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Nombre
Matricula
2020-01984
Asignatura
Historia de la Psicología
Tarea II
El contexto filosófico
Sección
30-2
Facilitadora
Santo Domingo
República Dominicana
23/7/2020
Introducción
Al trabajar es tema podremos ver lo importante que es la psicología y como ha surgido, su historia y los grandes filósofos que han
aportado a la misma. En este trabajo podremos ver los grandes trazos de la psicología filosófica prerrenacentista, los
acontecimientos ocurridos durante el renacimiento, los cuales contribuyeron a la auténtica revolución científica del mundo
occidental, que dio paso a la edad moderna, veremos las características de la nueva Ciencia y los científicos destacados durante
ese periodo y los aportes que hicieron al estudio de los fenómenos con los nuevos métodos científicos.
Por otro lado podremos conocer en que consiste la construcción psicológica de Rene Descartes, el análisis empirista de la vida
mental, ¿en qué consiste la asociación de ideas, la psicología de Locke y sus aportes a la psicología científica, veremos en qué
consiste el asociacionismo de Home, entre otros.
Con el estudio de este tema poder obtener las competencias necesarias de esta asignatura.
A partir del estudio de los capítulos señalados, responda a las siguientes interrogantes:
1- Elabore un mapa conceptual que represente los grandes trazos de la Psicología filosófica
prerrenacentista.
Grandes trazos
de la Psicologia
filosofica pre-
renacentisia
La nueva Ciencia.
La creciente valoración de los datos directos obtenidos por la experiencia atenta, va substituyendo la especulación
por el registro empírico de las actividades y los fenómenos a través en unos casos de la auto-observación, y en otros
de la observación naturalista, apoyada en nuevos instrumentos y métodos.
Aspira a fundamentar el edificio de su filosofía sobre una base inconmovible, de tal solidez que resista incluso la duda más
radical de los escépticos. Para ello necesitaba partir de un principio firme, cierto y seguro, de una verdad primera que le
sirviera para reducir de ella todas las demás, mediante un método rigoroso. Para ello, propuso eliminar previamente todas
las fuentes posibles de incertidumbre y de error, como los sentidos y la imaginación. Para preservarse del error y llegar a la
verdad Descartes solo confiara en el uso de la pura razón recluida en sí misma, desconectada de todo contacto con el
mundo de la experiencia sensible. Los descubrimientos de Galileo habían demostrado que los sentidos nos engañan. Por
eso propone prescindir de ellos. El conocimiento, la Ciencia, no debe partir de la realidad de las cosas para llegar a la idea,
sino que debe comenzar de la idea para llegar a la realidad de una idea que sea evidente a la razón (Descartes, 1637,IV).
En esa búsqueda de una idea evidente, y después de haber dudado de todo, se encuentra finalmente con una certeza que
resiste todos los ataques y de la que no es posible dudar. Es la conciencia simultánea del hecho de su pensamiento y de su
propia existencia. Ha podido dudar de todo, pero no se puede dudar de que piense y, por tanto, de que existe. Es posible
pensar que no existe Dios, ni el cielo, ni los cuerpos, pero no se puede pensar que yo, que pienso esas cosas, no existo al
mismo tiempo que las pienso.
Reduce los contenidos mentales o percepciones a impresiones e ideas, que se diferencian entre sí por el grado de fuerza y
vivacidad con que inciden sobre la mente. Las impresiones son aquellas percepciones que entran con más fuerza a la
mente, mientras que las ideas ´´son las imágenes débiles de las impresiones, cuando pensamos y razonamos´´ (Home,
1739, I, I.I). La viveza diferente con que ideas e impresiones se hacen presentes a la conciencia, radica en que las primeras
derivan del contacto directo con la realidad exterior, mientras que las ideas surgen de las impresiones. Por tanto, las
impresiones tienen prioridad sobre las ideas. Estas, para que sean verdaderas, tienen que ser siempre reductibles a algo
observable.
Home distinguió entre percepciones simples y complejas. Una impresión simple es una sensación no descomponible
(átomos de la vida mental). Pero, la mayoría de las percepciones son complejas, porque nuestros sentidos expuestos
continúan y simultáneamente a muchas sensaciones simples. Por su parte, las ideas simples son copias de impresiones
simples, y las ideas complejas son agregados de ideas simples. También en esto de prioridad a las percepciones simples
sobre las complejas, puesto que estas pueden ser desglosadas en aquellas. Es completamente manifiesto el carácter
empirista y atomista de su Psicología. Para explicar cómo las percepciones complejas se forman a partir de otras más
simples Home introduce la asociación. La asociación no solo interviene en el plano de las percepciones sino también en el
de las pasiones. Los autores anteriores habían limitado el uso de la asociación para explicar la génesis de las ideas,
mientras que Home lo utiliza para explicar el funcionamiento total del psiquismo humano.
El giro hacia lo psicológico seria obra de Hartley, quien, solo diez años después del tratado de Hume, publicaba sus
observaciones sobre el hombre (1749) en el que presenta su teoría sobre la mente y la conducta humana. Sostiene el
paralelismo psicofísico /dualismo) y sus leyes de la asociación eran válidas tanto para el alma como para el cuerpo.
Aunque sus leyes de la asociación de ideas y de las vibraciones son muy parecidas, insistía en que eran paralelas y
diferentes.
Incluso llega a mantener que los mentales dependen causalmente del sistema nervioso. La sensación y los movimientos
tenían que ver con el cerebro, la medula espinal y los nervios, mientras que las ideas dependían exclusivamente del
cerebro.
10- Mencione los aportes de Thomas Reíd a la Psicología de las facultades.
Niega que la mente solo conozca los contenidos mentales (las ideas) y que solo se puede inferir de forma dudosa la
existencia de los objetos reales representados en esta.
Sostiene, por el contario, que tenemos un conocimiento inmediato y adecuado de las cosas.
Las ideas o las representaciones de los objetos en la mente no son el fundamento del conocimiento de las cosas.
En la mente solo se dan operaciones cognitivas mediante las cuales entramos en contacto inmediato con la realidad.
Para explicar cómo se produce el conocimiento de la realidad Reíd diferencia entre sensación y percepción.
Aquella es mera afección de la mente, es puramente subjetiva y, por tanto, no aporta conocimiento de la realidad
exterior.
La percepción por el contrario, incluye la aprehensión y la creencia y la convicción en la existencia del objeto
percibido.
Esa creencia o convicción es universal. Es de sentido común.
El sentido común es una facultad que percibe la verdad por medio de un impulso espontaneo, instintivo e irresistible.
Por eso las verdades del sentido común no necesitan demostrarse sino solo mostrarse.
En el sentido común encuentra la seguridad de que conocemos la realidad exterior.
La base del conocimiento no son las sensaciones o las ideas simples, como pensaban los empirista, sino los juicios
originarios y naturales del sentido común.
En el primero, explican los objetos y acontecimientos por agentes sobrenaturales- trascendentes más o menos numerosos (las
voluntades de los dioses). En el segundo, superando las ficciones del anterior, explican los objetos por fuerzas abstractas y ocultas
en ellos mismos (en razón de su esencia metafísica). Mientras en el “estadio positivo”, los científicos reconocen la imposibilidad de
alcanzar conceptos absolutos, limitándose al descubrimiento, por medio de la razón y la observación, de las leyes que gobiernan la
secuencia y la semejanza de los fenómenos. La explicación de los hechos, ahora reducidos a sus términos reales, consiste en el
establecimiento de una relación entre varios fenómenos particulares y unos cuantos hechos generales, que van disminuyendo en
número conforme progresa la Ciencia (Comte, 1830). El investigador positivo se ciñe únicamente a lo dado, a los fenómenos
observables intersubjetiva- mente. Lejos de preguntarse por las causas últimas y ocultas de los fenómenos, se limita a describir su
comportamiento regular y constante y a formular leyes naturales relativas a los mismos.
En contraste con Descartes, quien postuló un único método para guiar la razón, Comte defiende que cada disciplina desarrolla una
estrategia lógica y operacional (un método) apropiada. Menciona sólo tres métodos: (1) La observación de hechos, datos
percibidos dentro de un contexto previamente establecido que depende de alguna hipótesis o teoría científica. La tarea del
científico es establecer leyes que describan las relaciones invariables de los hechos, y que puedan verificarse empíricamente. (2)
La experimentación sólo es posible cuando el curso natural de un fenómeno se puede alterar de manera prefijada, definida y
controlada, algo que se podía hacer sistemáticamente en la física y en la química. En cambio, para la Fisiología sugirió utilizar los
experimentos de la naturaleza, patologías o psicopatologías (modelo que seguirán psicopatologías y psicólogos dinámicos
franceses). (3) (la anatomía comparada) y la sociología (p.e. la antropología y sociología histórica).
Los antecedentes se encuentran en el siglo XVIII. Se considera a von Haller el padre de la Fisiología experimental, al
establecerla como Ciencia independiente. Sus Elementos de la fisiología del cuerpo humano (1755-1766) fue durante todo
un siglo el tratado de Fisiología. Whytt pasó a la historia sobre todo por sus experimentos sobre los reflejos, particularmente
el reflejo pupilar.
el centro de reflexión en la médula espinal y comienza a teorizar sobre la acción refleja. Galvani demuestra de forma
experimental que el tejido animal genera electricidad. Prochasca hace avanzar los descubrimientos de Whytt y Unzer,
defendiendo que si era necesaria la actividad nerviosa para la acción refleja, también se requería la activación mediante el
“common sensorium” (centro de reflexión) localizado en el cerebro y en la médula espinal para que las respuestas reflejas
fueran automáticas (Pérez-Delgado, 1979).
La Fisiología había venido trabajando con el supuesto de que todos los nervios tienen idéntica naturaleza morfológica,
cumplen una misma función, conducen en ambas direcciones y son vehículos pasivos de la corriente nerviosa.
c) La Frenología.
Es una propuesta de transición hacia una Ciencia del cerebro. El protagonista fue el anatomista vienés Gall, quien dedicó su vida a
relacionar las características mentales con la forma externa de la cabeza. Estando en París se le unió el fisiólogo Spurzheim,
juntos dieron a conocer (1808) el primer escrito frenológico, que fue rechazado por un Comité del Instituto de Francia del que
formaban parte el psiquiatra Pinel y el naturalista Cuvier. Se resume en cuatro principios básicos: (1) La parte exterior del cráneo
se corresponde con la interior y ésta, a su vez, con la superficie del cerebro. (2) La mente puede ser analizada adecuadamente en
un cierto número de facultades, poderes o funciones. (3) Una facultad muy desarrollada se asienta en una zona cerebral
engrosada, engrosamiento que se muestra externamente en una protuberancia en el cráneo. (4) La craneoscopia (observación por
simple tacto sobre la superficie del cráneo) es predictiva en relación con el número y calidad de las funciones mentales. La
concepción analítica de la mente pudo ser sugerida a Gall por la Psicología de
Las Facultades que Reíd había elaborado 30 años antes. Gall aumentó hasta 37 los poderes psíquicos de la mente. La crítica
médica fue unánime en rechazar los métodos y elucubraciones de Gall; y lo fue igualmente la psicológica, por entender que su
análisis de la mente era tan burdo como su tesis de la localización puntual, y su pretensión de deducir de las conformaciones
craneanas la localización y el grado de capacidad de los poderes mentales. No obstante, tuvo un importante papel histórico, pues,
al allanar ciertas prevenciones sociales, abrió el camino para que pudiera iniciarse una investigación verdaderamente científica
sobre el cerebro.
d) Cirugía cerebral.
Ya en 1801 Bichat localizó las funciones de percepción, memoria e inteligencia en el cerebro, y las emociones en las vísceras.
Otros científicos (p.e. Bell o Rolando) habían supuesto que el cerebro podía estar formado estructuralmente de componentes
distintos con funciones distintas para cada uno. No obstante, la figura más relevante fue el anatomista y fisiólogo Flourens.
En su Examen de la Frenología criticó la mala frenología o frenología fantástica (la de Gall), estableciendo una Fisiología cerebral
científica, que calificó como “la frenología buena”, o “científica”. Dominaba técnicas quirúrgicas de cirugía cerebral, extirpaba
(ablación) partes del cerebro de un animal vivo sin dañar las partes contiguas, observando los efectos subsiguientes sobre su
comportamiento.
Dividió el sistema nervioso en seis unidades o estructuras anatómicas naturales y operó sobre cada una, concluyendo que “todas
estas distintas partes del sistema nervioso tienen propiedades específicas, funciones propias, efectos distintos; y, a pesar de la
maravillosa diversidad de sus propiedades, funciones y efectos, a constituyen, sin embargo, un sistema único” (Flourens, 1824).
Categorizó la “acción funcional específica” de cada parte como principio de “acción propia”, y la “acción funcional común” del
cerebro como principio de “acción común”.
Señaló cuáles eran las funciones correspondientes a los lóbulos cerebrales, el cerebelo, la médula oblonga da, los tubérculos
cuadragésimos, la médula espinal y los nervios. Pero también defendió que el cerebro actúa como un sistema funcional único, en
sí mismo y con el resto del sistema nervioso, de manera que se puede afirmar que “la unidad lo rige todo, está en todas partes y lo
domina todo”. Su posición moderada (no una localización cerebral puntual sino en grandes áreas) ayudó a una aceptación general
de sus doctrinas por parte de la comunidad científica.
e) La hipnosis.
Los integrantes de las generaciones fundacionales compartieron el interés por los contenidos y/o funciones de las mentes
normales, antes que por los de las mentes trastornadas. La creencia común era que el estudio de la ‘mente normal’ llevaría a un
adecuado conocimiento, y por tanto a una adecuada comprensión y explicación sobre qué es y cómo trabaja la mente. Mientras
tanto, en el campo de las ‘enfermedades’ mentales dominaba el punto de vista organicista (antomopatológico y anatomo- clínico),
que defendía que ese tipo de enfermedades tiene siempre causas y tratamientos de carácter orgánico. Por eso mismo, los intentos
de explicación psicogénicos, y de tratamiento psicoterapéutico, comenzaron en la periferia de la Ciencia oficial, tanto en medicina
como en Psicología, unos intentos que, inicialmente, estuvieron muy vinculados al fenómeno del magnetismo y la hipnosis y, en
menor medida, a la reforma de la asistencia psiquiátrica que se inició en Francia y en las islas británicas. La concepción magnética
(hipnótica) del tratamiento de ciertas enfermedades no era nueva en la segunda mitad del siglo XVIII.
El famoso baquet para las sesiones terapéuticas colectivas, tan copiado y vulgarizado, el gran desarrollo de las pseudomasónicas
Sociedades de la Armonía Universal que Mesmer creara para fomentar el magnetismo, la acción desafortunada de personajes tan
dañinos como el Conde e Saint-Germain o el Conde de Calostro, junto a la desmesurada penetración popular del movimiento,
llevaron a un asustado monarca, Luis XVI, a formar dos comisiones científicas de investigación ( Comisareis del ́Académiee de
Sciences et la Faculté de Medicine, 1784; Comisareis de la Société Royale de Médecine, 1784). Elaboraron independientemente
informes negativos sobre los postulados mesméricos y la utilidad de sus técnicas, que tuvieron como principal resultado el
descrédito de Mesmer.
El mundo occidental siguió una tesis creacionista (todos los seres vivos son creación divina) y fixista (las especies son fijas e
inmutables, no cambian), que comenzó a entrar en crisis a finales del siglo XVIII. La selección artificial practicada por horticultores
y ganaderos sembraba dudas sobre el origen divino de las especies. El creciente aporte de datos sobre plantas y animales que la
exploración geográfica venía acumulando, unido al constante hallazgo de fósiles que llenaban las distancias entre las especies
conocidas, y los propios avances en nuevas Ciencias particulares como la Biología y la Fisiología, la he Botánica y la Geología...
daban argumentos sólidos para cuestionar la doctrina fixista. Los naturalistas de principios del siglo XIX iniciarían un giro
copernicano, planteando que todos estos fenómenos podían reducirse a un cierto orden, si la naturaleza, en lugar de ser
concebida como mero receptáculo pasivo de la creación divina, se consideraba en su aspecto dinámico, como incesante
productora de cambios... La aparición de esta idea dio origen a la hipótesis transformista, sustituida luego por la evolucionista. Las
ideas del Conde de Buffon son un buen punto de partida. Señaló que no existen especies que puedan ser definidas con precisión,
únicamente hay individuos, “los géneros, órdenes y clases sólo existen en nuestra imaginación” (Buffon, 1749). Sustituía así la
noción de especie (esencia fija y eterna) por la de clase (conjunto de individuos con características observables similares, cuyos
límites se fijan de forma convencional). Adelantó otras ideas importantes como la de selección natural y la transmisión hereditaria
de las modificaciones producidas por el medio externo. Habló, como otros naturalistas, de transformación de las especies, dada su
prevención respecto del concepto de evolución, al que consideraban contaminado de tintes metafísicos.
Conclusión
Este tema ha sido de gran importancia y muy significativa para mi aprendizaje, ya que he podido aprender sobre la historia de la
psicología sus principales exponentes y los más importantes aportes que en ella hay. En los diferentes subtemas trabajados pude
apreciar que en cierto modo hay cierta conexión ya que lo que aquí trabajamos esta lo que es la mente, las sensaciones, los
pensamientos, etc.