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~Ediciones Paidós
53. M. Chion- La audiovisión
56. L. Vilches- La televisión
57. W. Littlewood- La enseñanza de la comunicación oral
58. R. Debray - Vida y muerte de la imagen Barcelona-Buenos Aires-México
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1: reimpresión, 1994
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las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier
método o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la di stribución }.
de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. l. Hacia una sociología de la cultura 19
2. Instituciones 1 31
© Raymond Williams, 1981 3. Fonnaciones 1 53
© de todas las ediciones en castellano,
Ediciones Paidós Ibérica, S.A., i: ' 4. Medios de producción 1 81
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Mariano Cubí, 92- 08021 Barcelona
y Edi torial Paidós, SAICF, 5. Identificaciones 1 111
Defensa, 599 - Buenos Aires
ISBN: 84-7509-193-8
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7. Reproducción 1 169
8. Organización 1 193
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Recaredo, 2 - 08005 Barcelona '- B ibliografía 1 219
I ndice analítico y de nom bres 1 229
Impreso en España- Printed in Spain J
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dadera carencia de estudios específicos, aunque aquí, como en nar una configuración o generalización del «espíritu» que con-
otras partes, queda mucho por hacer. Sucede más bien que, formaba «todo el modo de vida» de un pueblo en particular. Her-
hasta que no se la reconozca como el ámbito de una convergencia der (1784-1791) utilizó por primera vez el significativo plural,
y como la problemática de esta misma convergencia, la reacción «culturas», para distinguirlo deliberadamente de cualquier sentido
habitual, incluso aunque sea favorable (y esto es comparativa- singular, o como diríamos ahora, unilineal, de «civilización». El
mente raro entre la generación de más edad, ya establecida), es amplio término pluralista fue, por lo tanto, especialmente impor-
considerarla apenas como algo más que un agrupamiento difuso tante en el desarrollo de la antropología comparada del siglo XIX,
de estudios especializados, ya sean sobre comunicación (en su la cual ha continuado designando una forma de vida completa y
forma específica moderna: «los medios de comunicación») o so- diferenciada.
bre el campo diferenciado de especialización que conocemos como Pero además se plantean preguntas fundamentales acerca de
«las artes». la naturaleza de los elementos formativos o determinantes que
Por supuesto que considerar estos estudios como especializa- producen estas culturas diferenciadas. Las respuestas alternativas
dos en un sentido práctico y operativo es bastante razonable. a estas preguntas han producido una serie de significados efecti-
Pero considerarlos como marginales o periféricos es algo diferen- vos, tanto dentro de la antropología como, por extensión, a partir
te. La convergencia moderna que encarna la sociología contem- de ella: desde la .antigua insistencia en un «espíritu conformador»
poránea de la cultura, es, de hecho, un intento de reformular, -ideal, religioso o nacional- hasta un énfasis más moderno en
desde un conjunto específico de intereses, aquellas ideas sociales una «cultura vivida», la cual ha sido primariamente determinada
y sociológicas generales dentro de las cuales ha sido posible con- por otros procesos sociales, ahora diversamente designados, a me-
siderar la comunicación, el lenguaje y el arte como marginales y nudo formas particulares de orden político o económico. En las
periféricos, o, en el mejor de los casos, como procesos sociales tradiciones intelectuales alternativas y enfrentadas que han surgi-
secundarios y derivados. Una sociología moderna de la cultura, do de este espectro de respuestas, la «cultura», en sí misma,
ya sea en sus estudios específicos o en sus aportaciones a una oscila, por tanto, entre una dimensión de referencia significativa-
sociología más general, tendrá como objetivo primero el investí- · mente total y otra confiadamente parcial.
gar, activa y abiertamente, acerca de estas relaciones transmitidas Mientras tanto, en su uso más general, se produce un intenso
y asumidas, así como acerca de otras relaciones posibles y demos- desarrollo del sentido de «cultura» como cultivo activo de la men-
trables. Como tal, no sólo volverá de esta manera a reformular te. Podemos distinguir una gama de significados que va: desde 1)
su propio campo, sino que planteará nuevas cuestiones y aportará un estado desarrollado de la mente, como en el caso de «una per-
nuevas pruebas para el trabajo general de las ciencias sociales. sona con cultura», «una persona culta»; hasta 2) los procesos de
este desarrollo, como es el caso de los «intereses culturales» y las
«actividades culturales»; y 3) los medios de estos procesos, como
«Cultura» «las artes» y «las obras humanas intelectuales» en la cultura.
Este último es el significado general más común en nuestra
Tanto el problema como el interés de la sociología de la cul- propia época, aunque todos se utilizan. Coexisten, a veces in-
tura pueden percibirse de inmediato en la dificultad implícita de cómodamente, con el uso antropológico y el socí§fqgi~... éS:te, -
su término aparentemente definitorio: «cultura». La historia y el s~ente- exten<11C10=~que
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uso de este término excepcionalmente complejo puede estudiarse un pueblo diferenciado o de algún otro grupo social.
en Kroeber y Kluckhohn (1952) y Williams (1958 y 1976). Este La dificultad ·aerférñiino-es·pof'lo -üüito-obvía;· pero puede ser
término empieza por designar un proceso -la cultura (cultivo) fructíferamen.te considerada como el resultado de tipos anteriores
de granos o (cría y alimentación) de animales, y por extensión la de convergencia de intereses. Podemos distinguir dos tipos princi-
cultura (cultivo activo) de la mente humana- y, a finales del pales: a) el que subraya el «espíritu conformador» de un modo de
siglo XVIII, especialmente en alemán y en inglés, acaba por desig- vida global, que se manifiesta en toda la gama de actividades so-
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12 13 HACIA UNA SOCIOLOGIA DE LA CULTURA
('ciales, pero que es más evidente en las actividades «específicamen- como constitutivas. Pero, en lugar del «espíritu conformador» que
;1 te culturales»: el lenguaje, los estilos artísticos, las formas de se consideraba constituyente de todas las demás actividades, con-
trabajo intelectual; y b) el que destaca «un orden social global», sidera_la~ura como el sistema significante a través del cual .
dentro del cual una cultura especificable, por sus estilos artísticos ?.~c~_s~ri!l. ffi~-~i~ (ªy_n_ql,l_~_e_Q_~~-=2.TtQ~..ni@RiU:::i!tí . . 9ig~n-=:S.Q:¿tªJ:-.ffi.f.. ~
/ y sus formas de trabajo intelectual, se considera como el producto comunica, se reproduce, se experimenta y se inv~~tig~,_
· directo o indirecto de un orden fundamentalmente constituido por - -E;_iste: ¡;~~ lo. i~rito:argüñacOñvergeñéi~p;áctica e~tre 1) los
otras actividades sociales. sentidos antropológicos y sociológicos de la cultura como «todo
Estas posiciones con frecuencia se clasifican como a) idealista un modo de vida» diferenciado, dentro del cual, ahora, un «SfSie..
y b) materialista, aunque debiera señalarse que en b) la explica- ;na· significañte~~ característico se considera no sólo como esencial,
ción materialista se reserva generalmente para otras actividades sino como esencialmente implicado en todas las formas de activi-
«básicas», relegando la «cultura» a una versión del «espíritu con- dad social, y 2) el sentido más especializado, si bien más corrien-
formador» (por supuesto, ahora con bases diferentes y no prima- te, de cultura como «actividades intelectuales y artísticas», aunque
rias sino secundarias). Sin embargo, la importancia de cada una éstas, a causa del énfasis sobre un sistema significante general, se
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de estas posiciones, en contraste con otras formas de pensamiento, definen ahora con mucha más amplitud, para incluir no sólo las
consiste en que conduce necesariamente a un estudio intensivo de artes y formas tradicionales de producción intelectual, sino tam-
las relaciones entre actividades «culturales» y otras formas de vida bién_toga~Jas ~<p.rácticas_significantes». ~-c;l.~§.R.~-~Uenguaje, pasan-
social. Cada posición implica un método amplio: en a) ilustración dQY.QLll!Ulr1e.s...YJª-...filos.ofía •...h~sJª ..~LP.~~ioc;U$r.!Ú?;Ja ~ri.??.d_~ : y·la
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y clarificación del «espíritu conformador» como en las historias pupJi.~~.9.ll c;l_~ . que-ahora -constituyen este . campo.-complejo ..y-nece-
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nacionales de los estilos artísticos y las formas de trabajo intelec- __ sari.amente ..extendido
tual que manifiestan, en relación con otras instituciones y activi- Este libro está escrito dentro de los términos de esta conver-
~~ dades, Jos intereses y valores centrales de un «pueblo»; en b), la gencia contemporánea. En algunos de sus capítulos, especialmente
exploración que va desde el carácter conocido o, susceptible de el 4, S, 7 y 8, se consideran cuestiones de ámbito general. En sus
serlo, de un orden social general, hasta las formas específicas que otros capítulos, aunque consciente del campo general, se concen-
adquieren sus manifestaciones culturales. tra deliberadamente en <<las artes» en su sentido tradicional más
La sociología de la cultura, al comenzar la segunda mitad del común. Donde el -trabajo de la nueva convergencia se ha llevado
siglo xx, se componía fundamentalmente de trabajos realizados a a cabo mejor y con mayor frecuencia , ha sido en la teoría general
partir de estas dos posiciones , gran parte de ellos con gran valor y en los estudios sobre la «ideología», o en sus nuevas áreas espe-
local. Cada posición representaba una forma de esa convergencia cíficas de interés,_como los «medios de comunicación» y la «cultu-
de intereses que el propio término «cultura», con su persistente ra de masas« [ «popular culture»]. Existe, por lo tanto, no sólo
espectro de énfasis relacionales, ejemplifica notablemente. Pero en un vacío que se debe llenar, en estos nuevos términos , sino tam-
los trabajos contemporáneos se va tornando evidente una nueva bién, a partir de la calidad de algunos de los estudios sobre el arte
clase de convergencia, si bien cada una de las posiciones anterio- realizados desde otras posiciones, una sensación de desafío: en
res aún se mantiene y se practica. efecto, una sensación de que tal vez, sobre todo en esta área toda-
Esto tiene muchos elementos en común con b), por su interés vía fundamental, deben ser evaluadas las cualidades de las formas
en un orden social global, pero se diferencia de b) por su insisten- de pensamiento representadas por esta convergencia contempo-
cia en que la «práctica cultural» y la «producción cultural» (sus ránea.
términos más reconocibles) no se derivan simplemente de un or-
den social, por otra parte ya constituido, sino que son, en sí mis- ¿Por qué una «sociología» de la cultura?
mas, elementos esenciales en su propia constitución. Comparte, por
lo tanto, algunos elementos con a), por su énfasis en considerar las De lo dicho se desprende con claridad que en esta convergen-
prácticas culturales (aunque ahora también se incluyen otras) cia contemporánea, con su extensión deliberada y su interconexión
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de los hasta ahora separados (aunque siempre relacionados) sen- de los estudios sociales por examinar las formas culturales -para
tidos de cultura, lo que ahora se denomina con frecuencia «estu- Vico, especialmente, el lenguaje- a través de las cuales se mani-
dios culturales», es ya una rama de la sociología general. Pero es fiesta el desarrollo social.
más una rama en el sentido de un modo diferenciado de entrada Esto aparece igualmente en Herder (1784-1791), quien añadió
en cuestiones sociológicas generales que en el sentido de un área el concepto de formas culturales específicas, pero en el contexto,
reservada o especializada. Al mismo tiempo, si bien es una clase ya comentado, del «espíritu conformador» . Existen claras líneas
de sociología que concentra su interés en todos los sistemas sig- de continuidad tanto de Vico como de Herder en Dilthey (1883),
nificantes, está necesaria y centralmente preocupada por la pro- quien estableció una distinción importante entre «las ciencias de la
ducción y las prácticas culturales manifiestas. Su enfoque integral cultura » (Geisteswissenschaften) y las «ciencias naturales ». Dilt-
requiere, como veremos, nuevos tipos de análisis social de insti- hey caracterizaba las ciencias de la cultura por el hecho de que
tuciones y formaciones específicamente culturales, y la investiga- su «objeto de estudio» era creado por los seres humanos; el obser-
ción de las relaciones existentes entre éstas y, por una parte, los vador observa procesos en los cuales él mismo participa necesa-
medios materiales de producción cultural, y, por otra, ·las formas riamente, y por lo tanto es inevitable la existencia de diferentes
culturales propiamente dichas . Lo que hace confluir estos elemen- métodos para establecer pruebas e interpretaciones. Dilthey defi-
tos es, específicamente, una sociología, pero, en función de la nió específicamente el método a través del difícil concepto de
convergencia, una sociología de nuevo tipo. «verstehen» -una «comprensión simpática» o una «aprehensión
Ya hemos visto las diferencias teóricas entre ésta y otras for- intuitiva» de las formas humanas sociales y culturales- mientras
mas anteriores de convergencia. Ahora podemos indicar, aunque que al mismo tiempo insistía en que todos esos estudios debían
sólo sea esquemáticamente, las formas históricas que adquirió ser históricos . Esta orientación se transmitió al trabajo de Max
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este desarrollo. La nueva sociología de la cultura puede conside- Weber y, a través de él, a una de las tendencias de la sociología
rarse como una convergencia, y hasta cierto punto como la trans- moderna.
formación de dos tendencias bien definidas : una dentro del pen- Pero también estaban contribuyendo a la formación de la mo-
samiento social general y, más adelante, específicamente de la derna sociología ideas bastante diferentes. Estas subrayaban el
sociología; la otra dentro de la historia y el análisis cultural. Po- descubrimiento, por el método diferente de la observación obje-
demos señalar brevemente las contribuciones principales dentro tiva y el registro (con frecuencia por analogía con las ciencias
de cada una. naturales), de las leyes de la organización social. Cada una de
estas tendencias tenía sus puntos fuertes y sus debilidades. El
método del «Verstehen» podía ser bastante insuficiente para la
Las «ciencias culturales» y la sociología explicación, o podía recaer en el recurso (teóricamente circular)
del «espíritu conformador». El método de la observación objetiva,
Fue Vico, en su La nueva ciencia (1725-1744), el que infundió aun acumulando datos empíricos indispensables, no era con fre-
a la vez una nueva confianza y una dirección particular al pensa- cuencia lo bastante consciente de la naturaleza de algunos de los
miento social, con su argumento de que «el mundo de la sociedad procesos culturales menos tangibles, de éstos como elementos de
civil ha sido a todas luces hecho por los hombres » y de que «pues- la historia y, crucialmente, de los efectos que tiene sobre la obser-
to que los hombres Jo han hecho pueden albergar esperanzas de vación la situación específica social y cultural del observador.
conocerlo». Aquello que hasta entonces era un argumento general Estos problemas, en formas más refinadas, han continuado
acerca de la validez de todas las ciencias sociales fue puesto espe- preocupando a la teoría sociológica, pero sus efectos sobre la so-
cialmente de relieve por la idea de Vico de buscar los «principios» ciología de la cultura son ahora muy importantes. El estudio de
de la sociedad civil «dentro de las modificaciones de nuestra pro- las formas y trabajos culturales continuó, por una afinidad obvia,
pia mente humana», puesto que si la mente humana es modifica- siendo practicado por los exponentes del «verstehen». Por otra
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da, en y a través del desarrollo social, se hace necesario un interés parte, dentro de la corriente sociológica principal, los hechos cul-
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16 17 HACIA UNA SOCIOLOGIA DE LA CULTURA
turales más reductibles al análisis observacional eran fundamen- anterior, muy desarrollado empíricamente en sus conceptos opera-
talmente las instituciones y los «productos» culturales de las ins- tivos inmediatos, fue llevado a cabo dentro de una aceptación
tituciones. Dentro de la sociología en general, éstos fueron los relativamente acrítica de la sociedad de mercado, en la que las
intereses persistentes de las dos convergencias históricas anterio- funciones generales «comerciales» y de «socialización» podían su-
res. Cada una de ellas realizó una importante contribución, pero ponerse interactuantes o en conflicto . También era común descri-
su comunicación fue escasa y, en verdad, casi literalmente, no bir esta sociedad de mercado, a partir de una interpretación de la
pudieron entablar ningún diálogo. sociedad moderna, como una «sociedad de masas», en la cual
diferentes elementos, tales como los auditorios amplios, la relativa
«impersonalidad» de la transmisión o el «anonimato» de la recep-
ción, y la «heterogeneidad desorganizada» de las sociedades «de-
l. Contribuciones de la sociología observacional mocráticas y comerciales» se fundían y en verdad se confundían.
Esta presunción condujo a la denominación y a la metodología de
la «mass communication» research, que aún domina la sociología
Así encontramos en la tradición del análisis observacional ortodoxa de la cultura. Para una crítica del concepto y de sus
(que en Inglaterra y en los Estados Unidos se considera con fre- efectos, véase Williams (1974).
cuencia como sociología tout court) un interés creciente por las Irónicamente, el mismo concepto y designación resultaban ma-
instituciones culturales, en el momento en que, gracias a los desa- nifiestos en estudios de diferente tipo, en los cuales se utilizaban
rrollos sociales recientes de la prensa moderna, del cine y de la técnicas observacionales y analíticas comparables, pero en el con-
radio y de la televisión, surgen instituciones mayores y sus pro- texto de una crítica radical de las instituciones y de sus funciones
ductos , que podían estudiarse por medio de métodos ya general- en la sociedad capitalista (una especificación de las formas par-
mente accesibles. En esta tradición, y antes de este desarrollo, la ticulares de «socialización» y de «comunicación» dentro de un
sociología de la cultura se había concentrado significativamente orden social y económico específico). Esta sociología explícita-
en las áreas ya institucionalizadas de la religión y la educación. mente propagandística estaba por supuesto en conflicto con la
Pueden distinguirse tres clases provechosas de estudios: 1) el de posición (sólo aparentemente) «neutral» de la fase anterior. Aña-
las instituciones sociales y económicas de cultura y, como alter- día, necesariamente, elementos de análisis económico (de la pro-
nativa, las definiciones de sus «productos»; 2) el de su con- piedad de las instituciones) y de historia política y económica.
tenido y 3) el de sus efectos. Uno de los principales ejemplos es Schiller (1969), pero pueden
verse también Weinberg (1962), Murdock y Golding (1974) y el
1.1 Las instituciones Glasgow University Media Group (1976).
Se han hecho relativamente pocos estudios sobre las moder-
Se han hecho muchos estudios sobre las instituciones moder- nas instituciones culturales fuera de los campos dominantes de la
nas de comunicación dentro de una perspectiva explícitamente prensa, la radio y la televisión, pero sobre cine véase Mayer
sociológica (funcional). Como ejemplos véanse Lasswell (1948), (1948), y para enfoques más recientes Albrecht, Barnett y Griff
Lazarsfeld y Merton (1948), Lazarsfeld y Stanton (1949). Otros (1970). Estudios empíricos de instituciones culturales más anti-
estudios acerca de las mismas instituciones combinan el análisis guas, utilizando procedimientos tanto históricos como sociológi-
institucional con algo de historia -White (1947)- o con una cos, fueron realizados por Collins (1928), Beljame (1948), Altick
argumentación social general --Siebert, Peterson y Schramm (1957), Williams (1961) y Escarpit (1966) .
(1956). Es significativo que en esta área de los estudios institu-
cionales han sido directa o indirectamente planteados algunos de
los interrogantes más importantes acerca de la naturaleza de la 1.2 El contenido
investigación sociológica. Gran parte del trabajo norteamericano Los estudios sociológicos sobre el «contenido» cultural se han