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Contrato por el que una de las partes cede a la otra el uso temporal de una cosa, mueble o
inmueble, por cierta cantidad de dinero.
a) CONTRATO CONSENSUAL
El carácter consensual del arrendamiento queda precisado, pues, mediante la frase legal «se
obliga» que emplea el numeral 1666 del Código civil.
b) CONTRATO INFORMAL
Es un contrato con prestaciones recíprocas, por cuanto crea obligaciones a cargo de ambas
partes. En principio, el arrendador es deudor de la prestación de entregar el bien que debe
ceder temporalmente en uso; y, correlativamente, el arrendatario es deudor de la prestación
consistente en pagar la merced conductiva Es así que la reciprocidad se manifiesta no sólo
mediante la existencia de prestaciones a cargo de cada una de las partes, sino en la vinculación
existente entre ellas, de tal manera que tienen la calidad de prestación y contraprestación.
d) CONTRATO ONEROSO
Se caracteriza también· este contrato por ser oneroso, en la medida que implica tanto ventajas
como sacrificios para el arrendador y el arrendatario.
e) CONTRATO CONMUTATIVO
1.2.SUJETOS
LOS SUJETOS: • Arrendador • Arrendatario:
El primer párrafo del presente artículo señala la obligación del arrendatario de poner en aviso
de manera inmediata al arrendador de las reparaciones; pero estas reparaciones no deben
presentar un peligro para la estructura del bien materia de arrendamiento. Si estas persisten y
el arrendatario tuvo la oportunidad de informar al arrendador y no las hizo, y a causa de ello el
bien se deteriora y se generan daños superiores, el arrendador podrá iniciar las acciones por
indemnización correspondiente. (útiles)
El segundo párrafo nos habla de las reparaciones urgentes; entendemos por urgentes a
aquellas reparaciones que ponen en inminente riesgo la estructura del bien dado en
arrendamiento o que pueden generar daños irreparables en este. En este caso la norma señala
la posibilidad de que el mismo arrendatario realice las reparaciones con la finalidad de evitar
mayores daños, teniendo el derecho al reembolso de su valor, siempre que realice el aviso
correspondiente al arrendador. (necesarias)
El tercer párrafo de la norma señala algo totalmente distinto. En este extremo abarca
aquellos gastos de conservación y mantenimiento ordinario, y que estos son de cargo del
arrendador, salvo pacto distinto.
Esta norma relativa a los gastos de conservación y mantenimiento ordinario (como es el caso
de aquellos relativos a la limpieza, desinfección, mantenimiento de jardines, gasfiterías
menudas, etc.) resulta una precisión absolutamente necesaria para el caso del contrato de
arrendamiento, ya que el precepto general relativo a los gastos de conservación (esto es, el
artículo 1141 del Código Civil) no soluciona el problema para el contrato que nos ocupa.
Esta misma responsabilidad es extensiva así el bien se haya perdido o deteriorado cuando se
encontraba en posesión de terceras personas.
Sin embargo, median entre ambas figuras importantes diferencias, que se señalan a
continuación. El usufructo es legislado como un derecho real, en virtud del cual al
usufructuario se le confiere no sólo la facultad de usar un bien que no le pertenece, si no,
además, la de disfrutar del mismo de modo temporal. Así, se distingue básicamente del
derecho del arrendatario en que éste es un derecho de crédito por el que sólo se le concede el
derecho al uso del bien.
El carácter real del usufructo confiere al usufructuario, que aún no goza de su derecho, la
acción reivindicatoria La solución para el arrendatario que aún no ha entrado en posesión del
bien se encuentra prevista por el Código Civil en la parte relativa a la inejecución de
obligaciones. El arrendatario puede solicitar, pues, al arrendador la entrega del bien o la
resolución del contrato.
La transferencia del bien no implica la terminación del derecho del usufructuario, en razón a
que el nuevo propietario debe respetarlo. Por el contrario, la enajenación del bien arrendado
puede originar la conclusión del contrato, si éste no se encuentra inscrito, en aplicación de lo
dispuesto en el inciso 2 del artículo 1700 del Código Civil.
El usufructuario tiene la libre disponibilidad de su derecho (no del bien sobre el que recae),
facultad que puede ejercitar, sin el concurso de quien le confirió el derecho; así, por ejemplo,
el usufructuario está en libertad de dar en arrendamiento el bien o de transferir su derecho a
tercero a título gratuito u oneroso. No sucede lo mismo con el arrendatario, cuando se trata
del subarrendamiento o cesión, que debe contar necesariamente con el asentimiento del
arrendador (artículos 1692, 16% Y 1435, respectivamente, del Código Civil).
El origen de las dos figuras puede ser contractual, pudiendo el usufructo constituirse también
por acto unilateral, por testamento o por la ley. Constituye usufructo legal: el que tienen los
padres sobre los bienes de los hijos conforme al artículo 423, inciso 8, y el usufructo que tiene
el cónyuge sobreviviente sobre el hogar en que vivió la familia a tenor de lo dispuesto en el
artículo 732 del Código Civil.
Siendo el usufructo un derecho real, es oponible erga omnes, a diferencia del derecho del
arrendatario que no presenta tal cualidad a menos que el contrato se encuentre inscrito.
Cuando el arrendamiento excede de los referidos plazos se entiende reducido a los límites
señalados. Este punto concuerda con la intención del legislador de preservar los contratos; por
lo que, en lugar de quitarle validez al acto, se prefirió la fórmula en virtud de la cual se anulan
los efectos en lo que excede los plazos máximos establecidos por ley.
- Presunción
- a) El acreedor cuyo título hubiera sido inscrito primero, así su título fuera de fecha
reciente.
- b) Si ningún acreedor, hubiera inscrito el título, se debe preferir al acreedor que
tuviera documento de fecha cierta. (notario, juez o autoridad administrativa)
- c) Si todos tuvieran documento de fecha cierta, al que tenga el de fecha más antigua
- d) Si ninguno tuviera documento de fecha cierta, a quien se encuentre en posesión del
bien.
SUBARRENDAMIENTO Y CESIÓN DE
ARRENDAMIENTO
Como es conocido, la figura del subarrendamiento ha sido reconocida y recogida por casi todos
los ordenamientos contemporáneos. De una manera casi uniforme, la mayoría de códigos en
el mundo, le han dado un contenido que respeta la esencia de esta institución, sin embargo,
más allá de su definición, el tratamiento y alcances de esta figura no han sido asumidos de
manera homogénea.
Tal como lo destaca y simplifica Luis María Rezzonico "subarrendar es dar en locación a otra
persona, en todo o en parte, la cosa que se tiene en locación". De esta pequeña, pero
descriptiva definición tenemos que el subarrendamiento implica el nacimiento de un
arrendamiento, ya sea total o parcial, que deriva de otro arrendamiento pre-existente sobre
un mismo bien. Así, "la sublocación o subarrendamiento es un nuevo contrato de locación, una
locación nueva, en la cual el antiguo locatario principal o sublocador, actúa como locador, da
en locación una cosa que él mismo tiene en locación, en todo o en parte, estableciéndose
entre él y el sublocatario las relaciones ordinarias de locador a locatario, sin que desaparezca
su calidad de locatario con relación al locador.
Se define de esta manera al subarrendamiento, por, sobre todo, como un subcontrato que no
pierde su naturaleza, que es la de ser un arrendamiento puro y simple (por lo que se regirá
aparte de su por su propio contrato, por las normas jurídicas inherentes al arrendamiento)
pero con la particularidad de que el contratante en común posee un doble papel: arrendatario
y subarrendador. Decimos que el subarrendamiento es un subcontrato en la medida que "es
un contrato filial, siendo de la misma naturaleza e idéntico tipo que el contrato base" 3 • El
subarrendamiento es un "contrato filial" que presupone o requiere la existencia de un
contrato previo del cual deriva por sucesión constitutiva, por lo que compartirá la misma
naturaleza y tipo del contrato base. Al derivar o ser "filial" del contrato principal (primer
arrendamiento), el subarrendamiento dependerá también del contrato principal, no obstante,
mantenga su propia autonomía debido a que las partes (subarrendador y subarrendatario)
sólo se regirán por las reglas que surjan del contrato de subarrendamiento, que es el que
suscribieron, y no por el contenido o estipulaciones del contrato base (arrendamiento).
Siendo un contrato dependiente4 respecto del contrato base, existe una influencia sustancial,
pero no entre ambos contratos, sino solamente del derivado al principal, lo cual ocurre desde
que nace, y a lo largo de toda su vida, ya que ciertas modificaciones en el arrendamiento
principal (contrato base) repercutirán en el subarrendamiento (contrato derivado). Es
importante destacar que difícilmente esto se presentaría a la inversa pues, la modificación del
subarrendamiento no implicará la alteración de los alcances del contrato base (arrendamiento
principal).
Debido al tratamiento que ha recibido en nuestro país, así como las reglas que serían
aplicables a la figura del subarrendamiento, analizaremos a continuación algunos puntos que
tendrán que ser considerados por el subarrendador y el subarrendatario al momento de
subarrendar.
Para algunos autores como Salgado, el contrato de arrendamiento sería un contrato intuito
personae y no podría ser cedido a un tercero a través de un subarrendamiento. Así, tal como lo
señala este autor 11 el contrato (de arrendamiento) se celebra en virtud de la confianza que le
merece el inquilino, ya que se lo ha elegido no sólo por su solvencia sino también por sus
condiciones morales, su seriedad y sus costumbres. De esta manera surge el carácter de
contrato como intuito personaé'7 • Por ello, para quienes sostienen esta posición, le resulta
sumamente relevante al arrendador, por sus distintas características personales o económicas,
decidir quién debe ser el que utilice el bien arrendado, y por lo tanto, el bien no podría ser
cedido a través de un subarrendamiento a un tercero sin el asentimiento del arrendador.
Si bien es cierto, el Código Civil de 1984 señala que resulta necesario contar con el
asentimiento escrito para subarrendar, debemos entender que se trata de una formalidad "ad
probationem", ya que la no observancia de esta forma no ha sido sancionada con nulidad.
Conforme lo establece el artículo 144° del Código Civil" cuando la ley impone una forma y no
sanciona con nulidad su inobservancia, constituye sólo un medio de prueba de la existencia del
acto". Por ello, podrá aceptarse también un asentimiento de manera verbal o cualquier otro
modo distinto al escrito. De acuerdo a lo indicado, a diferencia de lo señalado por algunos
autores, consideramos que la consecuencia de subarrendar sin la autorización del arrendador
no es la invalidez del contrato de subarrendamiento, sino la ineficacia de dicho contrato frente
al arrendador.
Para poder inscribir el subarrendamiento, además, ¡se deberá respetar el Principio Registra!
De Tracto Sucesivo contenido en el artículo 2015° del Código Civil, el cual establece que
"ninguna inscripción, salvo la primera, se hace sin que este inscrito o se inscriba el derecho de
donde emane". En tal sentido, se requerirá que, previamente a la inscripción del
subarrendamiento, el arrendador tenga registrado su contrato de arrendamiento. De lo
contrario, el arrendador frente al registro, no tendría el sustento precedente para otorgar el
derecho al uso del inmueble.
SÓLO SE PROHÍBE SUBARRENDAR O CEDER EL CONTRATO DE ARRENDAMIENTO.
Si bien el Código Civil establece que es necesario para subarrendar o ceder el contrato de
arrendamiento que el arrendador brinde su asentimiento por escrito, ¿dicha exigencia debería
ser aplicable para la celebración de contratos derivados pero distintos del arrendamiento? ¿en
concreto, podrían celebrarse sobre el bien arrendado, contratos de comodato o de usufructo?
Por otro lado, si bien dichos contratos (usufructo, comodato, y cualquier otro tipo de contrato
distinto de un arrendamiento) podrían implicar la cesión en uso, total o parcial, de los bienes
arrendados, dicha cesión en uso, no sería un subarrendamiento por lo expuesto con
anterioridad, ni tampoco podrían ser considerados como una cesión del contrato de
arrendamiento, porque ésta última figura, implica la transmisión de todos los derechos y
obligaciones contenidos en el contrato de arrendamiento, y además, no implica la coexistencia
de un contrato base (arrendamiento) y uno derivado (comodato,por ejemplo).