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Dia 30 La Lengua Silenciosa Grabacion
Dia 30 La Lengua Silenciosa Grabacion
DIA 30
La lengua silenciosa
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
tiempo de callar, y tiempo de hablar; Eclesiastés 3:1,7 RV1960
“Deseo que te complazca todo lo que digo.” (SAL. 19:14, La Palabra de Dios para Todos)
Vamos analizar tres cosas que debemos tomar en cuenta al hablar: Sea que nos comuniquemos
con la lengua o haciendo señas con las manos, la capacidad de transmitir nuestros pensamientos y
sentimientos es un regalo de Dios. ¿Cómo podemos usarlo para hacer el bien a quienes nos
rodean y no el mal? (Lea Santiago 3:9, 10.) Veamos tres cosas que debemos tomar en cuenta al
hablar: qué decir, cómo decirlo y cuándo decirlo. Empecemos por el cuándo.
¿Qué ilustración usa la Biblia para explicar el valor de escoger el momento adecuado para hablar?
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Proverbios 25:11 explica el valor de saber cuándo hablar: “Decir la palabra adecuada en el
momento preciso es como manzana de oro servida en bandeja de plata” (La Palabra de Dios para
Todos). Por sí solas, unas manzanas de oro pueden ser muy hermosas. ¡Imagínese si están sobre
una bandeja de plata! De igual modo, si queremos que nuestras palabras surtan todo el efecto
deseado, tenemos que elegir el momento adecuado para decirlas.
Y ¿Cómo se hace eso? El discernimiento nos ayudará a elegir el mejor momento para hablar.
De otro modo, lo que digamos no ayudará a quienes nos rodean, aunque sea justo lo que
necesiten (lea Proverbios 15:23). Por ejemplo, en marzo de 2011, un tsunami arrasó una gran
región en el este de Japón y mató a más de quince mil personas. Aunque los cristianos de la zona
sufrieron igual que sus vecinos, usaron toda oportunidad para consolarlos con la Biblia. Ahora
bien, la mayoría de las personas de la región son budistas y no conocen la Biblia, así que nuestros
hermanos comprendieron que ese no era el mejor momento para hablarles sobre la esperanza de
la resurrección. Se concentraron en darles apoyo emocional con sus palabras y les explicaron con
la Biblia por qué le pasan cosas malas a la gente buena.
Jesús sabía cuándo hablar y cuándo no (Juan 18:33-37; 19:8-11). En una ocasión les dijo a sus
apóstoles: “Tengo muchas cosas que decirles todavía, pero no las pueden soportar ahora” (Juan
16:12).
¿En qué ocasiones es necesario esperar a que llegue el mejor momento para hablar?
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Hay otras ocasiones en las que es necesario esperar a que llegue el mejor momento para hablar.
Por ejemplo, ¿cómo reaccionaría si alguien le dijera algo ofensivo? Lo más prudente sería
detenerse y preguntarse que va a responder. Quizás la persona tenía buenas intenciones, o lo que
dijo no es tan grave. Si después de pensarlo cree que es necesario responder, no lo haga mientras
está enojado, pues el enojo es muy mal consejero (lea Proverbios 15:28).
¿Por qué debemos seleccionar con cuidado nuestras palabras? b) ¿Qué es el sarcasmo y por qué
debemos evitarlo?
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Las palabras pueden hacer mucho bien, pero también mucho mal (lea Proverbios 12:18). En el
mundo de hoy, controlado por el sistema, es muy común usar el habla para hacer daño. Siguiendo
el ejemplo que ven en el cine y la televisión, muchas personas afilan su lengua como si fuera una
espada con la cual atacar, y lanzan palabras hirientes como si fueran flechas (Sal. 64:3). El cristiano
tiene que huir de esa costumbre. Una manera de herir con palabras es usando el sarcasmo.
El sarcasmo es la burla o ironía con la que se desprecia, humilla o ridiculiza a los demás. La persona
sarcástica tal vez piense que está siendo graciosa, pero podría ofender a alguien. El sarcasmo es
cruel y los cristianos lo evitan. Es cierto que el sentido del humor les añade sabor a nuestras
conversaciones, pero debemos resistir la tentación de hacer reír a la gente a costa de otros.
La Biblia nos aconseja que no usemos palabras ofensivas, sino animadoras, que ayuden a los
demás (Efes. 4:29, 31).
¿Por qué dijo Jesús que “de la abundancia del corazón habla la boca”?
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Jesús dijo que “de la abundancia del corazón habla la boca” (Mat. 12:34). O sea, las cosas que
decimos revelan lo que hay en nuestro corazón, lo que pensamos de los demás. Si en nuestro
corazón abundan el amor y la compasión, nuestras palabras serán amables y compasivas.
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En Israel se usaban toques de trompeta para dar instrucciones al pueblo. Un tipo de toque para
que se reuniera, otro para que levantara el campamento, otro para que el ejército atacara al
enemigo... Imagínese qué pasaría si durante una batalla los soldados no pudieran distinguir el
toque de trompeta y no supieran qué instrucciones se estaban dando. ¡Sería un desastre!
De manera parecida, si no somos claros al hablar o si nos andamos por las ramas, podríamos
confundir a quienes nos escuchan. Por supuesto, una cosa es ser claro y otra muy distinta es ser
brusco o hablar sin tacto (lea 1 Corintios 14:8, 9).
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Nadie ha sabido elegir sus palabras mejor que Jesús. Pensemos en su breve, pero impactante
Sermón del Monte, que se encuentra en los capítulos 5 a 7 de Mateo. Jesús no usó palabras
rebuscadas o difíciles de entender; tampoco habló con rudeza o brusquedad. Eligió expresiones
sencillas y claras que llegaran al corazón. Por ejemplo, él sabía que a sus oyentes les preocupaba
conseguir el pan de cada día. Para tranquilizarlos, les habló de las aves y de cómo EL CREADOR
cubre sus necesidades. Luego les dijo que ellos eran como esas aves y les preguntó: “¿No valen
ustedes más que ellas?” (Mat. 6:26). ¡Qué palabras tan sencillas, pero tan poderosas! Veamos
ahora con más detalle el último aspecto: cómo decirlo.
Ahora veamos: CÓMO DECIRLO
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No solo es importante escoger bien nuestras palabras, sino también la manera en que vamos a
decirlas. Cuando Jesús habló en la sinagoga de su pueblo, Nazaret, la gente se quedó maravillada
por su manera de hablar tan agradable (Luc. 4:22). Así es, las palabras dichas de manera agradable
son más convincentes y llegan mejor al corazón (Prov. 25:15). ¿Cómo podemos seguir el ejemplo
de Jesús? Hablando con amabilidad y tomando en cuenta los sentimientos de quienes nos
escuchan. Al ver el esfuerzo que hacía la gente por escucharlo, Jesús sintió compasión y “comenzó
a enseñarles muchas cosas” (Mar. 6:34). Ni siquiera cuando sus enemigos lo insultaron respondió
mal (1 Ped. 2:23).
¿Cómo podemos seguir el ejemplo de Jesús al hablar con familiares y amigos cercanos? (Vea la
ilustración del principio.) b) Mencione el ejemplo de alguien que supo cómo hablar.
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Hablar con amabilidad y tacto es especialmente difícil cuando estamos con alguien al que
conocemos bien, ya que nos sentimos en la libertad de ser más francos. Puede tratarse de un
familiar o de un amigo cercano de la congregación. ¿Pensó Jesús en algún momento que la
amistad tan cercana que tenía con sus apóstoles le daba libertad para ser grosero con ellos?
Al contrario. Aunque no dejaban de discutir sobre quién de ellos era el mayor, Jesús los corrigió
con tacto y usó a un niño para enseñarles una poderosa lección (Mar. 9:33-37). Los ancianos en
especial deben seguir su ejemplo y dar consejo con apacibilidad (Gál. 6:1).
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Aun si alguien nos dice algo ofensivo, las palabras amables y bien pensadas pueden aliviar la
tensión (Prov. 15:1). En una congregación, una madre soltera tenía un hijo adolescente que estaba
llevando una doble vida. Una hermana le dijo sin malas intenciones: “¡Qué lástima que no lo hayas
sabido educar!”. ¿Cómo cree que reaccionó la madre? Se detuvo a pensar antes de hablar y dijo:
“Es cierto que mi hijo no está tan bien como yo quisiera, pero aún no he terminado mi trabajo.
Esta respuesta tan calmada no solo ayudó a la madre a mantener la paz con la otra hermana, sino
que hizo recapacitar a su hijo, que alcanzó a escuchar la conversación. Al darse cuenta de que su
madre no lo había dado por perdido, tomó la decisión de dejar sus malas amistades.
Sea que hablemos con nuestros hermanos, con la familia o con desconocidos, asegurémonos de
que a nuestras palabras nunca les falte su pizca de sal (Col. 4:6).
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La capacidad de expresar nuestros pensamientos y sentimientos es un auténtico milagro.
Sigamos el ejemplo de Jesús: escojamos bien qué decir, cuándo decirlo y cómo decirlo. Así
ayudaremos a los demás y le demostraremos a Dios que estamos usando bien el hermoso regalo
que nos ha dado.
Apéndice C: Arsenal de pasajes de las Escrituras sobre la lengua. Para el día hoy vamos a recitar el
texto bíblico que se encuentra en el libro de los Salmos 145:1-2 Te exaltaré mi Dios, oh Rey,
y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. 2 Todos los días te bendeciré, y
alabaré tu nombre eternamente y para siempre.
Ha llegado el momento que te pido que me acompañes a ORAR….estamos agradecidos al Padre
Eterno y podemos GOZARNOS EN EL SEÑOR, estamos confiando y perseverando en agradarle. Esta
es una oración especial de AMOR A DIOS Y A NUESTROS SEMEJANTES ….estamos en tiempos
difíciles en una constante transformación y es un tiempo especial para darnos ánimo, palabras
positivas que animen nuestra alma y fortalezca nuestro espíritu….EL PADRE ETERNO ES UN DIOS
DE AMOR Y MISERICORDIA….
Oremos: Padre Eterno gracias por este hermoso día, gracias por el aire que nos regalas, gracias por
sentir Tu presencia en TODO momento de nuestras vidas, gracias por cada oyente que dispuso sus
oídos y su atención a esta oración y que nos unimos como dijo Jesús que si más de dos se unen a
pedir algo nos será hecho…ponemos nuestra confianza en esta hora en ti SEÑOR….Espíritu Santo
ayúdanos a refrenar nuestra lengua de hablar mal, perdona nuestras falta SEÑOR…LIBRANOS DE
TODO mal…deseamos cambiar nuestra manera de pensar para cambiar nuestra manera de vivir,
conforme a tu voluntad que es un mandamiento: amarnos los unos a los otros como tu nos
ama, El amor mutuo entre nosotros será el distintivo por el que todo el mundo nos
reconocerá como tus discípulos. Gracias Señor por estos 30 días, donde has transformado
la mente y el corazón de cada oyente…gracias por permitir este tiempo en nuestras vidas…
gracias por el PODER DE LA MANIFESTACIÓN DE TU RUAJ HA’KODESH… ESPIRITU SANTO
EN NUESTRAS VIDAS…GRACIAS DIOS POR TU AMOR INFINITO….Y TU MISERICORDIA A LA
HUMANIDAD…
En el nombre de Jesús de Nazaret. Amén amén. Espero que esta oración
sea de bendición a tu vida…
De esta manera hemos culminado el estudio DE CONTROLA TU LENGUA EN 30 DIAS,
SABER QUE DECIR O NO DECIR, MEJORARA TUS RELACIONES….
Con ustedes Ana Rincón….fue un gusto poder compartir contigo en estos 30 días…espero que sea
de gran bendición a tu vida….los espero en una nueva oportunidad…BENDICIONES!