros, propusieron Platón y Aristóteles.

A pesar que las oraciones segunda y tercera también se refieren a lo literario,


rompen la unidad pues no se enmarcan en el tema del párrafo: la relación historia de
la literatura y géneros literarios. La segunda se refiere a dos obras literarias (la Ilíada
y La Odisea) y la quinta a una tendencia filosófica y literaria (el existencialismo). Y
aunque en otros párrafos esas dos oraciones pueden tener pertinencia, en éste
rompen la unidad. Hay que aclarar –para que los lectores no se formen una imagen
equivocada de Mar de Fontcuberta- que el párrafo original no incluye las oraciones
discordantes.

Una segunda condición que debe cumplir todo párrafo es la cohesión. Como se
mencionó en el Capítulo 2, al interior de todo texto se genera un sinnúmero de
relaciones sintáctico – semánticas entre los elementos que lo componen. En el
párrafo, esas relaciones se construyen desde lo intra y lo interoracional. Sin embargo,
las estrategias de cohesión del párrafo son las mismas que se usan para cohesionar un
texto: uso de catáforas y anáforas (elipsis, repeticiones léxicas, pronominalizaciones,
adverbializaciones, sinonimias, relaciones hipónimas e hiperónimas), de conectores, de
antonimias, y de signos de puntuación. Obsérvese un ejemplo del entramado de
relaciones que se puede generar en un párrafo:

(1) Un libro puede ser bueno sin ilustraciones. No voy a decir que (Ø) no sir-
(2) ve si (Ø) carece de gráficas. Pero es innegable que un libro para niños,
(3) cuando está bien ilustrado, se enriquece mucho más, pues (Ø) puede (4)
ofrecer una doble lectura: la literaria y la visual. La (Ø) de las palabras y (5)
la (Ø) de las imágenes gráficas. La ilustración tiene, además, una ven-(6)
taja sobre el texto: (Ø) no necesita traducción. (Ø) Venga de la China, de la
(7) India, de África o de donde sea, todos podemos leerla. El ilustrador no
(8) puede ser sólo un dibujante habilidoso; (Ø) tiene que ser una persona
con (9) conciencia de su realidad, preocupado por apropiarse de ella y
transmitirla (10) a los niños de una manera inteligente y dedicada. Fondo y
forma deben (11) andar de la mano. (Vicky Ramos. Citada por Sergio
Anricaín, Flora Marín y Antonio O. Rodríguez. En: Puertas a la lectura)

En este párrafo se encuentran múltiples relaciones de cohesión, todas señaladas


en cursiva y negrilla (los subrayados son nuestros). Hay anáforas: la palabra libro
(en la primera línea), por ejemplo, se repite léxicamente en la segunda línea, (…es
innegable que un libro…) y elípticamente en las líneas uno ((Ø) no sirve…= un
libro no sirve…), dos (si (Ø) carece…= si el libro carece…), y tres ((Ø) puede
ofrecer…= el libro puede ofrecer). Hay también anáfora sinonímica entre
ilustraciones (línea 1), gráficas (línea 2) e imágenes gráficas (línea 5).

Igualmente, la palabra lectura (línea 4) se repite elípticamente en las líneas cuatro


y cinco (la (Ø) de las palabras y la (Ø) de las imágenes gráficas = la lectura de las
palabras y la lectura de las imágenes gráficas). En ese mismo contexto, los
términos palabras (línea 4) e imágenes gráficas (línea 5) son, respectivamente,
sustituciones léxicas de los términos literaria y visual. Así mismo, las palabras
ilustración (línea 5) y texto (línea 6), se refieren anafóricamente a imagen(es)
gráfica(s) (línea 5) y a palabra(s) (línea 4).

Más adelante, la palabra ilustración (línea 5) se repite elípticamente en la línea


seis ((Ø) no necesita traducción = la ilustración no necesita traducción; y (Ø)
venga de China…= la ilustración venga de la China…) y se sustituye
anafóricamente por un pronombre objetivo en la línea siete (…podemos leerla =…
podemos leer la ilustración).

De otro lado, el término ilustrador (línea 7) crea una relación de oposición con
dibujante (línea 8: el ilustrador sólo un dibujante…); luego se elide en la línea
ocho ((Ø) tiene que ser…= el ilustrador tiene que ser…); y por último, ilustrador
se configura como hipónimo de persona (línea 8). A su vez, esta última palabra se
relaciona anafóricamente con el posesivo su (línea 9: su realidad = la realidad de
la persona). En esta misma línea el concepto realidad se sustituye por dos
pronombres: uno personal, ella (apropiarse de ella), y otro objetivo: la (transmitirla).
Por su parte, en la línea diez, la palabra niños es una repetición léxica (también
aparece en la línea 2), y los términos fondo y forma coexisten de manera
complementaria.

Finalmente, en el párrafo se encuentran tres conectores: pero (línea 2), que


establece una relación de oposición entre la segunda y la tercera oración; pues
(línea 3), que se utiliza con el fin de explicar o aclarar; y además (línea 5), que se
usa con el fin de adicionar una nueva perspectiva.

En todo este análisis, no se ha mencionado el papel de los signos de puntuación,


cuya finalidad permite establecer el carácter de las oraciones (simples o compuestas)
y determina el ritmo de lectura del párrafo. Con todo ello, se configura una compleja
red de relaciones que, si se graficara, permitiría ver la armonía interna (la cohesión,
para ser más exactos) del párrafo.

La tercera condición de un texto es la coherencia. Y es la tercera no porque sea


menos importante, sino porque para llegar a ella se requieren las dos condiciones
anteriores. Si no hay unidad, es decir, si no se utiliza la información pertinente y
necesaria, no hay coherencia. Si no hay cohesión, esto es, si los elementos del
párrafo no se relacionan adecuadamente entre sí, la coherencia no es posible. En
otras palabras, la selección adecuada y precisa de la información, y las relaciones
sintácticas – semánticas de los elementos, determinan su sentido. La coherencia
es, pues, una dimensión semántica.

Así, el párrafo que, líneas atrás, ilustra el concepto de unidad adquiere sentido (se
vuelve coherente) cuando se le suprimen las dos oraciones discordantes. Y el párrafo
que ejemplifica el concepto de cohesión es coherente porque –además de tener
unidad- su compleja red de relaciones establece una serie de nexos que configuran
su sentido. Por tanto, la coherencia es posible cuando la información se organiza de
manera lógica y cuando las condiciones de unidad y de cohesión del párrafo se
cumplen cabalmente.
5.4 CLASES DE PÁRRAFOS

De acuerdo con su intención comunicativa y su estructura, los párrafos se han


clasificado de distintas maneras; eso permite suponer que, como en la mayoría de
las clasificaciones, hay un margen de arbitrariedad. En este caso, y aceptando que
existen otras categorizaciones, nos referiremos a cuatro clases de párrafos: narrativo,
descriptivo, explicativo y expositivo.

5.4.1 Párrafos narrativos

En los párrafos narrativos se cuentan o relatan hechos y acontecimientos en un


marco espacial y temporal. En ellos, siempre hay personajes (no necesariamente
humanos) y alguien que relata, es decir, un narrador, quien puede estar dentro de la
historia (primera persona, sea protagonista o testigo de los hechos) o fuera de ella
(tercera persona, la cual puede ser objetiva u omnisciente). Son párrafos dinámicos,
caracterizados por la abundancia de verbos referidos a acción. En el siguiente
párrafo, se notan las acciones del personaje central, Adelina, y la manera cómo
transcurre el tiempo:

Adelina apartó el rizador de pestaña y comenzó a aplicarse el rimmel. Una


línea de sudor manchó su frente. La enjugó con un clínex y volvió a extender
el maquillaje. Eran las diez de la mañana. Todo lo impregnaba el calor. Un
organillero tocaba el vals Sobre las olas. Lo silenció el estruendo de un carro
de sonido en que vibraban voces incomprensibles. Adelina se levantó del
tocador, abrió el ropero y escogió un vestido floreado. La crinolina ya no se
usaba pero, según la modista, no había mejor recurso para ocultar un cuerpo
como el suyo. (José Emilio Pacheco. La Reina).

5.4.2 Párrafos descriptivos

Describir consiste en analizar o detallar las características de algo o alguien: una


persona, un animal, un lugar, un objeto o un acontecimiento. Se puede detallar
aspectos físicos, funcionales, conductuales o estructurales. Aunque en ocasiones se
describe en relación con el tiempo (por ejemplo, el amanecer, el atardecer y el
anochecer de un lugar), esta temporalidad no adquiere la dimensión dinámica de una
narración. Los párrafos descriptivos son, más bien, estáticos; en ellos, abundan los
adjetivos o frases adjetivas. En el siguiente párrafo, hay una descripción física,
funcional y estructural de los camélidos:

Los camélidos tienen la cabeza relativamente pequeña, el cuello largo y


delgado y el labio superior dividido. Los camellos tienen una joroba (el
dromedario) o dos (el camello bactriano), y almacenan grasa, la que puede ser
usada en los tiempos de escasez. Todos los camélidos tienen un manto
grueso que proporciona aislamiento contra el calor del día y abrigo durante las
noches frías o cuando se encuentran en altura. A diferencia de otros
mamíferos ungulados, hacen descansar su peso no sobre sus pezuñas, sino
sobre los lados inferiores de los dos dígitos de cada pata, que están
acolchados por una almohadilla plantar grasosa. Esta es una adaptación al
caminar sobre suelo arenoso. Los camélidos son únicos entre los mamíferos,
ya que tienen glóbulos rojos ovalados, de modo que, posiblemente, pueden
ser transportados fácilmente por el cuerpo, incluso cuando la sangre se ha
vuelto espesa debido a la deshidratación. (Mundo animal. El Tiempo).

5.4.3 Párrafos explicativos

Al explicar, se aclaran las razones de una afirmación o los procedimientos o fases de


un evento determinado. De acuerdo con esto, hay dos tipos de párrafos explicativos:
los que justifican razones y los que señalan procedimientos.

Los párrafos que explican razones aclaran el porqué de una afirmación; en


ocasiones toman fuerza argumentativa, pues se buscan fundamentos que
sustentan esa afirmación. En el siguiente párrafo, el autor explica por qué algunas
palabras que se incorporan desde otra lengua son más que préstamos, pues no se
devuelven a la lengua original:

El idioma español ha tomado siempre préstamos, esas palabras útiles que


aportan otras lenguas y que, adaptadas a la fonética propia y a veces con el
significado ligeramente distinto, se incorporan al lenguaje habitual de la gente.
“Préstamos” se llaman, igual que todos aquellos que tampoco devolvemos,
algo muy usual en la lingüística y en la vida en general. Porque ya nunca
regresaremos de nuevo la palabras "jardín” a los franceses. Además, no la
querrían, porque ya nos es yardán (escrito jardín) que ellos propalaron por el
mundo. Se ha quedado en el español, tan a gusto entre el martín pescador y
el jardín aromático, acomodada en la fonética y la escritura del castellano.
(Alex Grijelmo. Defensa apasionada del idioma español).

Por su parte, los párrafos que explican procedimientos responden al cómo se


realiza un evento determinado; es decir, cuáles son las etapas o fases que se
deben cumplir para lograr un fin u objetivo. En el ejemplo que ilustra esta clase de
párrafos, Umberto Eco explica qué etapas hay que seguir para armar la bibliografía
de una tesis de grado:

¿Cómo se hace una búsqueda preliminar en una biblioteca? Si ya dispone de


una bibliografía segura, evidentemente hay que acudir al catálogo de autores
para ver qué puede proporcionar la biblioteca en cuestión. A continuación se
pasa a otra biblioteca y así sucesivamente. Pero ese método presupone una
bibliografía ya elaborada (y el acceso a una serie de bibliotecas, quizás una en
Roma y otra en Londres). Evidentemente, no es este el caso que importa a
mis lectores. Tampoco es que pueda aplicarse a los estudiosos profesionales.
El estudioso podrá ir a una biblioteca en busca de un libro cuya existencia ya
conoce, pero por lo general acude a la biblioteca no con la bibliografía, sino
para elaborar una bibliografía. (Umberto Eco. Como se hace una tesis).
5.4.4 Párrafos expositivos

En un sentido general, exponer implica mostrar algo; pero en un sentido más


restringido, una exposición consiste en interpretar el sentido genuino de una
palabra, de un texto o de una doctrina o ideología. Los párrafos expositivos, por
tanto, tienen un carácter referencial pues definen los aspectos esenciales de los
conceptos. El párrafo que viene es expositivo por cuanto define y contrasta los
conceptos de objetivismo y subjetivismo.

Para el objetivismo, el centro de gravedad del conocimiento reside en el objeto; el


reino objetivo de las ideas o esencias es el fundamento sobre el que descansa el
edificio del conocimiento. El subjetivismo, por el contrario, trata de fundar el
conocimiento humano en el sujeto. Para ello, coloca el mundo de las ideas, el
conjunto de los principios del conocimiento, en el sujeto. Éste se presenta como
el punto del que pende la verdad del conocimiento humano. Sin embargo, con
sujeto no se quiere significar el sujeto concreto, individual, del pensamiento, sino
un sujeto superior, trascendente. (J. Hessen. Teoría del conocimiento).

5.5 PÁRRAFOS CON FUNCIONES ESPECÍFICAS

En un texto, la mayoría de los párrafos se usa para desarrollar el tema. Esto indica que
los párrafos abordan los distintos subtemas y proposiciones del texto. Los párrafos de
desarrollo, por tanto, se constituyen en la columna de las composiciones escritas. Sin
embargo, en los textos se encuentran otros párrafos que tienen unos propósitos
distintos: introducen el tema, establecen relaciones entre los párrafos y finalizan o
concluyen el texto. Así, reciben los nombres de párrafos de introducción, de enlace y
de conclusión.

5.5.1 Párrafos de introducción

Estos párrafos tienen el propósito de contextualizar y de presentar el tema. Establecen,


además, el tono, la perspectiva ideológica y las características lingüísticas del texto. Y
tienen, por último, una función básica: permiten conectar psicológicamente al autor con
el lector. Esto es, desde los párrafos de introducción, el lector intuye cuál será su
relación (agradable o desagradable) con el texto.

No existe una sola manera de empezar un párrafo de introducción, ni siquiera si se


trata de una misma clase de texto. Incluso, si se tratara de varios textos escritos por un
solo autor, la introducción sería distinta. A continuación, un párrafo de introducción de
un ensayo. Nótese, el carácter contextualizador, la definición del tema, la perspectiva
ideológica y el tono que usa la autora:

Quisiera iniciar con una referencia personal. El viernes 19 de septiembre cumplí 50


años. Mirando una efeméride feminista latinoamericana del mes de septiembre, no
pude resistir la tentación de ver qué había pasado el 19, y encontré los siguiente:
ese día de 1811 (la Revolución por la que se inició la emancipación de la corona
española fue en mayo de 1810, apenas un año antes) el Cabildo de Buenos Aires
resolvió que no se consideraran “vecinos” (y por lo tanto ciudadanos) ni los negros,
ni los indígenas, ni los mestizos, ni las mujeres. Consagraban así el modelo de
ciudadanía restringida característico de la Revolución Francesa que los había
inspirado. Un modelo que mantiene una retórica universal de derechos luego de
haber efectuado un recorte de cuáles son los sujetos que serán considerados
ciudadanos (en el caso de la Revolución Francesa, el varón blanco propietario).
Veamos cómo se construye, y sobre todo cómo se legitima, esta exclusión, que en
el Estado moderno excluye a todas las mujeres del ámbito de lo público. (Diana
Maffla. Ciudadanía y participación política de la mujer. En: Unicarta)

5.5.2 Párrafos de enlace

Cómo su nombre lo sugiere, estos párrafos sirven de transición entre párrafos de


desarrollo. A diferencia de éstos, no desarrollan ningún tema, sino que hacen
referencia a una idea que ya se mencionó o a otra que se va a mencionar.
Precisamente, en relación con esto, hay párrafos de enlace retrospectivo,
prospectivo y mixto.

Los párrafos de enlace retrospectivo tienen un carácter anafórico; se refieren, pues, a


ideas que (de manera inmediata o remota) ya se mencionaron en el discurso.
Generalmente están encabezados por conectores como: lo anterior, lo dicho, lo
mencionado, esto, como se dijo, como se afirmó, etcétera. Ejemplo:

Todo lo anterior, permite inferir que las primeras formas de exclusión se ejercen
desde las leyes o, lo que es lo mismo, del Estado.

Por su parte, los párrafos de enlace prospectivo se refieren a ideas que (de forma
inmediata o diferida) se van a mencionar en el discurso. Tienen, por eso, funciones
catafóricas. Para construirlos se usan conectores como: a continuación, enseguida, lo
siguiente, más adelante, entre otros:

Enseguida, se mencionarán las consecuencias que, en lo social, lo político, lo


económico, lo laboral, lo sexual y lo lingüístico ha traído la exclusión de las mujeres.

Por último, los párrafos de transición mixta comienzan con una retrospección y terminan
con una prospección:

Pero las anteriores no son las únicas formas de exclusión. Hay otras que se ejercen
de manera menos evidente y que se ilustran de la siguiente manera.

5.5.3 Párrafos de conclusión

Para finalizar un texto, la mayoría de las veces se usan párrafos que sintetizan o
retoman de manera resumida las ideas abordadas en su desarrollo. En otros casos,
cuando se trata de textos argumentativos o informes de investigación, se verifica la
sustentación o aceptación la tesis o de la hipótesis. En fin, hay –como en la
introducción- distintas formas de culminar un texto. Y aquí también reside uno de los
éxitos de la escritura. Un texto sin una buena conclusión es similar a un tranquilo
viaje en avión que termina en un pésimo aterrizaje. Hay que dejar una última y
buena impresión. Usualmente, para encabezar párrafos de conclusión, se usan
conectores como: finalmente, para concluir, en síntesis, por último, en conclusión,
entre otros. Ejemplo:

En síntesis, la exclusión de las mujeres de los espacios de poder político y social, se


construye desde la negación y la denigración: se les cree inferior en lo intelectual, en
lo físico; se les considera incapaces de ejercer funciones que tradicionalmente han
ejercido los hombres; se les restringe a la función procreadora y a las labores del
hogar. Tal vez los hombres tienen temor de perder sus espacios y se les impide
asumir a ellas algunas labores que ellos han desempeñado históricamente y se han
arrogado como propias de la masculinidad.

5.6 ESTRATEGIAS PARA DESARROLLAR PÁRRAFOS

Existen diversas estrategias para desarrollar la idea de un párrafo, las cuales varían
de acuerdo con la clase de párrafo o texto. En este aparte, se abordarán once
estrategias o procedimientos que suelen usarse para construir párrafos de
desarrollo. Se aclara que es posible encontrar otros procedimientos distintos a los
mencionados aquí (o se nombran de modo distinto) y que a menudo se utilizan varias
estrategias de desarrollo en un solo párrafo.

5.6.1 El cuestionamiento retórico

Esta estrategia se caracteriza por la formulación de una pregunta retórica (esto es,
será respondida por el mismo autor) en las primeras oraciones del párrafo. Esta
pregunta tiene un carácter temático, por lo que las demás oraciones están en función
de ella. Ejemplo:

¿Le ha dado molestias últimamente en el cuello? Ande, consiéntase con un masaje


o acuda con un quiropráctico; tal vez esto sea lo mejor que puede hacer. En un
momento dado, el 13 por ciento de la población sufre de dolor en el cuello.
Generalmente, el tratamiento consiste en terapia manual (proporcionada por
masajistas y quiroprácticos), terapia física (que se basa en ejercicios de
estiramiento y fuerza, pero que puede incorporar también la terapia manual), o
atención por parte de un médico (quien puede recetar fármacos y enseñarle al
paciente a cuidarse adecuadamente). (Selecciones Reader’s Digest)

5.6.2 La comparación

Una comparación consiste en establecer paralelos entre personas, lugares, objetos,


animales, situaciones, conceptos, etc. Con ella se pretende mostrar las semejanzas
y/o las diferencias entre los elementos comparados. Hay, en consecuencia, tres tipos
de párrafos comparativos, a saber:

5.6.2.1 Comparación integral

Es, como su nombre lo indica, una comparación completa; por un lado señala las
semejanzas entre los elementos; y, por otro, establece las diferencias. Ejemplo:

La jirafa y el okapi son los últimos representantes que sobreviven de una


familia que en otro tiempo fue sumamente diversa. Tienen patas largas,
cabeza alargada, estrecha, con pequeños cuernos, y unos peculiares caninos
inferiores lobulados. La jirafa, con su característico cuello largo, es el animal
viviente más alto y el macho puede alcanzar 5.5 m (18 pies). Las dos especies
–conocidas en conjunto como jiráfidos- difieren en su comportamiento y
ecología, porque la jirafa vive en la sabana arbolada (en África, al sur del
Sahara), en tanto que el okapi habita el bosque húmedo (en el noreste de
Zaire). (Mundo animal. El Tiempo).

5.6.2.2 Comparación contrastiva

Una comparación contrastiva se usa con el fin de establecer diferencias entre los
elementos. Esta clase de comparación se puede ejemplificar de la siguiente manera:

Un argumento carece del rigor axiomático – deductivo, casi perfecto, que


caracteriza, por ejemplo, a las demostraciones matemáticas. Allí estriba una
de las diferencias fundamentales entre un argumento lógico y un argumento
discursivo: mientras el primero es constrictivo por cuanto la aceptación de sus
premisas prácticamente obliga a la aceptación de su conclusión, el segundo
no lo es por cuanto la aceptación de las premisas y de la conclusión puede ser
objeto de controversia. La conclusión de un argumento discursivo no se
obtiene automáticamente, como sucede con los silogismos. Por esta razón es
muy normal que en una argumentación, con las mismas premisas, se llegue a
conclusiones diferentes. (Alvaro Díaz Rodríguez. La argumentación escrita).

5.6.2.3 Comparación analógica y/u homológica

Las analogías permiten ilustrar las semejanzas entre los elementos; en ese sentido,
son símiles, pues se relacionan con comparativos: como, semejante a, tal como,
etcétera. Las homologías, por su parte, establecen relaciones de igualdad; se
consideran auténticas metáforas ya que prescinden de los comparativos. El párrafo
que ilustra este ejemplo tiene, en consecuencia, una carácter analógico, ya que
asemeja (no iguala) el sistema democrático con una máquina

El sistema democrático es como una máquina que tiene varias partes y


subconjuntos que son vitales. No podemos tener la idea del automóvil si a la
máquina le faltan los cilindros y, por supuesto, nada podemos decir de los
cilindros sino en función del automóvil. Si no hubiera partidos, obviamente no
habría habido democracia. Los partidos son requisito esencial de la
democracia. Donde no hay partidos, no menos que donde no hay elecciones,
no hay democracia. (Guillermo Briones. Métodos y técnicas avanzadas de
investigación aplicadas a la educación y a las ciencias sociales).

5.6.3 Análisis estructural y funcional

Aunque en el ámbito académico se utiliza de manera frecuente el concepto “analizar”,


muchos no entienden su verdadera dimensión: analizar consiste en dividir un todo en
sus componentes esenciales, con el fin de describir o explicar su estructura o su
funcionamiento. El análisis es, por tanto, un concepto opuesto al de integrar o sintetizar.
A continuación, se analiza la estructura y la función de un circuito de corriente alterna:

Hay tres elementos principales en un circuito de corriente alterna: el resistor, el


capacitor y el inductor. Un resistor se ve afectado por una corriente alterna, de la
misma manera que los circuitos de corriente continua y la corriente se determina
por la ley de Ohm. El capacitor regula y controla el flujo de carga en un circuito de
corriente alterna, su oposición al flujo de electrones se denomina reactancia
capacitiva. El inductor experimenta una fem autoinducida que le añade reactancia
inductiva al circuito. El efecto combinado de los tres elementos en oposición a la
corriente eléctrica se denomina impedancia. (Paul E. Tippens. Física 2)

5.6.4 Análisis y explicación de procesos

Estos párrafos tienen también un carácter analítico, pero no describen sino que
explican las etapas o fases de un proceso o procedimiento (una receta de cocina,
una investigación, el juego de dama, el pilotaje de un avión, etcétera). En el caso
que se ilustra, se explica las etapas para emprender un vuelo sin motor:

En el vuelo sin motor, la nave se lanza desde el suelo, catapultándola hacia arriba
con largas cuerdas elásticas o remolcándola con un cabrestante, un coche o un
aeroplano con motor. Cuando se lanza el planeador con un cabrestante, el piloto
desprende la cuerda al alcanzar la altura deseada. Ya en el aire, el piloto dirige la
nave en busca de corrientes elevadoras o, si lo que desea es permanecer en el
aire, puede volar de un lado a otro de una cordillera donde haya una corriente de
alta presión. En los casos en los que el vuelo se realiza por el campo, el piloto vuela
a la caza de nubes o tocando térmicas, o sea, buscando corrientes térmicas que
impulsarán la aeronave. (Enciclopedia autodidáctica Nuevo Milenio. Tomo 3)

5.6.5 Análisis de causa efecto

Con esta estrategia, se busca explicar qué factores ocasionan un fenómeno o, al


contrario, señalar las consecuencias derivadas de algunas acciones o procesos.
En el párrafo que sigue, el autor explica cuáles son las causas que determinan la
desaforada función sexual del negro:
La función sexual del negro, atribuida en ocasiones a una supuesta condición
genética, para justificar una sexualidad mayor frente a otros grupos étnicos,
obedece más a un desarrollo libre de los apetitos que a una propensión natural. Al
negro, y por delegación histórica al mulato actual, se le incitó para que se
reprodujera y adquirió una mayor inclinación por los hábitos sexuales, frente a
grupos que socialmente han sido sometidos a disciplinas más rígidas. La sociología
concibe este fenómeno llamando al negro “machista”, pero allí tiene su propio
nombre: “mujeriego”. (Ciro Quiroz Otero. Vallenato: hombre y canto)

5.6.6 La clasificación o categorización

Cuando se clasifica, se establecen relaciones de hiperónimos e hipónimos; es


decir, se incluyen en categorías más generales conceptos más específicos.
Comúnmente, para clasificar se requiere un elemento que restringe (se clasifica
según…). En el ejemplo que sigue, se clasifican las ciencias según su objeto de
estudio:

Las ciencias que se ocupan de objetos ideales, y en las que se opera


deductivamente, como las matemáticas o la lógica, son llamadas ciencias formales.
Las ciencias físicas y naturales, son las ciencias fácticas, pues se interesan por
objetos materiales e incluyen la física, la química, la biología, etcétera. Si bien los
seres humanos también pudieran incluirse como objetos de este tipo de ciencia,
cuando nos referimos a sus conductas, manifestaciones sociales y culturales,
etcétera, necesitamos utilizar una conceptualización muy diferente a la de las
ciencias físicas, por lo que es frecuente abrir una tercera categoría, la de las
ciencias humanas, donde entran la psicología, la antropología, la economía,
etcétera. (Carlos A. Sabino. El proceso de investigación)

5.6.7 La definición o conceptualización

Al definir, se debe señalar de manera clara, exacta y precisa el significado de una


palabra o la naturaleza de una cosa. Aunque existen conceptos unívocos, cuya
definición no admite opiniones contrarias, en las ciencias (sobre todo en las ciencias
sociales y humanas), abundan los conceptos multívocos o de múltiple interpretación.
Cuando se está frente a un concepto de este tipo, la claridad, la exactitud y la precisión
están en relación con una postura o perspectiva teórica (por ejemplo, el concepto de
signo según Aristóteles, Saussure, Pierce, Hjelmslev, u otro autor). Enseguida, un
párrafo que define las fuentes de información:

Las fuentes de información son personas, instituciones y organismos de toda


índole que facilitan la información que necesitan los medios para suministrar
noticias. Esta información es de dos tipos: la que busca el medio a través de
sus contactos y la que recibe a partir de la iniciativa de distintos sectores
interesados. La relación entre el medio y las fuentes es una de las más
complejas y básicas de todo el proceso de producción de noticias. Un medio
sin fuentes es un medio muerto. (Mar de Fontcuberta. La noticia)
5.6.8 La sustentación por autoridad

En muchas ocasiones, cuando se escribe, es necesario recurrir a expertos en


determinados temas con el fin de sustentar nuestras afirmaciones. Esos expertos,
por su profesión o reconocimiento público, gozan de credibilidad y, por esa razón,
se les considera autoridades en la materia. En el siguiente párrafo, en el que un
investigador del metabolismo evalúa el aporte calórico de las proteínas y las grasas,
se recurre a esta estrategia para su desarrollo:

Caloría por caloría, la proteína satisface más que las grasas. Así de acuerdo con
Angelo Tremblay, investigador del metabolismo en la Univesidad Laval de Quebec,
las personas que siguen regímenes ricos en proteínas se sienten más satisfechos
con el mismo número de calorías. “Es menos probable que consuma más calorías
si su dieta tiene un alto contenido proteico”, explica el investigador. Y a la inversa,
es poco probable que las grasas y el alcohol lo hagan sentirse satisfecho, “lo que
sin duda aumentará las probabilidades de que las consuma en exceso”.
(Selecciones Reader’s
Digest)

5.6.9 La sustentación en datos y estadísticas

En otros casos, la sustentación de las afirmaciones se hace con datos, estadísticas y


fechas. Cuando se invocan datos o estadísticas que se toman de otras fuentes, es
obligatorio referenciar el texto o el organismo de origen. Ejemplo:

Japón ocupa el séptimo lugar en el mundo en cuanto a población. Pero enfrenta


problemas en su dinámica demográfica por la relación existente entre el número de
pobladores y el tamaño de su territorio, hecho que refleja en su densidad
habitacional, una de las más altas del planeta. Sólo en las áreas metropolitanas de
Tokio, Osaka y Nagoya se reúne el 58 por ciento del total de la población. La
principal ciudad es Tokio, que alberga 11.771.819 habitantes. Sin embargo, otras
nueve ciudades albergan más de un millón de personas; éstas son: Osaka, que
cuenta con 2.602.352 habitantes; Yokohama, con 3.307.408; Nagoya, con
2.152.258. (Enciclopedia Autodidáctica Nuevo Milenio, Tomo 1)

5.6.10 Ejemplificación

La ejemplificación es una estrategia de ilustración o de fundamentación de una


afirmación. Es decir, se ejemplifica para que el lector tenga, por un lado, una idea
concreta de un concepto; o, por otro, para sustentar –con situaciones conocidas-
una tesis. En estos párrafos, los términos que determinan la ejemplificación
pueden ser: por ejemplo, para la muestra, verbigracia, ilustremos con un caso,
entre otros. Ahora, no basta que alguna de estas palabras aparezca en el párrafo,
pues el ejemplo debe usarse para desarrollar la idea central. Para la muestra, el
siguiente párrafo, el cual utiliza un ejemplo para sustentar la tesis o tema: la
historia de Chile reconoce varios regímenes políticos.

Habría que decir que la historia de Chile reconoce varios regímenes políticos.
Por ejemplo, bajo la constitución de 1833 es posible distinguir no menos de tres
periodos: uno autocrático, la llamada “república pelucona”, que tiene su punto
de quiebre a fines de la década del sesenta del pasado siglo; luego viene la
“república liberal”, que culmina trágicamente en la guerra civil de 1891; y,
finalmente, un régimen de asamblea (mal llamado parlamentario) que
desaparece con el golpe militar de 1924. (Guillermo Briones. Métodos y técnicas
avanzadas de investigación aplicadas a la educación y a las ciencias sociales).

5.6.11 Enumeración o secuencia

En un párrafo por enumeración o secuencia se establece un orden de las ideas que


desarrollan el tema central. Para ello, es necesario utilizar conectores de enumeración
o de secuencia (en primer lugar…en segundo lugar; inicialmente…a continuación…
luego…finalmente; uno…dos…tres; etcétera). Ejemplo:

Las citas tienen que ser fieles. Primero, hay que transcribir las palabras tal y como
son (y a tal fin siempre está bien, después de redactar la tesis, cotejar las citas con
el original, porque al copiarlas a mano o a máquina se puede haber incurrido en
errores u omisiones). Segundo, no se puede eliminar parte del texto sin señalarlo:
esta señal de elipsis se efectúa mediante la inserción de tres puntos suspensivos
que corresponden a la parte omitida. Tercero, no se puede interpolar; todos
nuestros comentarios, aclaraciones, especificaciones, tienen que aparecer entre
paréntesis cuadrados o corchetes. Incluso los subrayados que no son del autor
sino nuestros, tienen que ser señalados. (Umberto Eco. Cómo se hace una tesis)

TOMADO DE “LA CONSTRUCCIÓN DEL TEXTO ESCRITO”


AUTOR: JUAN CARLOS URANGO (OBRA INÉDITA)

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