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Tratado de La Virgen Santisima Gregorio Alastruey PDF
Tratado de La Virgen Santisima Gregorio Alastruey PDF
TRATADO DE LA
VIRGEN
SANTÍSIMA
Primera veriíén castellana
de la M A R I O l O G I A latina.
Prólogo del Excmo. y Revdmo.
Dr. D. Antonio García y García,
A r z o b i s p o de V a l l a d o l i d .
CUARTA F.DICION
POR EL M . I. SR. D R .
LA COMISIÓN DE DICHA PONTIFICIA
UNIVERSIDAD ENCARGADA DE LA D. GREGORIO ALASTRUEY
INMEDIATA RELACIÓN CON LA B. A. C ,
CANÓNICO DE LA SANTA IGLESIA CATEDRAL DI VALLADOLfD
ESTÁ INTEGRADA EN EL AÑO 1 9 5 6 Y BX RECTOR DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
PRESIDENTE:
PROLOGO
Excmo. y Evdmo. Sr. Dr. Fr. FRANCISCO BARBADO DEL EXCMO. Y RVDMO. SR. DR.
P A R T E I
De algunos a n t e c e d e n t e s de la vida de la S a n t í s i m a
Virgen María
Páginas Páginas
CAPITULO VI.—De los esponsales y matrimonio celebra-
dos entre la Bienaventurada Virgen Ma- CAPITULO II.—De la anunciación de la maternidad divi-
ría y San José 33 na de la Santísima Virgen 67
Cuestión I.—Si entre María y José hubo verdadero ma- Cuestión I.—Si, e» conformidad con el orden prefijado
trimonio 34 per la divina Sabiduría, debió ser pedido
y requerido el consentimiento de la San-
Cuestión II.—Cuál fué el objeto inmediato del consenti-
miento de la Bienaventurada Virgen al tísima Virgen j>or la anunciación como
celebrar matrimonio con San José ... 39 condición necesaria para que la encarna-
ción se realizase 68
Cuestión III.—En qué tiempo se celebró el matrimonio
en'tre María y José 42 Cuestión II.—Si la anunciación de la Santísima Virgen
Cuestión IV.—Cuál era la edad de María y de José al convino que fuera hecha por un ángel ... 71
contraer matrimonio 44 Cuestión III.—Por qué entre los ángeles fué elegido Ga-
Cuestión V.—Por qué medios se proveyó al matrimonio briel como nuncio de t a n gran misterio ... 72
de María con San José 45 Cuestión IV.—Si el ángel nuncio debió aparecerse a la
Santísima Virgen en visión corporal ... 73
Cuestión V.-—Si la anunciación fué realizada en el orden
conveniente 74
P A R T E II CAPITULO III.—De la misma maternidad divin'a de la
De la maternidad de la Bienaventurada Virgen Santísima Virgen 75
María y de sus varias dotes y prerrogativas ARTÍCULO X¡—De la verdad de la maternidad divina de la
Santísima Virgen 75
CAPITULO I.—De la predestinación de la Santísima Vir- Cuestión. I.—Si la Santísima Virgen sea verdaderamente
gen1 a la maternidad divina 51 y deba llamarse Madre de Dios 75
Cuestión I.—Si la Bienaventurada Virgen María fué Corolario 86
predestinada a la maternidad divina ... 52 Cuestión II.—En qué momento la Bienaventurada Virgen
Cuestión II.—Si la Santísima Virgen fué predestinada fué constituida Madre de Dios 87
en cuanto Madre del Redentor 53
Cuestión III.—Si la razón de maternidad conviene m;ás
Cuestión III.—Si la predestinación de la Sandísima Virgen perfectamente a la Bienaventurada Vir-
a la maternidad divina en el orden, de la gen respecto de Cristo que a cualquiera
intención es puramente gratuita e in- otra madre respecto del hijo que en-
dependiente de todo mérito 56 gendra 88
Cuestión IV:—Si la Santísima Virgen em el orden de la
ejecución mereció de condigno o de con- ARTÍCULO II—De la concepción de Cristo 89
gruo la maternidad divina 57 8 I-—De la concepción de Cristo respecto al principio activo ... 89
Cuestión V.—Si la predestinación de la Santísima Vir-
gen a la gloria fué puramente gratuita Cuestión.—Si el Espíritu Santo fué el principio activo en la
y anterior a todo mérito 61 concepción de Cristo 89
Cuestión VI.—Si la Santísima Virgen fué predestinada * II.—De la concepción de Cristo en cuanto al principio pasivo
a la divina maternidad antes que a tan o materia ex qua 92
alta gracia y gloria 63 Cuestión.—Si el cuerpo de Cristo fué formado de la purísi-
Cuestión VII.—Si la misma existencia de la Santísima ma sangre de la Bienaventurada Virgen
Virgen depende de tal manera de la María 92
maternidad divina que, de no ser Ma-
8 III-—Del modo y orden de la concepción' de Cristo 94
dre de Dios, María no existiera en el
mundo 64 Cuestión.—Si el cuerpo de Cristo fué formado en el primer
Corolario ••••• 65 instante de su concepción, animado de
alma racional y asumido por el Verbo
de Dios 94
VIII ÍNDICE GENERAL IX
ÍNDICE GENERAL
Páginas
Páginas
ARTÍCULO III.—Del nacimiento de Cristo ¡^ Cuestión I.—Si la Santísima Virgen' estuvo exenta del
pecado original 141
Cuestión I.—Si puede atribuirse a Cristo Señor un na- Cuestión II.—Si la Beatísima Virgen María estuvo su-
cimiento temporal „„
jeta al débito del pecado original 232
Cuestión II.—Si en la Santísima Virgen ha de admitir- Cuestión III.—Si la Virgen María estuvo inmune del fo-
se relación real de maternidad respecto .mes del pecado 235
de Cristo, y en« Cristo, relación filial res-
pecto de la Virgen, Madre de Dios 99 Cuestión IV.—Si el fornes del pecado estuvo cohibido en la
Virgen desde el primer instante de su
CAPITULO IV.—De la excelencia de la divina maternidad de concepción o estuvo extinguido 239
la Bienaventurada Virgen María 102 Corolario 241
ARTÍCULO I.—De la excelencia de la divina maternidad
Cuestión V.—Si la Santísima Virgen fué inmune de todo
de la Bienaventurada Virgen María en
sí misma considerada 103 pecado actual, así mortal como venial ... 242
Cuestión VI.—Si la Bienaventurada Virgen fué inmune
ARTÍCULO II.—De la excelencia de la divina maternidad del cualquier imperfección1 moral, aun le-
comparativamente a otros dones y oficios vísima 250
sobrenaturales 122
Cuestión VII.—Si la Bienaventurada Virgen María fué
Cuestión I.—Si la maternidad de Dios es más excelente impecable 251
que la gracia santificante o de adopción. 122
Cuestión VIII.—Desde qué tiempo fué impecable la Bien-
Cuestión II.—Si la divina maternidad es más excelente aventurada Virgen 257
que la visión beatifica 126 Corolario, '. 258
Cuestión III.—Si la divina maternidad supera en dignidad
al sacerdocio de la nueva Ley 127 ARTÍCULO II:—De la santidad positiva de la Bienaventu-
rada Madre Virgen 259
Cuestión IV.—Si la dignidad de la maternidad divina
§ I.—De la gracia habitual de la Bienaventurada Madre Virgen. 260
es superior al apostolado 129
Cuestión I.—Si la Bienaventurada Virgen fué llena de
ARTÍCULO III.—De la excelencia de la divina maternidad gracia en el primer instante de la con-
de la Bienaventurada Virgen María en cepción ' 260
relación con sus dones de santificación y
glorificación y demás privilegios 130 Cuestión II.—Si la gracia inicial de la Bienaventurada
Madre Virgen fué mayor que la gracia
Cuestión I.—Si la divina maternidad de la Bienaventu- de los hombres o de los ángeles 263
rada Virgen María es la raíz y suma Cuestión III.—Si la Bienaventurada Virgen María ade-
razón de todas las gracias y privilegios lantó erí la gracia durante todo el tiem-
que le fueron concedidos 130
po de su vida mortal 267
Cuestión II.—Si la divina maternidad, con exclusión de Cuestión IV.—Si la Bienaventurada Virgen creció en gra-
la gracia habitual, santifica formal- cia ex opere operantis o por vía meri-
mente a la Bienaventurada Virgen 134 toria 270
Cuestión III.—Qué privilegios deben atribuirse a la Cuestión V.—Si la Bienaventurada Virgen mereció por
Bienaventurada Virgen como provenien- todas y cada una de las acciones de
tes de la divina maternidad 135 su vida 271
Cuestión VI.—Si la Bienaventurada Virgen mereció con-
CAPITULO V.—De las dotes y prerrogativas de la Santísima tinuamente y creció en gracia durante
Virgen en cuanto al alma 139 todo el tiempo de su vida 272
ARTÍCULO I—De la santidad negativa de la Santísima Cuestión VII.—Si la Bienaventurada Virgen tuvo aumento
141
Virgen de gracia ex opere operüto 275
ÍNDICE GENERAL
ÍNDICE GENERAL XI
Páginas
Páginas
Cuestión VIII.-—Cuáles fueron los momentos u oportunida-
des en que se dio a la Santísima Virgen Cuestión XIV.—Si hay que poner también en la Santí-
un singular aumento de gracia, a más sima Virgen las virtudes morales natu-
de la dignidad de su propio mérito 281 ralmente adquisibles de suyo 324
Corolario 325
Cuestión IX.—Cuánta fué la gracia final de la Bienaven-
turada Virgen María 283 § III.—De los dones del Espíritu Santo en María 327
285
Corolario Cuestión I.—De qué manera tuvo el don de entendi-
miento la Bienaventurada Virgen 329
,j De las virtudes de la Bienaventurada Virgen María 287
Cuestión II.—De qué modo tuvo el don de sabiduría la
Cuestión I-—Si la Santísima Virgen tuvo fe teologal ... 288 Bienaventurada Virgen 331
Cuestión II-—Cuánta fuera la perfección de la fe de la Cuestión III.—De qué maniera tuvo la Bienaventurada
Bienaventurada Virgen 289 Virgen el don de ciencia 333
Cuestión III.'—Si la Santísima Virgen consiguió desde .Cuestión IV.—De qué manera tuvo el don de consejo
el principio de su santificación toda la la Bienaventurada Virgen 334
perfección de la fe, o si después, con Cuestión V.—De qué manera la Bienaventurada Vir-
el tiempo, hizo progresos en ella 292 gen tuvo el don de fortaleza 335
Cuestión IV.—Si persistió la fe solamente en la San- Cuestión VI.—Si la Bienaventurada Virgen tuvo el don
tísima Virgen durante el triduo de la de piedad 336
muerte de Cristo 292 - Cuestión VII.—Si la Bienaventurada Virgen tuvo el don
Corolario 295 de temor 338
Cuestión V.—Si l a Bienaventurada Virgen tuvo la vir- § IV.—De la gracia actual de la Bienaventurada Madre Virgen. 340
tud teologal de la esperanza 295
? V.—De las gracias gratis dadas en la Bienaventurada Madre
2
Corolario ^7 Virgen 341
Cuestión VI.—Si tuvo la Bienaventurada Virgen María Cuestión I.—Si la Bienaventurada Virgen tuvo la fe,
una excelentísima caridad sobrenatural. 297 que es gracia gratis dada 342
Cuestión VII.—Lá caridad de María en esta vida, ¿fué más Cuestión II.—Si la Bienaventurada Virgen tuvo la sa-
intensa que la caridad de los bienaventu- biduría y la ciencia en el sentido de
rados en la patria? 303 gracias gratis dadas 343
Cuestión VIII.—Si tuvo la Bienaventurada Virgen prudencia Cuestión III.—Si la gracia de curaciones y el poder de
perfecta 304 obrar milagros fueron otorgados a la
Bienaventurada Virgen 345
Cuestión IX.—Si la Santísima Virgen tuvo la virtud de Cuestión IV.—Si la Bienaventurada Virgen tuvo la gra-
la justicia 306 cia de profecía 347
Cuestión X.—Si la Santísima Virgen tuvo las virtudes Cuestión V.—Si la Bienaventurada Virgen tuvo discre-
de la religión', penitencia, obediencia y ción de espíritus 348 .
gratitud, que se dicen partes potencia-
les de la justicia 307 Cuestión VI.—Si la Bienaventurada Virgen recibió el
don de lenguas, llamado por algunos
Cuestión XI.—Si la Santísima Virgen tuvo la virtud de glosolalia 349
la fortaleza 313
Cuestión VII.—Si la Bienaventurada Virgen tuvo la in-
Cuestión XII.—Si tuvo la Bienaventurada Virgen la vir- terpretación de lenguas 349
tud de la templanza 315
ARTÍCULO III.—De la ciencia de la Bienaventurada Vir-
Cuestión XIII.—Si, entre las virtudes anejas a la tem-
gen María 350
planza, la Santísima Virgen tuvo l a cas-
tidad y el pudor, la modestia, l a manse- I I. -Del uso anticipado de razón en la Bienaventurada Virgen
dumbre, la clemencia y la humildad 318 María 350
ÍNDICE GENERAL Xíl|
Páginas
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Cuestión V.—Qué h a de j u z g a r s e acerca d e l o s p r o d i r
Cuestión V.—Si l a B i e n a v e n t u r a d a V i r g e » f u é l a p r i -
gios que se dice o c u r r i e r o n en l a m u e r -
t e de l a B i e n a v e n t u r a d a V i r g e n 423 m e r a de todos que hizo voto de v i r g i n i d a d . 482
Páginas Páginas
Cuestión II.—Qué relación y orden guardan entre sí, Cuestión II.—Si los méritos con los que la Bienaven-
en la obra de la redención, la mater- turada Virgen María cooperó a nues-
nidad y el consorcio de la Bienaventu- tra salud fueron de condigno o sola-
rada Virgen María 529 mente de congruo 584
Cuestión III.—Cuánta sea la extensión o amplitud del
CAPITULO II.—De la cooperación de la Bienaventurada objeto que cae bajo el mérito de la
Virgen María a la redención objetiva. 531 Bienaventurada Virgen María 592
ARTÍCULO I.—De la cooperación de la Bienaventurada
Cuestión IV.—Cuánta fué, absolutamente considerada,
Virgen María a la obra de la reden-
la excelencia del mérito de María 599
ción en genera] 532
Cuestión I.—Si la Bienaventurada Virgen María coope- Cuestión V.—Cuánta fué la excelen'cia del mérito de
ró a la obra de la redención remota la Virgen, Madre de Dios, en1 comparación
y físicamente 535 a. los méritos de Cristo y de los santos. 603
Cuestión II.—Si la Bienaventurada Virgen1 cooperó a la § III.—De la cooperación de la Bienaventurada, Virgen Ma-
obra de la redención1 no sólo físicamen- ría a la obra de la redención por modo
te, sino también con actos de valor mo- de sacrificio 604
ral, es decir, consintiendo libremente a la Cuestión I.—Si la Santísima Virgen cooperó a la re-
Encarnación, en cuanto redentiva 538 dención del género humano por modo de
Cuestión III.—Si la Bienaventurada Virgen María co- sacrificio 611
operó a la redención humana por su Cuestión II,—Si la cooperación de la Santísima Virgen
compasión 543 al sacrificio de la cruz fué estrictamente
sacerdotal, de tal modo que fuera ofre-
ARTÍCULO II.—De la cooperación de la Bienaventurada cido conjuntamente por Cristo y por
Virgen María a la obra de la redención María 615
en particular 558
Cuestión III.—Si la Bienaventurada Virgen María puede
5 I.—De la cooperación de la Bienaventurada Virgen Ma- ser llamada sacerdote 617
ría a la obra redentora por modo de
satisfacción 558 § IV.—De la cooperación de la Bienaventurada Virgen Ma-
Cuestión I.—Si la compasión de la Bienaventurada ría a la redención estrictamente tal 619
Virgen, por la que cooperó con Cristo Cuestión.—Si la Santísima Virgen cooperó con su compás
a la redención del humano linaje, fué sión a la redención estrictamente dicha. 619
verdadera consatisfacción 563
CAPITULO III.—De la cooperación de la Bienaventurada
Cuestión II.—A qué clase de satisfacción pertenece la Virgen María a la redención subjetiva. 624
que dio la Bienaventurada Virgen María. 565
ARTÍCULO I.—Del hecho o verdad de la cooperación de
Cuestión III.—•Cuánta fué en extensión la consatisfac-
María en la dispensación de las gracias. 625
cióní de la Bienaventurada Virgen María. 569
Cuestión I.—Si la Bienaventurada Virgen María co-
Cuestión IV.—Cuánta fué la excelencia de la satisfac- opera, próxima, formal y actualmente,
ción1 de la Bienaventurada Virgen Ma- a la dispensación de todas las gracias en
r í a absolutamente considerada 570 los hombres 625
Cuestión V.-—Cuánta fué la satisfacción de la Bien- Cuestión II.—En qué tiempo empezó la Santísima Virgen
aventurada Virgen María en compara- a ejercer el oficio de dispensadora de las
ción con la de Cristo y la de los santos. 571 gracias 648
5 II.—De la cooperación de la Bienaventurada Virgen Ma- Cuestión III.—Cuánta sea, por razón de las personas,
ría a la obra de la redención por modo la extensión de esta prerrogativa dispen-
de mérito 574 sadora de las gracias en María, es de-
Cuestión I.—Si la Bienaventurada Virgen María co- cir, si se extiende a Itodos los hombres,
operó a la rederrción del género huma- en cualquier edad del munido, y aun a los
no meritoriamente 577 mismos ángeles 652
ÍNDICE GENERAL XIX
XVIII ÍNDICE GENERAL
Páginas
Páginas
Cuestión V.—Si María intervino y de qué modo en el
ARTÍCULO II.—Sobre el modo y género de causalidad sacrificio eucarístico mientras vivió en
con que la Bienaventurada Virgen María la tierra 689
coopera a la dispensación de las gracias. 657 Cuestión VI.—Cuánto fué el valor que la cooperación
de María añadiera a las misas celebra-
Cuestión I.—Si la Bienaventurada Virgeni María co-
das en su tiempo 691
opera a la distribución de las gracias
por vía de intercesión 657 Cuestión VII.—Si la Santísima Virgen interviene y de
qué modo en las misas que desde su
Cuestión II.—Qué género de causalidad conviene a la gloriosa Asunción a los cielos so han
cooperación de María en la distribu- celebrado y celebrarán en la tierra has-
ción de las gracias 658 ta el fin de los siglos 692
Cuestión III.—Si, además del influjo moral a manera § III.—De la intervención de la Bienaventurada Virgen con
de causa coagente o menos principal, respecto a la Iglesia de Cristo 696
debemos admitir ien la Virgen Bien-
aventurada una causalidad física insf Cuestión I.—Si la Santísima Virgen cooperó a la in-
trumental en la colación' de las gracias. 663 coación y preparación de la Iglesia 697
Cuestión II.—Si la Santísima Virgen cooperó al naci-
ARTÍCULO III.—De algun'as gracias espedíales dispensa- miento de ' la Iglesia eni cuanto a su
das con la intervención de la Santísima existencia fundamental en la muerte de
Virgen 668 Cristo 698
I-—Sobre el influjo de la Bienaventurada Virgen María Cuestión III.—Si l a Santísima Virgen cooperó y de qué
en la dispensación de las gracias que se modo a la existencia formal de la Igle-
confieren por los sacramentos 669 sia desde el día de Pentecostés hasta
el de su gloriosa Asunción 700
H-—De la cooperación de María respecto a la Santísima Cuestión IV.—Qué ayuda prestó la Santísima Virgen a
Eucaristía 672 la Iglesia de Cristo en el decurso de los
siglos a contar desde su gloriosa Asun-
Cuestión I.—Si la Bienaventurada Virgen María co- ción a los cielos 707
operó remotamewte a la institución de
la Santísima Eucaristía, en cuanto que Corolario ••• '12
el cuerpo de Cristo, presente bajo las
especies sacramentales, nació de la mis- CAPITULO IV.—De los títulos y ministerio que, para la
ma Santísima Virgen 673 Bienaventurada Virgen María, se derivan
de su consorcio en la redención 713
Cuestión II.—Si la Bienaventurada Virgen María, me-
diante su consentimiento en la Encar- ARTÍCULO I.—De María Mediadora 713
nación, cooperó también a la institución 1 Cuestión I.—Si la Bienaventurada Virgen María de-
de la Eucaristía 677 be llamarse con razón Mediadora del gé-
Cuestión III.—Si María cooperó de una manera inme- nero humano 717
diata a la institución de la Santísima Cuestión II.—Con qué actos ejerció y ejerce ahora el
Eucaristía 678 oficio de Mediadora la Bienaventurada
Virgen María 721
Cuestión IV.—'Si la Bienaventurada Virgen María in-
fluye y de qué modo en' la recepción de Escolio < 722
la Santísima Eucaristía, o sea, en la co- Cuestión III.—Si, además de Cristo y de María, pueden
munión de los fieles 682 otros ser llamados mediadores 723
Escoífo—Sobre la permanencia de la Santísima Eucaris- Cuestión IV.'—Cuánta sea la excelencia de la mediación
tía en el corazón1 de la Virgen mientras mariana en comparación' a la de Cristo
vivió en la tierra y estando ahora en el y a la de los demás santos 724
687
cielo
XX ÍNDICE GENERAL XXI
ÍNDICE GENERAL
Páginas Páginas
ARTÍCULO II.—De María Corredentora 725 Cuestión IX.—De qué modos ejerce la Santísima Virgen
Cuestión I.—Si la Bienaventurada Virgen, unida a su intercesión por las almas del pur-
Cristo Redentor en la obra de la reden- gatorio 784
ción humana, puede ser llamada Corre-
Corolario 786
dentora de los hombres 725
Cuestión X.—Si la intercesión de María se extiende
Cuestión II.—C«m| qué actos cumplió María el cargo
hasta los lugares infernales , 787
de Corredentora 735
Cuestión \\\,—si, además de la Santísima Virgen, pue- Cuestión XI.—Si las penas del infierno, aun siendo eter-
nas, pueden, pasando el tiempo, ser mi-
den otros ser llamados eorredentores ... 73S tigadas por la intercesión de la Santí-
ARTÍCULO III.—De María, Madre espiritual de los hom- sima Virgen 7S1
bres 739 Cuestión XIIJ—Si la Bienaventurada Virgen intercede
Cuestión I.—Si la Bienaventurada Virgen María es por los viadores todos 765
Madre espiritual de los hombres 741 Cuestión XIII.—Si la Santísima Virgen intercede igual-
Cuestión II.—En qué tiempo fué la Santísima Virgen mente por todos los hombres 800
constituida Madre espiritual de los hom-
bres 749 ARTÍCULO V.—De la Bienaventurada Virgen" María, Rei-
na y Señora de todo el orbe 801
Corolarios 757
801
Cuestión III.—Cuánta sea la extensión de la maternidad § I.—María Reina
espiritual de María 758 Cuestión I.—Si l a Santísima Virgen debe ser llama-
da Reina de todas las cosas creadas... 809
ARTÍCULO IV.—De María,, Abogada y Patrona del género
humano 760 Cuestión II.—Si la Santísima Virgen es Reina en sen-
tido impropio y análogo 812
Cuestión I.—Si la Virgen, Madre de Dios, es Abogada
y Patrona del género humano 761 Cuestión III.—Si la Santísima Virgen es Reina en cuan-
to que1 es Madre del Rey 813
Cuestión II.—Si la Bienaventurada Virgen María ejer-
ce el oficio de Abogada en los cielos, Cuestión IV.—Si la Santísima Virgen es Reina en sen-
orando o intercediendo por los hombres tido propio y formal 815
y obteniéndoles las gracias de la sal-
vación 763 Cuestión V.—Qué potestad es la que compete a María
en el reino de Cristo 817
Cuestión III.—Con qué clase de oración intercede la
Virgen en los cielos por los hombres ... 766 Cuestión VI.—En qué títulos se funda la dignidad y
potestad regia de María 820
Cuestión IV.—Si la oración de la Santísima Virgen es
más poderosa que la de todos los santos Cuestión VII.—Cuánta sea la extensión, del reino de
juntos .' 770 Maí-ía 822
Cuestión V.—Si el poder de intercesión de la Bienaven- 823
turada Virgen María es tanto, que con § II.—María Señora
razón es llamada Omnipotencia supli- Cuestión I.—Si la Santísima Virgen debe ser llamada
cante , 772 Señora de todo lo creado 824
Cuestión VI.—Si la oración de la Santísima Virgen Cuestión II.—De qué modo puede ser llamada María
María fué y es siempre oída 779 Señora de todas las criaturas 826
Cuestión VII.—Si la Santísima Virgen intercede por los
santos que ya reinan con Cristo 781
Cuestión VIIIj—Si la Santísima Virgen, pide por las al r
mas detenidas en el purgatorio 783
XXII ÍNDICE GENERAL . ÍNDICE GENERAL XXIII
Páginas
PARTE IV Cuestión I.-—Si el santísimo nombre de María merece
Del culto de la Bienaventurada Virgen María el honor del culto y qué clase de culto. 867
Cuestión II,1—.Qué fuerza o eficacia tiene el santísimo
Páginas nombre de María . 869
CAPITULO I.—De la legitimidad y especie del culto ma- Cuestión III.:—V)e qué ny>do produce estos efectos el
ñano 835 nombre de María 871
ARTÍCULO I.—De la legitimidad y especie del culto de la CAPITULO IIj—De los elementos que constituyen y com-
Santísima Virgen en cuanto a su mis- plementan en su especie el culto de la
ma person'a 837 Virgen bienaventurada 873
Cuestión I.—Si María debe ser honrada con culto sa- ARTÍCULO I.—Sobre el culto de honor de la Santísima
grado 837 Virgen, 873
Cuestión II.)—Qué clase de culto ha de darse a María: Cuestión I.—Si a la Santísima Virgen ha de tributár-
si el de latría, dulía o hiperdulía 841 sele culto de honor 873
Cuestión III.—Cuál es la principal razón que nos impul- Cuestión II.—Si debe tributarse a la Saniísirra Virgen
sa a tributar a la Virgen el culto de culto de amor 874
hiperdulía 845
Corolario '• 876
Cuestión IV.—Si el culto de hiperdulía que se debe a
la Santísima Virgen María se diferen- ARTÍCULO II.—Sobre el culto de invocación de la San-
cia específicamente o sólo cuantitativa- tísima Virgen 877
mente del culto de dulía común que se
Cuestión .1.—Si la Santísima Virgen debe ser honrada
tributa a los demás santos 847
con culto de invocación 877
ARTÍCULO II.—Del culto al Inmaculado Corazón de- Ma- Cuestión II.—Si es necesaria la invocación expresa de
ría: 848 . la Santísima Virgen para que interceda
Cuestión.—Si el Corazón1 inmaculado de la Bienaven- por nosotros 880
turada Virgen María debe ser honrado ARTÍCULO III.—Del culto de imitación de la Santísima
con culto especial 848 Virgen 882
ARTÍCULO III.—Del culto de las reliquias e imágenes y Cuestión I.—Si la Santísima Virgen ha de ser imitada
del nombre santísimo de la Virgen' bien- por sus devotos 883
aventurada 855
Cuestión II.—Si la imitación de las virtudes de María
§ I.—Del culto de las reliquias de la Santísima Virgen .... 855 pertenece a la esencia de su culto 885
Cuestión I.—Si quedan en la tierra reliquias de la
Santísima Virgen 856 CAPITULO III.—De la necesidad y utilidad del culto de
María 889
Cuestión II.—Si las reliquias de la Santísima Virgen'
deben ser honradas con culto sagrado ARTÍCULO I.—De la necesidad del culto de la Santísima
y con qué clase de culto 859 Virgen 889
§ II.—Del culto de las imágenes de la Santísima Virgen 861 Cuestión I.—Si el culto de la Santísima Virgen debe
decirse necesario j a r a salvarse 889
Cuestión I.—Si las imágenes de la Virgen, Madre de
Cuestión II.—Si la singular devoción a la Santísima
Dios, deben ser veneradas 862
Virgen es señal de predestinación 893
Cuestión II.—Con qué clase de culto han de ser vene-
radas las imágenes de la Santísima Corolario °9"
Virgen 865 Cuestión III.—Cuál sea la singular devoción a la Santí-
sima Virgen, que se revela como signo
§ III.—Del culto del santísimo nombre de María 866 de predestinación eterna •• 897
XXIV ÍNDICE GENERAL
Páginas
Corolario 901
"i}**, y—*(y 6AL VATICANO d l « 35 « a r t l t 19W.
ARTÍCULO II.—De la utilidad de culto de la Bienaventu-
rada Virgen María 902 01 Sv* SJVNTITA
Cuestión I.—Si el culto d« l a Bienaventurada Virgen De pletatla te3tlflcatione Auguat.ua Pontlfex tlbl gratlaa aglt
María tuvo su origen en la entraña mis-
plwrlmas et 2b conf^ctum opu.3 &equ&si tibí laúdeos Imp&rtlt
ma del cristianismo, o sea en el propio
misterio de la Encarnación 917 De Deipara aamque egregle aorlpaisti, opdlnate et erudlte in
Cuestión II.—Cuánta sea la antigüedad del culto de la anuai redigena corpua quae d« elus nomine praerogativla munerl-
Santísima Virgen 921
•bus ceteriaque ad eam apectantlbua partlculatim a multls pertrac*
CAPITULO V.—Sobre las diversas formas de devoción ha- tata aunt.
cia la Santísima Virgen 937
In expllcandla autem argumentis quibus ae Deipara ediaserlsu
ARTÍCULO I.—Del Escapulario mariano 937
haud paulum India auavltatla Ita quídam ut Ubrl tul lectio et
ARTÍCULO II, Del Rosario de la Bienaventurada Vir-
gen María 946
ÍNDICE DE IDEAS S55 Rév.mo Domino
D.no Gregorio Alastruey
tetropolitanae Ecclesiae Vallisoletana»
7snonlco et theologlae doctore et profesaore
^ALKANTICAM
SECRETARÍA DE ESTADO
mentaa erudiat ot rellgionia affectura accendat. DE SU SANTIDAD
Multum optana, ut exaratum a te opu3 quam plurimis usui Núm. 47.330, que se citará
en ]a respuesta
ait et crga Del hominumque Matrem atudlum et obsequium flagran»
fHÓLOGU XXXIII
apreciarlo, admirarlo y elogiarlo basta recorrer el índice, y
se verá que es obra completísima, y ¡ios estudiosos . halla-
rán en ella científicamente tratadas todas las grandes cues- en sus manos el cetro, y en su pecho un corazón ardiendo
tiones, antiguas y modernas, acerca de la Virgen Santísi- en amor a sus subditos..., todo esto en un ambiente de
ma; cuestiones algunas de orden secundario, pero de sana mansedumbre y humildad y sacrificio sacerdotal..., todo
y muy legitima curiosidad de la inteligencia y del corazón, esto subyuga los corazones, y los entusiasma y enardece, y
pues los dos tienen sus accesos de curiosidad, ciertamente los rinde a los pies de la Majestad divina de Jesucristo, y
no morbosa; y otras cuestiones de primer orden, cuestio- lanza a los hombres hacia el Rey divino para ofrendarle
nes profundas, en las que el doctor Alastruey sabe aden- cada cual su propio corazón, sediento de paz. Diríase que
trarse con paso firme y seguro, y sabe también guiar a los los hombres, cansados y hastiados de la sequedad y frial-
noveles estudiosos de la MARIOLOGÍA para que, sin fatigarse dad e insipidez de los poderes modernos, suspiran por otro
y sin desvanecerse, penetren en aquellas regiones de luz poder, realeza, majestad que sea jugosa con jugos de ter-
intensísima, que ofuscan al débil entendimiento humano, nura paternal, y cálida con ardores de amor paternal, y
pero que en realidad no son otra cosa que ráfagas lumino- sabrosa con dulzura de compasión paternal. Y como estas
sísimas que nos ha traído la Revelación divina desde aque- cosas las ve en Jesucristo, Rey divino, ante El se postra, y
lla región soberana que la Santa Iglesia llama la región de le rinde vasallaje, y le ofrece con espontaneidad amorosa
la paz y de la luz. su corazón, y en él toda su personalidad, que con esta en-
trega no se anula ni se amengua, sino que se conserva in-
cólume, y crece, y se ennoblece, y se diviniza.
Pues en unión y consonancia con la devoción al Cora-
* •:• * zón de Jesucristo ha crecido la devoción al Corazón de
María, y en consonancia y unión con la devoción a la rea-
leza de Jesucristo crece la devoción a María, Reina de los
•Sin embargo, no pódemeos dejar de hablar de las pági- corazones. Y la explicación científico-teológica de estos he-
nas que el doctor Alastruey dedica a la realeza de la Vir- chos puede verse en la obra del doctor Alastruey, en la
gen Santísima y a su Corazón Inmaculado. Son dos temas que en todas sus páginas resplandece la conexión entre
de actualidad palpitante, candente, por su trabazón con el Jesús y María, y concretamente, en los capítulos propios,
Corazón Sacratísimo y con el reinado del Rey divino, Nues- la conexión entre el Corazón del Hijo y el de la Madre,
tro Señor Jesucristo. entre la realeza divinamente soberana del Hijo y la de la
Desde los albores de este siglo, la devoción y culto al Madre; realeza singularísima, que, guardando ciertas ana-
Corazón Sacratísimo de Jesucristo han tenido un crecimien- logías con las realezas humanas, se levanta gloriosa sobre
to extraordinario en todo el mundo, y singularmente en todas ellas, como la maternidad divina de María se levan-
España. Los corazones, muchos, han volado, envueltos por ta por encima de todas las maternidades meramente hu-
las tinieblas de la noche, tras el canto halagador de aves manas.
nocturnas de mal agüero; pero, al mismo tiempo, miles
y miles de corazones han volado, envueltos en las luces del
sol, hacia el Corazón Divino. Bandadas de corazones en * # *
vuelo de odio o desamor, bandadas de corazones en vuelo
de amor y de concordia, muy humanos y muy divinos.
Y con este acrecentamiento de la devoción y culto al
Corazón de Jesucristo, el aumento de la devoción y culto ¿Cómo no desear que las luces de ciencia teológica acer-
a su realeza divina, sobre todo desde que Su Santidad ca de la Virgen Santísima atesoradas en la MARIOLOGÍA del
Pío XI instituyó la fiesta de Jesucristo Rey Universal. El doctor Alastruey se difundan por toda España, y particu-
título de Rey y la corona real sobre la cabeza de Cristo, y larmente caigan sobre todos los católicos de cultura distin-
guida, y que esas luces produzcan todos los grandes pro-
vechos, individuales y sociales, que pueden producir?
XXXIV rliüLOGO PROLOGO xxxv
Esto en general, porque concretamente el autor de este MARIOLOGÍA del doctor Alastruey, porque esperamos que
prólogo tiene una razón muy peculiar para desear la difu- esta obra ha de fomentar la devoción rendida y filial a la
sión de esta obra, y es que en Valladolid existe el Santua- Madre Reina divina, y esta devoción ilustrada y ardiente
rio Nacional de la Gran Promesa, antiguo templo de San de unos cuantos millares de seglares, influyentes por su
Ambrosio, donde Nuestro Señor Jesucristo el día 14 de posición social, sin duda contribuirá a que la vida cristia-
mayo de 1733, aquel año fiesta de la Ascensión del Señor, na sea más pura, más sincera, más robusta, más emvendida,
se apareció al padre Hoyos, y mostrándole su Corazón, de temple más apostólico, y, por consiguiente, el reinado de
como se lo había mostrado a Santa Margarita María de justicia, de winor y de paz del Corazón Divino, por media-
Alacoque, le hizo la gran promesa de su reinado en España ción del Corazón purísimo y maternal de María, tendrá un
con estas palabras, de tanta fuerza expresiva y de tanta acrecentamiento cuyas dimensiones sólo Dios puede co-
trascendencia: "Reinaré en España y con más veneración nocer.
que en otras partes."
:
* * * ' • - "
Según otros, como Lauth, se deduciría el nombre de Mir- g) Excelsa, sublime, de la raíz Dil, rúm, sobresalir:
iam de minurjuma; minur equivale a estrella; de donde
minurjam es igual a estrella del mar. h) Iluminada, iluminadora, o que los ilumina, del ver-
Para los peritos en jeroglíficos apenas merece fe este bo l'N, en forma Hiphil.
aserto 3. i) Pingüe, robusto, de la palabra N1B. que, según el
B) Otros defienden que el nombre de María proviene de concepto de belleza entre los orientales, equivaldría a pulcra
la voz siríaca mD y significa Señora; pero esta interpreta- o hermosa, graciosa, a saber, con aquella hermosura que im-
ción no puede considerarse como sólida, porque la forma fe- plica la forma bella y robusta del cuerpo. A Bardenhewer
le agrada mucho esta interpretación, principalmente enten-
menina de esta palabra no sería María, sino Marta: « m e . diéndola de la hermosura espiritual de la Bienaventurada
C) La sentencia más frecuente entre los escritores es Virgen María.
que el nombre de María se deriva de la lengua hebraica, pero j) Amargura, dolor, o amarga, afligida, de la raíz 1113,
unos lo consideran como palabra compuesta y otros como marar, interpretación que fué muy aceptada por los anti-
simple. guos rabinos y no desagrada a algunos peritos modernos en
Así, propónense las siguientes interpretaciones: la lengua hebraica, como De Simón, Furst, a quienes se ad-
a) Mar amargo, del doble vocablo TO y Ü , ) marjam. hiere Minocehi 6 .
— T
k) Mirra, de la voz "1*12, cuya etimología, dice Knaben-
b) Rebelión o contumacia, de la raíz n i ¡3 NIO, marah. bauer, puede ser aceptada, ya que ciertamente los nombres
TT TT
c) Gota del mar, mirra del mar, de la raíz I I D , marar, de jóvenes mujeres se usaban tomándolos de las plantas y
— T
árboles; así, Ester, en la casa paterna se la conocía con el
cuya interpretación se halla en el Onomástico de San Je- nombre de ntsnn, mirto; Susana es nombre de lirio... r
rónimo y la usan muchos escritores, tanto latinos como
griegos, de la Edad Media. III. En tanta abundancia de etimologías difícil es juz-
d) Señor de mi linaje, de la raíz nin, harah, concebir, gar cuál ha de ser la preferida entre todas. Sin embargo,
TT
todas las interpretaciones enumeradas le convienen a la-
engendrar. Santísima Virgen y expresan de modo insigne sus prerroga-
e) Estrella del mar, etimología quizá tomada de QI tivas.
T,
mar, y liND, luz, luminar, de donde resultaría luz del mar. La etimología muy amada conviene a María para signi-
Esta interpretación es muy popular y se atribuye a San Je- ficar el amor con que especialmente la amó Dios y acumuló
rónimo. en Ella dones eximios de naturaleza y de gracia.
Muchos estiman que la propuesta por San Jerónimo no Señora, porque verdaderamente es Señora y Eeina de
es estrella del mar, sino gota del mar, cambiada una letra todo el orbe.
por los copistas y sin propósito deliberado de corrupción, Mar amargo; mar, porque es océano de todas las gra-
puesto que no hay ningún vocablo en la lengua hebrea para cias y dones del Espíritu Santo; mar amargo, por los dolores
designar el nombre de estrella que pueda asemejarse con la acerbísimos que sufrió en la pasión y muerte de su Hijo;
primera sílaba del nombre de María. por lo cual San Buenaventura dice: "María es mar abun-
dando en las gracias y amarga compadeciendo con su Hijo" 8 .
Muy recientemente, Ángel Mai no reputa improbable Rebelión o contumacia respecto a la potestad del demo-
esta etimología de estrella del mar, de la voz Y,N, el cual nio, a quien la Santísima Virgen con su concepción inmacu-
propone una ingeniosísima explicación en una carta diri- lada y maternidad divina derrocó y conculcó.
gida al padre Ferrari (21 de octubre 1809. Orvieto) 4. Señor de mi linaje, aludiendo al ministerio altísimo, para
f) Esperanza, cuya interpretación, enseñada por Filón B, el que fué elegida la Santísima Virgen, de concebir y dar
más bien debe considerarse como alegórica que como etimo- a luz a Dios.
lógica. Estrella del mar, porque la Santísima Virgen muestra la
3
JANSSENS, 1. c ; KNABENBAUER, In Matth., p. 44.
4
SC, agosto 1928. " CAMPANA, María nel Dogma cattolico, 1. 1, n. ni, c 1
6
De Somn., 1. IV, 2, 20. ' In Matth., 1. c. '
* In Speculo, c. I.
10 P . I. ANTECEDENTES DE LA VIDA DE MARÍA
En el Apocalipsis (5, 5) se dice de Cristo: He aquí el desposado con varón de la casa de David, si ella misma no
león de la tribu de Judá, la raíz de David, que ha vencido; hubiera sido también de la misma casa" 6.
y (22, 16) dice Cristo de sí mismo: Yo soy la raíz y el linaje Esta razón no parece sólida para aquellos que niegan la
de David. obligatoriedad de dicha ley desde la cautividad babilónica,
De cuyos testimonios claramente aparece que el Mesías que imposibilitó la separación y distinción de las tribus. Y
era de la estirpe de David. El origen, pues, davídico del de hecho no se observó en cuanto al territorio, como puede
Mesías no sólo se deduce por razón de la filiación legal con verse en San José, que, siendo oriundo de Belén, habitaba,
respecto a San José, que pertenecía a la casa y familia de sin embargo, en Nazaret, territorio perteneciente a la tribu
David (Le. 2, 4), sino principalmente por razón de su filia- de Zabulón; de donde podríase conjeturar idéntica facultad
ción propia y natural respecto de la Santísima Virgen, su con respecto a la celebración de matrimonios.
Madre, que descendía de la estirpe de David también; pues
el origen davídico de Cristo es según la carne, como lo Por lo demás, no consta que María fuera heredera de
atestigua el Apóstol en su carta a los Romanos (1, 3) cuando campo o posesión de sus padres, como generalmente se opinó
dice: Acerca de su Hijo, que le nació según la carne del li- entre los antiguos; y aunque se tenga esto como probable,
naje de David; y en la II a Timoteo (2, 8 ) : Acuérdate que no puede afirmarse con certeza.
Nuestro Señor Jesucristo, del linaje de David, resucitó de b) Cristo no es hijo de José según la carne, y, sin em-
entre los muertos... bargo, se traza su genealogía por la línea de San José y ésta
Cristo, concebido del Espíritu Santo sin concurso de va- deducida de Abraham y de David. No por otra causa podía
rón, no podía ser del linaje de David si no hubiera tomado trazarse la genealogía de Cristo por la de San José, sino por-
Carne de María Virgen, su Madre, que pertenecía al linaje que éste era de la misma familia que María, de la cual nació
de David y había sido engendrada carnalmente de ese mis- Cristo según la carne.
mo linaje. Tampoco esta razón parece suficiente, porque para rese-
ñar la genealogía de José al trazar la de Cristo, bastaba que
2.° SANTOS PADRES.—Tertuliano arguye de este modo: entre José y María Virgen existiera verdadero matrimonio
"Luego la carne de Cristo, del linaje de David; pero a través y Cristo naciera, como hijo legítimo de madre legítima, cón-
de la carne de María, que procede del linaje de David" i. yuge de San José; por cuya sola razón de verdadero matri-
Y San Agustín: "Diciendo el Apóstol que Cristo procede monio puede y debe llamarse Cristo, por José, hijo de David,
del linaje de David, según la carne, no podemos ciertamente aun cuando María, su Madre, no fuera consanguínea de
dudar que también la misma Virgen María tenía consangui- David 7.
nidad con la estirpe de David" 5.
3.° SAGRADA LITURGIA, que en el oficio de la Natividad de
la Bienaventurada Virgen María canta: "Natividad de la Cuestión 2. Si la Santísima Virgen María fué de estirpe
gloriosa Virgen María, nacida de la tribu de Judá y de la sacerdotal.
clara estirpe de David."
1.° SAGRADA ESCRITURA.—En San Lucas (1, 36) se lee
4.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) Se prescribía a los hebreos que el ángel dijo a María: Y he aquí Isabel, tu parienta;
por la ley que las hijas, herederas de los bienes paternos, no también ella ha concebido un hijo en su vejez. Isabel era de
se casaran sino con un varón de la misma tribu (Núm. 36, estirpe sacerdotal, pues en el mismo San Lucas (1, 5) se dice-
•6-9); y siempre se entendió esta ley de tal modo que el varón Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote,
había de ser, no sólo de la misma tribu, sino también de la nombrado Zacarías, de la suerte de Abías, y su mujer, de las
misma familia. San José, esposo de la Virgen, era de la casa hijas de Aarón, y el nombre de ella Isabel. Por consiguiente,
y familia de David; luego igualmente la Santísima Virgen. traía su origen de la tribu de Leví y de la familia de Aarón,
De aquí que San Bernardo establezca como cierto "que que fué sumo sacerdote en tiempos de Moisés; y por esta
no sólo San José, sino también la Virgen María, descendie- misma razón la Bienaventurada María, que era consanguí-
ran de la casa de David, pues de otro modo no se hubiera nea de Isabel, provenía de la estirpe sacerdotal.
1
De carn. Ch., 22. " Rom. 2 super "Missus est".
6
De cons. Evang., c. 2. 7
KNABENBAUEB, In Evamg. sec. Matth., p. 43.
C. 2 . LINAJE DE MARÍA 15
14 P. I. ANTECEDENTES DE LA VIDA DE MARÍA
María, según la promesa hecha por sus padres, fué lle- la ciudad, quienes para honrarle quisieron hallarse presen-
vada al templo a los tres años de edad, con gran acompaña- tes en la oblación de su hija en el templo; pero no consta
miento de jóvenes hebreas provistas de antorchas encendi- que Joaquín fuera opulento, sino más bien pobre o de me-
das, concurriendo los primates de Jerusalén y cantando los diana condición económica.
ángeles. c) Que el templo tuviera quince gradas, que la Santí-
Había a la subida al templo quince gradas o escalones, sima Virgen subió ágil y sin ayuda de nadie, aunque así lo
que María, tan niña, los subió sola, sin ayudarse de la mano enseñanfc>anAntonino y San Bernardino de Bustos, sin em-
del que la conducía. bargo, no hay documentos antiguos de valor por los que po-
A la puerta aguardaban los sacerdotes y levitas asocia- damos admitir esta narración sin desconfianza, principal-
dos al sumo pontífice, que la recibió, y después de besarla mente porque también es incierto que el templo tuviera esos
la condujo hasta la tercera grada del altar. quince escalones o gradas.
Cuentan los apócrifos muchas maravillas de María du- d) Del concierto y aplauso de los ángeles en la oblación
rante su estancia en el templo, a saber: que no comía del de María en el templo dice Trombelli: "Lo que aquí se dice
alimento ordinario, sino que era alimentada por los ángeles; de los ángeles, si lo tomamos en el sentido de que lo noto-
que no tenía habitación común en el templó, sino que su rio y visible para los hombres fuese conocido, aplaudido y
morada era el Sancta Sanctorum, donde solamente una vez aun cantado por los ángeles, no veo por qué pueaa ser esto
en el año le era permitido entrar al sumo pontífice, y así reprenüiüo: de nuestras buenas acciones se alegran y aplau-
otras varias cosas. den y cantan en cierto sentido. ¿Por ventura el género hu-
Cumplidos los once años de edad, el sumo pontífice quiso mano no reportó utilidad no pequeña de la oblación de Ma-
colocar a María en matrimonio, y por inspiración divina ría, cualquiera que ella fuese y en cualquier tiempo que
convocó a los varones nubiles de la tribu de Judá. Llevando ocurriese, cuando esta oblación de María íué por sí misma
cada uno una vara, sólo floreció la de José, y sobre él se posó aceptísima a Dios y unió a María con Dios con un vínculo
el Espíritu Santo en figura de paloma, con lo que se hizo más fuerte y la hizo más santa? Pero si quieren decir que
patente que José había sido elegido por el Espíritu Santo los ángeles se hicieron visibles y sus cantos resonaron y
para esposo de María y custodio de su virginidad. fueron oídos por los hombres, daré fe a esta narración
Esos públicos obsequios y prodigios que se dicen ocurri- cuando tenga muchos antiguos y graves valedores" 15.
dos en la oblación y permanencia de la Bienaventurada Vir- e) La narración de la alimentación de la Santísima Vir-
gen en el templo son inciertos, o mejor, falsos. gen de mano de los ángeles no tiene ningún fundamento;
1.° En ffenerál.—Si tantos honores y prodigios hubie- pues aun cuando algunos escritores, como Gregorio de Ni>
ran rodeado la infancia y adolescencia de la Bienaventurada comedia, Cedreno y Juan de Cartagena, así lo afirmen, sin
Virgen María, hubiera adquirido gran celebridad entre los embargo, no merecen fe por haber tomado esa narración de
judíos y su nombre hubiera sido venerado por los de su tri- los libros apócrifos.
bu, que sin duda hubieran conocido que ella había de ser la f) El ingreso de María en el Sancta Sanctorum, aun-
madre del Mesías. Por tanto, los judíos no hubieran alegado que así lo afirman algunos escritores movidos por celo de
como oprobio contra Cristo la baja condición de su Madre piedad, no puede admitirse como verosímil, puesto que el
para empequeñecer sus milagros, sabiduría y virtudes, ni Apóstol (Hebr. 9, 25) dice que a sólo el pontífice le era per-
hubiesen dicho: ¿De dónde a éste este saber y maravillas? mitido, y esto una vez al año, entrar en el Sancta Sancto-
¿Por ventura no es éste el hijo del artesano? ¿Nc se llama rum, cuya reservación aun estaba vigente entre los judíos
su madre María? ¿Pues de dónde a éste todas estas cosas? en tiempo de Filón, como él mismo lo atestigua en el libro
(Mt. 13, 55-56). De Legatione ad Caium Imperatorem. No parece verosímil
' 2.0 En particular.^-a) El acompañamiento de jóvenes que los sacerdotes y levitas admitieran y toleraran que en-
con hachas encendidas no es sino una levísima conjetura, trara en él una niña cuya eximia virtud y pureza era mani-
quizá tomada del uso que nosotros hacemos en las ceremo- fiesta; pero no así todavía la sublime dignidad a que Dios
nias sagradas. la había destinado.
b) El séquito de primates de la ciudad acompañantes g) La tradición acerca de la varita que floreció y la
de la niña, no sólo supone que Joaquín pertenecía a nobilísi- aparición del Espíritu Santo en figura de paloma en la elec-
ma familia, lo que es fácil conceder, sino que era también
riquísimo, hasta el punto de figurar entre los principales de Hist. Mariana, sect. i, d. 0, c. i.
32 P . I. ANTECEDENTES DE LA VIDA DE MARÍA
gel Gabriel fué enviado por Dios a una ciudad de Galilea, bres éstos que no pueden aplicarse en sentido propio sino
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que a las personas que están unidas por verdadero vínculo ma-
se llamaba José, de la casa de David, y el nombre de la vir- trimonial.
gen era María.
6.° Como quiera que fuese el desposorio entre los ju- b) A José se le llama padre de Cristo en San Lucas
díos, acerca de lo cual no todos están conformes 2, tócanos (2, 33): Su padre y su madre estaban maravillados de las co-
al presente investigar la verdad del matrimonio entre María sas que de él se decían; y en el versículo 48: Y cuando le
y José y sus principales circunstancias. vieron se maravillaron. Y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué
lo has hecho así con nosotros? Mira cómo tu padre y yo,
angustiados, te buscábamos.
Cuestión 1. Si entre María y José hubo verdadero matri- Y de igual modo a Jesús se le llamaba hijo de José (Mt. 13,
monio. 55): ¿Por ventura no es éste el hijo del artesano? ¿No se
llama su madre María?; y en San Juan (6, 41-42): Murmu-
ERRORES.—Juliano Pelagiano 3 niega que María y José raban, pues; los judíos de él porque había dicho: Yo soy el
fueran verdaderos cónyuges por no haber habido entre ellos pan vivo que descendió del cielo; y'decían: ¿No es éste Je-
cópula carnal, en la cual hace consistir él la verdadera esen- sús, el hijo de José, cuyo padre y cuya madre nosotros co-
cia del matrimonio.
A esta sentencia se adhieren Wicleff i y, entre los cató- nocemos ?
licos, Graciano 5 y Miguel Medina 6, y en nuestros tiempos Además, María y José son llamados padres de Jesús
Freisen 7, quien afirma que el contrato matrimonial es esen- (Le. 2, 27): Y trayendo los padres al niño Jesús; y en el ver-
cialmente promesa de futura cópula y, por consiguiente, que sículo 4 1 : Iban sus padres todos los años a Jerusalén; y en
eí matrimonio se verifica por la cópula habida con afecto el versículo 43: Se quedó el niño Jesús en Jerusalén sin que
marital. lo advirtieran sus padres. Ninguna otra razón puede alegar-
se para estos apelativos, cuando por la fe consta que Jesús
TESIS. Entre María y José hubo verdadero matrimonio. no traía origen carnal de José, sino porque José, por verda-
dero y público matrimonio, era esposo o marido de María,
8
Canisio piensa que esta conclusión puede defenderse se- la cual había engendrado a Cristo según la carne.
gún el arbitrio de cada uno. Suárez 9 enseña que es de fe, c) En San Mateo (1, 18) leemos: Siendo María su ma-
y como tal, admitida por todos los teólogos; Vázquez 10 y dre desposada con José..., se halló haber concebido en el
Benedicto XIV " , más cautamente, la llaman cierta, de tal vientre, del Espíritu Santo; y en San Lucas (1, 27): Fué en-
modo que la contraria debe ser considerada como temeraria. viado por Dios el ángel Gabriel a una cuidad de Galilea,
1.° SAGRADA ESCRITURA.—a) San Mateo (1, 18) dice: llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón. So-
Jacob engendró a José, esposo de María, de la cual nació Je- bre lo cual arguye Palmieri: "O se considera el desposorio
sús, que es llamado el Cristo; y en los versículos 19-20: José., de la Virgen, según la locución de los evangelistas, como
su esposo, como era justo... José, hijo de David, no temas nupcias concluidas, o que todavía le faltaba la celebración
do recibir a María, tu mujer; y San Lucas (2, 45): Y subió solemne de las mismas. Si lo primero, quedaba ya constituí-
de Galilea José para empadronarse con María su esposa, la do verdadero matrimonio, según los judíos; si lo segundo,
cual estaba encinta. De cuyos testimonios resulta que a José ya los solos desposorios hacían entre los judíos verdadero
se le llama esposo de María y a María esposa de José, nom- matrimonio, en tanto que.la aceptación o conducción de la
2
esposa a casa del esposo o celebración de las bodas (por lo
PALMIEEI, De Matrim. Christ, th. 6, parergon.; DE LA BROISSE, menos en épocas anteriores) daba derecho a que los cónyu-
o. c3, c. 4.
S. AUOUST., Contra Iulianum, 1. V, c. 12. ges legítima y honestamente usaran de la potestad ya otor-
4
s
Trialogus, 1. IV, c. 2; TOM. WALDENSE, t. II, c. 130. gada y aceptada; pero si en la entrega de esta potestad
6
Dist. 27, q. 2, can. Quid autem. consiste el matrimonio, entonces ya la Bienaventurada Vir-
7
De sacr. hora, contin., c. 61. gen era cónyuge de San José. En cuanto a lo segundo, no
WERNZ, IUS matr. Eccl. cath., p. I, tít. i.
8
De B. Virg. 1 i, c. 5. se puede dudar de que si aun hubiera faltado algo, verbi-
" 3, q. 29, d. 7, sect. 1.
10
gracia, la celebración de las nupcias, sería porque no se hacía
11
In 3, q. 29, c. 3. ya en ese tiempo. Pues de otro modo debía San José, según
De Synodo, \. xill), c. 32.
C. 6. ESPONSALES Y MATRIMONIO DE MARÍA 37
3G P. I. ANTECEDENTES DE LA VIDA DE MARÍA
los esposos, aunque sea condición para el buen éxito del ma-
trimonio, no constituye, sin embargo, el matrimonio. Pues b) De ahí no se puede inferir que el consentimiento de
si el matrimonio consistiera en la sola unión de las almas la Bienaventurada Virgen no pudiera tender al referido de-
por el amor y la cohabitación, como dice Hugo Victorino -T, rpnho o potestad radical, sin que implícitamente tendiera
podría éste ser celebrado, y de hecho existiría, entre her- también a la cópula carnal, por lo mismo que el consenti-
manos y hermanas, y generalmente entre personas del mis- miento en alguna cosa se dirige por lo menos implícitamente
mo sexo, no unidas por conmixtión de la carne, sino por al efecto al cual intrínsecamente se ordena esta misma cosa:
el mutuo afecto y una misma cohabitación. pues de dos modos, dice Sánchez, puede entenderse este con-
sentimiento implícito en la cópula: primero, por parte del
4.° El uso del matrimonio o cópula carnal no es de esen- contrato, y de esta manera es necesario el consentimiento
cia del matrimonio, como enseña el Catecismo Romano: implícito en la cópula, puesto que, ordenándose intrínseca-
"Además del consentimiento expresado del modo dicho, a mente el contrato matrimonial a la cópula, el que explícita-
saber, por palabras de presente, para que exista verdadero mente consiente en él, consiente, por ende, en ella implíci-
matrimonio no es necesario el concúbito; pues consta que tamente en virtud de tal contrato; segundo, por parte del
nuestros primeros padres, antes del pecado, estaban entre contrayente, y de esta manera no es necesario el consenti-
sí unidos por verdadero matrimonio, sin haber entre ellos miento implícito en la cópula, y por consiguiente, aunoue
mediado cópula carnal, según atestiguan los Santos Padres. el contrayente tenga intención de no consentir en la cópula,
Por lo cual y por los mismos Santos Padres se ha dicho que hay verdadero matrimonio 29.
el matrimonio consiste en el consentimiento, no en el con- Esta explicación no agrada a muchos, entre los cuales se
cúbito" 28. encuentra Vega, quienes afirman que el consentimiento de
5.° Ni tampoco el derecho próximo o potestad expedita la Santísima Virgen ni implícita ni virtualmente puede
a la cópula pertenece a la esencia del matrimonio: a) Ya referirse a la cópula carnal, porque ésta no es un efecto
porque para que exista este derecho se presupone la legíti- necesario del vínculo matrimonial y de la potestad radical
ma unión de los cónyuges o matrimonio esencialmente cons- y obligación resultante necesariamente de ellas, sino que
tituido; b) ya porque, aun permaneciendo el matrimonio, solamente es un puro obieto al cual se refieren; luego tal
ese derecho puede condicionarse; nada prohibe que los cón- cópula ni virtual ni tácitamente se contiene en el vínculo
yuges, después de contraído el matrimonio, concierten entre matrimonial o en la potestad radical; y, por consiguiente,
sí pacto temporal o perpetuo por el que mutuamente se obli- aunque el consentimiento requerido para el matrimonio ten-
guen al no uso, en cuyo caso existe verdadero matrimonio ga por objeto el vínculo matrimonial y la potestad radical,
con derecho a la cópula, no expedito, sino ligado. que es una misma cosa con la esencia del matrimonio, no
6.° El matrimonio consiste esencialmente en el vínculo por eso debe llegar implícita y tácitamente hasta la cópula,
conyugal indisoluble, o lo que es igual, en el mutuo derecho aunque in obliquo llegue hasta ella como término y conno-
o potestad radical que los cónyuges se conceden sobre sus tado so.
cuerpos en orden al fin del matrimonio. Por lo que dice el Todo lo cual pone de manifiesto cuan bien se armonizan
Apóstol (1 Cor. 7, 4 ) : La mujer no tiene potestad sobre su y concuerdan el que la Bienaventurada Virgen aceptase el
propio cuerpo, sino el marido, y asimismo, el marido no tie- matrimonio y al mismo tiempo no consintiese en la cópula
ne potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. carnal, ni que su matrimonio aminorase en lo más mínimo
7.° Por consiguiente, se ha de decir: su purísima virginidad de alma y cuerpo, de la cual, como
a) Que el consentimiento de la Bienaventurada Virgen también de la perfecta virginidad de José, hablaremos des-
María y de San José, al celebrar su virginal matrimonio, no pués extensamente.
se refería a la cópula carnal actual, ni al derecho próximo w
De soneto Matrim, sacr., 1. ir, d. 29. Cf. B I L L U A R T . De Matrim.,
y expedito a ella, sino al vínculo conyugal, sin el cual no diss. 3, a. 5.
puede existir el matrimonio, y al mutuo derecho o mutua 30
O. c , p a l . 22, c e r t . 2.
potestad radical sobre sus cuerpos, que es una misma cosa
con el vínculo matrimonial.
Do vlrghút. Mariafí, c. 1.
P . II, c. 8, n. 8.
C. 6 . ESPONSALES Y MATRIMONIO DE MARÍA 43
42 P. I. ANTECEDENTES DE LA VIDA DE MARÍA
que gozaba entre los suyos; si, por el contrario, la separa- que era ya anciano: San Epifanio 52 cree que cuando recibió
ción ue do^e Hubiera aconteeiuo antes ue las nupcias, el a la Virgen por esposa tenía quizá ochenta o más años;
uesnonor ue la Virgen nuoiera sido grandísimo, porque el Nicéforo 53 opina que cuando, por su vejez y honestidad de
hedió mismo üe que el esposo, cuya justicia era de todos costumbres, había conseguido reputación honorable; Ger-
bien conociua, la abandonara embarazada antes de las nup- són 54 dice que José tendría unos cincuenta años, edad en que
cias, se prestaba a juzgar que el esposo la abandonaba por comienza la senectud.
haber eiía concebido y no de él mismo 4-. La opinión más común es que José no era viejo al unirse
en matrimonio con la Virgen, sino que había alcanzado la
Cuestión 4. Cuál era la edad de María y de José al con- edad perfecta del varón, esto es, alrededor de treinta o, a lo
traer matrimonio. sumo, de cuarenta años.
La Virgen María fué dada en matrimonio a José para
1.° Respecto a la edad de María cuando contrajo ma- poner a buen seguro su honor y para que su embarazo y
trimonio con José, son dos las principales opiniones de los parto pudiera atribuirse al marido por aquellos que desco-
escritores eclesiásticos. nocían el misterio obrado en ella, y también como ayuda,
Nicéí'oro Calixto r-\ Cristóbal de Castro 44 , San Buenaven- solaz y alivio para alimentar y educar a la prole, así como
tura 4:', Suárez 4y, Vázquez 4i y otros más modernos creen que acompañarla en sus peregrinaciones. No se hubiera proveído
la Virgen, al casarse con San José, contaba catorce o quince bien a la buena fama de la Virgen si a San José, por su
años de edad. vejez, no se le hubiera reputado idóneo para la generación,
San Alberto Magno 4S, Cayetano 40, Serry íso , Billuart 51 , ni hubiera podido San José, ya anciano, alimentar con su
asignan mayor edad a la Virgen cuando se casó; así, Al- trabajo a la Virgen y al Niño Jesús, ni custodiarlos y li-
berto Magno cree que la Virgen debería tener, al menos, brarlos de peligros, ni sostenerlos en tan largas peregri-
veinticinco años. Cayetano considera razonable la edad de naciones por caminos llenos de dificultades; sino más bien,
veinticuatro años, o quizá diecinueve, por esta sola conje- él, en su senectud, hubiera sido quien necesitara de ayuda
tura, como dice Suárez, de hallarse ya en esa edad el cuerpo y cuidado.
robusto y perfecto para concebir el Hijo; Serry y Billuart Hace, sin embargo, observar Janssens que por ello no se
piensan que la Virgen era ya de edad mayor. ha de reprobar que se represente en imágenes a San José
Aunque nada cierto á este respecto puede establecerse, en edad ya provecta. Por sus venerables canas puede apa-
sin embargo, la opinión más común y más probable es la recer como una representación del Padre celestial, que dio
primera; pues es lo más verosímil que se observara en el a San José tanta majestad. Es más: en representar así ai
matrimonio de María, por los padres o por los encargados esposo de María parece haber cierta cautela, a fin de que
de su tutela, la costumbre judia de casar a sus hijas, si los que le contemplen puedan persuadirse mejor de la vir-
nada se oponía a ello, cuando eran jovencitas; nada acon- ginal maternidad de María. No por eso han de ser desterra-
sejaba que las nupcias de María se difiriesen, sino al con- das las imágenes de San José en edad más joven, llevando
trario, había especial razón para acelerarlas, a saber: para al Niño Jesús paternalmente en sus brazos, pues por el es-
que cuanto antes fueran colmados los deseos e instancia,) cándalo de los pusilánimes, o mejor dicho, de los impíos y
de los Patriarcas y Padres del Antiguo Testamento, y prin- necios, no ha de renunciar el arte cristiano a tan dulce y
cipalmente de la misma Virgen María, que ardientemente legítima representación 55 .
pedían a Dios enviara el Mesías al mundo.
2.° En cuanto a la edad de José, opinan los antiguos Cuestión 5. Por qué medios se proveyó al matrimonio de
María con San José.
» Cf. PALMIEBI, I. C.
13
44
O. c , 1. ii, c. 3. Debe suponerse que el matrimonio de María y José no
Hist. Deip., c. 4.
45
In Medit., c. 3. se verificó sin especial disposición de Dios, puesto que^ la
40
47
In 3, d. 7, sed!. 3. Iglesia en la solemnidad de San José dice así en su oración:
48
In 3, d. 125, c. 11.
Mariale, q. 14. 53
4Í
Haer., 78.
In Luc, c. 1. M
50 64
O. c , I. 1, c. 7.
Exercit., 25. Serm. de Nativ. Virg.
61 m
De Myst. Ck., d. 1, a. 5. • - O. c, p. II, sect. 1, q. 29, app. De Sponso B. M. V.
4tí P. I. ANTECEDENTES DE LA VIDA DE MARÍA
C. 6 . ESPONSALES y MATRIMONIO DE MARÍA 47
¡Oh Dios, que por inefable providencia te dignaste elegir Por lo cual, concluye Lepicier, se ha de decir que por
al bienaventurado. José para esposo de María, tu Madre!..; ningún otro medio proveyó Dios al matrimonio de su Madre
pero con razón se pregunta: ¿Por qué medios se dio cum- con José sino por el determinado en la ley mosaica; por
plimiento a tal providencia? tanto, siendo lo mejor el fin de lo que es menos bueno, po-
a) Según las narraciones apócrifas, José fué designado demos asegurar que Dios, por mediación de Moisés, sancionó
esposo de María por el milagro de la vara florida; pero ya tal ley, como ya queda dicho, en previsión de este tan sin-
anteriormente se rechazó esta narración. gular matrimonio, del cual debían provenir tantos bienes al
b) Otros estiman que fué por inspiración divina; así, género humano 60 .
San Gregorio Niseno dice: "Deliberando, los sacerdotes con-
vinieron, por disposición divina, en este parecer de que se
De S. Ioseph., p. 1, a. 3.
diera la Virgen en matrimonio a aquel varón que fuera más
apto para custodiar la virginidad de ella" 56.
c) Otros recurren al ministerio de un ángel, como Trom-
belli", quien, aunque confiesa desconocer el medio de que
Dios se valió para dar semejante esposo a María Santísima,
no teme afirmar que, a pesar del silencio de los Evangelios,
ha de creerse que fué por indicación expresa de un ángel,
puesto que en parte dependía de ello la redención del mun-
do y la educación del unigénito Hijo de Dios, nacido de
María.
d) Parece mejor decir que María contrajo matrimonio
con José porque María, como hija única y heredera de los
bienes paternos, debió casarse con José por ser su consan-
guíneo más próximo, en virtud de la prescripción de la ley
mosaica sobre las hijas herederas, de quienes se lee en los
Números (36, 6) : Cásense con quien quieran, con tal que sea
con hombres de su tribu...; todos los varones tomarán mu-
jeres de su tribu y parentela, y todas las mujeres tomarán
maridos de su tribu, para que la heredad permanezca en las
familias y no se mezclen entre sí las tribus, antes perma-
nezcan así, como han sido separadas por Dios.
San Jerónimo prueba esta sentencia diciendo: "De una
misma tribu eran María y José; de aquí que por la ley es-
taba obligado a recibir como esposa a la que fuera pariente
y, como él, empadronada en Belén, por ser engendrados de
una misma estirpe" 58 .
San Juan Damasceno lo dice más expresamente: "Estaba
previsto por la ley que los de una misma tribu no tomaran
mujeres de tribu extraña; y, por consiguiente, José, que
era oriundo de la estirpe de David y además justo —el Evan-
gelio divino le tributa esta alabanza—, de ninguna manera
se hubiese desposado con la santa Virgen y en contra de lo
prescrito por la ley si ella no trajera origen del mismo cetro
y de la misma tribu" 59.
69
Or. in Nativ. Dom.
" O. c , d. 10, q. 2.
M
In cap. 1 Matth.
** O* fide orth.,-1. IV, c. 14.
PARTE II
DE LA MATERNIDAD DE LA BIENAVENTU-
RADA VIRGEN MARÍA Y DE SUS VARIAS
DOTES Y PRERROGATIVAS
CAPITULO I
D e la predestinación de la Santísima Virgen
a la maternidad divina
turanza o vida eterna que por la gracia y los méritos ha de 3.° SANTOS PADRES Y DOCTORES. — San Agustín dice:
alcanzarse, en Cristo más bien recae sobre la misma unión "Antes de haber nacido de ella, conoció a la madre en la pre-
hipostática, de la cual fluyen connaturalmente todos los do- destinación" 3 .
nes de la gracia y todas las prerrogativas que en El existen; Y San Bernardo: "Fué el ángel enviado a María la Vir-
por lo cual Santo Tomás, tratando del misterio de la Encar- gen, virgen por la carne, virgen por la mente, virgen por la
nación, propone la cuestión de la predestinación de Cristo voluntad, virgen, en fin, como la describe el Apóstol, santa
a ser Hijo natural de Dios 2. en el alma y en el cuerpo. Y no fué nuevamente de casua-
5.° Por análoga razón, como la maternidad divina se lidad hallada, sino elegida desde el principio de los tiempos,
acerca mucho al orden hipostático y es raíz y fundamento preconizada y preparada para sí por el Altísimo, custodiada
de las demás gracias y prerrogativas que a la Santísima Vir- por los ángeles, preseñalada por los Padres, prometida por
gen le fueron dadas, estudiaremos en primer lugar su predes- los profetas" *.
tinación a la maternidad divina y después su predestinación 4.° RAZÓN TEOLÓGICA.—La predestinación es la eterna
a la gracia y a la gloria. , preordinación divina de aquellas cosas que, por la gracia de
Dios, han de ser hechas en el tiempo. Luego si la Santí-
sima Virgen, por gracia singularísima del cielo, fué hecha
Cuestión 1. Si la Bienaventurada Virgen María fué pre- en el tiempo Madre de Dios, como demostraremos en su lu-
destinada a la maternidad divina. gar, es claro que hubo de ser predestinada a ello eterna-
mente.
TESIS. La Santísima Virgen fué predestinada a la materni-
dad divina. Cuestión 2. Si la Santísima Virgen fué predestinada en
cuanto Madre del Redentor.
1.° MAGISTERIO DE LOS ROMANOS PONTÍFICES.—En la bula
Ineffabilis Deus de Pío IX se dice: "Desde el principio y OBSERVACIONES PREVIAS.—1.° Es evidente que la Santí-
antes de los siglos (Dios) eligió y ordenó para su Hijo Uni- sima Virgen, por la razón misma de su predestinación a la
génito una madre, de la cual, hecho carne, había de nacer divina maternidad, no puede separarse, en la predestina-
en la dichosa plenitud de los tiempos, y de tal modo la amó ción, de Cristo, Hijo suyo, ya que Madre e Hijo son corre-
sobre todas las criaturas, que con voluntad propensísima lativos, que existen con simultaneidad de naturaleza y co-
se complació en ella sola." nocimiento.
2.° SAGRADA ESCRITURA.—En los Proverbios (8, 22-23) 2.o p o r jo cual ha de decirse que Dios predestinó a la
se dice: El Señor me poseyó en el principio de sus caminos, vez y en el mismo decreto la Encarnación de su Hijo y la
antes de que criase cosa alguna. Desde la eternidad fui or- maternidad divina de la Virgen, como lo expresa claramen-
denada y desde lo antiguo, antes de que la tierra fuese he- te la sagrada liturgia en estas palabras: "Dios omnipotente
cha. Y en el Eclesiástico (24, 5) : Yo salí de la boca del Al- y misericordiosísimo, que desde la eternidad predestinaste al
tísimo engendrada primero que ninguna criatura. Estos pa- Unigénito Hijo, igual y consustancial a ti, según la carne
sajes, aunque deben entenderse de la Sabiduría increada, en espíritu de santificación de Jesucristo, Señor nuestro;
no sólo esencial, sino también hipostática, pueden, sin em- y preelegiste desde el principio de los siglos a la Santísi-
bargo, atribuirse a María en el orden de la predestinación, ma Virgen María, aceptísima en tu presencia, para Madiv
como lo declara Pío IX en la citada bula Ineffabilis de este suya..." 5.
modo: "Las mismísimas palabras con que la Sagrada Escri- 3.° Es también indudable que la Encarnación del Verbo
tura habla de la Sabiduría increada y presenta su sempiter- fué decretada por Dios para la redención del género huma-
no origen, solió la Iglesia aducirlas, ya en los oficios ecle- no, como la Sagrada Escritura lo atestigua claramente en
siásticos, ya en la santa liturgia, y trasladarlas a los princi- San Lucas (19, 10) : El Hijo del hombre vino a buscar y sal-
pios de aquella Virgen, los cuales en uno y el mismo decreto var lo que había perecido; y en la Ep'ístola a los Gálatas
fueron preestablecidos juntamente con la Encarnación de la (4, 4 ) : Mas al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios
divina Sabiduría." 3
4
In loan., t r . 8.
B
Hom. 2. super Missus est.
2
Missale Ord. PP., Alissa vot, Ss. Rosarii.
3, q. 24, a. 1-2.
54 f. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 1. PREDESTINACIÓN A LA MATERNIDAD DIVINA 55
a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para redimir inmortal, en la que los hombres tras un tiempo habían de
a los que estaban bajo la ley para que recibiéramos la adop- per trasladados a la bienaventuranza, podría fácilmente la
ción. Doctrina que está contenida en el símbolo de Nicea, Santísima Virgen, inmediatamente después de la concepción,
en el que confesamos: "Descendió por nuestra salud, se en- ser con El gloriosa en el alma y en el cuerpo. No puede, por
carnó y quedó hecho hombre" 6. tanto, decirse oue la dignidad de Madre de Dios depende
4.° De donde se sigue que no sólo de hecho e in execu- por sí y necesariamente del pecado" 8.
tione vino Cristo como Redentor del linaje humano y quedó B) Los tomistas, en general, defienden que la Encarna-
al par la Santísima Virgen constituida Madre del Redentor, ción, por haber sido decretada por Dios después de la pre-
sino que también fueron predestinados, Cristo como Reden- visión del pecado de Adán, fué ordenada exclusivamente a
tor de los hombres y María como Madre del Redentor, ya que la redención del género humano, de tal modo que, a no exis-
el orden de la ejecución manifiesta el orden de la intención. tir el pecado, la Encarnación no se hubiera realizado, y, por
5.° Por tanto, la cuestión está en saber si Cristo con tanto, sostienen que Cristo aparece en el decreto intentivo
María, su Madre, fué en el orden de la intención predestina- de la Encarnación como Redentor y María como Madre del
do antes que toda criatura para la gloria del mismo Cristo, Redentor.
exaltación de la naturaleza humana y hermosura de todo el C) Suárez se esfuerza en conciliar las dos sentencias,
universo, y, por lo mismo, independientemente de la previsión estableciendo un doble decreto de la Encarnación en armonía
del pecado, oe tal modo que en el actual decreto y razón his- con el doble motivo total y siendo cada uno, por separado,
tórica de la Encarnación aparezca primeramente como Ca- suficiente para el efecto de aquélla; uno absoluto, a saber,
beza y Fin de todo el universo y Primogénito de toda cria- la gloria de Cristo o la excelencia del misterio; otro hipo-
tura, y después como Redentor del género humano, consi- tético, es decir, la redención del género humano si ocurrie-
guientemente a la previsión del pecado; o si, por el contra- ra el pecado de Adán. También Molina quiere concordar
rio, la Encarnación fué pura y simplemente preparada para esas opiniones estableciendo no dos decretos, sino uno, com-
remedio del pecado, de tal manera que solamente después prensivo de ambos, en el cual la creación y redención, con
de la previsión del mismo fuera decretada: y por tanto, alguna mutua dependencia, son decretadas por Dios, y los
Cristo apareciera en el decreto intentivo de la Encarnación Salmanticenses, quienes, aun enseñando que la redención de
primeramente como Redentor del género humano y María los hombres es el único motivo adecuado de la Encarnación,
como Madre del Redentor. ordenan los divinos decretos de tal modo que Cristo sea sim-
plemente querido o intentado, como finis cuius gratia y la
SENTENCIAS.—A) Los escotistas afirman que el presente salvación de los hombres como finis cui.
decreto de la Encarnación se formuló con anterioridad a la
previsión del pecado, para gloria de Cristo y hermosura del
universo, y que Cristo fué predestinado como Redentor con TESIS. La predestinación de la Bienaventurada Virgen Ma-
posteriuriuau a la previsión uei pecado y caída de Adán. Aho- ría para Madre de Dios, de tal modo depende de la pre-
ra bien, aunque Cristo, decretauo antes de la previsión del visión del pecado de Adán, que si éste no hubiera peca-
pecado uel nombre, no tomara cuerpo pasible, sino glorioso, do, María no habría sido predestinada a la maternidad
de ninguna manera se seguiría de esto que no era necesario divina.
elegir una madre que le llevara en su seno y le diera a luz; 1.° BULA "INEFFABILIS D E U S " de Pío IX, donde en favor
porque "del seno de María saldría glorioso;, más aún, allí de nuestro aserto se dice: "Habiendo previsto desde toda la
comenzaría su gloria, por lo mismo que un nuevo modo de eternidad la luctuosísima ruina que para el género humano
nacimiento enaltecería al que venia a ennoblecer el orbe" 7. había de derivarse de la transgresión adámica, y decretado,
Suárez escribe sobre este asunto: "Pudiera decir alguno, en el misterio escondido desde antes de los siglos, comple-
no improbablemente, que, aunque Cristo hubiera de ser con- tar la primera obra de la bondad por la Encarnación del
ceoiuo glorioso y periecto, no habría inconveniente en que Verbo, en misterio aún más oculto, a fin de que el hombre,
saliera uei útero materno. Sobre todo, durante aquella vida caído en pecado por el engaño de la iniquidad diabólica, no
a
pereciera, y lo que había de caer en el primer Adán se le-
r
D B , n. 54. vantara en el segundo, eligió y ordenó desde el princinio
D E LA CERDA, María effigies revelatioque Tnnitatü eé attributo-
rum Dei, a c a d . 2 7 , seet. 2.
In $, d. 1, sect. 3.
C. 1. PREDESTINACIÓN A LA MATERNIDAD DIVINA 57
56 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
des, las obras y los méritos de condigno, con los cuales au- vio 20. Billuart 21, los Wirceburgenses 22, Paouet 2S, lo entien-
mentó incesantemente la gracia y las virtudes hasta la con- den del mérito de conoxuo inrnropiamente dicho; otros, como
cepción de su Hijo. Gonet 24, Hugón 25, Bittremieux 26, del mérito de congru'/
3.° La Santísima Virgen, en cuanto estuvo de su parte, propia y estrictamente entendido.
es decir, ex opere operantis, consiguió esta disposición con
obras y méritos de condigno, como lo prueba Gotti diciendo: TESIS 1. La Bienaventurada Virgen María en el orden de la
"El justo, por las obras que realiza con la gracia, merece ejecución no mereció de condigno la maternidad divina
de condigno el aumento de la gracia misma; luego la San-
tísima Virgen, por los actos ferventísimos de caridad que 1.° SANTOS PADRES.—San Agustín, dirigiéndose a la
Santísima Virgen, exclama: "¿Que eres tú la que después
hacía, mereció de condigno tal grado de santidad por el que, has de concebir? ¿De dónde lo mereciste? ¿De dónde lo has
dignísimamente, ella, mejor que cualquiera otra, fuera ele- recibido? ¿De dónde será hecho en ti el que a ti te hizo?
gida para Madre de Dios" " . ;.De dónde, digo, tanto bien para ti? Eres virgen, eres san-
4.° Por tanto, la cuestión es ésta: Si la Santísima Vir- ta, emitiste voto; mucho es lo que mereciste, pero también
gen mereció con sus obras, de condigno o de congruo, la mis- es mucho lo que recibiste. Porque ¿de dónde el merecer esto?
ma maternidad divina. Que responda el ángel. Dime, ángel: ¿De dónde esto a Ma-
SENTENCIAS.—Gabriel Biel afirma que la divina materni- ría? Ya lo dije al saludarla: Ave, llena de gracia" 27.
dad fué merecida de condigno por la Santísima Virgen 16. 2.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) El mérito de condigno debe
Janssens piensa que el mérito de la Santísima Virgen ser proporcionado al premio. Luego la Santísima Virgen no
no fué estrictamente de condigno, pero que se acercó a él, pudo merecer condignamente la maternidad divina, ya que
en cuanto es posible, atendida la naturaleza de la cosa 17. sus méritos, por pertenecer al orden de la gracia, eran de un
San Buenaventura, distinguiendo entre el mérito de con- orden inferior y, por tanto, improporcionados a dicha ma-
gruo, de digno y de condigno, afirma que la Santísima Vir- ternidad, que pertenece de algún modo al orden hipostático
gen, no ciertamente con mérito de condigno, pero sí de con- b) El mérito de condigno de la Santísima Virgen pro-
gruo antes de la Anunciación, y de digno después de ella, cedía de la gracia santificante, la cual dignificaba sobre-
mereció ser madre de Dios; llama mérito digno a aquella naturalmente sus actos. Ahora bien, los actos meritorios
obra que no tiene por sí misma la igualdad o dignidad co- dignificados por la gracia santificante se ordenan al au-
rrespondiente al premio, pero la obtiene por benignidad de mento de la misma gracia y a la consecución de la gloria,
Dios, que para tal premio acepta tal obra 1S. de tal manera que quedan compensados en todo su valor de
Lorca ia niega el mérito de congruo de la maternidad condignidad por aquel aumento de gracia y de gloria. Por
divina, tanto el estrictamente dicho o de retribución, para eso Santo Tomás dice: "Las obras meritorias del hombre
el cual hubiera sido necesaria alguna promesa de dicha ma- se ordenan propiamente a la bienaventuranza, que es el
ternidad como premio, promesa que en la Sagrada Escritura premio28 de la virtud, y consiste en la plena fruición de
no se encuentra; como en sentido lato o de impetración, Dios" . Los méritos, por tanto, de la Santísima Virgen no
porque no es verosímil que la Santísima Virgen, por su hu- pudieron ordenarse a la maternidad divina.
mildad, pidiese la maternidad divina, la que, por otra parte, c) Para el mérito de condigno, además de la dignidad
aceptó al anunciársela el ángel, como cosa insospechada, y de la obra, se requiere la ordenación o promesa de Dios
que jamás había pasado por su mente. de dar a tal obra, por El aceptada, tal premio. Y es claro
La sentencia más común y segura enseña que la Santí- que a la Santísima Virgen no se le hizo promesa alguna de
sima Virgen mereció solamente de congruo la maternidad la maternidad divina como premio de sus buenas obras, ya
divina.
»> 3, q. 1, a. 5.
Entre los defensores de esta sentencia, unos, como Syl- 21
De Incarn., d. 5, a. 3.
22
23
De Incarn., d. 3, sent. 3, a. 4.
21
De Incarn. Verbi, d. Z, a. 5.
10
De Deo incarn., q. 4, dub. 2. 23
Clyp. Theol. Thom.: De Incarn., d. 7, a. 4.
10
In 3 Sent., d. 4, a. 3. 29
De Verb. Incarn., q. 2, a. 4.
17
O. c , p. I, sect. 2, q. 2, a. 11. 37
De mediat. univ. B. M. V., quoad gratias, 1. r, c. 3, a. 1.
18
In 3 Sent., d. 4, a. 2. Serm. 291, De Sanctis.
18 28
In S, d. 22, n. 15. 3, <J. 2, a. 1 1 .
C. 1. PREDESTINACIÓN A LA MATERNIDAD DIVINA 61
60 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
la Virgen a la maternidad divina, puesto que son posteriores fin que para ser hecha casa santa de pureza y receptáculo
a la misma Encarnación, y, por tanto, a las causas que con- del Hijo del Altísimo" 64.
currieron a realizarla, entre las cuales una es la generación 3.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) La Santísima Virgen, si no
materna de Cristo en el seno de María. Cuera Madre de Dios, no sería individualmente la misma que
líe aquí lo que dice Lorca a este respecto: "Así como la que ahora es con la maternidad divina, pues con vistas
Cristo no pudo merecer su Encarnación, ni la creación de a la divina maternidad fué adornada por Dios de tales per-
su alma, ni la producción de su humanidad, así tampoco fecciones en el cuerpo y en el alma, naturales y sobrena-
pudo merecer las causas ni los instrumentos que realizaron turales, que, no teniéndolas, sería otro individuo humano
y ejecutaron estas cosas; todo esto debe separarse de los totalmente distinto, y, por lo mismo, otra persona, porque
méritos de Cristo y, en general, todo aquello que anteceden- tal cuerpo determinado se ordenaba a tal alma en concreto,
temente pueda considerarse como camino y medio para la y al contrario; y tal alma, individualmente considerada,
ejecución de la Encarnación, de los cuales uno es. aquella pedía tales propiedades, entendimiento, voluntad y demás
causalidad do la Santísima Virgen (sea la 50que fuere), en la potencias.
que se funda la relación de la maternidad" .
b) Y si se dijera que la existencia real de la Santísima
Virgen no depende de su predestinación a la maternidad
Cuestión 7. Si la misma existencia de la Santísima Virgen divina, puesto que nació por generación natural de sus pa-
depende de tal manera de la maternidad divina que, de dres, Joaquín y Ana, la cual parece pertenecer al orden de
no ser Madre de Dios, María no existiría en el mundo. la providencia natural y no a la predestinación sobrenatural,
TESIS. La Bienaventurada Virgen María no existiría si no se responde fácilmente, como dice Müller, de dos modos:
fuese Madre de Dios. "Primero, fuera de que también la concepción y generación
natural dependen de Dios en muchas maneras, por lo mismo
1.° SAGRADA ESCRITURA.—En ella nunca se habla de Ma- que el alma es creada e infundida por Dios en el cuerpo, es
ría separadamente de Cristo, sino que siempre aparece como de advertir que, en la creación e infusión del alma de la
Madre íntima e inseparablemente unida al Hijo (Gen. 3, 15; Santísima Virgen, Dios se guió por el designio de preparar
Mt. 1, 16, y 2, 11; Le. 1, 43, y 2, 34-51; Me. 3, 31, y 6, 3 ; una Madre digna a su Hijo, que había de nacer en el tiempo;
lo. 2, 1 ss., y 19, 25-26; Act. 1, 14). de no existir tal designio, Dios no hubiera infundido en el
Terrien, comentando este modo de hablar de la Escri- cuerpo esta alma concreta, sino otra distinta. En segundo
tura, dice: "Puis-je croire qu'une maniere de parler si cons- lugar se responde eficacísimamente por una antigua tradi-
tante en des livres inspires de Dieu ne contienne pas un sens ción sobre el nacimiento de María, según la cual los padres
profond? Et quel peut-il étre, si nous n'y voyons pas la de la Santísima Virgen, Joaquín y Ana, naturalmente esté-
compénétration voulue du ciel entre l'éxistence de la Vierge riles, obtuvieron milagrosamente de Dios, por sus continuas
et sa maternité? Vous me demandez ce qu'elle est; je n'ai oraciones, a la Santísima Virgen como fruto de su matri-
de pas l'Evangile qu'une réponse: "Marie de laquelle est né monio" 55.
Jésus quiS1est le Christ", et plus brevement encoré: Marie
de Jésus" . COROLARIO.—Infiérese de lo dicho que la predestinación
de la Santísima Virgen comprende muchos efectos que no
2.° SANTOS PADRES Y ESCRITORES.—San Efrén dice: "Si caen bajo la predestinación de los demás hombres. La pre-
Dios no fuera hombre, ¿para qué hubiera sido creada Ma- destinación de María no comprende tan sólo la maternidad
ría?" 62. divina, y por ella todo el cúmulo de gracias y sobrenaturales
San Juan Damasceno: "Tendrás una vida superior a la prerrogativas, desde su concepción inmaculada a su glorioso
naturaleza, pero no para ti misma, pues no has sido engen- triunfo en los cielos, sino también la misma existencia y
drada por causa de t i ; por lo cual tendrás a Dios, para quien dotes naturales de cuerpo y alma que la adornaron.
viniste a la vida" 53. En los demás predestinados, unos efectos, como la gracia
Y Fulberto de Chartreux: "Cuyo parto no fué para otro y la gloria, se derivan de la predestinación; otros, en cam-
m
In 3, d. 22, n. 28. bio, pertenecen al orden de la providencia natural, como la
m
La Mere de Dieu, 1. II, c. 1.
"* Serm. de Transf. Chr. =1
ra Serm. in Ortu Virg.
Or. I de Nativ. Virg. K
Mariologia, th. 3, n. 81.
Tr. de la Virgen Santísima. 3
66 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
ella sin ella saberlo, sin embargo, fué más conveniente que pera tu respuesta. Es hora ya de volver a Dios, que le ha
se le anunciara: a) Porque como el alma está más cercana enviado. Y nosotros también esperamos, oh Señora, la pa-
a Dios que el cuerpo, no era digno que la Sabiduría de Dios labra de misericordia; nosotros, sohre quienes pesa mise-
habitara en el seno de aquella en cuya mente no brillara el rablemente la sentencia de condenación. Y he aquí que se
conocimiento del Verbo encarnado y, por tanto, no era con- lo ofrece el precio de nuestra salud. Si consientes, quedare-
veniente que la Santísima Virgen ignorara lo que en ella mos libres en seguida. Todos hemos sido creados en la sem-
había de hacerse, b) Además, convenía que María fuese piterna palabra de Dios y estamos muertos; en tu breve res-
testigo certísimo de concepción tan inusitada, lo cual exigía puesta hemos de ser restaurados para volver a la vida. Esta
que previamente se la instruyera por el cielo sobre tan alto pide de ti, oh piadosísima Virgen, el triste Adán, con su
misterio. miserable descendencia, desterrado del paraíso; "ésta piden
4.° Por otra parte, es cierto que Dios pudo absoluta- Abraham, y David, y todos los Santos Padres; es decir, tus
mente realizar la Encarnación en el seno de la Virgen sin mismos padres; que también ellos habitan en la región de
pedir su consentimiento, como formó a Eva de Adán mien- la muerte. Todo el mundo pide de rodillas esta respuesta.
tras dormía; de aquí que toda la conveniencia de la Anun- Y no sin razón, ya que de tu boca pende el consuelo de I03
ciación ha de considerarse dentro del orden establecido por miserables, la redención de los cautivos, la liberación de los
la divina Sabiduría. condenados y, en fin, la salud de todos los hijos de Adán,
de todo tu linaje. Apresúrate a contestar, oh Virgen. Pro-
nuncia, oh Señora, la palabra que la tierra, los infiernos y
Cuestión 1. Si, en conformidad con el orden prefijado por aun los cielos están esperando" 2.
la divina Sabiduría, debió ser pedido y requerido el con- Asimismo San Lorenzo Justiniano, comentando aquellas
sentimiento de la Santísima Virgen, por la Anuncia- palabras: He aquí la esclava del Señor, dice: "Con esta sola
ción, como condición necesaria para que la Encarna- respuesta llenó al cielo de alegría, de gozo a todos los án-
ción se realizase. geles, de esperanza al cautivo mundo, de terror a los demo-
nios; hizo feliz al presente nuncio y prometió de nuevo la
TESIS. La Encarnación debió anunciarse sobrenaturalmen- gracia de la libertad a los Padres, detenidos en el infierno.
te a la Santísima Virgen para obtener así su libre con- Con ansias amorosas, levantadas al cielo las manos, el oído
sentimiento, sin el cual aquélla no se hubiera realizado. del corazón abierto, esperaban esta respuesta. Y es que era
para ellos demasiado larga la espera por amor a la piadosa
1.° SAGRADA ESCRITURA.—En la narración evangélica libertad, y temerosa la consideración de que por humildad
(Lucas, 1, 26-32) aparece pedido el consentimiento de la San- resistiera la Virgen y negara el consentimiento. Pero al
tísima Virgen para la obra de la Encarnación, puesto que el conocer la respuesta de María, todos prorrumpieron en cán-
ángel no le intima el decreto de la voluntad divina, como si ticos de alabanzas al Señor, diciendo: "Bendito el Señor,
hubiera de ejecutarse aun sin ella quererlo, sino que expone Dios de Israel, porque visitó y redimió a su pueblo" 3.
a María el designio de Dios, y cuando María opone, como 3.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) La unión hipostática es una
obstáculo, el voto de su virginidad, contesta a su objeción especie de matrimonio espiritual que el Verbo contrae, no
y no se retira hasta que, convencida de que había de con- sólo con la naturaleza humana que asume, sino también con
servar íntegra su virginidad, dijo: He aquí la esclava del toda la Humanidad. Pero el matrimonio exige el consenti-
Señor; hágase en mí según tu palabra. miento mutuo de los contrayentes. El consentimiento del
2.° SANTOS PADRES.—San Ambrosio dice: "Dios no obra Verbo a lá obra de la Encarnación aparece en el hecho de
en sus elegidos como el artífice en la materia insensible e tomar ubérrimamente nuestra carne; el consentimiento de
inanimada: requiere nuestro consentimiento, que también ei la naturaleza humana no ha de buscarse en la misma natu-
ángel obtuvo de la Virgen cuando dijo: He aquí la esclava raleza singular tomada por el Verbo, ya que ésta no pre-
del Señor" 1. existe a la unión hipostática, y el consentimiento debe prece-
Y San Bernardo se dirige a María diciendo: "Has oído derla. Nadie, empero, más apto entre todas las criaturas
que concebirás y darás a luz un hijo; has oído que no por para representar el género humano y prestar, en su nom-
—•———— a
obra de hombre, sino por el Espíritu Santo. Y el ángel es- 2
Hom. 4 super Missus est. " '>
3
1
Super cap. 1 Luc. Serm. de Annunt. .•
70 T. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 2. ANUNCIACIÓN DE LA MATERNIDAD DE MARÍA 71
bre, el consentimiento a la Encarnación, que la Santísima d) Así como Dios no trae a su amistad por medio de
Virgen. "Pues ella, como madre elegida, es la segunda Eva, lu gracia, aun siendo eficacísima, a persona alguna que ten-
que, al igual que la primera, asociada al primer Adán en la ga uso de razón, sin el consentimiento de ella, así también,
ruina, está asociada al segundo en la obra de la salvación: teniendo que elevar por este misterio a la Santísima Virgen
madre espiritual de los vivientes en el orden de la gracia, a una unión singularísima con Dios, puesto que iba a ser
fruto purísimo de la familia adamítica y su miembro más como esposa del Espíritu Santo, era necesario, según las
egregio" 4. suaves disposiciones de la divina Providencia, recabar de
Así dice León XIII: "Los designios divinos han de con- María su voluntario consentimiento 8 .
siderarse con veneración inmensa. Como el Hijo eterno de e) Finalmente, la Anunciación demuestra la participa-
Dios hubiese querido tomar la naturaleza del hombre para ción en la Encarnación y, por lo mismo, en la reparación
la redención y ornamento del mismo, y contraer así una del mundo caído habida por la Santísima Virgen, de cuyo
especie de matrimonio místico con todo el género humano, consentimiento dignóse el mismo Dios estar pendiente para
no lo llevó a cabo antes de haber prestado su libérrimo con- tomar carne en su seno; en lo cual aparece con cuánta razón
sentimiento la ya designada María, que en cierto modo re- debemos confiar en su intercesión y ayuda y con cuánto
presentaba al mismo género humano, según la ilustre y ve- amor hemos de venerarla.
rísima sentencia del Aquinatense: "Por la Anunciación se f) Ni se opone a la infalibilidad del decreto divino so-
esperaba el consentimiento de la Virgen en nombre de toda bre la Encarnación la dependencia de este misterio del libre
la humana naturaleza" 5. consentimiento de la Santísima Virgen, "pues Dios tiene en
b) Asimismo era conveniente que la obra de la restau- su mano el corazón del hombre y, con modos admirables, le
ración del humano linaje después del pecado se asemejara lleva adondequiera que le pluguiere, haciendo que nuestra
a la obra de la ruina. Luego así como ésta se produjo por voluntad consienta libremente y a la vez de una manera
el consentimiento de una mujer, debió la restauración tener infalible. Por lo cual, si alguna vez la ejecución de un de-
su principio en el consentimiento de otra. San Pedro Cri- signio eterno depende del acto contingente de una criatura,
sólogo usa de este argumento cuando dice: "Oísteis hoy, no debe deducirse esta conclusión: luego el suceso es incier-
hermanos, que el ángel trata con una mujer de la restau- to y puede en alguna ocasión no existir lo que Dios quiere,
ración del nombre; oísteis que se trata de que el hombre aun con voluntad absoluta. Y la razón es clara, porque Dios,
vuelva a la vida por los mismos caminos que le habían lle- en su eterno y eficaz designio, no se propuso solamente ha-
vado a la muerte. Trata, sí, el ángel con María de la salud, cer esto, sino también hacerlo de tal modo, o sea, con depen-
porque con Eva había el ángel tratado de la ruina" e. dencia de tales causas que, aun contingentes en sí mismas,
c) Además, María no sólo fué destinada a ser Madre fueron preparadas en la presciencia y providencia eterna,
de Dios, sino también a concebirle dignamente. Y en ver- de tal manera que ha de suceder certísimamente" °.
dad, aunque María antes de la Anunciación estuviese ópti-
mamente preparada para la maternidad divina por la ple-
nitud de la gracia con que Dios la había enriquecido y por Cuestión 2. Si convino que la Anunciación de la Santí-
el ejercicio de todas las virtudes, se exigía, sin embargo, sima Virgen fuera hecha por un ángel.
una preparación más actual e inmediata y una mayor dig-
nificación. Y en verdad que la tuvo al recibir el mensaje TESIS. La Anunciación de la Santísima Virgen fué conve-
divino con fe viva, obediencia y humildad profunda, piedad nientemente realizada por un ángel.
y sumo amor a Dios, consiguiendo así gracias y dones en
abundancia inmensa. Por eso San Bernardino de Siena dice: a) Aunque pudo el mismo Dios anunciar este misterio a
"Mucho más mereció la Virgen en el solo consentimiento de la Santísima Virgen por sí de una manera inmediata, o por
la concepción del Hijo de Dios, que todas las criaturas an- un profeta, o por cualquier otro varón de piedad insigne,
gélicas y humanas en todos sus actos, impulsos y pensa- convino, sin embargo, que lo hiciera por un ángel: aj Porque
mientos" 7. ésta es la ordenación de Dios, que por medio de los ángeles
lleguen las cosas divinas a los hombres, de cuya ley no había
*8 LERCHER, De Verb. Inearn., c. 3, n. 339. razón para eximir a su propia Madre, la cual, aun siendo su-
Ene. Octobri mense, 22 sept. 1891.
' Serm. 152. 8
SuÁREZ, In 3, q. 30, a. 1.
* Serm. 5, De Virg. Matris Nativ. ' BlLLOT, De Verb. Inearn., th. 41, § 2, a. 2.
P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 2 . ANUNCIACIÓN DE LA MATERNIDAD DE MARÍA 73
hijo. Luego Cristo es hijo de la Santísima Virgen, ya que de él dos íntegras hipóstasis o personas físicas, una del hombre
ella fué concebido y nació, dándole, como las demás madres, Cristo y otra del Verbo, unidas moral, extrínseca o acciden-
la sustancia de su propia carne. talmente por la inhabitación del Verbo en el hombre como
2.° La cuestión, por tanto, debe plantearse así: Si la en templo, por la conformidad de afectos y voluntades, por
Santísima Virgen, Madre de Cristo, es y debe llamarse ver- el oficio de instrumento que el hombre presta al Verbo di-
daderamente Madre de Dios. vino y por el consorcio de honor que del Verbo redunda en
el hombre.
ERRORES.—a) Los docetas (gnósticos o maniqueos), al Por todo ello: a) Nestorio llamaba a Cristo Deífero.
afirmar que el cuerpo de Cristo es sólo aparente o fantástico, P) No tenía inconveniente en llamar Dios a Cristo, no cier-
o que ciertamente es real, pero traído del cielo de tal modo tamente en sentido católico, o sea, por la unión hipostática,
que pasó por la Virgen María como por un acueducto, sin sino por la unión moral, en cuya virtud Dios es del hombre
haber sido concebido y formado de ella, reducen la mater- y el hombre es de Dios; pero ni Dios es hombre ni el hom-
nidad divina de la Santísima Virgen a una maternidad apa- bre es Dios. -¡) Finalmente, ponía una sola persona en Cristo,
rente, i en cuanto que la persona del Verbo y la persona del hombre
Los principales fautores de esta herejía, que apareció en constituyen una sola persona de unión; pero esta común
la Iglesia en los tiempos apostólicos, fueron Simón Mago, Sa- persona es algo meramente artificial, moral, económico, ju-
turnino, Basílides, Valentín, Marción, Cerdón y Manes, lla- rídico, no una persona o hipóstasis en sentido físico y on-
mado vulgarmente Maniqueo, los cuales explicaban de diver- tológico.
so modo la aparición de la carne de Cristo. Como consecuencia de tan impía doctrina podía lógica-
El error valentiniano sobre el origen celeste del cuerpo mente afirmarse que la Santísima Virgen era Madre de Cris-
de Cristo fué exhumado en el siglo xvi por Simón Mennón, to hombre, pero no Madre de Dios, y, por tanto, debería
corifeo de los anabaptistas, quien obstinadamente afirmó llamársela no Deípara o Theotocon, sino Cristípara o Chris-
que el cuerpo de Cristo procedía de la semilla del Padre ce- totocon, o a lo sumo Theodochon, es decir, receptora de
lestial, no de la sustancia de María; también Schwenkfeld Dios.
negó el origen materno de Cristo, llamando a su carne y san- Conceden, sin embargo, los nestorianos que María puede
gre, no creatural, sino supercreatural, de tal modo que llegó llamarse Madre de Dios en sentido impropio, en cuanto que
a imaginarla meramente espiritual y totalmente divina; y, el hombre Cristo, a quien ella engendró, unido al Verbo de
por último, Miguel Servet se atrevió a afirmar que el cuerpo Dios de un modo especial, mereció honores divinos, de la
de Cristo era cuerpo de la Deidad, y su carne divina, carne misma manera que la mujer que ha dado a luz un niño, si
celeste, engendrada de la sustancia de Dios. después es sacerdote o santo, puede llamarse madre del
Esta doctrina, según Canisio, fué común a todos los ana- sacerdote o del santo.
baptistas. "Siguen —dice— los anabaptistas, cuyo número es d) Los protestantes antiguos, como Lutero, Calvino,
grande todavía, defendiendo su dogma de que Cristo trajo Bucero, Bullinger, enemigos acérrimos de la Santísima Vir-
del cielo consigo un cuerpo espiritual y celeste y que nada gen en otros aspectos, no niegan su maternidad divina, si
tomó de María" 3. bien en sus discípulos más cercanos ya se encuentran heces
b) Los monofisitas, que reconocen como precursor a Apo- nestorianas 4.
linar y como padre a Eutiques, defendiendo que la unión del Entre los protestantes modernos, los que se llaman orto-
Verbo con la humanidad fué hecha in natura, afirman, en doxos, aun profesando la divinidad de Cristo, aborrecen con
consecuencia, que en Cristo no hay más que una naturaleza, aversión ciega el título de Madre de Dios dado a la Santísi-
formada de la deidad y de la humanidad; y, por tanto, Cris- ma Virgen '-, y la llaman Madre del Señor.
to, según esta sentencia, no sería ni de naturaleza humana ni Sin embargo, no debe silenciarse que "en nuestros tiem-
de naturaleza divina y, por lo mismo, no sería verdadero pos hay también protestantes que reconocen la dignidad de
Dios, ni María podría llamarse Madre de Dios. la Virgen Madre de Dios y se mueven a reverenciarla y hon-
c) Los nestorianos, capitaneados por Nestorio, discípu- rarla fervorosamente" G.
lo de Diodoro de Tarso y de Teodoro de Mopsuesta, niegan
la unión hipostática del Verbo con la humanidad y, consi- *_ CANISIO, De María Virgine, sect. 2, c. 18; DILLENSCHNEIDER, La
guientemente, la unidad personal de Jesucristo, poniendo en Mariologie de S. Alphonse de Liguori, p. 1, c. 1.
5
HODGE, Syst. T.heol., p. 1, c. 19; PAQUET, O. C , d. 6, a. 3.
8
3
De Maña Deip. Virg., 1. m , c. 4. Ene. P n PP. XI Lux veritatis, 25 dec. 1931.
78 P. II. MATERNIDAD T PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 3 . LA MATERNIDAD DE MARÍA 79
Los protestantes liberales, racionalistas y modernistas, por Paulo IV en la constitución Cum quorumdam, contra los
rechazando la divinidad de Cristo, a quien consideran mera- socinianos (7 ag. 1555) l l ; por Benedicto XIV en la profe-
mente como un hombre, aunque perfectísimo, niegan por lo sión de fe prescrita a los orientales (maronitas), en la cons-
mismo la maternidad divina. titución Nuper ad nos (16 marzo 1743) 12, y, finalmente, por
Pío XI en la encíclica Lux veritatis (25 diciembre 1931), don-
TESIS. La Santísima Virgen es verdaderamente y debe lla- de habla de este modo: "De este capítulo de la doctrina ca-
marse Madre de Dios. tólica que hemos considerado, se sigue necesariamente aquel
dogma de la maternidad divina que predicamos de la Santí-
1.° CONCILIOS Y OTROS DOCUMENTOS DE FE.—El Concilio sima Virgen María; no que, como advierte San Cirilo, la
de Efeso definió (can. 1 ) : "Si alguno no confiesa que Dios naturaleza del Verbo y su divinidad haya tomado el prin-
es verdaderamente Emmanuel y, por tanto, que la Santísima cipio de su nacimiento de la Santa Virgen, sino que tomara
Virgen es Madre de Dios (pues parió, según la carne, al de ella aquel sagrado cuerpo, perfecto por el alma inteli-
Verbo de Dios hecho carne), sea anatema" 7. gente, al cual unido según la persona el Verbo de Dios, se
El Concilio de Letrán (bajo Martín I, Papa), canon 3 : dice nacido según la carne. Pero si el Hijo de la Santísima
"Si alguno no confiesa, de acuerdo con los Santos Padres, Virgen María es Dios, ella ciertamente debe ser llamada con
propiamente y según la verdad, como Madre de Dios a la todo derecho Madre de Dios por haberle engendrado; si una
santa, siempre virgen e inmaculada María, por haber con- es la persona de Jesucristo y ésta divina, sin duda alguna
cebido en los últimos tiempos, del Espíritu Santo y sin con- María debe ser llamada por todos, no sólo Madre de Cristo
curso viril y engendrado incorruptiblemente al mismo Verbo hombre, sino también Madre de Dios. Por tanto, la que por
de Dios, especial y verdaderamente, permaneciendo indes- su prima Isabel es saludada la Madre de mi Señor, la que
truída, aun después del parto, su virginidad, sea conde- se dice por San Ignacio Mártir que dio a luz a Dios, y de la
nado" 8. cual confiesa Tertuliano que Dios había nacido, venerémosla
todos como Madre de Dios, a la cual el Eterno confirió la ple-
Concilio Constantinopolitano III (Ecuménico V I ) : "Según nitud de la gracia y adornó de tanta dignidad" 13.
esto, y por las epístolas conciliares que fueron escritas por
San Cirilo contra el impío Nestorio y a los obispos orien- 2.° SAGRADA ESCRITURA.—a) En San Lucas (1, 43),
tales, hemos conocido también que los santos cinco conci- Isabel, inspirada por el Espíritu Santo, saluda a la Santísi-
lios universales y los santos y probados Padres unánime- ma Virgen de este modo: ¿De dónde a mí que la Madre de
mente definiendo confiesan a Nuestro Señor Jesucristo verda- mi Señor venga a mi? Esta palabra, Señor, Kyrios, significa
dero Dios nuestro, uno de la Trinidad santa, consustancial Dios y equivale a Dios 14.
y principio de vida, perfecto en la deidad y perfecto en la En el mismo San Lucas (1, 31 ss.), el ángel anuncia a Ma-
humanidad, Dios verdaderamente y hombre verdaderamente, ría el misterio de la Encarnación con estas palabras: He
compuesto de alma racional y de cuerpo; consustancial al aquí concebirás en tu seno y parirás un hijo y llamarás su
Padre según la deidad y consustancial a nosotros según la nombre Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del Al-
humanidad, semejante en todo a nosotros, excepto en el tísimo... Lo santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios.
pecado (Hebr. 4, 15), engendrado ciertamente, antes de los Según la manera de hablar de la Escritura y por el mismo
siglos, del Padre según la deidad, y el mismo, en los últimos contexto aparece que en la palabra será llamado se signi-
días, por nosotros y por nuestra salud engendrado del Es- fica lo que en realidad es el que había de nacer, y del cual
píritu Santo y de María Virgen, propia y verdaderamente había de ser Madre la Santísima Virgen; y que, por tanto,
Madre de Dios, según la humanidad, uno y el mismo Cristo, éste es Hijo del Altísimo, Hijo de Dios, es decir, Dios.
Hijo de Dios unigénito, que ha de ser confesado en las dos En la Epístola a los Eomanos (1. 3) se dice: Acerca de su
naturalezas inconfusa, inconvertible, inseparable e indivisa- Hijo, que le fué hecho del linaje de David, según la carne;
mente..." 9. y en la carta a los Gálatas (4, 4 ) : Mas ai llegar la plenitud
Las mismas doctrinas son propuestas por Juan II en la de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido
epístola a los senadores de Constantinopla (mart. 534) 10 ;
« DB~, n. 993. ;
7
DB, n. 113. «
13
DB, n. 1.462.
8
DB, n. 256. 14
Acta Apost. Seáis, vol. XXIII, n. 14.
9
DB, IÍ. 290. De uequivalentia, nominum Adonai et Kyrios eu/m tetragamma-
10
DB, n. 201. to, IHVH; CERFAUX, Adonai et Kyrios, RSPhTh, agost. 1931,
C. 3 . LA MATERNIDAD DE MARÍA 81
80 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
bajo la ley. Luego uno y el mismo es el que fué engendrado es el Verbo existiendo de María" 19. "El Hijo de Dios nació
por el Padre desde toda la eternidad y el que en. el tiempo de la Virgen" 20.
fué también engendrado de la Virgen Madre. Y como aquél Y Tertuliano: "Concibió, por tanto, y dio a luz la Virgen
es el Verbo Dios, resulta que la Santísima Virgen es Madre a Emmanuel, Dios con nosotros" 21. Y en otro lugar: "Así
de Dios. como, no nacido de la Virgen, pudo sin madre tener a Dios
b) En otros lugares de la Sagrada Escritura se declara por Padre, del mismo modo, naciendo de la Virgen, pudo te-
expresamente que María es Madre de Cristo o Madre de Je- ner a una mujer por madre sin humano padre" 22.
sús (Mt. 2, 11; Le. 2, 37 y 48; lo. 2, 1; Act. 1, 14). Si,_pues, b) En los Padres y escritores del siglo IV, el título Theo-
Jesucristo es verdadero Dios, María es Madre de Dios en tocos, Madre de Dios, Engendradora de Dios y otros sinóni-
sentido propio y verdadero. mos se atribuyen frecuentemente a la Santísima Virgen.
Aunque es probable que Orígenes zs usara este nombre
3.° SANTOS PADRES Y ESCRITORES ECLESIÁSTICOS.—En la antes que otro alguno, ciertamente lo encontramos ya en
doctrina de la tradición sobre la maternidad divina de la San Alejandro de Alejandría cuando dice: "Después de esto
Virgen deben distinguirse tres períodos: hemos conocido la resurrección de los muertos, el primero
a) En los testimonios de los Padres y escritores ecle- de los cuales fué Nuestro Señor Jesucristo, quien tuvo carne
siásticos de los tres primeros siglos no aparece el nombre de verdadera, no aparente, tomada de María, Madre de Dios,
Madre de Dios: Theotocos. Sin embargo, el contenido de este sx flaotóxo'J Mccpta" 24
.
nombre, es decir, la verdad de la maternidad divina, se ex- Eusebio de Cesárea llama con más frecuencia a María
presa con palabras equivalentes. OEOTOXOV ; así, hablando de Santa Elena, dice: "En la ciudad
Los Padres de esta época, afirmando y defendiendo con- de Belén, la reina amantísima de Dios erigió hermosos monu-
tra los gnósticos que el Verbo de Dios tomó verdadera carne mentos al parto de la Madre de Dios w^c Uso-ñau" 25.
de María, dan a entender que María concibió según la carne San Atanasio: "Por nosotros, tomada carne de la Vir-
al Dios hombre. gen María, Madre de Dios, hízose hombre" 26.
San Ignacio Mártir afirma: "Nuestro Dios, Jesús ei San Efrén: "Virgen María, Madre de Dios, Reina de to-
Ungido, fué concebido por María en su seno, conforme a la das las cosas, esperanza de los desesperados" 27. "Acúdeme
dispensación de Dios, de la estirpe ciertamente de David, por ahora y siempre, ¡ oh Virgen, Madre de Dios, Madre benigna,
obra, empero, del Espíritu Santo" 15. clemente y misericordiosa!" 28.
Arístides: "Los cristianos traen origen de Jesucristo, Se- San Gregorio Nacianceno: "Si alguno no cree que Santa
ñor nuestro. Créese que éste es Hijo de Dios Altísimo, que en María es Madre de Dios, está lejos de Dios" 29.
el Espíritu Santo descendió del cielo para salvar a los hom- San Ambrosio: "¿Qué cosa más noble que la Madre de
bres que en El creen y engendrado de la Santa Virgen, sin Dios? ¿Qué cosa más espléndida que aquella a quien eligió
corrupción" 16. el mismo Esplendor divino?" 30.
San Justino Mártir: "El cual (Cristo), siendo el Verbo c) En el siglo V, cuando Nestorio atrevióse a negar
primogénito de Dios, es también Dios. Y en verdad que pri- abiertamente la maternidad divina de la Virgen, San Cirilo
meramente fué visto por los Magos y demás profetas en apa- defendió valerosamente el dogma católico, apelando a la an-
riencia de fuego y en imagen incorpórea; pero ahora en los tigua^ tradición con estas palabras: "Como la palabra Madre
tiempos de vuestro imperio hecho de la Virgen hombre, según de Dios fué también familiar a los Santos Padres que exis-
la voluntad del Padre, como ya dijimos, quiso ser desprecia-
do y padeció por la salvación de aquellos que en El creen" 17.
10
Adv. Haer., ni, 21.
20
Ibíd., m , 16.
San Hipólito: "El Verbo descendió del cielo a la Santa 21
De car. Ch., c. 17.
Virgen María para que, encarnado en ella y hecho hombre 22
Ibíd., c. 18.
en todo, menos en el pecado, salvara a Adán, que había pe- 23
Cf. NEUBERT, Marie dans l'Eglise Anteniceenne, i3. 3, nn. 132-
recido" 18. 133.24
Ep. ad Alexandmm Con-stantinopolitanum, 12.
San Ireneo: "Resumiendo en sí a Adán, El mismo (Señor) 25
Vita Constantini, 1. III, c. 43.
20
Contr. Arian, or. i.
2T
15
Bphes., 18, 2. Serm. de Ss. Dei Genit. V. Mariae laudibus.
23
16
Apolog., 15, 2. Or. ad Ss. Dei Genitr.
29
17
Apolog., 1, 63. Ep. 101.
SO
18
Contra Noetwm. De Virff., 1. II, 7.
82 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 3. 1A. MATERNIDAD DE MARÍA 83
b) Se dice que una mujer es madre de alguno cuando vino no hubiera asumido la humanidad en unidad de per-
ha sido por ella concebido y engendrado. Si, pues, la San- sona o hipóstasis, o que la hubiese asumido después de su
tísima Virgen concibió y engendró a Dios, es ciertamente su nacimiento, o después de la concepción, pero antes de la na-
Madre. tividad. ;
En efecto: a) Cristo, por razón de la unión hipostática Lo primero es la herejía nestoriana; lo segundo suprime
es una hipóstasis o persona divina subsistente en la natu- la divina maternidad, pues la maternidad no hubiese tenido
raleza divina y humana. • en este casoj como término una hipóstasis divina subsisten-
Si, pues, a esta hipóstasis o persona pueden atribuírsele te en la naturaleza humana, sino una persona humana;
con verdad todas las cosas que según ambas naturalezas le verificada después la unión hipostática, sería otra persona
convienen, es claro que a la persona divina, y, por tanto, a distinta de la persona nacida de María, pues después del na-
Dios, puede atribuirse todo lo que a Cristo le conviene según cimiento sería persona divina, y antes, únicamente persona
la naturaleza humana. Ahora bien, a Cristo le conviene, se- humana; lo tercero, porque pugna también con la verdade-
gún la naturaleza humana, ser concebido y ser nacido de ra razón de la maternidad divina, que no solamente consis-
la Bienaventurada Virgen María. Y así dice Santo Tomás: te en que la Virgen diera a luz a Dios, sino en que tambiéa
"Ser concebido y nacer se atribuye a la persona o hipóstasis, le concibiera 43 .
según aquella naturaleza en la cual es concebida y nacida; e) A la función de la madre, aun en la generación na-
y como en el mismo principio de la concepción la naturaleza tural, no pertenece constituir la hipóstasis del hijo, ni pro-
humana fué asumida por la persona divina, puede decirse ducir físicamente el mismo principio de vida intelectual o
verdaderamente que Dios fué concebido y nacido de la Vir- alma espiritual, sino solamente suministrar la sustancia de
gen" i0. su cuerpo al hijo de ella engendrado. Esto lo prestó la Bien-
p) La persona o hipóstasis es el sujeto a quien compete aventurada Virgen respecto al Hijo de Dios en ella encar-
la generación y natividad; nunca se dice que la naturaleza nado, como cualquiera madre lo presta respecto a su hijo
humana es engendrada o nacida, sino el hombre, ni jamá.3 natural. A este propósito dice Santo Tomás que para ser ver-
se dice que la mujer es madre de alguna naturaleza, sino daderamente madre no es preciso que el hijo tome de ella
de tal o cual persona o hipóstasis; la razón de esto es por- todos los elementos constitutivos de su ser. "El hombre cons-
que la generación y natividad dice orden al ser; así como ta de alma y cuerpo, y más es hombre por su alma que por
se engendra algo para que exista, así lo que nace es tam- su cuerpo. El alma del hombre no se toma de la madre, sino
bién para existir; el ser es propiamente de la cosa subsis- que es creada por Dios inmediatamente. Así como a una
tente; no de la naturaleza, que es la forma por la cual algo mujer se la llama madre de un hombre porque de ella toma
subsiste. Ahora bien, ninguna persona o hipóstasis es engen- el cuerpo, así también a la Bienaventurada Virgen debe lla-
drada y nacida de María Virgen sino el Verbo de Dios en la mársela Madre de Dios si de ella fué asumido el cuerpo de
naturaleza humana 41 . Dios. Conviene decir que es cuerpo de Dios si es asumido
c) La Bienaventurada Virgen fué verdaderamente ma- en la unidad de persona del Hijo de Dios, que es verdadero
dre del término resultante de la concepción. El término re- Dios. Confesando, pues, que la naturaleza humana fué asu-
sultante de la concepción de María Virgen es la persona del mida por el Hijo de Dios en unidad de persona, es necesario
Hijo de Dios subsistente en la naturaleza humana y, por decir que la Bienaventurada Virgen es Madre de Dios" 44.
tanto, Dios. Así lo prueba Vega: "El término resultante de Hay que hacer notar aquí cuidadosamente: 1.° Estas dos
la concepción de la Bienaventurada Virgen María es una fórmulas, María es Madre de Cristo y María es Madre de
sustancia subsistente, no la sola naturaleza humana en abs- Dios, coinciden, pues aunque: a) según el modo de hablar
tracto; luego es necesario afirmar que fué persona; pero no de los nestorianos, que afirmaban que había en Cristo dos
humana, porque Cristo no subsiste por subsistencia creada, personas, una de hombre y otra de Dios, María debía ser
luego fué divina subsistente en ambas naturalezas" 42. llamada Madre de Cristo, pero no Madre de Dios, y de ahí
d) En tanto podría negarse que la Bienaventurada Vir- que fuera reprendida por los Santos Padres la fórmula Chris.
gen María fué Madre de Dios, en cuanto que o el Verbo di- Upara, considerada como la contraseña de los nestorianos;
al decir San Juan Damasceno: "De ninguna manera 11a-
10
3, q. 35, a. 4.
« S. TOM., 3, q. 35, a. 1. S. TOM., 3, q. 35, a. 4.
" O. c . pal. 24, cert. 8. ve. 1.565. Comp. Theolog., c . 222.
86 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 3 . LA MATERNIDAB DE MARÍA 87
mamos Christipara a la Santísima Virgen"" 5 ; b) sin embar- ría no podría llamarse Madre de Dios, c) La profesión de la
go, en el sentido católico ambas fórmulas se equivalen y son unión hipostática y unidad personal de Cristo, Dios Hombre,
una misma cosa; pues no hay en Cristo dos hipóstasis o pues de otro modo el uno y mismo Cristo no podría ser
personas, Dios Verbo y el Hombre Jesús, sino que la hipós- Hijo del Padre eterno e Hijo de Mujer, d) Y la profesión de
tasis de Cristo es la mismísima del Verbo divino, que desde las dos distintas naturalezas de Cristo en unidad de perso-
toda la eternidad fué engendrada por Dios Padre según la na, porque si Cristo, juntamente con su naturaleza divina,
naturaleza divina, y en el tiempo engendrada pgr la Virgen no tuviera verdadera naturaleza humana, no traería origen
según la naturaleza humana. Dice Santo Tomás: "La Bien- de María por verdadera generación.
aventurada Virgen María se ha de llamar Madre de Dios, no De donde deduce Franzelin: "Así como en la doctrina de
porque sea madre de la Divinidad, sino porque es madre se- la Trinidad la profesión xoü o^oouaíou fué tenida por los Pa-
gún la humanidad de una persona que tiene divinidad y hu- dres como contraseña de la fe ortodoxa, porque ella no me-
manidad" iS. nos expresa la distinción de personas, contra los monarquia-
c) Ni tampoco se ha de decir que la Bienaventurada nos, que la unidad de naturaleza, contra la herejía arriana.
Virgen es madre de la Deidad; esta enunciación, aunque en así la predicación de la palabra T^Í b¡ot¿-/.ou es considerada
sentido idéntico o material es verdadera, puesto que Dios y en la Iglesia católica como símbolo y compendio de toda
la Deidad son lo mismo secundum rem, es, sin embargo, fal- profesión de fe respecto a la Encarnación de Dios Verbo" 4S.
sa en sentido formal, porque la maternidad y la filiación so-
lamente se refieren al supuesto; y éste debe expresarse con Cuestión 2. En qué momento la Bienaventurada Virgen
nombre concreto y no abstracto. fué constituida Madre de Dios.
2.° El término griego Theotocos no es completamente
equivalente a la palabra latina Deipara; porque Ttxxo) (parir, Prescindiendo de reseñar aquí las varias etapas que in-
producir) comprende tanto la concepción como el alumbra- tegran el proceso de la concepción materna hasta que el hijo
miento; y la palabra partre (parir) no significa sino el dar sale a la luz, digamos:
a luz. Si María hubiera dado a luz a Dios Verbo, pero hu- 1.° Que María tenía la común fecundidad de las muje-
biera concebido una naturaleza humana connaturalmente res, fecundidad que es distinta de la maternidad.
subsistente que antes del parto hubiese sido asumida por el 2.° En el mismo instante en que María responde al án-
Verbo, entonces en rigor etimológico podría decirse Deipara, gel Gabriel, que la anunció el misterio de la Encarnación:
pero no Theotocos. He aquí la esclava del Señor. Hágase en mi según tu pala-
Sin embargo, por el común uso y sentido, dar a luz su- bra, supliendo el Espíritu Santo de modo sobrenatural la
pone concebir el supuesto o persona que se da a luz, y en cooperación de varón, fué fecundado su seno, quedó consu-
este respecto los términos son equivalentes. Igualmente ha mada la concepción de Cristo y la Bienaventurada Virgen
de decirse respecto a otras palabras que constantemente se constituida de hecho en Madre de Dios.
usan por la Iglesia, tales como Dei Genitriz (Engendradora a) Este es el común parecer de los Padres, de los cua-
de Dios) y Mater Dei (Madre de Dios) ". les San Gregorio Magno dice: "Luego que el ángel anunció
COKOLARIO.—De lo dicho aparece cuan central y profun- y el Espíritu Santo sobrevino, inmediatamente el Verbo se
damente dogmática es la denominación de Theotocos, por- hizo carne dentro del seno, y permaneciendo inconmutable
que esta sola palabra contiene la profesión plena de la fe su esencia, que es coeterna con el Padre y el Espíritu Santo,
católica en los principales dogmas que se refieren a la En- asumió la carne dentro de las virginales entrañas" 4D.
carnación de Dios Verbo. San Agustín dice: "No quieras maravillarte, ¡oh Virgen!;
El nombre Theotocos encierra, en efecto: a) La profesión responde alegremente al ángel una palabra y recibe al Hijo;
de la naturaleza humana de Cristo, porque la Bienaventu- da fe y siente la virtud. He aquí la esclava del Señor. Hágase
rada Virgen con su acción generativa no pudo comunicar a en mí según tu palabra, y sin demora vuélvese el ángel y
su Hijo sino la naturaleza humana, b) La profesión de la Cristo entra en el tálamo virginal y al punto la Bienaven-
naturaleza divina de Cristo, pues si Cristo no fuera Dios, Ma- turada Virgen se hace Madre de Dios" 50.
15 De Verbo Ine., th. 39; TERRIEN, O. C , 1. 1, c. 3.
43
De fide orth., III, 12.
3, q. 35, a. 4 ad 2. Mor., 1. XVIII, c. 27.
47
MÜIAER, o. c . th. 1, n. 4£, De Annunt., serm. 2.
C. 3 . LA MATERNIDAD DE MARÍA 89
8S P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
3. a La cuestión versa acerca de si la concepción del cuer- se hacen los hombres hijos de Dios, según aquello del Após-
po de Cristo debe atribuirse especialmente o apropiarse al tol a los Gálatas Í4. 6"): Y por ser hijos, envió Dios a nues-
Espíritu Santo. , tros corazones el Espíritu de su Hijo, que grita: Abba. Pa-
dre... El mismo es también espíritu de santificación, según
TESIS 1. Con razón se atribuye al Espíritu Santo especial- se dice a los Romanos (c. 1). Así, pues, como otros son santi-
mente la concepción del cuerpo de Cristo. ficados espiritualmente por el Espíritu Santo para ser hijos
adoptivos de Dios, así Cristo por el Espíritu Santo fué con-
1.° SÍMBOLOS DE LA FE.—Símbolo Apostólico: "Creo... y cebido en santidad para ser Hijo natural de Dios" 89 .
en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fué conce-
bido del Espíritu Santo y nació de María Virgen" 5 6 ; y el
Niceno Constantinopolitano: "Se encarnó por obra del Espí- TESIS 2. El Esviritu Santo en la concepción de Cristo suplió
ritu Santo, de María Virgen, y se hizo hombre" 67. sobrenaturalmente el concurso de varón.
2.° SAGRADA ESCRITURA.—San Lucas (1, 35): El Espíritu a) Santo Tomás dice: "Es evidente que, siendo infinito
Santo vendrá sobre ti y la virtud del Altísimo te hará sqm>- el poder de Dios y derivado de éste el que todas las causas
bra. En San Mateo (1, 20): Lo que en ella ha nacido de Es- creadas tienen de producir su efecto propio, puede Dios sin
píritu Santo es. ayuda de la causa creada producir el efecto propio de la
especie y naturaleza de ella. Y así como el poder natural,
3.° SANTOS PADRES.—San Ignacio Mártir dice: "Nues- existente en el varón produce un verdadero hombre en su
tro Dios Jesús, el Ungido, fué llevado por María en su seno especie y naturaleza humana, así la virtud divina que tal
según la disposición de Dios, del linaje ciertamente de Da- poder le dio, puede, sin la virtud natural del varen, producir
vid, por obra, empero, del Espíritu Santo" 5S. el efecto propio de él, es decir, puede formar un verdadero
4.° KAZÓN TEOLÓGICA.—Por triple razón demuestra hombre de especie y naturaleza" 60.
Santo Tomás esta conveniencia: Primero, porque así conve- b) Importa mucho advertir que, aunque Cristo fué con-
nía a la causa de la Encarnación, considerada por parte de cebido del Espíritu Santo, no puede, sin embargo, llamarse
Dios. El Espíritu Santo es amor del Padre y del Hijo. Del Hijo del Espíritu Santo; pues lo que se afirma de alguna
máximo amor de Dios provino que el Hijo de Dios tomara cosa según su perfecta razón de ser, no puede atribuírsele
carne en el seno virginal. Por lo cual se dice en San Juan según una razón imperfecta. Cristo es Hijo natural de Dios,
(3, 16) : De tal modo amó Dios al mundo, que le dio su Hijo según la razón perfecta de filiación, por la generación eter-
unigénito; segundo, porque así convino a la causa de la En- na; pero no fué concebido y nacido del Espíritu Santo en la
carnación por parte de la naturaleza asumida, con lo cual se semejanza de especie y naturaleza que se requiere para la
da a entender que la naturaleza humana fué asumida por el perfecta filiación. Luego, aunque fuera formado y santifica-
Hijo de Dios en unidad de persona, no por razón de mérito al- do por el Espíritu Santo en su naturaleza humana, no puede
guno, sino de sola gracia, la cual se atribuye al Espíritu San- decirse, sin embargo, que sea Hijo del Espíritu Santo, o de
to, según aquello del Apóstol (1 Cor. 12, 4 ) : Hay diversidad toda la Trinidad ei .
de gracias, pero uno es el mismo Espíritu. De aquí que San Con razón esta manera de filiación así entendida es cla-
Agustín diga en su Enchiridion (c. 40, col. 252, t. 6 ) : "El ramente reprobada por el Concilio Toledano XI, que dice:
modo este por el cual Cristo nació del Espíritu Santo nos "Ni se ha de creer que el Espíritu Santo es Padre del Hijo
insinúa la gracia de Dios, por la que el hombre sin algún porque María concibiera del mismo Espíritu Santo, que la
mérito precedente, en el mismo principio de su naturaleza hizo sombra, ni podemos afirmar 62que el Hijo tuvo dos pa-
en que comenzó a existir, se uniría al Verbo de Dios en dres, lo que jamás es lícito decir" .
tanta unidad de persona que el mismo Hijo de Dios sería 59
Hijo del hombre y el Hijo del hombre Hijo de Dios"; tercero, 60
3, q. 32, a. 1.
Cont. Gent., 1. iv, 45.
porque así convenía al término de la Encarnación, para que 81
S. TOM., 3. q. 32, a. 3.
el hombre aquel que se concebía fuera santo e Hijo de Dios. " DB, m. 282.
Ambas cosas se atribuyen al Espíritu Santo, porque por El
"" DB, 6.
"58 DB, 86.
Ep. ad Ephes., n. 18.
C. 3. LA MATERNIDAD DE MARÍA 93
P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
(c. 2) dice: "Si alguno no confiesa que fueron dos las nati- Cuestión 2. Si en la Santísima Virgen ha de admitirse re-
vidades de Dios Verbo: una, del Padre antes de los siglos lación real dé maternidad respecto de Cristo y en Cristo
e incorruptiblemente sin tiempo; otra, en los últimos días, relación filial respecto de la Virgen, Madre de Dios.
de aquel mismo que descendió de los cielos y encarnado de,
la santa gloriosa Madre de Dios y siempre Virgen María 1.° Cierto es que en la Santísima Virgen hay relación
nació de ella misma, ese tal sea anatema" 7S>. Igualmente el real de maternidad respecto a su Hijo; pues en la genera-
Concilio Lateranense (can. 4 ) : "Si alguno, según los Santos ción y parto de Cristo tuvo el mismo influjo que cualquiera
Padres, no confiesa en términos propios y según la verdad madre en la generación natural de su hijo; de cuyo influjo
dos natividades del mismo único Señor nuestro Jesucristo, surge la relación de maternidad.
Dios, tanto la que antes de los siglos tenía de Dios Padre 2.° También es cierto que la relación de maternidad en
incorpórea y eternamente, como la que tuvo de la santa y la Bienaventurada Virgen es de la misma especie que las
siempre Virgen Madre de Dios, María, corporalmente en los relaciones de las otras madres, y, por tanto, María puede
postreros siglos..., sea condenado" 80. llamarse Madre como las demás, porque aunque la concep-
2.° SAGRADA ESCRITURA.—Mateo (2, 1 ) : Cuando hubo ción de Cristo por parte del principio activo fuera sobre-
nacido Jesús en Belén de Judá en tiempo de Herodes el rey. natural, sin embargo fué natural por parte de la Madre.
En San Lucas (1, 35): Y por eso, lo santo que nacerá de ti • 3.° La controversia entre los teólogos es acerca de si
será llamado Hijo de Dios; y (2, 11) : Hoy os es nacido el a la relación de Madre a Hijo corresponde también, por
Salvador, que es el Cristo Señor, en la ciudad de David. parte de Cristo, relación real de filiación a la Virgen Madre
de Dios.
3.° SANTOS PADRES.—San León Magno dice: "Por esta Tres son las opiniones de los teólogos en esta materia.
unidad de persona en una y otra naturaleza se lee que el A) Enrique de Gante 84, Alejandro de Ales 85, enseñan
Hijo del hombre descendió del cielo cuando el Hijo de Dios que la relación de Cristo a su Madre es real increada.
tomó carne de la Virgen, de la cual nació" 81. B) Escoto se , Biel 87, Suárez ss , Lorca 89, afirman que
San Juan Damasceno: "Confiesa dos nacimientos de Cris- esta relación de Cristo es real temporal, de tal modo que son
to: uno eterno, que es del Padre; otro en los últimos tiem- dos las filiaciones en Cristo, una increada respecto al Padre,
pos, por nosotros" 82. y otra creada respecto a la Madre.
Vigilio de Tapso: "Cierto es, dice, que el Señor Jesucris- C) Santo Tomás 90, San Buenaventura 91, Capreolo 92 y
to, según la fe católica y los testimonios de las Escrituras, otros sostienen que la relación de Cristo Señor con respecto
tuvo dos nacimientos: uno del Padre, sin tiempo; otro de la a su Madre es de razón solamente.
madre, sin varón..." 83. La primera sentencia carece de toda probabilidad. —
4.° EAZÓN TEOLÓGICA.—Aunque ia natividad se atribuye a) Porque la relación real increada es sustancial y subsis-
propiamente a la persona, como al sujeto que nace, sin em- tente en sí, y conviene a Cristo, no porque es hombre, sino
bargo, el término de la misma es la naturaleza o forma, porque es Dios, b) Cristo es Hijo de la Virgen por genera-
que se transfunde por generación y por la cual el sujeto es ción humana; la relación increada de filiación convenía a
lo que es. Luego el sujeto en que puedan darse dos natu- Cristo por su generación eterna del Padre; como subsistente
ralezas recibidas por generación ha de tener dos nativida- en la naturaleza humana le conviene también por razón de
des. Ahora bien, en Cristo hay dos naturalezas recibidas poi la unión hipostática, que es acción distinta de la humana
generación: divina y humana; aquélla, eterna, del Padre: generación, c) Finalmente, donde hay dos natividades, allí
ésta, temporal, de la Madre. debe haber diversas filiaciones. En Cristo, respecto al Pa-
81
••' D B , n . 214. ss
Quodlib., IV, q. 3.
so
DB, n. 257. 80
Summ., p. III, q. 10, a. 3.
81
Ep. ad Flavianum. 87
In 3, Sent., d. 8, q. unic.
S2
De fide orth., III, 7. 88
In S, d. 8, q. unic.
83
• Contra Eutychetem, 1. II. 89
In S, d. 12, sect. 2. .
w
In 3, d. 84, n. 46.
81
In S, q. 35, a. 2,
In S, d. 8, a 2, q. 2.
" In S, d. 7-8, q. 1.
O. S. LA MATERNIDAD DE MARÍA 101
100 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
se verdaderamente carne de Dios; después en María, en A) Por la divina maternidad de la Bienaventurada Vir-
cuanto que la que ya es carne de Dios en Cristo fué tomada gen se originan, en efecto, nuevos respectos ad extra en las
de la sustancia de María, puesto que de su purísima sangre, divinas Personas que tienen relación con la propiedad per-
como dice el Damasceno, fué formado el cuerpo de Cristo" 20. sonal de cada una de ellas, en cuanto que por ella (por la
maternidad de María) alcanza el Padre autoridad en el Hijo,
V. LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA ESTÁ UNIDA CON PECU- que por otra parte es con El coeterno y en todo igual; el Hijo,
LIARES RELACIONES TANTO A TODA LA TRINIDAD COMO A CADA generación temporal, y el Espíritu Santo, fecundidad en la
UNA DE LAS TRES AUGUSTÍSIMAS PERSONAS concepción de Cristo Señor, la cual se le' atribuye por apro-
1.° En orden a toda la Trinidad, es frecuente entre los piación al mismo Espíritu Santo.
teólogos llamar a María complemento de la Trinidad. Se a) Procediendo el Hijo del Padre en omnímoda identi-
atribuye esta sentencia a Exiquio, patriarca de Jerusalén (si- dad de naturaleza, es igual al Padre según la divinidad y,
glo Vil); pero sin razón, porque las palabras de Exiquio no por tanto, no está sujeto a su potestad y autoridad; pero
dan fundamento a ello. según la humana naturaleza, es menor que el Padre (lo. 14,
Comparando, en efecto, el arca de Noé con la Santísima 28), y a El obedece y está sujeto a su autoridad; al Padre,
Virgen, dice: "Más excelsa que el arca de Noé es María; por ser el principio de,toda la Divinidad y origen y fuente de
aquélla era arca de animales; esta otra es arca de la vida; la Trinidad, se le atribuye, no sin congruencia, la autori-
aquélla, de animales corruptibles; ésta, de la vida incorrup- dad. Y así en el mismo seno de la Virgen empezó la autori-
tible; aquélla llevó a Noé; ésta, al Hacedor del mismo Noé; dad de Dios y el ejercicio de esta misma autoridad en el
aquélla tenía dos o tres departamentos o mansiones; ésta, Hijo, lo que ciertamente es motivo de gran dignidad para el
a todo el complemento de la Trinidad. Porque ciertamente mismo Dios, puesto que el imperar sobre las criaturas casi
el Espíritu Santo había venido como huésped a ella, y el ningún valor tiene para El, pero sí mandar en quien también
Padre la cubría con su sombra, y el Hijo, llevado en su seno, es Dios.
la habitaba" 21. b) Propio es de la palabra ser concebida en la mente o
De cuyas palabras se ve claramente que Exiquio no llama entendimiento y ser proferida exteriormente por la boca. El
a María complemento de la Trinidad, sino únicamente afir- Verbo divino, que procede del entendimiento del Padre, no
ma que María, a diferencia del arca de Noé, que solamente puede manifestarse exteriormente en su propia naturaleza
llevaba seres creados, contenía a toda la Santísima Trinidad. divina ni proferirse sensiblemente por la boca del Padre.
Pero una cosa es contener el complemento de la Trinidad y Pero el Verbo divino logró esta externa manifestación, pa-
otra es ser complemento de la Trinidad; nadie rectamente sando por una nueva generación en el vientre de la Bien-
podría inferir la siguiente conclusión: la Bienaventurada aventurada Virgen, tomando de ella carne, saliendo de sus
Virgen contiene en su seno al Verbo divino; luego es el Ver- entrañas vestido de su sustancia y manifestándose visible-
bo divino. mente. Acerca de lo cual escribe San Atanasio: "Así como
Esta fórmula, aunque frecuentísima entre los teólogos, es la palabra en el hombre tiene dos generaciones, una en la
rechazada por algunos pocos, como Janssens, que escribe: mente o alma y otra en los labios, de igual modo en Dios
"Dudo que prudentemente se llame María complemento de hay dos generaciones, una de Dios Padre, y se llama prime-
la Trinidad" 22 ; y Müller cree que mejor sería abstenerse ra generación, y otra de la carne, que es la segunda gene-
de usar esta expresión 23. ración" 24.
Sin duda puede María llamarse complemento de la Tri- c) De las tres divinas Personas, solamente el Espíritu
nidad, no ciertamente esencial e intrínseco, pues Dios no Santo es ad intra infecundo; pues el Padre, por la fecunda
puede adquirir en el tiempo aumento de perfección intrín- virtud de su entendimiento, engendra el Verbo, y el Padre
seca, pero sí accidental y extrínseco, y esto por doble razón, y el Verbo, por la virtud fecunda de su voluntad, espiran el
ya porque María es causa de que se originen ad extra nuevos Espíritu Santo; con cuyas comunicaciones queda agotada la
y temporales respectos de las divinas Personas, ya porque divina fecundidad ad intra, puesto que en Dios, que por un
les confiere cierta gloria extrínseca. acto simplísimo lo entiende todo e igualmente lo quiere todo,
20 no puede proceder el Verbo del Verbo ni el Amor del Amor.
De María Virgine, 1. v, c. 15
21
Serm. 5.
Pero por. la concepción de Cristo en el seno de la Bienaven-
23
23
O. c , p. 11, sect. 1, memb. 2, c. 1, app.
O. c , th. 3, 43. Quaestiones aliae, q. 4.
"112 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 4 . EXCELENCIA DE LA MATERNIDAD DE MARÍA 113
turada Virgen, el Espíritu Santo obtiene cierta fecundidad a María dentro del lugar reservado a la Trinidad Santí-
de producir ad extra una divina persona, puesto que a El, sima.
como principio activo, se le atribuye y apropia rectamente Así, el Pseudo-Dionisio Areopagita dice: "Aquellas san-
la concepción de Cristo. tísimas y antiquísimas virtudes..., estando como a las puer-
B) La Bienaventurada Virgen María, por su divina ma- tas de la supersustancial Trinidad" 29 ; y San Juan Damas-
ternidad, parece que confiere cierta gloria extrínseca a las ceno : "Toda próxima a Dios; porque superando ella a los
Personas de la Santísima Trinidad:, a) Pues María bosque- querubines y levantada sobre los serafines, está inmediata a
ja en sí misma algo de las divinas procesiones, porque ella, Dios" so.
virgen inviolada, engendró y dio a luz a Dios; lo cual con-
tiene una imagen no oscura de las divinas procesiones, en 2.° La Bienaventurada Virgen tiene ¡admirables relacio-
las cuales, sin violar en lo más mínimo su integridad, una nes para con cada una de las divinas Personas de la Santí-
persona divina procede de otra, como del Padre el Hijo, o sima Trinidad.—A) María refiérese al Padre con peculiar
de otras, como del Padre y del Hijo el Espíritu Santo. Y así razón: a) Como Hija no natural, sino adoptiva, aunque,
escribe San Gregorio Nacianceno: "La primera de las Tres como dice Vega: "Si pudiera el Padre Eterno gozar desde
es virgen, pues de un Padre sin principio nació el Hijo, ni toda la eternidad de una Hija natural como goza del Hijo,
el Padre trajo origen de algún otro, pues como principio de no asociaría a sí otra que a María" 31.
las cosas y origen vital de las mismas, no de modo ni de La filiación adoptiva se confiere a las puras criaturas pol-
germen humano engendró al nacido" 2S. la gracia santificante, que las hace participantes de la natu-
b) Declara y divulga la distinción de personas; pues raleza divina y las da derecho de herencia a la gloria eterna.
rectamente no podría llamarse Madre del Hijo, si el Hijo de Pues bien, la Santísima Virgen fué deificada de un modo es-
Dios no constituyera en la Santísima Trinidad persona dis- pecialísimo por la gracia santificante.
tinta del Padre; por tanto, revela al Padre y al Hijo y al La Santísima Virgen ocupa el primer lugar entre los hi-
Amor que procede de ambos necesariamente; es decir, al jos adoptivos de Dios, por corresponderle la filiación adop-
Espíritu Santo, en el cual el Padre y el Hijo mutuamente se tiva de modo excelentísimo sobre los demás justos, pues la
aman. filiación adoptiva imita, aunque deficientemente, todo lo que
c) Finalmente manifiesta los atributos y perfecciones de es propio de la filiación natural. Pero la adopción de la Bien-
Dio=, no sólo porque en formar y embellecer a María reve- aventurada Virgen imita perfectísimamente la filiación na-
laron su virtud los divinos atributos de bondad, ciencia, po- tural de Dios, pues: r>) Cristo, como hombre, es Hijo natural
der, sino porque en la Virgen Madre de Dios resplandecen de Dios, y, por tanto, santo por su naturaleza, no por adop-
de modo tan incomparable ciertas perfecciones divinas, como ción; para que la Madre se hiciera semejante a? Hijo, se la
la santidad, la pureza, etc., que más bien parece revestir confirió una santidad que, aunque fuera sobre su natura-
una forma divina que humana, por lo cual dice San Agustín: leza, pareciera natural y apareciera en ella como semejan-
"Si te llamare forma de Dios, digna de ello eres" 26 ; y admi- te a lo natural. Por esto fué prevenida María con la gracia
rando tanta semejanza con Dios, canta Juan el Geómetra: original, que, producida en el instante mismo de su crea-
"Alégrate, Virgen, ornamento de la naturaleza e imagen ción, imita perfectamente a las dotes que .son naturales 32
hermosa que revela el soberano genio del Artífice" 27. P) Además, el Padre, adoptando a otros hombres, no tanto
Por lo cual la Santísima Virgen es la primera persona crea hijos para sí como los recrea, no tanto los engendra
después de la Santísima Trinidad, porque después de estas como los reengendra; y así la producción de los mismos
tres divinas Personas ella es la más excelente, o, como dice revela poco la generación eterna del Hijo, porque al Hijo
Salmerón, la cuarta en dignidad después de aquellas otras le engendra desde toda la eternidad primariamente y per se;
tres supremas y divinas Personas" 28. por el contrario, el Padre engendró a la Virgen primaria
De aquí que los Padres, mientras presentan a los ánge- mente y per se con la gracia original, y no la reengendró;
les como estando ante las puertas de la Trinidad, muestren y, por consiguiente, la filiación de ella es una imitación per-
fecta de la naturaleza, porque así como el Padre Eterno en-
35
gendró al Hijo desde toda la eternidad y del primer movi-
39
In laudem Virginitatis. 29
De div. nom., c. 5.
In festo Assump, Mariae, serm. 83. "° Or. 1, De Nativ. Deip.
27
x
Hymn. 3. "• O. c„ pal. 31, cert. 3.
Comm. in Evang. hist., 1. ni, tr. 12. " SALAZAR. Defenaio Immac. Cortcept. B. M. V., c. 29.
C. 4. EXCELENCIA DE LA MATERNIDAD DE MARÍA 115
nio sobr,e el mismo Señor de todo el mundo, y a fortiori so- acompaña por derecho natural a la dignidad materna, no
bre todo lo que está sujeto a este Señor" 40. puede negarse razonablemente a María respecto a su Hijo:
1) De esta materna autoridad de la Bienaventurada porque el orden de la gracia no destruye la naturaleza, sino
Virgen se infiere la obediencia y sujeción de Cristo a su que la perfecciona; ni Cristo vino a abolir la ley natural,
Madre. sino a cumplirla.
Así consta de San Lucas (2, 51) : Y estaba sujeto a ellos- Ni puede decirse que Cristo Hombre por razón de su
de cuya sujeción dice San Basilio: "Jesús les estaba sujeto', unión hipostática estuviera exento de la potestad materna,
como dice la Escritura, y compartiendo todos los trabajos como, por razón de la misma unión, lo estuvo de todo do-
también, declaraba su obediencia" 4T. Y San Bernardo: "Y les minio y potestad de reyes, emperadores y sacerdotes; pues
estaba sujeto. ¿Quién a quiénes? Dios a los hombres; Dios, la diferencia está en que Cristo, Rey de reyes y Sumo Sacer-
diré, a quien están sujetos los ángeles, a quien los principa- dote de los sacerdotes, no pudo" estar sujeto a rey o sacer-
dos y las potestades obedecen, estaba sujeto is a María; y no dotes, por serle inferiores; pero por razón de la generación
solamente a María, sino a José por María" ; lo cual tam- corporal quedó realmente sujeto a su Madre, porque de ella
bién bellamente declara León XIII: "Tienen ciertamente los recibió la naturaleza humana; y así no disconviene a Cristo
padres de familia en José una regla preclarísima de vigi- que se sujetara a su Madre por razón de la naturaleza de
lancia y providencia paternal; tienen las madres en la San- Ella recibida, sino que le es como innato y necesario, en
tísima Virgen, Madre de Dios, un ejemplo insigne de amor, cuanto hombre.
de modestia, de sumisión y de perfecta fidelidad; los hijos 8) La autoridad materna de la Bienaventurada Virgen
de familia tienen en Jesús, que estaba sujeto a ellos, un María y la consecuente sujeción filial de Cristo sólo podía
ejemplar divino de obediencia que admiren, veneren e imi- referirse a las cosas domésticas y a la vida corporal, no a lo
ten" *°. que pertenecía a su misión divina. Por esto el Niño Jesús,
Esta sujeción la admiten casi todos los teólogos, y sólo cuando por sus padres fué hallado en el templo, les dijo
hay alguna discrepancia acerca del título o fundamento del (Le. 2, 49): ¿Para qué me buscabais? ¿No sabíais que en las-
derecho materno en la Santísima Virgen y de la sujeción cosas que son de mi Padre me conviene estar? En cuyo pa-
filial en Cristo. saje Cristo no niega la autoridad materna respecto a otras
Cornelio a Lapide y Toledo, entre otros, hacen derivar cosas, como se deduce de las palabras que poco después si-
este derecho y sujeción no de la generación y nacimiento, guen (v. 51): Y estaba sujeto a ellos, sino solamente ante-
puesto que la unión hipostática no dejaba fundamento a tal pone el beneplácito divino a la obediencia a la Madre, come
deber en Cristo, sino de la misma voluntad suya, que libre y El dice por boca de San Juan (8, 29): Yo hago siempre lo
•espontáneamente se sujetó a sus padres; porque Cristo Hom- que a El agrada.
bre, por razón de la unión hipostática elevado sobre todas A este propósito dice Lebreton: "Jusqu'alors il (Jésus)
las criaturas, no podía reconocer a nadie como superior a avait vécu prés d'elle, humble et soumis; en ce jour, pour
quien por derecho debiera sujetarse. la premiére fois, il se consacrait á des devoirs plus hauts,
Pero con más verdad parece que debe decirse que la auto- et il le faisait en toute indépendance, en la laissant elle-
ridad materna de la Bienaventurada Virgen y la corres- méme dans l'ignorance et dans l'angoisse. S'il est vrai que
pondiente sujeción y obediencia de Cristo tienen su funda- Marie ne devait comprendre que progressivement la mission
mento en el mismo derecho natural, esto es, en el título de de son Fils ici-bas et les devoirs qu'elle compartait, no ne
generación y nacimiento; porque la verdadera maternidad remarque rien de tel chez Jésus lui-méme: jamáis on n'ob-
fundamenta la potestad natural de la madre sobre el hijo, serve chez lui ni ignorance ni hésitation ni révélation subite.
por haber recibido de ella la naturaleza y depender de ella Des le premier jour, il se manifesté pleineroent conscient
en su evolución y formación corporal; bajo este aspecto la de ce qu'il est et de ce qu'il doit faire. Simplement et en
madre es superior al hijo y es a él anterior; y el hijo, igual- toute autorité, il revendique son indépendance, il prélude
mente por deuda de naturaleza, tiene obligación de obede- a sa tache, et il se remet ensuite sans effort au rang modes-
cer a la que le engendró. Esta potestad sobre el hijo, que te qu'il a choisi; il rentre á 50
Nazareth et il y reprend sa vie
40
d'enfant, humble et soumis" .
17
Serm. de Annunt.
De Const. Monast., c. 4.
43
Hom. 2 super Missus est. 60
La Vie, et l'Enseignement de Jésus-Christ, Notre Seigneur,
" Br. Neminem fugit, 24 jun. 1892. c. 1, 5 4.
120 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 4 . EXCELENCIA DE LA MATERNIDAD DE MARÍA 121
s) La autoridad de la Bienaventurada Virgen en Cris- tad y dividía los deberes de piedad entre la Madre y el
to y la sujeción filial de Cristo a la autoridad materna duró discípulo" 52. Y San Agustín añade: "Hace (Cristo) lo que
hasta que Cristo llegó a la edad de perfecto varón y comen- aconseja se haga, y buen preceptor, instruye con-el ejem-
zó su vida pública. Pues, así como los demás hijos, cuando plo-a sus ministros, para que sean atendidos los padres por
son mayores y capaces de mirar por sí mismos, dejan de los hijos; como si aquel leño donde estaban clavados los
estar sujetos a la autoridad paterna o materna, así Cristo, miembros del que moría fuera también cátedra del Maestro
semejante en todo a nosotros, exceptuando el pecado, cuan- que enseñaba" 53.
do llegó a ser hombre perfecto, se desligó de la autoridad C) María, igualmente, con peculiar razón, se relaciona
materna. De aquí que María, desde los comienzos de la vida con el Espíritu Santo: a) Como templo, santuario, habita-
pública de Jesús, parece como que se escondió, para que El ción y tabernáculo, pues la Santísima Virgen, por la pleni-
públicamente hiciera y obrara como Hijo de Dios, y así se tud de gracia que se le infundió de modo eminente sobre los
le creyera por los hombres. demás justos, es templo de la Santísima Trinidad, ya que
No estuvo María, sin embargo, completamente ausente la inhabitación de las tres divinas Personas en el alma san-
de la vida pública de Jesús, como con gran justeza escribe tificada, como obra que es de santificación y caridad, se apro-
Debout: "Elle n'est done pas plus étrangére á la vie publi- pia al Espíritu Santo, que in divinis procede como amor.
que, que la source ne l'est au fleuve. L'Evangile, du reste, Así, San Gregorio Taumaturgo llama a María: "Templo
nous laisse entendre que le Maitre s'est parfois retiré auprés inmaculado en el cual entró el Espíritu Santo" 54
; y San Je-
de sa párente. Elle est souvent venue vers lui: Voici votre rónimo: "Santuario del Espíritu Santo" S5; y San Alberto
mere et vos cousins qui vous attendent á la porte. Et il cla- Magno: "Habitáculo de la virtud del Altísimo, en el cual
me: Qui done est ma mere et mes fréres? Toiis ceux qui se imprimió la sombra de El" 56 ; y San Anfiloquio: "Taber-
croient sont ma mere et mes fréres et mes soeurs. II veut náculo que santificó el Altísimo, en medio del cual perma-
par ainsi f aire comprendre l'étroitesse du lien qu'il y a entre nece Dios" 67.
lui et tous ses disciples. Marie ne s'y trompe pas; elle com- b) Como Esposa Inmaculada, así lo dice León XIII:
prend que le foyer d'un Dieu ne peut pas étre moindre que "Bien conocéis las relaciones íntimas y admirables que exis-
le monde. Sachant de quelle dilection il l'entoure, elle, sa ten entre María y el Espíritu Santo, de tal modo que con ra-
Mere, elle evalué a cette mesure son amour pour toutes les zón se la llama su Esposa Inmaculada" 58 ; principalmente,
ames. Elle ne les jalouse pas, elle ne se dit point qu'on lui porque el cuerpo de Cristo fué concebido en el vientre de Ma-
prend son Fils. Elle n'est point de celles qui dispute leurs ría por virtud del Espíritu Santo, en cuya concepción María
enfants á leur mission, et qui cherchent á les diminuer pour prestó de modo materno la sustancia de su carne y el Es-
mieux conserver leurs petits" 51. píritu Santo suplió las veces de varón de un modo sobrena-
O Finalmente, María cumplió fidelísimamente todos los tural y sublime. Pero como la formación del cuerpo de Cris-
demás deberes maternales, como madre piadosa y provi- to, aunque obra de toda la Santísima Trinidad, como todas
dentísima, alimentando y guardando a su Hijo; y al mismo las demás operaciones ad extra, se le apropia al Espíritu
tiempo Cristo, como el más piadoso de todos los hijos, cum- Santo, de ahí que María sea con ra/ón llamada su Esposa.
plió con su Madre los deberes de piedad filial amor, vene- Ests título de Esposa del Espíritu Santo es muy frecuen-
ración, reverencia, cuidado, gratitud, y esto no sólo mien- te entre los modernos y apenas fué usado por los antiguos,
tras vivió, sino al morir también, encomendándola desde la quizá para no dar lugar a que se interpretara que el Espíritu
cruz a su amantísimo discípulo, como se lee en San Juan Santo era el Padre de Cristo. La Iglesia, cuidadosamente,
(19, 26-27): Como vio Jesús a su Madre y al discípulo que evitó que al Espíritu Santo se le llamara Padre, y el Conci-
estaba allí, dijo a su Madre: Mujer, he ahí tu hijo. Des- lio Toletano XI expresamente prohibió esta denominación.
pués dijo al discípulo: He ahí tu madre; y desde aquella De lo dicho dedúcese que hay en María suma unión con
hora el discípulo la recibió por suya. De esto deduce San Dios e íntima familiaridad con las divinas Personas, por ra-
Ambrosio: "Si religioso es, dice, que perdone al ladrón, de S
~Ép7 82.
mucha más piedad es que la Madre sea honrada con tanto 64
53
In loannem, tr. 119.
afecto por el Hijo. He aquí, dice, a tu hijo; he ahí a tu Or. 2, De Annunt. B. M. V.
m
madre. Manifestaba Cristo desde la cruz su última volun- ra
Adv. Helvidium.
67
In Postillis super cap. n Luc.
Orat. in Deiparam.
t a Femme aux douze étoitts, p. 107. '"" Ene. Divinum illud, 9 maii 1897.
C. 4 . EXCELENCIA DE LA MATERNIDAD DE MARÍA 123
122 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
rán bienaventurada todas las generaciones, bienaventurada cia santificante, que por lo mismo llámase también semilla,
ciertamente por muchas razones y títulos, que recapitula Ger- germen de la vida eterna (lo. 3, 9) y fuente de agua que
son diciendo: "Permítenos alabarte, ¡oh Virgen santa!, una saltará hasta la vida eterna (lo. 4, 14). Ahora bien, como
y muchas veces bienaventurada. Bienaventurada, primera- acabamos de ver, la maternidad de Dios es superior a la
mente, porque creiste, clama Isabel. Bienaventurada, en se- gracia santificante.
gundo lugar, porque fuiste llena de gracia, según la saluta- b) En la unión hipostática la persona divina del Verbo
ción de Gabriel. Bendita y bienaventurada, en tercer lugar, se une a la humana naturaleza sustancialmente o según su
porque es bendito el fruto de tu vientre. En cuarto lugar ser personal; en la visión beatífica, la esencia divina se une
bienaventurada porque en ti hizo cosas grandes el que es al entendimiento creado inteligiblemente, como especie o for-
Todopoderoso. En quinto lugar, bienaventurada por ser Ma- ma inteligible que le hace de hecho inteligente y vidente de
dre del Señor. Bienaventurada, en sexto lugar, porque fuiste Dios como es en sí. Aunque de la íntima unión de Dios con
fecundada conservando el honor de la virginidad. Y, por úl- el entendimiento del bienaventurado resulte que el entendi-
timo, bienaventurada porque ninguna semejante a ti, que miento es inteligiblemente deificado y constituido semejante
fuiste la primera y no tendrás segunda" °9. Entre todos estos a Dios en razón de que se hacen uno en el acto de la intelec-
títulos, añade Cornelio a Lapide, el principal y origen de ción el entendimiento y el inteligible, sin embargo, el bien-
todos los demás es que la Bienaventurada Virgen haya sido aventurado no es ni se hace simplemente Dios, sino sola-
por Dios elegida y hecha Madre del Verbo encarnado 70 . mente deiforme. De donde se infiere que cuanto la unión sus-
tancial en el mismo ser personal del Verbo de Dios excede
a la unión puramente inteligible con la esencia divina, tanto
Cuestión 2. Si la divina maternidad es más excelente que proporcionalmente excede a la visión beatífica la materni-
la visión beatífica. dad de Dios, que dice íntima unión con su Hijo, Dios Hombre
según cierta identidad de sustancia.
Gabriel Biel piensa que el ser bienaventurado en el cielo c) Por tanto, aunque en la visión beatífica, como nota
es mayor o no menor bien que el ser Madre corporal de Dios, Satolli, se haga consorcio y teofanía y teandría según el ser
porque parece que el Señor dio preferencia a la maternidad inteligible, por encima de lo cual sólo está la unión hipostá-
espiritual, que es cumplir por obediencia la voluntad de Dios, tica, según el ser subsistente de Dios en la naturaleza crea-
sobre la carnal, como se dice en San Mateo (12, 50): El que da ?:!, sin embargo, en medio de ambas está la unión de la
hiciere la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése Virgen con Dios en el ser de madre, según las palabras ante-
es mi hermano, mi hermana y mi madre 71. riormente celebradas de San Alberto Magno: "Entre ser Hijo
de Dios por naturaleza y ser al mismo tiempo Dios, y el ser
TESIS. La maternidad de Dios excede en mucho a la visión Hijo de Dios por adopción y no ser Dios, está el medio, ser
beatífica. Madre de Dios por naturaleza y no ser Dios; luego inmedia-
1.° SANTOS PADRES Y DOCTORES, como en la tesis pre- tamente después de ser Dios está el' ser Madre de Dios T4.
cedente.
2.° Santo Tomás dice así: "La unión de la Encarnación,
como se hace en el ser personal, sobrepasa a la unión de la Cuestión 3. Si la divina maternidad supera en dignidad al
mente bienaventurada con Dios, que se consuma por el acto sacerdocio de la nueva ley.
del que la goza" r2 . Ahora bien, la unión de la maternidad
pertenece próximamente, como ya se dijo, al orden de la OPINIONES.—Hay quienes opinan, como nota Sinibaldi 73 ,
unión hipostática. que la maternidad divina es inferior en dignidad al sacerdo-
3.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) La gracia santificante, que cio, porque mientras María dio una sola vez el ser humano
es la vida eterna incoada, y la visión beatífica, que es la mis- a Cristo, los sacerdotes confieren al mismo Cristo el ser sa-
ma vida eterna consumada, hállanse ambas en el mismo or- cramental cuantas veces consagran; pero generalmente pla-
den, pues la visión beatífica es la evolución final de la gra- ce más la sentencia opuesta.
00
70
Tr. super Magníficat. ra
In 1, q. 12, a 2, conclus. 2, n. 9.
n
In Luc, c. 1. " L. c.
In S Sent., d. 4. q. únic, a. 3. re
II Cuore della Madre di Amare, c. 1, nota 22.
" 3, q. 11, a. 11.
C. 4. EXCELENCIA DE LA MATERNIDAD DE MARÍA 129
turaleza le convenía producir por generación intelectual al oficio les son necesarios y abundantemente le decoran" 9S.
Verbo en un todo igual a El. Pero que una mujer concibiera Así se ve en San Juan, precursor del Señor; en los após-
y diera a luz a Dios, es y fué un milagro. Convenía, por así toles v otros insignes santos, como en San Esteban, a quien
decirlo, que la mujer fuera elevada a cierta igualdad divina se le llama lleno -de gracia, esto es, con la plenitud de sufi-
por una casi infinitud de perfecciones y gracias, igualdad a ciencia necesaria para que fuese idóneo ministro de Dios y
la que nunca había llegado criatura alguna. Por tanto, creo testigo conforme a su elección. Por eso, la maternidad divi-
que jamás ni el entendimiento angélico ni el humano podrán na, en cuanto que no hay oficio más excelente ni más grande
llegar a conocer aquel abismo inescrutable de todos los ca- entre las puras criaturas, exigía aquellos dones y privilegios
rismas del Espíritu Santo que descendieron sobre la Virgen que, después de su Hijo, ennoblecieran a la Virgen incompa-
en la hora de la divina concepción" 90. rablemente más que a ninguna otra criatura.
San Alberto Magno, exponiendo que la Bienaventurada c) La razón y medida de los dones conferidos por Dios
Virgen tuvo una caridad mucho más excelente que toda hu- n las criaturas son tanto el amor de Dios a la criatura como
mana criatura, dice: "Cuando el que da una cosa la da según ol amor de la criatura a Dios. Se diferencia mucho el amor
razón, y la razón se refiere a un fin, mayor don da el que da de Dios a las cosas del amor nuestro; pues Dios amando, las
para mayor fin, como un emperador daría más a quien hu- hace buenas; nuestra voluntad, en cambio, supone la bondad
biera de hacer senador que al que sólo pretendiera hacer un de ellas, y por esta bondad se excita a amarlas; y porque
simple servidor. Pero a la Santísima Virgen se le dieron su- amar es querer el bien a quien se ama, cuanto más ama Dios,
ficientes dones para ser Madre de Dios, mientras que a todos mayores y más amplios beneficios comunica, lo que princi-
los otros sólo para ser siervos de Dios. Y así como, con una palmente resplandece en el orden sobrenatural, constituido
desproporción enorme, es más ser Madre de Dios que siervo todo él de la abundancia de la bondad divina.
de Dios, de igual modo, desproporcionadamente mayor es el Por otra parte, cuanto más se enciende en la criatura el
don que se da para ser Madre de Dios que el que se da para fuego del amor con que ama a Dios en todas las cosas y so-
ser siervo de Dios" 91. bre todas las cosas y con todas las fuerzas de su alma, tanto
Y Nicolás de Cusa: "La gloriosa Virgen, habiendo sido más capaz se hace de los beneficios de Dios, que no atiende
predestinada antes de los tiempos para que de ella recibiera al cuanto, sino con cuanto, ni estima tanto el número como
el Hijo de Dios la naturaleza humana y para que el Hijo de el afecto; esto mismo expresa egregiamente San Vicente Fe-
Dios se hiciera hijo del hombre, fué concebida de tal manera rrer, quien dice: "El mérito de la gracia en este mundo y
que se hiciera digna morada del Hijo de Dios. Hubo El de el premio de la gloria en el otro provienen más del afecto del
revestirse de la humanidad de María; por lo cual la natura- corazón y del fervor del espíritu que de la multiplicidad de
leza humana de la Virgen fué hecha digna de El desde el los bienes" 94. Pues bien, el amor mutuo, completamente sin-
principio" 92. gular, entre el Hijo de Dios y su Santísima Madre, se funda
3.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a.) Cuanto algo se acerca más a en la maternidad divina, y de ella toma su especie y singular
su principio, dice Santo Tomás, en cualquier género que sea, intensidad.
tanto más participa del influjo de aquel principio. Ahora d) La maternidad divina es respecto a las demás pre-
bien, la Santísima Virgen, por razón de su divina materni- rrogativas de la Bienaventurada Virgen de modo proporcio-
dad, como ya quedó probado, está lo más cerca posible de nal lo que la unión hipostática en Cristo respecto a las gra-
Dios, fuente de todas las gracias. cias y dones con que su humanidad fué adornada. Luego así
b) A cada uno, dice el mismo santo doctor, se le da la como la unión hipostática es el principio del cual la humani-
gracia según para lo que ha sido elegido; idea que desarro- dad de Cristo cosechó innumerables dones de gracia y de
lla así San Bernardino de Siena: "Es regla general de todas gloria, así la divina maternidad es el principio de donde se
las gracias singulares comunicadas a alguna criatura que. deriva el conjunto de todos los dones de gracia y de gloria y
cuando por la gracia divina es elegido alguien para un des- de los demás privilegios con que la Bienaventurada Virgen
tino singular o algún estado sublime, se le concedan todos fué exaltada y deificada sobre todas criaturas.
los carismas que tanto a la persona así elegida como a su e) Cual es el Padre Eterno, tal es el Hijo, pues San Juan
(16, 15) dice: Todas cuantas cosas tiene el Padre, mías son.
»
81
Come, 61.
Marial., q. 46.
•» Lib. V Esccitat. in dictum illud: Caelum et térra transibunt. Serm. de S. loeeph.
In Septuag., serm. 4.
134 P. II. MATEBNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 4. EXCELENCIA DE LA MATERNIDAD DE MARÍA 138
De igual modo tal convenía que fuera el mismo Hijo, según de Dios, aun sin la gracia habitual, es santificada María, de
la naturaleza humana, cual es la Madre; e igualmente la modo semejante a la humanidad de Cristo, que también con
misma Madre debía ser tal, según la gracia y todas las vir- precisión de la gracia infusa es santificada por el Verbo, con
tudes, cual es el Hijo, hasta el punto de que, aunque no esta diferencia: que Cristo es sustancialmente santo por la
igualase la infinita dignidad de El, demostrara, sin embargo, unión hipostática y María lo es accidentalmente por la divina
tal excelsitud por la exuberancia de los dones. De aquí que maternidad.
San Juan Damasceno diga: "Convenía a la Madre de Dios-
poseer aquellas cosas que fueran del Hijo y ser adorada por C) Muchos más teólogos, como Contenson 102 , Rho-
todas las criaturas" 95. des l í i a , Teófilo Raynaud1<M, y entre los modernos Mor-
f) Por lo cual ha de concluirse con Petau: "Ciertamen- gott 105 , Pesen™0, Van-Noort 107 , Muncunill 1,os , Hugón 109,
te, dice, todo lo que en la Santísima Virgen es digno de pre- niegan que María fuera santificada actual y formalmente
dicación y alabanza, todo lo que hay de ornamento y decoro por la divina maternidad, prescindiendo de la gracia habi-
en gracia y gloria, todo lo refiere ella a su maternidad. De tual; pues: a) la santidad formal es forma sobrenatural físi-
ésta, como de fuente y origen, fluyeron todas las cosas ma- camente inherente e intrínsecamente recibida en el alma, y la
ravillosas y estupendas que en ella acumuló la divina lar- maternidad divina no es forma intrínsecamente inherente al
gueza, la cual, por otra parte, jamás se derramó tan abun- alma de María; b) además, en lo que toca a la virtud de san-
dante y copiosamente" 9(i. tificar, la maternidad se distingue de la unión hipostática en
que la humanidad de Cristo, unida al Verbo divino según su
subsistencia, no puede ser ajena a la santidad del Verbo; y
Cuestión 2. Si la divina maternidad, con exclusión de la la maternidad de la Virgen, que se funda en la generación
gracia habitual, santiñca formalmente a la Bifnaventu- del Verbo según su naturaleza humana, dice relación real a
rada Virgen. Dios Hijo. Ahora bien, la Bienaventurada Virgen no puede
ser santificada formalmente en el término de su relación, es
1.° Casi todos los teólogos afirman que la maternidad decir, en la persona de su Hijo, porque María, aun también
divina radical, remota o exigitivamente santificó a María en como Madre de Dios, sigue siendo persona propia distinta
cuanto que pide y connaturalmente exige la abundancia de del Hijo de Dios y de las otras divinas Personas.
todas las gracias que a tal madre convenían.
2.° Pero la controversia versa acerca de si la divina ma-
ternidad, prescindiendo de la gracia habitual, santificó for- Cuestión 3. Qué privilegios deben atribuirse a la Bien-
malmente a la Bienaventurada Virgen María por análoga aventurada Virgen como provenientes de la divina ma-
razón que la humanidad de-Cristo fué santificada formal- ternidad.
mente por la unión hipostática con abstracción de la gracia.
OPINIONES.—A) Kipalda 97 , Vega 98 , Sedlmayr B0, afirman 1.° A la Bienaventurada Virgen deben atribuirse todos
que la maternidad divina, aun separadamente de la gracia aquellos privilegios que convienen a la Madre de Dios y a la
habitual, santificó a María, puesto que la sola maternidad, Consorte o Cooperadora de la redención.
abstracción hecha de la gracia habitual, presta eminente- Dice San Anselmo: "Era conveniente que la Virgen bri-
mente todos los efectos formales propios de la gracia san- llara con aquella pureza que después de Dios no puede ima-
tificante. ginarse mayor, y a quien el Padre dispuso darla a su mismo
B) Müller 10°, Lercher 101 , distinguiendo entre santidad Hijo, de tal modo que naturalmente fuera uno y el mismo
moral y ontológica, estiman que la divina maternidad es for- común Hijo de Dios Padre y de la Virgen" 110.
ma de santificación ontológica al mismo tiempo que raíz y Y San Lorenzo Justiniano: "Era digno que tal fuera la
principio de santidad moral; y que por esa dignidad de Madre 102
O. c , 1. x, d. 6, c. 2, spceul. 2.
103
85 In S, p . S. Th., 6. De B. M. V., q. 4, s. 1.
Or. 2, In dormit. B. M. V. 101
m Diptycha Mariana, t. vil, p . 202 s s .
Theol. Dogm.: De Incarn., 1. xiv, c. 8, n: 3. 105
07 Mariologie de Saint Thomas d'Aquin., c. 4 § 16, n o t a .
De Ente supern., 1. IV, 70. 100
03 De B. M. V., a. 1, p r o p . 47, corol.
O. c , pal. 26. 107
00 De Deo Redemptora, n. 198.
O. c , p . IV, sect. 1, q. 10.
100 ios j)e Verbi divini Incarn., n . 1.137.
O. c , t h . 4. 109
De B. V. Deipara, q. 1,- a 4.
105
O. c , 1. 1, c. 3, corol. 110
De conceptu virginali, 18.
136 P. 11. MATERNIDAD V PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 4 . EXCELENCIA DE LA MATERNIDAD BE MARÍA 187.
Madre del Unigénito de Dios, Hacedor de todas las cosas. que es propio del sacerdote; ni, en cuanto al último, fué in-
Todo lo que hay de honor, de dignidad, de mérito, de gracia, mune María del dolor y de la muerte, porque, asociada a la
de gloria, todo se halla en María" U1 . misión redentora de Cristo, "padeció y casi murió, como
2.° Todos aquellos dones y privilegios de gracia y san- dice Benedicto XV, con su Hijo paciente y moribundo" 114.
tidad que han sido concedidos a los santos deben atribuirse, 4.° Los especiales favores con que, según se dice, fue-
y con mayor razón, a María. ron favorecidos algunos santos en determinadas circunstan-
Aserto que así formula San Bernardo: "Lo que consta cias, v. gr., que fueran alimentados por los ángeles con pan
que se concedió a algunos pocos mortales, no es razonable material o confortados con el Pan eucarístico, etc., no hay
sospechar que le haya sido negado a tan excelsa Virgen como razón para que de hecho le sean adjudicados igualmente a
ésta, por quien surgió a la vida toda mortalidad" U2 . la Bienaventurada Virgen, aunque si en esta o parecida ne-
Por lo que dice Santo Tomás de Villanueva: "Pero pase- cesidad hubiera precisado alguna vez el auxilio de los ánge-
mos ya a los dones, a las gracias, a las virtudes. De todas les, los hubiera tenido en seguida como servidores 115.
estas cosas, ¿qué podemos decir sino que a María se le dio 5.° Finalmente, hay que evitar también todo exceso en
todo de cuanto es capaz una pura criatura? Y así como en atribuir a la Santísima Virgen perfecciones y predicar ala-
la creación del mundo fué incluido en el hombre todo lo banzas exageradas en su honor; y sería exceso si tal o cual
creado, y de ahí que se le llame microcosmos, es decir, pe- alabanza careciera de grave y sólido fundamento en la Sa-
queño mundo, así en la reformación del mundo se reunió en grada Escritura, en la tradición o en la razón teológica.
María toda la perfección de la Iglesia y de los santos, pol- A este propósito son atinadísimas las palabras de Juan de
lo cual podría llamársela microcosmos de la Iglesia. Todo lo Segovia, que dice: "El que construye una pared suda mucho
que hubo de ilustre en cualquier santo estuvo en María. En hasta que consigue colocar la piedra en el punto en que ha
ella se encuentra la paciencia de Job, la mansedumbre de de estar asentada; después de haberla colocado en el sitio
Moisés, la fe de Abraham, la castidad de José, la humildad preciso, ya no se atreve a tocarla, porque eso sería removerla
de David, la sabiduría de Salomón, el celo de Elias; en ella, del punto y asiento propio en que ya naturalmente descan-
la pureza de las vírgenes, la fortaleza de los mártires, la sa. Igualmente, el artífice que pinta una imagen trabaja
devoción de los confesores, la sabiduría de los doctores, el mucho hasta perfeccionar el rostro de la imagen; pero des-
desprecio del mundo de los anacoretas; en ella también, el pués de haberle dado el último toque, en qué está la perfec-
don de sabiduría, de ciencia, de entendimiento, el don de ción de tal cara y en cuya obra se revela como un excelente
piedad y fortaleza y todos los demás dones del Espíritu San- artífice, si entonces algún aprendiz en el arte de pintar qui-
to y todas las gracias gratis dadas de que habla el Apóstol" .siera añadir a la misma imagen alguna línea, cometería una
(1 Cor. 12) l13 . torpeza; y cuando fuera a poner sus manos en la imagen
para pintar en ella algo más, todos gritaríamos que iba a
3.° De esta generalidad y cúmulo de prerrogativas han destruir la perfección de la imagen. Así también el punto
de excluirse aquellas gracias que alguna vez, por lo demás, y cima de todas las gracias y perfecciones de esta Santa
encontramos en los santos, pero que no pueden convenir a Virgen, y todo su ser y autoridad, del cual provienen todos
María, o porque no se compaginan con su estado de viado- MUS bienes, precisamente consiste en esto: en que es Madre
ra, o con la perfección de su inocencia y santidad, o con su <le Dios. Esta es la fuente y origen de todas sus heroicas
sexo, o con su consorcio y cooperación en la obra de la re- virtudes. Pues si fué santa, si llena de gracia, si buena, lo
dención humana. í'ué siempre porque así convenía a la Madre de Dios; y en
Así, en cuanto al primer capítulo, hay que negar que Ma- i'ste rango obtuvo todas las virtudes, la gracia, la santidad,
ría estuviera en posesión permanente de la visión beatífica, <vs decir, como Madre del Señor; y éste es el punto de su in-
que pone al hombre fuera del estado de viador; en cuanto al mutable perfección, en el cual descansa ya en la patria de los
segundo, no corresponde a la Bienaventurada Virgen la vir- liicnaventurados. Por tanto, después de haber dicho de ella
tud de la penitencia en su sentido propio y formal; en cuanto i|ue es Madre de Dios, ninguna otra cosa mejor podemos aña-
al tercero, tampoco conviene a la Virgen el sacerdocio pro- dir; sería tanto como remover la piedra de su punto propio.
piamente dicho, aunque equivalente y excelentemente tuvo lo I'ues ¿qué más, repito, puede decirse de la Virgen, sino que
De casto connubio Verbi et animae, c. 19. 1U
Litt. Apost., 22 marzo 1918.
Ep. 174, Ad Canon. Lugdun. nz
TERRIEN, O. C , 1. ni, c. 6.
J-n Nativ. B. M. V.. conc. 3, n. 8.
138 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
en la sustancia del alma, comparada con los hábitos infusos de esta gracia quedó ligada, por la desobediencia del primer
per se, que residen en las potencias del alma como en sujeto padre, a dicha naturaleza, que, por vía de generación carnal,
inmediato, es como la esencia con respecto a las propie- había de derivarse de él mismo; y así como los descendientes
dades, por lo que con razón se la llama raíz y fundamento de Adán, supuesta su obediencia, habrían recibido la gracia
de los demás dones. Pero si se la compara con los dones juntamente con la naturaleza, así ahora con la naturaleza
preternaturales, como la inmunidad de la concupiscencia, la que reciben en su generación contraen simultáneamente el
inmortalidad, etc., es también raíz de los mismos, porque pecado original, pecado que existe como propio en cada uno
según San Agustín, como dice Suárez, es más, según la de los hombres, haciéndolos a todos y a cada uno verdade-
experiencia y los efectos que narra la Escritura, aquella in- ramente pecadores, hijos de ira, enemigos de Dios, sujetos
tegridad y rectitud de la naturaleza fué dada bajo la con- a la muerte y a las demás miserias de la vida.
dición de que mientras durase la primera rectitud hacia Dios 6.° Conviene, finalmente, recordar que la Iglesia, aun
se conservaría también la inferior rectitud natural, pero defendiendo siempre la existencia del pecado original y su
destruida aquélla, se perdería también ésta 7. transmisión a todos los descendientes de Adán, no ha defi-
3.° Ha de presuponerse que Dios instituyó el orden so- nido, sin embargo, en qué consista la razón formal de dicho
brenatural no sólo para los primeros padres, sino para toda pecado. Sin embargo, pone la privación de la gracia santifi-
la familia humana que de ellos había de descender; por lo cante entre los efectos esenciales de este pecado, como afirma
cual les confirió la gracia de origen no como un don mera- Le Bachelet en estas palabras: "Ce qu'est exactement, dans
mente personal, sino como un tesoro hereditario, y decretó sa nature intime, cette tache ou cette tare, l'Eglise ne l'a pas
que aquella gracia fuese como un estado obligatorio para défini, mais elle en a determiné les effets essentiels: priva-
todos los hombres descendientes de Adán, como miembros tion de la sainteté et de la justice originelle; mort de l'áme.
de esa misma familia; condicionando, empero, la conserva- inimitié divine. En outre, elle a determiné de quelle maniere
ción y transmisión de esta gracia original a la obediencia de ees effets cessent, á savoir par une renovation intérieure
Adán en la observancia del precepto divino de no comer del en vertu de laquelle les rejetons du premier Adam passent
árbol de la ciencia del bien y del mal (Gen. 2, 17; 3, 3 ) ; cum- de l'état d'injustice oü ils naissent, a l'état de gráce et de
plido lo cual, la gracia original, juntamente con la naturaleza filiation adoptive en Jésus-Christ, notre Sauveur, le second
humana, se transmitiría por generación a todos los descen- Adam" (Concile de Trente, ses. V, c. 1 et 2; ses. VI, c. 1,
dientes de Adán. 4, 7) 8.
4.° Asimismo, hay que recordar que Adán y Eva, por Ni debe pasarse en silencio que en el Concilio Vaticano
instigación de Satanás, quebrantaron el precepto divino, por fué propuesto un esquema en el que se leían estas palabras:
cuyo pecado fueron privados de la gracia santificante, per- "Anatematizamos la herética doctrina de aquellos que se
dieron las virtudes infusas y dones del Espíritu Santo, la atrevieren a decir que el pecado original no es verdadero y
integridad y la inmortalidad, y, como consecuencia, sintieron propio pecado en los descendientes de Adán, a no ser que
su inteligencia oscurecida, su voluntad debilitada y ellos ellos mismos pecando lo confirmen con su actual consenti-
mismos cambiados en peor en el cuerpo y en el alma, por- miento; o de los que negaren que la privación de la gracia
que rota que hubo quedado aquella máxima armonía exis- santificante pertenece a la razón del pecado original, gracia
tente entre todas sus potencias y desaparecida aquella recta que el primer padre, pecando libremente, perdió para sí y
y firme ordenación a Dios, fin último, sucedieron la discor- para sus descendientes."
dia entre la carne y el espíritu y la dificultad para huir el Y es sentencia de Santo Tomás, hoy comunísima entre
mal y seguir el bien. los teólogos, que el pecado original consiste formalmente en
5.° Nótese también que el pecado de Adán no fué sólo la privación de la gracia santificante, causada por el pecado
personal, sino también original, de tal modo que en verdad de Adán, quien libremente se privó a sí mismo y a sus hijos
puede llamarse pecado de naturaleza, porque se le dio la de la santidad y de la justicia.
justicia original no ya como a persona singular, sino más 7.° Como de lo dicho se deduce que es ley universal que
bien como a principio y cabeza de la Humanidad. Por tanto, lodos los descendientes de Adán por vía de natural genera-
así como la gracia original iba vinculada por institución di- ción estén sujetos al pecado original, y como entre los que
vina a la naturaleza humana, que por generación natural do este modo descienden de Adán se encuentre también la
había de propagarse de Adán, del mismo modo la privación Santísima Virgen, la cuestión está en si María contrajo -el
7
De Deo Creante, á. 4, a. 1, n. 661. " DTC, art. Immaculée Conception, t. vil, c. 846.
144 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5 . PRERROGATIVAS BEL ALMA DE MARÍA 145
pecado original o si más bien se hizo en favor de la Madre ; Puede, por tanto, todavía disputarse libremente sobre el
de Dios excepción de esta ley universal, de suerte que desde/ tiempo en que el alma racional empieza a animar el cuerpo,
el primer momento de su concepción fuera inmune de la ya que la cuestión versa sobre el primer instante de la
mancha del pecado original. animación, cualquiera que éste fuere.
8.° Para la mejor inteligencia de esta cuestión conviene 10. María obtuvo este privilegio de su concepción pu-
considerar las palabras con que Su Santidad Pío IX definió rísima por previsión de los méritos de Jesucristo, Salvador
solemnemente el dogma de la Concepción Inmaculada de Ma- del género humano, y, por tanto, no puede ser excluida del
ría, diciendo: "Que la doctrina que sostiene que la Beatísi- número de aquellos que necesitaron los méritos de Cristo y
ma Virgen María, en el primer instante de su concepción, por El fueron redimidos. Pero hay que vindicar para Ella
por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en pre- una redención especial, para entender lo cual deben distin-
visión de los méritos de Jesucristo, Salvador del género hu- guirse dos clases de redención: reparativa o liberativa, por
mano, fué preservada inmune de toda mancha de culpa ori- la cual uno es liberado del mal en que ya había caído, y
ginal ha sido revelada por Dios y, por lo mismo, debe ser preservativa, que impide de antemano al así redimido caer
creída firme y constantemente por todos los fieles" 9. en el mal en que, de otro modo, debiera haber caído.
9.° La concepción es doble: activa, o por parte de los Al decirse en la bula que María fué preservada de toda
padres, y pasiva, o por parte de la prole. La primera es la mancha de culpa original, fácilmente se entiende que su re-
misma acción por la que los padres producen la prole. Pol- dención, hecha en previsión de los méritos de Cristo, no
lo que se refiere a esta concepción activa, no cabe admitir fué reparativa de culpa ya existente, como en los demás
inmunidad alguna en favor de la Santísima Virgen, porque, hijos de Adán, sino preservativa de culpa inminente, que
aunque su concepción fué santa y careció de toda liviandad, debiera haber contraído por la natural generación de Adán
sin embargo, fué apta, materialmente, para propagar el pe- y que, en realidad, hubiera contraído a no haber sido pre-
cado de origen. La concepción pasiva es el efecto de la ge- venida por los méritos de Cristo.
neración activa, o sea, la formación de la prole. 11. Dícese en la bula lneffabi\is que María fué preser-
Esta concepción se divide en incoada y perfecta o ade- vada inmune de toda mancha de culpa original; esta fór-
cuada. mula, si se considera en sí misma, puede significar algo más
La incoada o inadecuada, admitida comúnmente por los que ser inmune simplemente de la culpa original, porque la
antiguos, abarca todo el proceso de formación, evolución y concupiscencia es también mancha de aquella culpa, o sea,
organización de la materia hasta quedar suficientemente procedente de aquella culpa. Pero, aunque sea cierto, como
dispuesta para recibir el alma racional. veremos, que María fué también inmune de la concupiscen-
La concepción pasiva adecuada tiene lugar cuando el cia, sin embargo no puede afirmarse que el Pontífice quisiera
alma racional es creada e infundida en el cuerpo. definirlo, pues la fórmula toda mancha de culpa original-
No se trata aquí de la concepción pasiva incoada, sino puede con toda verdad ser equivalente a ésta: toda mancha
de la concepción pasiva adecuada; por tanto, cuando se dice que es la culpa original; y esto es lo 10que certísimamente fué
que la Santísima Virgen María fué preservada inmune de definido por el Papa, y no otra cosa .
toda mancha de culpa original en el primer instante de su 12. Como la preservación del pecado original se obtiene
concepción, se entiende del primer instante de la animación, por la gracia santificante, ya que en la presente providencia
o, lo que es igual, del instante mismo en que la Santísima no hay término medio entre el estado de gracia y el de pe-
Virgen empezó a ser persona humana, o sustancia compues- cado, afirmar que la Santísima Virgen fué inmune del peca-
ta de cuerpo animal y alma racional. do original en el primer instante de su concepción purísima
Así, pues, ha de creerse que Dios en el mismo instante vale tanto como decir que en aquel momento fué adornada
de tiempo creó, infundió en el cuerpo y santificó el alma de la gracia santificante. Y como la gracia quita la mancha
de María, aunque, con prioridad de naturaleza, fuera pri- del pecado, la preservación de María, en el primer instante
mero la creación del alma que su infusión en el cuerpo, y il(i su concepción, de la mancha del pecado original, en que
una y otra, la creación y la infusión, precedieran del mismo ilo otra manera habría incurrido, se llama con razón concep-
modo a la santificación, ya que, por naturaleza, primero es vit'm inmaculada.
existir que ser adornado de la gracia. 13. Finalmente, ha de advertirse que el objeto de la de-
8 PALMIERI, De Deo creante, c. 4.
Bul. Ineffabilis De^s, 8 dic. 1854; DB, n. 1641.
146 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 14?
finición pontificia no es solamente la doctrina de la concep-- de la concepción inmaculada de María entre las tesis de
ción inmaculada, sino también el que esta doctrina nos ha/' teología polémica 13.
sido revelada y que está contenida en las fuentes de la reve- De aquí que Antimo VII, en la respuesta de la Iglesia
lación divina. cismática a León XIII, eche en cara a la Iglesia romana
Así se excluye la opinión de los que querían admitir la "haber sacado a luz un dogma nuevo, ignorado por los anti-
verdad de la inmaculada concepción, pero sólo como con- guos e impugnado vehementemente por grandes teólogos del
clusión teológica. Pues aunque nuestro dogma esté conte- Papado" 14.
nido formalmente en las fuentes de la revelación, no se sigue Más recientemente, S. Bulgakov, profesor en la Acade-
de aquí que deba estar propuesto en la Escritura o en la mia rusa de París, niega la concepción inmaculada de María,
predicación apostólica explícitamente y con palabras expre- como opuesta a los principios de la teología rusa sobre la
sas. Y en verdad que, si no se admite que la doctrina de que gracia, el pecado original, la creación del alma y la reden-
tratamos fué sólo implícitamente revelada y predicada, del ción por Cristo 15.
mismo modo, durante muchos siglos, por la Iglesia, la his- o) Finalmente, Rosmini expone falsamente la concep-
toria de nuestro dogma sería de todo punto inexplicable 11. ción inmaculada de María, derivándola de una partícula in-
ERRORES.—Dejando aparte a los que con anterioridad a corrupta del semen de Adán, olvidada acaso por el demonio,
la bula Ineffabilis impugnaron o pusieron en duda la concep- y que, transmitida de generación en generación, obtuvo en
ción inmaculada de María, y de los cuales hablaremos des- la Santísima Virgen su evolución completa 16.
pués, recibieron con hostilidad la definición dogmática de
la concepción inmaculada de María: a) Algunos obispos en TESIS. La Beatísima Virgen María, en el primer instante
Holanda, imbuidos de espíritu jansenista, como Van Sau- de su concepción, fué preservada inmune de toda mancha
tem, Van Buul y Heikamp. de culpa original. »
b) En Alemania Dollinger, quien en el Concilio de
Bonn, en septiembre de 1874, convocado para restablecer la 1.° MAGISTERIO DE LOS ROMANOS PONTÍFICES.—Por la
unión de las Iglesias, propuso esta conclusión: "Nous reje- bula Ineffabilis Deus, Pío IX definió solemnemente el dogma
tons la nouvelle doctrine romaine de l'immaculée conception de la inmaculada concepción de la Santísima Virgen con es-
de la bienheureuse Vierge Marie, comme étant contraire á tas palabras: "Para honor de la Santa e Individua Trinidad,
la tradition des treize premiers siécles, d'aprés la quelle le para gloria y ornamento de la Virgen Madre de Dios, para
Christ seul a été congu sans peché". exaltación de la fe católica y aumento de la religión cris-
c) Los protestantes ingleses Wilberforce y Liddons re- liana, con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los
chazan, como dogma nuevo, el de la concepción inmaculada bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y la nuestra, de-
de María, y Pusey afirma que la definición pontificia es una i laramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que de-
nueva causa de discordia entre la Iglesia romana y la griega, fiende que la Beatísima Virgen María en el primer instante
y más aún, entre la antigua Iglesia romana y la moderna 12. de su concepción fué, por singular gracia y privilegio del
d) Muchos teólogos greco-rusos, como Lebedev, quien, Dios omnipotente, en previsión de los méritos de Cristo Je-
desviándose de los caminos de la 'vieja tradición bizantina, HÚS, Salvador del género humano, preservada inmune de
afirma que la Santísima Virgen fué concebida en el pecado (.oda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios y,%
original y sujeta a la concupiscencia, admitiendo a la vez por tanto, debe ser firme y constantemente creída por todos
que fué santificada en el instante de la Encarnación y tam- los fieles. Por lo cual, si algunos presumieren sentir en el
bién en su concepción por la fe de sus padres y por cierta corazón contrariamente a lo definido por Nos, lo que Dios no
benevolencia extrínseca de Dios, que ni quita el pecado ori- quiera, conozcan y ciertamente sepan que están condenados
ginal ni pone en el alma gracia alguna, para al fin decir que |>or su propio juicio, que han naufragado en la fe y se han
María sólo fué totalmente limpia del pecado original junto iipurtado de la unidad de la Iglesia, y que además, por su
a la cruz del Señor. inixmo hecho, quedan sometidos a las penas establecidas
Esta doctrina influyó no poco en la Iglesia rusa, y fué
causa de que el Santo Sínodo mandara inscribir la cuestión JUGIE, DTC, Immaeulée Conception dans l'Eglise Grecque ciprés
ncile d'Ephése.
11
Lit-t. Ene. Patriarch et Synod., 1895.
VAN NOORT, De Deo Redemptore, sect. 3, a. 2. CC, a. 78, t. IV, 1927.
12
L E BACHELET, DTC, art. cit. "' DB, 1924.
148 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 149
\
en el derecho, si lo que sienten en el corazón se atrevieren to IV, renovadas por el Concilio de Trento) de tal manera...,
a manifestarlo de palabra o por escrito o de cualquiera otra que ya casi todos los católicos la abrazan" 20.
manera" 17.
Entre otros Pontífices que con todo afán y devoción ha- 2.° SAGRADA ESCRITURA: A) Anticuo Testamento.—Des-
bían defendido anteriormente la concepción inmaculada de pués que Adán comió en el paraíso de la fruta prohibida,
la Virgen, Sixto IV dice: "Celebrando pública y solemne- quebrantando el precepto de Dios, el Señor habló a la ser-
mente la Santa Iglesia Romana la fiesta de la concepción piente de este modo (Gen. 3, 15): Pondré enemistades entre
de la inmaculada y siempre Virgen María, y habiendo or- ti y la mujer y entre tu linaje y su linaje; ella quebrantará
denado sobre esto un oficio especial y propio, algunos pre- tu cabeza y tú pondrás asechanzas a su calcañar. Este texto
dicadores de diversas Ordenes, según noticias que tenemos, ha sido llamado, con razón, Protoevangelio, ya que contiene
no se han avergonzado hasta ahora de afirmar públicamente la promesa del futuro Redentor.
en sus sermones al pueblo por diversas ciudades y regiones, Así, pues, rechazada toda interpretación mítica o ale-
y no cesan de predicar diariamente que todos aquellos que górica, ha de retenerse en este texto su sentido literal his-
defienden y afirman que la gloriosa e inmaculada Madre de tórico, porque:
Dios fué concebida sin mancha de pecado original pecan a) La misma Escritura atestigua la índole histórica de
mortalmente o son herejes; que los que celebran el oficio la narración. Eccli. 25, 33: De la mujer tuvo principio el
de la misma inmaculada concepción y los que oyen los ser- pecado y por ella morimos todos; 2 Cor. 11, 3 : La serpien-
mones de aquellos que afirman fué concebida sin esta man- te engañó a Eva con su astucia.
cha, pecan gravemente... Nos, con autoridad apostólica y P) Lo confirma la autoridad de los Padres, de entre los
por virtud de las presentes letras, reprobamos y condenamos cuales San Agustín dice: "La narración, ciertamente, en es-
'tales aserciones, como falsas, erróneas y ajenas totalmente tos libros no es un género de locución de cosas figuradas,
de la verdad, así como los libros publicados en lo referente como en el Cantar de los Cantares, sino de cosas totalmente
a esto... Y (son también reprendidos) los que se atrevieren reales, como en los libros de los Reinos y otros parecidos" 21.
a afirmar que los que tienen la opinión contraria, a saber, t) Añádase aquí la respuesta de la Comisión Bíblica de
que la gloriosa Virgen María fué concebida con pecado ori- 30 de junio de 1909, declarando que no puede ponerse en
ginal, incurren en el crimen de herejía o en pecado grave, duda el sentido literal histórico de los tres primeros capí-
ya que todavía no ha sido decidido por la Iglesia Romana tulos del Génesis, cuando se trata de hechos narrados en
y la Sede Apostólica" 18. los mismos, que tocan los fundamentos de la religión cris-
tiana, como son, entre las demás cosas..., la felicidad origi-
El Concilio de Trento confirmó las constituciones de Six- nal de los primeros padres en el estado de justicia, integri-
to IV, y al fin de la sesión V añade: "Declara, sin embar- dad e inmortalidad; el precepto impuesto por Dios al hom-
go, este santo Concilio que no es intención suya compren- bre para probar su obediencia; la transgresión del divino
der en este decreto, en el que se trata del pecado original, mandato por instigación del diablo bajo la forma de ser-
a la Bienaventurada e Inmaculada Virgen María, Madre de piente; la caída de los primeros padres de aquel primitivo
Dios, sino que deben observarse las constituciones de Sixto, estado de inocencia y la promesa del Redentor futuro" 22.
Papa IV, de feliz memoria, bajo las penas contenidas en Los exégetas católicos dan del texto del Génesis (3, 15)
ellas, que (el Concilio) renueva" 1S>. dos interpretaciones.
Y Alejandro VII dice: "Es antigua la piedad de los fieles Cornelio a Lapide 23, y entre los modernos Corluy 2i, Hum-
de Cristo para con su Beatísima Madre la Virgen María, melauer 2r', Mangenot 20, sostienen que en el Protoevangelio,
los cuales creen que su alma en el primer instante de su en sentido literal y directo, se significa por la mujer a Eva:
creación e infusión en el cuerpo fué por especial gracia y por el linaje de la mujer, a los hijos de Eva, o sea, al género
privilegio de Dios, en previsión de los méritos de Jesucristo, humano, ya en su totalidad, ya sólo en su descendencia bue-
su Hijo, Redentor del género humano, preservada inmune
de la mancha del pecado original, y en este sentido celebran 30
Bull. Sollicitudo Omn. Eccl., 8 dic. 1661; DB, 1.100.
21
y veneran con rito solemne la festividad de su concepción, 22
De Genesi ad litteram, 1. vm.
y su número creció (después de las constituciones de Six- 23
DB, n. 2.123.
w 21
Comm. in Genesim.
19
DB, 1641. 25
Spicilegium dogmatico-biblicum, t. I, p. 147.
10
DB, 735. x
Comm. in Genesim, p. 161 ss.
DB, 792. DTC, art. Genése, t. VI, e. 1.212.
150 p. II. MATERNIDAD Tí PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 151
na, es decir, los justos, que han de luchar valerosamente Por eso en el libro de la Sabiduría (2, 24) se dice: Por
contra la serpiente y su semilla y obtei.er, por Cristo y su la envidia del diablo entró la muerte en el mundo; y en el
gracia, la victoria más completa sobre el diablo y sus se- Apocalipsis (12, 9 ) : Y fué lanzado fuera aquel gran dragón,
cuaces; pero como todos los justos son descendientes car- aquella antigua serpiente, que se llama diablo y Satanás,
nales de Eva, de aquí que a la primera mujer, por la victoria que engaña a todo el mundo; y en el capítulo 20, 2, del mis-
de estos sus descendientes buenos, se la oponga como ene- mo libro: Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es
miga al diablo y sus seguidores; por la serpiente se designa el diablo y Satanás.
la serpiente material, pero como instrumento del diablo en f) La pena supone culpa, y la culpa es propia del ser
ella oculto; por el linaje de la serpiente se significan no so- inteligente o dotado de razón. La serpiente animal no había
lamente todos los demonios, sino también los hombres ma- pecado ni podido pecar para que Dios la castigara. Luego
los, que, siguiendo al demonio, se hacen voluntariamente evidentemente el castigo o condenación se fulmina allí con-
hijos suyos. tra el diablo seductor, que, usando de la serpiente como
Ahora bien, como Eva fué tipo de María, del mismo modo instrumento visible, fué la causa principal del pecado 28.
que Adán, en algún sentido, lo fué de Cristo, resulta que el b) El linaje de la serpiente.—Siendo el diablo la ser-
versículo del Génesis (3, 15) ha de entenderse típica y espi- piente a la que Dios habla, es claro que el linaje o semilla
ritualmente de Cristo y de la Virgen. de la serpiente es la semilla del diablo. Ahora bien, semilla,
Sobre esta interpretación ha formulado Campana el si- entre los hebreos, suele decirse de los descendientes o hijos;
guiente juicio: "Questa e una delle interpretazione que go- pero como el diablo no engendra hijos, su semilla tiene que
dono favore presso i cattolici. Essa trova nel Protoevangelo ser algo que de él, como de autor, proceda por una especie
il mínimum di predizione della futura economía di salute. de generación espiritual, a saber: los pecadores, que, en
E una interpretazione che pretende di essere critica, ma cuanto tales, pueden decirse engendrados por el diablo y
non sappiamo se tiene un sufficiente calcólo della tradi- hechos hijos suyos por el pecado. Así, en San Juan (8, 44)
zione" " . se dice: Vosotros sois hijos del diablo, y queréis cumplir los
La segunda interpretación, que ha prevalecido mucho deseos de vuestro padre; y en los Hechos (13, 10): ¡Oh lleno
más entre exégetas y teólogos, enseña que en el Génesis de todo engaño y de toda astucia, hijo del diablo!
(3, 15) se significa por la serpiente el diablo, que usó de ella Puede también decirse que la semilla del diablo es el
como de instrumento y por ella habló a Eva; por el linaje pecado mismo, que por la seducción de aquél entró en el
de la serpiente debe entenderse, no sólo el ejército de án- mundo, pues aunque no todo pecado proceda de la seduc-
geles que Satanás arrastró consigo en su ruina, sino tam- ción del demonio, ya que muchos tienen su principio en la
bién los pecadores y aun el mismo pecado, cuya causa fué concupiscencia, sin embargo, la misma concupiscencia pro-
el diablo por medio de la serpiente, y el cual, inoculado en cede del diablo, porque el engaño de éste fué causa del pe-
los primeros padres, vició toda la naturaleza; finalmente, cado original, que es como la fuente de aquélla. Luego, como
por el linaje o descendencia de la mujer y por la mujer escribe Billot, semilla de la serpiente es Adán prevaricador,
misma se designa a Cristo, Redentor del género humano, y semilla de la serpiente son todos aquellos que ya entonces
a la Bienaventurada Virgen María, su Madre, quienes man- estaban como contenidos en sus entrañas, y que después
tienen enemistades con el diablo y triunfan de él comple- nacerían inficionados de la culp.a original. Lo cual, sin em-
tamente. bargo, ha de admitirse de una manera formal y en sentido
Ahora bien: a) Que por la serpiente ha de entenderse que llaman compuesto. Porque sólo por razón del pecado es
el diablo, quien, oculto en ella, sedujo a la mujer, lo demues- el hombre semilla del diablo, y así, inmediatamente de ha-
tran estas razones: a) Dios habla a la serpiente que tentó ber sido borrada la culpa, queda aquél segregado de la se-
a Eva; pero como es absurdo suponer que una serpiente milla maldita 29.
meramente natural pudiera engañarla, tuvo que ser una c) Por linaje o semilla de la mujer se designa directa y
sustancia espiritual y mala, es decir, el diablo, que se sirvió primariamente a Cristo, Redentor del género humano, quien,
de la serpiente como de instrumento. f¡) La serpiente es un no teniendo parte alguna con el demonio, había de destruir
animal que ni puede hablar ni discurrir; luego el que habló MU obra, es decir, el pecado, y conseguir sobre él plena vic-
y engañó a Eva era un espíritu.
PALMIERI, De Deo Creante, t. LXXXVII.
27
O. c,, 1. 1, p. 11, q. 2, a. 2. Cf. STRÁTER, Mariologia, v. II, p. 110. De Verb. Inearn':, t. XLI.
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 153
te salve, ¡oh Pura!, que destrozaste la cabeza del dragón y la Madre son de tan singular manera dos, que en todo el
y le arrojaste encadenado a los infiernos" 30. negocio de la reparación humana no puede encontrarse nada
e) ¿Qué significan ías enemistades puestas por Dios en- más uno.
tre la serpiente y la mujer, la descendencia de la serpiente Tras estas explicaciones puede argüirse de este modo:
y la descendencia de la mujer? a) En el Génesis (3, 15) se anuncian las enemistades que
Estas enemistades que aquí se anuncian no son algo que han de existir entre María con su descendencia y el demonio
pertenezca al orden físico, a saber: el natural horror por con la suya. Estas enemistades exigen la inmunidad de la
el cual el hombre, y principalmente la mujer, huye de la Santísima Virgen del pecado original. Luego no lo contrajo.
serpiente y de sus posibles mordeduras, sino que pertenecen Que dichas enemistades exigen la inmunidad del pecado
al orden moral y suponen un estado de lucha, de discordia, original en la Santísima Virgen se prueba: a) Porque así
de oposición y de aversión, por la cual no hay comunión ni como la amistad con el diablo importa sociedad, comunión
sociedad alguna entre la mujer y el diablo y entre la des- y consorcio con él por el pecado, la enemistad, por el con-
cendencia de una y otro, pues la sociedad y comunión con
el diablo se crea por el pecado; y así se dice en la I Epístola trario, supone guerra, aversión y oposición. Luego si María
de San Juan (8, 3) : El que comete pecado, es del diablo. hubiese estado manchada por el pecado original un solo
momento, hubiera sido socia del diablo, al menos por ese
f) De aquí que sea fácil deducir lo que significan las instante, y, por tanto, amiga suya, o, como dice San Agus-
palabras ella quebrantará tu cabeza y tú pondrás asechan- tín, de su familia o descendencia.
zas a su calcañar; porque las enemistades puestas por Dios
tienden a quebrantar la cabeza de la serpiente, es decir, del E¡) Las enemistades de la Santísima Virgen contra el
diablo, en cuanto que es causa del pecado original, cabeza, diablo se refieren a él en cuanto autor del pecado original,
principio y semillero de todos los pecados. ya porque entonces no existía otro pecado, ya porque se
Ni crea dificultad alguna el que se lea ipsum o ipse, como le intima la enemistad de la mujer, en pena de haber vicia-
en el texto hebraico y en algunas versiones antiguas, o do la naturaleza humana. Pero en vano se le opondrían al
ipsa, como en la Vulgata latina, lectura que conserva la nue- demonio en castigo de su crimen las enemistades de la mu-
va edición31 crítica, editada por mandato de Pío XI en el jer, si ella misma hubiera sido sierva suya por el pecado.
año 1926 . Porque, como la mujer no puede quebrantar la i) Las enemistades de María contra el diablo y su des-
cabeza del diablo por virtud propia, sino solamente por la cendencia son iguales a las de Cristo; más aún: son, como
virtud de su Hijo, Cristo, si se lee ipsa, el sentido o 1A sig- dice Pío IX en la referida bula Ipsissimae, las mismísimas
nificación será la siguiente: la mujer, por su descendencia, que Cristo tiene contra el diablo. Luego si estas enemistades
esto es, por su Hijo, quebrantará la cabeza de la serpiente; de Cristo con el demonio son absolutas y perpetuas, de tal
y si se lee ipse vel ipsum, entonces es Cristo el que con la modo que excluyen todo consorcio con él en lo que se refie-
mujer, es decir, su Madre, quebrantará la cabeza de la ser- re al pecado, las de la Virgen han de ser también plenas,
piente infernal. totales y perpetuas, lo cual no sería cierto si, aunque sólo
"Puesto que Dios, dice Cornelio a Lapide, opone aquí, fuese por un instante brevísimo, hubiera el pecado original
como antagonistas, la mujer con su descendencia a la ser- contaminado su alma.
piente con la suya, quiere significar, en consecuencia, que S) _ Estas enemistades entre María y el diablo suponen
la mujer con su descendencia ha de quebrantar la cabeza algo singular y propio de la mujer preanunciada. Y en este
de la serpiente; así como, por el contrario, la serpiente pon- apunto nada puede pensarse singular y propio de tal mujer
drá asechanzas32 a la planta tanto de la mujer como de su si no es la inmunidad de todo pecado, aun del original, por-
descendencia" . que la sola exención de los pecados actuales no es singu-
Y es que María va íntima e indisolublemente unida a su lar, sino común a todos los que mueren antes del uso de la
Hijo en la obra de la redención humana, y por ello el Hijo razón, y la liberación del pecado original en el seno ma-
30
BOVER, S. Ephraem Doctoris Syri testimonia de universali Ma- terno, después de la animación, fué común a San Juan Bau-
ride mediatione, ETL, fase. 2, 1927.
31
tista, a Jeremías y tal vez a algunos otros, y, finalmente,
Biblia sacra iuxta Vulgatam lafin1 m versionem ad codicum todos los justos después de nacer han quedado y quedan
fidem. Libruin Génesis ex interpretatione S. Hieronymi recensuit
O. H. Quentin, monachus solesmensis. Cf. DE AMBROCGI, II senso libres de este pecado por el remedium naturae, por la cir-
pleno del Protovangelo, SC, marzo 1932. cuncisión o por el bautismo, según los tiempos. No queda,
82
Comm. in Genesim. por tanto, más que la exención absoluta del pecado original.
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA ' 157
156 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
Señor estrechísimamente y bendita entre las mujeres. Nin- estas solas, por tratarse de la bendición singular de la ma-
guna de esta tres cosas se compagina con el pecado origi- ternidad divina, bajo cuyo respecto la Santísima Virgen
nal, y, por tanto, hay que excluirlo de María. sólo con las mujeres podía ser comparada, aunque en las
a) María es saludada llena de gracia, a) Esta plenitud demás bendiciones fué bendita de una manera absoluta, aun
importa el cúmulo y la afluencia de todas las gracias. Lue- entre todos los hombres.
go fué preservada de la culpa original, ya que esta preserva- Esto pide que María sea llamada bendita no sólo con
ción es una gracia de dignidad singularísima, semejante a la bendición de la fecundidad de tal y tan excelso Hijo,
la que se les dio a los ángeles y a los primeros padres en el sino también con la bendición opuesta a la común maldición
momento mismo de su creación. A María se le atribuye la de la culpa original, ya que ésta es origen y fuente de todos
plenitud de la gracia sin restricción ni deficiencia alguna, los males y maldiciones que cayeron sobre el género hu-
y, por lo mismo, en tanta perfección cuanta puede caber mano.
en una pura criatura, y no sólo respecto a la intensidad, En la bula Ineffabilis se expone este sentido de la salu-
sino también a la extensión y duración, una plenitud que tación angélica diciendo: "En esta singular y solemne sa-
no admite jamás carencia de gracia alguna. Si, pues, aun- lutación se declara que la Madre de Dios fué la sede de
que sólo fuera por un instante, María hubiese carecido de todas las gracias divinas y estuvo adornada de todos los ca-
gracia, ya no podría ser llamada simplemente la llena da rismas del divino Espíritu; más aún, fué un tesoro casi in-
gracia, como por antonomasia. £) María es llamada llena finito y un abismo inexhausto de los mismos, de tal modo
de gracia, no ciertamente con plenitud absoluta, como de que nunca sujeta a maldición, y partícipe con el Hijo de per-
Cristo lo dice San Juan en su Evangelio (1, 14) con estas pa- petua bendición, mereció oír de los labios de Isabel, inspi-
labras: El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros; y rada por el Espíritu divino, estas palabras: Bendita tú
vimos la gloria de El, gloria como de Unigénito del Padre, i ntre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre (Le. 1, 42)".
lleno de gracia y de verdad; sino con plenitud relativa sin-
gular, como conviene a la dignidad singularísima de la Ma- 3.° SANTOS PADRES, DOCTORES Y ESCRITORES.—En la doc-
dre de Dios; pues en la salutación angélica, que va ordenada I riña de la tradición sobre la concepción inmaculada de la
a la anunciación de la maternidad divina de María, es pre- Santísima Virgen pueden distinguirse tres épocas.
sentada la Virgen como digna, por la plenitud de su gracia, A) En los Padres de los cuatro primeros siglos encuén-
de ser elevada a dignidad tan excelsa. Pero he aquí que por I rase esta doctrina implícita en la idea de María nueva Eva,
ninguna gracia podía la Santísima Virgen ser más digna de <'ii la doctrina general de la absoluta pureza y santidad de la
la maternidad divina que por aquella que la eximiera del Virgen y en la verdad de su maternidad divina. No habien-
pecado original, desde el instante mismo de su concepción. do surgido controversia alguna sobre el pecado original, no
-f) La Virgen a quien saluda el ángel es aquella misma había motivo para que los Padres afirmasen directa y ex-
mujer prometida por Dios en el Protoevangelio, que, man- plícitamente la concepción inmaculada de María.
teniendo enemistades con el diablo, había de quebrantar la a) En la comparación de María con Eva.—El Apóstol
cabeza de la serpiente. Luego la plenitud de gracia predi- il Cor. 15, 45) presenta a Cristo como nuevo Adán, por
cada de María debió ser tal que, por ella, pudiera ejercer cuija obediencia serán muchos hechos justos, corno por la
o mantener su perpetua enemistad y ruptura contra el de- desobediencia del primero muchos fueron hechos pecado-
monio. Y tales enemistades excluyen forzosamente todo ins- res (Kom. 5, 19), y en el cual todos serán vivificados, como
tante en que María estuviese sujeta al demonio por el pe- <• n. el primero mueren todos (1 Cor. 15, 21). Pues bien, los
cado. I'adres completaron el paralelismo paulino entre Adán y
Cristo, poniendo al lado de ambos a Eva y a María, de tal
b) Las palabras el Señor contigo manifiestan que María modo que el lugar ocupado por Eva junto a Adán en la
estaba estrechísimamente unida a Dios desde el primer ins- ruina del género humano, lo ocupa María al lado de Cristo
tante de su creación, puesto que el ángel no dijo está, estará i'ii la obra de la redención.
o estuvo contigo, sino simplemente el Señor es contigo, sin El primero que explícitamente llama a María nueva Eva
determinación alguna de tiempo; estas palabras no serían es San Justino, que dice: "De una Virgen (el Hijo de Dios)
verdaderas si María hubiera sido concebida en pecado, ya II izóse hombre, para que por el camino que la desobediencia
que entonces el Señor no hubiera estado siempre con ella. nacida de la serpiente tuvo principio tuviera también su
c) Las palabras bendita tú entre las mujeres levantan disolución. Eva virgen e incorrupta, habiendo concebido la
a María sobre las demás mujeres, y se hace mención de
O. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 161
160 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
palabra de la serpiente, parió la desobediencia y la muerte; Muría y Eva habían sido creadas completamente iguales;
María, virgen también, habiendo percibido la fe y el gozo pero después una se hizo causa de la muerte y otra causa
al traerla el ángel Gabriel el alegre anuncio de que el Es- de nuestra vida" 40.
píritu del Señor vendría sobre ella y la virtud del Altísimo Y San Epifanio: "En una y otra, Eva y María, puede
la haría sombra, y que lo que de ella había de nacer Santo considerarse algo distinto y en verdad digno de admiración,
era Hijo de Dios, responde: Hágase en mí según tu palabra. pues Eva trajo a los hombres la causa de la muerte, ya qua
De ésta fué engendrado aquel de quien hemos demos- por ella entró la muerte en todo el orbe; María, en cambio,
trado se habían dicho tantas Escrituras, por el cual Dios fué causa de la vida, puesto que por ella se nos dio la mis-
arruina a la serpiente y a los ángeles y a los hombres que ma vida... Porque Eva, siendo todavía virgen, había consu-
se le asemejan; y libra de la muerte a los que, habiendo mado la transgresión de la desobediencia, también por otra
hecho penitencia de sus pecados, creen en él" 3T. virgen fué hecha la obediencia de la gracia" 41.
San Ireneo escribe: "Así como aquélla (Eva), teniendo Hay que tener en cuenta que el paralelismo descrito pol-
por varón a Adán, pero permaneciendo aún virgen..., des- los Padres entre Eva y María importa la doble relación de
obediente, fué la causa de la muerte, así también María, Hcmejanza y oposición; de semejanza, en cuanto que Eva
HHIÍÓ de las manos de Dios inocente e inmaculada, y así
teniendo ya un varón predestinado, y, sin embargo, virgen María, comparada a Eva en la inocencia y pureza, no expe-
obediente, fué causa de salvación para sí y para todo el rimentó ni sufrió contagio alguno de culpa; de oposición,
género humano... De este modo, el nudo de la desobediencia porque a Eva desobediente, que introduce en el mundo el
de Eva quedó suelto por la obediencia de María. Lo que pecado original, se opone la obediencia de María, que, aso-
ató, por su incredulidad, la virgen Eva, María virgen lo ciada a Cristo en la redención, trajo la salud al mundo.
desató por su fe". Y después dice: "Así como aquélla (Eva) Ahora bien, esta oposición de María con Eva en el orden
fué seducida por la palabra del ángel, para huir de Dios, do la caída y su consorcio con el Hijo en la obra de la re-
después de conculcado su precepto, así también ésta (María) paración demuestran que María, aunque oriunda de la raza
fué evangelizada por la palabra del ángel para que en su pecadora, fué colocada fuera del orden de la original caída
seno llevara a Dios, obediente a su palabra. Y si aquélla y, por tanto, concebida inmaculada.
había desobedecido a Dios, ésta quiso obedecerle, de suerte
que María Virgen se hiciera abogada de la virgen Eva. Y así, No es extraño que el cardenal Newman, defensor insigne
el género humano, sujeto a la muerte por una Virgen, es de las prerrogativas marianas, creyera que, por la sola an-
también salvado por una Virgen, contrabalanceada una des- tigüedad patrística, podía refutar todas las acusaciones de
obediencia virginal por otra virginal obediencia" 3S. novedad lanzadas contra la evolución de la doctrina sobrs
Y Tertuliano, afirmando que "Dios recupera su imagen la Santísima Virgen, tal como en tiempos posteriores pre-
y semejanza capturada por el diablo mediante una opera- valeció en la Iglesia, y no dudara en afirmar que la misma
ción similar", añade: "Siendo aún virgen Eva, furtivamen- concepción inmaculada se enseña implícitamente en la am-
te se había en ella introducido la palabra, causadora de la plitud del principio de María nueva Eva (cf. J. H. NEWMAN.
muerte; así también en la Virgen había de introducirse el Anglican Difficulties) 42.
Verbo de Dios, autor de la vida; para que lo que por este b) En la doctrina sobre la perfecta pureza y santidad
sexo corrió a la perdición, por el mismo sexo volviera a la de la Santísima Virgen.—Los Santos Padres celebran con
salud. Eva había creído a la serpiente; María, a Gabriel. las mayores alabanzas la santidad y pureza de María.
El delito de aquélla creyendo fué borrado por ésta creyendo. San Hipólito M. compara a María con las maderas inco-
Pero Eva nada entonces concibió en su seno por la palabra rruptibles. "Ciertamente que el arca de madera que no
del diablo. Es decir, concibió..., porque al fin dio a luz un puede corromperse era el mismo Salvador. Y por esta arca
diablo fratricida. María, por el contrario, dio a luz a aquel se significa su tabernáculo libre de corrupción y podredum-
que en algún tiempo había de salvar a Israel, su hermano bre; tabernáculo que no engendró podredumbre de pecado...
carnal y su asesino" sa. Pues el Señor estaba exento de pecado y estaba, en cuanto
San Efrén echa mano de la misma comparación de Ma- hombre, como recubierto de maderas incorruptibles; es de-
ría con Eva, diciendo: "Las dos inocentes, las dos sencillas. 40
Serm. exeg. ad Gen., 3.
41
37
Dial, cum Tryphone. Haer., 78.
42
38
Adv. haer., m, 22; v. 19. NEUWELAERTS, De María nova Eva doctrina Patrum Anteni-
*° De Carne Christi. caenorum, DThPlac, n. 5-6, 1931
ir. de la Virgen Santísima. 6
162 P II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 163
totalmente irreprensible, inviolada, impoluta, santa de alma San Andrés de Creta: "No temas; has encontrado delante
y cuerpo, nacida como lirio entre espinas" 51. de Dios gracia, la gracia que había perdido Eva... Encontras-
Crisipo de Jerusalén: "Dios te salve, dice: a ti per- te la gracia que ningún otro como tú encontró jamás" " .
tenece el verdadero gozo; a ti con toda verdad te conviene Y San Juan, arzobispo de Tesalónica, que llama a María
oír aquel llena de gracia, porque contigo está todo el tesoro inmaculada, dice: "Oyendo, por tanto, con saludable com-
de la alegría, del gozo y de la gracia. El Rey está con su punción, los prodigios verdaderamente grandes y tremendos,
sierva; con la hermosa entre las mujeres, el más hermoso y en realidad dignos de la Madre de Dios, realizados en su
de los hijos de los hombres; con la impoluta doncella, ei muerte, daremos, después de Dios, a la inmaculada Señora,
que todo lo santifica... Por tanto, Dios te salve, Dios te Madre suya, María, las gracias y las alabanzas debidas."
salve, la llena de gracia, Dios te salve, pues por naturaleza
te cupo en suerte un seno más amplio que los cielos mismos, Y poco después: "Esta es la muerte de la Madre de Dios.
ya que en él hospedaste a aquel que los cielos no pueden Pero el mismo Señor y Dios nuestro, Jesucristo, que glorificó
contener. Dios te salve, fuente de luz que ilumina a todo ii su Madre inmaculada y virgen, glorificará a los que la
hombre. Dios te salve, aurora de un sol que no conoce ocaso. glorifican y a los que la alaban los alabará no sólo en la pre-
Dios te salve, morada de la vida. Dios te salve, huerto del sente vida, sino también en la futura, y los conducirá a su
Padre. Dios te salve, prado de toda fragancia del Espíritu" 52. reino" 58.
Y Proclo, patriarca de Constantinopla, dice: "María fué En el siglo vm, San Germán de Constantinopla dirígese
formada de barro limpio"; y poco después: "María, globo n María de este modo: "Ave, María, llena de gracia más
de una nueva y celestial creación, en la que el sol de justi- santa que los santos, más excelsa que los cielos, más glo-
cia, que jamás se pone, disipó en todas las almas las som- riosa que los querubines, más honorable que los serafines y
bras de los pecados" 53. más digna de veneración que toda criatura... Ave, palacio
En el siglo vi, Teófanes alaba así a María: "¡Oh incon- de Dios, Rey sumo, santamente edificado, inmaculado y pu-
taminada de toda inmundicia y señora la más irreprensible rísimo, adornado todo él por la magnificencia del mismo Dios
sobre todos los inculpados!" 54. Rey... ¡Oh Virgen purísima y dignísima de toda alabanza
Y Anastasio Sinaita dice que "la Madre de Dios lleva en y obsequio, tesoro dedicado a Dios, que aventaja en exce-
sí la imagen íntegra e intacta de su Hijo" 55. lencia a toda condición de las criaturas, tierra no dividida,
En el siglo Vil, Sofronio de Jerusalén habla a María de campo no arado, vid floridísima, fuente inagotable, virgen
este modo: "Tú has superado en mucho a toda criatura, que engendra y madre que no conoce varón, tesoro escon-
porque sobre todas brillaste por tu pureza. A ti te aclamo dido de inocencia y esplendor de toda santidad!"
llena de gracia, porque fuiste colmada de sus dones sobre "Hoy es puesta en el propiciatorio (en el templo) la que
toda criatura... Hallaste en Dios una gracia eximia sobre sola entre todos los mortales, arrastrados por la inundación
cualquiera otra, la más espléndida de todas gracias, que de los pecados, llegó a ser propiciatorio nuevo, muy seme-
nunca languidece, que ningún ímpetu conmueve; gracia to- jante a Dios, que purifica y no ha sido hecho por mano al-
talmente invicta, eternamente duradera. Otros ciertamente guna" 59.
y en gran número brillaron antes que tú con eximia santidad. Y San Juan Damasceno, llamando a María paraíso en el
Pero a nadie, como a ti, se le concedió la plenitud de la gra- que no tuvo entrada la serpiente antigua, dice: "En este
cia ; nadie fué adornado de santidad como tú, nadie fué pre- paraíso no tuvo entrada la serpiente, por cuyas ansias de
venido como tú de la gracia purificante" 5e. falsa divinidad hemos sido asemejados a las bestias. Pues
Y en la Epístola sinódica a Sergio, aprobada en el Con- • •I mismo Hijo unigénito de Dios, siendo Dios consustancial
cilio Ecuménico VI, María es llamada por Sofronio "Santa, ni Padre, hízose a sí mismo hombre de esta tierra virginal
inmaculada de alma y cuerpo y libre completamente de todo y pura" eo.
contagio". "Eres paraíso, ¡oh María!, y de él naciste. Dios mandó
51
Or. in S. Mariam Dei Genitr.; JÜGIE, Homélies Marialet Byza-n- a los querubines que blandieran en derredor tuyo una espada
tines.
M
Or. in S. Mariam Deiparam; JTJGIE, O. C. Or. in Annunt.
" In S. Dei Genitr., or. 6. Dormitio Deiparae; JUGIE, o. c.
" Od., 4-5. Or. in Praesent. Deiparae.
m
Anagogic. contempl., vi. Or. de Aqsumpt. B. Virg.
m
Serm. in Annunt. Virg.
166 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 167
ágil y flamígera y te guardaran inaccesible por doquiera a Los testimonios de esta fe son, en verdad, muchos, ds
las insidias de la engañosa serpiente" cl . los cuales sólo algunos han de citarse, en los que, no obs-
"La naturaleza, pues, cede a la gracia y queda trémula tante el cisma, aparece la continuidad de la tradición.
sin atreverse a pasar adelante. Y como había de suceder Además de Miguel Psello, coetáneo y amigo de Cerulario,
que la Virgen Madre de Dios naciera de Ana, no osó la na- Mauropas, Jacobo el Monje, Miguel Glykas, etc. °7, quienes se
turaleza adelantarse al germen de la gracia. C2Permaneció in-' declaran abiertamente por la concepción inmaculada de
fructuosa hasta que la gracia dio su fruto" . María, nos legaron testimonios insignes del privilegio ma-
En los siglos IX y X, San José el Himnógrafo prorrumpe ñano en esta época Teofilacto, arzobispo de Bulgaria, afir-
en este elogio a María: "Inmune de toda mancha y caída, mando que María fué santificada en el seno materno c s ; y
la única inmaculada, toda sin mancha, sola sin mancha al- comentando a San Lucas (1, 28) de esta manera: "Y porque
guna" 63. a Eva le fué dicho por el Señor que en tristeza pariría sus
San Eutimio, patriarca de Constantinopla, sin dudar en hijos, cambio aquella tristeza en gozo; lo que el ángel anun-
nada de la concepción purísima de la Virgen, afirma la pre- ció a la Virgen diciendo: Dios te salve, graciosa. Y porque
via y milagrosa purificación de sus padres: "De Joaquín y Uva fué maldita, ésta es llamada bendita" 60.
Ana, como sabéis bien, amigos míos, nació ella... Pero, ¡oh Nicolás Cabasilas, que sobresalió entre los teólogos de
mansión purificada, oh libre de toda mancha y pecado! Ja- su época, habla así de la Virgen: "Y porque la naturaleza
más mujer dio a luz sin mancha, a excepción de aquella sola en nada podía contribuir a la generación de la inmaculada,
hija verdaderamente divina que nació de éstos, dignísimos era conveniente que el mismo Dios, a quien habían invocado
de ser venerados por nosotros... Esta es la cumbre de las .Joaquín y Ana, hiciese toda la obra y, excluida la natura-
festividades de la purísima doncella Madre de Dios y la de- leza, la crease, por así decirlo, bienaventurada como al pri-
lincación previa de todas ellas" ''•'. mer hombre. Y en verdad que propísimamente el primer
Y San Juan el Geómetra canta a la Madre de Dios de hombre es la Virgen, ya que ella sola y la primera mostró
este modo: la naturaleza".
Gande, quae Christo corpus moríale dedisti, Y poco después: "En verdad es inmaculada la Virgen,
Gande, primaevi libera labe patris. que no tuvo ciertamente el cielo por ciudad natal, ni nació
de cuerpos celestes, sino, como todos, de la tierra, del mismo
Gande, naturam Christo impertita secundam, linaje que había ignorado su condición; y entre todos los
Nempe, ut mortalem iungeret aethereae. hombres que desde el principio hasta el fin existieron y exis-
Gaude, miscens naturam haud mixto integra partu tirán, levantóse sola contra toda malicia, y devolvió íntegra
Carne Deo exhibita, carne carente notis 65. a Dios toda la hermosura que nos diera, usando de los do-
nes y medios que le fueran concedidos" 70.
Y Nicetas David, llamado Paflagoniense, afirma: "De- Manuel II Paleólogo, emperador doctísimo, escribe: "Al
teniendo en sí misma el torrente del pecado, hizo correr por mismo tiempo de nacer, diré mejor, al mismo tiempo de ser
todo el orbe un río de fragancia". concebida la Santísima Virgen, la llenaba de su gracia el
"Honremos a la Virgen no sólo porque nació según la que la había elegido para ser su futura Madre" 71.
carne de una madre estéril, sino mucho más, porque nació Finalmente, Jorge Escolario, el último y el más insigne
por gracia sobrenatural en cuanto al alma" 00. do los teólogos disidentes de la época bizantina, siente y
Siglo XI y siguientes hasta el XV.—El cisma bizantino, escribe de María lo siguiente: "¡Oh ciertamente Bienaven-
que Focio incoara, quedó consumado por Miguel Cerulario turada Virgen, Madre de Dios por ambas cosas: por la vo-
en e' año 1054; pero la Iglesia oriental no abandonó su an- luntad y por la naturaleza!... ¡Oh mujer, purísima en el alma
tigua fe en la concepción inmaculada de la Santísima Virgen, y en el cuerpo, flor no sólo de todas las mujeres, sino tam-
y los escritores disidentes la transmitieron con toda claridad bién de toda la naturaleza; flor la más grata de las flores,
ul
Or. in Dormit. Deiparae. . 07
02
Hom. in Nativ. B. Virg, JUGlEb Jmmaculée Conception dans l'Eglise Grecque, DTC,
1,3
BOLANDISTAS, t . IV. L. vil.
08
"*• Laúd, in Concept. S. Annae_; JUME, o. c. m
In Praesent. B. Mariae.
65 Enarr. in Lucam.
Hymn., 1-3. ~ . 70
Serm. in Nativ. Deipar.; JUGIE, o. c.
*" Hom. in diem natalem S. Mariae. 71
Ami du Clergé, 1909, n. 46.
168 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 169
Y en otro lugar: "Así se lee que fué saludada: Ave, llena Siglos IX y XI.—Pascasio Radberto deduce de la inmuni-
de gracia, bendita tú entre las mujeres. Al decir Ave, la pre- dad de la culpa original que el parto de María se realizó
sentó el saludo del cielo; diciendo llena de gracia, manifestó sin corrupción y sin dolor.
que la ira de la primera sentencia quedaba totalmente ex- "Porque si Adán y Eva no hubieran pecado en el paraíso,
tinguida y restituida la gracia plena de bendición; al decir nadie nacería en pecado. Y, por tanto, esta ley universal de
bendita tú entre las mujeres, expresó el fruto bendito de su no nacer sin pecado no es de la naturaleza, sino de la co-
virginidad, para que por él sea llamada bendita entre87 las mu- rrupción y del vicio. Pero María, por haber sido bendita, no
jeres cualquiera que en la virginidad perseverase" . tuvo culpa de corrupción, y por eso engendró y dio a luz a
Venancio Fortunato canta de la Virgen: Cristo sin dolor y sin corrupción alguna."
Y poco después: "Porque todo (el dolor, los gemidos, las
Hoc germen iustum Virgo est et Rex suus infans, molestias, las miserias...) es pago y castigo de la carne jus-
Iudicium faciens, arbiter, orbis herus tamente condenada en su principio... Cesen, por tanto (los
Figmentum figuli, super omnia vasa decorum. herejes), en sus aberraciones y confiesen con los Santos Pa-
Atque creaturae fulgida massa novae; dres que nació de la Virgen María tal como era digno y
Nomen honoratum benedicta Maña per aevum; conveniente al mismo Dios; no se atrevan a decir que causó
Flos novus e térra, quem polus arce colat 8S. a su Madre daños, gemidos, dolores, porque todas estas co-
sas, como se ha dicho muchas veces, son en su primer origen
El autor de los doce sermones sobre María, que figuran castigó y pago justísimo de la primera culpa. De todos los
entre las obras dudosas de San Ildefonso, dice: "Esta es cuales dolores y penas quedó la Santísima Virgen tan libre,
aquella alma bienaventurada por la que el Autor de la vida cuanto fué ajena de la culpa."
entró en el mundo, por la que quedó rota toda la maldición Y allí mismo: "La Virgen María, llena de gracia, no sin-
de los primeros padres, y la bendición del cielo se exten- tió dolor, obrando en ella el Espíritu Santo y haciéndola
dió por todo el mundo. Esta es la Virgen en cuyo seno toda sombra la virtud del Altísimo, por lo que permaneció total-
la Iglesia recibe las arras y se mira unida a Dios con alianza mente extraña a la maldición del primer castigo, libre de la
sempiterna" 8S>. corrupción de la carne, del llanto y de los dolores que pade-
Y en otro lugar: "Porque María Virgen no nació corno cen todas las hijas de Eva cuando dan a luz."
suelen nacer los niños o las niñas, sino de Ana estéril y de Y de nuevo dice: "Es para vosotras tributo de eximia
un padre ya anciano, fuera de la condición de las mujeres: piedad y gloria de alta virtud predicar y confesar que la pu
nació con el corazón y el cuerpo limpios de toda mancha reza de la Beatísima Virgen quedó incorrupta e incontami-
carnal" s>°. nada y ajena a todo contagio del primer origen" 82.
Y el diácono Pablo, aceptísimo al emperador Carlomagno, San Fulberto, obispo de Chartres, dice: "Es necesario
alaba la obra de la misericordia divina, que reparó la caída decir en primer lugar que el alma y el cuerpo que eligió
del hombre: Dios Padre para morada de su Sabiduría fueron libres de
toda malicia y de toda mancha" 93.
Hausto maligni primus ut occidit San Pedro Damián escribe: "Pues la carne de la Virgen,
Virus chelydri terrigenum genus, tomada de Adán, no contrajo sus manchas" M .
Hinc lapsa pestis per genus'irrepens Y en verso canta de este modo:
Cunctum profundo vulnere pertulit
Rerum miserans, sed Sator, inscia
Cernens piaculi viscera Virginis, Félix ista puérpera,
His ferré mortis crimine lánguida Evae lege libérrima.
Mandat salutis gaudia saeculo 81. Concepit sine masculo,
95
Peperit absque gemitu .
Ave, David filia, sancta mundo nata. manecer pecado alguno, ni aquél ni otro; toda paja quedó
consumida en la llama de este fuego" 101.
Tu in mulieribus óptima figura Y en verdad, no es suficiente que, en presencia de este
Quae Regis es gloriae Mater Virgo pura, amor, se borrara el pecado cometido o contraído, sino que
Quo probaris dignior omni creatura, la fuerza de este amor debió prevenir que no se cometiera
Hoc agente Domino singulari cura. o contrajera.
Et benedictus Deus qui cuneta creavit,
Qui matris in útero te sanctificavit, Y en otro pasaje dice de la Virgen: "Hermosa no de
Benedictus Filius quem tuus portavit, 9G cualquier modo, sino como la luna. Pues así como la luna
Virginalis uterus quem ipse formavit . brilla y alumbra con luz no suya, sino recibida de] sol, del
mismo modo tú, ¡oh beatísima!, no tienes de ti el que seas
tan brillante, sino de la gracia divina, gracia plena" lo2 .
San Bruno, exponiendo el salmo 101, habla así: "El Se- Pedro Pascasio, obispo de Jaén, dice: "La Santísima Vir-
ñor miró la tierra desde el cielo, al venir al seno de la Vir- gen es aquella de quien dicen los Proverbios de Salomón
gen desde las regias moradas. Esta es. pues, aquella tierra que fué elegida antes de toda criatura para ser Madre de
incorrupta que el Señor bendijo, libre, por tanto, de toda Dios; luego en la gracia de Dios estuvo siempre... Si la Vir-
peste de pecado, por la cual conocimos el camino de ia vida gen María contrajo la mancha de la culpa original, habría
y recibimos la verdad prometida" 9T. que decir que durante algún tiempo estuvo en la ira de Dios,
Siglos XII, XIII y XIV.—Ivo de Chartres: "Oigamos cosa que no debe ni decirse ni creerse" 103.
ahora de qué modo santificó la carne de su Madre, para que Finalmente, Raimundo Jordán, llamado comúnmente Idio-
por ello se alegre el cristiano y quede confundido el inmundo t a : "Eres toda hermosa, [oh gloriosísima Virgen María!,
hereje. Pues destruyó en ella toda mancha de culpa, ya ori- y no hay en ti mancha; eres toda hermosa en el alma por
ginal, ya actual" 98 ; esto es, con destrucción impeditiva de la perfecta hermosura de todas las virtudes y carismas; eres
la culpa; porque del mismo modo fué borrada en la Virgen toda hermosa en tu concepción, hecha solamente para que
la original que la actual, y ésta lo fué en cuanto que la Vir- fueses templo de Dios altísimo; eres toda hermosa por la
gen quedó preservada de aquélla. generación del Verbo divino, que es el esplendor de la gloria
Y poco después: "La primera madre del género humano, del Padre, candor de luz eterna y espejo sin mancha en el
por haber recibido el virus de la engañosa serpiente, quedó que desean verse los ángeles, cuya belleza miran con asom-
sometida a una doble maldición, a saber: la de incurrir con bro el sol y la luna. Nada de torpeza, vicio o pecado oscure-
su varón en la muerte y la de dar a luz con dolor los hijos ció jamás la gloria de tu alma y nada de hermosura espiri-
que concibiera con delectación de la carne. Todas las hijas tual, gracia y virtud estuvo de ella ausente... Eres toda
de Eva heredaron esta maldición de una muerte obligatoria. hermosa, Virgen gloriosísima, no en parte, sino en todo;
Solamente ésta, que dio crédito no a los silbos de la bestia, no hay en ti, ni hubo, ni habrá nunca mancha de pecado
sino a las palabras del ángel, mereció la bendición que ex- mortal, ni venial ni original" 10i.
cluye ambas maldiciones" 9S.
Ruperto de Deutz: "Certísimamente, dice, se promete c) Controversia de los escolásticos sobre la concepción
aquí la descendencia de aquella mujer, Cristo, por el cual de la Santísima Virgen.—No procedió con igual ritmo en
el mismo sexo que fué engañado quebrantó ía cabeza del se- esta época, como dijimos antes, la tradición de la Iglesia
ductor, cuando la Bienaventurada Virgen, sin pecado, dio al oriental y de la occidental sobre la fe en la inmaculada
mundo para la destrucción del pecado a este nuevo y celes- concepción de María; pues, al paso que en la Iglesia griega
tial hombre" 10°. no hubo discusión alguna, en la latina surgió ya en el si-
Y en otro lugar: "Por ser de la masa que en Adán que- glo Xii entre los escolásticos enconada controversia, sin
dó corrompida, no carecías de la mancha hereditaria del pe- que pueda, sin embargo, decirse que esta verdad quedara
totalmente oscurecida, sino menos bien considerada y es-
cado original. Pero en presencia de este amor no pudo per- tudiada.
60
Rhytmus super Salut. Angelic.
m
68
Expos. in omnes psalmos davidicos. In Cant., 1.
m
Serm. de Nativ. Domini, In Cant., 6.
100
Ibíd. De Myst. B. V. Mariae.
In Gen., 3, 1S. Contempl. de Virg. Maña, 2-
176 P- II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 177
«) En pos de San Agustín y algunos otros Padres, quie- día la cuestión de la concepción inmaculada de la Santísima
nes aun conociendo, o al menos no negando, el privilegio Virgen.
de María, emitieron frases a primera vista opuestas a dicho Cuatro grandes doctores de ambas escuelas, franciscana
privilegio, abrió camino a la controversia de los escolásticos/ y dominicana, que parece no se pronunciaron en favor del
en esta materia San Anselmo de Cantorbery, tenido, con/ privilegio mariano, merecen ser especialmente considerados,
razón, como el padre de la teología escolástica. a saber: Alejandro de Ales, San Buenaventura, San Albertp
Este santo obispo, aunque expresó con admirable fórmu- Magno y Santo Tomás de Aquino.
la la eximia santidad de María, diciendo que "era conve- 7) Alejandro de Ales, partiendo del principio del que
niente que aquella Virgen brillara con tal pureza que, fuera lógicamente se sigue la concepción inmaculada de María, a
de Dios, no pudiera concebirse otra mayor..." 1 0 \ sin em- saber: "Todo bien que podía dársele se le dio", trata en di-
bargo, no tuvo conocimiento claro del privilegio de la con- versos artículos de la sola santificación de la carne.
cepción inmaculada, por no decir que lo negó. "Aquella Vir- En el primero pregunta si la Santísima Virgen fué san-
gen, dice, de la cual fué tomado el hombre de quien habla- tificada (en sus padres) antes de su concepción, y responde
mos, fué de aquellos que antes del nacimiento de Cristo negativamente, porque aunque los padres pudieron personal-
fueron por El limpios de pecados, y en la misma limpieza de mente ser santos, sin embargo, la generación se debe a la
ella fué tomado El" 10S. naturaleza, la cual está corrompida; por tanto, es necesario
P) No contribuyó poco a preparar, más aún, a oscure- que lo que se engendra contraiga el pecado en la generación,
cer la controversia Pedro Lombardo, por su falsa opinión y por esto no pudo la Santísima Virgen ser santificada en
sobre el pecado original. los padres; más aún: fué necesario que en su generación
Juzgaba el Maestro de las Sentencias que el pecado ori- contrajera de los padres el pecado.
ginal no era otra cosa que la concupiscencia o la concupis- En el segundo pregunta si pudo ser santificada en la
cibilidad, la cual no es un acto, sino más bien un vicio. La misma concepción, y contesta negativamente, porque la con-
concupiscencia de la carne es transmitida a los hijos con la cepción no tiene nada que ver con la voluntad de los que
carne misma, que, concebida en concupiscencia 'viciosa, se engendran, que puede ser buena, sino con la naturaleza,
mancha y corrompe. Como la carne se propaga en los hijos que de hecho está viciada. "Aunque la unión pudiera, de
con aquella corrupción y vicios, el alma, cuando es infun- una parte, ser meritoria, jamás, sin embargo, lo será la
dida, contrae por el contacto con la carne la malicia y co- concepción, y, por lo mismo, nadie puede en ella ser san-
rrupción del pecado, así como la inmundicia del vaso hace tificado."
que el vino, de suyo dulce, se convierta en vinagre. En el tercero pregunta si después de la concepción y
Este vicio o corrupción de la carne no puede llamarse antes de la infusión del alma puede darse santificación, y
culpa si sólo se considera en la carne; pero es raíz y causa también contesta negativamente, "porque el cuerpo sola-
de la culpa original, sólo inherente en el alma como en su- mente por la unión con el alma queda ordenado a la glo-
jeto, puesto que la carne separada del alma es irracional ria, a la cual se ordena la gracia, y, por tanto, el cuerpo
y ninguna sustancia irracional puede ser sujeto de culpa. nunca puede ser santificado antes de que se le infunda el
Y en verdad, el alma racional no es infundida en la carne, alma".
según los físicos, en el momento de la concepción misma, En el cuarto, finalmente, vuelve a preguntar si en el
sino que lo concebido es primeramente informado por el seno materno, y después de infundida el alma, puede al-
alma vegetativa, después por la sensitiva y, finalmente, a guno ser santificado. Contesta afirmativamente, y dice que
los cuarenta o a los ochenta días de la generación, Dios crea María lo fué en el seno de su madre de un modo parecido
e infunde en el cuerpo el alma racional 107. a San Juan Bautista y Jeremías. "Ha de concederse, dice,
De aquí que los doctores de aquel tiempo, siguiendo al que la gloriosa Virgen, antes de su nacimiento y después
Maestro en sus comentarios, inquieren más bien si la carne de la infusión del alma en el cuerpo, fué santificada en el
de María fué manchada por la concupiscencia de los padres seno de su madre... Porque se lee que San Juan y Jere-
o santificada antes de la unión con el alma racional, de la mías fueron santificados en el útero materno, y no puede ne-
cual, previa santificación de la carne, parecíales que depen- garse a tan excelsa Virgen lo que a otro fué concedido" 108
105
De Concept. Virgin., 18. Donde se ve que Alejandro de Ales ni siquiera se pro-
108
m
Cur De«g Homo, n, 16.
I Sent., d. 30-31. In S Sent., q. 9, memb. 2.
C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 179
178 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
nadie dejó de contraerlo más que el Hijo de la Virgen. Así la Iglesia celebra su natividad, cosa que no haría si no hu-
lo dice el Apóstol: todos pecaron y necesitan de la gloria biera sido santificada. Y si se desea saber en qué día o en
de Dios... Este modo de hablar es más común, razonable qué hora, ha de contestarse que se ignora, aunque se cree
y seguro. Es más común, porque casi todos opinan que la probablemente que en seguida de la infusión del alma fué
Santísima Virgen tuvo el pecado original, como aparece en hecha la infusión de la gracia"' 110.
las múltiples penalidades, que no podemos decir padeciese De todo lo cual resulta que apenas puede dudarse de
por la redención de otros, ni que las tuviese como voluntaria- la mente de San Buenaventura acerca de la concepción de
mente tomadas, sino contraídas. María, pues abiertamente se declara en favor de la sen-
Es también lo más razonable, porque el ser precede a tencia común en aquel tiempo, según la cual la santifica-
la gracia con prioridad de tiempo o de naturaleza; por lo ción de la Virgen siguió a la contracción del pecado ori-
cual dice San Agustín que primero es nacer y luego rena- ginal.
cer, así como primero es ser que ser bueno; y, por tanto, Sin embargo, es grande el mérito del Doctor Seráfico en
antes debe el alma estar unida a la carne que serle infun- esta cuestión, ya que no sólo llega al nervio de la misma,
dida la gracia de Dios. Luego si la carne aquella estuvo sino que además expresa clara y piadosamente las ra-
inficionada, tuvo que contagiar, con su misma infección, zones en favor de la concepción, de tal modo que con jus-
al alma con la culpa de origen. Es, por tanto, necesario afir- ticia puede decirse que allanó a Escoto el camino de la
mar que la infección de la culpa fué anterior a la santifica- verdad.
ción del alma.
Siguieron los pasos de Alejandro de Ales y de San Bue-
Es, además, lo más seguro, por estar más de acuerde naventura los teólogos franciscanos que en aquel tiem-
con la fe, la piedad y la autoridad de los santos. Concuer- po explicaban en París al Maestro de las Sentencias. Juan
da con la autoridad de los santos, porque éstos comúnmen- de la Rochela, proponiéndose la cuestión de si la Santísima
te, cuando tratan de este asunto, sólo a Cristo excluyen de Virgen fué santificada antes de la concepción, en ella, des-
aquella universalidad con que se dice que todos pecaron -en pués de ella y antes de la infusión del alma 1J1, contesta do
Adán. Y en verdad que ninguno de los que nosotros mismos un modo parecido a su maestro De Ales; y Ricardo de Me-
hemos oído ha dicho que la Virgen María fué inmune de diavilla, circunscribiendo la cuestión a si la carne de la
la culpa original. Concuerda con la piedad y la fe, porque Santísima Virgen fué santificada antes que animada, res-
si a la Madre ha de honrársela con gran reverencia y de- ponde negativamente de la carne y del alma, porque "el
voción, mucho más ha de hacerse esto con el Hijo, de quien alma de la Virgen por su unión a aquella carne contrajo el
la viene a ella todo el honor y toda la gloria. Y, por tanto, pecado original" 112.
como importa a la dignidad excelentísima de Cristo que
sea El el Redentor y Salvador de todos; que El mismo abra e) San Alberto Magno confiesa abiertamente la pureza
la puerta a todos, y que sea El el único que murió por todos, eximia de la Santísima Virgen sobre cualquiera otra cria-
de ninguna manera debe quedar excluida de esta universa- tura.
lidad la Santísima Virgen, no sea que, exagerando la ex- Sentado aquel fundamental principio que San Anselmo
celencia de la Madre, se oscurezca la gloria del Hijo y se formuló: "Era conveniente que aquella Virgen brillara con
ofenda en ello a esta Madre, que quiere mucho más el honor tal pureza que mayor, fuera de Dios, no pudiera imaginar-
y la excelencia de su Hijo que a sí misma, como Creador se...", añade: "Decimos, por tanto, que esta pureza es, no
que es él y ella criatura. digo ya distancia de la mancha original, sino segregación
y aproximación deiforme a la primera luz, en lo que es po
Adhiriéndonos, por tanto, a esta opinión, en honor a Je- sible a una pura criatura. De modo que en realidad esta
sucristo, que en nada se opone al honor de su Madre, ya pureza no es otra cosa que la limpieza del pecado original,
que el Hijo excede incomparablemente a la Madre, afirma- la extinción de la concupiscencia y la cumbre de las perfec-
mos, de acuerdo con la común sentencia, que la santifica- ciones gratuitas" 113.
ción de la Virgen se hizo después de contraído el pecado
original. La Santísima Virgen llegó al colmo de esta pureza por
cuatro grados: "En el primero fué santificada en el seno
En tercer lugar pregunta si la Santísima Virgen fué
santificada antes de nacer, y responde: "Ha de afirmarse 110
m
In 3 Sent., á. 3, p. 1, a. 1, q. 2.
que la Iglesia tiene por indubitable que la Santísima Vir- 113
3 Sent., d. 3.
gen fué santificada en el útero, como lo prueba el que toda lla
In 3 Sent., d. 3, a. 1.
Mariale, q. 139.
182 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 183
bio, la Santísima Virgen contrajo ciertamente el pecado de Suelen citar en favor de la concepción inmaculada los
origen, si bien quedó limpia de él antes de su nacimiento." siguientes textos:
Y en la contestación a la cuarta dice: "Por tanto, aun- En los Comentarios a las Sentencias dice el Doctor An-
que los padres de la Santísima Virgen hubiesen sido limpios gélico: "Se tiende a la pureza por el apartamiento de su con-
del pecado original, ella contrajo este pecado, por el hecho trario; y, por tanto, puede darse algún ser creado tan puro,
de haber sido concebida de la conmixtión de varón y mujer. que mayor no pueda existir en las cosas creadas, si no fué
Pues San Agustín, en el libro De Nup. et Conc, dice: "Todo manchado por contagio de pecado alguno; y tal fué la pu-
el que nace de la conmixtión es carne de pecado." reza de la Virgen, que estuvo inmune de pecado original y
Por último, en la Exposición de la Salutación Angélica actual" 15S.
dice Santo Tomás: "Cristo sobrepasa en excelencia a la Y en otro lugar: "El aumento de la pureza está en pro-
Santísima Virgen por haber sido concebido y nacido sin porción al alejamiento de su contrario, y puesto que en la
pecado original; la Virgen, en cambio, fué concebida, aunque Virgen se dio una depuración completa de todo pecado, llegó
no nacida, en aquel pecado." a la pureza suma, aunque por debajo de Dios, en el cual no
No obstante, poco después, afirmada la excelencia de hay potencia para caer, que en cualquiera otra criatura,
la Santísima Virgen sobre los ángeles en la plenitud de por lo que es en sí, existe siempre" 159.
gracia y en la familiaridad divina, añade: "En tercer lugar, En los Comentarios de los Salmos dice: "María no tuvo
sobrepasa a los ángeles en pureza, porque no sólo fué pura oscuridad alguna de pecado" 160. "En la cual no hubo pecado
en sí misma, sino que también procuró a otros la pureza. alguno" 1B1.
Pues ella fué purísima en cuanto a la culpa porque no in- Finalmente, en la Exposición de la Salutación Angélica
currió en pecado, ni original, ni mortal, ni venial. Y lo mis- escribe: "Fué purísima en cuanto a la culpa, porque no in-
mo en cuanto a la pena." currió en pecado, ni original, ni mortal, ni venial. Y lo mis-
Como parece extraño que Santo Tomás en la misma mo en cuanto a la pena"; palabras que, en verdad, no se
Exposición, con el intervalo de pocas palabras, se contra- oponen a las que poco antes había escrito: "La Santísima
diga a sí mismo, los teólogos dudan mucho de la genuinidad Virgen fué concebida en pecado original, pero no nacida",
del segundo de los textos. Sin embargo, J. Rossi en nues- porque éstas se refieren a la materia no animada todavía,
tros días, después de examinar muchos códices, defiende su y aquéllas a la ya animada, o sea, a la persona misma de
autenticidad 145. la Virgen.
El segundo grupo es el de los que sostienen que Santo Ni crean dificultad los textos en que se dice que la Santí-
Tomás enseñó la concepción inmaculada de María. Así le sima Virgen fué limpia, purgada, santificada, etc., porque
interpretan Vega 146, Nieremberg l í 7 , Tirso González 148, Ve- estas expresiones dicen relación a la santidad y no necesa-
lázquez 14S>, Frassen 15°, Hurter 1S1, Mazzella 152, Palmieri 153 , riamente al pecado, como el mismo Santo Tomás explica al
Morgott 164 , Paquet 155 , Hugon 136, y en nuestros días Frie- hablar de la justificación del alma de Cristo.
thoff 157. Tampoco se oponen aquellos otros en los que se dice que
la exención mariana del pecado original disminuye la dig-
145
S. THOM. AQUIN., Expos. Salut. Angelicae, DThPla, 39, n. 5-6, nidad de Cristo Redentor; "pues para explicar estas cosas,
1931. dice Hurter, es suficiente el haber pensado que la Santísima
"" O. c , pal. 3, cert. 4.
m
Except. Conc. Trid. pro omnímoda puritate Deip. Virginia ex- Virgen no fué preservada en la concepción del feto antes
pensae, e. 21. de la animación" 162.
148
De certitud, gradu que-m infra fidem nunc habet sententia pia Y, por último, tampoco hay dificultad en los textos don-
de Immae. B. Virginis Conceptione, 2, sent. 17. de, negada la santificación de María antes de la animación,
140
De Mario, imm.acula.te concepta, 1. i. d. 1, annot. 4.
150
Scotus Academicus. De Incarn. Verbi divini, d. 3, a. 3, se concluye que aquélla fué hecha después de ésta, por-
Sent. 3, q. 1.
151
que la significación del adverbio post (después) no se de-
152
Mariologia, th. 163. termina por Santo Tomás, y, por tanto, según su mente, no
O. c.
*"
154
O. c. 158
In 1 Sent., d. 44, q. 1, a. 3 ad 3.
O. c. *• In 1 Sent., d. 17, q. 2, a. 4 ad 3.
"* Mariologia, q. 1, a. 1. 1W
In Ps. 14.
*"
167
Tr. de B. Virg. Deipara, q. 2, a. 1. "" In Ps. 18.
Diss. Quomodo caro B. M. Virginis in originali concepta fue-, 182
L. c.
iit, Ang., fase. 3, 1933.
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 191
190 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
to, Dios podría, dando la gracia en el primer instante de la que equivale a aquella justicia, en cuanto a la aceptación
concepción de la Virgen, borrarle para que no fuese causa divina; más aún, la excede; luego, en cuanto está de su par-
necesaria de la infección del alma, si la gracia quitara de te, cualquiera tendría el pecado original, a no ser que otro
ésta el pecado. Lo de las penalidades de María tampoco con- le previniera con sus méritos. Así han de entenderse o ex-
cluye; porque el mediador puede reconciliar a alguno y con- plicarse las autoridades en que se dice que todos los que na-
seguir que se le quiten las penas inútiles y se le dejen las turalmente descienden de Adán son pecadores, es decir, que
que le son útiles; la culpa original no sería útil a María, del modo por donde reciben de Adán la naturaleza, les viene
pero las penas temporales sí, ya que con ellas mereció. también el carecer de la justicia debida, a no ser que se les
Viniendo, por tanto, a la cuestión, decimos: Dios pudo confiera por otro camino; pero así como podría dárseles la
hacer que María jamás estuviese en el pecado original. Pudo gracia después del primer instante, también podría conferír-
también haber hecho que lo estuviera sólo por un instante seles en el primero. Está, pues, claro lo que debe responder-
Pudo, además, hacer que estuviese en el pecado por algún se a las razones dadas en favor de la opinión primera, según
tiempo y purificada en el último instante de ese tiempo. Lo la cual María estaría muy necesitada de Cristo como Re-
primero, porque la gracia equivale a la justicia original en dentor.
cuanto a la aceptación divina, de suerte que por ella no Ella, en efecto, habría contraído el pecado original por
entre el pecado original en el alma que tiene la gracia, ya razón de la propagación común, a no haber sido prevenida
que Dios pudo en el primer instante de aquella alma infun- por la gracia del mediador; y si los otros necesitaron a Cristo
dirla tanta gracia cuanta infunde a las otras en la circunci- para que, por su mérito, se les perdonara el pecado ya con-
sión o en el bautismo; luego en aquel instante no tendría el traído, más le necesitaría María como Mediador que previ-
alma el pecado original, como no le tendría si fuese bauti- niera el pecado, para que nunca fuese contraído por ella.
zada; y si también hubo allí en el primer instante infección Si en contra de esto se arguye que primero fué natural-
de la carne, no pudo ser, sin embargo, causa necesaria de la mente hija de Adán, puesto que primero fué persona que
infección del alma, del mismo modo que tampoco lo es des- tener la gracia, y, por lo mismo, que en aquella prioridad
pués del bautismo, aun permaneciendo aquélla, en opinión estaba obligada a la justicia original por ser hija de Adán,
de muchos; o también pudo ser purificada la carne antes ds y no la tuvo, y que así contrajo el pecado original en aquel
la infusión del alma, para que en aquel instante no estuviera primer instante, respondo diciendo que cuando dos contra-
manchada. rios se comparan al mismo sujeto, según el orden de la na-
Lo segundo está claro, porque el agente natural puede turaleza, no están en ella a la vez los dos, sino solamente
empezar a obrar en un instante, de tal manera que lo que uno; y el otro, que se dice anterior con prioridad de natu-
en aquel instante está in esse quieto, bajo una forma, está raleza, no lo está, porque en el mismo instante está el con-
in fieri, con respecto al tiempo siguiente, bajo la forma con- trario; pero se dice anterior con prioridad de naturaleza,
traria; y si esto, que cualquier agente natural puede ha- porque entonces estaría en ella por parte del sujeto, a no
cer, puede también Dios hacerlo, Dios pudo, por tanto, en impedirlo una fuerza extrínseca...
cualquier instante del tiempo, causar la gracia... Lo tercero Concedo que antes, con prioridad de naturaleza, fué hija
es también manifiesto. Ahora bien, cuál de estas tres cosas de Adán que justificada, porque a aquella naturaleza así con-
que hemos demostrado ser posibles es la que se hizo, Dios cebida en el primer instante seguía el ser hija de Adán y
lo sabe; si no se opone a la autoridad de la Iglesia o de la no tener la gracia en aquel instante de naturaleza; pero
Sagrada Escritura, parece más probable lo que puede atri- no se sigue de esto que estuvo privada de la gracia hablando
buirse a María como más excelente. de aquel mismísimo instante, porque, según aquella priori-
Si se defiende la parte negativa de la cuestión, puede dad, la naturaleza del alma precedió tanto a la privación de
responderse a todas las autoridades que se oponen en con- la justicia como a la justicia misma; pero de esto puede
trario que cualquier hijo de Adán es naturalmente deudor solamente inferirse que en la razón de la naturaleza, funda-
de la justicia original y carece de ella por el pecado de Adán; mento de su filiación de Adán, no se incluye la justicia ni
hay, por tanto, motivo para que aquél contraiga el pecado tampoco su carencia" 17S.
original. Pero si a alguno se le da la gracia en el primer ins- Y después añade: "Allí, en el cielo, está la Santísima
tante de la creación de su alma, éste, aunque carezca de la Virgen, Madre de Dios, quien nunca fué su enemiga en acto,
justicia original, jamás será deudor de ella, porque, por el 1,3
In S, d. i, c. 1.
mérito de otro que previene el pecado, se le da una gracia
198 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA d. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 199
por razón del pecado actual, ni tampoco por razón del origi- C) La tercera época de la tradición se extiende desde el
nal; lo hubiera sido, sin embargo, a no ser de él preser- siglo xv hasta nuestros días.
vada" 174. a) En esta época, los teólogos orientales son, por lo ge-
De todo lo cual se deduce: neral, hostiles a la concepción inmaculada de María. Es bien
Primero. Que Escoto demuestra y enseña que la concep- extraño que los escritores bizantinos, tan entusiastas de sus
ción inmaculada de María no se opone a la universalidad tradiciones, cerraran de este modo sus oídos a las senten-
del pecado original ni a la universalidad de la redención cias de sus antiguos Padres y teólogos. Así, entre otros, Juan
por Cristo; más aún, que la dignidad de Cristo Eedentor se Nathanael, Metrofanes Kritopulus y Sevastes Kymenites,
agranda sobremanera si se concede que redimió a su Madre quien recogió los principales argumentos que más tarde ha-
de modo tan perfecto que, por la virtud de la misma reden- bían de desarrollar, para combatir el dogma de la Concep-
ción, nunca llegó a contraer la culpa original. ción Inmaculada, los escritores ortodoxos Sofronio Likhudes
Segundo. Que Escoto distingue perfectamente entre la y, principalmente, Leveded, de quien antes hicimos mención.
contracción del pecado original y el débito de contraerlo, Habíales precedido Nicéforo Calixto en el siglo XIV, quien
pues, sentada la distinción entre la prioridad de naturaleza "in commentatione troparii" fué el primero que, aunque con
y la de tiempo, enseña que la infusión del alma en el cuerpo alguna vacilación y excusándose, negó expresamente la con-
o en la carne, transmisora del pecado, precedió en la Santí- cepción inmaculada de la Santísima Virgen; pero, en reali-
sima Virgen a la infusión de la gracia, con prioridad de na- dad, las causas que más influyeron en concitar a los escri-
turaleza, no de tiempo; de lo cual resulta que María tuvo, tores orientales contra el privilegio mariano fueron, aparte
por una parte, el débito de incurrir en el pecado de origen la teología protestante, cuya influencia fué considerable y
y la necesidad de redención, y por otra, que en el primer preponderante en Rusia en el siglo xvín, la ignorancia que
instante de su existencia fué prevenida por la gracia del los escritores bizantinos de esta época tenían de su antigua
Kedentor y concebida inmaculada. literatura patrística y el acceso de los orientales a las Uni-
Tercero. De aquí que establezca la distinción entre re- versidades de Occidente, donde escucharon doctrinas opues-
dención liberativa del pecado original ya contraído y reden- tas muchas veces a la concepción inmaculada de María.
ción preservativa, merced a la cual y por los méritos de Cris- A este propósito dice Jugie: "Aprés avoir entendu les
to fuera la Santísima Virgen preservada de contraer dicho derniers théologiens de Byzance enseigner si clairement la
pecado. sainteté initiale de la Mere de Dieu, on est porté tout natu-
Cuarto. Finalmente, Escoto consiguió pulverizar los prin- rellemente á croire que cette doctrine avait définitivement
cipales argumentos de la opinión contraria y poner en claro acquis droit de cité dans l'Eglise grecque, et Ton s'attend
que nada podía deducirse de los dogmas de la fe que fuera á la rotrouver chez les théologiens postérieurs. Or voici le
contrario a la concepción inmaculada de María. phénoméne étrange que l'on constate. Un grand nombre
Toda la escuela franciscana abrazó esta doctrina de Es- de théologiens modernes nient ce qu'avaient affirmé les an-
coto, y fué valientemente defendida por sus discípulos inme- ciens, et se déclarent les adversaires de la doctrine catholi-
diatos, como Aureolo, y principalmente Francisco de May- que de l'immaculée conception. Des le siécle XVI, commence
rón, quien desarrolló ampliamente el argumento que tanta a prendre consistance dans les milieux orientaux l'opinion
celebridad alcanzó: Potuit (pudo Dios preservarla de pecado timidement émise au xiv siécle par Nicéphore Calliste...
original), decuit (convino que así lo hiciera), ergo fecit (lue- Comment expliquer cette rupture avec l'antique tradition
go lo hizo). También siguieron esta doctrina todos los teó- dans une Eglise qui est si fiére de son passé? Ce revirement.
logos de la Compañía de Jesús, y de entre los tomistas, Ca- ne s'explique point aisément et tient a des causes múltiples.
tarino, Juan de Santo Tomás y Natal Alejandro..., y otros Mais, tout d'abord, il faut se garder d'en exagérer l'étendue
muchos varones sapientísimos de diversas escuelas. "Apo- et la portee. A cóté du courant doctrinal fort puissant, il
yan, dice Medina, esta opinión todas las Universidades, en est vrai, hostile au privilége de Marie, il y a toujours eu
las cuales insignes maestros y doctos varones siguen esta dans l'Eglise gréco-russe, au moins jusqu'á la définition
sentencia, principalmente en la de París, madre y maestra de 1854, un courant nettement favorable a ce privilége,
de las demás" 175. comme nous le montrerons tout a l'heure. Par ailleurs, il
ne faut pas attribuer trop d'importance a ce que disent les
Ibíd., d. 18, q. unic théologiens de l'Eglise gréco-russe, voire méme á ce que
In S, q. 27, a. 2. peut écrire un patriarche de Constantinople dans une ency-
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 201
200 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
clique; car ni celui-ci, ni ceux-lá ne sont consideres comme n'élevérent pas la voix pour crier a l'innovation. Mais á me-
infaillibles... sure que le Saint-Siége patronna davantaje cette doctrine et
L'opposition á la doctrine de la conception immaculée multiplia les défenses de l'attaquer, ces polémistes, obéis-
dans l'Eglise gréco-russe ne s'explique pas uniquement, com- sant plus ou moins inconsciemmet á l'esprit de contradic-
me on le dit communement, par l'influence de la théologie tion qui caractérisa toujours les sectes séparées de la véri-
protestante. table Eglise, commencérent á mener campagne contr'elle...
Sans aucun doute, cette influence a été considerable. Elle Ajoutons que l'hostilité de quelques théologiens orien-
fut preponderante en Russie, au XVIII siécle. Mais elle esc taux á l'égard du dogme catholique a été motivée soit par
loin de rendre raison de tous les cas particuliers, et par une conception inexacte du peché original soit par una fausse
exemple, du cas de Cyrille Lucar, que fut, comme on sait, notion de l'enseignement catholique. Certains de ces théolo-
tout dévoué aux doctrines de la Reforme et qui enseigna, giens se son fait du peché original une idee analogue á celle
cependant, tres clairement l'immaculée conception, en se ré- de Pierre Lombart, et ont établi une connexion comme phy-
férant á Bellarmin. sique et matérielle entre la conception se produisant suivant
D'autres causes se sont combinées avec cette influence la voie ordinaire et la souillure du peché...
pour détourner les grecs modernes de la voie tracée par D'autres défigurent ce dogme par ignorance —nous
leurs ancétres. Mettons en premiére ligne l'ignorance de la n'osons diré par mauvaise foi— bien qu'il y ait parfois lieu
tradition byzantine, que l'on remarque chez ceux-lá mémes de douter de l'éxistence de la bonne. II n'est pas rare de re-
qui devaient en étre les dépositaires et les défenseurs. On contrer, de nos jours encoré, des grecs et de russes, je ne dis
remarquera que la plupart des témoignages exprimant la pas parmi les simples fidéles, mais parmi les théologiens de
perpétuelle sainteté de Marie que nous avons rapportées profession et jusque dans le rang des évéques, des gens qui
pour la période postérieure au schisme, son tires de piéce-s disent et qui écrivent que conception immaculée est syno-
inédites ou publiées seulement au XIX siécle. Ces témoigna- nyme de conception virginale, que, d'aprés la croyance des
ges les théologiens grecs modernes ne les ont pas connus. catholiques, la Mere de Dieu n'est pas née de l'homme et de
A partir du XVI siécle ils allérent puiser leur instruction la femme, mais par l'opération miraculeuse du Saint-Esprit,
théologique dans les universités d'Allemagne, d'Angleterre comme Jésus lui-méme... Ces remarques suffisent pour faire
et d'Italie. En Italie, ils prirent contact avec la scholastique apprécier á sa juste valeur l'opposition qu'a recontré la doc-
latine. En Allemagne et en Angleterre, ils se familiarisérent trine de l'immaculée conception dans l'Eglise gréco-russa
avec les doctrines de la Reforme. Si les lecons des profes- dissidente, a partir du XVI siécle" 17°.
seurs protestants n'augmentérent pas leur dévotion pour b) Los teólogos y escritores de la Iglesia occidental en
la Panaghia, il faut reconnaitre que la controverse qui di- esta época proclaman abiertamente el gran privilegio de
visait les théologiens catholiques au sujet de l'immaculée María.
conception pouvait avoir un resultat tout autre que celui de San Vicente Ferrer nos ofrece un testimonio espléndido-
leur inculquer cette doctrine. N'oublions pas qu'au XVI sié- "Advierte seis grados de santificación... El sexto grado, muy
cle, époque oü beaucoup de grecs étudient á Venise et á Pa- superior a todos los otros, es la santificación de la «Virgen
doue, l'école dominicaine nie encoré ouvertement le privilége María, porque no cuando iba a nacer, ni en el último día,
de Marie. semana o mes, sino en el mismo día y hora en que fué forma-
Si un décret du Saint Pie V, en 1570, interdit aux predi- do el cuerpo y creada el alma, y porque entonces era ya ra-
cateurs, sous peine de suspense, d'attaquer la pieuse croyan- cional y capaz de santificación, fué inmediatamente santi-
ce que tous les fidéles admettent, les théologiens gardent ficada... Por tanto, cuando el cuerpo de la gloriosa Virgen fué
la liberté de la discuter dans les académies jusqu'au debut organizado y delineado y el alma unida al cuerpo por crea-
du xvn siécle. Parmi les jeunes grecs qui sont mis au cou- ción, entonces el Altísimo santificó su tabernáculo" 177.
rant de ces discussions, les uns se prononcent pour le pri- Gérson, o el autor de un sermón que a él se atribuye,
vilége de la Toute-Sainte, les autres se laissent impressioner dice: "Nada tiene de extraño que el Señor, habiendo de re-
par les objections, et le rejettent... dimir al mundo, empezara su obra por María, para que
On peut aussi assigner une cause, d'ordre psychologique aquélla, por quien se preparaba la salud para todos, obtu-
aux négations de certains polémistes anticatholiques d'Orient 10
et de Russie. Tant que la doctrine de l'immaculée conception 1T
DTC, Immaculée Conception, t. vil.
' ln fest. Concept. B, M. V., serm. 4.
eut des adversaires parmi les théologiens catholiques, ils
C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 203
lidad, os ayude a poseer la abundancia de virtudes y a per- fiesta y de parte de dos insignes teólogos: de Juan Belethi,
severar infatigablemente en la venerada confesión de su de París, que deseaba su abolición: "Parece que más bien
nombre. Amén. Os obtenga por sus gloriosas intercesiones debe prohibirse, pues fué concebida en pecado" 193 ; y espe-
tiempos prósperos, gratos y pacíficos y, después de este si- cialmente de San Bernardo, que, aun siendo, por lo demás,
glo, gozos interminables a vosotros, que celebráis los magní- devotísimo de María, reprendió a los canónigos de Lyón por
ficos misterios de su veneranda Concepción. Amén"; 8) y, haber introducido esta festividad en su Iglesia. "Entre las
finalmente, por el Pontifical de la iglesia catedral de Essex, Iglesias de Francia, dice, ciertamente sobresale la de Lyón,
en el que bajo la rúbrica en que se lee: Bendición en la Con- tanto por la dignidad de su sede como por la eminencia de
cepción de Santa María, se hallan estas oraciones: "Que os su ciencia y el rigor de su disciplina. Por eso me admira
pida la eterna bendición de Dios la piadosa súplica de la más que quieran ahora algunos de vosotros introducir una
Bienaventurada Virgen María, que el Omnipotente declaró fiesta nueva, que el rito de la Iglesia desconoce, la razón no
por medio del angélico mensajero que había de ser conce- aprueba y la antigua tradición no recomienda. Pero diréis
bida y de la cual sería concebido su Unigénito, y que os que en gran manera ha de ser honrada la Madre del Señor,
sintáis siempre favorecidos con el benigno auxilio de ella, y decís bien; pero el honor de la Reina gusta de la discre-
benignísima como es. Amén. Y el que antes de su concep- ción. La Virgen Reina no necesita de ese falso honor, llena
ción la presignó con la sombra del Espíritu Santo, os con- como está de sólidos títulos, de honores y de dignidades
ceda la divina gracia de concebir espiritualmente en la Honra enhorabuena la integridad de su carne, la santidad
confesión de la Santísima Trinidad y os confirme con la de su vida; admira la fecundidad en la Virgen; adora a su
santificación de Dios, protegidos de todo mal. Amén. La prole divina. Ensalza a la que no conoció la concupiscencia
Santa María, Madre de Dios, os obtenga el aumento de la al concebir, ni el dolor en el parto. Predícala reverenciada
paz y gozo para que, a quienes fué comienzo de salvación por los ángeles, deseada por las gentes, preconocida por los
el feliz parto de la Bienaventurada Virgen, sea también el patriarcas y profetas, elegida entre todos, sublimada entre
mismo Jesucristo premio eterno de vida perdurable en los todos. Glorifica a la que encontró gracia, a la mediadora
cielos"; O ya, finalmente, por el Misal de Leofrico, de la
mismo iglesia de Essex, en el que para la fiesta de la Con- de la salvación, a la restauradora de los siglos; exalta a la
cepción de la Bienaventurada Virgen, el día 8 de diciem- exaltada sobre los coros angélicos en el cielo: esto canta de
bre, se encuentran estas oraciones: "Collecta. Dios, que por ella la Iglesia y eso mismo me enseña a mí a cantar. Lo
vaticinio angélico predijiste a sus padres la concepción de que de ella recibí, lo retengo y lo enseño. Recibí de la Igle-
la Bienaventurada Virgen, concede a esta • tu familia ser sia que se ha de celebrar con suma veneración aquel día en
fortalecida con los auxilios de aquella cuya sagrada solem- que de este siglo malvado subió a los cielos, donde se cele-
nidad de su concepción devotamente celebra. Por nuestro bran fiestas de celebérrimos gozos. También aprendí en la
Señor", etc. Al fin: "Nutridos de alimentos de vida y re- Iglesia y por la Iglesia a considerar santo y festivo el na-
parados con los divinos misterios, te rogamos, ¡oh Dios cimiento de la Virgen, sintiendo firmísimamente con ella
omnipotente!, que por la piadosa intervención de la siem- que fué santificada en el útero para salir de allí santa, como
pre Virgen María, cuya veneranda concepción celebramos, de Jeremías leo que antes de salir del vientre de su madre
nos libres de nuestros crueles enemigos. Por el Señor", etc. fué santificado, y también de San Juan Bautista, que en el
seno donde estaba sintió al Señor en el otro seno... Y lo
Más tarde, con la dominación de los normandos y abo- que a pocos mortales les fué concedido no es lícito sospe-
lido ya el calendario anglosajón, cayó en desuso en Ingla- char le fuera negado a Virgen tan excelsa, por la cual toda
terra la fiesta de la Concepción de María; pero nuevamente mortalidad emergió a la vida. Fué, sin duda alguna, la Ma-
fué restablecida y propagada en el siglo Xii por los trabajos dre del Señor santa antes que nacida; y no se engaña la
del abad Anselmo, pariente de San Anselmo de Cantorbery. Iglesia reputando como santo el día de su natividad y cele-
También se extendió esta fiesta por otros países del Oc- brándola todos los años con gozo y alegría de toda la tierra.
cidente, Alemania, Francia, Flandes y España, donde ya a Pienso yo que descendería sobre ella una copiosísima ben-
mediados del siglo XI se celebraba102en el monasterio de los dición de santificación que no sólo santificara su natividad,
benedictinos de Irache (Navarra) . sino que guardara toda su vida limpia de pecado. Lo cual
b) Pero pronto surgió la más ruda oposición contra esa se cree no fué concedido a ninguno otro de los nacidos de
102
G. GUTIÉRREZ, O. C.
Rationale divinorum officiorum, c. 146.
210 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 211
mujer. Era por demás conveniente que la Reina de las vír- Espíritu Santo, sino de pecado, y por qué se ha de celebrar
genes, por privilegio de singular santidad, viviera sin man- fiesta de quien no es santo? De buen grado renunciará la
cha alguna de pecado; que la que dio a luz al vencedor del Gloriosa a este honor con que parece honrarse el pecado o
pecado y de la muerte obtuviera para todos el don de ¡a introducirse una falsa santidad. De ningún modo le agra-
vida y de la justicia. Santa, pues, su natividad, porque sa- dará esta presunta novedad contra el rito de la Iglesia, no-
liendo de su vientre la inmensa santidad, santa había de vedad que es madre de la temeridad, hermana de la supers-
ser aquélla. ¿Qué falta añadir en su honor? Para que sea tición, hija de la ligereza. Pues si así os parecía, deberíais
honrada, dicen, hemos de honrar también su concepción, y haber consultado antes a la autoridad de la Sede Apostó-
así quedará honrado su parto; porque si la concepción no lica y no seguir precipitadamente y sin consejo la simpli-
hubiera precedido, no habría parto que honrar... ¿Y dónde cidad de algunos imperitos. Ya antes había advertido el
está la consecuencia en que, por preceder la concepción al error de algunos, pero disimulaba, haciendo gracia a una
parto, sea necesario para honrar a éste honrar también a devoción que procedía de su corazón sencillo y de su amor
aquélla como santa?... a la Virgen. Pero entre sabios y ante la superstición de una
¿Acaso se inmiscuyó la santidad en su concepción y fué famosa y noble Iglesia, de la cual soy especialmente hijo, no
santificada al mismo tiempo que concebida? ¿Cómo, pues, sé si podría disimular sin grave ofensa a vosotros. Todo lo
hubo santidad sin gracia santificante, o cómo pudo haber que dije, lo he dicho salvo mejor juicio. Someto al examen
unión del pecado con el Espíritu Santo? ¿O no hubo pecado y autoridad de la Iglesia Romana esto, como todo lo demás,
donde no faltó sensualidad? A no ser que se diga que fué y si ella siente de otro modo, preparado estoy a rectificar
concebida del Espíritu Santo y no de varón, y esto sería mi parecer" 19i.
inaudito. Pues leo que el Espíritu Santo no vino con ella, c) No faltaron quienes negaran la autenticidad de esta
sino que vino sobre ella, y así lo dice el ángel: El Espíritu carta de San Bernardo, que atribuyen a Nicolás de Clara-
Santo vendrá en ti. Y si es lícito decir lo que siente la Igle- val, secretario del Doctor Melifluo, pero sin razón, como
sia, y lo que siente es la verdad, digo que la Virgen glo- escribe Teófilo Raynaud: "A no ser que todas las cartas de
riosa concibió del Espíritu Santo, no que de El fuera con- San Bernardo se las atribuyamos a él, ésta, que especial-
cebida; digo que ella dio a luz siendo virgen, pero no fué mente tiene el sabor de San Bernardo, no podemos atribuír-
dada a luz por virgen... De lo contrario, ¿dónde estaría la sela a ningún otro, porque se parece a las demás como her-
prerrogativa de la Madre de Dios, por la que se cree que manas gemelas" 19S. Lo mismo opina Mabillón, quien afirma
ella únicamente juntó el honor de la prole con la integridad que todos 1S6los manuscritos comprueban la autenticidad de
de la carne, si también concedes esa prerrogativa a su ma- esa carta .
dre? Esto no es honrar a la Virgen, sino deshonrarla. Si, Pero, supuesta su autenticidad, no son del mismo parecer
pues, antes de su concepción no pudo ser santificada porque los doctores acerca de la intención de San Bernardo. Unos,
no existía; si tampoco en la misma concepción, por el pe- como Perrone, Mazzella, Paquet, Lepicier, etc., dicen que San
cado que acompañaba a esa concepción, no resta sino creer Bernardo no niega aquí la santidad de la concepción pasiva
que recibió la santificación en el útero de su madre, que adecuada, sino la activa y la pasiva incoada, como consta de
excluyendo el pecado hizo santa su natividad, pero no su las mismas razones del santo Doctor: "Qué pensamos se ha
concepción. Por lo que a muy pocos hijos de los hombres se de añadir a los honores", etc., etc.
concedió nacer santos, pero a ninguno ser concebido santo, Otros, como Vázquez, Mabillón Benedicto XIV, Malou,
a fin de que la prerrogativa de la santa concepción se re- Janssens, etc., estiman que San Bernardo habla no sólo de
servara a uno solo, que santificara a todos y que viniendo
sin pecado purgara los pecados de todos. Sólo Jesús, Nuestro la concepción activa y de la pasiva incoada, sino también de
Señor, concebido del Espíritu Santo, es santo antes y des- la pasiva adecuada; pues: a) San Bernardo no reconoce otra
pués de su concepción. Con excepción de El, a todos los de- diferencia entre la Virgen y los santos Jeremías y Juan el
más nacidos de Adán se extiende lo que uno con humildad Bautista sino en que la Virgen recibió mayor gracia que
y verdad confesó de sí mismo: In iniquitatibus conceptas ellos. P) Según San Bernardo, la santificación de la Virgen
sum et in peccatis concepit me mater mea (he sido concebido siguió a su concepción por no haber podido ser santificada,
en iniquidades y en pecados me concibió mi madre). Pues
si esto es así, ¿qué razón hay para celebrar esta festividad? Ep. 174, Ad Can. Lugdun.
¿Por qué se afirma santa una concepción que no es del Diptyaha Mariana, t. vil, p. II, punct. 2.
Praef. in op. S. Bernardi, n i . 15-16.
212 P. 11. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 213
lo que nuestros predecesores estimaron deber suyo defender dición, sujeta al demonio, infectada de la mancha común?
y propugnar con toda energía la fiesta de la Concepción de ¿Cómo quebrantó ella misma la cabeza del demonio si pri-
la Bienaventurada Virgen María y la concepción desde el meramente fué ella quebrantada por él? Lejos, muy lejos
primer instante de su ser, verdadero objeto de este culto. de inferir tal mancha a la que es nuestra gloria... Así como
De aquí las palabras terminantes con que Alejandro VII, de la pena se deduce la culpa, como dice Gregorio, así del
nuestro predecesor, declara la mente sincera de la Iglesia: defecto de pena puede argüirse el defecto de culpa. La con-
"Ciertamente, es antigua la piedad de los fieles de Cristo versión en polvo fué pena del pecado; y así Dios dijo a Adán
acerca de la Bienaventurada Virgen María, que por especial después de haber pecado: Polvo eres y en polvo íe conver-
privilegio y gracia de Dios y los méritos previstos de Je- tirás. Y porque creemos verdaderamente que la Virgen no
sucristo, su Hijo y Kedentor del género humano, fué preser- fué reducida a polvo, sino que gloriosa en cuerpo y alma
vada inmune de la mancha del pecado original, y en este sen- .subió a los cielos, por eso también creemos piadosamente
tido celebran con solemne rito la fiesta de la Concepción." que fué concebida sin mancha; pues, si no hubiese carecido
5.° Común sentir de los fieles.—Todo el pueblo cristia- de vicio, no hubiera carecido de suplicio. Y si dices: La Vir-
no, en apretado haz, profesó y defendió la Inmaculada Con- gen murió y padeció hambre y sed y algunas otras penas
cepción de la Virgen Madre de Dios. del pecado, te respondo: Cristo, sin pecado, las contrajo para
Los pastores de la Iglesia, las familias religiosas, las Aca- merecer por nosotros; la Virgen también para su mérito,
demias, las Ordenes militares, los reinos, las ciudades y aun pues no parecía decoroso que la Madre careciera de estas
los fieles más ignorantes, se gloriaron cada día más y más penalidades que por nosotros aceptó su Hijo" 202.
en defender y venerar la Inmaculada Concepción de la Vir- San Carlos Borromeo, arzobispo de Milán, en el mismo
gen María. siglo, sobreponiendo la santificación de la Santísima Virgen
a) Aun en los tiempos anteriores a la definición, ape- n la de San Juan Bautista, dice: "Juan fué santificado en
nas entre tantos centenares de obispos de todo el orbe cató- ol vientre de su madre al sexto mes de ser concebido; pero
lico hay alguno que no defienda la Inmaculada Concepción ésta recibió la plenitud de la gracia en el primer instante de
de la Virgen. su concepción" 203.
San Edmundo Rích, arzobispo de Cantorbery, en el si- San Francisco de Sales, obispo de Ginebra, en el si-
glo XII invoca así a María: "¡Oh clementísima y santísima glo xvn dice: "Como Dios debiera prepararse una Madre
Virgen, siempre Virgen María, Madre de Nuestro Señor y, según su corazón, quiso que su redención le fuera aplicada
según la carne, de la estirpe de Abraham, Esposa de Dios: como remedio preservativo, para que no llegara hasta ella
templo del Creador, sagrario del Espíritu Santo, bella como el pecado que se transmitía de generación en generación" 204.
la paloma, hermosa como la luna, escogida como el sol, es- San Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la
pejo sin mancha de la Majestad de Dios, contraste de la Iglesia en el siglo xvm, alega en su obra Las glorias de- Ma-
maldad de Eva, reparación de la vida, puerta del cielo, ho- r/a muchas razones de congruencia en favor de la Inmaculada
nor de las mujeres" 200. Concepción de la Virgen Madre de Dios, después de haber
San Pedro Pascasio, en el siglo Xin, expresó así su fe en tratado de este privilegio en su Teología Moral, ya jurídi-
la Inmaculada Concepción de la Virgen María: "Si la Vir- camente al hablar de las censuras sobre la Inmaculada Con-
gen María tuvo mancha de pecado original, habría que decir cepción, ya teológicamente, bajo cuyo aspecto escribe: "Aun-
que en algún tiempo estuvo bajo la ira de Dios, lo que no que no sea lícito defender una piadosa sentencia como si
puede decirse ni debe creerse" 201. fuera dogma de fe, sin duda alguna nos es lícito afirmarla
Santo Tomás de Villanueva, arzobispo de Valencia, en verdadera y común con los Salmanticenses (tr. 20, c. 9, n. 12).
el siglo xvi, discurre largamente sobre la Inmaculada Con- Más aún, podemos llamarla moralmente cierta y próxima a
cepción de la Virgen: "No pienses, ni por un momento, que ser definida como de fe, según enseña Viva (In q. Prod. ad
la Virgen fué concebida en pecado; esta gloria no es menor Tmtin.), y en su Curso teológico (p. VIH, d. 1, q. 2, n. 7)...
ni menos especial que el ser Madre de Dios según la carne. Fundado en tantas autoridades, yo, que soy el menor, lo
¿Piensas la ofensa que haces a la Virgen si dices que por afirmo, y brevemente aquí lo probaré.
un momento siquiera fué cautiva del pecado, hija de per-
300
*MB In Concept. B. M. Virginia., conc. 1.
m
Prayers of St. Edmund Rich., Areh. of Canterbury. " Hom. 72.
De muygt. B. V. Marine. '" Tr. de amore Dei, p i, 1. II, c. 6.
216 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 217
At quoniam saerae legis de fontibus tiausta monte: la de Cristo, en el día 25 de marzo, y la de su digní-
Creditur, ex omm nondum est explosa ttieatro, Mlma Madre; y la razón de esto es porque sólo estos dos
luaicio necdum sancti aamnata senatus. fueron concebidos santos y sin mancha de pecado original...
Qui vaticaní Romana paiatia saxi Y esta fiesta, según la intención de la Iglesia, se celebra en
JbJt piscosa regunt sulcantem caerula puppim. «O día en que la carne de la Virgen recibió su alma racional...
Difieren, sin embargo, estas dos concepciones en que la con-
¿Sed prior, ut nobis aequum sentiré videtur, cepción de Cristo no pudo ser de otra manera que santa,
Dignior est, et grata magis Nato atque Parenti; pura e inmaculada; la de la Virgen, a no ser divinamente
Nam legi assurgens Mariae decus addit, opusque preservada y prevenida por especialísima gracia, hubiera
Materna dignum attribuit pietate Tonanti 211. nido impura y manchada como las concepciones de los demás
hombres" 214.
8) En la Orden de Predicadores, su fundador, Santo Lo mismo defendió Ambrosio Catarino: "Así explicadas
Domingo, manifestó claramente su creencia en la Inmacula- las cosas..., nuestras palabras no se han de volver contra
da Concepción de María: "Así como Adán fué formado de la Orden, como algunos carnalmente piensan, sino total-
tierra virgen y no maldita, así era conveniente que el segun- mente en favor y gloria de ella. Sé que hay en esta glorio-
do Adán, Cristo, naciera también de tierra nunca maldita, sísima Orden quienes aman la verdad y la reconocen y con
es decir, de la Virgen Madre, que nunca fué maldita" 212 ; gusto la abrazan. Pero hay también algunos que, aunque
y es tradición constante que Santo Domingo comprobó aun no la reconocen, quisieran reconocerla y se adherirían
con milagros esta su doctrina; pues cuando la defendía en u ella; pero temen admitir algo contra la doctrina de los
Tolosa, disputando con los albigenses, fué arrojado al fue- santos, cuyo numeroso catálogo les es propuesto por sus
go el libro en que ella se contenía y quedó intacto e in- maestros, que parecen aprobar la posición contraria. Y du-
cólume. dan y temen donde ya no hay por qué temer" 215 ; Tomás
Campanella, Roberto Holchot, y en España San Vicente Fe-
Jamás la Familia dominicana se apartó totalmente de rrer, San Luis Beltrán, el Venerable Luis de Granada, Juan
esta senda trazada por su fundador, pues aun cuando algu- de Santo Tomás, Lorenzo Gutiérrez —profesor de la Acade-
nos de sus hijos se inclinaron a la sentencia opuesta, nunca mia de Alcalá de Henares, que predicó un sermón delante
faltaron varones insignes de la Orden acérrimos defensores de Felipe III, De la Inmaculada Concepción— y otros mu-
de la Inmaculada Concepción de María. chísimos e ínclitos hijos de esta Orden defendieron la inmu-
Juan Taulero, ya en el siglo xiv, se expresa así: "Resta nidad de María.
ahora decir algo en alabanza de la sacratísima Virgen Ma-
ría, digna Madre de Dios, y cuan peligrosamente acerca de En el Manual de la Orden de Predicadores, editado en
esto o se ciegan los hombres o yerran, con la ayuda de Dios Sevilla en el año 1524, se lee: "Porque la Orden de Predi-
lo hemos de demostrar con algunas razones. La ceguera no cadores acostumbró a adherirse a la doctrina de los santos,
es otra cosa que ignorancia de la inestimable belleza, bon- por eso sustentó hasta aquí la opinión de que la Virgen fué
dad y amabilidad de la gloriosa y siempre Virgen María. concebida en pecado; pero de esto no hay ya que cuidar,
Y en primer lugar, respecto a su hermosura, es cierto que es materia de ninguna utilidad y muy escandalosa, prin-
que desde el principio y antes de todos los siglos, Dios la eli- cipalmente cuando toda la Iglesia, cuyo uso y autoridad,
según Santo Tomás, prevalece sobre la sentencia de Jeróni-
gió y la amó para que fuera la Madre de Dios, la Reina de los mo y cualquier otro autor, afirma que fué preservada" 216.
cielos, la Puerta del paraíso, la Señora del mundo, la Madre
de la gracia, la Madre de la misericordia, y cuando llegó el O En la Familia franciscana es demasiado conocida la
tiempo determinado por el supremo Artífice, la creó nobilí- fe de San Francisco en la Inmaculada Concepción de María,
sima, hermosísima, preservada de todo pecado, así original y cómo invocando este misterio solía bendecir a los herma-
como actual, según convenía para ser Madre de Dios" 2l3 . nos que salían fuera.
Guillermo Pepino, que floreció en el año 1510, dice: "Po- Todos los hijos de esta Orden casi desde sus principios
cas son las concepciones que celebra la Iglesia: dos sola- pugnaron ardientemente en favor de la Inmaculada Concep-
214
215
De imitatione sanctorum.
211
De B. M. Virgine. Carmina quae et parthenice dicuntur, 1, I. Disp. pro vertíate Immacul. Concept. B. Vitg. ad Syn. Triden-
212
Tract. de corpor. Christi; Coccio, Thesaurus Catholicus. tinam.
213 215
Lib. De JO eaecit., c. 11. VELÁZQUEZ, O. C.
220 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 221
ción, de tal modo que se la llamaba comúnmente Opinión ix'HÓ en el Concilio de Trento; San Pedro Canisio, San Ro-
de los Menores, defendida y conservada por todos ellos como l"Tto Belarmino, San Juan Berchmans, que se obligó por
celestial herencia. \ oto escrito con su propia sangre a defender la Inmaculada
Brillaron en la defensa de este singular privilegio de Ma- i'oncepción; y decía diariamente a María: "Yo, Juan Berch-
ría, a más de Guillermo Guarra y especialmente Escoto, ni/ins, indigno hijo de la Compañía de Jesús, prometo a tu
muchos otros hijos de San Francisco, ilustres en ciencia y majestad, delante de tu sacratísimo Hijo, en cuya presencia
santidad, como Aureolo, Francisco de Mayron, Juan de Bas- '•••toy, ser un perpetuo defensor de tu inmunidad" 21 °; el
solis, Guillermo de Rubión, Tatareto, Liqueto, Gabriel Biel, I'•cato Alfonso Rodríguez, hermano y casi gemelo por su pie-
San Pedro de Alcántara, San Pascual Bailón, San José de dad de San Juan Berchmans; el Venerable P. Luis de la
Cupertino, etc. I'uente, Toledo, Suárez, Morales, Salazar, Martín del Río.
En el Capítulo general celebrado en Pisa el año 1263, Nioremberg, Ribadeneira y muchos otros, que sería imposi-
presidido por San Buenaventura, se estableció como fiesta ble enumerar, fueron constantes defensores de la Inmacu-
para toda la Orden la de la Inmaculada Concepción. lada Concepción; ya que tuvo la Compañía de Jesús tantos
En la Congregación general de Segovia, habida el año defensores de ese privilegio de María cuantos doctores, escri-
1621, toda la Orden seráfica se obligó con juramento a de- tores y predicadores hubo en ella; así que con razón pudo
fender y enseñar la Concepción Inmaculada de María: "Re- decir Vázquez: "Nuestra Compañía profesó siempre y en
novando el antiguo afecto de devoción a la Concepción de I odas partes esta doctrina" 22 °.
la Virgen María, que claramente consta se ha continuado 3) También veneraron y defendieron siempre la Con-
desde nuestros mayores hasta ahora; queriendo además aña- cepción Inmaculada de María las demás Ordenes religiosas,
dir una nueva obligación, juramos y prometemos a Dios como los Cistercienses, Premonstratenses, Mínimos, Trinita-
Nuestro Señor, a su santísima Madre, a nuestro Seráfico rios, Mercedarios y Siervos de María, cuyo superior gene-
Padre San Francisco y a todos los santos defender y enseñar ral en el año 1344, el Beato Mateo de Castro, cuando bende-
privada y públicamente que la Virgen Nuestra Señora fué cía a sus hermanos tenía siempre en su boca estas palabras:
concebida sin pecado original y preservada por Dios por los "La Inmaculada Concepción de María sea para vosotros sa-
méritos de Cristo, Señor nuestro; y procuraremos, en cuan- lud y protección"; los Teatinos, los Escolapios, etc., sin
to nos sea posible, enseñar esta santa devoción al pueblo olvidar a las Religiosas de la Concepción Inmaculada de Ma-
cristiano; y así lo prometemos y juramos por217Dios Nuestro ría, fundadas por Beatriz de Silva de Toledo en el año 1484
Señor Jesucristo y por esta señal de la cruz" . y aprobadas por Inocencio VIII y Julio II, en cuya Re-
Más tarde, en el Capítulo general de Toledo, en el año gla se manda, entre otras cosas, que las hermanas, al ser
1645, celebrado en el Convento de San Juan de los Reyes, recibidas a la profesión, digan: "Yo, hermana N., por amor
la Orden franciscana eligió como Patrona a María en este y en servicio de Dios Nuestro Señor y de la Inmaculada Con-
misterio de su Concepción Inmaculada. cepción de su Madre, hago votos y prometo a Dios", etc.
C) Insigne también ha sido la piedad y devoción de la c) Todas las Academias y Universidades célebres en el
Compañía de Jesús hacia la Concepción de la Virgen María. mundo tuvieron a gala defender este misterio de la Inmacu-
San Ignacio fué defensor acérrimo de la Concepción In- lada Concepción de la Virgen.
maculada, tanto de palabra como por escrito, según consta a) En el año 1340, las Universidades de París, Oxford
de un códice suyo, manuscrito que se conserva en Roma, en y Cambridge hicieron voto de defender la Concepción In-
el cual, después de escribir las singulares ilustraciones que maculada de la Virgen, y así lo atestigua Juan Bacon di-
recibió de Dios durante aquellos cuarenta días en que estu- ciendo: "No ha muchos años se disputó entre teólogos de
diaba la manera de establecer la pobreza en las casas de la las Universidades de París, Oxford y Cambridge, y en todas
Compañía, manifiesta 21Smás de una vez su amor a la pura ellas se determinó celebrar la Inmaculada Concepción de
Concepción de María . María..., y en dichas Universidades se celebra esta fiesta por
Imitadores de él en esta piedad para con la Santísima estatuto" 221.
Virgen fueron Diego Laínez, segundo prepósito general de La Universidad de París, en 1384 contra un dominico anó-
la Compañía, y Alfonso Salmerón, cuya autoridad tanto
210
VELÁZQUEZ, O. C.
220
217
Ibíd. In 3, d. 117.
231
218 J. B. FERRERES, La- Iglesia católica aclamando a María In-
SALAZAR, O, C , C. 42. maculada, "Razón y Fe", 1904.
222 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 223
nimo, y en el año 1387 contra Juan de Montesón, O. P., de- démicos ni incorporado como miembro de las mismas si no
fendió enérgicamente la Concepción de la Virgen y condenó afirmara y jurara defender esta fe en la Concepción Inmacu-
la sentencia contraria como falsa y escandalosa. lada de la Bienaventurada Virgen María.
En el año 1496, la Facultad de París obligó a todos sus Dice así el decreto: "Estando tan adelantado el curso
doctores a jurar que habían de defender siempre la Inmacu- del santo misterio de la Purísima Concepción de Nuestra
lada Concepción: "Estatuímos que nadie en adelante sea Señora, y deseando yo por todos los medios su mayor exal-
admitido en este nuestro Colegio si no prometiere ser siem- tación, he resuelto se escriba a las Universidades de Sala-
pre denodado defensor de esta doctrina y defenderla con manca, Alcalá y Valladolid, que en el juramento que hi-
todas sus fuerzas" 222. cieren de aquí en adelante todos los que recibieren los gra-
Las Universidades de Colonia y Maguncia, en los años dos desde el de bachiller hasta el de doctor en cualesquiera
1499 y 1500; la de Viena, en el año 1501; la de Bolonia y de las Facultades que se enseñan y profesan en ellas, y
la de Toledo, en 1507; las de Ñapóles y Palermo, en 1618; también los que se incorporasen en las dichas Universida-
las de Cracovia, Douai, Coimbra y Evora, en 1602, también des, digan y declaren las palabras de la Purísima Concep-
se comprometen a defender la Inmaculada Concepción de ción en el primer instante de su animación, observando en
María. esto lo que se dispone por la bula de Alejandro VII; y que
P) En España, que siempre fué muy amante de este pri- sin haber hecho el juramento en esta forma, todos los que
vilegio de la Santísima Virgen, la Universidad de Valencia, hubieren de recibir los grados y pidieren ser incorporados,
la primera de todas, se obligó en 1530 con juramento a de- no se les den, ni sean 224
admitidos, ni puedan regentar ningu-
fender la concepción sin pecado de María. na de las cátedras..." .
La de Granada, en 1617, hizo voto de derramar su san- Este decreto se extendió en 1779, por mandato del rey
gre en defensa de la Inmaculada Concepción con estas pa- Carlos III, a todas las Universidades españolas: "Con no-
labras: "Prometo que defenderé siempre que María en su ticia que he tenido de que los graduados en teología de la
concepción fué preservada por Dios de toda culpa original, Universidad de Avila no hacen en forma explícita, al tiempo
y solemnemente lo juro y lo prometo en manos del rector, de conferirse los grados, el juramento de defender el miste-
mi señor, y por esta verdad piadosa, si fuere necesario, de- rio de la Inmaculada Concepción de la Virgen Nuestra Se-
rramaré mi sangre y no rehusaré sufrir la muerte." ñora en el primer instante de su animación, al tenor de la
Iguales votos y juramentos hicieron las Universidades ley precedente y a consecuencia de la bula de Alejandro VII,
de Alcalá, Santiago de Compostela, Toledo, Zaragoza y Bar- he venido en resolver que todos los que recibieren grados en
celona, en el año 1617, y las de Salamanca y Valladolid, en las Universidades literarias de estos mis reinos, o los in-
el 1618. corporasen, hagan juramento de defender el misterio de la
La fórmula del juramento de la de Valladolid es ésta: Inmaculada Concepción en la misma forma que se hace en
"Yo, N., juro a Dios y a la Cruz, que corporalmente toco, y las Universidades de Salamanca, Valladolid y Alcalá" 225.
los santos Evangelios que la doctrina que afirma que la Las iglesias catedrales hicieron el mismo voto: la de
gloriosa Virgen María, Madre de Dios, por singular gracia Granada, en 1616; la de Sevilla, con su arzobispo y clero,
preveniente y operante divina, nunca estuvo sujeta actual- (Mi 1617; la de Barcelona, con el arzobispo de Tarragona y
mente al pecado original, y que fué santa e inmaculada des- demás obispos de aquel Principado, así como la de Zarago-
de el primer instante de su animación, según la bula de za, en 1618; la de Santiago de Compostela, en un sínodo ple-
Alejandro VII, he de sostenerla como piadosa y conforme al nario de todo el arzobispado, en 1619; la de Valladolid, en
culto eclesiástico y a la recta razón, y defenderla, ya pre- 16:14, y así otras muchas.
dicando, ya enseñando, tanto en las concertaciones priva- d) El mismo generoso voto hacían las Ordenes mi-
das como públicas. Así Dios me ayude y estos santos Evan- litares.
gelios" 223. La Orden de Calatrava hizo su voto y juramento en el
7) Finalmente, en el año 1664, por Real decreto de Fe- Monasterio de San Martín, de Madrid, en 23 de diciembre
lipe IV se mandó que nadie en las Universidades de Sala- dn 1652: "Prestamos juramento y nos obligamos con voto
manca, Alcalá y Valladolid fuera admitido a los grados aca- a defender siempre, afirmar y propugnar que la gloriosísi-
522
FRASSEN, Scotus Academices, t. Vil, d. 3, a. 3, q. 4. Novís. Recopilación, 1. i, tít. i, ley 17.
223
M. ALCOCER, Historia de la Universidad de Valladolid. Novís. Recopilación, 1. i, tít. i, ley 18.
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 225
224 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
ma Virgen María, Nuestra Señora, fué concebida sin pecado La de Alcántara, reunida en el Monasterio de San Ber-
original y que jamás pecó en Adán, y que desde el primer nardo el día 2 de febrero de 1653, determinó: "Que desde
instante de su felicísima concepción, en que se unió su alma luego, y desde aquí adelante, se votase y jurase pública-
al cuerpo, fué prevenida con gran cúmulo de gracia divina mente por el Excmo. Comendador mayor, presidente del Ca-
y preservada del pecado original por los previstos méritos pítulo, y por todas las dignidades, comendadores, caballe-
de la pasión y muerte de Cristo, Señor nuestro y Eedentor. ros, frailes della, en su nombre y en el de toda la Orden, de
Por tanto, afirmamos que la misma Bienaventurada Virgen sentir, profesar y defender que la Virgen María, Madre
fué redimida verdadera y propiamente con un género más f Dios y Señora nuestra, no tuvo pecado original, por haber
noble de redención. En defender esta certísima verdad y en ¡do preservada en el instante de su natural concepción, por
honor de tan excelsa Virgen, con la ayuda de Dios, lucha- U gracia santificante que Dios infundió en su candidísima
remos hasta la muerte... Asimismo juramos y prometemos .ilma, y que ningún caballero, religioso ni religiosa sea
no admitir a nadie a la profesión de nuestra nobilísima admitido a la profesión de nuestra Orden si antes de hacer
Orden sin que, después de los votos propios de la Orden, los votos de ella no hiciere primero el dicho juramento y
preste igualmente este especial juramento" 22C. voto" 228. ;
En el mismo año, en 30 de diciembre, hizo los suyos la e) Los emperadores y reyes muestran igual devoción a
Orden de Santiago en la capilla del Palacio Eeal de Madrid, la Concepción Inmaculada de María.
juntamente con el rey Felipe IV, gran maestre de la Orden, a) Juan I, rey de Aragón, en el año 1391, decretó que
con esta fórmula: "Nuestra sagrada e ínclita Orden, en el todos los años se celebrara la fiesta de la Inmaculada en
día de la fiesta de la Traslación de Santiago, congregada su capilla del Palacio de Barcelona; y en el año 1394 pro-
en la real capilla y a presencia de la Majestad augusta de mulgó una constitución, en la cual, después de aducir las
Felipe IV, prestó voto y juramento por sí y en nombre de principales razones que confirman este privilegio de la In-
todos los caballeros de la Orden, religiosos y monjas de la maculada Concepción, impone perpetuo silencio en su reino
misma Orden, de sostener, profesar y defender la verdad a la sentencia opuesta; y a los que en sus sermones y dispu-
de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen taciones pusieren en duda la inmunidad de María., se les ame-
y su inmunidad de toda mancha de pecado original. Además, naza con pena de destierro y confiscación de sus bienes 229.
que en lo sucesivo no sea admitido a la profesión de dicha Juan II, en el año 1451, y Martín, Alfonso y la reina Mar
nuestra Orden ningún caballero, religioso o monja sin que ría dieron decretos semejantes.
antes, en el mismo acto de la profesión, preste este mismo
juramento y voto... Quiere también esta sagrada Orden que Isabel la Católica, reina de Castilla y León, profesó
de todo esto se haga sabedor a nuestro Santísimo Papa Ino- mucho amor a este misterio; e Inocencio VIII la alaba en
cencio X, suplicándole por carta confirme y establezca este su bula ínter muñera del año 1489, en la que, accediendo
sagrado misterio de la Inmaculada Concepción... Y hacemos a sus súplicas, confirma la Orden de Monjas der la Inmacu-
este juramento y voto a Dios, Óptimo Máximo, y a la Bien- lada Concepción: "La hija Isabel, dice, reina de Castilla y
aventurada Virgen María, Madre de Dios; a Santiago el León e ilustre por su singular devoción a la Concepción de
Mayor, Apóstol y Patrono nuestro y Señor; a San Agustín,, la Virgen María..."
bajo cuya Eegla militamos, y a todos ¡os santos de la corte La misma reina y su esposo don Fernando, en el 1492,
celestial y a presencia de la católica Majestad del Eey nues- hicieron solemnemente el voto de —si la ciudad de Granada,
tro señor Felipe IV, de sostener y defender esta verdad no sujeta a la dominación de los moros, caía en su poder— edi-
sólo dentro de nuestras casas, sino públicamente, con alma, ficar un gran templo en aquella ciudad en honor de la Purí-
boca, vida y muerte, según el sexo, estado y condición de sima Concepción de la Madre de Dios 23 °.
cada uno; así como procurar con todas nuestras fuerzas di- Los mismos Eeyes Católicos establecieron en Toledo una
vulgar, propagar y establecer esta doctrina entre todos los Confraternidad bajo la advocación de la Inmaculada Con-
fieles" 2-'r.
Idéntico juramento y voto prestaron los caballeros de las *" FERRERES, 1. c.
Ordenes de Alcántara y Montesa. "* PINEDA, Advertencias al privilegio onceno de los del Señor_ Rey
Don Juan el Primero de Aragón en favor de la fiesta y misterio de
la Concepción de la Bienaventurada Virgen María.
--" VEGA, O. C , pal. 3, cert. 20. "• MlNGUELLA, Influencia del misterio de la Purísima Concep-
227
VEGA, 1. c. tión en el culto de la Virgen María en España.
Ir de la Virgen Santísima *
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 227
226 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
hado sea el Santísimo Sacramento y la limpia y pura Con- meros padres, y es cierto que así fué santificada el alma de
cepción de María sin pecado original" 234. Cristo en el primer instante de la Encarnación.
6.° RAZÓN TEOLÓGICA.—Pudo Dios preservar inmune de b) Convino que la Santísima Virgen fuera preservada
pecado original a la Bienaventurada Virgen María; convino Inmune de la mancha original, y esto por dos títulos: por
que María fuera desde el primer instante de su concepción <>1 do su divina maternidad y el de su consorcio en la obra
inmune de toda mancha original. Luego la Bienaventurada •le la redención.
Virgen María, preservándola Dios, fué concebida sin man- Por la divina maternidad.—En cuanto de modo singu-
cha de pecado original. Inr se refiere al Padre y al Espíritu Santo. La Bienaventu-
a) Pudo Dios preservar a María del pecado original. rada Virgen, por razón de la divina maternidad, adquiere
a) En efecto, no hay repugnancia alguna de parte de nuevas y admirables relaciones con el Eterno Padre, con
Dios, "porque aunque Dios, dice Morales, confiriera a Adán el cual comunica en el mismo Hijo; de donde resulta entre
la justicia original con la condición de que, si traspasare el Muría y el Padre celestial cierta unidad parental y como
mandato, toda la posteridad sería privada de ella, sin em- consorcio jurídico; y también con el Espíritu Santo, por
bargo, después de previsto el pecado de Adán, pudo Dios cuya virtud engendra a Cristo Salvador, siendo con razón
querer que el pecado no se trasfundiera en la Virgen, sino llamada socia del Padre en la generación del Hijo, su hija
prevenirlo e impedirlo por la gracia que se le infundiera unigénita, primogénita, única, y esposa del Espíritu Santo,
en el primer instante de su concepción, ya que Dios no se lemplo y santuario suyo. Esta relación de María con el Pa-
privó del derecho y libertad de ejercer su misericordia con dre y el Espíritu Santo exige que María fuera siempre santa
quien quisiere y cuando quisiere. De la misma manera que y jamás manchada con pecado.
si un rey diera una ley con pena de muerte, no por eso quie- En cuanto se refiere a Dios Hijo: a) Un hijo nobilísi-
re absolutamente que todos sus transgresores sufran de he- mo, cual es el Hijo de Dios hecho carne, debió tener también
cho esa pena, sino que quiere que todos sean reos de muer- una nobilísima Madre. A la suma nobleza corresponde tam-
te; y él mismo puede, sin embargo, remitirla o dispensarla; bién la nobleza de origen; esto es, concepción limpia e in-
y así dice San Agustín en el libro I De regimine principum: maculada.
"El príncipe puede librar a sus subditos de una ley o dis- p) El Verbo de Dios hecho carne fué el mejor Hijo de la
pensarla o aboliría" 2S5. mejor Madre: el buen Hijo muestra el amor a su ^Madre
P) Ni de parte de Cristo, puesto que no se irroga nin- por los dones que la concede. Luego el Verbo de Dios de-
guna injuria a su santidad; pues Cristo, tanto por virtud bió conferir a su Madre sumos dones de gracia, entre los
de su concepción del Espíritu Santo, como por virtud de su cuales se halla la inmunidad de culpa original. -¡) La pre-
persona divina, que de ningún modo podía admitir pecado servación del pecado original de la Virgen cede en honor de
en la naturaleza asunta, es santo e inmaculado; la Virgen, Cristo, pues como dice el Eclesiástico (3, 13): La gloria
del hombre proviene.de la honra del padre, y es desdoro del
sin embargo, ni en virtud de su concepción ni de su per- hijo un padre sin honra. Si Cristo hubiera tomado de su
sona fué inmune del pecado, sino sólo por singular privi- Madre carne manchada de pecado, cedería esto en deshonor
legio; ni se menoscaba la virtud santificadora de Cristo, ya de Cristo, en ignominia suya, porque por la consustanciali-
que la Virgen tuvo ese privilegio en virtud de los méritos dad de la Madre y del Hijo son ambos en cierto modo una
de El; lo cual no sólo no rebaja la eficacia de la pasión misma carne. B) Convino al Hijo de Dios, ejemplar de pu-
de Cristo, sino que enaltece más la gloria del Redentor, reza y santidad, formar para sí una Madre totalmente pura
al privilegiar a su Madre por este modo de excelentísima y ajena a todo pecado. Porque a la dignidad de Cristo, Hijo
redención. de Dios, hecho carne, no sólo afecta la pureza y santidad
7 ) Ni de parte de la Virgen María, pues nada impide do la Madre en aquel momento en que El fué concebido, sino
que en el instante mismo de ser creada su alma, fuera col- durante toda la vida y desde el primer instante de la exis-
mada de gracia. Y esto dicen los teólogos que ocurrió en la tencia de su Madre; porque en el tiempo en que fué conce-
creación de los ángeles y en la animación de nuestros pri- bida la Virgen, y desde toda la eternidad, existía aquella
ssi
Persona divina que la preparaba y adornaba para Madre
Sentencia de Sancto Thomés en favor de ¡a Inmaculada Con- suya, e) Finalmente, Cristo, Redentor del género humano,
cepción^ etc.
*" In caput priman, Mattkaei, l. ni, tr. l.» debió redimir a su Madre de un modo más perfecto que r>
•JIO 11. MATERNIDAD "i PRERROGATIVAS DE MARÍA
tado en el alma por los movimientos desordenados de la con- les, sacados del tesoro de la divinidad, que poseyera ella, her-
cupiscencia 261. mosa y perfecta, esa su plenitud de inocencia y santidad que
A esta concupiscencia la llama pecado el Apóstol (Rom. 7, después de Dios no puede concebirse mayor."
20-25), porque tiene su origen en el pecado e inclina al peca- Esto no sería así si la Virgen hubiera estado sujeta a los
do, como enseña el Concilio de Trento (ses. V, can. 5 ) : "El movimientos de la concupiscencia.
santo Concilio declara que nunca entendió la Iglesia que esta 2.° SANTOS PADRES.—Dice San Jerónimo: "Todo lo rea-
concupiscencia, llamada pecado por el Apóstol, pueda llamar- lizado en ella fué pureza y sencillez, todo misericordia y justi-
se pecado, porque lo sea verdadera y propiamente en los re- cia. Se la llama Inmaculada porque no sufrió corrupción al-
generados, sino porque proviene del pecado y al pecado in- guna. Y considerada más atentamente, se ve que no existe
clina" 262. virtud, ni hermosura, ni candor, ni gloria que en ella no
La concupiscencia en este sentido se llama fom.es del pe- resplandezca" 264.
cado, como estímulo y ocasión qué es del pecado. Y aunque San Juan Damasceno saluda así a la Virgen: "Dios te sal-
en nuestro estado presente sea consecuencia y pena del pe- ve, libro sellado, exento de todo pensamiento liviano" 265.
cado original, sin embargo, como declara el Concilio de Tren- Ricardo de Lorenzo nos presenta a la Santísima Virgen
to, permanece después del bautismo en los que han renacido con todos sus sentidos puestos en Cristo, su Hijo: "Entrega-
a la gracia, ad agonem, para la lucha; o sea, no para que da totalmente, dice, al servicio de su Hijo, cuando con cada
incitados por ella pequen, sino para que resistan, y resistien- uno de sus miembros le servía: sus pies y rodillas sostenién-
do sean coronados. dole, su vientre llevándole, sus pechos lactándole, sus brazos
Dice muy bien Salmerón: "La mancha del fornes o con- estrechándole, sus labios sonriéndole, su boca besándole, su
cupiscencia de la carne, aunque no puede extinguirse por lengua hablándole, sus oídos escuchándole, sus ojos mirán-
completo en esta vida, pueden, sin embargo, reprimirse sus dole, su cabeza adorándole" 26a .
impulsos con gran mérito nuestro, y en ello recibir el alma
3.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) María fué inmune de pecado
aumento de virtudes, de modo que sirvan a la virtud los mis-
mos movimientos que tendían a mancharla" 263. original. Pero en el presente orden la concupiscencia es una
El fornes del pecado puede considerarse en act) primero secuela del pecado original. Luego tuvo que estar exenta y
y en acto segundo. En el primer sentido es la misma potencia libre de la concupiscencia. Y nada importa en contrario que
del apetito sensitivo en cuanto inclinada o dispuesta a pro- la muerte y demás miserias corporales, a las que estuvo su-
ducir movimientos desordenados. En el segundo sentido es el jeta la Virgen, sean también consecuencia del pecado origi-
movimiento ya actualizado del mismo apetito hacia un obje- nal; porque estas miserias, que no inducen al pecado, puede
to sensible contrario a la razón, que antecede a la razón y la asumirlas una persona sin detrimento de su dignidad. De
atrae al pecado. aquí que Cristo las asumiera también, y también sin el fomes
El fomes del pecado en acto primero puede ser reprimido del pecado.
o anulado; es reprimido cuando, sin desaparecer la potencia b) El fomes en acto segundo es un acto del apetito sen-
que inclina a movimientos desordenados, se le impide pro- MÍtivo, contrario a la razón. Y estos movimientos, en sí ma-
ducir actos contrarios a la razón; es anulado cuando ni en los y culpables, a no ser que excuse la ignorancia o la impo-
acto primero queda en el apetito sensitivo potencia próxima tencia, no dicen bien al decoro de la Madre de Dios y, por
y ya dispuesta para producir actos disconformes con la recta lauto, no debió tenerlos.
razón. c) La Santísima Virgen tuvo el grado de pureza y santi-
dad que conviene a la dignidad de Madre de Dios, y bien
TESIS. La Santísima Virgen fué totalmente inmune del fo- claro es que la torpeza de la sensualidal no podía convenir a
mes del pecado, lo mismo en acto primero que en acto se- la decencia de la que en su seno virginal había de llevar cor-
gundo. ponilmente al Hijo de Dios.
PRIMERA PARTE.—1.° En la bula Ineffabüis Deus se dice:
d) En la Virgen floreció la más perfecta y absoluta vir-
"Por lo cual, más que a todos los ángeles y santos la colmó ginidad de alma y de cuerpo; esta absoluta virginidad, la más
(Dios) tan maravillosamente de todos los carismas ce'estia- purfecta que cabe, consiste en la integridad corporal libre de
361
MAZZELLA, De Dea Creante, d. 4, a. i. "" Serm. de Assumpt. B. M. Virg.
a» DB, n. 792. "" In Nativ. V. Marie, hom. 2.
m ""* De laúd. B. Marine, I. m. __ ¿ ...
In Evang., tr. 18.
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 239
238 T. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
Enemistades, como antes dijimos, perpetuas y absolutas 3ai, la Keina de las vírgenes, por privilegio de singular santidad,
las cuales no lo serían si María no fuese perpetuamente in- vivir sin pecado alguno" 300.
mune de toda culpa. b) A estos testimonios hay que añadir los ya citados
Lucas (1, 28): Y habiendo entrado el ángel a donde ella de los Santos Padres, en los que celebran con las mayores
estaba, dijo: Dios te salve, llena de gracia, el Señor es conti- alabanzas la singular pureza y santidad de la Virgen; con
go, bendita tú entre las mujeres. Ahora bien, el pecado mortal las cuales no es posible conciliar la mancha del más leve
deja vacía al alma de la gracia. Y en cuanto al pecado venial, pecado 301.
dice San Alberto Magno: "Donde hay algo de pecado venial, 4.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) Deducida de la maternidad
allí hay algo vacío de gracia; pero María, según el ángel, es divina.—Dice Santo Tomás: "A los que Dios elige para una
la llena de gracia; luego nada de pecado hubo en ella" 296. misión determinada, los prepara y dispone de tal modo que
b) A la Santísima Virgen se le aplica, entre otros luga- sean idóneos para aquello a que son elegidos, conforme a
res del Antiguo Testamento, aquel del Cantar de los Cantares lo que se dice en la II a los Corintios (3, 6 ) : Nos ha hecho
(4, 7 ) : Toda eres hermosa, amiga mía, y mancilla no hay en ministros idóneos del Nuevo Testamento. Ahora bien, la Vir-
ti; sobre lo cual dice el sabio Idiota: "Toda hermosa eres, gen fué elegida por Dios para ser su Madre, y no puede
Virgen gloriosísima, no en parte, sino en todo; y no hay en dudarse de que Dios la hizo apta para ello por su gracia,
ti mancha de pecado, ni mortal, ni venial, ni original; ni ja- según lo dijo el ángel (Le. 1, 30): Has hallado gracia delan-
más la hubo ni la habrá" 296. Y Ricardo de San Víctor: "Toda te de Dios; he aquí concebirás, etc. Pero no hubiera sido
hermosa fué la que fué poseída por toda la gracia, porque idónea para Madre de Dios si hubiera pecado alguna vez;
ningún lugar tuvo en ella el pecado" 297. tanto porque el honor de los padres redunda en los hijos, se-
3.° SANTOS PADRES.—a) San Cipriano dice: "Mucho se gún aquello de los Proverbios (17, 6 ) : Gloria de los hijos
diferenciaba de los demás, con quienes tenía de común la na- los padres de ellos; de donde, a la inversa, la ignominia de la
turaleza, pero no la culpa" 29S. Madre hubiera redundado en el Hijo; como porque tuvo
una especialísima afinidad con Cristo, que de ella tomó car-
San Agustín, discutiendo con los pelagianos sobre el pe- ne, y se dice (2 Cor. 6, 15): ¿ Qué concordia entre' Cristo y
cado original, excluye de la Santísima Virgen todo pecado: Belial?; como, en fin, porque de un modo singular habitó
"Excepto la Santísima Virgen María, de la cual, por el honor en ella el Hijo de Dios, que es la sabiduría de Dios, y no sólo
del Señor, no quiero en absoluto mover cuestión ninguna en su alma, sino también en su mismo seno; y se dice en
tratándose de pecados; porque sabemos que a ella le fué con- la Sabiduría (1, 4 ) : En alma maligna no entrará la sabi-
cedida más gracia para vencer totalmente al pecado, pues duría, ni morará en cuerpo sometido a pecado.
mereció concebir y dar a luz a quien nos consta no tuvo Por todo lo cual hay que confesar sencillamente que la
pecado alguno; exceptuando, digo, a esta Virgen, si pudié- Santísima Virgen no cometió ningún pecado actual, ni mor-
ramos reunir a todos aquellos santos y santas cuando vivían tal ni venial, para que se cumpla en ella lo que se dice en el
sobre la tierra y preguntarles si estaban exentos de pecado, Cantar de los Cantares (4, 7 ) : Toda eres hermosa, amiga
¿qué nos responderían? ¿No exclamarían a una: Si dijéra- mía, y mancilla no hay en ti 302.
mos que no tenemos pecado, nos engañaríamos, y la verdad
no estaría con nosotros? 299. b) Del consorcio de la Virgen en la obra de la reden-
ción.—María fué elegida por Dios para cooperar con Cristo
San Bernardo: "Pienso que descendió sobre ella una ben- a la Redención del género humano; pero nada más contrario
dición de gracias tan copiosa, que no sólo la santificó en su a esto que el pecado, que anula o debilita el valor de la
nacimiento, sino que durante todo el resto de la vida la guar- satisfacción, según aquello del Eclesiástico (34, 23): No re-
dó inmune de todo pecado, lo cual a ninguno otro nacido cibe el Altísimo los dones de los impíos.
de mujer le fué concedido. Convino, en verdad, al honor de c) De los textos de la Sagrada Escritura utilizados
como objeciones contra esta verdad.—Los textos que em-
284
Cf. supra, p. I, c. 5, q. 1. plean los protestantes nada dicen contra la inmunidad de
** Mairiale, q. 133.
S9
391
°
In contempl. Deip., c. 2.
Comía, in Cantic., 4. *°°1 Ep. 274, Ad Can. Vugdun.
" Serm. de Nativ. Christi- "°3 Cf. p. II, c. 5, (J. 1.
*™ De natura «t gratia, c 3« *° 3, q. 27, a. 4.
246 P. II. MATERNIDAD Y PREKBOGATIVAS DE MARÍA C. 5. PRERROSATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 247
todo pecado «n la Virgen. Al contrario, dicen mucho en su que rebaje la suma dignidad de la Madre ni la sujeción
favor. filial del Hijo. Por el contrario, a continuación de hacer
a) San Lucas (2, 43) da a entender con bastante clari- este como preludio de su futura vida pública, alumbrando
dad que no hubo negligencia por parte de la Virgen cuan- por unos momentos el templo de Jerusalén con un pasaje-
do perdió a su Hijo, creyendo que él estaba con los de la ro rayo de su majestad divina y de su luz mesiánica, no
comitiva, con los compañeros de viaje que solían en aque- desdeñó el seguirles a Nazaret para reinstaurar su vida
llas ocasiones caminar en diversos grupos. Y como, además, común y oscura en obediencia y sujeción. Y descendió con
José y María conocían la sabiduría de Jesús y su divina ellos y vino a Nazaret, y estaba sujeto a ellos (v. 51) S<M5.
filiación, no tenían por qué temer tanto por su Hijo, que 8) Las palabras No tienen vino (Jn. 2, 3), que dijo
no necesitaba que le llevasen de la mano para llegar a casa María en las bodas de Cana, no indican ninguna clase de
sano y salvo. vanagloria. Con ellas, María nos demostró dos cosas: una,
P) No hay tal dolor excesivo en la Virgen, sino sim- su gran compasión y prontitud de ánimo para atender a
plemente la expresión del justo y natural sentimiento de lá indigencia de los esposos, como dice San Bernardo: "Se
la Madre que busca a su Hijo perdido. compadeció de verlos avergonzados, como benignísima que
era. ¿Qué había de salir de la fuente de la piedad sino
7) Ni hubo acto de impaciencia cuando habló a su piedad? S04; otra, su fe en el poder de su Hijo y su con-
Hijo, al encontrarle, de este modo: Hijo, ¿por qué lo has fianza en la oración. La respuesta de Cristo: Mujer, ¿qué
hecho así con nosotros? Mira cómo tu padre y yo angustia- nos va a mí y a ti? Aun no es llegada mi hora, no es re-
dos te buscábamos (Le. 2, 48); palabras que no envuelven prensión ni repulsa a la intervención de la Virgen; Cristo
una queja de impaciencia, sino que revelan el gran amor y parece dar a entender con estas palabras que no dependía
el gran dolor por la ausencia de su Hijo, y en cierto modo de sus padres en lo relativo a su obra mesiánica, y a los
también atestiguan su propia dignidad y autoridad mater- milagros con que la había de confirmar, sino de la voluntad
na, preguntándole por qué se ha portado así con sus padres, de Dios, y conforme a la cual sólo han de obrarse en el tiem-
dándoles aquella pesadumbre. po y hora que Dios determine.
Por lo que hace a la respuesta de Cristo: ¿Para qué Tan lejos estuvo María de sentirse ofendida por las pa-
me buscabais? ¿No sabíais que en las cosas que son de labras de Jesús, que al punto ordenó a los criados con se-
mi Padre me conviene estar? (v. 48). No es una investi- guridad y confianza: Haced cuanto El os dijere (v. 5).
gación, porque El todo lo sabía; ni expresión de extrañe-
za, porque era muy natural que los padres buscaran con Y, en verdad, Jesús obró privadamente y por honrar
angustia a su Hijo perdido; ni reprensión, porque ellos no a su Madre el milagro que, según parece, no había querido
tuvieron ninguna culpa, sino que fué una enseñanza y al hacer, al menos públicamente, porque no había llegado su
mismo tiempo una defensa de su conducta; el quedarse Je- hora.
sús en Jerusalén sin decir nada a sus padres era para dar De todos modos, bien que María anticipase con su rue-
a entender que, además de las cosas tocantes a la vida do- go la hora de Dios, o que Cristo hiciese el milagro en privado
méstica y corporal, en las que obedecía a sus padres, tenía porque no había llegado la hora de hacerlos en público, lo
otras referentes a su divina misión, en las que sólo obede- que aparece bien claro en esta narración es la eficacia de la
cía a su Padre celestial. intercesión maternal de María ante su Hijo 30s .
Porque, aunque María y José sabían muy bien, de modo e) Tampoco fué ambiciosa ni importuna cuando se
general, que Cristo, Salvador del mundo, estaba ocupado acercó con sus parientes y trató de hablar a Jesús, que
en las cosas de su Padre, sin embargo, en particular, no estaba predicando (Mt. 12, 47). No hubo ambición; pues,
entendían del todo los designios del Padre, es decir, el tiem- como dice San Pedro Canisio, "no puede haber la más mí-
po, lugar y modo en que debía su Hijo ejercer su misión nima sospecha de ambición en aquella Virgen, cuya hu-
divina. Por eso, Cristo les hace saber que aquellos 'días le mildad profunda es testimoniada por Dios" soe, ni ella se
habían sido señalados por el Padre para hacer su primera 303
manifestación al mundo, dejándoles inciertos, sin embargo, LEPICIER, O. C , p. n, c. 1, a. 3; KNABENBAÜER. Comm. in Evang.
seo. Lucam; LEBRETON, O. C„ p. II, c. 4.
acerca de cuándo habría de reanudar su misión pública. 801
Serm. in Dom. 1 p. oet. Epiph.
Dice el texto sagrado: Ellos no entendieron la palabra que •" JANSSBNS, O. C , p. n, sect. 1, c. 1, *pp.
les habló (v. 50). Pero en esta conducta de Cristo nada hay *» O- c, 1, IV, e. 19.
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA CE MARÍA 248
'*" L. c.
w
" Ep. ad Laetam.
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 251
250 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
unida al Verbo sea inficionada con la mancha del pecado; por San Anselmo: "Estaba bien que resplandeciese con la ma-
porque, siendo las acciones de los supuestos o personas, yor pureza que puede haber después de Dios aquella Virgen,
si la naturaleza humana pecase, haría pecador al mismo a la que Dios Padre se disponía a darle su único Hijo, en-
Verbo. gendrado igual a El y por El de corazón amado como a sí
6.a Tampoco hay duda de que los bienaventurados son mismo, de tal manera que naturalmente fuese uno y el mis-
impecables e intrínsecamente impecables, según la común mo el Hijo de Dios y de la Virgen" 32S.
sentencia de los teólogos, por virtud de la visión beatífica; 9. a Esto supuesto viene la cuestión de cuál es la impe-
porque, como dice Santo Tomás: "La criatura racional es cabilidad que corresponde a la Bienaventurada Madre Vir-
confirmada en justicia, porque se hace bienaventurada por gen; o por qué título, intrínseco o extrínseco, fué impecable.
la clara visión de Dios, al cual así visto no puede menos a) Sin duda la Bienaventurada Virgen no es impecable
de adherirse, por ser la misma esencia de la bondad, de por ningún título o principio intrínseco, a) Porque el prin-
la cual nadie puede apartarse, puesto que nada se desea cipio intrínseco de la indefectibilidad en el bien es triple,
y ama, sino bajo la razón de bien. Y digo esto según la ley a saber: o la misma naturaleza divina, o la persona divina
común" 320; e igualmente Suárez cuando afirma "que aquel en la naturaleza a sí unida, o el lumen o luz de la gloria
bien divino alcanzado y su visión convierte a sí toda el alma intrínsecamente recibido en el entendimiento, que es el prin-
y su atención con tanta eficacia, que en fuerza de él nunca cipio de la visión beatífica. La Bienaventurada Virgen no fué
pueda volverse a querer algo que no sea antes regulado por impecable por ninguno de estos principios; no por el pri-
ellos con la voluntad divina, sobre si aquello le es conve- mero, como es evidente; no por el segundo, porque la Bien-
niente o no; porque, como dijo Agustín (Tr._ sobre el sal- aventurada Virgen es una hipóstasis o persona distinta de
mo 35): Serán embriagados de la abundancia de tu casa, su Hijo; ni por el tercero, porque aunque la visión intuitiva
cuando se tiene aquella visión inefable, fenece en cierto de Dios hubiese sido concedida alguna vez a la Virgen en
modo la mente humana y se hace divina, y asi se embriaga vida mortal, sin embargo, esa visión no fué por una ilumi-
de la abundancia de la casa de Dios; y por eso en todas las nación o luz permanente, sino transitoria; a saber, tal que
cosas que ama, ve a Dios mismo y compara todo lo que ha no fijase suficientemente al sujeto en el bien. P) Añádase
de amar con su bondad, de modo que solamente ame aquello a esto que la maternidad divina no es una forma física que
que es conforme con El" S21. afecte intrínsecamente el alma de la Bienaventurada Vir-
7. a Finalmente, suponemos que muchos justos, cuando gen; la maternidad es sólo una relación, y como tal se re-
vivieron en la tierra, por la abundancia de las gracias y fiere al Hijo simplemente como a término, aunque en la
auxilios de Dios fueron consiguiente y extrínsecamente im- estimación moral esta misma dignidad divina redunde del
pecables, lo cual se puede afirmar con seguridad de San Hijo en la Madre.
José, que en toda su vida no tuvo pecado actual; y de los b) El título que hace a María extrínsecamente impeca-
apóstoles, que desde el día de Pentecostés no cometieron ble es la misma maternidad divina, porque la dignidad de
pecados mortales ni veniales deliberados, y de otros insignes Madre de Dios dice de suyo repugnancia con el pecado:
santos, en determinadas materias, como el Angélico Doctor repugnancia que no es física, sino moral, y consiste en la
después de su célebre victoria en materia de castidad y de no decencia e indignidad moral que resultaría de unir la
San Juan Bautista en pecados de lengua. eximia dignidad de la Madre de Dios con la vileza y feal-
8. a Que la Bienaventurada Virgen fué impecable: a) Lo dad del pecado; de la misma enunciación de los términos,
afirma San Pedro Damiano: "¿Qué pudo faltar de santidad, en efecto, se ve cuánto repugna a la razón y prudente es-
de justicia, de religión, de perfección a esta Virgen, que fué timación el consorcio de la divina maternidad con el pe-
llena del carisma de toda la divina gracia? Porque así lo cado; porque, como escribe Eipalda: "¿Quién no concibe
oyó del ángel cuando la saludaba: Dios te salve, llena de que tan grande dignidad no debe ser asociada con tanta
gracia, el Señor es contigo. ¿Qué vicio pudo vindicar para fealdad y vileza? ¿Quién no se siente sobrecogido de horror
sí un lugar en la mente o en el cuerpo de la que, como un al considerar a la Madre de Dios como enemiga de Dios,
cielo, mereció ser sagrario de toda la divinidad?" 322 ; b) y merecedora de su odio, esclava de los demonios y desterrada
esto se deduce del principio de la máxima pureza expuesto del reino de su Hijo, y entregada a los tormentos eternos, co-
sas todas ellas anejas al pecado? Aun en lo humano causa-
820
1, q. 100, a. 2.
M1
De ult. fine hominis, d. 10, sect. l. De Concept. Virginia, c. 18.
™ ffow. in Nativ. B. M. Viraini».
254 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 255
ellos, muy pocos, como Durando 336, Medina 33r , etc., la dicen limpio cristal; y: No entró en ella algo manchado. La Virgen
impecable desde la primera santificación en el seno mater- fué siempre oro limrjio, sin ninguna escoria de pecado ori-
no; otros, más comúnmente desde el primer instante de su ginal, mortal o venial. Y era oro semejante al vidrio, por-
concepción; y la razón la encuentran en la misma materni- que tuvo una naturaleza, no de querubín o de serafín, sino
dad divina; la Bienaventurada Virgen no fué, en efecto, más humana; esto es, vitrea y frágil, en la cual es más admirable
impecable después de la segunda santificación, o sea de la la pureza sin mancha. El que mora en casa limpísima, cu-
concepción de Cristo, por la cual en acto y físicamente fué bierta de alfombras y tapices, no es de extrañar que no se
hecha Madre de Dios, que después de la primera, cuando en llene de barro. Pero es verdaderamente admirable que np
el primer instante de la concepción fué engrandecida con la recoja ni una pequeñísima partícula de barro el que mar-
plenitud de la gracia, porque, aunque entonces realmente no cha por un camino lleno de lodo. Los querubines y serafi-
fuese Madre de Dios, sin embargo había sido ya elegida nes fueron formados en el cielo y llevan una vida en la que
para Madre de Dios por una eterna e infalible preordenación, no hay cosa inmunda. Pues el que no hayan cogido polvo
o barro antes de conseguir la bienaventuranza, aunrme ad-
y moralmente se la consideraba Madre de Dios: y, por tan- mirable, sin embargo no lo es tanto. Pero que a la Virgen,
to, ya desde el primer momento de su concepción poseyó la que vivió en un mundo inmundo, no se le haya adherido ni
plenitud de la gracia y de los dones sobrenaturales y otros siquiera la mancha de la más pequeña inmundicia, esto es
auxilios y privilegios divinos que la hicieron impecable. ciertamente cosa digna de toda admiración. ¿No es admi-
C) Puede decirse, sin embargo, que después de la en- rable que, en tan largo espacio de vida, en tantas acciones,
carnación del Verbo, una nueva razón vino a robustecer la en tantas palabras, en tantos deseos, en tantos pensamien-
verdad de la impecabilidad de la Santísima Virgen, la que tos, que no se pueden contar, no se pueda descubrir ni un
del sentimiento de la maternidad deduce San Bernardino de solo pensamiento o palabra que se distanciase o se apartase
Siena: "En tercer lugar, fué el sentimiento de la materni- de la regla y voluntad divina?"
dad. Tuvo el sentimiento actual y experimental de la filia-
ción de Dios, pensando y saboreando íntimamente de cuan "Hermosa fué la Virgen como Jerusalén; porque consi-
grande Hijo era Madre, y cuánto le quedaba obligada, por- guió por gracia en la tierra lo que los habitantes de la Jeru-
que la había elegido por Madre con preferencia a todas las salén celestial, esto es, los ángeles, consiguieron por la
otras" 338. bienaventuranza en el cielo. Los ángeles en el cielo gozan de
completa pureza de todo pecado; también la Virgen en la
COROLARIO.—Se sigue de lo dicho que la Bienaventurada tierra gozaba de completa pureza de todo pecado, aun leví-
Madre Virgen tuvo la mayor pureza después de Dios. Pues simo, y vencía en pureza a los mismos ángeles. Nada man-
la pureza, como dice Santo Tomás, se procura por el apar- chado entra en la celestial Jerusalén, nada manchado entró
tamiento de lo contrario, y, por tanto, se puede encontrar en la Virgen celestial" 340.
algo creado más puro que el cual nada pueda haber en las
cosas creadas, si no está manchado de pecado; y tal fué la
pureza de la Bienaventurada Virgen, la cual se apartó per- A E T I C U L O II
fectísimamente de todo lo que es contrario, esto es, no sólo
de todo pecado original y actual, mortal y venial, sino tam-
bién de toda moral imperfección y defecto; por lo cual San DE LA SANTIDAD POSITIVA DE LA BIENAVENTURADA
Efrén la alaba así: "Inviolada y completamente pura Vir- MADRE VIRGEN
gen Madre de Dios, reina de todos" 33ü. Examinada la santidad negativa de la Bienaventurada
Con razón, pues, se aplican a la Bienaventurada Virgen Madre Virgen, vamos a considerar su santidad positiva, que
aquellas palabras (Cant. 6, 3 ) : Eres hermosa, amiga mía... consiste en la perfección de la gracia que le fué concedida.
Y graciosa como Jerusalén. Elocuentemente dice Barradas: Una es la gracia que hace grato (gratum faciens); otra
"Fué hermosa y graciosa como la Jerusalén celestial, de la la dada gratis (gratis data); la primera, la que hace grato,
cual dice Juan: La misma ciudad, oro limpio semejante a se divide en habitual o santificante y actual; asimismo, la
336
gracia habitual se puede considerar ya en sí, ya en sus se-
337
In S, d. 3, q. 4. cuelas; a saber, en.las virtudes y dones del Espíritu Santo.
338
In 3, q. 27, a. 4.
330
Serm. 4, De Concept. B. V. M. Comm. in Conc. et Hist. Evang.
Or. de laúd. Deip.
P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 261
Todas, pues, estas gracias y dones han de estudiarse por 2.° SAGRADA ESCRITURA íGen. 3, 15): Pondré enemista-
separado en la Bienaventurada Virgen, a saber, la gracia des entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje; ella
habitual, ya en sí, ya en las consiguientes virtudes infusas quebrantará tu cabeza...; donde la Bienaventurada Virgen
y dones del Espíritu Santo; la gracia actual y las gracias aparece claramente asociada a Cristo en las enemistades con-
gratis dadas. tra el diablo, cuyo término definitivo es el triunfo que de
él ha de obtener con Cristo y por Cristo; pero esa total aso-
ciación con Cristo pide en la Bienaventurada Virgen gra-
§ I. DE LA GRACIA HABITUAL DE LA BIENAVENTURADA cias ubérrimas y singular santidad aun desde el principio
MADRE VIRGEN de su vida.
San Lucas (1, 28): Y habiendo entrado el ángel a donde
. OBSERVACIONES PREVI*S.—1. a La gracia habitual de la estaba, dijo: Dios te salve, llena de gracia, el Señor es conti-
Bienaventurada Madre Virgen se rviede considerar tanto en go... a) Como el ser preservada de pecado no es otra cosa
su comienzo o en la primera santificación, como en su au- que tener gracia santificante desde el principio de la existen-
mento o segunda santificación, como también en su consu- cia, y como María ha sido preservada de modo singularísimo
mación o en el término de la vida. del pecado original, se sigue claramente que desde el prin-
2. a Consta ya de lo dicho acerca de la inmaculada con- cipio estuvo ya llena de gracia, b) El saludo del ángel se
cepción que la Bienaventurada Madre Virgen en el primer dirige a María elegida para Madre de Dios, y en el mismo
instante de su concepción pasiva fué santificada, porque la momento en que se le anuncia su elección a dignidad tan : ex-
remisión del pecado original no puede hacerse sin la infu- celsa; por tanto, en María debió responder a tan sublime
sión de la gracia santificante; y por esto la inmaculada dignidad de Madre de Dios una plenitud de gracia singular.
concepción no se distingue en realidad de la primera san- c) El ángel dijo a María: El Señor es contigo, ciertamente
tificación de la Madre de Dios y se puede llamar su gracia por la gracia de que fué llena; y no dice ni fué ni será, sino
original. simplemente": El Señor es contigo, sin determinar especial-
3. a Es cierto que María en el primer instante de la con- mente ningún tiempo. Como, por otra parte, nada hay que
cepción, a causa de la suma dignidad de la maternidad divi- obligue a poner limitaciones de tiempo en las palabras del
na, a la cual era destinada, recibió una señaladísima abun- arcángel, se puede concluir que el Señor estuvo presente a
dancia de gracia. Conviene investigar, sin embargo, cuánta la Bienaventurada Virgen, llenándola de gracia ya desde la
fuese, así en el principio de su vida mortal, como en el de- primera hora en que la creó.
curso de la misma, como, finalmente, en su término.
3.° Los SANTOS PADRES Y LOS ESCRITORES ECLESIÁSTICOS
alaban a la Bienaventurada Virgen llena de gracia, o no
Cuestión 1. Si la Bienaventurada Virgen fué llena de gra- poniendo limitación alguna de tiempo o declarando expresa-
cia en el primer instante de la concepción. mente que tan gran abundancia de gracia le fué conferida
desde el principio.
TESTS. La Bienaventurada Virgen fué enriquecida con ple- Así San Epifanio: "María, bajo todos los aspectos, es
nitud de gracia en el primer instante de la, concepción, llena de gracia" 341.
San Pedro Crisólogo: "A cada uno se le da la gracia por
1.° Por la bula Ineffabilis Deus: "Desde el principio y partes, 342
pero a María se le infundió toda la plenitud de la
antes de los siglos eligió y ordenó para su Hijo unigénito gracia" .
una Madre, de la cual naciera hecho carne en la plenitud de San Sofronio de Jerusalén: "Te aclamo llena de gracia,
los tiempos, y la amó sobre todas las criaturas, tanto, que porque 343
has sido llena con sus dones más que todas las cria-
en ella se complacía con inclinadísima voluntad. Por lo cual, turas" .
mucho más que a todos los espíritus angélicos y a todos los San Pedro Damiano: "¿Qué pudo faltar de santidad, qué
santos la llenó maravillosamente de la abundancia de todos, de justicia, de religión, de perfección a esta Virgen singu-
los carismas celestiales, de tal manera que, libre siempre
de todo pecado y toda hermosa y perfecta, poseyera aquella 811
Haer., 58.
343
plenitud de inocencia y santidad que después de Dios no se 843
Serm. 143.
concibe mayor." Serm. 10, In Annunt. Deiparae.
262 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
D'Argentan 35B, Lepicier •35T, Terrien 358, etc., callan o niegan b) La primera infusión de la gracia hizo a María in-
aquel exceso de la gracia inicial en la Bienaventurada Virgen. maculada, libre del fomes del pecado e inmune de toda cul-
Por el contrario, Henríquez 359, Vega 3K"', San Lorenzo de pa, aun levísima. Para ningún hombre o ángel tuvo tales y
Brindis a01, Contenson :"2, Morales ^'', Garau 364, San Alfon- tantos efectos la primera santificación.
so S05, Seldmayr 30a, Tanquerey 0GÍ, Hugón 308, Garriguet 3<i!).
Sinibaldi 3 "', etc., ponen la gracia inicial de María sobre la TESIS 2. La gracia inicial de la Bienaventurada Madre Vir-
gracia consumada de todos los hombres y espíritus celestia- gen fué mayor que la gracia consumada de los ángeles]
les juntos. y de los hombres considerados separadamente.
Esta sentencia es la que nos agrada, porque, como dice
San Alfonso: "Cuando una opinión es en cualquier manera Por gracia consumada se entiende no la gracia de la
honorable a la Santa Virgen, y no está desprovista de fun- bienaventuranza del cielo, sino aquella que se tiene al fin
damento y, por otra parte, no repugna ni a la fe, ni a los de la vida y cierra el estado del nombre viador.
decretos de la Iglesia, ni a la verdad, no seguirla o contra- 1.° La verdad de nuestra tesis parece insinuarse en la
decirla, con el pretexto de que la opinión contraria puede bula Ineffabilis Deus: "Por tanto, mucho más que a todos
ser también verdadera, es mostrar poca devoción a la Madre los espíritus angélicos y a todos los santos la llenó..."
de Dios. Yo no quiero ser de estos devotos tan reserva- 2.° a) Cuanto más se aproxima algo a su principio en
dos" S71. algún género, tanto más participa de su influjo. Pues bien,
la Bienaventurada Virgen ya desde el primer instante de su
TESIS 1. La gracia inicial de la Bienaventurada Madre Vir- concepción se aproximaba a Dios, fuente de toda gracia, más
gen fué mayor que la gracia concedida a cualquiera dq que otro santo o ángel consumado en gracia; porque, como
los hombres o de los ángelus en su primera santificación. elegida ya Madre de Dios, desde su primera santificación
estaba destinada a un íntimo parentesco con Dios.
1.° Bula Ineffabiliis Deus: "Por tanto, mucho más que b) Cuanto una forma es más perfecta, más perfecta
a todos los espíritus angélicos y a todos santos la llenó ma- disposición requiere. Luego así como la maternidad de Dios,
ravillosamente de la abundancia de todos los carismas ce- para la cual fué como una disposición la primera gracia de
lestiales..." la Santísima Virgen, a fin de que fuese idónea para tan gran
2.° a) A cada uno le da Dios gracia según aquello para ministerio, es la mayor dignidad que cabe en una pura cria-
lo que le elige; María, pues, en el primer instante de su con- tura, así la gracia inicial de María, como disposición que era
cepción debió recibir gracia proporcionada a la dignidad de para tan alta dignidad, debió superar la gracia que pudiera
la maternidad divina, para la cual había sido elegida por acumular algún hombre o ángel en el término de su estado
Dios desde la eternidad, dignidad suma, ante la cual debe- de viador.
mos decir con San Pedro Damiano: "Aquí calle y se estre- c) Como la gracia sea efecto del amor divino, a mayor
mezca toda criatura, y apenas se atreva a mirar la inmen- amor de Dios en la criatura corresponde proporcionalmen-
sidad de tan grande dignidad y dignación" 3'-2. te mayor grado de gracia. Ahora bien, la Santísima Virgen
~®*>
357
Conférences sur les grandeurs de la tres Sainte Vierge, t. n. en el primer instante de la concepción es más amada por
O. c, p. II, e. 1, a. 4. Dios que cualquier santo o ángel, porque es amada como
858
O. c , 1. IV, c. 4. electa Madre de Dios, por cuya razón es más estimada de
853
De ult. fine hominis, c. 10, n. 7.
300
O. c , pal. 16, cert. 3.
Dios que el santo más insigne, que el más ardiente de los
301
De laudibus, de invocatione et de festis B. Mariae Virginia. ángeles.
3<a
O. c , specul. 2.
303
In cap. 1 Mat., 1. II, tr. 9. TESIS 3. La gracia inicial de la Bienaventurada Madre Vir-
3M
Deipara Elucidata, p. I, princ. 5, § 2.
306
Glorias de María, c. 5. gen fué mayor que la gracia final concedida a todos los
860
O. c . p. I, q. 10, a. 2. santos y ángeles, aun considerados colectivamente.
307
De Verbo lncarn. et Redempt. De consect. utriusque mys-
terii, a. 2, § 2. 1.° Por la bula Ineffabilis Deus: "Por lo cual mucho
368
309
Tr. de B. V. Deipara), q. 2, a. 2. más que a todos los espíritus angélicos y a todos los santos
370
La Vierge Marie, p. n, c. 7. • ' la llenó maravillosamente de la abundancia de todos los ca-
371
// Cuore della Madre di Amore, e. 1. rismas celestiales,.."
373
Glorias de María, c. 5.
Serm. 44, De Nativ. B. Mariae.
266 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
confiesan que la gracia concedida a la Bienaventurada Vir- San Gregorio Niseno: "El Espíritu Santo, dice, vendrá
gen en la encarnación del Verbo fué suficiente para extin- sobre ti y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra.
guir el fomes del pecado y confirmarla en el bien. Así Santo ¡ Oh, dichosas entrañas aquellas que por ¡a excelencia de su
Tomás: "Pero en la concepción dtl Hijo de Dios su gracia bondad trajeron a sí todos los bienes! Porque en todos los
fué consumada, confirmándola en el bien" a77 ;.y San Alberto demás hombres, un ánimo puro apenas advierte la presen-
Magno: "Creemos, sin perjuicio de mejor sentencia, que la cia del Espíritu Santo; pero esta carne fué el receptáculo
Bienaventurada Virgen en la concepción del Hijo de Dios del Espíritu Santo" 381 .
recibió tal y tanta caridad, cual y cuanta podía percibirse San Jerónimo: "Sin duda, por así decirlo, la Bienaven-
por una pura criatura en el estado de vía" 3 7 8 ; palabras que turada y gloriosa Virgen María, aunque ya antes no pudie-
se. han de entender en el sentido de que María recibió tal y ra compararse con ella ninguna de las vírgenes que hay bajo
tanta gracia, cuanta era necesaria para ser digna Madre del cielo, en punto a poder recibir decentemente en sí la
de Dios. unión de la divinidad, quedando salvas las dos naturalezas,
sin embargo, cuando es llena de la gracia, cuando es inun-
dada por el Espíritu Santo, cuando es cubierta con la vir-
TESIS 1. La Bienaventurada Virgen María pudo crecer en tud del Altísimo, se hace más preciosa con los méritos, más
gracia en el decurso de su vida mortal. sublime con la elevada dignidad, más hermosa con la san-
tidad, más gloriosa con las prerrogativas de sus méritos" 3S2.
1.° Es dogma de fe que la gracia santificante en los
hombres viadores es • capaz de aumento, según el Concilio Ricardo de San Lorenzo: "Y bien dijo llena de gracia
Tridentino (sess. VI, c. 32) 3T0; y es manifiesto que la Bien- la que en el corazón y en el cuerpo había recibido toda la
fuente de la gracia, a quien el mismo manantial de la gracia,
aventurada Virgen durante todo el tiempo de su vida mortal Cristo ¡Señor, ctió tanto de su inmensa plenitud, que la llenó
permaneció en estado de viadora. por todas partes, y de esta plenitud El mismo se hizo rio,
2.° Por otra parte, la gracia inicial de la Bienaventura- el cual también llenó primero la mente que el vientre; y
da Virgen pudo crecer indefinidamente; pues no era infini- cuando nació, separándose del cuerpo, no se separó del
ta, ni absolutamente suma, como la gracia de Cristo, que se alma" ~¿s\
conmensura con la unión hipostática como su dote natural Y San Pedro Canisio dice: "María, no menos ciertamen-
e hizo a Cristo desde el mismo principio de la encarnación te que todos los otros a quienes aprovechó la presencia cor-
pleno y perfecto comprensor. poral de Cristo, fué capaz de recioir las divinas influencias
que obraban por la carne de Cristo... ¿Quién, pues, sino un
TESIS 2. La Bienaventurada Virgen María alcanzó una necio, dudará de que ella, en aquella suma familiaridad y
gran abundancia de gracia en la concepción de Cristo; unión con Emmanuel, recogiera de la carne de Cristo un fru-
pero creció continuamente en gracia, tanto antes de la to singular... de suerte que por el frecuente contacto de
encarnación como después de ella. aquella carne divina se hiciera más limpia, más santa y,
por decirlo así, más divina?" a84.
PRIMERA PARTE.—1.° San Atanasio dice: "Ha ocurrido
2.° Cuando alguna cosa se aproxima más a un princi-
que has sido llamada llena de gracia, puesto que abundabas pio en algún género, participa más su influjo. La Bienaven-
en toda gracia, y esto por la venida del Espíritu Santo; turada Virgen se acercó en máximo grado a Dios, fuente de
y por eso buscarán tu rostro todos los ricos del pueblo toda gracia, cuando en la concepción de Cristo, Hombre Dios,
(Ps. 44, 13), enriquecidos por esos bienes y espirituales fué hecha en acto y físicamente su Madre.
contemplaciones" 38°.
"El Espíritu Santo descendió a la Virgen con todas las SEGUNDA PARTE.—a) La gracia puede ser aumentada en
virtudes esenciales, vistiéndola de gracia para que fuese gra- alguno por tanto tiempo cuanto dura su estado de viador.
ciosa en todo. Y por esto se la llama llena de gracia, porque Ahora bien, la Bienaventurada Virgen fué puramente via-
abundó en todas las gracias desde que la llenó el Espíritu
ssl
Santo." In diem nat. Christi.
a83 Serm. de Assumpt. B. M. Virg. ad Paulam et Eustockium,
m entre las obras de San Jerónimo.
3,8
S, q. 27, í>. 5, ad. 2.
Marialo, q. 46. s»
351
De laúd, B. Mariae, 1. iv, c. 24.
s O. c , 1. IV, e. 14.
™M DB, n. 842.
* Bom. de Ss. Deipara, entre las obras de San' Atanasio.
C 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 271
270 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
Cuestión 4. Si la Bienaventurada Virgen creció en gracia Cuestión 5. Si la Bienaventurada Virgen mereció por todas
"ex opere operantis" o por vía meritoria. y cada una de sus acciones de su vida.
Fué sentencia de algunos que la Bienaventurada Virgen,
OBSERVACIONES PREVIAS.—1. a Las acciones unas son hu-
desde la encarnación del Hijo hasta la muerte, no pudo me-
recer; entre los que la siguen se citan, según Suárez 3SG, a manas, otras del hombre (hominis). Las acciones humanas
Ricardo, Alejandro de Ales, etc. son aquellas que proceden de la voluntad deliberada o de
otras facultades bajo el imperio de la libre voluntad; accio-
TESIS. La Bienaventurada Virgen María durante todo el nes del hombre (hominis) son aquellas que se ejecutan por
tiempo de su vida creció en gracia por méritos propios. las facultades consideradas en sí e independientemente de
la libre determinación de la voluntad.
1.° Los justos por las buenas obras pueden merecer de En cualquier puro hombre se encuentran muchas accio-
condigno aumento de gracia, según define el Tridentino nes que no proceden de la razón y de la voluntad, sino de
(sess. vi, s. 32): "Que verdaderamente puede merecer au- las propiedades del cuerpo, verbigracia, caer hacia abajo;
mento de gracia el justificado por sus buenas obras, hechas o de la virtud del alma vegetativa, como nutrirse, crecer;
por la gracia de Dios y el mérito de Jesucristo, de quien o de la parte sensitiva; porque las propiedades corpóreas
es miembro vivo" 387. Pues bien, la Bienaventurada Vir- y funciones vegetativas no están en modo alguno sujetas
gen durante todo el tiempo de su vida realizó constante- a la razón, al menos directamente, aunque indirectamente
mente actos meritorios, pues no empezó a existir antes lo estén al arbitrio de la voluntad, en cuanto a la aplica-
que a merecer, ni vivió un solo instante en que no mere- ción de la materia; y las acciones de la parte sensitiva se
ciese; desde el p'rimer instante de su concepción, en efecto, sujeten al imperio de la voluntad solamente de un modo
hasta su muerte estuvo en estado de vía, enriquecida con imperfecto, a no ser que con el don de la integridad u otro
una gracia santificante suma, y sus actos fueron libres y privilegio se afirme la sujeción de las fuerzas interiores
honestísimos y dirigidos únicamente a Dios por un íntimo al imperio de la razón.
y perfectísimo afecto de caridad; porque, como dice San 2. a Puede distinguirse, además, un doble género de ac-
Bernardino de Siena: "Jamás eligió sino lo que le mostraba ciones humanas: las que son honestas por el objeto, como
la sabiduría de Dios, y amó siempre a Dios tanto cuanto 'os actos de las virtudes; y las que son por el objeto indi-
creía que debía amarle" 388 ; y Canisio: "¿Acaso hubo algo ferentes y se ordenan al bien y provecho de la naturaleza,
como el salir de casa, ir al campo, etc.
333
In i, d. 5, a. 2. 3. a La cuestión versa sobre los actos humanos de la
380
887
In 3, d. 18, seet. í.
DB, n. 842. ** O. c„ 1. II, c. 16.
888
Serm. 51.
272 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 273
Bienaventurada Virgen, pero no de los meramente natura- tendimiento, ya de la voluntad, tanto esencial como par-
les, tanto del cuerpo como del alma; pues éstos, aunque ticipativamente considerada, fueron deliberados, sin que se
sean del hombre, sin embargo, no son humanos, ni proceden produjera en ella movimiento ninguno de las fuerzas infe-
de la voluntad libre, y. por tanto, no son de suyo dignos ni riores contra la recta razón, ni se anticipara siouiera a su
de alabanza ni de mérito. imperio; por otra parte, no podía cesar, como dice Suárez,
de todo acto externo o interno, ya poroue esto es casi impo-
TESIS. La Bienaventurada Virgen mereció por todos y cada sible a la condición humana, ya también porque en el hom-
uno de los actos humanos de su vida. bre, que usa de la razón y es capaz de advertencia, ha-
bría aVguna culpa en permanecer así ocioso, lo cual no se
í.° San Alberto Magno dice: "Allí donde la razón no puede decir de la Bi°naventurada Virgen" 392 : ya principal-
puede errar en el discernir ni la voluntad puede elegir el mente porque a la Virgen Santísima se le dio desde el ins-
mal. se elige siempre lo óptimo y lo último; pero estas dos tante de su concepción ciencia infusa propiamente tal, como
perfecciones existieron en la Beatísima Virgen; luego hizo se demostrará en su lugar. Pero la ciencia infusa propia-
todas las cosas por lo mejor y, por consiguiente, mereció mente tal es independiente de las representaciones de la
en todos y cualquiera de sus actos." imaginación, así como de las operaciones de los sentidos y
"Además, lo que es el alma al cuerpo, eso es la caridad aun de las disposiciones del cuerpo; y. por tanto, no hay
al alma; luego así como el alma realiza todas sus operacio- míe admitir que en la Bienaventurada Virgen se produjera
nes por el cuerpo, así la caridad, donde plenamente es como interrupción alguna de los actos de esta ciencia, ni divaga-
la forma del alma, hace todas las operaciones por el alma, ción de la mente, ni interferencia de pensamientos indelibe-
y así merece con cualquiera de ellas; pero esto se verificó rados, ni fatiga del cuerpo causada por el ejercicio de la
en la Beatísima Virgen; luego mereció con todos y cual- misma ciencia; pues todas estas cosas provienen en nosotros
quiera de sus actos" 39 °. Sel natural comercio de la parte intelectiva con la fantasía
2.° Nada faltaba a todos y a caJa uno de los actos hu- v las otras potencias sensitivas ligadas a las materiales con-
manos de la Bienaventurada Virgen para que mereciese el diciones de los órganos de nuestro cuerpo.
aumento de la gracia, puesto que todos y cada uno eran
libres y honestos, sin mezcla de afecto desordenado y enno- A este pronósito dice Terrien: "N'est-ce pas la plainte
blecidos todos con una gracia santificante suma; además, les saints et des plus grands saints de ne pouvoir ni penser
aunque la Bienaventurada Virgen hiciese muchos actos in- i Dieu ni l'aimer de tout l'effort de leur volonté, sans défail-
diferentes por su objeto, sin embargo, ninguno tuvo que no ance aucune, sans interruption, constamment et toujours?
fuese honestísimo por el fin; por último, María ordenaba ü'es.t que, nous le sentons et le savons, l'exercice de nos fa-
todos sus actos a Dios por imperio de su caridad ardentí- Miltés les plus hautes, encoré qu'il n'ait aucun organe ma-
sima; y como dice San Pedro Damiano: "Exhalaba por ;ériel pour principe, est dans une nécessaire et perpétuelle
doquiera la fragancia de sus buenas obras, y tendía a lo lépendance des sens, de l'imagination, de mille autres cau-
sublime con la intención continua del corazón" 3M. ses différentes qui le paralvsent, l'interrompent ou le trou-
)lent. Or, aucun de ees obstacles en Marie... Outre la con-
iais?ance commune, elle a possédé, suivant une opinión
Cuestión 6. Si la Bienaventurada Virgen mereció continua- :olidement probable, et des le principe, une science infuse
mente y cre<*¡ó en gracia durante todo el tiempo de su les dioses divines, dont l'exercice n'était assujetti d'aucune
vida. naniére aux dispositions du corps et des sens... Que suit-il
le la? Qu'il n'y eut jamáis pour Marie la moindre interrup-
La continuidad en el merecer de la Bienaventurada Ma- ion des actes humains; par conséquent, qu'il y eut en ell?
dre Virgen puede entenderse o del tiempo de vigilia o del ontinuité parfaite de mérite; puisque tout acte humain qui
tiempo del sueño. i'est pas mérite, porte un caractére de culpabilité" S93.
1.° Que fuera continuo el mérito de la Santísima Vir- 2.° Pero si la continuidad en el merecer se entiende
gen durante el tiempo de vigilia hay que admitirlo con toda también del tiempo en que la Bienaventurada Vira en dor-
certeza; porque, por una parte, todos sus actos, ya del en- mía, niegan que la Virgen María obrase entonces Iibremen-
w ,2
Mariale, q. 135. In S, d. 18, sect. 2.
sal
Serm. 3, De Nativ. Mariae. * O. c , I. vil, c. 1.
274 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 275
394
te y, por tanto, mereciese, Gerson , el Abulense S9B, y en-
396
tre los modernos, Lepicier ; sin embargo, son más 39r los y por la contemplación en las vigilias casi continua o con-
doctores que lo afirman, como San Bernardino de Siena , tinuamente y aun en el tiempo del sueño, estuvo unida a
39S 3 Dios con vigilante corazón y no cesa de velar por la Iglesia,
Dionisio el Cartujano , San Pedro Canisio ", San Fran-
cisco de Sales 40°, Contenson 401, Suárez, 402, Vega 403, Tei- a ella encomendada" 409.
rien 404, Hugon 405, etc. b) La razón es porque habiéndosele dado ciencia infusa
Parece más probable la sentencia afirmativa; porque: propiamente tal desde el primer instante de su concepción,
a) Dice San Ambrosio: "Dormir no fué antes deseo que ne- ciencia que es independiente de los fantasmas y de las ope-
cesidad, y, sin embargo, cuando descansaba el cuerpo, vigi- raciones de los sentidos, nada impedía que en el sueño, ador-
laba el espíritu, el cual frecuentemente en los sueños o repi- mecidos la fantasía y los sentidos externos, se entregase a
te lo leído, o continúa lo interrumpido con 406 el sueño, o hace una continua contemplación y al amor de las cosas celes-
lo dispuesto, o decide lo que se ha de hacer . tiales, usando de aquella ciencia.
San Bernardino de Siena: "El sueño, que abisma y se- 3.° Aunque concedamos, dice Suárez, que a veces se
pulta en nosotros el acto de razón y del libre albedrío, y, interrumpiera este mérito por el sueño y por la flaqueza del
por consiguiente, el acto de merecer, no creo que causara cuerpo, con todo, fueron tan breves aquellas interrupciones,
tales efectos en la Santísima Virgen, sino que su alma con y ellas a su vez interferidas con tantos pensamientos divi-
acto libre y meritorio tendía entonces a Dios, y así en aquel nos, que en buena estimación moral se puede llamar conti-
tiempo era más perfectamente contemplativa que quien lo nuo aquel mérito. La Santísima Virgen necesitaba poco tiem-
haya sido más nunca en estado de vigilia; de aquí que ella po para dormir, en parte por el óptimo temperamento de
dice en el Cántico (c. 5 ) : Yo duermo, pero mi corazón vela, su cuerpo, en parte por su manera de vivir tan moderada,
a saber, en la 40r
contemplación perfecta, no debilitada por ac- y dedicaba gran parte de aquel tiempo a la vigilia y a la
ción ninguna" . oración por la virtud perfecta con que mortificaba su cuerpo.
Ruperto de Deutz: "También fué y es propio de muchas •
almas, no sólo por modo de semejanza, dormir en ocio santo, Cuestión 7. Si la Bienaventurada Virgen tuvo aumento de
esto es, desentenderse de cuidados terrenos y vigilar con el gracia "ex opere operato".
corazón en los cuidados celestiales por la contemplación,
sino también, a la manera del sueño de Jacob, dormir según Gracia ex opere operato se entiende toda gracia confe-
el cuerpo y vigilar según las cosas celestiales. Pero tú, ¡oh rida por sola la voluntad de Dios, independientemente del
cielo de Dios, única sede del Señor!, en ambas maneras de mérito del sujeto que la recibe; lo cual puede acontecer de
vigilar fuiste mucho más eminente que todos los mortales, dos maneras: o por los sacramentos o fuera de los sacramen-
mucho más aplicada a contemplar a aquel en quien desean tos. En la presente cuestión se trata de si tal aumento de
mirarse los ángeles y también mucho más apta" 40S. gracia tuvo lugar en la Bienaventurada Virgen, ya por vir-
Y Dionisio el Cartujano: "La Santísima Virgen pudo tud de los sacramentos, ya fuera de ellos.
decir de modo eminente... En el sueño corporal su corazón Hay, pues, que considerar en esta cuestión los sacra-
estuvo siempre vigilante, y por la ardentísima caridad, la mentos de la Antigua y de la Nueva Ley, y también algu-
esplendidísima y exuberantísima sabiduría infundida en ella, nos momentos u oportunidades de la vida de la Bienaven-
384
305
Super "Magníficat", t r . 5. turada Virgen, en los cuales debió manifestarse con especial
Super Matth. 1, q. 55.
3M
O. c , p . II, c. 1, a. 5.
relieve la benignidad de Cristo hacia su Madre.
391
Serm. 5 1 .
283
In Cant., 1. V. TESIS. La Bienaventurada Virgen María consiguió un in-
389
O. c , 1. r, c. 13. signe aumento de gracia en virtud de los sacramentos
«o Traite de l'amour de Dieu, 1. III, c. 8.
401
de la Antigua y de la Nueva Ley.
O. c , 1. X, d. 6, c. 1, specul. 2.
402
103
In 3, d. 18, sect. 2. 1.° En cuanto a los sacramentos de la Ley Antigua.—
404
O. c , p a l . 28, c e r t . 3. En la Ley Antigua, además de la circuncisión para los va-
O. c , 1. vil, c. 1.
406
O. c , q. 2, a. 3. rones, había el remedio de la naturaleza (remedium natu-
IM jje Virgin.,
407
1. II. rae), que se aplicaba a las mujeres para quitar el pecado
L. c. original. En este sacramento se confería la gracia no pro-
'<" In Cant., 1. v.
"•' L. c.
276 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍ» 277
píamente ex opere operato, sino cuasi ex opere operato, esto Virgen? Aunque es cierto e indudable que el bautismo no
es, fuera de todo mérito de la que lo recibía. era necesario antes de la muerte de Cristo, sin embargo, los
Por tanto, se debió aplicar tal remedio a la Bienaventu- apóstoles fueron ordenados sacerdotes y recibieron la Euca-
rada Virgen, como a las otras niñas, poco después de na- ristía antes de la pasión, y como de ley ordinaria (de la
cer, puesto que sus padres, que no conocían el privilegio de cual no consta que Cristo dispensara a los apóstoles) na-
la inmaculada concepción de su hija, se debieron conformar die se hace capaz de los otros sacramentos si no está an-
a la ley de este sacramento de acuerdo con la tradición de tes bautizado, hay que pensar que los apóstoles fueron bau-
los antepasados. Por lo cual debe afirmarse que la Santí- tizados antes de la muerte de Cristo, y la Bienaventurada
sima Virgen recibió este sacramento, no para limpiarse de Virgen la primera de todos, puesto que siempre les prece-
la mancha original, como las demás hebreas, sino para unir- dió en las cosas referentes a la virtud y santidad.
se a la Iglesia visible de aquel tiempo y aumentar en gra- Y si fueron bautizados antes de la pasión, dice Maldona-
cia santificante; ni podía obstar su santificación en el pri- do, fueron bautizados, sin duda, por El y en el Espíritu San-
mer momento de su concepción a que se le aplicase un reme- to. Bautizaba, pues, el mismo Cristo antes de su pasión y
dio instituido para borrar los pecados y conferir la gracia; bautizaba en el Espíritu Santo... Pues lo que después dice
como tampoco fué obstáculo en Juan Bautista, quien fué Juan que El (Cristo) no bautizaba, fácilmente se puede in-
circuncidado el día octavo dé su nacimiento, aunque ya hu- terpretar en el sentido de que El no acostumbraba a bauti-
biera sido librado del pecado original y santificado en el zar, aunque alguna vez hubiese bautizado a unos pocos 410.
claustro materno. Es piadoso y probable lo que dice Eutimio Zigabeno, con ei
que consiente Suárez 411, a saber: que Cristo bautizó a Pedro
2.° En cuanto a los sacramentos ele la Ley Nueva. — y a su Madre Virgen, y Pedro a los otros apóstales; ni falta
A) La Bienaventurada Virgen recibió el bautismo, el cual razón que así lo persuada, ya que conviene más al singular
produjo en ella sus efectos: a) Cuando el bautismo se aplica honor de la Bienaventurada Virgen no haber sido bautiza-
a un hombre ya justificado, aumenta su gracia, y así acre- da por otro sino por su Hijo.
centó la de la Santísima Virgen, por estar ya llena de ella B) La Santísima Virgen recibió la confirmación, esto
desde el primer instante de su concepción, b) Es propio del es, no el rito sagrado o signo sensible, usado ahora en la
bautismo, por la impresión del carácter, incorporar oficial- Iglesia, en el cual está la razón del sacramento, sino los
mente el hombre a Cristo y a su Iglesia visible y hacerle efectos del sacramento, a saber: la gracia y la fortaleza del
hábil para la recepción de los otros sacramentos; dos privi- Espíritu Santo para profesar la fe.
legios que no eran incompatibles con la dignidad y santidad Y este efecto le recibió la Bienaventurada Virgen inme-
de María. diatamente de Dios en el día de Pentecostés, cuando el Es-
Podría objetarse que María, por su maternidad misma, píritu Santo descendió sobre ella y sobre los apóstoles y dis-
corporal respecto de Cristo y espiritual para con los fieles, cípulos bajo el signo visible de lenguas de fuego: Todos és-
está estrechamente unida a El y es el miembro más emi- tos perseveraban unánimes en oración con las mujeres y
nente de su Cuerpo místico, a lo que responde Terrien: "D'ac- con María, Madre de Jesús (Act. 1, 14).
cord, ees raisons démontrent que la nécessité du baptéme Porque los apóstoles en aquel día recibieron el efecto de
n'est pas la méme pour Marie que pour les autres hommes. la confirmación, esto es, la plenitud del Espíritu Santo, se-
Mais prouvent-elles que la bienheureuse Vierge ne put rece- gún dice Eugenio IV (Decr. pro Armenis): "El efecto de
voir ni le baptéme, ni les effets propres du baptéme? C'est este sacramento es que en él se da el Espíritu Santo para
ce que la plupart des meilleurs théologiens se refusent á robustecer la gracia de la fe, como se dio a los apóstoles en
croire; car l'exemple de Jésus-Christ lui-méme demontre el día de Pentecostés" *12. Luego con mayor razón la Vir-
qu'on peut avoir á plusieurs titres un seul et méme privi- gen Madre de Dios hubo de recibir el efecto de la confirma-
lége." c) Finalmente, María recibiendo el bautismo sigue ción, puesto que convenía que ella fuese llena de la pleni^
las huellas de Cristo, que fué también bautizado por Juan, y tud y perfección de la gracia más que los apóstoles y dis-
da ejemplo a los otros fieles, cumpliendo la ley del bautismo, cípulos.
como en otro tiempo se presentó, sin necesitarlo, en el tem- C) La Santísima Virgen recibió la sacratísima Eucaris-
plo para someterse al rito de la purificación prescrito por la 410
Jn loan., c. 3.
ley a las mujeres de Israel. 411
In .1, d. 19, sect. 1.
¿Pero cuándo y por quién fué bautizada la Santísima a
' DB, n. 697.
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 279
278 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MABÍA
to hasta hacerse semejante a los pecadores, la exaltara el sacramento del Orden ni fuese investida del carácter sacer-
Señor y la elevara sobre los coros de los ángeles". dotal, sin embargo, porque puso en el mundo a Cristo sacer-
425 dote y porque con su consentimiento se realizó la ordena-
Por el427contrario, 428
Pedro de Palude
420
, Gabriel
43
*26,
Biel 431 ción sacerdotal de Cristo, ofreciéndole ella por nosotros
Vázquez , Lepicier , Paquet , Campana °, Hugón ,' como hostia de nuestra salud, no sólo en el altar de su co-
opinan que la Bienaventurada Virgen no recibió la extre- razón, sino también unida a El y juntamente con El en el
maunción, ni la pudo recibir. Y esta sentencia parece que ara de la cruz, como lo veremos después, hay que reconocer
debe ser la preferida. que tuvo de modo equivalente y excelentísimo todo lo que
Porque: a) El sujeto de estos efectos es el enfermo que es propio de la potestad sacerdotal.
yace en peligro, cosa ajena a la Bienaventurada Virgen, que
nunca tuvo enfermedad corporal. De aquí que diga Gerson: "María, aunque no fué inves-
b) No se le debe administrar un sacramento a quien no tida con el carácter del ministerio sacerdotal, con todo, aho-
conviene la forma del sacramento. La forma de la extre- ra y antes y después fué ungida en el regio sacerdocio con
maunción : "El Señor te perdone todo lo que pecaste por. la preferencia a todos, no ciertamente para consagrar, sino
vista...", supone manifiestamente algo de pecado contraído para ofrecer esta hostia pura, plena y perfecta en el altar
por parte del que la recibe; lo cual no se puede decir de la de su corazón" 433.
Bienaventurada Virgen. G) La Santísima Virgen no contrajo matrimonio en
c) El efecto propio de la extremaunción es limpiar las cuanto es sacramento de la Nueva Ley, sino que casó con
reliquias del pecado y perdonar los mismos pecados si los San José bajo la Ley Antigua con verdadero, propiamente
hubiere. Ahora bien, la Bienaventurada Virgen no tuvo pe- dicho y legítimo matrimonio, prout in officium naturae.
cado ni reliquias del pecado, tanto si con el nombre de re- Ni después, al ser bautizada, el matrimonio de José y Ma-
liquias del pecado se entienden las malas disposiciones que ría vino a ser ya sacramento de la Nueva Ley, porque se
deja en el pecador como si se designa ese entorpecimiento cree comúnmente que José murió antes que Cristo institu-
y debilidad del espíritu que el pecado deja, y que principal- yese el bautismo y elevase el matrimonio natural a sacra-
mente suele deprimir y gravar a los enfermos próximos a la mento.
muerte. COROLARIO.—De lo dicho aparece claro que aunque la San-
d) Además, es propio de la extremaunción confortar al tísima Virgen no recibiese todos los sacramentos de la Nue-
enfermo en el fin de la vida contra las insidias del demonio va Ley, sin embargo, como dice San Alberto Magno, "de
y darle una especial alegría para soportar las incomodida- todo cuanto hay de dignidad o gracia en los sacramentos
des que trae la muerte. Pero la Bienaventurada Virgen no de la Iglesia, nada faltó en absoluto a la plenitud que po-
necesitó ser confortada para superar los ardides del demo- seyó la Bienaventurada Virgen, sino que ella alcanzó plena-
nio, porque éste fué tenido siempre lejos de la Bienaven- mente todo esto, o en las gracias sacramentales, o en otras
turada Virgen, ni para soportar las incomodidades de la equivalentes, o de modo más excelso" i3i.
agonía, puesto que su tránsito, más que muerte, fué un pla-
cidísimo vuelo en el éxtasis de la visión beatífica.
Cuestión 8. Cuáles fueron los momentos u oportunidades
F) La Bienaventurada Virgen no recibió el sacramento
del Orden, porque este sacramento sólo se puede adminis- en que se dio a la Santísima Virgen un singular aumen-
trar al varón; de donde dice Inocencio I I I : "Aunque la Bea- to de gracia a más de la dignidad de su propio mérito.
tísima Virgen María fué más digna y excelente que todos
los apóstoles, sin embargo, el Señor encomendó las llaves 1.° Como ya se dijo, la Santísima Virgen recibió en la
del reino de los cielos a éstos y no a ella" *32. concepción de Cristo una abundancia inmensa de gracia por
Pero aunque la Bienaventurada Virgen no recibiese el su nueva, íntima y admirable unión con Cristo, fuente de la
425
misma gracia, del cual se hizo entonces Madre en acto y físi-
42
In í, i. 23, q. 3, a. 2. camente: lo cual no hay que restringirlo al solo instante
427
« In i, d. 23, q. 1, a. 3. de la encarnación del Verbo ni a los nueve meses que llevó
In S, d. 119, c. 8.
429
O. c , p. II, c. 1, a. 5. en su seno a su divino Hijo, sino que puede extenderse a
429
430
De Sacramentis, d. 5, q. 2, a. 3. todo el tiempo de la infancia de Cristo, durante la cual la
O. c, 1. I. p. II, q. 3. m
431
O. c, q. 2, a. 3. A
Super Magníficat, tr. 9.
432
Cap. Nova, extrav. de Poenitentia. " Mariale, q. 44.
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 283
282 P. II. MATERNIDAD V PRERROGATIVAS DE MARÍA
no es inmenso aquello que lo llena. Por tanto, tú, inmensí- como pienso, oue toda esta perfección de gracia convenía
sima María, eres más capas que el cielo. Convino, pues, que muy bien a la Santísima Virgen" ii7.
fuese inmensa aquella gracia que pudo llenar capacidad tan SEGUNDA PARTE.—1.° Por la bula Ineffábüis Deus antes
grande" 444. citada.
Dionisio el Cartujano: "Después de la santidad del Hijo 2.° SANTOS PADRES Y ESCRITORES ECLESIÁSTICOS.—San
no puede concebirse mayor santidad que la de María, ya Efrén dice: "Madre de Dios, Señora mía, más que santa, pié-
porque en la vida presente no puede comprenderse plena- lago inexhausto de los divinos carismas y dones, superior sin
mente la grandeza de su santidad, ya porque después de la comparación y más gloriosa que los querubines y serafines,
encarnación nada má5* grande puede concedérsele a criatu- complemento de las gracias de la Trinidad, como quien posee
ra humana que el ser la madre de Dios" 445. el segundo rango después de la Divinidad" 44S.
Y Santo Tomás de Villauueva: "Suelta las riendas al San Germán, patriarca de Constantinopla: "Dios te sal-
pensamiento: ensancha los límites de la inteligencia; atré- ve, María, llena de gracia, más santa que los santos y más
vete a imaginar cuanto puedes; añade tanto como te sea po- excelsa que los cielos, y más honorable que los serafines, y
sible; mavnr es e^ta Virgen, más excelente y superior es esta más venerable aue toda criatura" 449.
Virgen. El Espíritu Santo no la describió con letras, ñero la San Pedro Damiaño: "Sobresaliendo así la Virgen y le-
dejó para que tú te la pintaras en tu alma, y así entiendas vantada sobre las almas de los santos y los coros de los án-
que en ella nada faltó de la gracia, de la perfección, de la geles, antecede los méritos de cada uno y los títulos de
gloria, aue el alma es capaz de concebir en una pura cria- todos" 450.
tura, v. lo oue es más, que superó en realidad a todo enten-
3.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) La gracia consumada de la
dimiento" 446.
Santísima Virgen excede sin comparación su gracia inicial.
3.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) La eracia inicial de la San- Mas ésta, según lo antes dicho, fué mayor que la gracia final
tísima Virgen fué mavor, como ya dijimos, que la gracia con- ie todos los santos y ángeles juntos.
sumada de cualouier hombre o ángel, y aun de todos los b) "Dios, dice Suárez, da a cada uno la gracia acomo-
hombres y ángeles juntos. Y esta gracia creció continua- dada a su estado y a su ministerio; pero toda esta intensi-
mente durante todo el curso de su vida mortal, ya por sus lad y plenitud de la gracia conviene con la dignidad de Ma-
actos meritorios, perfectísimns y fervorosísimos y no inte- Jre de Dios, ya porque esta dignidad es de un orden más
rrumpidos jamás, ni en vigilia ni en sueños; ya por la re- lito e infinito a su manera, de tal modo que, aunque aquella
cepción de los sacramentos, principalmente de la santísima rracia se extendiese hasta lo infinito, nunca excedería los tér-
Eucaristía, la cual nadie deseó con más ardor ni recibió más ninos o la debida proporción de dicha dignidad; ya por-
dignamente; ya, en fin, por la desbordada largueza de Cris- me es mayor la dignidad de Madre de Dios que los dones y
to, su Hijo, en determinados tiempos y oportunidades, en dignidades de todos los santos, aunque se junten en una
los cuales le plugo manifestar de aquel modo el sumo amor sola suma; luego conviene muy bien a esta dignidad tal gra-
que tenía a su Madre. cia que supere las gracias de todos los demás" 451.
b) "Contra esta aserción, dice Suárez, nada encuentro COROLARIO.—De lo dicho se infiere que la gracia de la
que pueda ofrecer dificultad, si no es tal vez que algunos Bienaventurada Virgen, aunque plena desde el primer ins-
puedan hallar increíbles tales y tantos aumentos, porque no tante de su concepción, y aumentada continuamente durante
pueden comprender su excelencia y magnitud. El que, sin todo el tiempo de su vida mortal, y llegada en el término
embargo, considere la dignidad casi infinita de la Madre de de su vida a un ingente cúmulo que sólo Dios es capaz de
Dios y el comienzo de su santificación, que tuvo su funda- medir, todavía dista de la plenitud de la gracia de Cristo.
mento en los montes santos, o sea en la cumbre de la san- Porque la plenitud de Cristo es absoluta, llegando al sumo
tidad, y el progreso de su vida admirable y divina, no duda- de gracia, ya en cuanto a la esencia de ella, puesto que tie-
rá, suspenso de admiración, sino que entenderá fácilmente, 117
In 3, d. 18, sect. 4.
MS
M6
Carmina Nisibe-na.
441 CV. in Praesent. Deiparae.
In Speculo, c. 5, entre las obras de San Buenaventura. 450
Serm. 40, In Assumpt. B. M. Virginis.
*" De praeconio et dignitate Mariae, 1. i, a. 14, ml
L. c.
*" Serm, 2, De Nativ. Virginis.
286 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5. MIEBROGAT1VAS DEL ALMA DE MARÍA . 28?
ra la comida para que no perjudique a la salud del cuerpo ni Y San Agustín: "María fué más dichosa recibiendo la fe
tampoco impida el ejercicio de la razón; pero, según la ley de Cristo que concibiendo la carne de Cristo... Se la dice
divina, requiere además que el hombre castigue su cuerpo llena de fe, llena de gracia, porque hizo la voluntad del Pa-
y le reduzca a servidumbre por la abstención de la comida dre; y por esto feliz, porque custodió al Verbo, por quien ella
y bebida, a ejemplo de Cristo paciente y de los santos. fué hecha, y porque en ella el Verbo se hizo carne" " 9 .
5. a Aquí tratamos de las virtudes de la Bienaventurada
Virgen María, de las naturales y principalmente de las so- 3.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) La fe es de las cosas divinas
brenaturales e infusas per se, tanto teologales como mora- que no vemos; y la Santísima Virgen, al menos de modo per-
les; y no sólo de las principales, sino entre éstas también manente, no vio en esta vida la divina esencia.
de aquellas secundarias o adjuntas en que brilló de un modo b) La Santísima Virgen no fué justificada sin el con-
especial la Bienaventurada Virgen. sentimiento de su libre albedrío a la gracia. Ahora bien, ese
6. a En cuanto a las virtudes simplemente sobrenatura- consentimiento a la gracia prerrequiere el acto de fe.
les o infusas per se, es cierto que se infunden juntamente
con la gracia santificante, de la cual se derivan como pro-
piedades, de tal modo que cuanto más perfecta sea la gracia, Cuestión 2. Cuánta fuera la perfección de la fe de la Bien-
tanto más perfectas serán también las virtudes que proce- aventurada Virgen.
dan de ella. Y como la gracia de la Virgen Madre de Dios
fué perfectísima, hay que decir que las virtudes infusas en ERRORES.—Se empeñaron impíamente en disminuir la
general florecieron en ella no conforme a la común medida, perfección de la fe de la Santísima Virgen:
sino en sumo grado y con cierta eminencia especial. Por Lutero 4fi0, quien afirma que la fe de María fué superada
eso dice San Bernardo: "Tú (María), campo de santos aro- por la del centurión, de la cual dijo Cristo (Mt. 8, 10): No
mas plantado por el celeste jardinero, deleitablemente flo- he hallado fe tan grande en Israel.
reces con las preciosas ñores de todas las virtudes" 455. Erasmo 461, al suponer que María no adoró al Hijo en se-
7. a Y dicho esto, tratemos ya de cada una de las virtu- guida que nació, porque no consta que entonces le recono-
des en especial. ciese como Dios; y
Teofilacto ití-, que pretende que la Bienaventurada Virgen
Cuestión 1. Si la Santísima Virgen tuvo fe teologal. visitó a su pariente Santa Isabel para comprobar por expe-
riencia el dicho angélico de la fecundidad de su prima, y así
TESIS. La Bienaventurada Virgen tuvo fe teologal. adquirir una certeza mayor del misterio que el ángel le ha-
bía anunciado.
1.° SAGRADA ESCRITURA.—Lucas (1, 45), donde Santa
Isabel dice a María: Bienaventurada la que creíste, porque TESIS. La Bienaventurada Virgen María tuvo, tanto obje-
cumplido será lo que' te fué dicho de parte del Señor, que así tivamente como subjetivamente, perf ectísima fe.
comenta Knabenbauer: "La fe de María fué ésta, que creyó
que había de realizarse en ella todo lo que le anunciara el PRIMERA PARTE.—La perfección de la fe por parte del ob-
ángel; que ella, siendo virgen, concebiría por virtud divi- jeto material de ella resulta de la mayor explicitación de la
na, cosa estupenda sin ningún ejemplo anterior en las Sa- fe, esto es, en cuanto se creen explícitamente más cosas;
gradas Letras; que su hijo sería grande, Hijo del Altísi- así, por esta parte es mayor la fe del teólogo, que conoce
mo", etc. 456 expresamente y de un modo articulado las verdades divinas,
que la de un hombre rudo, el cual apenas conoce expresa-
2.° SANTOS PADRES.—San Ireneo dice: "Lo que ligó Eva mente el símbolo de la fe. Pues bien, María conoció explíci-
por su incredulidad, lo desató María por la fe" 457. tamente más verdades reveladas y las penetró con más pro-
San Ambrosio, comentando las palabras citadas de San fundidad que otra cualquiera criatura, tanto porque fué ilus-
Lucas, escribe: "Ves que María no dudó, sino que creyó, y trada por Dios de una manera singular, puesto que fué aso-
por eso consiguió el fruto de la fe" 45S. ciada íntimamente a la obra de la redención, como porque
453
im
Ad glorios. Virg. Mariam deprec. et laus. 4SS
Lib. de isanotai virginitate, c. 3-5.
467
Comm. in Evanff. sec. Lucam. 460
CANISIO, O. C , 1. iv, e. 2.
>s
Haer., n i , 23. 461
Ibid.
" In Luc, c. 1. 463
In Luc, c. 1.
Tr, :Je la Virgen Santísima
260 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 291
durante tantos años tuvo como preceptor doméstico a Cris- vit en fin a la mort, exposé á tous les mépris, crucifié et,
to mismo, cuyas divinas palabras aspiraba siempre con an- quoique la foi des autres fut ébranlée, Marie persevera dans
sia y meditaba con afán, como lo afirma San Lucas (2, 51): la f erme croyance qu'il était Dieu" 466.
Mwría guardaba todas estas cosas, confiriéndolas en su co- b) Ni hace fuerza en contrario la objeción del Centu-
razón. rión que pone Lutero, pues como dice Suárez: "Con estas
SEGUNDA PARTE.—1.° DOCTORES DE LA IGLESIA. — San palabras: No he hallado fe tan grande en Israel, Cristo no
Bernardo celebra así la fe de la Santísima Virgen: "María comparó al Centurión con todos y cada uno de los que cre-
se dice vestida del sol, porque penetró mucho más de cuanto yeron en él; pues de este modo no sólo la fe de la Virgen,
puede imaginarse el profundísimo abismo de la sabiduría sino también la de Simeón y Ana, la de José y Juan el Bau-
de Dios, de manera que en cuanto lo permite la condición tista, la de los Magos y otros muchos, fué mayor que la fe
de la criatura sin la unión personal (con Dios) parece su- del Centurión; sino con aquellos a quienes había predicado
mergida en aquella luz inaccesible" 463. y delante de los cuales había hecho milagros, y que habían
Y San Alberto Magno: "Tuvo la fe en un grado excelente llegado por esto a tener fe en Cristo, y de entre los cuales
la que tuvo fe en una cosa tan grande como la prometida se dice aquí que sobresalió el Centurión, fuera simplemente
a ella, la que no dudó cuando dudaron los discípulos, la que o fuera según cierta proporción, porque él, siendo gentil y
estuvo certísima de que todas las cosas son posibles al que no instruido ni en las Sagradas Escrituras ni en la tradi-
cree" 464. ción de los antepasados, creyó con mayor facilidad, cons-
tancia y admiración" 467.
2.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) Puesto que el acto de fe pro- c) Ni tampoco tiene valor alguno la invención de Eras-
cede del entendimiento y de la voluntad, puede la fe ser mo, porque no es dudoso que la Bienaventurada Virgen ado-
más perfecta en uno que en otro; por parte del entendimien- ró como Dios a Cristo recién nacido, toda vez que supo por
to, a causa de una mayor certidumbre y firmeza; y por parte revelación divina que el que de ella había de nacer era el
de la voluntad, a causa de una mayor prontitud, devoción Santo y el Hijo del Altísimo; de ahí que Santa Isabel ya
o confianza 465. Pues de las dos maneras sobresalió la fe de antes del parto llame a María Madre de su Señor (Le. 1, 43).
la Santísima Virgen, ya en la anunciación, en la cual creyó "Ciertamente no pudo, dice Bzovio, no creer en la divinidad
en seguida una cosa tan sublime y que tanto excedía el or- de Cristo la que sabía que había concebido un hijo, no por
den de aquellas cosas que hasta entonces habían sido he- obra de varón, según el orden de la naturaleza, sino por vir-
chas por Dios; ya en el nacimiento de Cristo, a quien reve- tud divina del Espíritu Santo, como se lo anunciara el án-
rentemente adoró como a Dios cuando yacía en el pesebre; gel ; la que había visto la frecuencia con que se le acercaban
ya en la profecía de Simeón, al cual asintió con tranquila los ángeles, sus servidores, anunciando al que había de na-
firmeza cuando predicaba públicamente a Cristo y profeti- cer y alegrándose con el nacido...; la que había visto el anun-
zaba para ella una espada de acerbo dolor; ya en las más cio de las estrellas y el inspirado advenimiento de los Ma-
crueles horas de la pasión de su Hijo, cuando vacilando las gos de apartadas regiones, tuvo en todas estas cosas má-
columnas de la fe, esto es, huyendo los apóstoles, no quiso ximos indicios de la verdad. Pues tales honores no podían
separarse de la cruz; ya, finalmente, en las demás circuns- convenir sino a Dios" 46S.
tancias de la vida de Cristo. Por eso dice San Alfonso María d) Asimismo hay que rechazar la opinión de Teofilac-
de Ligorio: "Marie eüt plus de foi que tous les hommes et to como contraria a las enseñanzas de los Santos Padres ;
tous les anges; elle voyait son Fils dans l'étable de Bethléem de entre los cuales dice San Ambrosio: "Marchó a la mon-
et elle croyait qu'il était le Créateur du monde. Elle le vo- taña, no como incrédula del oráculo, ni como incierta del
yait fuir devant Hérode et ne laissait pas de croire qu'il mensajero, ni como dudosa del ejemplo, sino como alegre por
était le roí des rois. Elle le vit pauvre, manquant du néces- la promesa, religiosa por el deber, festiva por el gozo" 46S>.
saire et le crut maitre de l'univers. Elle le vit couché sur le Y San Beda el Venerable: "Entró la Virgen en casa de
foin et le crut tout-puissant. Elle observa qu'il ne parlait Zacarías, no para comprobar la palabra del ángel con muje-
point et crut qu'il était la sagesse éternelle. Elle l'entendait ril abrazo, sino para prestar, virgen jovencita como era, su
se plaindre et croyait qu'il était la joie du paradis. Elle le
«•
m
o. c, p. m, 8 4.
«
m
Serta, ira "Siffmim magnum". In S, d. 19, sect. 1.
a>
In Luc, 1. Thesaurus laudum Ss. Deiparae, conc. 4.
495
S. TOMÁS, 2-2, q. 5, a. 4. • , _, *"• In Luc, c. 1.
P. II. MATKItNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5. rKERROSATIVAS BEL ALÚA M MARÍA MS
diligente servicio a una mujer de edad avanzada" *70; en cuyo senio *7S, Cornelio a Lapide *7*, Lucas de Burgos 4T5, De Sa in,
servicio, dice Knabenbauer, "es digna de consideración la etcétera, fundándose en aquellas palabras de Cristo (Mt. 26,
humildad de la Santísima Virgen, pues no se desdeñó en 31): Todos vosotros padeceréis de escándalo en mi esta no-
servir a la madre del Precursor; ella, que había merecido che, opinan que la fe se sostuvo solamente en la Virgen du-
ser visitada por el ángel y ser tan magníficamente saluda- rante el triduo de la pasión.
da por él; ella, que se sabía hecha Madre del Señor y del Pero los teólogos sienten comúnmente que la fe durante
Mesías" *". el triduo de la pasión no se mantuvo en sola la Virgen, y
estigmatizan con duras notas la sentencia contraria; así,
Cuestión 3. Si la Santísima Virgen consiguió desde el Melchor Cano dice: "Pugna no sólo con la razón, sino tam-
bién con las sagradas Letras, decir que todos los apóstoles
principio de su santificación toda la perfección de la fe, en general perdieron la fe" 477 ; y Belarmino: "Parece peli-
o si después, con el tiempo, hizo progresos en ella. groso decir que la verdadera fe perduró en sola la Vir-
gen" í 7 8 ; y Báñez: "Por eso esta opinión nos parece pró-
La Bienaventurada Virgen hizo progresos, y con el de- xima al error, si es que no es error" *79.
curso del tiempo obtuvo una mayor fe, así en cuanto a la
intensidad del hábito como en cuanto a su extensión a diver- TESIS. La fe de Cristo en cuanto a la sustancia no persistió,
sas verdades, pero especialmente en cuanto a algunas par- durante el triduo de la pasión, en sola la Virgen, aunque
ticulares circunstancias del misterio de la encarnación y en ella solamente se mantuvo íntegra, o sea, con exclu-
de otros; porque, aunque la Bienaventurada Virgen tuviese sión de toda vacilación y defecto.
una extraordinaria fe en la Santísima Trinidad, y en la en-
carnación, y en la divinidad de Cristo, y en su misión de PRIMERA PARTE.—Persuaden su verdad las razones si-
Redentor, sin embargo, no conoció desde el principio todas guientes: a) Los apóstoles, así como otros varones justos y
las circunstancias de estos misterios. "No hay inconvenien- piadosas mujeres, conservaron la fe en Cristo, pues aunque
te, dice Toledo, en afirmar que la Bienaventurada Virgen los apóstoles se escandalizaron en Cristo (Mt. 26, 31) y le
no entendió desde el principio todos los misterios, pues así dejaron solo (lo. 16, 32), fué, no porque les faltase la fe
como tuvo aumento en la gracia y en la caridad, así también precisamente, sino porque no tuvieron la fortaleza de ánimo
lo tuvo en la fe, no en cuanto a su certidumbre y firmeza, suficiente para confesarla exteriormente, puesto que, por
porque siempre creyó con máxima constancia, sino en cuan- una parte, no se puede decir que los apóstoles perdiesen una
to a su ámbito y extensión, porque con el transcurso del fe que poco antes tan enérgicamente habían profesado, y
tiempo conoció muchas cosas que antes no había conocido" 472. que la perdiesen por el prendimiento de Cristo, tantas veces
predicho por El y tan voluntariamente aceptado, razón esta
Cuestión 4. Si persistió la fe solamente en la Santísima más a propósito para confirmar la fe que para debilitarla;
Virgen durante el triduo de la muerte de Cristo. por otra parte, en seguida se arrepintieron de aquella fla-
queza, pues Pedro empezó a llorar amargamente sus nega-
ciones en el atrio del sumo sacerdote, y Juan estuvo junto
No se trata aquí de la fe en la revelación del Antiguo a Cristo cuando moría en la cruz y recibió como suya a la
Testamento, porque entonces andaban dispersos por el mun- Madre que Cristo le había encomendado.
do muchos que tenían fe en la Ley escrita y que, llegados
los días de Cristo, nada habían oído de su doctrina y mila- Después, muchos hombres justos y piadosas mujeres per-
gros, sino de la fe cristiana, esto es, de la fe en los misterios manecieron en Jerusalén, como Nicodemo, José de Arimatea,
predicados por Cristo, especialmente en su divinidad y re- Lázaro, María Magdalena, etc.; y hubo muchos fieles en
surrección, es decir, si fué precisamente esta fe la que du- Galilea y en otras partes de Judea, entre los cuales cree
rante el triduo de la pasión de Cristo se mantuvo sólo en la 173
Concord., c. 133.
Santísima Virgen. 171
In Matth., c. 26.
Algunos expositores de la Sagrada Escritura, oomo Jan- «• In Matth., c. 26.
«*
m
In Matth., c. 26.
"" Bom. de Visitat. De Loe. Theol., 1. IV, c. i.
m "' De eontrov,, 1. ni, "De Eccl. milit.".
h. c.
"' In Luc, c. 2. -"* De ftde,, spe et eharitate, q. 1, a. 10.
284 r. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
O. 6. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA . 295
f"' ' — ———
Santo Tomás 4S0 que estaban aquellos quinientos hermanos COROLARIO.—De lo dicho se sigue que la Bienaventurada
a los cuales se apareció el Señor después de su resurrección. \ i r g e n María puede ser llamada con toda propiedad madre
b) Además, dice Báñez: "Parece poco piadoso y poco de los que creen, ya porque fué la primera de los que cre-
digno de la majestad de Dios que en todo el orbe no tu- yeron en la ley evangélica, ya porque tuvo la fe más per-
viese más siervo o amigo que la Santísima Virgen. Pues fecta, más intensa y más firme que todos. De ahí que Ruperto
se dice en Proverbios (c. 14): En la multitud del pueblo de Deutz 4Si la llame maestra de la religión y de la fe; el
'está la dignidad del rey, y en la escasez del pueblo la ruina Idiota 485 , maestra de los apóstoles, y Ricardo de San Lo-
del príncipe"iS1. renzo, madre del conocimiento, esto es, de la fe revelada,
c) Finalmente, la sentencia contraria, que reserva la fe revelación que se hizo por ella y en ella, porque dio ejemplo
durante el triduo de la pasión únicamente a la Santísima de creer lo que hay que creer" 4S<!; por eso con pleno derecho
Virgen, obliga a decir que alguna vez hizo defección la se la llama en la letanía lauretana Virgen fiel, Virgo fidelis.
Iglesia, la cual, como es el pueblo y reino de Dios, no puede
constar únicamente de un fiel solo.
SEGUNDA PARTE.—a) Aunque muchas veces Cristo había Cuestión 5. Si la Bienaventurada Virgen tuvo la virtud
predicho su pasión, es cierto, sin embargo, que, cuando ocu- teologal de la esperanza.
rrió, los apóstoles se turbaron grandemente, cosa esta que
había también vaticinado Cristo: Todos vosotros padeceréis OBSERVACIONES PREVIAS.—1. a Esperanza teológica es una
de escándalo en mí esta noche; con estas palabras se dice virtud divinamente infusa por la cual confiamos obtener con
solamente que aquéllos no iban a ser tan fuertes y constan- el divino auxilio la bienaventuranza eterna. La esperanza
tes que lo que creían en tan grave riesgo lo confesaran con ?e apoya primariamente en la omnipotencia y piedad de
su presencia junto a Cristo 4S3. Dios, que concede la gracia; secundariamente, en nuestros
Lo que aconteció a los apóstoles, que dejaron solo a méritos, puesto que Dios nos ha prometido la bienaventu-
Jesús y se dieron a la fuga por pusilanimidad y temor, acon- ranza eterna bajo la condición de nuestra cooperación.
teció también a otros fieles, que, viendo a Jesús maniatado, De donde, por parte de Dios, la esperanza tiene certeza,
quedaron, por lo menos, algo inseguros en su fe respecto según aquello (Eccli. 2, 11): ¿Quién confió en el Señor que
a El, no tanto como para que llegasen a caer en la incredu- fuese confundido?; pero por parte de nosotros, que pode-
lidad, pero sí lo bastante para que de alguna manera vacila- mos dejar de cooperar a la gracia, lleva anejos el temor y
ran en la fe. la incertidumbre; por lo cual el Apóstol dijo (Phil. 2, 12):
b) Por el contrario, la Santísima Virgen no vaciló en Obrad vuestra salud con temor y con temblor.
su fe, ni se escandalizó, sino que, fidelísima, constantísima 2. a Finalmente, puesto que lo esencial y principal de la
e inquebrantable, más fuerte que los mismos apóstoles, se esperanza es que se apoye y sustente en Dios, de donde le
mantuvo en pie junto a la cruz del Señor; en este sentida viene la certeza, y es sólo accidental el que se sustente en un
se pueden entender estas palabras, falsamente atribuidas a sujeto inestable, es claro que la esperanza no desaparece
fían Bernardo: "En ella sola estuvo la fe de la Iglesia du- aunque el sujeto tenga certeza de conseguir la bienaventu-
rante aquel triduo, y mientras caáa uno vacilaba, ésta no ranza; así, las ánimas detenidas en el purgatorio, aunque
perdió nunca lo que concibió por la fe, ni la fe que recibió estén ciertas de su salvación, conservan la esperanza, por-
de Dios; y esperó con certísima esperanza la gloria del que aun no gozan de la bienaventuranza, sino que la esperan
Señor resucitado" 48s . como un bien ausente y ciertamente trabajoso, que han de
Por eso en el triduo de la Semana Santa, mientras se alcanzar a través de graves dificultades, esto es, por los tra-
van apagando uno a uno durante el oficio divino todos los bajos superados en vida y por los grandes tormentos que ac-
demás cirios, queda, sin embargo, una sola vela encendida, tualmente padecen.
para significar la fe siempre estable y encendida de Ma,ría. 4K1
488
ln Cant., 1. IV.
áS0 : 488
Contempí. de V. Maña..
481
ln 1 Cor., c. 15. O. c, 1. vi.
L. c.
453 s
KNABENBAUER, ln Marc, c. 14.
483
De lamentatione Virg. Mariae, entre las obras dé San Ber-
nardo. '3 •. -•'•'•• ••• •-' • '
C. 5. PRERR08ATIVAS BBL ALMA BE MARÍA 2*7
del mundo; con toda su alma, esto es, sobre todas las exigen-
cias de su cuerpo y de su carne, y con toda su mente, esto es,
sobre todas las cosas superiores, espirituales y celestes?" 495 .
d) Ni solamente la Santísima Virgen era arrebatada
por este sumo amor a Dios en cuanto Dios es uno y trino;
sino que su inmensa caridad se extendía al Hijo en su hu-
manidad y a los otros hombres, sus prójimos; pues como
se dice en la I Epístola de San Juan (4, 21): Y este manda-
miento tenemos de Dios, que el que ama a Dios ame también
a su hermano.
a) Aunque la Bienaventurada Virgen amase a su Hijo
incomparablemente más en cuanto que es Dios que en cuan-
to hombre, sin embargo, le amaba vehementísimamente en
su naturaleza humana, tanto con amor sobrenatural de ca-
ridad como con natural amor materno. Pues siendo propio
de la caridad comprender bajo sí y elevar todos los amores
humanos, ambos amores de la Bienaventurada Virgen se
juntaron de tal modo, que todo amor natural de la Bien-
aventurada Virgen fué perfecta y continuamente vivificado
por la caridad y amor sobrenatural. De ahí resulta en María
una admirable armonía entre su amor materno y la virtud
teologal de la caridad, de que aquí tratamos, de modo que
mientras que en nosotros hay que tener a raya frecuente-
mente el amor natural para que no contraríe al amor divino
o nos separe de Dios, tal precaución no fué necesaria al
amor materno en María, porque amando ardientemente ai
Hijo ama igualmente a Dios mismo, y no la separa de Dios,
sino que la une más y más a El i 9 e .
Cuantos motivos concurrieron en Cristo para que fuese
en tan alto grado amado por su Madre, los señala San Ber-
nardino de Siena: "Cristo, dice, reunió todas las condiciones
por las cuales una madre ama a su hijo y las tuvo en el más
alto grado, puesto que Nuestro Señor Jesucristo era más po-
deroso, más sabio, más generoso, más hermoso y mejor que
todos los demás" 497.
Tuvo además bien probada experiencia de que su Hijo
era un insigne bienhechor suyo, dtl cual le habían venido
inmensos beneficios de alma y cuerpo, y principalmente el
de la maternidad divina, por los cuales había sido exaltada
sobre todas las criaturas: dones y prerrogativas que fueron
ciertamente un gran incentivo de su amor.
Finalmente, el amor del corazón materno al hijo, prin-
cipalmente si es único, es muy vehemente e intenso, de
donde David, llorando a Jonatás, dice (2 Reg. 1, 26): Como
Serra. 61.
VEGA, O. C , pal. 17, cert. 3.
S«ím. 2, De glor, nom. Mariae.
302 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 303
una madre ama, a su hijo único, así te amaba yo; por otra honor y culto, hasta alcanzar que fuera honrado y venerado
parte, también este amor se hace tanto más lleno y mayor debidamente por todas las criaturas racionales; lo cual no
cuanto el hijo está más concorde y más agrada en todas las fué otra cosa sino abrasarse en el celo de la salvación hu-
cosas a la voluntad de los padres; y ciertamente la volun- mana por la santa caridad."
tad de Cristo y toda su vida fué concordísima y agradabilísi- "Más aún, cuanto con más ardor amó a su Unigénito
ma a la voluntad de su Madre; asimismo, el amor materno en la humana naturaleza, tomada de ella, más ardientemen-
es más ferviente cuanto es mayor la fuerza afectiva de la te deseó también que se dilatase el fruto de su pasión y
madre, y nadie ignora que la fuerza afectiva de la. Bien- fueran eficaces la efusión y mérito de su sangre, y conseguir
aventurada Virgen fué fortísima y especialmente dispuesta el intentado fin de la renovación de los hombres y de su
al amor. De ahí que Bernardino de Bustis diga: "Amaba, final salvación: acto principal este del amor divino como
pues, la Virgen a Cristo con amor de naturaleza, como la del humano. Por esto fué ardentísima y perfectísima en
madre al hijo; con amor de amistad, como la criatura a su la caridad con los prójimos y superior a Moisés, Elias y
Creador, y con amor de gracia, como preservada y redimida, San Pablo en el celo del divino amor y de la salvación hu-
a su Salvador. Y fué tan íntimo el amor de la Madre al mana" *".
Hijo, que toda ella se convirtió en amor, ¡como el hierro
metido en el fuego, que todo se hace fuego!" 498 .
P) Finalmente, que la Bienaventurada Virgen amó muy Cuestión 7. ¿La caridad de María en esta vida fué más in-
estrechamente a sus prójimos, deseándoles y procurándoles tensa que la caridad de los bienaventurados en la patria?
la gracia en el presente y la gloria en el futuro, hermosa-
mente lo expone Dionisio el Cartujano: "Conoció María y 1.° Aunque la caridad, en cuanto al hábito y en cuanto
sapientísima y frecuentísimamente consideró que el Unigé- al acto, sea una y de la misma especie en esta vida que en
nito de Dios Padre se había hecho hombre sólo por deificar la otra, según la sentencia del Apóstol (1 Cor. 13,8): La
a los hombres y que con el misterio de su encarnación, con caridad nunca fenece; sin embargo, la caridad en la bien-
el mérito de su muerte y precio de su sangre libró al género aventuranza, por razón de la perfección extrínseca propia
humano de la potestad del diablo, del yugo del pecado y de de aquel estado, excede a la caridad del hombre viador.
las penas del infierno, y les mereció la corona de la bien- 2.° Disputan los teólogos si, en uno y el mismo sujeto,
aventuranza celeste. Había conocido por los oráculos de los la caridad de la bienaventuranza supera intrínsecamente o
profetas que su Hijo había venido para salvar al mundo, en intensión a la caridad en esta vida; sin embargo, en di-
para convertir a los judíos y a los paganos, para constituir versos sujetos, tanto el hábito como el acto de la caridad
un rebaño y una Iglesia, y que el Hijo de Dios se había pueden ser más intensos en el que vive en la tierra que en el
hecho Hijo suyo, y así conoció que fué por la reparación ya bienaventurado. La razón de lo primero es porque muchos
de todo lo dicho por lo que ella había sido elevada a exce- bienaventurados en los cielos no tienen caridad más intensa
lencia tan grande, a la maternidad de Dios, y que por esta que la que se les infundió por el bautismo; mientras que hay
deuda, al menos de condecencia, ella quedaba obligada a muchos entre los que acá viven que, por los sacramentos y
compadecerse de los pecadores y a desearles y procurar su otras obras meritorias, aumentaron la caridad recibida en el
salvación. De aquí que, desde la hora en que concibió al bautismo; la razón de lo segundo es porque el acto de los
Hijo de Dios, vivió continuamente inflamada con mayor ve- bienaventurados tiene que estar siempre ajustado al hábito;
hemencia por el celo de la salvación de los hombres. Por pero en el hombre viador puede ajustarse al hábito, y aun
esto entre María y nosotros existe una causa grandísima de ser más intenso que el hábito, a causa de la gracia actual 50°.
mutua dilección. Pues ella misma reconoce que debe a los 3.° Sin embargo, sea lo que sea de esta cuestión, hay
pecadores en cierto modo haber sido hecha Madre de Dios. que tener por cierto que la caridad de la Bienaventurada
Nosotros también conocemos que hemos sido redimidos por Virgen en esta vida fué más intensa que la caridad de los
el salutífero fruto de sus entrañas y que ella mereció de bienaventurados, ya porque fué casi inmensa la intensidad
congruo la venida del Salvador." de su hábito y contenía en junto todos los grados de in-
"Además, cuanto amó con más ardiente y puro amor a tensión dispersos por todos los justos, a la cual igualaba,
Dios, uno y trino, con más firmeza trató de extender su produciendo a veces actos aun superiores de caridad, y*
ir *M De laúd glor. Virg,, ni, 7.
" Mariale, p. 4, serrn. 2.
**' Cf. WAZZELLA, De vwtntibm mfusi>t i. $, a. fi,
304 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 305
porque los auxilios de la gracia le fueron preparados no sólo tuvo el acto de la prudencia de modo más excelente que todo
por la fe, sino también por la ciencia infusa, y en ocasiones hombre viador" S0G.
también por la beata y por su memoria misma, los cuales, c) Partes de la prudencia son entender las cosas pre-
aunque no forzasen físicamente su voluntad, sin embargo, sentes, recordar las pasadas y proveer las futuras. Ahora
actuaban en ella con cierta necesidad moral 601 . bien: *) La Santísima Virgen tuvo inteligencia de las co-
sas presentes, que consiste en deliberar antes de obrar qué
es lo que se debe hacer y cómo se debe hacer, porque, salu-
Cuestión 8. Si tuvo la Bienaventurada Virgen prudencia dada por el ángel que le anuncia el misterio de la encarna-
perfecta. ción, pensó dentro de sí misma y deliberó qué salutación
sería aquélla, sobre cuál sería su sentido y a qué se enca-
TESIS. La Bienaventurada Virgen fué adornada de singular minaría, por lo mismo que debía sospechar en absoluto que
prudencia. se solicitaba de ella algo grande y por encima del orden
común. "Reflexiona, pues, dice San Pedro Crisólogo, porque
1.° SANTOS PADRES Y DOCTORES ECLESIÁSTICOS. — San el responder pronto es propio de la ligereza humana; pero
Efrén habla así: "La primera de todos, prudentísima y sa- reflexionar es propio de espíritus muy ponderados y de jui-
gacísima e iluminadora Virgen" B02. cio muy maduro" 507.
San Ildefonso dice: "Virgen no cualquiera, sino una del Además, María, instruida por el ángel de que había sido
número de las prudentes y la primera entre los primeros, elegida para Madre de Dios, inquiere cómo había de cum-
que sigue la más próxima en pos del Cordero, adondequiera plirse aquello; e inquirir de esta manera no solamente no
que éste vaya" 503. debe imputarse a vicio de desconfianza, sino hay que con-
Raimundo Jordán (Idiota): "Virgen disciplinada en el siderarlo digno de alabanza y atribuirlo a prudencia, que
pensamiento, en el oído, en la mirada, en el olfato, en el pregunta cuándo es necesario o conveniente conocer el modo,
gusto, en !a risa, en el habla, en el tacto, en el andar y en como le fué necesario a María, que había hecho voto de guar-
todo movimiento, de modo que se dice de ella (Eccl. 21, 17): dar perpetuamente la virginidad 508. Por lo que dice Ricardo
La buena crianza de ella es don de Dios" 50i. de San Lorenzo: "Tuvo de prudencia que turbada calló, que
Y San Bernardo: "Virgen prudente, que porta la lámpa- entendió lo que oyó y que respondió a lo que se le pro-
ra y que lleva a Dios en el vaso" 505. puso" 509.
2.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) Es propio del prudente diri- P) María tuvo memoria de las cosas pasadas, puesto
gir todo lo que hace conforme a la norma de la razón y de que incesantemente meditaba los oráculos dirigidos a ella,
la fe, de modo que nada obre sino lo que es recto y lauda- las gracias acumuladas en ella y los preclaros dichos y he-
ble; lo cual conviene a la Bienaventurada Virgen, que nunca chos de su Hijo, como dice San Lucas (2, 19): María guar-
se desvió de lo ordenado por la razón y la fe en ninguna de daba todas estas cosas, confiriéndolas en su corazón.
sus acciones y operaciones. 7) María también obró con providencia no sólo custo-
b) Como arguye San Alberto Magno: "La prudencia diando a su Hijo y apartando de El los peligros previstos,
atiende al conocimiento de aquellas cosas que pertenecen a sino también cuidándole materialmente, amamantándole, vis-
la acción, en cuanto es virtud cardinal; las cosas que hay tiéndole, alimentándole, para que a su tiempo se ofreciese
que hacer, unas son exteriores y corporales, y otras son in- a sí mismo en el ara de la cruz y cumpliese la obra de la re-
teriores y espirituales. La primera perfección pertensce a dención. Por lo que dice Berlando: "¿A qué se destinaba en
la acción; la segunda, a la contemplación; acontece común- def jntiva aquella sangre purísima y la carne santísima de
mente que incurren en error acerca de las dos los hombres que fué formado el divinísimo cuerpecito de Cristo Señor?"
viadores. Pero en la Bienaventurada Virgen existió la per- Y después de aludir a la prudencia con que el antiguo
fección de las dos sin error ni posibilidad de errar; luego patriarca José remedió en Egipto la penuria consiguiente a
los siete años de esterilidad, y de establecer un paralelo en-
m
tre aquél y María y su castísimo esposo, que también subvi-
RIPALDA, o. c, d. 38, seet. 4.
803 m
Serm. de Ss. Dei Genitr. V. M. laudibus. Mariale, q. 54.
sm
•»
0
Serm. 1, De Ai$umpt. B. M, Serm. 140, Dt Annunt. B. M. Virg.
" * C»nttmpl. dt M. Virgin», 8. "°8 KMAEENBAUER, In IMQ., C. 1.
"* S«rm. 2, In Aiswnpt. B. M. 5M
De laúd. B. Maña; 1. ni.
306 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA so?
del tributario; tercero, a la excelencia de la servidumbre obras exteriores, in actu operis, tiene como principales ma-
prestada. nifestaciones la oblación, así como también la erección y
a) "La dignidad de la persona que lo tributa llegó en consagración de templos. Todo esto lo hubo en la Bienaven-
la Santísima Virgen al mayor grado en comparación con to- turada Virgen, que de su corazón y de su cuerpo hizo un
dos los viadores, pues ella es Madre de Dios, mientras que templo al Espíritu Santo, en el cual habitó corporalmente el
todos los otros son siervos; y es sin comparación mucho más Hijo de Dios, y en el que ofreció a Dios, mucho más acepta-
ser Madre de Dios que ser siervo de Dios; luego sin propor- blemente que en cualquiera otro, el sacrificio de sí misma, y
ción también es mayor el culto de latría tributado por la en sí misma, la suma castidad de corazón y de cuerpo; y to-
Madre de Dios que el de los otros siervos de Dios." davía más: donde ofreció por todos nosotros, con su espontá-
b) "Además hubo menos débito respecto a este culto neo consentimiento en la pasión, a su mismo Hijo e Hijo de
en la Santísima Virgen que en los otros santos, pues, cuanto Dios, no como inmolado en ajenas especies por la transus-
es más inferior uno, tanto más está obligado a servir por tanciación del pan y del vino en su cuerpo y en su sangre,
deuda de su propia necesidad. P.ero la Bienaventurada Vir- sino como cuerpo formado de su propia carne y sangre, en su
gen fué la más grande de todos los santos; luego el cumpli- misma especie propia, en que le engendró; hostia suficientí-
miento de este servicio tuvo en ella por razón un menor dé- sima y gratísima, por la cual, una vez ofrecida, reconcilió a
bito de necesidad y un mayor débito de caridad." Dios con todo el género humano; y esta oblación constituyó
un excelentísimo acto de latría por obra" 613.
c) Finalmente, el completo servicio de latría consiste en
tres cosas: en un acto del corazón, que es conocimiento y II. En cuanto a la virtud de la penitencia, se disputa
amor; en un acto de la boca, que es alabanza y oración; en entre los teólogos si existieron y cómo existieron en la San-
un acto de obra, como genuflexión, adoración, inmolación tísima Virgen los actos o hábitos de esta virtud.
y otros semejantes. Todas estas cosas las tuvo la Bienaventu- La solución de esta cuestión pende principalmente de
rada Virgen en sumo grado: a) Porque sobrepasa en virtu- la determinación del objeto formal de la virtud de la peni-
des interiores a toda criatura, pues si los ángeles tienen vir- tencia, a saber: si la penitencia versa formalmente sobre
tudes que son indefectibles, no son, en cambio, meritorias de el pecado cometido por el mismo penitente, y, por tanto,
premio sustancial en la gloria; los hombres, por el contrario, si supone siempre en el sujeto o el pecado o al menos la
tienen virtudes que son meritorias, pero defectibles. Sólo la capacidad de pecar; o, por el contrario, si el objeto formal
Santísima Virgen tuvo virtudes indefectibles como los án- de esta virtud se extiende más ampliamente y se ordena
geles y meritorias como los hombres, y así, de modo más a expiar el pecado en general, prescindiendo de si fué co-
excelente que unos y otros, sus actos interiores de latría o metido por el propio penitente o por otra persona a él extra-
suprema adoración —conocimiento y amor— fueron de una ña; o si, finalmente, tiende no sólo a resarcir el derecho di-
excelencia insuperable. P) En cuanto a los actos de latría vino, violado por el pecado, sino también a custodiarle cuan-
in actu oris, o sea en cuanto a la expresión oral de ese culto do ni se viola ni se puede violar.
supremo —alabanza y oración—, los tuvo la Santísima Vir- Frassen 614, siguiendo al Doctor Sutil, enseña que la pe-
gen de valor más eminente que los otros santos. La oración nitencia, en cuanto significa dolor del ánimo y detestación
de éstos no se funda, en cuanto es de su parte, en ningún de- del pecado cometido, con propósito de no pecar más, puede
recho, sino solamente en la bondad misericordiosa de Dios; solamente existir en el hombre pecador; pero en cuanto in-
la oración de la Santísiiha Virgen se funda, en cambio, no clina la voluntad a vindicar el pecado en general, y abstrac-
sólo en la gracia de Dios, sino en un cierto derecho natural y ción hecha de si fué cometido por la propia persona o por
de justicia, porque el hijo está obligado no sólo a escuchar, otra, puede existir no solamente en los ángeles y en Adán
sino también a obedecer a su madre, según aquello del Éxo- inocente, sino también en la Bienaventurada Virgen y en
do (20, 12): Honra a tu padre y a tu madre; y según tam- el mismo Cristo Señor. Pues aunque la voluntad de Cristo
bién aquello otro del Apóstol (Eph. 6, 1 ) : Hijos, obedeced a y la de la Bienaventurada Virgen fuesen impecables y, por
vuestros padres. Lo cual ella misma parece indicarnos en su consiguiente, no pudiesen tener un acto absoluto de detestar
modo de orar, como en las bodas de Cana, donde no se dirige el pecado en sí, sin embargo, pudieron tener un acto condi-
a su Hijo con una súplica propiamente tal, sino con una cionado.
simple insinuación, tan natural como sencilla: No tienen
vino (lo. 2, 3). r) Finalmente, el culto de latría expresado por Moríale, q. 51.
£>» Ptmit., s«ct. 1, q. 4.
310 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 311
Suárez 5IS, Tanner S1B y otros, para quienes el objeto for- Finalmente, otros, entre los cuales hay que contar a Váz-
mal de la penitencia es la custodia del derecho divino por quez 522, niegan a la Bienaventurada Virgen tanto el acto
un peculiar débito de justicia, enseñan que la virtud de la como el hábito de la penitencia; opinión que parece debe ser
penitencia, además de la vindicación y compensación del seguida con preferencia a las otras.
derecho divino lesionado por el pecado, puede ejercer otros a) En cuanto al acto de la penitencia.—Porque su acto
muchos actos, como el simple amor del derecho divino y al principal es la contrición, esto es, el dolor y detestación del
deseo de custodiarlo íntegro, la detestación del pecado aje- pecado cometido, con los cuales el pecador quiere borrar la
no, etc. Y, consiguientemente, juzgan que la virtud de la injuria inferida a Dios por el pecado y compensar el honor
penitencia puede darse no sólo en la Bienaventurada Virgen, divino lesionado. Esto no cabe en la Bienaventurada Virgen,
sino también en Cristo. que no tuvo jamás pecado alguno actual ni lo pudo tener.
De esta opinión no dista mucho Lugo 517, quien, afirman- b) En cuanto al hábito mismo.—a) Porque el hábito
do que el objeto formal de la penitencia consiste en cierta es disposición para el acto; pero el hábito de la penitencia
igualdad moral, la cual explica en sentido de hallarse en paz en la Bienaventurada Virgen no puede pasar al acto de de-
con Dios, tenerle aplacado o no tenerle racionalmente in- testación del pecado, ni absoluto ni condicionado; no absolu-
dignado, cree que tanto algunos actos como el hábito infuso to, detestando el pecado en general y abstrayendo de la
de la penitencia convenían a Adán en el estado de inocen- propia o de la ajena persona, puesto que el objeto formal de
cia y convienen a los bienaventurados, y aun a la Bienaven- la penitencia es detestar y vindicar el pecado propio; y el
turada Virgen y a Cristo. pecado cometido por otro no es objeto de penitencia, sino de
Comúnmente los teólogos afirman que el objeto formal odio o de abominación; y de este modo, Cristo, aunque no
de la penitencia es el derecho divino lesionado por el pecado tuviese el hábito de la penitencia, detestaba el pecado, no
y expiable por los actos del mismo penitente, en cuanto que ciertamente movido por la penitencia, sino por la caridad,
éste intenta con la detestación de su pecado abolir y com- y esto mismo hay que decir de la Bienaventurada Virgen.
pensar la injuria hecha a Dios, para restablecer así la igual- Ni condicionado, pues si para que hubiera virtud en alguno
dad de la justicia violada por el pecado. bastara un acto condicional sobre la materia propia de una
Dicho lo cual, no es uno solo su parecer acerca de la virtud, que, por otra parte, le es imposible, se seguiría que
penitencia en la Bienaventurada Virgen María. en Cristo habrían existido las virtudes de fe y esperanza,
Porque unos, como Vega 618 y Seldmayr 61°, sostienen que por las cuales habría estado dispuesto a creer y esperar en
la Bienaventurada Virgen tuvo no sólo el hábito de la peni- Dios, si no gozara de la visión beatífica; y también existiría
tencia, sino muchos actos elícitos e imperados, internos y en la Bienaventurada Virgen la virtud de la continencia, por
externos de ella, puesto que se pudo doler del pecado en la que estaría dispuesta de tal manera que, si sintiese en sí
cuanto que es ofensa de Dios, y aun detestarle condicional- movimientos de malas concupiscencias, que ciertamente no
mente, es decir, estar de tal manera dispuesta, que se dole- tuvo, las reprimiera y superara. P) No se admite en Cristo
ría verdaderamente del pecado si hubiese llegado a cometer la virtud de la penitencia, porque, siendo intrínsecamente
alguno; así se admite el hábito de la penitencia en Adán en impecable por virtud de la unión ni;.«ostática, no cabe en El
el estado de inocencia, y también en los párvulos, los cua- la disposición de ánimo de que, si hubiese cometido pecado,
les, aunque no puedan pecar en su infancia ni hacer actos se dolería de él. Y lo mismo hay que decir de la Santísi-
de penitencia, reciben, no obstante, en el bautismo el hábito ma Virgen, la cual es Madre de Dios desde el primer ins-
de esta virtud, juntamente con la gracia y con las otras tante de su ser, puesto que desde toda la eternidad fué des-
virtudes infusas. tinada, por un decreto indefectible de Dios, a la divina ma-
Otros, como Lepicier 52 °, De San 5 2 \ enseñan que la Bien- ternidad, a la cual, fuera de la repugnancia física, corres-
aventurada Virgen tuvo la virtud de la penitencia no como ponde una omnímoda repugnancia moral con el pecado 523.
acto, sino solamente en hábito.
B1 III. María tuvo de un modo singular la virtud de la
= De Poenit., d. 2, sect. 3.
cu j)e poenit.. q. 2, dub. 2. obediencia.
017
De Poenit., d. 5. a) Así lo indican las palabras de San Lucas (1, 38): He
5,3
510
O. c , pal. 17, cert. 19. aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra,
O. c , p. ni, q- 3, a. 8.
630
O. c , p. II, c. 1, a. 6. <*> De Poenit., q. 85, a. 4, dub. 2.
521 588
D» .Poenit., c. 6. Cf. supra, p. II, c. 5, a. 1.
312 P. II. MATERNIDAD Y ÍRBRRMAT1VAS Di MARÍA
C. i. MtBRROQATIVAi DBL ALMA DE MARÍA 313
b) La templanza consta de dos partes integrantes, a modera los deleites que acompañan y disponen, como actos
saber: la vergüenza y la honestidad. Ahora bien, de la ho- previos del mismo, al pecado carnal consumado; por ejem-
nestidad se dice que es como un estado de honor; pero el plo, las miradas torpes.
honor se debe a la virtud, y, por tanto, así como la Santísi- En su significación más amplia, es una parte de la cas-
ma Virgen fué virtuosísima, así fué también honestísima. tidad o de la modestia.
Sin embargo, es también cierto que la honestidad per- Por lo que: a) Hay que descartar de la Bienaventurada
tenece especialmente a la templanza, porque así como los Virgen la pudicicia en sentido estricto; la cual no se puede
vicios y delectaciones del tacto y del gusto llevan en sí la compaginar con la eximia pureza de la misma gloriosísima
más grande deshonestidad, torpeza y brutalidad, así en la Virgen, incapaz de ser oscurecida, y menos manchada, por
virtud y en los actos de la templanza consiste principal- la sombra de ninguna cosa menos honesta.
mente la honestidad 63S. b) Pero si se toma la pudicicia o el pudor en sentido
Además, la vergüenza en sentido propio no es virtud, amplio, como una parte de la castidad y de la modestia, hay
sino una disposición a la virtud, en cuanto retrae de los pe- que admitirla en la Santísima Virgen, y en este sentido ha-
cados, ya que es el temor de incurrir en algo que nos sume bla Dionisio el Cartujano: "La pudicicia toma su nombre del
en confusión. Por lo cual la Santísima Virgen, sabiendo que pudor, y el pudor es originado por las cosas torpes de las
había sido confirmada en gracia, no estuvo sujeta en modo cuales se avergüenza el hombre, y más en especial de las
alguno a sentir movimientos de vergüenza, aunque, si se en- cosas carnales. Y puesto que la purísima e incomparable
tiende la vergüenza en el sentido lato de ún santo pudor, Virgen fué en el grado más perfecto inmune y estuvo alejada
del cual se tratará en seguida, se le puede atribuir con toda siempre de tales pensamientos, no sin motivo se la celebra
verdad a la gloriosa Virgen María. como pudicísima, cuyos ojos de paloma, siempre serenos,
nunca fueron turbados por ninguna impresión carnal" M0 .
Cuestión 13. Si entre las virtudes anejas a la templanza la 3.° Continencia en sentido estricto es un firme propó-
Santísima Virgen tuvo la castidad y el pudor, la modes- sito del alma por el cual se contiene uno en el bien de la
recta razón contra los movimientos de la concupiscencia; y
tia, la mansedumbre, la clemencia y la humildad. en este sentido la Bienaventurada Virgen no tuvo continen-
cia, porque nunca padeció movimientos desordenados de la
Apenas hace falta advertir que la castidad y el pudor concupiscencia, ya que carecía de fomes, o sea de todo inci-
son partes subjetivas o especies de la templanza, y que las tamiento al pecado. Comúnmente, la continencia se toma en
otras virtudes enumeradas se ponen como partes potencia- sentido amplio por la misma castidad, y así está claro que
les de la misma, en cuanto que imitan el modo de la tem- la continencia convenía a la Santísima Virgen de un modo
planza en otras materias, porque, como dice Santo Tomás: excelentísimo.
"A la templanza pertenece moderar los deleites del tacto..., 4.° La modestia es doble: una es la de las costumbres,
de donde se sigue que cualquier virtud que impone mode- otra la del culto u ornato exterior; la primera modera los
ración en alguna materia y refrena el apetito en sus ten- movimientos externos del cuerpo, a saber: las miradas, los
dencias desordenadas, puede ponerse como parte de la tem- gestos, los modales, el habla, la voz, etc.; y la segunda, en
planza y como virtud adjunta a ella" 539. cambio, modera su ornato exterior.
1.° Así, pues, que la Santísima Virgen sobresalió incom- a) Que la Bienaventurada Virgen tuvo la modestia de
parablemente entre todas las criaturas por la virtud de la costumbres lo declara San Ambrosio diciendo: "Ni un gesto
castidad y que levantó el estandarte de la castidad antes que liviano, ni un paso desenvuelto, ni una voz petulante, para
todos, son verdades que después expondremos más amplia- que el mismo aspecto del cuerpo fuese como imagen del
mente. alma, figura de probidad" M1 . Con él concuerda Ricardo de
2.° Pudicicia viene de pudor, y el pudor es la reacción San Lorenzo, quien, tratando en especial de la modestia de
que se produce en el alma a la vista o ante la consideración la Santísima Virgen, dice: "Es notorio hasta la vulgaridad
de cosas torpes. que el sexo femenino es tenido por gárrulo y menos circuns-
La pudicicia puede entenderse en sentido estricto y en pecto; y no hay que extrañarse, cuando a lai primera» IU-
sentido amplio; tomada en sentido estricto, es la virtud que
"* DIONISIO EL CARTUJANO, De laúd. glor. Virg. Martas, m , 10. De praeo, et dign. Deiparae, ni, 13.
639
2-2, q. 148, a, unic. De vvrgvn.it., II, 2.
318 p. n . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 319
gestiones dañinas le fué casi quitado el lenguaje a la ser- gados a tener vestidos mediocres; el tercero es el vestido de
piente y de alguna manera traspasado a la mujer. Aquí la humildad, y es de los perfectos, el cual tiene igualmente
podrás notar la apresurada respuesta de Eva sin discutir sus extremos y su medio; pues puede ser poco humilde, o
las palabras de la serpiente, de donde nació todo mal, en muy humilde, o medianamente humilde. Y decimos que el
contraste con la reflexión de María acerca de lo que podría vestido de la Santísima Virgen fué el de la humildad, pero
significar la salutación angélica, de donde nació todo bien. el medio, esto es, el medianamente humilde; y en este sen-
El bienaventurado Bernardo, después de los carismas, de tido habla San Jerónimo cuando dice que "hay que huir
las mayores gracias en la máxima de entre todas las muje- igualmente del adorno de los vestidos y de su sordidez". Lo
res, María, Madre de Dios, predicaba con dignas alabanzas mismo creemos del vestido del Señor y de otros santos" 644.
la gravedad del silencio. Ella también dice de su taciturni- 5.° a) La mansedumbre de la Santísima Virgen es ce-
dad, como si se celebrara a sí misma: Ego os regís observo lebrada por San Bernardo, que dice: "Hojea diligentemente
(Eccli, 8 ) : Yo guardo la voz del rey, esto es, la mía, que es toda la historia evangélica, y si acaso vieres en María algo
regla, para que no hable sino lo que es conveniente al rey reprensible, algo duro, alguna señal siquiera de la más leve
y a la reina, a saber: palabras de suavidad y de clemencia, indignación, tenia en adelante por sospechosa y teme acer-
palabras de piedad y de justicia" M2 . carte a ella" 545.
Y con razón, porque como por el imperio con que la San- b) La mansedumbre es una virtud que tiene por objeto
tísima Virgen dominaba en su cuerpo, todos sus movimien- moderar la ira; de donde arguye San Alberto Magno: "El
tos fueron inviolablemente sujetos a la razón y a la volun- que tiene menos ira, tiene mayor mansedumbre; pero la
tad y obedientes a ellas, sin desviaciones, la Santísima Vir- Bienaventurada Virgen tuvo menos ira, y aun careció com-
gen moderaba con apacible gravedad su porte, sus pasos y pletamente de ella; luego tuvo mansedumbre en el más alto
todos los externos movimientos de su cuerpo. Y así dice grado" M6 .
Vega que todas estas cosas estaban en María llenas de ma- c) Cuanto la ira turba singularmente y quita la estima-
jestad y ponderadas como en una fiel balanza, y, por tanto, ción de la mujer, tanto la mansedumbre la ennoblece ele-
de los pasos de la esposa se deducía su nobleza real. ¡Cuan gantemente; pues mientras la ira no es decorosa en la mu-
hermosos son tus pasos..., hija de príncipe! (Cant. 7, 2) S(tó. jer, según aquello (Eccli. 25, 22-23): No hay veneno sobre
b) Con relación a la modestia del ornato, nos place re- el veneno de la serpiente y no hay cólera sobre la cólera
cordar la doctrina de San Alberto Magno. de la mujer, la mansedumbre, por el contrario, conviene en
Manifiesta primeramente el Doctor Universal que el modo gran manera a las mujeres, las cuales se adjudican entre
en el ornato del vestido pertenece a la modestia según el los hombres la primacía en ternura y suavidad, y cuyo áni-
Apóstol (1 Tim. 2, 9-10): Asimismo oren las mujeres en tra- mo está preparado por la misma naturaleza a sentimientos
je honesto, ataviándose con modestia y sobriedad, y no con de piedad y de blandura. Y puesto que la Bienaventurada
cabellos encrespados, o con oro o perlas o vestidos costosos, Virgen sobresale altísimamente entre todas las mujeres en
sino como corresponde a mujeres que demuestran piedad dignidad, santidad y plenitud de todas las virtudes, es fá-
por buenas obras; y aquello de (1 Petr. 3, 3 ) : No sea el ador- cil inferir que ella fué mansísima entre todas y alabada con
no de éstas exterior, o cabellera rizada, o atavíos de oro, o razón por la Iglesia con estas palabras: "Virgen singular,
gala de vestidos; de donde dice San Jerónimo: "Las muje- mansa entre todas."
res vestidas de seda o púrpura no pueden vestirse de Cris- De aquí se puede inferir también la grandísima dulzura
to; las que se adornan con oro, perlas y collares han per- de María, que elogia así Dionisio el Cartujano: "La fuente
dido los adornos del corazón." Cómo fuera, pues, en la San- de la belleza infinita, Dios, dulce de una manera esencial,
tísima Virgen esta modestia, responde San Alberto diciendo: incomparable y eterna, de quien manó toda la dulzura crea-
"Hay tres clases de vestidos: el de la vanidad, el de la me- da, y del cual dista infinitamente, comunicó con la mayor
diocridad y el de la humildad. Del primero hablan las au- abundancia a su elegidísima Madre la inmensidad de su dul-
toridades antes citadas; el segundo pertenece a la modes- zura, se la imprimió, y la hizo tan dulce en sí misma y para
tia de la templanza conforme al estado común, y a él están todos nosotros, que ni podemos recordarla sin experimentar
obligados todos, buenos e imperfectos, pues todos están obli- cierta suavidad sensible, ni ella misma puede entrar por la
su 541
De laub. B. Mariae, 1. iv. 6<3
MariaU, q. 61.
** O. c , pal. 17, cert. 12. Serm. 1, De nativ. Mariae.
540
Muríale, q. 89.
m
528 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 321
puerta de nuestra piadosa memoria sin que la rocíe con el Idiota ensalza así la clemencia de la Bienaventurada Vir-
perfume de la exuberantísima suavidad contenida en ella. gen: "La fuente de tu clemencia refrigera el ardor de los
El (Dios) no quiso que tuviéramos gracia y virtud, espiri- pecadores; la fuente de tu dulzura extingue nuestra sed y
tual, alegría y consolación interna, ni determinó dárnoslas misericordiosamente nos llama todos los días: Todos los se-
sino por manos de María" " T . dientos, venid a las aguas (Is. 55, 1), y bebed con alegría;
6.° Cuánta fuese la clemencia o misericordia de la Bien- la fuente de tu misericordia es viva e inextinguible, nunca
aventurada Virgen, se manifiesta bien en que la clemencia disminuye ni se seca; se hace potable para todos, a ninguno
es una virtud del ánimo, por la que cada uno obra miseri- se cierra ni se niega; de ella bebe el bueno; también bebe
cordiosamente con su prójimo; esta virtud se ejercita de el malo; aprovecha a todos, a ninguno daña, a todos recrea,
tres maneras, a saber: por un fácil y voluntario perdón de para todos es dulce, a todos ayuda, cura a los débiles, con-
las injurias, por una piadosa conmiseración del mal ajeno forta a los sanos, alegra a los miserables, aprovecha a los
y por un generoso alivio de su indigencia o necesidad. De justos, purifica a los pecadores, levanta a los enfermos, pro-
estas tres maneras, y en modo admirable, fué ejercitada la tege a los que pelean, consuela a los angustiados, justifica
clemencia de la benignísima Bienaventurada Virgen: a) Ya a los culpables, robustece a los peregrinos, abate a los ene-
por el perdón de las injurias, como se puede ver claramente migos, aumenta las virtudes, abate los pecados, refocila a
en la pasión de Cristo. Pues dice Dionisio el Cartujano: "No los pobres, guarda en humildad a los ricos, calma a los ira-
sólo no se encendió en ira contra aquellos malvados que cundos, pro ura la paz, limpia a los inmundos, retrae a los
crucificaron a su Hijo amado, sino que, al contrario, se com- disolutos, multiplica la caridad, une los corazones dividido' >.
padeció de ellos; porque, muy semejante en caridad y man- eleva las mentes a lo alto, hace ejercitar las obras de mise-
sedumbre- al Hijo paciente, conoció también el misterio de ricordia, despierta a los soñolientos, induce a todos a obrar
la redención humana" 54S; ya por la piadosa conmiseración bien, los defiende en los peligros, los socorre en todas las
del mal ajeno, como dice San Buenaventura: "Ciertamente, necesidades, obtiene el perdón a los pecadores, los une con
Señora, cuando te miro, no veo sino misericordia. Pues en Dios por el amor, dirige a los que empiezan, ilumina a los
favor de los miserables fuiste hecha Madre de Dios, engen- que adelantan, inflama a los perfectos y fortalece a los tí-
draste además a la misericordia y, finalmente, te ha sido midos. Éstas y otras muchas cosas, piísima Virgen, obra
conferido el oficio de compadecer. De todas partes solícita en nosotros los pecadores la fuente de tu misericordia..." 532.
de los miserables, de todas partes amurallada de misericor- A este propósito dice también San Bernardo: "¿Quién puede
dia, parece que sólo apeteces compadecer. Madre de mise- investigar la longitud y anchura, la sublimidad y la profun-
ricordia, estás siempre prontísima para adoptar por hijos didad de su misericordia? Pues su longitud se extiende has-
a los miserables" " a ; y Kicardo de San Lorenzo: "María es ta el último día de todos los que la invocan. Su anchura
naturalmente clemente y misericordiosa, y su piedad au- llena toda la redondez de la tierra, para que toda ella esté
menta incesantemente; a ella especialmente conviene aque- llena de misericordia. Así también su sublimidad alcanzó la
llo de Job (31, 18); Desde la infancia creció conmigo la mi- restauración de la Jerusalén celestial, y su profundidad, la
sericordia, y del vientre de mi madre salió conmigo. Ella redención de los que están sentados en las tinieblas y en la
también, en cuanto es de su parte, se compadece de todos, sombra de la muerte" 053.
porque lo puede todo y disimula los pecados de los hombres 7.° En cuanto a la humildad de María, hay que notar
por la penitencia" 55 °. b) Ya por un generoso alivio de la in- antes lo siguiente:
digencia o necesidad; bajo este aspecto, San Germán de a) Humildad es una virtud que inclina a cada uno a
Constantinopla dice así a la Virgen: Tú, ¡oh Virgen!, "eres declarar su vileza con hechos o con otras señales. Por tanto,
medicina de nuestras heridas insanables, y la que secas enfrena el apetito desordenado de la propia excelencia por
nuestras lágrimas, y suspendes nuestros gemidos, y reparas el desprecio verdadero y ordenado de sí mismo.
nuestras calamidades y mitigas nuestros dolores, y desatas El fundamento de la humildad está en el entendimiento,
nuestras prisiones, y eres esperanza de nuestra salud" 6B1. El que debe conocer su miseria; todo lo que tiene el hombre,
tanto en el orden natural como en el sobrenatural, le ha
817
sis
De laúd. glor. Virg. Marine, 1. ni, c. 21. sido concedido por Dios; por el contrario, lo malo que hay
De praec. et dign. Deiparae-, 1. III, a. 19.
510
550
Stimul. amona, p. III, c. 19. Bn
De Uiud. Virginis, c. 4. - Contem.pl. de B. Virg., p. vi, 1C.
Kl 553
De Prctesent. Deiparae. ' Serm. 4, In Assumpt. B. M. V.
Tr. de la Virgen Santísima. ." í • n
322 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARfA 333
en él, a saber, los defectos y pecados, lo tiene de sí mismo; te como si con estas palabras la Bienaventurada Virgen qui-
y como nuestro juicio debe conformarse siempre a la verdad, siera dar vano testimonio de su humildad, porque no es
la humildad tiene su fundamento en la verdad, y ella mis- humildad proclamarse uno humilde, ya que la humildad es
ma es la profesión de la verdad. entre las virtudes la única que se ignora á sí misma, sino
No obstante, la humildad reside propiamente en la vo- porque con estas palabras ejercita de obra esta virtud, y,
luntad, la cual por el conocimiento de su bajeza se desesti- como advierte Cayetano, "es acto de profunda humildad el es-
ma y menosprecia a sí misma, y no desea ser alabada, sino timarse ínfima, exigua, pequeña, y esto le conviene más a la
más bien ser ignorada y tenida en nada, deseando al mis- grande humildad de la Bienaventurada Virgen que el prego-
mo tiempo referirlo todo al honor de Dios, de quien lo tie- nar que Dios se ha fijado en su virtud; pues esto suena a que
ne todo. Dios ha atendido al mérito de su propia virtud, y decir esto
b) Existe una doble humildad: una, la de los santos y dista mucho de espíritus humildes, en tanto que aquello es
justos; otra, la de los pecadores; aquélla proviene de la humildad de corazón, manifestada y ejercitada en aquel
contemplación de la divina excelsitud y del conocimiento de acto. P) Lo mismo dicen los Santos Padres, entre los cua-
la propia pequenez y de la propia nada; ésta procede ade- les San Ambrosio: "Ve la humildad,^ ve la devoción. Se llama
más de la consideración de las culpas propias. esclava del Señor la eme ha sido elegida madre suya, ni fué
c) Y así, puesto que María careció completamente de repentinamente exaltada por la promesa; al mismo tiempo,
toda culpa, está claro que ella no tuvo esta segunda virtud llamándose esclava, no se arrogó ninguna prerrogativa de
de la humildad, por la que el hombre se considera pecador gracia tan grande la que hacía lo que se la mandaba" 554.
y con la responsabilidad de sus culpas, sino aquella otra Y en otra parte: "Virgen siempre humilde, se hizo cierta-
que procede de la contemplación de la excelencia divina y mente más humilde cuando conoció haber sido elegida por
del conocimiento de la propia pequenez, de la cual provie- Dios para tan gran misterio" 555 ; y San Bernardo: "La Vir-
ne que el hombre vea que de suyo es nada, y nada puede gen es elegida Madre de Dios y se llama su esclava: es cier-
sino que en todos sus bienes naturales y sobrenaturales de- tamente señal de no pequeña humildad, de la que no se ol-
pende de Dios. vida ni al ser llamada a tan grande gloria. Grande del todo
d) Que esta humildad existió en la Bienaventurada Vir- en los honores y rara virtud es la humildad" 55<5. T) Y con
gen de un modo singular: o¡) La misma Sagrada Escritura razón, porque es propio de esta virtud el acordarse de su
lo enseña al decir (Le. 1, 38) que María, avisada por el án- propia vileza y de la incesable dependencia de Dios en cual-
gel de que había sido elegida Madre de Dios, no se enorgu- quier grado de dignidad, por elevada que sea. Pero la San-
lleció por tan grande excelencia, sino que respondió humil- tísima Virgen, aunque sublimada a la excelsa dignidad de
dísimamente: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí Madre de Dios y enriquecida más y más con divines dones,
según tu palabra; después, hecha ya Madre de Dios, se dirige había conocido plenísimamente su nada, esto es, lo que por
a Santa Isabel (v. 39) para servir a su prima, embarazada, sí era; y lo que vendría a ser si Dios la abandonara; sabía
anciana y débil, en cuyo servicio es digna del más elevado asimismo plenamente que el ser, el poder y el hacer y todos
encomio la humildad de la Bienaventurada Virgen, que, sus privilegios provenían de Dios, y que en todas estas co-
sabiendo que ha sido hecha Madre del Señor, no se desdora sas dependía siempre y en todo instante de la bondad di-
en servir a la madre del Precursor; finalmente, conociendo vina. Así, San Bernardino de Siena dice de la humildad de
Santa Isabel, llena del Espíritu Santo, la dignidad de Ma- María: "Tuvo la perspectiva de su propia nada, porque con-
ría, y alabándola entre todas las mujeres (v. 42); y admi- tinuamente vivía en relación actual con la divina Majestad
rada de que Madre tan excelsa hubiese venido a servirla,' y con su nada" s57.
como preguntase (v. 43): ¿De dónde a mí que la madre de
mi Señor venga a mí?, ningún honor se atribuye María en In Luc, c. 1.
tantas grandezas, sino que todo lo convierte en alabanza de De virginit., 1. n, c. 3.
Homil. 4 super "Missus est"^
Dios, el cual por su benignidad se dignó mirar la pequenez Serm. 51.
de su esclava, elevarla a tan grande dignidad y acumular
en ella tantos y- tan grandes favores; de ahí que prorrumpa
en aquel cántico. (Le. 1, 46 s.): Mi alma engrandece al Se-
ñor... Porque miró la bajeza de su esclava, no ciertamen-
324 P. H. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 325
de la virtud de la fe, que asiente a la autoridad del que ha- todos, y la que profundizó más en el abismo de toda humil-
bla, sin que inquiera o entienda las cosas por sus causas; dad, y la más constante de todos, así en el don de sabi-
el don de sabiduría, en cambio, juzga por las causas, y cau- duría fué radiantísima y esplendidísima, estando en estre-
sas altísimas; por otra parte, la fe se encuentra en el peca- cho contacto con la Sabiduría increada para recibir de ella,
dor sin la gracia, mientras el don de sabiduría no se encuen- sin interrupción y liberalísimamente, ríos de iluminaciones
tra sino en el justo, porque, como se dice (Sap. 1, 4 ) : En nuevas, continuas, esplendorosas y fervientes, con las cuales
alma maligna no entrará la sabiduría, ni morará en cuerpo el alma lucidísima de la Bienaventurada Virgen incesante-
sometido a pecados. mente se rehacía, se recreaba y se desbordaba".
2.° Que la Bienaventurada Virgen María obtuvo en alto c) Además, "de la misma manera que María fué muy
grado el don de sabiduría, lo dice hermosamente Dionisio él humilde, así fué de mente muy sosegada y quieta. Y fué así,
Cartujano: a) "Por el don de sabiduría la mente conoce y porque en ella jamás hubo ninguna inquietud de perturba-
contempla a Dios y las cosas que son de Dios con gusto in- doras pasiones, ningún estrépito de culpa, ningún desorde-
terno, las discierne de las otras, y juzga bien de ellas con nado tumulto de tempestuosos pensamientos o de fluctuantes
afectuosa conformidad y connaturalidad; así, por ejemplo, pasiones, sino constante tranquilidad, y en todo aconteci-
que hay que adherirse pura y finalmente sólo a Dios en grado miento paz estable e interna. Por esto el Espíritu Santo con
sumo, y que las cosas espirituales, divinas, eternas, tienen los siete dones descansó incesantemente en el corazón de Ma-
que ser preferidas incomparablemente a todas las creadas, ría con inenarrable plenitud, y con el don de sabiduría la
vanas, sensibles y caducas. Y así, en los que tienen el don embelleció con hermosura incomparable".
de sabiduría, el conocimiento y la afección de la mente acer- d) "Más aún, la pureza de corazón dispone en gran ma-
ca de las cosas divinas se juntan y concuerdan. Porque, así nera al aumento y complemento de la sabiduría. En el alma
como se asignan tres grados de caridad, así también son malévola no entrará la sabiduría, etc. Pues como la Virgen
tres los grados de esta sabiduría, de tal manera que el ter- María resplandeció con tan grande pureza y santidad, que
cer grado de caridad y sabiduría es propio de los perfectos después de Dios no puede concebirse mayor, sigúese que la
y conviene a las almas heroicas. Este tercer grado del don Sabiduría increada se trasladara y se infundiera abundantí-
de sabiduría tiene también una gran amplitud y especiales simamente en el alma de María e hiciese el don de sabiduría
grados diversos y múltiple diversidad de perfección, según progresos tan indecibles en ella, que más que toda pura
que un santo es más santo que otro conforme a los innume- criatura resplandece de modo incomparable en ese don esta
rables grados y diferencias de perfección y santidad." , eminente Madre de la Sabiduría" 005.
"De donde se deduce que, así como María fué, después
de Cristo, inefablemente más santa que todos los santos,
así también en el don de sabiduría fué más grande, más Cuestión 3. De qué manera tuvo la Bienaventurada Vir-
perfecta y más espléndida que ninguno." gen el don de ciencia.
"Experimentó y saboreó más que todos con el paladar de 1.° a) El don de ciencia es un hábito sobrenatural por
la mente y de modo inestimable, secretísimo, suavísimo, fre- el cual el justo, por especial instinto del Espíritu Santo,
cuentísimo y exuberantísimo cuan dulce es Dios, cuan bue- juzga rectamente, por las causas inferiores, de las verdades
no el Dios de Israel para los que son de recto corazón, cuan de la fe según una interna experiencia o afectiva connatu-
bueno el Señor para los que esperan en El, para el alma que ralidad.
le busca; cuan grande la multitud de su dulzura, cuan ver- b) Cómo se tiene esta interna experiencia y afectiva
daderamente es el Dios escondido, más secreto que todos los connaturalidad, lo explica Meunier: "La caridad nos une a
secretos, que brilla candidísimamente dentro y se manifiesta Dios primariamente de un modo afectivo, pero secundaria-
al alma purificada con paternal dignación, clemencia y abun- mente nos hace amar las criaturas por Dios; así, pues, como
dancia para contemplarle y gustarle." da un gusto experimental de Dios, da también al mismo
b) "También la expresión (Prov. 11, 2 ) : En donde hay tiempo un gusto y experimento de las criaturas con relación
humildad, allí también sabiduría, se entiende principalmente a Dios. Y de esta experiencia, por el don de ciencia, se for-
de esta sabiduría que es un don de Dios. Porque la humildad ma juicio de las criaturas conforme a sus propiedades, lo
somete directamente el alma a Dios para recibir de El la cual pertenece a las causas inferiores y creadas, de tal modo
luz y los rayos de la saludable sabiduría. Pues de la misma
manera que María fué sin comparación más humilde que De laúd. glor. Virg. Mariae, 1. II, a. 3.
334 P. I I . MATERNIDAD X PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 335
que o se amen con moderación o se conozca su imperfección Bienaventurada Virgen: a) Según dice Dionisio el Cartuja-
y vanidad" 56C. no: "Consejo, en cuanto don, no es un acto de la prudencia,
2.° Que María tuvo el don de ciencia de modo excelentí- sino un hábito por el cual la mente es dirigida por el Espí-
simo, se infiere de que continuamente ascendió de la con- ritu Santo para ver qué es lo que hay que hacer o evitar en
sideración de las cosas creadas a Dios con alegría y fervor; las cosas arduas y ambiguas, en las cuales no basta la pru-
admiraba con atención sutil y profunda el orden del univer- dencia humana sin una dirección sobrenatural divina. La es-
so, la magnitud, hermosura y causalidad de los cuerpos; cogidísima Virgen María estuvo tan llena de este don de
consideró la naturaleza, el poder, la actividad y la eminen- consejo, que era dirigida indesviablemente en todas estas
cia, tanto en las cosas naturales como gratuitas, de los es- cosas por el Espíritu Santo e instruida por su unción e inspi-
píritus angélicos. Advirtió también la obra de los seis días, ración de lo que había que hacer u omitir; así que más que
la distinción y ornato de ellos, y por el conocimiento de todas a todos los demás se puede aplicar especialmente a María
estas cosas apreciaba más la dignidad, perfección y excelen- aquello de (1 lo. 2, 20) : Vosotros tenéis la unción del Santo
cia inmensa del unigénito Dios encarnado y engendrado de y sabéis todas las cosas."
ella, y por esto la inefable grandeza de la dignación divina b) Este don de consejo brilló en el más alto grado en
y de los beneficios a ella concedidos de lo alto y por ella las bodas de Cana; porque, rehusando Jesús hacer el mila-
dispensados a todo el género humano, y por eso rendía al gro que su Madre le pedía al decir: Mujer, ¿qué nos va a mí
dador soberano mayores acciones de gracias. ¡ Oh, qué pronta y a ti? No es aún llegada mi hora, María, sin embargo, ad-
y delicadamente, exclama Dionisio el Cartujano, trasladó el vierte solícita a los servidores: Haced cuanto El os dijere
don de ciencia su mente sincerísima, luminosísima y sapien- (lo. 2, 5 ) ; lo cual comenta Gardeil: "Ella ordena a los servi-
tísima de lo visible a lo invisible, de lo corporal a lo incor- dores que hagan todo lo que dijere su Hijo, y el milagro se
poral, de lo temporal y caduco a lo eternal y divino! 5liT. realiza. Su consejo ha prevalecido, porque era en el fondo
el consejo de un amor inspirado por el Dios de la miseri-
Cuestión 4. De qué manera tuvo el don de consejo la Bien- cordia" 509.
aventurada Virgen.
Cuestión 5. De qué manera la Bienaventurada Virgen tuvo
1.° a) Don de consejo es un hábito sobrenatural, por el don de fortaleza.
el cual, siendo como consejero el Espíritu Santo, la mente
juzga de las cosas particulares que se deben hacer congruen- 1.° a) Don de fortaleza es un hábito sobrenatural por
temente en orden a la consecución de la vida eterna, nuestro el que el hombre, por instinto del Espíritu Santo, se mantie-
último fin, según cierta interna experiencia y afectiva con- ne firme con confianza invencible frente a las cosas arduas.
naturalidad con lo divino. b) El don de fortaleza se diferencia de la virtud de la
b) Pues así como del afecto y unión con Dios se saca la fortaleza, tanto adquirida como infusa, en cuanto que ésta
obra según las comunes reglas de la prudencia natural o so-
sabiduría y la. ciencia afectiva, por las cuales es ilustrado el brenatural, y conforme a ellas mide y calcula sus fuerzas
entendimiento para juzgar de lo divino y de lo creado se- y acciones naturales y sobrenaturales; pero el don de for-
gún un experimental e interno gusto de Dios, o según cier- taleza obra por moción e instinto del Espíritu Santo, no
ta connaturalidad con Dios, así también podrá ser ilustrado midiendo las fuerzas y acciones conforme a prudencia, sino
y perfeccionado sobre lo que hay que obrar, y también ha- obrando conforme a las fuerzas y al brazo de Dios, de un
cerse más hábil para juzgar, porque con este don juzga modo no humano y fuera de todas las reglas de la pruden-
de los medios no de modo humano, según las reglas natu- cia, aun de la infusa.
rales o las sobrenaturales de la prudencia adquirida o infusa,
sino según el don de sabiduría y de ciencia y según la con- De aquí se sigue que mientras la fortaleza adquirida o
fianza en Dios, que tiene poder para disponer todos los me- infusa tiende a lo arduo y difícil según las reglas de la
dios y superar todas las dificultades 56S. prudencia y conforme al modo humano y capacidad del
2.° El don de consejo brilló de modo singular en la sujeto, esto es, contando con la defectibilidad y flaqueza
de sus fuerzas y con su miedo, causa ésta de que su virtud
006
EEL, sept. 1931. fracase con frecuencia, y no por razón de la virtud misma,
067
De laúd. glor. Virg. Mariae, 1. II, a. G.
588
Cf. JUAN DE SANTO TOMÁS, O. C, d. 18, a. 5. Les dons du Saint-Esprit dans les Saints dominicains.
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 337
336 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
.srpn viva de Dios. Pero la piedad eme movía a la Santísima pone a la justificación por la atrición y se siente, dominado
Virgen a practicar obras de misericordia iba más allá, por- por el provechoso temor de las penas. Queda, pues, que el don
que la movía a compadecerse y a socorrer al prójimo, no de temor sea sólo el temor filial y casto; temor que no se
sólo poraue veía en él una imagen de Dios, sino porque diferencia del inicial en la sustancia y especie sino en cuanto
veía en él al mismo Dios. Y como la piedad que se debe a al estado y modo 573.
Dios es mayor sin proporción que la eme se debe a su ima- *í.° Que la Bienaventurada Virgen tuvo el don de temor
gen, resulta que la piedad de la Santísima Virgen fué sin se demuestra por cuanto el temor tiene un doble objeto: uno
proporción mucho mayor que la piedad de todos los via- primario, a saber: la divina majestad y grandeza, en cuanto
dores." que Dios es todopoderoso para infligir un mal, aun el de la
"No es menos claro respecto al segundo acto, que es no aniquilación; otro secundario, esto es, el mismo mal terri-
contradecir a la Escritura, lo cual es tanto como defender ble de la separación de Dios, causado por la culpa, y el mal
la fe; pues defiende la fe, sin comparación más que todos, la de pena, debido a la culpa. Pues bien, en la Bienaventurada
que sola entre todos venció las herejías en todo el mundo." Virgen María no existió ni pudo existir el temor de Dios
"También aparece la piedad de María en cuanto al ter- que se refiere al mal de la separación de Dios por la culpa,
cer acto, que es honrar las cosas santas, y ella honró las n al mal de la pena debida a la culpa, sino en cuanto que
cosas santas más que todos, porque por ella todos los san- ".onsiderá la divina grandeza como poderosa para infligir un
tos son honrados y coronados en la gloria celeste. De aquí mal; no ciertamente de modo ejecutivo, pues de este modo
lo que se lee en el Apocalipsis (12, 1 ) : Apareció en el cielo no puede ser causa de temor para quien está a cubierto
una señal grande; una mujer envuelta en el sol, con la luna tanto del mal de culpa como del de pena, sino absolutamen-
debajo de sus pies, y sobre la cabeza una corona de doce te, en cuanto que es de suyo poderosa para infligir el mal;
estrellas. Pues, en efecto, corona a todos los santos la que fué pues así permanece siempre el afecto reverencial hacia tan
causa de que todos fueran coronados" 572. precelente potestad, aunque ningún determinado mal se tema
de ella.
Sobre lo cual dice San Alberto Magno: "El temor casto
Cuestión 7. Si la Bienaventurada Virgen tuvo el don de tiene dos actos: uno, según el estado de vía, que es temer
temor. ser separado de Dios, y éste no lo tuvo la Bienaventurada
Virgen; otro según el estado de término en la celeste pa-
1.° a) El don de temor es un hábito sobrenatural, con tria, que es reverenciar, y éste existió en la Santísima "Vir-
el cual por instinto del Espíritu Santo se mueve el ánimo a gen, pues la reverencia es una sumisión mezclada con el
reverenciar la majestad de Dios y rehuir la separación de El. amor. Tuvo, pues, este temor de modo más excelente que
todos los viadores, y de manera que si se revelase a cual-
b) Hay muchas clases de temor, a saber: mundano, quiera de éstos que había de salvarse, y no temiera ya, por
cuando el hombre se aparta de Dios por miedo de los males tanto, la separación de Dios, como parece de San Pablo,
temporales; servil, cuando abandona el pecado por el mal que dice: Estoy cierto de que ni la muerte, ni la vida, etc.
de pena; filial o reverencial, cuando huye del mal de culpa, (Rom. 8, 38), no igualaría, con todo, a la Bienaventurada
no por razón de la pena, sino porque es ofensa de Dios y Virgen en esta certeza, porque aquella certeza sería por la
teme separarse de El, pues propio de los hijos es el temor ciencia y por el efecto; pero la certeza de la Santísima Vir-
de perder al padre y separarse de él; e inicial, que es el gen de que no sería separada fué por modo de causa; pues
temor filial imperfecto, el cual, llevando anejo el temor de supo que ella había sido santificada en el seno materno, y
la pena, teme el mal de la culpa, pero temiendo también que había sido hecha Madre de Dios, y que no había pecado
incurrir con ella en la pena. ni podía pecar, y así supo como por sus causas que ella no
c) De estos temores, ni el mundano ni el servir consti- podía ser separada de Dios, su último fin" 57i.
tuyen el don de temor. No el mundano, porque es malo y
pecado, puesto que teme perder el mundo y las cosas que 073
Cf. S. T O M Á S , 2-2, q. 18, a. 8.
074
están en el mundo más que perder a Dios, al cual deja por Mariale, q. 69.
el temor del mundo. No el servil, porque, aunque no sea malo,
sin embargo, aun puede darse en el pecador cuando se dis-
072
Mariale, q. 68.
340 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 341
§ IV. DE LA GRACIA ACTUAL DE LA BIENAVENTURADA MADRE § I. DE LAS GRACIAS "GRATIS DADAS" EN LA BIENAVENTURADA
VIRGEN MADRE VIRGEN
La gracia que nos hace gratos a Dios, como ya se dijo, NOCIONES PREVIAS.—1. a La gracia gratis dada es la que
una es habitual y otra actual, según que se nos da a manera se ordena primariamente no al provecho del que la recibe,
de hábito o cualidad permanente, o a manera de acto o au- sino al bien y utilidad de otros.
xilio transitorio para obrar saludablemente. Pues mientras la gracia gratum faciens, la que nos hace
A la habitual pertenecen la gracia santificante, las virtu- gratos a Dios, mira a la santificación y provecho del que
des infusas y los dones del Espíritu Santo; por lo cual, ha- la recibe, al cual le hace grato y acepto a Dios de una ma-
biendo tratado ya de la gracia santificante, de las virtudes y nera incoativa o completiva, la gracia gratis dada prima-
de los dones con que fué enriquecida la Bienaventurada riamente' se ordena al bien y provecho de otro; es decir,
Virgen, sólo resta decir algo de la gracia actual de la misma. para que el que la recibe traiga a otros a Dios y coopere a
1.° La Bienaventurada Virgen necesitó de la gracia ac- su salvación, aunque secundariamente la gracia que nos
tual para hacer actos sobrenaturales; pues no hubiera po- hace gratos redunda también en provecho de los otros, como
dido hacerlos sin el actual influjo sobrenatural de Dios, como dice San Mateo (5, 16): A este modo ha de brillar vuestra
sucede en los otros justos. luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas
2.° La gracia actual de la Bienaventurada Virgen jamás obras y den gloria a vuestro Padre, que está en los cielos,
careció de su efecto, lo que no siempre sucede en nosotros, y la gracia gratis dada ceda igualmente en utilidad del que
que a veces lo frustramos por nuestra voluntad rebelde. Aun- la tiene y la da, esto es, cuando usa de ella como debe, según
que la voluntad de la Santísima Virgen permaneció perfecta- aquello de Daniel (12, 3 ) : Los que' hubieren sido sabios,
mente libre en todo momento y retuvo siempre la potencia brillarán como la luz del firmamento, y los que enseñan a
radical de resistir, sin embargo, la gracia nunca se malogró muchos para la justicia, como estrellas por toda la eter-
en ella, porque correspondió íntegramente a toda moción y nidad.
gracia concedida por Dios; pues, como dice Suárez: "La Es común a una y otra gracia el ser gratuitas; pero por-
Bienaventurada Virgen respondió siempre a la gracia divina que la gracia gratis dada no se da para que el mismo que
que la llamaba, y cooperó tanto cuanto podía, según la me- la recibe se haga grato a Dios, puesto que, si bien se con-
dida en que se le concedía; a la Bienaventurada Virgen nada cede con frecuencia a los justos, a veces se da también a los
hay, en efecto, que negarle de la perfección que en el género pecadores, como se dio la gracia de profecía a Balaam
de la gracia santificante fué concedida a otras puras criatu- (Núm. 23) y a Caifas (lo. 11, 31), sino principalmente para
ras ; pero esta perfección de la gracia se dio a los santos án- que coopere en reducir a otros a Dios y hacerles a El gra-
geles, como enseña Santo Tomás (1, q. 62, a. 6 ) ; luego mu- tos, es por lo que el nombre del género se reserva para esta
cho más debió dársele a la Virgen, que estaba ordenada a especie.
mayor gloria, sobre los coros de los ángeles. Porque, aunque 2. a Nueve son las gracias gratis dadas enumeradas por
la Bienaventurada Virgen en su naturaleza fuese inferior a el Apóstol (1 Cor. 12, 7-8): A cada uno es dada la manifes-
los ángeles, sin embargo, en las cosas divinas les era supe- tación del Espíritu para provecho. Porque a uno por el Es-
rior ; y, por otra parte, nada hubo en la Virgen que 'la retar- píritu es dada palabra de sabiduría; a otro, palabra de cien-
dase para cooperar a la gracia divina cuanto podía, libre cia, según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíri-
como estaba del fomes del pecado y del desorden de las po- tu; a otro, gracia de sanidades en un mismo Espíritu; a otro,
tencias, y así siempre obraba con toda la eficacia de la cari- operación de virtudes; a otro, profecía; a otro, discreción de
dad y de la gracia, tanto habitual como actual" 675. espíritus; a otro, linajes de lenguas; a otro, interpretación
de palabras. Mas todas estas cosas obra sólo uno y el mismo
In S, d. 18, sect. 2. Espíritu, repartiendo a cada uno como quiere.
Cuan recta sea esta enumeración del Apóstol se deduce
de que la gracia gratis dada se ordena a que el hombre co-
opere a la salvación de otro. Ahora bien, tres son los géneros
de cosas en los cuales puede el hombre cooperar a la salva-
C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 343
342 P. Í I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DK MARÍA
(lo. 10, 41), que no hizo ningún signo para que todos los ojos sima Virgen, que en el correr de los siglos se manifestó tan
se volvieran a Cristo 5SG. rica en misericordia, tuviera antes de su asunción cerrado su
Parece más verdadera, sin embargo, la sentencia contra- corazón a las peticiones de los fieles, o que Dios hubiera aten-
ria, que sostienen San Alberto Magno, San Antonino, Suá- dido menos a sus oraciones entonces o que en aquel tiempo no
rez, Vega, Terrien, Lepicier. Pero, no obstante, conviene dis- hubiera lugar a milagros.
tinguir con Suárez varios tiempos y géneros de milagros, o
varios modos de obrarlos. Cuestión 4. Si la Bienaventurada Virgen tuvo la gracia
a) No consta, ni se puede afirmar con alguna verosimi-
litud, que la Bienaventurada Virgen hubiese obrado algunos de la profecía.
milagros antes de concebir a su Hijo; ni parece aquel tiem-
po el más oportuno para ejercer esta gracia, porque ni eran a) Consta que la tuvo por su cántico del Magníficat
necesarios para confirmar la doctrina, ni convenía enton- (Le. 1, 48), cuando, movida de espíritu profético, dijo: Des-
ces manifestar por milagros los méritos y la santidad de la de ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones,
Virgen. sabiendo certísimamente con anticipación y profetizando que
b) Es también verosímil que por sí misma no obró nin- ella había de ser celebrada magnificentísimamente y vene-
gún milagro especialmente público desde la concepción de rada con filial devoción en el decurso de los siglos por todos
Cristo hasta su ascensión. Y esto es acaso lo que principal- los fieles en todas las partes de la tierra.
mente intenta Santo Tomás y a lo que probablemente apun- A propósito de esto dice Knabenbauer: "¿Y quién ignora
ta su razonamiento y el ejemplo que aduce de Juan el Bau- cuan bien profetiza la Bienaventurada Virgen? Pues vemos
tista. Y digo por sí misma, porque se puede decir que a veces que la Santísima Virgen es venerada y aclamada por todos
obró milagros por medio de su Hijo con su fe y su impetra- ios miembros de la Iglesia de Cristo; que templos y capillas
ción, como el milagro de las bodas de Cana, que obtuvo con esparcidos por el orbe, fiestas, congregaciones y órdenes re-
su fe y su ruego, como la Madre del Hijo. ligiosas pregonan su honor y sus alabanzas; que las artes
Digo también especialmente público, porque nada se sabe también concurren a su glorificación, etc." 587.
de si hizo algún milagro en secreto, principalmente du- b) De ahí que San Bruno Cart. llame a María: "Profe-
rante la infancia de Cristo, o en Egipto, o en otras ocasio- tisa, que llena del Espíritu nos dio una hermosísima profe-
nes, si se le ofreció alguna oportunidad o necesidad. cía" 5 8 8 ; y Ruperto: "Profetisa grande, que, enseñada por el
c) Después de la ascensión de Cristo apenas se puede Espíritu Santo, no ignoró nada" 5 8 0 ; y San Alberto Magno:
dudar de que la Santísima Virgen obrase milagros y devol- "Profetisa por- excelencia, que sobrepuja a los otros en es-
viese a algunos la salud del cuerpo, si la necesidad lo exigió: píritu profético" 590.
a) Porque resultaba un gran bien y provecho para la Iglesia c) Y ciertamente convenía mucho que la Bienaventu-
que ella fuese reconocida y venerada como Madre de Dios; rada Virgen tuviese el don de profecía, puesto que fué cons-
y esto proyectaba una nueva luz en la manifestación de tituida por su Hijo Madre y abogada, Reina y guarda, Pro-
Cristo Señor como Dios e Hijo de Dios, y confirmaba la fe tectora y ayudadora de la Iglesia militante; presupuesto lo
en el mismo. P) Además, aunque no la correspondiese pre- cual, convenía que de lo alto le fuesen reveladas muchas
dicar en público ni persuadir de ese modo a los demás en cosas acerca de su estado, proceso y futuros acontecimien-
la fe, sin embargo, como los milagros no es necesario que tos, para que por el conocimiento de aquéllos procurase más
tengan que ser realizados precisamente y sólo por los pre- el bien de la Iglesia y orase sin intermisión por la salvación
dicadores de la fe, sino que, disponiéndolo así Dios, pueden de los fieles, por el aumento de los creyentes y por la plena
ser hechos por los simples fieles, no hay por qué dudar de perseverancia de los convertidos 591.
que, invocada la Madre de misericordia por alguno de ellos, 8T
"538 Comm. in Luc, 1.
puesto en angustioso trance, intercediese con empeño cerca Hora, de Nativ. Dom.
de Dios por él, y como nunca es rechazada su intercesión, 689
000
In. Cant., 1. iv.
obtuviese milagrosamente la gracia pedida. Muríale, q. 151.
001
DIONISIO EL CARTUJANO, De laúd. glor. Virg. Mariae, 1. i i
No es en manera alguna creíble que los fieles no recu- a. 18.
rrieran a ella cuando vivía en la tierra, o que esta gloriosi-
3, q. 27, a. 5.
348 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 349
aventurada Virgen, ya para que ella conociese y amase a zón el santo Doctor, sin que por eso impugne que la Bien-
Dios más perfectamente por una más profunda inteligencia aventurada Virgen se hubiese dispuesto a su santificación
de las Escrituras, ya para que enseñase a otros el verdade- con un movimiento transeúnte de la razón y de la voluntad
ro sentido de ellas, puesto que desde el principio fué maes- hecho en un determinado momento" 50S.
tra de la fe e instruyó a los mismos apóstoles, predicadores c) No se aparta mucho de esta sentencia Lepicier al de-
del Evangelio. cir que la Bienaventurada Virgen tuvo uso de razón en el ins-
tante de su inmaculada concepción, pero no después, hasta
que llegó a la edad oportuna; con lo cual, sin embargo, queda
ARTICULO III en pie que se haya podido conceder alguna otra vez a la Vir-
gen en su niñez el uso de razón y del libre albedrío en de-
DE LA CIENCIA DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA. terminados tiempos y que en ellos obtuviera aumento de
gracia 5 ".
En este artículo se han de considerar tres cosas: primera, d) Mas comúnmente los teólogos admiten en la Bien-
el uso anticipado de razón en la Bienaventurada Virgen; aventurada Virgen el uso permanente de razón ya desde el
segunda, la eximia ciencia que adornó la mente de la Madre primer instante de su concepción. Entre ellos San Bernar-
de Dios; tercera, la inmunidad de la Bienaventurada Virgen dino de Siena 60°, San Francisco de Sales °01, San Alfonso
de todo error e ignorancia. María de Ligorio 602, Suárez 00¡s, Salazar e04, Vázquez soc ,
Vega B0G, Seldmayr 607, Terrien oos, etc.
§ I. DEL USO ANTICIPADO DE RAZÓN EN LA BIENAVENTURADA TESIS. La Bienaventurada Virgen María desde el principio
VIRGEN MARÍA de su concepción tuvo perfecto uso de razón, él cual per-
duró desde aquel instante por todo el tiempo de su vida.
Cuestión 1. Si la Bienaventurada Virgen tuvo uso de ra- PRIMERA PARTE.—1.° San Bernardino de Siena dice:
zón desde el principio de su concepción. "La Virgen, aun cuando estaba en el seno de su madre, tuvo
uso del libre albedrío y perfecta luz en el entendimiento y
SENTENCIAS.—a) Además de Muratori, siempre excesi- la razón, y fué elevada a tan grande contemplación, que aun
vamente pronto a discutirle sus privilegios a la Bienaventu- en el claustro materno la tuvo más excelente que la que haya
rada Virgen, negó esta prerrogativa de María Gerson, aun- tenido nunca otro en edad perfecta; y se sublimó más en la
que, por otra parte, la rendía ferviente culto. "Cristo, dice, no contemplación de Dios durmiendo que ninguno vigilando,
comunicó a su Madre, en seguida de ser concebida o de que como ella misma lo atestigua (Cant. 5, 2 ) : Yo duermo y mi
nació, el uso de perfecta razón, aunque habría podido hacer- corazón vela" 60a.
lo, y si lo hubiese hecho, habría convenido. Y decir lo con- 2.° a) No debe negarse razonablemente a la Bienaven-
trario, escribiendo o predicando, es completamente temera- turada Virgen lo que de gracia o privilegio leemos que ha
rio, tanto como si se dijera que nunca había soñado o que sido concedido a otro. Ahora bien, a Juan Bautista se le
en todos sus sueños siempre contempló en acto a Dios aquí concedió en el vientre de su madre el uso de la razón y de
en la vida" 596. la voluntad, como consta de Lucas (1, 41): La criatura dio
b) Parece que Santo Tomás sostiene la misma doctri- saltos en su vientre; porque este salto de Juan no es esa
na: "No tuvo la Bienaventurada Virgen el uso del libre al-
bedrío cuando todavía estaba en el seno de su madre, pues Mariologia, c. 1, specul. 2.
éste es un privilegio especial de Cristo" 597. Pero Cayetano O. c , p. II, c. 1, a. 4.
r.í)9
aoo
Serm. 51.
y Contenson interpretan estas palabras del Doctor Angélico ooi
Serm. 38, In festo Purif.
del continuo y permanente uso dé razón. "Esta palabra uso, 602
Glorias de María, p. n.
dice Contenson, está muy bien empleada por el santo Doc- 303
In 3, d. 4, sect. 7.
604
tor; pues significa una facultad perenne, estable y habitual O. c , c. 33.
eos In S, d. 119, c. 3.
de la razón expedita y de la libertad, la cual niega con ra- 606
O. e.,.pal. 12, cert. 1.
eo7
O. c , p. I, q. 9, a. 9.
608 O. c , 1. V, e l .
Ep. de suscept. humanit Christi.
3, q. 27, a. 3. •09 Serm. 51. • ;
C. 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 353
SEGUNDA PARTE.—1.° San Bernardo dice: "Se debe creer Cristo y bajo Cristo, principio que conduce a los hombres a
que Cristo elevaría con frecuencia a su Madre al monte de la gloria, convino que también ella intuitivamente viera al-
la mirra y al collado del incienso, que la ocultaría en la cá- guna vez en esta vida la esencia de Dios.
mara del vino y que le revelaría la gloria deífica y superce-
lestial" 62S. Cuestión 2. En qué tiempos o momentos de su vida mor-
Igualmente, San Bernardino de Siena, hecha la compara-
ción entre Pablo y la Bienaventurada Virgen, dice: "Y por tal fué concedido a María ver transitoriamente la divina
eso con razón llena de gracia en el contemplar a Dios y a esencia.
todas las cosas creadas, incomparablemente más que Pablo,
arrebatado al tercer cielo; porque, aunque hubiese tantos No es una la opinión de los teólogos acerca de los tiempos
Pablos como criaturas hay, no alcanzarían su contempla- o momentos de la vida mortal de María en que le fué con-
ción; pues si Pablo fué vaso de elección, la Virgen María, cedido ver de modo transitorio la esencia de Dios.
en cambio, fué vaso de la Divinidad" 624. Se suelen señalar principalmente cinco tiempos u oportu-
2.° a) De la misma manera que Dios en las cosas cor- nidades, en los cuales se puede considerar a la Bienaventu-
póreas obra milagrosa y sobrenaturalmente, así también so- rada Virgen llena de la clara visión de Dios, a saber: el de
brenaturalmente y fuera del orden común ha elevado las su inmaculada concepción y el de la concepción o encarna-
mentes de algunos santos que vivían en esta carne, pero que ción del Verbo divino, el de la natividad de la misma Bien-
no usaban de los sentidos de la carne, hasta la visión de su aventurada Virgen, el del nacimiento de Cristo y el de su
esencia, como se cree que por singular privilegio aconteció gloriosa resurrección.
a Moisés, el caudillo de los judíos, y a Pablo, el maestro de a) Que la Bienaventurada Virgen en su inmaculada con-
los gentiles 625. Pero si fué concedido a Moisés y a Pablo que cepción y en la encarnación del Verbo gozó de la clara visión
alguna vez y pasajeramente viesen la esencia de Dios, no de Dios, esfuérzase Salazar en demostrarlo fundado en que
puede haber razón para negar esta gracia a la Bienaventu- en la vida de la Madre de Dios hay dos momentos más feli-
rada Virgen, según la regla de San Bernardo: "Ciertamen- ces y más dignos, en los cuales fué enriquecida por Dios con
te no es lícito sospechar que se le negó a tan grande Virgen dones más ricos y abundantes, a saber: el de su inmacula-
lo que consta haber sido concedido aunque sea a pocos de da concepción y el de la encarnación del Verbo divino. Omi-
los mortales" 626. De donde Dionisio el Cartujano dice: "Si to, dice, el de su muerte, pues a ésta de por sí se juntó la
pues, el Dios de inmensa bondad tan graciosa y claramente clara visión de Dios. Luego, aunque no fuera muchas veces,
se mostró él mismo a sus siervos en vida de ellos, ¿cuánto sino solamente una vez o dos en su vida, las en que fué es-
más a su queridísima Madre? Y aun parece que piadosamen- cogida María para ver claramente a Dios, nos sentimos obli-
te se debe creer que a su dignísima y purísima Madre la ma- gados a decir que esto se le concedió una vez en su concep-
nifestó en esta vida la esencia de la Deidad por especie, con ción y otra en la encarnación, pues siendo la visión de Dios
tanta mayor frecuencia, claridad y duración cuanto era con- el más excelente de todos los dones divinos, debió correspon-
veniente que la Madre de Dios fuese honrada y sobresaliese der a los tiempos más felices y dignos de María 628. Sobre lo
en esta gracia por encima de todos" 627. cual cuenta Gerson que a uno de sus discípulos que impug
b) Finalmente, María es cooperadora de Cristo en la naba este privilegio de María, valiéndose de estas razones:
obra de la redención humana. Y así como Cristo poseyó de "No me agrada este raciocinio: Dios pudo conceder esta gra-
modo excelentísimo la ciencia beatífica desde el principio cia a su Madre; luego se la concedió. Porque pudo darle la
mismo de la encarnación, porque los hombres habían de ser fruición de la patria en el instante de su concepción con otros
llevados por El al fin de la bienaventuranza, que consiste en muchos dones; gracias que ciertamente no le dio", respondió
la visión intuitiva de Dios, y lo que está en potencia no se él: "¿Y si al poder de Dios se añade que convenía a su ho-
reduce al acto sino por alguno que está ya en acto, así igual- nor divino dar esta gracia a su Madre?" 629.
mente, porque también la Bienaventurada Virgen es, con Y Hugo Victorino: "No hay duda, dice, que la Santísima
023
Virgen sintió en sí misma una admirable e inenarrable sua-
Serm. de B. María. vidad de gozos celestes y eterna dulzura cuando a ella des-
*"•
x
Serm. 36.
°
520
S. TOMÁS, 2-2, q. 175, a. 3. ,2S
Ep. 174. O. c, c 32.
027
De laúd. glor. Virg. Mariae, 1. n, a. 12. *** Super "Magníficat".
C . 5. PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 356'
358 • P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
cendió aquella luz eterna con todo el fulgor de su majestad l) Por último, apenas se necesita advertir que la doctri-
y, lo que no entiende el mundo, se alojó dentro de su seno" 6:10. na aquí expuesta de la clara visión de Dios concedida tran-
b) No hay quien afirme expresamente que se concedió a sitoriamente en esta vida a la Bienaventurada Virgen, no se
la Bienaventurada Virgen en su natividad la clara visión de propone como cierta, sino como piadosa y probable.
Dios; sin embargo, dice Salazar, merecería fe el que afirma- A propósito de esto dice Bernard: "A quels moments pu-
se que se le había dado entonces un claro conocimiento de rent avoir lieu ees éclairs de ravissement en Dieu? II n'appar-
Dios por una hora. Porque era decoroso que, al nacer, fuese tient a personne de le diré. Est-ce qu'ils se répétérent par
iluminada con una luz más espléndida y contemplase ancha- exemple aux heures béníes de I'annonciation et du divin En-
mente en Dios el mundo y todas las criaturas que ella pre- fantement, au jour de la résurrection du Sauveur, aux appro-
sidía. ches de la sainte Dormition? Nul ne saurait le diré. Nous ne
Añade también que entonces, cuando los otros niños dan pouvons méme pas affirmer qu'ils ont eu lieu, puisque notre
llorando sus primeros vagidos por el viejo pecado, la Bien- foi ne nous l'apprend pas, et peut-étre en ai-je deja trop
aventurada Virgen, que no tenía pecado alguno, saborearía dit? Que ma sainte Mere alors me le pardonne" 036.
los gozos de la patria celeste, haciendo patente con esto su
inocencia 631. , § III. DE LA CIENCIA INFUSA DE LA BIENAVENTURADA
c) Que la Bienaventurada Virgen en el nacimiento de VIRGEN MARÍA
Cristo tuvo de modo transitorio clara visión de Dios: a) Lo
insinúa San Pedro Damiano: "Considera, dice, que es ella la OBSERVACIONES PREVIAS.—1. a Se llama ciencia infusa la
que, transportada a la dulzura de la contemplación, fijó más que no se adquiere con el propio trabajo, sino que es produ-
claras miradas en la esencia del mismo Dios" 632. cida por especies inteligibles impresas en el entendimiento
San Antonino habla claramente: "Quizá en la misma inmediatamente por Dios.
concepción, o en el parto, se le dio por breve tiempo que vie- La ciencia infusa se llama también indita, esto es, con-
ra este misterio cual se ve en la patria, así como Pablo vio natural; sin embargo, en rigor hay que entender cosas dis-
a Dios en rapto 033. tintas bajo uno y otro nombre. Porque la ciencia infusa y la
P) Y así convenía, dice Cassalio, que la que daba a luz ciencia indita convienen en que ninguna de las dos se ad-
á Dios, no sólo careciese de los dolores y molestias que por quiere por trabajo e industria; pero se diferencian formal-
el pecado suele traer el parto a las otras madres, sino que mente, porque la ciencia indita acompaña a la naturaleza
también diese a luz su Hijo con grande gozo, con el gozo, como una propiedad suya y se produce al mismo tiempo y
digo, de la fruición de Dios que acompaña a la clara visión, con la misma acción con que se produce el sujeto en que
para que así quedara atestiguado que estuvo tan lejos de la está como complemento suyo; pero la ciencia infusa no es
pena original, que las molestias y dolores del parto se troca- formalmente complemento de la naturaleza, sino que le ad-
ron para ella en la fruición de la patria 634. viene al sujeto infundida por Dios.
7) Que a la Bienaventurada Virgen se le concedió la cla- La ciencia de los ángeles es indita, porque con la misma
ra visión de Dios en la resurrecri»'» de Cristo, io sustenta acción con que Dios crea la naturaleza angélica imprime en
Santo Tomás de Villanueva con e¿ce argumento: porque era, ella las especies inteligibles perfectivas del entendimiento
dice, conforme a razón que la que había sufrido tantos y angélico; por el contrario, la ciencia de Adán fué propia-
tan grandes dolores en la pasión del Hijo, experimentase si- mente infusa, porque ni la postulaba como complemento na-
quiera por unos momentos en su resurrección el consuelo de tural suyo, ni la implicaba la acción creadora del alma racio-
la bienaventuranza e35. Nadie hubo que en esta vida mortal nal, sino que le fué dada por otra acción distinta, con la cual
padeciese tanto como la Santísima Virgen, y así a nadie fué Dios, autor de la gracia, añadió a los de naturaleza otros
tan conveniente el consuelo de la visión beatífica, aunque dones sobrenaturales.
fuese concedida de modo transitorio. 2. a La ciencia infusa es doble, a saber: per se y per ac-
030
cidens. La primera es la que exige de suyo ser infundida, de
031
In Cant. tal modo que en absoluto no puede darse si no es por espe-
u
L. e. cies infusas; y esta ciencia es la que se llama absoluta y sim-
,* Serm. 1, De Nativ.
633
O. c , p. IV, tít. 15, c. 17. plemente infusa. La otra es la que, aunque pueda ser adqui-
6M
SALAZAR, 1. c.
035 Sérm. de Resurrectione. Le mystere de Marte, 1. n, c. 36,
C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 361
360 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
c) Finalmente, la ciencia per se infusa nada tiene que tísima Virgen que por todo el tiempo de su infancia poseye-
repugne al estado de viador, del cual es propio dirigirse por ra la perfección especial de esta ciencia que la carencia de
la fe, porque podría ser oscura y en servicio de la fe, y sus ella durante aquellos años, hasta que la hubiera adquirido
especies inteligibles ser de las cosas que se han de creer; por su propio esfuerzo
pues la fe de suyo no requiere el consorcio de la imaginación, d) Entre estas cíenlas infusas per accidens en la San-
sino sólo accidentalmente, esto es, por razón del sujeto, en tísima Virgen, es verosímil que una fuera la ciencia teoló-
cuanto la fe está en nosotros, en quienes su ejercicio o acto gica, que, por otra parte, es adquirida con nuestro estudio;
no puede darse sin la conversión a las representaciones de porque esta ciencia conduce a un conocimiento más perfecto
la imaginación, porque se nos propone el objeto de modo de las cosas reveladas, en cuanto que por ella son más distin-
connatural por las especies adquiridas 649 ; más aún, aunque tamente conocidos los principios de la fe y las verdades
la ciencia per se infusa fuera en el entendimiento de la San- en ellos contenidas, como legítimas conclusiones. Y siendo
tísima Virgen no oscura, sino evidente, como algunos quie- María maestra de los apóstoles, convino que poseyera el más
ren, todavía podría coexistir con la fe, porque el acto de fe perfecto conocimiento de los misterios de nuestra fe. Por-
y el acto de ciencia tienen dos medios o motivos, cada uno que: "Los apóstoles, dice San Alberto Magno, supieron teo-
de los cuales basta para asentir a la verdad propuesta e5a. logía, aunque no la habían aprendido; luego con mucha máí
razón la Bienaventurada Virgen" 651.
Cuestión 2. Si la Santísima Virgen tuvo ciencia infusa
"per accidens". Cuestión 3. Si la Bienaventurada Virgen, además de por
los hábitos infusos de la ciencia, conoció otras cosas por
San Antonino y San Alberto Magno, a los que sigue Vega, especiales revelaciones transitorias.
creen que la Bienaventurada Virgen poseyó infusas per acci-
dens todas o casi todas las ciencias humanas. Pero parece 1.° En general es cierto que la Bienaventurada Virgen
más verosímil pensar que la Santísima Virgen tuvo conoci- tuvo en esta vida varias y múltiples revelaciones, porque fué
miento infuso per accidens sólo de las cosas naturales y mo- concedido este beneficio y testimonio del divino amor y di-
rales que más ayudan a la perfecta inteligencia de la Escri- vina familiaridad casi a todos los que sobresalieron con sin-
tura y a la de los deberes y acciones morales humanas. gular santidad, y principalmente a las vírgenes y a las que
Porque: a) La perfecta inteligencia de las Sagradas Es- profesan estado de vida contemplativa, como abundante-'
crituras, en que sobresalió en grado altísimo María, exigía mente consta de las historias que narran los hechos de los
conocimientos de muchas cosas, a saber: de historia, geo- santos. Luego mucho más hay que conceder este beneficio a
grafía, cosmogonía, astronomía, etc., en las cuales su enten- la Bienaventurada Virgen 662.
dimiento obraba, como el nuestro, en dependencia de la fan- 2.°. En especial.—a) Que la Bienaventurada Virgen an-
tasía y de los sentidos; y no es verosímil que la Bienaven- tes de concebir a su Hijo, mientras moraba en el templo, ya
turada Virgen hubiera podido adquirir tan varios conoci- desde los años de su niñez, tuvo revelaciones y vio a los án-
mientos poco a poco con su propio trabajo e industria, sino geles, lo atestiguan, entre otros, Gregorio de Nicomedia:
que los recibiese de Dios por infusión, pues ni podía fácil- "Cada día, al pasar los años, crecían en la Virgen los dones
mente adquirir, por una parte, todas estas ciencias con su del Espíritu y trataba con los ángeles. Zacarías vio a uno
propio trabajo, ni, por otra, convenía que se ocupase en ad- que hablaba con ella en una de las partes reservadas del san-
quirirlas, distrayéndose de la contemplación de las cosas di- tuario y que era de insólito aspecto, pues era un ángel" 653 ;
vinas. y Fulberto de Chartres: "Llevada (María) a Jerusalén, es-
b) Además, a la Bienaventurada Virgen le fueron infun- tuvo en el templo del Señor hasta los catorce años, sirviendo
didas desde el primer instante de su creación las virtudes al Señor con ayunos y oraciones de día y de noche, ofrecién-
morales naturales, que reclaman la dirección de un princi- dole su virginidad, lo que antes ninguna virgen había hecho,
pio proporcionado a ellas, o sea de una ciencia intrínseca- y gozando con frecuencia de angélicos coloquios" 654.
mente natural, aunque per accidens infusa. ml
Mariale, q. 105.
c) Por último, fué mucho mayor perfección en la San- 662
SuÁREZ, In 3, d. 14, sect. 4.
653
Or. de oblatione Virginis.
"• SüÁREZ, In 3, d. 19, seet, 8. 8S
* Seria. 2, De Nativ. B. M. Virginis.
605
SELDMAYR, O. C , p. I, q. 10, a. T. "
364 F. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 365
b) En la concepción del Hijo, María recibió por el ar- e) Por fin, que Cristo después de su ascensión visitó y
cángel Gabriel aquella insigne revelación del misterio de la enseñó a su Madre, lo creen muchos, entre los cuales San
Encarnación que narra San Lucas (1, 26-28). Lorenzo Justiniano dice: "Se gozó no sólo con la vista de los
Después, llevando a su Hijo en el seno y teniendo con El ángeles, sino también con la frecuente visión y coloquios de
un trato íntimo y personal, recibió admirables ilustraciones, su Hijo, a los cuales iba unida una incomparable plenitud de
de las cuales dice Bernardino de Bustos: "¡Oh bendita Vir- gracia" e5S.
gen! Yo creo que así como Juan Evangelista, cuando se re-
costó sobre el sacratísimo pecho de Jesús, sacó de él rauda-
les del Evangelio, también tú, cuando tenías entre tus brazos § IV. DE LA CIENCIA ADQUIRIDA DE LA BIENAVENTURADA
aquel niño, tu dulcísimo Jesús, bebías con abundancia en la MADRE VIRGEN
fuente de la sabiduría divina. Pues tu dilectísimo Hijo emi-
tía los rayos de la divinidad bajo aquella carne inocentísima NOCIONES PREVIAS.—1. a Se puede distinguir una doble
hasta tu entendimiento, y esto lo hacía principalmente cuan- ciencia connatural de suyo o adquirida: una, que principal-
do estaba recostado en tu sacratísimo seno" 6 5 \ mente versa sobre las cosas singulares percibidas por los
c) Que después del nacimiento del Hijo, María preguntó sentidos, y se funda en el testimonio evidente de la experien-
y aprendió muchas cosas de su Unigénito, que moraba con cia; otra, que trata principalmente de los universales, se
ella, hay que creerlo piadosamente; porque como dice Dioni- adquiere por abstracción intelectual y se funda en la eviden-
sio el Cartujano: "Conociendo que todos los tesoros de sabi- cia de la ilación de principios evidentes.
duría y de ciencia estaban escondidos en su amantísimo Hijo, 2. a Es indudable que en la Bienaventurada Virgen hubo
obediente y sujeto a ella y que con ella vivía familiarmente cierta ciencia empírica o experimental, porque está claro del
y que nada la negaba, pidióle con toda humildad, reveren- todo que María vivió dentro de las condiciones corrientes de
cia y afecto, ilustración en las cosas dudosas y secretas y un la vida humana, y sintió hambre, dolor, etc., y sus sentidos
mayor conocimiento en las conocidas; y el que desde el prin- percibieron las cosas que se le ofrecían, con la vista los ob-
cipio instruyó a los patriarcas y profetas acerca de sus mis- jetos presentes, con el oído los sonidos, y así de los demás;
terios, juicios, consejos y secretos, también instruyó en los pero esta cuestión se refiere más especialmente a la otra
mismos y de una manera singular y eminente a su amadí- ciencia adquirida.
sima, dócilísima e inteligentísima Madre" 666 .
d) Después de la resurrección de Cristo, entre las divi- Cuestión 1. Si la Bienaventurada Virgen adquirió para si
nas revelaciones hechas a María hay que enumerar aquella con sus propios actos la ciencia connatural.
en la cual Cristo Señor se le apareció antes que a los otros
y le manifestó evidentemente su gloria. Verdad es que los TESIS. La Bienaventurada Virgen adquirió con actos pro-
evangelistas no mencior.pn esta aparición, pero está en el pios la ciencia connatural.
ánimo de los fieles que la Bienaventurada Virgen vio la pri-
mera a Cristo gloriosamente resucitado. "La cristiana devo- a) La Bienaventurada Virgen tuvo, de la misma mane-
ción, dice Ruperto de Deutz, trabaja por apreciar cuánto ra que el entendimiento posible, también el entendimiento
debió ser el repentino torrente de gozo que inundó su alma, agente. Es así que no hay principio activo que carezca de la
traspasada con el hierro del dolor, cuando, resucitado el Hijo, operación propia que debe tener y para la cual existe. Luego
por no defraudarla en su honor y derechos de Madre, le en la Santísima Virgen hay que admitir la operación propia
anunció, quizá antes que a todos los mortales, su victoria" 667. y connatural del entendimiento agente. Ahora bien, la pro-
También se presume verosímilmente que, en los cuarenta pia operación del entendimiento agente es hacer especies
días que transcurrieron desde la resurrección de Cristo hasta actualmente inteligibles, abstrayéndolas de las condiciones
su ascensión, el Hijo amantísime estaría cuando menos al- individuales de los fantasmas, para que luego de recibidas
guna vez con su dulcísima Madre y la recrearía con su suave en el entendimiento posible le muevan al acto de la intelec-
presencia. ción, de la cual resulta la ciencia adquirida.
b) No importa dificultad que la Bienaventurada Virgen
Moríale, p. n, serm. 5. conociese después por la ciencia connatural las mismas co-
De laúd. glor. Virg. Mariae, 1. II, a. 14.
De div. officiis, 1. vil, c. 25. Serm. de Assumptione.
366 P. ÍL MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 367
sas que antes conocía por la ciencia infusa per accidens; la que había de ser maestra de los apóstoles y de los fieles.
porque: a) No alcanzó por la ciencia adquirida muchas ver- De aquí que no fuera instruida por su esposo, sino por un
dades que conoció por dicha ciencia infusa. P) Además, po- ángel, acerca del misterio de la encarnación. "Convino, dice
día conocer experimentalmente las mismas cosas que antes San Bernardo, que aprendiese de un ángel el misterio más
había ya conocido intelectualmente. Acerca de esto nota acer- bien que de un hombre, para que la Madre no pareciese ex-
tadamente Santo Tomás: "De dos maneras puédese experi- traña en los consejos del Hijo, y para que ella, que conocía
mentar algo: o bien de las cosas sensibles, con cuyas expe- mejor el tiempo y el orden de las cosas, descubriese a los es-
riencias se adquiere el hábito del conocimiento, como acon- critores y predicadores la verdad del Evangelio; ella, que des-
tece en nosotros..., o viendo también en las cosas lo que se de el principio había sido instruida plenamente de modo ce-
tiene ya por el hábito del conocimiento infuso; lo cual es lestial en todos los misterios" 662.
deleitable al sabio; y así Adán habría tomado experiencia de Sin embargo, dice Suárez que la Bienaventurada Virgen
las cosas naturales" 669 . nada había aprendido de los hombres, si se trata de la sus-
tancia de los misterios de la fe; pero si se trata de algunas
Cuestión 2. De qué modos la Bienaventurada Virgen ad- circunstancias o de la inteligencia de algún lugar de la Sa-
grada Escritura, pudo ser enseñada por los hombres" 663.
quirió la ciencia.
Por otra parte, bastaba para la más acabada instrucción
de la Santísima Virgen el trato familiar con su divino Hijo,
Hay dos modos de adquirir ciencia, a saber: encontrando en cuyos ríos de celestial doctrina bebió copiosamente por es-
y aprendiendo; de los cuales el principal es por la invención, pacio de treinta años, y cuyas pláticas oyó más ávidamente
y el secundario por el estudio y enseñanza, porque es más que nadie; porque, como dice Santo Tomás de Villanueva:
noble instruirse por sí mismo que por otro. "¿Qué diré de aquella tan larga conversación con el niño,
1.° La Bienaventurada Virgen alcanzó la ciencia por pro- con el adolescente, con el joven, con el varón? ¿Qué pala-
pio ingenio: a) Porque tuvo un entendimiento superior, al bras, qué coloquios, qué respuestas, qué misterios, qué se-
cual servían muy bien el cuerpo y los sentidos; y así María cretos, qué oráculos? ¡Oh escuela feliz, donde el maestro es
aprendió perfectamente por propia invención y sin dificul- Dios y el Hijo, y Madre y Virgen la discípula! ¿Qué no apren-
tad los objetos que le convenía saber y se pueden aprender diste de tan gran Maestro en tan largo tiempo, con tan con-
por la luz del entendimiento agente, suministrados por los tinuo escuchar, con tan frecuente magisterio?" 664 .
sentidos, según enseña Santo Tomás que le ocurrió a Cristo Y Dionisio el Cartujano: "La sacratísima y benditísima
su Hijo 6eo. Virgen María, cuanto conoció más clara y ciertamente que
b) Además, adelantó también en la ciencia por la asi- los demás que su Hijo era verdadero Dios, Virtud y Sabidu-
dua lectura y meditación de las Sagradas Escrituras y por la ría y Unigénito del Padre eterno, tanto más diligentemente
contemplación de los misterios divinos; lo cual expresa Orí- escuchó sus conversaciones y todas sus palabras y enseñan-
genes con estas palabras: "Tenía la ciencia de la ley y había zas, y le oyó con más fervor y de mejor gana... ¡Qué deli-
conocido los vaticinios de los profetas con la diaria medita- cioso fué a la afectuosísima Madre oír hablar a quien ella
ción de los mismos" 661 . conocía certísimamente como verdadero Dios, creador e ins-
c) Finalmente, daba materia de conocimiento a la Bien- tructor de todos los ángeles, patriarcas, profetas y apóstoles;
aventurada Virgen su experiencia personal externa e inter- ver también los preclarísimos e innumerables portentos y
na, y por ella percibía muchos efectos, para otros inexplora- milagros que hizo imperativamente y según quería, en los
dos, visibles e invisibles; v. gr., que concibió sin varón, que cuales con frecuencia fué más admirable el modo de obrar
dio a luz sin dolor, etc. que la obra misma!" 663 .
2.° La Bienaventurada Virgen recibió ciencia también 11,12
del Maestro, no ciertamente en el sentido de que la hubiese Hom. h- super "Missus est".
aprendido de los hombres, sino en cuanto que fué instruida <»00413 In 3, d. 19, sect. 2. (
Cono. 1, In Assumpt. B. M. V
por sólo su Hijo. 003
De laúd. glor. Virg. Mariae, 1. jl, s. 16,
No estaba en razón que fuese enseñada por los hombres
0OT
61,0
In 2 Sent. d. 23, q. 2, a. 2 ad. 2.
861
3, q. 12, a. 3.
In Luc, hom. 6.
368 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 5 . PRERROGATIVAS DEL ALMA DE MARÍA 369
SEGUNDA PARTE.—a) La inmunidad de la ignorancia en jamás, ni erró la Virgen sapientísima, ciertamente mucho
la Bienaventurada Virgen fué mayor que en los ángeles y más docta en las cosas divinas que lo que piensan los pro-
en Adán, de la cual dice Bernardino de Bustos: "En la Bien- testantes, y aun más de lo que podamos pensar nosotros.
aventurada Virgen fué mayor el conocimiento que en toda Y tuvo esto de común con muchos y con los mismos após-
pura criatura" 6 n . Y como en los ángeles y en Adán no hubo toles, por el mismo Dios enseñados, que ella pudiera decir
ignorancia privativa, mucho menos en ella. también con verdad: En parte conocemos y en parte profe-
b) Convenía que la Bienaventurada Virgen, por la suma tizamos; ahora vemos como por espejo en oscuridad; to-
dignidad de Madre de Dios y la eximia santidad en que en davía no pretendemos haber comprendido" 672.
el grado más alto floreció en la tierra, no sólo no careciese "7:! O. c , 1. IV, c. 17.
de algún conocimiento que le fuera debido, sino que tuviera
tal abundancia de ciencia, cual le convenía conforme a su es-
tado y tiempo.
c) Ni se diga que la Bienaventurada Virgen tuvo igno-
rancia o falsa estimación de algunas cosas que la concernían,
como cuando al quedarse Jesús en el templo ignoraba dónde
estaría (Le. 2, 4 ) : Creyendo que él estaba con los de la
comitiva, cuando allí no iba; porque María, creyendo que
Jesús iba en la comitiva, simplemente juzgó que esto podía
haber sucedido, y que por las señales y circunstancias del
caso sería eUo lo más verosímil; juicio probable y fundado,
y, por tanto, suficiente para eximir a la Bienaventurada Vir-
gen de todo error e imprudencia.
COROLARIO.—De lo dicho se puede inferir la preeminente
ciencia y la suma abundancia de doctrina de las cosas sagra-
das en la Santísima Virgen, en la cual superó a todos los
ángeles, apóstoles y teólogos.
Esta amplitud de ciencia no hay que entenderla: a) Como
si hubiese abarcado todo el cúmulo de las ciencias humanas,
pues el conocimiento de muchas cosas naturales era ajeno
a la dignidad de Madre de Dios y al oficio de cooperadora
en la obra de la redención; por esta parte no hay inconve-
niente en afirmar que, en cuanto a determinados conocimien-
tos de la naturaleza y de las artes, su ciencia estuvo por
debajo de la de Adán y de Salomón, y aun de los maestros
insignes en dichas ciencias, b) Pero no en cuanto a las so-
brenaturales, ni a las naturales que le convenía conocer pro
temporis et status Índole ac progressu.
A propósito de esto dice San Pedro Canisio:" No hay
católico tan ignaro que enseñe o crea que María supo todas
las cosas cuando vivió. Sin duda ignoró no pocas, y por esto,
deseosa de saber, preguntó a Gabriel como a su preceptor,
y se admiró, después del parto, de aquello que vio y oyó
sobre Cristo niño; y no hay duda de que poco a poco fué
aumentando en ella el conocimiento y celestial doctrina. Por
lo demás, en lo que refiere a la fe y a la doctrina de la
fe, en aquello que debió conocer necesariamente, ni dudó
171
De virt. Mariae, p. iv, serm. 2.
C. 6. PRERROGATIVAS DEL CUERPO DE MARÍA 373
pecadora, quiso sufrir los cambios propios de la edad desde Bienaventurada Virgen en espasmo, como exánime y medio
su misma infancia, de tal modo que parecía que aquella su muerta en los brazos de San Juan o de María Magdalena.
carne podía llegar hasta la muerte, envejeciendo, de no ha- La sentencia común es que la Bienaventurada Virgen no
ber muerto siendo joven" 12, cuyas últimas palabras pueden sufrió espasmo alguno ni junto a la cruz ni en ningún otro
cambiarse respecto de la Bienaventurada Virgen por estas lugar durante la pasión de Cristo; y la20afirmación contra-
otras: de no haber muerto de amor divino. ria a ésta es calificada por Maldonado como próxima al
error, y por Medina 21 como temeraria, escandalosa y peli-
Cuestión 3. Si la Bienaventurada Virgen padeció espasmo grosa.
o síncope en la pasión de su Hijo.
TKSIS. La Bienaventurada Virgen no sufrió espasmo alguno
Algunos doctores y escritores atribuyen a la Bienaven- durante la pasión de Cristo.
turada Virgen espasmo o desmayo en la pasión de Cristo.
Así San Buenaventura 13 dice que la Bienaventurada Vir-
gen, a causa de su acerbísimo dolor y angustias, cayó medio 1.° SAGRADA ESCRITURA.—Léese en San Juan (19, 25):
muerta en los brazos de María Magdalena; de cuyo parecer Estaban junto a la cruz de Jesús su Madre y la hermana de
fueron San Lorenzo Justiniano 14 y Dionisio el Cartujano 15. ésta, María Cleofé y María Magdalena; donde se dice que
También parece se inclina a esta opinión San Bernardino de María stabat, cuya palabra stabat junto a la cruz significa
Siena 16, quien, haciéndose eco de una historia para él fide- que estaba de pie, no sentada, ni postrada en tierra por el
digna, dice que la Bienaventurada Virgen salió al encuentro dolor. No se puede afirmar que el apóstol usó la palabra
de su Hijo cargado con la cruz desde el pretorio al Calvario, stabat (estaba en pie) como si hubiese querido decir: ma-
y que, al verle, cayó desmayada, y concluye con estas pala- ncbat (permanecía), porque esa misma palabra la repite en
bras: "Lo cual debe ser más creído piadosamente que afir- el versículo 26: Como vio Jesús a su Madre stantem (que
mado temerariamente." A esta misma opinión se adhiere estaba en pie) y al discípulo que amaba, etc., ya porque es
Santa Brígida más de una vez en sus Revelaciones " . costumbre del Evangelio, cuando narra alguna cosa impor-
Fuente de esta opinión parece ser el libro apócrifo De tante, describir el modo de estar, como acontece en el mismo
lamentatione Virginis, atribuido en otro tiempo a San Ber- Sun Juan (4, 6), San Lucas (18, 11), etc. Por lo cual Ger-
nardo, en el que se lee: "Junto a la cruz estaba casi muerta son describe a la Bienaventurada Virgen María al píe de la
la Madre de Cristo; no tenía habla, porque, traspasada de cruz, diciendo: "Estaba de pie, erguida, así lo dice el Evan-
dolor, yacía pálida, como si viviera muriendo o muriera vi- gelio; y estaba de pie ante la cruz, no al lado, viendo el ros-
viendo; por la vehemencia del dolor y la inmensidad del tro de su Hijo crucificado" 22.
amor quedó como exánime." 2.° D E LOS SANTOS PADRES también se deduce que la
Esta doctrina del espasmo de la Virgen pasó a la litur- Bienaventurada Virgen, aunque oprimida por los más acer-
gia; así lo atestigua Quaresmio, comisario apostólico en Tie- bos dolores en la pasión de su Hijo, sin embargo, no sufrió
rra Santa. Santa Elena edificó una capilla y colocó en el colapso, espasmo o desmayo alguno. Así San Ambrosio dice:
altar principal la piedra sobre la cual la Bienaventurada "Estaba la Madre en pie ante la cruz, y, huidos los varones,
Virgen cayó en su desmayo 18 ; además, Cayetano 19 refiere estaba intrépida; ved si hubiera podido ser inconstante en el
que en su tiempo se celebraba con octava la festividad del pudor la Madre de Jesús, que fué tan constante en el ánimo.
Espasmo de la Bienaventurada Virgen, y sus devotos impre- Miraba con ojos piadosos las heridas del Hijo, por quien ella
traron indulgencias del Sumo Pontífice; finalmente, en los tmbía que había de venir la redención para todos" 2S.
templos se veían pinturas e injagenes que representaban a la Concuerda San Anselmo, que dice: "Estaba de pie María,
pudentísima y constantísima en la fe de Jesús, pues, fugiti-
De peccat. merit., 1. II, c. 29. vos los discípulos y lejos todos los hombres, ella sola, para
Medit. vitae Christi, c. 77." gloria de todo su sexo, estaba, entre tantas torturas de su
De triumphali agone Christi, c. 21.
In cap. 19 Toannis.
Serm. 51, In passione Domini. "" In loan., c. 19.
Revel., 1. I, e. 10, et 1. IV, c. 70. •" In 3, q. 2?, a. 4.
BENEDIC. XIV, De festiv. B. M. Virginis, 1. n, c. 4. M
In Exposit. Pass. Domini.
De spasmo B. Virginis. » De Instit. Virg., c. 7.
378 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 6. PRERROGATIVAS DEL CUERPO DE MARÍA 379
Elena, ni la festividad del Espasmo de la Virgen, así como fortaleza de su espíritu el humano afecto, y no dio indicio
tampoco las pinturas e imágenes que representan a María de nada que pugnara con la santa modestia y la gravedad
desmayada. Porque a) Esa narración no prueba el espasmo debida" ™.
de la Virgen, sino la magnitud del dolor producido por la vi-
sión de aquel horrendo espectáculo, a cuya memoria con
razón pudo ser construido el templo, pero no en honor del ARTICULO II
espasmo, porque éste no significa otra cosa que defecto del
alma y del cuerpo. ?) La institución de la festividad del Es- DE LA PASIBILIDAD DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
pasmo de la Bienaventurada Virgen trajo quizá origen del
sínodo provincial de Teodorico, obisj ) de Colonia, celebrado OBSERVACIONES PREVIAS.—1. a El concepto de pasibilidad
en el año 1423, en el cual se determinó aue para reprimir la depende del concepto previo de pasión.
audacia de los husitas, los cuales mancillaban con sacrilego Pasión, en un sentido lato, dice mutación en el sujeto o
furor las imágenes de Cristo y de la Virgen Dolorosa, se ce- recepción de una nueva forma, incluso de forma que le per-
lebrara todos los años en las iglesias de aquella provincia la fecciona sin alteración o descomposición ninguna.
fiesta y conmemoración de las angustias y dolores de la Tomada la pasión en sentido estricto, significa la recep-
Bienaventurada Virgen. Pero allí no se hizo mención del es- ción de una forma que lleva consigo alteración, y se define:
pasmo, sino de las angustias y dolores de María; y quizá "Movimiento de alteración que sustrae al paciente de su na-
en algunos lugares donde se había extendido y propagado tural disposición y le transmuta en peor, comenzando a des-
el culto de los Dolores de la Bienaventurada Virgen se cam- componerse."
biara el nombre para significar más vivamente su grandísi- Entendida de este modo, la pasión sólo se da en las cosas
mo dolor r) Por lo que respecta a pinturas e imágenes corpóreas; pero como en las corpóreas, si son sensitivas, la
representando a la Bienaventurada Virgen exánime o casi alteración sobreviene de dos modos, hay también una doble
muerta, atestigua Juan de Cartagena que en su tiempo había pasión propiamente dicha: corporal y animal.
ordenado el maestro del Sacro Palacio en Roma que se bo- La corporal es la que proviene de la lesión de los miem-
rraran y desaparecieran. "Las pinturas de esta clase, estando bros o irritación de órganos; la animal es la que experimen-
yo presente en Roma, se hicieron desaparecer por mandato ta el alma según los movimientos o afecciones del apetito
del maestro del Sacro Palacio Apostólico, porque rebanaban sensitivo, que no se consuma sin alteración corpórea o con-
la magnanimidad y fortaleza de la Bienaventurada Virgen moción orgánica. De aquí que en la pasión hay que distin-
María" 2?. guir dos cosas: una como elemento formal, esto es, el acto
De aquí que con razón sean gravemente reprendidos por o afección del apetito sensitivo, y otra como elemento mate-
San Pedro Canisio aquellos predicadores que hablan del rial, o sea, la alteración orgánica. La pasión corporal toma
llanto y dolor de la Bienaventurada Virgen no de otra ma- su principio del cuerpo lesionado o de algún otro modo con-
nera que conforme la representan los pintores, cuando dice: movido, y del cuerpo se hace sentir en el alma; la animal se
"¿Qué hombre instruido defiende y aprueba a esos ineptos origina primariamente en el alma, y del alma redunda en el
y estúpidos predicadores? Ni asimismo excusamos a los cuerpo.
que pintan o enseñan que la Madre de Dios sufrió espasmo 2. a Además de las pasiones corporales y animales hay
junto a Ja cruz del Señor, o quedó estupefacta por síncope, también otras pasiones espirituales, según los movimientos
o exánime por el dolor, semejante a cualquier mujerzuela de la voluntad que espontáneamente siguen en nosotros a
que vencida por sus dolores los llora públicamente con ala- la aprensión del bien o del mal. Estos actos, por su natura-
ridos, o hiere con los puños su pecho, o se mesa los cabellos, leza, no importan de suyo alteración corporal, por lo cual no
o se araña las mejillas con las uñas, llamándose a gritos se llaman pasiones más que en cierto sentido muy lato; sino
desgraciada. Estas y otras cosas semejantes, que desdoran a frecuentemente afectos o afecciones de la voluntad.
las matronas honestas y revelan a las prudentes, no es de- 3. a Las pasiones del apetito sensitivo están estrecha-
coroso fingirlas para expresar y explicar las gravísimas an- mente enlazadas con las pasiones espirituales o afecciones
gustias del corazón materno cuando se trata de María de la voluntad: a) Comunmente las pasiones del apetito
doliente al pie de la cruz de su Hijo, la cual reprimió con la sensitivo son causadas por movimientos de la voluntad;
Cuestión 1. Si la Bienaventurada Virgen fué pasible con Cuestión 2. Si la Bienaventurada Virgen estuvo sujeta aí
pasión corporal. débito de padecer pasión corporal.
ERRORES.—Los valentinianos dijeron que María tenía un Conviene hacer notar con Santo Tomás que la causa de
cuerpo celeste, que ni pudo padecer ni morir. los defectos corporales en la naturaleza humana es doble:
Igualmente, los coliridianos, según atestigua San Epifa- una remota, que proviene de los principios materiales del
nio 31, atribuyeron a María un cuerpo celeste, al que, por cuerpo humano, y la cual estuvo impedida por la justicia
tanto, no podían corresponder en modo alguno los defectos original; la otra es próxima, a saber: el pecado original, que
corporales. arrebató al hombre la justicia de su primer estado, a la cual
iba aneja la exención de los defectos corporales.
TESIS. La Bienaventurada Virgen María fué pasible con Dos son en este punto las sentencias de los teólogos.
pasión corporal. 1. a Gerson 3:J y Lepicier 34 opinan que María no estuvo
sujeta a la necesidad de padecer con pasión corporal.
1.° a) La Bienaventurada Virgen tuvo los defectos co- a) Pues solamente afecta el débito de padecer defectos
munes del cuerpo, tales como el hambre, la sed, la fatiga y corporales a aquellos que contraen el pecado original. Y por-
otras penalidades inherentes a la naturaleza humana. Y es que la Bienaventurada Virgen careció de pecado original y
imposible que el cuerpo humano sea atormentado por cua- recibió la naturaleza humana en la pure7a del estado de ino-
lesquiera defectos sin que el alma misma, unida sustancial- cencia, no estuvo sujeta a la necesidad de padecer con pa-
mente al cuerpo y en comunión con él en el mismo ser, no sión corporal.
padezca per accidens. Así es que, absolutamente hablando, la Santísima Virgen
b) Convenía en gran manera que la Bienaventurada hubiese podido, no de otra manera que Adán en el estado de
Virgen tuviera los defectos naturales del cuerpo y experi- inocencia, impedir todo padecimiento corporal, ya por su
S2
29
De veritate, q. 26, a. 10. 33
^ LEÓN XIII, ene. Iucunda semper, 8 sept. 1894,
B0
De animo, 1. v, c. 6. 31
O. c , p. ii, c. 2, a. 2.
31
Haer.. 36. Ep. de suscept. human. Christi.
384 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 6. PRERROGATIVAS DHSL CUERPO DE MARÍA 385
propia razón, que podía evitar las cosas nocivas; ya princi- a esta pasibilidad de la Virgen la suma perfección de su
palmente por la Providencia divina, que podía protegerla de alma: "Las fuerzas inferiores, dice, que pertenecen al ape-
tal modo que nada imprevisto ocurriera que pudiese da- tito sensible, son naturalmente obedientes a la razón; no así
ñarla 35. las fuerzas corporales o de los humores corporales o de la
b) No habiendo, pues,-incurrido la Santísima Virgen en misma alma vegetativa, como aparece en I Ethic, capítulo
los defectos corporales debidos al primer pecado, ha de de- último, y, por tanto, la perfección de la virtud que es según
cirse que ella misma, conformándose con el beneplácito di- la recta razón, no excluye la pasibilidad del cuerpo" 37.
vino, los aceptó libremente para que en ella surtieran su 2. a Melkerbach 38, Cuervo 39, Aldama 40, Balic 41, juzgan
efecto natural. más fundadamente que la Santísima Virgen no se sustrajo
c) De aquí resultó en la Santísima Virgen una cierta a la necesidad física de padecer y morir. La gracia de la con-
necesidad de suposición de sujetarse a estos defectos: "Des- cepción inmaculada de María no es título suficiente para
de que, dice Lepicier, la Santísima Virgen, conforme a la eximirla de los defectos corporales, ya que, como arguye Mel-
voluntad divina, renunció a su derecho de impasibilidad, si- kerbach, entre la gracia y la impasibilidad no hay conexión
guióse en ella una cierta necesidad de sujetarse a estos de- necesaria. La había, es cierto, por voluntad de Dios, en el
fectos, derivada de los principios constitutivos de la natu- estado de justicia original, en el que fueron creados nuestros
raleza humana, necesidad que sigue a la materia, así como primeros padres, y la hay en la gloria; pero no en el orden
es necesario que el cuerpo, compuesto de elementos contra- de la redención, en que la impasibilidad e inmortalidad la
rios, se disuelva. Esta necesidad la tuvo también Cristo, cuan- obtienen Cristo y sus elegidos por actos de su vida pasible
do por beneplácito de la voluntad divina se le permitió a su y mortal.
carne obrar y padecer todo lo que es propio." Ahora bien, como la Santísima Virgen no fué creada en
Acerca de lo cual dice Gerson: "Cristo, tomando la hu- estado de justicia original, sino que pertenece al orden de
manidad, no por necesidad, sino por su sola voluntad, car- la redención, quedó, por lo mismo, sujeta en esta vida a las
gó sobre su cuerpo nuestros dolores y tomó sobre sí nuestras condiciones de ese orden, esto es, a las condiciones de la na-
debilidades, principalmente en la cruz; con tanta acerbidad, turaleza pasible y mortal, por cuyos méritos había de alcan-
con cuanta Dios, según el orden de su sabiduría, quiso que zar la impasibilidad e inmortalidad.
los sufriera la humanidad pasible."
Y continúa: "Cristo quiso que su Madre amadísima to- Cuestión 3. Si la Bienaventurada Virgen fué pasible con
mara los dolores y penalidades de esta vida, no sólo volun- pasión animal, según las afecciones del apetito sensi-
taria y puramente como las tomó, sino de modo conforme a
la condición de la naturaleza viadora descendiente de Adán tivo.
y con necesidad de contraer el pecado original como los de-
más concebidos por generación de varón y mujer, de no ha- Esta cuestión puede tratarse en general y en particular.
ber sido preservada por gracia sobrenatural para que no 1.° En general.—a) Es cierto que la Bienaventurada
cayera en él." Virgen estuvo dotada de apetito sensitivo, ya que a la in-
tegridad de la naturaleza humana pertenece el apetito sen-
Estas palabras no han de entenderse como si en Cristo, sitivo, que obra por los órganos corpóreos e inclina al bien
una vez puesta su libérrima voluntad de asumir carne pasi- sensible, como a la integridad de la misma naturaleza perte-
ble, no existiera necesidad natural de padecer los defectos necen los sentidos, por los cuales son percibidas las cosas
del cuerpo, y como si la Bienaventurada Virgen hubiera es- sensibles.
tado sujeta a tales defectos por débito de la carne pecadora;
pues arguye Santo Tomás: "La carne concebida en pecado b) Consta sobradamente, además, que la Bienaventura-
está sujeta al dolor no sólo por la necesidad de sus principios da Virgen no sólo tuvo la potencia del apetito sensitivo, sino
naturales, sino también por la del reato del pecado; necesi- también afecciones actuales o pasiones sensibles: a) Ya por-
dad esta última que ciertamente no hubo en Cristo —ni en que no se da principio activo destituido de la propia opera-
la Bienaventurada Virgen-—, sino sólo la correspondiente a ción para la cual existe; P) ya porque las pasiones son per se
los principios naturales" 36. 37
3, q. 15, a. ad 1.
38
No obsta tampoco, como observa el mismo santo doctor, ss
Mariologict, p . n , c. 2, a. 1.
La Ciencia Tomista, t. 77, 1950.
"> S. T O M Á S , 1, q. S7, a. 2. 40
30 Estudios Eclesiásticos, v. 2 1 , 1947.
3, i). 15, a. 5 ad 2. 41
De definibilitate Assump. B. Virg. Mariae in coelum.
Tr. de la Virgen Santísima. 13
38(5 P . II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MASÍA C. 6. PRERROGATIVAS DEL CUERPO DE MARÍA 387
movimientos propios de la naturaleza humana, según el ape- atracción del bien ausente; así el ardentísimo deseo de ver
tito sensitivo, que no desdicen de la Bienaventurada Virgen, a Cristo cuando, niño de doce años, estuvo perdido y fué ha-
como luego veremos; x> ya porque convenía mucho que la llado en el templo, como pudo sentir también deseos de bie-
Bienaventurada Virgen experimentara estas pasiones, para nes sensibles de que carecía, como de comida, bebida y otros.
demostrar que ella tenía verdadera naturaleza humana, se- También es fácil comprender que María tuvo fuga'o aver-
mejante en afecciones a la nuestra, y también para conso- sión y alejamiento del mal, tanto porque las cosas contra-
lar a los hombres agitados por pasiones y darles ejemplo de rias tienen la misma razón, y así el deseo de un bien ausente
cómo deben moderarse, y, finalmente, para que sirviera por implica la fuga, o sea el rehuir el mal ausente, su contrario,
ordenación divina al fin de la redención, soportando las gra- como también porque pudieron ofrecerse a su imaginación,
vísimas aflicciones que tanto habían de torturar su alma. y excitar en ella ese movimiento, muchos males ausentes y
2.° Pero si se trata de las pasiones de la Bienaventura- distantes, como la pasión y muerte de su Hijo y aun los acer-
da Virgen en particular, hay que observar: a) Que el apeti- bísimos dolores de ella misma, principalmente después de la
to sensitivo puede ser concupiscible e irascible, de los cuales profecía de Simeón.
el primero es del bien o del mal absolutamente considerado; c) Ni tampoco faltó a la Bienaventurada Virgen delec-
y el segundo, del bien o del mal bajo el aspecto de arduo y tación o complacencia del bien sensible presente; los actos
difícil. de gozo o delectación sensible proceden con frecuencia de
b) Se enumeran comúnmente once pasiones del apeti- objetos honestos; y así la Bienaventurada Virgen gozó con
to sensitivo, de las cuales seis pertenecen al apetito concu- la presencia de su Hijo, con la convivencia de los amigos, con
piscible: amor y odio, por las que nos inclinamos al bien la belleza de los cielos y de los campos, etc.
o huímos del mal, prescindiendo de su ausencia o presencia; d) También la Bienaventurada Virgen fué afectada de
deseo y fuga, por las cuales somos arrastrados al bien au- dolor sensible y de tristeza. Aunque la tristeza, que es la sex-
sente o huímos del mal futuro; gozo y tristeza, que se refie- ta pasión del apetito concupiscible, suele llamársela indistin-
ren al bien o al mal presente. tamente tristeza o dolor, sin embargo se diferencia bastante
Otras cinco pertenecen al apetito irascible: esperanza y por parte de la cosa significada; diferencia que describe así
desesperación, por las cuales nos movemos hacia un bien ar- Santo Tomás: "Así como el dolor sensible está en el apetito
duo y posible de conseguir o nos apartamos del bien arduo, sensitivo, así también la tristeza. Pero hay diferencia según
pero de imposible consecución; audacia y temor, que son el motivo u objeto de una y otro; pues el objeto y motivo del
acerca de un mal inminente superable, aunque con dificul- dolor es la lesión percibida por el sentido del tacto, como
tad, o inevitable, o difícilmente resistible; ira, cuando nos cuando alguien se hiere; mas el objeto o motivo de la triste-
sentimos afectados con gran vehemencia por algún mal pre- za es una cosa nociva o mala percibida interiormente por la
sente y difícil, no para evitarle, puesto que ya está presente, razón o por la imaginación, como cuando alguno se entris-
sino para resarcirnos del daño por la venganza y castigo. tece por la pérdida de la gracia o del dinero" 43.
3.° a) Nadie puede poner en duda que la Bienaventu- María sufrió dolor y tristeza, porque no estuvo exenta de
rada Virgen tuvo amor sensitivo: a) Si no hubiera tenido los defectos corporales y molestias que engendran dolor sen-
amor, tampoco habría tenido ninguna pasión, porque, como sible; con su imaginación o su estimativa percibió interior-
dice Santo Tomás, no hay ninguna pasión que no presupon- mente muchas cosas como verdaderamente nocivas, tanto
ga algún amor i2. P) Sin duda, María tuvo amor a su Hijo, a para sí misma como para otros, cuya percepción connatural-
los apóstoles, a sus parientes y amigos. mente origina la pasión de la tristeza.
También es indudable que la Bienaventurada Virgen tuvo Todas estas pasiones las sufrió María y más agudamente
odio o simple displicencia del mal: a) Porque el bien y el mal de cuanto pueda imaginarse, no sólo porque teniendo un
son contrarios; y así, el que ama algún bien odia al mal cuerpo perfectísimamente constituido y exquisitamente adap-
opuesto. P) Además, algunas cosas ocurrieron en la vida de tado al sentido del tacto, por el que se percibe el dolor, esta-
María que en sí mismas eran dignas de odio, como la occi- ba dotada de una sensibilidad finísima, sino también por su
sión de los Inocentes, la degollación de Juan Bautista, la alma, cuyas potencias interiores podían eficacísimamente
crucifixión y muerte de Cristo, etc. captar las causas de la tristeza.
b) También hubo en la Bienaventurada Virgen deseo o e) La Bienaventurada Virgen pudo tener esperanza
13
1-2, q. 27, a. 4. " 3, q. 15, a. 6.
C. 6. PRERROGATIVAS DEI, CUERPO DE MARÍA 389
388 P. n . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
Cuestión 2. Si la Bienaventurada Virgen fué mortal segú n Dos son las sentencias de los teólogos.
la condición de su naturaleza. 1.a Pedro Galatino, Vega, Baeza,' Seldmayr y, entre los
modernos, Janssens, Lepicier, Jugie 7!), Bover 80 , Gallus 81,
TESIS. La Bienaventurada Virgen estuvo sujeta a la muerte Roschini S2 , aunque profesan que María, por los principios
según la condición de su naturaleza. de la naturaleza, estuvo sujeta a la muerte, sin embargo,
dicen que se la donó aquella inmortalidad por la cual, como
1.° SANTOS PADEES Y ESCRITORES.—San Andrés de Creta el hombre en el estado de inocencia, no estaba obligada a
dice: "En lo cual la Madre de Dios, sin cambio ninguno de padecer y morir; por lo que o no murió, como piensan Gal-
aquellas prescripciones que son conformes con la naturaleza lus y Roschini, en virtud de tal prerrogativa, o no quiso
se sometió a nuestra ley y acabó su vida carnal en los mis- usar de ella, sino que para hacerse más conforme a su Hijo
mos términos que nosotros" 74. aceptó libremente la muerte.
San Juan Damasceno: "¿Por qué razón la que había ex- "¿Por qué María, pregunta Baeza, se entrega a la muer-
cedido en el parto las leyes de la naturaleza sufre ahora las te? ¿Por qué se sometió a la ley común aquel cuerpo de nin-
leyes de la misma y su cuerpo inmaculado está sujeto a la gún modo reo de muerte que había de vencerla eternamen-
muerte?" 75. te? No por débito de la ley común del pecado; no estuvo
San Juan, arzobispo de Tesalónica: "Esta gloriosa Vir-
gen Madre de Dios, cuando ya había pasado cierto intervalo ™
77
Or. in dormit. Dominae nostrae Deiparae; JUGIE, o. c.
de tiempo desde que cada uno de los apóstoles, por mandato 78
Secreta in antiqum missa Assumptionis.
2-2, q. 164, a. 1 ad 1.
70
72
DB, n. 1073. La mort et l'assomption de la sainte Vierge. Etude historico-doe-
73
Enarr. in Ps. 34, serm. 2. trinale.
80
74
Hom. in dormit. Deiparae. 81
La Asunción de María, 1. III, c. 4, a. 4, § 1.
75
Or. 1 de dormit. Virginis. 83
La Vergine Immortale.
L'Assunzione e l'Immaculata Concesione.
C. 6. PRERROGATIVAS DEL CUERPO DE MARÍA 401
En sentencia tradicional, comunísima, moralmente unáni- e propria-porra Ella essere nostra Avvocata presso la divin 3
me de los teólogos antiguos y modernos, que la Virgen San- bontá e misericordia" 104.
tísima murió verdaderamente. Su Santidad Pío XII (g. r.), en su Constitución ApostóÜ'
La muerte de María no es un hecho puramente histó- ca Munificentissimus Deus, define la Asunción gloriosa de I a
rico, sino también teológico en conexión inmediata con las Santísima Virgen, pero en la fórmula definitoria prescinde
verdades reveladas del pecado original y de la economía ge- de su muerte.
neral de la redención del género humano 00. ¿Prescinde igualmente en la parte expositiva de la Bula?
No es, pues, la muerte de la Santísima Virgen algo opi- Roschini y Gallus afirman que en la Bula dogmática, lo mis-
nable, ni tampoco es una sentencia piadosa que pueda dis- mo que en la nueva Misa de la Asunción, se prescinde com-
cutirse libremente, sino una sentencia firme, consistente y pletamente del hecho de la muerte de María, hasta el punto
veneranda por su antigüedad. que cuando el Pontífice habla en nombre propio, evita cuida-
Billuart Dr y Novato 9S califican la muerte de María de dosamente hacer mención de la muerte, y cuando cita docu-
certísima; Lepicier !,i' y Janssens 10°, no obstante defender la mentos de la antigüedad o textos litúrgicos en que se alude
inmortalidad de derecho de María, de teológicamente certí- a la muerte, tampoco expresa su propio pensamiento, sino
sima; Melkerbach 101 y Aldama 102 la estiman cierta, total- el sentir ajeno.
mente cierta; y así la inmensa mayoría de los teólogos de Dice Gallus: "En los documentos de la antigüedad y en los
todas las épocas. textos litúrgicos aparece concatenada la doctrina de la Asun-
Esta calificación no queda en modo alguno disminuida o ción con la opinión de la muerte y resurrección de la Virgen.
debilitada, como veremos luego, por la Bula Munificentissi- Sea lo que quiera del hecho de la muerte de la Madre de
mus Deus; y así dice Filograssi: "Maior omnino pars tenent, Dios, esos documentos son siempre testimonios, indicios y
et quidem certo, Virginem mortuam et resuscitatam: certi- vestigios de la fe de la antigüedad en la Asunción de la Bien-
tudo sententiae eorum per definitionem non vacillat" 103. aventurada Virgen.
El Sumo Pontífice, al querer aducir esos documentos para
TESIS. La Santísima Virgen murió verdaderamente. mostrar la fe de la antigüedad en la Asunción, o debió prac-
ticar la vivisección de los textos omitiendo las palabras alu-
1.° DOCUMENTOS DE LOS EOMANOS PONTÍFICES.—Su San- sivas a la muerte y resurrección de María, o referir íntegra-
tidad Pío XI, en su alocución con ocasión de la lectura del mente todas sus frases, como lo hace en la Bula. De la sola
decreto del Tuto para la canonización de la Beata Thouret, citación, pues, de los documentos no se sigue que el Romano
el 15 de agosto de 1933, recomienda a los jóvenes la pie- Pontífice quiera enseñar o afirmar algo sobre la muerte de
dad y devoción a la Santísima Virgen y hace mención de su María" 105.
muerte con estas palabras: "Occorre augurare specialmente La mayor parte de los teólogos ven afirmada en la Bula
alia gioventü hodierna, esposta a tanti pericoli, che la di- Munificentissimus Deus la muerte de la Santísima Virgen.
vozione di Maria divenga il pensiero dominante di tutta la a) Son muchos los pasajes de la Bula en que se habla
vita. Con l'assiduitá della preghiera si debe fare di Maria la de la preservación de María de la corrupción del sepulcro.
quotidiana mediatrice, la nostra vera avvocata, sicché possia- Ciertamente, la corrupción del sepulcro es una consecueiu
mo sperare da Ella, Assumpta nella gloria del Cielo, nell'ora cia de la muerte, pero nótese bien que, absolutamente ha~
del nostro traspasso che fu puré il suo-poiché Ella puré fece blando, "esa exención, como dice M. Gordillo, se puede rea.
questo passo essendo in Lei non la gracia di creazione ma la lizar tanto por la muerte y consiguiente resurrección, com0
grazia di redenzione, la quale non conferiva immortalitá vera por la exención de la muerte" 106.
b) Otros pasajes afirman expresamente la muerte dg
96
María.
APERRIBAY, La muerte de la Sma. Virgen, ¿problema meramen- "Los fieles, dice la Bula, guiados e instruidos por sus pas_
te histórico o también teológico?: "Estudios Marianos" (1950).
m
L. c.
tores, aprendieron también de la Sagrada Escritura que \^
"8 De eminentia Deip. Virg. Marie, t. 2, c. 8. 104
m L'Osservatore Romano, 16-17, a. 1933.
O. c, p. II, c. 2, a. 3. 105
100 Notae quaedam ad interpretationem Bullae "Munificentissirn.^
Tr. de Deo-Homine, p. u, sect. 3, q. 50.
101
L. c. Deus": "Marianum", fase. 2 (1951).
lm
103
Mariol., c. 5, a. 1. La Bula de la Asunción: Estudios Eclesiásticos, julio-septie^
103
Gregorianum, v. 31, 4 (1950). fere 1951T
408 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 6. PRERROGATIVAS DEL CUERPO DE MARÍA 409
desprendía sin pena de su cuerpo por su abundantísima ex- tal; de cuántos deseos se vería inflamada y con cuántas lá-
periencia de tanta suavidad espiritual y por su ferventísimo grimas desearía vehementemente salir de este siglo y reunir-
amor" 137. se con su Hijo. Con qué amor viviría atormentada, con qué
Santo Tomás de Villanueva nos muestra a la Bienaven- afecto se inflamaría y con qué deseo ardería de estar con
turada Virgen hablando de esta manera: "Os conjuro, ¡oh aquel a quien sus ojos habían visto penetrar con tan gran
hijas de Jerusalén!, que, si encontráis al Amado, le anunciéis triunfo en las mansiones celestes, presidir los coros angéli-
que desfallezco de amor, que muero de amor, que me derrito cos, y cerca del cual sabía que le estaba preparada a ella
toda de amor. Mitigad estas llamas, os ruego; templad este tanta gloria y alegría" 140.
incendio; confortadme con flores, fortalecedme con manza- b) En virtud de este amor divino y del deseo de las co-
nas, porque desfallezco de amor; que no es la fortaleza de sas celestiales en que se consumía, la Bienaventurada Vir-
las piedras mi fortaleza, ni es de bronce mi carne". Por lo gen tenía su mente toda suspendida en raptos y éxtasis
cual no sin razón creería que, en todo el tiempo de su des- continuos, en los cuales gozaba con la contemplación de las
tierro, y para soportar aquellos extáticos transportes de cosas divinas y celestiales, ya por visiones imaginarias,
amor, fué sostenida por los ángeles con aquellas odoríficas como aquella que tuvo San Pedro (Act. 10, 10): Y sintiéndose
flores del paraíso y purpúreas manzanas, es decir, con cla- con hambre, quiso desayunarse. Y mientras se lo apareja-
rísimas revelaciones y dulcísimas suavidades celestiales para ban, le sobrevino un exceso de espíritu y vio el cielo abier->
que no muriera de amor" 138. to, etc.; ya por efectos inteligibles, como aquello de Da-
Bossuet lo expresa con estas elocuentes palabras: "Si vid (Ps. 115, 2 ) : Yo dije en mi enajenamiento, etc. 141.
vous m'en croyez, vous ne chercherez point d'autres causes c) Raptos y éxtasis de esta clase son compatibles con'
de la mort de la Sainte Vierge. Son amour était si ardent, el estado de vida mortal, puesto que no sólo no hacen des-
si fort et si enflammé, qu'il ne poussait pas un soupir qui ne aparecer la unión del alma y del cuerpo, sino que ni exclu-
düt rompre tous les liens de ce corps mortel; il ne formaft yen la conversión a las especies imaginarias ni enajenan
pas un regret qui ne düt en dissoudre toute l'harmonie; il los sentidos. Así, dice San Francisco de Sales: "La Tres
n'envoyait pas un désir au ciel qui ne düt tirer aprés soi l'áme Sainte Mere, n'ayant rien en soi qui empechát l'opération
toute entiére. Je vous ai dit, chrétiens, que sa mort est mi- du divin amour de son Fils, elle s'unissait avec celui-ci d'une
raculeuse; je suis contraint de changer d'avis; la mort n'est unión incomparable par des extases douces, paisibles et sans
pas le miracle; c'en est plutót la cessation. Le miracle conti- effort; extases auxquelles la partie sensible ne laissait pas
nuel, c'est que Marie put vivre séparée de son Bienaimé" 139. de faire ses actions, sans donner pour cela aucune incom-
2.° Qué proceso siguió la muerte de la Bienaventurada modité á 1'union de l'esprit, comme réciproquement la par-
Virgen bajo la impulsión del amor. faite application de son esprit ne donnait pas fort grand di-
a) La Bienaventurada Virgen, aunque durante todo el vertissement aux sens" 142.
tiempo de su vida estuvo abrasada de inmensa caridad, sin d) Llegado aquel día tan deseado por María, en el que
embargo, después de la ascensión de su Hijo fué tal el exceso plugo a Dios coronar el intensísimo amor de su Madre y sa-
de amor, que puede decirse que descansaba con su Hijo y carla de este destierro, la Bienaventurada Virgen, Madre de
habitaba más bien en el cielo que en la tierra; pues, como Dios, fué arrebatada en un éxtasis más subí ime, hasta con-
dice San Agustín: "Si el alma está más verdaderamente templar cara a cara la Esencia divina ya de modo perma-
donde ama que donde anima", el alma de la Virgen tanto nente, y no transitorio, como habían sido los que pudo gozar
más verdaderamente estuvo con su Hijo en el cielo con el en ocasiones durante su vida mortal.
afecto y deseo que con su propio cuerpo en la tierra, puesto e) Pero la visión permanente de la Esencia divina exi-
que amaba a su Hijo sobre todas las cosas y aun más que ge un total enajenamiento y abstracción de los sentidos.
a sí misma. Abstracción que puede ser de dos modos: 1.° Que desaparez-
A este propósito dice Santo Tomás de Villanueva: "Ya ca del alma toda actual conversión o atención a las imáge-
de esto, hermanos, podéis colegir cuan molesta le sería la nes y a las cosas sensibles. 2.° Que desaparezca del alma
ausencia de su Hijo después de su ascensión y cuan dura la connatural disposición a la predicha conversión, lo cual
e intolerable le sería la peregrinación por esta vida mor- no puede lograrse sino por la muerte corporal.
137
138
De laudib. glorios. Virg. Mariae, 1. IV, a. 3. )4
° Conc. 4, In Assumpt. B. M. Virginis.
138
Conc. 4, De Assumpt. Virginia. 141
S. TOMÁS, 2-2, q. 175, a. 3 ad 1.
Serm. 1, Pour l'Assumpt. ii2 Traite de l'armour de Dieu, 1. vil, c. 14..
Tr. de la Virgen Santísima. 14
418 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 6. PRERROGATIVAS DETj CUERPO DE MARÍA
Para la visión transitoria de la Esencia divina basta la A) Tillemond " 7 , Serry 148, Nata¡ Alejandro l t ó , dan esta
primera abstracción, que no implica la muerte y se obtiene preeminencia a Efeso. Y se fundan en las siguientes razo-
milagrosamente por virtud divina, como si el cuerpo por la nes: a) Los Padres del Conciiio de Efeso, en una carta diri-
violencia de una fuerza mayor se elevase sobre el lugar que le gida al clero y pueblo de Constantinopla, escriben que Nes-
conviene ocupar según su naturaleza 143 ; pero la visión per- torio fué condenado en Efeso, "en cuya ciudad Juan el Teó-
manente de la divina Esencia, por la luz de la gloria (lumen logo y la Madre de Dios Santa María", sobrentendida la
gloriae), no puede realizarse sin que desaparezca de raíz la palabra sunt (están), cuya omisión en el texto original no
disposición connatural del alma para entender per conver- impide que la inteligencia de la cláusula sea fácil y hasta
sionem ad phantasmata, por conversión a las imágenes sen- elegante; y es claro que Juan y María no podían estar en-
sibles; y ésta no puede desaparecer de raíz sino mediante tonces en Efeso sino inhumados.
la separación del alma del cuerpo; de donde se deduce que esta b) Ya en el siglo iv había en Efeso una gran iglesia
clase de visión divina lleva consigo la muerte del cuerpo 144. dedicada a la Santísima Virgen; y todavía no se había esta-
3.° Según lo dicho, aparece claramente que la muerte de blecido entonces la costumbre de consagrar templos en ho-
la Bienaventurada Virgen tuvo carácter de placidísima dor- nor de ningún santo sin que en ellos estuviesen depositados
mición. Pues el amor, por cuya magnitud murió la Bienaven- sus restos.
turada Virgen, de ningún modo estuvo acompañado de ago- c) En los tiempos de la guerra judaica, año 66, o poco
nía, ansiedad, desfallecimiento, debilitación de los sentidos, después, San Juan se retiró al Asia Menor y fijó su resi-
perturbación alguna fisiológica o movimientos violentos de dencia en Efeso, que entonces era el centro de aquella región.
la vida afectiva; lo cual expresa perfectamente San Fran- En tiempo de la persecución de Domiciano fué desterrado
cisco de Sales en las siguientes palabras: "Pour l'ordinaire a la isla de Patmos; después, bajo el imperio de Nerva, vol-
les saints qui moururent d'amour, sentirent une grande va- vió a Efeso y, reinando Trajano, años 98-117, murió. Pero
ríete d'accidents et de symptómes de dilection, avant d'en San Juan, a quien Cristo especialmente al morir encomendó
venir au trepas; forcé d'élans, forcé d'assauts, forcé d'exta- a su Madre, no la abandonó nunca y la llevó con él a Efeso,
ses, forcé de langueurs, forcé d'agonies... Mais ce fut tout por lo cual dice Cornelio a Lapide: "En Efeso moraba San
autre chose dans la tres Sainte Vierge... Le divin amour Juan apóstol con la Santísima Virgen, a él encomendada por
croissait á chaqué moment dans le coeur de notre glorieuse Cristo, mientras fundó y rigió las Iglesias de toda el Asia" lii0 .
Dame, mais par des croissances douces, paisibles et continuel- d) Añádase a esto que en el año 1891 fué descubierta
les, sans agitation, ni secousse ni violence quelconque." Con cerca de Efeso por algunos presbíteros de la misión de És-
razón dice San Juan Damasceno: "A tu sagrada salida de mirna una casa, a la que se dio el nombre de Panaghia-Ka-
este mundo jamás la llamaremos muerte, sino sueño o pere- pouli (Puerta de la Virgen), bajo el monte de Ala-Dagh, en
grinación, o, usando palabra más propia, presencia con Dios. cuya casa se cree que habitó la Virgen y que allí mismo mu-
Pues saliendo del cuerpo, entras en posesión de los bienes rió. Tiene mayor fuerza esta razón, porque tal casa en su
más excelentes" " 5 . estructura y disposición responde perfectamente a la des-
Por lo cual concluye Garriguet diciendo: "Sa mort fut cripción que hace Catalina Emmerich en la vida de la San-
semblable au déclin d'un beau soir; elle fut comme un som- tísima Virgen, compuesta por el poeta Brentano conforme a
meil doux et paisible; c'était moins la fin d'une vie que ¡'auro- las revelaciones de dicha Catalina 151 .
re d'une existence meilleure. Pour la désigner, l'Eglise a B) San Andrés de Creta 152, San Juan Damasceno 153,
trouvé un mot charmant: elle l'appelle Dormición de La San Juan de Tesalónica 154, Nicéforo Calixto 155, Baronio 166
Virgen" lie. • y muchos otros escritores y teólogos piensan que la Bien-
aventurada Virgen murió y fué sepultada en Jerusalén.
Cuestión 3. Dónde murió la Virgen y dónde fué sepultada. 117
Annot. in S. Virginem.
148
148
Exe.rcit., 65.
Dos son los más célebres lugares que se disputan el ho- 150
Histor. Eccles.
nor de haber sido teatro de la muerte y sepultura de la Bien- In Act., 10, 19'.
151
CAMPANA, O. C , 1. i, p. ni, c. 9.
aventurada Virgen: Efeso y Jerusalén. 152
Or. in dormit. B. Virg.
163
"* S T T O M Á S , 2-2, q. 175, a. 5. Or. 1 in dormit. B. M. V.
154
141
LEPICIER, O. C , p. 11, c. 2, a. 3. 165
Or. in dormit. Dom. nostrae Deiparae, etc. O. c.
14B Histor. Eccl., 1. XV, c. 14.
140
Hom. 1, In dormit. B. M. Virginia.
O. c, p. 11, c. 16. "* Annal. Eccles., an. 48 p. Ch.
420 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 6. PRERROGATIVAS DEL CUERPO DE MARÍA 421
Fúndase esta sentencia: a) En la carta de Polícrates, sas cuando subió a los cielos. Y llegaba hasta Belén, go-
obispo de Efeso, escrita al Papa Víctor I en la controversia zándose de que esta ciudad hubiera sido testigo de su alum-
acerca de la celebración de la Pascua. bramiento y recordando dónde había envuelto a su Hijo en
Las Iglesias del Asia Menor y las de las provincias limí- pañales, y puéstole en el pesebre, y fué adorado por los pas-
trofes celebraban la Pascua el día del plenilunio, esto es, el tores y por los Magos. Y le placía ir hasta el pequeño pueblo
14 del mes de Nisán, según la costumbre de los judíos; pero de Nazaret, flor de Galilea, primera y más antigua sede de
los occidentales la celebraban el domingo después, con todas Emmanuel, que, allí concebido y criado, reproducía en la
las demás Iglesias de Oriente. Madre su gratísimo recuerdo. Y llegando al Jordán, se delei-
Y porque esta cuestión de la celebración de la Pascua taba con lo que allí había hecho Juan y cómo y en dónde
no era mera controversia sobre el día, sino sobre el carácter había bautizado a su Hijo, y cómo aquella voz bajada del
de la fiesta de Pascua y su conexión con la fiesta de los cielo le había declarado Maestro del mundo y recomendado
judíos, San Víctor, temiendo quizá que los fieles del Asia públicamente a todos" 160.
cayeran en los errores judaizantes, determinó no tolerar esa d) Respondiendo a las razones alegadas por los parti-
costumbre de los asiáticos. Y por eso, aconsejados por el darios de la primera sentencia, esto es, que la Santísima
Pontífice, los obispos157de Asia, presididos por Polícrates, se Virgen murió y fué sepultada en Efeso, diremos: a) Que de
reunieron en sínodo . la Epístola sinódica del Concilio Efesino, como incompleta
Polícrates, para cohonestar la costumbre de las Iglesias que es, no puede deducirse lo que se pretende, pues no es de
del Asia, insertó en su carta a San Víctor los nombres de necesidad que se sobrentienda la palabra sunt (están), por-
todos aquellos varones que honraron las Iglesias del Asia y a que de igual modo podría suplirse por estas otras: alionando
la misma Efeso, encontrándose entre ellos el de San Juan habitaverunt (habitaron alguna vez o algún tiempo), o sa-
Apóstol, que murió en dicha ciudad, y el de la hija de San cras aedes habent (tienen sagrados templos), o magno sunt
Felipe Apóstol, que, inspirada158por el Espíritu Santo, tam- in honore, etc. (son muy venerados). P) No era universal y
bién murió y vivió en Efeso . Y no es creíble que Polí-
crates, de haber ocurrido allí también la muerte y sepul- absoluta la costumbre de erigir templos precisamente don-
tura de la Virgen, hubiera silenciado estos hechos, que tan- de estuvieran las reliquias de los santos, puesto que en
to honor daban a la Iglesia efesina. Eoma, Constantinopla y otros varios lugares había templos
erigidos en honor de la Bienaventurada Virgen María; ade-
b) Además dedúcese de la epístola de Juvenal, obis- más, como atestigua Sozomeno lei , reinando el emperador
po de Jerusalén, a Pulquería y a Marciano, aunque esta Arcadio, se erigió en Constantinopla una capilla en honor
carta para muchos sea considerada como de dudosa fe, en de San Esteban antes de haber sido hallado su cuerpo en
la que, respondiendo a la solicitud de estos emperadores Palestina. 7) Es también incierto que la Santísima Virgen
por el cuerpo de la Santísima Virgen, dice que María murió fuera a Efeso con San Juan, a quien Cristo se la había
y que en un lugar cerca de Getsemaní se hallaba su sepul- encomendado al morir; pues o se ha de decir que San Juan
cro, aunque vacío 15s>. se trasladó a Effeso con la Santísima Virgen, pero que no
c) Apenas puede imaginarse que la Santísima Virgen, residió allí, o que fué a Efeso llevando consigo a María, y allí
después de la ascensión de su Hijo a los cielos, abandonase estableció su sede y gobernó las Iglesias del Asia. Lo pri-
Jerusalén y se apartase de aquellos lugares de Palestina mero carece de todo fundamento, ni es verosímil que San
que Cristo había consagrado con su presencia y con tantos Juan condujera allí a la Virgen para abandonarla más tar-
misterios y milagros y que ella frecuentemente visitaba, de; ni, aunque hubiera ido a Efeso la Santísima Virgen, se
como dice San Pedro Canisio: "Subía a la roca del Calvario deduce en definitiva que allí hubiera muerto. Lo segundo es
donde Cristo había sido crucificado, para derramar lágri-
mas allí donde Cristo había lavado nuestros pecados de- aún menos probable, pues San Juan no fué a Efeso sino
rramando su sangre. Iba a la cueva sepulcral del Salvador después de la salida de San Pablo de esta ciudad, puesto que
para venerar el sepulcro al mismo tiempo que adorar la glo- San Pablo fué el primero que predicó a los de Efeso e insti-
ria del Hijo resucitado. Y al monte Olívete, donde besaba tuyó en seguida a Timoteo primer obispo de la Iglesia efe-
las huellas que los pies de Cristo habían dejado allí impre- sina; por consiguiente, no se ha de creer que San Juan fija-
ra allí su sede antes del año 66 después de Cristo, en cuya
167
Cf. JüNGMANN, Dissert. sel. in Hist. Eccles., 11, § 3, n. 63-69. época ya habría muerto María, pues de lo contrario hubiera
358
EUSEBIO, Hist. Ecles., I. v, c. '24. 160
asa NICÉFORO CALIXTO, Hist. Ecles., 1. c.
O. c , 1. v., c. 1.
M1
Hist. Eácles., 1. v m , c. 24.
422 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS D E M A K I A
C. 6. PRERROGATIVAS DEL CUERPO DE MARÍA 423
contado ya entonces ochenta y cinco años de edad, cosa que
ninguna opinión admite. gen María murió cuando contaba setenta y dos años de
En el Menologio griego se lee: "El gran apóstol y evan- edad; y le parece clara a Canisio la razón que alega. Con-
gelista San Juan, después de la ascensión del Señor y de la venía, dice, que la Santísima Virgen viviera algunos años
muerte de la Madre de Dios, vino a Efeso a predicar a Cris- después de la ascensión de su Hijo; porque la naciente Igle-
to", y "Timoteo, instituido primer obispo de Efeso por San sia era todavía demasiado débil para soportar las crueles
Pablo en los tiempos del emperador Nerón y antes de San persecuciones que se avecinaban y necesitaba de la ayuda,
Juan el Teólogo. El Teólogo vino a Efeso después de la dor- luz y auxilio de María, cuya dulce presencia prestaría a to-
mieión de la Madre de Dios" lt>2. dos consuelo en la tribulación, luz en la doctrina, fortale-
Mas, aunque fuera cierto que San Juan murió en Efeso za y valor en la lucha.
y que allí fué sepultado en la colina de Ajasoluk, donde fué b) Otros, con Evodio 168 , Nicéforo Calixto 169, San An-
erigida una gran basílica en su honor por el emperador tonino 17° y Baronio m ,172que alega la autoridad de Eusebio,
Constantino, más tarde ampliada por Justiniano, y a pesar Dionisio el Cartujano , etc., atribuyen menor duración a
de existir la iglesia de Santa María, en la cual se celebró la vida de la Santísima Virgen; creen que María salió de
el Concilio Efesino, no por eso ha de colegirse que allí mu- este mundo cuando tendría cincuenta y nueve o sesenta
rió y fué sepultada María; ya porque Panaghia Kaupoli, o años, y, desde luego, no mucho después de cumplir los se-
Puerta de la Virgen, quizá no es más que una reproducción senta y tres.
semejante a la casa que en Jerusalén habitó la Virgen 1 6 3 ; c) En esta variedad de opiniones es mejor concluir
ya porque, señalándose en ella el atrio, la capilla, el dormi- con las palabras de Benedicto XIV, que dice: "Nos, en estas
torio en que se dice que murió, nada se dice absolutamente controversias, tanto acerca del año como del lugar en que
del sepulcro; ya, finalmente, porque apenas merecen fe las murió la Santísima Virgen, no seguimos ninguna opinión:
revelaciones, así llamadas, de Catalina Emmerich, que en nos contentamos con indicarlas y enumerar los fundamen-
tos en que se apoyan. Una sola cosa repetimos, y es que la
esto son, efectivamente, contrarias a las revelaciones de la Santísima Virgen salió de esta vida, y que su alma se separó
Venerable María de Agreda, por lo que se sospecha que el del cuerpo y que al momento, sin ninguna o con la más
poeta Brentano, queriendo dar más colorido a tales revela- mínima demora, gozó, no sólo de la visión beatífica, sino que
ciones de Catalina, añadió de su propio ingenio y de fuentes fué sublimada al empíreo y exaltada sobre todos los coros
arqueológicas y geográficas lo que le pareció: "Avrá egli angélicos" 173.
(Brentano) nel compilare quei Iibri, oltre la magia del suo
stile, avuto a sua posta anche opere erudite di archeologia
e geografía, per abbellire le visione udite a Dülmen? Non Cuestión 5. Qué ha de juzgarse acerca de los prodigios que
pottrebe qualche amico averio aiutato nelPopera? Certo bi- se dice ocurrieron en la muerte de la Bienaventurada
sognerebe, a dir poco, togliere anzitutto questi dubbii, prima Virgen.
di voler daré a questo argomento una forza- demostrativa ie4 .
Entre los prodigios que se dicen acaecidos al morir la
Santísima Virgen, deben enumerarse estos principales:
Cuestión 4. Cuántos años vivió la Bienaventurada Virgen a) Que a María le fué anunciado el día de su muerte por
en la tierra. un ángel; b) que al morir la Santísima Virgen estaba pre-
sente Cristo, acompañado de apretadas falanges de coros
Entre la variedad de opiniones en esta materia, dos son angélicos; c) que los apóstoles, que andaban dispersos por
las principales: todo el orbe, se reunieron en Jerusalén para ser testigos de
a)166 Cedreno 16r165, Cristóbal de Castro 165*, San Pedro Ca- la muerte de María y honrar con su presencia las exequias;
nisio , Suárez , etc., afirman que la Bienaventurada Vir- d) que por San Pedro, Sumo Pontífice, y por los demás
1112
apóstoles y otros varones insignes en santidad, como Hiero-
M3
Ad diem, 16 sept. et 22 ian.; TROMBELM, O. C, d. 45, q. 3.
BIANCHI, Un Sopraluoffo a Efeso, riv. m a r . Mater Dei, 1931. 168
NICÉPORO CALIXTO, Hist. Eccles., 1. u, c. 21.
164
CAMPANA, O. C , p. ni, c. i . 189
165 Ibíd.
TROMBBLLI, O. C , d. 44, sect. 3. 170
Ckron., p. 1, 1. VI, c. 3.
185* jjis¡_ Deip. Virg. Mariae, c. 20.
1M
171
L. c.
O, c. 1. v c. 1. 173
De laudib. glor. Virg. Mariae, 1. rv, a. 1.
1W
In s', d. 21, seot. 1. ™ O. c , c. 8, n. 12.
C. 6. PRERROGATIVAS DEI< CUERPO DEI MARÍA 425
424 P . II- MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS P E MARÍA
tampoco la permitió en su Santa, de quien nació el Santo" 205. después de la muerte no hay estado de culpa, sino de pena...
Dionisio el Cartujano, comentando aquellas palabras del Si es mal de pena, pregunto: ¿De qué pena? No es del infier-
Cantar de los Cantares (1, 16) : Los cabrios de nuestras ca- no; porque la muerte no va unida a él, pues muchos mueren
sas, de cedro; los artesanados, de ciprés, dice: "Por estas ha- y no van al infierno. No del purgatorio, por la misma razón,
bitaciones ha de entenderse el cuerpo virginal de la Santa porque muchos no van allí después de la muerte. Ni tampo-
Madre y el cuerpo salvífico de su Unigénito; por vigas de co puede referirse a pena temporal; porque la muerte tam-
cedro y artesonados de ciprés, los diversos miembros de es- poco va a ella unida, sino que libra de ella. Ni igualmente
tos cuerpos, olorosos como de cedro y ciprés y completamen- puede dec!ise pena de muerte, porque la Bienaventurada
te ajenos a la putrefacción, a la corrupción y a la incinera- Virgen María verdaderamente murió. Luego únicamente res-
ción" 20a. ta decir que se refiere a la conversión en ceniza, y entonces
Y Santo Tomás de Villanueva: "No es justo que sufra co- sería éste el sentido: no pudo ser aprisionada por los víncu-
rrupción aquel cuerpo que no estuvo sujeto a ninguna con- los de la muerte, esto es, convertirse en ceniza" 209.
cupiscencia, y sería indigno que se pudriera en el sepulcro 4.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) Aunque la Santísima Virgen
lo que no fué contaminado por el vicio, y que sintiera la murió; y a la muerte naturalmente s:ga la corrupción y reso-
mancha de la podredumbre lo que no sintió la mancha del lución del cuerpo humano en cenizas; sin embargo, la muer-
pecado" 20T. te de María no fué seguida de la corrupción y descomposición
4.° CONSENTIMIENTO UNÁNIME DE LOS FIELES, de que ha- orgánica de su cuerpo purísimo.
bla la Constitución Dogmática Munificentissimus Deus: "Los Pues la muerte no incluye ninguna imperfección que
fieles, guiados e instruidos por sus pastores, aprendieron tam- desdiga de la Madre de Dios, sino que más bien la muerte
bién de la Sagrada Escritura que la Virgen María, durante su de la Virgen fué para ella gloriosa y meritoria, y para nos-
peregrinación terrena, llevó una vida llena de preocupacio- otros provechosa y ejemplar, como imitación de la de Cristo;
nes, angustias y dolores; y que se verificó lo que el santo vie- fué aumento en bienes de gracia y de gloria de la misma di-
jo Simeón había predicho, que una agudísima espada le tras- vina Madre y consuelo y enseñanza nuestra, en especial de
pasaría el corazón a los pies de la cruz de su divino Hijo y los que luchan con la muerte; en cambio, la podredumbre y
nuestro Redentor. Igualmente no encontraron dificultad en coi'rupción del sepulcro nunca puede ser meritoria y honro-
admitir que María haya muerto del mismo modo que su Uni- sa, sino que es un oprobio de la humana condición.
génito. Pero esto no les impidió creer y profesar abiertamen- b) La Virgen murió, asemejándose en todo a su Hijo,
te que no estuvo sujeto a la corrupción del sepulcro su sagra- que también murió. Esta semejanza y conformidad exige que,
do cuerpo y que no fué reducido a putrefacción y cenizas el así como la sacrosanta carne de Cristo no sufrió la corrup-
augusto tabernáculo del Verbo divino." ción del sepulcro, así tampoco la padeciera la de la Santísi-
ma Virgen, que en cierto modo es carne de Cristo.
5.° LA ANTIGUA LITURGIA tiene para el día de la Asunción c) Cristo, el mejor de los hijos, no dejó jamás de cum-
de María esta oración: "Ha de ser por nosotros venerada, plir el deber de honrar a su Madre; y de este honor dio cla-
¡oh Señor!, la festividad de este día, en el cual la santa Ma- ras muestras, no sólo mientras vivía en la tierra, sino tam-
dre de Dios, aunque sufrió la muerte temporal, no pudo ser bién y principalmente al morir en la cruz. El honor del Hijo
aprisionada por los vínculos de la muerte, por haber engen-
drado a tu Hijo, Señor nuestro" 208. para con su Madre exigía liberarla de todo desdoro, como
hubiera sido la corrupción de su cuerpo después de la muer-
Disertando acerca de esta oración San Alberto Magno, te, máxime habiendo el mismo Cristo honrado especialmente
dice: "Pregunto ahora: ¿Qué se ha de entender por estos a muchos santos, preservando milagrosamente por largo tiem-
vínculos de la muerte? O es algo bueno o malo. No es bueno, po sus cuerpos de la corrupción del sepulcro.
porque fué capaz de todo bien y porque lo bueno no deprime, d) Además, la armonía de privilegios con que fué hon-
sino que eleva. Luego ese vínculo no dice aquí algo bueno. rada María exige su preservación de la corrupción del se-
Si, pues, es malo, o es mal de culpa o mal de pena. No puede
ser de culpa, pues la muerte no es vínculo de culpa, porque pulcro.
. . | ; , f!.|>:¡^|
«) La reclama la concepción inmaculada de la Virgen,
205
Serm. 52. [
! según dice Salmerón: "Si eximió a su Madre de la mancha
206
Enarr. in Cant. del pecado original, luego también de la corrupción, de los
207
208
Conc. 5, In Assumpt. B. M. Virginis.
Sacram. Gregorianum. Mariale, q. 132.
434 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
del cielo a desearla y atrajo desde las alturas al mensajero alma de la Bienaventurada Virgen fué la más noble des-
celestial" 7. pués del alma del Hijo de Dios. Luego su cuerpo debió ser
Y San Anselmo la invoca: "¡Oh hermosa para mirarte, el más excelente y hermoso después del cuerpo del Hijo de
amable para contemplarte, deleitable para 8 amarte, con lo Dios."
cual escapas a la capacidad de mi corazón!" . S) "Más aún, el cuerpo de Cristo, unido a la Divinidad,
3.° LA LITURGIA celebra también la hermosura de María: es perfectísimo en hermosura, tanto que los ángeles desean
"Has sido hecha hermosa y suave, santa Madre de Dios" 9. contemplarle siempre. Luego el cuerpo que esté inmediata-
"Alégrate, Virgen gloriosa, hermosa entre todas..., y rue- mente a él ordenado deberá ser en hermosura el segundo.
ga a Cristo por nosotros" 10. Pero éste es el cuerpo de la Madre, de donde se formó el
que se unió a la Divinidad. Luego, después de éste, ninguno
4.° EAZÓN TEOLÓGICA.—a) En cuanto a la hermosura más hermoso que aquél" 14.
corporal: a) La hermosura del cuerpo resulta de la integri- e) Finalmente, la belleza corporal de la Santísima Vir-
dad del mismo, de la debida proporción y disposición de gen debía ser eximia por estas cuatro causas: a) Por la cau-
los miembros y de la claridad y frescura del color. Pues sa eficiente, pues aunque había sido engendrada por sus pa-
bien: la Santísima Virgen no tuvo un cuerpo mutilado ó dres, Joaquín y Ana, sin embargo, como dice San Jerónimo:
deforme, sino naturalmente íntegro; un cuerpo admirable- "La mano de Dios omnipotente obra siempre entre las es-
mente proporcionado e iluminado por una luz o claridad trecheces del seno materno y es El mismo el Creador del
tanto sensible como espiritual, según Eicardo de San Víc- cuerpo y del alma" 15. Por lo que no se debe dudar de que
tor, que dice: "No es maravilloso si fué luminosa aquella Dios haya obrado en la generación de María con todo cui-
a quien llenó el esplendor de la gloria; si fué bella la que dado y eficacia, y de que haya adornado con toda hermosu-
recibió en sí al esplendor de la luz. Y no hay que olvidar ra el sacratísimo cuerpo de la que desde la eternidad había
que Vació en ella exteriormente el fuego del amor y el ín- elegido por Madre. P) Por la causa material, porque, como
timo candor de su alma, para que la que tuvo la pureza de dice Morales: "Descendiendo la Bienaventurada Virgen de
los ángeles tuviera también el rostro angelical" " . tan nobilísima y óptima estirpe y de tan escogidos progeni-
P) La Bienaventurada Virgen, como se ha dicho antes 12, tores, no hay por qué dudar de que fuera muy hermosa de
fué muy semejante a su Hijo. Ahora bien, Cristo fué muy cuerpo y nobilísima más que cuanto puede decirse de cos-
hermoso según el Salmo (44, 3 ) : Vistoso en hermosura más tumbre" i e .
que los hijos de los hombres. Por eso Santo Tomás, hablando Añádase que para la generación de la Santísima Virgen
de la belleza corporal de Cristo, dice: "Cristo tuvo la her- fué Santa Ana milagrosamente sanada de su esterilidad y
mosura que convenía al estado y reverencia de su condición. robustecida en Joaquín la virtud generativa, dones que, aun-
Por tanto, no hay que entender que Cristo tuviera los ca- que sean naturales, sin embargo, dados milagrosamente, son
bellos dorados ni que fuera rubio, porque esto no le hubiera preciosos, porque las obras de Dios son perfectas. 7) Por
sido decoroso; pero tuvo aquella hermosura corporal y en razón de la causa formal, porque habiendo recibido María
grado sumo que correspondía al estado y a la reverencia y un alma perfectísima, esta alma pedía un cuerpo muy per-
a la gracia de su figura; así en su rostro irradiaba algo di- fecto y hermoso. 8) Por razón de la causa final, porque la
vino, por lo cual todos le reverenciaban, como dice San Agus- Santísima Virgen fué formada para que de ella naciera el
tín" 13. Hijo de Dios; y, por consiguiente, la que había sido forma-
7) "El cuerpo humano, como arguye San Alberto Mag- da para engendrar tal cuerpo, el más excelente de todos,
no, es más noble que los de todos los brutos por su unión convenía que superara a los demás por su perfección y
al alma racional. Luego la nobleza en el cuerpo debe ajus- por su belleza. Así dice Ricardo de San Lorenzo: "Por si al-
tarse a la nobleza del alma, a la cual se ordena, puesto que guien pregunta sobre la hermosura corporal de la Virgen,
la forma y la materia deben ser proporcionadas. Pero el a mí me parece que puede decirse y creerse que fué her-
7
Hom. 2 super Missus est. mosa sobre todas las hijas de los hombres la que vistió
8
Or. 51. con la sustancia de su carne al Unigénito de Dios, el más
9
Antif. in Vesp. fest. B. M. V.
10
11
Antif. Ave Regina caelorum. 14
12
In Cant., 4, 7. Marialé, q. 15.
15
18
Cf. c. 6, a. 1. Ep. ad Pammachium.
In Ps. 44. » In cap. 1 Matth., 1. 11, tr. 10.
440 P . II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 7. PRIVILEGIOS CUANTO AL CUERPO Y ALMA 441
el mismo fulgor y majestad de la Divinidad oculta que ca, para quien la virginidad tuvo la nota distintiva de hacer
también brillaba en el rostro humano de24 Cristo podía al vírgenes a los que la miraban, 30pues era la suya una virgini-
punto traer a El a todos los que le veían" . dad que engendraba vírgenes" .
También la Santísima Virgen, por la maravillosa her-
mosura de su rostro, por cierto resplandor celestial que ex-
teriormente lo iluminaba y por la armonía interior de su
alma, que se revelaba fuera, se ganaba el amor de todos los ARTICULO II
que la miraban.
DE LA VIRGINIDAD DE LA BIENAVENTURADA MARÍA
COROLARIOS.—Dedúcese de lo dicho que la Santísima Vir-
gen lleva con toda verdad la bandera de la belleza, porque l.o Virginidad, como dice Billuart, se deriva de verdor;
Dios la enriqueció con tantos y tales dones de naturale- pues así como se llama verde aquello que no está agostado
za y de gracia, que, con la sola excepción de su Hijo, Dios por excesivo calor, así la virginidad importa que la persona
Hombre, superó en grado eminente toda la belleza de las que la posee esté libre de los incendios de la concupiscencia,
criaturas. Por esto dice San Antonino: "Llegó a tal grado que parecen consistir en la consumación del31mayor deleite
de hermosura, que no puede caber ni imaginarse otro ma- corporal, cual es el de los placeres sensuales .
yor en la naturaleza racional" 25. 2.° La virginidad puede considerarse de dos maneras, a
Y San Ambrosio: "Tanta era su gracia, que no sólo con- saber: físicamente, o de parte del cuerpo, y es la integridad
servó en sí la virginidad, sino que también imprimía en los de la carne, nunca violada por contacto alguno lujurioso; y
que trataba el sello de la integridad" 26. así no es virtud, sino condición natural, en la que nace el
Santo Tomás: "La gracia de la santificación no sólo re- hombre y la cual puede perder, aun contra su voluntad; y
primió en la Virgen los movimientos ilícitos, sino que tam- moralmente, o de parte del alma, y es la integridad espiri-
bién obró con toda eficacia en los otros, para que así, aun- tual, esto es, la voluntad y propósito de guardar aquella in-
que hermosa de cuerpo, no pudiera ser deseada por nadie" 2r . tegridad, o por cierto tiempo, y puede llamarse virginidad
San Buenaventura: "Ciertos judíos afirman que lo ma- antematrimonial, o perpetuamente, y ésta es propiamente la
ravilloso en la Virgen fué que, siendo hermosísima, sin em- virtud de la virginidad.
bargo, nunca fué deseada por varón ninguno" 28. 3.° De aquí que la virginidad implica estas dos cosas:
Dionisio el Cartujano, acomodando a la Virgen aquellas integridad de la carne y propósito de conservarla perpetua-
palabras (Cant. 2, 2 ) : Como lirio entre las espinas, dice: mente, y así puede definirse: "Integridad del alma y del
"Aunque existieron muchas vírgenes santas, sin embargo, cuerpo de todo apetito carnal", o "castidad perfecta unida a
en relación con la Virgen parece como si fueran espinas, la integridad".
ya que tenían en sí algo de culpa; y aunque fuesen perso-
nalmente limpias, el fornes, sin embargo, xvo estaba por com-
pleto extinguido en ellas y fueron también espinas para otros § I. DE LA VIRGINIDAD CORPORAL DE LA BIENAVENTURADA MARÍA
que a su vista se sentían excitados por el deseo. Mas la Vir-
gen Madre de Dios fué por completo libre de toda culpa; el La virginidad corporal de la Bienaventurada María debe
fomes estuvo plenamente extinguido en ella y vivió tan considerarse antes del parto, o sea al concebir; en el parto
llena de intensa castidad y de tal manera penetró con ésta y después del parto. No se trata aquí de la virginidad de Ma-
su incomparable virtud los corazones de los que la miraban, ría antes de la concepción de Cristo, ya por lo indecoroso
que no pudo ser deseada por ninguno, antes bien extinguía de semejante cuestión, ya por la demasiada evidencia que
en ellos al momento todo deseo carnal" 29. esa verdad tiene, tanto en la narración evangélica como en
En pocas palabras y de modo admirable resume lo dicho los profetas.
Santo Tomás de Villanueva: "Virgen pura e inmaculada úni- Serm. 2, De Annunt.
21 Curs. Theol.: De temperantia, d. 4, a. 2.
25
Comm. in Matth., c. 9.
28
O. c , p. IV, tít. 15, c. 10.
De insta. Virg.t c. 6.
27
In 3 Sent., d. 2, q. 1, a. 2 ad 4.
28
28
In 3, d. 3, q. 3.
In Cant., 2.
444 P. I I . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 7 . PRIVILEGIOS CUANTO AL CUERPO Y ALMA 445
de la que fué engendrado con un orden nuevo y una nati- un Hijo se ha dado a nosotros, y el principado ha sido pues-
vidad nueva; porque invisible en la divinidad, se muestra to sobre su hombro; y será llamado su nombre Admirable,,
visible en la carne, y es engendrado por una nueva nativi- Consejero, Dios, Fuerte, Padre del siglo venidero, Príncipe de
dad, porque la virginidad intacta ignoró el coito viril y pro- paz. Se extenderá su imperio, y la paz no tendrán fin; se sen-
porcionó la materia de la carne, fecundada por el Espíritu tará sobre el solio de David y sobre su reino para afianzarlo
Santo" 40. y consolidarlo en juicio y en justicia desde ahora y para
2.° SAGRADA ESCRITURA.—A) Antiguo Testamento: La siempre.
virginidad de María está vaticinada en Isaías (7, 14): He En fin, el mismo nombre Emmanuel (Dios con nosotros)
aquí que concebirá una virgen y parirá un hijo, y será, llama- se cumplió abundantísimamente en Cristo Mesías, como igual-
do su nombre Emmanuel. mente los atributos maravillosos con que es designado Em-
La ocasión de esta profecía fué que, avanzando sobre Je- manuel; y todo cuanto se dice de su reino sempiterno y de
rusalén Rasin, rey de Siria, y Phacee, rey de Israel, Acaz, la índole y extensión del mismo, no puede convenir sino al
rey de Judá, comprendió que no tenía fuerza bastante para Mesías, esto es, a Cristo Señor.
resistir. P) Lo mismo consta de la auténtica interpretación de
Mas para que el abatido rey cobrara valor y no pidiera San Mateo, que aplica a Cristo lo dicho por Isaías del naci-
auxilio a Teglatfalasar, rey de los asirios, y se decidiera a miento de Emmanuel (1, 22-23): Mas todo esto fué hecho
poner toda su esperanza en Dios, le fué enviado Isaías por para que se cumpliese lo que habló el Señor por el profeta,
el Señor, para que hiciera saber a Acaz que había de salir que dice: He aquí que una virgen concebirá y parirá un hijo;
bien librado de sus enemigos. Cumpliendo Isaías el mandato y llamarán su nombre Emmanuel, que quiere decir: Con nos-
de Dios, ordenó a Acaz que pidiera a Dios una señal en tes- otros Dios.
timonio del acontecimiento próspero futuro (v. 11): Pide f) Asimismo consta por la tradición universal cristiana
para ti una señal del Señor tu Dios en lo profundo del infier- y por el consentimiento unánime de los Santos Padres y doc-
no o arriba en lo alto. tores de la Iglesia que la profecía de Isaías ha de entender-
Mas negándose éste bajo pretexto de falsa piedad (v. 12) : se de Cristo y de María, su Madre.
No la pediré y no tentaré al Señor, Isaías promete esta se- Así San Justino dice: "Oíd de qué modo Isaías predijo con
ñal (vv. 13-14): Oíd, pues, casa de David: ¿Por ventura os palabras precisas que había de nacer de una virgen. Así ha-
parece poco el ser molestos a los hombres, sino que también bló: He aquí que una virgen... Las cosas que eran increíbles
lo sois a mi Dios? Por eso el mismo Señor os dará una se- y que a los hombres parecían imposibles, Dios las predijo por
ñal: He aquí que concebirá una virgen y parirá un hijo, y espíritu profético como futuras, para que cuando sucedieran
será llamado su nombre Emmanuel. no se les negara fe, sino que se creyeran por haber sido pre-
Es necesario ahora demostrar que tal vaticinio se refiere dichas" 42.
al futuro Mesías, Cristo Señor, y a la Madre del Mesías, esto §) Y se confirma por la autoridad de la Iglesia. En el
es, a la Bienaventurada María, de la que había de nacer, que- año 1773, pretendiendo Lorenzo Isenbiehl, sacerdote de la
dando ilesa su virginidad. diócesis de Maguncia y profesor de exégesis, que las palabras
a) Que se refiere a Cristo, futuro Mesías, y a su Madre, de Isaías: He aquí que concebirá una virgen..., no se refe-
se demuestra tanto positiva como negativamente. rían a Cristo y a su Madre, y, por tanto, que por Emmanuel
Positivamente: a) Porque Emmanuel se muestra como no había de entenderse el Mesías ni en sentido literal ni en
Rey de Judá, la que, por otra parte, es llamada tierra y he- sentido místico, sino que Mateo aducía el texto de Isaías
redad del Señor (Is. 14, 2-25; 1 Reg. 26, 19), de quien habrá como mera anotación histórica, o mejor solamente para alu-
de esperarse la salvación y gloria del reino de Judá (8, 8; dir a él" "3. Pío VI condenó en el año 1779 el libelo de Isen-
9, 1-7); y por quien las hostilidades de todos los enemigos biehl por contener doctrina y proposiciones respectivamente
contra el pueblo de Dios, sus atentados y sus planes, han de falsas, temerarias, perniciosas, erróneas, favorecedoras de la
ser reducidos a la nada por una insigne victoria..., porque herejía y heréticas 4 4 ; por lo que en el mismo año Isenbiehl
con nosotros Dios (8, 8-10) 41. Además, Emmanuel es descrito suscribió el juicio del Sumo Pontífice y retractó su error.
así por Isaías (9, 6-7): Ha nacido un niño para nosotros y e) Finalmente, lo mismo los antiguos judíos y rabinos
40
DB, n. 282. 43
Apol. 1 pro christianis.
" KNABENBAUER, Comm. in Isaiam prophetam, 1. 1. 43
44
Nov. tentament. in proph. Emmanuelis.
J. H. JANSSENS, Hermen. sacra, c. 3, sect. 3.
448 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
Este hereje, después de haber vivido algún tiempo en un ocultó la virginidad de María, y el parto de la misma, y la
monasterio de Milán, y salido de él, se entregó a toda clase muerte del Señor, tres misterios resonantes que fueron rea-
de placeres sensuales, de tal manera que mereció ser llamado lizados en el misterio de Dios" 77. Estas palabras muestran
por San Jerónimo el Epicuro de los cristianos. suficientemente que en la virginidad y el parto de María
En el siglo xiv renovaron en Alemania este error los lla- hubo un misterio divino que se ocultó al demonio.
mados lolhardos, según los cuales si María permaneció vir- San Gregorio Taumaturgo: "Tú has nacido de María
gen después del parto, dio a luz, no a un hombre, sino a un Virgen como quisiste, y como Tú solo sabes, no violaste su
ángel. virginidad, sino que la conservaste y se la diste con el nom-
Así pensaron también en el siglo XVT los anabaptistas bre de Madre; y ni la virginidad impidió tu parto, ni tu
y los protestantes, como Pedro Mártir, Bullinger, Bucero, parto violó la virginidad, sino que se unieron cosas tan con-
Beza, y hoy los racionalistas, que dicen que así como Cristo trarias como parto y virginidad, porque para ti, Creador
fué concebido al igual que los demás hombres, así también de la naturaleza, esto es fácil y sencillo" T8.
nació. San Efrén: "Por esta razón nació de virgen, abriendo el
Espíritu Santo el seno para que saliera el hombre que era
autor de la naturaleza... Por la cual, ni el que nació remo-
TESTS. l,a Bienaventurada María conservó en el parto su vió el sello de la virginidad, ni la Virgen sintió en el parto
virginidad sin mancha. dolor y trabajo" 79.
Es de fe. - ., - , ,---,-, , ~r San Ambrosio, refiriéndose a las palabras de Ezequiel
(44, 2 ) : Esta puerta está cerrada; no se abrirá, y hombre
1.° SÍMBOLOS Y CONOITJOS.—El Símbolo de los Anóstoles, no pasará por ella..., dice: "¿Qué puerta es ésa sino María?
el Concilio de Letrán. la Constitución Cum quorumdam, de Puerta cerrada, porque es virgen. La puerta, pues, es María,
Paulo IV, y el Concilio XI de Toledo, citados en la tesis por la que Cristo entró en este mundo, cuando nació de parto
precedente, profesan la virginidad de María en el parto. virginal y no destruyó el secreto de la virginidad" so .
2.° SAGRADA ESCRITURA.—a) Isaías (7, 14): He aquí San Agustín: "Si la integridad de María se hubiera des-
que concebirá una virgen y parirá un hijo... El profeta no truido por el que de ella nació, éste ya no nacería de vir-
solamente dice: He aquí aue una virgen concebirá, sino que gen, y toda la Iglesia profesaría falsamente que había nacido
también dará a luz un hijo, y, por tanto, sus palabras, lo de María virgen; la cual (la Iglesia), imitando a su Ma-
mismo que de la concepción, hay que entenderlas del parto dre (María), diariamente da a luz nuevos hijos y es siempre
in sensu composito, esto es, de virgen que permanece virgen virgen" 81.
en el parto. Y así fueron entendidas por los Santos Padres, San Pedro Crisólogo: "Virgen concibe, virgen da a luz y
entre los cuales San Ambrosio dice: "Esta es la Virgen que permanece virgen" 82.
concibió en su seno, la Virgen que dio a luz un Hijo. Pues San León Magno: "Fué concebido por el Espíritu Santo
así está escrito. He aquí que una virgen concebirá en su dentro del seno de la Madre Virgen, que así lo dio a luz, salva
seno y dará a luz; no diio solamente que habría de con- su virginidad, como, salva su virginidad, lo concibió" 83.
cebir, sino también que habría de dar a luz" 7a. San Ildefonso, arzobispo de Toledo: "Si quitas a nuestra
b) San Mateo (1, 22) : Todo esto sucedió para que se Virgen o la generación o la integridad, haces ignominiosa-
cumpliese lo que el Señor había anunciado por el profeta mente injuria a Dios. Pues niegas que tuviera poder para
que dice: He aquí que una virgen concebirá y parirá un hijo. conservarla pura, confesando que pudo llegar a la Virgen
c) San Lucas (2, 7) insinúa el parto virginal de María sin corromperla. Niegas que Dios pudiera hacer lo que
con e^tas palabras: Y parió a su Hijo primogénito, y lo en- quiere si concedes que, encontrando íntegra a su Madre, la
volvió en pañales y lo recostó en un pesebre. Lo cual, en dejó sujeta a la corrupción. Luego, como tú afirmas, la Di-
verdad, no hubiera podido hacer María si hubiera estado 77
sujeta a las molestias comunes de las otras madres. 78
Ep. ad Ephesios, 18.
Serm. in sancta Theophania, entre las obras de San Gregorio
3.° SANTOS PADRES. — a) Unánimemente, los Santos Taumaturgo.
79
Padres, desde los tiempos apostólicos, afirman implícita o 80
Serm. adv. haereticos,
explícitamente el parto virginal de María. 81
De instit. virg., c. 7.
Enchir., c. 34.
San Ignacio Mártir dice: "Al príncipe de este siglo se le " Serm. 117.
88
Ep. 42, Ai Siricium, Papam. Ep. 38.
460 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 7. PRIVILEGIOS CUAKTO AL CUERPO Y ALMA 461
vinidad omnipotente no favoreció a la virginidad., sino que la Cristo era el cuerpo del mismo Verbo de Dios, fué conve-
perjudicó, porque, si al nacer violó la dignidad virginal, des- niente que naciera del seno incorrupto de la Virgen.
truyó por io mismo la suma virginidad; con lo cual vienes P) En cuanto es Redentor del género humano, pues Cris-
a decir que naciendo desdoró a la Virgen el mismo que creán- to vino para quitar nuestra corrupción; luego no convino
dola la había adornado" H4. que al nacer destruyera la virginidad de su Madre.
b) Se acusa a Tertuliano 85 y Orígenes 86 de haber nega- b) De parte de la Bienaventurada María.—a) En cuan-
do la virginidad de María en el parto. to que es Madre de Dios, pues si Cristo hubiera nacido como
Pero, aunque así fuera, el disentimiento de estos dos es- los demás hombres, nada habría en su nacimiento que demos-
critores no puede debilitar el consentimiento de tantos Pa- trara que era verdadero Dios. Por esto dice San León: "Tal
dres que hablan sin restricción alguna del parto virginal de nacimiento convino a Cristo, poder y sabiduría de Dios, por
María; pues, como dice Vicente de Lerín: "Si en la misma el cual fuera semejante K nosotros en la humanidad y su-
antigüedad se encuentra algún desliz en uno o más Padres, perior por la divinidad" L.
compárese con el sentir de los demás en la misma materia, y P) En cuanto es corredentora del género humano; pues
por el mayor número de ellos juzgúese de la cuestión pro- María en la obra de la redención es la nueva Eva, opuesta
puesta" s í . a la primera. Luego contrariamente a Eva y sus hijas, que
Fuera de que la discrepancia en este asunto acaso haya en pena del pecado están sujetas al dolor y a la corrupción
de reducirse únicamente a Tertuliano, por lo que de Oríge- del parto, María, nueva Eva, estuvo exenta de esas penali-
nes dice Neubert: "On pourrait done résumer la pensée dades, como estuvo libre de la culpa.
d'Origéne sur la virginité in partu en disant, suivant la ter-
minoiogie scholastique, que s'il la nia quelque temps maté- Cuestión 3. De qué manera la Santísima Virgen conservó
riellement, il la professa toujours formellement" SB. ilesa su virginidad en el parto.
Por lo demás, hay que perdonar a estos dos escritores
si al combatir con ardor a los docetas, que negaban la rea-
lidad de la carne de Cristo, traspasaron los límites de la 1.° Es cierto que María dio a luz a Cristo del mismo
verdad y dijeron incautamente que María perdió en el parto modo que las demás madres dan a luz a sus hijos; pues dice
su integridad virginal, para que no pareciese que el cuerpo Isaías (7, 14): He aquí que concebirá una virgen y parirá un
de Cristo era fantástico. hijo; y Lucas (2, 5-6): Y estando allí, aconteció que se cum-
plieron los días en que había de parir y parió a su Hijo pri-
4.° SAGRADA LITURGIA.—Celebra la liturgia en diversos mogénito.
lugares la virginidad inviolable de María en el parto: "Con- 2.° Es singular en este punto la opinión de Durando,
cibió por obra del Espíritu Santo a su unigénito Hijo, y per- que por una parte siente rectamente de la virginidad de Ma-
maneciendo en ella la gloria de la virginidad, dio al mundo al ría en el parto; mas por otra, porque cree que no es posible
que es la Luz eterna, Jesucristo, Señor nuestro" 89. que dos cuerpos estén penetrative en el mismo lugar y, por
"Darás a luz en verdad un Hijo, pero tu virginidad no lo mismo, que en el nacimiento de Cristo su cuerpo estuvie-
sufrirá90detrimento; concebirás, pero serás siempre madre in- ra simultáneamente con el cuerpo de la Madre, llega a con-
tacta" . clusiones que no dicen bien con la perfectísima virginidad
5.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) De parte de Cristo: a) En de María en el parto. Los teólogos rechazan comúnmente
cuanto es el Verbo de Dios, pues como dice Santo Tomás, el esta sentencia de Durando, la que para Vázquez dista poco
verbo no solamente es concebido en el corazón o en el es- de ser herética, y que Medina califica de peligrosa, por no
píritu sin corrupción, sino que también sin corrupción pro- decir herética; y afirman que Cristo nació de la Virgen en
cede del espíritu. Luego para manifestar que el cuerpo de la figura y proporciones debidas por penetración milagrosa,
sin el más tenue quebranto, mengua o mutación de su in-
84
tegridad virginal.
85
o. c, c. i. a) Los ¿santos Padres no niegan que la integridad
De carn. Chr., 23.
86
Hom. 14, In Luc. de María fuera disminuida en el parto, sino que, por el con-
87
Adv. haeres. novit. trario, afirman que fué acrecentada.
88
w
Mane dans l'Eglise anténicéenne, p. n c. 1. San Fulgencio dice: "La integridad de su cuerpo creció
Praef. de B. M. Virgine.
m 81
In Off. Anunt., resp. 3 ad Matut. Serm. 1, De Nativ.
462 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 7. PRIVILEGIOS CUANTO AL CUERPO Y ALMA 463
más bien que disminuyó con su parto, y su virginidad más cipal, la extensión interna, que hace al cuerpo extenso en sí
bien fué ampliada que perdida" 82. mismo; la extensión externa o local, que le hace ocupar un
San Pedro Crisólogo: "El que entra y sale no deja señal lugar por extensión a él de sus partes integrantes, y la im-
alguna de su entrada y su salida; es habitador divino, no penetrabilidad, por la que un cuerpo se opone a que otro
humano." cuerpo penetre en su lugar.
"En tu concepción y en tu parto creció tu pudor, fué au- Pero todos estos efectos guardan entre sí una cierta y
mentada tu castidad, robustecida tu integridad" 93. natural subordinación, de tal manera que el ser extenso de
b) Los Padres y doctores usan también, para explicar suyo o la extensión interna es el efecto primario e intrín-
el parto virginal de María, de la semejanza de la estrella; seco de la cantidad, mientras que la extensión en orden al
pues así como la estrella emite el rayo de luz sin lesión al- lugar, es decir, la ocupación de hecho de un lugar, así como
guna, así la Bienaventurada Virgen dio a luz a su Hijo sin la impenetrabilidad, son efectos secundarios y extrínsecos
ninguna corrupción. que naturalmente resultan del primero.
San Atanasio dice: "Como una casa cerrada por todos Mas, aunque todo cuerpo, por su propia cantidad, sea
lados y que tiene hacia Oriente un ventanillo de cristal puro naturalmente impenetrable, sin embargo, como la impene-
y limpio, saliendo el sol y penetrando sus rayos el cristal, se trabilidad no es la misma esencia de la cantidad, sino más
ilumina toda, y, atravesado el cristal por los rayos, no se bien propiedad y efecto secundario de ella, puede, por vir-
rompe, sino que permanece ileso, así también a la Virgen tud divina, ser impedida su natural resultancia, esto es, la
María, tres veces castísima, el Hijo de Dios, como rayo di- impenetración de hecho, de la misma manera que en los mi-
vino que desciende del Padre, Sol de Justicia, la ilumina lagros se suspenden por la omnipotencia de Dios los efectos
toda y entra en ella y sale sin manchar en lo más mínimo o leyes de las causas segundas, o como fué impedida la exi-
su virginidad" M . gencia natural del supuesto o persona creada en la humani-
San Bernardo: "El rayo de luz no le disminuye a la es- dad de Cristo.
trella su claridad, ni el Hijo a la Virgen su integridad" 86. Más aún: siendo la impenetrabilidad naturalmente pos-
Y prosigue Contenson: "Así como la luz del sol baña el terior no sólo a la extensión de partes en sí, que es exigen-
cristal sin romperlo y con impalpable sutileza atraviesa su cia esencial de todo cuerpo, que, en cuanto tal, exige por
solidez, y no lo rompe cuando entra, ni cuando sale lo des- definición ser extenso, sino también a la extensión de partes
truye, así el Verbo de Dios, esplendor del Padre, entró en la del mismo en el lugar que de hecho ocupa, es fácil deducir que
virginal morada y de allí salió, cerrado el claustro virginal, la impenetrabilidad puede ser suspendida por virtud divina,
porque la pureza de María es un espejo puro, que ni se rom- para que no produzca su propio y peculiar efecto, no sólo
pe por el reflejo de la luz, ni es herido por sus rayos..." 86. en el cuerpo, que, extenso en si, no lo es ¡ocalmente, como
c) En tanto cabría negar que Cristo al nacer conservó ocurre en el cuerpo de Cristo en la sagrada Eucaristía, sino
la integridad virginal de su Madre, en cuanto que este modo también en el cuerpo que es de hecho extenso en orden al
de nacer no fuera decoroso o no fuera posible. lugar que ocupa, como cuando Cristo entró, cerradas las
Que fuera decoroso el parto de este modo, lo es tanto puertas, en el Cenáculo, donde estaban los apóstoles, o como
cuanto lo era que el Verbo de Dios conservara hasta donde cuando salió resucitado a la luz, estando cerrado y sellado el
pudiera hacerse la integridad de su Madre, la perfecciona- sepulcro. Luego otro tanto hay que decir del nacimiento de
ra y la consagrara. Que fuera posible, lo explica la posibili- Cristo, sin más diferencia que su salida del sepulcro y en-
dad o no repugnancia de la compenetración o coexistencia trada en el Cenáculo debe atribuirse al don de sutileza, de
de dos cuerpos en el mismo lugar; puesto que lo único que que el cuerpo de Cristo fué dotado en el acto de su gloriosa
impide que un cuerpo ocupe simultáneamente con otro la resurrección, mientras que el parto virginal debe atribuirse
misma situación espacial es la cantidad. Pero la cantidad a un milagro singular de la divina omnipotencia.
mediante la cual un cuerpo se adecúa y conmensura al lugar
que ocupa, tiene, entre otros, estos efectos; primero y prin- Cuestión 4. Si María después del parto conservó siempre
intacta su virginidad.
De laúd. Mariae ex partu Salvatoris.
Serm. 142. "Como hay que suponer, dice Suárez, que María no per-
Quaest. 19. dió la integridad corporal después del parto por violencia
Hom. 2 super Missus eit. o coacción involuntaria, ni por concúbito ilícito, ni por medio
O. c , 1. X, d. 6, c. 2.
464 P. I ! . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
este mundo cuando fué dado a luz en el parto virginal, y no nacimiento siguió, sin que de este silencio sea lícito inferir
de^truvó la integridad de la Virgen. Permaneció inquebran- nada, pues, como observa San Jerónimo, "de lo que dice an-
table el retro del pudor y continuaron íntegros los signos de tes de que viviesen juntos, no se sigue que después convi-
la virginidad al nacer de la Virgen, cuva grandeza no puede vieran, pues la Escritura solamente expresa qué es lo que no
apreciar el mundo m ; y Santo Tomás 102 exrjone así el lugar había sucedido" 10i.
de Ezequiel, según un autor incierto: ";. Qué es la puerta p) Tampoco obsta la partícula hasta que, la cual signi-
cerrada en la casa del Señor, sino que María será siempre fica simplemente lo no ocurrido hasta entonces, sin deter-
intacta? ¿Y oué es que varón no pasó por ella, sino que José minar nada del tiempo posterior, pues San Mateo en este
no la conoció? ¿Y qué es que sólo el Señor entra y pene- lugar se propone mostrar que Cristo fué concebido no por
tra por ella, sino que la fecundará la virtud del Espíritu obra de varón, sino por virtud del Espíritu Santo, sin de-
Santo? ¿Y qué es estará cerrada eternamente, sino que Ma- cir nada de lo que a su nacimiento siguió, ya que su inten-
ría fué virgen antes del parto, en el parto y después del ción no era narrar la vida de María, sino el modo como
parto?" í03 . Cristo entró en el mundo. "Te dice (el evangelista), comenta
b) Lucas (1, 341, donde se dice que María respondió al San Juan Crisóstomo, lo que se te había de decir por él,
ángel que le anunció la encarnación: ¿Cómo será esto? Por- esto es, que la Virgen permaneció intacta hasta el parto.
que no conozco varón; palabras que, como luego demostra- Mas lo que parece deducirse de lo dicho lo dejó para que tú
remos, expresan el voto de guardar la virginidad, y que Ma- lo entendieras: que este varón justo no se atrevió a tocar
ría observó; de otro modo, si después del nacimiento de Jesús a la que, así hecha madre, había sido honrada con tan nue-
hubiese conocido varón, habría pecado gravemente, quebran- vo y extraordinario parto" 105.
tando el voto perpetuo de virginidad. 7) Ni se opone la palabra primogénito, pues Cristo es
c) Lo mismo se deduce de San Juan (19. 26) : Mujer, he llamado primogénito de María, no porque después de El la
ahí tu hijo; con cuvas palabras, Cristo, pendiente de la cruz, nacieran otros hijos, sino porque ninguno antes que El fué
recomienda su Madre a Juan: recomendación a que no ha- nacido de María. Por esto dice San Jerónimo: "Todo uni-
bría lugar si María hubiera tenido otros hiios. génito es primogénito, pero no todo primogénito es unigé-
d) Ni son dificultad las palabras de San Mateo (1, 18): nito. Primogénito no es sólo aquel después del cual no hay
Antes que viviesen juntos se halló haber concebido en el otros, sino también aquel después del cual no hay ninguno."
vientre del Esvíriñu Santo: v v. 25: Y no la conoció hasta La ley de Moisés define el primogénito (Núm. 18, 15): Quid-
que varió a su hijo primogénito. quid primum erumpit e vulva: todo lo primero que sale de
Estas palabras antes que, hasta que, primogénito, pare- matriz de toda carne, síganle o no le sigan otros partos. Jesús
cen negar la integridad de la Santísima Vircren después del nació el primero de la Virgen, y por eso, según la costumbre
parto, como si insinuaran que se había seguido unión mari- judía, conforme a la cual habla el evangelista, es llamado
tal entre María y José. primogénito."
Pero nada encierran estas palabras contrario a la virgi- 8) M es tampoco óbice el que la Sagrada Escritura ha-
nidad de María después del parto. ble de hermanos y hermanas del Señor; pues éstos, como
a) No aquellas antes que viviesen juntos, pues esas pa- luego diremos, no eran hermanos uterinos, sino parientes o
labras pueden entenderse o de la convivencia en el mismo deudos de Cristo.
domicilio o de la cohabitación conyugal. Lo primero signifi- 3.° SANTOS PADRES.—Orígenes dice: "Ignoro quién es el
ca aue María v Jo«é. al tiempo de la encarnación, todavía que prorrumpió en tanta necedad para afirmar que fué ne-
no vivían en la misma casa, ya que las desposadas, entre gada a María (la virginidad) por el Salvador, sólo porque
los judíos, no eran conducidas a la casa del esposo sino des- después del nacimiento de éste estuviera unida a José. En
pués de celebrarse la solemnidad de las bodas. Lo segundo, cuanto a lo que afirman de que ella se casó después del par-
sobre ser menos probable, tampoco ofrece dificultad, porque to, no tienen por dónde demostrarlo. Pues estos hijos que
San Mateo, atento a mostrar la concepción virginal de Je- se decían de José no habían nacido de María, ni existe Es-
sús, dice solamente que no tuvo lugar antes de ella, esto es, critura alguna que lo consigne" 10B.
que Cristo no es hijo de José, sin decir nada de lo que a su
101
' 1 Comm. in Matth., l.
102
De instit. Virg.t c. 7. ' Hom. 5, In Matth.
103
3, q. 28, a. 2. Hom. 7, In Luc,
Serm. 25, entre las obras de San' Agustín, apénd.
468 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 7 . PRIVILEGIOS CUANTO AL CUERPO Y ALMA 469
San Ambrosio: "No podía ser que José, varón justo, hu- 5.° RAZÓN TEOLÓGICA.—Santo Tomás alega cuatro razo-
biese dado en la locura de unirse por concúbito carnal con nes de conveniencia en íavor de la virginidad de iVlaria des-
la Madre del Señor" 1U7. pués del parto: a; De parte de Critstu, el cual, así como
San Pedro Gn&ólogo habla así a Helvidio: "Introduces as- según la naturaleza divina es el Unigénito del Padre, como
tutamente los hermanos y muestras las hermanas, para que Hijo suyo periecto en tuuo, así convino que fuera el Uni-
la virginidad de la santa Madre se eclipse en partos nume- génito oe la Madre como iruto periectísimo suyo, b) De
rosos, para que su integridad se oscurezca y se sienta del parte del Espíritu Santo, cuyo sagrario fué el seno virgi-
Hijo todo lo que tiene de humano, no lo divino. Los judíos nal, en que lormó la carne de Cristo; y así no convenía que
que dices hermanos y hermanas de Cristo, son hijos de en adelante luera violado por unión viril, c) De parte de
Cleofé, hermana de María, pero no son hijos de Mana; y a Mana, iViaure oe Dios, que parecería muy ingrata si no estu-
los hijos de los hermanos y de las hermanas, la ley divina viera contenta con tai Hijo y huoiera querido perder vo-
y el parentesco humano los llaman hermanos. Luego ios luntariamente por concúbito carnal la virginidad que le ha-
hermanos de Cristo no los hizo la que permaneció íntegra bía sido conservada milagrosamente; y de parte de ¿San José,
después del parto, sino la afirmación del parentesco de la al cual hauria que atriouir la mayor presunción si hubiera
tía materna" 108. ateniauo mancbar a la que había concebido a Dios, según
Y San Ildefonso de Toledo, movido de la mayor indigna- él lo sabia por la revelación del ángel. Y por esto hay que
ción por el ultraje a María, increpa así al heresiarca: "¿Por afirmar simplemente que la Madre de Dios, así como conci-
qué cortas los principios de nuestra Virgen con un final de bió virgen y dio a luz virgen, así también después del parto
corrupción? ¿Por qué infamas su pudor inicial con el tér- permaneció siempre virgen" 113.
mino de una procreación aumentada? ¿Por qué ateas con
una unión humana una integridad consagrada por la Divi-
nidad? No quiero que rompas la fuerza de esta grandeza, Cuestión 5. Quiénes son los hermanos y las hermanas del
para que no intentes vejar con tu audacia la posesión de Señor, así llamados en el Nuevo Testamento.
Dios. Para que no te atrevas a despreciar orgullosamente
la mansión de la Divinidad, para que no cuartees con ultra-
jes corrompidos la casa del Señor, para que no pretendas 1.° a) Muchas veces se hace mención en la Sagrada
que la puerta de la casa de Dios, cerrada a su salida, pueda Escritura de los hermanos y hermanas del Señor; así en San
ser traspuesta por cualquiera; el Dios de las virtudes es el Juan (2, 1 2 ; : Después de esto (las bodas de Cana) se fué a
dueño de esta posesión, el Rey de los cielos es el poseedor Cafarnaúm El y su Madre, y sus hermanos y sus discípulos;
de este derecho, el Omnipotente es el arquitecto de este edi- Mateo (13, 55-56): ¿Por ventura no es éste el hijo del ar-
ficio. Sólo el que salió por ella es el guardián de esta salida. tesano? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos San-
Nadie entró con El, nadie con El salió, no tuvo compañero tiago, y José, y Simón, y Judas? ¿Y sus hermanas no están
para entrar, ni tampoco para salir. Nadie conoció cómo ha- todas entre nosotros?; Lucas (8, 19): Y vinieron a El su Ma-
bía entrado; de qué modo había salido, sólo lo conoció su dre y sus hermanos y no podían llegar a El por la mucha
salida" 109. gente; Actos (1, 14): Todos éstos perseveraban unánimes en
oración con las mujeres, y con María Madre de Jesús y con
4.° SAGRADA LITURGIA.—La sagrada liturgia abunda en los hermanos de él; y 1 a los Corintios (9, 5 ) : Como los otros
expresiones como éstas: "Después del parto permaneciste apóstoles y los hermanos del Señor y Cefas.
virgen, sin mancha" 110. b) Los nombres hermano y hermana se usan muchas
"Al cual (Cristo) dio a luz la Virgen y después del parto veces en la Sagrada Escritura en el sentido más amplio; así
permaneció virgen" l11. Lot, que era hijo de un hermano de Abraham (Gen. 12, 5),
"Bienaventurada Madre de Dios, María, Virgen perpe- es llamado hermano de este patriarca (Gen. 13, 8 ) ; Jacob
tua" 112. es llamado hermano de Labán, su tío (Gen. 29, 15); la mujer
107
De instit. Virg., c. 6. esposa es llamada hermana del esposo (Cant. 4, 9 ) ; los
108
Serm. 48. hombres de la misma tribu (2 Reg. 19, 12), o del mismo
109
110
De virginit S. Mariae, c. 2. pueblo (Ex. 2, 11), son llamados hermanos y también ami-
111
Vers. ad ant. Alma Redemptoris Mater. gos, colegas..., y lo mismo ocurre en el Nuevo Testamento,
Ant. Magnif. in 1 Vesp. Purificationis.
113
Ant. Bened, in Off. S. Mariae in Sabbato.
3, q. 28, a. 3.
470 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 7. PRIVILEGIOS CUANTO AL CUERPO Y ALMA 471
Mathan Mathat
Jacques Joseph Simón Jude
podrá determinar ciertamente si esto ocurrió en el primer Sobre esta sentencia de Santo Tomás observa Serry que
momento de su razón?" el santo Doctor la sostuvo engañado por el supuesto testi-
d) Campana, De la Broisse..., opinan que María, dedica- monio de Agustín, citado por el Maestro de las Sentencias
da y consagrada del todo implícitamente a Dios desde el y por Graciano; la falsedad del cual no pudo conocer Santo
primer instante en que tuvo uso de la razón, y en el cual Tomás por la falta de códices de probada autoridad en su
resolvió en su corazón agradar a Dios y entregarse total- tiempo. He aquí las palabras de San Agustín, tal como las
mente al servicio divino, se consagró explícitamente a El recoge el Maestro de las Sentencias: "La Bienaventurada
por el voto de virginidad cuando, deliberando consigo mis- María propuso en su corazón que había de guardar el voto
ma sobre el uso del matrimonio, la castidad y la virginidad, de virginidad; pero no lo expresó con palabras. Se sujetó a
conoció por luz divina que sería grato y acepto a Dios que la disposición divina; propuso que se conservaría virgen, a
confirmara su virginidad por el voto. no ser que Dios le revelase otra cosa. Confiando, pues, su
e) En medio de tanta variedad de sentencias, parece virginidad a la disposición divina, consintió en la cópula car-
que debe preferirse la que sostiene que la Bienaventurada nal, no apeteciéndola, sino obedeciendo, en lo uno y en lo
Virgen hizo el voto de virginidad desde que empezó a tener otro, a la inspiración de Dios. Después, juntamente con su
uso de razón, y, por tanto, desde el instante mismo de su esposo, manifestó con palabras el voto, y uno y otro conser-
concepción, en el que ya lo tuvo. varon la virginidad" 14S.
a) No fué en la Bienaventurada Virgen menos antig o Aceptado de buena fe este testimonio, dice Santo To-
el voto que el propósito de la virginidad, ya que es igual ia más: "Y esto es lo que escribe Agustín, que (María) perma-
razón de uno y otro, porque así como el voto debió ser ael necería virgen, a no ser que Dios dispusiera otra cosa" 14a.
bien mejor de la virginidad, así también lo fué el propósito. b) San Buenaventura 150, Escoto 151, Vázquez 132, Suá-
Ahora bien: María, como consta de lo ya expuesto, desde rez 153, Estío 164, Sylvio l55 , Serry 15<i y Billuart l5T, etc., ense-
que tuvo uso de razón tuvo el propósito de conservar la vir- ñan que la Bienaventurada María hizo voto absoluto de
ginidad. virginidad antes de contraer matrimonio.
P) La Bienaventurada Virgen, desde el principio, fué Esta última sentencia parece que debe ser preferida:
dirigida de tal manera por el Espíritu Santo, que siempre <*) Pues en Lucas (1, 34) así responde María al ángel que le
se inclinó a lo que era mejor y más excelente, y la viígini- anuncia el misterio de la encarnación: ¿Cómo será esto?
dad confirmada con voto es más excelente que sin él. Porque no conozco varón. No tendría lugar la objeción de
la Virgen si antes hubiera hecho solamente el voto condi-
cional, es decir, a no ser que a Dios le agradara otra mane-
Cuestión 4. Cómo fué el voto hecho por la Bienaventura- ra, o a no ser que Dios ordenare otra oosa, puesto que por
da Virgen: condicional o absoluto. el ángel pudo entender que Dios mandaba otra cosa, y que
por esto ya quedaba libre del voto.
a) Santo Tomás 147 y muchos discípulos suyos enseñan P) El voto absoluto, como más firme y más fuerte, es
que María hizo dos votos de virginidad: el primero, antes también más perfecto que el condicional; y el voto de la
de su matrimonio con San José, condicional; el segundo, Virgen fué perfectísimo, para que fuera después ejemplar y
después de su matrimonio, absoluto. Pues siendo convenien- modelo de voto de castidad a todas las mujeres.
te en tiempo de la Ley preocuparse seriamente de la gene- 7) Aquella condición sería superflua, ya que en todo
ración lo mismo los hombres que las mujeres, ya porque ú propósito, promesa y voto conviene entenderla incluida; por
culto de Dios se propagaba según la herencia de la carne, otra parte, no parece concordar suficientemente con la hu-
ya porque el fruto bendito prometido por Dios había de ve-
nir por vía de generación, María hizo primeramente voto Sent., 1. iv, d. 30.
de virginidad condicional, esto es, si era grato a Dios, o si L. c.
Dios no ordenaba otra cosa; luego, recibido el esposo, según In i Sent., d. 30.
exigían las costumbres de aquel tiempo, y después de cono- In i Sent., q. 2.
cer por revelación divina que el voto absoluto de virginidad In S, d. 124, c. 2.
In 3, d. 6, sect. 2.
sería grato a Dios, entonces, juntamente con José, su es- In 1, Sent., d. 13.
poso, hizo el voto absoluto. In 3, q. 28, a. 4.
Exerdt., 21.
In 4 Sent., d. 30, q. 2, a. 1. Cur». Theol.; De B. Virg. María, d. 1, a 4.
7r. it la Virgen Santítima.
482 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA e. 7. PRIVILEGIOS CUANTO AL CUERPO Y ALMA 48S
senté economía, Dios quiso nacer de María, "que, compar- lo; porque la asunción habría tenido plena realidad aun si
tiendo los gozos de la Madre con el honor de la virginidad, Mana hubiera sido transportada al cielo con su cuerpo glo-
ni antes tuvo igual ni la tendrá después" 17B. rificado, sin que hubieran precedido la muerte y la resu-
rrección.
b) La asunción no está en conexión necesaria con la
incorrupción del sepulcro, pues como nota Renaudin: "Ad-
ARTICULO III mitida la incorrupción del cuerpo de la Virgen por apartar
este deshonor de la Madre de Dios, no se seguiría de esto
DE LA ASUNCIÓN Y GLORIFICACIÓN DE LA BIENAVENTURADA la asunción, porque dicha preservación pudo hacerse de tres
VIRGEN MARÍA modos: por la mera incorrupción, separados de modo per-
manente el cuerpo y el alma; por la resurrección gloriosa y
Terminamos el tratado de las gracias y privilegios de la por la glorificación sin pasar por la muerte" 179.
Bienaventurada Virgen María considerando aquellos con que, 5.° Sin embargo, si se considera la asunción en concre-
acabada su vida en la tierra, fué coronada eternamente: su to, y según se nos presenta de hecho en la liturgia y en los
asunción y glorificación en los cielos. documentos de los Padres y teólogos, ciertamente compren-
de todos estos elementos: muerte previa, con preservación
de la corrupción del sepulcro; resurrección anticipada y vida
§ I. DE LA ASUNCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA corporal gloriosa en el cielo.
El tercero de esos elementos es esencial a la asunción; los
1.° El nombre de asunción, aunque algunas veces se usa demás, como antes hemos apuntado, no guardan necesaria
por los Padres y escritores para significar el paso de los que conexión con ella, aunque de hecho la hayan precedido o
mueren en el Señor, como lo emplea San Gregorio Naz. 176 acompañado. ¡
cuando dice que su hermana Gorgonia fué subida a los cie- De esos elementos, unos son de índole histérico-empírica,
los, y San Gregorio de Tours 177, que hace memoria de la como son la muerte, la incorrupción sepulcral, su resurrección
asunción de San Avito, sin embargo, comúnmente este nom- de entre los muertos y su sublimación o ascensión material
bre ha sido reservado para indicar aquella singularísima al cielo; otros pertenecen al orden sobrenatural, y no pueden
prerrogativa de la Bienaventurada Virgen que alcanzó tras conocerse sino por la divina revelación; tales son la inco-
el término de la vida terrena; esto es, que su cuerpo fuera rrupción permanente del cuerpo de María 18° y su celestial
trasladado al cielo. glorificación.
2.° Entre la ascención y la asunción existe esta diferen- Así dice Su Santidad Pío XII (g. r . ) : "Del consentimiento
cia: la ascensión se dice de Cristo Señor, que subió al cielo universal del magisterio ordinario de la Iglesia, se deduce
por su propia virtud; pero la asunción se dice de la Virgen, un argumento cierto y seguro para afirmar que la asunción
oue por singular privilegio fué elevada en cuerpo y alma al corporal de la Bienaventurada Virgen María al cielo, la cual
cielo " s . en cuanto a la celestial glorificación del cuerpo virgíneo de
3.° La asunción de la Bienaventurada Virgen algunas la augusta Madre de Dios no podía ser conocida por ningu-
veces es llamada pausación, término, donación natalicio, na facultad humana con sus solas fuerzas naturales, es ver-
tránsito de la Bienaventurada Virgen; pero ha prevalecido dad revelada por Dios, y por eso todos los fieles de la Iglesia
el nombre de asunción que, como más apto para significar deben creerla con firmeza y fidelidad" 181.
esta prerrogativa de la Virgen, fué mandado que se con- Por eso, aunque faltasen testimonios históricos del primer
ssrvara por decreto de la Comisión encargada de la correc- género de hechos, no por eso cabría concluir que no existe
ción del Breviario durante el pontificado de Benedicto XIV. revelación alguna del otro género de verdades 182.
4.° a) La asunción, considerada estrictamente, prescin- 179
Assumpt. B. M. Virg. Matris Dei, c. 10.
de de la muerte y de la resurrección, y no significa más que 180
Cf. MELKBRBACH, 1. c.
181
la traslación gloriosa de la Virgen en cuerpo y alma al cie- 183
Const. dogm. Munificentissimus Deus, 1 nov. 1950.
JANSSENS, De glorif. corpor. B. Marine Virginia: ETL, fas-
1711 cículo 3, 1931.
17
In fest. Nativ. Dom., ant. 2 ad Laudes.
° Or. funebris in laúd, sororís suae Gorgoniae.
177
178
De glor. Confessorum, e. 49.
BENED. XIV, De festü B. M. Virg., c. 8.
488 P. II. MATERNIDAD r PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 7. PRIVILEGIOS CUANTO AL CUERPO Y ALMA 489
lada, pronuncia palabra alguna que robustezca la argumen- María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey
tación de los partidarios de la Virgen inmortal, ni al tratar de inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte;
la liturgia y de los Santos Padres, que son los dos grandes para acreditar la gloria de esta misma augusta Madre y para
obstáculos que tiene que salvar esta teoría, debilita ningu- gozo y alegría de toda la Iglesia, por la autoridad de Nuestro
no de los argumentos usados para demostrar como hecho Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y
cierto y de carácter teológico la muerte de nuestra Señora". Pablo y por la nuestra, pronunciamos, declaramos y defini-
f) Dícese en la bula que María fué asunta a la gloria ce- mos ser dogma de revelación divina que Ir Inmaculada Ma-
leste, elevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo, elevada al dre de Dios, siempre Virgen María, ".umplido el curso de su
reino de los cielos... vida terrena, fué asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste.
Menester es distinguir entre el estado de bienaventuranza Por eso, si alguno, lo que Dios no quiera, osase negar o
—status beatitudinis— y el lugar de la bienaventuranza —lo- poner en duda voluntariamente lo que por Nos ha sido defi-
cus beatitudinis. nido, sepa que ha caído de la fe divina y católica".
La bula define el paso o tránsito de María del estado de
vía, es decir, de la vida terrena, al estado de término, esto 2.° SAGRADA ESCRITURA.—a) Génesis (3,15): Enemista-
es, al estado de bienaventuranza o vida gloriosa. des pondré entre ti y la mujer y entre tu linaje y su linaje:
Sin embargo, la traslación de María al cielo, como lugar ella quebrantará tu cabeza...
corporal asignado como morada a los bienaventurados, no a) Las enemistades establecidas por Dios entre la mu-
cae bajo la definición, por más que venga a confirmar la jer y el demonio, entre el linaje de la mujer y el linaje del
opinión más común y más conforme con la Sagrada Escritura, demonio, se ordenan a que la mujer con su linaje, ella con
la tradición y el Magisterio eclesiástico le('. El y por El, quebrante la cabeza del demonio y obtenga
sobre él un triunfo completo. Este triunfo que Cristo consi-
Nada determina la bula sobre la supereminencia de la guió de Satanás, la serpiente antigua (Ap. 12, 9), y en el que
gloria que a María corresponde en el cielo, si bien en algunos María se presenta íntima e indisolublemente unida a su
pasajes se exalta su glorificación: "La augusta Madre de Hijo, es el triunfo no sólo del pecado y de la concupiscen-
Dios, arcanamente unida a Jesucristo desde toda la eterni- cia, sino también de la muerte (1 Cor. 15, 26; Hebr. 2, 14),
dad con un mismo decreto de predestinación, obtuvo final- que entró en el mundo por la envidia del diablo (Sap. 2, 21).
mente, como suprema corona de sus privilegios, el ser pre- Luego así como Cristo resucitando triunfa plenamente de
servada inmune de la corrupción, del sepulcro, y, como ya la muerte, así a María, íntimamente asociada a Cristo, le
antes su Hijo, vencida la muerte, ser elevada en alma y corresponde la misma victoria sobre la muerte por su exen-
cuerpo a la gloria sobrenatural del cielo, donde resplande- ción de la corrupción del sepulcro y asunción al cielo.
ciera como Reina a la diestra de su Hijo, Rey inmortal de
los siglos", como también en la oración compuesta por el mis- En la constitución Munificentissimus Deus dice Su San-
mo Sumo Pontífice y recitada ante inmensa muchedumbre tidad Pío XII: "Desde el siglo II, María Virgen es presen-
después de la definición: "Noi crediamo con tutto il fervore tada por los Santos Padres como nueva Eva, estrechamente
della nostra fede nella vostra Assunzione trionfale in anima unida al nuevo Adán, si bien subordinada a El, en aquella
e in corpo al cielo, ove siete acclamata da tutti i cori degli lucha contra el enemigo infernal, que, como fué preanun-
Angelí e da tutte le schiere dei Santi." ciado en el Protoevangelio (Gen. 3, 15), habría terminado
con la plenísima victoria sobre el pecado y sobre la muerte,
"Noi crediamo infine que nella gloria ove voi regnate, siempre unidos en los escritos del Apóstol de las Gentes
vestita di solé e coronata di stelle, voi siete dopo Gesü, la gioia (cf. Rom., ce. 5 y 6; 1 Cor. 15, 21-26; 54-57). Por lo cual, como
e la letizia di tutti gli Angelí e di tutti i Santi." la gloriosa resurrección de Cristo fué parte esencial y signo
final de esta victoria, así también para María la común lu-
TESIS. La Santísima Virgen fué asunta en cuerpo y alma cha debía concluir con la glorificación de su cuerpo virginal,
al cielo. porque, como dice el mismo Apóstol: Cuando... este cuerpo
Es de fe. mortal sea revestido de inmortalidad, entonces sucederá lo
que está escrito: la muerte fué absorbida en la victoria:
1.° La.bula Munificentissimus Deus define la asunción (1 Cor. 15, 54) " i
corporal de María con estas palabras:
• "Para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen "" Cf. A. BEA, La Sacra Scrittura "ultimo fundamento" del
190
Cf. BlLLOT, De Novissimis, p. 53. domma dell'Assunzione: "La Civiltá Cattolica", 2 dic. 1950.
&
492 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DB MARÍA -
C. 7. PRIVILEGIOS CUANTO AL CUERPO Y ALMA 493
asunción corporal de la Bienaventurada Virgen, 201 para no dar sino que tú, Reina, Soberana, Señora y verdadera Madre 2oe de
ocasión a estos herejes de propagar sus errores . Dios, fuiste trasladada a las reales mansiones del cielo" .
Desde fines del siglo v y siguientes, Padres y escritores en- Siglo IX.—Teodoro Estudita: "Hoy el que fué cielo en la
señaron claramente la asunción corporal de la Santísima tierra (María), ceñido con la veste de la207incorruptibilidad,
Virgen. es llevado a una mansión eterna y mejor" .
Siglos vi y vil.—San Gregorio de Tours dice: "El Señor El Pseudo Agustín: "Aquel cuerpo sacratísimo de! que
mandó trasladar al paraíso en una nube el cuerpo santo tomó Cristo su carne..., para que el Verbo, esto es, Dios, se
[de María], donde ahora, recobrada el alma y alegrándose hiciera hombre, aquel cuerpo, por lo mismo que no puedo
con sus elegidos, goza de los bienes eternos, que no tendrán pensar que fuera entregado como alimento a los gusanos,
fin" 202. temo decir que corriera la suerte común de la corrupción" 20s.
San José Himnógrafo: "Tú, ¡oh Virgen castísima!, fuiste
San Modesto de Jerusalén: "La gloriosísima Madre de elevada a los tabernáculos celestiales y no sujeta a man-
Cristo Salvador, Dios nuestro, que es el dador de la vida cha alguna... Este túmulo tuyo muestra a todos que fuiste
y de la inmortalidad, es vivificada por El, copartícipe con sepultada, y ahora indica claramente la traslación de tu
El de la incorruptibilidad por todos los siglos, el cual la hizo cuerpo al cielo" 209.
salir del sepulcro y la elevó hasta sí, de modo que El solo Siglo x.—Atto, obispo de Vercelli: "¿Qué maravilla es
conoce" 203. si el Señor, por especial afecto de piedad, dio por anticipado
San Andrés de Creta: "Era, pues, un espectáculo com- a su Madre lo que al fin de los tiempos dará a todos los
pletamente nuevo, y que excedía las fuerzas de la razón, que hombres, cuando vista a todos los cuerpos de la inmorta-
una mujer que había superado en pureza a la naturaleza lidad?" 210 .
de los cielos, penetrara corporalmente en el santuario de las Siglo XI.—San Fulberto de Chartres: "Cree la piedad
celestes moradas. Pues así como el seno de la que dio a luz cristiana que Cristo Dios, Hijo de Dios, resucitó gloriosa-
no sufrió corrupción, así su carne, después de muerta, no se mente a su Madre y la exaltó sobre los cielos" 211.
disolvió. ¡Oh hecho admirable! El parto escapa por comple- San Pedro Damiano: "Sublime día es éste y más esplen-
to a la corrupción, y ni el sepulcro admitió la descomposi- doroso que el sol, en el cual la Virgen regia es transportada
ción extrema de la muerte" 204. al trono de Dios Padre. Este es aquel día que colmó del más
Siglo Vin.—San Germán de Constantinopla habla así: sublime gozo las moradas celestiales. Día aniversario para
"Has muerto para que el misterio de la encarnación vene- el mundo, continuo para los ángeles, que junta los hombres
randa, que no se reveló por apariencia alguna sensible, apa- a los ángeles y une los ángeles a los hombres en dichosa
reciera confirmado en su sólida verdad, para que por tu alianza. Contempla con los ojos del espíritu al Hijo que
partida del mundo y de todo lo temporal se creyera que el asciende y a la Madre que es ascendida. Pues el Salvador
que nació de ti, Dios, era, sin embargo, un perfecto Hijo, subió al cielo por imperio de su propia potestad, como Crea-
nacido de verdadera madre. Porque no podía ser que tu cuer- dor y Señor..., y 212
María fué elevada, como señal de la gracia
po, que fué vaso capaz de contener a Dios, después de muer- que la elevaba..." .
to se deshiciese en polvo. Porque el mismo que en ti se ha- Siglo xil.—San Anselmo de Cántorbery ruega así a Ma-
bía despojado de su gloria era Dios desde la eternidad y ría: "Virgen purísima, Santa María, Madre de Dios, por los
anterior a los siglos, también era justo que la Madre de la méritos de tu gloriosa asunción y por el amor de tu dulcí-
Vida compartiera la morada de la Vida, recibiera la muerte simo Hijo, por quien has sido elevada al cielo, dame forta-
a modo de sueño, y su obligada salida del mundo y su des- leza contra tus enemigos y entrar en el reino eterno... ¡Oh
pertar fueran cual corresponde a la Madre de la vida" 205. Virgen gloriosa, que sufriste la muerte, pero que no pudiste
San Juan Damasceno: "Tu alma no descendió al infier- ser retenida por los lazos de la muerte, porque tú sola, Vir-
no ni tu carne sufrió la corrupción. Tu cuerpo inmacu- gen, engendraste al que era muerte de la muerte y espanto y
lado y limpio de toda mancha no fué abandonado a la tierra, ** Hom. 1, In dormit. B. V. Mariae.
*" Laúd, in dormit. Deiparae.
>os
BELLAMY, Assompt. de la S. Vierge, DTC, t. i, p. 11. De Assumpt. B. M. Virg. liber unus.
De glor. martyr., 1. i, c. 4. *M Mariale.
10
Encom. in dormit. Deiparae. *ml Serm. 17, De Assumpt.
Or. 1, ln dormit. Ss. Deiparae. Serm. 5, De Nativ. M. Virg.
In dormit. B. Mariae. "* Sorm. 40, De Assumpt.
496 P. n . MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA C. 7. PRIVILEGIOS CUANTO AL CUERPO Y ALMA 497
terror del infierno! Ayúdame por t u muerte y por el gozo de mismo de la asunción corporal de la Santísima Virgen y las
tu asunción al cielo" 213. adiciones más o menos probables o inciertas hechas por
Hugo de San Víctor: "María fué elevada al cielo. Día autores dudosos y heréticos.
feliz y más dichoso que los días pasados, en el que la Virgen Es de suponer que los autores de los apócrifos han saca-
de las vírgenes y la Santa de los santos, la Madre de mise- do de la tradición y del sentir de la Iglesia la sustancia de
ricordia, es elevada..." Y señalando los privilegios de la su narración; esto es, el hecho de la asunción, que después
Virgen, dice: "El séptimo, que, según creemos, vive corpo- han exornado, sin embargo, a su capricho con fábulas y
ralmente en el cielo" 21i. leyendas. Si así no fuera, esos libelos habrían carecido por
San Bernardo: "He recibido, en verdad, de la Iglesia que completo de todo éxito entre los fieles. Por esto observa
ha de celebrarse con veneración aquel día en que [María], Mattiusi: "Tan excesivo es decir que la fe tenga su origen
elevada del mundo depravado, introdujo en los cielos la fiesta en los apócrifos como suponerlos totalmente contrarios a la
de los celebradísimos goces" 215 . fe" 218. Con razón, pues, para vindicar la integridad de la fe,
Y en otro lugar: "¿Quién narrará la generación de Cristo alterada con falsas narraciones, San Gelasio, papa, en el
y la asunción de María? Pues cuanto fué la gracia que al- año 494, condenó, junto con otros apócrifos, el libro del
canzó en la tierra sobre los demás, tanta es la gloria singular Pseudo Melitón, libro que se rechaza, como explica en su
que obtiene en los cielos" 219. decreto el Pontífice, en cuanto falsamente atribuido a Me-
Y San Amadeo, obispo de Lausana: "Elevada con cla- litón, pero de ninguna manera se niega el hecho mismo de
mores de gozo y de alabanza, es colocada en la gloria la pri- la asunción.
mera después de Dios entre todos los moradores del cielo."
"Allí, tomada de nuevo la realidad de la carne, porque 3.° SAGRADA LITURGIA.—La fiesta de la Asunción de la
no es lícito creer que su cuerpo vio la corrupción..., contem- Virgen, que ahora se celebra solemnemente en la Iglesia
pla con los ojos de la carne y del espíritu, tanto más clara- universal, se remonta a los primeros siglos.
mente que los demás, cuanto más fervorosamente que nadie, a) Por lo que toca a la Iglesia oriental, piensa Kell-
a Dios y al hombre en una y otra naturaleza" 217. ner 21" que la fiesta de la Asunción de María se celebraba ya
en el siglo v, porque la celebraban los nestorianos y mono-
b) En cuanto a los libros apócrifos: «•) La primera fisitas, que en aquel siglo se separaron de la Iglesia, y no
mención expresa de la asunción de María se halla en los es creíble que éstos hayan tomado de ella tal fiesta después
escritos de este género que en los primeros siglos circulaban de su separación.
en Oriente. A mediados del siglo vi se celebraba esta fiesta entre los
Los principales son: el Libro del tránsito de la Virgen, orientales el día 18 de enero.
escrito en el siglo II por Leucio, de la secta de los encratitas, El emperador Mauricio, para propagar el culto ya exis-
en el que aparecen herejías sobre la Santísima Trinidad y tente de la asunción de la Virgen, mandó trasladar la fiesta
sobre la constitución del mundo; el libro del Pseudo Melitón de la Dormición del 18 de enero al 15 de agosto.
Del tránsito de María, compuesto en el siglo IV o v; la His- Esta diversidad de tiempo la explica Capelle por unos
toria Eutimiana, de la cual fué transcrita por San Juan documentos coptos, en los cuales se fija la Dormición de la
Damasceno la respuesta dada por Juvenal, obispo de Jeru- Virgen el día 20-21 del mes Tobi, esto es, el 18 de enero;
salén, a Marciano y Pulquería sobre el tránsito de la Virgen, pero la Asunción se celebra el día 16 del mes Mesare, que
compuesta acaso en el siglo VIH. dista del primero doscientos seis días; y de esto parece de-
p) Por lo que hace al valor de estos libros, mientras rivarse el cambio introducido en Constantinopla hacia el
que unos no les dan fe ninguna, por ser de origen incierto año 600 220. De aquí la fiesta se propagó a Jerusalén en
y dudoso y estar llenos de fábulas, otros piensan que pue- tiempo del patriarca Modesto, y a Tesalónica en tiempo de
den invocarse como testimonio histórico de la fe de aquellos Juan, arzobispo de esta Iglesia, y casi a todas las demás
tiempos. regiones de Oriente, excepto Macedonia.
Pero conviene distinguir cuidadosamente entre el hecho b) Por lo que respecta a la Iglesia occidental: a) Es
Or. 40, Ad S. Virg. Mar. in Assumpt. eius. *" Opuse. Utrum corp. Virg. Assump. ad fid. cath. depositum
De Assumpt. et decem praecon. Ma/r. semper Virg. ipectet.
Ep. 174, Ad Can. Lugd. '" Heortologie, 168; LERCHER, O. a. 1. I, a 3.
Serm. 1, In Assumpt. Marine. *• La fete de l'Assomption dans l'histoire liturgique, ETL, fas-
Hom. 7, De B. Virg. obitu, assumpt. in caelum;.. cículo 1, 1926.
C. 7. PRIVILEGIOS CUANTO Al, CUERPO Y ALMA 48fl
San Gregorio de Tours afirma que en el siglo vi se ce- mosamente se dice: "Maravillábanse gozosas las almas so-
lebraba solemnemente en las Gaiias la gloriosa Asunción de bre quién podría ser la que sobrepujaba en dignidad a los
la Virgen el día 18 de enero 226. ángeles. ¿Quién es ésta, dicen, que sube como la naciente
Lo mismo afirma San Odilón en el siglo IX: "Todo el aurora? Porque la siempre Virgen María, dejadas atrás las
mundo celebra con júbilo este día; pues hoy, por la vene- tinieblas de la corrupción, refulgía en su subida por la no-
ración de la Asunción de la Madre del Señor, los ángeles vedad de la incorrupción y de la perpetua inmortalidad";
se alegran y se congratulan las vírgenes" 227. y otros muchos documentos, en los cuales se nos revela el
l) En Inglaterra, la primera mención expresa de la culto solemne con que se celebraba esta preciosísima pre-
fiesta de la Asunción ocurre en el Concilio de Cloverhoe, rrogativa de María en la Iglesia de España 23a.
el año 747, según refieren Janssens y Campana 228 ; fiesta c) El objeto de este culto era no sólo la santa apacible
que, reinando Alfredo en los años 871-896, alcanzó tanta muerte de la Virgen, ni la asunción o glorificación de su
solemnidad, que toda la semana precedente era tenida por alma, sino también la asunción corporal, como aparece en
todos como festiva. las oraciones litúrgicas y homilías de San Gregorio de Tours,
La orden de Lanfranco, arzobispo de Cantorbery en el San Andrés de Creta, San Juan Damasceno, San Germán,
año 1005-1089, de las fiestas de la Bienaventurada Virgen San Odilón, que elocuentemente celebran la asunción cor-
sólo enumera la Asunción entre las que habían de celebrar- poral de María 231.
se con rito de primera clase, mientras ordena que se cele- Y no ofrece dificultad que estos sermones lleven gene-
bren con rito inferior otras fiestas de María. "Cinco son ralmente por título la dormición de la Madre de Dios o
las principales festividades: Natividad del Señor, su Resu- de la Bienaventurada Virgen, porque, como dice Benedic-
rrección, .Pentecostés, la Asunción de Santa María, Madre to XIV: "Tómese cualquiera el trabajo de estudiar en los
de Dios, y la'festividad del lugar... En las vigilias de estas viejos monumentos en que esta festividad se llama dormi-
festividades adórnese todo el monasterio y todos los alta- ción, y hallará esta respuesta: En este punto es lo mismo
res, según la posibilidad del lugar, como más honestamen- dormición que asunción" 232.
te pueda hacerse. Hay otras festividades que se celebran
con todo esplendor, aunque no igualmente que las anterio- 4.° COMÚN SENTIR DE LOS FIELES.—Todo el pueblo cristia-
res. Son éstas: Epifanía, Purificación de Santa María, Anun- no, como bien ordenado ejército, está unido, tanto los Pas-
ciación de Cristo, Natividad de Santa María" 2-a. tores de la Iglesia como el pueblo fiel, en la profesión de
S) Consta ciertamente por el Antifonario de la catedral la gloriosa Asunción de la Santísima Virgen.
de León y el Líber Comitis del monasterio de San Millán, a) Lo mismo en la antigüedad que en tiempos poste-
conservado al presente en la Academia de la Historia, que riores, los Pastores de la Iglesia profesaron y enseñaron
ya en el siglo vn se celebraba en España la fiesta de la Asun- la asunción corporal de la Santísima Virgen al cielo.
ción de la Santísima Virgen. San Antonino, arzobispo de Florencia, dice: "Al tercer
Con qué pompa se celebrase en nuestra Patria esta fies- día fué elevada con su cuerpo resucitado; esto es piadosa-
ta de la gloriosísima Virgen, lo atestiguan el Codex Mis- mente creído por los fieles y confirmado por los doctores.
sarum de San Ildefonso, arzobispo de Toledo, que contiene Lo que parece había ya sentido el salmo 131 cuando dice:
Levántate, Señor, a tu reposo, tú y el arca de tu santifica^
la misa de la Asunción; la Vita Sancti Ildephonsi, escrita ción... Mas el arca de la santificación fué el cuerpo de la
por el obispo Cixila entre el 774-783, en la que se lee: "Acer- Madre... Este arca de santificación, esto es, llena de cosas
cándose el día de la Asunción de la gloriosa y siempre Vir- santas, se levantó a descansar cuando fué elevada corpo-
gen María, hizo (San Ildefonso) tres días antes las letanías ralmente al cielo" 233.
y concluyó la misa, transcrita anteriormente, de la Asun-
ción de María para que se cantase en alabanza suya"; la Santo Tomás de Villanueva: "Hoy, dice, celebramos triple
Liturgia mozárabe, que abunda en alabanzas de la asun- festividad: el tránsito de la Virgen, por el que salió de la
vida; su resurrección, por la cual fué revestida de la inmor-
ción; el Sermón J¡. de San Martín de León, en el que her- talidad, y su gloriosa asunción, por la cual voló feliz al cielo
220
227
De glor. martyr. ™ GORDILLO, La Asunción de María.
2,11
223
De Assum.pt. B. Mariae; TROMBELLI, O. C , d. 46, c. 1. Cf. supra.
232
LABBE, Conc. Collect., París, 1715; WILKINS, Conc. Magnae De festis B. M. Virg. p. II, n\ 120.
Britanniae, Londres, 1737. *™ De Assumpt. B. Mariae alius sermo. Summ. theol., p. IV, t. 15
•" Decreta pro Ord. S. Benedicti, sect. 7 y 8. c. 48.
502 r . II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 7. PRIVILEGIOS CUANTO AL CUERPO Y ALMA SOS
inmediatamente, se hubiera convertido en ceniza, como los definida que las que se opusieron en otro tiempo al dogma
demás cuerpos. Luego verdaderamente resucitó" 240. de la inmaculada concepción, puesto que muchos y grandes
Santo Tomás: "Alguien se halla en la plena participación autores no sólo lo pusieron en duda, sino que lo negaron y
de la bienaventuranza, y éste es el cuerpo de Cristo, que ya lo impugnaron" 246.
resucitó; como el mismo Cristo y la Bienaventurada Vir- 6.° RAZÓN TEOLÓGICA.—A) De parte de María: a) En
gen" 241. Y en otro lugar: "La tercera maldición fué común cuanto es Madre de Dios.—a) María dio su carne a Cristo,
a los hombres y a las mujeres, a saber: que se convertirían Hijo de Dios, de manera que en realidad la carne de María
en polvo. Y de esto estuvo libre la Bienaventurada Virgen, resulta en cierto modo carne de Cristo. Luego como la carne
porque ascendió corporalmente al cielo" 242. sacrosanta de Jesús, sin mancha alguna de corrupción, al-
San Buenaventura: "Los santos doctores se esfuerzan canzó en seguida la gloria de la resurrección y de la ascen-
razonablemente en probar, y los fieles lo aceptan, que la sión, así convenía que la carne de María fuera también pre-
Bienaventurada María ha sido también elevada corporal- servada de la corrupción del sepulcro y elevada gloriosamente
mente al cielo y el cuerpo está ya plenamente glorificado al cielo.
con el alma" 243. P) En María estuvo unida con la maternidad divina
Durando: "La incineración o conversión del cuerpo hu- una virginidad en el más alto grado eximia y singular, tanto
mano en polvo es pena del pecado original según la ley del alma como del cuerpo. Y como, según dice San Ambrosio,
común, conforme a la cual la naturaleza quedó abandonada la patria de la virginidad es el cielo, de ninguna manera
a sí misma, y por esto, como el cuerpo fué formado de tierra, convenía que el cuerpo virginal de María quedara confinado
así se convierte en tierra. Pero la Bienaventurada Virgen fuera de su patria en la sombra de la muerte. Además, el
fué privilegiada razonablemente en este particular, para que, Apóstol (1 Cor. 15, 22-23) dice: Todos serán vivificados en
como el cuerpo de Cristo, formado del cuerpo de la Virgen, Cristo, mas cada uno en su orden. Y conforme a esto no
estuvo libre de tal corrupción, según aquello del Salmista: convenía, dice Baeza, que aquella que superaba largamente
No dejarás que tu Santo sufra la corrupción, así el cuerpo a todas las criaturas celestes en integridad y pureza y vistió
de María, del que fué formado el de Cristo, fué también in- al mismo Dios con la estola de la virginidad y de la inco-
mune de la misma corrupción" 244. rrupción, surgiera a la vida inmortal entre la multitud pol-
b) Por esto, como en el año 1497 Juan Morcello, pre- vorienta que habrá de salir de los sepulcros.
dicando en la iglesia de San Benito, profiriera neciamente Era congruo, en verdad, que María, por su virginidad
ciertas proposiciones difamadoras de la Virgen, la cuarta purísima de alma y cuerpo, que conservó perpetuamente, y
de las cuales era: "No estamos obligados a creer bajo pena de un modo especial por su parto virginal, que no disminuyó
de pecado mortal que la Virgen fuera elevada en cuerpo y su integridad, sino que la consagró, se conservara libre de
alma al cielo, porque no es artículo de fe", la Facultad de la corrupción del sepulcro y fuera trasladada a la vida in-
Teología de París mandó que las proposiciones, a las que corruptible. Por esto San Andrés de Creta dice: "Así como
notó con graves censuras, fueran reprobadas por el mismo no se corrompió el seno de la que dio a luz, así tampoco se
Morcello en la misma iglesia donde había predicado al pue- corrompió su cuerpo exánime" 24T.
blo, lo que aprobó Juan Simón, obispo de París, y cumplió 7) María, por razón de la maternidad divina, fué enri-
el mismo predicador" 245. quecida con un cúmulo inmenso de gracias y privilegios,
Y así hasta nuestros días han venido los teólogos defen- como muy bien lo significan las palabras de la salutación
diendo con todas sus fuerzas la asunción de la Bienaventu- angélica: Llena de gracia; por esto dice Santo Tomás: "Ra-
rada Virgen, de tal manera que ninguno niega simplemente zonablemente se cree que aquella que engendró al Unigénito
la asunción de María, aunque haya algunos, muy pocos, que del Padre recibió mayores privilegios de gracia que todos
solamente lo dudan: "Por esta parte, dice Pesch, son me- los santos" 248. Mas a los privilegios de gracia pertenecen
nores las dificultades que se oponen a que esta doctrina sea manifiestamente la incorrupción del cuerpo de la Bienaven-
240
Muríale, q. 132.
211
turada Virgen y su gloriosa asunción al cielo, ya que a la
In í Sent., d. 12, q. 1, a. 3.
242 gracia consumada, que principalmente es la gloria del alma,
Expos. salut. angelicae.
243
Breviloq., 1. CII.
244 240
/ « S Sent. d. 3, q. 1. 0. c , tr. 2, a. 4.
345
FRASSEN, Scotus Academicus, De div, Verb, Incarn., d. 3, a. 3. "" L. c.
sect. 3, q. 5. — 3, q. 27, a. 1.
606 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 7. PRIVILEGIOS CUANTO AL CUERPO Y ALMA 807
La aureola es algo añadido a la corona: cierto premio a) Cuatro son las dotes de los cuerpos glorificados: im-
accidental, peculiar de la dignidad y del honor, concedido pasibilidad, sutileza, agilidad y claridad, según el Apóstol
por una victoria especial, o, como dice Santo Tomás: "La (1 Cor. 15, 44): Se siembra en corrupción, resucitará, en in-
aureola es un premio privilegiado que corresponde a una corrupción; es sembrado en vileza, resucitará en gloria; es
victoria privilegiada" 263. sembrado en flaqueza, resucitará en vigor; es sembrado cuer-
b) Se señalan tres aureolas, conforme a las tres victo- po animal, resucitará cuerpo espiritual.
rias privilegiadas correspondientes a los tres combates que Ciertamente estas dotes estarán en los cuerpos de los
amagan a cualquier hombre: contra la carne, el mundo y el bienaventurados por cierta redundancia del alma en ellos,
demonio. "En la lucha, dice Santo Tomás, contra la carne no por influjo físico, sino por causalidad moral, en cuanto
obtiene una gran victoria el que se abstiene por completo que siendo el alma gloriosa, y habiendo sido el cuerpo co-
de las delectaciones venéreas, que son las principales en este laborador suyo en el mérito y en el trabajo, ha de ser tam-
género; como son las vírgenes, y por esto se les debe la au- bién su compañero en el premio y felicidad de la gloria. Por
reola de la virginidad. En la lucha contra el mundo, la princi- eso, cuanto mayor sea la bienaventuranza del alma y su
pal victoria está en sufrir la persecución del mundo hasta premio esencial, estarán estas dotes de modo más eminente
la muerte; y esta segunda aureola se debe a los mártires, que en el cuerpo. Y así lo estuvieron en la Santísima Virgen, cuya
consiguen la victoria en esta lucha. En la lucha contra el bienaventuranza es incomparablemente superior a la de to-
demonio, la principal victoria está en apartar al enemigo dos los santos.
no sólo de sí, sino también del corazón de los demás, lo que b) Además, el cuerpo de la Virgen Madre de Dios bri-
se realiza por la doctrina y la predicación; y por esto la lla también con una belleza'y resplandor singular; pues
tercera aureola se debe a los doctores y predicadores" 264. cuanto más unida está el alma a la luz increada y más su-
c) A primera vista puede parecer que estas aureolas no mergida en ella, tanto es más hermosa, clara y resplande-
corresponden a la Bienaventurada Virgen, pues no tuvo ciente la carne que anima. Pues bien: el alma de la Virgen
el oficio de enseñar; además, no teniendo fornes alguno de está sumergida en la luz increada tan radiantísima y pro-
pecado, no sufrió dificultad alguna en resistir las concupis- fundísimamente, cuanto fuera de la unión hipostática ha
cencias de la carne; finalmente, la aureola del martirio no podido comunicarse a una criatura.
se debe a la sola voluntad de padecer, o a la compasión in- Además, "si consideramos, dice Dionisio el Cartujano,
terior, sino al martirio real, esto es, a la muerte o herida que el cuerpo santísimo de María ha sido deificado, digni-
mortal causadas por el perseguidor. Mas como María termi- ficado y exaltado sobrenaturalísima y graciosísimamente en
nara su vida en paz, no parece que pueda ser decorada con esta vida por la encarnación del Verbo eterno realizada en
la aureola del martirio. Sin embargo, la Bienaventurada Vir- ella y de ella, por la concepción del Hijo de Dios, por la
gen fué adornada más ilustre y eminentemente con las tres inhabitación tan duradera del verdadero Dios, por la edu-
aureolas dichas, pues, como consta por lo que antes se ha cación, lactancia y trato continuo del Santo de los san-
dicho, María conservó perpetuamente purísima virginidad tos, por la maternal y familiarísima comunicación con El,
de alma y de cuerpo, fué la principal maestra de la fe, por la santificación a ella concedida en el seno materno [des-
al menos privadamente, y fué más que mártir tolerando en de el primer instante de su concepción], por el ejercicio en
la pasión de su Hijo penas más dolorosas que la misma todo acto perfectísimo de virtud, por la inmunidad del peca-
muerte. do y por la plenísima sujeción al imperio de la recta razón,
Por fin, por el oficio de la maternidad de Dios está podremos comprender de algún modo que fué muy justo y
adornada María con cierto resplandor singular, que es más muy conveniente que el cuerpo de la inocentísima Virgen
perfecto y de un orden más elevado que toda otra aureola; fuera glorificado y adornado de tal manera por su Hijo en
este resplandor es ciertamente singularísimo y como insig- el cielo" 265.
nia de su regia dignidad y principado sobre todos los bien- c) A todo esto hay que añadir los bienes externos del
aventurados. honor y reverencia que se tributan a la Bienaventurada Vir-
4.° El cuerpo de la Virgen Madre de Dios, además de las gen en el cielo.
dotes comunes a los cuerpos gloriosos, brilla con singular a) Es honrada por su Hijo, como Madre suya dignísima
hermosura. y muy amada, a la que nada niega, de la que no aparta su
283
Supl., q. 96, a. 1.
-"o* L. c, a. 11. .. .: . De laúd. glor. Virg. Mariae, 1. iv, a. 17.
516 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS DE MARÍA
C. 7 . PRIVILEGIOS CUANTO AL CUERPO Y ALMA 517
rostro, por cuya reverencia, méritos y súplicas tiene mise- criatura, como formando y completando un estado íntegro
ricordia de todo el mundo y lo perdona y socorre. y total, al cual, según la recta razón, no puede tener con-
P) Es honrada por todos los bienaventurados, que la veniente acceso ninguna otra persona, porque el Hijo de
alaban con fervor y la ensalzan jubilosamente, porque la Dios no tiene sino una sola Madre natural" 2?0.
miran como Madre de Dios toda hermosa y adornada con
los resplandores de una santidad perfectísima, compañera 3.° SAGRADA LITURGIA.—"La Santa Madre de Dios ha
y cooperadora del Eedentor, por la cual con Cristo y bajo sido elevada al reino celestial sobre todos los coros de los án-
Cristo ha sido reparado el género humano y restaurado el geles." "La Virgen María ha sido elevada al tálamo celestial
palacio celestial, y por la cual tantos y tan inmensos bienes en el que el Rey de reyes se sienta en estrellado solio" 27\
ven que les han sido impetrados, su felicidad y gloria con- 4.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) Dice San Alberto Magno:
seguida e inefablemente aumentada. "Así como nada hay vacío en lo corporal, tampoco lo hay en lo
espiritual; el medio, sin embargo, entre la criatura y Dios
es ser criatura unida a Dios (Cristo); de igual manera, en-
Cuestión 3. Si María sola constituye en los cielos un or- tre ser pura criatura y ser (como Cristo) criatura unida a
den especial y como una jerarquía superior a todos los Dios, el medio es ser la criatura de quien se toma o de quien
coros de los santos. nace lo que se une (a Dios); pero esto es la Bienaventura-
da Virgen; luego ella es el medio entre las criaturas y su
TESIS. La Bienaventurada Virgen María forma en el cielo Hijo; luego le es debido un estado medio entre su Hijo y las
un orden o jerarquía especial. demás criaturas" 272.
1.° LA BULA "INEFFABILIS DEUS" elogia así a María:
b) San Antonino: "Más dista la Virgen en dignidad y
"Por lo cual la colmó tan maravillosamente y mucho más que gloria de los serafines que los serafines de los querubines;
a todos los ángeles y santos con la abundancia de todas las pero los serafines, por la excelencia de su dignidad, tienen
gracias sacadas del tesoro de la Divinidad, que libre por com- un orden superior a los querubines; luego la Virgen estará
pleto de todo pecado, toda hermosa y perfecta, poseyera sobre las jerarquías todas de los ángeles."
aquella plenitud de inocencia y de santidad que, después de "ítem: con más desproporción se diferencia el siervo del
Dios, no puede concebirse mayor." señor que el siervo del siervo; pero todos los ángeles son
"espíritus ministrantes", esto es, siervos, y, sin embargo, en-
2.° SANTOS PADRES Y ESCRITORES.—Dice San Efrén: tre ellos hay diversos órdenes, mientras que la Bienaventu-
"Pura Madre de Dios, reina de todos, más excelsa que los ha- rada Virgen es la Señora de los ángeles; luego ha sido elevada
bitantes del cielo, más honorable que los querubines, más desproporcionadamente sobre los serafines y sobre todas las
santa que los serafines y más gloriosa que todos los demás jerarquías de los ángeles" 273.
ejércitos celestiales" 2eo. c) Y, ciertamente, siendo la dignidad de la maternidad
San Pedro Damián: "Así la Virgen, levantada sobre las divina de un orden superior, que constituye a María en un
almas de los santos y los coros de los ángeles, supera los orden completamente singular, el orden mariano, que, como
méritos de cada uno y los títulos de todos" 2(i7. ya hemos dicho, se acerca próximamente al orden de la unión
Raimundo Jordán, llamado el Idiota: "Tú eres, pues, Rei- hipostática, fué necesario que María formara en el cielo una
na coronada en los cielos, elevada sobre los coros de los268
án- jerarquía especial sobre todos los órdenes de los ángeles y
geles; tú estás sentada a la diestra de tu Hijo bendito" . de los santos.
Gerson: "La Virgen sola forma la segunda jerarquía bajo
Dios trino y uno, primera y suprema jerarquía, junto al cual 270
271
Serm. 3, De glor. nom. Mariae.
jerarca sola la humanidad sublimada del Hijo se sienta a la 272
Ant. 3 y 5 in Vesp. Assumpt. B. V. M.
diestra del poder de Dios" 20í). 273
Muríale, q. 151.
O. c , p . IV, t í t . 15.
San Bernardino de Siena: "Con toda certeza ha de admi-
tirse que ella ha sido elevada en la gloria sobre toda pura
2811
De laúd. Deiparae.
*"
289
Serm. 40, In Assumpt. B. M. V.
2M
Contempl., XII.
Tr. 4, Super Magníficat.
518 P. II. MATERNIDAD Y PRERROGATIVAS BE MABÍA
C. 1. PRIVILEGIOS CUANTO AL CUERPO Y ALMA 519
Cuestión 4. Si los bienaventurados en el cielo reciben se reflejan grandemente las perfecciones de Dios: omnipo-
gozo grandísimo de la presencia y visión de la glorio- tencia, sabiduría, bondad, caridad, piedad y misericordia.
Por esto, con razón dice Dionisio el Cartujano: "Después de
sísima Virgen María. la humanidad que el Verbo eterno unió a sí, no hay en la
universal máquina del mundo, en todo orden de cosas, objeto
TESIS. Et inmenso gozo de los bienaventurados en el cielo tan preclaro y evidente, tan gracioso, glorioso y admirable
se aumenta por la presencia y visión de la gloriosísima para contemplar a Dios en sus efectos como la felicísima
Virgen María. Virgen María" 27S.
278
1.° DOCTORES Y TEÓLOGOS. — San Pedro Damiano dice: De laúd. glor. Mariae, 1. i, a. 28.
"Día grande éste y que resplandece con más brillo que el sol,
en el cual la Virgen reina es elevada al trono de Dios Padre,
y puesta en la morada de la misma Trinidad, atrae aún a la
naturaleza angélica a su contemplación" 274.
San Bernardo: "Con la presencia de María todo el orbe
se ilumina, de tal manera que la misma patria celestial res-
plandece más, bañada con el resplandor de la lámpara vir-
ginal" 275.
Dionisio el Cartujano: "La presencia y la vista de la
Virgen en el reino de los cielos aumenta in¡ afablemente el
premio accidental de los bienaventurados" 27a.
San Bernardino de Siena dice: "Pongamos por una parte
¿odo el amor que mutuamente se tienen entre sí los santos,
y por otra el amor con que el último de los bienaventura-
dos ama a la Bienaventurada Virgen; y creo que tal amor
supera al amor con que todos ellos, ángeles y santos, se aman
mutuamente entre sí o aman otras cosas, por muy grande
que sea" 377. Y es bien sabido que el gozo lo origina la pre-
sencia y la contemplación del objeto amado.
2.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) Como el gozo nace del amor,
cuanto más intensamente se ama un objeto, tanto más se
goza en su presencia y contemplación. Pues bien: los bien-
aventurados aman ardentísimamente a la gloriosa Virgen,
tanto porque el amor de la Bienaventurada Virgen excede
en gran medida a todo el amor que los bienaventurados se
tienen entre sí, y es notorio que el amor inclina a correspon-
der con amor, como porque cada bienaventurado sabe clara-
mente que, en orden a su salvación, le ha sido concedido
más por la Bienaventurada Virgen que por todos los bien-
aventurados juntos.
b) Y en verdad, los bienaventurados no pueden menos
de alegrarse en la contemplación de la gloriosa Virgen Ma-
dre de Dios, siendo ella espejo brillantísimo y limpio en que
274
2,6
Serm. de Assumpt.
9,6
Serm. 1, De Assumpt.
m
De vita solit., a 29.
Serm. 61.
PAR TE III
a todos en santidad por su unión con Cristo y por haber sido lo del Génesis fué "clara y abiertamente señalado y pre-
admitida a la obra de la humana redención" *. mo°trado el misericordioso Eedentor de los hombres, es de-
Y Pío XI se expresa de este modo: "La Virgen solie- cir, el Hijo unigénito de Dios, Cristo Jesús, y designada su
rana, concebida sin la primera culpa, fué elegida Madre beatísima Madre, la Virgen María, y a la vez señaladamente
de Cristo precisamente para ser su consorte en la reden- expresadas las mismísimas enemistades de los dos contra
ción humana." Añádase a éstos otros muchos documen- el demonio". Y en verdad, si las enemistades de Cristo y
tos pontificios, que citaremos con frecuencia a la largo de María con el diablo son las mismas, y, por tanto, la misma
la obra. lucha de la cual habían de conseguir el mismo triunfo, claro
está ciue allí se presenta a María como consorte de Cristo
2.0 SAGRADA ESCRITURA.—También la Sagrada Escritu-
y a El singularmente unida tanto en la lucha como en la
ra viene en apoyo de nuestra tesis (Gen. 3, 15): Pondré ene- victoria sobre el enemigo. Luego si la victoria de Cristo
mistades entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje; consistió en la redención de los hombres y en la restaura-
ella quebrantará tu cabeza y tú pondrás asechanzas a su ción de la obra de Dios destruida por el pecado, María tuvo
calcañar. Aquí María es asociada a Cristo en las enemis- que cooperar con su Hijo en la realización de esta empresa,
tades y batallas que ha de reñir contra eí diablo y en el
triunfo plenísimo que ha de obtener sobre el enemigo in- 3.° SANTOS PADRES Y DOCTORES DE LA IGLESIA.—a) Es
fernal. Ahora bien, triunfar del diablo en la presente pro- corriente en los Santos Padres la comparación de María con
videncia no es otra cosa que llevar a cabo la redención hu- Eva, de tal modo que el lugar y la parte que tuvo Eva¡
mana, o lo que es igual, librar al hombre del pecado, por el junto a Adán, en la ruina del género humano, se le asigne
cual se hizo esclavo del demonio, y reintegrarle al primitivo a María, junto a Cristo, en la obra de la redención 8. Así
estado de amistad con Dios. como Eva fué consorte y cooperadora de Adán en nuestra
El Papa Pío IX explica esta asociación de María con caída, María lo fué de Cristo en el negocio de la redención
Cristo en la redención, según el citado versículo del Géne- humana.
sis, de este modo: "La Santísima Virgen, unida con Cristo o) Con frecuencia los Padres y doctores llaman a Cris-
en lazo indisoluble, manteniendo juntamente con El y por to esposo de María y a El la unen como esposa y ayudadora
El enemistades sempiternas contra la venenosa serpiente y en la obra de la salvación.
triunfando de ella totalmente, la aplastó la cabeza con su _ Y así San Efrén hace hablar a María, dirigiéndose a su
planta inmaculada" 5 . Hijo, recién nacido, de este modo: "Yo soy tu hermana,
No falta quien pretende despojar a este argumento de ya que David es padre de los dos; y soy tu madre, porque
toda la fuerza, como si el triunfo de ¡a Santísima Virgen te concebí en mi seno; y soy tu esposa, por la santidad que
consistiera solamente en la inmunidad del pecado de origen. de ti recibo" 9.
Así, el P. Marlaskaj, O. F. M., distingue en la bula Inef- San Pedro Crisólogo: "Vuela hacia la esposa el ligero
fabilis Deus un doble triunfo: uno propio de Cristo: "Por nuncio (Gabriel) para apartar de la esposa de Dios la in-
el cual, como Cristo..., borrando la escritura del decreto clinación al humano desposorio, no robando a San José su
dictado contra nosotros, lo clavó triunfante en la cruz"; Virgen, sino devolviéndosela a Cristo, a quien fué prome-
otro, común a Cristo y a María: "Así, la Santísima Virgen, tida al encarnarse en su seno" 10.
unida a Cristo con vínculo irrompible, quebrantó con su Basilio de Seleucia: "Al engaño de la serpiente contra-
planta inmaculada la cabeza de la serpiente" 6. puso el triunfo que decretó por el hombre contra el diablo;
Es cierto que en la concepción inmaculada de María se a Eva opuso una Virgen que había de parir sin la amar-
contiene una gran victoria sobre el diablo, como se dice en gura de la universal maldición, y un hijo virginal libre dei
el cántico: "Dios te salve, vencedora de la infernal ser- contagio de la vieja culpa, y una doncella que engendró un
piente. La sola libre del aguijón de aquélla" 7 ; pero la mis- esposo inmortal" " .
ma concepción inmaculada de la Virgen no es otra cosa que Fulberto de Chartres: "Esta sola es la que mereció ser
el primer triunfo, necesario para los que habían de seguirse. llamada madre y esposa. Esta la que reparó los daños de
La misma bula Ineffabilis declara que en el divino orácu-
*6 Ene. Ad diem illum, 2 febr. 1904. " Cf. p. II, o. 5, q. 1.
Bula Ineff. Deus, 8 dic. 1854. " Serm. In Nativit. Dom.
»7 At., t. Xii, 1937. '" Serm. 140.
BALLERINI, Sylloge, t. 1, pág. 23. " Or. 8,
528 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 1. COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN EN GENERAL 529
se quita por otra cosa que no sea el mérito del único Me-
diador, Cristo Jesús, Señor nuestro, que por su sangre nos
ARTICULO I reconcilió con Dios, haciéndose para3 nosotros justicia, san-
tificación y redención, sea anatema" .
DE LA COOPERACIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA b) La Sagrada Escritura abunda en expresiones bien
A LA OBRA DE LA REDENCIÓN EN GENERAL elocuentes, donde se atribuye la redención a la muerte de
Cristo. San Mateo (20, 28) dice: El Hijo del hombre no vino
1.° La verdad de la redención por Cristo es dogma de para ser servido, sino para servir y para dar su vida en re-
fe católica, base de la religión cristiana y fundamento de dención de muchos. Y otro tanto dice San Marcos (10, 45).
toda la economía divina en la salvación del mundo, como Asimismo San Juan (3, 14-15): Como Moisés levantó la ser-
consta: a) En el Símbolo de Nicea: "Descendió por nuestra piente en el desierto, así también es necesario que sea le-\
salud, se hizo hombre y padeció", y en el Niceno-Constan- vantado el Hijo del hombre, para que todo aquel que cree,
tinopolitano: "Crucificado también por nosotros", y en el en El no perezca, sino que tenga vida eterna. Y en el Apo-
Atanasiano: "Padeció por nuestra salud". calipsis (1, 5) se nos dice: Y de Jesucristo..., que nos amó
Por eso, Paulo IV condenó como herejes a los socinianos, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre.
que, estableciendo la doctrina de una redención meramente San Pablo muchas veces afirma que la muerte de Cristo
moral, negaban que Cristo hubiese muerto para redimirnos en la cruz obró nuestra redención. En la Epístola a los Ro-
de los pecados y de la muerte y reconciliarnos con el Padre manos (5, 10): Siendo enemigos, fuimos reconciliados con
para la vida eterna *. Dios por la muerte de su Hijo; y a los de Efeso (2, 13): Vos-
b) Esta verdad está clara en los mismos Evangelios: otros, que en otro tiempo estabais lejos, os habéis acercado
San Juan (1, 29) señala a Cristo como el Cordero de Dios... por la sangre de Jesucristo; y a los Colosenses (1, 14): En
que quita el pecado del mundo; San Lucas (19, 10) dice que el cual por su sangre tenemos la redención, la remisión de
el Hijo del hombre vino a buscar y salvar lo que había pe- los pecados.
recido; y San Juan (3, 17): No envió Dios su Hijo al mundo Por último, San Pedro, en su primera Epístola (1, 18-19),
para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por escribe: Sabiendo que habéis sido rescatados, no por oro ni
él; y en su I Epístola dice de Cristo que es propiciación por por plata..., sino por la preciosa sangre de Cristo, como de
nuestros pecados, y no tan sólo por los nuestros, sino tam- cordero inmaculado y sin mancilla.
bién por los de todo el mundo; doctrina que San Pablo re- c) Todos los Santos Padres afirmaron, desde el princi-
pite en su I a Timoteo (1, 15), con estas palabras: Cristo pio, esta misma verdad. San Clemente Romano 4 dice que
Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores. "la sangre de Cristo fué entregada por nosotros" . San Ig-
c) A esto puede añadirse la tradición y el consenti- nacio Mártir, que "todas aquellas cosas las padeció para que
miento unánime de los Santos Padres, de los cuales sean nosotros nos salvemos". "La Eucaristía es la carne de Jesu-
suficiente muestra estas palabras de San Agustín: "Ningún cristo, Salvador nuestro, que padeció por nuestros peca-
otro motivo tuvo el Señor 2para venir al mundo más que el dos" °. Y esta misma doctrina encontramos en San Policar-
de salvar a los pecadores" ; y, por último, la liturgia de la po, San Hipólito, San Atanasio, San Gregorio Niseno, San
Iglesia, que en el Sábado Santo canta con júbilo: "¡Oh feliz Epifanio, etc.
culpa, que mereció tener tal y tan grande Eedentor!" d) Y, en verdad, aunque la pasión y muerte de Cristo
2.° Aunque todas las obras y padecimientos de Cristo no era absolutamente necesaria para la redención del hom-
contribuyeron a nuestra redención y salvación, de tal modo bre (pudo Cristo librar al hombre de otro modo distinto de
que cualquier acto suyo hubiera sido suficiente para reali- la pasión, pudo merecernos la salvación con cualquier gé-
zar aquélla por la dignidad infinita de la persona operante, nero de obras; pudo hacerlo con el dolor más insignificante,
sin embargo, la redención del género humano se atribuye sin llegar a la crucifixión, ya que una sola lágrima de sus
especialmente a su muerte en la cruz. ojos, como cualquier otro acto suyo, tenía un valor moral
a) Así lo declara expresamente el Concilio de Trento infinito por la infinita dignidad de su persona), sin embargo,
(ses. V, c. 3 ) : "Si alguno dijere que este pecado de Adán... Dios, en sus eternos designios, había dispuesto que las obras
1
DB, n. 993. " DB, n. 790.
a * Cor., 21.
Serm. 176. ' Ad Smyrn.
534 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 2 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN OBJETIVA B35
y padecimientos de Cristo se computasen en la redención había superado y engañado al primer hombre: "Aplicando
del género humano coronados por la pasión y muerte, como a la obra de Cristo aquello de Job ("40, 201: ¿Acaso podrás
consumación suprema de los actos anteriores y de los mé- sacar fuera con anzuelo al Leviatán?, añade, según San
ritos ya logrados. Agustín: "Vino el Redentor y venció al engañador. ¿Y qué
De aquí que San Tomás diga: "Absolutamente hablan- hizo el Redentor con el que nos había esclavizado? Para re-
do, pudo Dios librar al hombre de modo distinto de la pa- dimirnos hizo de su cruz anzuelo, y puso en ella, como cebo,
sión, porque nada es imposible para Dios, como se dice en su propia sangre" 7.
San Lucas (1, 37). Pero, ciertamente, es imposible, si supo- 3.° Expuestas estas nociones, pasemos ya al estudio de
nemos algo que hay que suponer. No es posible, en efecto, la cooperación de la Bienaventurada Virgen María a la obra
que Dios se engañe en su presciencia y sabiduría, ni que su de la redención objetiva.
voluntad o disposición divina se frustre. Luego, supuesta 4.° No es necesario advertir que la necesidad absoluta
esta presciencia y preordinación de Dios sobre la pasión de de esta cooperación mariana a la redención queda excluida
Cristo, ya no hay posibilidad de que Cristo no padezca, o desde el principio, ya que pudo el Señor restaurar al género
de que el hombre sea librado de otro modo distinto de la humano y reintegrarle a su amistad sin la intervención de
pasión" 6.
la Virgen. De ahí que dijera Pío X: "¿Acaso no hubiera po-
e) Ahora bien: si preguntamos por qué Dios eligió este dido Dios darnos al Redentor de los hombres y autor de la
modo de redención entre todos los demás, San Buenaven- fe por otro camino que el de la Santísima Virgen?" 8 .
tura responde: "Hemos de afirmar que Dios tuvo que ele- Por tanto, la cuestión de la cooperación de María ha
gir éste y no otro, porque él es el más noble de entre todos de plantearse suponiendo siempre el libre decreto de Dios,
los modos que pudieran existir y aun imaginarse. Fué el por el cual quiso que la Virgen concurriera y cooperara a la
más acepto y agradable para aplacar a Dios, el más con- redención. i1* i
veniente para remediar el mal, el más eficaz para atraer al 5.° E s t a cooperación es doble: u n a remota, p o r la cual
género humno, el más prudente para derrotar al enemigo." M a r í a dio a Cristo, p o r acción no solamente física, sino ple-
"En primer lugar, fué el más acepto y agradable para
aplacar a Dios... Puesto que nada más duro y difícil puede namente voluntaria, su carne, para que pudiera pagar en
hacer el hombre por el honor de Dios que entregarse vo- ella el precio de nuestra redención; otra próxima, es decir,
luntaria y libremente a la muerte. Y nunca el hombre pue- cooperando a su modo, inmediatamente, con acciones per-
de darse más él mismo que cuando se entrega a la muerte sonales a dicha redención, consumada en la pasión y muer-
para gloria de Dios." te do Cristo.
"En segundo lugar, fué convenientísimo para curar la en-
fermedad. El primer hombre había pecado por soberbia, por Cuest ion 1. Si la Bienaventurada Virgen María cooperó a
gula y por desobediencia. Y como la curación de una enfer- la obra de la redención remota y físicamente.
medad debe hacerse por sus contrarios, el modo más con-
veniente en este caso debió ser el de la más total abyección, EKHOKKS.—La cooperación remota y radical de María a
humillación y sumisión a la voluntad divina. Todo lo cual la redención no pudieron negarla más que los docetas, al
resplandece claramente en la pasión de Cristo." afirmar que Cristo tomó un cuerpo, no real, sino fantástico,
"En tercer lugar, fué eficacísimo para atraer al género o un cuerpo que, trayéndole consigo de las regiones aéreas,
humano. La pasión había de ser saludable solamente a aque- pasó por María, sin tomar absolutamente nada de ella; los
llos que voluntariamente se unieran a Dios por amor. Dios modernistas, al negar la verdad de la redención hecha por
había decretado que los hombres se salvaran por elección Cristo, y los socinianos y protestantes liberales, que destru-
de su libre voluntad; y de ningún otro modo, dentro de esta yeron su genuino concepto.
libre elección, pudo Dios atraer más al hombre a su amor
que subiendo por él al patíbulo de la cruz." ' ln ¡i Sent., d. 20, a. 1, q. 5.
"En cuarto lugar, fué el más prudente para derrotar al « Ad diem illum, 2 febr. 1904.
enemigo. Era necesario que Cristo superara al demonio en
sagacidad y prudencia, así como el demonio, por su astucia,
» 3, q. 46, a. 2.
536 P. I I I . CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 2 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN OBJETIVA
TESIS. La Bienaventurada Virgen María cooperó remota- a Madre de Dios; a El como a Redentor mío, a ti como a
mente a la redención del género humano. la obra de mi propia redención. Pues lo que El hizo en mi
: redención lo formó en la verdad de tu persona. Lo que, como
Es de fe. Redentor, hizo para mí, hízolo para ti como Hijo. Lo que
1.° SAGRADA ESCRITURA.—Aunque no se encuentre en ofreció cemo premio de mi rescate fué su encarnación en
ella expresamente dicho que María cooperó remotamente a tu propio seno" 13.
la redención, sin embargo, explícita y claramente se dice que Ricardo de San Lorenzo escribe: "Madre de la vida, es
es Madre de Cristo (Mt. 1, 18), Madre del Señor (Le. 1, 43), decir, de Cristo, por la cual viven todos, ya que, al engen-
Madre de Jesús (lo. 2, 11), en donde la palabra madre se drarla, reengendró a todos los que de algún modo habían
toma en sentido propio, tal como el ángel Gabriel habíaselo de triunfar por ella" 14.
anunciado a María: He aquí concebirás en tu seno y parirás Y, por último, Dionisio el Cartujano: "Salvadora dei
un hijo, y llamarás su nombre Jesús (Le. 1, 31). Ahora bien: mundo, porque concibió y dio a luz, amamantó y estrechó
Jesucristo, según la doctrina de la misma Sagrada Escritu- contra su pecho al que llevó a cabo la restauración de todo
ra, es el Redentor del mundo, como queda demostrado. Lue- el orbe" 15.
go María es su Madre, y por lo mismo cooperó remotamen- 3.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) Lo que es causa de la causa
te a la redención, en cuanto que realmente ella fué la que es, en realidad, causa del efecto producido por ésta. Luego
dio al mundo su Redentor. si María es Madre del Redentor, fué necesariamente causa
2.° SANTOS PADRES Y ESCRITORES DE LA IGLESIA.—San de nuestra vida y reparación en su propio Hijo, Cristo Je-
Epifanio dice: "El origen y principio de todo el género hu- sús. De aquí la alabanza de la Iglesia: "Aplaudid, gentes re-
mano en la tierra es de Eva; pero de María Virgen es el ha- dimidas, a la Vida, que se nos dio por la Virgen" 16.
ber introducido la misma vida en el mundo, ya que, pariendo b) Y en verdad que María, engendrando a Cristo para
al que es la misma vida, es Madre de los que viven" 8 . nosotros, suministró la materia de la cual había de pagarse
San Agustín: "Pienso, más aún, creo ciertamente que, el precio de nuestro rescate, a saber, la carne o naturaleza
siendo criatura, diste a luz al Creador; siendo esclava, en- humana, en la que Cristo pudiera padecer y morir, avalo-
gendraste a tu Señor, para que Dios redimiera al mundo rando sus padecimientos con el valor y dignidad infinita de
por ti, le iluminara por ti y por ti le volviese nuevamente su persona. Por eso dijo muy bien Santo Tomás de Villa-
a la vida" 10. nueva: "Cristo pagó el precio del rescate, pero esta mujer
Y en otro lugar: "La muerte por la mujer, y por la mu- (María) le dio de donde pudiera pagarlo. El es el Redentor,
jer la vida: por Eva la destrucción, por María la salud. pero de María recibió lo que había de entregar para redi-
Aquélla, corrompida, siguió al seductor; ésta, toda pura, mirnos. ¡Oh, cuan obligados nos tienes, Virgen bendita!;
nos da a luz al Salvador del mundo. Aquélla tomó con gusto ¿qué podríamos darte en retorno de tanto beneficio?" 17.
la venenosa pócima de la serpiente y la ofreció a su marido, Garáu, considerando esta razón, escribe: "Nuestra re-
y de aquí que los dos merecieron la muerte; ésta, por gracia dención procede de la Madre no menos que del Padre; de
infusa del cielo, produjo la vida, por la que pudiera resuci- la Madre tuvo el poder merecer, y del Padre recibió la infini-
tar la carne muerta" " . tud que habían de tener aquellos merecimientos. Ni el Hijo
San Fulgencio: "María es la ventana del cielo por don- de Dios podría merecer para nosotros si no fuese hombre,
de Dios hizo pasar al mundo la verdadera luz; es la celes- ni el Hijo de María podría tampoco merecernos nada si no
tial escala por la que el mismo Dios bajó a la tierra...; es fuera Dios. Y advierte la diferencia: el Padre no dio al Hijo
la gloria y restauración de la mujer, ya que por ella quedó el ser Dios para redimirnos; María, en cambio, dio el ser
libre de la maldición primera" 12. hombre al Hijo del Padre precisamente para ser el Reden-
San Ildefonso, arzobispo de Toledo, prorrumpe en estas tor de todos nosotros. Sin embargo, el Padre entregó al Hijo
bellísimas palabras: "Concédeme el saber unirme a Dios y a para la redención, porque de tal modo amó a los hombres,
ti, servirte a ti y a tu Hijo...: a éste como a Dios, a ti como
1,1
9
Haer., 68. 11
De virg. perpetua Deip. Mariae, c. 12.
10
Serm. de Nativ. B. M. Virg. 16
De laúd. B. Virg., 1. vi.
11
De Symb. ad catechum., e. 4. 10
De praeconio B. M. Virg., 1. n, a. 9.
v
Serm. de Natali Domini Comm. Fest. B. M. Virg., Hymn. ad Laudes.
" Serm. 1, De Assumpt. Virg.
538 P. I I I . CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 2 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN OBJETIVA 539
que les dio a su Hijo unigénito; y la Madre le entregó tam- liano 21 y otros muchos, inician y repiten frecuentemente la
bién para esto mismo" 1S. comparación de María con Eva y hablan explícitamente, en
sus escritos, de la cooperación moral de María a la obra de
Cuestión 2. Si la Virgen bienaventurada cooperó a la la redención, precisamente por el libre consentimiento pres-
obra de la redención, no sólo físicamente, sino también tado al ángel en el momento de anunciarla el gran miste-
rio de la encarnación.
con actos de valor moral, es decir, consintiendo libre-
mente a la encarnación en cuanto redentiva. Es frecuente ver establecido en los Padres el principio
de recirculación, según el cual Dios había obrado en la re-
OBSERVACIONES PREVIAS.—1. a No es necesario probar, dención de tal manera, que todo lo que el diablo inventara
después de lo que llevamos dicho, que para la obra de la en- para la ruina de los hombres se retorciera en orden inver-
carnación le fué pedido a la Santísima Virgen su libre con- so contra el mismo espíritu del mal.
sentimiento, y que, en realidad, ella lo prestó tal como se le Así como en la caída del hombre intervienen Adán, Eva
pedía. y el diablo en forma de serpiente, en la obra de su restau-
2. a Por tanto, en la presente cuestión no haremos otra ración toman parte Cristo, María y el arcángel San Gabriel.
cosa sino probar que aquel consentimiento influyó en la Por Adán, autor de la caída de todo el género humano,
redención del género humano; más aún, que cooperó a la se presenta Cristo Jesús, causa de la salud universal.
redención, no ya de una manera indirecta e implícita, sino Por el espíritu maligno, sugeridor del pecado, aparece el
explícita y formalmente. ángel Gabriel, nuncio divino de la reparación humana.
Finalmente, por Eva, María: la primera mujer cree al
diablo, asiente libremente a sus perversas sugestiones, des-
TESIS. La Bienaventurada, Virgen María, con su libre con- obedece a Dios, y con todo ello coopera desdichadamente a
sentimiento en - la encarnación, cooperó también libre- la ruina de todos los hombres; la segunda mujer, María,
mente a la redención, no ya implícitamente, sino explí- obedece a Dios; con fe viva y libertad completa da su con-
cita y formalmente. sentimiento a la encarnación que en ella misma había de
La primera parte de la tesis es verdad de fe o próxima a la fe, según consta realizarse y coopera de este modo a la restauración y sal-
de la predicación ordinaria y universal de la Iglesia. La segunda es cierta y vación de todo el género humano.
común entre los teólogos.
Así dice San Justino: "Eva..., habiendo concebido la pa-
PRIMERA PARTE.—1.° MAGISTERIO DE LOS EOMANOS PON- labra del demonio, parió desobediencia y muerte; María
TÍFICES.—León XIII escribe: "Con gran veneración hemos Virgen, como aprehendiera la fe y el gozo, responde al án-
de considerar los designios de Dios. Habiendo querido el eter- gel anunciador: Hágase en mí según tu palabra" 22.
no Hijo de Dios tomar la naturaleza humana para la re- San Ireneo: "Así como Eva fué causa de la muerte por
dención y gloria del hombre, y unirse así en desposorio, de su desobediencia, María, por su obediencia, lo fué2S de la sal-
alguna manera, con todo el género humano, no quiso ha- vación para ella y para todo el género humano" .
cerlo sino después de expresado el libre consentimiento de Tertuliano: "Aquélla delinquió creyendo, y ésta, creyen-
María, que en este asunto representaba, en cierto modo, al do, borró el delito" 2é.
mismo género humano" 1!>. Y añádanse a éstos otros muchos Padres que, a través
Y en otro lugar dice: "Nadie, para reconciliar a los hom- de sus obras, van siguiendo la misma comparación de María
bres con Dios, ha prestado, ni prestará jamás, obra pareci- con Eva.
da a la que ella ha realizado. Ella misma trajo el Salvador Así, San Cirilo de Jerusalén: "Por Eva, virgen, vino la
a los hombres caídos en ruina sempiterna, cuando, en re- muerte; convenía que por otra Virgen, o mejor, que de otra
presentación de toda la humana naturaleza, recibió y acep- Virgen, brotara la vida; la serpiente engañó a la primera,
tó, con su admirable consentimiento, la noticia del miste- pero el ángel Gabriel trajo a la segunda un nuevo mensa-
rio de paz que el ángel trajo a la tierra" 2U. aL
Cf. LEBON, L'apostolicité de la doctrine de la inedia tion mo-
2.° SANTOS PADRES Y ESCRITORES ECLESIÁSTICOS.—a) Los ríale, RTHAM, t. II, 1930; NEUWELAERTS, De María nova Eva doc-
Padres de los primeros siglos, como Justino, Ireneo, Tertu- trina Patrum Antenic-aenorum, DTHPlac, n. 5-6,, 1931; PRZYBYL-
18
SKI, De Mariologia S. Irenaei Lugdunensis, II.
Deipara Elucidata, triumph. 11, 3. 22
19 x
Dial, cum Tkryphone.
20
Ene. Octobri menee, 22 sept. 1891. "~ Adv. haer., 1. III, 22.
Ene. Fidentem, 20 sept. 1896. 24
De carn. Christi, e. 17.
540 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 2 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN OBJETIVA 541
je... El diablo usó de la carne contra nosotros...; hemos sido, SEGUNDA PAKTE.—La Bienaventurada Virgen María, con-
pues, salvados con las mismas armas con que el diablo non sintiendo libremente en la encarnación, dirigía su consenti-
había antes combatido" 25. miento a la redención, no sólo implícitamente, sino también
San Agustín: "Aquí viene el gran misterio, para que, explícita y formalmente, ya que miraba a la encarnación
como por una mujer llegó a nosotros la muerte, por otra en cuanto redentiva del género humano.
nos naciera la vida, y así el diablo, vencido, fuera atormen- a) Esta afirmación está claramente contenida en las
tado por los dos sexos: femenino y masculino, ya que en la palabras del ángel: He aquí concebirás en tu seno y pari-
ruina de los dos habíase alegrado; poco sería para su tor- rás un hijo, y llamarás su nombre Jesús. Ahora bien: este
mento que ambos se hubieran librado en nosotros, si por los nombre de Jesús, en hebreo, es lo mismo que salud, o salva-
dos conjuntamente no hubiésemos sido liberados" 26. dor, o Yahvé es salud, palabras que, unidas por apócope,
San Pedro Crisólogo: "Ya habéis oído al ángel tratando tienen el significado de liberación, auxilio, salud 31. Y por
con la mujer de la redención del hombre. Habéis oído que eso dice San Alberto Magno: "María es aleccionada por los
se trata de volver al hombre a la vida por los mismos cami- ángeles sobre la concepción y sobre el reino que, comenzado
nos que le llevaron a la muerte. Trata el ángel con María en ella, será perfecto en su Hijo" 82.
de la salvación, porque otro ángel trató con Eva de la b) Además, el ángel, en su coloquio con la Virgen, aña-
ruina" 27. de inmediatamente: Este será grande, y será llamado Hijo
a) Prescindiendo de tan conocido paralelismo de Ma- del Altísimo, y le dará el Señor Dios el trono de David, s%
ría con Eva, encontramos en otros muchos Padres la afir- padre, y reinará en la casa de Jacob por siempre; en cuyas
mación clara del consentimiento de la Santísima Virgen en palabras queda trazada, sobre el Hijo que ha de nacer de
la obra de la redención. la Virgen, la figura del que, según las visiones proféticas,
Así dice San Ambrosio: "Sola estaba María cuando ha- será el Mesías Rey, con su reino mesiánico, no material ni
blaba con el ángel. Sola cuando, descendiendo sobre ella el político, sino esencialmente espiritual y religioso, pleno de
Espíritu Santo, la virtud del Altísimo la cubrió con su som- bienes, superiores en todo a los terrenos, entre los que brilla
bra. Sola estaba y obró la salvación del mundo concibiendo el de la redención humana.
al Eedentor de todos" 28. No es justo, evidentemente, negar a María el conoci-
Y San Bernardo: "Has oído que concebirás y darás a luz miento de los vaticinios proféticos sobre el futuro Mesías y
un Hijo; ha's oído que esto no se hará por obra de hombre, cualidades de su reino, ya que también lo habían conocido
sino del Espíritu Santo. El ángel está esperando tu respues- los ancianos Ana y Simeón, que estaban esperando la re-
ta... También nosotros, ¡oh Señora!, sobre quienes pesa la dención de Israel; ni puede afirmarse que María fomenta-
sentencia de una condenación miserabilísima, esperamos tu ra en su corazón y en su mente las erradas opiniones del
palabra de misericordia; al instante seremos libres si tú vulgo acerca del futuro Mesías, o aceptara las falsísimas
consientes. Por la eterna palabra de Dios fuimos todos crea- ideas mesiánicas de los fariseos, quienes merecieron que El
dos, y he aquí que estamos muriendo; de la breve respues- mismo les dijera: Dejadlos, ciegos son y guías de ciegos
ta de tus labios está pendiente nuestra reparación, para que (Mt. 15, 14) s s .
por ella seamos devueltos a la vida" 29. c) María, en su conversación con el ángel anunciador
del misterio, solamente parece dudar sobre el modo de rea-
3.° RAZÓN TEOLÓGICA.—La Bienaventurada Virgen Ma- lizarse la encarnación, y así pregunta: ¿Cómo ha de ser
ría cooperó activamente a la obra de la encarnación, cuya esto?, pues yo no conozco ni conoceré jamás varón alguno.
realización estaba pendiente del libre consentimiento de Ma- Meditando San Ambrosio estas palabras, las explica di-
ría, según el decreto y providencia eterna, a la redención del ciendo: "He aquí que una Virgen concebirá y dará a luz un
hombre; más aún, ella es ya su principio y origen, por lo Hijo. María había leído esta profecía y creyó en su cumpli-
cual dijo muy bien San Alberto Magno: "Recibió al autor
de la salud, el cual, en el mismo seno de su Madre, obró miento; pero no había leído cómo había de cumplirse. Por
nuestra salvación" 30. tanto, cuando María dice cómo ha de ser eso, pues yo no
conozco varón, no dudó del hecho, sino que preguntó sobre
"•>
M
Catech. 12 de Christo Inc. la manera de realizarse el hecho... Y preguntó bien. Había
De agone Christi, c. 22.
* Serm. 142, In Annunt. B. M. Marine. 31
KNABENBAÜER, In Matth., c. 1.
"m Bpíet., 1. IV. M
In Luc, 10, 39.
30
Hom. 4 super Missus esí, 83
DIECKMANN, De Ecclesia, tr. 1, De regno Dei, c . 1, q. 3.
In Imc, 10, 38,
542 P. I I I . CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 2 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN OBJETIVA 543
tades entre Cristo y María, mereció ésta ser dignísima re- crucificado el Hijo de Dios, e invisiblemente el diablo, se-
paradora de todo el orbe" 56. gún aquello del Apóstol: Quitó de en medio la escritura que
Benedicto XV: "Con su Hijo paciente y moribundo pade- nos era contraria y la clavó en la cruz" 60.
ció (María) y puede decirse que casi murió..-, de tal modo Luego hemos de decir que también María, compañera de
que redimió con El al género humano" 57. Cristo en la redención, tuvo que participar en la pasión y
Y Pío X I : "Ni aquel a quien la Santísima Virgen esté muerte redentora de su Hijo, ya que con El, paciente y mo-
presente con su ayuda, sobre todo en los últimos momentos ribundo, padeció y casi murió.
de su vida, padecerá la muerte eterna. Y este sentir de los 3.° SANTOS PADRES Y ESCRITORES ECLESIÁSTICOS.—a) Los
doctores de la Iglesia, tan de acuerdo con el sentir del pueblo Padres de los primeros siglos, como Justino, Ireneo, Tertu-
cristiano y con las enseñanzas de la experiencia, se apoya liano, aunque no enseñen expresamente la doctrina de la
principalmente en la creencia de que la Virgen, por sus do- cooperación mariana en la pasión y muerte de Cristo, dejan,
lores, participó con Cristo en la redención del mundo" 58 . sin embargo, su semilla en el paralelismo que establecen
Y, en fin, del mismo Papa Pío XI esta ferviente ora entre María y Eva, el cual puede, con razón, extenderse a
ción a la Santísima Virgen: "¡Oh Madre de piedad y de mi- la cooperación de la Santísima Virgen junto a la cruz fll.
sericordia, que asististe como compaciente y corredentora a Ciertamente que los Padres, en dicha comparación, se
tu dulcísimo Hijo cuando, en el ara de la cruz, consumaba refieren de una manera inmediata a la obediencia de María
la redención del mundo..., te rogamos que conserves y au- en el mensaje de la encarnación, poniéndola frente a la des-
mentes cada día en nosotros los preciosos frutos de la re- obediencia de Eva; pero la idea general y el fin primario
dención y de tu compasión!" 59. que los Padres se proponen es el de enseñar que la obra de
2.° SAGRADA ESCRITURA.—Génesis (3, 15): Pondré ene- la redención se hizo a modo de recirculación, es decir, por
mistades entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje; ella un orden parecido al que siguió la caída del humano linaje.
quebrantará tu cabeza y tú pondrás asechanzas a su calca- Esta recirculación exige la cooperación mariana junto a
ñar. Aquí se anuncia que la mujer, con su descendencia, es la cruz, desde la cual Cristo venció y hundió a Satanás, lle-
decir, la Virgen Madre de Dios, con Cristo, su Hijo, y bajo vando a término la redención humana, según afirma San
su dependencia, había de quebrantar la cabeza de la ser- Juan Crisóstomo: "Cristo derrotó y venció totalmente al de-
piente. Esto supone el consorcio de María con Cristo en la monio con los mismos medios y las mismas armas de que
obra de la redención, por la cual se conseguiría sobre el él se había servido para vencer primero. ¿Y cómo? Óyelo.
diablo la más completa victoria, destruyendo el pecado, cau- Una virgen, un madero y una muerte fueron los símbolos de
sa, para los hombres, de la muerte corporal y eterna. nuestra derrota. La virgen era Eva; el madero, el árbol de
Ahora bien: este triunfo se consiguió con la pasión y la ciencia; la muerte, el castigo de Adán. Pero atiende de
muerte de Cristo, como dice San Pedro en su I Epístola nuevo: una Virgen, un madero y una muerte son también
(3, 18): También Cristo una vez murió por nuestros peca- los símbolos de la victoria. En el lugar de Eva está María;
dos, el justo por los injustos, para ofrecernos a Dios; y San por el árbol de la ciencia del bien y del mal, el madero de
Pablo en su carta a los Hebreos (2, 14): Para destruir por la cruz, y por la muerte de Adán, la de Cristo. ¿Ves ahora
su muerte al que tenía el imperio de la muerte, es a saber, cómo el demonio fué derrotado por lo que él había antes
al diablo, y para librar a aquellos que por el temor de la! vencido?" 02.
muerte estaban en servidumbre toda la vida; y en'la diri- b) San Ambrosio insinúa esta intervención de la Vir-
gida a los Colosenses (2, 14-15): Cancelando la deuda del gen en la obra de la redención junto a la cruz, diciendo:
decreto que había contra nosotros, que nos era contrario; y "Pero ni convenía que María se mostrase inferior a su dig-
la quitó de en medio, enclavándola en la cruz, y despojan- nidad de Madre de Dios; cuando todos los apóstoles habían
do los principados y potestades (del infierno), los sacó con- huido, ella estaba en pie junto a la cruz, mirando con piado-
fiadamente, triunfando en público de ellos en sí mismo. sísimos ojos las llagas del Hijo, porque contemplaba, no la
De ahí que Origenes escribiera: "La cruz del Señor fué muerte de su amada prenda, sino la salud del mundo. O tal
doble por esta doble razón: porque en ella fué visiblemente vez ella, aula regia, al conocer la redención del mundo por
50
Ene. Ad diem üluin, 1904. la muerte de su Hijo, pensaba que con su propia muerte
E7 00
Litt. ínter sodalitia, 22 mart. 1918. Hom, in losue.
68
Litt. apost. Explorata res est, 2 febr. 1923. "l Cf. MERKELBACH, Mariologia, p. m , a. 2, n. 179.
69
L'Osservatore Romano, 29 apr. 1935. *'* Hom. de coemeterio et cruce Domini.
548 p. nr. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 2 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN OBJETIVA 548
añadiría algo a la pública misión de la divina Víctima" 83 . derecho el discípulo amado de Jesús es hijo de la Madre del
En estas palabras claramente se insinúa que la Bienaven- Señor, o ésta su madre? Con el que le daba el haber parido,
turada Virgen, con los padecimientos y heridas de su cora- sin dolor, al que es causa de la salud de todos, al engendrar
zón de Madre, añadió algo a la pública y externa pasión del de su carne al Dios hecho hombre, y con el de haberle dado
Hijo, o lo que es lo mismo, que unida a su Hijo, paciente y a luz tan dolorosamente, cuando, como se ha dicho ya, es-
moribundo, cooperó de algún modo a la redención de los taba en pie junto a la cruz..."
hombres. Por tanto, es plenamente Madre de todos nosotros, por-
Ni se oponen a esto las palabras que a continuación aña- que allí, con dolores de parturienta, según el salmo 47, dio
de el mismo San Ambrosio: "Pero Jesús no necesitaba ayuda a luz, en 68la pasión de su Hijo unigénito, al que es la salud
para redimir a todos..., y así pudo decir muy bien: Quedé como de todos .
hombre desamparado, libre entre los muertos" 64 ; porque es Y más expresamente lo dice Arnold de Chartres, abad
verdad que Cristo no necesitó ayuda de ninguna clase y, en de Bonavalle: "En presencia del Padre dividen la Madre y
realidad, El solo redimió totalmente a los hombres; sin em- el Hijo sus oficios de misericordia y defienden, con admira-
bles razones, el negocio de la redención humana, y entre los
bargo, por ordenación divina, se le dio a la Santísima Vir- dos instituyen el testamento inviolable de nuestra reconci-
gen como ayudadora, no necesaria, pero sí conveniente, de liación. María se inmola a Cristo espiritualmente y pide
tal modo que ciertamente participó con Cristo en la redención por la salud del mundo; el Hijo intercede y el Padre perdona.
humana. Movía a Cristo el amor de la Madre. Una sola era entonces
San Agustín, o cualquiera que fuera el autor cuyas pa- la voluntad de Cristo y María y los dos juntamente ofre-
labras vamos a copiar (el cardenal Mai a San Agustín las cían al Padre un solo holocausto: ella en la sangre de su
atribuye, mientras Casamassa se las niega), y que, en reali- corazón, El en la sangre de su cuerpo... Y así ella obtuvo,
dad, es anterior al siglo vn, probabilísimamente del V, y, con Cristo, el fruto común de la salvación del mundo" °7.
por tanto, un documento insigne en antigüedad y doctrina, San Buenaventura escribe: "Esta Madre, conforme en
dice: "Así, pues, la Madre de Cristo, doliéndose de la mise- todo al Padre y al Hijo, debe ser alabada y amada extra-
ria del mundo, desde el primer momento empezó a pedir ordinariamente, porque de tal modo padeció con Cristo, que,
el vino saludable. Cuando creyó al ángel, lo produjo para el si hubiera sido posible, gustosamente padeciera todos los
mundo; entonces empezó a interesarse por él, cuando no tormentos que al mismo Cristo atormentaron; y con todo,
tembló ante el mensaje: He aquí la esclava del Señor; hága- le agradó que su Hijo unigénito se ofreciese por la salud del
se en mí según tu palabra... He aquí que poco después, el ra r género humano. Fué, en realidad, fuerte y piadosa, dulce csy
cimo vivo de la divina prole, naciendo del seno de la Madre, severa, modesta para sí y generosísima para nosotros" .
Cristo, verdadero racimo que contenía en sí el vino de la San Alberto Magno expone clarísimamente la compasión
vida, acércase al lagar. Su madre le dice: ¡No tienen vino! de María y su ordenación al fin de la redención humana. He
¡Oh sapientísima Virgen, apenas has dado a luz a tu Hijo aquí sus palabras: "La Madre sufrió en el alma la pasión
y ya quieres exprimir el racimo! Espera un poco: preparen que el Hijo padeció en su cuerpo, ya que su amor materno
los judíos el madero, entre el clavo en el racimo, y entonces era atormentado juntamente con los tormentos corporales
saldrá a torrentes el vino. ¡Oh Virgen, ya llegará el día en del Hijo" es>.
que tu fruto será estrujado y en que una espada traspasará
tu propio corazón, para que te contristes con el racimo pen- "En el tiempo de la pasión, cuando la Madre de la piedad
diente, que tú habías producido desde la raíz!" 6 5 . presentóse al Padre de las misericordias para la obra de la
más alta misericordia, soportó en sí misma el dolor de la
c) Desde el siglo XII, los escritores y doctores de la pasión, ya que la espada atravesóla el alma, y fué hecha
Iglesia presentan a María, de modo expreso, como compa- compañera de la pasión, ayudadora de la redención y madre
ñera de Cristo en la redención, padeciendo con El por la de la regeneración" 70.
saiud de los hombres. "Y de este modo, a ella sola le fué concedido el privi-
Kuperto de Deutz, el primero de todos, dice: "¿Con qué 00
Cornm. in loan., 1. III.
07
De laúd, sanctae ac perpetuae Virginio Matris Chrísti Slía-
riae.
03 m
Ep. Ad Eccles. Vercellensem. 88
In í Sent., d. 48, q. 2.
M
Ibíd. 70
De natura boni.
85
Serm. 118. Mariale, q. 29.
550 P IIT. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
r í a se redimió a sí misma, porque dio a Cristo los medios cia, a s a b e r : a) que se dirija a otro, condición común a la
de redención en favor de ella misma y de todo el género satisfacción en general y a la justicia rigorosa, pues nadie
humano, y en este sentido pueden aducirse las siguientes puede satisfacer a sí mismo, como tampoco injuriarse a sí
palabras de San I r e n e o : " F u é causa de salud p a r a sí misma propio; b) que equivalga a la deuda, ya que de otro modo
y p a r a todos los h o m b r e s " 94 . habría condonación parcial y no satisfacción completa;
c) que no se apoye en gracia alguna o liberalidad del acree-
dor, pues la gracia se opone a la justicia estricta, y el pago
ARTICULO II no puede considerarse como rigoroso y completo si es acep-
tado por el solo favor o benévola indulgencia del acreedor,
d) que se haga en bienes propios del deudor, no del acree-
DE LA COOPERACIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
A LA OBRA DE LA REDENCIÓN EN PARTICULAR
dor o de cualquiera otro, porque nadie puede pagar con
dinero ajeno las deudas propias; e) que lo ofrecido en com-
E s t u d i a r la cooperación de María a la obra de la re- pensación no se deba por otro título de justicia, aunque
dención en particular es tanto como estudiar la interven- quizá pudiera deberse por título de g r a t i t u d , amistad, etc.;
ción mariana en cada uno de los aspectos que tuvo la re- f) que sea tal esta satisfacción, que obligue en justicia a
dención de Cristo, o, lo que es igual, en cuanto que fué la persona injuriada a aceptarla, y que extinga la deuda,
satisfactoria, meritoria, sacrificial y estrictamente redentiva. aun sin ella quererlo; g) que, finalmente, sea ofrecida por
Podrá negarse o ponerse en duda la intervención o coope- el ofensor en persona, o, si hace sus veces otro, que esta
ración de la Virgen a la redención en alguno de estos as- sustitución sea aceptada por la persona ofendida.
pectos, pero siempre quedará en pie la verdad de la coope- Satisfacción condigna es la que g u a r d a con la deuda
ración de María a la redención objetiva por su compasión igualdad y proporción, aunque no se den en ella todas las
materna. condiciones que exige de rigor la justicia perfecta.
Satisfacción congrua es aquella a la que no sólo faltan
las condiciones de la justicia perfecta y rigorosa, sino, ade-
§ I. DE LA COOPERACIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA más, la igualdad y proporción con la deuda, aunque el acree-
A LA OBRA REDENTORA POR MODO DE SATISFACCIÓN dor se digne aceptarla por sola su benignidad y benevolencia.
3. a La satisfacción de que aquí t r a t a m o s es la que se
ADVERTENCIAS P R E V I A S . — 1 . a Satisfacción, en genera!, ofrece a Dios por la injuria u ofensa que del pecado ha
equivale al pago o compensación de alguna deuda; en esta recibido.
significación amplia puede adaptarse a cualquier clase de Dios, con supremo derecho, exige necesariamente a la
deudas, ya sean de gratitud, de fidelidad o de justicia, etc. c r i a t u r a racional el reconocimiento teórico y práctico de su
La satisfacción por deuda de justicia, que es de la que infinita excelencia, por la ordenación de todo su ser a El mis-
aquí tratamos, puede ser real o personal, en relación con la mo, como a fin último, y la observancia de su ley, en todo
clase de deuda que haya de compensarse. La deuda perso- lo cual consiste el honor que la c r i a t u r a ha de t r i b u t a r l e .
nal nace de la injuria irrogada a o t r o ; la real, de alguna Ahora bien, por el pecado se lesiona el honor que a Dios
cosa que, en justicia, debemos a cualquier persona. La sa- se debe, ya que el pecador se separa voluntariamente de El,
tisfacción correspondiente a la deuda real es más bien res- su fin último y supremo, poniendo su fin en la c r i a t u r a , a
titución que satisfacción, ya que consiste en la devolución
lo cual se adhiere de manera desordenada al t r a s p a s a r la ley
de la cosa ajena o en la reparación del daño ocasionado.
y el orden por Dios establecido, y llegando, en cuanto le es
La satisfacción personal es la compensación de la injuria
que se irroga a cualquiera lesionando injustamente el honor posible, a perturbarle.
que le es debido. Por lo cual el pecador incurre en un doble r e a t o : el de
la culpa y el de la p3na: ya que «in la pena, la ley y el orden
2. a Hay t r e s clases de satisfacción: rigurosa, condigna carecerían de la suficiente sanción.
y congrua. 4. a De aquí se deduce que es doble el elemento esencial
Satisfacción rigurosa es la que, para compensar la deu- de la satisfacción, a s a b e r : la voluntariedad y la pena.
da, g u a r d a todas las condiciones de la más perfecta j u s t i - a) El que padeció la injuria u ofensa por la negación
" Haeres., 3. voluntaria del honor a que tenía derecho, no puede resar-
cirse o compensarse más que por la devolución de aquel
560 P. I I I . CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 2 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN OBJETIVA 561
hombres, de tal manera que sin ella no puede darse otra ñas por ellos merecidas, influyendo además en las satisfac-
ninguna. ciones particulares, cuyo valor se debe a esta satisfacción
b) La satisfacción de la Virgen bienaventurada, siendo de María, unida siempre a la superabundante de Cristo.
la segunda y posterior a la de Cristo, es la primera con re- 3.° Las satisfacciones de los demás hombres son limi-
lación a las de los demás hombres, ya que, por una parte, tadas y particulares: a) En lo que respecta a la satisfacción
se funda toda ella en la de Cristo, de la cual toma su fuerza; por el pecado y la pena eterna, nadie puede ofrecer con sus
y, por otra parte, las satisfacciones de los hombres reciben propias acciones una compensación tal que exija la extin-
su virtud del valor intrínseco que tiene la de Cristo, y tam- ción total de la deuda, aunque se le conceda, por la gracia
bién de la de María. que Cristo en sus méritos y satisfacciones nos alcanzara,
c) De donde se deduce que las demás satisfacciones hu- ofrecer una compensación imperfecta que le sirva para dis-
manas son totalmente segundas y posteriores a la de Cris- ponerse y merecer de congruo la reconciliación con Dios y
to y a la de su Madre. el perdón de la pena eterna.
2.° a) La satisfacción de Cristo es, en cuanto al obje- Prescindimos ahora de la satisfacción por los pecados
to, simplemente universal, de tal modo que se extiende a veniales, sobre cuya cuestión no están de acuerdo los teó-
todos los hombres, a todos los pecados y aun a sus penas, logos 132, si bien la mayor parte sostienen que el justo puede
con la sola excepción de la Santísima Virgen, por la cual satisfacer condignamente por el pecado venial. Sin embargo,
no pudo satisfacer en cuanto a pecado alguno, ni original estos pecados, como dice Lugo 133, nunca, o muy raras ve-
ni actual, de los cuales estuvo totalmente libre; más aún: ces, se reparan por una satisfacción condigna, ya que son
ni siquiera fué necesaria satisfacción alguna en cuanto al frecuentísimos y, por lo mismo, ningún justo, aun constituí-
débito próximo 1S0 del pecado original, sino tan sólo en cuan- do en santidad singular, llega a ofrecer tal satisfacción que
to al débito remoto de este pecado que pudiera o debiera no necesite, en cada momento, la remisión divina, ni repe-
haber contraído. Precisamente aquella satisfacción hizo que tir diariamente aquellas palabras de la oración dominical:
María se viera enteramente libre del pecado y del débito Perdónanos nuestras deudas.
próximo del pecado 1S1. b) Por lo que se refiere a las penas temporales que per-
Pero esta universal satisfacción de Cristo ha de enten- manecen después de perdonada la culpa y la pena eterna,
derse, como dijimos antes, en cuanto a la suficiencia, no en puede el justo satisfacer condignamente a la divina justicia,
cuanto a la eficacia, puesto que no todos y cada uno de los no tan sólo por sí, sino también por otros, como afirma el
hombres, por el hecho de que Cristo diera satisfacción por Catecismo Romano: "Alabanzas infinitas y acciones de gra-
cias incesantes merece la bondad y clemencia suma del que
sus deudas, quedan reconciliados con Dios, sino sólo aque- concedió a la humana debilidad poder un hombre dar satis-
llos que saben aplicarse sus frutos por los medios de salva- facción por otro... Los que gozan de la gracia y amistad di-
ción que el mismo Cristo instituyera, exigiéndose, por lo vinas pueden, en nombre de otros, pagar lo que a Dios se
mismo, la cooperación particular y personalísima de todos debe, habiendo aquí como una especie de pacto, por el cual
los hombres, excepción hecha de los que no llegaron al uso unos parecen llevar las cargas de los otros. Y no hay lugar
de la razón. a duda para los que en el Símbolo de134 los Apóstoles profesan
Asimismo es universal por su influencia en las satisfac- y creen en la comunión de los santos .
ciones de los demás, de tal modo que todas quedan como c) Finalmente, todas y cada una de las satisfacciones
ungidas y adornadas de la eficacia y dignidad que tiene esta del justo son tales por Jesucristo, de cuya satisfacción re-
satisfacción de Cristo. ciben eficacia; es decir, que las satisfacciones propias de
b) La satisfacción de la Bienaventurada Virgen María Cristo por las penas temporales no sólo se aplican al justo,
fué también universal, en cierto modo, por lo que se refiere sino que las acciones personales del justo tiene valor sa-
al objeto, ya que, unida a la de Cristo, fué umversalmente tisfactorio y con ellas satisface realmente, pero siempre en
reparadora de todos los pecados de los hombres y de las pe- Cristo y por Cristo.
ino BlTTREMIEUS, De Mediat. uníver», B. Atariat Virg. quoad gra- iaa cf. WIRCEBURGENSES, De Incarn. Verbi divini, d. 5, sect. 2.
tias, c. 4, a. 2. a 1; WADINGO, De Incarn., d. 1, dub. 6, § 3.
133
131
Cf. p . II, c. 5, q, 2. 134
De incarn., d. 5, sect. 7.
P. II, De Poenit., n. 111.
574 P III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
Además de estas dos clases de mérito, hay otro que se 4. a Cristo mereció de condigno para los hombres todas
llama impetrativo, y es aquella obra que lleva en sí la fuer- las gracias y medios sobrenaturales necesarios para conse-
za de inclinar al superior a dar el premio conveniente. guir la salvación y, por tanto, el perdón de los pecados, el
En la impetración, materialmente considerada, además estado de gracia y de gloria, todos los dones que preceden y
del mérito propio de la súplica, puede haber mérito de con- disponen a la justificación y todos los que después se conce-
digno o de congruo; pero, vista en su propia formalidad, den, los efectos todos de la predestinación, y aun la predes-
la distinción es completa, porque la impetración se ordena tinación misma. De aquí que el Apóstol (Hebr. 5, 9) diga:
a la misericordia; el mérito de condigno a la justicia, y el Consumado en la cruz, vino a ser causa de salvación eterna
de congruo, a la amistad o equidad benévola. para todos los que le obedecen. Y en los Hechos de los Após- •
2. a Cristo mereció de condigno, y aun en rigor de jus- toles (4, 12): No hay otro nombre debajo del cielo, dado a
ticia, en opinión de muchos teólogos, solamente durante todo los hombres, en que nos sea necesario ser salvos.
el tiempo de su vida mortal, con todas y cada una de sus 5. a A lo cual va ligada íntimamente esta verdad: que
obras. Sin embargo, estas obras ni fueron ofrecidas por Cris- nadie obtuvo la remisión de los pecados, nadie recibió la
to ni fueron aceptadas por el Padre como meritorias sino en gracia o fué coronado con la gloria más que por los méritos
cuanto que habían de completarse con la muerte. Todos y de Cristo. Aun a los hombres que vivieron antes de su veni-
cada uno de los actos de Cristo, por la dignidad infinita de da se les concedían los medios necesarios para salvarse en
su persona, eran méritos de condigno pleno y perfecto, pero gracia a los merecimientos previstos del Redentor futuro.
en orden al fruto de la redención debían tener su corona- 6.a Teniendo en cuenta todo lo dicho, pasamos a estu-
miento en la muerte, como terminativa o consumativa de diar la cooperación de la Santísima Virgen a la redención
aquellos actos, no ya en su larga serie, sino más bien en su bajo su aspecto de meritoria. Toda la doctrina puede com-
razón formal de meritorios. pendiarse en estas cuatro cuestiones: primera, de la exis-
Y así dice Santo Tomás: "Cristo, no sólo dando su vida, tencia del mérito en María; segunda, de su cualidad; tercera,
sino con cualquier padecimiento, hubiera pagado el precio de su amplitud, y cuarta, de su excelencia.
suficiente de la redención humana, si a este fin hubiera sido
deputado un sufrimiento cualquiera, y esto por la dignidad Cuestión 1. Si la Bienaventurada Virgen María cooperó
infinita de su persona, como ya se dijo" 139. "Los demás pa- a la redención del género humano meritoriamente.
decimientos de Cristo no fueron destinados para que, sin la
muerte, fuese redimido el género humano" 13!l*. Ya demostramos 140 que la Santísima Virgen mereció du-
3. a Cristo no pudo merecer para sí mismo ninguna de rante toda su vida, empezando desde el momento mismo de
aquellas cosas por las cuales queda constituido en su propio su concepción inmaculada. No se trata, pues, de conocer sus
ser y que son el principio o la raíz de todos los merecimien- méritos anteriores a la encarnación, que no fueron sino pre-
tos, como la encarnación, la gracia de unión, la gracia crea- paratorios de su divina maternidad y de su consorcio en la
da con sus hábitos sobrenaturales y la visión beatífica; pudo, redención humana, sino más bien de estudiar los que obtuvo
en cambio, merecer todo aquello que no se le debía por la desde el principio de la encarnación del Verbo, principal-
encarnación, como la glorificación del cuerpo, la impasibi- mente en su compasión materna junto a la cruz del Hijo
lidad del alma, la exaltación de su nombre, etc. Por eso dijo moribundo. Y aquí dejemos consignadas aquellas expresio-
el Apóstol (Phil. 2, 8 ss.): Se humilló a si mismo hecho nes que Ruperto de Deutz pone en labios de la Virgen: "No
obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual consideréis solamente aquella hora en que vi al amado de mi
Dios también lo ensalzó y le dio un nombre que es sobre alma azotado, crucificado y muerto; ciertamente que enton-
todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda ro- ces atravesó mi pecho la espada del vaticinio simeónico;
dilla en los cielos, en la tierra y en los infiernos, y toda len- considerad también que antes ya me lo venía atravesando
gua confiese que el Señor Jesucristo está en la gloria de Dios desde largo tiempo. Era yo profetisa y preveía su muerte:
Padre. por tanto, si cuando le amamantaba y estrechaba en mi seno
le veía morir, pensad vosotros cuál sería mi pasión, cuánta
la intensidad y la grandeza de mi dolor de Madre" l é l .
IS
» Quodl. 2, in resp. ad 2. 110
w»* Ibíd., ,in resp. ad 3. P. ii, e. 5, a. 2, q. 4.
141
Cant., 1. i.
Tr. de la Virgen Santísima. 19
578 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
de dolores y voluntades entre Cristo y María mereció ella Eva fué la autora del pecado; María, la autora del méri-
ser la dignísima reparadora del orbe caído, y, por lo mis- to" 158.
mo, la dispensadora de todos los dones que Jesús nos adqui- Eadmero: "Dios hizo todas las cosas buenas y conve-
rió con su sangre y con su muerte." Aquí se habla del mé- nientes, pero cayeron de aquel estado de bondad en que
rito de congruo por su compasión en la tierra, donde mere- fueron creadas, y por esta Virgen fueron restituidas a su
ció estas dos cosas, ser reparadora del género humano y estado primitivo. Y así como Dios Padre, disponiendo con su
dispensadora de las gracias merecidas por Cristo. poder todas las cosas, es Padre y Señor de todos, así tam-
d) Finalmente, el Pontífice parece confirmar la opinión bién la bienaventurada Madre de Dios es madre y159señora de
casi común de los teólogos que desde el siglo xvi vienen ha- las criaturas al repararlo todo con sus méritos" .
blando de la cooperación de María a la redención con sus San Alberto Magno: "Sólo a María se le concedió el pri-
méritos, quedando como axioma comúnmente admitido por vilegio de participar en la pasión, a quien el Hijo, para pre-
_, todos que "María nos mereció de congruo lo que Cristo de miarla, quiso comunicarle el mérito de sus penas, y para
condigno" lé¡>. hacerla partícipe del beneficio de la redención, complacióse
Y ciertamente, entre los teólogos, tanto del siglo XVI como en hacerla también partícipe de su pasión" 160.
de centurias posteriores, es general la doctrina de que loí Y San Buenaventura dice: "La Bienaventurada Virgen y
méritos de la Santísima Virgen se refieren no sólo a la re- Madre, María, mereció, principalmente en la pasión del Hijo,
dención subjetiva, sino también a la objetiva, como puede padeciendo con El cuanto es posible a la debilidad del sexo
comprobarse en Novato 15°, Vega 151, Guevara 152, Salazar 153, femenino. No puede, sin embargo, dudarse del ánimo viril y
Garau 154, Rhodes 1!í5 y en casi todos los modernos; así lo decisión invicta con que quiso entregar al Hijo por la salud
declara, con respecto a la escuela franciscana, el reverendí- del género humano, para, como Madre, asemejarse al Padre
simo padre Leonardo María Bello, general de toda la Orden, celestial en todo" 161.
diciendo: "Todos los dones que Cristo mereció de condigno
fueron merecidos, al menos de congruo, por la Virgen Reina. , 3.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) María unióse a Cristo en la
Así piensan todos los doctores marianos de nuestra escuela obra de la redención, como tantas veces hemos dicho. Esta
a partir del siglo XVI" 156. unión supone y pide en ella una cooperación consistente en
Por tanto, es inverosímil que el Romano Pontífice Pío X, el ejercicio de acciones libres, en las cuales, sobre todo des-
adoptando ese axioma teológico y usando el lenguaje de de su consentimiento a la encarnación hasta su compasión
¡a escuela, quisiera e intentara darle una significación dis- junto a la cruz, encontramos las notas características del
tinta de la que se le dio comúnmente en la teología esco- mérito en relación con la salud humana. Aquellas acciones
lástica. libres fueron, no sólo buenas, sino perfectas, realizadas en
vida, ordenadas a Dios bajo el influjo de la caridad más ar-
2.° SANTOS PADRES Y DOCTORES DE LA IGLESIA.—San diente, encendidas en el deseo divino de la redención huma-
Agustín escribe: "Eva, la madre de nuestro linaje, trajo el na, a cuya obra fueron dirigidas por el mismo Dios, para lo
castigo al mundo; la Madre de Nuestro Señor, la salvación cual se la dio a Cristo como socia y compañera. Luego aque-
para el hombre y la mujer. Maldita fué la autora del peca- lla cooperación de María fué realmente meritoria.
do; bendita, en cambio, la autora del mérito" 157. b) Este mérito de María no se opone ni rebaja el méri-
En otro de sus sermones vuelve a expresar esta idea con to redentor de Cristo, ya que a El se subordina con depen-
las mismas palabras: "La madre de nuestro linaje trajo el dencia absoluta y de El toma su eficacia. Aquí se cumple
castigo al mundo; la Madre de Nuestro Señor, la salvación. aquello de Santo Tomás: "Toda cosa imperfecta presupone
149
HUGÓN, Marie, pleine de gráce, p. n, c. 2; Card. GOMA, María para su sostén otra perfecta" 162.
Santísima, Reina del universo, p. 19.
160
De eminentia Deip. Virg., t II, q. 11. c) Ni tampoco se afirma que los méritos de María sean
161
Theol. Mariana, pal. 29, cert. 3. necesarios para completar los de Cristo: ellos solos son, no
152
153
Comm. in Matth., c. 1, observ. 15, sect. 2-3. ya suficientes, sino sobreabundantes y aun infinitos, y nada
aB
Defensio pro Immac. Deip. Virg. Conceptione, c. 21.
* Deipara Élucidata, princ. 6, § 4. 15S
Serm. 18 De Sanctis, 2 De Annunt., que se atribuye a San Ful-
15S
130
De Maria Deipara. gencio; PETAU, 1. c.
Litt. ene. De Mediatione B. M. V. Acta Ord. F'r. Minorum, 159
160
De excell. Virginia, c. 9, entre las obras de San Anselmo.
maii1571938. Mariale, qq. 148-150.
Serm. 17, a Lovaniensibus in-ter Augustini germanos receptus; 181
132
In 1 Sent., d. 48, a. 2, q. 2.
PETAU, De Incarn., 1. xiv, c. 9. 3, q. 1, a. 2, ad 2.
582 P. III. CONSORCIO DB MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 2 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN OBJETIVA 583
puede añadirse, en la misma línea, a lo que es infinito. De- Virgen, y a ésta, redimida por sus méritos; otro por el que
cimos, por tanto, que los méritos de María concurren a decretó que María, como nueva Eva, se asociara a Cristo,
la redención según su género, es decir, congrua y dispositi- nuevo Adán, en la obra redentora del humano linaje. No
vamente, cumpliéndose así la economía de la misma, que, es absurdo señalar, en el acto simplicísimo de la presciencia
por voluntad de Dios, habría de realizarse por los méritos y voluntad divina, instantes diversos o signos que connoten
de Cristo, a los que debían unirse los de María. objetos distintos, porque ello equivale a señalar como dis-
d) Surge aquí una dificultad no pequeña, que parece tintos estos objetos, en cuanto queridos por Dios 163. Y cier-
oponerse al mérito de la Virgen, Madre de Dios, tomada del tamente, la maternidad divina y el consorcio de María en
conocido axioma: "El principio del mérito no puede mere- la redención son dos objetos formalmente distintos, e n l o s
cerse." Si el principio del mérito de la Santísima Virgen que puede fundamentarse la distinción de aquellos dos ins-
fué la misma redención objetiva, o sea, la obra redentora tantes o signos en los decretos divinos.
de Cristo consumada en la cruz, por la que mereció todas De aquí se deduce que, dejando a salvo la unidad real
las gracias para María y para los demás hombres, no se en- de la redención, se puede distinguir una redención por^ la
tiende cómo pudo María cooperar meritoriamente a esta re- que Cristo redimió a su Madre y otra por la que redimió_ a
dención, fuente y principio de la gracia, imprescindible para los demás hombres, cooperando a ésta María con sus satis-
merecer y aun para cooperar a la redención misma. facciones y merecimientos.
Para la solución de esta dificultad hay que tener en cuen- Recordemos a este propósito las palabras de Ambrosio
ta lo siguiente: Catarino, quien, prosiguiendo la semejanza que existe entre
a) La redención es principio del mérito de María y, por Adán y Cristo, Eva y María, distingue tres modos de gene-
tanto, el mérito de. Cristo es anterior al de su Madre, con ración corporal, a los que responden otros tres de regene-
prioridad de naturaleza y de causalidad, aunque existan si- ración espiritual. Adán fué producido sólo por Dios, hacien-
multáneamente; y lo que es más, aunque el de María sea an- do de madre la tierra; Eva procede sólo de Adán, sin ma-
terior al de Cristo con prioridad de tiempo, ya que el méri- dre alguna, y los demás hombres son engendrados por un
to es verdadera causa moral del premio y, por lo mismo, padre y una madre. Del mismo modo, Cristo nació de la
tiene que precederle, al menos de la manera dicha. Santísima Virgen por la - operación de Dios; María tuvo su
P) Esta prioridad del mérito con respecto al premio no nacimiento espiritual en el costado de Cristo, cuando dor-
es prioridad en el orden de la ejecución, pues, absolutamen- mía en la cruz, y los demás hombres son espiritualmente re-
te hablando, no se requiere que el mérito exista actualmente engendrados por Cristo y por María.
antes que el premio; basta la prioridad de la intención, He aquí las palabras del citado Catarino: "Reconoce en
es decir, que preexista en la mente del que ha de dar el esto la primera generación espiritual; a saber, la de Cristo
premio. de María. Reconoce la que llamamos segunda, es decir, la
de María, que procede, no de sí misma y en virtud de su na-
Y) Por tanto, el mérito de Cristo no existió actual y cimiento natural, sino de Cristo, como todos profesamos.
efectivamente antes que el de María, con prioridad de na- Y esto, en inocencia completa, como lo era El, sacada de su
turaleza, porque, en realidad, antes de que existiera en acto costado* o sea de la fortaleza y virtualidad de la gracia, que
la redención objetiva, María mereció, con su consentimiento tanto valimiento le daba para con su Padre, a fin de poder
en la encarnación, que es principio y exordio de la reden- hacerse una ayuda semejante a El, inocentísima y apta para
ción humana; pero sí en la intención, én cuanto que los
méritos de Cristo fueron anteriores en la presciencia divina, la regeneración de los demás. Y cuan pulcramente fué sa-
en vista de los cuales Dios concedió a la Santísima Virgen cada cuando el Varón aquel dormía el sueño de su muerte,
anticipadamente la gracia, y por ella la santidad plena, re- para que entiendas que también a María le fué necesaria
dimiéndola así de un modo más sublime y dándole la ido- la cruz de Cristo... Reconoce, por último, un tercer modo
neidad necesaria para participar en la redención de los de- de generación espiritual, común a todos los hombres, por-
más hombres. que se hizo después del pecado, como fruto y consecuencia
de la muerte. De aquí que esta generación proceda de los
5) No hay, pues, inconveniente alguno en distinguir dos dos, es decir, de varón y de mujer, de Cristo y de María,
instantes, o signos de razón, en la presciencia divina y en quienes, aun siendo inocentísimos (María lo fué por Cristo),
la predestinación de la encarnación del Verbo: uno por el tomaron sobre sus hombros nuestras culpas y nos merecie-
que quiso a Cristo, como redentor nacido de la Santísima 103
JUAN DE SANTO TOMÁS, De Incarnat., q. 1, d. 3, a. 1.
584 P. I I I . CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 2 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN OBJETIVA 585
remunerar los méritos por ella conseguidos; otra, extrínse- en favor de los demás, como lo prueba el absoluto silencio
ca, procedente de una ley positiva o promesa de Dios, por que de ello guardan la tradición y la Escritura.
la que expresamente decreta conferir la gracia como prin- Y no se diga que esta especial ordenación de Dios se con-
cipio del mérito, obligándose a premiar justamente las obras tiene implícitamente en el decreto que constituye a María
ejecutadas bajo el influjo de aquella gracia. consorte del Redentor y mediadora, porque, además de no
Comúnmente, los teólogos m exigen, además de la in- haber una razón firme para probarlo, tales oficios y cargos
trínseca, la extrínseca ordenación de Dios, ya que el justo de la Madre de Dios se salvan perfectamente, como vere-
no merece retribución alguna si Dios no la promete. Y la mos luego, por la eminencia de su mérito de congruo.
razón es ésta: todo mérito incluye un derecho; el hombre
no tiene derecho alguno si Dios no se ha obligado a premiar- SEGUNDA PARTE.—1.° Su Santidad Pío X dice: "Porque
le, y Dios, excluida su promesa, nunca está obligado a pre- María aventaja a todos en santidad por su unión con Cris-
miar lo que ya se le debe por infinidad de títulos. De aquí que to y por haber sido a El asociada en la obra de la reden-
el Concilio de Sens del año 1528 afirme que la justicia de ción humana, merece para nosotros de congruo, como dicen,
nuestros méritos no se funda en condignidad absoluta... lo que Cristo nos mereció de condigno" im.
sino más bien en la gratuita y liberal promesa de Dios, por 2.° El mérito de congruo se funda en la proporción crea-
la cual, hecho el convenio del denario diurno, contrata a los da por la amistad y el amor; ahora bien, como el hombre
operarios 192. constituido en gracia, según Santo Tomás, cumple la volun-
Ahora bien: a) La ordenación intrínseca de la gracia en tad de Dios, conviene que, en la proporción de esta amistad,
la Santísima Virgen, no de otro modo que en las demás cria- cumpla Dios con la voluntad del hombre con respecto a la sal-
turas, no basta para merecer de condigno en favor de otros, vación de otro, si bien en ocasiones puede haber impedi-
sino sólo de sí misma. Porque el mérito de condigno provie- mento para ello por parte de aquel cuya salvación se de-
ne de la ordenación e inclinación intrínseca de la gracia sea. Y ciertamente que aquella proporción de amistad y
al premio. Pero una gracia finita, cual es la que puede caridad se dio, de una manera excelentísima, cuando la
encontrarse en la criatura, de ninguna manera lleva en sí Santísima Virgen, en pie junto a la cruz, padeció y casi
aquella ordenación y tendencia a merecer el premio de la murió en compañía de su Hijo, pues: a) La caridad perfec-
gracia para otros, ya que la gracia de una criatura cual- tísima en que se abrasaba llegó entonces al colmo, en ex-
quiera, por mucho que se la eleve y perfeccione en su géne- presión de San Alberto Magno: "La Bienaventurada Vir-
ro, se perfecciona siempre en orden al propio sujeto, nunca gen María llevó entonces (durante la pasión) su caridad a
en orden al ajeno, ni en su tendencia intrínseca mira al lo más alto" 195. b) Cumplió perfectísimamente la voluntad
bien de los demás, sino al bien del que la lleva en el alma. de Dios, conformándose al decreto y voluntad del Padre,
Así arguye Martínez: "En tanto la gracia dice propensión que entregaba al Hijo para la redención humana; más aún,
a la vida eterna, en cuanto es participación de la natura- estuvo totalmente de acuerdo con la voluntad del Hijo, ya
leza divina y, consiguientemente a esta filiación, tiene de- que, paciente y moribundo por la salud del hombre, Le acom-
recho a heredarla; ahora bien: sólo participa la naturale- pañó con sus dolores, abrasándose también ella en el mis-
za divina aquel que tiene la gracia; luego a él solo le perte- mo deseo de salvar a todo el género humano.
nece el derecho hereditario (a la vida eterna); luego la ten-
dencia intrínseca de la gracia va derecha a la consecución 3.° Ni el merecer de congruo la gracia de los hombres
del bien propio para el mismo que la tiene. Si, pues, el mé- importa inconveniente alguno en relación con el oficio que
rito de condigno exige esta inclinación intrínseca, podrá el María desempeña en la obra de la redención humana.
hombre obtenerla para sí mismo, nunca para los demás María, en la redención objetiva o adquisitiva de las gra-
hombres" 193. cias, no es redentora, como Cristo, sino compañera del Re-
dentor o ayudadora en la redención, por lo cual los méritos
|3) No hay preordinación particular y explícita de Dios de uno y otra distan entre sí infinitamente.
para que la Santísima Virgen pueda merecer cíe condigno En la redención subjetiva, o distribución de las gracias,
María no es cabeza, como Cristo, sino cuello o acueducto
101
SYLVIUS, In 1-t, q. 114, a. 2; MONTESINO, In 1-g', d. 35, q. 7; por donde pasan y fluyen las que de la Cabeza se derivan.
MAZZELLA,
193
De gratia Christi, d. 6, a. 2, § 2, etc.
Decr. 16; S. BINI, Concilla generalia et particularia. m
193
In 1-2, q. 114, a. 6. dub. 1. Ene. Ad diem illum, 2 febr. 1904.
ios Mariale, q. 149.
{.'JO P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
Todos los justos, preparados con los necesarios auxilios, modo que sin ella no produciría su efecto en los elegidos.
tienen la potencia de perseverar, es decir, pueden perseverar Ahora bien, la predestinación es objeto del mérito mariano,
hasta el fin, si quieren cooperar fielmente a aquellas gracias; como probaremos en el punto siguiente, y, por tanto, debe
pero el acto de perseverar sólo lo consiguen los que mue- serlo también la perseverancia actual.
ren en estado de gracia, llegando de ese modo a la conse-
cución de la vida eterna. IV. En cuanto al mérito mariano sobre la predestinación
Y, en verdad, la Bienaventurada Virgen María mf.reció de los elegidos, hay que confesar que la cuestión es suma-
para los hombres los auxilios de la gracia para poder perse- mente compleja, y conviene, por tanto, aclarar y concretar
verar y aun la misma perseverancia actual. bien el estado de la misma.
Es manifiesto que la Santísima Virgen nos mereció los
auxilios de la gracia para poder perseverar, porque: a) Los 1.° Una cosa es considerar el mérito de María en cuanto
auxilios de la gracia para poder perseverar en la justicia a los efectos de la predestinación y otra estudiarlo en lo
recibida y conseguir la vida eterna son exigidos por la misma que se refiere al acto mismo de la predestinación.
gracia santificante, pues ésta le da al justo el derecho a la 2.° Está ya demostrado, y en ello van de acuerdo los
vida eterna, y, por lo mismo, el derecho a los auxilios net- teólogos de todas las escuelas, que Cristo, Señor nuestro,
cesarios para conseguirla. Luego María tuvo'que merecér- fué la causa meritoria de todos los efectos de la predestina-
noslos de la misma manera que nos mereció la gracia san- ción, pues mereció de condigno a todos los hombres desde
tificante. la primera gracia hasta la gloria, cosa que, según lo ex-
b) La Santísima Virgen, al merecernos con Cristo la puesto, hay que afirmar también del mérito de María.
gracia santificante, nos la mereció con el fin de que se conser- 3.° La cuestión, por tanto, procede acerca de la pre-
vase en nosotros perpetuamente, puesto que Cristo y María destinación misma, es decir, del decreto eterno de Dios,
van siempre de acuerdo con la voluntad de Dios, y Dios justi- por el cual, de entre todos los hombres, solamente algunos
fica al hombre con el deseo de que persevere siempre en pu- son predestinados a la vida eterna.
reza y santidad de vida. Luego si María mereció a los hom- No es necesario advertir que no se trata del acto de la
bres la justificación con aquel fin, tuvo que merecerles la predestinación tomado entitativamente, porque siendo, en
posibilidad de la perseverancia o, lo que es igual, los auxilios realidad, la misma esencia divina, no puede tener causa al-
necesarios para conseguirla. guna, ni siquiera meritoria, de sí mismo. Se trata de aquel
También la Santísima Virgen nos mereció la perseveran- acto en su significación terminativa, o sea, en su tendencia
cia actual: a) Con claridad suficiente indícanlo las pala- al objeto externo, y en este sentido se pregunta si los mé-
bras de Benedicto XV, al decir que debemos esperar de Ma- ritos previstos de Cristo y de su Madre pudieron mover a
ría la gracia de una buena muerte. "Y si por este motivo Dios a decretar la predestinación de los santos.
—dice el Pontífice— las gracias que el género humano per- 4.° En esta cuestión ha de suponerse la previsión del
cibe del tesoro de la redención son distribuidas personal- pecado original, pues como dice Herice: "Si la predestina-
mente por la misma Virgen Dolorosa, claramente se deduce ción fué incoada en Adán antes del pecado, tuvo que rom-
que de ella ha de esperarse para los hombres el don de una perse aquel orden, de tal modo que toda providencia eficaz-
muerte santa, ya que por esto se completa en cada uno eficaz mente sobrenatural después de la culpa hay que estudiarla
y perpetuamente la obra de la redención humana" 213. y deducirla de la predestinación de Cristo, como de fontal
Y, en verdad, una buena muerte no es otra cosa que el principio meritorio de toda gracia" 21é.
tránsito en estado de gracia, en lo cual consiste la perse- 5.° Por último, la cuestión deja a un lado la controversia
verancia final. teológica de si la predestinación se hace antes o después de
b) Además, la Santísima Virgen nos mereció la feli- previstos los méritos de los hombres, pues no repugna de
cidad eterna; luego tuvo que merecer para los elegidos el suyo que sea antes de la previsión de los méritos de los
don de la perseverancia final actual, ya que ésta es necesaria hombres y después de previstos los méritos de Cristo y de
para conseguir aquélla. su Madre 215.
c) Finalmente, esta perseverancia actual hasta el fin va
inseparablemente unida a la divina predestinación, de tal OPINIONES.—Todos los teólogos que niegan a los méritos
de Cristo la razón de causalidad en orden a la predestina- c) Más probable parece la afirmación de que la predes-
ción, han de negarla necesariamente a los de María. tinación de los santos se debe a los méritos de Cristo y a
a) Escoto, aun afirmando que Cristo fué el primero de los de la Santísima Virgen.
los predestinados antes de toda previsión del pecado ori- a) Toda la economía de la redención, en la presente
ginal, sostiene que sus méritos fueron ordenados a favor de providencia, apóyase en los méritos de Cristo y de María,
los hombres después de aquella culpa, y, por tanto, fue- ya que Dios decretó salvar por ellos al mundo. Si, pues, la
ron causa, no de la predestinación, sino absolutamente de sus predestinación de los santos pertenece a la economía de la
efectos. redención, en la presente providencia parece lógico atribuirla
En la presciencia y providencia de Dios señala Escoto a aquellos méritos.
algunos instantes de razón por este orden: en el prime- ¡3) Además, la predestinación no es otra cosa que un
ro, Dios se conoce a sí mismo; en el segundo, conoce a to- acto de la voluntad salvífica de Dios. Pero esta voluntad no
das las criaturas; en el tercero, predestinó a algunos a la puede concebirse independientemente de los méritos de Cris-
gloria y a la gracia (en primer lugar a Cristo); en el cuarto to y de María, puesto que Dios no quiso restaurar al género
instante previo la ruina de todos en Adán, y, finalmente, en humano caído en Adán por otra vía que por la de la satisfac-
el quinto decretó, en su providencia, el remedio por la pasión ción y méritos de Cristo y de la consatisfacción y méritos de
de Cristo 2i6 . María, asociada como consorte a la obra de la redención
b) Suárez, distinguiendo la elección de la predestina- humana 210.
ción, enseña que los méritos de Cristo son causa de la se-
gunda, no de la primera. V. María nos mereció, además de las gracias internas,
Para entender esto conviene saber que entre la elección por las cuales d hombre es justificado y se salva, las gracias
y la predestinación hay, en opinión de Suárez, esta diferen- externas, que son causas, instrumentos o disposiciones para
cia: la predestinación importa un amor de Dios eficaz y su justificación y salvación. A estas gracias externas per-
absoluto, de tal manera que excluye toda comparación en- tenecen la ley de Dios, la revelación, la predicación de la
tre los hombres; la elección, por el contrario, lleva con- fe, la institución y magisterio de la Iglesia, los sacramen-
sigo un amor de Dios eficaz, pero relativo, de modo que tos, etc., a todo lo cual concurrió la Santísima Virgen, no
incluye la consideración aquella por la cual unos hombres sólo meritoriamente, sino también de otros modos, que en
son elegidos y otros no. su lugar expondremos, como también son gracias de Dios
Por tanto, pudo Dios haber hecho la elección en Cristo, otros muchos beneficios externos que, brotando de su pro-
en cuanto que ordenó a su gloria a todos los elegidos, o videncia amorosa, ayudan y se dan precisamente para con-
quizá también en cuanto que los amó por los méritos de seguir la salvación de los hombres 22 °.
Cristo; pero no puede asignarse a estos méritos la razón o
voluntad divina de elegir a los unos y no elegir a los otros 217. Cuestión 4. Cuánta fué, absolutamente considerada, la
Lorca se opone tenazmente a la opinión de Suárez. Se- excelencia del mérito de María.
gún él, ni la elección ni el amor de los predestinados pueden
asignarse a los méritos de Cristo, ya que una y otro son 1.° Aunque la Virgen, Madre de Dios, mereció con to-
anteriores al decreto ejecutivo de su venida y, por lo mismo, dos los221actos de su vida, de tal manera que, como dice
anteriores a la previsión de sus méritos; pues Dios, porque Garau , no fué en ella primero el vivir que el merecer,
quiso salvarnos, quiso que fuera Cristo el Redentor del aquí, sin embargo, han de considerarse sus obras merito-
mundo. rias, principalmente, a partir de la encarnación, las cuales,
"Los méritos de Cristo —dice Lorca— fueron causa de unidas a la intención redentora de Cristo, habrían de ser
nuestra predestinación en el orden de la ejecución, pues coronadas con su materna compasión junto a la cruz, del
estaba dispuesto que por Cristo se nos concedieran los me- mismo modo que las obras de Cristo habían de quedar com-
dios y los efectos de aquélla después del pecado de Adán; pletas y terminadas con su pasión y muerte.
pero no pudieron ser causa de la predestinación en el orden de 2.° San Bernardo alaba la excelencia del mérito de Ma-
la intención" 218. ría, cuando dió su asentimiento a la encarnación, de este
310 310
In S Sent., d. 19, q. unic. PESCH, De Verbo Inc., p. n, sect. 3, a. 3.
m 220
218
In 1, d. 41, seet. 4. PALMIERI, Be gratia divina actuali, th. 4-13.
m
In 3 S.Thomae, d. 76, n. 13. Deipara elucidata, triumph. 10, § 2,
P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 2 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN OBJETIVA 601
eoo
modo: "He aquí que se te ofrece el precio de la salud: en proporcionándola, por lo mismo, el dolor más acerbo, co-
seguida seremos libres si tú consientes. Fuimos todos crea- noció en seguida que aquella pasión y aquella muerte era el
dos por el poder de la palabra eterna de Dios, y, sin em- único medio de redención para los hombres, por lo cual la
bargo, estamos muertos; en tu breve respuesta seremos quiso ardentísimamente, anhelando que el fruto de esta pa-
nuevamente creados y devueltos a la vida" 222. sión y la efusión y el mérito de la sangre de su Hijo se obra-
Y tanta fué la excelencia de este mérito, que San Ber- ra y se dilatara de tal modo, que consiguiera plenamente el
nardino de Siena no duda en decir que María, con el con- fin propuesto de redimir y salvar a todos los hombres.
sentimiento prestado a la encarnación, mereció más que 7) También la dificultad, lo arduo de la empresa, eleva
las otras criaturas con todos sus actos y pensamientos" 223. el mérito de cualquier obra. Ahora bien: presentar ante el
3.° Trátase aquí especialmente de ponderar el mérito altar y, a su modo, inmolar ella misma a su Hijo único,
de la compasión materna de la Virgen junto a la cruz del Dios y Hombre a la vez, mucho más caro a su corazón que *
Hijo. la propia vida; contemplar con ojos de piedad aquel terri-
a) La grandeza y cantidad del mérito brotan de tres bilísimo espectáculo, en que la Madre más dulce tiene que
capítulos principales, a saber: de la magnitud de la cari- ver al Hijo de sus entrañas muerto a manos de feroces ver-
dad, de la prontitud de la voluntad y de la dificultad de la dugos, con el fin de llevar a cabo la obra de la redención
obra. humana, es una empresa inmensamente difícil y humana-
a) Como el peso del amor valora siempre los actos me- mente insuperable. Por eso dice Salazar: "Ni hay ni puede
ritorios, es indudable que la magnitud de la caridad eleva imaginarse otra mayor" 228.
el mérito extraordinariamente. Por eso dice San Alberto b) Se discute entre los teólogos si el mérito es tanto
Magno: "La raíz del mérito está en la caridad, no porque más excelente cuanto mayor es la gracia santificante o la
ella sola sea meritoria, pero sí más que otra virtud cual- dignidad de la persona que merece.
quiera, ya que la fuerza del mérito ha de medirse por la a) Tratándose del mérito condigno, hay razones pode-
cantidad del amor" 224. rosas por ambas partes, si bien parece más probable afir-
Ahora bien, la magnitud de la caridad de María en su mar que la diferencia cuantitativa de la gracia no aumenta
compasión materna es inconmensurable, si se considera el ni disminuye por sí misma el mérito.
amor que tuvo a Dios, a Cristo, su Hijo, y a todo el género
humano, ya que desde la hora en que concibió a su Hijo se He aquí lo que dice Juan de Santo Tomás: "Dos oficios
abrasó en un celo vehementísimo de salvar a los hombres. desempeña la gracia: por el primero dignifica la persona
Y esta caridad llegó al colmo en su compasión, como y, por consiguiente, sus actos; por el segundo influye en el
se deduce de estas palabras de San Alberto Magno: "Todo acto como principio quo. Luego si la gracia mayor ejerce,
padecimiento fué en ella meritorio" 225. "La beatísima Virgen como principio quo, mayor influjo en los actos, no cabe duda
llevó su caridad a lo más alto durante la pasión del Hijo" 22<i. de que el mérito de los mismos ha de ser diverso. Pero su-
P) Por la prontitud de su voluntad. La conducta de la poniendo que aquel influjo o intensidad sea igual en los
Santísima Virgen en la pasión del Hijo se resume en esta actos, afirmo que la mayor dignidad en la gracia, en cuanto
frase: le ofreció por nosotros espontánea y alegremente. que dignifica a la persona, no hace al acto más meritorio y
Así lo dice Gerson: "Le dio por nosotros y para nosotros digno por la dignidad que de ésta procede; porque aunque
con tanta exultación y contento, que superó las inmensas la gracia más intensa hace a la persona más grata y acepta
torturas de la carne" 227. a Dios por su santidad y justicia en razón de dignidad, con
Y, en verdad, de qué manera la alegría de la Virgen referencia al mérito es siempre la misma y sólo varía acci-
superó los dolores y amarguras que le produjo su compa- dentalmente en cuanto que la gracia es mayor, puesto que
sión materna, se deduce de que aun cuando la pasión y la dignidad del que merece consiste en que el hombre par-
muerte del Hijo era contraria a su maternal inclinación, ticipa de la naturaleza de Dios y es adoptado por hijo suyo,
como dice Santo Tomás (1-2, q. 114, a. 5 ) : "Esta dignidad,
222
Hom. 4 super Missus est.
personalmente considerada, tiene siempre la misma esti-
223
Serm. 51. mación o valor moral, aunque la gracia vaya creciendo ac-
224
225
In 3 Sent., d. 18, a. 4. cidental y físicamente, pues a todos se da siempre la misma
Mariale, q. 169.
226
227
Ibíd., q. 149.
Canticord., tít. 2, p. 3, . In Prov., c. 8.
6C2 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 2. COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN OBJETIVA 603
lanse propiamente no cuando se matan, sino cuando reci- que toda vida humana se consuma y sacrifique en honra
ben la harina tostada y salada, es decir, cuando son23Srocia- suya. • ' ;l .'I |
das con el trigo molido, tostado y mezclado con sal" . s) El que estas dos acciones, oblación e inmolación, en-
Según la acepción corriente, la inmolación no es otra tren como constitutivos o partes esenciales del sacrificio, o
cosa que la destrucción o muerte de la víctima. Sin em- que una sea constitutiva y la otra mera condición necesaria,
bargo, no tiene el mismo sentido en todos los autores, pues es discutido por los teólogos.
unas veces emplean esta palabra para significar todo el sa- Y aun admitido que las dos acciones pertenecen, como
crificio; otras designan con ella la oblación sacerdotal y, en materia próxima y forma física, a la esencia del sacrificio,
ocasiones, hablan de la oblación e inmolación como de dos se discute todavía cuál de ellas entre en su esencia como
actos realmente distintos, aunque ordenados entre sí. forma física del mismo.
t) Que la oblación pertenezca a la razón de sacrificio Se disputa también sobre el orden que han de guardar
nos lo muestra la Sagrada Escritura, donde frecuentemente en el sacrificio ambas acciones: si la inmolación debe pre-
se dice que los que sacrificaban ofrecían a Dios. En el Gé- ceder, seguir o acompañar a la oblación. Controversias de
nesis (4, 4), por ejemplo, se dice que Abel ofreció de los que prescindimos ahora para tratarlas debidamente en su
primogénitos de su rebaño; y en el capítulo 7, 20, se habla propio lugar.
de que Noé, salido del arca, ofreció holocaustos sobre el 3.° Añadamos a lo dicho que el sacrificio no puede ser
altar; y en la Epístola a los Hebreos (5, 1), el Apóstol dice, indistintamente ofrecido por todos, sino por sólo el sacerdo-
hablando en general: Todo Pontífice tomado de entre los te deputado para ello.
hombres es puesto a favor de los hombres en aquellas co- Sea lo que fuere, considerado el asunto a priori, pres-
sas que tocan a Dios, para que ofrezca dones y sacrificios cindiendo de toda legislación positiva, lo cierto es que en
por los pecados. la ordenación de Dios, llámesele mosaica o ley de gracia,
8) Asimismo, que la inmolación, destrucción o trans- sólo a los sacerdotes se les permite ofrecer el sacrificio, pol-
mutación de la cosa sensible sea nota común de los sacri- lo que el Apóstol (Hebr. 5, 1-4) escribe: Todo Pontífice to-
ficios, aparece en muchos de los que cita la Sagrada Es- mado de entre los hombres es puesto a favor de los hombres
critura. en aquellas cosas que tocan a Dios para que ofrezca do-
Así, en el de la cruz tuvo lugar la destrucción de la vida nes y sacrificios por los pecados. Y el Concilio Tridentino
corporal de Nuestro Señor Jesucristo. En los sacrificios (ses. XXiii, c. 1) habla de este modo: "De tal manera están
cruentos de la Antigua Ley se mataban animales, tanto en unidos por ordenación divina el sacrificio y el sacerdocio,
los expiatorios, de los cuales dice San Pablo (Hebr. 9, 22) : que ambos existieron en toda ley" 23 °.
Y casi todas las cosas según la ley se purifican con sangre, 4.° Es necesario afirmar aquí que Cristo es sacerdote, y
y sin efusión de sangre no hay remisión, como en los ho- de modo tan eminente, que no sólo es Sumo Sacerdote, sino
locaustos, donde, por ser ofrecidos especialmente en reve- fuente de todo el sacerdocio de la Nueva Ley. Así se le llama
rencia de la majestad divina, se quemaban totalmente en en las Santas Escrituras: Grande sacerdote sobre la casa de
suavísimo olor a Dios (Lev. 9, 1 ) ; y aun en los sacrificios Dios (Hebr. 10, 21); sacerdote eternamente (Hebr. 5, 16):
pacíficos, donde la sangre de las víctimas se derramaba en grande Pontífice que penetró los cielos (Hebr. 4, 14); Pontí-
derredor del altar. Otro tanto sucedía en los incruentos, ya fice de los bienes venideros (Hebr. 9, 11).
se tratara de cosas sólidas, parte dé las cuales se quemaba 5.° Cristo es sacerdote según su naturaleza, no divina,
en el altar (Lev. 2, 2), parte quedaba para el sacerdote y sino humana, subsistente en la persona del Verbo; y, por
oferente; ya de líquidos, en los que la sangre, el vino y el tanto, Cristo, como Verbo, es principium quod sacerdos est.
aceite eran también derramados (Lev. 1-2; Ex. 29, 40). Y en por su humana naturaleza es principium quo de las ac-
verdad que la razón de sumisión y reverencia a Dios sig- ciones sacerdotales. San Cirilo de Alejandría lo enseña cla-
nificada por el sacrificio queda totalmente expresada en la ramente: "Dos naturalezas hay en Cristo, pero el que las
destrucción de la cosa ofrecida en honor de Dios. Este rito tiene es uno solo, y, por tanto, a uno y al mismo se le atri-
es por sí mismo a propósito para significar el afecto del buyen las cosas propias de la divina como de la humana
hombre que se consagra a su Creador, como a quien merece naturaleza. A las que son propias de la naturaleza humana
238
D ' A L É S , De Sanetiss. Euchar., t h . 4 ; D E LA TAILLE, Distinctio pertenece la dignidad sacerdotal. Luego ésta conviene a Cris-
oblationis et vmmolationis in traditione dogmática: E T L , a n . IV, fase. 3,
iul. 1927. 230
D B , n. 957.
Tr. de la Virgen Santísima.
610 P. I I I . CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 2 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN OBJETIVA 611
to, es decir, al Verbo encarnado. Confesamos ciertamente Y ciertamente; en la muerte cruenta que Cristo, Dios
que Dios es sacerdote, pero afirmamos que lo es según su na- Hombre, padeció en la cruz, hállanse los verdaderos elemen-
turaleza humana, no según su naturaleza divina" 2i0. tos del sacrificio, a saber: el sacerdote sacrificador, es decir,
Y con razón, porque es propio del sacerdote, como tal, el mismo Cristo, Dios Hombre, constituido sacerdote en la
ser inferior a Dios, puesto que se le considera medio entre encarnación, según su naturaleza humana; la cosa que se sa-
Dios y los hombres. Por tanto, si se dice que Cristo es sacer- crifica, que no es otra que la misma humanidad de Cristo
dote en su divina naturaleza, tendríamos que hacerle inferior como flor de todas las criaturas, o la misma persona de
al Padre en esta misma naturaleza, afirmación completa- Cristo, formalmente en cuanto hombre; la acción sacrificial,
mente arriana; o habría que confesar y admitir la muta- o sea la violenta y cruentísima destrucción de la vida hu-
ción o confusión de esta naturaleza divina en la humana mana de Cristo, admitida voluntariamente y ofrecida a Dios
al obrarse la encarnación del Verbo, doctrina del monofisis- por El mismo, no sólo internamente, sino también con inten-
mo puro. ción, externamente manifestada en la destrucción de la pro-
6.° Hay que suponer que Cristo fué constituido sacer- pia vida 243.
dote en la encarnación y por ella misma, no por elección al- Teniendo en cuenta todo lo dicho, vengamos ya al estu-
guna o consagración visible y externa. Pues el Apóstol le dio de la cooperación mariana a la obra de la redención en
presenta como queriendo, desde el principio de la encarna- su aspecto de sacrificio.
ción, ofrecer el sacrificio pedido y deseado por Dios, y así
dice (Hebr. 10, 5-7): Por lo cual entrando en el mundo dice: Cuestión 1. Si la Santísima Virgen cooperó a la reden-
Sacrificio y ofrenda no quisiste, mas me apropiaste cuerpo. ción del género humano por modo de sacrificio.
Holocaustos por el pecado no te agradaron. Entonces dije:
Heme aquí que vengo; en el principio del libro está escrito 1.° Es cosa manifiesta que la Santísima Virgen ofreció
de mí: Para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad. a Dios sacrificio en sentido lato:
Y en efecto: antes de la encarnación no pudo Cristo ser a) Ofreciéndole y consagrándole, con el mayor afecto
sacerdote, puesto que no existía su humanidad; lo es desde de su alma, y desde el instante mismo de su concepción in-
la encarnación, porque, al recibir la naturaleza humana, re- maculada, todo su ser, con sus fuerzas y facultades, y todos
cibió juntamente la obligación de ofrecerse como víctima pol- los perfectísimos actos de virtud que realizó 'iurante su vida.
la reconciliación del género humano, a lo cual fué destinado Y así dice San Alberto Magno: "De su corazón y de su cuer-
por Dios. Ahora bien, todo el que Dios destina a la oblación po construyó un templo al Espíritu Santo..., en el cual se
de una víctima queda, por lo mismo, constituido sacerdote ofreció a Dios a sí misma y, en sí misma, la castidad más
Y por eso dice San Atanasio: "El Verbo, siendo Creador ar- perfecta de cuerpo y alma en sacrificio el más acepto y agra-
tífice, quedó después hecho Pontífice, cuando se vistió un dable a Dios" 2 «.
cuerpo creado" 241. b) Padeciendo con Cristo, porque al ofrecer Jesús al
7.° Debemos suponer también que Cristo, ejerciendo su Padre su pasión por la salud de los hombres, ofreció, jun-
función de sacerdote, consumó en la cruz un verdadero sacri- tamente con El, y con ansia vehemente de conseguir el mis-
ficio, ofreciéndose a sí mismo voluntariamente a Dios como mo fin, su materna compasión, es decir, sus propios dolores
víctima por la redención del mundo; y, por tanto, el mismo y padecimientos, por los cuales era cruelmente atormentada,
Cristo es, en cuanto hombre, sacerdote oferente y a la vez constituyendo todo ello un verdadero sacrificio, aunque en
víctima ofrecida. Y así dice San Pablo (Ephes. 5, 2 ) : Y an- sentido lato.
dad en caridad, así como Cristo nos amó y se entregó a sí 2.° Pero es necesario investigar y conocer la parte que
mismo por nosotros, ofrenda y hostia a Dios en olor de sua- la Santísima Virgen tuvo en el sacrificio de Cristo, consu-
vidad. Por eso dice San León Magno: "¿Quién es el que por mado en el ara de la cruz.
nosotros se entregó a sí mismo, hostia y oblación a Dios, en 3.° Está claro que al sacrificio de Cristo concurrió María
olor de suavidad, o qué sacrificio jamás tan sacro como el de una manera remota, porque en todo sacrificio propiamen-
que el verdadero Pontífice celebró en la cruz por la inmola- te dicho ha de haber sacerdote y hostia; en el de la cruz,
ción de su propia carne?" 242. Cristo lo fué todo, según su naturaleza humana.
240
Contra Nestorium, 1. III. 243
241 S. TOMÁS, q. 48, a. i, ad 1.
Or. 3. ** Moríale, q. 51.
243
Ep. 124.
612 P. I I I . CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 2 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN OBJETIVA ' 613
Ahora bien: a) María, con su libre consentimiento, co- pane e del vino per la Messa solenne, egli le prepara: egli
operó a la institución o consagración sacerdotal de Cristo; assiste il sacerdote offerente, é puré a lui unito con intima
esta ordenación sacerdotal o consagración pontifical de Cris- comunione e sentimento sacrifícale. Maria sul Calvario fece
to no se hizo sin que ella diera su consentimiento, como se cosi: egli preparó l'Offerta santa, il Corpo del Figlio suo,
ve en aquellas palabras de San Lucas (1, 38): He aquí la nell'Incarnazione e lo fece grande a Nazaret; egli presento
esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Ella, por questa preziosissima Proprietá per il sacrificio, egli entro
tanto, dio el sujeto de la consagración concebido de sí mis- in perfettissima comunanza d'amore e di dblore col Sacer-
ma, y ofreció el lugar o templo donde había de hacerse, su dote offerente, che era nello stesso tempo la Vittima offer-
seno virginal, como santuario, consagrado etepecia(lmente t a " 2i».
para esto. También N. Pérez parece limitar la cooperación de María
Grimal, a este respecto, dice: "L'incarnation n'est rien al sacrificio de la cruz a la función de diácono cuando dice:
d'autre que l'inéfable ordination de Jésus. Le but primor- "No fué sólo en el momento de la encarnación cuando la
dial de l'incarnation est de consacrer le digne Pontife pour segunda Eva hizo el oficio de Corredentora. Fué aquél tan
adorer et expier. L'acte mime qui a fait subsister person- sólo el principio del largo y doloroso í-acrificio de la reden-
nellement l'humanité sainte du Christ en l'unissant au Ver- ción, que había de consumarse en el Calvario, y en todo él
be, l'a consacré préte par l'onction divine et éternelle. Or asistió Nuestra Señora como diácono al sacerdote y como
pour la dignité du Fils et de la Mere, pour la perfection de segunda víctima junto al Cordero de Dios" 250.
cette oeuvre grande entre toutes, Dieu veut que la sublime
ordination ne soit accomplie en Marie qu'aprés son assenti- TESIS. La Santísima Virgen cooperó a la redención del gé-
ment et avec son conscient et libre concours" 245. nero humano por su participación próxima en el sacrificio
b) Es también cierto que la Santísima "Virgen participó de la cruz.
activamente en el sacrificio de la redención, en cuanto que
preparó la víctima, que es el mismo Cristo, es decir, la en- PRIMERA PARTE.—1.° MAGISTERIO DE LOS ROMANOS PON-
gendró, cuidó y alimentó, en expresión de S. S. Pío X: "No TÍFICES.—León XIII habla de esta manera: "Estando ella
sólo hemos de alabar a la Santísima Madre de Dios por ha- presente y contemplándolo todo, había de consumarse aquel
ber suministrado de su carne al Unigénito de Dios la mate- sacrificio, cuya víctima alimentó generosamente...; estaba en
ria necesaria para hacerse hombre, con la cual podría ser pie, junto a la cruz de Jesús, María, su Madre, que, movida
hostia por la salud del mundo, sino también por haber guar- de caridad inmensa hacia nosotros, para recibirnos por hi-
dado y alimentado a esta víctima y haberla de este modo lle- jos, voluntariamente ofreció ella misma a su propio Hijo a
vado hasta el altar en el tiempo establecido" 24S. la justicia de Dios 251.
4.° Esto supuesto, la cuestión es si María cooperó a la San Pío X dice: "Al llegar el fin del tiempo para el Hijo,
redención del género humano por su participación próxima estaba en pie junto a la Cruz de Jesús su Madre, no ya ocu-
en el sacrificio de la cruz. pada en aquel terrible espectáculo, sino plenamente contenta
OPINIONES.—Además de los teólogos enemigos de la doc- de que su Hijo unigénito se ofreciera por la salud del gé-
trina que sostiene la cooperación inmediata de María a la ñero humano" 252.
redención objetiva en general 247, citaremos aquí a F. Turm- Y Benedicto XV: "De tal modo padeció y casi murió con
mers, quien, admitiendo la cooperación próxima mariana en el Hijo paciente y moribundo, cediendo por la salud de los
razón de satisfacción y mérito, afirma que, tratándose de sa- hombres sus maternales derechos al Hijo, e inmolándole del
crificio, esa cooperación no fué más que remota y en sentido modo que le era posible, para aplacar la justicia de Dios,
impropio. que, en verdad, puede decirse que ella misma, con Cristo,
redimió al género humano" 263.
Hophan 248 conténtase con la cooperación remota al redu- Pío XI: "La Virgen Madre de Dios, habiéndonos dado al
cir la participación de María en el sacrificio de la cruz a ¡a Redentor y habiéndole nutrido y ofrecido como víctima jun-
función del diácono. "II diácono porta all'altare le offerte del
249
24S Maria, c. 15.
Le Sacerdoce et le Sacrifice de N. S. Jésus-Christ, c. 3.
240
260
Mariología popular, p. irr, c. 2, q. 3.
Ene. Ad diem illum, 2 febr. 1904.
247
261
Ene. ¡ucunda semper, 8 sept. 1894.
Cf. p. III, c. 2, q. 3.
348
252
Ene. Ad diem illum, 2 febr. 1904.
Het mede-verdienen van de /<.. Maagd in het, verlossings- 253
Litt. aoost. 22 mart. 1918.
werk..., Gr., vol. xix, fase. 3, 1938.
614 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 2. COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN OBJETIVA 615
to a la cruz, por su misteriosa unión con Cristo y por su yo solo (Is. 63, 3 ) ; pero, al considerar el gran deseo que
gracia totalmente singular, fué también la Reparadora" (Ene. tenía María de sacrificarse también por la salvación de los
Miserentissimus Redemptor, 1928). hombres, dispuso que, con la oblación y el sacrificio de la
Y Pío XII (g. r . ) : "Ella fué la libre de toda mancha per- vida de su Hijo, cooperase a nuestra salvación" 267.
sonal y original; unida siempre estrechísimamente con su 3.° RAZÓN TEOLÓGICA.—La Santísima Virgen es consorte
Hijo, le ofreció como nueva Eva al Eterno Padre en el Gól- de Cristo en la obra de la redención; luego participa en la
gota juntamente con el holocausto de sus derechos maternos misma bajo el aspecto de sacrificio que en realidad tuvo.
y de su materno amor por todos los hijos de Adán, mancha- Ahora bien, esta participación, al menos próxima, de María
dos con su deplorable pecado" (Ene. Mystici Corporis Chris- en el sacrificio del Calvario no parece ser otra que la acción
ti, 1943). oblativa, por la que, unida a Cristo, le ofreció cuando El
En estos documentos pontificios se afirma la cooperación mismo se ofrecía en sacrificio sobre el ara de la cruz.
de María al sacrificio de la cruz, no sólo porque dio a luz a
Cristo y le formó con su carne y con su sangre y le nutrió Cuestión 2. Si la cooperación de la Santísima Virgen al
y custodió, sino también porque María, presente al sacrificio sacrificio de la cruz fué estrictamente sacerdotal, de
de la cruz, ofreció a su Hijo voluntariamente a la divina tal modo que fuera ofrecido conjuntamente por Cristo
justicia y como nueva Eva le inmoló, en cuanto a Ella per- y por María.
tenecía, ofreciendo en holocausto sus dolores y sus derechos
maternales, por la salvación del género humano. SENTENCIAS.—1. Seiler 258 afirma que María ha coofre-
2. a ESCRITORES Y DOCTORES ECLESIÁSTICOS.—Amoldo de
cido el sacrificio de la cruz en función sacerdotal con verda-
Chartres escribe: "Una sola voluntad (o deseo) había en- dero y propio sacerdocio, no como instrumento subordinado
tonces en Cristo y en María, y ambos ofrecieron un mismo al sacerdocio de Cristo, sino, en cierto sentido, colateral y
coordinado con coordinación imperfecta.
holocausto. Ella en la sangre de su corazón; El en la de su Godts '"•' compara la función sacerdotal de María en el
carne, obteniendo así un efecto común: la salvación dei sacrificio de la cruz a la del neosacerdote en la misa de su
mundo" 254. ordenación sacerdotal: "Au moment oü le souverain Prétre
San Alberto Magno dice: "Ella con su consentimiento exerce sur le Caivaire la fonction principaie de son ¿aceruuce,
espontáneo en la pasión ofreció por todos nosotros a su pro- et par une oblation unique procure la perfection pour tou-
pio Hijo e Hijo de Dios, no en cuanto que el pan y el vino se jours á eeux qui aont sanctiíieá, Marie se tient a ¿.e^ cote¿ et
convirtieran en su cuerpo y fuera éste inmolado bajo espe- offre avec Lui le méme sacrifice comme dans la messe de
cies ajenas, sino en cuanto que había sido formado, según son ordination sacerdotale le jeune prétre offre le méme sa-
el cuerpo, de su carne y sangre, en su misma especie propia, crifice en méme temps que l'evéque consécrateur".
en la que ella habíale engendrado" 255.
San Buenaventura exclama: "Nos dio y ofreció por 2. Lepicier 2i;u, Jtiugon 261, Ceuppens -"-, opinan que Ma-
nosotros a su Hijo, a quien amó mucho más que a sí mis- ría no ofreció en la cruz un sacrificio en sentido propio y
estricto, reservada como estaba la oblación sacrifical al Hijo
ma" 2M . de Dios hecho hombre, que es nuestro único Redentor.
Y San Alfonso María de Ligorio: "Esta amorosísima Ma- 283 264
dre nuestra estuvo siempre y completamente unida a la vo- 3.
266
J. Chrysostome
267
, Bittremieux
268
, Borzi 2(iti, Strá-
luntad divina; por lo cual dice San Buenaventura que, al ter , Aldama , Bertetto , afirman la participación es-
tricta de María en el sacrificio de ia cruz.
considerar el amor del Eterno Padre a los hombres, que llegó
a entregar el Hijo por nuestra salvación, y el amor del Hijo, 257 Las glorias de María, p. i, c. 1.
que quiso morir por nosotros para conformarse con este ex- 258 Corredentrix, p. 34, 13.
259 La Corredemptrice, p. n, c. 5.
cesivo amor del Padre y del Hijo al género humano, consin- 200 L'Immaculata Corredentrice, p. n, c. 10.
tió también de buen grado en que su Hijo muriese por nues- 261 La Vierge Prétre, p. n, c. 5.
tra salvación." "Verdad es que Jesús quiso ser solo en mo- sea Mariol comp. n. 314-318.
rir por la redención del género humano: El lagar he pisado
203 Les trois grands priviléges de Marie, c. 9.
264 O. c.
254
205 María hominum corredemptrix, p. II, c. 4.
L. c.
26,1
260 Mariologia, IV, 3.
Mariale, q. 51. 267
Sacrae Tkeologiae Summa. Mariologia, n. 187-189.
** Serm. I, De B. Virgine. 268
De marialis sacerdotii natura; "Ephem. Mariol.", fase, 4 (1952).
6IR P. I I I . CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
c. 2. COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN OBJETIVA 617
entre otros Padres, Orígenes 28°, San Basilio 281, San Gregorio Y en otro lugar: "¡Oh nobilísima hostia de los justos Joa-
Niseno 2K2, cuyas palabras, sin embargo, pueden fácilmente quín y Ana! ¡Oh bella oblación, hecha precio de la reden-
explicarse en buen sentido. Y la razón es ésta: el precio debe ción del mundo!" 2S7.
pagarse al que, con derecho propio, retiene a los cautivos, San Juan Damasceno: "María fué útil a toda criatura,
al acreedor, a la persona ofendida y juez supremo, que en pasándola, como si la comprara, de la servidumbre a la li-
nuestro caso sólo Dios lo es, puesto que solamente a El le bertad" 288.
pertenece la potestad de condenar al infierno (Le. 12, 5 ) ; Y San Buenaventura: "Ella misma presentó aquel precio,
mas no debe pagarse al que, apoyado en derecho ajeno, de- pagó y adquirió... Aquella mujer, Eva, nos arrojó del paraí-
tiene al cautivo como guardián de la cárcel, ministro y ejecu- so y nos vendió: ésta, María, nos compró y nos restituyó a
tor de las órdenes del juez, como es el diablo 2S3. él" 2S0.
4. a Advertido lo cual pasamos a estudiar la compasión 2.° RA2ÓN TEOLÓGICA.—a) La compasión de la Santísi-
de la Virgen en su aspecto de cooperación a la redención es- ma Virgen cooperó ciertamente a nuestra salud a manera de
trictamente dicha. satisfacción o consatisfacción. Esta satisfacción tiene siem-
pre razón de precio redentivo, según doctrina de Santo To-
TESIS. La Bienaventurada Virgen María cooperó con su más, al decir "que la satisfacción con la que uno satisface por
, compasión a la redención humana, formal y estrictamen- sí mismo o por otro se llama precio que los redime del pecado
- te dicha. y de la pena, en conformidad con aquello de Daniel (4, 24);
Redime tus pecados con limosnas. Es, por tanto, cierta la
razón de precio redentivo que se atribuye a la compasión
1.° SANTOS PADRES Y DOCTORES DE LA IGLESIA. — San mariana.
Efrén invoca a María diciendo: "Alivio de la tristeza, libera-
ción de la cautividad. Tú,2Mauxilio de pecadores y precio de b) Redimir al género humano es librarle de la servidum-
redención de los cautivos" . bre del pecado y sus correspondientes penas, pagando el pre-
cio debido. A esto concurrió o cooperó la Santísima Virgen
Crisipo, presbítero de Jerusalén, escribí: "¿Qué dirá, ha- de dos modos, a saber: ofreciendo sus propios dolores, que
blando consigo mismo, el enemigo del género humano, al son, de alguna manera, precio pagado por nuestra redención,
contemplar que por una mujer hemos sido reintegrados a y, principalmente, pagando, a su modo, con Cristo el mismo
la primitiva adopción de hijos? He aquí lo que dice y repite, precio que el Redentor pagara.
preguntando: ¿Cómo ha sido posible que quien me sirvió de
instrumento en un principio sea ahora mi contrario? La mu- a) Que María ofreció sus dolores acerbísimos por la re-
jer me ayudó a dominar tiránicamente al género humano y dención humana lo atestigua Pío VII cuando dice: "Están
la mujer me arrebató este dominio. Exaltóme la antigua Eva ciertamente obligados los fieles cristianos, en relación con la
y la nueva me ha humillado... Ciertamente que hubiese con- Santísima Virgen, como Madre dulcísima del Hijo, a venerar,
venido más no haberla engañado entonces; mejor me hu- en meditación y piedad constante, la memoria de los acerbí-
biera sido no seducirla por la serpiente. ¿Qué me aprovechó simos dolores que estando junto a la cruz de Jesús padeció
el disfraz aquel, si los que hice siervos reciben nuevamente con singular fortaleza y constancia invicta, y ofreció al Eter-
su vieja libertad; más aún, recibiendo su libertad primera, no Padre por la salud de todos" 29 °.
reciben juntamente el derecho a la herencia del mismísimo San Alberto Magno alaba la máxima caridad de María
reino de los cielos?" 285. para con el prójimo con estas palabras: "No es dificultad
Jorge de Nicomedia dice: "¡Oh precio que supera en pre- decir que no dio su vida por el prójimo: dio por él la vida
ciosidad a todo precio! ¡Oh Madre de Dios, por ti el género de su Hijo y aun a su Hijo mismo, a quien amaba mucho
humano, desterrado, vuelve a su patria!" 2S6. más que a su propia vida, y, si hubiera sido necesario, ha-
bría también ofrecido voluntariamente su vida a la pasión,
280 y, en realidad, la crucificó con el Hijo, ofreciendo así dos vi-
281
In Matth., 16.
282
Hom. in Ps. 48.
Or. catech. magna.
2S3
PERRONE, De Incarnatione, p. u, c. 6, p. 627. '"
48
Or. 7 in eamdem solemnitatem.
284
BOVER, ETL, an. IV, fase. 2; Gr., vol. vr, fase. 1. i9
Or. 1 fie- Assumptione.
285 Qr_ ¿n g Mariam Deiparam, Homélies Mariales Byzantin.es. De donis Sp. Sancti, coll. 5, 14.
286 '" Ep. ad Episc. Calaritanuní, 9 Jan. 1801.
Or. 6 in Deip. Virginia ingressum.
622 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 2 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN OBJETIVA 623
ARTICULO I
que está en los cielos, y después de haberle invocado con las muerte santa, ya que con esto se completa en cada uno eficaz
más hermosas peticiones, la voz suplicante se vuelve desde y perpetuamente la obra de la redención humana" 23.
el trono de Su Majestad a María, conforme a esta ley de mi- Pío XI habla también expresamente de la cooperación
sericordia y oración de que venimos hablando, y que San de María en la dispensación de las gracias: "La misma Vir-
Bernardino de Siena formula en estas palabras: "Toda gracia gen Madre, depositaría de todas las gracias divinas, pareció
que se comunica a este mundo lleva este triple y ordenadí- aprobar y confirmar en repetidas apariciones la devoción del
simo proceso: de Dios, a Cristo; de Cristo, a la Virgen; de la pueblo francés" **.
Virgen, a nosotros" 19. "Nos, para que más y más vaya creciendo la antiquí-
Al año siguiente repite estas mismas enseñanzas: "Por sima devoción del pueblo cristiano hacia la Virgen, deposi-
disposición divina, de tal modo empezó a velar por la Igle- taría divina de todas las gracias, gustosa y complacidamente
sia, que la que había sido cooperadora del misterio de la re- concedemos lo que se nos pide" 25.
dención fuera igualmente dispensadora de todas las gracias El mismo Sumo Pontífice exhorta a los fieles a que en
que de él habían de derivarse en todo tiempo, habiéndosela la sagrada festividad del Corazón divino, "confesando su fe
otorgado para ello una potestad casi inmensa" 20. firme, su esperanza cierta, su caridad ardiente, pidan con
"De ella, como de conducto abundantísimo, sale la celes- fervor al mismo Corazón santísimo, por mediación del po-
tial bebida de las gracias: en sus manos están los tesoros de deroso patrocinio de la Virgen Madre de Dios, mediadora de
las misericordias divinas. Dios ha querido que sea el princi- todas las gracias, por sí mismos cada uno, por la patria,
pio de todos los bienes" 21. por la Iglesia, por el Vicario de Cristo y por los demás
San Pío X: "Por esta comunión de dolores y volunta- pastores, unidos a él en el gravísimo oficio de la dirección
des entre María y Cristo, mereció ser María dignísima repa- de las almas" 2e.
radora del orbe caído, y, por tanto, la dispensadora de todos Y en otro lugar: "Fué siempre tradicional en los cató-
los dones que Jesús con su muerte y sangre nos ganara. licos acudir a María en las horas difíciles y en los tiempos
"Reconocemos, ciertamente, que la dispensación de lo? de peligro y descansar en su bondad de Madre. Pues ella,
dones pertenece a Cristo por derecho propio y exclusivo, pues- Madre de Dios y administradora de las gracias celestiales,
to que los adquirió con su muerte y El es potestativamente el ha sido colocada en los cielos sobre el más excelso trono
mediador de Dios y de los hombres. No obstante, por aquella del poder y de la gloria, para conceder el socorro de su patro-
comunión de dolores y miserias de la Madre con el Hijo, se cinio a los hombres en su peregrinación por la tierra, llena
le concedió a esta Virgen augusta ser la mediadora y conci- siempre de trabajos y peligros" 27.
liadora poderosísima de todo el orbe para con su Hijo uni- Y Su Santidad Pío XII (g. r.) en su ene. Mediator Dei
génito. Por tanto, Cristo es la fuente de cuya plenitud reci- dice: "Ella nos enseña todas las virtudes, nos da a su Hijo,
bimos todos...; pero María, por su caridad, como dice muy y con El todos los auxilios que nos son necesarios, porque
bien San Bernardo, es el acueducto o el cuello por donde se Dios ha querido que todo lo tuviésemos por medio de María."
une el cuerpo a la cabeza y por donde la cabeza hace llegar Y en el radiomensaje con motivo de la coronación de la
al cuerpo toda su virtud y eficacia. Ella es el cuello de nues- Virgen de Fátima, 13 de mayo de 1946: "Bendito sea el
tra Cabeza, por el que se comunican a su cuerpo místico todos Señor, y con el Señor sea bendita aquella que El constituyó
los dones espirituales" 22. Madre de Misericordia, Reina y Abogada nuestra amorosísi-
Su Santidad Benedicto XV, en sus Letras apostólicas a ma, Mediadora de sus gracias y Dispensadora de sus tesoros."
la Cofradía de Nuestra Señora de la Buena Muerte, expone 2.° SAGRADA ESCRITURA: a) Antiguo Testamento.—
la misma doctrina: "Y si, por este motivo de la compasión Génesis (3, 15): Pondré enemistades entre ti y la mujer, en-
de María con Cristo, las gracias que el género humano per- tre tu linaje y su linaje; ella quebrantará tu cabeza y tú\
cibe del tesoro de la redención son distribuidas personal- pondrás asechanzas a su calcañar.
mente por la misma Virgen dolorosa, claramente se deduce En estas palabras, como ya se ha dicho muchas veces,
que de ella ha de esperarse para los hombres el don de una 23
Litt. apost. ínter Sodalitia, 22 marzo 1918.
24
Litt. apost. Galliam Ecclesiae filiam primogenitam, 2 marzo
Ene. Iueunda semper, 8 sept. 1894. de 25
1922.
Ene. Adiutricem poptdi, 5 sept. 1895. 29
Litt. apost. Cognitum sane, 14 mayo 1926.
Ene. Diuturni temporis, 5 sept. 1898. Ene. Caritate Christi cornpulsi, 3 mayo 1S32.
27
Ene. Ad diera illum, 2 febr. 1904. Litt. apost. Solemne semper, ad card. Schüster, 15 agosto 1932,
C. 3 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 633
^§2 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
iguales entre sí; después, una33hízose causa de nuestra muer- engendrando al que vive, se hizo madre de todos los vivien
te; la otra, de nuestra vida" . tes" « .
Otros muchos Padres mencionan esta Mmisma compara- San Agustín: "Y por esto, aquella sola mujer es madre
ción de María y Eva, como San Epifanio , San Juan Cri- y virgen, no sólo en el espíritu, sino también en el cuerpo.
sóstomo 36, San Ambrosio 3G, San Agustín 37, etc. Y Madre en el espíritu, no de nuestra Cabeza, que es el
Y esta comparación de María con Eva, en el sentido de mismo Salvador..., sino de los miembros del Salvador, que
ser la una causa de la muerte y la otra de la vida, no con- somos nosotros, porque cooperó con su caridad para que na-
siste meramente en el hecho de habernos dado María a Cris- ciéramos hijos fieles en la Iglesia, esto es, miembros de
to, fuente de todas las gracias, sino en ser, además de Madre, aquella Cabeza, pues de ésta es madre corporalmente" 44.
consorte y esposa de Cristo en la obra de la restauración San Pedro Crisólogo: "La que por naturaleza fué madre
humana, como Eva lo fuera de Adán para perdernos, y ev de los que mueren, lo es ahora, por gracia, de los que vi-
haber trabajado juntamente con Cristo en la obra redento- ven" 45. Quiere decir que el mismo sexo fué las dos cosas:
ra, que, al fin, se completa y encierra en estas dos fase.í o ésta, por María; aquélla, por Eva, como lo explican estas
aspectos: adquisición y dispensación de las gracias. palabras: "De la mujer hace huir la perfidia; a la mujer
b) En la afirmación general de la mediación mañana.— hace que vuelva la fe; para que la que contribuyó a la per-
San Efrén: "A ti, por tanto, inmaculada y Mediadora del dición sea dispensadora de la salud, y sea, por Dios, madre
mundo, te dirijo mis súplicas en contrición perfecta." de los que viven la que, por el diablo, fué madre de los que
"Después del Paracleto, otro consolador, y después del mueren" 4<í. Y en verdad que la maternidad espiritual da
Mediador, la Mediadora de todo el mundo." María, con respecto a los redimidos, se identifica con el oficio
"Salve, Mediadora excelentísima de Dios y de los nom- de dispensadora de las gracias, o éste se deriva de aquélla
bres" 38. como propiedad natural.
San Epifanio (o un autor ciertamente antiquísimo): "Ella d) Finalmente, en algunos testimonios patrísticos de
es la Mediadora del cielo y de la tierra, pues los unió natu- este período se enumeran muchas gracias que por María
ralmente" 39. han llegado a nosotros, y parecen indicar su cooperación in-
San Juan Crisóstomo: "Mediadora de reconciliación de mediata.
Dios y de los hombres" i0. Así, San Cirilo de Alejandría dice: "Salve, María, Ma-
San Basilio, obispo de Seleucia: "Dios te salve, llena de dre de Dios, tesoro de todo el orbe, que nosotros debemos
gracia, Mediadora entre Dios y los hombres, a fin de que, venerar...; por la cual es alabada y adorada en todo el mun-
roto el muro de la 41
enemistad, queden unidas las cosas terre- do la preciosa cruz; por la cual llénase el cielo de gozo, alé-
nas a las celestes" . granse los ángeles y arcángeles, huyen los demonios, el dia-
San Andrés Cretense: "Salve, Mediadora de la ley y de blo tentador cae del cielo y al cielo sube la criatura caída;
la gracia, sello y firma del Viejo y Nuevo Testamento" 42. por la cual llega el conocimiento de la verdad a toda cria-
tura presa en la demencia de los ídolos, y viene a los cre-
c) En el hecho de la maternidad espiritual de María con yentes el bautismo santo, y se levantan iglesias en el mundo,
respecto a todos los redimidos.—San Epifanio: "La bien- y son traídas las gentes a contrición y penitencia" 47.
aventurada Madre de Dios, María, está significada en Eva, San Modesto de Jerusalén habla así de la Virgen: "Por
que, misteriosamente, recibió el nombre de madre de los ella hemos recibido la remisión de los pecados y fuimos
que viven. Ella es la que, en verdad, dio vida al mundo y, libres de la tiranía diabólica...; por ella hemos sido mística-
mente creados de nuevo y convertidos en templo del Espíritu
33
Serm. exeg. ad Gen., c. 3. Santo." Y después la saluda "como a la que engendró la vida
31
Adv. haereses, 1. III, 78.
30
y la resurrección del mundo; por cuya gracia participa de
Hom. in S. Pascha.
3 aquella vida eterna toda naturaleza intelectual y racional" 48.
°
De Instit, Virgin., c. 14.
s
'
Serm. 13, De Natali Domini; De symb. ad Catech., c. 4. Y San Andrés Cretense: "Desde tu traslación de entre
38 13
BOVEK, S. Ephraem Syri testimonia de B. M. V. mediatione: Advers. haer., 78.
44
ETL, an. IV, fase. 2. De Someta Virginit., c. 6.
3 45
" Or. de laúd. S. Mariae Deiparae. Serm. 140, De Annunt.
40 48
Or. in Nat. B. M. V. Serm. 64.
41 47
Or. in Annuntiationem. Hom. 4, Contra Nestorium.
42 48
Or. 3 de Virg. M. Nativit. Encom. in B. Virginem.
g 3 fi P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 3 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 637
"¿Quién sino Cristo es la fuente de la vida?... Pero la encontrarán al saludarla con humildad y decirla confiados:
fuente ha llegado hasta nosotros... Descendió por el acue- Devuélvenos nuestra gracia, que tú encontraste" 65.
ducto aquel chorro celestial no para presentarnos toda la Ricardo de San Lorenzo escribe: "Por ser el tesoro del
abundancia de la fuente, sino para infundir la lluvia de la Señor y la tesorera de sus gracias, enriquece copiosísima-
gracia en nuestros secos corazones, en unos más, en otros mente de dones espirituales a los que la sirven" 66.
menos. Llenó ciertamente el acueducto, para que de esta "Era conveniente en María aquella plenitud de gracia,
plenitud reciban los demás, no la plenitud misma. Conocis- ya que por ella, como por canal, había de redundar en todo
teis ya, si no me engaño, a quién llamo yo acueducto... Co- el género humano. Si, pues, te faltara a ti, ¡oh alma fiel!,
nocisteis a la que le fué dicho: Dios te salve, llena de gra~ aquella gracia, te es imprescindible correr y acogerte a la
eo
cia" . plenitud de María. Y no digas que ha de aminorarse esta
"Es necesario un mediador, y para con este Mediador, abundancia plena si tú de ella tomares; pues es de tal na-
ninguno a nosotros más útil que María... Ella se ha hecho turaleza, que tanto más se agranda cuanto más se toma,
toda para todos; hízose deudora, en su misma caridad, de como en el amor sucede" 67.
sabios e ignorantes; para todos está lleno el seno de su San Alberto Magno: "María recibe inmediatamente las
misericordia, a fin de que participen de su plenísima abun- divinas iluminaciones y ella misma distribuye umversalmen-
dancia: el cautivo la redención, el enfermo la salud, la con- te todas las bondades" 6S.
solación el triste, el pecador el perdón, la gracia el justo, el "Por ella pasó toda la gracia, creada e increada, que vino
ángel la alegría y, en fin, toda la Trinidad la gloria" 61. o había de venir al mundo. Es, por tanto, madre de todo
"Por lo demás, todo cuanto quisieres ofrecer, acuérdate bien, de toda gracia, de toda misericordia" 69.
de ofrecerlo por María, para que el don vuelva al dador de Preguntándose después el santo doctor qué ha llegado a
la gracia por el mismo cauce que a ti bajara. Ni es Dios im- nosotros de la plenitud de María, responde, distinguiendo una
potente para infundir la gracia como quisiere, sin acueducto doble plenitud de gracia: "Una, dice, es dadora y no recep-
alguno, pero quiso en su providencia preparar éste en tu tiva, propia de Dios... Otra es receptiva, pero de triple as-
favor" 62. pecto: es receptiva, dadora y no retentiva, que es la plenitud
Hugo de San Víctor dice: "En tus manos están los te- del canal. Y así la bienaventurada Virgen está llena de
soros de la misericordia divina. No se cierre nunca tu mano; gracia, de todas las gracias, en cuanto al número, y todas
pues tu gloria, lejos de oscurecerse, aumenta en esplendo- ellas, numéricamente, pasan por sus propias manos... Hay
res cuando los penitentes, justificados con el perdón, son otra plenitud receptiva, retentiva y no dadora, que es la del
llevados a la gloria" 63. vaso... Y otra plenitud receptiva, dadora y retentiva, figu-
San Amadeo, obispo de Lausana: "Por el cuello, que está rada en la fuente, que, estando siempre llena, fluye. Tam-
sobre los otros miembros, les suministra la gracia vital de bién esta plenitud conviene a María, de la cual fluye con-
la cabeza; queda allí significada la altura de María, quien, tinuamente la gracia sin que su plenitud deje de serlo; ella
presidiendo a los miembros de la Iglesia, une la cabeza al es, por tanto, una pequeña fuente que creció hasta conver-
cuerpo; porque une a Cristo con la Iglesia y en todos va in- tirse en río inmenso y redunda en aguas caudalosas. Dé esta
fundiendo aquella vida que ella recibe en primer término" 64 fuente plena sale y corre toda la plenitud que pueda hallarse
El cardenal Hugo exclama: "No temas, ¡oh María!, por- en los hombres" 70.
que encontraste en Dios una gracia que nadie antes de ti Y en otro lugar: "María, como canal, trae a nosotros el
pudo encontrar... Y no dijo el ángel: tienes gracia cerca de torrente de las gracias que antes corrieron en todo tiempo" 71.
Dios, sino que la encontraste, porque lo que se tiene, guár- "Ella es la fuente de agua inagotable, por la plenitud de
dase como propio, y lo que se encuentra ha de restituirse a su misma gracia, de la cual recibe el pecador la absolución
quienes lo perdieron. Por tanto, no había de retener la gra- que perdona; el justo, la pureza de la gracia; refrigerio el
cia para sí sola, sino restituirla a los que la perdieron, y por tentado, y el devoto, la bebida dulce de la sabiduría."
eso dijo el ángel: Encontraste... Corran, pues, los pecadores 66
a la Virgen, que, si pecando perdieron la gracia, en ella la 66
Postilla super Evang. sec. Luc, c. 1.
00
De laudib. B. Mariae, 1. n.
67
Serm. in Nativ. Mariae. Ibíd., 1. I.
111 68
Serm. de verbis Apocal., in "Signum magnum". Moríale, q. 29.
62 69
83
Serm. in Nativ. Mariae. Ibíd., q. 147.
70
Miscellan., 1. m , tít. 4. Mariale, q. 158.
71
" De laudib. B. Virg., hom. 2. ln Postillis suptr Luc., c. 1.
0-10 r . III rONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 3 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 641
divinas que no convienen a Eva, ni a otra mujer alguna, avec celui de son Fils Jésus á la consommation de son
sino sólo a María, que fué elegida por Dios para que entre oeuvre... en distribuant aux hommes avec une tres grande
ella y la serpiente y entre la descendencia de una y otra se charité les fruits de la vie, de la passion et de la mort de
entablase no una lucha cualquiera, sino una guerra perpe- son Fils, c'est á diré, les gráces et les bénédictions qu'il leur
tua y dura, que había de prolongarse hasta que la misma a méritées durant le cours de sa vie mortelle et passible et
mujer y su bendito fruto quebrantaran la cabeza y el poder dont son coeur maternel est comme le dépositaire et le gar-
de la serpiente maldita y devolvieran al género humano la dien... Le Sauveur, dit Saint Bernard, a versé á pleines
dignidad y la salud perdida" 82. mains, sans mesure et sans bornes, tous ses trésors dans son
Poco después el mismo santo doctor confiesa la verdad de sein: "Salvator in eius sinum omnes thesauros suos absque
la mediación universal de María en la dispensación de las mensura transfundit." II a voulu qu'elle soit la trésoriére de
gracias, atribuyéndola la plenitud de las mismas, como a río ses dons et de ses gráces, et il a résolu de n'en donner aucu-
por el que fluyen y pasan a todos los hombres: "Está, dice, ne á qúi que ce soit que par son entremise" 8T.
la plenitud de Cristo, a quién llaman fuente; la de María, El B. Luis María Grignion de Montfort: "Dieu le Fils a
como río, y la de los santos, como arroyuelos derivados de communiqué á sa Mere tout ce qu'il a acquis par sa vie et
éste" 83. sa mort, ses mérites infinis et ses vertus admirables, et il l'a
Más expresivamente lo dice San Eoberto Belarmino: faite la trésoriére de tout ce que son Pére lui a donné en
"Cristo es cabeza de la Iglesia, y María, cuello. Todos los do- héritage; c'est par elle qu'il applique ses mérites á ses mem-
nes, todas las gracias, los influjos celestiales todos, proceden bres, qu'il communiqué ses vertus et distribue ses gráces:
de Cristo, como de Cabeza, y pasan por María, como por el c'est son canal mystérieux, c'est son aqueduct par oü il fait
cuello, al cuerpo de la Iglesia. En el cuerpo hay varias ma- passer doucement et abondamment ses miséricordes.
nos, y brazos, y hombros, y piernas, y pies, pero una sola ca- Dieu le Saint-Esprit a communiqué á sa fidele épouse ses
beza y un solo cuello. Así también en la Iglesia muchos son los dons ineffables; et il l'a choisie pour la dispensatrice de tout
apóstoles, los mártires, los confesores, las vírgenes, las viu- ce qu'il posséde; en sorte qu'elle distribue á qui elle veut
das, pero uno solo es el Hijo de Dios y una sola su Madre" ?4. autant qu'elle veut, comme elle veut et quand elle veut, tous
Y sigue diciendo: "Es, por tanto, la Iglesia un cuerpo her- ses dons et ses gráces; et il ne se donne aucun don celeste
mosísimo y completo, cuya cabeza es Cristo, Dios y Hom- aux hommes qui ne passe par ses mains virginales. Car telle
bre... El corazón, que reside, invisible al exterior, en la mitad est la volonté de Dieu, qui a voulu que nous ayons tout en
del cuerpo, y que difunde por todos los miembros el calor y Marie" 88.
la vida, es el Espíritu Santo... Pero el cuello, como ya diji- Bossuet: "La Sagesse divine, ayant une fois résolu de
mos, es la Virgen Madre; ella está próxima a la cabeza, ella nous donner Jésus-Christ par la Sainte Vierge, ce décret ne
la une al cuerpo, y por ella pasan los celestiales influjos de se change plus: il est et sera toujours véritable que sa cha-
la cabeza a los miembros" 85. rité maternelle ayant contribué á notre salut dans le mys-
San Lorenzo de Brindis escribe: "La cabeza se inclina tére de l'Incarnation, qui est le principe universel de la grá-
por el cuello y nosotros alcanzamos la misericordia de Dios ce, elle y contribuera éternellement dans toutes les autres
por María; por el cuello bajan al cuerpo los influjos de la opérations qui n'en sont que des dépendances" 89.
cabeza y a ésta suben los vapores de aquél; de este modo San Francisco de Sales nos dice: "Mais remarquez que
por María suben a Dios las oraciones de la Iglesia y a la Sainte Elisabeth recut le Saint-Esprit par l'entremise de la
Iglesia descienden las divinas gracias" S3. Sainte Vierge, pour nous montrer que nous devons nous ser-
De San Juan Eúdes son estas palabras: "L'Homme Dieu vir d'elle comme médiatrice envers son divin Fils pour ob-
a operé notre rédemption comme cause premiére et souverai- tenir le Saint-Esprit, car bien que nous puissions aller á
ne et par ses propres mérites; et sa tres sainte Mere y a Dieu directement et lui demander ses gráces sans nous servir
cooperé comme cause seconde et dépendante de la premiére de l'entremise de la Sacrée Vierge et des saints, néanmoins
et par les mérites de son Fils... Le coeur de Marie coopere il n'a pas voulu que cela füt ainsi" 90.
82
Y San Alfonso M. de Ligorio afirma: "Sarebbe errore il
De María Virgine incomparabili et Dei Genitrice, 1. i, c. 2. 87
83
Ibíd. 1. I, c. 8. Coeur admirable, 1. n, c. 4, sect. 2.
84 88
Conc. 42, De Nativ. B. M. Virginia. 88
Traite de la vraie dévotion, c. 1.
85
Ibíd. Oeuvres, t. vil, p. Y78.
86 90
Mariale. Serm. pour la Visitation.
(544 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 3 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 645
credere, che Dio ed il suo benedetto Figliuolo non ci con- Avila 10s, B. Alfonso de Orozco 109, Francisco Arias 110, Am-
cedessero né potessero concederé grazie senza la mediazione brosio Montesino 1U , Luis de Acevedo 112 , Cristóbal Fonse-
ed intercessione di Maria... Altro parimente é il diré che Dio ca 113, Diego Murillo 114, Sarmiento de Mendoza 115 , Lorenzo
non possa, altro che Dio non voglia concederé le grazie de Zamora 116, Francisco Hurtado 117, Felipe Bernal 1 1 \
senza l'intercessione di Maria... Chi mai puo negare che sia V. Juan Palafox 119, Benito de la Serna 12°, Nieremberg 121, Al-
molto ragionevole e conveniente, l'asserire che Dio... voglia fonso Andrade 122, José de Jesús María 123, Pedro Varona
che tutte le grazie che si hanno da concederé alie anime Valdivielso 124, Pedro Ribadeneyra 125, Bartolomé Alcázar 12tl
rédente per mano di Lei passino e si dispensino... Ma il pun- y, finalmente, José Valdivielso, que muestra a Dios hablando
to che qui intendiamo di provare é che l'intercessione di Ma- así a María:
ria sia ben anche necessaria per la nostre salute: necessaria
diciamo, non gia assolutamente, ma moralmente, per parlare ¡Oh sola, con quien tengo dividido
come si deve. E diciamo che questa tal necessitá nasce dalla El trino imperio; porque sola tienes
stessa volontá di Dio, il quale vuole che tutte la grazie che De mi sumo poder poder cumplido
Egli ci dispensa, passino per mano di Maria" 91. Para distribuir mis ricos bienes!
¡Oh sola, a quien james he diferido
A todos éstos hemos de añadir otros egregios escritores Los altos dones que a pedirme vienes!
y teólogos que defendieron y abrillantaron con sus escritos ¿Qué te podré negar de ningún modo,
esta doctrina de la distribución universal de las gracias por Pues que, siendo yo tuyo, es tuyo todo ? 127
María contra las insidias jansenistas.
a) Así, entre los extranjeros, Mischow 92 , Paciuchelli 93 , D) Época cuarta, desde la definición dogmática de la
Leonardo de Porto Mauricio °4, Segneri 95 , Novato 96, D'Ar- Inmaculada Concepción hasta nuestros días,—En el siglo Xix,
gentan 97, Keichenberger 98 , Crasset 99 , Lodv. Bona 10 °, De día 8 de diciembre de 1854, S. S. el Papa Pío IX definió
Cerf 101, Boudon 102, y singularmente Ketwigh, de quien son solemnemente, con el aplauso de todo el orbe católico, la Con-
estas palabras: cepción Inmaculada de la Santísima Virgen María.
"Todos los dones que Dios concede a sus fieles los dispen- Definición verdaderamente trascendental, no sólo por la
sa por manos de María; de este modo quiere El honrarla. afirmación dogmática de tan excelsa prerrogativa mariana,
Ninguna criatura consigue de Dios la gracia sino por dis- si que también porque enuncia y declara auténticamente el
pensación de su misma piadosísima Madre. principio de la asociación de María con Cristo en la obra de
Las súplicas de los santos no nos alcanzan bien alguno la redención humana, como doctrina tradicional de la Iglesia
si a ellas no se añade la impetración de María" 103. Documento preciosísimo, que, juntamente con las encí-
b) En nuestra Patria son multitud ingente los teólogos clicas marianas de León XIII y de los Pontífices posteriores,
y escritores que predicaron esta doctrina de la dispensación estimuló y enardeció a los teólogos para que estudiaran más
universal de las gracias de María, entre los cuales merecen ios Qbras espirituales.
citarse : ma Trat. de las doce estrellas.
310
Aprovechamiento espiritual.
Salmerón 104 , Suárez 10r', Salazar 108, Vega 107 , B. Juan de n i Tratado de la Concepción de Nuestra Señora.
112
Marial.
111
Glorie di Marie, p . i, c. 5, § 1. 113 primera parte de la vida de Cristo Nuestro Señor.
02 331
Discursus praedicabües super lit. Lauretanas. Vida y excelencias de la Madre de Dios.
:! 315
" Excitaciones dormientis animae. Serm. a la Inmacul. Concep. de Nuestra Señora.
113 ll
Acta O. Fr. Min., 1 m a y o 1S38. " Monarquía mística de la Iglesia.
ln 337
11 devoto di Maria Vergine. Lámina áurea de atribtitos virginales.
m us
De emin. Deip Virginis. Sent. de Santo Tomás en favor de la Inmaculada Concepción.
"r Confér. théolog. et spirit. sur la tres Sainte Vierge. 119
Pastor, y abeced. espiritual.
08 120
Mariani cultws vindiciae. Triunfo de María Santísima.
09 321
La véritable dévotion envers la Sainte Vierge. - Tratado de la afición y amor a María.
300 322
Defens. B. V. Mariae et piorum cultorurn illius. Itinerario historial.
303 123
lesu Christi mónita máxime salutaria. Historia de la vida de la Sacr. Virgen María.
31)2 324
Avis. cath. touchamt la vérit dévot. de la B. Vierge. Tratado sobre el Ave María.
ml 325
Panoplia Mariana. Vida y misterios de la Virgen María.
1M 333
Comm. in Evang. Hist\, t. II, 1. III, t r . 5. Devocionario mariano.
306 327
In S, A. 18, sect. 3, a. 4. Sagrario de Toledo. PADRE NAZARIO PÉREZ, La mediación uni-
3M
In Prov., c. 8. versal de la Virgen María en la literatura castellana hasta fines del
107
O. c , p a l . 29, cert. 4, siglo XVII.
fi<<6 V III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 3 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 647
a fondo y expusieran más claramente los privilegios de la función que de ella puede separarse, es convenientísimo
Virgen, sobre todo su altísima prerrogativa de dispensadora que la Madre de Dios esté adornada de tal prerrogativa.
de las gracias. Porque la operación sigue al ser, y cuanto más perfecto es
Sucedió entonces que, con excepciones contadísimas, se el agente, más se acerca a Dios y mayor tiene que ser la
levantaran en favor de la dispensación de todas y cada una influencia de su causalidad 129.
de las gracias por María incontable multitud de defensores, Ahora bien, como María por su divina maternidad está
tantos cuantos doctores, escritores y predicadores tiene la unida al Verbo con la unión más íntima, pertenece, en cier-
Iglesia. Tarea interminable sería citarlos aquí todos. to modo, al orden de la unión hipostática y es superior en
4.° SENTIR Y PIEDAD DE LOS FIELES.—Como, por común el de la gracia a toda criatura, tiene la aptitud máxima
instinto y devoción, todos los fieles, ya justos, ya pecadores, para que se le comunique aquella causalidad de dispensa-
en todo tiempo y lugar acuden confiadamente a María, en ción de las gracias a los demás hombres. He aquí lo que
súplica fervorosa de todos los bienes y beneficios espirituales Kerhofs a este propósito dice: "L'ordre des créatures n'est
y corporales. pas seulement un ordre statique, mais avant tout dynami-
De aquí la frecuente y aun cotidiana invocación a Ma- que, fondé sur l'activité graduée des étres; la gráce comme
ría, privada y pública, de los cristianos y la devoción hacia la vie tend á rayonner et, en particulier, a titre d'amitié di-
la Santísima Virgen, tan grata a la piedad católica; tantos vine, augmente á mesure qu'elle grandit, le crédít ou la puís-
monumentos, capillas, pinturas, imágenes, expresión autén- sance déprécative de celui qui la posséde, et met davantage
tica de la piedad mariana del pueblo fiel y de su confianza á sa disposition la richesse et le pouvoir de l'Ami divin" 1S0.
en la protección de María; tantos escritos, libros, devociona- b) Por el consorcio de María en la redención.—María es
rios, himnos y canciones populares que en sus alabanzas la nueva Eva, consorte de Cristo en la obra redentora. Cris-
aclaman a María como río de todos los bienes y ayuda de to Kedentor nos mereció de condigno todas las gracias y au-
nuestra salvación. xilios necesarios para la salvación, y María, asociada al Re-
Escuchemos a Fernán Pérez de Guzmán, que ya en el si- dentor, las ganó también para nosotros con sus propios me-
glo xv canta a María como dispensadora de todo bien: recimientos. Ahora bien, "es lógico, dice Santo Tomás, que
Si gozamos, prosperamos; si de virtudes usamos, el que adquiere bienes para otros, los dispense por sí mis-
Si salud, gracia e virtud en vejez y juventud, mo" 131.
Gran honor, fama e valor, riqueza, que es bien menor, Además, la redención completa tiene dos fases: la obje-
Si tenemos, no dudemos que desta Virgen lo avernos; tiva y la subjetiva; por la primera se adquiere y se acumu-
lan las gracias; por la segunda son distribuidas a cada uno
Ca orando e obsecrando ella nos lo va impetrando, de los redimidos. Si en el primer aspecto va la Virgen ínti-
Siempre exora esta Señora al gran Rey que el cielo adora mamente unida al Redentor, ¿por qué hemos de separarla
Por fieles, por crueles, infideles e rebeles. en el segundo?
¡Cuánta cura, Virgen pura, has de toda creatura! 12« c) Por la maternidad espiritual de María.—María es
madre espiritual de los hombres. Esta maternidad exige, de
5.° RAZÓN TEOLÓGICA.—Los teólogos suelen aducir cuá- algún modo, el oficio de preparar y dar a todos la gracia,
druple razón teológica, tomada de la maternidad divina de la por la cual han de ser engendrados a nueva vida y llevados
Virgen, de su consorcio en la redención, de su maternidad por el crecimiento conveniente a su completo desarrollo
espiritual y de su dignidad de Eeina. y perfección, porque132perfeccionar al ser es propio de quien
a) Por la maternidad divina.—María, por ser Madre de le dio la existencia" .
Dios, toca en los confines de la divinidad, entra, de algún
modo, en el orden hipostático, está unida estrechamente a d) Por la dignidad regia de la Santísima Virgen.—Ma-
Cristo, queda colocada sobre toda criatura y alcanza la ple- ría, en el reino de Cristo, es reina, en sentido formal y pro-
nitud de todo género de gracias. pio, por cuanto ordena y dirige los hombres al fin supremo
Y en verdad, aunque la dispensación de las gracias no de la salvación eterna. Ahora bien, la Santísima Virgen no
es una propiedad de la maternidad divina, sino más bien una 129
S. TOMÁS, 1, q. 22, a. 3, y 2-2, q. 83, a. 11.
130
128
Las Cien Trinadas. Cancionero castellano del siglo XV. t I 131
Marie, Médiatrice de toutes les gráces.
n. 303. ' ' 132
Comp. Theolog., c. 241.
Cf. p. IIJ, c. 4, a. 3.
C. 3 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 64?
64 S P. I I I . CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
puede ejercer esa función regia de dirigir a los hombres al predicar el Evangelio y el bautismo a todos los hombres sin
fin sobrenatural de la vida eterna si no es interviniendo en la distinción alguna, y de invitarles a la salvación, para que
dispensación de las gracias a todos y a cada uno de los participaran del fruto de la redención, ya completa y consu-
hombres. mada por Cristo" 13e.
Aunque todo el mérito del Salvador nace de su pasión y
Cuestión 2. En qué tiempo empezó la Santísima Virgen muerte, por la que nos mereció el perdón de los pecados y
a ejercer el oficio de dispensadora de las gracias. la justificación, sin que el valor de este mérito proceda de su
resurrección, ya que por ésta salió Cristo del estado de vía
OBSERVACIONES PREVIAS.—1. a Hemos de distinguir dos necesario para merecer, sin embargo, la resurrección es el
economías: la de la Ley antigua y la de la Ley nueva o término y complemento de la pasión y muerte de Cristo, de
cristiana, que también suele llamarse Ley de gracia. tal manera que por ella hízose plenamente Redentor, como
2. a Con respecto a la dispensación y distribución de las vencedor de la muerte y del reino del pecado, que fué causa
gracias, existe entre las dos una gran diferencia; no porque de la misma 137.
en la antigua Ley no se confiriera la gracia, sino porque en Sobre esto dice Philipps: "Jésus est réellement principe
la nueva se da con mucha más abundancia y amplitud, como de vie par nature, mais il n'accorde les bienfaits de la grace
afirma San León Magno en estas palabras: "Cuando en el que dépendamment de la rédemption, c'est á dire, de la pas-
día de Pentecostés llenó de sus dones el Espíritu Santo a los sion et de la résurrection, puisque Tune n'est pas complete
discípulos del Señor, no empezó entonces esta misión, sino sans l'autre" 13S.
que aumentó en ella la generosidad y largueza de las gra- Dios quiso santificarnos por la humanidad de Cristo; pero
cias; porque los patriarcas, los profetas y todos los santos absolutamente hablando, pudo hacerlo de otro modo; más
sacerdotes de aquel tiempo fueron nutridos con la santidad aún, pudo santificarnos por la humanidad de Cristo, sin glo-
del mismo Espíritu Santo de tal manera que sus carismas rificarla, ni entonces ni en ningún tiempo. No obstante, de-
fueron siempre los mismos, aunque no siempre se prodiga- terminado estaba por ordenación divina que la potestad na-
ran en la misma medida" 133. tiva de infundir la gracia, que compete plenísimamente a
Y Santo Tomás dice': "La Ley nueva es principalmente Cristo por la encarnación, quedara expedita y como en ejer-
la gracia del Espíritu Santo, que no fué conveniente se diera cicio pleno por la pasión y la resurrección conjuntamente.
en abundancia antes de que el impedimento del pecado se 4. a Es indudable, como probaremos en la cuestión si-
destruyera en los hombres, consumada la redención por guiente, que todas las gracias recibidas por hombres en
Cristo" 1M . cualquier tiempo les fueron dispensadas por Cristo y por
Y Lagrange: "Ce qui est opposé, ce sont deux grandes éco- María, si bien a los que les precedieron en la existencia les
nomies. Dans Fancien ordre, la grace de l'Esprit Saint était, fueron dadas por su intercesión y méritos, previstos por Dios
pour ainsi dire, sporadique, comme un secours fourni par desde toda la eternidad y aplicados a los mismos anterior-
Dieu dans les grandes circonstances. Aprés que Jésus aura mente a toda intervención actual de Cristo y de su Madre.
été glorifié, il y aura Esprit; les croyants en seront animes; 5. a En la presente cuestión se trata principalmente de
il sera repandu partout et avec abondance: ce sera un état la intervención actual de María en la distribución de las
normal de grace, que l'Eglise reconnaít dans l'action des sa- gracias, o sea, del tiempo en que comenzó a intervenir con
crements" ll35. voluntad actual en ella.
3. a Esta efusión más abundante de gracias, propia de la 6. a Tres épocas han de distinguirse en la vida de la San-
nueva Ley, tuvo su principio después de la resurrección del tísima Virgen: la primera se extiende desde su concepción
Señor y no antes, como dice Toledo: "Por ordenación divi- inmaculada a la encarnación del Verbo; la segunda, desde
na estaba dispuesto que, aun consumada la satisfacción y este instante a la muerte y resurrección de Cristo; la terce-
redención con la muerte de Cristo, no se comunicaran sus ra, desde la resurrección de Cristo a la asunción gloriosa de
frutos en general y a todos los hombres sino después de la María a los cielos.
resurrección; entonces se confirió la potestad de perdonar 7. a También pueden distinguirse dos especies de inter-
los pecados, de hacer milagros, de anunciar la salvación, de vención mariana: una común o general, que alcance colecti.
136
133
S e r m . 2, De Pentecost. Comm. et Annot. in. Epist. B. Pauli ad Romanos, c. 4.
137
131 CORN. A LAPIDE, Comm. in Epist. ad Romanos, c 4.
1-2, q. 106, a 3. 138
135 R E L , a n . XX, n. 2, s e p t . 1928.
L'Evang. selon Saint Jean.
650 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 3. COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 651
el corazón del Rey, más hondamente sabe compadecerse de la Sagrada Escritura (1 Tim. 4, 10): El salvador de todos
los afligidos y ayudar a los miserables con la gracia de la los hombres, mayormente de los fieles; I Epístola de San
piedad divina" 14S. Juan (2, 2 ) : El es propiciación por nuestros pecados, y no
c) Y, en verdad, María, una vez en el cielo, contempla tan sólo por los nuestros, mas también por los de todo eft
la esencia de Dios más clara y perfectamente que cualquiera mundo; y Actos (4, 12): Y no hay salud en ningún otro.
otra criatura. Ahora bien: los bienaventurados conocen y Porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hom-
ven en Dios todo lo que les conviene de algún modo y todo bres, en que nos sea necesario ser salvos.
lo que especialmente les atañe. Luego, por las razones ya Salvar a los hombres y ser propiciación por sus pecados
expuestas, es indudable que la Santísima Virgen debe co- es propio de Cristo como cabeza, según San Pablo a los
nocer cuanto a la salvación de los hombres se refiere, y, Colosenses (1, 18): El mismo es cabeza del cuerpo de la
por tanto, saber ciertamente todas y cada una de las co- Iglesia, en su sentido más universal, del cual llega a todos
sas que bajo este aspecto se relacionan con todos y cada los miembros el influjo de la gracia, en expresión de San
uno de los hombres, todas sus necesidades y peligros; en Juan (1, 16): Todos hemos recibido de su plenitud y gracia
una palabra, todo lo que puede promover o retardar su por gracia, y, por tanto, toda gracia, por exigua que fuere,
santificación. se da por Cristo a los nombres que, después del pecado de
d) A este singular conocimiento que María recibe de Adán, han existido en cualquier época del mundo. Por eso
la visión de Dios acompaña un poder extraordinario, y al dice San Agustín: "Nuestra cabeza es Cristo; el cuerpo de
poder, un amor inefable. Por eso Contenson dice: "En una esta cabeza somos nosotros; pero ¿nosotros sólo? ¿No lo
palabra, todo lo sabe esta Virgen prudentísima, sede de la son también los que vivieron antes que nosotros? Todos los
sabiduría; todo lo puede esta Virgen poderosa, y, pudién- justos que vivieron desde el principio del mundo" 147.
dolo todo, lo dará todo esta Madre amable, esta Madre de Y Santo Tomás: "El cuerpo natural del hombre y el
misericordia, esta Virgen clementísima" 149. místico de la Iglesia se diferencian en que los miembros del
cuerpo natural existen todos a la vez, y no así los del cuerpo
místico. Ni en cuanto al ser natural, porque el cuerpo de
Cuestión 3. Cuánta sea, por razón de las personas, la ex- la Iglesia se constituye por todos los hombres que existie-
tensión de esta prerrogativa dispensadora de las gracias ron desde el principio del mundo y existirán hasta el fin" " 8 .
en María; es decir, si se extiende a todos los hombres, Y no hay inconveniente en afirmar que Cristo, antes de
en cualquier edad del mundo, y aun a los mismos án- hacerse hombre, es cabeza de los que le precedieron en la
geles. existencia, porque todos ellos recibieron la fe, la gracia y
los demás dones sobrenaturales por la previsión divina de
Consta, por lo dicho, que en el estado de la nueva Ley los méritos de Cristo. Y aunque Cristo río fuese cabeza de
se dan todas las gracias a todos los hombres por María; aquéllos en la misma medida que lo es nuestra 110, sin em-
pero en la cuestión presente se trata, de modo especial, de bargo, el influjo de la gracia que les llegó de sus méritos,
los que vivieron con anterioridad a la institución de la Ley previstos y conocidos por Dios, y como efecto anticipado de
cristiana, incluyendo a los ángeles. su pasión durante esta economía, era suficiente para con-
siderarle cabeza de todos.
I. Los hombres pueden considerarse o en el estado de b) Esto mismo ha de afirmarse de la Virgen, Madre de
inocencia, como nuestros primeros padres antes de la culpa, Dios, con respecto a los hombres que la precedieron en la
o en el de la Ley natural y de la Ley escrita, después del tierra.
pecado de aquéllos. Porque la Virgen es madre espiritual de todos aquellos
1.° Es indudable que los hombres, después del primer de quienes Cristo es cabeza, y Cristo es cabeza de todos los
pecado, recibieron todas las gracias o auxilios necesarios hombres, en cualquiera época del mundo.
para salvarse por los méritos de Cristo, a los que iban uni- De aquí que San Efrén diga a María: "Por ti, ¡oh Purí-
dos los de María, existentes en la presencia de Dios. sima!, les vino, viene y vendrá, desde el primer Adán hasta
a) En cuanto a los de Cristo, claramente nos lo dice
147
140
ln Ps. 36, expos. 3.
Hom. 8, De Mar. Virg. píen, sive perfect, gloria et erga, swos 148
3, q. 8, a. 3.
clientes patrocinio, no Gorro, Theol. Schol. Dogm.: De Deo> Incamato tr III, q. 3,
148
Theol. mentís et coráis, t. I, 1. I, d. 5, c. 2. dub. 3, § 2.
C. 3 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 655
nación fué simplemente dispuesta para remedio del pecado dre Virgen viénenles a los ángeles ciertas gracias de minis-
y decretada por Dios después de la previsión del mismo. terio y gozos accidentales en la salvación de los hombres,
Y pues en aquel decreto de la encarnación aparece Cristo según Santo Tomás: "En cuanto al premio esencial, no son
primariamente como Redentor del género humano y María viadores los ángeles, y, en este aspecto, nada les mereció
como su Madre, dedúcese que la gracia de los primeros Cristo. Lo son de algún modo para el premio accidental,
padres en el estado de inocencia no procede del influjo de en cuanto que nos sirven a nosotros, en lo cual el mérito
Cristo y de la cooperación de María. de Cristo les ayuda" 16e.
Y, en verdad, la santificación de los primeros padres De aquí que Fetau diga: "Los ángeles, aunque no fueron
en el estado de inocencia fué prevista y querida antes de redimidos por Cristo, ni por sus méritos alcanzaron la
la previsión y elección de Cristo y de su Madre. Luego no gracia, sin embargo, en El, como en fuente, bebieron y be-
es posible que la gracia se les diera por ellos. berán eternamente luz de ciencia y sabiduría, sorbos de gra-
Y la razón es ésta: Cristo y su Madre no fueron pre- cia y dones celestiales, de la misma manera que los hombres
vistos y elegidos sino después de la previsión del pecado hallan en El todos los bienes" 15T.
de Adán, y de tal manera que si Adán no hubiese pecado,
ni Cristo ni su Madre habrían venido al mundo. A esto se
refiere San Andrés de Creta cuando dice: "Si la cruz no AETICULO II
existiera, Cristo no habría estado en la tierra, ni la Virgen,
ni habría habido segunda generación (esto es, temporal) de SOBRE EL MODO Y GÉNERO DE CAUSALIDAD CON QUE LA BIENAVEN-
Cristo" 153. TURADA VIRGEN MARÍA COOPERA A LA DISPENSACIÓN DE LAS
II. Por lo que respecta a los ángeles, es necesario dis- GRACIAS
tinguir entre gracia y gloria esencial o accidental.
a) El influjo de Cristo y su Madre en la gracia y gloria No parecería dilucidada la doctrina de la intervención
esencial de los ángeles cae bajo.la misma controversia an- de María en la dispensación de todas las gracias si a la afir-
tes apuntada sobre la causa final de la encarnación. mación de tan insigne prerrogativa no siguiera la cuestión
Según la opinión de Santo Tomás, Cristo, y, en conse- del modo y del género de causa con que María ejerce su
cuencia, su Madre, no ejerció ningún influjo sobre la gracia influjo sobre las gracias que se conceden a los hombres.
y gloria esencial de los ángeles. Porque la justificación y
glorificación de los mismos es anterior a la previsión de
Cristo, ya que éste y su Madre fueron previstos y queridos Cuestión 1. Si la Bienaventurada Virgen María coopera a
después de la previsión del pecado de Adán. Este pecado la distribución de las gracias por vía de intercesión.
supone la existencia y sugestión del diablo y, por lo mismo,
su caída y la pérdida de la gracia, en la cual había sido Como de la intercesión mariana trataremos más adelan-
creado, como también presupone la existencia de otros ánge- te, es suficiente indicar aquí que la Santísima Virgen coopera
les buenos que, perseverando en la gracia, fueron glorifica- a la dispensación de las gracias con sus méritos y con su
dos. Por eso San Bernardo, hablando de la pasión de Cristo, intercesión, ya explícita y formal, ya interpretativa y ob-
dice: "Pero ¿quién sabe si me fué dada a mí? A mí me fué jetiva 10S.
dada, porque no era posible darla a otro. ¿Acaso al ángel? Este modo de cooperar por intercesión no admite duda al-
Este no la necesitó. ¿Tal vez al diablo? Este no pudo levan- guna, como se deduce de las enseñanzas de los Romanos Pon-
tarse de su caída" 1B*. tífices, de las afirmaciones de los Padres y teólogos, de la
Los ángeles, por tanto, no recibieron la gracia y gloria liturgia de la Iglesia, del común sentir de los fieles y de los
esencial por influjo de Cristo hombre y de su Madre; "la argumentos de la razón teológica, de tal manera que ningún
recibieron —dice Santo Tomás— por Cristo, en cuanto es el católico se ha atrevido ni siquiera a ponerlo en duda 159.
Verbo de Dios" « 5 . Dicho esto, pasamos al estudio del género de causalidad
b) Sin embargo, por los méritos de Cristo y de su Ma- con que María influye en la distribución de las gracias.
156
163 De verit., q. 29, a. 7 ad 5.
Or. de Cruce. Cf. p. II, c. 1, q. 2. 167
De Incurrí., 1. xn, c. 17.
15í
Serm. in fer. 4 Hebd, Sanctae, 168
P. m , c. 4, a. 4,
155
3, q. 59, a. 6, 169
Ibíd.
658 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN O. 3. COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 659
"Las causas de la justificación son: final, la gloria de Dios "Consorte de la pasión, fué constituida ayuda en la re-
y de Cristo y también la vida eterna" 162. dención" lñl.
4. a Con respecto a la causa eficiente decimos: Dionisio el Cartujano: "El creador altísimo reparó la
a) Solamente a Dios, como causa principal física, com- salud humana tan sabiamente, que, pues el hombre no per-
pete la producción de la gracia, porque El solo puede pro- dió al mundo sin la cooperación de la mujer, así no quiso
ducir, por su virtud propia, todos los dones sobrenaturales. redimirle sin que la mujer fuera concausa en esta obra. Sin
Es exclusivo de la causa principal obrar en virtud de la pro- embargo, no cooperó María con Cristo como si éste no
pia forma, a la cual ha de asemejarse el efecto; ahora bien, bastara. El solo fué más que suficiente. No obstante, cooperó
como la gracia es una participación de la naturaleza divina, con Cristo de muchos modos y fué salvadora del mundo" le8 .
sólo a Dios puede asemejarse. Por eso dice Isaías (63, 25): Jorge de Khodes: "María, Madre de Dios, puede ser lla-
Yo soy el que borra los pecados; y San Pablo (Eom. 3, 30): mada, en un sentido verdadero y propio, redentora del mun-
Sólo es Dios el que justifica. do, aunque menos principal y mucho menos propia que Cris-
b) La causa principal moral es Jesucristo, quien con to" 169.
su pasión y muerte nos mereció de condigno todas las gra- Suárez: "La primera dignidad de la Virgen está en ser
cias y los dones ¡sobrenaturales, porque la causa meritoria Madre de Dios, y con ella va unido el modo singularísimo
del don o premio es su causa moral, y no puede encontrarse de cooperar a la redención" 17 °.
una causa superior a Cristo, de la cual pudiera proceder su 2.° RAZÓN TEOLÓGICA.—La causalidad de María en la dis-
mérito como de causa principal, pues Dios, que es superior pensación de los dones sobrenaturales, aunque inferior a la
a Cristo Hombre, no puede merecer, porque el que merece virtud de Cristo, causa principal, es más alta que la que
es inferior al que premia, y Dios no es inferior a nadie y compete a los ministros y sacramentos de la nueva Ley
de nadie puede esperar o recibir premio alguno 163. Por eso. Ahora bien: los ministros y sacramentos de la nueva Ley son
el Concilio de Trento (ses. vi, c. 7) dice: "Las causas de la causas instrumentales, al menos de orden moral, con res-
justificación son: la eficiente, Dios misericordioso; la meri- pecto a las gracias que se confieren a los hombres. Luego
toria, su dilectísimo Unigénito, Nuestro Señor Jesucristo" 164. aquella causalidad mariana no puede ser simplemente ins-
c) De todo esto es fácil deducir que a la Santísima trumental, sino de un orden superior.
Virgen no le compete causalidad principal alguna respecto En efecto: a) La Santísima Virgen, consorte de Cristo
a la producción de la gracia; no física, teniendo que decir en la redención, es causa universal de nuestra salud y, por
con Pío X: "Estamos muy lejos de atribuir a la Madre de tanto, de todas las gracias que concurren a la consecución
Dios la virtud de producir la gracia" 165 ; ni moral, porque de la misma. Ya dijimos que es consorte y cooperadora de
superior a ella es Cristo, de quien depende su propia inter- Cristo, no coordinada, sino más bien subordinada y consti-
cesión y mérito. tuida bajo su plena dependencia. Esta es la condición sin-
5. a Kesta, por tanto, determinar si la Santísima Virgen, gular de María, la cual, según el dicho de San Alberto Mag-
en la distribución de las gracias, es causa moral coagente, no, "no fué tomada como ministro, sino como consorte y
es decir, menos principal, o solamente instrumental. ayuda, en conformidad con aquello: Hagámosle una ayuda
semejante a El".
TESIS. La Bienaventurada Virgen María, en la dispensación De donde se deduce que excede y sobrepuja en mucho a
de las gracias, no es causa moral instrumental, sino más la causalidad de ministros y sacramentos, pues María tie-
bien coagente o menos principal. ne poder tan amplio y libre como el de Cristo, aun ejer-
ciéndolo bajo su dependencia. Ahora bien: Cristo, como dice
1.° TESTIMONIOS DE DOCTORES Y TEÓLOGOS.—San Alberto Soto 1T1, es independiente de los sacramentos, ya que sin
Magno dice: "María no fué elegida por el Señor para mi- ellos puede conferir la gracia a quien quisiere, aunque or-
nistro, sino para consorte y ayuda, según aquello: "Hagá- denada a los sacramentos por El instituidos, y esto mismo,
mosle una ayuda semejante a El" 1(iti. salva siempre la subordinación debida, puede decirse de su
102 107
DB, n. 799. Ibíd., q. 29.
103
GONET, De Sacram. in genero, d. 3, a 4, § 1. ios
Mí
jye praecon. et dign. Mariae, 1. II, a. 9.
104
DB, n. 799. 170
Theol. Schol., tr. 8, d. u n i c , q. 5, sect. 3, § 1.
185
106
Ene. Ad diem ilhim. 171
In 3, d. 3, sect. 5.
Mariale, q. 42. De natura et g/atia, ]. II, c. 9.
662 P. III. CONSORCIO DE MARÍA. EK LA BEDENCIÓN C. 3 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 663
Madre bienaventurada. Los ministros, en cambio, no pueden aquellas palabras de Amoldo de Chartres 172 : "Una sola,
conferir la justificación sino por los sacramentos. Y éstos en absoluto, era entonces la voluntad de Cristo y de María...
son también instrumentos de la gracia, pero inanimados, para con Cristo, obtener el mismo efecto en la salud del
por los cuales se nos aplican los méritos de Cristo y los de mundo" 173.
María, apoyados éstos en aquéllos, ya que sólo así pudo Ma-
ría merecer por nosotros. Cuestión 3. Si, además del influjo moral, a manera de
b) Además, esta cooperación de la Santísima Virgen en causa coagente o menos principal, debemos admitir en
la distribución de las gracias, como causa moral coagente la Virgen bienaventurada una causalidad física instru-
por vía de intercesión, salva perfectamente esta insigne pre-
rrogativa, por la que María, constituida por Dios tesorera mental en la colación de las gracias.
y administradora de todas las gracias, puede, bajo la depen-
dencia de Cristo, disponer a su arbitrio de todos los bienes OBSERVACIONES PREVIAS.—1. a Quizá no falte quien cen-
y tesoros celestiales. sure la cuestión presente tal como queda propuesta, ya que
La intercesión es la expresión de la propia voluntad di- parece lógico negar a María la causalidad física instrumental,
rigida a Dios para que Dios la cumpla, y, por tanto, la por la sola razón de habérsele concedido la causalidad mo-
intercesión de María en esta materia es la expresión del ral coagente o menos principal en la dispensación de las
deseo que tiene de que Dios confiera la gracia. Pero la in- gracias. Pero el caso es que, en opinión de muchos y muy
tercesión de la Virgen, Madre de Dios, tiene de singular no insignes teólogos, estos dos géneros de causalidad pueden
sólo el poder de pedir las gracias, sino también el de dispo- encontrarse juntamente en un mismo sujeto y en relación
ner de todas ellas. al mismo efecto, como de hecho174se hallan en Cristo y en los
Porque la intercesión de María debe compararse, salva sacramentos de la nueva Ley" .
siempre la proporción debida, a la interpelación de Cristo, 2. a Es opinión de los tomistas que la humanidad de Cris-
que es el deseo de nuestra salud o la manifestación de su to, como instrumento unido al Verbo, concurre con causali-
voluntad redentora, a la que compete el derecho de dispo- dad física a la producción de las gracias y otros efectos so-
ner de los frutos de la redención, de modo que, con sólo brenaturales, cosa que niegan los escotistas y algunos más.
quererlo, dispone Cristo de aquellas gracias, las dispensa y 3. a Es doctrina también de los tomistas que los sacra-
las hace llegar a nosotros. mentos de la nueva Ley son instrumentos, no meramente
De una manera semejante, María, asociada a Cristo en morales, sino físicos, de la producción de la gracia.
la redención, coopera a la dispensación de las gracias inter- 4. a Por lo que toca al influjo físico de María en la co-
cediendo o expresando a Cristo, y con Cristo a Dios, su vo- lación de las gracias como causa instrumental, es necesario
luntad de conferir estas o aquellas gracias. distinguir entre la cuestión de la posibilidad y la cuestión
Esta expresión de la voluntad es, por disposición divina, del hecho.
suficiente para que María disponga de las gracias y sea causa 5. a Que la Santísima Virgen pueda concurrir y obrar en
eficaz de que se confieran a los hombres. la colación de las gracias como instrumento de la virtud di-
Y María jamás queda defraudada en su intercesión o ex- vina es evidente, por las razones mismas que nos demues-
presión de su deseo, sino siempre es complacida en lo que tran la no repugnancia de que esto se realice en la humani-
pide, por estas dos principalísimas razones: dad de Cristo, como instrumento unido de Dios, y en los
a) Por su maternidad divina, de la cual brotan relacio- sacramentos, como instrumentos separados.
nes inefables entre ella y el Padre celestial, con el que tiene Por tanto, quien admita esta causalidad en la humani-
común al mismo Hijo; entre ella y el Espíritu Santo, por dad de Cristo y en los sacramentos no la rechazará en Ma-
cuya virtud divina concibió en su seno a Cristo Salvador, ría, aunque, lógicamente, no se deduzca de aquélla, como
Dios y Hombre; entre ella y el Hijo, con quien, al interce- dice Héris: "La causalité phisique, enseignée par Saint Tho-
der por nosotros, hace uso de su derecho materno, al que mas a propos du Christ et des sacrements, telle que I'enten-
responde en Cristo cierta obligación de conceder siempre lo 172
que pide. P) Por su consorcio con Cristo en la obra de la ITS
L. c.
redención, ya que, unida íntimamente a El, mereció María Cf. p. III, c. i, a. 4; BITTREMIETJX, De mediatione universali
B. M. Virginia quoad gratias, 1. II, c. 7, a. 3; MELKERBACH, Maríolo-
todas las gracias redentoras que Cristo mereciera, teniendo gia, 171p. III, q. 2, a. 4.
con El la misma voluntad de redención para todos, según GONET, Clypews Theol, Thomist., t. n, d. 3, a. 4.
664 P. III. CONROIÍCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 3 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 665
dent les thomistes, n'entraine nullement de soi le méme de efecto alguno, ni tuvo virtud o poder de justificar o dar
genre de causalité pour la Sainte Vierge" 175. la gracia y la gloria... Si la conclusión se entiende de una
6. a En la cuestión se trata, principalmente, del hecho causa eficiente de cualquier modo, principal o instrumental,
si realmente se la ha concedido a María concurrir a la dis- no es explícitamente de fe.
pensación de las gracias con causalidad física instrumental. "Porque ni se encuentra expresamente en la Escritura,
OPINIONES.—Son muy pocos los que defienden la causa- ni en la tradición, ni en las definiciones de la Iglesia; ni
lidad física instrumental de la Santísima Virgen en la cola- siquiera se colige con evidencia de los principios de la fe;
ción de las gracias. sin embargo, es tan cierta, que no puede, sin temeridad, de-
El cardenal Lepicier afirma que María, viviendo en la cirse lo contrario. Porque carece de fundamento y es ajena
tierra, fué instrumento físico de las gracias conferidas por al sentir de todos los teólogos, pues ni la Santísima Virgen
Dios, como, por ejemplo, en la santificación del Bautista, tiene de sí misma esta eficiencia instrumental, ni hay ra-
en la iluminación y santificación de los pastores, de los Ma- zón o autoridad probable para afirmar que Dios le conce-
gos, etc. Causalidad que bien puede afirmarse en María des- diera causalidad semejante; más bien la Iglesia nos enseña
pués de su asunción a los cielos, aunque no con tanta clari- que sólo la humanidad de Cristo es instrumento unido a
dad y certeza 178. Dios para producir la gracia, y los sacramentos lo son de la
Antonio Fernández, O. P., sostiene que la Santísima misma humanidad" 1S4.
Virgen produce la gracia en el alma, no sólo moralmente, M. de la Taille rechaza enérgicamente la opinión de la
sino también físicamente, a manera de instrumento sepa- causalidad física instrumental atribuida a la Virgen, dicien-
rado, mucho mejor que los ministros y sacramentos de la do: "II n'y a la qu'un mythe sans aucune parité avec le cas
nueva 179Ley 177 . La misma causalidad defienden Hugon 178, La- des sacrements" 186.
vaud , Bernard, quien, habiendo enseñado abiertamente Diekamp se expresa así: "Estas opiniones carecen de fun-
esta causalidad en el Congreso Mariano de Chartres lso , duda damento en la tradición de la Iglesia" 18a.
más tarde, para terminar afirmando181que la cuestión ha de Con los cuales va de acuerdo el P. M. Cuervo, O. P., que
estudiarse y pensarse más a fondo ; Mura 182, y, última- dice: "En nuestro entender, la doctrina de la mediación (de
mente, Jacono, que, atribuyendo a la humanidad de Cristo, María) por causalidad física carece de fundamento teológico
como instrumento físico unido al Verbo, esa virtud salutí- y tradicional" 18?.
fera, concluye: Ora, essendo Maria santissima associata
intimamente al Cristo, deve di Lei ripetersi la medesima TESIS. La Bienaventurada Virgen María no influye en la
cosa" 1S3. colación de las gracias a manera de causa física instru-
La mayor parte de los teólogos niegan a María la causa- mental.
lidad física instrumental con respecto a la gracia. He aquí En las cosas sobrenaturales, que dependen de la sola vo-
cómo se expresa Suárez, único tal vez de entre los esco- luntad de Dios, nada puede afirmarse arbitrariamente o sin
lásticos que trata esta cuestión: "Hay que decir, por tanto, fundamento positivo. Pues bien: del hecho de la cooperación
que la Santísima Virgen no fué causa eficiente propia o de María en la dispensación de los dones sobrenaturales,
principal de nuestra salud. Esta conclusión es certísima, y como causa física instrumental, guardan alto silencio la Es-
aún de fe, si se entiende de la causa primera o también critura y la tradición, y ni siquiera puede presentarse en su
principal y por sí misma de nuestra salvación. Porque la abono una razón de solidez teológica suficiente.
Santísima Virgen ni es Dios, para que sea causa primera a) En la Sagrada Escritura solamente se menciona la
175
santificación de Juan Bautista en el seno de su madre, al
RSPhTh, an. VI, n. 4, oct. 1927; FRIETHOFF, De alma Soria ser ésta saludada por María. He aquí lo que dice San Lu-
Christi Mediatoris, sect. 2, c. 7.
im
Tr. de Beatiss. Virg,, p. III, c. 1, a. 2. cas (1, 41-44) : Lo mismo fué oír Isabel la salutación de
177
178
La Ciencia Tomista, año XX, n. 102, sep.-oct. 1928. María, que la criatura dar saltos de gozo en su vientre...
179
La causalité instruméntale en Théologie. Pues lo mismo fué penetrar la voz de tu salutación en mis
De la causalité instruméntale de Marte, en Rev. Thom., t. X, oídos, que dar saltos de júbilo la criatura en mi seno.
año1801927.
La matemité de gráce, Petes Mariales Chartres, 1927. 181
181
Le Mystére de Marie, c. 52. 186
In 3, d. 23, sect. 1.
182
Le Corps mystique de Christ, p. n, c. 9. Is0
Gr., vol. vm, fase. I, raart. 1927.
183
Maria Santissima mediatrice di tutte le grazi, p. 202. - 187
Theol. Dogm. Manuale, vol. II, sect. 4; Mariol., c. 2, § 47.
La Ciencia Tomista, t. LVI, fases. 1-2, 1937.
666 P. H I . CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 3 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 667
Sobre lo cual habla así León XIII: "Juan es santificado buscan congruencias en las obras de Dios, hay que tomarlas
en el seno materno por una gracia insigne y adornado de no como conveniencias de la obra que ha de realizarse, sino
dones escogidos para que preparara los caminos del Señor; de la obra ya realizada, pues si el hecho no se hubiera pro-
sin embargo, estas cosas sucedieron por el saludo de la ducido, también se encontrarían razones convenientes para
Virgen, que, por divina inspiración, visitaba a su prima" l s s . cohonestar la no existencia del mismo... Por tanto, la pri-
Y en verdad que a la salutación de María quedó santificado mera conveniencia de cualquier obra es la ejecución de la
el Precursor, y su madre, Isabel, llena del Espíritu Santo. voluntad divina, cuyo cumplimiento es convenientísimo, y a
Se dice que de esto fué causa la salutación de María; pero la cual tampoco faltarían razones si hubiera decretado lo
en realidad no consta que su eficacia fuera física; más aún, contrario" 1S1.
concedida la causalidad física instrumental a esta salutación Y en verdad que no faltan razones de conveniencia para
mariana, el hecho no trasciende los límites de un caso par- afirmar la causalidad física instrumental en Cristo y en los
ticular y milagroso, que de ninguna manera puede erigirse sacramentos de la nueva Ley y negársela a María.
en ley ordinaria y universal sobre la dispensación de las a) Comúnmente, los teólogos llaman a la humanidad
gracias. Por eso dice Suárez: "Si se dijere que alguna vez, de Cristo instrumento unido de la Divinidad. Y puesto que
y a modo de milagro, fué la Santísima Virgen elegida como la Divinidad no obra moralmente, por ruegos o méritos, sino
instrumento para la santificación de alguno, v. gr.: de Juan por influjo físico, en la producción de efectos sobrenatura-
Bautista o de otro, había que dudarlo, aunque no merecería les, conviene que el instrumento se conforme a ella, influ-
censura alguna" 189. yendo también físicamente en los mismos.
b) Algunos Santos Padres y doctores, para explicar la Por otra parte, esto realza la dignidad de la humanidad
cooperación de María en la dispensación de las gracias, de Cristo, unida al Verbo hipostáticamente. Pues así como
usan a veces palabras que parecen significar influencia físi- por esta unión inefable es elevada la humanidad al consor-
ca. Así San Alberto Magno, cuando dice: "La Bienaventu- cio del Ser divino, así también es conveniente sea tomada
rada Virgen María fué llena de todas las gracias en cuanto por la persona del Verbo como instrumento unido a ella ín-
al número de las gracias que por sus manos pasan a todos timamente en la producción de los efectos sobrenaturales.
numéricamente" 190. En cambio, la Santísima Virgen, aunque sea Madre de
San Bernardo la llama acueducto. San Roberto Belarmino Dios y toque en los confines de la Divinidad y de algún modo
y San Bernardino de Siena, cuello de la Iglesia, cuya cabeza pertenezca al orden hipostático y sea consorte de Cristo en
es Cristo. Bien claro se ve en estas y otras frases parecidas la redención, no ha sido, sin embargo, elevada al ser divino
su sentido metafórico, ya que, bajo la figura de una cosa ni adaptada o unida a El como instrumento físico para pro-
sensible, se propone la cooperación de María en la distribu- ducir efectos sobrenaturales.
ción de las gracias. ÉO Es de máxima conveniencia todo lo que sirve para
Por lo demás, en la misma liturgia es frecuentísimo el manifestar la perfección divina; según el Apóstol (Rom. 1,
uso de semejantes locuciones metafóricas, cuyo legítimo sig- 20): Las cosas invisibles de Dios se hacen visibles por las
nificado aparece apenas explicado. criaturas. Y en verdad que por la causalidad física de los
c) No puede aducirse razón alguna teológica con soli- sacramentos se manifiesta la potestad y dominio soberano
dez bastante para atribuir a María causalidad física en la de Dios mucho más claramente que por la influencia moral,
dispensación de las gracias. ya que por ella eleva los vilísimos elementos y acciones sim-
A lo sumo pueden presentarse algunas congruencias, to- plicísimas de los sacramentos, de tal modo que, recibiendo
madas de las relaciones de María con las obras de Dios; si la virtud divina, santifican a los hombres.
Dios, por ejemplo, confirió virtualidad física a la humanidad Pero la causalidad física concedida a la Virgen para
de Cristo y a los sacramentos de la nueva Ley, parece con- conferirnos las gracias no se computa entre los efectos visi-
veniente que a la Santísima Virgen le concediera también bles y, por tanto, carecería del fin propio, que es la razón
aquella causalidad. Pero el fundamento de estas razones es suma de las obras de Dios; es decir, no podría por ella ma-
harto débil. nifestarse en los efectos producidos la perfección divina.
Porque cuando los teólogos, como advierte Contenson, Citemos aquí unas palabras de Santo Tomás que de al-
gún modo aclaran estos conceptos: "Alguna vez hace Dios
188
189
Ene. Iucunda semper, 8 sept. 1894 caso omiso del orden impuesto a las cosas para realizar al-
190
L. c. *" Ue Myst. Incarnat., d. 2, c. 2, specul. 2.
Muríale, q. 164.
(JfiR V. I I I . CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 3 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA fi6S
gunas otras fuera de aquel orden. Y la razón de traspasarlo tivos de Dios, vivimos la vida divina y obramos sobrenatu-
Dios alguna vez está en que el hombre sea así llevado a un ralmente.
mayor conocimiento de la causa primera; es decir, de Dios A la gracia externa pertenecen muchos dones o benefi-
y su omnipotencia. Por tanto, cuando la pretermisión del cios externos que nos guían a la salvación, como la ley di-
orden dado naturalmente a las cosas es motivo para que vino-positiva, la revelación, la institución de la Iglesia, la
alguien se dirija y se eleve más a la primera causa, entonces predicación de la fe, la Sagrada Escritura, los sacramentos,
puede ser preterido. Pero esto no tiene lugar en el orden los ejemplos piadosos, las buenas ocasiones, etc.
dado naturalmente a las sustancias espirituales, porque las 2.° No pretendemos recorrer y estudiar ahora tan larga
operaciones angélicas no le son al hombre conocidas como serie de gracias; estudiaremos solamente las que ofrecen es-
las de los cuerpos visibles, y así la pretermisión de aquel pecial dificultad o entrañan singular trascendencia.
orden no sirve para llevarlos más eficazmente a la primera 3.° En tres distintos apartados dividiremos esta mate-
causa. Cuando el hombre ve resucitar a un muerto conoce ria : en el primero se estudiará el influjo de María en la dis-
el poder de Dios, porque sabe que no llegan a tanto las fuer- pensación de las gracias que se confieren por los sacramen-
zas naturales. En cambio, de que un ángel inferior ilumine tos; en el segundo, la cooperación de María en orden a la
a otro superior no le viene al hombre conocimiento alguno santísima Eucaristía, y en el tercero, la intervención de la
de la potencia divina, ya que estas iluminaciones angélicas Santísima Virgen con respecto a la Iglesia.
no se manifiestan de ningún modo" lí>2.
§ I . SOBRE EL INFLUJO DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
EN LA DISPENSACIÓN DE LAS GRACIAS QUE SE CONFIEREN POR LOS
ARTICULO III SACRAMENTOS
DE ALGUNAS GRACIAS ESPECIALES DISPENSADAS CON LA INTER- 1.° Es sabido que los sacramentos de la nueva Ley con-
VENCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN fieren la gracia a los que voluntariamente no lo impiden,
ex opere operato, es decir, por sí mismos, por la fuerza in-
Hasta aquí hemos estudiado la cooperación de María en trínseca dada al sacramento; de donde resulta que pueden
la dispensación de las gracias de un modo general. Vamos compararse a las causas naturales, que infaliblemente pro-
ahora a estudiarla más especialmente, es decir, con respecto ducen su efecto si el sujeto pasivo tiene la disposición debida.
a algunas gracias particulares. Pero la gracia conferida por los sacramentos es doble:
1.° La gracia sobrenatural es multiforme y se divide de santificante y sacramental. La primera es común a todos;
muchos modos. Por lo que a nosotros toca, vamos a distin- la segunda es propia y distinta en cada sacramento; aquélla
guirla en: a) Interna y externa. se produce de nuevo o se aumenta; ésta no se produce sin
Son gracia interna todos los dones divinos que están en la primera. Santo Tomás escribe: "Juntamente con los efec-
nosotros como en sujeto; externa, aquellos dones que, es- tos propios, producen los sacramentos un efecto común, que
tando fuera de nosotros, nos afectan y dirigen a la salvación. es la gracia santificante, la cual se da por el sacramento al
b) La gracia interna es gratum faciens y gratis data, en que no la tiene" 103. De aquí que sea totalmente imposible,
cuanto que se confiere para bien del que la recibe o se or- en el que recibe el sacramento, la producción de la gracia
dena al provecho de los demás. sacramental sin la de la gracia santificante" 1!)4.
c) La gracia gratum faciens se divide en habitual o san- 2.° Si se pregunta qué añade de especial y propio la
tificante y actual, según que venga a nosotros a manera de gracia sacramental a la común, puede responderse que no
forma y de hábito permanente o como moción gratuita y es un hábito nuevo distinto de la gracia santificante, ni un
auxilio transeúnte. nuevo modo de perfección intrínseca, ni una fuerza o vigor
Así, son gracia interna todos los dones que nos justifi- intrínseco especial, como afirma Juan de Santo Tomás 19r>,
can o nos disponen a la justificación, a saber: la gracia san- sino un derecho, anejo a la gracia santificante, de obtener
tificante, los hábitos de las virtudes infusas y dones del Es- las gracias actuales necesarias a la consecución del fin pro-
píritu Santo, las ilustraciones de la mente y las inspiraciones 303
de la voluntad; dones por los que somos hechos hijos adop- De verit., q. 27, a. 5.
-un SATOLLI;, De gratia Christi, q. 3, a. 3, eonclus. 6.
105
102
1, q;. 106, a. 3; SATOLH, De operat. div., d. 8, lect. 6. De Sacrament. in genere, d. 22, q. 62, a. 2.
670 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 3 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 671
pío de cada uno de los sacramentos en el momento oportuno. Sacerdote no fué consagrado o elegido por mano de hom-
3.° Esta gracia sacramental, en cuanto que es auxilio bre, ni por hombres fabricado su tabernáculo, sino que aque-
actual, ordenado al fin de los sacramentos, puede obtenerse, lla excelentísima habitación de Dios, María Virgen y Madre,
absolutamente hablando, sin el sacramento, pues, como dice fué edificada por el Espíritu Santo y protegida por la virtud
Santo Tomás, "Dios no ligó a los sacramentos su poder de del Altísimo" 197.
modo que sin ellos no pueda producir su efecto" 106, como Además, la Bienaventurada Virgen María contribuye de
es manifiesto en los que, sin haber recibido la Confirmación, una manera más próxima al sacerdocio de la Iglesia, en
profesaron la fe de una manera heroica y en los que, sin la cuanto que ayuda con amor y voluntad de madre a la elec-
Eucaristía, fueron elevados a la santidad más alta, como ción y formación espiritual de los sacerdotes.
San Pablo el Eremita. En efecto, los sacerdotes son administradores de la re-
4.° Es indudable que las gracias, ordenadas a los fines dención 19S, designados para ofrecer la Hostia inmaculada de
de los sacramentos y que sin ellos se confieren por Dios de la misma y dispensar los demás sacramentos, que son, en
modo extraordinario en especiales necesidades de la vida cris- cierto modo, los riachuelos por donde fluyen y pasan a los
tiana, penden de la intervención de María, como todas las hombres las gracias de la salud. Por tanto, María, que es
gracias actuales que en la presente providencia se confieren raíz y madre del sacrificio eucarístico, celadora diligentísi-
a los hombres. ma de la salvación de todos y dispensadora universal de las
Sin embargo, sería falso afirmar que las gracias que se gracias redentoras, procura, con maternales cuidados, la
producen ex opere operato por los sacramentos son conce- elección y formación espiritual de los sacerdotes, de tal ma-
didas a los hombres por la intervención de María sin los sa- nera que, "así como en otro tiempo, en el Cenáculo, después
cramentos, o al menos sin ordenación alguna a los mismos, de la ascensión de Cristo, enseñó y confirmó en la fe, con
pues María se acomoda al orden que Dios estableciera, se- diligencia de madre, a los primeros sacerdotes de la nueva
gún el cual los sacramentos son los medios ordinarios por los Ley, así ahora, en súplica constante, alcanza de Dios que
que se confiere la gracia santificante. jamás falten sacerdotes para este sacramento (de la Euca-
Otro tanto ha de decirse sobre el aumento de la gracia ristía) y consigue para los sagrados ministros llamados por
habitual, en cuanto que éste debemos merecerlo, según la el Señor las gracias con que puedan desempeñar dignamente
disposición divina, ex opere operantis, es decir, por medio el cargo que se les encomienda" 1S>9.
de nuestras buenas obras, pues María ni puede ni quiere (3) La Santísima Virgen, no sólo aparta los obstáculos
conseguírnoslo por su intercesión sin que nosotros mismos que alejan a los hombres de los sacramentos, sino que, ade-
realicemos las obras meritorias convenientes. No obstante, más, les procura oportunidades de recibirlos, impulsándolos
nos obtiene las gracias actuales necesarias para ejecutar y atrayéndolos hacia ellos.
aquellas obras. f) También María, con su intercesión, obtiene de Dios
5.° En la cuestión se trata, principalmente, de la gracia, gracias actuales, por las cuales se preparen convenientemen-
en cuanto que es efecto de los sacramentos de la nueva Ley. te los hombres a recibir con fruto los sacramentos. Bien sa-
a) Desde luego, no puede negarse el influjo indirecto bido es que en los sacramentos de la Iglesia logra cada uno
de María en esta gracia, ya se produzca de nuevo, ya se au- la gracia en la medida de su propia disposición y cooperación.
mente por el sacramento. Y en verdad que el grado de disposición absolutamente
a) En efecto, la Santísima Virgen procura que los sa- imprescindible para obtener la gracia y la mejor prepara-
cramentos se hagan y se reciban, ya que remotamente co- ción para recibirla más abundantemente se debe, de ordina-
operó a la existencia de sacerdotes en la Iglesia, por los cua- rio, a las gracias actuales que la intercesión de la Santísi-
les habían de administrarse aquéllos. Ella, prestando libre- ma Virgen nos consigue.
mente su consentimiento, engendró a Cristo, Sacerdote Sumo, Hemos de exceptuar el caso en que el fruto del sacra-
cuyo sacerdocio, no derivado de otro superior al suyo, es mento se logra sin disposición alguna, como ocurre en los
ejemplar y fuente del poder sacerdotal de que están investi- párvulos. Es que entonces, por la promesa de Dios vincula-
dos los sacerdotes todos de la Iglesia.
187
Más aún, el seno virginal de María fué el templo donde 188
Epist. contra Paulum Samosatenum.
recibió Cristo la unción que le constituía Sacerdote Sumo. Ene. Pii XI Ad catholici sacerdotii fastigium, 20 dec. 1935.
MB
LEPICIER, Tr. de Beatiss. Virgine, p. n i , c. 1, a. 2; CARDENAL
De aquí que San Dionisio de Alejandría escriba: "Nuestro GOMA, La mediación de la Virgen y la misión del sacerdoicio católico en
1M
3, q. 64, a. 7. la Iglesia de Cristo.
672 P. I I I . CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 3 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 673
I
da a los sacramentos, causan éstos determinada gracia en el
sujeto, aunque mínima ciertamente. con ocasión del Congreso Eucarístico de Sidney, en Austra-
Otro tanto debe decirse cuando el que recibe el sacra- lia, el año 1928, escribió al Emmo. Cardenal Cerretti, legado
mento sólo tiene disposición habitual y no coopera a él por apostólico, estas palabras: "Sabemos que en el Congreso de
sí mismo, formal o virtualmente. Con ella no se da sino una Sidney habrá de ir unido al culto de la santísima Eucaristía
gracia mínima, ya que esta disposición habitual, por ser el de la Virgen, Madre de Dios, ya en las sagradas solem-
solamente removens prohibens y de ningún modo cooperan- nísimas funciones, ya principalmente en las reuniones que
te, no hace crecer la gracia. Por eso dice Juan de Santo To- han de celebrarse. Pues, entre otras cosas, existe el propó-
más: "El hábito de la gracia es lo que ha de aumentarse; sito de esclarecer, por medio del trabajo y el estudio dili-
por lo tanto, no es la medida del aumento, sino lo que debe gente de controversistas y oradores, las relaciones que me-
ser aumentado" 200. dian entre María Virgen y la santa Eucaristía, de las cuales
b) Pero, por lo que se refiere al influjo directo en las no poco puede encontrarse en la liturgia de la Iglesia y en
gracias que los sacramentos producen ex opere operato, no los escritos de los Padres y otros santos" 202.
hay dificultad alguna en atribuírselo a la Santísima Virgen, Ahora bien, como la Eucaristía es a la vez sacrificio y
conforme a los principios asentados más arriba, si bien este sacramento, conviene estudiar por separado la intervención
influjo es directo, sí, pero mediato, porque María mereció de María en ella bajo estos dos aspectos.
con Cristo y bajo su dependencia las gracias que los sa-
cramentos confieren instrumentalmente, y porque del mis- Cuestión 1. Si la Bienaventurada Virgen María cooperó
mo modo mereció también que en la Iglesia fueran instituí- remotamente a la institución de la santísima Eucaristía*
dos aquellos medios, causas instrumentales de salvación y en cuanto que el cuerpo de Cristo, presente bajo las
canales de las gracias 201. especies sacramentales, nació de la misma Santísima
c) Finalmente, no puede atribuirse a María el influjo Virgen.
directo e inmediato sobre la gracia que los sacramentos pro-
ducen, porque éstos, una vez puestos y convenientemente ERRORES.—a) Algunos en la Edad Media, como Ratram-
aplicados, la causan infaliblemente por sí mismos en los que no y Rábano Mauro, admitida por lo demás la presencia de
no tienen óbice, sin mediación de ninguna otra causa entre Cristo en la Eucaristía, negaban que el cuerpo de Cristo en
la virtud del sacramento y su efecto propio, pues, por la el sacramento fuese el mismo que nació de María Virgen,
institución y promesa de Cristo, los sacramentos de la nueva Refutó a éstos Pascasio Radberto, probando de una manera
Ley son signos y causas infalibles de la gracia, permane- invicta la identidad del cuerpo eucarístico de Cristo y de su
ciendo inmutable siempre aquella promesa y la causalidad cuerpo natural e histórico 203.
que de ella se sigue. Algunos católicos en Francia, en el siglo xvm, fingieron
arbitrariamente un cuerpo sacramental de Cristo, distinto
§ II. DE LA COOPERACIÓN DE MARÍA RESPECTO A LA SANTÍSIMA del histórico y celeste formado en el seno de María; más aún.
EUCARISTÍA soñaron innumerables cuerpos en relación con la multipli-
cación numérica del sacramento. Fueron combatidos por Du-
De lo dicho se colige fácilmente que la Santísima Virgen, guet 204 .
Madre de Dios, contribuyó no poco a la institución, en bene- Rosmini tropezó con el mismo escollo de la dualidad del
ficio nuestro, de la santísima Eucaristía, la cual ha sido lla- cuerpo de Cristo, cuando dice: "II corpo naturale di Cristo
mada, no sin razón, por San Gregorio Niseno, misterio de la era venuto della térra perché composto del sangue della
Virgen. Vergine, e pero fu potuto abbandonare ella morte; ma il
Pero conviene determinar, en cuanto sea posible, la in- corpo eucarístico ha un essere soprannaturale, che viene
tervención de la Santísima Virgen en este misterio, estu- únicamente del cielo, e pero é vivante é vivificante; ni uno
diando al mismo tiempo las admirables y dulcísimas rela- lo puó distruggere" 206.
ciones existentes entre la Santísima Virgen y la sagrada b) No faltan, por el contrario, quienes afirmen que la
Eucaristía. Este era el deseo de Su Santidad Pío XI, quien, 202
Epist. ad Emmum. Card. Cerretti, 14 jul. 1928.
203
200 201
De corpore et songuine Domini.
Cura, theol.: De sacram., q. 62, d. 25, a. 1. Traite dogmatique sur l'Eucharistie.
201 205
ROHELLEC, Mane, dispensatrice des gráces divines, p. n, § 2. M. DE LA TAILLE, Mysterium fidei, elucid. 50, app. 1.
7>. de la Virgen Santísima. 22
6
C. 3 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 7g
674 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
3.° SAGRADA LITURGIA. — La sagrada liturgia canta: Cristo, aun glorificada, fué y es de la misma naturaleza que
"Dado y nacido para nosotros de la purísima Virgen" 21S . la que tomó de María."
"Dios te salve, cuerpo verdadero, nacido de María Virgen, c) Es cierto que la carne de Cristo fué tomada de la
verdaderamente atormentado e inmolado en la cruz por el sustancia purísima de su Madre; pero una vez puesta bajo
hombre." su forma sustancial, que es el alma, y unida al Verbo de
Dios, dejó de ser formalmente carne de María, ya que, por
4.° RAZÓN TEOLÓGICA.—Pasando por alto la cuestión, una parte, fué cambiada sustancialmente al, advenimiento de
controvertida entre los teólogos, de si podría, absolutamente la nueva forma, y por otra empezó a pertenecer entonces a
hablando, estar presente en la Eucaristía el cuerpo de Cris- la divina persona de Cristo, pues es propio del supuesto po-
to antes de haberse realizado la encarnación en el seno de seer todo lo que hay en la naturaleza que por él subsiste.
la Virgen 219 , de hecho, y supuesta la institución de este d) Por lo mi^mo, no debe decirse que en Cristo hay
sacramento tal como hoy existe, la presencia sacramental algo oue es de María, sino que Cristo fué concebido de Ma-
de Cristo depende dé su presencia natural en el cielo según ría Virgen, y, por tanto, en la Eucaristía no e«tá la carne
su propia especie; pues la causa de la presencia de Cristo de ésta, sino la de Cristo, tomada de la Virgpn --".
en la Eucaristía es la transustanciación, por la cual se hace Por cuya razón, como hermosamente escribe Guevara,
la conversión en un ser preexistente no mudado ni modi- "puede la Madre de Dios confiada y amorosamente dirigir
ficado. De donde resulta que el término directo de la tran- a su Hijo estas dulcísimas pláticas, oue ninguna otra ma-
sustanciación es el mismo cuerpo de Cristo, nacido de la dre puede dirigir a los suyos: ¡Oh Hijo!, lo que tienes de
Santísima Virgen, inmolado por nosotros en la cruz, ahora hombre es mío; la carne de que estás vestido, toda viene
resucitado y glorioso en el cielo. de mí; la sangre que la riega, llenando las venas ramifica-
SEGUNDA PARTE.—Aunque la Santísima Virgen dio la sus- das por tu cuerpo, brotó de mí toda ella; los demás hijos
tancia de su carne para que el Espíritu Santo formara el recibieron de dos fuentes el ser que tienen; el hijo es la
cuerpo de Cristo en sus purísimas entrañas, no puede, sin gloria del padre, pero esta gloria la dividen, y dividida entre
embargo, decirse que la carne de Cristo en la Eucaristía o los dos la llevan; en cambio, todo tu cuerpo fué tomado de
en el cielo sea la mismísima carne de María. mí. Y ésta es mi gloria indivisa v singular, 2 2y1 el que puede
He aquí las razones: a) la doctrina de Ceferino de So- llamarse a participar de ella es Dios Padre" .
meire, de que hace mención Benedicto XIV, fué condenada
por la Sagrada Congregación romana como errónea, peligro- Cuestión 2. Si la Bienaventurada Virgen María, mediante
sa y escandalosa, y reprobado el culto que, en consecuencia, su consentimiento en la Encarnación, cooperó también
afirmaba debía tributarse a la Santísima Virgen en el Sa- a la institución de la Eucaristía.
cramento del Altar.
b) Además, los autores de esta opinión pretenden es- TESIS. La Virgen Bienaventurada, mediante su libre consen-
cudarse en la autoridad de San Agustín, aduciendo aquellas timiento en la encarnación, cooperó también a la institu-
palabras del sermón sobre la Asunción que se inserta en el ción de la Eucaristía.
apéndice de las obras de tan insigne doctor: "La carne de
Jesús es la carne de María"; pero he aquí que el sermón 1.° Indícalo San Bernardo cuando, aludiendo a la pará-
aquel no es de San Agustín, sino de un autor medieval, Ful- bola del fermento o levadura que una mujer metió en tres
berto de Chartres. Por otra parte, las palabras "la carne de medidas de harina (Mt. 13, 33), dice: "Estas son aquellas
Jesús es la carne de María", aisladamente tomadas, no nos medidas de harina de que habla el Evangelio, fermentadas
dan a conocer la mente de Fulberto, y en su boca tienen un para hacer el pan de los ángeles que come el hombre, pan
significado completamente distinto si las unimos a las si- que confirma y robustece el corazón humano. ¡Oh feliz mu-
guientes: "Pues la carne de Jesús, dice el autor, es la carne jer, bendita entre todas las mujeres, en cuyas purísimas en-
de María, y mucho más especialmente que de Judas y de los trañas, con el fuego del Espíritu Santo, se coció este pan!
otros hermanos suyos a quienes decía: Hermano y carne Dichosa mujer, que infundió en estas tres medidas la leva-
nuestra es (Gen. 37, 27); porque, en verdad, la carne de dura de su fe" i2'¿.
220
BENEDICTO XIV, 1. c.
231
*" Hymn. in festo Ssmi. Corporis Christi. 223
In cap. 1 Matth., observ. 15, sect. 3, § 2.
Serm. 2, De Natali Domini.
*>* ABAÚJO, ln S D. Thom., q. 76, a. 5, dub. unic.
678 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 3 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 679
porque nada más grato ni deleitoso para ella que recibir otra jeado estas palabras: "Por esto, apresurándose María al ver
vez en su purísimo pecho aquel Verbo divino que desde el el admirable portento del vino, y Queriendo cuanto antes par-
seno del Padre recibiera por la encarnación en su vientre ticipar de la provechosa bebida..." 232 . Con cuyas palabras no
virginal; ya para otros, porque preveía la gloria que a Cristo puede probarse lo que intentan.
le vendría de tan alto sacramento ,al producirse por él tan 8) Pero, sea lo que fuere, es lícito aducir aquí el argu-
exuberantes frutos de santidad y engendrarse tanta multi- mento que usa Lepicier: "Así como, suplicándole la Madre
tud de justos que habían de grabar y conservar en sus almas de Dios, hízose aquel insigne milagro, también debemos a
la imagen de Dios, de Cristo y de ella misma, según aquello sus gloriosas preces el cumplimiento de la nromesa de Cris-
de Pascasio Radberto: "Estas son las semillas de la vida que to en la actual institución de la Eucaristía" 233.
engendran vírgenes" 227. ¡O Y en verdad, todo bi^n sobrenatural que a nosotros
Y estos deseos de su Madre los conoció Cristo perfecta- llega lo conseguimos por la intercesión y ruegos de la San-
mente y no pudo permitir que quedaran incumplidos. tísima Virgen. Entre aquellos dones y bienes, el mayor de
b) Por sus súplicas.—a) Hay quien afirma que la inter- todos es la Eucaristía, pues contiene sustancialmente al mis-
cesión mariana por la institución de la Eucaristía arranca mo Dios encarnado, autor y fuente de toda gracia, que nos
desde las bodas de Cana. santifica, nos incorpora a El y nos asocia a su vida divina.
Ante todo hay que notar que la conversión del agua en c) Por su consentimiento.—a) La Eucaristía es como
vino llevada a cabo en aquellas bodas es una figura insigne una prolongación de la encarnación. Por lo que Novato dice:
de la Eucaristía: de ella usa San Cirilo de Jerusalén 22S para "Así como el Verbo quiso someterse al consentimiento de la
persuadirnos de la conversión eucarística. Y en verdad este Virgen para tomar de ella la carne que había de dar a los
milagro se realizó al intervenir la Santísima Virgen con es- fieles en comida, así también desde entonces estuvo pendien-
tas palabras: No tienen vino; y al responderle Cristo: Mu- te de aquel consentimiento no sólo para tomarla, sino para
jer, ¿qué nos importa a mí y a ti? Mi hora no ha llegado darla como alimento eucarístico" 234.
todavía, añade la Virgen: Haced lo que El os dijere.
P) Y que Cristo pensó entonces en instituir la Eucaris- p) Además, la santa Eucaristía es como complemento
tía lo insinúa San Agustín, diciendo: "¿Qué vino es éste, que de la donación divina que se nos hace en la encarnación;
es considerado como el mejor, y del que el maestresala se pues, como el Padre hubiese decretado darnos al Hijo, según
queja de haberlo sacado al fin, sino la sangre de la pasión aquello de San Juan (3, 16): De tal modo amó Dios al mundo,
del Señor?" Esto es lo que Dios ofrece en esta hora 229. Y San que le entregó a su Hijo unigénito, y el Hijo quisiera igual-
Máximo de Turín afirma: "Al decir no ha llegado todavía mi mente darse a sí mismo a los hombres y por los hombres,
hora, prometía aquella hora de su pasión gloriosísima y el instituyó este sacramento, en el que se da y se ofrece a ellos
vino de nuestra redención, que había de aprovechar a la vida de una manera perfectísima, para de este modo completar
de todos" 230. la donación del Padre y su propia entrega. Pero la donación
del Hijo procedía no sólo del Padre, sino también de la Ma-
7) Sin embargo, el mismo San Máximo niega que María, dre, ya que, de acuerdo con la voluntad divina, nos dio María
al pedir a su Hijo la conversión del agua en vino, pidiera al Hijo, que, en realidad de verdad, también lo era suyo. Má¿
también la institución de la Eucaristía, porque dice: "Lo que aún: consintiendo en la voluntad del Hijo, que se ofrecía
pedía María era cosa de gracia temporal; lo que preparaba como hostia por todos, ella misma ofrecióla por los hombres
Cristo era don de gozo sempiterno" 231. como suya propia. Por tanto, era convenentísimo que la San-
No obstante, es opinión de algunos escritores, como Sil- tísima Virgen, puesto que intervino en la primera donación,
veira y Velázquez, que ya en las bodas de Cana pidió María haciéndola juntamente con el Padre y con el Hijo, intervinie-
a Cristo la Eucaristía, cosa que parecen ver en estas pala- ra también en la consumación y complemento de aquélla,
bras de San Ireneo que ellos mismos refieren: "También era uniendo su voluntad a la del Hijo en la institución de la Eu-
María impulsada por el fervor de recibir la Eucaristía... Pero caristía y compartiendo su deseo de darse y ofrecerse en co-
en lugar de esa frase léense en las ediciones que hemos ho- mida y bebida a todos los hombres 235.
227
De carne et sang. Christi, c. 22.
238
Caiech., XXII. Adv. Haeres., 1. III, c. 18.
229
230
Serm. 41, De Tempore. De Ss. Euchar. sacr., p. I, q. 1, a. 6.
231
Hom. in Epiph. Domini. De Emin. Deiparae, t. I, c. 8, q. 40.
Ibíd. SALAZAR, In Prov., c. 9.
682 V. III. CONSORCIO DE MARÍA EN hk REDENCIÓN
C. 3 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 683
fuertes, llevar con paciencia los trabajos, tribulaciones y mi* cebido en carne, entonces la virginidad dio rienda suelta a
serias de la vida, a imitación de la Santísima Virgen, de su fecundidad represada, y vindicó con todo derecho para
quien Pinard de la Boullaye dice: "Marie a puisé dans l'Eu- sí la gloria de una prole condigna. ¿Qué más conveniente a
charistie deux choses: la patience de vivre d'abord, ensuite la un Dios hecho corpóreo que ser recibido y concebido corpo-
patience de souffrir" 244. ralmente en el sagrario de una virginidad corporal?" 248.
b) Además, como al recibir la Eucaristía hemos de pre- Si tan amigas son la Divinidad y la virginidad, pense-
parar habitación, no para un hombre, sino para Dios, es im- mos cuan inefablemente digna debió de ser la morada que
prescindible estar adornados de especiales disposiciones. la Santísima Virgen preparaba con su pureza a Cristo sa-
La Santísima Virgen se nos presenta como ejemplar y de- cramentado; ella, que mereció por su virginidad ser el sa-
chado de deseo, de pureza y de las demás virtudes que han grario de la encarnación divina, y, por tanto, cuan conve-
de hermosear el alma de quien va a recibir la sagrada Euca- niente ha de ser que al recibir nosotros la Eucaristía nos
ristía. transformemos en María de algún modo y vivamos como
a) La Santísima Virgen deshacíase en ansias de recibir imbuidos en el ejemplo de sus virtudes virginales.
la Eucaristía, para albergar en su pecho el cuerpo del Hijo 7) Además, Cristo instituyó para los fieles este sagrado
que en su vientre habíase engendrado y que ahora se oculta convite con el fin de infundirles e inspirarles la vida y
en el sacramento, y beber en El la abundancia de carismas a la vez la muerte, para que los que viven no vivan para
celestiales. sí, sino para aquel que murió por ellos; por esto San Gre-
Y así es también necesario que, a ejemplo de María, reci- gorio Magno insiste en que "es necesario que, al tratar es-
bamos nosotros el pan eucarístico con ferventísimas ansias, tos misterios, nos inmolemos a Dios con la contrición del
como escribe San Gaudencio: "Ha mandado el Señor que corazón, porque los que celebramos los misterios de la pa-
comamos el sacramento de su cuerpo y de su sangre no con sión del Señor debemos imitar lo que traemos entre manos.
labios fríos y corazón perezoso, sino con toda el ansia del Entonces ofreceremos verdadera hostia a Dios por nosotros,
alma, como hambrientos y sedientos de la santidad verda- si nosotros mismos nos hacemos hostia" 249. Y en esto nos
dera" 245. precede también con el ejemplo la Santísima Virgen, quien,
Y en verdad que el deseo de la Eucaristía dispone a reci- mientras estuvo en la tierra viviendo, por la perfectísima
birla dignamente, pues, como dice Santo Tomás, "el deseo abnegación de sí misma, no para sí, sino para Cristo, fué
hace, en cierto modo, al que desea apto y dispuesto para re- para Dios hostia viva y santa.
cibir lo deseado" 24e. c) Pero la Santísima Virgen no sólo se nos propone
P) Por otra parte, la Eucaristía es comida de vírgenes; como ejemplar y dechado de las disposiciones con que de-
es no sólo el vino que engendra vírgenes, sino también eJ bemos acercarnos a la sagrada Mesa, sino que, además, nos
que las sostiene y nutre; pues entre la virginidad y la divi- da su ayuda continuamente en la percepción de sus frutos.
nidad parecen existir ciertos lazos de secreta afinidad e ín- En verdad: a) María lleva a la Eucaristía a todos aque-
tima simpatía. Por eso Cristo virgen quiso nacer de Madre llos que se acercan a recibirla dignamente. San Bernardo,
virgen y tiene sus complacencias en darse como alimento a aludiendo a las palabras de Zacarías (9, 17), Vino que en-
corazones vírgenes. gendra vírgenes, que se aplican al Sacramento, dice: "He-
Y así dice San Pedro Crisólogo: "Una Virgen concibió, mos oído tu voz en el Evangelio, ¡ oh Señora!: No tienen
una Virgen parió... ¿Cómo sufrir mengua el pudor allí don- vino. Esta voz nos es necesaria. Falta el vino en nuestras
de la Divinidad hizo consorcio con la integridad, amiga suya ánforas, el vino que alegra el corazón del hombre; busca-
de siempre?" 247 . Sobre lo cual Tomasin arguye de esta ma- mos el vino que engendra vírgenes; tú eres su escanciado-
nera: "Siendo Dios tan amigo de la virginidad, ¿pudo ha- ra, tú la abanderada; las banderas del Rey se ostentan en
berla menospreciado? ¿Pudo condenarla a eterna esterili- medio de nosotros, interviniendo tú en favor nuestro. El cá-
dad?... La esterilidad le fué impuesta a la virginidad sólo liz está en tu mano, en tu poder. Dile, ¡oh Señora!, dile a
cuando madre tan excelsa no podía tener una descendencia tu Hijo: No tienen vino" 250.
igual a ella en dignidad. Pero cuando Dios hubo de ser con- Y ciertamente que cuantos se acercan bien preparados a
244
Marie Chef-d'oeuvre de Dieu.
la Eucaristía son movidos por la gracia excitante, gracia
246
De Paschae obscrvatione, tr. 2. 248
De Incam. Verbi Dei, ]. 11, c. 3.
246
247
1, q. 12, a. 6. S4S
Dial., 1. iv, c. 55.
Serm. 148, De Incam. sacramento. 250
Serm. 4, In Salve Regina.
686 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 3. COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 687
que por la intervención de María se da a todos los que van Y no debe olvidarse que la Eucaristía produce su efecto
a comulgar. propio, dando a los fieles el verdadero cuerpo de Cristo a
Y esto era conveniente, para que así como la primera manera de comida que los nutre espiritualmente, para que
Eva impulsó al varón a comer del mortífero fruto prohibido, se unan más a Cristo, y como que se transformen en El y,
así también la segunda le moviera a comer del pan de la sn consecuencia, se unan y compenetren más entre sí, como
vida. Por eso Verghetti, himnógrafo de la Sagrada Congre- miembros del cuerpo místico de Cristo.
gación de Eitos, en el himno compuesto en honor de Nues- Esto es propio, en gran manera, de la Santísima Virgen,
tra Señora del Santísimo Sacramento con ocasión del Con- pues siendo madre espiritual de los cristianos, corresponde
greso Eucarístico de Sidney canta: a ella procurar esta transformación en Cristo de todos sus
hijos adoptivos, a fin de que se asemejen en todo a su pro-
Eva dio el fruto de la muerte, pio Hijo, y fomentar entre ellos, como miembros vivos del
pero por esto te cupo a ti la suerte cuerpo místico de Cristo, aquella unidad y caridad con que
de darnos el pan de la vida: el Salvador quiso que estuviesen unidos entre sí los cristia-
por eso clamas: Venid aquí, nos todos.
comed el pan de la vida,
bebed el vino de Cristo 2S1. ESCOLIO: Sobre la permanencia de la santísima Eucaris-
tía en el corazón de la Virgen mientras vivió en la tievra y
f¡) Por otra parte, María, a cuantos lleva a la sagrada estando ahora en el cielo.
Mesa los dispone y prepara por sí misma para que perciban
mayores frutos. Fuera del modo ordinario y común, en que las sagradas
Porque el que se acerca a la Eucaristía debe prepararse especies se destruyen al poco tiempo de recibida la Euca-
con disposiciones convenientes, y tanto más copiosa será la ristía y acaba en ellas la presencia de Cristo, puede darse
gracia que reciba cuanto mejores disposiciones lleve. La Eu- otro modo milagroso y singular, en que, incorruptas las es-
caristía es el más fecundo de los sacramentos de la nueva pecies, siga Cristo presente en el comulgante.
Ley, por contener a Cristo, fuente de todas las gracias, y La venerable María de Agreda refiere que esto aconteció
produce sus efectos acomodándose a la capacidad del que lo en la Santísima Virgen, con el fin de que incesantemente
recibe, del mismo modo que el sol produce tanto más calor tuviera en el corazón a su Hijo sacramentado, desde el día
y luz cuanto mayor es la receptibilidad del que se expone a de la institución de la cena eucarística hasta el momento de
sus rayos. De aquí que el que recibe la Eucaristía es capaz su tránsito, conservándose milagrosamente las especies sa-
de tanta mayor gracia cuanto más limpio esté de pecado, cramentales de una a otra comunión 263. El padre Fáber lo
brille más en santidad y pureza y más se abrase en amor. afirma de todo el tiempo de la pasión desde la noche de la
Por lo que Pedro de Celia dice: "Eeemplaza tu carne por cena 254.
carne, la santificada por la santa, la castigada por la cas- Benedicto de Alatri 25S defiende esta permanencia al co-
ta" 262. mentar la revelación de la B. Magdalena de Martinengo so-
Y estas disposiciones son fomentadas por la Santísima bre este asunto.
Virgen, a quien nada más grato que los que se sientan a la El padre Basabe aboga también por la perenne inh.ibi-
sagrada Mesa anhelen con fervor de castos deseos y reciban tación sacramental de Cristo en el pecho de María, ya para
con amor de caridad el pan del cielo, que es su propio Hijo, recreo del mismo Cristo en aquella mansión purísima, ya
para que, con él fortalecidos, vayan caminando de virtud para mayor santificación de la Virgen, que recibía asi con-
en virtud por los senderos de la vida. tinuamente nuevas gracias de la presencia eucarística de
Por eso en la liturgia de San Juan Crisóstomo se pide la Cristo 256.
intercesión de la Virgen para la digna recepción de la santa Finalmente, el padre Julio Aramendía defiende con de-
Eucaristía: "Haz, Señor, que por la intercesión de la In- nuedo esta milagrosa conservación de las especies sacra-
maculada y siempre Virgen María reciba yo dignamente tus 253
dones." 254
Mística Ciudad de Dios, p. n, 1. vi, c. 11; p. IIÍ, 1. Tin, c. 8.
255
The Blessed Sacrament, sect. 6.
251
L'Eucaristia e la Vergine, studio e commento sulla rivelazione
262
Revista Eucarística del Clero, año VIII, n. 10, oct. 1928. della B. Martinengo, p. II, a. 3.
256
¿¿6. de Panibus, c. 1. María y la Eucaristía, p. n, c. 3.
688 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
c. 3. COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 689
mentales en el corazón de María, a quien llama sagrario vi-
dente de la santa Eucaristía 257. to y la Santísima Virgen, prescindiendo de los testimonios
En pocas palabras expondremos nuestra humilde opi- de la Sagrada Escritura o de la tradición, ha de recibirse
nión en este asunto. con gran cautela, sobre todo si se habla más bien de curio-
1.° No puede negarse la posibilidad de que las especies sidades que de cosas serias y seguras" 26 °.
sacramentales permanezcan incorruptas en el pecho de la Y De Guibert hace notar "el prejuicio poco favorable
Virgen Madre de Dios, ya mientras vivió en la tierra, ya contra las revelaciones privadas, propuestas para comple-
también ahora en el cielo; porque si Dios puede impedir tar la revelación pública, como, por ejemplo, acerca de los
que los agentes naturales externos alteren y corrompan las hechos de la vida de Cristo o sobre algunas doctrinas teo-
especies eucarísticas, como parece ha sucedido con frecuen- lógicas, como las revelaciones de la venerable María de
cia, del mismo modo puede preservarlas de la corrupción Agreda o de Catalina de Emmerich, sea lo que fuere de ls
que se sigue al influjo de los humores internos necesarios santidad personal de estas piadosas mujeres" 261.
para la acción digestiva; cosa que tiene su máximo valor *
si se trata de la vida en el cielo, donde por el estado de los Cuestión 5. Si María intervino y de qué modo en el sacri-
cuerpos gloriosos deben excluirse u ordenarse de otro modo
las funciones de la vida que proceden del alma en su grado ficio eucarístico mientras vivió en la tierra.
más inferior o vegetativo 2SS. 1.° Es cosa sabida que en el sacrificio eucarístico, ofre-
2.° Por lo que se refiere al hecho: a) Son poquísimos los cido por los sacerdotes como ministros de Cristo, es el mis-
que admiten la permanencia de la santa Eucaristía en la mo Cristo el principa] oferente, como lo declaró el Conci-
Virgen desde que está en los cielos, acerca de lo cual ya en lio iv de Letrán (c. Firmiter) al decir: "Una sola es la Igle-
sus tiempos escribió Miguel Godínez: "Paso por alto el pen- sia universal de los fieles..., en la cual el sacrificio es el
samiento de aquellos que piadosamente empezaron a ima- mismo Sacerdote Cristo Jesús, cuyo cuerpo y sangre están
ginar que la Eucaristía permanece aún en el corazón de contenidos verdaderamente 2U2 en el Sacramento del Altar bajo
María y permanecerá eternamente." Sobre ello escribió Nie- las especies de pan y vino" ; y más claramente el Triden-
remberg (De origine Scriptur., 1. vil, c. 34), Recupito (Opus tino (ses. XXII, c. 2 ) : "Pues una y la misma es la víctima;
de signis praedest., c. 17, hasta el fin), Engelgrave fin festo el que ahora la ofrece por ministerio de los sacerdotes es
Assumpt., § 4, al fin). Sin embargo, ni ellos mismos se atre- el que entonces se ofreció a sí mismo en la cruz, sin otra
ven a opinar, ni en realidad es sólidamente opinable 259. diversidad que el modo de ofrecerla" 263.
b) En cuanto a la permanencia del Sacramento en ei 2.° Es también cierto que la Iglesia es oferente del sacri-
corazón de María mientras vivió en la tierra, hemos de se- ficio eucarístico, como lo enseña el mismo Concilio (ses. XXII,
guir un camino medio entre la negación absoluta y la nimia c. 6 ) : "Para dejar a su dilecta esposa, la Iglesia, un sacri-
credulidad. ficio visible, como exigía la naturaleza humana, instituyó
Favorécenla, ciertamente, las revelaciones y visiones de una Pascua nueva: El mismo, que, mediante los sacerdo-
la venerable María de Agreda, de Magdalena de Martinen- tes, había de ser inmolado bajo signos visibles por la Igle-
go, de Catalina Emmerich, etc.; pero a estas revelaciones sia" 2M .
no ha de dárselas en teología mayor importancia que la que Y así es: la Iglesia ofrece el sacrificio por el sacerdote,
indica el cardenal Lepicier en estas palabras: "Lo que en ya porque le constituyó ministro con potestad de ofrecerle
estos escritos se nos dice puede leerse con provecho para en su nombre, ya porque el sacerdote es miembro del cuerpo
fomentar la piedad y la fe, si está conforme con la sana de la Iglesia, y, por tanto, su acción, como acción de miem-
teología y los documentos de los Santos Padres; lo que sea bro, debe atribuirse a todo el cuerpo, por lo cual Guillermo
contrario a la doctrina recibida debe totalmente rechazar- de París decía: "Es asunto de la Iglesia universal, que de-
se; lo que con frecuencia se trata en estos libros sobre Cris- lante de Dios Padre lo trata por el sacerdote, procurador
suyo" 265 ; y San Pedro Damiano: "El sacrificio que se rea-
257
Ilustración del Clero; La Santísima Virgen, Sagrario viviente, 200
De stabilitate et progressu dogmatis, p. II, a. 9, n. 26.
1935-1936. 2,1
258 262
De Christi Ecclesia, p. II, sect. 2, n. 218.
PAQUET, De Novissimis, d. 9, q. 2, a. 3; P. BARBÉNS, La vida DB. n. 430.
263
en el cielo, p. I, c. 22. DB, n. 940.
268 2M
Praxis Theol. Mysticae, 1. II, q. 3, § 7, n. 39S'. DB, n. 938.
** De Sacr. Euch., c. 2.
690 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
primario, pues Dios, honrado y aplacado por el sacrificio, se en ellos de modo alguno, ya que fluyen infalible y espontá-
mueve a perdonarnos benignamente y a dispensarnos sus neamente de la naturaleza misma de la acción.
divinos favores. Nuestra utilidad comprende la remisión de Pero en esos mismos efectos, latréutico y eucarístico, en
los pecados y de las penas merecidas por ellos, los bienes cuanto que proceden de la Iglesia, del sacerdote y de los
sobrenaturales y aun los naturales que nos ayudan a con- demás fieles que con él ofrecen el sacrificio, y que pueden
seguir la salvación eterna. Estos son los efectos que, en sen- agradar más o menos a Dios según la santidad de la Igle-
tido propio, pueden llamarse frutos de la misa. sia y la disposición de los oferentes, influye la Santísima
De aquí que el sacrificio de la misa es latréutico, euca- Virgen, como cuello que es de la Iglesia, que ofrece a Dios
rístico, propiciatorio e impetratorio, y produce sus efectos este sacrificio de alabanza, y como impetradora de los au-
ex opere operato; es decir, por sí mismo, por la fuerza in- xilios necesarios para que los sacerdotes y demás oferentes
trínseca de la misma acción con que el sacrificio se realiza. se preparen dignamente, a fin de que, unidos más y más a
"Y ésta es —dice el Concilio de Trento (ses. xxn, c. 1)— Cristo, se conformen con El en ofrecer a Dios la Hostia úni-
aquella oblación pura que no puede mancillarse275con indig- ca de la salud eterna.
nidad o malicia alguna de los que la ofrecen" . Pues si . 3) Con respecto a los frutos de propiciación y de impe-
la dignidad y valor del sacrificio no lo tuviera éste en sí y tración en este sacrificio, la Santísima Virgen interviene
por sí mismo, sino que dependiera de la acción de los ofe-
rentes visibles, entonces podría mancharse con su malicia. indirecta y directamente en su aplicación a los hombres.
Lo cual es certísimo del efecto latréutico y eucarístico, Indirectamente, ya procurando a los hombres la celebra-
porque el sacrificio de la misa, considerado objetivamente, ción del sacrificio, ya invitándolos y atrayéndolos a esta
en cuanto que procede de Cristo, Sacerdote principal y víc- fuente saludable, ya, en fin, consiguiéndoles las gracias con-
tima a la vez del mismo, es adoración infinita e infinita ac- venientes para gustar sus frutos, porque, como dice Santo
ción de gracias que infaliblemente, y de modo infinito, han Tomás, "así como la pasión de Cristo aprovecha a todos
de agradar a Dios. en cuanto a la suficiencia para la remisión de la culpa y la
consecución de la gracia y de la gloria, pero no produce su
Pero esta adoración y acción de gracias proceden tam- efecto sino en aquellos que por la fe y la caridad úñense
bién de la Iglesia y también agradan a Dios, aunque siem- a la pasión de Cristo, del mismo modo este sacrificio, me-
pre en la medida de su propia santidad; del mismo modo morial de la pasión del Señor, produce sus efectos en aque-
proceden del sacerdote como persona particular y de los llos solamente que en caridad y fe saben unirse a este sa-
fieles que con él ofrecen, y, por tanto, agradarán o no agra- cramento" 277.
darán a Dios según sus personales disposiciones.
Directamente también influye en estos frutos la Santí-
Por lo que se refiere al efecto de propiciación e impetra- sima Virgen, porque, como indica el cardenal Franzelin, el
ción, hemos de tener en cuenta que el opus operatum no sacrosanto sacrificio de la misa, por ser aplicación del sa-
puede entenderse del sacrificio del mismo modo que en los
sacramentos. Porque el fruto producido ex opere operato crificio redentor, puede llamarse impetración o interpela-
en los sacramentos consiste en la infusión de la gracia san- ción nueva de Cristo al Padre, en cuanto que le presenta,
tificante, conferida inmediatamente a los hombres por aqué- por esta oblación renovada, el mérito logrado y consumado
llos a manera de instrumentos; pero esta gracia santifican- en la cruz 27S. Y en verdad que de esta objetiva impetración
te, producida así de un modo inmediato, no es fruto del sa- o interpelación de Cristo, por la que presenta al Padre el
crificio, que, a modo de súplica, no hace otra cosa que mérito en la cruz consumado, no debe separarse la interce-
mover a 276 Dios para que prodigue o confiera sus gracias a los sión de María, pues lo que Cristo mereció en la cruz, ella lo
hombres . mereció también junto a la cruz de Cristo y bajo su depen-
Teniendo esto en cuenta, podemos determinar el influjo dencia.
que la Santísima Virgen ejerce sobre los saludables efectos De esta intercesión de la Santísima Virgen echa mano
del sacrificio eucarístico. la sagrada liturgia diciendo: "Santifica, Señor, las ofrendas
a) Por lo que hace a los efectos latréutico y eucarísti- que te presentamos y concédenos que, por la intercesión
co procedentes de Cristo, víctima y oferente principal del salubérrima de María, Madre de Dios, nos sean a nosotros
sacrificio, es cierto que la Santísima Virgen no interviene saludables" 27i).
277
™ ~ D B , n: 939. 278
3. q. 79, a. 7 ad. 2.
270 De Ss. Etich. Sacram. et Sacrif., p. II, th. 13.
BIIAUART, De almo Eueh. Sacram., d. 8, a. 3. *70
Secr. in (esto B. M. Virg, de Atonte Carmelo,
696 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
do en la cruz, también María, padeciendo penas inmensas niñeaste hoy (en su ascensión) al que diste a luz, viéndole
por nosotros en unión de su Hijo paciente, nos engendró y elevarse con los ángeles desde la tierra" S01.
dio a luz en los más grandes dolores" 297.
Y León XIII afirma: "La Santísima Virgen, así como es 2.° Consolados con la admirable ascensión de Cristo al
Madre de Jesucristo, también lo es de todos los cristianos, ya cielo, volvieron a Jerusalén María y sus acompañantes, los
que en el monte Calvario los engendró entre los supremos tor- apóstoles y los demás discípulos, y permanecieron en el Ce-
mentos del Redentor" 2SS. náculo, perseverando en la oración (Act. 1, 14) para dispo-
b) Y en verdad que Cristo y María tienden a conseguir nerse, con e«tos y otros ejercicio"*, a recibir a' P0!)'1"1'*" Snn-
el mismo efecto de la redención, aunque de distinto modo, to, que Cristo les prometiera. Por eso dice León XIII: "Y
como ya dijimos. Por tanto, todo lo que Cristo, satisfacien- como la sagrada obra de la red°nrión humana no estaba
do y mereciendo condignamente en la cruz, hizo para cons- completa antes de la venida del Espíritu Santo, prometido
tituir su cuerpo místico, que es la Iglesia, hízolo a su modo por Cristo, vemos a María en el Cenáculo, donde juntamen-
la Santísima Virgen junto a la cruz, pues padeciendo con te con los apóstoles, y rogando por ellos con gemidos inefa-
Cristo paciente satisfizo y mereció todas las gracias que había bles, prepara a la Iglesia para recibir la plenitud del mismo
de derramar en la Iglesia, hecha, por lo mismo, madre de la Espíritu, don supremo de Cristo, tesoro que no faltará en
Iglesia y miembro primero y principal del cuerpo místico de ningún tiempo" 302.
Cristo. 3.° Llegado, finalmente, el día de Pentecostés, y estando
en el mismo Cenáculo sentados todos aquellos a quienes Cris-
to prometiera su Espíritu, sobrevino del cielo repentinamen-
Cuestión 3. Si la Santísima Virgen cooperó, y de qué te un ruido como de viento impetuoso y llenó toda la casa
modo, a la existencia formal de la Iglesia desde el día donde estaban (Act. 2, 1-2).
de Pentecostés hasta el de su gloriosa asunción. Viniendo así el Espíritu Santo, los llenó a todos y cada
uno de ellos con tanta mayor abundancia cuanto mayor era
su capacidad y dignidad y más devotamente habíase cada
1.° Cristo Jesús, después que resucitó de entre los muer- uno preparado. Y pues la Santísima Virgen era superior a
tos, radiante de gloria, vivió en la tierra durante cuarenta todos y más capaz y mejor dispuesta, recibió ella sola mu-
días, apareciéndose muchas veces a los apóstoles y habiéndoles cho más que todos de los carismas sobrenaturales derrama-
del reino de Dios, y en primer lugar, según una piadosa y dos entonces por el divino Espíritu.
probable opinión 2 ", a su augustísima Madre, a quien, algu- 4.° Con este advenimiento del Espíritu Santo el día de
nas veces al menos, en aquel intervalo de tiempo visitaría y Pentecostés, la Iglesia de Cristo, o sea el reino de Dios en
recrearía con su dulce presencia. la tierra, del que Cristo, en sus apariciones a los apóstoles,
Pasados estos días, Cristo subió a los cielos desde el mon- les había hablado durante cuarenta días (Act. 1, 3), quedó
te Olívete, donde habíanse reunido sus discípulos y apósto- constituida plenamente en su existencia formal, vivificado ya
les (Act. 1, 12), contemplándole maravillados, no sólo é«tos, el cuerpo místico de Cristo con la virtud interna del Espíritu
sino también las piadosas mujeres, y especialmente la San- Santo, Espíritu de verdad, Espíritu de santidad y fortaleza.
tísima Virgen, como canta San Beda el Venerable: Finalmente, entonces quedó abolido del todo el Testamen-
to Viejo e inaugurado el Nuevo, como enseña San Cirilo de
Estando los apóstoles Jerusalén: "El mismo Espíritu Santo, en unidad del Padre y
en compañía de la Virgen Madre del Hijo, constituyendo en la Iglesia católica el Nuevo Tes-
allá en el monte místico del crisma, tamento, nos liberó del pesado yugo de la Ley" 303.
pura admiraban de Jesús la gloria 300. 5.° Asentado todo lo dicho, pasamos a determinar la
ayuda que María prestó a la naciente Iglesia desde el día de
Y así, San Juan Damasceno saluda a María de este modo: Pentecostés hasta el de su gloriosa asunción al cielo.
"Dios te salve, Madre del Cristo de Dios, pues tanto mag- Nada encontramos en las sagradas Letras ni en los libros
801
Summ., p. iv, tít. 15, c, 2. In analepsim D. N. I. Christi. Cf. P. OGARA, De Ascensio-
Ene. Quamquam pluries, 15 aug. 1889. nis 302Christi spectatoribus, Gr., vol. XIV, fase. 1, 1933.
SuÁREZ, In S, d. 49, seet. 1. 803
Ene. Iucunda semper, 8 sept. 1894.
Carmen de Aecensione Domini, Catech., 17.
702 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EH LA REDENCIÓN
C. 3 . COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN SUBJETIVA 703
CAPITULO IV
COROLARIO.—Habiendo sido en todo tiempo tanta y tan
excelsa la ayuda y protección de María en favor de la Igle- De los títulos y ministerios que para la Bienaventurada
sia, es claro que iebe ser invocada con una confianza sin
límites, siempre que lo exijan los trances difíciles, las an- Virgen María se derivan de su consorcio en la redención
gustias, las necesidades y persecuciones en que se viere la
Iglesia, y, por tanto, si, como exhorta Pío XI, "acontecieren
tiempos difíciles para la Iglesia, si la fe vacila, si la caridad
se entibia, si las costumbres públicas y privadas se corrom-
pen, si amenaza algún peligro al nombre católico y a la so-
ciedad civil, acudamos a ella en súplica de su celestial ayuda".
"Vayan, por tanto, a ella todos con mayor afán en las
necesidades que al presente nos afligen; ruéguenla insis-
tentemente que, pidiéndolo a su Hijo, vuelvan los pueblos
separados a las instituciones y preceptos cristianos, donde Cinco son los principales títulos y ministerios que le vie-
está el fundamento de la salud pública y florece la abun- nen a la Virgen Madre de Dios de su consorcio en la reden-
dancia de la paz ansiada y de la dicha verdadera" 'óii. ción, a saber: el de Mediadora, Corredentora, Madre espiri-
811 tual de los cristianos, Patraña o Abogada y Reina y Señora
Ene. Lux veritatis, 25 dic. 1931.
de todo el orbe, de las cuales vamos a tratar, por su orden,
<ín otros tantos artículos.
ARTICULO I
DE MARÍA MEDIADORA
la sola naturaleza del hombre o a su persona en cuanto que Cuestión 1. Si la Bienaventurada Virgen María debe lla-
es hombre; v. gr., padecer y satisfacer; pero su eticada in- marse con razón mediadora del género humano.
finita procede de la persona divina subsistente en la natu-
raleza humana ". OBSERVACIONES PREVIAS.—1. a Una doble mediación he-
5.° Este principal oficio de mediador, que consiste en la mos puesto en Cristo: ontológica y moral.
reconciliación de los disidentes, lo cumplió Cristo por medio 2. a Es indudable que a la Santísima Virgen le conviene
de la satisfacción y de los méritos, consumados con su muer- la mediación ontológica, porque de una parte está unida a
te en el ara de la cruz. De aquí que San Pablo (Col. 1, 19-20) los hombres y pertenece, por su propia naturaleza, a la fa-
diga: Porque en El quiso hacer morar toda la plenitud, y re- milia humana; de otra está tocando en los confines de la
conciliar por El consigo todas las cosas, pacificando por Divinidad por razón de su maternidad divina, a cuyo pa-
la sangre de su cruz tanto lo que1 está en la tierra como lo rentesco con el mismo Dios, que habita la luz inaccesible,
que está en el cielo. acompañan tan eximios dones, que la levantan sobre toda
Los frutos de esta función mediadora han sido dichosí- criatura y la separan totalmente de los pecadores, distando
simos y excelentísimos. Cristo, satisfaciendo y mereciendo así de ellos en el delito por el cual incurrió el género huma-
por nosotros al derramar su sangre en la cruz, hizo que Dios no en la ofensa de Dios y necesitó del ministerio de la re-
se nos volviera propicio y reconciliado; nos ganó un tesoro conciliación. Pues María, preservada inmune del pecado ori-
infinito de gracias, con el cual restauró de nuevo el vínculo ginal desde el mismo instante de su concepción purísima por
de amistad entre Dios y los hombres; nos consiguió la re- los futuros méritos de Cristo, Salvador de los hombres, y
misión de los pecados y de la pena eterna; y aunque no quiso redimida así de modo más sublime, no fué sacada de la masa
librarnos de las penas que hemos de padecer en este valle del pecado, sino preservada para que en él no incurriera,
de lágrimas, sino dejárnoslas más bien para nuestro ejercicio y estuviera así alejada de los demás hombres, que son por
y corona, ellas, sin embargo, han sido sazonadas de una ma- naturaleza hijos de ira (Ef. 3, 3) 8.
nera inefable y como ungidas con aquella sangre purísima 3. a La cuestión es principalmente de la mediación mo-
que modera y templa toda amargura. ral; es decir, del oficio o ejercicio de unir y reconciliar con
Y esta mediación de Cristo no ha terminado después de Dios a los hombres.
su muerte y de haber empezado por la resurrección su vida Debe advertirse que en esta cuestión no sólo se estudia
inmortal y gloriosa, sino que continúa en el cielo. la mediación de María en cuanto que remotamente concurre
Porque corresponde a Cristo en los cielos seguir siendo a reconciliar a los hombres con Dios por su maternidad,
nuestro mediador, haciendo asiduamente que Dios nos sea concibiendo y pariendo a Cristo, que es el mediador univer-
una y otra vez propicio, comunicándonos con su virtud san- sal de los hombres, sino también en el sentido de que, aso-
tíficadora los frutos de la pasión y pidiendo sin cesar por ciada a Cristo Mediador, procura ella misma, con interven-
nosotros, como dice el Apóstol (Hebr. 8, 25) : Vive siempre ción inmediata y personal, la reconciliación de Dios con los
para interceder por nosotros. hombres.
De este incesante ruego al Padre en favor nuestro le ERRORES.—Los protestantes, en general, combaten y re-
viene a Cristo, en cuanto hombre, el ser causa principal mo- chazan el título de mediadora con que la Iglesia honra a Ma-
ral de nuestra santificación y salvación; a la cual hay que ría, como si esto fuera una injuria para Cristo, mediador-
añadir, en opinión de muchos teólogos, el concurso físico único de Dios y de los hombres.
instrumental de su humanidad santísima, libre y conscien- La misma senda siguen modernamente, como aparece en
te, respecto a todos los efectos de la gracia. el Congreso Anglicano celebrado en 1867: "Le concile angli-
6.° Presupuesta esta doctrina de Cristo Mediador, pode- can de 1867 supplie les adhérents de l'anglicanisme de se
mos fácilmente pasar al estudio de la mediación mariana, mettre en garde contre l'exaltation de la Bienheureuse Vierge
cuyo arquetipo y modelo es la de Cristo. Marie, substitué comme médiatrice a la place de son divin
7
De Incarn., p. n , q. 26; PETAV., De Incarn., 1. XII, c. 3; y CAYE- Fils parce que, ajoute-t-il, le Dieu jaloux n'accorde pas á
TANO, ln 8, q. 26, a. 2. un autre l'honneur qui n'est qu'á Lui" °.
" Cf. FRIETHOF, De alma soda Christi Mediatoris, seet. 1, c. 1;
MELKERBACH, Mariologia, p, m , a. 2, n. 179, nota.
" JEANJACQUOT, Himples explieations sur la coopération de la tres
Sainte Vierge a l'oeuvre de la rédemption, c. 1.
C. 4. TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 719
718 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
nos acompaña en espíritu..., hecha mediadora cerca de En la liturgia de la Iglesia Romana se celebra la festi-
Dios" 23. vidad de la Virgen María. Mediadora de todas las gracias,
San Antonino de Florencia: "Así como Cristo es media- con la oración siguiente: "Señor nuestro Jesucristo, media-
dor nuestro, también su Madre es mediadora, porque pro- dor junto al Padre, que te dignaste constituir a tu Madre,
cura la reconciliación de los pecadores con Dios" 24. la beatísima Virgen, Madre también nuestra y mediadora
Dionisio el Cartujano: "Queriendo el Rey Mesías, Cris- para contigo..."
to, Señor Nuestro, exaltar y honrar más y más a su propia 4.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) El mediador, en conformi-
Madre, la constituyó mediadora entre El mismo, juez de los dad con lo que significa, es decir, ser medio y hacer el oficio
hombres, y nosotros, que hemos de ser juzgados" 25. de unir los extremos, exige dos condiciones, de las cuales la
b) La Virgen Santísima es llamada de modo equivalen- primera es estar a distancia de ambos extremos, y la se-
te mediadora.—Muchos Padres y escritores no dan expresa- gunda, llevar a cada uno de ellos algo del otro. Ahora bien:
mente a María el nombre de mediadora, pero profesan y ala- María dista de Dios por su naturaleza y condición de cria-
ban la mediación de María con palabras que equivalen a tura, y de los hombres por su dignidad de Madre de Dios,
este título. por la plenitud de gracia con que está enriquecida y por la
Excepto el título, es fácil encontrar esta mediación de singular prerrogativa de su concepción inmaculada; lleva
María en la comparación, tan corriente en sus escritos, en- asimismo a los hombres los dones de Dios y a Dios la sa-
tre Eva y María, nueva Eva, contraria a la primera, que se tisfacción, el mérito, la oración y glorificación de los hom-
presenta como consorte de la redención, así como aquélla lo bres, no como si de ellos los recibiera, sino porque, haciendo
fué de la ruina; en la maternidad espiritual de la Virgen sus veces, ella misma los ofrece a Dios. Es, por tanto, ver-
para con los hombres y en el oficio de abogada que desem- dadera mediadora de Dios y de los hombres.
peña en el cielo, procurando a todos la salvación eterna 2<s. b) Por otra parte, este título de mediadora con que se
Y en estos documentos no sólo se habla de la mediación la distingue no menoscaba la mediación de Cristo ni le os-
remota y física de la Santísima Virgen, en cuanto que en- curece en modo alguno, puesto que María no es mediadora
gendró a Cristo, mediador nuestro, sino también de su in- en el mismo sentido en que Cristo es mediador entre Dios
tervención inmediata y personal en procurar a los hombres y los hombres. No es la mediación de María del mismo or-
la reconciliación con Dios. den que la de Cristo, sino de otro grado y en dependencia
Porque: <*) El mismo nombre de mediadora supone una siempre de la mediación de El, en la cual se funda y de la
acción moral y directa. cual saca toda su eficacia.
p) Dichos testimonios unen al título de mediadora ta- Pero hay más; este ministerio de María Madre redunda
les epítetos, o de tal modo describen la mediación, o propo- en honor inmenso para el Hijo, porque demuestra la opu-
nen su objeto, o añaden al de mediadora otros títulos, o le lencia de Cristo Mediador, que sin menoscabo suyo enrique-
sustituyen de tal manera, que expresan evidentemente aque- ce a su Madre con mediación tan excelsa. De parecido modo
lla intervención moral. manifiestan las criaturas no la indigencia, sino la abundan-
T) Con mayor evidencia además se ve significada la me- cia de la virtud divina, ejerciendo la actividad que tienen de
diación moral en muchos de aquellos testimonios que se Dios y sujetándose a El en sus operaciones.
refieren a la actual mediación de la Santísima Virgen en
los cielos" 27. Cuestión 2. Con qué actos ejerció y ejerce ahora el oficio
3.° TESTIMONIO DE LAS LITURGIAS.—Las liturgias orien- de mediadora la Bienaventurada Virgen María.
tales saludan a María mediadora al invocarla de este modo: 1.° Siendo la Santísima Virgen consorte de Cristo Me-
"Escala celestial..., mediadora que no es confundida..., úni- diador, no debemos juzgar de su actividad mediadora de
co amparo nuestro" 28. distinto modo que- de la de Cristo.
23
Laúd, in Dormit. Deiparae. Y como Cristo realiza su mediación con las mismas ope-
21
25
Surnm., p. ni, tít. 31, c. 2. raciones con que llevó a cabo la redención, es evidente que
De vita et fine solitarii, 1. n, a. 7. Cf. BOVER, ETL., an VI, aquélla viene a resolverse en la redención tanto objetiva,
fase.20 3, jul. 1829. por la cual, derramando en la cruz toda su sangre, satisfizo
Cf. p. m , c. 4, a. 4,
27
BOVER, 1. c. a Dios condignamente, reconciliándole con nosotros, hacién-
23
In Menaeis, donosle propicio y mereciéndonos un tesoro infinito de gra-
722 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 4 . TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 723
rra y, en general, los sacerdotes, cooperan de este modo a 2.° Pero la mediación de María excede y sobrepasa de
la reconciliación de los hombres con Dios, ya que realmen- modo extraordinario la mediación de los otros santos.
te son aptos para mediar, porque están unidos a Dios o Porque: a) La Santísima Virgen ejerce su mediación en
por la visión beatífica, o por la gracia santificante, o por la redención objetiva desde el principio hasta su consuma-
el carisma de una potestad sobrenatural, y además unidos a ción en la cruz, cosa que no pudo hacer ningún otro santo.
los hombres por benevolencia, por misericordia o por sus b) Además, María interviene en la redención subjetiva
deberes ministeriales. mucho más eficaz y universalmente que todos los otros sier-
Sin embargo, esta mediación supone la de Cristo y la vos de Dios, preeminencia mariana sobre los santos, de que
de María, por cuya virtud existe y llega hasta nosotros y hablaremos más extensamente.
sin la cual no podría existir.
Así dice Santo Tomás: "Sólo Cristo es Mediador per-
fecto de Dios y de los hombres, en cuanto que, por su
muerte, reconcilió al género humano con Dios. Por lo cual, ARTICULO II
cuando dijo el Apóstol: Mediador de Dios y de los hom-
bres el hombre Cristo Jesús, añade: El cual se dio a si DE MARÍA CORKEDENTORA
mismo en redención por todos. Nada, sin embargo, impide
que algunos otros sean llamados mediadores de Dios y de Con el insigne título de mediadora va estrechamente
los hombres secundum quid, en cuanto que cooperan a unir unido en María el de corredentora, ya que, como veremos
con Dios a los hombres de una manera dispositiva y mi- muy pronto, se incluye en aquél como la parte en el todo.
nisterial" 30. 1.° Ha de tenerse en cuenta que Cristo, Señor nues-
Y Estío añade: "Si, en general, se entiende por me- tro, es el Redentor del género humano, según lo dice el
diador todo aquel que, de cualquier modo, trata la causa Apóstol (1 Tim. 2, 6 ) : Se dio a sí mismo en redención por
de alguno cerca de otro para reconciliarle con él o con- todos; y en Calatas (2, 13): Cristo nos redimió de la mal-
seguir algo en su favor, con súplica o mérito, no hay in- dición de la ley, hecho por nosotros maldición. Por lo cual
conveniente en decir que hay muchos intercesores o me- San Agustín dice: "Vino el Redentor y pagó el precio; de-
diadores de los hombres para con Dios en el cielo y en la rramó su sangre y compró todo el orbe" 3-. Y la sagrada,
tierra" s l . liturgia canta: "¡Oh feliz culpa, que mereció tal y tan gran-
de Redentor!"
Cuestión 4. Cuánta sea la excelencia de la mediación ma- 2.° Sin perder esto de vista, pasemos a investigar si a
riana en comparación a la de Cristo y a la de los demás la Virgen, Madre de Dios y compañera en la obra de la re-
santos. dención, le conviene el título de corredentora y por qué cla-
se de actos.
1.° a) Sólo Cristo es mediador primario, principal y
supremo; María es mediadora menos principal, subordina-
da y secundaria. Cuestión 1. Si la Virgen bienaventurada, unida a Cristo
b) Cristo es mediador suficiente por sí mismo, que no Redentor en la obra de la redención humana, puede
necesita del auxilio de ningún otro, y absolutamente nece- ser llamada corredentora de los hombres.
sario para redimir a los hombres por satisfacción condig-
na: María, en cambio, es mediadora hipotéticamente, en OPINIONES.—a) Los protestantes y jansenistas rechazan
cuanto que Dios, por decreto de su voluntad libérrima, se el título de corredentora dado a María, como consta en la
dignó asociarla a Cristo en la obra de la redención. admonición X, donde se la presenta hablando de este modo:
c) Cristo es mediador totalmente universal, aun de la "Por tanto, no me llaméis salvadora y corredentora" 33.
misma Santísima Virgen, que necesitó de redención, y que También Muratori le niega este título, porque directa-
en realidad fué redimida de un modo más sublime que los mente no tuvo parte alguna en la redención, y, por lo mis-
demás hombres; María no puede ser mediadora de sí mis- mo, le niega el de mediadora: "Perché Egli solo ha potuto
ma, y lo es sólo respecto de los demás.
reconciliarsi con Dio" 3i.
*°~3 q- 26, a. i.
» j n 3 Sent., d. 19, § 6. Enarrat. in Ps., 95.
WlDENFELDT, O. C.
Della regol. divozione.
C. 4. TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 727
tiano, no oponiéndose la Iglesia, podría con razón llamarse work of redemption, she has obtained the singular a ^
temerario quien dudase de su legitimidad" 66. unique title of co-redemptrix" 71. _ '
El Emmo. Cardenal Lega, en el sermón que tuvo en El Emmo. Cardenal Mercier: "A l'heure oü son Fils e ^
Frascati el día 8 de febrero de 1931, dice así: "II cristiano pire, elle est la, la Mere, au pied du gibet oü son Fils e ^
deve non meno religiosamente osservare altre solennitá crucifié; elle s'y tient debout, comme le prétre a l'autel. So^
(ed oggi sonó poche) che non cadono in Domenica, ma che Fils s'offre au Dieu de justice et de miséricorde pour ^
da questo traggono il loro splendore, il carattere divino e salut du monde; Marie l'offre avec lui dans le méme e§s
sonó appunto giorni in cui si solennizzano fatti della prit. Donnant son Fils, c'est d'ailleurs quelque chose d'eU^
N. S. Redenzione, como l'Ascenzione, la Circoncizione, il méme qu'elle immole a Dieu; car, cette chair meurtrie, 1EIS
Corpus Domini e la Vergine Santissima, nostra Correden- bourée comme l'est la glébe par le soc de la charrue, ce san^
trice" 6r . qui coule des plaies et du Coeur du divin Agneau sont de 1^
El Emmo. Cardenal G. Pignatelli di Belmonte, en su alo- chair et du sang de la tres Sainte Vierge Marie... II est let^
cución ante el Sumo Pontífice y en la magna reunión de car- Rédempteur, elle est leur corrédemptrice..." 72.
denales celebrada en el día 24 de diciembre de 1934, dijo: El Emmo. Cardenal Van Roey, arzobispo de Malinas: " ^
"Maria col suo Fiat mihi secundum verbum tuum, acettó di l'instant oü Marie prononce son Fiat et donne son conseiu
divenire la corredentrice dell'umanitá decaduta..." 6S. tement á l'inearnation, la miséricorde divine, en ménj^
El Emmo. Cardenal Minoretti, arzobispo de Genova, en temps qu'elle abaisse infiniment le Fils de Dieu en lui fais..
un sermón sobre los milagros de la Virgen, habla de este sant prendre la nature humaine, eleve celle-ci, en la persoru
modo: "Gesü Cristo ama Maria, la obbedisce, per Lei com- ne de Marie, jusqu'aux confins de la Divinité, puisque Mari Q
pie il primo miracolo alie nozze di Cana a la assume corre- donne a la personne du Verbe la nature humaine. Depuis
dentrice sul Calvario" 69. ce moment jusqu'au Calvaire, oü elle se tient debout sous
la croix, elle est associée intimement á toute l'oeuvre dq
El Emmo. Cardenal Schuster, arzobispo de Milán, ha- Sauveur; elle partage les douleurs atroces de son Fils et les
blando de la fiesta de los Siete Dolores de María, que se offre, avec lui, au Pére pour le salut du genre humain. Pai-
celebra el 15 de septiembre, escribe: "Questo ufficio non sa fonction de Mere de Dieu et par sa participation effec-
designa propriamente una festa, ma un giorno commemo- tive a l'oeuvre de la redemption, elle a acquis de plein droit
rativo della Vergine Beata, prima d'incominciare il ciclo li- le titre de corrédemptrice et de Mere spirituelle de tous les
túrgico dei misteri di nostra Redenzione e del divin Cro- hommes" 7S.
cefisso. Le sue prime origini non salgono al di la del tardo El Emmo. Cardenal Binet, arzobispo de Besancon, envía*
medio evo, ed Serviti contribuirono moltissimo a diffon- do como legado de la Sede Apostólica en el año 1933
derne Tuso. Pero la divozione speciale ai Dolori della Ver- a las solemnidades celebradas en Lourdes al finalizar el
gine corredentrice del genere umano, era giá da lunghi se- LXXV aniversario de la aparición de la Santísima Virgen,
cóle nell'anima del popólo cristiano" 70. alaba a María como corredentora con estas palabras: "A
El Emmo. Cardenal Vaughan, arzobispo de Westmins- cóté du Christ-Rédempteur que vous serez invites k entou-
ter: "In carrying out the great work of Redemption, the rer d'un cuite tout spécial pendant l'année jubilaire, lais-
chief solace and companion of Jesús was to be Mary... From sez-Nous done fixer vos regards sur Marie, la Sainte Vierge,
the first moment she had been in closer sympathy with Him que toute la tradition catholique appelle la médiatrice et la
than all the angels and saints put together... She was nea- corrédemptrice des hommes" 74.
rer Him during His passion and in her proper place by the El Emmo. Cardenal Goma, arzobispo de Toledo, con fre-
side of the Divine Priest as He offered the Divine Victim cuencia llama en sus escritos a María corredentora: "La
upon the altar of tre Cross. Through the knowledge of the oración de María es la oración de la Madre de Jesucristo,
Priest and His intentions, through her love and sympathy que voluntariamente se asocia a El y al querer del Padre
^-greatest possible—• for Her divine Son, through the cióse en la encarnación, en la penosa carrera de su vida y en el
association and conjunction of her soul with His in the 71
The Young. Priest, p. 47.
73
68
Tr. de B. V. Marica, Matre Dei, p. III, c. 1, a 3. Lettre pastorale, 1 nov. 1924.
78
w
La scuntificazione della festa; Nozze d'oro del Card. M. Lega. Dieu Pére des misérieordes. Lettre pastorale, 11 febr. 1938.
71
08
L'Osservatore Romano, 26-27 dic. 1934. La confiance envers la tres Sainte Vierge, Corrédemptrice du
80 genre humain. Lettre pastorale, febr. 1933.
L'Osservatore Romano, 20-21 sept. 1937.
70
Líber Sacrgmentorum, vol. vn.
732 P- " I - CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 4 . TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 733
penosísimo término de la pasión y muerte, con cuvo con- ración redentora de Jesucristo y la cooperación correden-
sorcio logró el título y el lucrar de corredentora v los dere- tora de María."
chos con «i fruientes a la participación en el75desarrollo secular "Dios la hizo tan pura, tan inocente, para que fuese la
y complejo de los frutos de la redención" . corredentora del linaje humano. En el Calvario, la sangre
"Cuando decimos oue la Virgen es corredentora de los de Cri«to. al juntarse con los ayes silenciosos de María, ense-
hombres, nueremos sismifícar que ella es socia, cooperado- ña que María es inmaculada y enseña también el gran miste-
ra, ooadjutora de su Hiio, Jesucristo, en la obra de la re- rio de la pureza que sufre y de la inocencia que se sacrifica."
dención... Ni fué la Madre de Jesús corredentora en el mis- "La muerte nos vino por una mujer, y por una mujer
mo n'ano en que fué Jesús Redentor. No es la de la Madre nos vino la vida. Mora per Evam, vita per Mariam. ¿Y dónde
de Dios una avuda necesaria a su Hiio, en cuanto no se brotó la vida sino en la cumbre del Calvario y al pie de la
bastara El para reconciliar al mundo con Dios; ni aue se cruz? Por tanto, si Jesús es el autor de la vida y, por ende, el
añadiera un adarme de perfección a la obra redentora de Redentor primario, y si por María viene la vida y, por tanto,
Jesús, ni que la redención fuera más copiosa con la cola- es redentora secundaria, con razón la llamamos corredentora
boración de María. Sería iniurioso al Hiio atribuir esta in- del linaje humano. Subamos en espíritu al monte Calvario
tervención a la Madre, y destruiría todo el sistema doctrinal y contemplemos", etc. 79.
de la redención..." 7e.
El Excmo. Sr. D. José Miralles Sbert, arzobispo-obispo
El Emmo. Cardenal Segura, arzobispo de Sevilla: "Es de Mallorca: "La Iglesia..., el viernes de Pasión, exalta a
llegada la hora de ponerle en práctica (plan de misiones María, que, condividiendo la pasión del Hiio, viene a con-
parroquiales en toda la archidióce°is), con la gracia de Dios vertirse en nuestra corredentora. Predestinada para ello,
y la protección de la Santísima Virgen, nuestra medianera comparte, pues, María, en toda la extensión de la palabra,
universal. Ella, como verdadera corredentora con Jesucristo, los dolores de Jesús... Aquel Rey que desde su leño ensan-
su divino Hijo, según el sentir de la Iglesia, manifestado grentado atrae todas las cosas hacia Si y se nos propone
por la doctrina unánime de los doctores, es la dispensadora como jefe y modelo, nos enseña cabe la cruz a María, víc-
de las divinas gracias de la Redención, que por sus ma- tima perfecta, pero víctima humana... Aquel Esposo, en fin,
nos desrienden a la tierra, fecundándola en frutos de san- consuma en la montaña tremenda el desposorio con la na-
tidad" " . turaleza humana iniciado en la encarnación; y si para esto
El Excmo. Sr. D. Manuel de Castro Alonso, arzobispo necesitó el concurso de Nuestra Señora, no quiere dispen-
de Burgos: "La Santísima Virgen, aceptando el cargo su- sarse de él en la corroboración de sus nupcias, en las que la
blime de Madre de Dios y hecha tal por la virtud del Espí- Virgen representa y sintetiza a todos los mortales y con su
ritu Santo, con sus obras de tal Madre, humilde, resignada, Fiat adorable los conduce al consorcio con la naturaleza mis-
obediente, sacrificada hasta lo inconcebible y sólo sostenida, ma de Dios santificador" 80.
para no morir de tanto dolor y ar.gustia juntamente con su
Hijo, por la fuerza y virtud de lo alto, contribuyó con todo El Excmo. Sr. D. Leopoldo Eijo Garay, obispo de Madrid-
su ser y todas sus fuerzas a la obra de la redención mucho Alcalá: "El Rosario es un continuo recuerdo y meditación
más que Eva a la perdición; por lo cual toda la tradición la de los principales misterios de nuestra fe. Primero trae a
ha reconocido y aclamado como corredentora del género nuestra memoria los que se refieren al Verbo divino, hecho
humano" 7S. hombre por nosotros, y a María, Virgen Inmaculada y Ma-
El Excmo. Sr. D. Antonio García y García, arzobispo de dre y corredentora nuestra" 81.
Valladolid: "En el momento de la encarnación empieza la "¿Quién que se precie de tener corazón noble y agrade-
obra de Jesucristo, y en ese momento se inicia la coopera- cido dejará de fomentar en su alma un amor filial y una
ción de María, y entrelazadas crecen y se desarrollan la ope- devoción tierna y ferviente a María Santísima, asociada al
Verbo divino en la sublime y verdaderamente divina em-
75
La iconografía mañana y la, mediación universal de la Vir-i
gen. Carta pastoral, 15 agosto 1928. 78
7a
El XV Centenario de Efeso. Carta pastoral, 25 abril 1931. _ Strm. de la Concep. Inmaculada y de los Siete Dolores de la San-
77 tísima Virgen.
Carta pastoral para la santa Cuaresma sobre las misiones 80
parroquiales, 25 enero 1940. Carta pastoral, 8 abril 1938.
78 81
Circular sobre la corredención de la Santísima Virgen, 19 mayo Circular sobre el Santo Rosario, 10 sept. 1919: "Bol. Eccl. de
de 1940. Vitoria", *n. LV. n. 18.
734 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 4 . TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 735
para siempre a los que ha santificado; y San Juan (Apoc. 5, objetiva y abogado por la subjetiva, y por ambos oficios
9-10): Digno eres, Señor, de tomar el libro y de abrir sus principalmente queda constituido mediador, del mismo modo
sellos; porque fuiste muerto, y con tu sangre nos has redi- la Santísima Virgen es corredentora, merced a la coopera-
mido para Dios...; y en verdad, porque, después de la reden- ción que prestara a la redención objetiva, y abogada dis-
ción, consumada en la cruz por la muerte de Cristo, no resta pensadora de todas las gracias, por cooperar a la redención
sino la aplicación de sus frutos. subjetiva; y de esta doble cooperación le resulta el oficio
Por la redención subjetiva, Cristo es propiamente abo- de mediadora en un doble estadio, a saber: en el de la co-
gado nuestro, como se dice en la primera Epístola de San rredención en la tierra y en el de la actual intercesión en
Juan (2, 1-2): Tenemos por abogado con el Padre a Jesu- los cielos.
cristo, el justo, y El es propiciación por nuestros pecados, b) Por tanto, la realidad indicada en el título de co-
y no tan sólo por los nuestros, mas también por los de todo rredentora es su cooperación con Cristo Redentor a la re-
el mundo; y en el Apóstol (Hebr. 7, 25): Por eso puede per- dención objetiva, o sea a la obra de la redención humana,
petuamente salvar a los que por El se acercan a Dios; vi- en general, j a remota, dando, con voluntariedad plena, a
viendo siempre para interceder por nosotros. Cristo Redentor su carne para que pagara el precio de nues-
3.° Ambos oficios de Redentor y abogado constituyen a tro rescate; ya próxima, compadeciendo con su dulcísimo
Cristo en mediador, y así dice San Pablo (1 Tim. 2, 5-6): Y Hijo al consumar en la cruz la redención humana y ofre-
uno el mediador entre Dios y entre los hombres, Jesucristo ciendo a Dios por la salud de los hombres sus acerbísimos
hombre, que se dio a si mismo en redención por todos; y en dolores de Madre y su propio Hijo, a cuya voluntad estuvo
Hebreos (7, 25): Viviendo siempre para interceder por nos- unida y vinculada. De aquí que San Alberto Magno dijera:
otros; acerca de lo cual dice San Agustín: ¿Por qué pide "Así como todo el mundo está obligado a Dios por su pasión,
por nosotros? Porque se dignó ser mediador 87. así también lo está a la Señora por su compasión" 8a. Y esto
Valencia, después de distinguir un doble grado de recon- es suficiente para que María sea llamada corredentora 30.
ciliación y enseñar que Cristo nos lo alcanzó totalmente, c) Pero la cooperación de María a la obra de la reden-
aunque cada grado de distinto modo, a saber: el primero, ción fué aportada, como demostramos anteriormente, en to-
de tal manera que todos los hombres le consiguen, sin me- dos los aspectos particulares o notas que tuvo la redención
diación alguna, por el solo hecho de haber padecido Cristo de Cristo, a saber: de satisfacción, de mérito, de sacrificio
una vez por todos; y el segundo (es decir, la aplicación de y de redención estrictamente dicha. Y es que María, bajo
la virtud de la pasión de Cristo), de tal modo que los hom- la dependencia de Cristo y unida a El, que satisfizo a Dios
bres no pueden conseguirlo sino con ciertas condiciones y condignamente, y mereció todas las gracias, y se ofreció a
medios que, además de la pasión, son para esto necesarios, sí mismo como hostia en el ara de la cruz, y pagó el precio
añade: "Es cierto que Cristo ya no hace de mediador, como condigno de la redención humana; María, decimos, cosatis-
lo hizo en su vida y muerte antes de la ascensión; entonces fizo, comereció y coofreció a su modo el sacrificio de la cruz,
desempeñó perfectísimamente el oficio de mediador, y le y corredimió a los hombres, ofreciendo a Dios, como precio
consumó redimiéndonos, en cuanto que obtuvo para nosotros de la salud humana, a su amadísimo Hijo, juntamente con
uno y otro grado de reconciliación, aunque de distinto modo; sus dolores de Madre 91.
esto ya no lo hace más; hízolo una vez con una sola obla-
ción". s
»
80
Mariale, q. 148.
Sin embargo, ha de decirse que Cristo sigue ejerciendo Cf. DUELANCHY, Marte Médiatrice, D T C , t. IX, c. 2.396.
91
Cf. p. ni, c. 2, § 1 et seq.; B I T T E E M I E U X , De Meáiatione uni-
de algún modo el cargo de mediador. Esto consta claramen- vcrsali B. M. Virginis quoad gratias, 1. I, c. 4, a. 3 ; M E L K E R B A C H ,
te, porque, al interceder por nosotros en el cielo, nos ayuda Mariologia, p . n i , a. 2 ; C E U P P E N S , Mariologie oompendium, p . if>
en verdad a conseguir el segundo grado de reconciliación, sect. i, c. 1-2; ZUBIZARRETA, Medulla Theologiae Dogmatícete; Bo-i
como, a su manera, nos ayudan también otros medios" 88. VER, Maria hominum
CAROL, The Blessed
Corredemptrix,
Virgin's
Gr., vol. VI, fase. 4, flec. 1925;
Co-Redemption vindicated. The Theo-
4.° Ahora bien: conforme al concepto del Redentor debe logical concept. of Mediation and Co-Redemption, E T L , arr. XIV, f a s -
determinarse el concepto de corredentora: cículo 4, nov. 1937.
a) Pues así como Cristo es Redentor por la redención
neración espiritual, ya que la gracia confiere al hombre un disciples d'un nom plus familier encoré: Enfants! ou Petits
ser nuevo, o sea una nueva naturaleza sobrenatural, hacién- Enfants!, et il leur promet de ne pas les abandonner comme
dole así una nueva criatura y transformándole en imagen des orphelins. Mais alors la métaphore saute aux yeux. Ja-
de Dios, según las palabras del Apóstol (2 Cor. 5, 17): Si al- máis il ne s'arroge le titre de Pñre" lll(l.
guna criatura es hecha nueva en Cristo, las cosas viejas ya 7.° Teniendo en cuenta las observaciones que preceden,
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas; Gálatas (6, 15): pasamos a estudiar el influjo que María ejerce en la adop-
Pues en Jesucristo nada vale ni la circuncisión ni el prepu- ción de hijos de Dios por Jesucristo, lo cual equivale a es-
cio, sino la nueva criatura; y 2 Corintios (3, 18): Y asi to- tudiar su maternidad adoptiva con respecto a los hombres.
dos nosotros, registrando a cara descubierta la gloria del Para evitar en esta materia toda clase de equívocos, no-
Señor, somos transformados de claridad en claridad en la\ temos que esta maternidad de María puede en realidad lla-
misma imagen. marse adoptiva, pues se trata del concurso prestado por ella
Esta adopción divina del hombre, por ser una operación en orden a constituir hijos adoptivos de Dios y a conferir
de Dios fuera de sí mismo, se debe a toda la Trinidad, aun- a los hombres la gracia de adopción, que depende cierta-
que se apropia a Dios Padre por la peculiar semejanza que mente de la voluntad divina, y, por tanto, compete a la San-
ofrece con su personalidad divina. tísima Virgen esta maternidad, supuesto el consentimientc
5.° Sin embargo, esta adopción no se consuma sin el del Padre celestial, no de otro modo que lo hace, entre los
influjo de Cristo Hombre, puesto que El es principio y causa hombres, la madre con el consentimiento del padre de fa-
de nuestra regeneración y vivificación, de tal modo, que de EL milia 101.
como de cabeza, recibimos todo lo que de gracia hay en Ahora bien: como este concurso maternal de la Santí-
nosotros. sima Virgen pertenece por entero al orden de la gracia, su
Porque El satisfizo a Dios por todos; con su mérito nos maternidad para con nosotros es del todo espiritual y so-
adquirió las gracias y nos las impetra (fe Dios con sus sú- brenatural.
plicas, para que, conformados a su imagen, vivamos la mis-
ma vida sobrenatural que El vivió en su humanidad y vive
por los siglos de los siglos. Cuestión 1. Si la Bienaventurada Virgen María es Ma-
De aquí que Cristo no sólo sea hermano nuestro y, lo que dre espiritual de los hombres.
es más, el primogénito de muchos hermanos (Rom. 8, 29),
sino también padre, como lo profetiza Isaías (9, 6) y lo en- Suponemos que María es Madre de los hombres remota
seña San Anselmo de Cantorbery, citado por León XIII 98 : y radicalmente, engendrando a Cristo, autor de nuestra vida,
"¿Qué puede haber más digno de estimación que el que tú, pues verdaderamente es Madre nuestra, en el orden sobre-
¡oh Virgen!, seas Madre de quienes Cristo se dignó ser pa- natural, la que nos dio la vida espiritual, como en el orden
dre y hermano?" 9 9 . temporal se llama y es verdadera madre la mujer que da
6.° Sin embargo, el nombre de Padre, aun según la adop- a su prole la vida temporal. Es, pues, la Santísima Virgen
ción divina, se reserva a la primera persona de la Santí- nuestra Madre espiritual por haber engendrado a Cristo,
sima Trinidad. Por eso dice Philips: "Si on voulait accorder que es la vida de nuestras almas, como lo dijo El mismo
le nom de pére adoptif au Fils ou au Saint-Esprit, on ris- (lo. 10, 10): Yo he venido para que tengan vida, y para que
querait de produire une confusión lamentable dans nos pau- la tengan en abundancia.
vres concepts. La premiére Personne n'aurait plus de nom Por tanto, trátase aquí de la maternidad espiritual, pró-
absolument propre, et celui dont nous sommes les fréres, á xima y formal, de la Santísima Virgen, la que se refiere
la fois par communauté de race humaine et par gráce di- directamente no a Cristo, autor de la vida, sino a los hom-
vine, serait en méme temps notre Pére. Jésus ne parle pas bres, que han de ser vivificados en Cristo y por Cristo.
de la sorte. Son Pére il l'appelle aussi notre Pére, tout en y 100
mettant une certaine nuance. L'appellation, dirions nous, Les mystéres de la Ste. Trinité et de la gráce, REL, an. xxvn,
n. 3, nov. 1935.
n'est pas univoque, mais analogique. Quant á nous, il nous 101
LEPICIER, O. C , p. I, c. 1, a. 1.
honore du nom de fréres et d'amis. Parfois il interpelle ses
M
99
Ene. Adiutricem populi, 5 sept. 1895.
Or. 47.
C. 4. TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 743
742 P. I I I . CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
María, por su obediencia, de la vida 121, de la vida sobrena- San Pedro Crisólogo: "Y ahora fué (María) verdadera-
tural, por la que todos viven, hecha de este modo Madre de mente constituida Madre de los que viven por la gracia,
los que viven por la gracia, como Eva es madre de los que como (Eva) fué madre de los que mueren por la natura-
viven por naturaleza. leza" ,27.
Y San Ireneo parece indicar más claramente esta ma- San Anselmo de Cantorbery: "El Salvador del mundo es
ternidad de María, llamando a Cristo "primogénito de la nuestro hermano: nuestro Dios hízose por María hermano
Virgen" por ser el primero en la nueva familia espiritual nuestro... ítuegue ella al Hijo por los hijos, al Unigénito
engendrada por María 122. por los adoptados, al Señor por los siervos. Que el buen
Hijo oiga a la Madre por los hermanos, el Unigénito por los
b) Desde el siglo IV hasta nuestros días, los Padres, que adoptara, el Señor por los que había liberado" 12s.
doctores y escritores eclesiásticos proclaman expresamente
la maternidad espiritual de la Virgen, llamando a María San Bernardo, aunque hijo fervorosísimo de la Santísi-
Madre de los que viven, Madre de los miembros, cuya Ca- ma Virgen, nunca la llama Madre de los hombres, quizá
beza es Cristo; Madre de la gracia, Madre de la misericordia. porque nunca encontró este título literalmente expreso en
Madre espiritual, Madre nuestra, Madre de los cristianos, San Ambrosio y San Agustín, a quienes sigue siempre con
etcétera, o exaltando su maternidad con otros epítetos de tenacidad y firmeza 12a. "De estas dos columnas (hablo de
alabanza. San Agustín y San Ambrosio), créeme, difícilmente me se-
San Epifanio dice: "La bienaventurada Madre de Dios, paro. Confieso que puedo errar o acertar, pero con ellos" u0.
María, está significada en Eva, que sólo por enigma fué lla- Sin embargo, expresamente llama a María Madre de la mi-
mada madre de los vivientes. Y en verdad que la verdadera sericordia ua, Madre de la caridad v¿2, y usa frecuentemente
vida fué engendrada para el mundo por María, pues en- algunas fórmulas que no sólo suponen la maternidad espiri-
gendrando al que vive, hízose Madre de todos los vivien- tual de la Virgen, sino que, además, presentan a María como
tes" 123. ejerciendo maternales oficios en favor de los hombres.
San Ambrosio: "Tu vientre, como montoncillo de trigo Por eso Nogués escribe: "Saint Bernard... ne parle di-
cercado de lirios, porque Cristo, nacido de la Virgen, los rectement de la maternité humaine de Marie, mais les ex-
contiene en sí a todos... En este seno virginal germinaba pressions dont il se sert, quoique moins expiicítes que celles
juntamente el trigo y la gracia de la flor de lirio... Pero des théologiens modernes, montrent assez que non seule-
como el cúmulo formóse de un solo grano de trigo, quedó ment il suppjse cetce mátenme, inais que marie meuia-
cumplida la profecía aquella: Y los valles abundarán de trice c'est, surtout pour lui, la Mere universelle, la Mere spi-
trigo" 12i. rituelle dans le plein exercice de ses fonctions maiernelles,
üiatriouanc a se¿ eniams uans le détail, le tout, la pienicude
Y añade: "Por tanto, de aquel seno de María difundióse des gráces que Dieu a mises entre ses mains" lM .
en el mundo el trigo, rodeado de lirios, cuando de ella nació
Cristo, de quien dice el profeta David: "Bendecirás la co- Guerrico, abad de Igny, discípulo de San Bernardo, dice:
rona del año de tu benignidad y los campos se llenarán de "Aquella antigua Eva, más que madre, madrastra, es la qun
abundancia" l25. dio a sus hijos a la muerte antes que a la luz. Fué llamada
madre de todos los vivientes; pero con más veruau puede
San Agustín: "Y por esto aquella sola mujer es Madre y decirse que dio muerte a los que viven o que es madre de
Virgen, no sólo en el alma, sino también en el cuerpo. Y los que mueren, puesto que su engendrar es intundir la
Madre ciertamente en espíritu, no de nuestra Cabeza, que es muerle (Gen. o). Y como aquélla no pudo llevar fielmente
el Salvador mismo..., pero sí totalmente de sus miembros, su nombre, ésta OVlariaj cumplió el misterio; pues ella, como
que somos nosotros, porque cooperó con caridad a que na-
cieran fieles en la Iglesia" 126.
127
128
Serm. 40.
Or. 7, A.d Sanct. Virg, Mariam.
120
131
Cf. p. I, c. 5, q. 1. AUBRON, La Marioloyie de Saint Bernard., EechSR, t. XXtV,
122
Cf. PBZYBYLSKI, De Mariologia S. Jrenaei Lugdunensis. n. 5, dic. 1934.
130
i» IJaer., 78. 131
Epist. 77, Ad magistrum Hugonem de S. Victore.
124
De Instit. Virg., c. 14. 132
Serm. in Assumpt. B. Virg.
128
Ibíd., c. 15. 133
De laudibus B. Virg. Mariae.
va
Lib. De Virginitate, c, 6. Mariologie de Saint Bernard, c. 4.
748 P. I I I . CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 4 . TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 749
infundiendo la gracia meritoriamente, y, por tanto, que el za por razón de representación vicaria; cuando se trata del
oficio de Cabeza tuve el mismo efecto que el de Redentor, cuerpo místico nacido en la cruz (o que pronto había de na-
es decir,161nuestra saltación, contenida en los dones de la cer en la cruz) (lo. 17, 4 y 17-19), ya se supone la misión de
gracia"' . la Cabeza continuada jurídicamente en la misión del cuerpo.
Y en verdad, porque ninguna gracia nos viene de Cristo Por lo que hace a la vida sobrenatural, la vida del cuer-
po y de los miembros está, por la encarnación, en la Cabe-
Cabeza que no proceda de Cristo como Redentor y como de- za, como en su fuente todavía cerrada y en su eminente
rivada de su muerte; de aquí que dijera el Apóstol (Hebr. 10, arquetipo; pero, en virtud de la cruz, se comunica aquella
14): Con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los vida por razón del Espíritu de Cristo, que, siendo numéri-
que ha santificado; y San Jerónimo: "El murió para que camente el mismo, habita en El ilimitada y sobreabundan-
nosotros viviéramos" 162. temente; empero, en el cuerpo y en los miembros con opera-
Por eso, Nicolás Cabasilas advierte que no somos miem- ciones limitadas, según la medida de la donación de Cristc,
bros de Cristo sino después de la cruz: "Después de la cruz y de tal modo, que de hecho el cuerpo con sus miembros se
—dice— hemos sido unidos a Cristo, quien antes de morir conforme y asemeje a la Cabeza" 16S.
no tuvo con nosotros unión alguna, pues El era el Hijo y el
amado; nosotros, los pecadores, los siervos y los enemigos COROLARIOS.—1.° Dedúcese de lo dicho que María, ya
espirituales. Pero después que murió y quedó pagado el pre- por su consentimiento inicial a la encarnación redentora, ya
cio y rota la esclavitud del diablo, entonces recibimos la li- por su compasión junto a la cruz, es Madre espiritual de to-
bertad y la adopción de hijos y fuimos considerados miem- dos, o sea, no sólo de todo el género humano, sino también
bros de aquella Cabeza bienaventurada" 163. de cada uno de los hombres, de los cuales es Madre actual y
Y Janssans dice también: "Tres cosas pueden conside- simplemente, en cuanto que les procura la gracia, por la
rarse en Cristo: Dios, el Hombre Dios y el Hombre Dios Re- que son engendrados a la vida sobrenatural.
dentor. Bajo cualquiera de estos tres aspectos, Cristo es Ca- 2.° Sigúese también de aquí cuan oportunamente Cristo,
beza; pero formalísimamente es nuestra Cabeza bajo el úl- pendiente de la cruz, llamó y declaró a María Madre de los
timo" 1M . hombres.
Así quedan conciliadas aquellas sentencias de los Padres Porque el Redentor, en el acto de consumar la redención,
que a primera vista parecen contrarias. de la cual, cooperando la Santísima Virgen, fué engendra-
da la multitud de los creyentes y hecha cuerpo místico de la
Es doctrina común de los Padres que el cuerpo místico Iglesia, o sea, cuerpo místico de Cristo, sancionó y proclamó
de Cristo se constituyó en la cruz por la muerte del Re- auténtica y solemnemente la maternidad espiritual de María.
dentor.
A la Santísima Virgen le son asignados como hijos todos
Y, no obstante, también afirman que este cuerpo místico los hombres, representados en Juan, quedando bajo la pro-
tuvo su origen en la misma encarnación. tección de su amor y solicitud de Madre. Y así Su Santidad
Si comparamos entre sí, dice Tromp, estos dos concep- León XIII dice: "Tal es la Madre (a saber, María, dulce, be-
tos, échase de ver que en parte convienen y en parte dis- nigna, indulgentísima) que nos ha dado Dios, a la cual, por
crepan. el hecho de haberla elegido el Unigénito para Madre suya,
"Convienen, porque en ambos está contenida la unión de infundió sentimientos intensamente maternales que no res-
la Cabeza con los miembros por razón de la misma natura- piran sino indulgencia y amor" 166.
leza y del común origen, formados como han sido de la mis- "Nunca la humana lengua puede expresar cuan dulcísi-
ma materia, esto es, de la sangre de Adán... mo ha hecho la misma naturaleza el nombre de madre, cons-
Discrepan por un doble título, o sea, por una razón jurí- tituyéndola como el ejemplar del amor tierno y providente;
dica y por razón de la vida sobrenatural. Por tanto, cuando pero bien conocen las almas piadosas cuánta es la llama de
se habla del cuerpo místico concebido en el seno de la Vir- caridad benévola y activa que hay en la Santísima Virgen,
gen, se quiere significar que los miembros están en la Cabe- es decir, en aquella que nos dio por Madre, no la naturale-
za, sino Cristo" 167.
61
02
Comm. Theol., t. IV. d. 1, q. 8, punct. 1.
15
03
Comm. in Ep. ad Gal., 1. n, c, 3, v. 14. Corpus Christi quod est Ecclesia, e. 4.
,0
04
he vita in Christo, i. Ene. Octobri mense, 22 sept. 1891.
17
Tr. de Incarn., p. i, sect. 2, membr. 3, c. 2, q. 8. Ene. Magnae Dei Matris, 8 sept. 1892.
758 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 4 . TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 759
comparabíemente superior a todos los santos, como Madre y San Juan Damasceno se dirige a María, diciendo: "¡Oh
Reina de todos. tú, María, cuya intercesión no es rechazada ni la oración
Por eso el Catecismo Romano dice: "Nosotros, los des- desoída, pues estás inmediatamente próxima a la Divinidad
terrados hijos de Eva que habitamos en este valle de lágri- y más cerca que nadie de la Trinidad santa!" ln5 .
mas, debemos invocar continuamente a la Madre de la mise- San Anselmo de Cantorbery exclama: "Ruega por mí,
ricordia y abogada del pueblo fiel, para que ruegue por nos- Santa Madre de Dios, para que, pues me causa tanto pavor
otros pecadores, y pedirla en esta invocación su ayuda, ya el tribunal de tu Hijo, conociendo la multitud de mis peca-
que nadie, sino por impiedad nefanda, puede dudar de que dos, pueda por tu veneranda intercesión quedar limpio de
sus méritos para con Dios son eminentísimos e inmensa su todas mis culpas, con el riego de la compunción del alma y
voluntad de ayudar a los hombres" 189. el rocío de una confesión piísima" 19e.
San Bernardo dice: "Busquemos la gracia, y burilémosla
El Sumo Pontífice Sixto IV escribe: "Reputamos digno y por María, porque ella encuentra lo que busca y jamás que-
aun obligado que todos los fieles de Cristo den gracias y ala- da frustrada; el Hijo escuchará a la Madre y ella misma
ben a Dios omnipotente... por la admirable concepción de será oída por su reverencia" 197.
la Virgen Inmaculada y que celebren las misas y otros ofi- Godofredo Abad escribe: "Consuela María al pecador, y
cios divinos instituidos en la Iglesia y asistan a ellos, invi- como haciendo suyo el pecado, por afecto de compasión, de-
tándoles con indulgencias y remisión de pecados, para que fiende al pecador suplicando al Juez. Pide la Madre miseri-
así, por los méritos e intercesión de la misma Virgen, se cordiosa por el miserable al Hijo lleno de misericordia. Llo-
preparen mejor a recibir la divina gracia" 190. ra este pecador, como dijimos, amargamente. La Madre se
Pío VII: "Con tanto afán y tanto amor procura la Bea- acerca al Hijo suplicando por el pecador; el Hijo la mira y
tísima Virgen María obtenernos a todos la divina ayuda, que, el pecado se aleja" 188.
así como por ella bajó Dios a la tierra, también por ella su- De este modo podrían aducirse innumerables testimonios
ben los hombres al cielo" 191. de escritores que pregonan la intercesión de María en fa-
León XIII dice que María, "en razón de su altísimo y vor nuestro.
perpetuo ministerio, llegada ya a la inmortalidad, ha de de- 3.° LA SAGRADA LITURGIA.—A todo lo dicho puede añadir-
fender nuestra causa" 102. se el testimonio de todas las liturgias antiguas, orientales y
Y Pío XII (g. r.) la llama "Reina y Abogada nuestra occidentales, en las que la Iglesia pide el perdón de los pe-
amorosísima" (Radiomensaje de 13 de mayo de 1946). cados y los demás beneficios por los méritos e intercesión
2.° SANTOS PADEES Y ESCRITORES ECLESIÁSTICOS.—San de la Virgen Santísima.
Efrén habla clarísimamente de la intercesión de María cerca 4.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) La Santísima Virgen es dis-
de Dios, diciendo: "No te canses de interceder por nosotros, pensadora de todas las gracias; gracias que no puede conferir
indignos siervos tuyos, antes bien guárdanos seguros de la a éstos o aquéllos más que intercediendo y expresando su
condenación con tus ruegos hasta el fin de la vida" 193. deseo de que así se haga, delante de Cristo, y con Cristo,
San Germán, patriarca de Constantinopja, exclama: delante del Padre 199.
"¿Quién como tú, a semejanza de tu Unigénito, cuida del gé- b) Y esta intercesión de María no se opone ni implica
nero humano? ¿Quién así nos defiende en nuestras mise- perjuicio a la de Cristo, pues no hay inconveniente alguno
rias?... ¿Quién como tú se esfuerza en suplicar por los pe- en que, con Cristo, intercesor principal, y bajo su dependen-
cadores?... Tú, que gozas de la confianza y potestad de Ma- cia y con su virtud y autoridad, interceda María por nos-
dre para con tu Hijo, guardas y defiendes con tus interce- otros, con intercesión menos principal y secundaria.
siones y peticiones a los ya condenados por sus culpas y que
ni siquiera se atreven a mirar al cielo, y los libras del eter- Serm. in Annunt.
no suplicio" 194. Or. ad S. Virg. Mariam in Assumpt. eius.
Serm. de Nativ. Virginis.
189 In omni festivit. B. Mariae.
100
p . vi, c. 5. Cf. supra, c. 3, a. 2.
191
Ex Const. Cum praeezcelsa, 28 febr. 1476, DB, n. 734.
103
L. c.
Ene. Iucunda semper, 8 sept. 1894.
193
Ag., III, 536, 39; BOVER, 1. c.
1M
Laudatio in Dormit. B. V. Marine.
766 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN 6. 4. TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 767
Cuestión 3. Con qué clase de oración intercede la Virgen puede hacer uso de señales externas de humillación; así lo
en los cielos por los hombres. dice San Gregorio Nacianceno: "Tenemos a Jesús por abo-
gado, pero no para que, por nuestra causa, se humille al
OBSERVACIONES PREVIAS.—1. a Hay dos clases de oración: Padre y ante El se prosterne de un modo servil. Lejos de
una formal v explícita y otra interpretativa. El esta indignidad y servilismo. No es decoroso para el Pa-
La oración formal y explícita es el acto del que suplica, dre, ni puede tolerar el Hijo pedir de este modo, ni es pia-
por el cual pide a Dios algún beneficio. La interpretativa no doso ni justo pensar tal cosa de Dios" 202.
es otra cosa que el mérito subjetivo ya existente en la pre- b) Que la oración expresa de Cristo en el cielo, si es
sencia de Dios, o también la manifestación o presentación que existe, no puede ser una súplica como de persona infe-
de otros méritos que pertenecen al peticionario, por los cufi- rior y necesitada que apela a la misericordia divina, sino
les Dios se mueve a conferir dones, sin petición actual al- la expresión del deseo que tiene su alma santísima de la
guna. salvación humana, para que Dios le cumpla, salva siempre
2. a Es bien sabido que Cristo, viviendo en la tierra, oró la fuerza todopoderosa de su voluntad divina y la igualdad
por los hombres, como se dice en San Lucas (23, 34): Padre, de las divinas personas.
perdónalos, porgue no saben lo que hacen; y en San Juan Alejadas todas estas imperfecciones, propias de la cria-
(17, 9 ) : Yo rwrio por ellos; no ruego por el mundo, sino por tura orante, admiten en Cristo oración formal y explícita
estos que me diste. Suárez, Petau, Franzelin, Stentrup, Müller, Lercher, Paquet
También es cierto que Cristo, glorioso ahora en los cie- y otros teólogos.
los, ruega por nosotros, como se dice en la I Epístola de San Defienden la sola interpelación interpretativa, sin ora-
Juan (2, 1 ) : Si alguno pecare, tenemos por abogado con el ción alguna actual, Somnio, Medina, Vázquez, Tomassin,
Padre a Jesucristo, el justo; y en la carta a los Hebreos (7, y en estos tiempos, M. de la Taille, de quien son estas pa-
24-25): Mas éste, porque permanece para siempre, posee un labras: "La oración no es tal o es cosa gratuita. Y como
sacerdocio eterno. Y por esto puede salvar perpetuamente a hemos de reconocer que Cristo ahora interpela a Dios por
los que por El se acercan a Dios, viviendo siempre para in- justicia (pues ya no hay lugar a la economía de humillación, o
terceder por nosotros; y a los Romanos (8, 33-34): ¿Quién xevóasu>t ), ha de juzgarse también que interpela no como
acusará a los elegidos de Dios? Siendo Dios avien justifica, orante, sino como intimando su voluntad; no como supli-
¿quién condenará? Cristo Jesús, el que murió, aún más, el cando a Dios, sino haciendo uso de la potencia de Dios como
que resucitó, el que está a la diestra de Dios, es quien inter- propia; no ya implorando misericordia, sino ejerciéndola; no
cede por nosotros. como impetrador de la gracia, sino como Señor de la gloria y
3. a En cuanto al modo de orar Cristo por nosotros en dador del perdón" 203.
los cielo0 erra dol Pfirlva, p<? o p i n i ó n cor-Miri rrno lo hace 5. a Es cosa indudable que María pide en los cielos por
interpretativamente, exhibiendo su humanidad santísima con nosotros con oración interpretativa, como enseña San Efrén
las cicatrices, méritos y satisfacciones, por las cuales Dios al decir: "No encuentro auxilio ni defensa fuera de t i ; en
se mueve a dar sus dones a los hombres. Así lo dice San ti espero que conseguiré lo que ansio..., pues en ti tienes el
Gregorio Magno: "Pedir por el hombre el Hijo unigénito es querer y el poder, porque, aunque de modo inexplicable, tú
mostrarse a sí mi=mo como hombre al Eterno Padr»" 2 0 \ engendraste a uno de la Trinidad; tienes con qué persuadir
Y Santo Tomás: "Cristo entró en el cielo para pedir por y mover; manos en las que le llevaste de manera inefable,
nosotros, como se dice en la carta a los Hebreos (c. 7). La pechos con cuya leche virginal le alimentaste; trae a la me-
misma presentación de sí mismo en la naturaleza humana, moria los pañales y todo lo que hiciste para criarle desde su
que introdujo en el cielo, es ya una intercesión en favor infancia; mezcla con tus cosas las suyas mismas, la cruz, la
nuestro" 201. sangre, las llagas, por todo lo cual fuimos hechos salvos" 20i.
4. a Por lo que se refiere a que Cristo glorioso en los cie- Amoldo de Chartres expone así este modo de interpe-
los pida por nosotros con oración formal y explícita, no van lación: "En esta sociedad de la bienaventuranza está uni-
de acuerdo los teólogos. Sin embargo, todos deben convenir do lo humano a lo divino, lo celestial a lo terreno. Ya el
en lo siguiente: hombre tiene un acceso seguro a Dios, pues tiene ante el
a) Que Cristo para orar por nosotros en el cielo no 20a_
303
OrT 36.
*» Moral., 1. x x n , c. 17. Myster. fidei, eluc. 14.
201
*» In S Sent., d. 57, 6. Ag., ni, 631; BOVER, 1. c.
P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 4. TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 769
Padre por mediador de su causa al Hijo, y ante el Hijo a la 2.° LA SAGRADA LITURGIA ora de este modo: "Llévenos el
Madre. Cristo, desnudo el pecho, presenta al Padre el costado Señor al reino de los cielos por las preces y méritos de la
y las llagas; María presenta a Cristo el corazón y el pecho; bienaventurada siempre Virgen María y de todos los san-
ni puede ser rechazada en modo alguno, concurriendo y oran- tos" 211.
do con más elocuencia que toda boca estos monumentos de Y en las letanías se responde "Ruega por nosotros" a
clemencia" 205. todas las alabanzas que en ellas se dan a María, pidiendo a
Y Berlendo prosigue el mismo asunto en estas bellísi- la Santísima Virgen que presente a Dios nuestras necesida-
mas palabras: El Hijo habla al Padre por las llagas; la des y que ore e interceda continuamente por nosotros.
Madre al Hijo por sus pechos. Las manos, los pies, el costa-
do, son en el Hijo un suplicatorio de amor; el de la Madre, 3.° RAZÓN TEOLÓGICA.—María, como ya se dijo, es nues-
los pechos blancos y maternales. El libro del Hijo está es- tra abogada. Es propio del cargo de abogado suplicar por
crito con el bermellón de su sangre; el de la Madre, con el los clientes. Cosa que la Santísima Virgen cumple con ora-
néctar de su leche. Las letras del libro del Hijo son las cica- ción no sólo interpretativa, sino también actual y expresa.
trices vivas; las del libro virginal son las gotas de su amor. Porque: a) No hay razón alguna para que la oración explí-
¿Por qué razón no ha de conseguirse y abundar la gracia, cita sea impropia de María, pues no supone ni requiere nue-
orando dos mediadores tan poderosos con argumentos de vos méritos, que no puede adquirir en el estado glorioso
tanto amor, de caridad tan insigne, suplicando más abierta- de que goza; b) ni cede en detrimento de la potestad que
mente, más afanosamente, más eficazmente que la más alta en los cielos tiene, puesto que no es omnipotencia simpliciter
elocuencia?" 20S. o esencialmente, sino omnipotencia suplicante, que necesita
6. a Pero se trata aquí principalmente de la oración ex- de la eficiencia divina para que lo que desea o pida a Dios se
plícita y formal con la que la Santísima Virgen intercede cumpla; c) ni es inútil la oración de María por saber de ante-
cerca de Dios por nosotros. mano que lo pedido en sus preces ya está negado o conce-
dido en el eterno decreto de la voluntad divina, pues la pro-
TESIS. La Santísima Virgen ruega en el cielo por nosotros videncia de Dios preordena las cosas de tal manera, que unas
con oración explícita y formal. han de suceder independientemente de nuestras oraciones,
1.° SANTOS PADRES.—San Efrén dice: "Echando mano como el que mañana salga el sol, y para éstas la oración es
de tus oraciones de Madre, sana mi alma... Tu Hijo unigéni- inútil; otras, en cambio, han de acontecer dependientemente
to se complace en tus ruegos... y se alegra también de tus de aquéllas, y así, por lo que toca a nosotros, no son inútiles,
intercesiones, juzgándolo de su gloria, y atiende y cumple tus ya que hacen de causa media para obtener los efectos que
preces como si te fuera debido" 20?. se piden 212.
Teófilo Alejandrino escribe: "Alégrase el Hijo cuando Ciertamente que la Santísima Virgen conoce todo lo que
pide la Madre, porque todo lo que, rendido a sus ruegos, nos Dios hace en la tierra, y, por tanto, al dirigirle sus preces
concede, piensa que lo regala a su Madre, correspondiendo saDe perfectamente lo que Dios ha de hacer en cada caso.
al don de la humanidad que recibió de ella sin intervención Pero esta presciencia no excluye las súplicas, como dice
de padre alguno" 20s. Vega: "Si conoce que su oración ha de ser eficaz para con-
San Anselmo exclama: "Ruegue y suplique por nosotros seguir lo que pide, pone mayor afecto en las preces, porque
la buena Madre, pida ella misma lo que más nos convenga. a la vez sabe que Dios, impulsado por ellas, ha determi-
Ruegue al Hijo por los hijos, al Unigénito por los adopta- nado conceder el efecto; si conoce, en cambio, que la oración
dos, al Señor por los siervos. Que el buen Hijo oiga a la no ha de conseguir lo que pide, puede, no obstante, hacerla
Madre en favor de los hermanos, el Unigénito por los que por simple afecto y por amor al que se lo ruega, como Cris-
adoptó, el Señor por los que libró de la servidumbre" 209. to oró en el huerto para manifestar el afecto de su natu-
San Bernardo: "Habla, Señora, porque tu glorioso Hijo raleza; oración que al fin cedía .en honor de Dios y de su
te escucha" 21°. culto, sin separarse ni un ápice de la voluntad absoluta del
205 Padre, sino, sometiéndose a El totalmente con voluntad efi-
200
De laúd. Maride. caz. Del mismo modo también la Santísima Virgen ora al-
Elogia gloriosiss. Virg. Deip. Mariae ad Lit. Lauretanas.
207
Ag„ m, 525. guna vez en favor del cliente que a ella se dirige, pero so-
2
2M
°" De Incarnat. Verbi.
Or. 7, Ad S. Virg. Mariam. 211
210
Offic. S. Mariae in Sabbato. absol. ad Matut.
Deprec. ad glorias. Virginem. 212
S. TOMÁS, Cont. Gentes, 1. ni, c. 96.
Tr. de la Virgen Santísima. 25
770 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 4 . TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 77Í
metiendo completamente su voluntad eficaz a la voluntad y peranza, ya que ella tiene junto a Dios el primer lugar para
decreto eficaz de Dios" 213. pedir entre todos los senadores de la curia celestial" 217.
San Anselmo de Cantorbery. "Tiene el mundo buenos
Cuestión 4. Si la oración de la Santísima Virgen es más y aun óptimos ayudadores, apóstoles, patriarcas, profetas,
poderosa que la de todos los santos juntos. mártires, confesores, vírgenes, a los cuales dirijo suplican-
te mi oración. Pero tú, ¡oh Señora!, eres mejor y más ex-
TESIS. La oración de la Santísima Virgen, Madre de Dios, celsa que todos ellos..., y lo que pueden todos contigo, tú
es más eficaz y poderosa que las preces de todos los san- lo puedes sola, sin ellos" 218.
tos juntos. Ricardo de San Víctor: "Por tanto, si los ángeles y las
almas santas tienen cuidado de los pecadores y les ayudan
1.° MAGISTERIO DE LOS ROMANOS PONTÍFICES.—Pío VII con sus méritos y oraciones, hemos de creer que la Santí-
dice: "Infinidad de veces la iniquidad de los mortales concita sima Virgen puede tanto en esto cuanto pueden esas cria-
contra sí la indignación divina; pero la Madre de Dios es el turas y mucho más que ellas" 219.
arca de la alianza sempiterna para que no muera toda carne: Ricardo de San Lorenzo: "La novena (prerrogativa de
las preces de los demás bienaventurados se apoyan única- María) está en que, pudiendo todos los otros santos y los
mente en la benignidad divina; las de María, en cierto mater- ángeles suplicar a Cristo y ser oídos de Dios..., ella sola,
nal derecho. Por eso, acercándose al trono de su divino Hijo, por su autoridad de Madre, puede mandarle como a Hijo...
pide como abogada, ora como sierva, impera como Madre" 214. Por eso nos dirigimos a ella diciendo: Muestra que eres
Y S. S. León XIII enseña que la intercesión de la San- Madre, que es tanto como decirla: Imperiosamente y con
tísima Virgen es de un orden mucho más alto que la de autoridad materna suplica al Hijo por nosotros" 22 °.
todos los otros santos. He aquí sus palabras: "¿Quién en-
tre todos los bienaventurados se atreverá a competir con San Antonino: "La oración de los santos no se apoya
la augusta Madre de Dios en merecer la gracia? ¿Y quién en cosa alguna de su parte, sino tan sólo en la misericordia
conocerá más claramente en el Verbo eterno las angustia* por parte de Dios; pero la oración de María apóyase en la
que nos oprimen, las necesidades que nos rodean? ¿A quién divina gracia, en el derecho natural y en la justicia del
se le dio mayor poder para mover al Santísimo? ¿Quién Evangelio, porque el Hijo está obligado no sólo a oír a los
podrá igualarse a ella en sentimientos de maternal piedad? padres, sino también a obedecerlos, según dice el Apóstol:
Y ésta es la razón por que no dirigimos a los bienaventu- Hijos, obedeced a vuestros padres (Col. 3, 20); cosa que
rados nuestras preces del mismo modo que a Dios, pues a también pertenece al derecho natural, y, por tanto, la ora-
la Santísima Trinidad pedimos que se apiade de nosotros ción de María, Madre de Dios, es el modo más excelso de
y a los santos les pedimos oren por nosotros; en cambio, la orar, siendo imposible no ser oída, conforme a aquello que,
manera de rogar a la Santísima Virgen tiene algo de co- en figura, dijo Salomón a su madre Besabé al intentar pe-
mún con el culto de Dios, de tal modo que lá Iglesia se diri- dirle alguna cosa: Pide, madre mía, pues no es razón que
ge a ella con las mismas palabras con que suplica a Dios; yo te haga volver el rostro (3 Reg. 2, 20) 221.
"Ten misericordia de los pecadores" 215. 3.° RAZÓN TEOLÓGICA.—a) Cuanto mayor y más perfec-
2.° SANTOS PADRES Y ESCRITORES ECLESIÁSTICOS.—San
ta es la caridad de los santos en la patria, tanto más oran
Efrén alaba la intercesión de la Santísima Virgen sobre la por los viadores, a quienes pueden prestar la ayuda de sus
de todos los santos de este modo: "Por eso acudo a tu sola oraciones, y cuanto más unidos están a Dios, tanto más efi-
eficacísima protección, ¡oh Señora, Madre de Dios!... Tú, caces son sus preces 222. Ahora bien, la Santísima Virgen
como ningún otro, tienes gran confianza (libre acceso) con supera en caridad a todos los santos juntos y está unida a
aquel que de ti nació" 216. Dios mucho más que todos ellos, que, al fin, no son sino sier-
vos e hijos adoptivos de Dios, mientras que María es Madre
San Pedro Damiano: "Refugiarse en ella es la mejor es-
2 3
*
211
O. c , pal. 30, cert. 1. Ep. 29, Ad Stephanum monachum.
Indultum recolendae in protectricem principalem Beatae M. Or. 1. Ad S. Viry Mariam.
Virginis sub titulo de Gratia pro oppido Carmonensi, dioec. Hispa- In Cant., p. II, c. 23.
lensis,
216
an. 1805. De Laúd B. Mariae, 1. ni.
Ene. Augustissimae Virginis, 12 sept. 1897. Summ., p. IV, tit. 5, c. 17.
218
Ag., n i , 548-49; BOVER, 1. c.
S. TOMÁS, 2-2, q. 83, a. 11.
772 P. I I I . CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 4 . TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 773
de Dios, consanguínea de Cristo y tan cercana a Dios que que María mande propiamente a Dios, sino en que sus pre-
está como inscrita en la familia divina 223. ces y deseos alcanzan cerca de Dios una eficacia parecida
b) Siendo esto así, con razón concluye Suárez que la a la del mandato, privilegio singular de la Santísima Virgen,
Santísima Virgen supera en poder y eficacia de intercesión que a ninguna otra criatura conviene.
no sólo a cada uno de los santos, sino a toda la corte ce- 3. a Esta poderosa impetración de María ha de colocar-
lestial, de tal modo que, "si con la imaginación nos repre- se en el ámbito de su mediación excelsa, pues no puede ex-
sentamos a la Santísima Virgen pidiendo algo y a toda la tenderse más allá del poder de la humanidad de Cristo, de
corte celestial oponiéndose a ello (como narra Daniel de un quien fué conforte en la obra de la redención. Y aquel po-
ángel que resistía a otro), veremos que es más poderosa y der inmenso de Cristo, que llevó a cabo tantas y tan mara-
de mayor eficacia y mérito para con Dios la oración de villosas obras sobrenaturales y preternaturales, queda todo
María que la de todos los demás bienaventurados; y por como ceñido al fin de la encarnación; es decir, a restaurar
eso la Iglesia se dirige con más frecuencia y más interés a todas las cosas en el cielo y en la tierra 22r\
la Virgen que a los otros santos" z2i. 4. a Por último, conviene tener en cuenta que la poten-
cia de la intercesión de la Santísima Virgen, que no puede
Cuestión 5. Si el poder de intercesión de la Bienaventu- frustrarse, se refiere a aquellas cosas que María pide de un
rada Virgen María es tanto que con razón es llamada modo absoluto, conforme a la voluntad racional; de lo cual
omnipotencia suplicante. hab'aromos más adelante.
ERRORES.—Los jansenistas, como siempre, llevan a mal
los encomios con que los Santos Padres y escritores cele-
OBSERVACIONES PREVIAS.—1. a Los mismos términos en bran entusiasmados el poder y la eficacia de la intercesión
que la cuestión se plantea nos indican que el poder de Ma- mariana y rechazan sobre todo aquella bellísima fórmula
ría no es la omnipotencia física y simplemente tal, atributo en que María es aclamada Omnipotencia suplicante. Así
de sólo Dios, ya que este poder de María no se extiende a to- se exprcxa Widenfeldt en la advertencia X: "Guárdate de
dos los posibles, ni puede producir la gracia con eficacia quitar algo a Dios para honrarme a mí, a semejanza de los
principal, ni hacer milagros por sí misma. Por tanto, el coliridianoa. Y, por tanto, no digas que soy omnipotente" 227.
poder de María es una omnipotencia moral, o sea, omni-
potencia de impetración, en cuanto que nos alcanza la gra-
cia y otros beneficios que pide para nosotros. TES'S. Tan grande es el poder de impetración de María, que
2. a Teniendo esto en cuenta, fácil es interpretar bien con razón es llamada Omnipotencia suplicante.
el sentido de las fórmulas frecuentemente usadas para en-
comiar el poder de intercesión de la Santísima Virgen, en 1.° MAGISTERIO DE LOS ROMANOS PONTÍFICES.—Su Santi-
las que se la representa en los cielos rogando de tal modo, dad Pío IX favorece esta doctrina cuando dice que María
que al acercarse al trono del Hijo parece no pedir, sino man- es "refugio segurísimo de todos los que están en peligro y
dar, como si por legítimo derecho considerara a Dios como auxiliadora fidelísima y mediadora y conciliadora podero-
deudor suyo. sísima de todo el orbe para con su unigénito Hijo".
Estas locuciones no pueden tomarse demasiado rigoro- Y añade: "Nada hay que temer y de nada desconfiar,
samente, puesto que, como dice Suárez, "ningún cristiano siendo ella misma nuestro guía, nuestra inspiradora, siem-
ruega a la Santísima Virgen como si ella mandara al Hijo pre propicia y protectora siempre, que, tratándonos con co-
hacer lo que pide, y lo que metafóricamente se diga para razón de madre y conduciendo los negocios de nuestra sal->
alabar o ponderar la eficacia de la intercesión de la Santí- vación, se muestra solícita por todo el género humano; y,
sima Virgen, no ha de entenderse en sentido propio, como constituida por Dios Reina de cielos y tierra, levantada so-
aquello de Josué (c. 10): Obedeciendo Dios a la voz del hom- bre los coros de los ángeles y de los santos y sentada a la
bre, no puede entenderse en el sentido de que nosotros, al diestra de su unigénito Hijo, Señor nuestro, Jesucristo, pide-
rogar a Dios, le mandemos" 22B. poderosísimamente con sus preces maternales, halla lo que
Así, pues, la significación de estas fórmulas no está en busca, y jamás queda frustrada" 228.
223
224
Cf. p. n, c. 4. 220
S. TOMAS, 3, q. 13, a. 2.
225
In S, d. 23, sect. 2. »" O. c.
228
In S, d. 22, sect. 2. Bul. Ineff. Dew, 8 dic. 1854.
774 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
3.° No es indecoroso decir que pudiera no haber sido qué decir. No quiero contradecirle; pero, si a El le agradare,
oída la Santísima Virgen en su oración según la voluntad ruégale que lo difiera al presente y celebremos aquí la Pas-
de sensualidad o de naturaleza. Pues es claro que pudo cua con estos amigos nuestros. Y, si fuere de su agrado, El
orar de este modo, presentando a Dios lo que era confor- mismo podría proveer de otro modo a la redención, sin que tú
me a su apetito sensitivo o a su afecto natural, al pedir, vayas a la muerte, porque para El todo es posible" 254.
como Cristo, que, si era posible, pasara de ella el cáliz de su 4.° La oración de la Santísima Virgen, según la volun-
materna compasión, ya que es propio de la madre, según tad deliberada, o de razón, fué siempre oída.
la voluntad de sensualidad o de naturaleza, rehuir la pasión Dícese que una oración es oída cuando se cumple la vo-
del hijo, porque, por instinto de la misma naturaleza, nos luntad deliberada o racional del que ora. Luego la oración
inclinamos a lo que aparece absolutamente bueno y conve- de María fué siempre oída, puesto que su voluntad delibe-
niente para ella, y, al contrario, nos apartamos de lo que rada obtuvo siempre el éxito más completo.
aparece como dañoso y aflictivo. La voluntad deliberada se cumple siempre que va de
acuerdo con la voluntad divina; es decir, cuando no quiere
Y en esto no sólo no hay deformidad o inconveniencia otra cosa que lo que Dios quiere. Y éste es el caso de la
alguna que sea indigna de María, sino que más bien aparece Santísima Virgen, que jamás quiso con voluntad deliberada
una completa semejanza y armonía con Cristo; pues Cristo,
expresando en su oración el afecto de la voluntad sensitiva más que lo que entendía era agradable a Dios. Luego su
o natural, demostró que había asumido una naturaleza ver- oración fué siempre oída. Por eso dice Eadmero: "Tu benig-
daderamente humana, que, según el afecto natural, puede nísimo Hijo desea nuestra salud, y de tal modo, que para
desear algo que Dios no quiere; pero de tal modo que este hacerla inconmutable y eterna revistió su eternidad de nues-
mismo afecto se someta a la voluntad divina; así también tra momentánea mutabilidad. También su Padre, veraz y
la Santísima Virgen, que tenía verdadera naturaleza huma- justísimo, de tal manera se complace en todo lo suyo, que no
na con todos sus naturales afectos, pudo querer, según esta puede menos de querer lo que sabe que El quiere. Quiere tú,
voluntad sensitiva o de naturaleza, aigo que Dios no quería, por tanto, solamente lo que El quiere, y nada habrá que se
pero sometiéndose a la voluntad divina, como Cristo cuan- oponga a nuestra salvación. Pero sería impío pensar que tú
do dijo (Le. 22, 42): Mas no se haga mi voluntad, sino la no quieres lo que Dios quiere" 255.
tuya.
Cuestión 7. Si la Santísima Virgen intercede por los san-
Un bellísimo modelo de esta oración nos presenta San
Buenaventura cuando narra que, cenando Jesús con sus dis- tos que ya reinan con Cristo.
cípulos en casa de María y Marta, donde también lo ha- Respondemos: 1.° Es indudable que las almas de todos
cía la Santísima Virgen y las otras mujeres en habitación los justos que viven ya en el cielo consiguieron su salva-
distinta, y terminada ya la cena y estando ya sentado Jesús ción merced a la intercesión y ayuda de la Santísima Virgen.
junto a su Madre, con la que hablaba separadamente, llegóse a) Así lo dice San Efrén: "No ceses de pedir por nos-
a ellos Magdalena y, poniéndose a sus pies, exclamó: "Se- otros, siervos tuyos indignos..., sin dejar de guardarnos has-
ñora, yo había invitado al Maestro a que celebrara aquí la ta el fin, con tus preces, libres de la condenación, para que,
Pascua, pero tí i parece querer ir a celebrarla a Jerusalén, salvados por tu patrocinio y ayuda, demos por siempre glo-
donde han de apresarle: os ruego que no le dejéis ir. A lo ria a Dios" 2B6.
cual la Madre le dice: Yo te lo ruego, Hijo mío, que no se "Por ti, ¡oh sola Purísima!, vino, viene y vendrá la glo-
haga de este modo, sino que celebremos aquí la Pascua. Sa- ria, el honor, la santidad, desde el primer Adán hasta la con-
bes de sobra que allá te preparan asechanzas para prenderte. sumación del siglo, a los apóstoles, profetas, justos y hu-
Y el Señor la dice: Madre queridísima, la voluntad del Pa- mildes de corazón, y en ti, ¡oh llena de gracia!, se alegra
dre es que celebre allí la Pascua, porque el tiempo de la re- toda criatura" 257.
dención ya ha llegado; pronto se cumplirán todas las cosas
251
que de mí se escribieron y harán en mí cuanto quisieren. Meditationes vitae Christi, c. 72, Ínter op. S. Bonaveirturae:
Ellas oyeron transidas de dolor todas estas cosas, compren- qui quiúem líber diu Doctori Seraphico adiudicalus, postea auctori
anonymo et recentius Davidi de Augusta, O. F. M., tribuitur.
diendo que hablaba de su muerte. Dícele entonces la Madre, 256
Tract. de Concept. B. M. Virginis, entre las obras de San An-
sin poder apenas pronunciar las palabras que profería: Hijo selmo.
2ca
mío, tu palabra me ha quebrantado de tal modo el corazón, Ag., III, 526-527.
257
que parece abandonarme. Provea el Padre, porque yo no sé Ag., ni, 532.
782 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 4. TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 783
San Germán de Constantinopla: "Teniendo tú confianza voluntad de los hombres a quienes desean socorrer, la ob-
y poder de Madre para con tu Hijo, con tus intercesiones y tenga ella de su Hijo unigénito; y por esta razón, al ser
preces nos haces a nosotros, que estamos condenados y no eficaces por María las preces de los bienaventurados, les
nos atrevemos a mirar al cielo, familiares a Dios, nos das viene a ellos mayor honor y reverencia por parte de sus
la salvación y nos libras del suplicio eterno" 25S. devotos 262.
Y Dionisio el Cartujano: "Si alguna vez llamamos a Ma-
ría salvadora del mundo, no lo decimos por su eficiencia, Cuestión 3. Si la Santísima Virgen pide por las almas de-
puesto que ella no hizo la salvación y la gracia, sino por su tenidas en el purgatorio.
ayuda, ya que procura y pide a Dios para nosotros la felici-
dad y la gracia" 259. 1.° Es cierto que los bienaventurados ruegan por las al-
b) Y en verdad, toda la gracia que se da a los hombres mas del purgatorio.
es procurada por la intercesión de María. Y como la vida a) Lo atestigua San Agustín, quien dice que es prove-
eterna es la gracia, más aún, es la coronación de la gracia, choso a los muertos el ser enterrados en las basílicas de los
su última y connatural eflorescencia, ya que la gracia es mártires, para que, si alguno se acuerda del difunto, recuer-
semilla de aquélla (1 lo. 3, 9), resulta que la salvación se de también al mártir y le encomiende a sus oraciones y
debe a los ruegos de María. patrocinio. He aquí sus palabras: "Para que, recordando
Por eso la Iglesia en la fiesta de los Siete Dolores de la dónde fueron colocados los cuerpos de aquellos a Quienes
Santísima Virgen canta de este modo: "¡Oh Tú, Cristo!, aman, encomienden, orando a estos santos como a patronos,
cuando haya de salir del mundo, concédeme llegar por tu a aquellos cuyos despojos mortales han recibido sepultura
Madre a la palma de la victoria" 260. junto a los suyos para que les ayuden delante de Dios" 263.
2.° Cuando ya los santos gozan en el cielo de la felici- b) La Iglesia pide a los bienaventurados esta ayuda en
dad eterna, la Santísima Virgen no pide para ellos don al- sus públicas oraciones; así se dice en el oficio de difuntos:
guno, pues: a) No necesitan nada, embriagados como están "Venid en su ayuda,2Msantos de Dios; salid a su encuentro,
en la abundancia de la casa de Dios (Ps. 35, 9). Y así dice ángeles del Señor" ; y en la oración última de las leta-
San Agustín "que en la patria no hay lugar para orar, sino nías de los santos: "Omnipotente y sempiterno Dios..., te
solamente para alabar. ¿Por qué no hay lugar para orar? rogamos suplicantes que aquellos por quienes elevamos nues-
Porque no falta nada. Lo que aquí se cree, allí se ve; lo que tras preces y que el presente siglo retiene todavía en la
aquí se espera, allí se tiene; lo que aquí se pide, allí se re- carne o, libres ya del cuerpo, los recibió el futuro, consigan,
cibe" 281. b) Ni la gloria esencial o determinado grado de la por la intercesión de todos tus santos y por 265la clemencia
misma pueden aumentarse, por los ruegos de nadie, una vez de tu piedad, el perdón de todos sus pecados" .
que después de la muerte termina todo tiempo de merecer; c) Únese a esto la razón que nos suministra el dogma
pues de este modo ha sido ordenado por Dios que cada uno de la comunión de los santos, o sea, de la conexión íntima
consiga por sus propios méritos la gloria en un grado deter- que existe entre los miembros de la Iglesia universal de
minado. Por eso dice el Apóstol (1 Cor. 3, 8 ) : Cada uno re- Cristo, militante, purgante y triunfante, de los cuales se for-
cibirá su propio galardón según su trabajo. ma un solo cuerpo místico, cuya Cabeza es el mismo Cristo;
3.° Puede, sin embargo, la Santísima Virgen contribuir razón que, compendiada, nos presenta Dionisio el Cartuja-
en algo con sus ruegos a la glorificación accidental de los no : "Así como en el cuerpo natural los miembros más fuer-
bienaventurados, proporcionándoles mayor honor, reveren- tes ayudan a los débiles y necesitados, del mismo modo en
cia y confianza por parte de los fieles que a ellos acuden. el cuerpo místico de Cristo y de la Iglesia no sólo deben
Pues ha de creerse que los ángeles y los santos, ferviente- ayudarse mutuamente los miembros entre los cuales hay una
mente deseosos y solícitos de nuestra salvación, pedirán a necesidad común, sino que, además, aquellos que no precisan
María que se apiade de nosotros y que la ayuda que ellos ayuda deben prestarla a los indigentes. Las almas de los
temen no conseguir de Dios, por la resistencia de la mala bienaventurados son miembros de la Iglesia que nada ne-
2sa Cf^ TROMBELLI, De cultu publico ab Ecclesia B. Maride exhibi-
258 to, d. 2, c. 7, sect. 2, q. 2; NEUBERT, Marie dans le Dogme, c. 6, 2.
259
Hom. in Zonam. 283
De praec. et dign. Maride, 1. II, a. 9. De cura pro mortuis gerenda, c. 4.
260 204
Hym. Ad Laudes. Rit. Rom., tít. • 6, c. 3.
261 885
Serm. 17, De Verbo Apost., c. 1. Ibíd., tít. 5, c, 3,
;
S4 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 4 . TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 785
cesitan, y, por lo mnmo, es conveniente que oren por los para ayudar y librar de sus penas a las almas del purga-
que están en el pnrg^orio, miembros de la Iglesia necesi- torio.
tados todavía de ayuda" 268. \ a) En primer lugar ha de suponerse que las oraciones,
2.° Bien fácil es deducir de todo esto a fortiori que la \ que son a la vez impetratorias y satisfactorias, como las de
Santísima Virgen ruega por las almas detenidas en el pur- \ los viadores, aprovechan a las almas del purgatorio en la re-
gatorio. \ misión de su pena.
a) Afírmalo la Iglesia en aquella oración de la misa por j "\ b) Las oraciones no satisfactorias, sino sólo impetra-
los difuntos donde ruega a Dios que a aqupllos "eme pasa-/ torias, como son las de los bienaventurados, aprovechan tam-
ron ya de este siglo les conceda, por intercesión de la siem-í bién a aquellas almas, porque, aunque no tengan razón de
pre Bienaventurada Virgen María y de todos los267santos, lie-1 satisfacción por la pena, al menos pídese por ellas que la
gar al consorcio de la eterna bienaventuranza" . ¡ pasión de Cristo y las de sus santos se apliquen a los difun-
b) Además, la razón tomada de la comunión de los san- tos con aquel fin.
tos vale principalmente con respecto a la Santísima Virgen. c) De modo que la controversia está en lo siguiente 1
Ella es no sólo el miembro principal del cuerpo místico de Si Dios, por la fuerza impetratoria de la oración, liberal-
Cristo, sino también Madre de la Cabeza y de los miembros mente, de pura misericordia, sin que intervenga satisfacción
y esclarecida compañera de Cristo en redimir a los hombres alguna de Cristo, aplicada a las almas del purgatorio para
e incorporarles a El; incorporación que al fin se completa y aplacar así a la divina justicia, perdona las penas de las
se consuma en el cielo. De aquí que la Santísima Virgen mismas almas.
ande siempre solícita por reunir en la patria a todas las al-
mas del purgatorio que aun no han llegado al consorcio final SENTENCIAS.—a) Teófilo Raynaud niega que la sola ora-
con Cristo. ción de la Virgen, como la de los demás bienaventurados,
sea suficiente para conseguir el efecto indicado. Dice así:
"Hay gran diferencia entre la oración de los viadores, que
Cuestión 9. De qué modos ejerce la Santísima Virgen su es penal y, por tanto, satisfactoria, y la oración de los bien-
intercesión por las almas del purgatorio. aventurados, que es meramente impetratoria... Por lo mis-
mo, no hay que apoyarse en la impetración inmediata de la
1.° Es opinión común entre los teólogos que la interce- Virgen, como si su sola oración, sin aplicación de sufragio
sión de María por las almas del purgatorio puede ejercerse alguno, haya de librar a su devoto de las llamas. Sino que
de estos cuatro modos: más bien ha de decirse que la Santísima Virgen puede con-
a) Pidiendo a Cristo que aplique a aquellas almas de su seguir que al que así sufre se le apliquen los sufragios de
satisfacción infinita tanto cuanto sea necesario para librai- los viadores que sobreviven y han sido movidos a ofrecer-
las de las penas. los. O que en su favor se tome la compensación suficiente
b) Aplicando la misma Virgen María o presentando a del tesoro común de la Iglesia" 268.
Dios, de los méritos y satisfacciones que hizo en su vida Suárez, aunque llama piadosa, probable y quizá verda-
mortal, lo que fuere suficiente para que queden libres de! dera la opinión que favorece la suficiencia de la sola ora-
purgatorio. ción, ya de los viadores, ya de los bienaventurados, para
c) Suplicando, como Madre al Hijo, que dé sus gracias ayudar a las almas de los difuntos, se inclina a la contraria
y auxilios a los que viven todavía para que se muevan con "Porque, según la ley ordinaria de Dios, nadie puede impe-
más frecuencia y fervor a ofrecer sufragios y satisfacciones trar para sí mismo la remisión de la pena; pues es ley
por las almas. de Dios que el pecador pague la suya, y, por lo mismo,
d) Puede, finalmente, conseguir con su intercesión po- mucho menos puede impetrarla en favor de otros" 2M .
derosísima que Dios aplique a estas almas precisamente los b) Pedro de Palude afirma "que la intercesión de los
sufragios de los fieles que no aprovechan ya a los que se santos nos aprovecha siempre, porque, si es verdad que no
han salvado o a los condenados sin remedio. se hallan ya en estado de merecer y de satisfacer, están en
2.° Pero los teólogos no van de acuerdo en afirmar si estado de impetrar y conseguir algo para nosotros por la
la oración o intercesión de María es suficiente por sí sola
268
200
In í Sent., d. 45, q. 4, Scapulare Marianum illustratum et defensum, p. II, q. 4.
m
Missale Romanum. ** De Poenitentia, d, 48, sect. 5.
786 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 4 . TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 787
seria, del fango cenagoso, para que de la prisión del pecado Juntad de Dios, puede librar misericordiosamente a hombres
y del fondo de la iniquidad pasen a respirar, por el don de ciertos de su condenación y muertos en este estado de con-
la indulgencia, las auras de la libertad eterna. Así, ella denación eterna" 281.
reúne a los dispersos, vuelve a los alejados, salvando a los b) Que en realidad esto haya sucedido alguna vez, es
que son conducidos a la muerte, y rio cesando de librar a decir, que las almas de algunos que iban a ser condenados
cuantos ve que son arrastrados a los suplicios" 27S. al infernal suplicio fueran vueltas a la vida para que en-
Y Ricardo de San Lorenzo: "Muchos de la esclavitud del mendasen sus yerros, son varios los que rotundamente lo nie-
pecado son devueltos diariamente por María al estado de gan, de entre los cuales Bartmann escribe: "Les délivrances
gracia, según aquello del salmo 85, v. 2 : Apartaste la cau- de l'enfer sont des légendes, comme il y en a beaucoup dans
tividad de Jacob" 279. l'eschatologie non dogmatique. Néanmoins Saint Thomas (et
2.° Pero en la cuestión se trata principalmente de la li- avec lui la théologie posterieure) en s'appuyant sur un récit
beración de los hombres de las penas infernales después de Saint Greguire le G., qui raconte que Traían a été déli-
de la muerte, es decir, de aquellos que salieron de esta vida vré de l'enfer, a admis qu'il est possible que Dieu, aprés un
en pecado mortal y que, por lo mismo, merecen ser casti- certain temps, place quelq'un dans une nouvelle situation
gados con eterno suplicio. d'épreuve oü il peut mériter; c'est pourquoi Benoit XII dit
Hay que tener en cuenta que, según la doctrina cató- dans sa bulle eschatologique que "secundum Dei ordinatio-
lica, merecen la condenación al infierno, y realmente incu- nem communem" ceux qui meurent en peché mortel s'en
rren en ella, aquellos adultos que mueren en pecado mor- vont vers les peines éternelles de l'enfer (Denz., 531). Saint
tal. Así lo dice Benedicto X I I : "Definimos, además, que, Thomas avait écrit: Non erant in inferno finaliter deputati
según la común ordenación de Dios, las almas de los que (Suppl, q. 71, a. 5 ad 5 ) " 282.
mueren en pecado mortal actual descienden inmediatamen-
te después de la muerte a los infiernos, donde, con penas Otros teólogos, aunque juzgan falsas o dudosas las narra-
infernales, son atormentados" 280 ; estado de condenación ciones que se leen en los autores medievales sobre la libera-
que, conforme a la común ordenación de Dios, se hace, por ción de algunos de las penas infernales, verbigracia, del
sentencia del juicio particular, totalmente inmutable y eter- monje secretario hundido en el río y resucitado 2sB; del con-
namente duradero. de Teobaldo, librado del infierno por Santa María 2S4, etc.,
Las palabras aquellas según la común ordenación de Dios sin embargo, como también se encuentran hechos más anti-
no cierran, en opinión de los teólogos, el camino a excep- guos que parecen auténticos 286, como el que cuenta San
ciones extraordinarias y milagrosas fuera de la norma co- Gregorio 2BB de San Silverio, Sulpicio Severo 2S7 de San Mar-
mún de la divina justicia. tín, San Máximo 2si de Santa Inés y otros parecidos que al-
3.° Un doble sentido puede tener la cuestión propuesta: guna vez hallamos en las vidas de los santos, así como he-
o se trata de aquellos que, habiendo muerto en estado de chos más cercanos a nosotros totalmente ciertos, como el que
condenación, no han sido definitivamente sepultados en el se consigna en la bula de canonización de San Francisco
infierno, por permanecer en suspenso la divina sentencia, o Javier, que resucitó a tres infieles muertos en la idolatría 289,
se trata de los difuntos que están ya padeciendo los supli- afirman que las almas de algunos condenados fueron saca-
cios infernales por sentencia judicial de Dios. das del infierno gracias a las oraciones de los santos y
a) En el primer caso, cuya posibilidad no puede teológi-
camente negarse, habría lugar a la intervención de la San- 281
tísima Virgen en favor de los condenados, rogando al Juez Panoplia, mañana.
282
Précis de Théol. Dogm., t. II, 1. VI: L'Eschatologie, c. 1, -§ 213.
no fulminara contra ellos la sentencia definitiva de conde- 283
E. A. WALLIS BUDGE, One Hundred and ten mirades' of out
nación, sino que los 'devolviera al anterior estado de vida, lady Mary, p. 172 SS.
en el que harían penitencia. 284
JOANNES DE SCALIS, De recreatione hominis; WILMART, Une
Van Ketwigh admitió este modo de liberación, diciendo: méditation théologique sur les hienfaits de l'ordre surnaturel, RsPhTh
an XV, n. 3, julio 1926.
"Recta y piadosamente se dice. La Santísima Virgen, Madre 285
M. RICHARD, DTC, t. v, art. Enfer.
283
de Dios, con el poder ilimitado de que goza por especial vo- 287
Dial, 1. i, c. 12.
2,8 288
Vita S. Uartini. Apud LlPOMANUM, De Vitis Sanctorum
Hom. 8. De laúd. Virginis. Serm. 46, De S. Agnete.
379 289
De laúd. Viginis, 1. v m . Bul. Urb. VIII Magnum Bullarium Romanum, 6 ag. 1623
280
Const. Benedictus Deus, 29 enero 1336; DB, n. 530. tomo XIII.
C. 4 . TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 791
790 P. IH. CONSORCIO DE MARÍA EK LA REDENCIÓN
1.° Que María interceda por los justos y les avude p a - neral, a prestar su avuda a los que a pila se a^oerpn sola-
ternalmente lo enseña San Bernardo: "Conoce —dice— con mente cuando se la piden, sino que también se adelanta en
toda certeza y ama a los que la aman, y está muy cerca de ocasiones y previene los ruegos de los miserables, a impul-
los que sinceramente la invocan, principalmente de los que sos de la caridad en que por nosotros se abrasa" 328.
ve semejantes a sí misma en castidad y humildad, si, a la Y, finalmente, el cardenal Sfondrato dice: "Luego con
vez, unen la caridad y ponen en ella (después de en su Hijo) razón hube dicho: El pecador es el centro de María, pues
toda su esperanza y la buscan de corazón, orando y dicien- Dios creó a María por los pecadores; ni existiría siquiera
do con frecuencia: "Socorre, ¡oh Señora!, a los que con- ella si éstos no existiesen. Angeles, justos, inocentes, perdo-
tinuamente claman a t i " 322. nadme si digo que María ha sido dada, no a vosotros, sino
Conrado de Sajonia escribe: "También ella misma (Ma- a los pecadores. Quita el pecado, y la redención es innece-
ría) no sólo se entretiene y se recrea en la plenitud de los saria: quita la redención, y el Redentor huelga; quita el
santos, sino que, además, los retiene a ellos en la plenitud Redentor, y la Madre del Redentor no existiría. Luego los
para que ésta no disminuya; es decir, retiene las virtudes pecados y los pecadores hicieron que la Madre del Redentor
para que no huyan, los méritos para que no se pierdan, y existiera; desdichados son como pecadores, felices porque
detiene a los demonios para que no dañen" 323. tal cosa hicieron. Ved cuánto se debe a María. Es grande,
Y el cardenal Hugo dice: "Yo retengo a los santos en es Reina, es Madre; quitados los pecados, nada de esto exis-
su plenitud para que no mengüen en ella, detengo a Cristo tiría. ¿ Qué maravilla, por tanto, que los mire como su centro
para que no se enoje con ellos cuando pecan" 324. y emplee en su ayuda cuanto de poder y amor lleva con-
2.° a) De la misericordiosísima intercesión de María sigo?" s2 °.
en favor de los pecadores habla San Efrén de este modo: b) Pero de los pecadores, unos son comunes y otros son
"Eres patrona de los pecadores... Pues tal te constituyó obstinados. Comunes son los que, aunque privados de la
Dios, como defensa^»refugio y auxilio de ellos" 32B. gracia santificante, no perdieron totalmente el temor de
San Germán de Constantinopla: "Tu patrocinio es más Dios. Obstinados son los que, sobre la privación de la gra-
grande que lo que puede alcanzar la inteligencia humana. cia, que les constituye en estado de pecado, añaden la vo-
Tú diariamente tiendes tu mano ayudadora a los que fluc- luntad de seguir pecando, aunque quede en ellos alguna po-
túan en el piélago de los pecados" S2B. Ahora bien: que Ma- sibilidad de arrepentimiento.
ría tienda su mano a los pecadores no es otra cosa que con- La obstinación comprende la obcecación y el endureci-
seguirles de Dios los auxilios de la gracia para que se en- miento. La obcecación, en cuanto que se opone a la ilumi-
mienden y vuelvan al buen camino. nación de la mente en las cosas relativas a la salvación, no
San Pedro Damiano se dirige así a María: "Doblega al consiste solamente en la falta de sensibilidad para percibir
rebelde, atrae al obstinado, y que tu piedad no rechace al todo lo que a la salvación se refiere, sino más bien en la
delincuente, ya que tu virginidad purísima dio a luz al au- perversión o trastorno positivo del juicio, del que habla
tor de la vida misericordiosa" 32T. Isaías: (5, 20): ¡Ay de vosotros los que a lo malo decís bue-
De aquí que Teófilo Raynaud sabiamente diga: "La San- no, y a lo bueno malo; poniendo tinieblas por luz, y luz por
tísima Virgen tiene por enemigos a todos los enemigos del tinieblas; poniendo lo amargo por lo dulce, y lo dulce por
Hijo. La misma flecha con que hieren al Hijo hiere también amargo!
a la Madre, tan estrechamente unida a El. Por tanto, son El endurecimiento nace de la pertinacia de la voluntad,
enemigos de la Madre de Dios todos los que son rebeldes adherida obstinadamente al pecado.
a Cristo, todos los violadores de la ley, todos los pecadores. Es, al menos, próximo a la fe que a los pecadores comu-
Todos, sin embargo, experimentan las bondades y caridad nes se les conceden gracias próxima o remotamente sufi-
inmensa de la Madre de Dios cuando, por su intercesión, cientes, para que, arrepintiéndose de los pecados, puedan
piden perdón y son liberados de la eterna ruina, en la que, volver al camino de la salvación.
de otro modo, quedarían envueltos. Y no espera, por lo ge- Por lo que hace a los pecadores obstinados, se discute
322
Serm. 1, Super Salve Regina. entre los teólogos si, en castigo del pecado, se les niega todo
323
321
In Speculo, c. 7. auxilio suficiente con que puedan deponer la dureza de
325
Ad verba Eccli., 24, 16. su corazón, o si, al menos, se les da a veces alguna gracia
Ag., III, 545. 328
326 Q r in Xonatn. Nomencl. Marianus.
827 829
Opuse. 33, c. 4. Or. 4, Pro ¡esto Visit. B. Virginia.
7P8 -P. I I I , CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 4 . TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 799
sobrenatural, aunque débil y ligera. La opinión más rigu- tantas veces citado testimonio de San Cirilo de Alejandría,
rosa, defendida por Báñez, Gonet y otros, niega todo auxi- en el que se dice a la Santísima Virgen: "Por ti predicaron
lio de conversión a los pecadores obstinados; pero más co- los apóstoles la salvación a las gentes...; por ti la preciosa
múnmente los teólogos afirman que a todos los pecadores Cruz es adorada en todo el orbe...; por ti toda criatura hun-
se les dé la ayuda suficiente para que puedan convertirse. dida en la idolatría se ha convertido al conocimiento de la
Por tanto, ya podemos decir que la intercesión de la San- verdad...; por ti llegaron al santo bautismo todos los fieles
tísima Virgen se extiende a unos y otros, aunque en distinta y se han fundado iglesias en todo el mundo" 336.
forma, como veremos más adelante. 4.° Finalmente, que también la Santísima Virgen in-
Porque María, constituida por Cristo, al morir en la cruz, terceda por los herejes y cismáticos, para que retornen a la
madre de todos los fieles, a todos los abraza con maternal unidad de la Iglesia católica, lo enseña San Germán de
afecto, y es tanta su benignidad, que a nadie, ni aun al más Constantinopla, quien la dirige este ruego: "Acuérdate de los
desesperado, niega su patrocinio 330. cristianos, que son tus siervos; recomienda las preces de
Por eso San Efrén la invoca diciendo: "¡Oh María, Vir- todos, sostén sus esperanzas, afianza la fe, estrecha en la
gen y Madre de Dios, Reina de todos, esperanza de los des- unidad a las Iglesias" 337.
esperanzados...! 381. Y así, Su Santidad León XIII, dejándose llevar de su
San Pedro Damiano ruega a la Santísima Virgen que amor a los hermanos disidentes, exhorta fervorosísimo a
tienda su mano auxiliadora a los pecadores empedernidos: todos que pidan con todas sus fuerzas a la Santísima Virgen
"Doblega al rebelde, acoge al contumaz y que tu piedad no por el retorno a la Sede Romana üe las iglesias separadas:
rechace al delincuente, ya que tu virginidad purísima dio a "Por tanto, así como a María, autora y guardadora eximia
luz al autor de la vida misericordiosa" 332. de la unidad, unióse la primitiva Iglesia en las preces, tam-
San Bernardo escribe: "Con razón es llamada Reina de bién es oportunísimo en estos días hacerlo así por todo el
la misericordia la que se cree que abre el abismo de la pie- orbe cristiano" 33s.
dad divina para quien quiere, cuando quiere y como quiere, "Conviene que todos aquellos a quienes las calamidades
a fin de que ni el más enorme pecador perezca al aue la de los tiempos separaron en vano de esta unidad, esta mis-
Santa de los santos otorga los favores de su patrocinio" 333. ma Madre, cuya fecundidad es perpetuamente aumentada
Y Godofredo Vindoniense dice: "No hay herida de pe- por Dios con santa prole, los engendre de algún modo otra
cado o crimen alguno tan grave para el que no exista me- vez para Cristo" 339.
dicina si María lo quiere" 334. También Pío XI lo recomienda diciendo: "Ojalá que el
Cuádrale aquí bien a María aquel proverbio: La gota, Salvador, Dios nuestro, que desea que todos los hombres se
horada la piedra, en cuanto que con su influjo, es decir, salven y lleguen al conocimiento de la verdad, escuche nues-
con sus continuas súplicas a su Hijo, con las ilustraciones tros fervientes ruegos, a fin de que se digne llamar a la
del entendimiento e inspiraciones con que toca el corazón, unidad de la Iglesia a todos los extraviados. Y en este
va ablandando la dureza de los pecadores. De aquí que Teó- asunto, ciertamente gravísimo, acudamos a la Santísima
filo Raynaud diga: "Asi también el corazón de medra, en- Virgen, Madre de la divina gracia, vencedora de todas las
durecido por las cosas terrenales, va quebrantándose por la herejías y auxilio de los cristianos; y queremos que a ella
constante y asidua, aunque blanda penetración de las in- se acuda para que cuanto antes nos alcance el advenimiento
fluencias con que la Madre de Dios obra en los pecadores, del día, tan anhelado por Nos, en que todos los hombres
de tal modo que, al fin, ceden y se rompen. Bien conocidas oigan la voz de su divino Hijo, guardando la unidad del es-
son las historias de muchos que, empedernidos en sus pe- píritu en vínculo de paz" Si0 (Ef. 4, 3).
cados, se rindieron, al fin, ablandados por la ayuda de la 33u
Hom. contra Nestorium.
Santísima Virgen" 335. 337
Or. in Dormit. B. M. Virg.
3.° Que María preste sus auxilios a los infieles para que 338
Ene. Fidentem piumque, 20 sept. 1896.
338
lleguen al conocimiento y a la luz del Evangelio aparece del 340
Ene. Adiutricem populi, 5 sept. 1895.
=™~T¿ÓN XIII, Ene. Octobri mense, 22 sept. 1891. Ene. Mortalium ánimos, 6 enero 1928. Cf. c. 3, § 3, q. 4.
881
Serm. de Ss. Dei Genitr. Virg. Maride laudibus.
833
Opuse. 33, c. 4.
838
Serm. 1 super Salve Regina.
834
In omni festiv. B. Mariae.
835
Nomencl. Marianus.
C. 4. TÍTULOS Y MtNÍSTERÍOS DE MARÍA 801
800 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
autoritariamente si fué o no lesionado por alguno, lo cual ya que con su sangre nos libró a todos los hombres del
se hace por la potestad judicial, c) Finalmente, es necesario poder de las tinieblas y nos trasladó a su reino (Col. 1, 13).
poner en ejecución todo aquello que mandan las leyes o las Y así, San Ambrosio dice: "Con razón pusieron sobre
sentencias de los jueces, acudiendo, si fuere preciso, a la la cruz «1 título, porque, aunque Cristo Jesús estaba en la
fuerza coactiva, cosa que la autoridad pública realiza eficaz- cruz clavado, sin embargo, brillaba sobre la cruz con ma-
mente cuando las personas privadas no quieren o no pueden jestad du Hoy" 3*7.
hacerlo espontánea y ordenadamente. Esto se obtiene por Do, esto doble fundamento de la dignidad regia de Cristo
la potestad ejecutiva SiB. habla asi Guevara: "Aunque con estrictísimo derecho na-
El mayor de todos estos poderes es el legislativo, el cual tural, puesto que era Hijo natural de Dios, podía haberse
domina a los otros dos, por dimanar y depender éstos de atribuido el nombre de Rey, no lo hizo, sin embargo, hasta
aquél. unir a este derecho el del perfectísimo mérito y sangre de-
4.° La potestad regia es de dos órdenes distintos, en rramada, pareriéndole mucho más digno conquistar esta
cuanto que tiende a procurar la prosperidad temporal pú- gloria por éste que por aquél" 348.
blica o la salvación espiritual y eterna, como fin propio ai 0.° a) VA reino de Cristo es universal, o sea, destina-
que los hombres deben ser encaminados. do n lodos los hombres de todos los tiempos, universalidad
La primera es potestad temporal, que ha de ejercerse en que ha do entenderse en su sentido pleno, no definido por
todo reino o sociedad civil; la segunda es potestad espiritual, fronteras nacionales ni sociales, ni limitado a ningún tiempo,
que pertenece de lleno al reino espiritual. sino de tal modo que entren en él absolutamente todos los
5.° a) Es evidente que Cristo, en cuanto Dios, es Rey hombres, n quienes no sólo se les otorga el derecho, sino
universal, a quien compete la potestad y el imperio por los que también se les impone la obligación de agregarse como
siglos de los siglos. ciudadanos a este reino de Dios en la tierra, para que par-
b) Que, como hombre, también es Rey, y de modo ex- ticipen de los bienes del reino celestial. Por eso, en San Ma-
celentísimo, lo proclaman muchísimos testimonios del An- teo (24, 14) HO dice: Y será predicado este Evangelio del
tiguo y Nuevo Testamento. reino por lodo el mundo, en testimonio a todas las gentes,
y entonce* vendrá el fin.
Así en el Salmo (2, v. 6) se dice: Yo he sido por El es-
tablecido rey sobre Sión, monte santo suyo; y en Daniel (7, b) Iin razón de esto, Cristo manda a sus apóstoles que
13-14): Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí venía prediquen til Evangelio en todo el mundo, como lo atestigua
como Hijo de hombre con las nubes del cielo... Y dióle la el mismo San Mateo (28, 18-19): Se me ha dado toda potes-
potestad, y la honra, y el reino, y todos los pueblos, tribus tad en el cielo y en la tierra; id, pues, y enseñad a todas
y lenguas le servirán a El; su potestad es potestad eterna, las líente»...; y San Marcos (16, 15): Id por todo el mundo
que no será quitada, y su reino que no será destruido. y predicad el Evangelio a toda criatura.
En el Evangelio de San Mateo (28, 18) dice Jesús: Se e) De este mandato de Cristo nació el supremo dere-
me ha dado toda potestad en él cielo y en la tierra; y en el cho, verdaderamente divino, de los apóstoles, y, por tanto,
Apocalipsis (1, 5) se le llama a Cristo el testigo fiel, el pri- de la Iglesia, de predicar libremente el Evangelio a todos
mogénito de los muertos y el príncipe de los reyes de la' los hombres; y de esta misma voluntad de Cristo nace en
tierra; y en el capítulo 19, 16: Rey de reyes y Señor de se- todos los hombres el deber no sólo de conceder a sus lega-
ñores. dos la libertad debida, sino también de abrazar la doctrina
c) Ciertamente, Cristo es Rey por derecho nativo y por apostólica, bajo sanción de vida y salvación eterna" 349.
derecho adquirido. Por derecho nativo, fundado en la mis- d) VA reino de Cristo es, en primer lugar y principal-
ma unión hipostática, pues a una naturaleza que, por la mente, espiritual y sobrenatural, y su potestad regia se ejerce
anión hipostática, es verdadera y propiamente naturaleza con medios principalmente espirituales y sobrenaturales, y
del Hijo de Dios se le debe una potestad y un dominio tan se ordena toda a bienes espirituales y sobrenaturales.
universal como pueda existir en una naturaleza creada uni- El mismo Cristo lo declaró ante el presidente romano, a
da a Dios hipostáticamente. Por cuya razón debe creerse quien, creyendo que Cristo aspiraba a un reino terreno, res-
que a Cristo se le comunicó toda potestad regia en el mo- ponde de este modo: Mi reino no es de este mundo, mani-
mento mismo de la encarnación. "" Kxpim. in TMC, 1. x.
También es Rey eon derecho adquirido por redención, "" ¡n cap. i Matth., observ. 15, v. 5.
•" Cf. DIECKMANN, De Ecclesia, tr. 1, c. 2, q. 5.
' **• CAVAGNIS, Instit. luris Publ. Ecclea., t. I, c. 1, «. 2.
806 P. I I I . CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 4 . TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 80?
festando a la vez el modo y la razón de su reino: Yo para adquiridas todas las gracias, en cuya dispensación consiste
esto nací y para esto vine al mundo, para dar testimonio a la la gobernación o dirección interna.
verdad (lo. 18, 36-37). I'cro no por esto queda la gobernación interna fuera del
Por eso dice San Agustín: "Oíd, por tanto, judíos y na- ámbito do lu potestad regia en Cristo; antes bien, la función
ciones todas; oye, circunciso; oye, incircunciso; oíd, reinos sacerdotal sirve a la función regia, en cuanto que le entrega
todos de la tierra; no impide vuestro dominio en este mun- sus frutos pura que los use, y con su acción continuada sus-
do: Mi reino no es de este mundo" 350. tenta el ejercicio de esta potestad" 352.
Y, en verdad, todos los oficios de Cristo se refieren al 7." Con la regia potestad en las cosas espirituales va in-
fin de la encarnación, que es la redención del género hu- disolublemente unida en Cristo la potestad indirecta en las
mano. Siendo este fin espiritual, el reino de Cristo, de acuer- cosas temporales, cuando éstas se relacionan con el fin es-
do con aquellos oficios, necesariamente y sobre todo, ha de piritual y pueden promoverle o impedirle. Santo Tomás dice
ser espiritual. a este respecto: "En cuya expresión (Mal. 1, 2) aparece cla-
e) Dado este carácter del reino de Cristo, la goberna- ramente que el dominio de Cristo se ordena a la salvación
ción de sus ciudadanos o la dirección de los mismos al fin <lel alma y a los bienes espirituales, como ya veremos, aunque
sobrenatural ha de ser una exterior y otra interior. no quede excluido de los temporales, en el modo en que a los
La dirección interior se realiza por la gracia, don infun- espirituales se refieren o se ordenan" 353.
dido intrínsecamente en el hombre, por el cual es dirigido 8," De la potestad indirecta en las cosas temporales dis-
al fin sobrenatural; la exterior, por la proposición externa tingüese la potestad directa en el reino civil o político como
o revelación objetiva de leyes sobrenaturales, con las cuales tal. UN opinión común que Cristo no tuvo potestad directa
el hombre es exteriormente encaminado a dicho fin. en lo temporal in actu secundo, es decir, que no llegó a ejer-
Santo Tomás manifiesta claramente que ambos modos cerla. Y así dice Santo Tomás: "Cristo, aunque fué cons-
de dirección son necesarios para ejercer el cargo de rey en tituido Key por Dios, sin embargo, viviendo en la tierra, no
el orden sobrenatural: "Ha de saberse que son distintos el quiso regir temporalmente reino alguno terreno" 354.
fin de la ley humana y el de la ley divina. Pues el fin de lia habido controversia entre los teólogos acerca de la
la ley humana es la tranquilidad temporal de los ciudada- potestad directa de Cristo sobre las cosas temporales in actu
nos, el cual alcanza la ley cohibiendo los actos exteriores en primo. Negaron a Cristo esta potestad San Eoberto Belar-
evitación de los males que pueden perturbar el estado de íii¡no ,nri y Cregorio de Valencia 35<s, los cuales citan en favor
paz del pueblo. En cambio, el fin de la ley divina es condu- de esta opinión a Francisco de Vitoria, Bartolomé Medina,
cir a los hombres a la felicidad eterna; fin que es impedido etcétera.
por cualquier pecado, y no sólo por actos exteriores, sino He la atribuyen Molina 357, Suárez 35S, Lugo 359. En reali-
también interiores. Y así, aquello que basta para la perfec- dad, el desacuerdo es, en su mayor parte, de palabras.
ción de la ley humana, es decir, la prohibición del delito y 101 Humo Pontífice Pío XI, omitida toda distinción, afir-
su sanción adecuada, no es suficiente para la perfección de ma de Cristo aquella potestad in actu primo y la niega in
la ley divina, sino que conviene haga al hombre totalmente arla uceando. "Torpemente yerra —dice el Papa— quien sus-
idóneo para participar de la felicidad eterna; lo cual no trae a Cristo hombre el imperio sobre las cosas civiles, ha-
puede hacerse más que con la gracia del Espíritu Santo, por biendo obtenido del Padre un derecho absolutísimo sobre
la cual se difunde en nuestros corazones la caridad, que todo lo creado, de tal modo que todas las cosas fueron en-
completa y perfecciona la ley" 351. tregadas a su arbitrio. Pero, no obstante, mientras vivió
Y en verdad: inútilmente se daría a los ciudadanos del en la tierra, se abstuvo completamente de ejercer tal so-
reino de Cristo normas sobrenaturales de obrar si no reci- beranía, y así como en otro tiempo despreció El la posesión
bieran el influjo de la gracia con la cual pudieran guar- y administración de las cosas humanas, también las permitid
darlas. "* C!f. IlKIUS, La royauté du Christ, RsPhTh, julio 1926.
A primera vista podría parecer que el gobierno o direc- MI ¡)v rci/im. princ, 1. II, c. 13.
ción interna no pertenece a la función regia, sino a la sacer- ""' ¡i, (|. M), u. 4, ad 1.
dotal de Cristo, puesto que por su acción sacerdotal han sido "•" l)« Rom. l'ontif., 1. V, c. 4.
'""' (Uttnm. Theol., t. I, d. 1, q. 22, punct. 6.
850
»"' De híit., tr. 2, d. 28.
M1
In Ioann., tr. 115 """ Do hicnrnat., d. 48, sect. 2.
1-2. q. 98, a. 1. "• Üisp. 30, Bect. 1.
808 P. I I I . CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN C. 4. TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 809
entonces a sus poseedores y las permite al presente, De aquí ejerco, sin embargo, no pequeña influencia en la dirección
la expresión bellísima: No quita reinos mortales el que los de la sociedad.
da celestiales S60. Tres Hon los a«pectos de la cuestión presente: en primer
9.° Que a Cristo particularmente le conviene: a) La lugar Im de estudiarse la dignidad regia en María; en se-
potestad legislativa consta por el Concilio Tridentino, que gundo, la calidad o modo de su función regia, y en el ter-
así lo definió contra los protestantes: "Si alguno dijere que cero, ION títulos o razones de su realeza.
Cristo Jesús fué dado por Dios a los hombres como Reden-
tor en quien confíen, pero no como legislador a quien obe- Cuestión I. Si la Santísima Virgen debe ser llamada Rei-
dezcan, sea anatema" 361 (ses. Vi, c. 21). na «lo (odas las cosas creadas.
Y que, en realidad, Cristo dio leyes, lo atestigua el Evan-
gelio; así dice en San Juan (14, 15): Guardad mis manda-
mientos; y en San Mateo (28, 20): Enseñándolas a observar MUKORKS.—a) Erasmo juzgó que eran inmoderados y no
todas las cosas que os he mandado. debían tolerarse ciertos encomios que se tributan a María,
como decirla: "Dios te salve, ¡oh Reina, Madre de miseri-
Por eso Cristo dio leyes para fundar su reino, para dotar- cordia!", etc. 862.
le de un organismo adecuado, para determinar las condi- h) Lulero y sus discípulos rechazan el título de Reina
ciones de entrar en él, para prescribir todas aquellas cosas y OIXOM que se dan a María, porque dicen que, saludándola
con que los ciudadanos del mismo son conducidos al fin so- con unto título, rebajamos la gloria de Cristo, puesto que
brenatural. atribuimos a la criatura lo que es de Dios y a El solo le
b) Del mismo modo conviene a Cristo la suprema po- eonipoto """.
testad judicial, como lo dice San Juan (5, 22): Y el Padre c) Signo Calvino la misma senda, al decir neciamente
no juzga a ninguno, mas todo él juicio ha dado al Hijo, po- quo non reos de pecado grave los que atribuyen aquellos
testad que ejerce primero al morir cada uno de los hombres magníficos títulos de Reina del cielo, Estrella de salvación,
y después en el juicio universal o final. etcétera. La misma Virgen, según él, los repudia con una
c) A la suprema potestad judiciaria sigue la ejecutiva, «ola palabra, al referir toda su gloria a los beneficios de
por la cual se premia a los justos y se obliga a los conde- Dios, <|iit> obró con ella de modo tan magnífico y excelente s61„
nados a padecer las penas debidas, según aquello de San ti) I/OH jansenistas, dolosamente, como acostumbran, sus-
Mateo (25, 34-41): Venid, benditos de mi Padre, poseed el traen n Muría el nombre de Reina y otros que los fieles se
reino que os está preparado desde el establecimiento del complacen en darla. Así, Windenfeldt la presenta hablando
mundo... Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno; y del de esto modo: "Si me amas y me honras como patrona tuya
Apocalipsis (1, 17): Yo soy el primero y el postrero... y ten- corea de Dios, haces bien; pues en verdad mucho valen mis
go las llaves de la muerte y del infierno. preeiiH; guárdate, sin embargo, de atribuirme por hipérbole
10. Teniendo en cuenta todo lo dicho, pasemos a estu- o por celo inmoderado lo que sólo a Dios se debe."
diar la dignidad regia en la Santísima Virgen, de un modo "No mo comparéis con Dios o con Cristo; lejos de vos-
paralelo a como la hemos estudiado en Cristo. otros) toda comparación de lo infinito con lo finito" 365.
El nombre de reina significa en la mujer el mismo oficio
que el de rey en el varón. TKSIH. La Bienaventurada Virgen María debe ser llamada
Se llama propia y formalmente reina a la que tiene el verdaderamente Reina.
cargo de gobernar una sociedad perfecta o de ordenar la
multitud de una sociedad perfecta a un fin común. 1,° MAGISTERIO DE LOS ROMANOS PONTÍFICES, quienes con
Impropia y análogamente se llama reina a la que, en al- frecuencia dan a María este título.
gún aspecto, es de mayor virtud y tiene primacía sobre los AHÍ, el Sumo Pontífice Sixto IV dice: "Al meditar y con-
demás. siderar devotamente las insignes excelencias de los méritos
Pero hay además un tercer sentido, según el cual el títu- por Ion cuales la Reina de los cielos, Virgen Madre glorio-
lo de reina se da a la esposa o a la madre del rey, la cual,
aun no teniendo la misma potestad de gobernar que el rey, "M SAN 1'EDRO CANISIO, De María Virgine incomparabili, 1. v,
C. 10.
860
»"" Ibfil., c. 3.
Ene. Quas -primas, 11 dic. 1S25. »"« Ibícl., 1. iv, c. 6.
•° DB, n. 831. "™ Mónita salutaria adversas cultores indiscretos, mon. 10 y 11.
C. 4. TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 811
810 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
Santo Tomás: "El dicho del Salmo: Asistió la reina..., grado, santidad y méritos, y poi? ello se la llama Reina de
puede aplicarse a la Santísima Virgen, que es Reina y Ma- los ángeles, de los patriarcas, de los profetas, de los após-
dre del Rey y está sobre todos los coros con vestidura do- toles, de los mártires, de los confesores, de las vírgenes y de
rada; es decir, dorada de divinidad, no porque sea Dios, sino todos los demás santos.
por ser Madre de Dios" 381. Y así Conrado de Sajonia dice: "Llevada a las mansio-
San Buenaventura: "Y así, viviendo en la tierra, era Ma- nes del descanso eterno, tiene María la gracia del verdade-
dre de todos los que gozan en el cielo" 382. ro Rey sobre todas las mujeres, es decir, sobre todas las in-
San Pedro Canisio: "Es también Reina no inferior a nin- teligencias angélicas y sobre todas las almas santas, de modo
guno de los elegidos, sino de tal modo preferida a los án- que la gracia en María es superior a la gracia de todos los
geles y a los hombres juntamente, que nada más sublime bienaventurados. Porque en verdad el Rey de reyes coronó
y santo que ella puede imaginarse" 3S3. su frente con diadema tan inapreciable, tan deleitable, tan
Finalmente, San Roberto Belarmino dice de María: "Por admirable, que a toda lengua es inenarrable y a todo genio
ser Reina puede impetrar lo que quisiere del Rey su Hijo" 384. inescrutable" 3SB.
b) En este sentido parece que deben ser entendidos San
3.° LA SAGRADA LITURGIA, a la que es familiar atribuir a Bernardo y San Ildefonso cuando derivan el título de Rei-
la Santísima Virgen el augusto título de Reina, exclama fre- na de la humildad de la Santísima Virgen. San Bernardo
cuentemente: "Alégrate, Reina del cielo, aleluya; Dios te escribe: "Ciertamente fué humilde más que todos, por lo
salve, Reina de los cielos. Salve, ¡oh Reina!, Reina de los cual la última fué hecha la primera, ya que, siendo ella la
ángeles, de los patriarcas", etc.; y así preséntala como Rei- primera, hízose la última; con razón, pues, fué constituida
na a los ojos de los fieles, con corona en la cabeza y cetro Señora de todos la que se declaraba como esclava" 38e.
en las manos. Y San Ildefonso: "Aprended, carísimos, a humillaros,
4.° RAZÓN TEOLÓGICA.—En nada se oscurece la dignidad para que de la misma humildad granjeéis gloria. Pues ella
regia de Cristo porque María sea y lleve el nombre de Rei- misma es llamada Reina del orbe" 387.
na. No es Reina como Cristo es Rey, porque Cristo, no sólo Palabras que presentan a la Santísima Virgen preferida
en cuanto Dios, sino también en cuanto nombre, por el de- y elevada sobre todas las criaturas a causa de su humildad,
recho de la unión hipostática, es Rey de todo el universo, a o lo que es igual, por su excelencia, no por su poder.
quien rinden vasallaje las criaturas todas y de quien depen-
den las potestades creadas, sin exceptuar a la misma San- Cuestión 3. Si la Santísima Virgen es Reina en cuanto
tísima Virgen, que está plenamente subordinada a El, del que es Madre del Rey.
cual tiene participada ella la regia potestad. María es, por
tanto, Reina verdaderamente, salva siempre la eminencia TESIS. María es Reina en cuanto que es Madre del Rey.
que corresponde a Cristo Rey y el incomparable grado de 1.° SANTOS PADRES Y DOCTORES ECLESIÁSTICOS.—San Il-
honor que se debe, sobre todas las cosas, al Señor y Reden- defonso, arzobispo de Toledo, dice: "Yo soy siervo tuyo, por-
tor de todos. que tu Hijo es el Señor; tú eres Señora mía, porque eres
sierva de mi Señor; yo soy siervo de la esclava de mi Señor,
Cuestión 2. Si la Santísima Virgen es Reina en sentido porque tú, ¡oh Señora mía!, eres Madre de tu Señor: y por
impropio y análogo. eso yo me he hecho siervo tuyo, porque tú has sido hecha
Madre de mi Hacedor" 388.
La respuesta es afirmativa: a) Porque el nombre de rei- San Juan Damasceno: "María fué constituida Señora de
na se toma algunas veces para significar la excelencia so- todo lo creado cuando quedó hecha Madre del Creador" 389.
bre los demás en una cualidad, y así, a la rosa se la llama, Amoldo de Chartres: "La Madre no puede estar separa-
como queda dicho, reina de las flores, y a Virgilio, rey de los da del dominio y potestad del Hijo" 390.
poetas. Ahora bien: María supera a todas las criaturas an- *» Ispeada 1. IV. entre las obras de San ^ Buenaventura.,
gélicas y humanas, por ser superior a ellas en ministerio, a8e
m
Serm. in Signum magnum.
381
Serm. 1, De Assumpt., entre las obras de San Ildefonso.
Comm. in Ps., 44. asa j)e Yirginitate S. Mariae, c. 12.
882 880
888
In 3 Sent., d. 3, p. I, a. 2, q. 3. De Fide Orth., c. 15.
884
De Maria Virgine incomparabüi, 1. v, c. 13. 890
De laúd. Virginia.
Conc. 1, Super Missus est.
814 P. I t l . CONSORCIO CE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 4 . TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 815
el nombre de Rey, ella tomó el de Reina" 3 " . Ahora bien, mana fuera igualmente la administradora de la gracia que
María tiene la misión de gobernar el reino de Cristo o de de él había de derivarse en todo tiempo, habiéndosela otor-
dirigir a sus miembros al fin sobrenatural que le es propio. gado para ello un poder casi inmenso" 402.
Luego es Reina propia y formalmente. Sobre este inmenso poder intercesional de María obser-
La gobernación del reino de Cristo, como ya se dijo, es van Füograssi e Santonicola: "Non si deve limitare stretta-
doble: externa e interna. mcriU> il potere regale di Maria alia preghiera o all'interces-
La gobernación externa consiste en la proposición exter- sioiii!. II P. Nicolás osserva giustamente che se i re possono
na o revelación objetiva de las leyes sobrenaturales que ex- delegare le regine per quelle incombenze in cui nessun ser-
ternamente dirigen a los ciudadanos del reino de Cristo al vitore li seconderebbe egualmente bene, é molto naturale che
fin común de la vida eterna. Cristo si serva del ministero di sua Madre per tutti quegli
La gobernación interna, que en el reino de Cristo es incurichi in cui Ella realizza meglio le sue intenzioni. Cer-
principalísima, consiste en el influjo de la gracia sobrena- tamonte la Vergine agiscc molto nel mondo e quantunque
tural, ya que de poco servirían las leyes o normas sobrena- tutt.o il potere e tutta l'autorita le derivi da Cristo, ella non
turales de obrar sin la gracia para observarlas. "Principal- e Multíplice esecutrice come qualsiasi altro ministro. Seconda
mente —dice Santo Tomás—, la Ley nueva es la misma lo intenzioni del re nella sua qualitá di regina, la volontá che
gracia del Espíritu Santo que se da a los fieles de Cristo" 400, ellu <weguisce é la sua propria ed é quella stessa di Cristo:
por la que cumplen la ley y obran de tal modo y con tal o la volontá della sua preghiera" 403.
eficacia, que de hecho llegan a la consecución de la vida
eterna. Cut'Ktión 5. Qué potestad es la que compete a María en
María, unida a Cristo y bajo su dependencia, si bien no »'l reino de Cristo.
participa de la potestad legislativa de su Hijo, dirige, sin La potestad de gobernar, propia del rey, es potestad de
embargo, y conduce a los hombres, por medio de las gracias jurisdicción, que comprende, como ya se dijo antes, la legis-
que les distribuye, al fin de la vida eterna. lativa, la judicial y la ejecutiva.
Y aunque sea propio de María distribuir a los hombres Además, la potestad regia es de un doble orden, según
las gracias, en cuanto es mediadora de las mismas, o patro- que tienda a conseguir como fin propio la prosperidad pú-
na y abogada del género humano, como consta de lo dicho blica temporal o la salvación eterna.
más atrás, sin embargo, esta misma distribución se reviste Cristo Rey reivindica para sí las tres potestades que de
de tales modos y notas que, en realidad, constituye acto de la regia potestad forman parte: la legislativa, la judicial y
gobierno y función regia. la ejecutiva.
Porque María consigue a todos las gracias por vía de in- ¿Participará también la Santísima Virgen de esa triple
tercesión; pero la intercesión de María cerca de Dios es de potestad y compartirá así las regias funciones de su Hijo?
una razón tan singular que cuadra perfectamente con el 1." No cabe pensar que la Santísima Virgen goce en el
derecho regio de la misma Virgen en todas las gracias y en reino de Cristo de potestad legislativa en el sentido jurídi-
todos los hombres que han de recibirlas. Y es que María co de la palabra; pues, aunque dirija a los hombres por medio
tiene, tanto por su maternidad divina como por su consor- de la gracia a sus destinos eternos e instruyese a los após-
cio en la obra de la redención, tanto poder de intercesión, toles en los comienzos de la Iglesia sobre los misterios reve-
que, bajo la dependencia de Cristo Redentor, dispone verda- lados y muestre a todos los fieles el camino de la santidad
deramente, por derecho materno y por el de Corredentora, y de la más alta perfección, no le toca a ella formular leyes
de las gracias de la redención. Así lo dice Pío X: "María por cuyo cumplimiento tiendan los hombres al fin de la
es la principal administradora de las gracias que han de vida eterna.
conferirse; ella administra, como por derecho materno, los 2.° No conviene a María en el reino de Cristo la potes-
tesoros de los méritos de Cristo" 401. tud judicial ni la ejecutiva o coactiva.
Y León XIII escribe: "Para que la que había cooperado Fuera de aquella potestad común que Santo Tomás 404
(María) en la realización del misterio de la redención hu- atribuye, en el juicio final, a algunos santos o varones más
"'" Ene. Adiutricem populi, 5 sept. 1895.
s»9 Manóle, q. 168. *• STRATER, Mariologia, VI, 287.
400
1-2, q. 106. a. 1. *" Suppl., q. 89, *. J, '
*» {¡nc. Ad dieyt illupi, 2 febr. 19pf
C. 4. TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA ' 819
818 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
perfectos, ninguna otra potestad judicial especial compete Los Padres y los teólogos no establecen, sin embargo, en-
a la Santísima Virgen. tre la justicia y la misericordia aquella división, de suerte
Los Padres y escritores eclesiásticos no atribuyen a Ma- que, para ellos, no sea Cristo más que Juez severo y venga-
ría esta potestad; más aún, hablan de tal modo, que expre- dor y Muría Madre de la misericordia.
samente se la niegan. Porque Cristo es nuestro abogado (lo. 2, 1), que, como
a) En opinión de todos, María no es Reina de justicia, Dios humanísimo y hombre divinísimo, tiene misericordia
sino de misericordia. Así, San Efrén dice: "Virgen, Madre con los pecadores. El es la fuente y principio de toda piedad
de Dios, Reina de todos, esperanza de los que desesperan... y mÍHuvu-nnlia, de la cual se deriva en su totalidad la mise-
Acógeme ahora y siempre, ¡oh Virgen, Madre de Dios, Ma- ricordia <le María, ya que la misericordia de Cristo fué la
dre de misericordia, benigna y clemente!..." 405. que nos dio una Madre cuya' propia función había de ser
Y San Bernardo: "Convenientemente es llamada Reina ejercer la misericordia con todos.
de la misericordia la que se cree que abre el abismo de la Cristo es infinitamente misericordioso; pero, además, se-
piedad divina para quien quiere, cuando quiere y como quie- gún los Hechos (10, 42): El es el que Dios ha puesto por Juez
re, a fin de que ni el más enorme pecador perezca al que la de. viuoH y de muertos; y de quien el Evangelio de San Juan
Santa de los santos otorga los favores de su patrocinio" 406. dice (ñ, 22): El Padre no juzga a ninguno, mas todo el jui-
b) Con mucha frecuencia suelen representar los auto- cio ha dado al Hijo; y en el versículo 27: Y le dio el poder
res a la Santísima Virgen como si hubiera obtenido la mi- de. hacer juicio, porque es Hijo del hombre.
tad del reino de Dios, o sea el reino de la misericordia, en De nquí lu diferencia entre Cristo y María: Cristo es in-
el cual tiene su principado, reteniendo el Hijo la otra mi- finltamenlo misericordioso y clemente; pero, como a Juez que
tad, es decir, el reino de la justicia, en el cual ejerce la po- es do vivos y muertos, tócale conocer y discernir los méritos
testad de juzgar. de cada uno y, según la diversidad de estos méritos, dar pre-
Dice Santo Tomás: "Y así impetró la mitad del reino de mios o cuMigos. A María, en cambio, no le corresponde juz-
Dios para que ella sea Reina de misericordia donde el Hijo gar, ni discernir, ni pesar los méritos, ni castigar a nadie,
es Rey de justicia" 407. sino más bien favorecer y alcanzar misericordia.
Gerson escribe: "Tienes el principado de la mitad del Y iiinif vienen bien aquellas palabras de Eadmero, fami-
reino de Dios (si así puede hablarse) bajo el símbolo de Ester liar y discípulo de San Anselmo de Cantorbery: "Algunas
y Asuero. Pues el reino de Dios consiste en potestad y mi- veces lu salvación se obtiene más pronto invocando el nom-
sericordia. Conservando el Señor la potestad, cedió de algún bre do Marín que el de su Hijo, Cristo Jesús. ¿Por qué llega
modo la parte de la misericordia a la Madre de Cristo, es- la salud más pronto recordándola a ella que recordando al
posa y Reina" 408. Hijo? Diré todo lo que siento: Su Hijo es el Señor y el Juez
Y Gabriel Biel: "Acudamos en primer lugar a la Santí- de todos los hombres, que conoce los méritos de cada uno;
sima Virgen, reina de los cielos, a quien el Rey de los re- por tanto, cuando no atiende en seguida al que invoca su
yes, Padre celestial, dio la mitad de su reino. Lo cual estaba nombro, obra con justo juicio. En cambio, invocando el nom-
simbolizado en Ester, etc. Así, el Padre celestial, teniendo la bre do Muría, aun sin merecerlo el que la invoca, intervienen
justicia y la misericordia como los mejores bienes de su rei- los mor i tos de la Madre para que sea oído" 411.
no, concedió a María la misericordia, reteniendo para sí la La reulezu de María no es, pues, para los cristianos objeto
justicia" 409. de temor, sino de tierna confianza y esperanza grande.
Los jansenistas reprenden como inmoderada esta repre- Pío IX dice: "Nada hay que temer, de nada hay que
sentación, según puede verse en las advertencias X y XIII, desconfiar siendo' Ella nuestra guía, estando nosotros bajo
donde Windenfeldt, con palabras engañosas, como acostum- sus auspicios, siéndonos propicia y estando bajo la protec-
bra, presenta a María diciendo: "No digas que tengo di- ción y patrocinio de aquella que, teniendo para nosotros un
vidido el reino con mi Hijo. No digas que Cristo es Juez se- corazón do Madre y tomando a su cargo el negocio de nuestra
vero y yo Madre de misericordia" 410. salvación, extiende su solicitud sobre todo el género humano,
y establecida por el Señor Reina del cielo y de la tierra, y
~~ 40S Ag., III, 575-577. elevada sobre todos los coros de los ángeles y sobre todos
4011
In cant. Salve Regina.
"" Exposit. in Epist. Canónicas, praef, los órdenes de los santos, sentada a la derecha de nuestro
409
Super Magníficat, p. ni, tr, 4,
*M In can. Missoe, lect. 80. ox
De excell. Virg. Mariae, c. 6, entre las obras de San' Anselmo.
*•» O . c,
C. 4. TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 821
820 F. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
e hijo de tu esclava; y en la I Epístola a Timoteo (6, 15), TESIS. La Santísima Virgen debe ser llamada Señora de
donde a Dios se le llama Rey de los reyes y Señor de los se- todo el orbe.
ñores, c) Y en verdad Dios no puede menos de tener domi-
nio de propiedad en todas las cosas, ya que a cada una la 1.° SANTOS PADRES Y ESCRITORES ECLESIÁSTICOS.—San
creó según todo el ser de ella, y en ese su ser las conserva Efrén dirígese a María diciendo: "Señora de todo, después
incesantemente. de la Trinidad... Virgen Señora, Madre de Dios, salud uni-
3.° También de Cristo, como hombre, afirman las Sa- versal de los cristianos" *'", nombre que en sus escritos se
gradas Escrituras que es Señor de todas las cosas: a) En repite con frecuencia.
San Mateo (10, 24) se dice: No es el discípulo más que su San Germán de Constentinopla: "Señora de todos los hi-
maestro, ni el siervo más que su señor. Bástale al discípulo jos de la tierra" 425.
ser como su maestro, y al siervo como su señor; y en San Sun Juan Damasceno: "En verdad que es propiamente
Juan (13, 13): Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y bien Madre de Dios y Señora, y siendo a la vez esclava y Madre
decís, porque lo soy; y en la I Epístola a los Corintios (15, del Creador, impera sobre todo lo creado" 426.
27): Todo está sujeto a El; y en los Hechos de los Apósto- San Ildefonso de Toledo: "¡Oh Señora mía, dueña mía
les (10, 36): Dios envió palabra a los hijos de Israel, anun- y dominadora en mí, Madre de mi Señor, sierva de tu
ciándoles paz por Jesucristo; éste es el Señor de todos, b) Y Hijo!" 4'-"''. "Siervo tuyo soy, porque tu Hijo es Señor mío.
ciertamente: el Hijo de Dios, también como hombre, parti- Eres tú Señora mía, porque de mi Señor eres tú sierva" 428.
cipa la suma potestad del Padre: Todas cuantas cosas tiene San Anselmo de Cantorbery: "A t.i, ¡oh magna y excelen-
el Padre, mías son (lo. 16, 15). Porque aquel derecho y po- tísima Señora!, quiere mi corazón amarte" 429.
testad que el Hijo de Dios tiene por el Padre desde toda la San Bernardo: "También nosotros, sobre quienes pesa
eternidad, recíbelo Cristo Hombre en el tiempo por la unión miserai)!eineiil,(! la sentencia de condenación, esperamos, ¡oh
hipostática, a la cual, lo mismo que se debe el que este Hom- Señora!, tvi palabra de misericordia" 430.
bre Cristo se llame Dios, se debe también el que se le llame San Buenaventura: "La Bienaventurada Virgen María,
Señor de todas las cosas, y no como si uno fuera el derecho como electa Madre de Dios, es la Señora de los ángeles, quie-
de dominio según la divinidad, y otro distinto según la hu- nes como ministros la sirven" 431.
manidad, sino que en El, por ser una sola y la misma per- 2.° KAZON TKOLÓGICA.—El título de Señora que enaltece
sona de Dios y del hombre —una persona Dei et hominis—, a la Santísima Virgen de ningún modo se opone al supremo
uno solo es el dominio, como una sola es la divinidad *22. dominio de las cosas, que compete sólo a Dios, pues no atri-
Con razón Su Santidad Pío XI dice: "Yerra torpemente, buímos a María, como veremos más adelante, un dominio
por lo demás, el que pretenda sustraer a Cristo Hombre el por excelencia principal y supremo, sino solamente secun-
imperio sobre las cosas civiles, cualesquiera que sean, ya que dario y menos principal, según la gracia y participación de
ha recibido del Padre un derecho absolutísimo sobre las co- Cristo y al dominio de Cristo subordinado.
sas creadas, de tal modo que todas están sujetas a su arbi- De aquí que Conrado de Sajonia diga: "Porque el Se-
trio y potestad" 423. ñor poderosísimo está potentísimamente contigo, tú misma
4.° Sentada esta doctrina, pasemos a estudiar el domi- eres con El omnipotente, poderosísima por El y poderosí-
nio que compete a la Santísima Virgen, en cuya cuestión sima junto a El" 432.
han de ponerse en claro estas dos cosas: el título de Seño-
ra con que la honramos y la calidad de su señorío o dominio. «a» Atf., III, l>¡28-543; BOVER, 1. c.
*» Surm. in Xonam.
IM ¡)e h'idti Orth., 1. IV, c. 14.
Cuestión 1. Si la Santísima Virgen debe ser llamada Se- "i ¡)« Viryinitate Sanctae Mariae, c. 1.
ñora de todo lo creado. «• llifd., c. 12.
«• Or. mt S. Virg. Mariam.
**> Rom. 4 »uper Müsus est.
Los protestantes y jansenistas se levantan violentamente «i /n í Sfnt., d. 2, a. 3, q. 3.
contra los que dan a María este y otros títulos afines. "" Sptcul. B. M. Virg., 1. vm, entre las obras de San Buenaven-
tura.
**> S. TOM., 3, q. 13, a. 1.
*** E n e Quaa primas, 1J. dic. 1925,
826 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
C. 4. TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 827
Cuestión 2. De qué modo puede ser llamada María Se- minio, por las mismas condiciones, títulos y amplitud que
ñora de todas las criaturas. reside en el Hijo, pasa de El a la Madre" 437.
"•" '«US© i!
Este dominio en las cosas creadas le viene a la Santí-
1.° Sin duda alguna, María es Señora en sentido impro- sima Virgen, según opinión de los escritores citados, por
pio: a) Ya por su máxima dignidad, de algún modo infinita; estos cuatro títulos: por la maternidad divina, por el oficio
b) ya por ser superior a todas las criaturas y solamente de Corredentora, por su cualidad de Esposa del Espíritu
inferior a Dios; c) ya también por el inmenso poder que Santo y por el don de su justicia original.
tiene cerca del Padre y del Hijo; por todo lo cual los teólogos a) Por la maternidad divina arguyen de este modo:
llaman omnipotentes a sus ruegos. Cristo, Señor nuestro, tiene derecho de propiedad sobre
2.° También en sentido menos estricto y propio debe todas las cosas creadas. Luego también la Santísima Virgen,
llamarse Señora, en cuanto que, en este sentido, señor es lo pues cualquier honor y dignidad de que goza por naturaleza
mismo que rey, y reina lo mismo que señora, como consta el Hijo, refluye también en los padres 438.
de lo dicho anteriormente, donde atribuímos a María la dig- b) Por el oficio de Corredentora: Así como Cristo Se-
nidad regia. ñor, derramando su sangre por los hombres, los libertó del
3.° Trátase principalmente, pues, en esta cuestión del cautiverio del pecado y, por tanto, es, con derecho, Rey y
dominio en sentido propio y riguroso, distinto del derecho Señor de los mismos, así también la Virgen, Madre de Dios,
regio, es decir, del dominio de propiedad. consorte, de Cristo en la redención humana, tendrá dere-
4.° Sobre el cual es necesario distinguir entre cosas y chos de Señora y Reina sobre los hombres todos, pudiendo
personas. De éstas, de las personas, no se trata aquí, ya adjudicarlos a su dominio.
que el derecho de propiedad sobre ellas está reservado al c) Por ser Esposa del Espíritu Santo: Todos los bie-
Creador, autor único de la vida y de la muerte. nes del esposo son comunes a la esposa, gozando ésta de
5.° Pero aun acerca del dominio de propiedad sobre los mismos privilegios que él. De esta sociedad de bienes
las cosas es todavía necesario distinguir, porque no es lo con el Ksposo adquirió la Santísima Virgen dominio en to-
mismo ser señor de las cosas en cuanto al uso y naturaleza das las coHas.
de ellas que serlo solamente en cuanto al uso y no en cuan- d) Por el don de la justicia original: Así como Adán,
to a la naturaleza de las mismas. Y en verdad que sólo Dios por la original justicia, alcanzó el imperio de todas las cria-
es Señor del uso y de la naturaleza de las cosas, pues no turas y, perdida aquélla, perdió también este imperio, la
sólo puede usar de ellas como quisiere, sino que además Santísima Virgen, concebida en justicia original, recuperó
puede inmutarlas y aun aniquilarlas, dominio tan exclu- el imperio perdido y adquirió el dominio de las criaturas.
sivo de Dios, que ni lo tuvo ni puede atribuirse a la misma 7.° Fácilmente puede admitirse que todos estos títulos
humanidad de Cristo 433. ofrecen algún fundamento al dominio y potestad de María
6.° No faltaron teólogos que atribuyeron a María do- en sentido impropio y menos estricto; pero no parecen su-
minio de propiedad sobre las cosas creadas. ficientes para sólidamente asentar sobre ellos un dominio
Así lo defendieron, entre otros, Vega 4M, Garau 435, Seld- estricto y propiamente dicho.
mayr 436 y, principalmente, Bartolomé de los Ríos, quien exa- a) El título de Madre de Dios no basta para funda-
geradamente escribe: "La Virgen tiene un doble dominio mentar en María el derecho estricto de propiedad sobre
sobre nosotros: el espiritual y el corporal, y, por consiguien- todo el universo; la razón con que afirmamos este derecho
te, no sólo tiene un imperio generoso, en el sentido de que de Cristo Hombre no la hay en su Madre. Cristo es el Hijo
puede disponer de cada uno para el bien común, y de todos de Dios subsistente en la naturaleza humana, y por esto,
en lo que se refiere a la utilidad de cada uno, sino que tam- así como subsistente en la humana naturaleza es Hijo na-
bién tiene un dominio despótico, de tal modo que hasta el tural de Dios, así también, en cuanto Cristo es este hombre,
dominio útil de cada uno le pertenece a ella; puede por sí tiene derecho de propiedad inalienable sobre todas las cria-
y para su comodidad hacer uso de nosotros, pues este do- turas del universo. En cambio, la Virgen Santísima, aun
433
siendo Madre de Dios, permanece persona humana creada,
S. TOMÁS, 3, q. 13, a. 2.
431
O. c , pal. 27, cert. 1. 431
436
O. c , princ. 11, § 5. llicrnrchia mañana, 1. v, c 16; en GUTIÉRREZ; ALONSO, La escla-
483
Theol. mariana, p. n, q. 11, a. 3. vitud mariana, p. I, c. 2, a. 7.
433
Cf. VEGA, pal. 27, cert. 1.
C. 4. TÍTULOS Y MINISTERIOS DE MARÍA 829
828 P. III. CONSORCIO DE MARÍA EN LA REDENCIÓN
las gracias, y de quien, unida a Cristo y bajo su dependen- El corazón finco es la viscera de carne que dirige la cir-
cia, dependen todos los hombres en el negocio de la salva- culación de la sangre.
ción eterna; y la dignidad de Reina de todo el orbe es tan El corazón metafórico es el amor significado por la expre-
eminente y su trono tan excelso sobre las sedes de las cria- sión metafórica de corazón.
turas todas, que impera en todas ellas y las preside con el El corazón simbólico es el corazón físico en cuanto que
dominio de una preeminencia que el mismo Cristo le ha co- es emblema del amor o significa el mismo amor.
municado 41. Por tanto, en el corazón, simbólicamente tomado, la cosa
8) Sin embargo, en la práctica apenas hay lugar a esta significada es el amor en general, o toda la vida afectiva,
distinción y separación de títulos, ya que, con el mismo culto íntima, moral; el signo es el corazón físico o de carne; la
que se honra a la Madre de Dios como tal. se honra a la vez razón de la significación es la notoria conexión existente
su santidad y perfección insigne; los títulos mencionados entre «1 corazón físico y los movimientos todos de la vida
son como otras tantas razones especiales que nos impulsan afectiva.
a venerar la eminencia de la Madre de Dios, que aquéllos Apenas es necesario advertir que esta conexión entre el
ilustran de distintos 42
modos y la dan más claro relieve. Y éste corazón físico y los actos de la vida psicológica no exige de
parece, dice Suárez , el modo más perfecto de honrar a la ningún modo que se tenga al corazón como el órgano propio
Santísima Virgen, el más propio y acomodado a su dignidad de las pasiones.
eximia. Todos los que afirman que este órgano está formalmente
en el cerebro deben conceder que el corazón es el primero
que recibe las impresiones de la vida afectiva, de tal modo
ARTICULO II que no hay movimiento de pasión o de potencia apetitiva
en el cerebro que no se acuse en el corazón con influjo fisio-
DEL CULTO AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA lógico de intensidad proporcional.
Uernanl expone bellamente esta conexión diciendo: "Diré
Estudiada la legitimidad y la especie del culto que se che rumore fa battere il cuore non é soltando una forma
debe a la persona de la Santísima Virgen, pasamos a consi- poética: e anche una realtá fisiológica. I sentimenti che noi
derar el culto que conviene a sus partes más nobles, entre sperimentiamo, sonó sempre accompagnati da azioni riflesse
las cuales destaca extraordinariamente su Corazón purísimo. del cuore; e, sebbene il cervello sia la sede esclusiva dei
Propiamente, dice Santo Tomás 43, el honor se tributa a sentimenti, ó sempre il cuore, che somministra le condizioni
la totalidad de la cosa subsistente; empero, adorado el su- indispensabili alia loro estrinseca manifestazione... Questa
puesto o persona, se adoran al mismo tiempo sus partes; corrispondenza fra il cervello e il cuore, sebbene riguardi,
más aún, es lícito dar particularmente a alguna de ellas el in modo diretto, l'amore sensibili, l'amore passionato, tut-
honor que se debe a la persona, cuando para ello existen tavia si riferisce ancora all'amore spirituale, prodotto della
razones suficientemente justas 44 ; así, por ejemplo, se ade- volontá" *".
ran la preciosísima sangre de Jesucristo, Señor nuestro, y de 2.a De dos modos puede tributarse culto a un objeto:
modo singularísimo su Corazón Sagrado, que supera en ex- sígnate o exercite. Se venera sígnate aquello a lo cual ex-
celencia a todas las demás partes de su humanidad san- plícita y más inmediatamente se refiere el acto del culto;
tísima. exercite, aquello a lo cual, aunque implícita y menos directa-
mente, alcanza el culto y en él definitivamente acaba.
a) Sin duda alguna, todo el culto del Corazón purísi-
Cuestión. Si el Corazón Inmaculado de la Bienaventurada mo de María alcanza exercite a toda su persona, pues no se
Virgen María debe ser honrado con culto especial. venera su Corazón como mentalmente aislado o separado de
la persona de la Santísima Virgen.
OBSERVACIONES.—1.a El corazón puede tomarse en estos b) En quó sentido deba ser venerado sígnate, es decir,
tres sentidos: propia y físicamente, metafóricamente y sim- expresa y directamente, el Corazón de María o cuál sea el
bólicamente.
objeto, tanto material como formal, de su culto, no es difícil
41
S. BUENAVENTURA, In S Sent., d. 9, a. 1, q. 3 ad 2. determinarlo.
43
ln S, d. 22, sect. 3.
43
3, q. 25, a. 3. *° Fisiología del cuore; SINIBALDI, ¡l cuore della Madre di amo-
" Cf. GALTIER, De Incamatione ac Redemptione, sect. 3, c. 1, a. 3. re, c. 3.
850 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA C. 1. LEGITIMIDAD DEL CULTO MARIANO 851
En primer lugar pueden ser venerados per se el Corazón Sin embargo, para su especial veneración, siempre será
de carne y el Corazón metafórico en el culto privado, como cierto que de él brotó, como de fuente, la sangre purísima
se dice también del Sagrado Corazón de Jesús, según que los de que fué formado el cuerpo de Cristo, según expresión del
fieles gusten de tener a uno u otro en su mente y en su afecto; Catecismo Romano: "El cuerpo de Cristo, por la sola virtud
ya que tanto el Corazón físico, como el metafórico pertene- del Espíritu Santo, fué formado de la purísima sangre de la
cen a la persona de la Virgen, Madre de Dios, y ambos par- Virgen integérrima" 4Í>.
ticipan de su dignidad excelsa. c) El objeto formal general es la singular excelencia so-
Ya lo advierte Lebrun diciendo: "Mais il n'est guére brenatural que tiene la persona de la Virgen bienaventurada,
dans l'e a prit d» VEgHse d'honor^r d'un cuite snéiñal 'm obiet por la cual so le tributa culto de hiperdulía.
purement sensible, ni méme un objet purement espirituel... d) El objeto formal especial es la excelencia propia del
La dévotion au Coeur de Marie ne peut avoir pour objet ni Inmaculado Corazón de María, o la perfección de su vida ín-
le Coeur de chair de la bienheureuse Vierge á l'exclusión de tima, y principalmente de su caridad ferventísima hacia Dios,
son amour, ni son amour á l'exclusión de son Coeur de chair. hacia Cristo, Hijo suyo, y hacia los hombres, incluyendo aquí
Une dévotion ainsi comprise ne serait ni conforme á l'esprit todo lo que por este amor sintió, obró y padeció por nosotros,
de l'Eglise, ni proportionnée aux besoins de la nature hú- y aun todo lo que al presente siente y obra.
mame" 46.
Por eso San Juan Eúdes ha querido unir ambos corazones TESIS. El Corazón Inmaculado de la Santísima Virgen debe,
de la Santísima Virgen y presentarlos como uno solo y pro- en justicia, ser honrado especialmente.
pio objeto del culto, diciendo: "Le premier Coeur de la Mere
de Dieu c'est le coeur corporel qui est dans sa poitrine virgi- 1.° DOCUMENTOS DE LOS ROMANOS PONTÍFICES.—El Sumo
nale. Le second, c'est son coeur espirituel, le coeur de son Pontífice Pío VII concedió a muchos varones principales,
ame, qui est designé par ees mots du Saint Esprit: Omnis cardenales, arzobispos, obispos, congregaciones eclesiásticas
gloria Filiae Regís ab intus" i7. seculares y regulares que dedicaran un día determinado al
Y así: a) El objeto material total, remoto y primario, honor del Santísimo Corazón de María, con el oficio y misa,
del culto del Corazón Inmaculado de la Santísima Virgen mutal.is mutanditt, de Santa María de las Nieves y lecciones
es la misma persona de la Madre de Dios, pues el culto, del segundo nocturno, como están en el día quinto de la
como dice Santo Tomás, se da a todo el ser subsistente, y, octava do la Natividad de María G0.
por tanto, aunque se tribute sígnate, expresamente, al purí- Su Santidad Pío IX aprobó el oficio propio y la misa del
simo Corazón de María, sin embargo, exercite, y como a tér- Corazón Inmaculado de la Santísima Virgen con rito doble
mino total, alcanza a la persona de la Santísima Virgen. mayor M .
fi) El objeto material parcial, próximo y secundario, es Pío X alaba a San Juan Eúdes, propagador principal del
el Corazón simbólico de María, es decir, el Corazón de carne, culto u los Sacratísimos Corazones de Jesús y de María, di-
en cuanto que es símbolo del amor y de toda su vida íntima, ciendo: "Puro, además, crecieron sobremanera los méritos
o sea de todas sus purísimas afecciones, principalmente del de San Juan para con la Iglesia cuando, abrasado en sin-
ardentísimo amor en que hacia Dios y los hombres estuvo gular amor hacia los Santísimos Corazones de Jesús y María,
siempre abrasado. pensó antes que nadie, y no sin inspiración divina, en tribu-
Es de notar que el Corazón de carne de María no tiene, tarles culto litúrgico" ''-.
en razón de objeto material del culto, lugar tan principal Y Pío XI colocó en el número de los santos al mismo sier-
como lo tiene en su culto el Corazón físico de Cristo, al que vo de Dios, insigne en virtudes y milagros, el primero en in-
los Padres y piadosos escritores contemplan abierto por la troducir y propagar el culto litúrgico de los Sagrados Corazo-
lanza en amor a los hombres y manando sangre y agua. nes de Jesús y de Muría M .
Lo cual no puede decirse del Corazón físico de la Vir- 2.° CONCILIOS PROVINCIALES Y OHISPOS, que recomiendan
gen, como afirma Lebrun: "Le sang de son coeur n'a pas el culto del Inmaculado Corazón de Muría:
empourpré les rochers du Calvaire. Le glaive qui transpersa
son ame, ne fut point un glaive matériel" is. -M P. i, a. 3, n. 4.
51
Deeret. 81 uií. 1805.
43
La dévotion au Coeur de Marie, M
Docrot. H. K. C. 21 jul. 1855.
v
Cceur admirabiU, 1. J, c 5, Dccrot. bentif. 11 abril 1909.
« O. c, p. 287. " Litt. decretales SI mayo 1925.
852 T. IV. DEL CULTO DE MARÍA C. 1. LEGITIMIDAD DEL CULTO MARIANO 853
a) El Concilio provincial de Reims del año 1853 dice: Dios ab aeterno para la redención humana, fué primeramen-
"Nunca la Madre ha de separarse del Hijo. Porque, como dice te mil izada en ti por el Artífice del mundo" 57.
San Bernardo (Serm. de duodecim stellis), "para con el me- Ricardo de San Lorenzo expone bellamente los servicios
diador es necesario otro mediador, y ninguno más útil a nos- que de su Corazón nos prestó María: "Del Corazón de la bien-
otros que María. De ahí que, cuando en la Iglesia, al correr de aventurada Virgen procedieron la fe y el consentimiento por
los tiempos, se establecen festividades nuevas para gloria de los cuales se inició la salud del mundo, y su mismo Corazón
Jesús, poco después se instituyen otras análogas en honor fui"! hallado digno, con preferencia a todas las criaturas, de
de María. Y expresamente consta que esto ha sucedido siem- recibir al Unigénito de Dios, cuando el Corazón del Padre
pre. Instaurado públicamente, con el favor divino, el culto rebosó el Verbo bueno que, saliendo del seno del mismo Pa-
del Corazón de Jesús, los fieles comenzaron a dar culto al Co- dre, se acogió al seno de la Madre Virgen. Así también en su
razón de María. Por tanto, a los que en nuestro clero tra- Corazón y en sus entrañas se encontraron la misericordia
bajan movidos por el espíritu de Dios, es decir, nuestros co- y lu verdad, cuando la divina justicia dio a la paz el ósculo
operadores en la obra de Dios, les exhortamos amorosamente de salvación. Además, su Corazón, dulce siempre y aman-
a que, sirviéndose del celo que los inflama por las almas, pro- tísimo, llenóse de amargura sobre cuanto puede imagi-
curen promover solícitamente el culto al Corazón de la narse viendo al Hijo crucificado, y el álveo todo de su alma
Virgen" 64. fué henchido por la compasión con el torrente de la pasión,
b) Muchos obispos de Francia, a mediados del siglo XVII, vulnerada entonces por nuestras iniquidades y triturada a su
aprobaron y recomendaron los libros escritos para explicar modo por nuestros crímenes. Ella llevó en las entrañas de
y defender el culto del Corazón Purísimo de María, y procu- su misericordia nuestros dolores y los del Hijo, nuestras
raron que se erigieran cofradías en honor, ya del Corazón enfermedades y las del Unigénito, porque entonces toda pla-
de la Santísima Virgen solamente, ya también de los Cora- ga fué tristeza para su Corazón dulcísimo (Eccli. 25)" 5S.
zones de Jesús y de María juntos, cofradías que los Sumos Raimundo Jordán (Idiota) dice: "Tú, ¡oh beatísima Vir-
Pontífices ratificaron y enriquecieron con privilegios y gra- gen María!, amaste a Dios tal como lo manda la Escritura.
cias 56. Amante a Dios también con todo tu corazón; porque tu Co-
3.° DOCTORES Y PIADOSOS ESCRITORES que, antes de que razón a ningún otro amor fué más inclinado que al amor
la Iglesia determinara cosa alguna sobre este culto, se mos- de Dios."
traron devotísimos del Corazón de María, celebraron su san- "Amaste naturalmente, ¡oh Virgen María!, a tu Hijo
tidad y purísimos afectos y recomendaron su devoción a las unigénito, Dios y hombre verdadero... Tú... amaste a tu
almas. unigénito Hijo en su carne, con santo amor, porque fo*
Así, Eadmero: "¿Qué alabanzas —dice—, qué gratitud mentaste y nutriste la carne de Cristo con tanto afán y
debe no sólo la humana naturaleza, sino toda criatura, a esta devoción que, distraída del amor de tu propia carne por el
Santísima Virgen? La pura santidad y la santísima pureza amor de la suya, le rendiste los afectos todos de tu Corazón
de su Corazón piadosísimo, superando con incomparable su- sagrado... Tú, ¡oh gloriosa Madre Virgen!, amaste a tu uni-
blimidad la pureza y santidad de toda criatura, merecie- génito Hijo espiritualmente, que es tanto como decir con
ron dignísimamente fuera constituida reparadora de todo el toda tu alma..."
orbe" 6S. "Con dilección plena, ¡oh beatísima Virgen!, observaste
San Bernardo escribe: "Abre, por tanto, ¡oh Madre de el precepto divino del amor de corazón y de obra, porque
misericordia!, la puerta de tu Corazón benignísimo a las an- amaste al prójimo como a ti misma, a saber: para servir a
gustiosas súplicas de los hijos de Adán... Tú no aborreces Dios, para ver a Dios, para poseer la vida eterna" 5U.
ni desprecias al pecador, por más corrompido que sea, si a tí San Hernardino de Siena exclama: "¿Qué mejor tesoro
suspira y pide tu intervención con corazón penitente... Ni es que el mismo amor divino, con el cual ardía hecho hoguera
extraño, ¡oh Señora!, si el consuelo ha sido derramado con el Corazón de la Virgen? De este Corazón, como de un horno
el óleo copiosísimo de la misericordia de tu Corazón, ya que de amor divino, sacó María palabras buenas, es decir, pala-
aquella obra inestimable de la misericordia, que predestinó bra < de caridad ardentísima" ÜU.
'" Üvprecal. ad glor. Virg. Mariam, entre las obras de San Ber-
61
BODBASSÉ, Summa Áurea, Bullarium Marianum, t. vil. nardo,
K
Nix, Cultux Se. Coráis ¡esu et Purissimi Coráis B. V. Mariae, "'
m
De laúd. I!. Muriae, 1. 11.
c. 6, a. 1. Covtcmplutiones de B. Virg., p. iv, contemp. 1, 2, 3.
68
De excell. Virg., c. 9. "" Serm. 9, De Visit. B. Virg.
854 P. IV. DEL CULTO DK MARÍA
C. 1. LEGITIMIDAD DEL CULTO MARIANO 855
Y San Pedro Canisio dice: "Hablando del Corazón de Ma- salvadores de la Santísima Virgen exigen y merecen un ho-
ría debe decirse que fué purísimo de tal modo, que ella, antes nor especial y la gratitud de los hombres?
que nadie, emitió su voto de virginidad; y fué humildísimo b) El corazón, simbólicamente considerado, es el sím-
hasta el punto de que, si también por alguna otra cosa, fué bolo del amor y de toda la vida afectiva. Por ello, en el Co-
principalmente por la humildad por la que mereció concebir razón de carne de la Santísima Virgen, en cuanto que es el
del Espíritu Santo al divino Emmanuel; y fué ferventísimo, símbolo de su vida afectiva, estaba toda su vida interior,
hasta abrasarse en un amor increíble a Dios y al prójimo, y toda su perfección moral, todo el tesoro de sus méritos y
fué, por último, fidelísimo en conservar y guardar todo lo que virtudes incomparables, todas las angustias y aflicciones que
obrara en su infancia, en su juventud y en su madurez" 61. padeció en su vida, los dolores, más acerbos que la muerte,
4.° POR LAS CONGREGACIONES RELIGIOSAS, que, fundadas sufridos junto a la cruz de Cristo, sus gozos temporales y
en los días de San Juan Eúdes, y principalmente a fines del eternos y, principalmente, su inmenso amor a Dios, a su
siglo xix, se propagaron extensamente, no sólo en Europa, Hijo y a los hombres, de tal modo que el Corazón Inmacula-
sino también en otras muchas regiones del orbe cristiano se- do de la Santísima Virgen era la expresión abreviada de todos
paradas entre sí por espacios inmensos de mar y de tierra. sus santísimos afectos, y en especial de su caridad ardiente
Estas Congregaciones, llamadas o de los Sagrados Corazones hacia Dios, hacia Cristo, Hijo suyo, y hacia los hombres y
de Jesús y María o del Inmaculado Corazón de la Virgen de todo aquello que, movida de esta caridad, sintió, obró
bienaventurada, tienen por fin establecer y difundir el culto y padeció y ahora siente y obra por la salvación humana.
de los Sagrados Corazones juntamente con otros trabajos Por tanto, debe afirmarse que es convenientísimo el culto
apostólicos de piedad y de beneficencia, según las posibilida- con que veneramos y celebramos todos estos santísimos afec-
des de cada una B2. Entre dichas Congregaciones, ya de hom- tos de la Santísima Virgen, simbolizados y expresados en su
bres, ya de mujeres consagradas particularmente al Corazón Corazón purísimo.
de María, merece citarse la de los Misioneros Hijos del In-
maculado Corazón de la Virgen bienaventurada, que en la
ciudad española de Vich, y por los años de 1848 fundara ARTICULO III
San Antonio María Claret, antiguo arzobispo de Cuba, pre-
clarísimo por su singular prudencia, mansedumbre y celo de
la salvación de las almas. DEL CULTO DE LAS RELIQUIAS E IMÁGENES Y DEL NOMBRE
SANTÍSIMO DE LA VIRGEN BIENAVENTURADA
5.° RAZÓN TEOLÓGICA.—El objeto adecuado del culto que
se tributa al Corazón Inmaculado de María es, como ya di- Estudiado el culto de la Virgen, Madre de Dios, y el de
jimos, el Corazón simbólico, o sea, el Corazón físico o de su Corazón Inmaculado, pasamos a dilucidar el culto de las
carne de la Santísima Virgen, en cuanto que es símbolo de reliquias, imágenes y nombre de María.
su amor, de su vida íntima y de todos sus purísimos afectos.
Ahora bien, este Corazón de María es digno de honor y de
veneración especial bajo los dos aspectos, física y simbólica- S I. CULTO DE LAS RELIQUIAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
mente considerado.
a) El corazón físico está íntimamente unido, como ya se Llámase reliquias en general a todo lo que de los cuerpos
ha dicho, a los afectos y pasiones humanas, ya del apetito de los santos quedó en la tierra después de haber salido ellos
sensitivo, ya de la misma voluntad, y, dada esta unión, aun- de esta vida.
que el corazón no sea la sede o el órgano propio de las pasio- Unas son reliquias en sentido estricto y otras en sentido
nes, es, sin embargo, instrumento del amor y de las otras lato.
afecciones de la vida psicológica, cuyos movimientos es el En Mentido estricto son reliquias los cuerpos de los san-
primero en percibir y recoger. Por tanto, el Corazón de María tos y todas sus partes, es decir, el cuerpo íntegro, o una
fué también instrumento del amor, del dolor, de la compa- porción sustancial o integral del mismo, como la cabeza, los
sión y de los demás afectos con los que concurrió a la reden- huesos, los brazos, etc.; o también aquellas partes que se
ción humana. ¿Y quién no ve que estos sentimientos y afectos consideran como apéndices o complementos del cuerpo hu-
mano, los cabellos, las uñas, etc., y aun los humores, como
De María Virg. incomp., 1. I, c. 13. la leche, la sangre, etc.
Cf. CAMPANA, Mana nel culto cattolico, sec. 4, c. 3, a. 1. Reliquias en sentido lato son todas aquellas cosas que los
856 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA
die, dice Ferrando, se asombra o niega que esta leche de la y Oviedo 72, en España, así como otras iglesias, porcio-
Virgen pueda encontrarse en varios sitios" 6S. nes de aquel velo y de otras vestiduras.
4.° Por lo que respecta a la reliquia de la sangre, no 6.° Finalmente, en este asunto de las reliquias es im-
hay iglesia alguna que afirme tener sangre verdadera de la portante tener en cuenta lo que Simenon advierte: "En es-
Santísima Virgen. Y en verdad que María no tuvo, viviendo tos tiempos, al indujo de las ciencias históricas, no pocas
en la tierra, ocasión de dejarnos la porción más pequeña de veces se suscitan dudas sobre la autenticidad de ciertas
su sangre, ya que jamás padeció enfermedad alguna ni murió reliquias."
de martirio o de muerte violenta, sino de amor divino, con "KM)as investigaciones son en sí misma5! laudables; pero
muerte dulcísima y extática 69. en cuanto al modo de llevarlas a cabo, el Código advierte:
Por tanto, si en algún sitio hubiera sangre de la Virgen, Los Ordinarios de los lugares no permita1!, sobre todo en
proviene de sus imágenes milagrosas, entre las cuales es ce- la predicación sagrada, en libros, en periódicos o comenta-
lebérrima la conocida bajo el título de Santa María de la rios destinados a fomentar la piedad, se traten cuestiones
Sangre, en la ciudad de Re, Valle Vigezzo, de la diócesis de sobre la autenticidad de las sagradas reliquias por meras
Novara, en Italia, coronada con diadema de oro por el emi- conjeturas, por razones solamente probables o por opiniones
nentísimo cardenal José Gamba, arzobispo de Turín, el 5 de prejuzgadas, principalmente con palabras que tengan sabor
agosto de 1928 70. de burla o de desprecio (canon 1.286)" 73.
5.° Entre las reliquias de la Santísima Virgen tomadas
en sentido lato debe citarse principalmente el ceñidor, cin- Cuestión 2. Si las reliquias de la Santísima Virgen deben
turón o cíngulo, el velo y otras vestiduras. - Ht'r honradas con culto sagrado y con qué clase de culto.
a) Los orientales tuvieron en gran veneración el ceñi-
dor de la Santísima Virgen. San Germán de Constantinopla Se trata del culto público que los fieles han de tributar
le prodiga eximias alabanzas, y su fiesta, que al principio a aquellas reliquias de la Santísima Virgen cuya genuini-
se celebraba en día feriado, llegó a ser una de las principales dad consta por documentos auténticos 74 o de aquellas otras
solemnidades. que, siendo venerandas por su antigüedad, deben conser-
Según el calendario griego que mandó hacer el empe- varse en la misma veneración que hasta el presente tuvie-
rador Basilio, fué llevado aquel cíngulo de Jerusalén a Cons- ron, a no ser que en algún caso particular conste por argu-
tantinopla por Arcadio, hijo de Teodosio el Grande, y de- mentos ciertos que son falsas o supuestas 75.
positado en Blandierais, desde donde se trasladó a la
Basílica de Calcopreteio de Bizancio, construida por Pulque- KRKORES.—El culto de las reliquias fué impugnado, des-
ría Augusta. pués de los maniqueos, por Vigilando, a quien refutó San
En Occidente, el ceñidor de la Virgen se guarda en Santa Jerónimo.
María la Mayor de Roma, adonde fué llevado, según Atilio Los protestantes renovaron este error, quienes, levan-
Serrano, desde Constantinopla, al ser ocupada por los turcos. tándose áspera e impetuosamente contra las reliquias de
También Aquisgrán, Brujas, Quentin, en la diócesis de Brien, la Santísima Virgen, niegan que existan tales reliquias, bur-
etcétera, se glorían de tener el cíngulo de la Virgen o una lándose de la piedad de los fieles, que califican de credulidad
de sus partes. exagerada y reprobable.
Prato, en Etruria, afirma que posee también un ceñidor
de la Virgen, aunque distinto del que se conservaba en Cons- TESIS. A las reliquias de la Santísima Virgen se tributa cul-
tantinopla y en otra ciudad cualquiera, pues, según la tra- to sagrado de hiperdulía, no absoluto, sino relativo.
dición de los pratenses, María se lo donó al apóstol Tomás PRIMERA, PARTE.—1.° El Concilio de Trento, en la se-
al ser llevada a los cielos. sión XXV, dice: "Manda el Santo Sínodo a los obispos y a
b) La iglesia de Chartres 71 posee el velo de la Virgen, todos los que tienen oficio y cuidado de enseñar que, con-
03
forme al uso de la Iglesia católica y apostólica..., instruyan
89
O. e. Cf. LLOR, La Tierra Santa, c. 2, 3.
70
Cf. p. II, e. 6, a. 4. ™ Cámara Santa. Sumario de las venerandas reliquias que encie-
Santuario delta Madonna del Sangue. Rev. mariana Mater, rra, 781929.
Dei,71 abril 1932. REL, an. xxvil, n. 1, julio 1935.
DELAPORTE, Le Voile de Notre Dame. Note sur Le Voile de No- " Codex Iuris Canonici, can. 1.283.
tre Dame. Fétes Mariales Chartres. 1927. ™ Ibíd., can. 1.285, § 2.
C. 1. LEGITIMIDAD DEL CULTO MARIANO 861
860 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA
diligentemente a los fieles acerca del honor y uso legítimo SEGUNDA PARTE.—1.° El Código de Derecho Canónico
de las reliquias..., de tal modo que a los que afirman que dice: "También a las sagradas imágenes y reliquias se debe
no se debe honor y veneración a las reliquias de los santos, veneración, y culto relativo a la persona a quien las imáge-
o que inútilmente son honradas por los fieles tanto ellas nes y reliquias se refieren" (can. 1.255, § 2).
como otros sagrados monumentos, y que vanamente se ce- 2.° RAZÓN TEOLÓGICA.—El culto relativo se debe a las
lebra la memoria de los santos para pedir su ayuda, deben cosas que no tienen propia excelencia intrínseca, sino extrín-
ser condenados totalmente, como ya antes los condenó y seca, o sea excelencia que existe en la persona a la cual se
al presente los condena la Iglesia" 76. refieren de algún modo aquellas cosas. Ahora bien, las re-
Y el Código de Derecho Canónico: "Bueno y provechoso liquias de la Santísima Vrgen, como todas las demás, no
es invocar con súplicas a los santos de Dios... y venerar sus tienen propia excelencia intrínseca para ser veneradas por
reliquias e imágenes" (can. 1.276). sí mininas, sino que se veneran por la excelencia extrínseca
2.° SANTOS PADRES Y ESCRITORES ECLESIÁSTICOS que re- de la persona, es decir, por la excelencia y dignidad de la
comiendan la veneración de las reliquias de María: Virgen y de los santos a los cuales especialmente se refie-
San Germán de Cpnstantinopla alaba en un sermón el ren. Por eso Santo Tomás, hablando en general de las re-
cíngulo de la Santísima Virgen de este modo: "Juntamente liquias, dice: "Que el cuerpo aquel insensible no es adora-
con ella (la fiesta de la Dedicación de la Inmaculada Ma- do por sí mismo, sino por el alma que le estuvo unida, que
dre de Dios, según la carne) brilla la festividad de la co- ahora goza de Dios, y por el mismo Dios, de quien fueron
locación y adoración de su venerando cíngulo. De aquel ministros" tt0.
cíngulo que estrechaba su santísimo cuerpo y que en su
seno rodeaba al Dios allí escondido. De aquel ceñidor que
elegante y graciosamente adornaba el arco de Dios. Pues § II. DEL CULTO DE LAS IMÁGENES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
si el vaso que contuvo por breve tiempo un ungüento con-
serva, aun derramado ya, persistentemente el aroma, ¿qué Imagen, palabra que proviene de imitar, es una seme-
ha de decirse de aquel cíngulo que tantos años envolvió y janza verdadera de la cosa que representa, en todo aquello
estrechó aquel ungüento divino no derramado, el purísimo que de algún modo la caracteriza o le conviene. Se dife-
e inmaculado cuerpo de la Madre de Dios?... ¡Oh cíngulo rencia del ídolo en que éste es una semejanza falsa de la
que ceñiste la fuente de la vida y que das la vida eterna a cosa, que representa lo que en realidad no es. Equivalente
los que te honran!" " . a la palabra ídolo es la de simulacro, que no dice semejan-
Del mismo modo celebra y prodiga sus alabanzas a esta za, sino más bien simulación, que implica siempre alguna
reliquia de la Virgen San Eutimio, patriarca de Constan- falsedad.
tinopla T8. La imagen puede considerarse o como cosa o en cuanto
que es imagen representativa de su ejemplar.
3.° RAZÓN TEOLÓGICA.—El que a otro profesa amor sue- Bajo el primer aspecto, o sea en cuanto que es una cosa
le venerar todo aquello que de él ha quedado a su muerte, cualquiera, como, por ejemplo, las imágenes que están ex-
ya su cuerpo o partes de su cuerpo, ya también sus cosas puestas en un museo, es claro que ni por la materia de que
externas, como los vestidos y otras semejantes VJ; esta cos- constan: oro, madera, mármol, telas, etc., ni por la forma
tumbre está ya consagrada por los hombres de todos loa artística que ostentan son dignas de veneración, aun cuan-
tiempos. Por tanto, deben ser convenientemente veneradas do en sí mismas sean admirables.
la? reliquias de la Santísima Virgen, ya que ella es más dig- Por tanto, en toda esta cuestión se trata del culto de
na de veneración que todos los santos; no las reliquias de las imágenes de María bajo el segundo aspecto, es decir,
su cuerpo o partes de su cuerpo, que ninguna quedó en la en cuanto que son formalmente representativas de su pro-
tierra, una vez elevada corporalmente a los cielos; pero totipo.
sí los vestidos o cosas semejantes santificados por el uso y
contacto de María mientras vivió en el mundo. IMd., ro,»p. mi '.;
modo que ninguna se obtenga de Dios si no es por la dis- m°nte conseguimos má^ fácilmente aquella vida cuyo prin-
pensación generosísima de su Madre, sin embargo, alguna cipio y fuente es Cristo" 6.
vez, como ya se ha dicho 1, nos obtiene la gracia aun sin ha- 2.° SANTOS PADRES, DOCTORES Y ESCRITORES ECLESIÁSTI-
berla pedido. COS.—San Efrén invoca así a María: "No ceses de interceder
4. a Indudablemente, el culto de María es medio conve- por nosotros, siervos tuyos indignos..., antes bien, líbra-
nientísimo para conseguir la salvación, pues con frecuencia, nos con tus preces de la condenación, guardándonos seguros
por la piedad y devoción para con ella, logran sus devotos hasta el fin, para que, siendo salvos por tu protección y ayu-
innumerables bienes divinos; pues, como dice San Buena- da..., demos por siempre gloria a sólo Dios".
ventura, "es auxiliadora y amadora de todos los que la ala- "El género humano... está pendiente de tu patrocinio, y
ban, como éstos mismos saben por experiencia" 2. a ti sola te tiene por refugio y defensa... He aquí que tam-
5. a La cuestión, por tanto, ha de plantearse de este bién yo vengo a tus plantas con ánimo ferviente, no atre-
modo: si el culto de la Santísima Virgen, en orden a nues- viéndome a llegar hasta tu Hijo, y suplicándote que, por
tra salvación, trasciende los límites de la conveniencia y tu intercesión junto a su trono, consiga la salvación eterna.
constituye cierta necesidad moral, de tal manera que sin él No desprecies a tu siervo, que en ti, después de Dios, tiene
sea muy difícil o casi moralmente imposible conseguir y, puesta toda su esperanza" 7.
sobre todo, conservar las gracias necesarias para nuestra
salvación. ¡ i San Germán de Constantinopla: "Poderosa es para sal-
6. a Finalmente, esta necesidad no ha de entenderse con varnos tu ayuda, ¡oh Madre de Dios!, ni ante El necesita la
respecto a los que la desconocen o ignoran invenciblemente, recomendación de nadie" 8.
sino a los que, conociéndola como Madre de Dios, o la des- "Nadie sino por ti, ¡oh santísima!, consigue la salvación.
precian o descuidan completamente el invocarla y tributar- Nadie sino por ti se libra de los males" 9.
la los honores debidos s . San Bernardo: "Hijitos míos, ésta es la escala de los pe-
cadores, ésta mi mayor confianza, ésta toda la razón de mi
ERRORES.—Los jansenistas, enemigos acérrimos del culto esperanza... Sólo por la gracia nos salvamos. Busquemos,
mariano, presentan a María en las advertencias VII-VII1 por tanto, la gracia, y busquémosla por María, porque lo que
hablando de este modo: "No pienses en honrarme como si ella busca lo encuentra y nunca queda defraudada" 10.
Dios no te fuera suficiente. Si amas a Dios, de nadie má¿
necesitas." Ricardo de San Lorenzo: "María glorificará en la vida
"No me honréis como si no pudierais sin mí llegar a Dios futura a los que la sirven y honran en la presente, por lo
por Cristo" 4. cual dice con su Hijo en el libro I de los Reyes (c. 2 ) : A
cualquiera que diere gloria a mí, yo se la daré; y los que me
TESIS. El culto de la Bienaventurada Virgen María es mo- desprecian, viles serán. Ella es la mujer graciosa que en-
ralmente necesario para la salvación. contró gracia para sí y gloria no sólo para sí, sino también
para con nosotros, porque nuestra Señora, a semejanza de
1.° MAGISTERIO DE LOS EOMANOS PONTÍFICES, que reco- su Hijo, dará la gracia y la gloria. De los que desdeñan su
miendan el culto mariano. Así León XIII dice: "Tanta es la servicio, no queriendo rogarla o alabarla, parece que su Hijo
grandeza de María, tanta la gracia de que goza ante Dios, la dice aquello de Jeremías: No ruegues por este pueblo, no
que el que, necesitando ayuda, no acude a ella, se parece al tomes por ellos alabanza y oración, ni te me opongas, por-
que pretende volar sin alas" 6. que no te escucharé" 1X.
San Pío X escribe: ¿Quién ignora que María es el ;{.° RAZÓN TEOLÓGICA.—La oración es necesaria para sal-
camino más seguro y expedito para unir a todos con Cris- varse, y así dice Santo Tomás: "Todo hombre está obligado
to?... Pues si, por la palabra de Cristo, la vida eterna es que a orar, por lo mismo que está obligado a procurarse bienes
te conozcan a ti y al que enviaste, Cristo Jesús, alcanzando
el conocimiento vital de Cristo por María, por María igual-
* Ene. Ad diem illum, 2 febr. 1Í04.
1
Cf. supra, p. iv, c. 2, a 2, q. 2. ' Ag. ni, 520-527, 5H2-53,'¡; Bovwt, 1. c.
2
In S Sent., d. 3. " Or. 2, In Dormit. Ii. Virginia.
8
Cf. T E B R I E N , O. C.
°
10
Sertn. in Zonam.
4
O. c. u
Serm. de A i¡utieductu.
6
Ene. Augustissimae Virginia Mariae, 13 sept. 1897. De laudib. B. Mariae, I. II.
892 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA O. 8. N10OEHIDAD DEL CULTO MARIANO 893
espirituales, que sólo Dios concede; y así no12de otro modo de gracia, que Pión lo concede por sus reiterados actos de
que pidiéndolos a Dios pueden conseguirse" . devoción a Muría" 1T.
Y esta necesidad de la oración es, según ley ordinaria, no
sólo de -precepto, sino también de medio 13. NOTA,- Con osla necesidad moral del culto a la Santí-
Nuestra oración se dirige primero y principalmente a sima Viraron que dejamos Mentada, se armoniza perfectamen-
Dios, de quien hemos de esperar todos los bienes; a los san- te el que no exista precepto al ¡i uno positivo de la Iglesia por
tos secundariamente, como nuestros patronos e intercesores el que estonios obligados a invocarla y honrarla especial-
ante la majestad divina. mente.
Pero aunque no hay prohibición ninguna de invocar a Lu Iglesia manda que no no rechace la devoción a Ma-
Dios de una manera inmediata, sin embargo, según el orden rín, cosa que apenas podría hacerse sin errar contra la fe;
establecido por El mismo en las cosas, a saber, que los ex- manda, por otra parte, observar en su honor algunas fies-
tremos se reduzcan a El por los medios 14, nuestras oracio- tas y aconseja y afirma de muchas maneras la utilidad y
nes, por las que pedimos los beneficios divinos, deben pre- necesidad de recurrir a María, por cuyas manos nos vienen
sentársele por medio de los santos, a quienes rogamos que tantos y tan grandes auxilios de salvación.
intercedan y pidan a Dios por nosotros. Ahora bien, entre Tampoco hay precepto positivo divino sobre el culto de
todos los santos, tiene el primero y singularísimo lugar la la Santísima Virgen, aunque en la Sagrada Escritura y en
Santísima Virgen, como lo expresa León XII en estas pala- la tradición cristiana abundan los testimonios que a él mue-
bras: "¿Quién de entre todos los celestiales bienaventurados ven y excitan.
se atreverá a compararse con la augusta Madre de Dios en Por cuto la necesidad del culto mariano es de derecho
merecer la gracia? ¿Y quién contemplará más claramente natural, no dirocto y explícito, sino indirecto e implícito, ya
en el Verbo eterno las angustias que nos oprimen y las ne-
cesidades que nos agobian? ¿A quién se le ha dado potestad que por derecho natural está mandado que busquemos los
más alta para conmover a Dios? ¿Quién podrá equipararse medios proporcionados a la consecución del fin que ha de
a ella en sentimientos de maternal piedad?" 15. hacernos (HCIIOHOH y evitemos todo lo que a él se oponga l s .
Ahora bien, por voluntad de Dios, es medio moralmente
Por eso dice Suárez: "Sabe muy bien la Iglesia que la in- necesario para salvarse la devoción a la Santísima Virgen,
tercesión y oración de la Virgen es útil y necesaria sobre la y un obstáculo no pequeño su abandono. Porque aunque Ma-
de todos los demás santos; a ella más que a ningún otro de- ría, por ser consorte de la redención humana, Madre nues-
bemos acudir en nuestras oraciones" 16. tra benignísima, dispensadora de todas las gracias y uni-
Y ciertamente que no tan sólo alguna o rara vez, sino versal abogada del linaje humano, socorra alguna vez a los
repetidas veces se ha de orar a la Santísima Virgen y pedir hombres aun sin que la rueguen, sin embargo, presta ayuda
su patrocinio, para librarse continuamente de pecados mor- más eficaz, a sus devotos cuando piadosamente la invocan 19.
tales y marchar siempre por el camino de la salvación eter ;
na, porque, como arguye Novato, "no es suficiente un solo
acto de devoción para que el hombre se preserve siempre del Cuestión 2. Si la singular devoción a la Santísima Virgen
pecado, sino tan sólo por algún tiempo; luego, para que en en Henal de predestinación.
todo el curso de la vida evite los pecados mortales en todo
momento, se requieren repetidos actos de devoción a la San- 1.° No puede dudarse que la predestinación de los ele-
tísima Virgen; y la razón está en que, aunque por algún acto gidos OH en sí misma tan cierta, que ninguno de ellos puede
de devoción a la Virgen consiga el nombre la divina gracia..., perderse, como consta en San Juan (10, 27-28), donde Cris-
es, sin embargo, tanta la debilidad de la condición humana y to dice: Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me si-
tan vehementes las tentaciones del demonio, que no le ec guen. Y yo les doy la vida eterna..., y ninguno las arrebatará
posible sostenerse mucho tiempo si no recibe nuevos dones de mi mano; y en el Apóstol (Rom. 8, 30): Y a los que pre-
destinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a ésto-i
12
In J, Sent., d. 15, q. 4, a 1, i n r e s p . ad 3.
ls
Cf. V E R M E E R S C H , Q. de virt. relig. et pietatis; LEROUX, Neces- " l)ei eminontia Deiparae Virg. Mnriae, t. II, c. 12, q. 2.
sitas orationis ad salutem, R E L , a n . XXII, n . 4, n. 1931. '" Cf. KHIIUBTTI, Inutitutiones l'hüosophiae Moralis, t. II, c. 2,
" S. T O M Á S , Suppl, q. 72, a 2. m«cl. 2, u 1.
15
E n e . Augustissimae Virginis, 12 s e p t . 1897. '" CAitiiicitiHT, La Vicrge Marie, p. m , c. 4 ; SALVADOR RAMÓN,
M
In 3. d. 2 3 . sect. 3. Teología Mañana,, p . n i , q. 1 5 ; GARCÍA GARCÉS, Títulos y grandezas
de María, ap. I.
C. 3. NECESIDAD DEL CULTO MARIANO 895
8S'4 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA
invoque será despreciado, y ningún devoto tuyo será ajeno do. No quisiera yo que en algo se amenguara el culto de
a mí" 81. María" 3e.
San Alfonso María de Ligorio: "E impossibile che si De este hereje dice Francisco Lodviscio Bona: "¡Ojalá
damni un divoto de Maria, che fedelmente l'ossequia ed a que todo lo que escribió fuera así!" 37.
Lei si raccomanda" 32.
Finalmente, teólogos de todas las escuelas ponen la de- Cuestión 3. Cuál sea la singular devoción a la Santísima
voción a la gloriosísima Madre de Dios como signo de pre-
destinación eterna. Gonet dice: "El quinto indicio de pre- Virgen que se revela como signo de predestinación
destinación es la singular devoción a la Santísima Virgen, eterna.
que es como una vía láctea por la que caminan los elegi- 1.° Tres especies de devoción a María pueden distinguir-
dos hacia el palacio del Eey del cielo y como la mística se: perfecta, imperfecta y falsa.
escala de Jacob por la que Dios desciende a la tierra y el Devoción perfecta es la de aquel que honra y ofrece sus
hombre sube a los cielos" 33. obsequios a María, imitándola, a la vez, en la fuga del pe-
Y Hurter afirma: "Así como es prenda de salvación la cado, observancia de la ley divina y perfecto amor de Dios.
piedad para con Cristo, de igual modo es signo de elección La devoción imperfecta presenta dos matices diversos. Es
la piedad constante para con su Madre. No es posible que menos imperfecta la de aquel que honra y obsequia a María
el que venera con filial piedad a la Madre de Cristo no sea y, aunque gimiendo todavía bajo el yugo del pecado, tiene
por Cristo, que ama y engrandece a su Madre, colmado de voluntad actual de convertirse y pide para ello ayuda a la
premios y mercedes" s4 . Santísima Virgen.
2.° RAZÓN TEOLÓGICA.—Todos los teólogos convienen en Es más imperfecta la de aquel que honra a María y, aun-
afirmar que la vida eterna se da como premio de las buenas que viva en el pecado y no tenga voluntad actual de arre-
obras hechas en gracia durante la vida, es decir, de los pentirse, no rechaza, empero, todo propósito de penitencia,
méritos, virtudes y trabajos en el estadio de la vida espiri- sino que espera, con la ayuda de la Virgen, salir del pecado
tual mientras vivimos en la tierra. Todo esto depende ordi- y reconciliarse con Dios, al menos al fin de su vida.
nariamente en los hombres de la devoción que tienen a la Devoción falsa es la de aquellos que, por algunas devo-
Santísima Virgen, pues es claro que cuando en alguno se cioncillas y obsequios exteriores tributados a la Santísima
enfría esta devoción, toda la vida espiritual se debilita, y Virgen, no sólo se imaginan poder persistir con seguridad en
cuando aquélla es más fervorosa, tanto más se aviva ésta y sus pecados y enfangarse impunemente en sus apetitos des-
recibe mayores incrementos. ordenados, sino que además presumen impíamente que, con
COROLARIO.—Así como la devoción sincera hacia la San- la ayuda de la Virgen, han de terminar su mala vida con la
tísima Virgen se tiene como señal de predestinación, del muerte de los santos y conseguir la salvación eterna.
mismo modo su desprecio y aversión es fatal augurio de per- Esta falsa devoción, como Francisco l'Argentán la des-
dición eterna. cribe, es "la dévotion qui est sans amour et méme sans le
Por eso dice San Germán de Constantinopla: "Cuando tu désir de Famour, celle des gens qui se persuadent que c'esi
Hijo venga a juzgar en justicia toda la tierra, lo verán y assez de quelques marques extérieures de dévotion envers la
llorarán cuantos, creyéndolo, no quisieron confesarte a ti Sainte Vierge pour étre sur de son salut" 38.
Madre de Dios; entonces conocerán, al fin, de qué tesoro con 2.° Es claro que la devoción perfecta a María, constan-
perverso ánimo se privaron" S5. temente practicada, es signo verdadero de predestinación,
Esta falta de piedad hacia María fué reconocida como sig- como claramente se demuestra por los testimonios de los
no de reprobación aun por el hereje Ecolampadio, al decir: Santos Padres y doctores de la Iglesia antes citados.
"Jamás se oiga de mí que soy hostil a María, de quien pen- 30
Serm. de laúd. Virginis.
sar menos bien juzgo ser indicio cierto de espíritu reproba- 37
Defensio B. V. Mariae et piorwm cultorum illius.
38
Conférences théologiques et spirituelles. Cf. PELBERTO DE T E -
31
De triumphali Christi agone, c. 18. MESWAR, Pomer. seu Stell., 1. XII, p. II, a. 2; NOVATO, De emin. Dei-
32
Glorie di Mana, c. 8, § 3. parae, t. n, praxis; PLAZZA, Vindic. devolio, p. n, c. 8; SEGNERI,
33
Clypeus Theol. Thomist., vol. II, tr. 5, d. 6. II divoto di María; CRASSET, La véritable dévotion envers la Sain-
31
De Verbo Incarn., c. 6, schol. te Vierge; TROMBELLI, De cultu publico ab Ecclesia B. Mariae ex-
35
Serm. 2, In Dormit. hibito, d. 2, sect. 3; NAZARIO PÉREZ, La devoción a Nuestra Seño-
ra y la eterna predestinación, etc.
Tr. de la Virgen Santísima. 2i
898 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA C. 3. NECESIDAD DEL CULTO MARIANO g99
3.° También es cierto que la devoción falsa de ninguna los pecadores, con Teófilo, golpeando sus pechos pecadores
manera es signo de predestinación; más aún, los que así se y llorando lágrimas del alma, y ellos también, si están ver-
llaman devotos de María la injurian con descaro, ya por pre- • daderamente arrepentidos, alcanzarán misericordia" 44.
sumir impía y temerariamente de su misericordia, ya por San Pedro Damiano: "Que no se canse tu mano cuando
manchar su culto con tantos crímenes. Por lo cual dice San busques ocasiones de salvar a los míseros y de derramar mi-
Alfonso de Ligorio: "Tali presontuosi... meritano castigo, sericordia; pues tu gloria no se disminuye, antes bien se au-
non misericordia" 30. menta, cuando reciben el perdón los penitentes y los justi-
4.° Por tanto, la cuestión se limita a la devoción imper- ficados la gloria" 45.
fecta, esto es, si también ella es o no señal de predestinación El papa Inocencio I I I : "El oue yace en la noche de la
eterna. culpa mire a la luna, ruegue a María, para que ella, por su
Hijo, ilumine su corazón con luz de penitencia. ¿Quién la in-
ERRORES. — Los jansenistas, como acostumbran, para
vocó en la noche y no fué por ella escuchado?" *«.
arrancar a los fieles toda esperanza de salvación puesta en Adán, abad de Persenia: "María es nuestro puerto y el
la piedad y devoción a la Santísima Virgen, la presentan ha- áncora de mi esperanza; ella es la mujer fuerte, fecunda y
blando de este modo en la advertencia I I I : "No creas que poderosa a la que hemos de acudir nosotros, débiles e indi-
porque me tributes algún culto eres predestinado, si no tie- gentes... No desconfíe el reo; nuestra misma Madre, que a
nes caridad. Sólo el amor distingue entre los hijos de Dios y nuestro propio Juez engendrara, hízole también, de Juez,
los hijos del diablo" 40. Abogado para nosotros... Si deseas el perdón para tu culpa,
Pero eso es demasiado absurdo; de ello se seguiría que mira confiado a María y obtendrás misericordia" 47.
ninguno de los que están en pecado mortal es predestinado; Santo Tomás de Aquino: "Ella es el templo de Dios, ma-
y como, por otra parte, de no predestinado nadie puede ha- ravilloso sobre todos los santos..., porque ha sido privilegia-
cerse predestinado, es lógico concluir que los príncipes de do con dignidad inmensa para que todos los reos y malhe-
los apóstoles Pedro y Pablo y otros grandes santos, como chores que de todo corazón a él se acojan se salven" 48.
María Magdalena, San Agustín, etc., no eran predestinados. Y Bernardino de Bustos: "¡Oh cristiano!, te anuncio una
A la opinión jansenista se unieron Choiseul, Baillet, Mura- buena nueva: cuanto María es más poderosa para con Dios
tori 41, etc. que todos los santos, tanto más fervorosa y diligentemente
Pero, en contra de todo esto, ha de afirmarse que aun la intercede por nosotros. Y así, ¡oh pecador!, no te dejes hun-
devoción imperfecta a María es signo de predestinación, aun- dir en el abismo de la desesperación, sino más bien acude
que imperfecto y remoto. confiadamente a esta poderosísima y clementísima abogada;
a) San Efrén y otros Padres y escritores 42 llaman a ella te socorrerá sin duda alguna, porque puede hacerlo. Pues
María Refugio de pecadores, y la Iglesia en las letanías la si pudo hacer hombre a Dios, y al Criador criatura..., y si
aclama diciendo: Refugio de pecadores, ruega por nosotros, con sus dulzuras y virtudes pudo traer al mismo Dios desde
a fin de que los pecadores, acogiéndose a él, no sigan pecando el cieio a la tierra, podrá más fácilmente llevarnos a nos-
y se salven. otros desde la tierra al cielo" 49.
San Ildefonso de Toledo invita a aquel judío a quien b) La devoción imperfecta hacia la Santísima Virgen
redarguye en sus escritos a que acuda a la Santísima Vir- presenta, como dijimos, un doble modo, a saber: menos im-
gen, diciendo: "Ven ya conmigo a esta Virgen, no sea que, perfecto y más imperfecto, entre los cuales existe esta má-
sin ella, camines apresuradamente hacía el infierno. Ven, es- xima diferencia: en el primero hay voluntad actual de salir
condámonos bajo el manto de su virtud, para que no te en- del pecado; en el segundo no se rechaza total y perpetua-
vuelva la confusión, como capa de doble vuelta. Ven, confese- mente el deseo de arrepentimiento.
mos yo los delitos de mi juventud y de mi ignorancia, tú los En uno y otro modo pueden los pecadores, teniendo de-
pecados de tu sacrilegio y de tu crimen, para que no revelen voción a la Santísima Virgen y perseverando en ella piado.
los cielos tus iniquidades" 43.
Fulberto de Chartres dice: "Vengan, por tanto, a María " Serm. 1, De Nativit. B. Virginis.
" Marial., serm. 2, De Coronat. B. Virginis.
SB
Glorie di Maria, c. 8. " Serm. 1, De Nativit. B. Virginis, entre las obras de San Pe-
'" O. c. dro Damiano.
a
DUBLANCHY, DTC, t. IX, c. 2.457. " Serm. 2. In Assumpt. Marine.
u
a
P. IV, c. 2, q. 2. Serm. 5, De Assumpt. Mariae.
48
Lab. de Virginitate B. Virginis, c. 4. " Serm. in, Purificat. S. Mariae. _ ,
P. IV. DEL CULTO DE MARÍA
C. 3. NECESIDAD DEL CULTO MARIANO 901
sámente, fomentar la esperanza de ser recibidos benigna- De aouí que Petitalot diga: "La planche de salut qui res-
mente por la Madre de misericordia y conseguir por su pa- te au pécheur, c'est sa dévotion á la tres Sainte Vierge, si
trocinio la gracia de la verdadera penitencia y, finalmente, imparfaite qu'elle soit. Ce eme Ton fait pour elle, ne peut
la de la salvación eterna. pas rester sans recompense. Les actions des pécheurs ne mé-
«) Y en verdad que los pecadores que honran a María ritent pas grand chose; mais Marie est si bonne qu'elle tient
con voluntad actual de abandonar el pecado pueden pruden- compte de la plus petite intention. Une pratique conservée
temente esperar de la Santísima Virgen eficaz ayuda de sal- en son honneur, c'est una étincelle cachee sous la cendre,
vación. qui pourra plus tard, sous le souffle de cette tendré Mere,
Aunque a María le sea más acepta la devoción de los jus- rallumer dans un coeur la flamme de l'amour divin. Et quand
tos o de los pecadores sinceramente arrepentidos, le es grata, l'amour de Dieu peut s'allumer dans un coeur, il y a vite
sin embargo, la del pecador que no ha hecho todavía com- consummé tous les débris du vice; il a vite rendu h une ame
pleta penitencia; porque si son formalmente buenos los ac- sa beauté, sa noblesse, son droit á l'héritage du ciel" 52.
tos del pecador antes de su justificación, como son los actos No faltan ejemplos de algunos que, sin actual propósito
de fe, esperanza, de temor del infierno, etc., también es bue- de cambiar de vida, han llegado a convertirse a verdadera
na la devoción del pecador que aspira a la penitencia, im- penitencia por los frecuentes y aun cotidianos obsequios do
plorando asiduamente la ayuda de María y pidiendo la gra- devoción a la Santísima Virgen.
cia de la contrición, que no en balde espera ha de conseguir Por eso Terrien, refiriendo las palabras de Pavy, obispo
por su intercesión poderosa, ya que, como dice Ricardo de de Argel, dice: "Combien de conversions dont l'évidente ori-
San Lorenzo, "¿acaso la Madre de misericordia, llena de gine se rencontre, sous les ruines de l'éducation religieuse,
gracia, puede despreciar al que de corazón invoca su santo dans un dernier débris de dévotion pour Marie, conservé par
nombre?" le souvenir d'une mere ou d'une soeur, dans un Ave María
"¿Acaso es posible que quiera rechazar al que devotamen- recité tous le soirs, dans un scapulaire, dans une médaille
religieusement portee sur la poitrine, dans una messe enten-
te la saluda? Siendo Madre del Rey de reyes, Reina del cielo, due réguliérement á certaíns jours, en l'honneur de la Reine
Señora de los ángeles, si quiere salvar a uno, no será para du ciel?" 63.
ella cosa grave" 50.
¡5) Los mismos pecadores que no tienen aún voluntad Sin embargo, siempre es de temer que estos pecadores,
arrastrados y gravados por el peso de sus crímenes, se
actual de abandonar el pecado, pero que tampoco excluyen endurezcan en el pecado e, infieles a los deberes de la vida
para siempre el propósito de hacer penitencia, pueden abri- cristiana, abandonen también la devoción a la Virgen, y al
gar esperanza de salvación mediante el patrocinio de María, fin perezcan miserablemente.
como lo expresan estas palabras de Benedicto XIV: "Para Es, por tanto, necesario precaverles cuidadosamente con-
que nadie, con ánimo de desacreditarnos, tome en otro sen- tra el abandono del último remedio que les queda y acon-
tido nuestras palabras, como si hubiéramos enseñado que el sejarles que no cesen de apelar a la Madre de misericordia,
pecador debe abandonar el culto de la Santísima Virgen, y como San Sabas la suplicaba llorando: "He consumido todo
que nada le aprovechan las preces y otros actos piadosos mi tiempo en una vida maltrecha, hasta llevar mi alma man-
si no piensa en su conversión, ha de advertirse que esto chada de lascivia y mi cuerpo afeado de todo género de
de ninguna manera se sigue de las proposiciones sentadas impurezas; mi pensamiento mismo está infectado de tor-
anteriormente; pues la oración del pecador es impetratoria pezas y todas mis acciones profanadas por los mayores
por mera misericordia divina, con tal que pida para sí con pecados; en todo cuanto soy he merecido definitiva conde-
piadosa perseverancia lo necesario a la salvación, como dice nación. ¿Dónde huiré? ¿O en dónde buscaré socorro sino
Santo Tomás (2-2, q. 83, a. 6 ) : "Pues es posible que por la en ti, oh Señora? Yo te ruego que se conmuevan tus entra-
divina misericordia sea escuchada la oración del pecador, ñas y que te apresures a salvarme" 54.
si no está tan obstinado que rechace para siempre todo
propósito de penitencia, y con devoción piadosa y fe firme COROLARIO.—Como la devoción a la gloriosísima Virgen es
persevere en la oración, pidiendo a Dios los auxilios que señal de predestinación, sigúese que la esperanza de salvar-
necesita para conseguir la salvación eterna" 51. a
63
La Vierge Mere d'aprés la Théologie, c. 25.
M
O. c, 1. x, c. 1.
60
De laudib. B. Virginü, 1. IV. In Menaeis, 17 febr.; VELÁZQUHZ, O. C, 1. m , adn. 20.
a
De festis B. M. Virginis, 1. n, c. 6.
962 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA C. 3. NECESIDAD DEL CULTO MARIANO 903
se por este medio ha de proporcionarse a la misma devoción, 1.° María les prodiga beneficios espirituales, como causa
de suerte que será mayor o menor según el grado más o me- ejemplar y como causa impetratoria.
nos perfecto de la devoción a María. Por tanto, mientras la a) Como causa ejemplar.—Es imposible que el que tri-
devoción perfecta es título para fundamentar en los devo- buta culto a María no se sienta poco a poco imbuido de su es-
tos de la Virgen firme esperanza de salvación, la imperfecta píritu y de sus sentimientos y no imite sus virtudes: "Jamás
no les da derecho sino a una esperanza más débil. leí, dice San Buenaventura, que uno solo de los santos no
Sin embargo, aun con esta señal de la devoción a María, tuviera devoción especial a la gloriosa Virgen" 57.
sea la que fuere, nunca debe abandonarnos el temor de la Por eso la miraron siempre como deefiado perenne de
salvación eterna, pues, como dice San Agustín, "los mismos toda santidad y de todas las virtudes, ya los que siguen la
que bien caminan, teman, ya que no se sabe quiénes son los senda de la perfección común por la observancia de los pre-
que llegan" 05. ceptos, ya los que emprendieron vida más santa por la prac-
tica de los consejos evangélicos.
Y es que María no sólo se presenta, después de Cristo,
ARTICULO II como ejemplar absoluto de perfección en el cumplimiento de
los mandatos divinos, sino también en la obediencia más
DE LA UTILIDAD DEL CULTO DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN pronta, en la pobreza voluntaria y, sobre todo, en la virgi-
MARÍA nidad más pura, flor suavísima de pureza, que gracias a!
ejemplo de María, Madre y maestra de la virginidad, fué
Estudiada ya la necesidad del culto de María, trataremos conocida, apreciada y cultivada por tantos homores y mu-
de conocer en este artículo las muchas utilidades que de él jeres que a través de todos los tiempos de la Iglesia vivieron
pueden derivarse. en esta vida mortal como ángeles inmortales.
Aquello que en general dice el Apóstol (1 Tim. 4, 8) de b) A manera de causa impetratoria.—Aunque María,
que la piedad vale para todo, porque tiene promesa de la por sus oficios de Madre nuestra piadosísima, de Abogada y
vida que ahora es y de la que ha de ser, puede adaptarse Patrona universal de los hombres, dispense a todos auxilios
especialmente al culto de María, en conformidad con lo que suficientes para salvarse, sin embargo, los auxilios eficaces no
pide la Iglesia en la Natividad de la Santísima Virgen: "Para se dan ordinariamente a los adultos sin una verdadera devo-
que se nos concedan remedios de vida temporal y eterna" eo. ción a la Santísima Virgen.
La utilidad del culto mariano ha de considerarse prime- Porque, como dice tóan Buenaventura, "aunque la gracia
ro bajo el aspecto individual, y segundo, bajo el aspecto de la Virgen redunde en todos... en cuanto a la suficiencia,
social. no es así en cuanto a la eficacia, sino tan sólo en aquellos
que se hacen iuóneos para recibirla" " .
§ 1. DE LA UTILIDAD DEL CULTO MARIANO CON RESPECTO Esta idoneidad o preparación para recibir más auxilios
A LOS INDIVIDUOS de la gracia o para experimentar más la beneficencia de
María, está en la mayor devoción de los hombres hacia ella.
La utilidad del culto mariano bajo este aspecto, o sea, con De aquí que Selumayr, después de decir que la causa
relación a los individuos que honran a María, puede consi- primaria de la mayor beneficencia de la Virgen para con
derarse en cuanto a la vida presente y en cuanto a la vida nosotros es Dios, quien por altísimos y justísimos juicios es,
futura. sin embargo, más benéfico con unos que con otros, ya que a
algunos les concede medios eficaces de salvación que a otros
Cuestión 1. Qué utilidades o provechos obtienen los de^ niega, añade: "Porque como Dios, según el común axioma,
nos crea ciertamente sin nosotros, pero no quiere salvarnos
votos de María en la presente vida. sin nobotros, de aquí que nuestra salvación in executione
depende de nosotros, y, por tanto, regularmente, la causa de
Son innumerables los beneficios, ya espirituales, ya tem- la mayor beneficencia de la Santísima Virgen para con nos-
porales, obtenidos por los devotos de la Santísima Virgen otros es, después de Dios, nuestra mayor devoción a ella,
mientras viven en la tierra.
K w
De corrept. et grat., c. 13. Serm. 2, In Purific. B. Virg. Mariae.
M 88
Postcom. in Missa Nativ. B.. Virginia. Serm. 1, De Annunt. B. Virg. Moriae.
C. 3. NECESIDAD DEL CULTO MARIANO 305
904 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA
en cuanto que esta devoción mueve a Dios y a la Virgen a Y San Amadeo de Lausana: "No es sólo salud de las al-
concedernos medios eficaces de salvación eterna" 69. mas, sino que también provee con piadosa diligencia a la
Y en verdad que los más devotos de María suelen ser sus salud y necesidad de nuestros cuerpos y los cura" 63.
mejores hijos, porque ella misma, no sólo por ley general de c) Por eso en las letanías es aclamada Salud de los en-
Cristo (lo. 19, 26), sino también por especial razón, es Ma- fermos. Dios es ciertamente el que sana (Mich. 6, 9 ) ; pero
dre de ellos en cuanto que ellos mismos, como hijos genui- María es la que le mueve a dar la salud. Y aunque no siem-
nos, por un acto propio de su voluntad y propia devoción, pre obtenga inmediatamente la salud corporal a los enfer-
mos, puesto que no siempre atiende a nuestra voluntad, sino
la reciben y tienen por Madre, la reverencian y la aman más bien a nuestra utilidad, no por ello deja de ser salud de
se ponsen bajo su tutela y se acogen a su regazo. Y ya se los enfermos; pues con su ayuda nos hace siempre mayor
sabe que la madre defiende más en los peligros, y ayuda más beneficio que el que pedimos en nuestras súplicas, alivián-
en las necesidades, y cuida con más dulce y maternal cariño donos con suaves consuelos o infundiéndonos cristiana for-
a aquellos hijos que gustan refugiarse en su seno. taleza, mucho más saludable que la salud del cuerpo.
Por esto, mientras que, ordinariamente hablando, carecen Por tanto, al pedir a María la recuperación de la salud
de auxilios eficaces de salvación los que no tienen ninguna 0 el retorno de las fuerzas, es conveniente que pongamos a
devoción a María, la misma Virgen Santísima consigue más disposición de su voluntad benignísima todo nuestro ser y
o menos medios de salud, según el mayor o menor sentimien- nuestras miserias corporales, de tal modo que la roguemos
to de devoción que la profesan los hombres, y, por tanto, a como el leproso a Jesús: Señor, si quieres, puedes limpiar-
sus hijos que verdadera, fiel y fervorosamente la honran, les mr (Mt.8,2). . ,.;.:.'.¡
obtiene más abundantes gracias y hasta el mismo don de la
perseverancia final.
2.° De manos de María suelen obtener sus devotos no ( uestión 2. Qué provechos o beneficios obtendrán en la
sólo bienes espirituales, sino también temporales y externos, vida futura los devotos de María.
como prosperidad en los sucesos, ayuda en las tribulaciones,
incolumidad en los peligros de mar y tierra, fortaleza y salud En esta cuestión estúdianse dos cosas: el tránsito de los
en las miserias del cuerpo, como enfermedades, dolores, ce- hombres de esta vida a la otra y el estado que ha de tener
gueras, heridas y males semejantes. 01 hombre en la vida futura.
a) Cuando en 1884 la peste asiática invadió algunas re- a) En el tránsito a la vida futura debe considerarse, en
giones de Italia, S. S. León XIII exhortaba a los fieles a im- primer lugar, el hecho de separarse el alma del cuerpo por
plorar el auxilio de María para hacerla desaparecer: "Ha de jn muerte, y en segundo, el juicio particular de cada una de
acudirse a María, a aquella que la Iglesia llama, con razón, litH almas, una vez que la muerte las separa del cuerpo.
salvadora, auxiliadora, preservadora, para que, benigna y vo- b) El estado de cada hombre en la otra vida es o de
luntariamente, preste su ayuda, implorada con preces que le bienaventuranza, o de condenación, o de purificación.
son muy aceptas, y aleje de nosotros la maligna peste" 60. c) Como ya tratamos anteriormente 64 de la ayuda de la
b) De aquí que San Germán de Constantinopla se dirija Kimtísima Virgen con respecto a estos estados, limitamos la
a María diciendo: "Medicina de mis incurables llagas, paño cuestión presente al estudio de la asistencia de María a sus
de mis lágrimas, consuelo de mis gemidos, fuga de mis ca- devotos, ya en la hora de la muerte, ya en el juicio divino.
lamidades, alivio de mis dolores" 61.
San Juan Damasceno presenta a María hablando de este f. La asistencia de la Santísima Virgen a sus devotos
modo: "Yo soy laboratorio de medicina para los enfermos. en la hora de la muerte es indudable.
Yo fuente inexhausta de salud... Yo clamo a todos evangé-
licamente: Todo el que desee la curación de sus enfermeda- a) S. S. Benedicto XV enseña que debe esperarse de la
des, la destrucción de los vicios, la limpieza de los pecados, ¡-¡iMii.ÍHima Virgen la gracia de una buena muerte, diciendo:
la remoción de cualesquiera calamidades, el descanso del "\ i i, por esta razón, es cierto que del tesoro de la redención
reino celestial, venga a mí confiadamente" 62. iv. iblmoa todo género de gracias, y son como repartidas pol-
69
ín minio de la misma Virgen Dolorosa, es claro que de ella
Theol. Mariana, p. III, q. 12, a. 5.
80
91
Ene. Superiore anno, 30 agosto 1884. llciin. 8, De laudib. B. "Virginia.
Serm. 2, In Praesentat. Deiparae. <'C. p. III, c. 4, q. 7 et seq.
w
Serm. 2, In Dormit.
906 P. IV. BEL CULTO DE MARÍA
C. 3 . NECESIDAD DEL CULTO MARIANO
han de esperar los hombres una santa muerte, ya que prin- condenación eterna en el tremendo día del juicio y uniéndo-
cipalmente por este don se completa de un modo eficaz y per- me, al fin, al número de los justos" 71.
petuo en cada uno de ellos la obra de la redención" 65. San Buenaventura: "Di, por tanto, ¡oh alma mía!, po-
b) Esto mismo enseñan los Padres, escritores piadosos niendo en ella gran confianza: "Me gozaré y alegraré, por-
y teólogos. Así, San Efrén dice: "Asísteme ahora y siempre, que todo lo que de mí ha de juzgarse está pendiente de la
¡oh Virgen Madre de Dios, Madre benigna y clemente de mi- sentencia de la Madre' y del Hermano" 72.
sericordia, protectora fervorosa en el transcurso de la pre- "¡Oh María, abogada nuestra en el juicio de nuestras al-
sente vida... y guardadora de mi alma en el último ins- mas!" 73.
tante!" 6e. Ricardo de San Lorenzo: "Si eres pecador y temes al Juez,
San Bernardo: "Su extensión (la de la misericordia de ella le detiene... Mira, por tanto, que tu causa sea buena" 74.
María) llega, socorriendo a todos los que la invocan, hasta el Y San Antonino de Florencia, hablando de María como
último día" «*". abogada de los hombres, dice: "La sabiduría y elocuencia del
San Buenaventura: "En el día de mi muerte, ¡oh Seño- abogado se manifiesta en tres cosas, a saber: que triunfe
ra!, conforta mi alma; llévame al puerto de la salud, devuel- ante un juez justo y sabio; de un enemigo sagaz y astuto, y
ve mi espíritu a su Creador... No nos abandones en el tiem- en una causa desesperada. Esto ocurre en la Santísima Vir-.
po de nuestra muerte; socorre a nuestra alma al abandonar gen con respecto a Dios, juez sapientísimo y justo; contra el
el cuerpo" 6S. diablo, sagacísimo enemigo, y en una causa desesperadísima
Y Alfonso Salmerón: "Por el hecho de haber asistido Ma- entre Dios y el hombre, en la cual ninguno de los hombres
ría a Cristo al nacer y al morir, hízose digna de ayudar como que la precedieron se atrevió a hablar" 76.
Madre piadosísima a los hombres en su nacimiento de hijos De aquí que Seldmayr diga: "Ea, pues, abogada nuestra.
de Dios y de socorrernos singularmente en nuestra muerte, Tal es principalmente en el divino juicio" 76.
por la cual nacemos para Dios en la gloria" 69. 2.° Cómo ha de entenderse esta asistencia de María en
c) Por eso la Iglesia ruega a María de este modo: el juicio de Dios, lo indicaremos brevemente.
a) Discusión de la causa.—Aunque el juicio humano exi-
María, Madre de gracia, ja previamente la discusión de la causa, no puede decirse que
Madre dulce de clemencia, en el juicio divino, hablando propiamente, ocurra otro tan-
defiéndenos del enemigo ln; porque Dios con un solo acto de su entendimiento cono-
y recíbenos en la hora de la muerte 70
. ce perfecta y totalmente desde toda la eternidad todos los
méritos y deméritos de los hombres.
b) Intimación de la sentencia.—La sentencia del juicio
II. Asistencia de la Santísima Virgen en el juicio divino. divino, por dirigirse a las almas ya separadas del cuerpo y
HÍii otras operaciones que las de la vida intelectual, no se les
Los jansenistas no admiten que la Santísima Virgen ayu- Intima por medio de palabras, sino de un modo espiritual;
de en el divino juicio a los pecadores que le fueron devotos: ÜN decir, por locuciones o manifestaciones intelectuales, por
y así Windenfeldt pone estas palabras en labios de María: IIIH que el alma conoce su estado, el juicio que de ella se ha
"Lejos de mí el que yo defienda en el juicio a estos degene- hwlio y el resultado del juicio.
rados." Pronunciada la sentencia en el juicio, ejecútase inmedia-
1.° Pero que la Santísima Virgen es abogada de sus de- liimcnte, y el alma entra en el cielo, en el purgatorio o en el
votos en el juicio divino lo enseña San Efrén, diciendo: lniii'mo.
"Asísteme ahora y siempre, ¡oh Virgen Madre de Dios, Ma- Testigos.—Aunque, en opinión de algunos, intervie-
dre benigna y clemente de misericordia!..., librándome de la TI el juicio tanto los ángeles custodios y otros patronos
65
Litt. apost. ínter sodalitia, 22 marzo 1918.
60
Ag.. ni; BOVER, 1. e.
67
Serm. 1, De Assumptione. Soliloquium, e l .
M
In Ps. Kxpos. super Salve Regina.
M
Comm. in Evang. historiam, t. III. tr. 5. De laúd. B. Mariae, I. x.
70
Offic. parvum B. M, Virginis, Hymiv. ad Completorium. Surnm. p. IV, tít. 15, c. 19.
O. c, p. III, q. 12, a. 3.
S08 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA
C. 3. NECESIDAD DEL CULTO MARIANO 909
como también los demonios, sin embargo, la presencia real que han de ser juzgadas en este juicio, en que todo se hace
de unos y otros es comúnmente negada por los teólogos; no de modo espiritual.
obstante, puede admitirse alguna intervención de los ángeles Stentrup so, Paquet S 1 y otros sostienen que Cristo es juez
en la ejecución de la sentencia, como, por ejemplo, la de San en el juicio particular, no sólo como Hijo de Dios, sino tam-
Miguel Arcángel, a quien la liturgia latina declara prepósito bién como hombre, puesto que dicho juicio entra en el ejer-
o encargado de recibir a las almas: "Te constituyó príncipe cicio de la potestad de Cristo, a quien Dios ha constituido
de todas las almas que han de ser recibidas" " . juez de vivos y muertos (Act. 10, 42) y a quien, por tanto,
compete todo juicio sobre ellos.
d) El Juez.—Es evidente que sólo a Dios pertenece el Sin embargo, para la celebración del juicio particular ni
derecho primordial de juzgar, y, por tanto, es común a toda el alma que ha de ser juzgada sube al cielo hasta el trono
la Trinidad, aunque se apropie al Verbo de Dios, como dice de Cristo, ni Cristo desciende corporalmente desde el cielo
Santo Tomás: "Porque la misma razón del Juez no es otra hasta las almas, pues, de otro modo, estaría siempre en mo-
cosa que la ley de la sabiduría y de la verdad, según la cual vimiento, para juzgarlas dondequiera que se encontrasen al
se juzga; y porque el Hijo es la Sabiduría engendrada y la separarse de sus cuerpos, sino que el Juez divino se hace
Verdad procedente del Padre y perfecta imagen suya, se atri- presente a ellas por comunicación intelectual. "Y esto es,
buye propiamente al Hijo de Dios la potestad judicial" 7S. dice Suárez, ser llevado a su tribunal sin traslación local al-
Pero esta potestad judicial no sólo conviene a Cristo en guna. Y es verosímil que en este mismo instante conozcan
cuanto que es Dios e Hijo de Dios, sino también en cuanto que son juzgadas, salvadas o condenadas, por imperio y efi-
que es hombre, por lo que dice San Juan (5, 22): El Padre cacia, no sólo de Dios, sino también de Cristo Hombre" 8?.
no juzga a ninguno, más todo el juicio ha dado al Hijo; y en ;i.° Siendo esto así, parece que, sobre la asistencia de
el versículo 27: Y le dio poder de hacer juicio, porque es Hijo la Santísima Virgen a sus devotos en el juicio divino, debe
del hombre. Sobre cuyas palabras dice Santo Tomás: "Le admitirse lo siguiente:
dio potestad a El, es decir, a Cristo, para juzgar, y esto por a) Que la Santísima Virgen no interviene personalmente
ser Hijo del hombre, o lo que es igual, según la naturaleza en el divino juicio para defender la causa de sus devotos,
humana" 79. pues ni Cristo aparece corporalmente sentado en trono algu-
Por esto: a) Cristo, como Dios, es juez ya en el juicio no para celebrarlo, ni asisten presencialmente el ángel cus-
particular que se celebra inmediatamente después de la muer- todio y el demonio ejerciendo acción forense alguna de acu-
te, ya en el universal del fin de los tiempos. sación o defensa, porque, como dice San Cirilo Alejandrino,
¡3) Cristo, como hombre, es juez en el futuro juicio uni- "no necesita aquel Juez acusadores, ni testigos, ni demostra-
versal, como consta en muchos pasajes de la Escritura; así, ciones, ni reprobaciones. Sino que El mismo pone ante los
en San Mateo (16, 27), se dice: El Hijo del hombre ha de ve- ojos de los pecadores todo lo que han hecho, dicho y deter-
nir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces minado" S3.
dará a cada uno según sus obras; en San Marcos (13, 26) : l'or tanto, la descripción del juicio particular, en la que
Y verán entonces al Hijo del hombre, que vendrá en las nubes el alma es llevada al tribunal de Cristo ante la Santísima
con gran poder y gloria; y en San Pablo (2 Cor. 5, 10): Es Virgen, que en su favor interviene; ante el ángel custodio,
necesario que todos nosotros seamos manifestados ante el que hace las veces de solícito abogado, y ante el diablo, como
tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que ha cruel acusador; y aquella otra en la que el juicio particular
hecho, o bueno o malo, estando en el propio cuerpo. so compara a una balanza y se nos presenta a los demonios
7) En que Cristo, en cuanto hombre, sea juez de las al- poniendo en el platillo de la izquierda el cúmulo de los pe-
mas en el juicio particular, no van de acuerdo los teólogos. cados y a los ángeles buenos colocando en el de la derecha
Gotti opina que la sentencia más probable es la que afir- las buenas obras, se emplea figurada o metafóricamente,
ma que Cristo es juez en el juicio particular, en cuanto que para que, representado así el divino juicio, los fieles lo conoz-
es el Verbo de Dios, ya que por razón de la divinidad está can mejor y más y más se atemoricen.
siempre presente a todos y presentes a El todas las almas Por eso Gotti dice "que estas cosas son así representadas
"" SoteHolngía, t, II. e. 11.
"' De NnviHHimU, d. a. 2.
" JUGIE, Theol. Dogm. Christian. Orientalium. De Novissimis, a. 3. "" In .1, (I. G2, nocí. 2.
78
3, q. 59, a. 1. ** Homiliae ilivereae, 14.
79
In Ioann., 5, lect. 5.
910 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA C. 3. NECESIDAD DEL CULTO MARIANO 611
no porque en realidad así sean, sino para que los fieles, pre- que luchó denodadamente en ambas cosas, apoyado en la
sentado el juicio al modo humano, le teman más y procuren, ayuda del rosario de María. Y a nadie se le oculta cuánto
viviendo santamente, librarse de sus rigores" 84. deben a la Virgen Madre de Dios los servicios y méritos de
b) Ni debe entenderse la asistencia de la Santísima los Padres y doctores de la Iglesia, quienes tan egregiamente
Virgen de tal modo que intervenga en el juicio divino para trabajaron en defender e ilustrar la verdad católica. Pues
cambiar con sus ruegos el decreto de la justicia de Dios o ellos mismos con sumo gusto confiesan que de ella, Sede de
para librar del fuego eterno a los que ya fueron conde- la divina sabiduría, recibieron cuando escribían óptimos y
nados 85. abundantísimos consejos; por ella, dicen, no por sí mismos,
c) Sino que los favores de la Santísima Virgen ante el fué destruida la perversidad de los errores" 8T.
Juez divino han de entenderse prestados a sus devotos en lo b) Influjo moral.—Así como los doctores recibieron de
que pudiéramos llamar puerta del juicio, es decir, en el ar- la Santísima Virgen su doctrina, también los santos guías de.
tículo de la muerte, como dice Ricardo de San Víctor: "Bus- la Iglesia, pontífices y pastores, confiesan haber encontrado
quemos a María, Madre de piedad, y esperemos su miseri- en ella la virtud del alma, la fortaleza y el consejo; cosa que
cordia a la puerta del juicio" 8 6 ; y también en cuanto que, León XIII expresa de este modo: "Parécenos oír la misma
durante el curso de la vida, les trae a la memoria la severi- benigna voz de la celestial Reina, ya alentándonos en los
dad del juicio para que no pequen mortalmente, y, finalmen- dificilísimos tiempos de la Iglesia, ya ayudándonos con abun-
te, en cuanto que, por su intercesión poderosísima, les pro- dancia de consejos en todo lo establecido para salud de to-
cura auxilios para vivir santamente o, al menos, morir en dos, ya amonestándonos a excitar la piedad y el culto de toda
gracia, y de este modo evitar el castigo de la justicia de Dios virtud en el pueblo cristiano" 88.
en aquel tremendo día. Y de la misma manera que los pastores de la Iglesia,
también cada uno de los fieles que piadosamente veneran a
María son por ella ayudados y movidos al bien de mil ma-
§ II. UTILIDAD DEL CULTO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN BAJO neras. Por eso dice Gerson: "Tú aspiras y respiras en todo
EL ASPECTO SOCIAL el cuerpo de la Iglesia; así como el cuerpo no puede vivir
sin respirar, tampoco el cuerpo místico de los fieles puede
Tres son las sociedades que aquí han de tenerse en cuen- conservar la vida espiritual sin el auxilio de la Virgen" s9.
ta como beneficiarías del culto mariano: la Iglesia, la fami-
lia, o sociedad doméstica, y el Estado, o sociedad política.
II. Grandes son también los beneficios que del culto de la
Santísima Virgen se derivan para la familia o sociedad
1. Del culto de la Santísima Virgen provienen a la Iglesia doméstica.
de Cristo innumerables beneficios, tanto por influjo doctri-
nal como moral. La familia es el fundamento de toda vida social; des-
truido éste, toda la sociedad se desmorona necesariamente.
a) El influjo doctrinal lo describe de este modo S. S. el Pero la buena constitución de una familia depende en gran
Papa León XIII: "También María fortaleció y consolidó el parte de la condición social de la mujer. En tiempos anterio-
cetro de la fe ortodoxa; su cuidado incesante hizo que la fe res al cristianismo, y aun ahora en las naciones no cristia-
católica subsistiera firme en los pueblos y floreciera íntegra nas, las esposas no tienen otra condición social que la de
y fecunda. En los tiempos y lugares principalmente en que esclavas y siervas. Aristóteles (Pol., I, 2) lo atestigua de
hubo de deplorarse el decaimiento de la fe por desidia o por los antiguos bárbaros; pero también entre los griegos y ro-
la abominable peste de los errores, apareció siempre la be- manos era tenida la mujer en poca estima. Los crímenes
nignidad de María, la gran auxiliadora. Y moviéndolos y for- anejos a la esclavitud en todas partes, la poligamia, la fre-
taleciéndolos ella, surgieron hombres, preclaros en santidad cuentísima disolución y corrupción del matrimonio privaban
y espíritu apostólico, que quebrantaron las tentativas, infla- a la mujer de todo honor 90. La religión cristiana hízose pa-
maron y redujeron los ánimos a la piedad de la vida cristia-
no. Uno de éstos, entre muchos, fué Domingo de Guzmán,
Ene. Adiutricem populi, 5 sept. 1895.
81
Theol. Schol. Dogm., tr. 15, q. 4. Ene. Laetitiae sanctae, 8 sept. 1893.
65
P. in, c. 4, q. 10. Supcr Magníficat, tr. 9.
83
Serm. de Deipara. DONAT, Ethica specialis, p. II, sect. 2, a. 1.
912 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA C. 3. NECESIDAD DEL CULTO MARIANO 913
trona y abogada de la mujer y, sacándola de la indigna con- consiguieron de sus enemigos con la ayuda de María, que
dición en que yacía, la enalteció con honor excelso en la llenan los anales de la Historia, y su enumeración sería
Santísima Virgen, ejemplar y modelo a cuya semejanza ha- interminable.
bíase de formar en adelante. Sin embargo, no pasaremos en silencio dos de las victo-
De aquí que se haya propuesto a la imitación de los rias más ilustres:
fieles la Sagrada Familia, como dice León XIII en estas pa- a) Una es la que en el año 1212 consiguió el rey de
labras: "En José tienen realmente los padres de familia una Castilla Alfonso VIII, en las Navas de Tolosa, sobre el gran
norma preclarísima de vigilancia y de paternal providencia; ejército de los moros, en cuya batalla marchaban delante la
en María, Madre de Dios, se ha dado a las madres el más cruz de Cristo y la bandera del rey, en la que se había pin-
insigne modelo de amor, de honestidad, de sumisión de es- tado la imagen de María, "a cuya vista cayó ingente multi-
píritu, de fe perfecta; y en Jesús, que les estaba sometido, tud de moros" Bi. En esta tan insigne victoria "se dice mu-
hallan los hijos de familia un ejemplar divino de obediencia rieron doscientos mil mahometanos, no habiendo faltado o
a quien admirar, venerar e imitar" 91. caído de los nuestros más que veinticinco" 95.
£0 Otra gran victoria se obtuvo en las islas Equínadas
por don Juan de Austria, hermano de Felipe II y general
III. Finalmente, insignes son también los beneficios que del del ejército cristiano, contra los turcos en el año 1571, con la
culto mañano redundan en favor del pueblo cristiano. ayuda de la Santísima Virgen, pintada también en las ban-
deras su imagen e invocada a una voz por todos los soldados.
María, no sólo defiende de modo singular al pueblo cris- El Martirologio Romano conmemora el día 7 de octubre
tiano contra los males que le amenazan, sino que también le esta victoria naval: "Fiesta del Santísimo Rosario de la
procura de manera admirable el bien social. Bienaventurada Virgen María; asimismo, fiesta de Santa
a) S. S. León XIII dice: "La Historia, tanto antigua María de la Victoria, que San Pío V, Pontífice Máximo,
como moderna, y los sacros fastos de la Iglesia conmemoran mandó se celebrara todos los años por la insigne victoria
las suplicaciones y votos de carácter privado y público diri- que, en batalla naval, obtuvieron los cristianos, con el auxilio
gidos a la Madre de Dios y a la vez los beneficios prestados de la misma Santísima Virgen Madre de Dios, sobre los tur-
por ella, así como la tranquilidad y la paz que de Dios nos ha cos en este mismo día" 86.
conseguido. De aquí los insignes títulos con que las nacic- Y S. S. León XIII la refiere diciendo: "La eficacia de esta
.nes católicas la saludaron, llamándola Auxiliadora de los misma súplica (del Rosario) y su virtud quedó admirable-
cristianos, Bienhechora, Consoladora, Poderosa en las bata- mente demostrada en el siglo xvi, cuando las ingentes tropas
llas, Vencedora, Pacificadora... Ea, pues, venerables herma- de los turcos intentaron someter al yugo de la superstición
nos, cuanto os intereséis por honrar a María y salvar a la y de la barbarie a casi toda Europa. Entonces San Pío V,
sociedad cristiana, tanto debéis afanaros en fomentar y Pontífice Máximo, convocando a los príncipes cristianos para
acrecentar la piedad y la confianza de los pueblos hacia le la defensa de los bienes comunes, procuró con todo afán que
gran Virgen María" 9 2 . la poderosísima Madre de Dios, implorada con las preces del
b) De esta confianza en la ayuda de la Santísima Vir- Rosario, viniera propicia en ayuda del nombre cristiano...
gen para la defensa de la comunidad y pueblo cristiano habla Rogada así, la Señora vino en su auxilio; pues empeñada la
San Germán de Constantinopla diciendo: "¡Oh Zona vene- batalla naval en las islas Equínadas, la armada de los cris-
rada que rodeas y favoreces por doquiera a tu ciudad y la tianos, sin grandes pérdidas por su parte, dispersos, en cam-
conservas segura contra las insidias de los bárbaros en sus bio, y derrotados los enemigos, obtuvo una magnífica victo-
correrías!" 93. ria. Por ello, el mismo santo Pontífice quiso que, en memoria
c) Y en verdad que muchas veces los pueblos cristia- del favor recibido, se celebrara el aniversario de tan gran
nos, en las guerras contra los infieles y otros enemigos, han batalla con una fiesta en honor de María de las Victorias, que
experimentado el poderosísimo auxilio de la Santísima Vir- Gregorio XIII consagró con el título de fiesta del Rosario" 9?.
gen apenas ha sido invocada. 01
Son ciertamente tantas las victorias que los cristianos Ex Roderico Archiep. Tolet., apud Kalendarium Vallisoletanum,
a S. R. C.cm'gregatione, die 4 maii 1914 adprobatum.
»= Ibíd.
m
Litt. apost. Neminem fugit, 14 junio 1892. Nova Martyrol. Komani editio a S. S. Benedicto XV, decreto
Ene. Supremi Apostolatus, 1 sept. 1883, 11 en. 1922 adprobata.
87
Serm. in Zonarn. Ene. Supremi Apostolatus, 1 sept. 1883.
914 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA
C. 3 . NECESIDAD DEL CULTO MARIANO 915
IV. El culto de María contribuye de manera admirable gún confesión de todos, allí donde más copiosas son las ala-
al bien de la sociedad banzas de esta Virgen; hasta el punto que los mismos ene-
migos de la religión cristiana se ven en ocasiones obligados
El bien de la sociedad se extiende no sólo a las cosas del a reconocer que, por influjo de este nobilísimo modelo, brilla
cuerpo, como riquezas y bienes materiales, sino también, como ninguna la excelencia de la religión católica y adquie-
salva siempre la potestad directa de la Iglesia en lo espiri- ren singular prestancia en su vida moral las católicas na-
tual, a las del alma, como la religión, la honestidad de las ciones" 10°.
costumbres, el cultivo de las letras y de las artes,_ etcétera, c) Influyendo felizmente en las letras y bellas artes.—
conjunto de bienes que algunos gustan llamar civilización Las letras y las bellas artes, como la pintura, escultura y
humana. arquitectura, deben no poco al culto de María, pues, inspi-
Así, De Munnyck escribe: "Nous pouvons enf ermer dan.s radas en ese bellísimo ideal, quedaron en todo tiempo y por
une formule justifiée la nature de la civilisation, au sens doquier enriquecidas y ennoblecidas, principalmente en nues-
le plus large et cependant le plus rigoureux du mot.. Elle tra España, en los siglos XVI y XVII, y en esta misma nobi-
est l'oeuvre permanente et progressive que le corps social lísima ciudad de Valladolid, donde florecieron artistas in-
produit, sur la base de la Nature á fin de vivre, de bien vi- mortales, que supieron unir el realismo más sano y el mayor
vre, de vivre toujours mieux... La divinité de notre Sauveur prestigio y elevación del arte con los más acendrados senti-
et notre vie en Lui sont la sanction surnaturelle de nos mientos de piedad y religión.
efforts pour la conquéte de la civilisation. II nous a asigné Hermosa es la página que sobre este período del arte ha
le terme divin et obligatoire de toute notre évolution perso- escrito Edmundo Joly: "Qu'une si extreme matérialité puisse
nelle et collective. Soyez parfaits, dit-il, comme votre Pérc étre encoré transfigurée par une plus grande ferveur, ressort
celeste est parfait (Mt. 5, 48)" 9S. de cette sculpture polychrome dont le principal musée, celui
Y en verdad el culto de la Santísima Virgen cede en be- de Valladolid, resume l'áme d'une race et une des apogees
neficio de la sociedad humana, ya promoviendo la religión, de l'art humain. La sculpture polychrome (comme le montre
ya fomentando la honestidad de las costumbres, ya influ- l'évolution du rétable) trouve l'origine de cette maitrise
yendo en las letras y en las artes. dans l'esprit réaliste de l'école, deja si marqué en Espagne
a) Promoviendo la religión, porque, como la religión bien avant la délicieuse Vierge del Riposo, donnée par un
cristiana se funda toda en el misterio de la Encarnación, que flamand á la cathédrale de Séville. Les maitres du rétable:
se consumó en la Santísima Virgen, en el hecho de ser honra- Pedro Millán, Dalmau, éléve genial de Van Eyck, Alonso
da María, Madre de Dios, con culto especial, se aumenta y Berruguete, Becerra, Juan de Juni nous ménent au siécle
robustece la fe en Cristo, Dios Hombre, y es también glori- d'or, ce grand siécle de l'Espagne qui s'étend de la seconde
ficado el mismo Cristo, del cual María es inseparable en el moitié du xvi e a tout le XVHe pour un épanouiessement gene-
culto y amor de los fieles 89. ral des arts et des lettres. Ce siécle d'or est aussi siécle de
b) Fomentando la honestidad en las costumbres, porque Marie, car l'art de l'Espagne est magnifiquement catholique
el culto de María mueve y atrae a la imitación de la misma comme ses rois. En méme temps que des peintres tels que
Santísima Virgen, que como ejemplar y modelo de todas las Velázquez et Murillo, des écrívains tels que Cervantes, Lope
virtudes, de pureza y santidad perfecta, se ofrece a todos los de Vega et Calderón, brillent alors les maitres de la sculpture
hombres de todas las edades y condiciones para que cada peinte: Gregorio Hernández, Manuel Pereyra et l'incompara-
uno la copie en sí mismo según las aptitudes que Dios le ha ble Martínez Montañés avec ses disciples Alonso Cano, j^earo
dado. "Por eso, dice Lepicier, es necesario que el progreso de Mena..."
moral de los pueblos se acreciente en gran manera ante el "A Montañés était réservée aussi la glorie de découvrir
ejemplar de absoluta perfección humana que se les ha pro- une beauté définitive pour la représentation de l'Immaculéc,
puesto, cual es la inmaculada Madre de Dios. Y esto es tan l'image souveraine de l'Espagne, qui exprime la dévotion de
cierto, que el nivel más alto de vida moral se encuentra, se- tout son peuple...
Cette Immaculée Conception, en méme temps que les
douleurs de Marie associées á la passion rédemptrice de
** Le catholicisme et la civilisation. Conférences de la Premiére Jésus, sont deux priviléges de la Vierge que l'Espagne s'est
Semaine Catholique Internationale de Genéve, 16-22 sept. 1929.
99
P. IV, c. 1, a. 1. 100
O. c , p. III, c. 2, a. 2.
!•
916 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA
Pero el culto de la diosa madre en el paganismo existió Por e=o es frecuentísima en los Padres de la Igle«ia la
bajo dos formas: a) en forma naturalística, representando reprobación de aquellas abominaciones gentílicas. Así lo
la vida y la fecundidad de la tierra en la gran madre o ma- hace San Teófilo de Antioauía, diciendo: "Lejos esté de los
dre universal; P) en forma antropomórfica, presentando a cristianos aun el pensamiento de hacer co«as semejantes" 6.
la diosa madre bajo diversos nombres. De aquí que nacieran Y Tertuliano: "Os desprecian los cristianos... Avergüén-
varios tipos de diosa madre en distintas regiones, como Isis zales a los cristianos vuestro error" r .
en Egipto, Instar en Babilonia, Artemis en Efeso, Afrodita
y Cibeles en Grecia, Astarté en Francia, etc. 3 . SEGUNDA PÍRTE.—a) Dada esta radical diferencia entre
el culto de la Virgen y el de los paganos, es imposible todo
Este culto de la diosa madre, principalmente en sus for- influjo, derivado de éste, en el culto de María en cuanto a
mas mitológicas, degeneró hasta llegar al magismo, a ritos sus elementos esenciales; influjo que, por otra parte, hubie-
y prácticas obscenas y a todo género de inmoralidades. ra impedido la vigilancia de la Iglesia sobre la fe y el culto,
y contra el cual hubiera reclamado, como siempre reclamó
TESIS 1. El culto de la Bienaventurada Virgen María di- y resistió a todos los errores y prácticas que pudieran des-
fiere en absoluto del culto pagano, de tal modo que ni figurar o manchar la fe y el culto cristiano.
esencial ni accidentalmente se deriva de él. b) Pero ni siquiera en las cosas accidentales debe ad-
mitirse influjo alguno de los ritos paganos en el culto de
PRIMERA PARTE.—Que el culto de la Santísima Virgen María.
dista inmensamente del culto de los paganos se evidencia de
este modo: a) Las diosas madres de los paganos eran por Ocurre muchas veces que en esta materia no se tiene en
ellos veneradas como diosas y honradas con culto idolátrico. cuenta la distinción que existe entre la analogía o seme-
En cambio, la Santísima Virgen ni ha podido ser tenida ni janza y la derivación o dependencia, entre mera sucesión y
en realidad se la ha tenido nunca como diosa; pues María nexo causal.
no es diosa madre, sino Madre de Dios; es decir, del Verbo a) Aunaue tal vez en algunos santuarios, el culto de
encarnado, a quien engendró verdaderamente según la na- María sucedió materialmente al de alguna divinidad pagana,
turaleza humana; ni merece culto de latría, propio de sólo como ocurrió en Soissons, donde se edificó una iglesia en
Dios, sino de hiperdulía. honor de la Santísima Virgen sobre los cimientos de un tem-
plo de Isis 8 ; o aunque alguna festividad pagana fuera sus-
Por tanto, cuando ciertas mujeres cristianas conocidas tituida por otra de la Santísima Virgen, cosa que difícilmente
en la Arabia con el nombre de coliridianas veneraban a Ma- podría demostrarse con certeza 9, de ninguna manera puede
ría como diosa, sacrificando y ofreciendo en su honor una deducirse un nexo causal de aquella sucesión meramente
especie de masa de pan en forma de torta, costumbre que material.
había prevalecido en el culto pagano de Ceres 4, San Epif a-
nio reprendió este exceso, diciendo: "Sea en verdad honra- P) Asimismo, por analogía o semejanza que pudiera
da la Santísima Virgen; pero sean adorados el Padre, el existir en algunos ritos externos entre el culto gentílico y
Hijo y el Espíritu Santo. ISladie adore a María. Aunque Ma- el sagrado de la Virgen, como, por ejemplo, en alguna ce-
ría es excelentísima, y santísima, y dignísima de honor, no remonia accidental o forma de imágenes, etc., es ilógico sos-
por eso, sin embargo, ha de ser adorada" 5. pechar o afirmar que haya derivación o dependencia alguna
en el culto de María del culto de los paganos.
b) Los misterios de las diosas madres, en el paganis-
mo, estaban llenos de inmoralidades, y los sacerdotes paga- Así, a los que afirman que el culto de la Virgen trae ori-
nos se entregaban en su culto a todas las obscenidades, gen del paganismo porque en él se encuentran algunas co-
orgías y prostituciones. Todo lo cual está lejos y es absolu- sas que ya en otro tiempo usaban los gentiles, responde
tamente la antítesis del culto de la Santísima Virgen, quien San Pedro Canisio: "Confesamos ciertamente que hay en
por su dignidad y excelencia singularísima preséntase a sus el sagrado culto algunas cosas comunes a nosotros y a los
devotos como el ejemplar de toda pureza, santidad y sublimi- gentiles, pero solamente según alguna semejanza, como tem-
dad moral. plos, altares, sacrificios, imágenes, prelados, ministros o sacer-
dotes. Asimismo, si se trata de cosas domésticas, los cristia-
3
PHILIPS, Mélanges Théologiques, REL, an. XXX, n. 6. mayo • Ad Autol., 1. m .
1939;4 BRIOOUT, UÚ en est l'Histoire des Rehgions?, t. I, c. 2-7. 7
Apol., c. 9.
6
Cf. BAREILLE, Collyridiens, DTC, t. III, col. 369-70. 8
NOYON, o. c, íasc. 14.
Haer., 79. 9
PHILIPS, 1. c.
920 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA C. 4. ORIGEN DEL CULTO MARIANO S2l
nos tienen también muchas comunes con los gentiles, como María, a saber, su maternidad, acompañada de la virgini-
la costumbre de comer y beber, de lavarse y vestirse, de dad, de la santidad y de las otras prerrogativas, y el consor-
cantar y aprender, de trabajar y negociar. Ahora bien, ¿cómo cio con su Hijo en la obra de la salvación de los hombres,
puede decirse que todas estas cosas, ya sagradas, ya civiles, están hondamente enraizadas en los misterios de la encar-
se derivan de los étnicos a los cristianos?" 10. nación y redención.
f) Finalmente, cualquiera que fuere la analogía o se- Estos dos principios o fundamentos del culto mariano
mejanza entre el culto de María y el de los paganos, por fueron puestos en el instante mismo de la Encarnación, aun
razones de arte o de lenguas, queda siempre incólume la cuando a María no se le tributara culto público y litúrgico
diferencia esencial de los principios teológicos que rigen el inmediamente, sino que poco a poco fuera desarrollándo-
culto cristiano juntamente con la diversidad del fin que le se, según las circunstancias y oportunidades de los tiempos,
es propio. ! como veremos en las páginas siguientes.
A propósito de esto dice Pinard de la Boullaye: "De Oigamos sobre este asunto a Neubert: "La plupart des
moindre portee encoré á leur avis, les analogies qui portent éléments actuéis de la mariologie sont déjá assez nettement
sur l'art religieux et son symbolisme: chaqué génération doit dévéloppés á la veille du concile de Nicée: la maternité hu-
parler la langue de son temps: la technique égyptienne¿ ou maine et la conception virginale ont passé comme articles de
babylonienne peut avoir marqué de son empreinte le mobi- foi dans le symbole; la maternité divine est reconnue, il ne
lier cultuel des hébreux, comme la technique grecque, l'art reste pas qu'á en sanctionner officiellement le mot; la tradi-
bouddique et l'art chrétien, sans qu'on soit en droit de con- tion relative á la conservation de la virginité est universe-
clure á l'identité des notions théologiques" " . ment acceptée au moins comme une croyance pieuse; si la
Y si atendemos al fin, la diferencia entre cristianos y parfaite sainteté de Marie va torturer longtemps encoré cer-
paganos es inmensa, como dice San Agustín: "Aunque el uso tains théologiens, elle est admise depuis les commencements
de algunas cosas parece semejante entre nosotros y los gen- par la piété des fidéles; la coopération de Marie á l'oeuvre
tiles, sin embargo, de modo totalmente distinto usa de ellas de la rédemption ne sera guére proclamée plus haut que l'a
el que las refiere a un fin diverso y las emplea para dar gra- fait Saint Irénée; par contre, la vénération et l'invocation
cias a Dios, acerca del cual no profesa perversidades y fal- sont destinées á prende encoré d'indéfmis accroissements. Le3
sedades" 12. principes sont poses, et déjá on a commencé á s'engager dans
Ni habla de otro modo Leoncio, obispo de Chipre, a quien la voie des conelusions; mais on n'est encoré qu'á l'entrée
cita Canisio: "Así como en Babilonia tenían los israelitas de cette voie qui est sans terme" 14.
órganos y cítaras y otros instrumentos, a semejanza de los
babilonios, si bien aquéllos para alabanza de Dios, éstos, en
cambio, para servicio del demonio, así ha de juzgarse tam- Cuestión 2. Cuánta sea la antigüedad del culto de la San-
bién de las imágenes gentiles y cristianas. Los gentiles las tísima Virgen.
usan para el culto del diablo; los cristianos, para alabanza
y gloria de Dios" 1S. ERRORES.—Los protestantes dicen que el culto de María
fué tardíamente introducido en la Iglesia y que tomó una
TESIS 2. El culto de la Bienaventurada Virgen María trae forma idolátrica, injuriosa a Cristo; más aún: algunos dicen
origen de la misma sustancia del cristianismo, o sea, de que el culto e invocación a María tuvo origen de San Grego-
los misterios de la encarnación y redención, a los que está rio Magno. Así Melanchton escribe: "La invocación de los
íntimamente unida la maternidad divina de María y su santos es cosa nueva, desconocida de la antigua Iglesia an-
consorcio redentor. tes de que Gregorio instituyera el rito público de invocación
a los santos" 15.
Esta tesis apenas necesita demostración, ya que de lo
dicho consta que las dos más poderosas razones del culto de 14
Marie dans l'Eglise Antenicéenne, concl., p. 275.
15
SAN PEDRO CANISIO, O. C , 1. v, c. 30.
10
O. c , 1. v, c. 15.
11
L'Etude comvarée des Religions, c. 10, sect. 2, théses supra-
naturalistes.
12
M
Contra Faustum, e. 23.
O. c , 1. v, c. 9.
922 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA C. 4. ORIGEN DEL CULTO MARIANO 923
TESIS. A la Santísima Virgen se le tributó culto desde la sas que se echan de menos en la narración evangélica. Por
más remota antigüedad, es decir, desde el principio mis- esto dice R°naudin: "De anuí que lo1? libros apócrifos pue-
mo de la Iglesia, afirmándose umversalmente con el de- den ser testigos de la tradición eclesiástica, la cual no nació
curso de los siglos y tomando de día en día mayor incre- de aouéllos, sino aue más bien son ellos los aue de dicha
mento. tradición traen origen, aunque ilegítimamente" 19.
Y Le Hir afirma: "Si quelouefois les apocryphes ont in-
La primera parte comprende la época que, arrancando de fluencé l'oninion des peuples, l'Eglise n'en est pas responsa-
los tiempos apostólicos, llega hasta el Concilio de Efeso, ce- ble; et d'ailleurs ils ont aux-mémes tout autant suivi que
lebrado el año 431. En ella hay que distinguir dos períodos: dirige le mouvement de l'opinion. Rien ne montre mieux quel
e] anteniceno y el postniceno. eoncert de Jouanges rétentit de bonne heure autour de son
1.° Es indudable que a la Santísima Virgen se le tributó nom béni (de la Vierge), quelle aureole de respect, de véné-
veneración en la misma edad apostólica. ration et d'amour a toujours environné sa mémoire que le
Cuando los apóstoles, después de recibir el Espíritu San- grand nombre de légendes que circulérent des les premiers
to, se dispersaron por las distintas regiones del orbe para temps sur les époques les plus obscures de sa vie..." 20.
predicar a Cristo, predicaron a la vez el culto y las alaban- Así, en el siglo II salieron a la luz muchos libros apócri-
zas de María, como dice San Cirilo de Alejandría en estas fos que exaltaron inmoderadamente a la Santísima Virgen,
palabras: "Los profetas te anunciaron 16y los apóstoles te ce- inventando y divulgando de ella cosas maravillosas en las
lebraron con las más altas alabanzas" . que los fieles de aquella edad se deleitaban.
Y con razón, porque, como los apóstoles conocían hon- Los libros más principales, por lo que se refiere a Ma-
damente ía eximia dignidad de la Madre de Dios, su ex- ría, fueron el protoevangelium Iacobi, Ascensio Isaiae, etc.
celencia, su santidad, su pureza y todas las virtudes que en En ellos no todo es necesariamente falso, pues ciertamente
ella resplandecían, y la profesaron singular afecto de pie- puede atestiguar la fe de la Iglesia o alguna verdad que ya
dad y reverencia, era lógico que enseñaran a los primeros en aquel tiempo había sido recibida, si bien envuelta en na-
cristianos a alabar y glorificar, juntamente con el Hijo, a rrraciones más o menos verosímiles y aun a veces fabulosas.
tan excelsa Madre.
c) Testimonios de los Santos Padres.—Dos géneros de
2.° Además, en todo el tiempo anteniceno demuestran testimonios encuéntranse en los Padres de este período. Unos
la veneración en que se tuvo a María los monumentos ar- hablan de María, no precisamente por ella, sino por su Hijo,
queológicos, los libros apócrifos y los testimonios de los Cristo Jesús. Impugnando los Padres antenicenos las teo-
Santos Padres. rías de ios docetas, quienes afirmaban que el cuerpo de Cris-
a) Monumentos arqueológicos son las imágenes de la to era o aparente y fantástico o etéreo y bajado del cielo,
Virgen pintadas o esculpidas en las catacumbas romanas, era lógico que, para defender la realidad de la humanidad
de las cuales unas representan a María sentada en alto tro- de Cristo, específicamente igual a la nuestra, les opusieran
no y coronada de un nimbo o aureola, signo que los pri- los Padres la realidad de la maternidad de la Virgen, quien
meros cristianos usaban como prueba de veneración; otros dio a Cristo su carne, como todas las madres a sus hijos.
presentan a María en medio de los apóstoles Pedro y Pa-
blo, orando, con los brazos extendidos, por el pueblo fiel 17, Oíros testimonios de los Padres hablan de María direc-
señal de que los primeros cristianos la tenían y veneraban tamente,21 alabando su virginidad,
22
como
2:!
lo hacen San Ignacio
como mediadora 18. Mullir , San Justino , San Ireneo , Clemente Alejandri-
no '•', Orígenes 25, San Gregorio Taumaturgo 26
, etc.; o su
b) Libros apócrifos.—Aunque estos libros están plaga- cRrcgia santidad, como San Justino 21, San Ireneo 28, San
dos de fábulas, reflejan, sin embargo, la religión y piedad
popular de aquel tiempo. AnHurnptio B. Mariae Virginis, c. 13.
Empezando a divulgarse entre los fieles el conocimiento K tullen bibliques, t. II. sect. 3, a. 4.
de la Virgen, Madre de Dios, y su preclara excelencia, era Ail Kphes., c. 19.
natural que desearan saber sobre su vida muchas de las co- lililí, cintra Tryph.
Ilner., 50.
16
' Ntrom., 1.
H o a . 6, Contra Nestorium. H«m. 14, In Luc.
17
18
DUBLANCHY, D T C , t. IX, c. 2.441. 8*rm. <n Nativit. Christi.
S. ALAMEDA, La Virgen en la Biblia y en la primitiva Iglesia, 1. c,
p. ni, sect. 2. " IItur,, 8-4.
C. 4. ORIGEN DEL CULTO MARIANO 925
524 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA
Hipólito 29, etc.; o su consorcio y cooperación a la obra de nió solemnemente la divinidad del Hijo y su consustancia-
la redención, como San Justino 30, San Ireneo 81, Tertulia- lidud con el Padre, que fieramente impugnaban los arríanos.
no 32, etc.; o su poder de intercesión, como San Ireneo 33, Estos, aunque atacaban directamente el dogma de la San-
San Gregorio Taumaturgo 34, etc. tísima Trinidad, indirectamente negaban la divinidad de la
Todo lo cual contribuyó a que los fieles no sólo amaran persona de Cristo y, por ende, la maternidad divina de la
cada día más a la Santísima Virgen, sino que también se en- Santísima Virgen.
comendaran a su intercesión poderosísima. De aquí que, como consecuencia de la definición nicena.
Ni hay razón, por otra parte, para que los fieles exclu- se afirmase y robusteciese más y más la fe de la maternidad
yeran a María de sus invocaciones, ya que invocaban a los divina de María y se propusiera con toda claridad y firmeza,
santos, principalmente a los mártires, desde fines del si- aun cuando no entrara en uso todavía la palabra Theotocos.
glo I I ; por lo cual dice Dublanchy: "L'invocation fréquente No hay que admirarse, por lo mismo, de que tanto en
des saints étant bien constatée, est-il vraisemblable que Ma- Oriente como en Occidente existieran insignes panegiristas
rie, dont les prérogatives spéciales étaient alors l'objet de de esta dignidad altísima de María, con lo cual se esclare-
la croyance universelle, n'ait pas été comprise dans cette in- cieron más y más las doctrinas mariológicas y progresó ex-
vocation?" 35. traordinariamente el culto de la Virgen.
Empero, no es extraño que el culto de María no alcanza- a) Así, en Oriente, San Efrén se dirige a la Santísima
se en esta edad su pleno desarrollo, ya que los mismos tiem- Virgen con piadosas y suavísimas invocaciones 37.
pos no permitían una evolución más amplia. El afán de la San Epifanio, a la vez que reprueba los excesos de los
Iglesia en este tiempo se concentra en la enseñanza del mis- coliridianos, atestigua y alaba el culto que ya venía tribu-
terio de la encarnación y en su defensa contra los ataques tándose a María 3S.
de los herejes, que de distintos modos lo impugnaban. San Gregorio Niseno, en la Vida de San Gregorio Tau-
Además, aunque eran firmes en la Iglesia los principios maturgo, presenta a la Santísima Virgen como ayudando a
en que se basa toda la razón del culto de María, no habían los fieles y mandando al apóstol San Juan comunique al Tau-
sido estudiados y expuestos de tal manera que los fieles pu- maturgo un símbolo de la verdadera fe 39.
dieran entenderlos suficientemente y se movieran por ello a Y San Gregorio Nacianceno narra la milagrosa libera-
tributarla un culto especial. ción de Santa40 Justina, conseguida por los ruegos a la Santí-
Esto exige tiempos tranquilos, estudio prolongado y con- sima Virgen .
sideración honda, que las persecuciones de los primeros si- En Occidente es San Ambrosio el que recomienda el cul-
glos impedían. to de imitación a María, al presentársela a las vírgenes
Ya en su tiempo lo advertía San Andrés Cretense, cuan- como ejemplar y modelo al que deben imitar y tributar pia-
do, al dar la razón de por qué los teólogos de aquella edad doso culto 41.
habían dejado tan pocos escritos sobre la muerte de la Vir- b) No pequeño desarrollo alcanzó en esta edad el cul-
gen, dice: "Aquellos tiempos no permitían la exposición de to mariano con la paz que Constantino el Grande dio a la
estos asuntos. Porque no era conveniente que al empezar a Iglesia.
escribirse el Evangelio, e inmediatamente de haber sido pre- En muchos lugares edificáronse templos y se instituye-
dicada la economía de la encarnación, se discutieran y ex- ron fiestas especiales en honor de María.
pusieran estas cosas, que en verdad exigían más calma y a) Por lo que respecta a la Iglesia oriental, dícese que
estudio del que las circunstancias permitían" 36. el obispo Theonas construyó en Alejandría una iglesia, am-
3.° En el período postniceno, desde el año 325, el cono- pliada después y consagrada a la Madre de Dios por su ter-
cimiento de la altísima dignidad de María y su culto progre- cer sucesor, Alejandro (373-380).
só de modo extraordinario. El Concilio mismo de Nicea defi- Eutiquio, patriarca de Alejandría, atestigua que en la
misma ciudad se erigió una iglesia dedicada a la Madre de
29
Contra Noetum. Dios por Teófilo Alejandrino (385-412).
30
131
L. c. •" L . c.
33
Haer., 3-5. :w
Haer., 79.
De carn. Christi. "" Cf. FKOIDEVAUX, Le symbole de Saint Grégoire le Thauma-
33
Haer., 5. turge, RechSR, t. xix, n. 3-4, jun.-ag. 1929.
31
35
L. c. 40
Or. 17, n. 19.
M
DTC, t. IX, col. 2.44C. " De Virgin., 1. II, c. 2.
Serm. in Dormit. B. M. Virginia.
C. 4. ORIGEN DEL CULTO MARIANO 927
Tan feliz suceso, presagio de otros muchos en la evolu- llamada por los griegos Hypapante Domini, se celebraba en
ción del culto mariano, lo describe Tixeront en esta forma: Oriente mucho antes de este tiempo, como consta en la na-
"Les splendides apostrophes adressées a la Mere de Dieu par rración de la monja española Eteria Silvia, que en el año 394
Saint Cyrille, dans son homélie IV, pour célébrer la decisión recorrió como peregrina los Santos Lugares. He aquí sus
du concile... furent redites par toutes les bouches éloquentes palabras: "Ciertamente, las cuadragésimas de Epifanía ce-
jusqu'a Michel Cérulaire et bien au déla. L'absolue virginité lebrábanse en Jerusalén con los máximos honores. Porque en
de l'tréiEctpücvoí devint un dogme indiscuté. Sans prendre la el mismo día se hace procesión a la Anastasis, a la que todos
forme precise que la sainteté de Marie va jusqu'a l'exemption asisten, y en orden se ejecuta todo con la mayor alegría,
de la faute héréditaire, l'idée est partout présente dans la como si se tratara de la Pascua. Predican también los pres-
théologie grecque de cette époque —qui d'ailleurs n'accorde bíteros y aun el obispo, tratando siempre de aquel pasaje
pas á la question du peché originel la méme attention ni la del Evangelio donde se dice que en el día cuadragésimo lle-
méme importance que la théologie latine— que cette sainteté varon al Señor al templo José y María y fué visto por Simeón
est parfaite, complete, aussi grande qu'on peut concevoir dans y Ana... Y celebradas después todas las cosas ordenada-
une créature. La Vierge rava-fía ne connait point la souillure. mente, según costumbre, se hacen los sacramentos, y así
Elle est d'ailleurs élevée au-dessus des apotres et des anges, termina la misa" 4S.
médiatrice entre le ciel et nous, celle par qui tous les biens Esta fiesta de la Purificación de María —Hypapante, En-
nous sont venus en Jésus-Christ. Aussi les églises s'elévent- cuentro del Señor, Ingreso del Señor en el Templo—, que
elles partout sous son vocable. Ses fétes se multiplient" *". tanto en Oriente como en la Iglesia ambrosiana se contaba
a) Y en verdad que, además de San Cirilo, defensor in- entre las festividades del Señor, se enumera como fiesta de
victo de la divina maternidad de María, surgieron muchos María en la Iglesia romana.
y muy egregios Padres y escritores de la Iglesia, ya en Orien- Como consta por la narración citada, celebrábase esta
te, ya en Occidente, que expusieron más clara y distinta- fiesta en Jerusalén a fines del íiglo IV, de donde pasó poco
mente las prerrogativas marianas y fomentaron intensamente después a Antioquía y a Constantinopla, en cuya ciudad tuvo
su culto. ; ya carácter de culto mariano principalmente, hasta que al
Así, destacáronse en Oriente San Modesto de Jerusalén, fin, a mediados del siglo vil, se difundió por todo el Oriente.
San Andrés de Creta, San Germán de Constantinopla, San No se conoce con certeza el tiempo en que empezó a ce-
Juan Damasceno, San José el Himnógrafo, tantas veces ci- lebrarse esta fiesta en la Iglesia romana.
tados en esta obra, y otros muchos. Juan de Cartagena, a quien apoya Seldmayr 40, juzga que
Ni faltaron en Occidente Padres y escritores no menos probablemente esta fiesta se remonta a los tiempos apos-
insignes en piedad y doctrina, como San Gregorio Magno. tólicos o, al menos, a los inmediatos, fundado precisamente
San Gregorio de Tours, San Ildefonso de Toledo, San Martín en que se desconoce su principio.
de León, San Ambrosio de Milán, San Pedro Damiano, Ful- No obstante, la primera mención que de ella se hace
berto de Chartres, etc. aparece en el Libro Pontifical, donde consta que el Papa
b)^ Con tantos y tan grandes panegiristas de la digni-' Sergio I estableció "que en los días de la Anunciación del
dad singularísima de María y de sus egregias prerrogativas Señor, de la Muerte y Natividad de la Santa Madre de Dios...
no es de admirar que su culto alcanzara pleno desarrollo, y del santo Simeón, que los griegos llaman Hypapante, sal-
como lo demuestran, aparte de los artistas, pintores y escul- ga la letanía de San Adrián y llegue el pueblo hasta Santa
tores que consagraron su arte al servicio de la Virgen 46, las María".
fiestas especiales instituidas en su honor y los muchos tem- Pero, en realidad, ni ei Papa Sergio fué el primero que
plos a ella dedicados, señaladamente en tiempos del empera- prescribió la procesión, ni el acto de llevar candelas, sino
dor Justiniano 47. que HU mandato tendía solamente a establecer en Roma la
En los siglos vi y vil son cuatro las fiestas de María: Pu- procesión del mismo modo que en el Orden Romano se des-
rificación, Anunciación, Dormición o Asunción y Natividad, cribe. Colvenerio, con quien Benedicto XIV está de acuer-
a) La Purificación de la Bienaventurada Virgen María do, lo dice en estas palabras: "Si no atribuímos a Sergio la
gloria de haber sustituido el Amblábale romano por la pro-
45
Histoire des Dogmes, i n , p p . 265-266.
48
Cf. J E R P H A N I O N , La voix des monuments; D I E H L , Manuel d'art
byzantin. *" S. Silvias, <juae fertur, peregrinatio ad Loca Sanctcv.
47
NOYON, DA, 1. c. '" O. c.
'Ir. ¡le la Viruta Santísima. 30
Í)3Ó F . IV. DEL CULTO DE MARÍA C. 4. ORIGEN DEL CULTO MARIANO 931
cesión, se le debe, sin embargo, la de haberla perfectamente cilio X Toletano (año 665); pero en realidad el Concilio su-
ordenado" 50. pone ya instituida la fiesta, puesto que solamente manda se
Por último, que esta fiesta tuvo en la Iglesia Romana celebre en España y se tenga como uno de los días más
un carácter principalmente mariano se demuestra ya por solemnes y preclaros entre las festividades marianas.
el Antifonario Gregoriano, donde queda aún la antífona que Si venía o no celebrándose en España esta fiesta algún
en la procesión se cantaba, ya por el oficio de aquella fiesta tiempo antes del Concilio, Lesteo opina que su vigencia no
como se reza en el Breviario, ya, finalmente, por el ofertorio pasa mucho más allá de aquella fecha. "Sospecho, dice, que
y postcomunión de la misa del día de la Purificación 51. el misterio de la Anunciación empezó a celebrarse con pe-
P) Anunciación de la Bienaventurada Virgen María.— culiar festividad no mucho antes de iniciado el siglo vil, ya
que los testimonios más antiguos que en su favor 55se aducen
Dos misterios, íntimamente unidos, se conmemoran en esta o son dudosos o se apoyan en simples conjeturas" .
festividad, a saber: la encarnación del Verbo de Dios, por
la cual se dignó hacerse hombre, y la divina maternidad 7) La fiesta de la Asunción de María se celebraba ya,
de María, elevada a tan sublime dignidad. según Kellner 50, en la Iglesia oriental a mediados del si-
glo V, puesto que los nestorianos y monofisitas que en este
De aquí la razón de los distintos nombres con que solía siglo se separaron de la Iglesia la conmemoran, y no es
designarse esta fiesta: Anunciación de la Bienaventurada creíble que después de su separación la tomasen de aquélla.
Virgen María, Anunciación de Santa María, Buena Anun-
ciación de la Santísima Madre de Dios, Anunciación del Se- Los orientales, hacia la mitad del siglo VI, fijaron esta
ñor Jesús, etc.: variedad de nombres que no sólo debían con- festividad en el día 18 de enero, y el57 emperador Mauricio
la trasladó más tarde al 15 de agosto .
siderarse como otros tantos títulos de la fiesta, sino que tam-
bién manifestaban su índole interna. Pero es muy probable que en Occidente, y particular-
mente en 58 Roma, se celebrara la Asunción de la Virgen en
Según algunos, como Beleth 52 y la liturgia ambrosiana, el siglo V ; ciertamente consta que hacia el 650 se conme-
la Anunciación se consideraba como fiesta del Señor. moraba en Roma el 15 de agosto, y que desde entonces no
Pero los fieles, en general, pretendían con esta fiesta hon- dejó nunca de celebrarse 59.
rar a la Beatísima Virgen María, exaltada a la dignidad de San Gregorio de Tours afirma que en la Galia se cele-
Madre de Dios. braba solemnemente en el siglo VI 00.
Por esto Benedicto XIV dice: "Con mucha razón advierte Que en España se celebraba en el siglo Vil consta cier-
Suárez (t. I De Religione, 1. II, c. 5) que, si esta festividad tamente por el Antifonario de' la Catedral de León y por el
se considera en sí misma, tiene gran dignidad entre las so- Líber Comitis, procedente del Convento de San Millán, y
lemnidades que se refieren a la humanidad de Cristo, pues conservado actualmente en la Academia de la Historia.
en ella hizo a los hombres el máximo beneficio y realizó la De la extraordinaria solemnidad con que se celebraba en
más admirable de todas las maravillas; pero como este don España esta fiesta de la gloriosa Virgen hay muchos y muy
suyo no nos fué dado de una manera perfecta antes de que elocuentes testimonios, como el Codex Missarum S. Ilde-
la Santísima Virgen le diera a luz, puede concluirse que la phonsi, arzobispo de Toledo, donde se contiene la misa de la
festividad del Nacimiento de Cristo se refiere principalmen- Asunción; la Vita S. Ildephonsi, escrita por el obispo Cixila
te a Jesús, y la de la Anunciación a la Santísima Virgen, por los años 774-785; la Liturgia mozarábica, abundante en
a quien la Iglesia consagra el oficio eclesiástico de este día" 53. elogios a la intacta Asunción; el Sermo S. Martini Legionen-
No están de acuerdo los autores al fijar el tiempo en sis, etc. 01.
que comenzó a celebrarse esta fiesta.
Según Bolando, es de institución apostólica; pero de ello ¡5) Fiesta de la Natividad.—Mucho disienten los autores
no hay vestigio alguno en la Iglesia primitiva 5*. sobre el tiempo en que comenzó a celebrarse esta fiesta.
La primera mención de este día encuéntrase en el Con- Algunos afirman que tuvo sus principios en los días de
M
MlfiNH, v o l . LXXtXV, c o l . 1 7 1 .
M "" Hcortologie, 168.
61
De festis B. M. Virg., 1. n, c. 3, n. 15.
Cf. MOREAU, L'Oriení et Borne dans la féte du 2 février, "' NIC. C'Ar.i,., Hist. Ecles., 1 xvn, c. 28.
NRTh, t. LXII, n. 1, en. 1&35. '"•'' Cf. p. 11, c. 7.
63
MlGNE, vol. cu, c. 88-140. "" Ibítl.
00
53
De festis B. M. Virg., 1. II, c. 3, n. 1. Do glor. Martyr.
51
CAMPANA, O. C , sect. 2, c. 1. •' Cf. p. 11, c. 7.
932 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA C. 4. ORIGEN DEL CULTO MARIANO 933
San Agustín, pero sin razón, ya que el mismo santo Doctor pues, de esta época no tanto tuvieron que dedicarse a desarro-
afirma: "La Iglesia no celebró el nacimiento de ninguno de llarla cuanto a proponerla científicamente.
los profetas, de ninguno de los apóstoles; sólo dos nacimien- a) Así lo hizo en primer lugar San Anselmo, arzobispo
tos celebra: éste (el de Juan el Bautista) y el de Cristo" °2. do Cantorbery, quien merece las máximas alabanzas por ha-
Tomassin piensa que la Natividad de María no se cele- ber recogido de la antigüedad la doctrina de la maternidad
braba aún en el siglo IX 63, pero se engaña, porque muchos divina de María y de su cooperación a la obra de la salva-
escritores eclesiásticos, como San Beda el Venerable, San ción, haberla expresado en nuevas fórmulas y transmitido
Ildefonso de Toledo, Sergio I Papa, etc., hacen mención de claramente a la posteridad es.
esta fiesta antes de aquel tiempo. También se distinguieron en esto su discípulo y familiar
Algunos escritores afirman que esta fiesta fué instituida Eadmero; San Bernardo, abad de Claraval, cuya doctrina
hacia el tiempo en que se celebraron los Concilios de Efeso mariológica corría en boca de casi todos los doctores me-
y Calcedonia. Así, Azor dice: "Me parece muy verosímil que dievales; San Alberto Magno, Santo Tomás, San Buenaven-
el Nacimiento de la Madre de Dios empezó a ser venerado tura, Conrado de Sajonia, el abad Guerrico, Amadeo de Lau-
y celebrado en los tiempos del Concilio Efesino y Calcedc- snria, Amoldo de Chartres, San Antonino de Florencia y otros
nense" 64. muchos, citados ya en las páginas de este libro.
Es probabilísimo que en Oriente tuviera esta fiesta sus h) A la par de la doctrina mariológica, desarrollada y
principios en el siglo VI, tiempo en que el poeta Romano la científicamente explicada por los teólogos, creció el culto de
celebra en sus versos 65 ; ciertamente que se celebraba en la Santísima Virgen en más fiestas y más prácticas de devo-
el Vil, puesto que del siglo siguiente nos quedan sobre esta ción, tan floreciente en esta época.
festividad no pocas homilías de San Andrés Cretense, Juan a) Así, la fiesta de la Inmaculada Concepción, que, ha-
Euboense, San Juan Damasceno y otros. biendo ciertamente comenzado a celebrarse en algunas Igle-
Consta que en Occidente se celebró en tiempos del Papa sias de Oriente en el siglo Vil y de Occidente en el IX y pasa-
Sergio I, quien decretó que en los días de la Anunciación do por diversas vicisitudes, se difundió largamente y como
del Señor, de la Natividad y de la Muerte de la Santa Ma- que adquirió cierta carta de ciudadanía en los siglos XIII
dre de Dios, siempre Virgen María, y de Simeón, que los y Xiv en otras regiones de Occidente; la fiesta de la Visi-
griegos llaman Hypapante, salga la letanía de San Adrián tación de la Virgen, que celebrada por la Galia en el siglo xm,
y el pueblo acuda a Santa María ae. se extendió a toda la Iglesia en el siglo xiv; la fiesta de la
De aquí pasó esta solemnidad a otros países de Occi- Presentación, que desde la Iglesia oriental, donde ya en el
dente, como Inglaterra, Francia y España. De ella dice el siglo vil se celebraba, pasó a Occidente en el siglo xiv; la fies-
Misal mozárabe: "Después de algunas otras solemnidades ta del Desposorio, por cuya institución en el siglo xiv trabajó
más antiguas de la Santísima Virgen, no quedó satisfecha la con gran entusiasmo Gerson, devotísimo de San José; y la
devoción de los fieles y añadió este solemne día de su Nativi- fiesta de los Siete Dolores de la Bienaventurada Virgen Ma-
dad." También otras regiones del orbe la celebraban, de tal ría, que, instituida primeramente por el Sínodo Provincial
modo que en el siglo IX pudo escribir Pascasio Radberto: "La de Colonia en el año 1423 para reprimir la audacia de los
Natividad gloriosa de María es también predicada, en toda husitas, quienes profanaban con furor sacrilego las imágenes
la católica Iglesia de Cristo, feliz y bienaventurada. Si no de Jesucristo y de la Virgen de los Dolores, se difundió no
fuera feliz y gloriosa, no la celebrarían todos y por doquiera mucho después por Alemania y Escocia, además de otras re-
tan solemnemente" °7. giones, y sobre todo por España, donde siempre se veneraron
con tierna compasión los dolores de la Santísima Virgen al
2.° En el siglo XII, la doctrina mariológica ya había sido pie de la cruz del Hijo.
propuesta en cuanto a todos sus elementos; los teólogos..
De esta fiesta, en lo que toca a España, dice Gutiérrez:
63
Serm. 287. "España es una de las naciones en que más arraigó la de-
83
Comm. de dierum festorum celebratione, 1. n, c. 20. voción a Nuestra Señora de las Angustias o Dolorosa; el
84
Instit. Moral., p. n, c. 19. arte la ha dedicado bellísimas producciones, y en Granada
"" Cf. CAMPANA, Maria nel culto cattolico, sect. 2, c. 1, a. 3.
88
87
Cf. SCHUSTER, Líber Sacramentorum, vol. vm. m
De perpetua, virgvn.it. S. Mariae et de eius parturitione, entre Cf. WlLMARTj S. Anselme et sa grande priére á Marie, RThAM,
las obras de San Ildefonso. tomo H, 1930.
934 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA
C. 4. ORIGEN DEL CULTO MARIANO 935
se celebra este misterio de María como de primera clase dad del pueblo en el culto de María, se burla a la vez de
con octava. También es devoción v costumbre peculiar de los títulos marianos que más contribuyen a fomentar en
nuestra Patria y de sus más antíeruas colonias el dedicar los fieles su amor filial y confianza en María, aunque, por
a sus dolores, en el mismo día de Viernes Santo, el sermón otra parte, alaba de tal modo a la Virgen Madre de Dios,
de Soledad, asociándola de este modo al culto sagrado de que parece abrasado en el celo de su honor y culto. Por
la pasión de Cristo" 69. eso dice de él Canisio: "Casi me atrevo a decir que no fué
P) Además, en este tiempo se introdujeron muchas pia- tan insigne mariólogo como panegirista" 74.
dosas fórmulas de devoción hacia la Santísima Virgen, como Los protestantes, a la vez que reconocen la dignidad y
las Letanías y la Corona o Salterio de la Virgen en el si- las principales prerrogativas de la Santísima Virgen, ata-
glo XTI; el Escapulario mañano en el siglo XIII 70 ; el Ánge- can directamente el culto que se le tributa, llamándole Ma-
lus Domini en el siglo Xtv, salutación con la que ahora la riolatría, injuriosa a Cristo.
honramos tres veces al día: a la mañana, a mediodía y por También los jansenistas, con el pretexto especioso de
la tarde, recitando al sonido de la campana la salutación defender el culto debido a Dios, menoscabaron grandemente
angélica, después de las palabras El ángel del Señor anunció el de María. Y el mismo Muratori solía hablar con poca dis-
a María, etc., recordando así el misterio inefable de la en- creción de la devoción de los fieles a la Santísima Virgen.
carnación, para el que Dios eligió a María como instrumen-
to y ministro. Salta a la vista el gran peligro en que se vio el culto de
María por estos ataques de protestantes y jansenistas, y
De esta piadosa salutación, cuyo origen se discute entre nada tiene de extraño que la piedad de los fieles se enfria-
los autores, se hace mención por primera vez en el Capítulo ra en algunas regiones. Así lo dice Dillenschneider: "Pour
general de Frailes Menores presidido por San Buenaventura se rendre un compte exact des dangers que fit courir á la
el año 1263 71, y esta costumbre, vigente ya en algunas igle- dévotion catholique l'opposition antimariale de la Reforme
sias, fué recomendada y enriquecida con indulgencias por et du jansénisme, il faudrait, dans le détail et d'une contrée
Juan XXII en 1318; de aquí que a mediados del siglo xv era á l'autre, avoir surpris l'influence funeste qu'elle exerca sur
práctica universal de todos los fieles tributar este obsequio le sentiment chrétien. Vaste et minutieuse enquéte qui né-
a la Santísima Virgen, como lo dice expresamente San An- cessiterait toute une serie de monographies... Ríen n'est
tonino: "Mandó la Iglesia que cada día se tocaran tres veces attristant pour l'historien des doctrines mariales comme de
las campanas de los templos: a la mañana, a mediodía y por devoir constater le recul que subit la piété catholique dans
la tarde. ¿Para qué sino para honrar y alabar a María con les pays victimes de la Reforme et du jansénisme" 75.
la salutación angélica?" 72.
Pero Dios hizo que en este mismo tiempo surgieran acé-
Fueron en este tiempo también erigidas muchas Confra- rrimos defensores que, saliendo al encuentro de los enemi-
ternidades bajo el nombre y protección de la Santísima Vir- gos de María, vindicaran su culto, entre los cuales deben
gen, y los fíeles realizaron muchas peregrinaciones a los san- ser citados principalmente San Pedro Canisio, San Roberto
tuarios marianos, hasta el punto de que en el siglo xin as- Belarmino, San Francisco de Sales, San Lorenzo de Bríndisi,
cendían, en todo el orbe cristiano, a diez mil los templos de San Juan Eúdes, el Beato Ludovico María de Griñón de
María, devotamente frecuentados por peregrinos de todas Monfort y San Alfonso María de Ligorio, como también
partes 73. Salmerón, Suárez, Novato, Van Ketwigh, Jorge de Rhodes,
3.° En los siglos XVI y XVII, el culto de la Santísima Vir- Benedicto Plazza, D'Argentan, Bossuet, Bourdaloue, Cras-
gen tuvo que sufrir violentos ataques de los protestantes y set, Segneri, Boudon, Poire, Arias, Fonseca, Murillo, Riba-
jansenistas. deneyra y otros muchos ya mencionados 7ti.
Habíales precedido Erasmo, quien, al censurar inmode-
radamente los abusos que, en su opinión, introdujo la pie- Felizmente, y por disposición de la divina Providencia,
las impugnaciones de los enemigos de María fueron supe-
radas; crecieron y florecieron extraordinariamente el culto
89
70
El culto litúrgico de la Santísima Virgen, p . 186. y la devoción a la Virgen; su dignidad singularísima y sus
Cf. p. IV, c. 5, a. 1.
71
Analecta Franc, III, 329.
72
Summ., p . iv, t. xv, c. 2 3 . 71
O. c , 1. v, c. 10.
73
R O H A U L T DE FLEURY, La Ste. Vierge, vol. I, p . 324; GUM- 75
O. c , p . I, c. 4.
PERBERG, Atlas Marianus. 70
Of. ]). III, c. 3, q. 1.
B36 P. IV. DEL CUITO DE MARÍA
Varias son las formas de devoción con que los fieles hon-
ran a María. Como las más excelentes entre todas son el
Escapulario mariano y el santísimo Rosario, trataremos bre-
vemente de ellas en los siguientes artículos.
ARTICULO I
gido moderador general de la Orden de los Carmelitas, y conocida por esta celestial vestidura y protegida contra los
como nidiese a la Santísima Virgen, de mrien fué ferventí- males que la amenazaran" 7.
simo devoto, se dignara mostrarle una señal como prenda de
su amor al sagrado Instituto que dirigía y de la protección II. Prerrogativas del Escapulario mariano.—1.° Des-
que siempre había de di°n°nsarle, María accedió benigna- taca entre todas la que se contiene en estas palabras: "El que
mente a tan humildes súplicas. muriere con él no padecerá el fuego eterno." En qué sentido
Hallándose Simón en Londres el año 1261 (según otros ha de entenderse esta promesa, lo expondremos brevemente:
escritores, el año 1251), fué favorecido con celestial apari- a) Entendería mal esta prerrogativa del Escapulario
ción de la Santísima Virgen, quien, rodeada de innumerables mariano quien pensara o creyera predestinados a todos -los
ángeles y brillando con esplendores del cielo, le promete una fieles que le llevan consigo, por eso de que muriendo con
singular benevolencia y protección a él y a su religioso Ins- él no padecerán el fuego eterno; pues es verdad de fe la in-
tituto, en prenda de lo cual le da el Escapulario de la Orden, certidumbre de la gracia y de la predestinación sin especial
diciendo: "Recibe, amadísimo hijo, el Escapulario de tu Or- revelación divina s .
den, señal de mi confraternidad, privilegio para ti y para b) Lezama 9 y Sylveira 10 sostienen que las palabras "no
todos los carmelitas; todo el que muera con él se librará del padecerán el fuego eterno" significan las llamas del purga-
fuego eterno. He aquí la señal de salvación, salvación en los torio diuturnas o muy duraderas. Pues muchas veces, dicen,
peligros, alianza de paz y de pacto sempiterno." lo eterno se toma en sentido de duradero. Y como los que
2.° Mucho se ha discutido sobre la autenticidad o verdad llevan el Escapulario no han de estar mucho tiempo en el
del Escapulario mariano. purgatorio, se dice que no padecerán fuego eterno, o sea un
Su principal impugnador fué el normando Juan Launoy, purgatorio muy largo.
apoyado en que ningún escritor contemporáneo de Simón c) Más verdad hay en decir que esta inmunidad del fue-
menciona aquella visión mariana, que él reputa como re- go eterno prometida a los que llevan el Escapulario, ha de
cientemente inventada. entenderse tal como suena, pero a condición de que se pon-
En nuestros tiempos se levantan contra el origen del Es- gan los demás medios que para conseguir dicho fin se nece-
capulario mariano P. Thurston, Boudinhon, Saltet, etc. 2. sitan, o sea, observando lo que ha de observarse, guardando
Sin embargo, el origen celestial del Escapulario y la vi- los mandamientos de Dios y viviendo piadosamente.
sión de San Simón Stock es atestiguado por Pedro Swan- Por eso San Roberto Belarmino, hablando en general,
ingthon, su compañero y secretario, quien afirma que él mis- dice: Con frecuencia la divina Escritura atribuye virtud de
mo oyó de sus labios la narración de la visión celeste: "Yo. justificar y aun de salvar a diversas cosas, no porque ellas
dice, sin mérito alguno, escribía lo que el hombre de Dios solas puedan justificar o salvar, sino porque tienen virtud
dictaba"; y defendido por el tolosano Juan Grosso, año para ello, con tal de que no falten las demás cosas necesa-
1389 3 ; Paleonidoro, año 1475 4 ; Juan Cherón 5 y Papebro- rias" " .
chio, quien, en las respuestas a Sebastián de San Pablo, Lo que también advierte Benedicto XIV: "En aquella vi-
declara que nada ha encontrado en aquella visión que de- sión, dice, no leemos que ha de librarse de las penas del
biera reprobarse después de haber leído lo que escribió infierno el que no hiciere otra cosa que llevar el Escapulario;
Swaningthon, y Benedicto XIV, por lo que dice: "Creemos pues otras cosas buenas son también mandadas, en las que
verdadera la visión y juzgamos que como tal debe ser admi- es necesario perseverar siempre. Hermanos (son palabras
tida por todos" 8 . de la visión), conservando en vuestros corazones esta pro-
Finalmente, en el Breviario Romano se menciona dicha mesa, esforzaos en hacer cierta vuestra elección con obras
visión con estas palabras: "Pero no solamente dio la gene- buenas y nunca desmayar. Vigilad en acción de gracias por
rosísima Virgen el nombre y la ayuda, sino también la in- tan gran misericordia, orando sin intermisión, para que la
signia del santo Escapulario, que otorgó al bienaventurado palabra que se me ha dicho sea glorificada en alabanza de la
Simón de Inglaterra para que aquella sagrada Orden fuera Santísima Trinidad y de la siempre bendita Virgen María" 12.
' In comm. B. M. Virg. de Monte Carmelo, lect. 5 ad Matut.
2 " DB, n. 802-806. Cf. LEPICIER, De stabilitate et progressu Dog-
CAMPANA, O. C, sec. 4, c. 5, a. 1.
3
Huius auctoris manuscriptum asservatur in Biblioth. Vaticana. matÍH, p. II, u. 9, n. 26 seq.
1
Fasciculus tripartitus. " De Maria Patraña, c. 5.
" Vindifiae Scapularis. "' Apología Carmelitana, q. 27, n. 330.
11
" De /estis B. M. Virg., 1. n, c. 6, n. 8, Controv., t. IV, 1. II, de Poenit., c. 7.
" De feutiu B. M. Virg., 1. n, c. 6.
940 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA
I . MAS DE DEVOCIÓN HACIA MARÍA 941
Pero si de aquí se pretendiera deducir que el santo Es- labras: "Kaloy de límenlo con Launoy en decir que la Bula
capulario no concede privilegio alguno a los que lo llevan, sabatina parece fuhit, no promulgada por Juan XXII" 1 7 .
pues que todos los cristianos, aunque no lo vistan, si guar- También Wt rerlnmín como supuesta Zimmermann 18, y
dan los mandamientos de Dios y viven piadosamente, han de muy rerienlemenlo llllycrs 19 .
librarse igualmente del fuego eterno, respondemos que es Pero fuere lo (|iid fuere de la autenticidad de la Bula de
grande en realidad el privilegio del Escapulario, ya que es Juan XXII, no en llrllo dudar del privilegio sabatino, reco-
señal de singular protección y prenda de la abundante gra- nocido y aprobado per tantos Sumos Pontífices 20.
cia que María consigue para sus devotos, si guardan los man- AdernaM, cuando n Unes del siglo xvi se suscitaron enco-
damientos y viven piadosamente, por lo que, si están en pe- nadas (lÍN|iiili(N Holire este privilegio,.no solamente en Es-
cado, harán penitencia, y si están en gracia, perseverarán en paña, a .saber, en Sevilla y Salamanca, sino también en Por-
ella y llegarán por lo mismo a la consecución de la ansiada tugal, donde ni ÍII(|IIIMI(I(II* general Pedro Castillo había pro-
bienaventuranza. hibido a IOH CnrnielllitM predicar aquel privilegio, Su Santi-
Esto ha de entenderse en el sentido de que la Santísima dad Paulo V, por decreto de la Santa Inquisición de 11 de
Virgen lo conseguirá en cuanto esté de su parte y de que febrero de llllil, dirimió la cuestión diciendo: "Se permite a
ella impetrará auxilios para los que visten su Escapulario, los PadroM CiirmeliliiH predicar que el pueblo cristiano pue-
con tal de que ellos no pongan obstáculo voluntaria y mali- de piadosamente rronr en la ayuda a las almas de los herma-
ciosamente, ya que, aun llevando el Escapulario, el hombre es nos y col'radeM de lu Asociación de la Beatísima Virgen del
libre y puede frustrar el efecto de la promesa mariana 13. Carmen, o sea, que la Santísima Virgen, a las almas de los
2.° La otra prerrogativa aneja al Escapulario mariano hermanos y cofrade* muertos en caridad, que vistieron el
es la indulgencia sabatina, o sea, la liberación de los que le hábito en la vida y K>lardaron castidad según su estado...
llevaron de las penas del purgatorio en el primer sábado des- ha de ayudarlos con sus continuas intercesiones, piadosos
pués de la muerte, privilegio que está contenido en la Bula ruegos y méritos y prolección especial después de su muerte,
sabatina de Juan XXII, donde se dice: "Yo, Madre de las principalmente en el día del sábado, día que la Iglesia tiene
gracias, bajaré, el sábado después de su muerte, y libraré a consagrado H la Santísima Virgen" 21 .
todos los que se encuentren en el purgatorio y los llevaré al Su Santidad l'ío X hace mención del privilegio sabatino
monte santo de la vida eterna." diciendo: "No exceptuado el privilegio que llaman sabatino
Se dice que Juan XXII, el día 3 de mayo del año pri- del Escapulario de la Santísima Virgen del Carmen" 22 .
mero de su pontificado (según otros, el 3 de marzo del año Y el Papa I'¡o XI, al cumplirse el sexto centenario de di-
sexto), a consecuencia de una aparición de la Santísima vulgarse en lu Iglesia este privilegio, en la carta de 18 de
Virgen, confirmó con su autoridad el Escapulario mariano, marzo de l'.)'¿'¿ al Rvdmo. P. Elias, moderador general de los
al que llama "señal del santo hábito" en el diploma o docu- carmelitas, escribe: "Nos pides que en las postrimerías del
mento pontificio Sacratissimo uti culmine 14. sexto siglo desde que empezó a divulgarse en la Iglesia el
Dos puntos han de estudiarse en esta prerrogativa: la privilegio sabatino... Ni debemos detenernos mucho en re-
autenticidad de la Bula sabatina y la promesa de salvar a comendar las Asociaciones que la misma Virgen recomienda
las almas del fuego del purgatorio en el primer sábado des- con su generosidad y nuestros predecesores enriquecieron con
pués de la muerte. abundantes gracias y la activa caridad de los Carmelitas
a) Por lo que se refiere a la autenticidad de la Bula propagó tan dilatada y fructuosamente por todo el orbe. Bás-
suscitóse antiguamente una gran controversia, que aun no tenos exhortar a los que dieron su nombre a estas Asocia-
ha terminado totalmente. ciones a que, con devoción perseverante, permanezcan fie-
Defendió con gran esfuerzo este diploma, como obra ge- les a todo lo que se les manda para lucrar las indulgencias
nuina de Juan XXII, Teófilo Kaynaud 15, y en nuestros días, concedidas, y principalmente aquellas tan excelsas llamadas
Besalduch 16. sabatinas."
Impugna acremente la autenticidad de la Bula sabati- Y en otra carta al mismo prior general carmelitano, con
na Launoy, a quien siguió Papebrochio, del que son estas pa- 17
Respons., p. 1, § 15.
18
13
Monum. ¡tintar, (larmelit.
Cf. T E K R I E N , O. C , 1. x, c. 1, p. 306. 10
Cathoiic h'ncydcp., t. XIII, a r t . Sabbatine privilége.
" Cf. CAMPANA, O. C , s e c t . 4, c. 5, a. 1. 20
BESALDUCH, O. C.
15
Scapulare marianum illustratum et defensum. 21
Bullar. C.nrmcKt., t. i.
18
Enciclopedia del Escapulario del Carmen, c. 14. 23
Act. Ap. Hedía, vol. III, 1911.
ÍM2 P . IV. DEL CULTO DE MARÍA
C. 5. FORMAS DE DEVOCIÓN HACIA MARÍA 943
No obstante, ninguna de las dos promesas hace inútil a para mí cierto que puede piadosamente creerse sobre los
la otra, sino que más bien se armonizan y completan, ya que cofrades difuntos lo que Paulo V propuso como digno de pia-
al beneficio de dicha indulgencia añade la Santísima Virgen dosa creencia" 31.
un nuevo factor en el caso de que la indulgencia se frus-
trara por alguna imperfección o defecto.
No todos los que piensan haber conseguido indulgencia ARTICULO II
plenaria la lograron realmente, ya que no pocas veces pue-
de incurrirse en defectos que la invalidan; de otro modo no DEL ROSIRIO DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
habría por qué celebrar misas o dar limosnas en sufragio de
los difuntos que parecieron haber salido de este mundo pro- Otra forma de culto sumamente grata a la Santísima
tegidos por una indulgencia plenaria. Virgen, que los fieles tienen en gran estima y en todas par-
A aquel cofrade, pues, a quien la indulgencia, ineficaz por tes se practica, es el santísimo Rosario.
algún defecto, no librase del purgatorio, la Santísima Virgen
promete liberarle ella misma en el primer sábado después I. Naturaleza del santísimo Rosario.—El Rosario es una
de su muerte. fórmula en la que distinguimos o separamos, interponiendo
P) Se dice que el primer sábado después de la muerte la oración dominical, quince dieces de salutaciones angéli-
es el tiempo o día en que los cofrades del Escapulario han de cas, y piadosamente meditamos, en cada uno de ellos, otros
ser liberados de las llamas del purgatorio. tantos misterios de la redención humana S2.
Esa fecha no ha de tomarse en un sentido totalmente rigo- Tres son, por tanto, las partes esenciales del Rosario, a
roso, sino más bien con cierta amplitud, es decir, si enton- saber: los misterios, la oración dominical y la salutación
ces no, ciertamente no mucho después, y principalmente en angélica.
sábado, día que, desde remotísimos tiempos, está dedicado a Sin la meditación de los misterios, aunque se reciten
la Santísima Virgen. muchas oraciones dominicales y salutaciones angélicas, no
Por eso se dice en la Bula de Paulo V "que la Santísima hay Rosario, así como tampoco puede llamarse Rosario a
Virgen ha de ayudar a las almas de los hermanos y cofrades la meditación de los misterios sin los padrenuestros y las
que mueran en caridad... con sus continuas intercesiones, avemarias.
piadosos sufragios y méritos y con su especial protección, "Del mismo modo, dice Esser, que uniéndose el cuerpo
después de su muerte, principalmente en día de sábado. y el alma constituyen al hombre vivo, así también la unión
día dedicado por la Iglesia a la Santísima Virgen" 28. de la meditación afectiva con las preces vocales constituye la
Y en el Breviario Romano se afirma igualmente "que la oración viva y vivificante del Rosario. Las preces vocales son
Santísima Virgen... a los hijos inscritos en la Asociación del en él a modo de materia, a la que sólo la meditación de los
Escapulario... con afecto plenamente maternal ha de con- misterios puede imprimir la forma y Ja propia especie" s".
solarles mientras se purifican en el fuego del purgatorio, Por lo cual otras preces que se añadan al Rosario antes
y se cree que cuanto antes ha de llevarles al cielo" 2i>. o después de la enunciación de los misterios no pertenecen
Sobre las cuales palabras observa Benedicto XIV: "En a la esencia del Rosario; son como partes libres y variables
ellas se afirma que las almas de los fieles inscritos en la Co- en conformidad con la costumbre de cada región.
fradía del Escapulario y que han observado las obras de 1.° Los misterios son ciertos pasajes de la narración
piedad que se les prescriben, arrojadas que fueren al fuego evangélica que se refieren a los principales hechos de la vida
del purgatorio, son ayudadas por la Santísima Virgen, para de Jesús y de María. Son hechos históricos que sucediere
que saliendo de allí lo antes posible vuelen al cielo; a estas en Palestina, donde ya hace veinte siglos se llevó a cabo la
palabras, sin embargo, se aííade: como piadosamente se redención humana; pero se llaman misterios, porque bajo
cree" 30
. el velo de la historia contienen verdades incomprensibles a
Entendido así el privilegio sabatino, es admitido por to- nuestra razón, como la encarnación del Verbo, la materni-
dos, hasta el punto de que el mismo Launoy, enemigo, por dad divina, etc., que superan la penetración del entendi-
otra parte, de este privilegio, se vio obligado a escribir: "Es
•3211 De Carmelitani Scapularis sodalitio dissertatio, c. 2.
-x L. c. Brev. Rom.: Offic. Sacratiss. Rosarii B. M. Virg., lect. 4 ad
20 Matut.
L. c. 33
30 FANFANI, De Rosario B. M. Virginis, c. 1.
De festis B. M. Virg., c. 6.
946 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA
C. 5 . FORMAS DE DEVOCIÓN HACIA MARÍA S'47
miento humano y sólo por la revelación pueden conocerse. ciar a María el misterio de la encarnación: Dios te salve,
Quince son los misterios que se recuerdan en el Rosario, llena de gracia, el Señor es contigo, bendita tú entre las¡
gozosos, dolorosos y gloriosos, de todos conocidos. mujeres, y el presagio de Santa Isabel, que, visitada por
Aunque no todos los misterios sean actos inmediata y María e inspirada por el Espíritu Santo, prorrumpió en es-
formalmente de la Santísima Virgen, al serlo de su propio tas palabras: Bendita tú entre las mujeres y bendito el fru-
Hijo, afectan íntimamente a la Madre, porque, como escri- to de tu vientre (Le. 1, 42).
be Rouet de Journel, "nulle part les joies, les douleurs et les La segunda parte es una súplica dirigida a la Santísima
gloires de Jésus ne sont reflétées comme dans le coeur de Virgen para que tanto en la vida como en la muerte nos
Marie. La Mere a été le miroir du Fils: miroir de joie, mi- tenga de su mano; súplica que se expresa de este modo:
roir de peine, miroir de gloire" Si. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
2.° La oración dominical es aquella que el mismo Cristo, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
redentor nuestro, enseñó a sus discípulos cuando al decirle: La salutación angélica no se formó toda a la vez, sino
Señor, enséñanos a orar, les respondió: Así habéis de orar: que, con el transcurso de los siglos, se acreció con otros ele-
Padre nuestro, que estás en los cielos. mentos.
De aquí que se llame padrenuestro a la oración domini- a) Por lo que se refiere a la primera parte, encontra-
cal, para la que Durando tiene estos encomios: "La oración mos dos aditamentos: el nombre de María, que se intercala
dominical supera a las demás oraciones, ya por la autoridad entre Salve y llena de gracia, y el nombre de Jesús, puesto
del Doctor, puesto que fué dicha por boca del mismo Cristo a continuación de las palabras fruto de tu vientre, con las
cuando enseñó a orar a los apóstoles; ya por la brevedad que antes se terminaba esta deprecación.
de las palabras, por lo que fácilmente se aprende y se reci- a) Sobre la adición del nombre de María a la saluta-
ta; ya por la suficiencia de las peticiones, pues contiene ción angélica dice Santo Tomás: "En esta salutación se
todo lo necesario a la vida espiritual y corporal; ya, en fin, contienen tres cosas. La primera parte se debe al ángel:
por la fecundidad de los misterios, porque los encierra ver- Dios te salve, llena de gracia; el Señor es contigo; bendita
daderamente inmensos" 35 . tú entre las mujeres. La segunda trae su origen de Isabel,
Por esto, desde los primeros tiempos de la Iglesia, la madre del Bautista: Bendito el fruto de tu vientre. La ter-
oración dominical fué parte principalísima del culto público cera parte es de la Iglesia, a saber: María, porque el ángel
y corre por todas las liturgias. no dijo 36Dios te salve, María, sino Dios te salve, llena de
Sin embargo, la costumbre de unir esta oración a la sa- gracia" .
lutación angélica prevaleció pasado ya el siglo X; y puesta Que esta adición es antiquísima en la Iglesia consta por
en el Rosario al principio de cada uno de los dieces, preceüt en Antifonario Gregoriano, ya que en la dominica IV de Ad-
a la salutación angélica como el más valioso ruego que por viento manda se digan estas palabras: Dios te salve, María,
manos de la Santísima Virgen dirigimos al Padre celestial llena de gracia, el Señor es contigo; bendita tú entre las
para que por tan excelsa Mediadora podamos obtener lo mujeres, aleluya. Palabras que también se leen en otros vie-
que con nuestros solos méritos no podemos. jos antifonarios, así como también en el ofertorio de la
3.° El avemaria es una oración, así llamada por las dos misa votiva de la 37Virgen, antigua en verdad, y que se debe
palabras con que empieza. Se llama también salutación an- al monje Alcuino .
gélica, porque en las primeras expresiones se contiene el p) Sobre la adición del nombre de Jesús ha de notarse
saludo del arcángel San Gabriel al anunciar a María el mis- lo siguiente:
terio de la encarnación que en ella había de realizarse. Este nombre fué introducido en la salutación angélica
Esta salutación angélica o avemaria, como al presente se mucho más tarde, ya que no figura en la Expositio salu-
reza, es el saludo del ángel a la Santísima Virgen María, tationis angelicae de Santo Tomás ni en el Speculum B. Vir-
llena de gracia y bendita entre todas las mujeres por el ginis, lee. 1.
fruto bendito de su vientre, al que se le añade una súplica Sin embargo, es ya aducido por Amadeo de Lausana,
pidiéndola nos ayude y favorezca en la vida y en la muerte. quien concluye la homilía m sobre las alabanzas de la Vir-
Consta este saludo de dos partes: la primera contiene
3a
la salutación del ángel Gabriel, enviado por Dios para anun- Exposit. saiut. angelicae, quam iure adscribí S. Thomae, os-
34
tendit Rossi apud DThPl, xxxiv, n. 5, sept.-dic. 193Í.
ET, t. 182, n. 2, 20 enero 1925. 37
36 TEOMBELLI, De cultu publico ab Eccles. B. Mariae exhibendo,
Rational. divin. Offic., 1. IV. d. 4, c. 2, q. 2.
948 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA
C. 5 . FORMAS DE DEVOCIÓN HACIA MARÍA 949
gen María de este modo: "Dios te salve, llena de gracia; Santa María..., expresada en varias fórmulas, ninguna de
el Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres y bendito las cuales sube más allá del siglo xn.
el fruto de tu vientre, Jesucristo, que es, sobre todas las co- Así las palabras Santa María, ruega por nosotros, se leen
sas, Dios bendito en los siglos de los siglos. Amén." por vez primera en el Breviario Cartujano del siglo x n i ; las
Pero en realidad estas palabras parecen dichas más como otras, ruega por nosotros, pecadores. Amén, se encuentran
fin de sermón que como fórmula de oración. en otro Breviario del siglo Xiv, en San Bernardino de Siena,
7) La adición del nombre de Jesús, Jesucristo, Amén. y en los himnos métricos del XV 42.
fué probablemente mandada por Urbano IV hacia el año 1262. Las palabras ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén,
que enriqueció el rezo de la salutación angélica con trein- no solían añadirse en España, como lo hace notar Martín
ta días de indulgencia. Así lo atestiguan, entre los antiguos, de Azpilcueta (Navarro) 43 ; y en verdad que el año 1460 es-
Enrique de Langenstein, Miguel de Insulis y Tomás de Kem- taba en uso esta fórmula: "Ave María, llena de gracia. El
pis, y entre los modernos, Mabillon, Esser, Beisel, etc. 3S. Señor contigo. Bendicta tú en las mujeres y bendicta tu ma-
8) Finalmente, cuan grande sea, en su primera parte, dre y bendicto el fruto de tu vientre, Jesú. Virgen María,
la excelencia de la salutación angélica, lo declara Lehemayr Madre de Dios, ruega por nos pecadores. Amén" 44.
con estas palabras: "Aquélla fué dictada en el consejo de No obstante, las palabras ahora y en la hora de nuestra
la Trinidad Santísima; ella unió al Hijo de Dios con la carne muerte. Amén, usábanse en Roma y en otros puntos. Así, el
mortal; ella dejó vacío el infierno; ella conquistó el cielo y arzobispo de Maguncia Bertoldo había mandado en 1493 que
dio la plenitud de todo el bien" 3i>. se terminara de ese modo la salutación angélica en las sa-
b) La segunda parte de esta salutación es: Santa Ma- gradas funciones dominicales de las parroquias 45 ; y estas
ría, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y mismas palabras se hallan, como dice Trombelli, en un có-
en la hora, de nuestra muerte. Amén. dice editado por San Antonino, arzobispo de Florencia, y en
De muy antiguo se ha creído que los fieles acostumbraron, la Colección de las alabanzas cristianas, en Venecia, año 1477;
ya desde el Concilio de Efeso, a unir a la primera parte de más aún, él mismo añade: "En el Breviario Romano del si-
la salutación angélica esta segunda, en la que suplicamos glo Xiv, o acaso de principios del XV, que guarda nuestra
a María nos ayude en la vida y en la hora de la muerte. Biblioteca, aparece íntegra la salutación angélica casi de!
Partidarios de esta opinión son el cardenal Baronio, mismo modo en que ahora está en uso" 4(!.
Bona y otros muchos, quienes, por lo mismo, se ven obliga- Por eso escribe Navarro: "La costumbre de la ciudad (ur-
dos a afirmar que la salutación angélica estaba ya consti- bis), aprobada por el Breviario Romano de Pío V, de feliz
tuida desde aquellos antiguos tiempos en el estado y forma memoria, hizo que aquellas palabras ahora y en la hora de
en que al presente se encuentra. nuestra muerte, añadidas al fin de aquélla, fueran parte de
He aquí las palabras de Baronio: "Créese que ya enton- la misma, al menos al ser pronunciadas en las Horas canó-
ces recibió esta adición la salutación angélica: Santa Ma- nicas por los que tienen obligación de recitarlas" 47.
ría, ruega por nosotros, etc., que se acostumbró a decir y Desde el siglo XVIII quedó completamente abolida cual-
repetir frecuentemente por boca de todos los fieles y aun quiera otra fórmula, y en adelante no sufrió mutación ni
enseñar a los niños por sus piadosos padres, como los pri- adición alguna la salutación angélica.
meros elementos, juntamente con la primera leche" *°.
Pero hoy se oponen casi todos a esta opinión; y en ver- II. Origen del Rosario.—Muchas controversias han siu-
dad, porque sólo después de muchos siglos fué añadida a gido, principalmente en nuestros tiempos, acerca del origen
la salutación angélica esta segunda parte. e institución del Rosario, que no es nuestro propósito expo-
Pues aunque se advierten en San Juan Damasceno y en ner aquí con amplitud. Faltan ciertamente documentos con-
San Andrés de Creta ciertos comienzos de la costumbre de temporáneos que atestigüen el origen del Rosario; pero, en
unir al saludo angélico una súplica más o menos expresa, 43
BERLIERE, Angelique salutation, PTC, t. I, c. 1,276.
implorando la ayuda de María 41, sin embargo es cierto que 43
De Oratione et Horis canonicis, t. í, c. 19, n. 130.
sólo después de algunos siglos se introdujo la invocación 44
Breve doctrina y enseñanza que ha de saber y de poner por
obra todo xpiano y cristiana. En la, cual deben ser enseñados los
mocuelos primero que en otra cosa. Ordenóla Fray Hernando de
CAMPANA, O., C , sect. 3, 1, a. 2. Talavera, primero Arzobispo de la Santa Yglesia de Granada.
Rosetum Marianunv, c. 1. 45
CHRISTOPH. MONFANG, Katholische Katechismen..., p. 16.
Annal., an. 431. 4
" L. c.
TROMBELLI, 1. c. 47
L. e.
050 P. IV. DEL CULTO DE MARÍA
C. 5. FORMAS DE DEVOCIÓN HACIA MARÍA 951
Concupiscencia]: tooperación de M a r í a ] :
[Cristo]: [Cristología]:
de estas dos clases, 236; en acto compasión, 543 s.; controversias
primero puede ser reprimido o a propósito de esta afirmación, parte de esta tesis es de fe, 94; tes y prerrogativas que de ella
anulado, 236; el fomes del pecado 544 s.; v. Pasión, Compasión y teorías de los antiguos escolás- se derivan- para su humanidad,
supone más que la simple poten- María; cooperación mariana a la ticos sobre el tiempo en que se 3; v. Unión y Cristo.
cia de pecar, 238; María, total- redención objetiva relacionada infunde el alma al cuerpo, 94 s.;
mente inmune del fomes del pe- con la de Cristo, 552; a la cual el alma de Cristo fué adornada, Cuerpo místico de la Iglesia: Cris-
cado en acto primero y en acto está esencialmente subordinada, desde el primer instante de su to, su cabeza, y María, su
segundo, 236 ss. 552; el orden- moral supone la co- concepción-, del uso de la cien- cuello, 6 4 0 s.; v. Redención,
operación de la humana volun- cia beata e infusa, 96; v. Cien- Cristo, María, Mediadora y Ma-
Consejo (el don de): v. Dones. tad, 553; Dios exige nuestra co- cia; a Cristo debe atribuirse, ternidad de los hombres; com-
operación y libre aceptación de además de su eterna natividad prende a todos los hombres des-
Consorcio de María en la obra reden- de el principio del mundo (Santo
t o r a : su causa es la voluntad de la redención, 553; ¿cooperó María del Padre, una natividad tem-
a su propia redención?, 556; poral de María, £7; los méritos Tomás), 653 s.; Cristo, también
Dios, 528; ruó existe conexión cabeza de los que le precedieron,
necesaria entre el concepto de cooperación de María a la reden- previstos de Cristo redimieron a
ción subjetiva, 624; cooperación la Virgen de la mancha del pe- 653; empezó a ser cabeza desde
consorcio y el de la divina ma- su concepción, 752; por ser Ma-
ternidad, 529; v. Maternidad; es mediata e inmediata, 624; véase cado original mediante una re-
María, Cristo y Redención; la dención- preservativa, 147; véase ría Madre de la cabeza, lo es tam-
el consorcio redentivo, en senti- bién- de su cuerpo místico, 752;
do amplio, inseparable de ésta, última no se realiza ex ipsa na- Redención; Cristo hombre es an-
tura rei, sino ex positivo et libero tecedente e intrínsecamente im- v. Cristo, María y Maternidad
529; maternidad y consorcio se de los hombres; Cristo constituí-
distinguen formalmente si se Dei decreto, 625 s.; es hipotéti- pecable por virtud de la unión
camente necesaria por la impo- hipostática, 251; la plenitud de do formalísimamente cabeza del
considera este último como co- género humano en la cruz, 755;
operación mediante actos mora- tencia consiguiente d e Dios, gracia de Cristo es absoluta, y
626; esta cooperación comprende la de María, respectiva, 285 s.; se comprueba por las cuatro se-
les, 529; María se hizo consorte ñales que deben encontrarse en
de Cristo Redentor por su libre no sólo moralmente, sino mate- el cuerpo de Cristo, unido a la
máticamente (numéricamente), Divinidad, es perfectísimo en- la cabeza sea natural, sea místi-
aceptación' de la divina materni- ca, 755; las tres primeras tiene
dad, 529; los actos consiguien- todas las gracias redentivas, 626; hermosura, 439; la cuestión de
coopera con su intercesión a la los hermanos de Cristo, 469 ss.; Cristo desde su Encarnación-, y
tes a la Encarnación diferencian la cuarta, el influjo vivificante,
la divina maternidad formal- distribución de las gracias, árbol genealógico, 473; Cristo
662 ss.; véase Intercesión. fué la causa meritoria de todos lo adquiere por su pasión, 755 s.;
mente del consorcio, 529; el con- v. Cristo; nosotros somos miem-
sorcio de María empezó en el mo- los efectos de la predestinación,
pues mereció de condigno a to- bros del cuerpo místico después
mento de la Encarnación, 531 s.; Coparticipación de María en la pa- de la cruz, 756; en la Encarna-
la distinción formal no impide sión de Cristo, 543 ss,; v. Co- dos los hombres desde la primera
operación y María. gracia hasta la gloria, 593; ción están los miembros, por re-
que haya una relación necesa- presentación vicaria, en su cabe-
ria, 530; además, es connatural v. Predestinación.
Corazón: puede tomarse en tres za, 757; en la cruz nacen a la
a la madre intervenir en las co- vida, 757; la misión de la cabe-
sas del hijo, 530; v. Cooperación. sentidos, 848 s.; físico, metafísico Corredentora: significa cooperación,
y simbólico, 849; distinción en- za continúa jurídicamente en la
consorcio, asociación con Cris- del cuerpo, 757; en- qué se dife-
Continencia: en sentido estricto, tre cosa significada, el signo y to Redentor en su obra re-
317; en sentido amplio, sinóni- la razón de significación, 849; rencian los miembros del cuerpo
dentora, 7 3 5 ; v. Cooperación, natural de los del cuerpo místi-
mo de castidad, 317; v. María. afirmación de una conexión en- Consorcio, Mediadora y María;
tre el corazón- físico y los actos co, 758; estos últimos se diferen.
Conveniencia: la primera de cual- título q u e compete a María, cían entre sí por la vida de la
de la vida psicológica, 849; es igualmente como el de mediadora,
quier obra es la ejecución de lícito un culto dado particular- gracia, 758; hay cinco grados de
la voluntad divina (Contenson), 725; niegan este título los pro- pertenecer al cuerpo místico,
mente a una parte de la persona testantes, jansenistas y unos po-
666 s.; todo lo que sirve para ma- adorada u honrada, 848 s.; véa- 759 s.; un sexto grado de los
nifestar la perfección divina es d e cos católicos, 725 s.; los San- separados y condenados, 760.
se Culto. tos Padres llaman a María Re-
máxima conveniencia, 667; la
santidad conveniente de la Igle- Cristo: v. Cristología y Soteriología, dención y Reden-tora, y ayudado- Culto: su definición, 835; difiere
sia, 691, s.; v. Iglesia. ra de la redención, 727; según del honor como la especie del gé-
3; por razón de la unión hipos- «•I común sentir de la Iglesia,
Cooperación de María: plantea- tática es una hipóstasis o per- •uto título compete a la Santísi- nero, 835; lo integran tres ac-
miento de la cuestión, 531 s.; sona divina subsistente en la na- ma Virgen-, 729 ss.; Salmerón tos: de entendimiento, voluntad
supone el libre decreto de Dios, turaleza divina y humana. 84; leí dio el primero este nombre en y ejecución, 835; puede ser civil
535; la cooperación es remota y no puede llamarse Hijo del Es- Enpiifia, 728; es corredentora (o político) y religioso, 835; el
próxima, 535; la remota es ver- píritu Santo, aunque fué conce- por nu compasión, 737; no puede culto religioso se divide en la-
dad de fe, 536; v. María.; la bido de él, 91; v. Espíritu San- lliimarsc a los santos correden- tría, dulía e1 hiperdulía, 835 s.;
causa de la causa es también cau- to, Maternidad divina y Trini- torcrn, porque no participaron los teólogos distinguen una do-
sa del efecto producido por ésta, dad; el cuerpo de Cristo fué lU'llviimente en la redención ob- ble hiperdulía: la una difiere en
537; v. Consorcio y Maternidad; formado en el primer instante jdtlvn, 738 s. el grado, la otra en la especie,
1
cooperación relacionada con la re- de la concepción, animado» de 836; los nombres de latría y
circulación, 539; v. Recirculación; alma racional y asumido por el adoración- reservan los Santos
cooperación próxima mariana por Verbo de Dios, 94 s.; la tercera O'rUliiloiífn: trata de la unión hi- Padres y teólogos a sólo Dios,
|m»t(Stlca en Cristo y de las do- I 836; el culto tien e dos objetos:
INDICE DE IDEAS 961
960 ÍNDICE DE IDEAS
I Cu II o ] : [Culto]:
[Culto]: lulto]: cío redentor, 921 s.; el culto de es suficiente obtener las gracias
material y formal, 836; el objeto es propia de su Corazón, 851; uti- Muría se remonta hasta el prin- por la sola invocación del nom-
material principal es siempre una lidad del culto a María bajo su cipio mismo de la Iglesia, 923; bre de María ex opere operantis,
persona, 836; se distingue entre aspecto individual, 903 ss.; la H(Í divide la historia del culto en 872 s.
culto absoluto y relativo, 836; Virgen prodiga beneficios espi- varias épocas, 923 s.; la pri-
v. Culto m María, a los santos; el rituales actuando como causa mera llega hasta el Concilio de de honor: ha de tributársele
culto de latría relativa se da a ejemplar y causa impetratoria, lOfeso, y comprende, a su vez, con actos, internos y externos,
las cosas inanimadas por razón 904 s.; los devotos de María son, (los periodos, 2E3 s.; las imáge- 873; se le debe también culto de
de su excelencia extrínseca, 843. por especial razón, sus hijos ge- nes de María en las Catacum- amor, 874 ss.; un ferviente amor
nuinos, es decir, por un acto bas romanas, 923; institución de a María produce congratulación,
— A María; es de fe que María propio de su voluntad, entregán- la primera fiesta litúrgica ma- confianza y vasallaje en el alma
debe ser honrada con culto sa- dose a Ella, 905; estos tales re- riana, v. lÁturgia, 928; la segun- de quien se le profesa, 876 s.
gradp, 838; testimonios conci- ciben tanto bienes espirituales da época se extiende desde el
liares, 838; lo atestiguan los de invocación de María: se le
como temporales, 905 s.; la in- Concilio de Efeso a nuestros debe tributar este culto, 877;
monumentos históricos en Roma vocación "María, salud de los tiempos y abarca tres períodos,
y España, 840; el culto de la desde los primeros tiempos lo
enfermos", 906; la asistencia 928 ss.; época, culminante del atestiguan los Santos Padres y
Madre nunca se separó del del mariana en la hora de la muer- esplendor mariano desde Pío IX
Hijo, 841 s.; es de fe que María el pueblo cristiano, 878 ss.; la
te, 906 s.; Benedicto XV ense- a Pío XII, 937; v. Culto a María, invocación de la intercesión de
no ha de ser honrada con culto ña que debe esperarse de Ma- María, Escapulario y iíosarío.
de latría absoluta, 842; en cuan- la Virgen está en todo subordi-
ría la gracia de una buena nada a Cristo, 880; invocación
to al de latría relativa, es sen- muerte, 906 s.; sus devotos expe- — de las reliquias, imágenes y del
tencia común, 842 s.; no corres- de los santos; v. Culto de los san-
rimentan su asistencia en el ar- nombre de María: si existen re- tos.
ponde a María el culto de latría tículo de la muerte, 911; María liquias auténticas, 855 &.; las
relativa, tributado a la cruz y no interviene personalmente en reliquias de cabellos y de leche de imitación: en él consiste la
demás instrumentos de la pa- el juicio particular, 910; utilidad de la Santísima Virgen, 856 s.; verdadera veneración de María,
sión del Señor, 843; distinción del culto de María bajo su aspecto no hay ninguna reliquia de san- 881; lo enseñan los Romanos
entre la concesión teórica y su social, 911 ss.; la Iglesia, la fa- gre verdadera de María, 858; Pontífices y los Santos Padres,
negación práctica del culto de milia y el Estado se aprovechan reliquias en sentido lato: el cin- 883 s.; imitar a María es imi-
latría relativa a María, 842; de ésta, 911; en la Iglesia pro- turón, velo y otras vestiduras, tar a Cristo, dado que la Vir-
la razón principal de tributar duce un doble influjo: doctrinal 858 s.; historia de éstas, 858; a gen es su más perfecta ima-
a María culto de hiperdulía es y moral, 911 s.; en la familia las reliquias marianas se tribu- gen, 885; la imitación actual
su maternidad divina, como fuen- sobre todo, mediante la vida de ta culto de hiperdulía relativa, de las virtudes de María no
te de todas sus demás prerro- la Sagrada Familia, prototipo 859 s. pertenece a la esencia del culto,
gativas, 845; la dignidad de del hogar cristiano, 912; en la 887; el título "María,, refugio
Madre de Dios, de Consorte del — de las imágenes de María: de- de pecadores", comprueba esta
vida de la Historia y del Esta- ben ser honradas con debida ve-
Redentor y de Reina exigen un do interviene con singulares au- tesis, 887 s.; el culto de María
culto de hiperdulía diverso, no neración, 862 ss.; testimonios es moralmente necesario para la
xilios y milagros (las Navas de de los Concilios, 862 s.; Santos
sólo en grado, sino en especie, Tolosa), 914; su culto promue- salvación, SEO s.; pero no es
del de dulía común, 847 s.; culto Padres y de descubrimientos de simplemente necesario en orden
ve la religión, fomentando la arqueología, 863 s.; prodigios
al Inmaculado Corazón de Ma- honestidad de costumbres e in- al fin, como lo es la gracia, 890 s.:
ría, 848 ss.; v. Corazón; hay dos 863; razón teológica: el hombre véase Oración; la necesidad del
fluyendo en las Letras y Bellas necesita la múltiple ayuda de
modos de tributar culto a un Artes, 915 s.; su papel especial culto mariano es le derecho na-
objeto: sígnate o exercite, 849 s.; las cosas sensibles, 864; ejemplo tural indirecto e implícito, 892;
en el arte español, 916; origen de Santa Teresa de Jesús, 864;
el culto del Corazón de María y antigüedad del culto a. la Vir- la .singular devoción a María
alcanza exercite a toda persona, el culto debido a las imágenes debe colocarse entre los signos de
gen, 919; difiere en absoluto del do la Virgen es relativo, 865; si
849; sígnate pueden ser vene- culto pagano, 919 ss.; refuta- predestinación, 894 s ; se distin-
rados per se el corazón de car- el culto tributado a las imáge-
ción1 de las afirmaciones opues- nes ha de ser, además de rela-
guen! tres grados de devoción
ne y el metafórico, en culto pri- tas por parte protestante y ra- a María, 898; a los santos: a
vado (en analogía al Corazón de tivo, aun de especie inferior, los padres de María, 18; en la
cionalista, 919 s.; esta radical 865-866 s.; las sentencias de
Jesús), 850; el objeto material diferencia excluye todo influjo Iglesia occidental desde el si-
total, remoto y primario del cul- Santo Tomás y de San Roberto glo vin a Santa Ana, que se
de ritos paganos en los elemen- Belarmino, 865-866.
to del Corazón de María es la tos esenciales del culto maria- extendió a fines del siglo XV
persona de la Madre de Dios, 850; no, S19; tampoco debe admitir- al nombre de María; merece ser por toda Europa, 19 s.; la po-
objeto material parcial, próximo se este influjo en las cosas ac- honrado con culto religioso, 867; derosísima intercesión de Ma-
y secundario es el corazón simbó- cidentales, 920; el culto de Ma- si- le debe culto de hiperdulía ría no excluye la invocación de
lico (de carne) de María, 850 s.; ría trae origen' de la misma sus- relativa. 868 s.; el nombre de los santos, 882 s.; es providencia
diferencia entre el culto del Co- tancia del cristianismo: de los M liria tiene singular fuerza y divina que los santos nos ob-
razón de María y el del Corazón misterios de la Encarnación y virtud, 865' s.; ¿tiene eficacia ex tengan las gracias que les pedi-
de Jesús, 850; los objetos for- Redención, 921 s.; estos dos mis- opere aparato?, 871 s.; senten- mos sólo por1 Cristo y con de-
males general y especial son, terios están unidos con la divi- ciiiM sobre la eficacia ex opere pendencia de la intercesión de
respectivamente, la excelencia na maternidad y con1 el consor- opérala de los sacramentales, 871; María, 882; a los santos se tri-
sobrenatural de María y la que
7V. de la í 'traen Santísima.
ÍNDICE DE IDEAS
962
ÍNDICE DE IDEAS 963
[Dones del E s p í r i t u S a n t o ] :
[Culto]:
b u t a culto de dulía 8 3 5 ; véase de la s a b i d u r í a filosófica, de la [Error]: Esterilidad: tenida como ignomi-
Culto. s a g r a d a t e o l o g í a y de la v i r t u d i g n o r a n c i a ( S a n t o T o m á s ) , 368; n i a en'tre h e b r e o s , 476; e n g r a -
D o g m a : el de la m a t e r n i d a d divi- de la fe, 331 s.; c o r r e s p o n d e n - v. Ignorancia; el e s t a d o de j u s - do m a y o r a ú n la c o n y u g a l , 476;
n a , s o l e m n e m e n t e p r o c l a m a d o en cia e n t r e los t r e s g r a d o s de ca- ticia o r i g i n a l t e n í a i n m u n i d a d su m i l a g r o s a c u r a c i ó n e n Sarrta
E f e s o , 7 8 ; el d e l a I n m a c u l a d a r i d a d con los de l a s a b i d u r í a , de e r r o r , 369; v. Justicia origi- A n a , 17, 439; v. María y Virgi-
Concepción', p o r P í o I X , en la 332 (Dionisio el C a r t u j a n o ) ; el nal; el e r r o r es efecto del p e - nidad.
B u l a Ineffabilis Deus, 147: v é a s e don de ciencia, su definición, 3 3 3 ; cado, y p r o v i e n e de las f a c u l t a - E u c a r i s t í a : d o c t r i n a del C a t e c i s m o
Concepción Inmaculada: el de definición de M e u n i e r , 3 3 3 ; el don des i n f e r i o r e s del alma tf 369; T r i d e n t i n o sobre l a t r a n s u s t a n -
l a g l o r i o s a Asunción de M a r í a , de consejo, su definición, 334; di- v. María. ciación, 128; cooperación de Ma-
p o r Pío X I I , Const. Munificen- f e r e n c i a e n t r e el don de conse-
r í a r e s p e c t o a la S a n t í s i m a E u -
tissimus Deus, 489; v. Asunción. j o y la p r u d e n c i a a d q u i r i d a e E n t e n d i m i e n t o : v. Dones del Espíri- c a r i s t í a , 672 ss.
infusa, 334; e l don de fortaleza, tu Santo.
D e í p a r a : v. Theotocos y Maternidad su definición, 335; en qué se
d i s t i n g u e de la v i r t u d de la for- E s p a s m o (o síncope): s e g ú n algu-< E v a : M a r í a , la n u e v a E v a ; v. Ma-
divina. nos a u t o n e s (Sa¡n B u e n a v e n t u - ría; la c o m p a r a c i ó n s u p o n e i m -
taleza a d q u i r i d a e i n f u s a , 335; p l í c i t a m e n t e el d o g m a de la
Devoción a M a r í a : señal de p r e - r a , San' L o r e n z o J u s t i n i a n o y
vence al miedo y a l a defectibili- Inmaculada Concepción, 159;
d e s t i n a c i ó n , 895 s.; v. Culto a Dionisio el C a r t u j a n o ) , padeció
d a d , a u n c o m p a t i b l e s con l a v i r - M a r í a e n la p a s i ó n de C r i s t o un v. Concepción; los S a n t o » P a d r e s
María. t u d de la f o r t a l e z a , 336 s.; el emplean con f r e c u e n c i a esta
e s p a s m o , 376 s s . ; la I g l e s i a r e -
Discreción de espíritus (don de don de piedad, su definición, 336; chazó e s t a d o c t r i n a desde los analogía,, que S a n J u s t i n o usó
l a ) , v. Gracia. se d i f e r e n c i a de l a v i r t u d a d q u i - t i e m p o s de C a y e t a n o , 378 s s . ; el p r i m e r o , 159 s s . ; N e w m an
r i d a e i n f u s a de la religión p o r la rechazó p o r q u e el espasmo defiende la implicación del dog-
D i s p e n s a c i ó n de las g r a c i a s r e d e n - m i r a r a Dios P a d r e p o r sí m i s - m a en ella, 161 s.; v. María
es i n c o m p a t i b l e con la p l e n i t u d
t i v a s , v. Distribución, Mediadora, mo, 336; el don de temor: defi- y Concepción; María y Eva
de g r a c i a s de la V i r g e n , 378 s.;
Cooperación y María. n i c i ó n , 338; sólo a b a r c a el t e - i g u a l m e n t e c o n s o r t e y coopera-
f u e n t e de e s t a d o c t r i n a del e s -
m o r filial y c a s t o , 339; S a n A l - pasmo de M a r í a , p r o b a b l e m e n t e d o r a (caída y r e d e n c i ó n ) , 527;
D i s t r i b u c i ó n de l a s g r a c i a s reden-
b e r t o M a g n o d i s t i n g u e dos ac- el libro apócrifo De Lamenta- v. Redención; María satisface
t o r a s . 626; v. Mediadora, María p o r E v a , 5 6 3 ; v. María y Sa-
y Cristo. tos de don de t e m o r , 339. tione Virginis, 376; la d o c t r i n a
E c o n o m í a : h a y q u e d i s t i n g u i r l a de pasó a la l i t u r g i a y al a r t e ; v. tisfacción; l a a n a l o g í a implica,
3omini'o: en su s e n t i d o p r o p i o y la Ley a n t i g u a y l a de la Ley Liturgia y María. a d e m á s , la d o c t r i n a " M a r í a , m e -
e s t r i c t o se d i s t i n g u e del d e r e - de g r a c i a , 648 s s . ; e n t r e las dos d i a d o r a de t o d a s las g r a c i a s " ,
cho regio, 822; en< este s e n t i d o , existe grande diferencia con 633 s s . ; en su calidad de esposa
K s c a p u l a r i o : e x p l i c a c i ó n de la p a - de Cristo en l a o b r a de la r e s -
es dominio de p r o p i e d a d , 8 2 1 ; respecto a la distribución de labra en sentido general y res-
éste se d i s t i n g u e , a su vez, so- las g r a c i a s , 648; v, Ley, Gracia, t a u r a c i ó n , 634; v. Consorcio y
t r i n g i d o , 938; su h i s t o r i a , 938 s.; Cooperación; lo m i s m o , 720; M a -
bre p e r s o n a s y cosas, 822: so- Méritos, Cristo y María. p r e r r o g a t i v a s del E s c a p u l a r i o m a -
bre p e r s o n a s , e s t á r e s e r v a d o al r í a , a b o g a d a de E v a , 762.
ñ a n o , 940;; discusión sobre l a
C r e a d o r , 825; v. Señor, Señora, E n c a r n a c i ó n : se o r d e n a a l a r e d e n - a u t e n t i c i d a d de l a B u l a . S a b a t i -
Cristo y María. ción, 53, 5 4 1 ; r e f e r e n t e a l a s n a , de J u a n X X I I , 9 4 1 ; p r e s c i n - F a m i l i a : como f u n d a m e n t o d e t o -
d i v e r g e n c i a s de d o c t r i n a s sobre diendo de l a a u t e n t i c i d a d o no da v i d a social, 912; la S a g r a d a
Iones del E s p í r i t u S a n t o : defini- e s t a afirmación, v. Predestina- Familia, propuesta a la. imita-
ción y fin de los dones. 827; su de la Bula, no es lícito d u d a r del
ción; ella c o n s t i t u y e u n m a t r i - privilegio s a b a t i n o , reconocido y ción de los fieles,'913.
n ú m e r o y n o m b r e s . 327: son monio místico entre Cristo y
hábito,?, 327; son formalmente a p r o b a d o p o r t a n t o s Pontífices, F o m e s del p e c a d o : v. Concupiscen-
l a H u m a n i d a d , 69; p o r su c o n - )M2 s.; la p r o m e s a de la S a n t í s i -
diversos de las v i r t u d e s , t a n t o s e n t i m i e n t o coopera M a r í a a c - cia.
a d q u i r i d a s como i n f u s a s . 327; ma Virgen c o n t e n i d a en l a B u l a
t i v a m e n t e en ella, 7 1 , 116, 541 s.; i S a b a t i n a c o m p r e n d e t r e s cosas, F o r t a l e z a : v. Dones del Espíritu
mueven a obras extraordinarias c o n o c í a ella l a s p r o f e c í a s s o - ÍM.'I HR. Santo.
328; siguen p r o p o r c i o n a l r r e n t e a b r e el M e s í a s y, p o r ende, el
la g r a c i a y a la c a r i d a d , 328 ,s.; m i s t e r i o de la E n c a r n a c i ó n , 5 4 1 ; E s p í r i t u S a n t o : a c t ú a como p r i n - G l o r i a c e l e s t i a l : se d i s t i n g u e n l a
son c i e r t a s p e r f e c c i o n e s de las C r i s t o fué c o n s t i t u i d o s a c e r d o - cipio activo en la concepción 1 , esencial y l a a c c i d e n t a l , 509; la
p o t e n c i a s del a l m a . 328; el don t e en l a E n c a r n a c i ó n , 610; v. Sa- 81) H»,; v. María y Materni- e s e n c i a l c o n s i s t e en la visión
de entendimiento percibe y ne- cerdocio y Cristo; influjo que dad divina. i n t u i t i v a de Dios, 509; es la
neti-a las v e r d a d e s de la fe, 329; ejerce la diferente interpreta- m i s m a en todos los bienaven--
se d i s t i n g u e de los de sabidu- ción del decreto de la E n c a r n a - EHPOIINIIIPN: v. María y Matrimo- t u r a d o s e n c u a n t o al g r a d o com-
r í a y ciencia, que j u z g a n de ción de las escuelas e s c o t i s t a y nio. p a r a t i v o de su perfección espe-
modo resolutivo y analítico, tomista sobre l a solución 1 de cífica, 509; la a c c i d e n t a l consis-
330 s.; es compatible con l a fe. la d i s t r i b u c i ó n de la g r a c i a a los Espimn: ION S a n t o s P a d r e s l l a m a n te e n c i e r t a s perfecciones a ñ a -
330; el don de sabiduría es un p r i m e r o s p a d r e s y los á n g e l e s con frecuencia a M a r í a E s p o s a didas a l a esencial, 509; la glo-
h á b i t o que p e r m i t e al h o m b r e 655 s. ilii ('I'INI.II, como a y u d a d o r a en la r i a se mide s e g ú n la p e r f e c -
j u z g a r de l a s cosas d i v i n a s con nlirii de la Hiilvación, 527; v., ade- ción de la g r a c i a , l a c a r i d a d y
c i e r t a c o n n a t u r a l i d a d , 331; exi- E r r o r : u n c o n o c i m i e n t o f a l s o o p o - IIIHB, Mnrln, Matrimonio, Ma- de los m é r i t o s a d q u i r i d o s , 510;
ge r e c t i t u d de juicio y a m o r s i t i v a m e n t e d i s c o n f o r m e del ob- ternidad illi'inii y de los hombres; se mide i n t e n s i v a m e n t e p o r u n a
de c a r i d a d , 331 s.; se d i s t i n g u e j e t o a conocer, 368; causado p o r lu IKII'KIM, Humada esposa de m a y o r o m e n o r i n f u s i ó n de l a
CHKIM; . v, Iglciiia. luz de I R gloria, 510; e x t e n s i -
964 ÍNDICE DE IDEAS ÍNDICE DE IDEAS 965
a
970 ÍNDICE DE IDEAS
ÍNDICE DE IDEAS 971
[Misa]: [Oración]:
finito, y procedentes de la Igle- de súplica, 766; la otra, en el [Pasibilidad]: [Pecado original]:
sia, su valor se cifra según la mérito1 subjetivo, 766; Cristo y próxima de los defectos corpo- cipal consecuencia del pecado ori-
santidad actual de ésta, 694; injtercede por nosbtros en los rales según Santo Tomás, 383; ginal es el fornes, 235; la in-
v. Sacrificio. cielos interpretativamente, 766; v. María y Pasión. munidad de éste no está nece-
v. Cristo; controversias sobre Pasión: definición en sus sentidos sariamente incluida en la in-
Misericordia: v. Clemencia y María. la oración formal y explícita munidad del pecado original, 145;
lato y estricto 381 s.; diferencia V. María\ Concupiscencia, Con-
-Modestia: doble: de costumbres y de Cristo glorioso, 766 s.; con- entre pasión corporal y animal,
de ornato exterior, 317; véase viene que la omnipotencia su- 381; en esta última se distingue cepción Inmaculada.
María. plicante de María interceda en un elemento formal y otro ma- Pecadores: distinción en comunes
los cielos con oración explícita, terial, 381; las pasiones son per y obstinados, 797; la obstinación
Muerte (o Mortalidad): es consecuen- 769; v. María y Mediadora; la
cia y castigo del pecado original, se movimientos propios de la comprende la obcecación y el en-
presciencia de María no exclu- naturaleza humana, 385; v. Ma- durecimiento, 797; la obcecación
397; v. Pecado, Justicia e Inmor- ye las súplicas, 769 s.; oración
talidad; el cuerpo del hombre es- ría; la pasión animal (o apetito conduce a la perversión' positi-
de los santos por los viadores, sensitivo) puede ser concupis- va del juicio, 797; el endureci-
taba sujeto a la muerte por na- 771; condición para que la ora-
turaleza, 395 s.; la inmortalidad ble o irascible, 386; generalmen- miento nace de pertinacia de la
ción sea oída, 781; las preces te, se enumeran once pasiones, voluntad adherida al pecado, 7,97;
, era un don gratuito,' 396; causas de los bienaventurados ganan
internas y externas de la muerte, 386; v. María; en sentido figurado próximo a la fe la concesión de
eficacia por intercesión de Ma- puede hablarse de pasiones es- gracias suficientes a los pecado-
3S6; las externas fueron impedi- ría, 783; los bienaventurados
das por Dios, 397; las internas, pirituales, 381; estas . pasiones res comunes, 797; se discute entre
ruegan por las almas benditas, espirituales (o afecciones de la teólogos si se niega a los pecado-
eliminadas en' Adán y Eva, 397; 783; el dogma de la comunión
distinción entre la muerte y la voluntad) se fundan en la ínti- res obstinados todo auxilio sufi-
de los santos, 783; v. Iglesia y ma conexión de las potencias es- ciente, 797; comúnmente, se afir-
corrupción del sepulcro, 429; pue- Cuerpo místico; controversia so-
de darse la primera sin la se- pirituales y sensitivas del alma, ma que a todos se les da ayuda
bre la suficiencia de la oración 388 s.; se compendian en dolor y suficiente para convertirse, 798.
gunda, 429; María fué mortal impetratoria de María por sí
según la condición de su natu- tristeza, 388; su objeto y motivo,
sí sola, 785 ss.; preservándoles 390; los movimientos primo primi, Penitencia: como virtud, cuestión
raleza, 398; no estuvo sujeta a anticipadamente, alcanzan l a s sobre la determinación de su
la muerte en pena del pecado, 391; los teólogos niegan común-
preces de María la liberación de mente, su existencia en' María; objeto formal, 309 s.; si se ex-
397 s.; murió verdaderamente, los hombres del infierno, 787; dis- tiende más allá del resarcimiento
404; la muerte de María no es 391; v. María; los primo primi
tinción entre oración suficiente son antecedentes a la razón, del derecho divino, 310; varias in-
un hecho puramente histórico, (no eficaz) y suficiente y eficaz terpretaciones de la cuestión,
sino teológico, 406 s.; género de 392; María tenía las pasiones
a la vez, 800; la necesidad de sensitivas o positiva o permisi- 310 s.; la determinación del
muerte con que María acabó su la oración es no sólo precepto, objeto formal por los pecados
vida en la tierra, 414 s.; no es- vamente, 392; ni en ella ni en
sino también medio, 8S3; véase Cristo estuvieron en estado de propios merece preferencia, 311;
tuvo sujeta a la corrupción del Culto a María; se dirige primero ni Cristo ni María tuvieron esta
sepulcro, 430. pasiones, sino de propasiones,
y principalmente a Dios, a los 393; por esto pudieron sufrir virtud en acto o en1 el hábito,
santos secundariamente, 893; se- tentaciones externas sin ser mo- 311; v. Cristo y María.
Natividad: v. María. gún el orden establecido por Dios, vidos a reaccionar pasionalmente
Necesidad: hay dos modos: necesi- nuestras oraciones, por las que (Gerson), 393 s. Piedad (don de): v. Dones del Espí-
dad absoluta o hipotética, que pedimos los beneficios divinos, de-V ritu Santo.
se refiere a un determinado fin-, ben presentársele por medio de Patrono: v. Abogado.
890; la hipotética puede ser sim- los santos, 893. Predestinación: etimología, 51; en
plemente tal o relativamente se- Pecado original: el pecado de Adán sentido estricto y amplio, 51;
cundum quid, 890; esta última Orden mariano: jerarquía especial no fué sólo personal, sino tam- como preordinación divina, 51;
admite muchos grados hasta cons- que forma la Virgen en el cie- bién original, 142; por esto pue- su fin (como tal) es 1.a unión
tituir verdadera necesidad moral, lo, 516; v. María, y Gloria. de llamarse pecado de naturale- sobrenatural del alma con Dios,
891; v. Culto a María. za, 142; es éste un pecado que 51; esta unión es doble: según
Padres de la Virgen: v. María. existe como propio en cada uno la operación, consiste en la vi-
Oración: parte integrante del sa- Panaghia Kaupoli (Puerta de la de los hombres, 142; la Iglesia sión beatífica: según el ser, en
crificio; v. Cristo, María, Sacri- Virgen): edificio en Efeso en no ha definido en qué consista la la hipóstasis, 51; v. Unión; ana-
ficio y Sacerdocio. que, según tradición antigua, la razón formal de dicho pecado, logía entre esta última y la di-
Virgen había vivido y muerto, 143; uno de los efectos esencia- vina maternidad, 52; v. Mater-
Omnipotencia: la de Dios se llama les del pecado original es la pri- nidad divina; la Virgen, predes-
física y simplemente tal, 772; 419; v. María
vación de la gracia santificante, tinada a la maternidad divina,
la de María es moral u omnipo- Pasibilidad: su concepto depende 143; sentencia de Santo Tomás 52 s.; lo fué en cuanto Madre del
tencia de impetración, 772 ss.; del de la pasión, 381; v. Pa- de que el pecado original consiste Redentor, en simultaneidad con
v. María; fórmula rechazada por sión; su fundamento y los co- formalmente en esta privación de el decreto de la Encarnación,
los jansenistas, 773. munes defectos del cuerpo, 382; la gracia santificante, causada 53 s.; v. Maternidad divina, En-
Oración: hay dos clases: formal el alma padece per accidens, de- por Adán* 143; iel débito del carnación. Cristo y María; sen-
y explícita e interpretativa, 766; bido a su unión substancial con pecado original es de dos clases: tencias divergentes (escotistas y
la primera consiste en el acto el cuerpo, 382; las causas r«mota próximo y remoto, 232: véase tomistas) sobre el carácter de la
Concepción Inmaculada; la prin- .predestinación de María a la
972
ÍNDICE DE IDEAS 973
ÍNDICE DE IDEAS
| Reina]: [Rey]:
[Predestinación]: [Redención]: /
realeza de Cristo, 815; no tiene ción objetiva, y la segunda, por
divina maternidad, 54 s.; su pre- cilio de Trento, 532 s.; la pa- potestad legislativa en el senti- la gracia, 807; la función sacer-
destinación se funda en la pre- sión de Cristo no era de abso- do jurídico de la palabra, 817; dotal de Cristo perfecciona su
visión del pecado de Adán, 55 s.; luta necesidad, 533; razones por su singular intercesión le con- función regia, 807; Cristo tiene
se MEO por voluntad gratuita las que Dios eligió este modo fiere el derecho regio en todas las también la potestad indirecta en
de Dios, 56 s.; su predestina- (San Buenaventura), 534; ¡a re- gracias y todos los hombres, 816; las cosas temporales, 808; según
ción a la gloria, 61; v. Méritos, dención supone la libre acepta- n 0 tiene potestad judicial ni eje- común opinión, Cristo no llegó a
Maternidad divina y María; doc- ción y cooperación por el hom- cutiva, 817; Santo Tomás le atri- ejercitar la potestad directa en lo
trinas tomistas y molinistas bre, 534; v. Cooperación; dis- buye «na potestad judicial co- temporaü in actu secundo, 808;
acerca de la predestinación ante tingüese una redención por la mún en el juicio final, 817; se controversia teológica acerca de
o post praevisa merita, 61 s.; la . que Cristo redimió a su Madre la Representa con frecuencia la potestad directa de Cristo in
misma cuestión relacionada con y otra para redimir a los hom- como si fuera dueña de la mi- actu primo, sobre las cosas tem-
los méritos de Cristo y María; bres, 583; v.. Méritos, Cristo y tad del reino de Cristo, del reino porales, 808; definición de la po-
597 s.; v. Méritos, Cristo y María; María no es redentora 1 de misericordia, 818; no le con- testad legislativo de Cristo por
María; la predestinación de como Cristo, sino compañera viene la potestad directa en los el _ Concilio Tridentinto, 809;
María a la divina maternidad del Redentor, 555; la redención bienes temporales in actu secun- Cristo posee la suprema potes-
• precede a su predestinación a estrictamente dicha, 619; su de- do, a pesar de que esto le con- tad judicial, ejerciéndola en el
la gloria, 62 s.; v. María y Ma- finición, 619; tiene igual validez venga in actu primo, 819; su juicio particular y universal,
ternidad divina; el acto de la para personas y cosas, 619; re- dignidad y potestad regia fún- 809; v. Juicio; a esta su potes-
predestinación, bajo su aspec- dención' de personas en el orden dase en su calidad de Madre y tad judicial se une la ejecuti-
to entitativo, no puede tener sobrenatural, 619; la devolución consorte del Redentor, 819; el va, 809.
causa alguna, 597; Pero este del cautivo se realiza por título reino de María es t a n vasto co-
mismo acto;, por su tendencia de gracia, 619 s.; lo que se re- mo el de Cristo, sin límites ni Rosario: su naturaleza, 946; la me-
al objeto externo, tiene un sen- quiere para que haya verdade- en el tiempo ni en el espacio, 822. ditación de los misterios y la
tido terminativo, 597; es de fe ra redención, 619; el precio re- oración vocal forman una uni-
que la predestinación no es cier- dentivo es debido a la persona Reliquias: definición, 855; en sen- dad indisoluble, 946; reflexio-
ta en cuanto a nosotros, 895. ofendida, 620; errores sobre tido estricto y lato, 855; en el nes sobre el Padrenuestro, 947;
este punto, 620; el precio reden- último se llaman reliquias todas después del siglo X prevaleció la
Premio: en relación con el méri- tivo debe ser propia- diel que las cosas usadas o tocadas por costumbre de unir la oración do-
to, v. Méritos, Cristo, María y redime (la sangre de Cristo), los santos, 856; v. Culto a Ma- minical a la salutación angéli-
Cooperación. 620. \ ría. ca, 947; el Avemaria se formó
Prerrogativas de María: v. María, con el transcurso de los siglos,
Maternidad divina y de los hom- Recirculación: con frecuencia usan Resurrección: constituye el térmi- 948; lo que Santo Tomás dice
bres; sobrenaturales y preterna- los Santos Padres este principio, no y complemento de la pasión sobre la adición del nombre de
turales del estado de justicia 539; v. Cooperación, María y Eva. y muerte de Cristo, 649; por ella María a la salutación angélica,
original, 141 as.; v. Justicia ori- Reina: definición, 809; la que tie- se hizo plenamente Redentor, £'48; sobre la adición del nombre
ginal. 649; v. Cristo, Redención. de Jesús, 948; origen del Rosa-
ne el cargo de gobernar se llama
propia y formalmente reina, Revelación: de las verdades de la rio, S'48 s.; controversias sobre
Pudicicia: derivado de pudor, 316; fe, 703 ss.; v. Iglesia, Espíritu su institución, 950; en confor-
en sentido estricto actúa como 809; se da este título también
a la esposa o madre del rey, Santo, María. midad con una tradición antigua
principio moderador; en sentido y venerable, el Santísimo Rosa-
amplio constituye un elemento 806; errores acerca de este tí-
tulo con respecto a María, 810; Rey: sentido etimológico, 802; ca- rio fué instituido por Santo Do-
integrante de la castidad y mo- lidades que exige este cargo, mingo de Guzmán, 951; el Beato
destia, 316 s.; v. María. María es Reina en un sentido
impropio y análogo, 813; e s 804; v. María; aplicación im- P. Alano de Ruspe trabajó asi-
también Reina en cuanto que propia y analógica de este tí- duamente en hacer reflorecer el
Redención: se divide en objetiva y tulo, 804; la potestad propia ejercicio del Rosario, 952; ex-
subjetiva, 531; la primera abar- es Madre del Rey, 812; como
Madre de Cristo lo es en doble del oficio regio es la de juris- celencia y utilidad del Rosario,
ca toda la obra redentiva de dicción, 804; ésta se integra de 952.
Cristo en la tierra; 531; véase sentido; en cuanto Cristo es
Cristo; la segunda, su aplica- Dios y según la misma natura- tres elementos y comprende dos
ción a cada cual, 531; la prime- leza humana, 814 s.; María es órdenes: temporal y espiritual, Sabiduría: v. Dones del Espíritu
804; Cristo es Rey como Dios y Santo.
ra se llama obra de salv.-ieión, Reina en sentido propio y for-
y la segunda, operación salva- mal, 815; participa en el gobier- como Hombre, 805; su reino es Sacerdocio: tiene el privilegio ex-
dora, 531; la redención objeti-, no interno del reino de Cristo universal, 806 s.; el mandato de clusivo de ofrecer el sacrificio,
va tiene dos aspectos: general en su oficio de Mediadora de las Cristo de propagar su reino cons- 609; v. Sacrificio, Misa y Cris-
y especial, 531; la especial com- gracias, 816; la realeza de Ma-' tituye la base del supremo dere- to; Cristo es sacerdote según su
prende la redención en sentido ria es una realidad enteramen- cho de libre predicación que com- naturaleza humana, subsistente
estricto, 531; la redención por te sobrenatural, 815; es analó- pete a la Iglesia, 806; es f e reino en la persona del Verbo, 609;
Cristo es dogma de fe, 532; tes- gica y limitada, 815; la analo- es. principalmente, espiritual y como tal representa el princi-
timonios comprobantes, 532 ss.; gía en la realeza de María con sobrenatural, 806; su gobernación pium quod sacerdos est, y su na-
fué realizada ,por la muerte de las realezas y formas políticas es exterior e interior, 807; la pri- turaleza humana es principium
Jesús, 532; declaración del Con- modernas es menor que en la mera se hace mediante la revela- quo de las .acciones sacerdota-
974 ÍNDICE DE IDEAS
ÍNDICE DE IDEAS 975