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REVOLUCI6N
Poderes en disputa
en -el Rio de la Plata,
1810-1816
por
Marcela Ternavasio
siglo
veintiuno
editores
44 MARCELA TERNAVASIO
hablan de conferencias acalo radas e incluso escandal osas en el no ace ptar c om o legítimas a las autoridades sustitutas del rey. A
seno d e la junta -uno de e llos atribuye la muerte de l vo cal fines de e se mismo añ o, D omingo Matheu -miembro de la
Manue l Alberti a los disgustos sufridos en tales discusio nes-, de junta- expresaba este sentimiento en una carta enviada a su h er
la co nstante vocación de Saavedra por asumir desde la presidencia mano Miguel, radicado en ese m omento en Cádiz, apelando a los
más p odere s que sus pare s y de la may or capacidad de alguno s argumentos ya muchas ve ces esgrimidos en los papele s públicos: el
de sus miembros e n el manej o de un saber e specíficamente polí _ dere cho a la auto nomía y a una represe ntación igualitaria de los
tic o. S obre este último punt o, cabe de stacar nuevame nte e l re la reinos de Indias con los de la península.
to de Núñ ez, quie n soste nía qu e e ntre los diputado s mássobre
sé:tlie ntes del interio r estaban Funes (por Córdoba), Pérez (por porque el fin de este pueblo es y era guardar la América por su
Tarija), Malina (por· M endo za), Go rriti (p o r- Salta) y C o ssio verdadero monarca Fernando VII; pero como vimos que - en
(p or C o rri�11te�)_, mie ntras afirmaba respe cto d e l re sto de l os España todo eran intrigas en los hombres que debían salvar la
re pre se ntantes del1ntúio r que "formabanvulg9 en mate ria de patria, empezamos a desconfiar de todos: y más cuando los que
cono cimientos, y experiencia de los negocios públicos más comu componían laJunta Central fueron echados la mayor parte por
nes".74 No obstante, el propio Núnez admitía inmediatamente que picardías e intrigas, y que los pocos que se pudieron unir nom
nada fue suficiente para enfrentar los desafíos y tormentas de la braron un Consejo de Regencia sin intervención de las demás
revolución, y que los "acto s de inexp eriencia" abundaro n tanto provincias, y empezaron a dar empleos a troche y moche para las
entre los hombres que se suponía más dotados para el ejercicio de la
Américas, no los quisimos reconocer. Puesto que declaradas las
nueva función a la que estaban destinados como entre aquellos que Américas parte integral de la monarquía ¿qué derecho tenían tres
aparecían "como azorados[ ... ] transportados repentinamente de los hombres desconocidos de la gran parte libre para gobernarlas
lugarejos y pueblos".75 desde un peñasco? Y si la España toda se viese libre, la América
Más allá de las perspe ctivas disímiles que prop orcionan estos tenía igual parte en todo por tener más gente y diez veces más
testimonios sobre las experiencias vividas en el ej e rcici o del nuevo territorio. 76
poder -muchos de ellos formulados a posterio ri de los he chos
relatados- existe un c omún denominado r:/el descubrimiento, El argum ento de Mathe u muestra hasta qué punto la h umi
sobre la marcha, de la dificultad de gobernar a través de un cuer llación de la desigualdad representativa y la contradicción e ntre
po co mpuesto por muchos miembros.\Será en el transcurso de su los dichos -de declarar la igualdad de todos los reinos- y las re a
expe rie ncia e n el poder -y también;_· través de l as vividas lizacione s de la Junta C entral y luego de las Cortes, fueron los que
por las
juntas de la península- cuando tales dificultade s se revelen de estimularo n -:más tarde o más temprano, según la región- los
manera c ontundente. reclamos separatistas. B ecuJti, cuy as Memorias Curiosas c onstituyen
un testimo nio privile giado por habe r sido e scritas al calor de los
ac onte cimientos relatado s, manifestaba el mismo sentimiento al
Un gobierno de muchos expresar las razo nes de rechazode fa Real Orden enviada p or Elfo
a Buenos Aires para ser reconocido como virrey en ene ro de 1811:
El cuerp o colegiado, ahora ampliado, empren
día ento nc es la "sólo Cádiz p or p olítica ha quedado a ver si c on mentiras puede�
difíciltarea de enfrentar el camino de la autono mía iniciado
en hacer que las Américas no se eximan, pero ya es tarde, han conoci-
mayo. Si bien existían desave
nencias internas sobre el carácter que i _
do sus dere chos y han levantado el vuelo ; es muy digna de nsa Y del
L
se le debía imprimir al nuevo
curso de acción, todos coincidían-en f desprecio... queriéndonos dar un virrey intruso, ª quien odiamos,
50 PODER COLEGIADO Y UNIDAD DEL PODER 51
l\1ARCE1A TERNAVASIO
Los tiempos de turbulencia también son los más adecuados para f de sde la refo r mas borbónicas y dejaba a aquéllas sujetas a la auto-
ridad superior de la Ju nta Grande residente en Buenos Aires, no
1.I•.=·
las venganzas y ejercicio de las pasiones: los mismos ejemplares
que tocas son prueba de esta verdad, ya te dije que el tiempo del se pudo evitar lo que los críticos al i nspi rador de es ta m edida señ a-
terrorismo ha cesado y las máximas de Robespierre que quisieron
l laron. El hecho de que se les otorgaran atribuciones muy limitadas
imitar son al día detestables: a los pueblos se les quiere dar todo el 1 a�tos cuerpos colegiados y que los mismos fueran p�nsªd9s
como garantes del orden interno en cada jurisdicción y de reclu-
·1
derecho que tienen sobre sí mismos, por lo mismo vemos que el
sistema que se ha adoptado de que todos formen sus juntas bajo
: tamTenio y discip linamiento de las milicias qu e debían servir al
reglamento que se te incluye.80 l nuevo orden, no pudieron frenar los reclam os de autonomía de
algunas jurisdicciones subalternas respecto de sus capitales ( tales
La creación de juntas provinciales -inspirada, según men:- IÍ I los casos de Santa Cruz de la Sierra y de Jujuy) ni evitar los co11-
cionamos, por el deán Funes- se basaba en el principio colegia.:.
1 flictos nacidos de los procesos electorales en otras ( tales los casos
do para evitar el abuso de �poder y en el electivo para ganar legiti- g _de Tucumán y Santiago del Estero). 84 La sugerencia del ggbiemo
midad y consenso entre los pueblos. Respecto de lo primero, en la central de que las juntas asumieran la tarea de mantener y foII1en
exposici ón de los motivos de su elección -a demás de los ya cita- � tar el entusiasmo a favor de la causa fue , en parte, el disp arador de
dos en páginas anteriores- se hacía hincapié en que "los mismos
motivos que obligaron a sustituir una autoridad c olectiva a la indi--
¡! . nuevos realineamientos y disputas en el int erior de cada jurisidic
ció n -donde los cabildos no fueron ajenos a los conflictos
vidual d e los virreyes, debieron tamb ién introducir u na nueva � como entre algunas de ellas y sus superiores en jerarquía. El carác
forma en los gobiernos subalternos". 81 En cuanto a lo segundo se f ter electivo y a la vez colegiado de las nuevas autoridades se reve
destacaba la imp or tancia de "hacer gustar a los pueblos las venta- f laba ip.ás problemático de lo que sus mentores habían imaginado.
jas de un gobierno popular" a través de una participación más acti- -
va de éstos en la erección de sus respectivos representan.tes. 82 A tal
l lMientras el gobier no con sede en B uenos Aires procurab a
hacerse cargo de la difícil tarea de extender su poder en jurisdic
efecto se adoptaba p or primera vez un régimen electoral indirec-
f ciones lejanas, m onitoreaba de cerca los acontecimientos �e l a
�
to para designar los vocales de las juntas, en reemplazo de los f pen ínsul a, refo rzando cada vez más la retó rica autonomista\ En
cabildos abiertos celebrados en 181O para el egir diputados a la i febrero de 1811, una Gazeta Extraordinaria p ublicaba el "Discurso
Junta Grande. 83 sobre l a nu lidad de las Cortes que se cel ebran en España", en el
, El decreto del 10 de febrero ordenaba, en tér mi nos genera- : que además de volver sobre la más repetida justificació n de la
les, la creación de juntas en las capitales de provincia (j untas pro- desigualdad representativa ent re España y América, retomaba un
vinciales) y en aquell as ciudades o villas con derecho a tener su impreso anó nim o escrito por un español para expresar - en
diputado en la junta de Buenos Aires (j untas sub ordinadas). En el iden tificación con su autor- la percepc:ión que los rioplatenses
primer caso debían constituirse de cuatro "colegas" electos y en el ., tenían en ese momento de la reunión en C ortes. Éstas eran cues
segundo de dos "socios", tam bién elec tivos.¡ El carác
ter elect ivo de t tionadas a partir de una crítica a las asambleas representativas -se
s s miem bros no alcanzaba, sin embarg
� o, a q�ienes debían presi- invocaban l as " agitaci ones que r ei nan en las a sam bl eas "- aso
dirlas: el gobern ador intendente , designado ahora por la Junta rr cián dosel as " al ejemplo enteram ente l astim oso de la F ranci a".
Grande, quedaba como presidente nato de las juntas provinciales El artícul o co nti nuaba planteando la necesidad de que " nos fo r
t
y el comandan te de armas como presidente de las subordi
nadas. A t memos nociones exactas sobre la índole verdadera de eStº s con
p� sar de que el decreto de erección de junta manten
_
dicciones Y j erarquías territoriales vigentes
s ía las júris- ! gresos, y de lo que se requiere para que ten gan el
carácte r de
durante la colonia it representación general".
L
85
54 MARCEIA TERNAVASIO ·11 PODER COLEGIADO Y UNIDAD DEL PODER 55
/
PJíblico y a interiorizarse sobre los 111ecanismos. que podian sus-
para el ejercicio de la voluntad general, y ya sentada en el carro
/
ª
todos los pueblos y provincias de la monarqma.
ner el cuerpo político, a ser presa de la violencia contra la.,_cual fue
instituido. 87
- .
56
J
En el Río de la Plata la situación no fue muy diferente. � tre en las jor nacias vividas en Buenos Aires el 5 6 de abril de 1811.
11
la crisis y 1isolución de !a junta Grande en 1811 y la reunión del
prim er c ongreso constituyente en 1813 se sucedieron distintas l
i Dichas j or nadas dej aron al desnudo l as divisiones que surcaban al
gobierno c omo asimism o la dimensión instit ucional que el con-
autoridades al calor de conflictos que reflej an fl ict o poní a en j ueg o . La sistemática op osición dirigida duran�e los
la dificultad de los i
nuev os dueñ os del poder p or alcanzar una fó rm meses de verano por el club mmenista contra el grup o de la � unta
ula política capaz 1¡
de s er o b edecida, y a no sólo en el amplísimo t erri
torio que p ·�e- Í; liderado por S aavedra y Funes derivó en ios h ech os de abnl. �a
tendían gql:>ernar, sino en la misma Buenos Aires. Y entre las ¡ Illovilización p opular agolpada en l a Plaza Mayor en esos dos dias
mayores dificultades se registra el hecho de que se hacía cada ve
z I Y organizada por algunos alcaldes de barrio -quienes lograron
58 MARCELA TERNAVASIO 59
PODER COLEGIADO Y UNIDAD DEL PODER
te para
eje c utivo colegiado eje rcido en Cádiz por la regencia -apareci La inoperancia de la junta se hacía cada vez más eviden
grupo saavedrista.
dos el mes anterior a los sucesos de abril- proveían de nuevas; algunos de sus diputados,no alineados con el
q é l s a l sit ció n p olítica refleja
herram ientas para pensar la realidad local, por cie rto muy .dife El golpe de timón dado por a u l o a ua
dir mí v c es l os conflictos
rente de aq uélla en la medida en q ue el así llamado ejecutivo ria-:: el modo casi azaroso bajo el cual se i an a e
r iti, protagonista de
platens e no contaba,como contraparte,con un legislativo y cons · de poder en aq uella sociedad. El relato de G o r
L
Objeto de sus trabajos". 97 Cabildo lo ha ga ---<lijo Aguirre y se despidio.
PODER COLEGIADO Y UNIDAD DEL PODER
63
62 1\1.AR.CELA TERNAVASIO
ter ritorios, muchas veces en conflicto con los cabildos locales . _!,..l.
Entré l�1e�o, en conferencia con Matheu que simpatizaba conmigo Junta G rande n() f>?� _ ía ocultar que. su "acción era vacilante y
�n s�nt1m1entos y nos convinimos en preparar el campo para e l día lenta". en un contexto p olítico que "demandaba rapidez y ener
sigmente; sin pérdida de tiempo fui a exp lorar las disposiciones de
gía"
.1ºº Pese a que dichajuntah:abía repar tido sus tareas en tres
a lgunos vocales de que yo recelaba; encontré que a todos había lle comisiones para expedirse mejor so�re los asuntos públicos y sólo
nado 1� medida del sufrimie:til.to la estúpida audacia de Campana. Él . trataba en reunión de to dos sus miembros los neg.ac io s de. "alto
merec1a ser tratado y arrojado de la Jun ta por vías de hecho como .gobi<:?rno", nada parecía mejorar el funcionamiento de un - ó· r-gano
había en trado; pero mi designio era que se le formase un proceso que había caído en el desprestigio público . 101
en regla para que recibiese un castigo ejemplar. No fue necesario.
Al día. siguien te, Aguirre cumplió su palabra y yo la mía. E l
Cabildo en�ó una comisión a laJunta para que expusiese y explo
El frustrado. ensayo de dividir el poder
rase lo mismo que oficia lmente decía por escrito contra
· Campana,.éste n o supo ni en detalle los pun tos de acusación, sino El nuevo secretario de !ajunta admitía años más tarde de termi
en globo, que el Cabildo lo acusaba, porque se le man dó salir nada su gestión que "la opinión se pronunciaba por la medida de
entre 'se oía y deliberaba.99 reconcentrar el poder"y que luego de conferenciar sobre este asun
to con otros vocalesy ciudadanos se decidió convocar a un cabildo
El episodio, además �e m�strar hasta que punto un puñado abierto.102 En verdad, el cabildo ab_ierto debía ser llamado parªele
,
de ��rson� podia �edefimr casi de un día para el otro el curso de gir a los dos diputados por Buenos Aires, aún no desig!lªcios según·
-
a�cion pohtica, exhibe el papel asumido por �l Cabilcio de Bµenos lo estipulaban las circulares de mayo de 1810, los cuales debían for
Aires en el confl�cto . �se Cabildo, formado por perso�ajes adictos mar -según una nueva interpretación de aquellos ambiguos tex
al po der revoluc10nano luego de su remoción en octubre de 1810 tos- un congreso con el resto delos diputados ya electos del inte
manifestó desde comienzos de 1811 una relativa autonomía res� rior. Sin embargo, la elección finalmente realizada el 19 de
pecto de aquél, ofreciéndose como escenario para todas las oposi septiembre de 1811 en un clima de gran agitaci<S1.1:,_no es tuvo desti
_
Ciones y como un cuerpo que legítimamente podfaactuar en._los nada a con�agrar un congreso sino a crear una autoridad completa
asunto s de g o bier no . Leg itini ida1 .ue se hacía deri��r, siemp;�,-
9 mente nueva, también colegiada, pero de sólo tres miembros. Tres
de un-ª_J:e¡:>res�ntación �econocida p or propios y aje_ll,o_�.=- Gor riti días de spués de la elección se pro dujo la concentración del
azuzaba al regidor -según expresa la cita- a inter venir en los p�ci�_:=-según los términos utilizados por los contemporáneos a los
asuntos � la junta haciéndo lo "responsable frente al público" de
- � hechos-::jllrnns_tituirse J.111 :hjupyira.to con los dos dip:11tados elegi
una omis 10n en este sentido . dos en el cabildo abierto -Feliciano Chiclana y Juanj osé Paso-y
�l concili ábulo na rrado por el dip�tado jujeño culminó con _con el más vo tado de los apoderados del pueblo, Manuel de
la sahda de Campana de la ciudad, el nombramiento de Gor riti Sarratea. Las razones quedaban expuestas en el acuerdo de la junta:
como secretario de la junta (Matheu, el segundo protagonista de
este rela��• ocupa�a la presidencia luego del retiro de Saavedra) y con que deben
Ten iendo consideración a la celeridad, y energía
la supres10n del Tnbunal de Vigilancia. El poder colegiado nacid<i> ofrecen al efecto,
de 1� revoluciónya no contaba con juntas de su misma especie. eff _ girar los negocios de la patria, y las trabas, que
de opini ones, que fre
las cmdades -dado el fracaso del decreto de febrero que manda- la multitud de los vocales, por la variedad
cons tituir un póder
ba crear las- , sino so, 1o con gobernadores mtendente
. cuen temente se experimen tan , ha acordado . s sm
.
s y coman- . . tano vo to. 103
dantes de armas que deb'1an hacerse cargo de controlar inmensos eJecut1vo compuesto de tres voca1 es, y tres secre
64 MARCELA TERNAVASIO 1
É
t PODER COLEGIADO Y UNIDAD DEL PODER 65
El tér mino poder ejecutivo -esgri mido en las peticione s d e
abril- e@ a.1:l()_I_
� 9:_ll�i1L:?'.é!-�º'
por p rimera vez, p ara nominar oficial::
ir refo r mada y los límites d el accionar de cada uno de estos cue r
pos . P ese a que en el a cuerdo, l a junta a�laraba �ue l os miem
mente a la autoridad central, mientras el argumen to de las trabas 1
que debía enfren ta r un gobierno ejercido por muchos miembros
reg re saba para justificar a la nuev a criatura política .
Argumento !
que se h izo má s contundente en la circular enviad.a po r el triunvi I'
1 bros d el nuevo ejecutiv o "tomará n el Gobierno baJ o las reglas, o
modificaciones que deberá es tablecer la Corporación , o Junta
Conservadora , que fo r m ará n los señores d iputados de los pue
t blos y provincias en consorcio de los dos _supl_ente� que el egi_:á
rato para anunciar su creación a todas las provincias que
bajo su juris dicción :
quedaban
t
l esta capital por impedimento de los dos p rop1etanos q'.1e estan
t co nstituidos v ocales: d ebiendo entenderse que los mi embros
:1
que componen el poder ejecutivo son responsabl�s d_e su� �cc io
En las críticas circunstancias de nuestros negocios era de primera
nes a !a jun ta Conserv adora", el conflicto_p<? r la d1stnbuc1on del
necesidad organizar un sistema de secreto, unidad, y energía para
salvar la Patria de los peligros que la amenazan. Una triste expe- l poder quec!�!>�Lªb_iegQ,_106
-- EldÍ�p ara dor de di cho conflicto nació de un problema ya
riencia ha enseñado que es imposible dar al gobierno este carác
menciohad o e n página�_anteriores : ¿cómo vehiculiza r los a��rttos
ter sin disminuir el número de los gobernantes; y este convenci
judiciales? El triunvirato, pocos días despué s de su instalac1on, le
miento dictó a los diputados de las provincias de acuerdo, y
envió un oficio a la Jun ta Conser v adora instá ndola a "reglar �l
unánime consentimiento con el Pueblo de Buenos Aires la reso
¡ despach o de los asun tos judiciales, siendo pues est? un� necesi-
lución de criar (sic) un poder ejecutivo a nombre y representa
1 º
··,aad que ins tantáneamen te acrece".1 7 Aun que el eJecut1vo re�o
l
de la junt a- e l que habría de asumir el rol preponderante . Au�. i nidad local c orrespondió al deán Grega rio Funes .121 E l clengo
cuan do sus mie mbros admití an t e n er "un a re p r_esen tació n l cordobés asumió tal pat ernidad en sus Apuntamientos en los q ue
imper fecta de soberanía" p or Cl!an tQ no conStit uían _un Í hablaba en tercera persona :
"Cong reso n acional", recon ocí an ta mbién q ue "n o p or eso e s
una represen taci ó n nula".112 Y éste era sin duda un punto crucial:
¡
{
aquella junta no tenía atribuciones de erigirse en congr eso constitu-
LaJunta no estaba contenta con su forma de gobierno: 'Fuese por
de p oder legislativo y subo rdinar así al triunvirato capitalino , ide n- de legitimidad para opinar sobre lo que había sanci onado ésta.
ido de
tificado ahora con el ejecutivo. En esta segunda perspectiva, Ja di\7!�/ 1 Cue stio naba también al ejecutivo por cuanto se había e xced
J ar
sión de p9deres_s�d�fü1fa�nfre Buenos.Aires a cargo deLejecutivo y los límites de su aut oridad "al creerse autorizado para reform
! e " . 125 L
... a ·
JUn .
ta _ __n _ dud
____ _ ó
las ciudades a cargo clel_ legislativo, re sultando n1ás Il()\'ecl?sa la pro- · · · s, o sanc1· 0nar1os si· 1 e parec
nue stro s JU1c10
¡
o
dar un reglamento de libertad de imprenta. Esas facultades eran sólo le quedaban dos opciones: o ahogar sus sentimiento s en detri
privativas del poder legislativo y por lo tanto de la Junta, la cual, mento de lo s pueblos a quienes representaban, o "entrar en una
nuevamente, ponía de manifiesto que "todos saben lo que éste [el abierta co ntienda". En n ombre de los derechos de esos pueblos la
legislativo ] excede en dignidad a lo s demás".127 junta afirmó no vacilar "un momento en abrazar este último par
Lo� episodios culminaron, según se anunció, co n la disolu tido".129 Conflicto entre poderes que ese cuerpo reco n ocía en las
c�ón_de la junta p or parte del triu_nvirat o el 7 de 'uovi-emb�e de ·experiencias de otras latitudes al sostener que estaba vulgarizada
18Jty c; onla derogación del reglamento de división �res. "la desagradable contienda que se ha suscitado entre esto s cuer
El ef;111(;rg__�nsayo pone en _evidenda varias cuestio ne;�furun -. pos respetables, cuando el interés de la nación exigía que obras en
ladó; \ma nueva �orma de concebir la distri�ución del poder. En la
1
,
. ambo s de abso luta c onformidad".130 A la apuesta de la junta de
erigirse en un poder superior a los otros, el ejeci:.itivo recién crea
1
introducción del reglamento se advierte llpercepció� de que el
g�spotismo y la arbitrariedad ya no eran Rªt:rimoníci-éxclusivóde do contestó también al todo o nada. Luego de disolver la junta, el
los mandones españoles. La experiencia vivida en eso s meses mos triunvirato quedaba como autoridad suprema, pero siempre atado
traba que el despo tismo po día naceqiel seno mismo de las auto- l al Cabildo capitalino al someter a su consideración la legalidad de lo
riclad � que venían
_ a reemplazarlos; La convicción de que un 1. actuado por los grupos en disputa. En reahdad, en el fondo de
poder colegiado podía evitar fa árbitrariedad era sustituida por el 1 e_stos <=Q!lffü:tos__es1ªba en juege> la _ c:���Üón-de la-kgitimidad.
e_
�rincipio de división de poderes, mecanismo más idóneo , según la ¡ - J\Ting11!).5>_de los nuevos cuerpos aceptaba la iegitimidad def�tro
Junta, para "poner trab�a la arbitrariedad de los depo sitarios del
poder". 128 Por otro lado:1 1quedaba eXRl:l�LtélJ_a íntin1ªvi11q1la,cióI1
¡ para gobernar.
La-ultima cuestión a destacar es que esa disputa tenía p or
f
�ntre representación, distribución del p�der y lucha facciosa. La 1 escenario s a los poderes ejecutivo y legislativo, no así el judicial.
citados, -d deán cordobés afir
·,_representación de los pueblosyeI1faa c11fstionªr los intentos cada t En los Apuntamientos de Funes antes
de
-v,_ez más visibles de los grupos porteños por asumir la representa- f maba que el remedio a todos lo s males fue dictar la división
ción virtual de todo el territorio. Una disputa que, en este caso, ¡ poderes creando un legislativo y un ejecutivo . El judicial parecía
asumió una d oble valencia: territorial y funcional. La distribución l se r el gran ausente del debate y de la contienda, pese a que el
reglamento establecía una sección especial para definir sus atri
del p oder era un problemª q:uecome11z?,ba a dirimirse en ambos J.
� buci
ones. El relativo silenci o que con respecto a este poder
man
plano s: en el lugar qllt:; lo sc:ue_rpos_territoriales::-lo s puebl�s-
tien en los documentos públicos de esta primera época pueda tal
debían tener en el nuevo orden y en las atribucicmes otorgadas a
Vez explicarse, no p or la indiferencia hacia el ejercicio de la justi
los nuevos podere�, representante uno ( el legislativo) de esos ¡ cia sino por la mayo r c omplejidad que implicaba penetrar en esa
cuerpos territoriales y el otro ( el ejecutivo) del pueblo de Buenos J esfera, según se verá en el próximo capítulo.
Aires. En el c orazón de esos po deres se encarnaba, además, una l�
lucha faccio sa cuyos pr otagonistas no renunciaban a utilizar las El _22 de noviembre de 1811 �U!'i:t.1}!"0-!'�!C>1 y_c1:_Ii9�:r-:acie> de la
nuevas nociones para jugar al juego del todo o nada. tutela de la j1nta1
_, sanci onaba un
estatuto provisio nal para to das
En ese juego -y es éste el tercer aspect o a señalar-, el prin la s Provincias Unidas del Río de la Plata.
cipio de división de poderes penetraba en el espacio político En sus c onsiderand os previo s el ejecutivo procuraba funda
la
com o un intento de res olver la conflictiva coexistencia de cuerpos ?1entar y legitimar el rechaz o del reglament o elaborado por
de diversa naturaleza pero también como her ramienta para neu Junta, al que den ominó "códig o constitucional" y catalogó de ele
mento "muy bastante para precipitar a la patria en el abismo de su
tralizar a los grup os oponentes. Así lo entendió la junta cuando
ruina".131 La razón invocada para justificar este juicio fue la voluntad
ofendida por la remisión del reglamento al Cabildo aseguraba que
73
72 MARCELA TERNAVASIO PODER COLEGIADO Y UNIDAD DEL PODER
de la j unta de erigirse en soberana e inten tar suj etar al gobierno a quedaban en evidencia al incorporar el reglamento el decreto
de ·se guridad individual y el de libertad de imprenta . P ese a qu
e
su sola autoridad . La divisió!}_<:l�_p_oderes era presentada como un
r lv g nto s·
instrumento de disputa que prom��í;_-��;_ "c-ompetencia escanda el gobierno se comprometía a no eso er los randes asu
¡.-"
pode : que había nacid_� de :1n cabildo abierto de la capital y que -
perdían tiempo deliberando sobre cuestiones trivi ales se
asumia 1 a represen tac10 n virtua 1 de un a mpl ísimo territorio .1 4
3
,
La ambigüedad de este reglamento quedará exhibida cuando subrayaba su lentitud-, negán dole a la regencia un poder ade
c uado a las circunstancias. El com entario no pasaría inadverti
do
deba ser aplicado a comienzo s de 1812. Pero más allá de los con tí o
Y en el número siguiente de la- Gazeta se publ ica b a un ar cul
�ictos que habrá de generar es impor tante subrayar que el triun ivi
comunicado donde se retomaba precisamente el t e m a de la d
v�rat� asumfa de hecho func iones ej ecutivas y l�gi�lativas pres n
cm d1 end o so lamente de los as un tos de j ustic ia, los cuale s
sión de poderes . En él se hacía alusión a una práctica muy difu
p�
dida en aquellos años -la de la lectura y discusión de im
esos de
correspond ían p rivativarn en te -al meno s en el pla.no nor mati
diversa índole en las tertulias realizadas en las casas partic
ulares
vo- a las autoridades j udiciales .1 3 5 Su s fu ncio nes legis lativas
PODER COLEGIADO Y UNIDAD DEL PODER
75
74
la j unta c omo·
MARCELA TERNAVASIO
aq
��ll� época, ést:. sea también un instr umento del propio •· a n congreso
preexistente o se seguía la ruta gaditana de convocar
el arco e la
constituyente.
u sist ema de ab rogar se aquellos. diputados un poder sin uciona
� � _ D e hecho, la vacatioregis refor zó l tendenci constit
hm1te s, y reducir la Regencia a la esfera de un Tribunal el más
1·
.· eranía,
el
bu ió físi d l · s b
listas en América y con ell laredistri
as as
x
e a
/
as
s1 no tomabamos medid de ·precaución, en los casos que tuviesen �.1· puta entr e las ciudades capitales de virreinatos, ciudades bece
e cl
L a cita desp�j a la �paren té paradoj a de que en u n impreso ' los gi n s l s m insur gen
rincones del imperio ; Tanto las re
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represe ntacion nac 10 nal, si no era para e vit ar cualquier r éplica se hacían más com
cr
cial cont a g1 0 del eJ emplo gaditano tenía c om o tel ón de fo ndo 1 ci poco después por
la independencia -aunque ésta se desvane
u r a
l·.•
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B:1enos Aires-lEn diciembre, el gobierno acusó a muchos de los 1 j unt y gobiernos colegiados sucedi
ambi gua. L
f una situación
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greso� �l tnun�irato quedaba, pues, com o suprema a utoridad, o se i nten tó
r lo o
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Í tiiunvirato suponía diseñar un nuevo or
alcanzara la supr
:�ac1a, no había renunciado por ello a ej ercer
in e en enc
t del metropolitano .
en con
un pa pel prot agom co, cada vez más visib le en el escenario de de la P lata
P or cie:rto qu�estosensa.yns_ocuuido s en el Río
aquellos días. enera
antes de la reunión del p rimer congn�s9 constituyente g
La crisis del j untismo de:.ii aba al desnudo el calleJ· on · sa11·da
/ sin los impulsa roE,
ron c:b!cl_ª� � ntre los p ropios p rotagonistas que
en el que se encontraban quienes dominaban el nue vo fo co de
según se intentó demostrar. P ero esa s du das no ocultaban
poder en Buenos Aires a fines de 1811· Tod l soluc10 . U
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herencia el qmebre de la monarq uía : nadie era el legítimo here se fueron configuran
como revolucionaria en la medida en que
dero del rey. Y puesto que esto era así, ninguna autoridad recono mas de ej ercicio del
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c1a plenam ente a la otra. La junta no era un p oder autónomo sm · o do cambios que modificaro n las· bases mis onio de l os
Poder político. U na percepción que no era patrim
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que su 1egi :im · idad seguía emanando del acta capitulardel 25 de de aquellos que exhibier
grupos más radic ales sino también
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