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Brebbia - LA HISTORIA Es El Pasado PDF
Brebbia - LA HISTORIA Es El Pasado PDF
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Primer capítulo del libro Materiales 1 – digitalizado por cátedra Historia Epistemológica de la
Psicología (UCP) - 2009
Quizás desaparecerían en este caso los gestos de fastidio que suelen acompañar la
tarea de remitirse a la historia, sin motivación ante algo que se siente y piensa tan
ineficaz como muerto, o al menos superado, Y cuyo estudio estéril, erudito y
enciclopédico, parece solamente orientado al cultivo de una “cultura general” sin
funcionalidad en el horizonte del presente.
Pero si la historia se caracteriza porque “nada cambia más de prisa que el inmutable
pasado”, dejaríamos de recorres una autopista tediosa, y nos veríamos conducidos por
senderos que nunca sabríamos de antemano hacia donde conducen. La historia ya no
sería visión retrospectiva sino construcción.
Para la concepción clásica se trataba de recorrer el pasado viendo con objetividad sus
vestigios, sus testimonios, sus sobrevivencias, las que transitan frente a un sujeto
observador que capta fidedignamente, un sujeto pasivo que las registra, casi en el
sentido fotográfico, sin detenerse a evaluar las estructuras implícitas que posibilitan el
registro.
La observación es, desde ese lugar, una mirada sobre lo aparente y eso aparente es
precisamente el denso nudo ideológico desde el cual se observa.
Pero si el investigador no recorre sino que re-construye el pasado ya no es un viajero
de viejos caminos sino una especie de arqueólogo que, metafóricamente, junta
fragmentos dispersos de una vasija y al armarlos reconstruye, sobre una base teórica, la
unidad perdida.
Y esa construcción se hallaría vehiculizada por tantas preguntas como el investigador
formule desde su presente, por tantos fragmentos como disponga y por el lenguaje que
les haga hablar.
El presente adquiere ahora adquiere prioridad epistemológica sobre el pasado.
En sus preguntas se encuentran las motivaciones para interrogar al pasado. Y en sus
polémicas se encuentran las claves para comprender las formas en que algunos teóricos
revolucionarios se han relacionado con el pasado y la historia.
El examen del presente del saber en los tiempos de Freud puede dimensionar de
manera más comprensiva su terrible soledad teórica cuando, intuyendo en su práctica
clínica un descubrimiento inédito, sin más diálogo que con el fantástico Fliess, se viera
necesitado de recurrir al más remoto pasado para argumentar contra las concepciones de
la moderna medicina que imperaba en los finales del siglo XIX.
En los tiempos que Freud ingresa a la universidad, las teorías de moda sobre el
fenómeno del soñar eran fisiologistas, siendo considerado el sueño como un residuo del
funcionamiento cerebral, algo así como una excreción del órgano cerebral, de ahí su
necesidad de volver a la antigüedad para evaluar si entonces se había hablado, al menos
en forma parecida, el lenguaje que él comenzaba a balbucear y si podía, en
consecuencia, autorizarse en ella.
Entonces, ante esa necesidad de interrogar activamente el pasado son reconocidas
viejas cicatrices ya irrelevantes para el tejido social, como ser la interpretación bíblica
que realiza José del sueño del Faraón respecto al futuro de Egipto, y en razón de esa
tradición tan antigua va encontrando indicios del método del descifrado, una de las
modalidades interpretativas de los sueños. Y sabemos por boca del propio autor que
“…me vi llevado a admitir que estamos frente a uno de esos casos, no raros, en que una
creencia popular antiquísima, mantenida con tenacidad, parece aproximarse más a la
verdad de las cosas que el juicio de la ciencia que hoy tiene valimiento…”
Bibliografía:
Además de las citas expresas de Bachelard y Freud.
- Lucía Rossi de Cerviño y Luis Felipe García de Onrubia: “Para una Historia de la
Psicología” – Editorial Lugar.