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Moisés prologa su admonición con la palabra hebrea Ree, "Mira", Mira, presento
ante ti hoy una bendición y una maldición. ¿Pero por qué "mira"? ¿Qué hay para
ver? ¿Les mostró algo? La Torá no usa un lenguaje florido sólo porque tiene un
lindo sonido y suena poético. ¿Qué hay para ver? ¿Por qué Ree?
¿Cómo vemos la buena fortuna que disfrutan otros? ¿Nos sentimos felices por
ellos, o los miramos con envidia? ¿Cómo vemos nuestros propios defectos?
¿Somos objetivamente confiables o inclinados a la subjetividad? "Él es un tacaño,
un bueno para nada. ¿Yo? Yo soy cuidadoso al gastar mi dinero". "Ella es aburrida
entre las aburridas, una anti-social. ¿Yo? Yo disfruto permaneciendo en casa". "¡Él
es terco como un buey! ¿Yo? Yo soy una persona determinada".
Claramente la forma en que miramos a nuestro mundo y a los que nos rodean
tendrá un gran impacto en nuestra forma en que nos tratará la vida. Muy
justificadamente Moisés dijo "Mira". Pues el como vemos las cosas de la vida
indudablemente afectará las consecuencias de la vida.
El sexto Lubavitcher Rebe, Rabí Iosef Itzjak Schneerson (1880-1950) una vez
narró que cuando era un niño pequeño le preguntó a su padre: "¿Por qué las
personas tienen dos ojos?" "El ojo derecho" respondió su padre "es para usarlo
amorosamente cuando miramos a nuestro hermano judío; el ojo izquierdo es para
usarlo con discernimiento, cuando miramos dulces y otros objetos que no son
importantes en el gran proyecto de las cosas".