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Eduardo Espinoza
Jorge Ortega
EDITORES
PRECIPITACiÓN, CAPACIDAD DE CARGA
Y PRODUCCIÓN DE UNGULADOS
EN UN BOSQUE TROPICAL SECO DEL PAciFICO MEXICANO
Salvador Mandujano
Palabras clave: Bosque tropical seco, capacidad de carga. densidad, liNSO. Ot/ocoifeus
JlirgilliclJIlIS, rmixima cosecha sustentablc, Pecari /(Ijac/{. precipitación.
Abst raet: Data are provided on the illterrelatiOllS amOllg minfal!. food. carrying capacity and
potential productioll for sustainablc human use of white-tai led deer (Ot/ocoilells ¡-¡rgillialllls) and
collared peccary (PeCClri lajaclI) in a proteclcd tropical dry forest at Chamela 011 the Pacific coast
of Mexico. During El Nilio years raillfall decrcascd during the wet scason (Junc to OClober) and
increased during the dry season (Novernber to May), with the opposilc elTecl during La Niña
years. The results provide evidence tha! ENSO events alTeel deer food availability. partieularly in
the dry season. The carrying capacity was defined as the equilibrium dcnsity plus thc numbcr of
animals removed by predators. Carrying capacity estimates wcre 16.5 to 17.2 decrlkm z and 9.3-
9.5 peccarieslkm1 , representing a eombined biomass of841-874 kglkm 2. A potcntial production
for human use of2.1 dcerlkm 1 and 4.4 peecaricslkm" WllS estimatcd. The dala suggest that, in the
protected tropical dry forest of Chamela, the dcnsity and biomass of wild ungulates can maintain
a similar or greatcr dCllSity and biornass than otller Neotropical forests.
Kcy words: Carrying capacity, EN50; dCllSity; Mexico; Ot/ocoileus I'irgillialllls: Pecari lajacl/;
potential production; minfall; tropical dry rores!.
LoreIlZO. c.. E. Espino7.a y J. Onega (ed$.). 2008. Amllcl'.~ en l'i Esllldio de /o.v Ml,mifero.< dt, México. Publicaciones
·1 l' ' lCiadÓI1 I\",,~;···"'a ¡le MaS!l)7.oologia. A. c., México. D. F.
Ungulados en selva baja
INTRODUCCIÓN
Cal}acidad de carga
El COl1cepto de capacidad de carga (A., es usualmente empleado en el manejo de fauna silvestre.
Sin embargo. dependiendo de los objetivos y del enfoque, puede variar en su definición, 10 que
tiene implicaciones importantes en el método para estimar K (Millcr y Wentwonh, 2000). La
definición corminlllente empleada de K es: el número m:íximo de animales que una población
dada puede ser sostenida en función de los recursos disponibles (McCullough. 1992). Desde una
perspectiva demogr.ifica el término se refiere a la densidad en equilibrio a la que el crecimiento de
la población se estabiliza cuando las tasas de natalidad y mortalidad son iguales (Ak~akaya el al..
1999). En contraste, desde una perspectiva de uso y disponibilidad de habitat, K se refiere al
maximo número de individuos de una población que puede ser sostenido sin que exista un deterioro
del habitat (Gallina. 1993: Groot-l3minderink y H:lzeborek. 1995). En el caso de ungulados. se ha
asumido que K depende del valor nutricional de las plantas (MeCa]] el al.. 1997).
Sin embargo. existe diferencia entre lo que se cntiendc por capacidad de carga desde una
perspectiva ecológica que desde una visión económica (Scoolles, 1993). Desde esta ultima. el
concepto de K toma en consideración el nllJllero max imo de animales que pueden existir sin que
haya una repercusión económica negativa para intereses hum:ll1OS específicos (\Vest y Parkhurst,
2002). 01ra definición es el número m[¡ximo de animales que pueden cosecharse de manera
sustentable (DeC:llesta y Stout. 1997). En el caso de comunidades humanas habitando bosques
M:lI1dujano 639
tropicales, K es definida como el nt:i.ximo número de personas que pueden ser mantenidas sin que
se afecte la biodiversidad de un Silio (Robinson y Bennet. 1999). Otras definiciones más delalladas
pueden ser consultadas en los trabajos de McCullough (1992) y Miller y Wentworth (2000).
años. En la cuarta parte de este capítulo se analiza la posible variación de K basada en datos dc
precipitación colectados durante 26 alIaS y sc discute cómo podría emplearse para definir cstrategias
de manejo en este tipo de hábilat. Mientras que cn la última parte sc prescnta gráficamentc la
fluctuación poblacional en relación a la precipitación y biomasa vegetal. El enfoque conceptual y
de análisis del presente capítulo (Fig. 1) no se había abordado previamente en México y puede
constituir una aportación interesante en el Neotrópieo (Mandlljallo y G¡lllina. 2005; Mandlljano.
2006. 2007).
•
Capacidad
de carga
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Figurn l. Represe11laeión diagnnmitiea del enfoque conceptual del prcsente esludio.
642 Ungulados en selva baja
ÁREA DE ESTUDIO
MÉTODOS
Análisis de la precipitación
En este estudio se consideró como inicio del año en el mes cuando cae la primera lluvia
imponante lo cual, en esta localidad, típicamente sucede alrededor de la tercera semana de junio
(Bullock. 1986). La probabilidad de que llueva 100 mm define una estación húmeda de cinco
meses (junio a octubre) y una seca de siete meses (noviembre a mayo: Garcia-Oliva ef al., 1991).
Datos de precipitacióll del periodo 1977-2003 se obtuvieron de la estación climatológica del sitio.
Infonnación de ENSO se obtuvo de la base de datos del Oepanment of Commerce de Estados
Unidos (hup://www.pmel.noaa.gov/tao/elnino/el-boy-story.htm1).asicomo del Climate Diagnos-
lics Center (http://www.cdc. noaa.gov.lENSO/enso.difTcrenLhtm1) y de University ofll1inois
(hup:l/www.ww20l0.atmos.uiuc.edtt/(G I)/wwhlpr/guides/mtr/e1n1def.rxml). De estas bases se
obtuvieron los palrones tcmporalesdcl ¡ndice de la Oscilación del Sur (SOl. "Sotlthem OsciJlalion
Index") del periodo 1977-2003. El SOl fue calculado agrupando datos de junio a mayo. Valores
negativos del 501 están asociados con los eventos del El Nilio (fase caliente), y valores positivos
con La Niña (fase fria: Stenseth el al.. 2003). La relación entre el 501 y la lluvia anllal y estacional,
fue analizada empleando correlaciones lineales simples.
Mandujano 643
1999). Los estudios con depredadores en este silio sugieren que anualmente remueven de 36.7-
42.7%. Yde 9-11 % de las poblaciones de venado cola blanca y pecarí de collar, respectivamente
(Nuiicz el al.. 2000: Hidalgo-Mihar! el al.. 2001: Villa-Meza et 01.. 2002). El número de animales
removidos se calculó considerando estos porcentajes multiplicado por la densidad promedio. El
resultado se sumó a la densidad en equilibrio, asumiendo que el porcentaje de remoción es constante
a través de 10$ :lilas. El resultado es una estimación de la caJXlcidad de carga.
- -
La producción máxima potencial (P ) se estimó como: P = (O.6K • A..J- O.6K (Robinson
y Rcdford. 1991). La producción para uso humano se consideró como P RR =Q.4QP"",,' El factor
0.40 se empleó considerando que estas especies tienen su último evento rcproductivo antes de los
10 de edad (Slade ef at., 1998). En olras palabras, se asume que hasta 40% dc la producción
maxima puede scr usada sin afectar adversamente a la población.
RESULTADOS
Patrón dc lluvia
El analisis de datos mostró que de 1977-1984 la lluvia almal estuvo muy cercana al promedio
de los 26 años analizados que corresponde a 755 mm. Se presentaron dos periodos con años secos
1985-1988 y 2001-2003. El periodo 1989-2000 fue una década con mueha variación anual en la
Iluvi:1 (Fig. 2). El promedio de lluvia durante la época hllmeda Gunio a octubre) fue de 665 ± 222
mm (rango 368-1288 lllm), mientras que en la época seca (noviembre a mayo) [\Ie de 90 ± 148
Mandujano 645
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Año
Figura 2. Serie de tiempo de la lluvia anual de 1977 a 2002 y densidad poblacional del venado cola blanca
(e) y del pecari dc collar (O) durante el periodo de estudio 1989 a 1993_
mm (rango 0-721 111m). La precipitación de la lluvia en la época seca fue independiente de la que
cayó en la época húmeda previa (,.1 = 0.07, F= 1.73, P = 0.20).
Dumnte los 26 ;"11105 analizados se detectaron tres fuertcs evenlos del El Niiio (SOl> -2): 1982-
83, 1991-92, y 1997-1998; Ycinco menos evidentes (SOl -1.5 to -1.9) durante 1977-78, 1992-93,
1993-94, 1994-95, y 1998-99 (Fig. 3). La Nina (SOt positivo) fue evidente durante 1988·89. 1998-
99 y 1999-2000. No hubo relación significativa entre el SOl Y la lluvia anual durante el periodo
1977-2003 (1.1 = 0.07, F= 1.83, P = 0.(9). Por el contrario, el SOl estuvo positivamente asociado
con la lluvia de la epoca húmeda (1.1 = 0.40, F= 16.2, P = 0.0005). Durante los años El Nir'lo la
precipitación fue baja en la época húmeda; mientras que durante los anos de La Nir'la la precipitación
fue alta en esa misma época. Por otro tado, durante la época seca el SOl estuvo negativamente
asociado con la lluvia (,..2 = 0.28, F = 9.4, P = 0.005). En particular. durante El Niño (1982-83 y
1991-92) la lluvia fue alta cnla época seca, mientras que en La Niña no hubo precipitación en esta
misma época (Fig. 3).
Producción de plantas
La distribución mensual de la lluvia y las estimaciones de diversidad de especies de plantas
durante [as épocas húmedas y sceas del periodo 1989-1993, se presentan en la Fig. 4. La diversidad
fue mas :lita en la época h(llneda que en la seca excepto en 1992 (F = 30.9. P = 0.0001). La
diversidad fue similar en ambos tipos de bosques durante la época húmeda: mientras que en la
seca fue más alta en el tropical subeaducifolio en comparación con el tropical seco (F= 5.22, p=
646 Ungulados en selva baja
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Año
Figura 3. Series de tiempo de los valores del SOl (indice de oscilación del sur) y de la lluvia anual considerando
la época húmeda (junio ,1 octubre) mús la epoca seC;1 (noviembre a m,IYO) de 1977,12003. V,llores positivos
del SOl indican posibles eventos del El NiTio. mientms que valores neg:llivos indican eventos de La Niña.
0.04). Durantc la época hÚlllcda la divcrsidad aumcntó cn el aTio de La Nilla 1989: micntras quc
cn la scca la divcrsidad dc plantas aumcntó notablcmcntc durantc El Nillo de 1992 (Fig. 4).
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Figura 4. Lluvia mcnsual dc junio 1989 a octubre 1993. y varillci6n eSlacional de la disponibilidad de
alimento medido como diversidad dc plantas (indice dc Shannon. H') dcl bosquc tropical scco (e) y del
bosquc tropical scmi-caducifolio (O).
fue significativamente mayor que la de pecaries (1:0 2.86, g.I.:o 8, p:o 0.02). La biomasa poblaciollal
del venado se estimó en 463-573 kglkm~; mientras que l:l de pecarics en 64-168 kglkm 2 (Cuadro
1).
Capacidad de carga
Las estimacio.nes de la tasa finita máxima de crecimiento poblacional (A-..) fue de 1.52 y 3.0
para el venado cola blanca y pecarí de collar. respectivamente. El crecimiento poblaciollal anual
varió positiva y negativamente en ambas especies. La densidad en equilibrio se eslimó en 12.0
venadosikm! y 8.6 peeariesikm! (Fig. 5). La capacidad de carga se estimó en 16.5-17.2 venados!
km~ y 9.3-9.5 pecaríes/km! (Cuadro 1),
., Ungulados en selva baja
Cuadro l. Parámclros poblacionalcs del \'cnadocola blanca y pecari de collar usados para estimar la cap.'lcidad
de carga y la producción potencial para aprovechamiento humano en el bosque tropical seco de Charnela.
México.
l'lIrimelru Venado cola blanca Pec:arl de collar
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Densidad poblacional (ind I km!)
Figura 5. Relación entre la tasa finita de crecimiento poblacional (A) y la densidad poblacional del vcnado
cola bl:mca (e) y pccari de collar (O). La linea horizontal con un valor A = I es conocida como linea dc
replazo. Valores mayores a uno indican crccimicnlo positivo de la población: mientras que valores menores
indican decrecimu:nto. El punto donde las lineas de regresión interceptan ala línea de replazo es precisamente
el punto de equilibrio del erecnnlento poblaciona1. es decir O... En este caso la densidad en equilibrio es de
12 indlkm l para el \cnado cola blanca y 8.6 indlkm l para el pecan de collar.
M¡mdujallo 649
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Precipitación eslalldarizada (00 ¡'especto a 1ft media)
Figufil 6. Distribución de frecuencia de la ocurrencia de anos "buenos" y "malos" en el bosquc tropical seco
dc Chamcla durante el periodo 1977 a 2002. En cste estudio un año bueno o malo se clasificó dependiendo
la desviación de la lluvia de un año especifico respecto del promedio de precipitación del periodo de 26
años. La des\'iación se cstandarizó como porcentaje respecto de la media, Asi un v,llor de cero representa la
media, un valor < Orepresenta un año "malo", mientfils que un valor> Orepresenta un año "bueno". La linea
continua representa el ajuste a la distribución nomlal.
650 Ungulados en selva baja
frecuencia de "mIos malos" pero ocasionalmente se presentan "anos muy buenos" en algunos
casos relacionados con F.NSO.
DISCUSiÓN
cae una inllsualmayor cantidad de Iluvill cuando se presenta el cvento del El Niño; mientras que
durante La Nil'la elle mayor cantidad de lluvia de 13 nonnal en la época húmeda y nada durante la
época seca. Lima er al. (1999) encontraron un patrón similar al analizar un periodo de 99 años en
una región semilÍrida de Chile; y Marshal el al. (2002) lo hizo para el desierto Sonorensc durante
un periodo de 47 alios. Por lo tanto, los eventos del ENSO aumentan la variación de la lluvia, lo cual
tiene importantes consecuencias en el funcionamiento de este ecosistema (García-Oliva el al..
2002).
La lluvia que cae durante la época húmeda controla el crecimiento de las plantas y en
consecuencia la producción anual del alimento para los ungulados (Cocer al.. 1976; Owen-Smith.
1990; McKinney el al.. 2001). La evidencia del presente estudio sugiere que. similar a otros sitios
(e.g. Ogutu y Owen-Smith, 2003). los eventos del ENSO podrán tener un efecto adicional sobre las
plantas; por ejemplo, esto flle evidente durante la época seca de 1992 cuando en 15 días, en el mes
de enero. cayó una lluvia record de 649 111111 (Garcia-Oliva el al.. 2002). Sin embargo. este cfecto
podria dcpender del mes particular cuando la lluvia cae. Por cjemplo, durantc los años del f.NSO
1983 y 1997 cayeron 177 y < 100 mm en mayo, respectivamente. Lo cual pudo no haber tcnido
consecucllcia cvidcnte Cll la producción de plantas debido a lo avanzado de la época scca. Por lo
tanto. considerando la notable diferencia en la composición norística y fomlas de vida entrc los
bosqucs tropicales seco y subcaduci folía en ellÍrea de estudio (Lotl el al.. 1987), se podría esperar
una relación compleja entre ENSO. la precipitación y la respucsta de las plantas como se ha mostrado
en otros estudios (e.g.. \Vright el al., 1999: Connell y Green, 2000; Wil1iamsoll y Ickes, 2002;
Rolim er al.. 2005).
Malldujano 651
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FigurJ. 7. Fluctuación estacional de la precipitación (e). 1<1 biomasa de planl¡IS (.....). y hl densid¡¡d pobhleiollal
(.). Note la escala logaritmica del primer eje X con la linalidad de poder comp¡¡rar la t1uctuaeión estacional
de eSlas variables en relación con la posible fluctuación de la densid:.d de los ungulados. La densidad en la
época seca es el resultado de restar el número de animales removidos por los depredadores. a la estimación
de la densidad en la epoca humcda.
En particular, durantc la época seca la respuesta al estrés hidrico dependc del control de la
pérdida de agua por parle de las plantas (Reich y Borchert, 1984). Por ejcmplo. cn las sabanas
AfriClmas el periodo de rctención de hojas de algunos árboles y arbustos caducifolios en la época
seca depende de la lluvia previa (Owen-Smith. 1990). En Chamela la mayorí:. de los {lrboles tiran
sus hojas nomlalmCllte al inicio de la época seca entre noviembre y enero, pero en algunos 1l11os
652 Unguhldos en selva baj:l
las hojas pueden pcnnaneccr más tiempo en respuesta a la presencia de lluvias tardías o invemarlcs
(Bullock y Solis-Magallallcs. 1990). Enlonccs. en algunos ai'tos del ENSO hay un aumento de las
lluvias durante la época seca lo que ¡Wlllcnta la probabilidad de que las plantas mtlntcngan sus
hojas verdes y esto mejora la disponibilidad de alimento para los ungulados. Adicionalmente. 1:IS
condiciones creadas por el ENSQ mejoran la producción de frulos en algunas especies tropicales
(c.g.. \Vrighl el (//.. 1999; Williamson e Ickcs. 2002). Considerando que el venado cola blanca
aumenta su consumo de fmlos (Arcca ef ,,1.. 2005), entonces es posible que el ENSQ tenga un
efecto adicionalll1cjorando la capacidad de carga del hábitat durante el periodo de sequía.
Producción de ungulados
Los datos presemados aquí sugieren que en el bosque tropical scco dc Chamela la densidad
(15.1 a 24.3 individuoslkm') y biomasa (527 11 741 kglkm!) dc los ungulados silvestres es
relativamente 'lIla si se compara con datos de otros bosques neotropicales. Por ejemplo. en un
bosque tropical scco con pareilcs dc hábit:n semi-abierto en Venezuela y Brasil. la biomasa de
ungullldos silvestres cs de 224 a 275 kg/km' (Robinson y Bellnell, 1999). En bosques tropicales
lluviosos donde pueden habitar hasta cinco especies dc ungulados (Tapirus lerresrris, Tayas.m
pecar;, Pee:tlri /o)ac/I, A"o=(III/(/ americalla y M. goua=ollbira) llegan a tener una densidad y biomasa
de 28.3 individllos!km 2 y 761 kglkm2, respectivamelllc(Robinson y Redrord, (991); aunque datos
de campo de Pan:11l1á, Perú, Brasil y Venezuela sugieren que la biomasa varía de 270 a 542 kglkm 2
(Robinson y Bennetl. 2004). Porotm parte, en la Selva Laeandona, Mcxico, la densidad y biomasa
de cinco especies dc ungulados en un area con baja presión de caceria se han estimado en 9.9
indi\'iduos/km 2 y 337 kgfkm! (Naranjocr a/., 2004b). Estas comparaciones sugieren que el bosque
tropical scco de Chamela, con menor riqueza de especies de ungulados, puede m:mtcner densidades
similares o mayores cn comparación con otros I1cotropicalcs (e.g., Robinsoll y Redrord, 1991;
Bodmcr y Robinson, 2004; Naranjo el al.. 2004b). Esto podria deberse, por un lado, al tipo de
historia de vida de las especies prescntcs en Charnela y, por otro, a la mayor capacidad de carga
dcl bosque tropical seco. Por ejemplo, se ha documentado que especies con poblaciones con
abundancia alta y rápida reproducción, como el peeari de collar y venado cola, podrían ser menos
vulnerables a la sobrecaeeria (McCullough, 1987; Bodmer y Robinson, 2004).
Elmodc1o de Robinsol1 y Redrord (1991) asume que K =: O en poblaciones con poco o
ninguna presión de caza, lo eual110 es selll;illo de encontrar. Los datos que se provecn en este
trabajo, obtenidos en un área relativamcnte protcgida. mostraron que la densidad de ambos
ungulados varia dc un afi.o a otro tanto por posibles sesgos de muestreo como por cambios biológicos
reales de las poblacioncs. En consecuencia, una única estimación de O podria resultar sesgada de
K. Para evitar esto, Bodmer y Robinson (2004) sugiere monilOrcar la población, el hábitat y la
cacería con el fin de incorporar esta variación cnlos modelos para evaluar la sustcntabilidad de la
cacería. En este sentido, la estimación de la densidad en equilibrio (D"l) obtenida en este estudio
considera la variación interanual del cambio poblaciona1. Obviamente, estc procedimiento requiere
monitorear la población por vllTios a¡ios, lo cual no es sencillo. Sin embargo, esto es importante
porque la dinilluica de las plantas y los ungulados es muy compleja (McCullough, 1987; Marshal
Mandujano 653
el al., 2002; Ogutu y Owen-Smith, 2003). Es importante clarificar que la dcnsidad en equilibrio
no es simplemente la densid¡ld promedio anual durante el periodo de estudio. Por el contTllrio. la
D, se calcula según la relación denso-dependiente entre el crecimiento anual y la actual densidad,
según un modelo logistico. En consecuencia, la densidad en equilibrio representa la tendencia de
la población a lo largo del tiempo.
En consecuencia, cosechar una especie con aha abundanda de sus poblaciones es una estrategia
de manejo segura que puede lener menos probabilidad de que se extirpe localmente. Esto es
especialmente importante para especies limitadas por la depredación debido a que sus densidades
están por debajo de K. En conclusión, una subcstim<Lción de K puede llevar a una subestimación
del MSl'Y ti llna interpretación errónea de la relación enlre la abundancia y el valor del AlSl". Para el
área de estudio los rcsull<ldos sugieren que una estrategia de manejo segura es cazar a los venados
y recaríes sólo cuando la densidad poblacional es mayor a 10.3 y 5.6 individuos/km l .
respectivamente. Esta estrategia tiene la vClItajll adicional de protcger a los depredadores como el
jaguar. puma y ocelotc. allllanejar sllslentablementc a los ungulados prcsas.
CONCLUSiÓN
El análisis dc 1:1 relación entre 1:1 lluvia. la capacidad de carga y la producción potencial de ungulados
para aprovechamiento humano llluestra. por un lado, 10 complejo de esta rclación y la necesidad
de monilOrcar estas vllriables durante el mayor tiempo posible; por otro, la utilidad del análisis
M:lllduja 'o'-- _
o
para proveer bases sólidas para el manejo al incorporar la variación anual de la lluvia. En este
sentido, en aquellos sitios donde las poblaciones de venado cola bl:ll1ca y pecad dc collar cst:'ln
sometidas a manejo con tines de aprovechamiento. se recomienda ampliamente analizar el patrón
de precipitación por el mayor numero de años posibles pues esto pernlile Icner una idea muy
precisa delmallejo genewl de las poblaciones y de la atención en al105 o épocas particulares. En
este sentido. las :'Ireas naturales protegidas pueden servir como labomtorios naturales para
monitorear y estudiar esta relación compleja entre las variablcs elim{l\icas, el hábitat y las
poblacioncs de fauna silvestre. El valor de esas áreas no sólo sigue siendo importante desde una
perspectiva de conservación sino, además, como sitios para la generación de información búsica
para aplicar a poblaciones en condiciones ecológicas similares sujetas a aprovechamiento. Bajo
esta perspectiva, si bien la información de ungulados presentllda en este eapílulo fue obtenida
hacc más de 15 años, su vigencia es actual para proveer de un marco conceplual para el
aprovechamiento de estas especies de ungulados. Por lo tanto, el bosque tropical seco de la Reserva
de la Biosfera Chamela-Cuixmala es un sitio con un altísimo valor tanto para la conservación
como para el aprovechamiento sustentable de la vida silvestre.
LITERATURA CITADA
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