cubrimiento”, especialmente de la acción 1. Distinción del concepto
del Paráclito en la Misa (cfr. AVP, III, p. 609). El lenguaje cristiano asumió el término Con esta consagración, san Josema- “contemplación” de la reflexión filosófica ría no estaba simplemente recomendan- del pensamiento grecorromano y lo dotó do una devoción más a los miembros del de nuevos elementos: el pasar del mundo Opus Dei. Era su propósito fomentar una de la contemplación de las ideas o de la vida espiritual más pneumática, acrecentar belleza a saberse en comunión vital con la en quienes por vocación están llamados a Trinidad; la exclusión de todo panteísmo y buscar la santidad un mayor trato con el la afirmación de un Dios creador y trascen- Santificador, a quien solía llamar “el Gran dente que llama al hombre a participar de Desconocido”, ya que así lo era al menos su vida divina, y que sitúa la contempla- en la devoción popular y también en parte ción como una realidad nueva, de donde de la reflexión teológica-espiritual. De esos derivan el mutuo influjo entre conocimiento años data una homilía dedicada al Espíri- y amor en el proceso de acercamiento a tu Santo, que tituló precisamente El Gran Dios; y el desembocar de la contemplación Desconocido (recogida posteriormente en en la acción, en el amor a Dios y al prójimo Es Cristo que pasa), y en la que se subraya manifestado en obras (cfr. Illanes, 2003, la constante acción del Paráclito en las al- pp. 308-309). mas y en la Iglesia. En la historia de la espiritualidad la contemplación ha sido objeto de estudio Voces relacionadas: Espíritu Santo; Jesucristo; por parte de los teólogos y –en el caso Roma (1946-1956); Roma (1965-1975); Sagrada particular de la contemplación mística– de Familia; María Santísima. descripción fenomenológica por parte de los místicos, ofreciendo una gran riqueza Bibliografía: AVP, III, pp. 189-195, 195-202, de reflexiones, aunque sin llegar, como es 227-233,609-611;SalvadorBernal,Mons.Josemaría lógico ante un tema tan profundo, a dar Escrivá de Balaguer. Apuntes sobre la vida del respuesta plena a todas las cuestiones Fundador del Opus Dei, Madrid, Rialp, 1976; que su noción plantea. De la amplitud de FedericoRequena-JavierSesé,Fuentesparalahistoriadel esas aportaciones dan testimonio las más Opus Dei, Madrid, Ariel, 2002, pp. 99-101. de quinientas apretadas columnas que el Luis CANO Dictionnaire de Spiritualité dedica al tema. Esa misma amplitud nos exime de intentar ofrecer aquí ni siquiera una brevísima sín- tesis. Podemos por eso limitarnos a seña- CONTEMPLACIÓN lar, situándonos ya en nuestros días, que 1. Distinción del concepto. 2. La doctrina en los primeros cuatro decenios del siglo de san Josemaría. XX –y contemporáneamente al afirmarse la teología espiritual como disciplina científi- El lenguaje común identifica el término ca– diversos autores dieron vida al debate “contemplación” con la operación física de sobre la llamada “cuestión mística”: “los centrar la mirada en un objeto o espacio problemas planteados por la polémica se material, y también con su derivado espi- podrían reducir, esencialmente, a la llama- ritual de fijar la atención sobre un asunto. da universal a la contemplación y las rela- En el ámbito religioso, “la contemplación ciones entre lo ascético y lo místico en la es el acto con que la mente del creyente vida cristiana” (Bosch, 2007, p. 477). Este penetra y saborea la esfera luminosa de las debate y la doctrina de la llamada universal verdades divinas” (Álvarez - Ancilli, 1983, a la santidad, recordada y enfatizada por p. 472). el Concilio Vaticano II, condujeron a la ge-
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CONTEMPLACIÓN
neralizada aceptación de la contemplación do de las manos de Dios Padre Creador”
como dimensión connatural de la vocación (ECP, 65). Y también, en consecuencia, a cristiana: todo bautizado debe aspirar a ver a Dios en todas las cosas, con sus im- ser contemplativo, a lograr una unión ínti- plicaciones prácticas. Escribe, por ejem- ma de conocimiento y amor con Dios que plo: “Contempla al Señor detrás de cada impregne todo su actuar. En esa línea se acontecimiento, de cada circunstancia, mueve el Catecismo de la Iglesia Católi- y así sabrás sacar de todos los sucesos ca, como lo demuestran el número 2014 más amor de Dios, y más deseos de co- y los relativos a la oración contemplativa rrespondencia” (F, 96). Y, en el mismo sen- (nn. 2709-2719). Y ese mismo principio se tido, como algo propio de los hijos de Dios, encuentra en el corazón de la doctrina es- alude a un hablar “la lengua de las almas piritual de san Josemaría. contemplativas, la de los hombres que son espirituales, porque se han dado cuenta de 2. La doctrina de san Josemaría su filiación divina” (ECP, 13). En las obras publicadas de san Jo- La santidad cristiana, que se apo- semaría aparecen con cierta frecuencia el ya necesariamente en la oración, busca sustantivo “contemplación” (15 ocasiones) traducirse en vida contemplativa. Al ser y el adjetivo “contemplativo/a” (25), así universal la llamada de los bautizados a como también, con mayor frecuencia, el la santidad, cabe también decir que, por verbo “contemplar” (116). Llama la aten- lo mismo, están todos llamados a la con- ción el uso repetido del verbo en compara- templación amorosa de Dios, sean cuales ción con el que se hace del sustantivo y del fueren las circunstancias en que se desen- adjetivo. En parte se puede justificar por vuelve su existencia. San Josemaría, que su empleo con el significado genérico de dirige su enseñanza a todos los cristianos, “mirar”, “ver”, “presenciar”; un reciente es- y de manera particular al fiel cristiano que tudio señala, sin embargo, que en ochenta denomina “cristiano corriente”, escribe: pasajes se acude al verbo “contemplar”, “La oración es el fundamento de toda labor precisamente para aconsejar que en la espiritual; con la oración somos omnipo- oración o meditación “se consideren y tentes y, si prescindiéramos de este recur- revivan en la presencia de Dios, las esce- so, no lograríamos nada” (AD, 238). nas del Evangelio” (Illanes, 2003, p. 313), San Josemaría enseña también –como lo que también explicaría esa diferencia quien lo tiene bien experimentado– que en numérica. En tales casos, san Josemaría la base de esa actitud contemplativa u ora- usó con frecuencia la expresión “contem- ción continua han de hallarse algunos mo- plativos en medio del mundo” para indicar mentos especialmente dedicados cotidia- que el cristiano crece en vida de oración, namente a la oración mental. Se une así a se abre a la contemplación también “en las la Tradición cristiana, de la que es también actividades de la vida ordinaria y a través eco el Catecismo de la Iglesia Católica: “no de ella, constituyendo, por tanto, un modo se puede orar «en todo tiempo» si no se específico secular de vivir la oración con- ora con particular dedicación, en algunos templativa” (Belda, 2007, p. 175). Dejando momentos: son los tiempos fuertes de la un estudio más detenido del tema para oración cristiana, en intensidad y dura- otras voces del Diccionario, subrayemos, ción” (CCE, n. 2697). La más alta expre- no obstante ya desde ahora, que para san sión de la oración es, en efecto, la oración Josemaría, la conciencia de la filiación di- de contemplación (cfr. CCE, n. 2699), cuyo vina, es decir, el saberse hijo de Dios, lleva inicio se encuentra, con ayuda de la gracia, al cristiano a “contemplar con amor y con en la búsqueda constante de la presen- admiración todas las cosas que han sali- cia de Dios. San Josemaría lo refleja, por
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CONTEMPLATIVOS EN MEDIO DEL MUNDO
ejemplo, entre otros lugares, en el itinerario te negará su asistencia. Fe y hechos de fe,
espiritual que presenta en su homilía Hacia porque el Señor (…) es cada día más exi- la santidad: “Empezamos con oraciones gente. Eso es ya contemplación y es unión; vocales, que muchos hemos repetido de ésta ha de ser la vida de muchos cristianos niños: son frases ardientes y sencillas, en- (…)” (AD, 308). derezadas a Dios y a su Madre, (…) ¿No es esto –de alguna manera– un principio de Voces relacionadas: Contemplativos en medio contemplación, demostración evidente de del mundo; Filiación divina; Mística; Oración; confiado abandono?” (AD, 296). Presencia de Dios; Santidad; Vocación. La oración progresa por medio de los actos de fe, esperanza y amor, que infor- Bibliografía: AD, 238-366, 294-316; CCE, nn. man la propia existencia; y la meditación – 2697-2699; Tomás Álvarez - Ermanno Ancilli, segunda expresión de la oración (cfr. CCE, “Contemplación”, en Ermanno Ancilli (dir.), Dic- cionario de Espiritualidad, I, Barcelona, Herder, n. 2699)– tiene en el Evangelio, actualizado 1983, pp. 472-480; Manuel Belda, “La contem- y revivido, su alimento preferido: “Quieres plazione in mezzo al mondo nella vita e nella aprender de Cristo y tomar ejemplo de su doctrina di San Josemaría Escrivá de Balaguer”, vida? –Abre el Santo Evangelio, y escu- en Laurent Touze (a cura di), La contemplazione cha el diálogo de Dios con los hombres…, cristiana. Esperienza e dottrina, Città del Vati- contigo” (F, 322). Es en este contexto en cano, Libreria Editrice Vaticana, 2007, pp. 151- el que san Josemaría emplea más veces 176; Vicente Bosch, “La noción de contempla- la noción de contemplar, con el significado ción en el Catecismo de la Iglesia Católica”, en de revivir y hacer presentes las escenas de Laurent Touze (a cura di), La contemplazione, op. la vida de Jesús y de María: “La Iglesia nos cit., pp. 477-492; José Luis Illanes, “Contem- plación y acción cristiana en el mundo”, en Id., anima a la contemplación de los misterios: Existencia cristiana y mundo. Jalones para una para que se grabe en nuestra cabeza y en reflexión teológica sobre el Opus Dei, Pamplona, nuestra imaginación, con el gozo, el dolor EUNSA, 2003, pp. 301-331; Jean-Hervé Nicolas, y la gloria de Santa María, el ejemplo pas- Contemplation et vie contemplative en christia- moso del Señor, en sus treinta años de os- nisme, Fribourg-Paris, Éditions Universitaires de curidad, en sus tres años de predicación, Fribourg-Beauchesne, 1980. en su Pasión afrentosa y en su gloriosa Vicente BOSCH Resurrección” (AD, 299). Y del trato con la Humanidad Santísi- ma de Jesús, con María y José se pasa al trato con las Personas divinas: “de la tri- CONTEMPLATIVOS EN MEDIO DEL nidad de la tierra a la Trinidad del cielo”, MUNDO según una expresión que san Josemaría gustaba repetir. “El corazón necesita, en- Con la expresión “contemplativos en tonces, distinguir y adorar a cada una de medio del mundo”, san Josemaría resumía las Personas divinas. De algún modo, es uno de los rasgos esenciales del espíritu un descubrimiento, el que realiza el alma del Opus Dei, afirmando que el cristiano en la vida sobrenatural, como la de una corriente, llamado a santificarse en medio criaturica que va abriendo los ojos a la del mundo, puede alcanzar la plenitud de la existencia” (AD, 306). San Josemaría era contemplación sin necesidad de apartarse perfectamente consciente de la gratuidad de su condición secular, sino precisamente de la contemplación, y, al mismo tiempo, en y a través de las realidades temporales. consideraba que era meta y horizonte de Esta doctrina no es fruto de una re- todo cristiano, pues comporta unión con flexión abstracta, sino consecuencia de Dios: “Si tú procuras meditar, el Señor no algo que san Josemaría había encarnado
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