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Reflexiones de un Talmid

Por Juan Medel R.


“Kehiláh Netzarita Beit Shalom”
yochananmr@gmail.com
Santiago de Chile

PARA QUE SEÁIS HIJOS DE VUESTRO ABBA…

Pues haciendo esto, llegaréis a ser hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace
salir Su sol sobre buenos y malos y hace caer Su lluvia sobre justos e injustos. (Mt 5:45)

La distorsión con que la mayoría de las personas que nos rodean ven la vida tiende
a afectarnos de una u otra manera, y eso es porque todos estamos conectados
unos con otros. Nadie está en este mundo para servirse asimismo, aunque muchos
vivan como si así fuera, esa no es la realidad. Ninguna de las criaturas que el
Eterno ha creado en nuestro mundo está demás ni carece de sentido su existencia.
Con menos razón esto podría ser así cuando se trata del hombre quien ha sido
creado a la semejanza del mismo D-os. ¿Por qué resulta ser para cada uno de
nosotros tan importante el día cuando cumplimos un año más? Nuestros sabios han
dicho que es porque este mundo estaría incompleto si uno de nosotros no
estuviese en donde está. El Creador ha considerado que cada persona que nos
rodea ha sido necesaria para que los engranajes de nuestra existencia funcionen
adecuadamente. Así pues, hacemos bien en buscar la armonía con nuestros
semejantes en nuestras relaciones con ellos.

Muy importante es que no tengamos un mas alto concepto de nosotros


mismos que el que debemos tener. Si por gracia de D-os hemos sido dotados con
una mayor inteligencia, con un carisma especial, con belleza física y con toda clase
de bienes, que nunca sean esta gracia recibida de nuestro Abba, motivo de orgullo
y menosprecio a quienes no han recibido lo mismo. Cada vez que sonreímos y
tratamos amablemente a quienes nos rodean, regalamos una sonrisa y hacemos
sentirse bien a nuestro prójimo, estamos trayendo paz al mundo y atrayendo la
Gueulá (la redención). Recordemos siempre que el Eterno ha considerado que todas
las personas que están en el mundo son necesarias y que nadie está de sobra.

1
Tener un apropiado concepto de sí mismo traerá equilibrio y mesura en nuestro
comportamiento con nuestro prójimo. El Eterno nuestro D-os no hace acepción de
personas y nosotros hemos sido llamados a imitar a nuestro Abba. Nuestro
maestro Yeshúa tomó de uno de los grandes sabios de nuestro pueblo el rabí Hillel
una extraordinaria enseñanza y nos la transmitió, la enseñanza es esta: “No hagas
a tu prójimo, lo que no quieras que te hagan a ti…”. Yeshúa nos transmitió esta
misma enseñanza, solo que él la puso en sentido positivo, pero la esencia es la
misma: “Y como quieras que los hombres hagan contigo, así has tú con ellos…1”.
Implícita en esta magnífica enseñanza está la ley de la siembra y la cosecha. Así
como el agricultor siembra en su campo distintas especies de semillas, cada una de
ellas produce según la naturaleza que le dio el Creador, el trigo producirá más
trigo, las lentejas producirán más lentejas y así con todas las especies que se
siembran. De igual modo cada acto o acción que realizamos entre las personas que
nos rodean en nuestro viaje por la vida, nos traerá de vuelta lo mismo que dimos o
en otras palabras, lo que hayamos sembrado, y recordemos que en la naturaleza,
cuando sembramos un grano de porotos, por ejemplo, la cosecha nos devuelve un
puñado, es decir, la cosecha es siempre más abundante que la siembra. Rav Shaúl
dice: “no nos cansemos de hacer bien, que en su tiempo segaremos sino
desmayamos”2. Estemos siempre atentos a nuestros actos en nuestras relaciones
diarias para que siempre sembremos bien con nuestros semejantes, y el Eterno
que es bueno, nos traerá una abundante cosecha de todo bien preciado.

Una escusa que podemos presentar para no ser amables con todas las personas, es
que algunas de ellas no lo merecen, por su comportamiento y constantes actitudes
negativas. Esto puede ser cierto mirado desde un punto de vista simplista, sin
embargo desde el punto de vista de un zadik (justo), las personas que nos causan
daños o hablan mintiendo en contra de nosotros, son justamente las que nos
ayudan a elevar nuestras almas por encima del promedio. Yeshúa decía en su
doctrina:

1
Mateo 7:12a
2
Gálatas 6:9
2
“Porque si amáis solamente a los que os aman, ¿qué recompensa
tendréis? ¿No hacen lo mismo los cobradores de impuestos? Y si
saludáis a vuestros compatriotas solamente ¿qué hacéis de más? ¿No
hacen los gentiles lo mismo entre ellos? Sed pues perfectos, como
vuestro Padre celestial es perfecto”3.

Como vemos, Yeshúa considera que las personas opositoras y que causan daños, son
una oportunidad para perfeccionar nuestras almas y para tener méritos más allá
del promedio natural que se puede observar en el común de las personas, aun las
que están alejadas de las verdades de la Torá. El Mashiaj nos invita a dar un paso
más allá, a considerar a nuestros enemigos a tal punto, que sintamos una real
necesidad de orar por ellos para que hagan teshuvá delante del Eterno y sean
perdonados.

Orar por los que nos causan daños es mantener el corazón sin raíces de amarguras
y sin resentimientos; es imitar al Eterno que cada día trae su bien sobre justos e
injustos. Alguien dijo una vez, que quien guarda rencor y odio en contra de otra
persona, es semejante a uno que bebe un vaso de veneno y luego espera que el otro
muera. Rav Shaúl dice en una de sus enseñanzas: “no se ponga el sol sobre
vuestro enojo y no paguéis a nadie mal por mal”4. Pensar y vivir de esta forma
es ser hijos de nuestro Padre que está en los Cielos, y verdaderos discípulos de
nuestro maestro Yeshúa.

Hace un par de años escuché a mi maestro el rabí Dan Ben Avraham contar una
historia muy ilustrativa sobre la importancia que tiene cada ser que el Eterno ha
creado, la historia reza así:

Se cuenta que en la edad media en el siglo 18 vivía en Polonia un carnicero


judío que era muy exitoso en su oficio, todos los judíos del barrio iban a
comprar de su carne, y no solamente los judíos, sino también los gentiles
iban a su carnicería. En frente de él había otra carnicería de un carnicero
gentil, sin embargo a este no le iba bien en su trabajo de carnicero. Las

3
Mattityahu (Mateo) 5:46-48
4
Efesios 4:26
3
cosas fueron tan mal a este otro, que se apoderó de él una profunda envidia
y se llenó de resentimientos negativos en contra del carnicero judío. Al
punto que decidió tenderle una trampa. Sin que nadie supiera sus oscuros
planes, tomó un poco de su propia carne y la dejó descomponerse, y comenzó
a correr el rumor entre la gente del pueblo que el carnicero judío vendía
carne podrida. Luego buscó a tres hombres que le sirvieran como testigos
falsos y dijeran que habían comprado carne al carnicero judío y que estaba
podrida. Estos hombres instruidos por el carnicero envidioso denunciaron al
otro carnicero con las autoridades del pueblo diciendo que estaba vendiendo
carne descompuesta. La situación se puso tan difícil para el pobre carnicero
acusado injustamente, que las autoridades del pueblo decidieron cerrarle la
carnicería hasta investigar el caso y comprobar los hechos.

El pobre carnicero como es lógico, se puso muy triste y se llenó de


preocupación porque su carnicería era el sustento de su familia y no
encontraba que hacer para resolver el gran problema que se le había venido.
Su esposa se le acerca para tratar de consolarlo y le habla de un gran rabino
muy piadoso al que D-os siempre escucha las oraciones que hace por las
personas, y le sugiere que baya a verlo para que el rabino le dé una
bendición.

El hombre desesperado tomó su caballo y se dirige a ver al rabino que le


sugirió su esposa. Tres días demoró el viaje desde donde vivía el carnicero
acusado injustamente hasta el pueblo donde vivía el rabino. Cuando llega a la
casa del rabí, se encuentra con que hay una enorme fila de personas que
estaban esperando su turno para hablar con él. El pobre hombre no se
desanima y se pone en la fila como todos los demás. Cuando llega donde
estaba el asistente del rabino, este le dice: tienes dos minutos para que le
cuentes tu problema al rabí y no puedes pasarte de ese tiempo. El carnicero
se molesta un poco y dice al asistente, que ha realizado un viaje de tres días
a caballo ¡que cómo es posible que le den solo tres minutos para contarle su
problema al rabí! El asistente insiste al hombre que por la gran cantidad de
personas que hay en la fila, no es posible concederle más tiempo.
4
Finalmente llega el turno del carnicero y entra a hablar con el rabino,
obedeciendo las instrucciones del asistente, rápidamente cuenta al rabí la
falsa acusación que le han hecho y en las dificultades en que está. Una vez
que termina de hablar, el rabí sin siquiera mirarlo al rostro lo toma de las
manos, y le dice: “tranquilo, porque hasta los ratones tienen un
propósito”. Y esto fue todo lo que ocurrió en la entrevista con el gran
rabino.

En el regreso a casa del carnicero, además de seguir estando triste, ahora


estaba muy molesto con lo que había sucedido con el rabino, consideraba que
todo el esfuerzo y tiempo ocupado en ir a verlo, había sido un fracaso y una
completa pérdida de tiempo.

Al llegar a casa su esposa sale a recibirlo y le pregunta que cómo le había ido
en el viaje. El hombre molesto como estaba, dice a su esposa ¡no me digas
nada ese es el peor rabino que existe! ¡Nunca debí haber ido a verlo! yo
pensaba que me iba poner las manos encima, que iba a invocar el Nombre del
Eterno y que me iba dar una gran bendición. Nada de esto ocurrió, todo fue
una completa pérdida de tiempo. La mujer insistía en consolarlo y decía a su
esposo que esperara y confiara en el Eterno, que los rabinos a veces decían
cosas que uno no entendía, que continuaran esperando.

Llegó el día de la audiencia en el juzgado del pueblo y cuando comenzó la


audiencia, el juez llamó al primer testigo. El testigo no se presentó porque
se había caído de un árbol y se había roto una pierna. Entonces el juez llamó
al segundo testigo y tampoco se presentó, llamaron al tercero y tampoco se
presentó en el juicio. El juez al ver que no estaban los testigos ordena a su
secretario traer el acta de la acusación en contra del carnicero judío. El
secretario se dirige a los archivos para traerla, y sólo encuentra pequeños
pedazos de papel regados por el suelo, regresa donde el juez quien le
pregunta si trajo el acta, el secretario contesta que no está, que se la han
comido los ratones en la noche.

5
Entonces el carnicero judío recuerda las palabras que le había dicho el
rabino: “Que hasta los ratones fueron creados con un propósito”.

Todo, absolutamente todo lo que el Eterno permita en nuestras vidas tiene su


razón de ser, como todas las personas que están a nuestro alrededor son
necesarias y de todas ellas podemos aprender, y de todas se vale el Eterno para
hacernos crecer.

Pidamos al Eterno nos conceda la sabiduría necesaria para vivir en paz con nuestro
prójimo. Que en lo que dependa de nosotros estemos en paz con todos los
hombres, nos enseña rav Shaúl5. Tengamos una actitud redentiva con las personas,
no nos juzguemos unos a otros, ni nos condenemos unos a otros. Ya nos ha
enseñado nuestro maestro Yeshúa que con el juicio con que juzguemos, seremos
juzgados y que con la medida con que midamos a otros, se nos medirá a
nosotros también6.

Vivamos como hijos del Eterno obedeciendo sus mandamientos, amemos a nuestro
prójimo; porque quien ama a su prójimo, ha cumplido la Torá7.

Que todo bien del Eterno esté sobre ustedes, amén.

Shalom,

Moréh Juan Medel

5
Romanos 12:18
6
Mateo 71-2
7
Romanos 13:8-9 No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley
Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
6

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