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LAS CICATRICES DE UNA NACIÓN SUMIDA EN LA VIOLENCIA

Para la década de los 80, Colombia vivía una de sus etapas más violentas en toda
su historia, Bogotá la capital, era testigo de las innumerables masacres,
asesinatos, magnicidios y bombas que para esos tiempos eran pan de cada día en
los principales diarios a nivel nacional e internacional. María Elvira Samper Nieto
es quien relata en su libro 1989, los difíciles procesos y acontecimientos que
estremecieron a Colombia durante ese año, el asesinato de Galán, la bomba del
DAS, la guerra frentera con el cartel de la droga más poderoso no solo en
Colombia, sino en sur américa, los paramilitares y la guerra del oro verde son tan
solo algunos de los acontecimientos que marcaron un hito en la historia de esta
nación sumida en la violencia social y el enfrentamiento armado que en la
actualidad sigue dejando huella en quienes lo habitamos.
1989 para muchos es un año decisivo, ya que es allí donde se agudizó el conflicto
social armado, se destaparon vínculos de políticos con movimientos al margen de
la ley y se dio inicio a la era del cambio. En cada uno de sus capítulos, María
Elvira narra detalladamente a través de una extensa y detallada recopilación de
información por parte de actores directamente implicados en dicho conflicto, la
manera en la que se vivían aquellos días en la capital Colombiana, Medellín, Cali y
centenares de sectores rurales, los cuales eran utilizados como corredores
directos para el transporte y comercialización de la droga hacia Estados Unidos.
Al entrarse en 1989, se logra comprender un poco más acerca de la dolorosa
realidad que ha aquejado a Colombia durante largas décadas, protagonizadas
principalmente por actores violentos que han buscado apoderarse a como dé lugar
de riquezas, puestos políticos y un estatus sin importar el precio que haya que
pagar o la sangre que deba ser derramada. Para ese entonces la autora del libro
enfatiza en algunos sucesos puntuales que fueron decisivos durante dicho
periodo, para muchos 1989 fue el año en el que murió la inocencia, María Elvira
narra a groso modo cuales fueron esos hechos históricos que enlutaron a
Colombia y pusieron contra las cuerdas a los políticos de turno, el descomunal
aumento en asesinatos y masacres en diferentes regiones del país daban fe de la
incapacidad del gobierno para hacer frente a las mafias de ese entonces, la guerra
patrocinada por las más oscuras y abominables estructuras delincuenciales de
Cali y Medellín por el control de las principales rutas del narcotráfico hacia el
exterior, tan solo eran el abrebocas de una aguda crisis que desde años atrás
venía forjándose y que para ese entonces, explotaría en un conflicto de
magnitudes descomunales. Las organizaciones terroristas, los recién fundados
paramilitares y la guerrillas del momento, fueron otros actores involucrados en la
oscura y tenebrosa época que empañó la historia Colombiana, la guerra desatada
de todos y cada uno de estos en contra del estado, solo dejaron devastación en la
sociedad civil, miles de víctimas y un legado de sangre. De igual forma, se dice
que 1989 fue también al año del cambio, ya que a partir de ese momento hay un
antes y un después, una nación que resurgiría de las cenizas ocasionadas por
esta violencia.
En el periodo presidencial que va desde 1986 hasta 1990, Virgilio Barco, quién
para la época, era el encargado de llevar las riendas de esta nación y al mismo
tiempo enfrentarse directamente con la mafia del cartel de Medellín, la cual fue el
principal actor del conflicto social armado en Bogotá y la capital antioqueña para
ese entonces, era fuertemente criticado por sus opositores y medios de
comunicación, quienes le arremetían diciendo que este no tenía la convicción, ni el
mando para enfrentarse al terrorismo de aquella época y no era para menos,
“Según cifras oficiales, el homicidio ha crecido cerca del 50% en los últimos cuatro
años.” [ CITATION Mar19 \l 9226 ] Luego del asesinato del entonces ministro de justicia
Rodrigo Lara, en Abril de 1984, el presidente Betancur decide aplicar la
extradición, situación que para muchos de los directos causantes de la violencia
en Colombia fue una preocupante señal de alarma ya que esto los ponía en los
ojos de Estados Unidos, es allí cuando en cabeza de Escobar y su socio el
Mexicano, se agudizaría la violencia tratando de ejercer presión sobre la sociedad
y el gobierno con la intención de buscar alternativas que tumbaran la extradición.
La inminente incursión de los Estados Unidos dentro del conflicto nacional de
forma indirecta, alimentaba por ese entonces las asonadas terroristas en contra de
civiles y policías, estas eran un claro mensaje al gobierno nacional de Barco, quien
a pesar de la compleja situación por la que pasaba su periodo como mandatario,
enfrentó a los principales causantes de la violencia y no titubeo antes de tomar
determinaciones encausadas en retomar el control de las ciudades capitales.
A lo largo de la historia, como se ha venido mencionando, Colombia ha sido
testigo de innumerables escenas que han marcado la vida de miles de
campesinos y ciudadanos en general, durante esta época, la violencia no daba
tregua y tampoco discriminaba color, raza, sexo o posición social. Todos por igual
fueron actores directos, afectados por la violencia. Desde magistrados,
funcionarios de la procuraduría, candidatos presidenciales y ministros, hasta
campesinos, policías y gente del común, tuvieron que ser testigos del flagelo de un
conflicto de muchos años.
La masacre de Rochela, en el Magdalena medio, donde “son asesinados doce de
quince miembros de una comisión judicial designada por la recién creada Unidad
Móvil para investigar varios homicidios y desapariciones en Simacota, Cimitarra y
Puerto Parra, atribuidos a una alianza de narcotraficantes y paramilitares con la
complicidad de agentes de la fuerza pública” [ CITATION Mar19 \l 9226 ] , el asesinato
de Teófilo Forero secretario del partido comunista, el asesinato del zar de las
esmeraldas en la llamada “guerra del oro verde”, la muerte de Luis Carlos Galán,
la bomba en la sede del periódico El Espectador, así como un sinfín de sucesos
ocurridos durante este año, son solo una pequeña muestra de los alcances que
puede llegar a tener un negocio como el del narcotráfico en un país como
Colombia donde la desigualdad social, el olvido estatal de poblaciones rurales que
durante años han sido usurpadas y azotadas por la violencia sin que nadie haga
algo al respecto y la falta de oportunidades educativas y laborales son sin duda el
ejemplo más claro de terrorismo por parte del estado.

1989 fue para muchos la ausencia de gobierno y la clara muestra de la indolencia


de la clase política a nivel nacional, según muchos analistas, la herencia que nos
ha dejado esta etapa en la historia de Colombia, repercute aún, no solo en la
memoria de muchos compatriotas, sino en el contexto, social, político y cultural del
cual aún, según ellos, no nos hemos podido desprender poco más de 30 años
después.

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