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Objetivo:
Identificar la importancia de la ética y probidad en la función pública, desde los aspectos legales
básicos relacionados con ellas.
Temas:
“La Administración Pública es una función de servicio y, por eso, las personas
que formamos parte de los entes públicos debemos estar imbuidos, tanto en
general como en particular, de la filosofía del servicio público y de sus
exigencias.
Por todo ello, el trabajo al servicio del sector público, en la medida que supone
colaborar, cualquiera que sea el lugar que se ocupa en el engranaje
administrativo, en el diseño de los diferentes entes colectivos en juego, debe
llevar siempre consigo una importante referencia de contenido ético. Sobre
todo en la sociedad actual en la que el valor del dinero y la posesión de toda
clase de bienes tienen, desgraciadamente, consideraciones de fines en sí
mismos” (Fraga Iribarne, 1993).
Eticograma
El siguiente cuestionario tiene como objetivo inducir a la reflexión ética de los participantes del
curso, respecto a situaciones que enfrentan a diario.
Analiza y responde, en base a la escala, con qué frecuencia realizas las siguientes actividades:
¿Me relaciono con los demás desde un modo de ver el mundo sin proyectar excesivamente mi
particular visión de las cosas?
¿Expreso y afirmo mis valores y principios con seguridad, sin dejarme influir ni presionar?
¿Mi estilo de vida y mi modo de consumir y trabajar implican un compromiso con la naturaleza
y el medio ambiente en general?
¿Soy capaz de hacer tareas “extras” sin ningún tipo de contraprestación, incluso fuera de mi
ámbito contractual y funcional?
¿Me gusta ayudar a los demás a resolver sus problemas y considero esta tarea algo esencial de
mi trabajo y mi vida?
¿Los demás y sus necesidades y problemas son un criterio importante a la hora de tomar
decisiones o resolver dilemas éticos?
¿Soy capaz de hacer silencio interior y escuchar la voz de mi conciencia para clarificar mis
opciones y valores?
¿En mi trabajo y vida personal, cumplo con los compromisos y responsabilidades que asumo?
Cuando tomo decisiones ¿Considero las consecuencias que estas tendrán en las demás personas
como algo importante?
Cuando mis compañeros de trabajo hablan del jefe me sumo a sus comentarios y críticas.
Cuando mis compañeros de trabajo se refieren a las mujeres con expresiones machistas o
sexistas les expreso mi desacuerdo.
Sanciono o regaño a mis colaboradores cuando cometen un error, sin importar las causas que
lo originaron.
Celebro los aciertos de mis colaboradores y los impulso siempre a ser mejores.
En el trabajo, como en la vida cotidiana, ¿me gusta escuchar los argumentos de los demás y
acepto cuando tienen razón?
Cuando trabajo en equipo ¿reconozco las habilidades y creatividad de mis compañeros?
Cuando cometo un error en mi trabajo ¿busco la manera de asumir la responsabilidad?
Cuando algo está mal en el trabajo, ¿prefiero quedarme callado para no tener problemas?
¿Qué puedes hacer para mejorar tu actitud en relación a la ética y probidad en tu labor diaria?
Ética
Ética es aquella reflexión que realiza cada persona sobre los fundamentos de su propia conducta
frente a determinados hechos y la decisión que debe o debió tomar de acuerdo a la justa razón, a
su bienestar y a su desarrollo. Es decir, la ética reflexiona sobre el hecho de connotación moral, pues
busca determinar los fundamentos del propio comportamiento.
Moral
Moral es el conjunto de normas o reglas de acción y de valores que definen lo bueno y lo malo, en
determinado tiempo y lugar. Ejemplo: la moral prohíbe matar a una persona porque la vida humana
se estima que constituye un bien y respetarla es un acto bueno.
Entender que existen conductas buenas o malas parece bastante obvio; sin embargo, las
complicaciones surgen al momento de establecer esta calificación. En este ámbito es donde aparece
la ética.
Dilemas éticos
Los dilemas éticos nos enfrentan a situaciones en donde “lo que debemos hacer” de acuerdo a las
normas y comportamientos exigibles, se contrapone con lo que es valioso de acuerdo a los principios
que están en la conciencia de cada uno.
Es a partir de estos dilemas que las diferencias entre la ética y la moral se hacen más evidentes.
Caso 1
Situación simple:
Ana María y José Luis, dos compañeros de trabajo, se dan cuenta que existen métodos y
procedimientos más eficaces y creativos para cumplir con sus responsabilidades laborales. A
propósito de ello inician una animada charla en torno al valor e importancia que tendría poner en
práctica los métodos y procedimientos hallados, considerando que esto significa tener que dejar de
hacer aquello a lo que están acostumbrados y destinar tiempo extra a aprender el nuevo sistema.
¿Hablaría con su jefe directo respecto a estos nuevos métodos y procedimientos, con el objeto de
que sean implementados por el servicio?
Situación compleja:
Ana María y José Luis, se enteran que si proponen llevar a cabo los métodos y procedimientos más
eficaces para cumplir sus responsabilidades laborales implicaría un gasto de tal magnitud al servicio,
en capacitación de personal e implementación del software, que los aumentos de sueldos que se
tenían contemplados para finales de año deberán postergarse por al menos un año más.
Caso 2
Situación simple:
Un ciudadano se acerca a usted para comentarle que un compañero que lo atendió en la ocasión
anterior, le solicitó dinero a cambio de proporcionarle información de carácter reservado.
¿Usted le comentaría a su jefe?
Situación compleja:
Averiguando posteriormente respecto a la identidad del sujeto que había solicitado dinero al
particular, a cambio de entregar información reservada, se entera que este es su mejor amigo, quien
en diversas ocasiones ha sido solidario con usted.
Caso 3
Situación simple:
Situación compleja:
Ninguna persona ni organización puede dejar de reflexionar sobre los fundamentos de su propia
conducta, más aun cuando se desarrolla un cargo o función en el ámbito público.
Esto nos sitúa en la esfera de la ética pública, la cual corresponde a la reflexión sobre los
comportamientos de cualquier ciudadano o de las instituciones u organismos, en cuanto tienen
una significación directamente social. Tales comportamientos son evaluados mediante criterios,
valores o principios que van privilegiando a la comunidad en razón de su vinculación con el Bien
Común de ella.
Durante el año 2015 se presentó una Agenda de Probidad y Transparencia en los Negocios y en la
Política, a través de la cual se incorporaron 18 medidas legislativas y 14 administrativas, dentro de
las cuales se estableció la obligación de los servicios públicos de redactar un Código de Ética para la
función pública.
Esta medida nace como consecuencia de las propuestas entregadas por el Consejo Asesor
Presidencial contra los Conflictos de Interés, el Tráfico de Influencias y la Corrupción, la Presidenta
de la República, Michelle Bachelet.
Para apoyar dicha labor, el ejecutivo solicitó por medio del Oficio Nº 1.025, del 19 de mayo de 2015,
la colaboración de la Mesa UNCAC (Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción) 2015.
Asimismo, para cumplir con esta solicitud presidencial, se creó un subcomité encabezado por el
Servicio Civil e integrado por la CGR, el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo),
Chile Compra, la Superintendencia de Valores y Seguros y la Comisión Defensora Ciudadana y
Transparencia, quienes elaboraron las orientaciones que fueron enviadas a los servicios públicos a
través del oficio Circular N° 3 del Ministerio de Hacienda, de 10 de febrero 2016.
Importancia:
Asegurar un comportamiento honesto y ético de sus funcionarios, que permita un ambiente que
favorezca la acción eficiente y eficaz de la Institución, lo que es una condición indispensable para
que la ciudadanía sienta confianza en los productos y servicios que genera la CGR en su rol de órgano
superior de fiscalización de la Administración del Estado.
Sujetos obligados:
Es aplicable a todos los funcionarios de la Contraloría General de la República, sin diferenciar entre
función, cargo, estamentos, edad ni género, sin discriminación de ningún tipo.
Se invita además a aquellas personas que se relacionan con esta Entidad Fiscalizadora, como sus
proveedores o quienes presten servicios externos, a dejarse inspirar en sus conductas por las
indicaciones establecidas en este Código.
Para la elaboración del Código de Conducta de la CGR, se consideraron especialmente los siguientes
instrumentos:
Así como el Código de Conducta, otra de las manifestaciones de la ética pública en los organismos
del Estado tiene relación con los Principios éticos.
• La capacitación a los funcionarios públicos debe ir dirigida, entre otras cosas, a transmitir la
idea de que el trabajo al servicio del sector público debe realizarse con perfección; sobre
todo porque se trata de labores realizadas en beneficios de otros.
• Potenciar el sano orgullo que provoca la identificación del funcionario con los fines del
organismo público en el que trabaja, ingrediente imprescindible en los planes de formación
de los funcionarios públicos.
• El comportamiento ético debe llevar al funcionario público a la búsqueda de las fórmulas
más eficientes y económicas para llevar a cabo su tarea.
• La actuación pública debe estar guiada por los Principios de igualdad y no discriminación.
Eficiencia y eficacia: el servidor público realiza su trabajo enfocándose hacia los resultados,
usando solo los recursos (tiempo e insumos) que sean estrictamente necesarios para cumplir el
objetivo esperado y desempeñando sus actividades con excelencia y calidad, según las
funciones establecidas para su cargo. Por tanto, deben optimizar los recursos públicos y
maximizar sus beneficios.
Uno de los aspectos que se deben combatir desde la ética pública es la corrupción.
La corrupción es un atentado grave a la misma esencia del servicio público, en la medida que supone
que el funcionario deliberadamente traiciona el sentido de la gestión de intereses colectivos.
La corrupción atenta contra los valores éticos del servicio público en cuanto implica la utilización de
potestades públicas para el exclusivo provecho personal del funcionario.
Frente a este tipo de conductas, la Administración Pública debe regirse por criterios, valores o
principios que necesariamente han de ser plasmados en el ordenamiento jurídico.
Uno de los principales principios morales que guían el comportamiento de un funcionario público y
que se encuentra consagrado en nuestro ordenamiento positivo es la Probidad, concepto que será
desarrollado en las siguientes pantallas.
Normas Jurídicas
Las normas jurídicas regulan y ordenan la vida en sociedad y al ser coercibles imponen su
cumplimiento mediante el uso de la fuerza o coacción del Estado, estableciendo sanciones
específicas para sus infractores. Por ejemplo, una multa en caso de infringir las normas del tránsito
o la privación de libertad tratándose de ciertos delitos. En tanto, las normas morales prescriben
deberes y tienen como finalidad lograr una conducta correcta en las personas, apuntando tanto a
su fuero interno como a su comportamiento externo. Por ejemplo, ayudar al prójimo.
En caso de que un sujeto incurra en acciones reñidas con la moral, a lo más puede haber sanciones
difusas como el rechazo o desprecio por parte del grupo. Así entonces, su acatamiento depende de
la voluntad y conciencia del sujeto, de su ética personal. Por ello, muchas de estas normas morales
se plasman en el ordenamiento jurídico.
• Ley 20.880, sobre Probidad en la Función Pública y Prevención de los Conflictos de Intereses.
• Otras.
• Los funcionarios corruptos son protegidos y cuando se les descubre se les trata con
indulgencia, mientras que los acusadores son víctimas de persecución.
• Los funcionarios honestos encuentran dificultades ambientales para desarrollar su labor
profesional.
• Se produce una ausencia de la idea del servicio público. Los funcionarios contemplan su
trabajo administrativo como otra oportunidad más de explotarlo en beneficio propio.
• La corrupción crece donde los ciudadanos no se identifican con los intereses colectivos y
donde las autoridades se distancian del pueblo. Entonces, se produce una suerte de falta de
interés.
• Ausencia de virtudes cívicas, tales como colaborar con la gestión de los intereses colectivos.
Se agregan los artículos 90 A y B, 88 A y B, a las leyes Nºs 18.834, y 18.883. La letra A, de ambos
estatutos, establece los derechos que tiene el funcionario que denuncia hechos relacionados con
una falta a la probidad.
La letra B, describe los requisitos que debe contener la denuncia; y se adiciona una conducta a las
que contravienen especialmente el principio de probidad, en la ley N° 18.575, Orgánica
Constitucional de Bases Generales de la Administración del Estado.
Posteriormente se creó un Consejo Asesor Presidencial contra los conflictos de interés, el tráfico de
influencias y la corrupción, también denominado “Comisión Engel”, cuyo objeto sería “Proponer un
nuevo marco normativo, que permita el cumplimiento efectivo de los principios éticos, de integridad
y transparencia, en sus aspectos legales y administrativos para logar el eficaz control del tráfico de
influencias, prevención de la corrupción y de los conflictos de interés en los ámbitos de los negocios,
la política y el servicio público, así como en la relación entre estos”.
Finalmente, la Ley N° 20.880, de 2015, sobre Probidad en la Función Pública y Prevención de los
Conflictos de Intereses, viene a reforzar el principio de probidad en la función pública, indicando
que consiste en observar una conducta funcionaria intachable, un desempeño honesto y leal de la
función o cargo con preeminencia del interés general por sobre el particular.
Por su parte, la ley N° 20.730, de 2014, regula la publicidad en la actividad de lobby y demás
gestiones que representen intereses particulares, con el objeto de fortalecer la transparencia y
probidad en las relaciones con los órganos del Estado (Zapata, 2016).
Ley N° 20.880, sobre Probidad en la Función Pública, y Prevención de los Conflictos de Intereses:
Artículo 1°: “El principio de probidad en la función pública consiste en observar una conducta
funcionaria intachable, un desempeño honesto y leal de la función o cargo con preeminencia del
interés general sobre el particular. Existe conflicto de intereses en el ejercicio de la función pública
cuando concurren a la vez el interés general propio del ejercicio de las funciones con un interés
particular, sea o no de carácter económico, de quien ejerce dichas funciones o de los terceros
vinculados a él determinados por la ley, o cuando concurren circunstancias que le restan
imparcialidad en el ejercicio de sus competencias”.
Artículo 2°: “Todo aquel que desempeñe funciones públicas, cualquiera sea la calidad jurídica en
que lo haga, deberá ejercerlas en conformidad con lo dispuesto en la Constitución y las leyes, con
estricto apego al principio de probidad. La inobservancia del principio de probidad acarreará las
responsabilidades y sanciones que determine la Constitución o las leyes, según corresponda”.
Ley N° 19.880, que Establece Bases de los Procedimientos Administrativos que Rigen los Actos de
los Órganos de la Administración del Estado:
Artículo 11, inciso primero: “La Administración debe actuar con objetividad y respetar el principio
de probidad consagrado en la legislación, tanto en la substanciación del procedimiento como en las
decisiones que adopte”.
Artículo 12, inciso primero: Principio de abstención. “Las autoridades y los funcionarios de la
Administración en quienes se den algunas de las circunstancias señaladas a continuación, se
abstendrán de intervenir en el procedimiento y lo comunicarán a su superior inmediato, quien
resolverá lo procedente”.
Artículo 5°, inciso 1°: “Las autoridades y funcionarios deberán velar por la eficiente e idónea
administración de los medios públicos, y por el debido cumplimiento de la función pública”.
Artículo 13, inciso 1°: “Los funcionarios de la Administración del Estado deberán observar el
principio de probidad administrativa y, en particular, las normas legales generales y especiales que
lo regulan”.
Artículo 52, inciso 2°: “El principio de la probidad administrativa consiste en observar una conducta
funcionaria intachable y un desempeño honesto y leal de la función o cargo, con preeminencia del
interés general sobre el particular. Su inobservancia acarreará las responsabilidades y sanciones que
determinen la Constitución, las leyes y el párrafo 4º de este Título, en su caso”.
1. Comisión Nacional de Ética Pública: “Es la rectitud y moralidad a la cual tiene que ajustarse
la conducta humana, que supone el cumplimiento cabal del comportamiento debido o justo,
principio que en la esfera pública como concepto ético político se aplica a la conducta de
los agentes públicos y se refiere a la integridad en el cumplimiento de las obligaciones y
deberes propios y anexos a los cargos y funciones”
2. Artículo 52 inciso 2°, ley N° 18.575: “consiste en observar una conducta funcionaria
intachable y un desempeño honesto y leal de la función o cargo, con preeminencia del
interés general por sobre el interés particular”
3. Artículo 1°, inciso segundo, ley N° 20.880: “consiste en observar una conducta funcionaria
intachable, un desempeño honesto y leal de la función o cargo con preeminencia del interés
general sobre el particular”.
Elementos
“El Principio de Probidad administrativa consiste en observar una conducta funcionaria intachable
y un desempeño honesto y leal de la función o cargo, con preeminencia del interés general sobre el
particular” (Artículo 52, inciso segundo, de la ley N° 18.575).
La función o cargo: Determina el ámbito de aplicación del principio. (De acuerdo al artículo 3° del
Estatuto Administrativo, cargo es aquel que se contempla en calidad permanente o transitoria, de
planta o a contrata en los servicios de la Administración del Estado señalados en su artículo 1º.*
Función Pública, es una expresión que la jurisprudencia administrativa ha entendido en términos
extensos, más allá de la calidad de funcionario o empleado público.
Preeminencia del interés general sobre el particular: Nos remite a las exigencias básicas que
identifica el legislador en el artículo 53 de la ley N° 18.575, respecto de todo aquel que ejerza una
función pública, indicando que el interés general exige:
• El empleo de medios idóneos de diagnóstico, decisión y control como coadyuvantes a la
concreción de una gestión eficiente y eficaz, en el marco del ordenamiento jurídico.
El Principio de Probidad no reconoce a personas, ni individuos que quedan al margen del mismo, y
exige que quienes se encuentran sujetos a él respeten cabalmente las normas constitucionales y
legales que lo regulan, observando una conducta intachable y un desempeño honesto y leal de su
cargo, haciendo primar, en todas sus actuaciones, el interés general por sobre sus intereses
particulares.
Según el artículo 52 de la ley N° 18.575, desempeña funciones públicas cualquier persona que
cumple una actividad pública en procura de un interés general, por lo que tal expresión no se reduce
únicamente a quienes revisten la calidad de empleados públicos sometidos al Estatuto
Administrativo, tal como se señala en el dictamen N° 22.527, de 2010, de este origen.
Las autoridades de la Administración del Estado, cualquiera sea la denominación con que las
designen la Constitución y las leyes, y los funcionarios de la Administración Pública, sean de planta
o a contrata, deberán dar estricto cumplimiento al Principio de Probidad administrativa.
Más información
En este contexto, tanto quienes se desempeñen en un cargo de planta o a contrata como quienes
lo hagan bajo la modalidad de la contratación a honorarios se encuentran sujetos al cumplimiento
de los principios jurídicos que sustentan el régimen estatutario de derecho público, como
acontece con el de probidad administrativa.
La universalidad de la aplicación de este principio es tal, que no reconoce funcionarios que estén al
margen de su aplicación (Deben respetar este derecho: Presidente de la República; Ministros de
Estados; embajadores; funcionarios a planta, contrata, autoridades y jefaturas; personal a
honorario; alcaldes y concejales; Consejeros Regionales; funcionarios de las Fuerzas Armadas, de
Orden y Seguridad; funcionarios de empresas públicas; funcionarios regidos por el Código del
Trabajo, entre otros).
El artículo 64 de la ley N° 18.834, dice que serán obligaciones especiales de las autoridades y
jefaturas las siguientes:
a) Ejercer un control jerárquico permanente del funcionamiento de los órganos y de las actuaciones
del personal de su dependencia, extendiéndose dicho control tanto a la eficacia y eficiencia en el
cumplimiento de los fines establecidos, como a la legalidad y oportunidad de las actuaciones.
b) Velar permanentemente por el cumplimiento de los planes y de la aplicación de las normas dentro
del ámbito de sus atribuciones, sin perjuicio de las obligaciones propias del personal de su
dependencia.
Artículos 61, letra g), y 58, letra g), de las leyes Observar estrictamente el Principio de
Nºs 18.834, y 18.883. Probidad Administrativa, regulado la ley N°
18.575, y demás disposiciones especiales.
Artículos 61, letra k), y 58, letra k), de las leyes “Denunciar a la autoridad competente (o al
Nºs 18.834, y 18.883. Alcalde), los hechos de carácter irregular,
especialmente de aquéllos que contravienen el
principio de probidad administrativa regulado
por la ley N° 18.575”.
Artículos 90 B, y 88 B, de las leyes Nºs 18.834, y Denuncia: Deberá ser fundada, tiene que
18.883. cumplir ciertos requisitos, podrá solicitarse la
reserva de identidad, y se fija un plazo para que
la autoridad resuelva, si la tiene por
presentada.
Artículos 125, letra d), y 123, letra e), de las Causal de destitución: “Efectuar denuncias de
leyes Nºs 18.834, y 18.883. irregularidades o de faltas al principio de
probidad de las que haya afirmado tener
conocimiento, sin fundamento y respecto de
las cuales, se constatare su falsedad o el ánimo
deliberado de perjudicar al denunciado”.
Artículos 125, inciso 2°, y 123, inciso 2°, de las “La medida disciplinaria de destitución,
leyes Nºs 18.834, y 18.883. procederá sólo cuando los hechos constitutivos
de la infracción vulneren gravemente el
principio de probidad administrativa, y en los
siguientes casos”.
De este precepto fluye que el legislador no limitó a un número determinado las acciones
funcionarias que lo infringen, sino que por su intermedio, únicamente se limitó a destacar las que
no pueden dejar de considerarse una transgresión del mismo (dictámenes N° 71.484, de 2011, y N°
16.882, de 2016).
Causales de destitución
“Efectuar denuncias de irregularidades o de faltas al Principio de Probidad de las que haya afirmado
tener conocimiento, sin fundamento y respecto de las cuales, se constatare su falsedad o el ánimo
deliberado de perjudicar al denunciado” (artículos 125, letra d) y 123, letra e), de las leyes N° 18.834
y N° 18.883).
1
Se considerará como una acción de este tipo el acoso sexual, entendido según los términos del artículo 2°,
inciso segundo, del Código del Trabajo, y la discriminación arbitraria, según la define el artículo 2° de la ley
que establece medidas contra la discriminación.
La ley reconoce a los funcionarios el derecho a realizar otras actividades libremente, pero sólo en
tanto este ejercicio sea conciliable con la posición que ocupan en la Administración del Estado y se
cumplan las demás regulaciones que establece. La jurisprudencia de este Organismo de Control,
contenida, entre otros, en los dictámenes N° 14.160, de 2009, N° 39.453, de 2010, y N° 19.844, de
2011, ha expresado que el Principio de Probidad administrativa impone a los funcionarios públicos
el deber de evitar que sus prerrogativas o esferas de influencia se proyecten en su actividad
particular, aun cuando la posibilidad de que se produzca un conflicto sea sólo potencial.
MÉTODOS DE RESGUARDO DEL PRINCIPIO DE PROBIDAD
Declaración de intereses y patrimonio:
La ley N° 20.880, sobre Probidad en la Función Pública y Prevención de los Conflictos de Intereses,
estableció, entre otros aspectos, para las personas señaladas en su artículo 4° y en el capítulo 3° de
su Título II, un nuevo régimen de declaración de intereses y patrimonio que comienza a regir, para
los primeros, a contar del 2 de septiembre de 2016, y para aquellos nombrados en el capítulo 3°,
desde el 2 de noviembre de igual anualidad.
Si bien para ambos grupos existe preceptiva distinta en cuanto, por ejemplo, a su sistema de
fiscalización y sanción, comparten un formulario único de declaración y las normas contenidas en
sus artículos 5°al 8°, relativas a la oportunidad, forma y contenido de esas declaraciones.
La regla general es que se realice a través de un formulario electrónico, a cargo de las respectivas
entidades encargadas de fiscalizar el cumplimiento de esta normativa, cuyo acceso se efectúa a
través de la clave única entregada por el Servicio de Registro Civil e Identificación. Ejemplo: CGR
dispone de un formulario electrónico para aquellos declarantes detallados en el artículo 4° de la ley
N° 20.880.
De esta forma, los métodos de resguardo del Principio de Probidad apuntan a la determinación de
responsabilidades por infracción de deberes propios de la función pública. Conozcamos los tipos de
responsabilidades.
Procedimientos disciplinarios:
Son aquellos procedimientos que tienen por objeto determinar la responsabilidad administrativa de
los funcionarios.
Juicio de Cuentas:
Es aquel procedimiento que tiene por objeto determinar la responsabilidad civil de un cuentadante,
en caso de existir reparos a sus cuentas.
Delito funcionario:
Son aquellos delitos cometidos por algún funcionario, con ocasión de sus funciones y tipificados
como tales por el ordenamiento penal.
• Cohecho
• Violación de secreto.
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