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La fiesta del Chivo es

una novela publicada en el
año 2000 del escritor peruano-
español Mario Vargas Llosa. El libro
tiene lugar en República
Dominicana y se centra en el
asesinato del dictador Rafael
Trujillo, y los hechos posteriores,
desde dos puntos de vista con una
diferencia generacional: durante la
planificación y después del
asesinato en sí mismo, en mayo de
1961; y treinta y cinco años
después, en 1996. A través de la
historia, se encuentra una intensa
reflexión del apogeo de la dictadura,
en los años 1950, y su significado
para la isla y sus habitantes.1
La historia sigue tres historias
entrecruzadas. La primera concierne
a una mujer, Urania Cabral, que se
encuentra de regreso a República
Dominicana, tras una larga
ausencia, para visitar a su enfermo
padre; ella había abandonado el
país, para marcharse a Estados
Unidos, y de regreso recordaba
incidentes de su juventud y revela
un secreto largo tiempo oculto a su
tía y a sus primas. La segunda
historia hace foco en los últimos
días de la vida de Trujillo, desde el
momento en que se despierta en
adelante, y muestra el círculo íntimo
del régimen, del cual el padre de
Urania alguna vez formó parte. La
tercera es sobre los asesinos de
Trujillo, algunos de los cuales había
sido leales al gobierno, y se
encuentran esperando el coche del
dictador la noche del asesinato;
luego de éste, la historia se
concentra en la persecución de los
asesinos. Cada aspecto del libro
revela a diferentes puntos de vista
del ambiente social y político
dominicano, tanto en el pasado
como en el presente.
El lector se encuentra en una
historia con un espiral descendente,
el asesinato de Trujillo y los eventos
posteriores bajo la visión de su
círculo íntimo, conspiradores y los
recuerdos de una mujer de mediana
edad contemplando su pasado. La
novela tiene una técnica narrativa
múltiple (caleidoscópica) acerca del
poder dictatorial, incluyendo sus
efectos psicológicos y su impacto a
largo plazo. La novela es, pues, un
retrato del poder dictatorial, incluidos
sus efectos psicológicos, y su
impacto a largo plazo. Los temas de
la novela incluyen la naturaleza del
poder y la corrupción, y su relación
con el machismo y la perversión
sexual en una sociedad rígidamente
jerárquica con papeles de género
rígidos. La memoria, y el proceso de
recordar, es también un tema
importante, sobre todo en la
narrativa de cómo Urania recuerda
su juventud en la República
Dominicana.2
Vargas Llosa entrelaza elementos
ficticios con históricos: es libro no es
documental y la familia Cabral,
verbigracia, es completamente
ficticia. Por otro lado, los personajes
de Trujillo y sus asesinos fueron
creados basados en registros
históricos; Vargas Llosa teje una
historia estructurada con capítulos
que se alternan entre los recuerdos
de la protagonista, el propio general
Trujillo y las personas que
cometieron el atentado. En palabras
de Vargas Llosa, "esta es una
novela, no un libro de historia,
entonces me tomé muchas, muchas
libertades. [. . .] Tuve que respetar
los hechos básicos, pero he cambié
y deformé muchas cosas para hacer
a la historia más persuasiva; y no he
exagerado."
CONTEXTO
La novel examina el régimen dictatorial
de Rafael Leónidas Trujillo
Molina en República Dominicana. Trujillo
fue, en las palabras del historiador Eric
Roorda, «de una imponente influencia en
la historia dominicana y del Caribe», el
cual fue «uno de los más estables
regimenes del siglo XX», durante sus
treinta y un años en que ejerció poder
desde 1930 hasta su asesinato en 1961.6
Trujillo había sido entrenado con
el Cuerpo de Marines de los Estados
Unidos durante la ocupación
estadounidense del país, y se graduó de
la Academia Militar de Haina en 1921.6
Tras la partida de los estadounidenses
en 1924, se convirtió en la cabeza de
la Policía Nacional dominicana, la cual,
bajo su comandancia, se transformó en
el Ejército Nacional Dominicano y la
«base autónoma del poder» personal de
Trujillo.7
Trujillo fue oficialmente el dictador
durante 1930 y 1938, y nuevamente
entre 1942 y 1952, pero conservo poder
efectivo. El pensamiento del régimen fue
generalmente nacionalista, aunque
Daniel Chirot comentó que no tuvo
«ninguna ideología particular» y sus
políticas sociales y económicas fueron
básicamente progresistas.8
La novela toma su título del
popular merengue dominicano Mataron
al chivo, que refiere al asesinato del
Trujillo el 30 de mayo de
1961.9 Merengue es un género musical
creado por Ñico Lora en los años 1920,
que fue activamente promovido por el
mismísimo Trujillo. En la actualidad es
considerado la música nacional.10 Los
críticos culturales Julie Sellers y Stephen
Ropp consideran sobre este merengue
en particular, que fantasea con el
dictador convertido en un animal que
podría ser convertido en
un guisado (plato frecuente en la
gastronomía dominicana), la canción «da
a aquellos que están cantando,
escuchando y bailando este merengue
un sentimiento de control sobre sí
mismos, que no han tenido la experiencia
de vivir durante esos treinta años».11
Vargas Llosa cita la letra de Mataron al
chivo al inicio de la novela.
TRAMA
La narrativa de la novela está dividida en
tres hilos distintos. Una está centrada en
Urania Cabral, dominicana, totalmente
ficticia; los asuntos con los conspiradores
en el asesinato de Trujillo; y el tercero en
el mismo Trujillo. La novela se va
alternando entre estas tres historias, y va
dando saltos entre 1961 a 1996, con
frecuentes flashbacks sobre los inicios
del régimen de dictador.
La fiesta del Chivo comienza con el
regreso de Urania a su casa natal
en Santo Domingo, una ciudad que había
sido renombrada como Ciudad Trujillo
durante los tiempos del dictador en el
poder. Este hilo es una larga
introspección y narración de hechos de la
memoria de Urania y su confusión
interna sobre los eventos que
precedieron a su salida de República
Dominicana hace 35 años. Urania
escapó durante del régimen en 1961,
bajo el tutelaje de unas monjas que la
llevaron a estudiar a Míchigan. En las
siguientes décadas, se convirtió en una
prominente y éxitosa abogada de Nueva
York. Finalmente regresa a su país en
1996, un anhelo, y se encuentra
compelida a confrontar a su padre y los
elementos del pasado que había
ignorado durante un largo tiempo.
Mientras Urania habla a su enfermizo
padre, Agustin Cabral, ella recuerda más
y más de su enojo y disgusto que
llevaron a sus treinta y cinco años de
silencio. Va recordando la caída de su
padre en desgracia en el ámbito político,
hasta revelar el engaño que une su hilo
narrativo con el de Trujillo.
El segundo y tercer hilo tienen lugar en
1961, las semanas previas al asesinato
de Trujillo el 30 de mayo. Cada asesino
tiene su propia historia de fondo, que
explica los motivos por los que deciden
formar parte en el complot. Cada uno de
ellos se había sentido atacado por Trujillo
y su régimen, por las torturas o su
brutalidad, por golpes al orgullo,
religiosidad, moralidad y, en un caso, un
asunto referido al amor. Vargas Llosa
teje la historia del dictador a manera de
memorias recordadas la noche de su
asesinato, cuando los conspiradores
esperan por el Chivo. Interconectadas
con estas historias se encuentran, la de
uno de los trujillistas más famosos de
aquel tiempo, Joaquín Balaguer, el
presidente títere; Johnny Abbes García,
el despiadado líder de Servicio de
Inteligencia Militar (SIM); y varios otros;
algunos reales, algunos inspirados
parcialmente en figuras históricas y otros
puramente ficticios.
El tercer hilo concierne al mismo Rafael
Leónidas Trujillo Molina, en cuanto a sus
acciones y pensamientos. Los capítulos
centrados en el Chivo recuerdan los
eventos más destacados de su tiempo,
incluyendo el asesinato de miles de
haitianos en 1937. Se destacan también
las relaciones internacional del país
durante las tensiones de la Guerra Fría,
especialmente con los Estados Unidos
bajo la presidencia de John F. Kennedy,
y de Cuba bajo el dominio de Fidel
Castro. Vargas Llosa especula sobre los
pensamientos de Trujillo y recrea la
imagen de un hombre cuyo cuerpo le
está comenzando a fallar. Trujillo es
atormentado por incontinencia e
impotencia sexual. Eventualmente, este
hilo se conecta con la narración de
Urania cuando revela que fue abusada
sexualmente por el dictador. Éste, no
logra una erección con Urania, y, en su
frustración, la viola con sus manos. Este
es el hecho clave que avergüenza a
Urania y que la llevaría a detestar a su
propio padre. Además, esta es la causa
que mantiene iracundo a Trujillo, ya que
la «muchachita desabrida»12 fue testigo
de su impotencia y de sus emociones, y
es la razón que lo motiva a ir a verse con
otra mujer, para acostarse con ella, la
noche de su asesinato.
En el capítulo final de la novela, los tres
hilos narrativos se van tocando con
frecuencia. El tono de estos últimos
capítulos es especialmente oscuro y se
enfocan principalmente en la tortura y
muerte de los asesinos en manos del
SIM, el golpe de Estado fallido, la
violación de Urania, y las concesiones de
los más duros simpatizantes de Trujillo
permitiéndoles llevar a cabo su horrorosa
venganza y luego escapar del país. El
libro finaliza con Urania preparándose
para regresar a casa, resuelta a
mantenerse en contacto con la familia
que le queda en la isla.
PERSONAJES
Presente[editar]

Urania Cabral y su padre Agustín Cabral


son presentados ambos tanto en tiempo
presente como pasado. En el año 1996,
Urania regresa a República
Dominicana por primera vez desde que
abandonó el país con 14 años. Ella es
ahora una importante abogada radicada
en Nueva York y que ha pasado los
pasados 35 años tratando de olvidar
traumas de su niñez, algo que busca con
una fascinación académica de la cultura
dominicana y de la historia durante la era
trujillista. Urania está profundamente
acomplejada por los eventos de su
pasado, y se decidió a enfrentar a su
padre Agustín con respecto a su
participación en tales hechos. Urania
visita a su padre, y lo encuentra débil por
la edad y por un grave accidente, tanto
que apenas puede notar su presencia y
está incapacitado de responderle,
dejándola hablar como si fuera un
monólogo. Agustín escucha, sin poder
hacer nada, a Urania rememorar su
pasado como «Cerebrito Cabral», un
importante miembro del círculo íntimo de
Trujillo, y su caída en desgracia. Urania
detalla el papel de Agustín en los
eventos que llevaron a ella a ser violada
por Trujillo, y su subsecuente trauma
emocional y celibato.13 El personaje de
Agustín en el presente de la novela
sirven como caja de resonancia para los
recuerdos de Urania sobre la era de
Trujillo y los eventos que rodearon la
desgracia Agustín Cabral y el escape de
ella. Sus únicas respuestas son mínimas
y no vocales, a pesar del fervor acusativo
de Urania y de la enormidad de los
hechos durante la era de Trujillo.
Trujillismo[editar]

El dictador dominicano, figura central de La


fiesta del chivo, Rafael Leónidas Trujillo.
Rafael Trujillo, conocido como el Chivo,
el Jefe y el Benefactor, es un personaje
con elementos ficticios pero basado en el
verdadero dictador de República
Dominicana entre 1930 y 1961,
oficialmente como Presidente de la
República sólo entre 1930 y 1938, y,
nuevamente, de 1943 y 1952.14 En La
fiesta del Chivo, Vargas Llosa imagina
los pensamientos del dictador y cuenta
las últimas horas de El Chivo desde su
propia perspectiva.15 Trujillo lucha contra
el envejecimiento y problemas de
incontinencia e impotencia de origen
psicológico.16 A través de eventos
ficticios y un narrador en primera
persona, el lector se encuentra inmerso
en el hombre que, durante sus «treinta y
un años de crímenes políticos
horribles»,9 modernizó la infraestructura
del país y sus fuerzas armadas, pero que
sus ataques a enemigos en el extranjero
(particularmente el intento de asesinato
de Rómulo Betancourt, presidente
de Venezuela) llevaron a la imposición
de sanciones económicas contra la
República Dominicana por parte de
la Organización de Estados
Americanos en la década de 1950.17 El
resultado fue una debacle económica
que, junto con otros factores, llevaron a
la CIA a apoyar el complot que acabó
con la vida de Trujillo el 30 de mayo
1961.14
Trujillo tiene como figura y simpatizante
a Johnny Abbes García, la cabeza del
Servicio Inteligencia Militar (SIM), un
hombre brutal al que se lo indica como
responsable de «desapariciones, ...
ejecuciones, ... súbitas caídas en
desgracia»18. Abbes y sus oficiales de
inteligencia son conocidos por su
crueldad, particularmente por el hábito de
matar disidentes arrojándolos al mar para
que sean devorados por los tiburones.19
El coronel Abbes «...puede ser un
demonio; pero al Jefe le sirve: todo lo
malo se lo atribuye a él y Trujillo sólo lo
bueno».20 El hijo de Trujillo, Ramfis
Trujillo, es un leal servidor de su padre.
Luego de intentar fallidamente estudiar
en Estados Unidos, Ramfis regresa al
país para servir en el ejército. Es un
reconocido mujeriego. Luego de la
muerte de Trujillo, Ramfis se encarniza
en buscar venganza, incluso llegando a
los extremos as to torture a su tío
político, el general José Román, por su
participación en el complot del asesino.
Joaquín Balaguer, el presidente títere de
Trujillo, es uno de los simpatizantes del
régimen, e inicialmente mostrado como
un personaje inocuo personaje sin poder
real. Tras la muerte de Trujillo, la calma y
serenidad de Balaguer dan un giro, y el
General Román comenta sobre él que es
un hombre insignificante, visto como un
empleado, una figura puramente
decorativa, que comienza a adquirir
sorpresivamente autoridad.21 Ésta es la
figura de Balaguer en los últimos
capítulos del libro.
Conspiradores[editar]

La línea narrativa que concierne al


asesinato primariamente sigue a los
cuatro conspiradores que participaron
directamente en la muerte de
Trujillo. Antonio Imbert Barrera es uno de
los cuatro conspiradores que sobreviven
a las violentas represalias del asesinato.
Imbert es un político que está
desilusionado por la crueldad y
decepción del régimen de Trujillo. Su
primer plan para matar a Trujillo fue
frustrado por el intento de fuerzas
paramilitares cubanas de derrocar el
régimen. Convencido de la dificultad de
la tarea, Imbert debe unirse a los otros
conspiradores de la muerte de Trujillo,
como Antonio de la Maza, uno de los
guardias personales de Trujillo. El
hermano de Antonio es asesinado como
parte de un montaje llevado a cabo por el
gobierno y Antonio jura venganza contra
Trujillo; Salvador Estrella Sadhalá,
conocido como «Turco», es un devoto
católico quien, indignado por los
crímenes trujillistas ofensivos al
catolicismo, promete atacar a Trujillo. La
preocupación de Turco pasa a ser luego
que el régimen no torture a su familia
como respuesta al asesinato. Tanto
Turco como su hermano inocente, son
torturados durante un mes. Su padre
permanece fiel al trujillismo y reprocha
personalmente a Turco. A pesar de todo,
Turco rehúsa suicidarse y no pierde la fe
en Dios. Es posteriormente ejecutado por
Ramfis y otros sujetos de importancia del
gobierno. El amigo íntimo de
Turco, Amado García Guerrero, conocido
como Amadito, en un teniente del ejército
que debe abandonar a su prometida
como una prueba de lealtad hacia
Trujillo, y luego es forzado a matar al
hermano de su amada, en ese mismo
sentido. El disgusto de Amadito consigo
mismo y la desilusión con el régimen lo
llevan a colaborar en la conspiración.
Luego del asesinato, se esconde con de
la Maza y muere durante un
enfrentamiento. Posteriormente al
asesinato, Amadito y Antonio de la Maza
eligen enfrentarse a los miembros del
SIM que los persiguen para arrestarlos,
optando por morir combatiéndolos que
ser capturados y luego torturados.
Temas principales[editar]
Los temas principales de La fiesta del
Chivo incluyen corrupción, machismo,
memorias, y poder y escritura. Olga
Lorenzo, crítica del The Melbourne Age,
señala que todos estos componentes
ham ayudado a Vargas Llosa a revelar
fuerzas irracionales que ha dado acicate
al despotismo en los países
latinoamericanos.22
Corrupción[editar]

La estructura de la sociedad dominicana


es jerárquica, con roles de género
fuertemente definido. Rafael Trujillo, el
líder, es un cruel dictator que aterró al
país durante 35 años hasta su muerte.
Es un verdadero caudillo, gobernando
bajo brutalidad y corrupción. Ha creado
un culto a la personalidad en una
sociedad capitalista y acrecienta la
decadencia en su régimen.23 Para lograr
un ascenso y conseguir mayores
responsabilidades, un oficial o alguno de
sus servidores debe pasar por una
«prueba de lealtad».24 Pese a todo sus
partidarios se muestran leales a todo
costo, siendo sometidos a censuras y
humillaciones públicas, haciendo esto
aún que la deslealtad sea inusual. Trujillo
viola mujeres y niñas como expresión de
su poder político y sexual, y ha habido
casos donde toma la esposa o la hija de
alguno de sus tenientes, la mayoría
ciegamente leales.25 Incluso la Iglesia y
las instituciones militares son usadas
para proveer de mujeres al dictador.
Casi todos los asesinos han estado
vinculados directamente al régimen de
Trujillo o han sido fervientes partidarios, y
solo han encontrado que el régimen los
usaba para cometer crímenes contra la
población.2 En una entrevista, Vargas
Llosa describe la brutalidad y la
corrupción del régimen de Trujillo: «Tenía
más o menos todos los rasgos que
tienen en común todos los dictadores de
Latinoamérica, pero llevado al extremo.
En crueldad, creo que fue mucho más
lejos que el resto; y en corrupción,
también.»26
Machismo[editar]

Según el especialista literario Peter


Anthony Niessa, dos comportamientos
significativos del machismo son un
comportamiento agresivo e
hipersexualidad.27 El comportamiento
agresivo se demuestra en exhibiciones
de poder y de fuerza, mientras que la
hipersexualidad a través de actividad
sexual con todas las personas cuantas
sean posibles.28 Estos dos componentes
dan forma al retrato de Trujillo y de su
régimen en La fiesta del Chivo. Como
Lorenzo destaca, Vargas Llosa «revela
tradiciones de machismo, padres
abusivos, y prácticas de la crianza de los
niños que se repiten y avergüenzan a los
niños, de modo que cada generación
lega un marchitamiento del alma a la
subsiguiente.»22
Reflejando ambos aspectos del
machismo, Trujillo reclamaba a sus
ayudantes y a su gabinete que le brinden
acceso sexual a sus esposas e hijas.
Mario Vargas Llosa escribió acerca del
machismo de Trujillo y su trato con las
mujeres, «[él] va a la cama con las
esposas de sus ministros, no sólo para
mostrar que le gustan esas mujeres, sino
también para probarlos. Quería saber si
ellos estaban preparados para soportar
la extrema humillación. Principalmente
los ministros estaban preparados para
desempeñar ese grotesco papel; y se
mantuvieron leales a Trujillo incluso
hasta después de su muerte.»326 Las
conquistas sexuales del dictador y las
humillaciones públicas de sus enemigos
también sirven para reafirmar su poder
político y su machismo. En palabras de
Niessa, «La implicación es que la
máxima virilidad es igual al dominio
político.»29
El deseo de conquista sexual de Trujillo
sobre Urania es un ejemplo de
manipulación política sobre Agustín
Cabral y de poder sexual sobre una niña.
Sin embargo, el falo de Trujillo se
mantiene flácido a pesar del encuentro
sexual y se siente humillado frente a ella,
no pudiendo satisfacer su machismo.30
Memoria[editar]

Todos los hilos de la novela novela


refieren a la memoria en algún otro
sentido. La confrontación más aparente
con la memoria es con Urania Cabral,
quien regresa a territorio dominicano por
primera vez en 30 años, y es forzada a
confrontar a su padre y los traumas que
la llevaron a abandonar el país a los 14
años. Fue víctima de un abuso sexual
por parte del mismísimo dictador, un
sacrificio que su padre debió hacer para
ganarse nuevamente la confianza del
dictador, un hecho al cual ella alude a lo
largo de todo el libro, pero solo se revela
completamente al final: la obra finaliza
cuando se lo cuenta a su tía y a sus
primas, haciendo memoria, quienes
nunca supieron los motivos reales de por
qué abandonó el país. Cuando su tía se
ver sorprendida por detallismo de esa
noche, ella responde que, a pesar de que
olvida muchas cosas, «Recuerdo todo
sobre esa noche.»31 Para Urania, olvidar
las atrocidades cometidas por el régimen
es inaceptable.32 Su padre, por otro lado,
no es capaz de unirse a ese proceso, ya
que ha sufrido un accidente
cerebrovascular; sin embargo, Urania
está enojada de que él haya optado por
olvidar cuando aún tenía capacidad para
recordar.32
La memorias es importante también en
los pasajes de la novela concerniente al
asesinato. Cada recuerdo lleva a los
conspiradores a tomar parte en el
asesinato de Trujillo. Algunos de estos
hechos incluyen el secuestro y el
asesinato de Jesús Galíndez en 1956, el
asesinato en 1960 de las hermanas
Mirabal y la ruptura de 1961 con la
Iglesia católica. Estos eventos históricos
son usados por Vargas Llosa para
conectar a los perpetradores con
momentos históricos que reflejan la
violencia del régimen.33 Trujillo, además,
recuerda su pasado, no menos
importante fue su formación y su
entrenamiento con los marines
estadounidenses.
Por sobre todo Mario Vargas Llosa usa a
la ficticia Urania para facilitar en la novela
el recuerdo del régimen. La novela
comienza y se cierra con la historia de
Urania, efectivamente fragmentada en su
narración bajo la forma de recordar el
pasado y su comprensión con el
presente.34 Además, gracias a su estudio
académico de la historia dominicana bajo
Trujillo, ella confronta en el presente lo
que fue para el país en su conjunto aquel
gobierno.35 Este es uno de los propósitos
del libro, el cual es asegurar que las
atrocidades de la dictadura y los peligros
del poder absoluto sean recordados por
las nuevas generaciones.36
Hechos y ficción[editar]
La novela es una combinación de hechos
históricos y ficticios. Fundir ambos
elementos es considerado importante en
una novela histórica, pero especialmente
en La fiesta del Chivo porque Vargas
Llosa elige narrar un evento en tiempo
presente a través de personajes tanto
ficticios como reales.37 Algunos
personajes son ficticios, y aquellos que
son reales mantienen aspectos ficticios
en el libro. Los aspectos generales del
asesinato son reales, y los asesinos
fueron reales.38 Cuando éstos esperan la
llegada del dictador, mencionan
crímenes que ocurrieron en la época,
como el asesinato de las hermanas
Mirabal.2 Sin embargo, otros detalles
fueron creados por Vargas Llosa, como
el asesinato por parte de Amadito del
hermano de la mujer que ama.2
Aquellos que simpatizan con el régimen
son un entramado de personajes reales y
ficticios. El presidente Joaquín
Balaguer es real, pero la familia Cabral
es completamente ficticia. Según Wolff,
Vargas Llosa «usa la historia como punto
de partida para construir un ficción del
estado de la "colonización espiritual de
Trujillo" sobre República Dominicana y su
experiencia en una familia dominicana».39
La familia ficticia Cabral permite a Vargas
Llosa mostrar dos caras del régimen de
Trujillo: a través de Agustín, el lector da
cuenta de la dedicación y el sacrificio
hacia el líder del país; a través de Urania,
la violencia del régimen y legado de dolor
que dejó sobre sí. Vargas Llosa creó los
pensamientos internos de aquellos
personajes no ficticios, especialmente
con respecto al dictador. Según el literato
Richard Patterson, «Vargas Llosa se
expande dentro de lo más profundo del
"área oscura" de la conciencia de Trujillo
(como el narrador la concibe).»40
Vargas Llosa construyó la imagen de un
régimen sacudido por los eventos
históricos. Sobre la exactitud histórica del
libro, Vargas Llosa ha declarado que
«Esta es una novela, no un libro de
historia, entonces me tomé muchas,
muchas libertades. La única limitación
que me impuse no inventar nada que no
podría haber ocurrido dentro del marco
de la vida en República Dominicana.
Tuve que respetar los hechos básicos,
pero cambié y deformé muchas otras
para hacer a la historia más persuasiva;
y no he exagerado.»326
Recepción[editar]
El estilo realista de La fiesta del chivo es
reconocida por algunos críticos como
una ruptura sobre las aproximaciones
alegóricas de las novelas del
género novela del dictador.41 La obra
recibió mayoritariamente críticas
positivas, muchas de las cuales se
mostraron complacientes en el sacrificio
de la exactitud histórica por una
sobresaliente historia.42
Un comentario habitual sobre la novela
es acerca de la naturaleza gráfica de los
actos de tortura y asesinato que son
descritos en la obra. Vargas Llosa ofrece
al lector las realidades de un régimen
opresivo con un grado de detalle que no
son usados habitualmente por otros
autores latinoamericanos, en ese sentido
Michael Wood sugirió en London Review
of Books: «Vargas Llosa ... nos cuenta
más allá de una intriga del día a día, y las
sórdidas, sádicas minucias de tortura y
asesinato.»43 Walter Kirn, de The New
York Times, comentó que esas «escenas
espeluznantes de los interrogatorios en
las mazmorras y las sesiones de tortura»
dejan a los otros aspectos de la novela
en una luz pálida, drenándolos de su
importancia e impacto.23 De igual
manera, para Kirn implica que la
«maquinaria narrativa» mencionada por
Wood se vuelva un tanto inmanejable,
produciendo un argumento superfluo.23 El
hilo narrativo centrado en Urania Cabral
es descrito por Sturrock como el centro
emocional en que hace foco la novela, y
Wood concuerda en que las
confrontaciones de ella con sus
demonios logran captar la atención del
lector.41 En contraste, la visión de Kirn es
que los segmentos de Urania son
«hablados y atmosféricos... [y] parecen
haber sido tomados prestados de otro
tipo de libro.»23
La gran mayoría de las críticas hacen
referencia, directa o indirectamente, a la
relación entre sexualidad y poder. La
analista de Salon Laura Miller,44 el
escritor de The Observer, Jonathan
Heawood,45 Kirn,46 y Wood47 cada uno
detalla que ello está conectado con la
pérdida progresiva del poder de Trujillo,
desde su cuerpo hasta sus seguidores.
La alegoría de que Trujillo refuerza su
poder político a través de actos sexuales,
y comienza a perder convicción a medida
que el cuerpo de le falla, es algo de
frecuente discusión en la crítica.
En 2011 Bernard Diederich, autor del
libro histórico de 1978 Trujillo. La muerte
del Chivo, acusó a Vargas Llosa
de plagio.48
Adaptaciones[editar]
En 2005 se realizó una adaptación
fílmica en inglés, dirigida por Luis Llosa,
primo de Mario Vargas Llosa. Se
destacan Isabella Rossellini como Urania
Cabral, Paul Freeman como su padre
Agustín, Stephanie Leonidas como
Uranita y Tomas Milian como Rafael
Leonidas Trujillo. Fue filmada tanto en
República Dominicana, como en
España.49 En la crítica de la cinta
realizada por la revista Variety, el crítico
Jonathan Holland opinó que era «poco
menos que un banquete de tres platos,
hecho apresuradamente, pero
completamente agradable», comentando
que la principal diferencia con el libro fue
el sacrificio de los matices psicológicos.50
La novela ha sido también llevada al
teatro, versión dramática realizada por
Jorge Alí Triana y su hija Veronica
Triana, y dirigida por Jorge Triana: tuvo
su estreno —en idioma español, pero
con traducción simultánea en inglés— en
el teatro Repertorio Español de Nueva
York en 2003;51 la producción fue llevada
a Lima en 2007.52 Un cambio destacable
de la versión teatral es que es el mismo
actor quien interpreta a Agustín Cabral y
Rafael Trujillo. Para el analista Bruce
Weber, esto significaría que «el poder de
Trujillo sobre la nación depende de sus
cobardes colaboradores».51

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