Está en la página 1de 1

Tema: La importancia del pensamiento crítico sustentado en la ciencia

A lo largo de la historia ha quedado en evidencia que las épocas en las que existe un
salto cualitativo y cuantitativo mucho más acelerado en el campo del desarrollo
científico y tecnológico han sido siempre en tiempos de mayor dificultad: guerras,
conflictos políticos y tensiones, y en épocas de crisis sanitaria. En ese contexto, aunque
poco mostrado al “gran público”, ha existido (y existe) un debate sobre el rumbo que
toma el avance de la ciencia.
Lejos de enmarcarse en discursos sin ningún sustento teórico/empírico que rayan en la
‘conspiranoia’, la importancia de cuestionarse acerca de cuáles son los supuestos que se
manejan en el marco de un paradigma científico ha sido una labor largamente discutida
por los estudiosos de la epistemología; labor que parece ser mucho más necesaria en un
contexto en el que, por un lado, las sociedades humanas han desarrollado una relación
cada vez más estrecha (si no dependiente) con las nuevas tecnologías de la información
y la comunicación generando nuevas formas en las que los individuos se relacionan con
sus entornos; y por otro lado, el hecho de que un suceso tan inesperado como
catastrófico (la pandemia de COVID-19) orillara a las sociedades contemporáneas a
replantearse sus formas de sociabilidad, así como también plantea un reto para las
sociedades de mercado.
La ciencia en ese contexto adquiere una importancia capital, en tanto se propone como
la única alternativa viable para enfrentar al virus, con lo cual se ha desarrollado una
carrera contrarreloj para el desarrollo de una vacuna que permita a los seres humanos
relacionarse, en alguna medida, de un modo similar a como lo hacían antes; sin
embargo, muchos sectores miran con escepticismo que dicha carrera llegue a buen
término y, en casos más extremos, empiezan a armar teorías increíbles sobre los
verdaderos motivos por los que nos vemos obligados a vacunarnos, e incluso las razones
por las cuales los gobiernos toman medidas de contención como la cuarentena o el
aislamiento. Fenómenos como las marchas en EEUU y España en contra del uso
obligatorio de mascarilla y el confinamiento son producto de la diseminación de esos
mismos planteamientos, a la par que individuos autoproclamados como portadores de
soluciones mesiánicas estilo Dióxido de Carbono para matar el COVID-19 capitalizan
el pánico colectivo propiciado.
Para construir pensamiento crítico en torno a la producción científica y tecnológica en el
mundo contemporáneo es imperativo primero atacar las charlatanerías disfrazadas de
ciencia ‘contestataria’ en base a la misma evidencia científica proporcionada por años
de investigación y desarrollo en los diferentes campos, especialmente en tiempos en
donde se vuelve cada vez más urgente que tanto individuos como grupos y gobiernos
coadyuven a la producción científica fructífera.

También podría gustarte