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Los Desastres Naturales: Es un término que hace referencia a las enormes

pérdidas de materiales y vidas humanas ocasionadas por eventos o fenómenos


naturales, como terremotos, inundaciones, tsunamis, deslizamientos de tierra,
entre otros.

Los desastres naturales (como la lluvia, terremotos, huracanes y tsunamis entre


otros) se convierten en desastres cuando superan un límite de normalidad,
medido generalmente a través de un parámetro. Este varía dependiendo del tipo
de fenómeno, pudiendo ser la escala de magnitud de momento, la escala de
Richter, la escala Saffir-Simpson para huracanes, etc. Los efectos de un desastre pueden amplificarse debido a una
mala planificación de los asentamientos humanos, falta de medidas de seguridad, planes de emergencia y sistemas
de alerta provocados por el hombre se torna un poco difusa. Por otra parte, algunos desastres son causados
únicamente por las actividades humanas. Algunos de estos son: la contaminación del medio ambiente, la explotación
irracional de los recursos naturales renovables como los bosques y el suelo no renovables como los minerales;
también, la construcción de viviendas y edificaciones en zonas de alto riesgo.
La actividad humana en áreas con alta probabilidad de desastres se conoce como de alto riesgo. Zonas de alto
riesgo sin instrumentación ni medidas apropiadas para responder al desastre o reducir sus efectos negativos se
conocen como de zonas de alta vulnerabilidad. A fin de la capacidad institucional para reducir el riesgo colectivo de
desastres, estos pueden desencadenar otros eventos que reducirán la posibilidad de sobrevivir a este debido a
carencias en la planificación y en las medidas de seguridad también crear un plan de emergencia.

a) Terremotos: Los terremotos son fenómenos naturales que


ocurren súbitamente, sin aviso. A diferencia de los
huracanes, los terremotos no son pronosticables. Un
terremoto es un movimiento violento del terreno
ocasionado por la liberación de energía que surge del
interior de la Tierra. Esta energía puede surgir de una
fuente natural como es el rompimiento de rocas de la
corteza terrestre, por una erupción volcánica, o por
fuentes no-naturales como son las explosiones.

Cuando las rocas de la corteza terrestre se rajan, dividen o rompen, ocurre una liberación de energía
acumulada, y a esos terremotos se le conoce como de origen tectónico. Generalmente estos
rompimientos ocurren a lo largo de fracturas de la corteza terrestre o fallas geológicas, que a su vez
están asociados al movimiento de placas tectónicas. Los terremotos de origen volcánico liberan la
energía producida por el rompimiento de rocas debido al movimiento de magma bajo la superficie.
Mientras los terremotos por explosiones pueden generar débiles ondas sísmicas. Estos procesos
pueden causar un “ruido” sísmico. Este ruido es la vibración de las ondas sísmicas hacia la superficie.

b) Huracanes: Los huracanes son los fenómenos atmosféricos más violentos de nuestra
naturaleza. Son un proceso natural del planeta Tierra para
transportar el exceso de energía del área tropical a las
regiones más frías.

Visto desde el satélite, estos remolinos o espirales gigantes de


nubes y fuertes vientos alcanzan velocidades de más de 74 mph
desplazándose sobre la superficie marina del océano hasta que
tocan tierra o mueren sobre aguas más frías en las latitudes
medias o polares.

Un huracán es parte de la familia de los ciclones tropicales.


Cuando la nubosidad y vientos se organizan en circulación espiral
alrededor de un centro definido de baja presión, con tronadas o
tormentas eléctricas concéntricas alrededor de ese centro, se ha formado un ciclón tropical. El ciclón
tropical se puede clasificar en Depresión Tropical, Tormenta Tropical y Huracán. Si los vientos del
ciclón tropical no superan las 38 mph, el ciclón se conoce como DEPRESIÓN TROPICAL. A las
depresiones tropicales se le asignan números en secuencia, por ejemplo, depresión tropical 6. Si el
sistema cobra fuerza con vientos entre 39 a 73 mph, se conoce como TORMENTA TROPICAL. Al
alcanzar categoría de tormenta tropical, se le asigna un nombre para identificarlo (por ejemplo, la
tormenta Ernesto) el cual continua por el resto de la vida de ese ciclón. Cuando los vientos alcanzan 74
mph o más, y se observa un centro definido u ojo, entonces se ha formado un HURACÁN.
En un huracán los vientos rotan alrededor de un centro en contra de las manecillas del reloj (en el
hemisferio Norte). Este centro de baja presión y relativa calma es conocido como el ojo del
huracán. En este ojo, donde no existen nubes o al menos muy pocas, los vientos son leves, y la
presión atmosférica es mínima. Sin embargo, el ojo está rodeado por una región conocida como la
pared del ojo donde se encuentran los vientos y lluvias y tronadas más fuertes. Aquí es donde está
localizado el mayor potencial de devastación del huracán. Bandas de nubosidad en forma de espiral
rodean su centro hacia el exterior, y pueden producir lluvias y vientos localmente fuertes que
preceden la llegada del huracán. Estas tronadas que se encuentran en las bandas de espiral son
relativamente menos intensas que las que se encuentran en la pared del ojo.

El movimiento de los huracanes está determinado por el flujo de vientos que predomina en la
atmósfera en ese momento dado. En el Atlántico, estos fenómenos se mueven dentro del Sistema de
Alta Presión de la Bermuda. De acuerdo a la intensidad y dirección de los vientos dentro de este
Sistema de Alta Presión, y fenómenos como vaguadas o frentes que pueden hace desviar al sistema y
tomar rumbo más hacia el norte, dependerá la trayectoria final que lleve el huracán. Determinar el
flujo de vientos total de la baja, media y alta tropósfera es crucial para el movimiento futuro de los
huracanes.

C) Tifones: Un tifón es un fenómeno atmosférico que se caracteriza por sus fuertes y


abundantes lluvias, así como por sus vientos de rachas muy elevadas que pueden llegar a
superar en algunos casos los 200 kilómetros por hora de velocidad. Además, los tifones tienen la
particularidad de adoptar la forma circular, de modo que las lluvias se sitúan en torno a un centro
en el que no hay actividad de inestabilidad pero que, a su alrededor, las lluvias y los vientos
pueden extenderse en un radio de miles de kilómetros desde el centro al final del tifón.
Esta forma de lluvia y viento tiene generalmente consecuencias desastrosas, por lo que se
considera uno de los desastres naturales que existen, ya que la violencia con la que se manifiesta
este fenómeno tiende a destruir todo a su paso, tanto si se trata de espacios urbanos como de
espacios naturales. Esto implica grandes costes económicos, ecológicos y personales, ya que la
destrucción que siembran los tifones arrasa con cualquier cosa que se cruce en su camino.
¿Cómo se forma un tifón?
ay que tener en cuenta es que los tifones solo se pueden formar en los océanos de aguas cálidas.
Por este motivo, su presencia se limita a las áreas tropicales del planeta. En proceso a través del cual se
forma un ciclón comienza con la evaporación rápida de una gran cantidad de agua del océano. Esta agua
caliente asciende a las capas más elevadas de la atmósfera debido a las altas temperaturas y, en
consecuencia, se crea un espacio de bajas temperaturas en el océano. Es decir, como las nubes que se
están formando ascienden tan rápido, se crea un espacio en el que hay poco aire justo entre el océano y
las nubes.

Este espacio con poco aire absorbe el aire circundante más frío, que entra a este espacio en forma de
espiral. A su vez, este nuevo aire se calienta al entrar en la nueva zona, haciendo que se eleve y
obligando de nuevo a que se tome aire más frío de los extremos de la formación nubosa, favoreciendo aún
más el proceso.

De este modo, cuando las nubes originales se enfrían, empiezan a descargar el agua al mismo tiempo que
los vientos que se forman para tomar el aire de los extremos aumenta, lo que provoca la formación
completa del tifón, que gira en torno a un centro en el que reina la quietud y la falta de precipitaciones.

Los tifones no se quedan estáticos en un área concreta, sino que se desplazan en dirección al oeste y,
cuando toman tierra, van perdiendo paulatinamente su fuerza a causa de que ya no disponen del océano
para recuperar su energía y suministro de agua. Sin embargo, hasta que esto sucede, lo normal es que
suelan pasar varios días completos, lo que no impide que su fuerza destructora sea tan devastadora.
D) Desmoramiento:

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