La esclavitud es preocupantemente moderna y un negocio en apogeo. Sin
trabajo esclavo, muchos productos que consumimos serían bastante más caros, pero lo que muchas personas no conocen es que detrás de estos productos que compramos en una mega tienda o centro comercial hay una gran historia; por lo regular, son capítulos de violencia, de vulneración a los derechos humanos, tanto que estas personas sometidos a trabajos peligrosos (como en las minas) llegan a perder las vidas en dichos lugares; y es que el motivo principal que los impulsa a hacer estos trabajos es el temor; temor que sienten estas personas que están siendo sometidas a estos trabajos al no tener mas oportunidades para poder vivir y es ahí donde se someten a cualquier cosa por tener un bocado de comida.
Oficialmente, la esclavitud fue erradicada en todo el mundo. Todo indica, sin
embargo, que es algo que solo queda en acuerdos políticos e internacionales; algo de meras intenciones. Algunas formas de esclavitud moderna son por ejemplo la prisión política, el trabajo infantil, el reclutamiento de personas que cumplen su mayoría de edad para prestar el servicio militar (hay países que no importa quien seas, tienes que prestar el servicio militar si o si; así te encuentres fuera de dicho país) así como las formas tradicionales de servidumbre y explotación económica. El prestigioso profesor Kevin Bales de la Universidad de Roehampton, en Londres, experto en esclavitud, calcula que hay en el mundo unos 27 millones de esclavos en el sentido clásico del término. Algunas estimaciones más recientes hablan de 35 millones. Según organizaciones humanitarias, a ello habría que añadir más de cien millones de personas que viven en condiciones equivalentes a la esclavitud.
La esclavitud es un problema mundial; en el que si seguimos cegados a
consumir las materias primas y los productos de las grandes tiendas sin saber en realidad de donde es que vienen dichos servicios, aportaremos cada día mas a que crezca la esclavitud; todo debe empezar por las acciones de los magnates, dueños de compañías tan grandes como Apple, Nokia, entre otras compañías; estas personas deberían saber de donde y quienes se sacrifican por la extracción de sus materias primas, para así erradicar desde la raíz gran parte de la esclavitud y que les haga garantizar a sus proveedores el respeto por los derechos humanos. El problema radica en que consumimos lo que ellos y ellas producen y esto se tiene que dejar de hacer.