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Guia para Los Padre de Catequesis
Guia para Los Padre de Catequesis
Hoy en día, muchos padres creen que cumplen con su deber de educar a los
hijos en la fe, únicamente con inscribirlos en un curso de catequesis por las
tardes. Esto es erróneo, pues una buena preparación para la Primera Comunión
debe empezar mucho antes.
En cada una de estas actividades, el niño se irá dando cuenta de que forma
parte de una gran familia que es la Iglesia, en la cual todos son importantes y
todos necesitan de los demás. Esta preparación es la más importante, pues el
niño captará entonces fácilmente el significado de unión de los cristianos en la
Eucaristía si ha visto desde pequeño la manera como lo viven sus padres en la
vida diaria.
Con esta capacidad y este deseo, se puede considerar que el niño está
suficientemente preparado para hacer la primera comunión y los padres deben
de procurar retrasar ese momento lo menos posible, pues el niño merece
recibir cuanto antes todas las gracias que da la Eucaristía y que le ayudarán en
todos los aspectos de su vida: como hijo, como hermano, como amigo y como
estudiante.
Sin embargo, para que el niño saque el mejor provecho del sacramento, la
Iglesia ha establecido, como requisito para hacer la primera comunión, que el
niño conozca las verdades fundamentales de la fe católica, las leyes de Dios y
de la Iglesia, las oraciones básicas del creyente y el significado de los
sacramentos. Esto es lo que el niño estudia y aprende en las clases de
catecismo, que duran aproximadamente seis meses, pero como decíamos, la
preparación para la primera comunión empieza muchos años antes de que el
niño asista a uno de estos cursos.
II Temas doctrinales
El Padrenuestro
El Avemaría
El Gloria
El Credo
El Acto de contrición
El Rosario
La Salve
Oración al Ángel de la Guarda
Oración de ofrecimiento del día
Oración para antes de acostarse
La confesión previa a la comunión.
«La penitencia es el sacramento mediante el cual, Dios nos perdona todos los
pecados cometidos después del bautismo por medio de la absolución dada por
un sacerdote».
Es importante que el niño sepa que Dios no quiso tener una línea directa para
perdonar a los hombres, sino que dejó el sacramento del perdón en manos de
la Iglesia para que fuera un sacerdote quien en su nombre perdonara los
pecados.
«Sopló sobre ellos y dijo: Reciban al Espíritu Santo. A quienes les perdonen
los pecados, les serán perdonados y a quienes se los retengan les serán
retenidos» (Jn 20, 23)
Antes de recibir este sacramento, el niño habrá aprendido los pasos necesarios
para tener una buena confesión:
1. Examen de conciencia
2. Arrepentimiento de los pecados
3. Propósito de enmienda
4. Decir los pecados al sacerdote
5. Cumplir la penitencia
Glosario
Fe: es la virtud teologal mediante la cual creemos en Dios y en todo lo que Él
nos ha revelado.
Caridad: Es la virtud teologal por la cual amamos a Dios como padre y a los
hombres como nuestros hermanos de la misma manera como Dios lo hace.
«Jesús les dijo: "Un hombre tenía dos hijos y dijo el más joven de ellos al
padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde’. Les dividió
la herencia y pasados pocos días, el más joven, reuniéndolo todo, partió a una
tierra lejana y allí disipó toda su herencia viviendo disolutamente. Después de
haberlo gastado todo, sobrevino una fuerte hambre en aquella tierra y
comenzó a sentir necesidad. Fue y se puso a servir a un ciudadano de aquella
tierra, que le mandó a sus campos a apacentar puercos. Deseaba llenar su
estómago de las algarrobas que comían los puercos y no le era dado.
Volviendo en sí dijo: ‘¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en
abundancia y yo aquí me muero de hambre! Me levantaré e iré a mi padre y le
diré: Padre, he pecado contra el Cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser
llamado hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros’. Y levantándose, fue
al encuentro de su padre. Cuando aún estaba lejos, lo vio el padre y,
compadecido, corrió a él y se arrojó a su cuello y le cubrió de besos. Dijo el
hijo: ‘Padre, he pecado contra el Cielo y contra ti; ya no soy digno de ser
llamado hijo tuyo’. Pero el Padre dijo a sus criados: ‘Pronto, traigan la túnica
más rica y vístansela, pongan un anillo en su mano y unas sandalias en sus
pies y traigan un becerro bien cebado y mátenlo y comamos y alegrémonos,
porque este mi hijo, que había muerto, ha vuelto a la vida: se había perdido y
ha sido hallado’. Y se pusieron a celebrar la fiesta".» Lc 15, 11-24.