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Tormenta

Una tormenta (del germánico común sturmaz que viene a significar "ruido" o "tumulto") es un
fenómeno caracterizado por la coexistencia próxima de dos o más masas de aire de diferentes
temperaturas. Este contraste asociado a los efectos físicos implicados desemboca en una
inestabilidad caracterizada por lluvias, vientos, relámpagos, truenos y ocasionalmente granizos
entre otros fenómenos meteorológicos.

Aunque científicamente se define como tormenta a aquella nube capaz de producir un trueno
audible, también se denominan tormentas en general a los fenómenos atmosféricos violentos
que, en la superficie de la tierra están asociados a lluvia, hielo, granizo, electricidad, nieve o
vientos fuertes -que pueden transportar partículas en suspensión como la tormenta de arena o
incluso pequeños objetos o seres vivos.

Formación de las tormentas

Las tormentas se crean cuando un centro de baja presión se desarrolla con un sistema de alta
presión que lo rodea. Esta combinación de fuerzas opuestas puede crear vientos y resultar en
la formación de nubes de tormenta, como el cumulonimbo.

El contraste térmico y otras propiedades de las masas de aire húmedo dan origen al desarrollo
de fuertes movimientos ascendentes y descendentes (convección) produciendo una serie de
efectos característicos, como fuertes lluvias y vientos en la superficie e intensas descargas
eléctricas. Esta actividad eléctrica se pone de manifiesto cuando se alcanza la tensión de
ruptura del aire, momento en el que se genera el rayo que da origen a los fenómenos
característicos de relámpago y trueno. La aparición de relámpagos depende de factores tales
como el grado de ionización atmosférico, además del tipo y la concentración de la precipitación.

Las tormentas obtienen su energía de la liberación de calor latente que se produce en la


condensación del vapor del agua en las parcelas ascendentes de la tormenta.

Características

Mientras que en los Estados Unidos el término "Storm" se refiere estrictamente y en el ámbito
meteorológico únicamente a tormentas intensas con vientos en superficie de al menos 80 km/h,
el término "tormenta" es mucho menos restrictivo. Las tormentas producen nubes de desarrollo
vertical -Cumulonimbus - Cúmulus- que pueden llegar hasta la tropopausa en torno a 10 km de
altura. El ciclo de actividad de una tormenta típica presenta una fase inicial de formación,
intermedia de madurez y final de decaimiento que dura en torno a una o dos horas.

Por regla general una célula convectiva de tormenta posee una extensión horizontal de unos
diez kilómetros cuadrados. Sin embargo, frecuentemente se producen simultánea o casi
simultáneamente varias células convectivas que desencadenan fuertes precipitaciones durante
un periodo de tiempo más largo. En ocasiones, cuando las condiciones del viento son
adecuadas, una tormenta puede evolucionar hasta el estado de supercélula originando series
de corrientes ascendentes y descendentes y abundante precipitación durante varias horas.
Las tormentas pueden contener vórtices de aire, es decir, viento girando en torno a un centro
(como los huracanes). Las tormentas que contienen estos vórtices (supercélulas) son muy
intensas y como característica es probable que puedan producir trombas marinas y tornados,
suelen originarse en zonas muy cerradas, donde el viento no tiene suficiente escape.

Una tormenta tropical hace referencia a una tormenta de mayores dimensiones en latitudes
subtropicales alternando regiones ascendentes y descendentes y capaz de evolucionar
potencialmente hasta el estado de huracán.

Tormenta de polvo

Una tormenta de polvo, tormenta de arena o polvareda es un fenómeno meteorológico común


en el desierto del Sahara de África septentrional, en las Grandes Llanuras de Norteamérica, en
Arabia, en el desierto de Gobi de Mongolia, en el desierto Taklamakán del noroeste de China,
en Argentina, en la zona de la Pampa seca y en otras regiones áridas y semiáridas.

Las tormentas de polvo severas pueden reducir la visibilidad a cero, imposibilitando la


realización de viajes, y llevarse volando la capa superior del suelo, depositándola en otros
lugares. La sequía y, por supuesto, el viento contribuyen a la aparición de tormentas de polvo,
que empobrecen la agricultura y la ganadería. El polvo recogido en las tormentas puede
trasladarse miles de kilómetros: las tormentas de arena del Sahara influyen el crecimiento del
plancton en el oeste del Océano Atlántico y, según algunos científicos, son una fuente
importante de minerales escasos para las plantas de la pluvisilva amazónica. Las tormentas de
polvo pueden observarse a menudo en fotografías tomadas desde satélites. Cuando el polvo
en suspensión es arrastrado por fuertes corrientes de aire hacia otros lugares y llueve, se dice
que llueve barro, porque todo se llena de gotitas de barro que se secan, y acaban ensuciándolo
todo.

Tormenta eléctrica

Una tormenta eléctrica, una tormenta con rayos y truenos es un fenómeno meteorológico
caracterizado por la presencia de rayos y sus efectos sonoros en la atmósfera terrestre
denominados truenos.[1] El tipo de nubes meteorológicas que caracterizan a las tormentas
eléctricas son las denominadas cumulonimbus. Las tormentas eléctricas por lo general están
acompañadas por vientos fuertes, lluvia copiosa y a veces nieve, granizo, o sin ninguna
precipitación. Aquellas que producen granizo son denominadas granizadas. Las tormentas
eléctricas fuertes o severas pueden rotar, en lo que se denomina superceldas. Mientras que la
mayoría de las tormentas eléctricas se desplazan con la velocidad de desplazamiento
promedio del viento en la capa de la tropósfera que ocupan, cortes de viento verticales pueden
causar una desviación en su curso de desplazamiento en dirección perpendicular a la dirección
de corte del viento.
Origen

Para la formación este tipo de tormentas es necesaria la humedad del aire caliente que se
eleva en una atmósfera inestable. La atmósfera se vuelve inestable cuando las condiciones son
tales que una burbuja de la subida del aire caliente puede seguir aumentando aún más que el
aire ambiente. El aumento de aire caliente es un mecanismo que intenta restaurar la
estabilidad, incluso cuando el aire frío tiende a disminuir y finalmente desaparecen. Si el aire
ascendente es lo suficientemente fuerte, el aire se enfría (adiabática) a temperaturas por
debajo del punto de rocío y se condensa, liberando el calor latente, que promueve el aumento
de aire y "alimenta" a la tormenta. Aislados Cúmulus se forman con gran desarrollo vertical
(hasta 10 ó 18 mil pies), alimentado por las corrientes de aire ascendente.

Las tormentas pueden formarse dentro de las masas de aire de la convección del aire
elevada ,común en las tardes de verano, cuando se calienta la superficie. El efecto orográfico
(a barlovento en las grandes montañas) puede estar asociados a los frentes, siendo más
intensa en el caso de los frentes fríos.

Las tormentas más fuertes se generan cuando el aire cálido y húmedo se eleva rápidamente,
con velocidades que pueden alcanzar 160 kilómetros por hora, hasta altitudes más altas y más
frías. En cada momento hay en el orden de 2.000 tormentas eléctricas que tienen lugar en la
superficie de la Tierra. Los rayos se producen cuando las partículas de hielo o la nieve
empiezan a caer de una nube a gran altura hacia la superficie y corresponden a la liberación de
energía debido a la diferencia de carga entre las partículas.

En la vida de una tormenta ordinaria (formado por convección de una masa de aire) son por lo
general presentan tres fases (cada una para normalmente de 15 a 30 minutos):

Nacimiento

Las corrientes de aire ascendente causan la formación de cumulonimbos. Si la carga por


primera vez es de agua, y no se producen un rayos, no será una tormenta eléctrica. En la parte
superior de la nube, el proceso de crecimiento de cristales de hielo comienza a producir las
partículas grandes consecuencias.

Madurez

El crecimiento vertical alcanza su máximo y las nubes se acoplan con la forma característica de
un yunque. Por lo general esto sucede cuando la inversión de aumento de la temperatura del
aire es más estable (tropopausa).

Los vientos dominantes en la alta altitud de las nubes cirrus comienzan a extenderse desde la
parte superior de las nubes. Las bases son la parte frontal inferior y los relámpagos
comenzaron a aparecer en toda la extensión de las nubes. Dentro de las nubes, la turbulencia
es intensa e irregular, con un equilibrio entre las corrientes ascendentes y descendentes. El
peso de las partículas de la precipitación es suficiente para contrarrestar la corriente
ascendente y comienzan a caer, arrastrando el aire que te rodea. Como las consecuencias
partículas caen en las partes más calientes de la nube, no hay aire seco que entra al medio
ambiente en la nube y puede dar lugar a la evaporación de estas partículas. La evaporación
enfría el aire, por lo que es más densa o "pesado". Todo este aire frío que cae a través de la
nube y precipitación que se forma la corriente de aire hacia abajo, cuando llegue a la superficie
se puede propagar a formar un frente que raxada desplazando y reemplazando el aire caliente
de la superficie. En esta etapa de la tormenta produce fuertes vientos, relámpagos y lluvias
torrenciales.

Disipación

Las nubes comienzan a extenderse hacia los lados, en capas o bordes. Y los vientos
descendientes de las corrientes frías son predominante. El aire frío reemplaza el aire más
caliente de la superficie, frente a los movimientos al alza en la tormenta. En esta etapa, sólo
hay corrientes descendentes y precipitaciones débiles. Eso deja sólo muchas nubes cirrus que
incluso pueden contribuir, con su sombra, a frenar el calentamiento de la superficie.

Medir su distancia

Una vez que el sonido y la luz se mueve a través de la atmósfera a velocidades muy diferentes,
puede estimarse la distancia de la tormenta por la diferencia de tiempo entre el relámpago (luz)
y el trueno (sonido). La velocidad del sonido es de unos 332 m / s (en función de las
condiciones climáticas). La velocidad de la luz es tan alta (~ 300.000 km / s) que el tiempo que
tarda en llegar puede ser ignorado en este enfoque. Por lo tanto, la tormenta será de 1 km para
cada 3 segundos que pasan entre el relámpago y el trueno.

Tormenta ígnea

Una tormenta ígnea es el movimiento en masa del aire resultante del fuego, creando una
ignición de gran intensidad en una amplia área. Es muy comúnmente un fenómeno natural,
creado durante un incendio forestal, y muchos de los más grandes de estos fenómenos, como
el Gran Incendio de Postigo, han sido tormentas ígneas. Una tormenta ígnea también puede
ser el resultado de explosivos intencionados.

Mecanismo de las tormentas ígneas

Cuando un área se incendia, el aire que está sobre ésta se vuelve extremadamente caliente y
sube rápidamente. El aire frío que se encuentra al nivel del suelo en el área circundante se
apresura a ocupar el vacío dejado por el aire en ascenso, creando fuertes vientos que ventilan
más las llamas agitándolas y proveyéndolas de más oxígeno. Esto crea una tormenta ígnea
que se mantiene sola con temperaturas que llegan a más de 2.000 ºC alimentada por el
constante flujo de oxígeno.

Los experimentos con fuegos de prueba han mostrado que las tormentas ígneas pueden crear
vórtices de fuego que se mueven rápidamente y pueden distribuir el fuego más allá del área del
fuego original. Los vientos en algunos de estos vórtices pueden alcanzar fuerzas tornádicas,
efectivamente creando un tornado ígneo. Estos potentes tornados pueden complicar los
trabajos de los bomberos que combaten el fuego.

Una tormenta ígnea extremadamente grande puede incluso crear su propio sistema ambiental,
inyectando aire hacia adentro y creando climas parecidos a tormentas eléctricas que tienden a
ayudar al extendimiento de las llamas.

Trueno

El trueno es el sonido de la onda de choque causada cuando un rayo calienta


instantáneamente el aire por el que se mueve entre nubes, o de ellas hasta la superficie
terrestre, a más de 28.000 °C. Este aire muy caliente aumenta de volumen y se expande a gran
velocidad, pero al mezclarse con el aire frío del entorno baja bruscamente su temperatura y se
contrae. Esta rápida expansión y contracción genera ondas de choque que son las
responsables del ruido del trueno.

Origen

El origen del trueno ha sido objecto de discusión científica durante siglos. La primera teoría de
la que se tiene noticia está atribuida al filósofo Aristóteles en la tercera centuria antes de Cristo,
especulando que el sonido podía ser causado por la colisión de nubes. Desde entonces
muchas teorías han sido propuestas. En el siglo XIX la teoría más aceptada era que el rayo
producía el vacío generando después el ruido consecuente. En el siglo XX está bastante
consensuado que el trueno viene originado por la onda de choque en el aire debida a la súbita
expansión térmica del plasma en la trayectoria del rayo.[1] La temperatura dentro del rayo,
medida mediante análisis espectroscópico, varía durante 50 microsegundos de la temperatura
ambiente a 20.000 ºK o hasta 30.000º K, para ir descendiendo paulatinamente hasta los
10.000º K.[2] Este calor causa una enorme expansión del aire hacia todas direcciones,
impulsando el aire circundante a velocidades superiores a la del sonido. Esta onda finalmente
es una onda de choque que recorre rápidamente la atmósfera. En algunos casos el sonido del
trueno puede alcanzar los 110 dB, cercano al umbral del dolor para el oído humano.[3]

Características de la onda

Está erróneamente extendido que, dada la velocidad del sonido en el aire -340 m/s-, para
determinar la distancia a la que caen los rayos, sólo es necesario contar los segundos entre el
relámpago y trueno. Sin embargo esto, en términos generales, está lejos de la realidad. El
trueno se desplaza por medio de ondas de choque y no mediante ondas acústicas ordinarias,
siendo las primeras de propagación mucho más rápida que las acústicas, y de valor no
constante. La velocidad de propagación de las ondas de choque ronda los 12-14 Km/s, unas
cuarenta veces mayor que la del sonido. El rayo genera ondas explosivas que se propagan a
través del aire, y se identifican como un chasquido inicial. Cuando el efecto sonoro es fuerte y
brusco, el rayo se ha producido muy cerca del espectador, y las ondas percibidas son de tipo
explosivo, que aún no se han destruido. Cuando la descarga eléctrica está muy anticipada
respecto de la percepción del sonido, se oyen descargas sordas que oscilan en intensidad, y
que llegan al espectador con retraso respecto del rayo. Esto indica una distancia mayor
respecto del punto de descarga. Sin embargo, no es posible determinar la distancia bajo estas
circunstancias, ya que la onda explosiva que transporta el sonido viaja con velocidad variable:
a velocidad supersónica inicialmente, y cuando la onda explosiva se destruye a la velocidad del
sonido.

Los pueblos politeístas que vivían en lugares donde son frecuentes las tormentas con rayos, o
donde éstos anuncian la llegada de las lluvias y el fin de la temporada seca, suponían la
existencia de un dios del trueno, como Zeus, Júpiter, Tinia, Thor, o Neton

Turbonada

Si eres hispanohablante nativo y no has participado en esta traducción puedes colaborar


revisando y adaptando el estilo de ésta u otras traducciones ya acabadas.

Una turbonada es un aumento repentino y fuerte de la velocidad del viento que suele ser
asociada al tiempo actual, como las lluvias, tormentas eléctricas o fuertes nevadas.[1] Las
turbonadas se refieren a un aumento sostenido del viento durante un intervalo breve de tiempo,
dado que puede haber rachas mayores durante el transcurso de una turbonada.[2] Este
fenómeno suele ocurrir en regiones con fuertes caídas de alturas de medio nivel, o
enfriamientos troposféricos de nivel medio, que fuerzan fuertes movimientos ascendentes en el
límite de la región de enfriamiento, que luego mejora movimientos descendentes locales a su
paso.

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