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Capítulo III: La Iglesia del Hijo: El cuerpo de Cristo.

Introducción.
Ya se ha analizado a la Iglesia como Pueblo de Dios por antonomasia por su convocación y
elección que conlleva a una misión donde se nos brindan varios medios para cumplirla.
A lo largo de las reflexiones hechas sobre la identidad de la iglesia, surgen nuevas imágenes que
con sus definiciones o se asemejan o distorsionan esa naturaleza de misterio que jamás se conocerá
del todo. O también podríamos hablar que se exageraron quitando o poniendo características a la
Iglesia.
En esta ocasión, se tratará de desarrollar como la Iglesia ha sido vista como la Iglesia del hijo, es
decir, como se ve la Iglesia como cuerpo de Cristo.
En estos apartados donde surgen también varias reflexiones, unas acertadas, otras que tuvieron que
ser analizadas con más profundidad, otras en respuestas a contradicciones o ataques recibidos desde
fuera. Pero que, con la luz del Espíritu Santo, las sagradas escrituras y el Magisterio de los Santos
Padres fueron purificándose y llegando a ver también a la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo.
Desarrollo.
La Iglesia el nuevo pueblo de Dios en virtud de la nueva alianza está profundamente vinculado
cristológicamente con la imagen Cuerpo de Cristo.
Por las raíces bíblicas estuvo ampliamente presente en la doctrina de los santos padres; en la edad
media se inicia una desvinculación entre la eucaristía y la Iglesia, después de Trento los autores
católicos privilegian la congregatio, la Ilustración afianzó esta opción. La impronta romántica la
intenta introducir en el Vaticano I, pero fue un intento fallido. En el siglo XX la teología del Cuerpo
Místico adquirió gran relieve, pero no se vio libre de excesos, entre ellos el falso misticismo, frente
a esto tuvo lugar la reacción ya señalada a favor de Pueblo de Dios. La teología del Cuerpo Místico
de Cristo sólo podrá ser aceptada si dejaba de ser considerada como puro dominio de la gracia sino
también como una Iglesia jerárquica, estructurada y regulada por el derecho. El Vaticano II dedica
el n. 7 de la L.G. y el n. 8 afronta la difícil cuestión de la conjugación entre el componente social y
el místico de la Iglesia.
La Iglesia debe de ser vista a la luz de su identidad central y radical de Jesús, el Hijo, su misión y el
proyecto del Padre. Jesús segunda persona de la Trinidad es también cuestión central para la
identidad de la misma Iglesia. Las decisiones de Nicea y de Constantinopla encierran por tanto las
implicaciones para la comprensión de la Iglesia a la luz de 2 Cor. 13, 13 podemos captar la
peculiaridad de esa lógica.
La vinculación de la Iglesia con Jesús constituye una de las cuestiones más decisivas de la
eclesiología; la desconexión Jesús-Iglesia se puede sintetizar: “Jesús vino a anunciar el Reino de
Dios y lo que vino fue la Iglesia” (Loisy). El siglo XIX surgió un fuerte ataque, la vertiente
protestante intentaba demostrar que la Iglesia surgió o bien como fruto espontaneo de la fe o bien
como solución alternativa del fracaso mesiánico de Jesús. La teología católica ha afirmado la
fundación de la Iglesia por Cristo lo podemos ver en L.G. 8 “La Iglesia constituida y ordenada en
este mundo… subsiste en la Iglesia Católica”. Con todo esto se puede mencionar tres posturas:
algunos autores no excluyen la noción de fundación, hablan de una previsión por el Cristo
prepascual de la Iglesia; otros prefieren hablar de una Iglesia fundada por el acontecimiento de
Cristo que no lo hizo en vida, pero con su predicación y actividad puso los fundamentos; al
presentar a Jesús como fundamento se puede indicar que la Iglesia nace de la dinámica iniciada por
Jesús.
La posición católica debe estructurarse en dos ejes: la existencia en la intención y actuación de
Jesús de actos eclesiológicamente relevante; existe una continuidad histórica entre la Iglesia que se
manifestó en Pentecostés.
La Iglesia se mantiene además en estrecha dependencia del Señor Resucitado y Glorioso, sin ello la
Iglesia quedaría reducida a una más de las instituciones humanas y mundanas. Esto se apoya en la
centralidad de la Pascua como acontecimiento Trinitario por antonomasia, el misterio Pascual es la
reapertura de la historia de la salvación como tiempo de la Iglesia, esta acción escatológica del Dios
Carlos Párraga Navarrete
Primero de Teología
16-julio-2020
Trino es por ello el acto radical de eclesiogénesis. Es el momento radical de la convocatoria: porque
los discípulos son rescatados; porque la buena noticia reconvoca a la ekklesia es un evangelio, un
kerigma; porque el Espíritu Santo hace adquirir perennidad y actualidad de Jesús y se prolongará en
la soberanía del Kyrios, en cuyo ámbito existirá la Iglesia.
Se trata de un dato atestiguado por el N.T.: el resucitado no habla de partida y despedida sino de
otro modo de presencia en su comunidad; la teología joanea utiliza fórmulas de inmanencia entre el
Padre e Hijo en las que deben estar incluidos los creyentes por su unión con Cristo; San Pablo usa el
giro en Cristo que designa una acción de Cristo en la que también participa el creyente.
También, a la luz de 1 Cor. 6, 12-20 y otros afirman que los distintos miembros de la Iglesia aun
siendo muchos forman el Cuerpo de Cristo. Los Santos Padres pusieron muy de relieve el realismo
de esta participación común en la eucaristía: “La participación en el cuerpo y la sangre de Cristo no
hace más que transformarnos en lo que tomamos” (San León Magno). En cuanto a cuerpo de Cristo
la Iglesia adquiere una personificación y protagonismo mayor; como cuerpo de Cristo posee una
dimensión no solo ecuménica y universal sino cósmica y dinámica; por tanto la Iglesia es Cuerpo de
Cristo y Cristo la cabeza; esta soberanía se manifiesta en la Iglesia porque de un modo real se
manifiesta en el conjunto de la realidad.
Por ello, la Iglesia es el Cuerpo real de Cristo, sobre todo a la luz de la celebración eucarística, que
es donde de modo más pleno se realiza y acontece la Iglesia.
Conclusiones.
Tomaré la conclusión que nos muestra el autor, la recuperación del componente eucarístico y
cósmico, tal como se ha expuesto, permitirá revitalizar no solo la imagen de Cuerpo de Cristo sino
la entera de la Eclesiología.
Jesús, con su predicación y su estilo de vida dio los pasos fundacionales para el nacimiento de la
Iglesia, los discípulos al entender esta misión y al sentir la necesidad de compartir la Buena Nueva
de Cristo empezaron a expandirla por todo el mundo conocido.
La Iglesia encuentra su fuente y culmen en la Eucaristía, que es donde se une muy estrechamente a
Cristo, es donde se robustece y fortifica para la misión.
Todos los cristianos formamos parte de este conjunto de creyentes que uniéndonos íntimamente a
Cristo en la Eucaristía formamos su Cuerpo, y cada uno es importante para el mismo.
Comentario.
La figura de Iglesia pueblo de Dios, es tan acertada como la Iglesia Cuerpo de Cristo, ya que somos
elegidos por pura gracia por el Padre, convocados para luego ser reunidos íntimamente en Cristo en
donde nos conformaremos como miembros de su cuerpo. La Iglesia en su fundamento trinitario nos
ayuda a entender la participación de cada una de las personas de la Trinidad en su vivencia: el Padre
que elige, el Hijo que convoca y une y el Espíritu Santo que la santifica y la sostiene prolongándola
en la historia, es así como veo que la Iglesia encuentra su sentido y su ser.

Eclesiogénesis: Reflexión sobre la realidad de la Iglesia a partir de su nacimiento en medio del


pueblo: génesis de una nueva Iglesia.
Pléroma: [πλήρωμα], vocablo griego del verbo pleróo que significa "llenar", es un elemento común
a muchas doctrinas gnósticas, se define como la unidad primordial de la que surgen el resto de
elementos que existen o, dicho de otra forma, la plenitud. Es, pues, un término relevante en la
filosofía y la religión.

Alfred Firmin Loisy (Ambrières, 28 de febrero de 1857- Ceffonds, 1 de junio de 1940) fue


un teólogo francés, el más conocido y radical de los modernistas. Tras perder en 1902 la fe en un
Dios personal y en la divinidad de Cristo fue considerado por la Iglesia católica un hereje,
un gnóstico.
... Para Loisy la evolución histórica del cristianismo permite reconstruir la figura de Cristo desde
una nueva perspectiva histórica, mucho más cerca de la ortodoxia que cuanto había
apuntado Harnack. Pero Jesús anunció la venida del Reino de Dios y lo que vino fue la

Carlos Párraga Navarrete


Primero de Teología
16-julio-2020
Iglesia puede que la herejía modernista –porque en eso acabó– naciera, como tantos otros
disparates, de una frase, hay quienes se mueren por una frase... Las puertas del infierno. La historia
de la Iglesia jamás contada.

Carlos Párraga Navarrete


Primero de Teología
16-julio-2020

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