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Aproximación histórica a la Psicopatología

Todas las culturas y épocas históricas han buscado una explicación a los
trastornos mentales.

La preocupación por comprender la conducta anormal ha sido una constante


histórica en todas las civilizaciones.

A lo largo de la historia de la humanidad, siempre han estado presentes


numerosos intentos de explicación del comportamiento anómalo

Dado que la concepción de la Psicopatología como disciplina científica, con un


objeto de estudio delimitado, es muy reciente, provisionalmente vamos a entender
por psicopatología todo intento de estudio e intervención sobre las enfermedades
mentales o trastornos de conducta que ha padecido el ser humano.

En esta época se le daba un trato deshumanizado a los locos (cuando esta


disciplina no tenía un carácter científico) hasta un trato más humano, a medida
que la disciplina ha alcanzado un estatus científico.

Algunos historiadores han intentado transmitir sobre la visión de la conducta


psicopatológica a lo largo de la historia; están en desacuerdo con la visión
simplista de que con el paso de los siglos hemos ido adquiriendo un conocimiento
cada vez mayor y más humano del tratamiento de las personas mentalmente
enfermas.

Observamos tres concepciones en el pensamiento humano respecto al origen de


la conducta anormal: mágica, organicista y psicogénica.

1) Una tendencia que podríamos denominar genéricamente concepción mágica ,


que explica la conducta anormal por medio de la magia y los fenómenos
sobrenaturales.

2) Una tendencia que se podría llamar concepción organicista , y que explica la


conducta apelando a causas físicas.

3) Una última tendencia, concepción psicogénica , que busca una explicación


psicológica o psicosocial de los trastornos mentales.
El poder de curación del hombre-medicina emanaba de su susceptibilidad a la
posesión por espíritus buenos quienes realizaban la curación a través de él.

Esta dicotomía entre espíritus buenos y malos aparecerá a lo largo de toda la


historia reflejándose con características peculiares en las distintas religiones.

La distinción entre enfermedades mentales y físicas apenas si existía.

Por otra parte, otros datos procedentes de la arqueología parecen apoyar la


concepción demonológica.

Nos referimos concretamente a los hallazgos de varios cráneos en Perú con


pequeños agujeros taladrados en la frente y en la región parietal.

Estos hallazgos han sido interpretados como intentos de liberar a la persona del
espíritu que la había poseído.

Estas prácticas ponen de manifiesto la constante de que el "tratamiento"


administrado dependerá del tipo de causa propuesta; además, por otra parte
resulta llamativo que ya desde tiempos remotos, la cabeza haya sido considerada
un lugar privilegiado y básico en relación con la conducta, las emociones y la
voluntad.

Esta explicación responde como ya hemos dicho, a una concepción demonológica


del pensamiento del hombre primitivo.

Sin embargo, otras hipótesis explicativas también han sido propuestas (Ullman y Krasner, 1975):
estos agujeros en el cráneo podrían representar una técnica primitiva de "tratamiento" para los
traumatismos u otros problemas craneales o bien podrían ser traumatismos dado que en ese
mismo contexto fueron encontrados armas que pueden producir dichas fracturas en el cráneo.

Según Maher y Maher (1995), la hipótesis de que las sociedades anteriores a la escritura hicieran
agujeros en el cráneo de la víctima de la enfermedad física o mental para permitir que escapasen
los demonios responsables de la enfermedad, es un mito

A través de los primeros testimonios escritos tales como libros hindúes, papiros
egipcios, escritos persas, la Biblia y escritos chinos, podemos conocer con cierta
precisión las creencias que estas sociedades tenían sobre los trastornos mentales.

En general podemos decir que, al igual que sucedía en las sociedades primitivas -
antes de que aparecieran los primeros escritos- se consideraba que los síntomas
dependían de la clase de espíritus que hubieran penetrado en el cuerpo del
paciente (Coleman, 1972).
El tipo de terapia continuaba siendo los rituales exorcistas, cada vez más
complejos; fueron incorporando el uso de drogas y brebajes elaborados con los
más diversos y extraños componentes, y en el caso de que estos fallaran, se
utilizaban métodos más drásticos con el fin de convertir el cuerpo del enfermo en
un lugar inhabitable e inhóspito para el espíritu que lo poseía. Todas estas
prácticas iban dirigidas a la consecución de la expulsión de los espíritus.

2.1. Culturas arcaicas primitivas

Disponemos de pocas fuentes fiables respecto a qué significado otorgaron las


culturas prehistóricas a las conductas anormales.

 Tan solo contamos con los hallazgos arqueológicos, como pueden ser cráneos
que parece que hemos sido a veces tipo de trepanación, y con los estudios
etnográficos de los pueblos actuales que se infiere que viven en niveles de
desarrollo cultural parecidos al paleolítico y neolítico.

A partir de estos datos, todo apunta a que la explicación que dio el hombre
primitivo a la conducta anormal se situaría en la concepción mágica y en el origen
sobrenatural del trastorno mental (violación de un tabú, posesión demoníaca,
maleficio, rapto del alma, etc.)

La concepción mágica en el hombre primitivo a menudo corresponde a la idea de


que un ser maléfico había tomado posesión de la persona y controla su mente,
siempre de manera perjudicial. 

Esta interpretación se denomina demonología , y ha constituido una de las tesis


para explicar los cráneos trepanados correspondientes a la edad de piedra
hallados en Perú. 

Sin embargo, la trepanación como práctica mágico-religiosa encaminada a liberar


al sujeto de supuestos espíritus malignos no es la única modificación posible; 

podría haber consistido en una práctica para liberar la presión intracraneal o,


sencillamente, las trepanaciones fueron a causa de fracturas provocadas por
armas de guerra.

No obstante, la concepción mágica no siempre es demonológica, puesto que a


veces posee connotaciones positivas: es el caso de los desórdenes sagrados o
chamanismo, en el que el chamán, por medio de una serie de ceremonias rituales,
entra en contacto con divinidades o espíritus

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