Encuentro La Resurrección de Jesús

¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?

25 (Lc 24,5b)

ENCUENTRO DE PADRES-LECTIO DIVINA

Oramos al Señor

¡Den gracias al Señor porque es bueno,

porque es eterno su amor!
Que lo digan los que temen al Señor:
¡Es eterno su amor!
En el peligro invoque al Señor, y él me
escucho dando alivio.
¡Yo te doy gracias porque me escuchaste y
fuiste mi salvación!¡Aleluya!
Dios mío yo te glorifico
¡Den gracias al Señor porque Él es bueno
porque es eternos su amor! ¡Aleluya!
Sal 118 (Extracto)

Lectuta del texto biblico

Leemos la Palabra de Dios. Lo acogemos a Jesús resucitado, él vive y nos quiere vivos en él, llenos
de alegría escuchamos con atención la Buena Noticia.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

Lucas 24,1-12

Palabra de Dios
Gloria a ti, Señor Jesús

Podemos volver a leer el texto en silencio y subrayamos la frase que nos ha tocado el corazón y
lo podemos compartir con sencillez.
 ¿A que iban las mujeres a la tumba de Jesús?
 ¿Qué anuncio reciben las mujeres y a quiénes ellas lo comunican?
 ¿Qué significa para nosotros la resurrección de Jesús?
Pasado el sábado, de madrugada, las mujeres van al sepulcro
llevando los perfumes preparados para embalsamar el cuerpo
de Jesús. Pero al llegar se sorprenden porque la piedra que
sellaba el sepulcro estaba corrida y cuando entran, no
encuentran el cuerpo del Señor. Estaban desconcertadas y no
sabían qué pensar, cuando se les presentan dos hombres con
vestidos brillantes que les dicen: ¿Por qué buscan entre
muertos al que está vivo? No está aquí ha resucitado.
Las mujeres llenas de conmoción y alegría fueron corriendo
donde los apóstoles para darles la gran noticia: Jesús vive y
ha Resucitado entonces en Cristo la muerte ha sido vencida
no tiene la última palabra. Las mujeres y los apóstoles vieron
y dieron testimonio con palabras y hechos que Cristo ha
resucitado y con Cristo resucitado renace la verdadera
esperanza.
Jesús el crucificado ha resucitado. El pecado y la muerte
eterna han sido vencidos. Hoy nos toca a nosotros ser
testigos de la resurrección con una vida de amor y servicio.
¿De qué manera somos testigos de que
Jesús ha resucitado y está vivo?
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La resurrección nos hace comprender
que en Jesús la muerte ha sido derrotada
por el poder de Dios no es el fin
definitivo este gran acontecimiento nos
hace tener esperanza en una vida plena
donde la muerte no es el fin último del
hombre sino la vida

El domingo es el día del Señor; proclamamos que Cristo ha resucitado y

vive con nosotros. Al participar de la eucaristía en familia agradecemos a
Jesús el don de sí mismo en el pan y vino consagrado.
Junto con toda la comunidad cristiana en el credo profesamos nuestra fe
diciendo: “Cristo resucitó de entre los muertos” y también” creo en la
resurrección de la carne y en la vida eterna”.
Después de la consagración aclamamos: anunciamos tu muerte Señor, proclamamos
tu resurrección.
Nuestro compromiso y misión
Con la Virgen María guardamos en el Corazón:

¿Que nos gustaría guardar en el corazón Misión-actuar: ¿Qué podemos

de lo que hoy hemos aprendido sobre cambiar en nuestra vida para que
Jesús? haya más alegría y paz?
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Gesto en familia: anúnciense recíprocamente con todos los miembros de su familia:
“Jesús ha resucitado” ¡Aleluya!
Agradecemos a Jesús resucitado por darnos la gran noticia: que la vida es eterna. Crista
ha resucitado.
Cantamos: “Mi Dios está vivo”
Mi Dios está vivo, Él no está muerto;
mi Dios está vivo en mi corazón,
mi Dios está vivo, ha resucitado.
Lo siento en mis manos, lo siento en mis pies,
lo siento en mi alma y en mi ser.
Oh, oh, oh, oh, hay que nacer del agua.
Oh, oh, oh, oh, hay que nacer del Espíritu de Dios.

Oh, oh, oh, oh,

Hay que nacer del agua y del Espíritu de Dios,
hay que nacer del Señor. (Bis)

Prepárate para que sientas (3 veces) el Espíritu de Dios.

Déjalo que se mueva (3 veces) dentro de tu corazón. (Bis)

Catequesis con nuestro hijo(a):

Nos reunimos con el niño, y con toda la familia para
participar del encuentro sobre la pasión y muerte de
Jesús. Ustedes padres tienen el don precioso de
regalarles el don de la fe a sus hijos.
Compartan con alegría y que puedan vivirlo como un
encuentro trasformador porque Jesús está presente.

“Cristo, ha resucitado”
¡Aleluya!