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DANIEL LÓPEZ ROCHE

Curso: 2º en Sociología, Relaciones Internacionales y Experto en Desarrollo Grupo: Mañana


Asignatura: Economía Política I Fecha: 11/12/2017
Profesor: Federico Soto
Reflexión sobre “El mito del trueque” en En Deuda de David Graeber

En el texto se expone la tradicional narrativa sobre el nacimiento del dinero, donde la humanidad en
una fase previa realizaba trueque, lo que generaba una creciente incomodidad cuanto mayor era la
diferenciación social, ya que para obtener un producto hay que encontrar a un cambiante que lo
tenga y que este interesado por la mercancía propia, por ello. Así, se acumula un objeto que todo el
mundo desea poseer y que sea cambiable por todas las mercancías: el dinero, lo que facilitaría el
intercambio. Este mito es empleado desde Aristóteles y destacadamente, por Adam Smith. Graeber
desmiente esto demostrando que no existe trueque dentro de un mismo grupo, sino entre grupos
(dada la agresividad que supone el intercambio, todos desean salir ganando) y que estos grupos han
estado familiarizados con el dinero. Por el contrario, el dinero aparece como medio de
cuantificación de las deudas en Mesopotamia, con la civilización sumeria, pagándose en dicha
sociedad a través de créditos y siendo necesario cuantificarlos (y se saldaban pagando con las
mercancías que fueran, no sólo con dinero -de uso más restringido-).

El mito del trueque parece actuar de forma análoga a los mitos que justificaban los órdenes sociales
o políticos1. Ya que, se naturaliza o se hace el dinero intrínseco a la realidad imperante, no se puede
vivir sin él en una sociedad diferenciada. El texto da luz a los importantes efectos de este tipo de
narrativas: Adam Smith es capaz de constituir todo un campo científico a partir de esta
naturalización: la economía; un claro efecto de poder (desde una perspectiva foucaultiana) que
asienta en la naturaleza esta ciencia. Otras dos consecuencias: se naturaliza la propiedad privada, no
se contemplan sociedades sin la misma; y la economía como un campo de saber que certifica esa
restricción y a la que se imposibilitaría la salida del terreno centrado en el intercambio y
fundamentado en la propiedad privada.

Así, cabría contraponer a esta visión una serie de preguntas ¿la economía es una ciencia dotada de
historicidad o, por el contrario, es universal e inmutable en la historia? ¿la economía es la ciencia
del intercambio comercial o tiene objetos de estudio más amplios (por ejemplo, la riqueza)? ¿puede
existir una sociedad sin propiedad privada? ¿y la ciencia económica? Y la pregunta más relevante,
¿puede existir un estudio de los hechos económicos sin dinero o con un mecanismo no destinado al
intercambio, sino solo a la medición de la riqueza?

Al margen de las respuestas que se den a estas preguntas, es interesante planteárselas ya que son
elementos que pueden orientar nuestra investigación respecto a cómo nace el dinero. Así Graeber,
en su explicación, contrapone la historicidad a la universalidad de Smith, la riqueza al intercambio
comercial como objeto de estudio (el dinero nace para cuantificar la riqueza -deudas- y no para
cuantificar las mercancías intercambiadas), la contingencia e historicidad de la propiedad privada a
la universalidad (las formas diversas de tratamiento de la misma en las agrupaciones indígenas), y
plantea una ciencia económica que podría trascender el dinero y emplear otras mediciones de la
riqueza (como los niveles de intercambio).

En conclusión, el texto abre toda una línea de debate sobre la ciencia económica, sus formas de
medición y su objeto de estudio. Hay que guardar cautela al responder a estas cuestiones ya que
cualquier respuesta no será válida si no va acompañada de demostraciones empíricas. Así, tras la
lectura del texto de Graeber no queda otra cosa que hacer una apelación la investigación para hallar
dichas respuestas que de tanta relevancia son en este campo.

1
Para más ejemplos de este tipo de mitos, es interesante el estudio de La dominación masculina de Pierre Bourdieu.

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