Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Saligaros-Ensayo-Las Leyes de La Arquitectura Desde La Perspectiva de Un Fisico
Saligaros-Ensayo-Las Leyes de La Arquitectura Desde La Perspectiva de Un Fisico
UN FÍSICO
Nikos A. Salíngaros
VERSIÓN INGLÉS
RESUMEN
Por analogía con principios físicos básicos se obtienen tres leyes applicables al orden
arquitectónico, que son válidas tanto para las estructuras naturales como para las
construidas por el hombre. Estas leyes pueden utilizarse para crear edificios que
producen igual emoción y belleza que las grandes arquitecturas del pasado en todo el
mundo. Estas leyes son válidas tanto para la arquitectura Clásica, como para la
Bizantina, Gótica, Islámica, Oriental, y el Art Nouveau; pero no lo son para las formas
arquitectónicas modernistas de los últimos setenta años. Parece que la arquitectura
modernista del siglo XX contradice intencionalmente toda la arquitectura anterior al
transgredir el orden estructural que la conformaba en la antigüedad.
1. INTRODUCCIÓN
2. LAS REGLAS DE LA BELLEZA Y EL ORDEN EN LA ANTIGÜEDAD
3. LAS TRES LEYES DE LA ARQUITECTURA
Existen edificios históricos que son universalmente admirados como portadores de gran
belleza (Sección 2). Estos incluyen tanto los grandes templos del pasado (1) como la
riqueza cultural contenida en varias arquitecturas indígenas (2,3). Ambos tipos de
edificaciones fueron construidos siguiendo reglas empíricas e intuitivas, y estas reglas
se pueden deducir de sus mismas estructuras. Este conjunto de reglas empíricas ha sido
analizado y consignado en el libro A Pattern Language de Alexander y otros (4).
Por analogía con la estructura de la materia, postulamos aquí tres leyes para la
generación del orden arquitectónico (Sección 3). Estas leyes responden positivamente
dado que:
Cada civilización o período de tiempo del pasado nos ha legado un conjunto de reglas,
implícitas, que ayudan a crear el ideal último de belleza. Cada conjunto de reglas
responde a un momento particular, a la disponibilidad de materiales autóctonos, al clima
local, o a los rituales religiosos existentes, que definen las reglas arquitectónicas que
rigen la belleza. Lo importante es que estas arquitecturas tan diferentes son consideradas
como bellas por la mayoría de la gente de hoy, que viven fuera del tiempo y de la
cultura que los produjeron. Esto implica la existencia de unas leyes universales que
gobiernan el orden estructural.
Las siguientes tres leyes se postulan por primera vez en este estudio. Han surgido de
mis discusiones e interacciones con Alexander a lo largo de los últimos quince años.
Estableceremos una analogía con la manera en que la materia se forma a partir de pares
de componentes elementales que contrastan entre sí. La materia sigue un patrón básico.
Desde el vacío en la electrodinámica cuántica, que surge de pares virtuales de positrones
y electrones, hasta los núcleos formados de neutrones y protones de isospin opuesto
ligados entre sí, y a los átomos formados de electrones y núcleos con carga opuesta
ligados entre sí, hay un orden matemático establecido. La pequeña escala consiste en
pares de elementos con características opuestas ligados entre sí. El acoplamiento
mantiene los opuestos cerca uno del otro pero no permite que se solapen, puesto que se
aniquilarían mutuamente; esto crea una tensión dinámica.
Aplicamos este concepto a la arquitectura. "El orden a pequeña escala se establece por
medio de pares de elementos que contrastan entre sí, los cuales existen en una tensión
visual balanceada". Hay varias maneras de lograr el contraste con materiales: con la
forma (convexa-cóncava); con la dirección (zigzag); con el matiz del color; con el tono
del color (blanco-negro). El contraste local identifica la pequeña escala en un edificio,
estableciendo así el nivel fundamental del orden geométrico. La escala es relevante para
el observador -- en regiones donde una persona camina, se sienta o trabaja, son
necesarios el contraste y la tensión en el mínimo detalle perceptible. En áreas lejos de la
actividad humana la escala es necesariamente mucho mayor.
El orden estructural es un fenómeno que obedece sus propias leyes. Sus unidades
fundamentales son las mínimas diferencias perceptibles de color y geometría. Mientras
que la diferencia visible a pequeña escala no es necesaria para definir la estructura, sí es
necesaria para el orden estructural. Esto se demuestra en la arquitectura y en la mayoría
de los diseños anteriores al siglo XX. Los templos clásicos Griegos tienen detalles que
contrastan maravillosamente. Esto sucedía también en el caso del color, aúnque la
coloración original se ha perdido con el tiempo. Para ver el uso efectivo del contraste
del color basta mirar las extraordinarias paredes embaldosadas del siglo XV en la
España Islámica o en Marruecos.
1. Los elementos básicos, como los componentes físicos elementales, tienen que
ser simples. Esto significa que las unidades fundamentales son en su forma
simples; por ejemplo, triángulos, cuadrados y sus combinaciones.
2. Las unidades básicas están unidas por fuerzas de rango corto. La única manera
de lograr esto usando la geometría es por medio de unidades de interconexión
con características opuestas.
3. Las unidades más pequeñas ocurren en pares que contrastan entre sí, como los
fermiones. Cuando estos pares de unidades se repiten, no se repite una simple
unidad, sino un par, lo que da lugar a la alternancia en vez de a la simple
repetición.
4. La idea del contraste es recurrente en diferentes escalas, impidiendo en realidad
que los detalles llenen todo el espacio. Una región con detalles necesita el
contraste con una región menos ornamentada, y las dos regiones se combinan
para formar elementos que contrastan. De la misma manera, áreas construidas
con poco acabado son necesarias para complementar aquellas áreas construidas
con un acabado muy fino.
Considérese el núcleo, en donde los protones y los neutrones están ligados por un
intercambio de piones virtuales. La interacción fuerte está constantemente cambiando la
identidad de los nucleones. Un neutrón puede convertirse en un protón, y volver de
nuevo a ser un neutrón. Un par básico de unidades que contrastan entre sí en un diseño,
como se describe en la segunda consequencia de la primera ley, debe también poseer
esta dualidad. Para que un objeto y el espacio que lo rodea se unan efectivamente en un
par de unidades que contrastan, tanto el espacio como el objeto mismo deben tener el
mismo grado de integridad estructural.
Las consecuencias de la segunda ley originan las distintas maneras de lograr el orden
global.
La segunda ley permite entender más fácilmente la interacción visual de dos objetos
colocados uno cerca del otro, bien conocida en las ilusiones ópticas. El cerebro crea
líneas conectoras que parecen ligar dos unidades. Ahora, si tomamos dos objetos,
trazamos en el papel las conexiones virtuales que vemos, y luego las construimos con
algún material, la estructura que resulta resistirá las tensiones y se mantendrá. Esto da
una relevancia física a un fenómeno estrictamente visual. El cerebro "ve" las conexiones
físicas apropiadas para crear una estructura estable.
La entropía de un diseño es percibida por nuestra habilidad innata para visualizar
conexiones. Los espacios principales de cualquier edificación, y la relación de unos con
otros, esta gobernada por las interacciones mutuas de todas las paredes con cualquier
otro elemento estructural. Ciertas dimensiones, ciertas combinaciones, parecen
"resonar" cuando todas las componentes interactúan armoniosamente. Esas situaciones
corresponden a los estados de menor entropía. El fin de hacer ajustes en una estructura
compleja para bajar su entropía se conforma precisamente al proceso que da lugar a las
formas naturales.
Del razonamiento físico anterior se deduce que las fuerzas materiales se manifiestan de
modo diferente a escalas diferentes. La forma de las estructuras naturales está
influenciada por tensiones, deformaciones, y fracturas en los sólidos, y por la
turbulencia en los fluidos en movimiento. La materia no es uniforme: es totalmente
diferente si se la amplia por un factor de 10 o más. El factor de escala por el cual dos
escalas diferentes están todavía relacionadas empíricamente es alrededor de 3. En la
geometría fractal, los patrones fractales autosimilares de Koch, Peano y Cantor que se
parecen más a los objetos naturales tienen razones de similaridad r = 1/3 o r = 1/71/2 =
1/2,65 , en apoyo del factor de escala 1/r = 2,7 (10).
n = 1 + lnxmax - lnxmin
donde n es el valor entero más cercano. En una estructura la aproximación del número
N de distintas escalas al índice teórico n de la última ecuación es la medida del orden
estructural. Esta regla sólo permite precisar si la jerarquía de escalamiento existe; pero
no determina si realmente las similitudes realmente ligan las diferentes escalas.
Por ejemplo, un edificio de tres pisos con un detalle mínimo de una pulgada (2,5 cm)
requiere que n esté cerca de 7. En muchas edificaciones modernistas, sin embargo, N
está cercano a 2, independiente del tamaño, puesto que intencionalmente no hay
estructura en las escalas intermedias. Las edificaciones modernistas son "puras", lo que
significa que tienen grandes superficies vacías. Por otra parte, algunos edificios
postmodernistas con estructuras de tamaños diferentes no organizadas, podrían tener N
mayor que n. Una edificación con una jerarquía natural de escalas, no importa como
sea, debería tener N muy cerca del índice teórico n.
Esta sección presenta dos criterios para diferenciar entre la arquitectura natural y la
arquitectura modernista:
El movimiento modernista fue inventado en la década de los años veinte por un grupo
de arquitectos portadores de ideas extremistas en política y filosofía (6,7). Estaban
obsesionados por la urgencia de romper con cualquier orden histórico existente. Su
propósito era transformar la sociedad realizando construcciones que desafiaran la
naturaleza, yendo en contra de los sentimientos instintivos de belleza que existe de
forma natural en la gente.
Es bien conocido por los estudios en sicología ambiental que las estructuras modernistas
hacen sentir muy incómodos a sus habitantes. Los instintos humanos hacia la reducción
de la incomodidad espacial tratan de reducir la sensación de falta de bienestar. Esto es
análogo a nuestros instintos para evitar el dolor físico, que protege del daño a nuestros
tejidos corporales. Los arquitectos modernistas no han prestado seria atención a la
necesidad humana de bienestar emocional en un escenario arquitectónico: algo vital en
la conciencia humana que bien podría dañarse por un ambiente que carece de orden
estructural.
Existen hoy en día dos concepciones opuestas sobre el orden estructural. A la mayoría
de la gente se le ha enseñado a pensar acerca del "orden" en los términos de la
arquitectura modernista: simetría bilateral a gran escala, superficies vacías planas,
bordes rectos y ángulos rectos, etc. Este ensayo argumenta que el orden estructural de
nuestro mundo tal como es revelado por la ciencia, está en contradicción con el
ambiente construido por el movimiento modernista. No podemos justificar dos
definiciones contradictorias del orden estructural, lo que implica que las leyes del orden
estructural deben ser únicas, y son las definidas en este ensayo.
Se han postulado tres leyes del orden estructural a partir de analogías con leyes físicas
básicas. Se mostró cómo estas leyes tienen validez científica más allá de cualquier moda
u opinión arquitectónica. Las formas naturales tienen una complejidad interna ordenada
que imita los procesos físicos en interacción, y esto se refleja en las grandes
edificaciones históricas y en las arquitecturas vernáculas de todo el mundo. Las tres
leyes aquí derivadas son eminentemente prácticas y se pueden aplicar para crear
edificaciones de gran belleza física y emocional.
A finales del siglo XX, la arquitectura modernista domina nuestro mundo. Este ensayo
muestra que la arquitectura modernista se opone de manera deliberada al orden natural
minimizando el orden estructural. Esto viola sentimientos profundamente enraizados
que son parte intrínseca de la conciencia humana. Hasta ahora, la gente se ha sentido
frustrada por la falta de orden estructural y por la imposición de edificaciones que nos
hacen sentir incómodos. Estos resultados deberían convencer a la gente de que su
intuición sobre la belleza arquitectónica es correcta, y que es possible recuperar un
ambiente enriquecedor hecho por el hombre.
Agradecimientos
Al Profesor Christopher Alexander por permitirme trabajar con su libro The Nature of
Order, que proximamente se publicará, y por su generoso estímulo a lo largo de los
años.
Referencias
3) Bernard Rudofsky, The Prodigious Builders (Harcourt Brace Jovanovich, New York,
1977).
5) Christopher Alexander, The Nature of Order (Oxford University Press, New York,
2001). (En prensa).
6) Peter Blake, Form Follows Fiasco (Little, Brown and Co., Boston, 1974).
7) Tom Wolfe, From Bauhaus to Our House (Farrar Straus Giroux, New York, 1981).
8) Charles, Prince of Wales, "Speeches on Architecture", in: The Prince, the Architects,
and New Wave Monarchy , edited by Charles Jencks (Rizzoli, New York, 1988)
10) Benoit B. Mandelbrot, The Fractal Geometry of Nature (Freeman, New York,
1983).
11) Oleg D. Jefimenko, Electricity and Magnetism 2nd. Ed., (Electret Scientific Co,
Star City, W. Virginia, 1989). p. 493.
12) Frank Russell, Art Nouveau Architecture (Arch Cape Press, New York, 1979).