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División del trabajo en familias de dos proveedores.

Relato desde ambos géneros y dos


generaciones
Author(s): Catalina Wainerman
Source: Estudios Demográficos y Urbanos, Vol. 15, No. 1 (43) (Jan. - Apr., 2000), pp. 149-184
Published by: El Colegio De Mexico
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/40315025 .
Accessed: 30/09/2013 00:27

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de dos proveedores.
Divisióndel trabajoen familias
Relatodesdeambosgénerosydosgeneraciones*

CatalinaWainerman**

En el contexto de lasfuertes transformaciones socialesacaecidasdesdela instalación de


la crisisen losochenta en la Argentina, el modelotradicional del "únicoproveedor (va-
" aumentó. En elÁreaMetropolitana deBue-
rón) disminuyó y el de "dosproveedores"
nosAireslas cifrasrespectivas sonde -23% y +68% entre1980 y 1994. La transfor-
maciónponeen cuestiónlosvaloresestablecidos acercade la divisióndeltrabajopor
género en la sociedad.
La investigación quereseñaelartículo procuró responder enquémedidala Argen-
tinaestáasistiendo a una "revolución estancada"a la Hochschild, o al advenimiento
de "nuevasfamilias"a la Goldscheider y Waite.En entrevistas separadasconambos
miembros de35 parejasconyugales defamiliasdedobles proveedores desectoresmedios,
residentes enBuenosAires,se indagóla divisióndeltrabajoentreambosen compara-
ciónconla prevaleciente en sus hogares de origen,ademásde sus imágenes y represen-
taciones acercadelgénero, la paternidad y la maternidad, y la parejaconyugal. Los re-
sultadosmuestran que la divisióndeltrabajose alejódelmodelotradicional de roles
segregados para seguirmásuno transicional queuno igualitario. El cambiointergene-
racionalnofueparejo:la paternidad ganó muchosmásadeptosque la domesticidad.
Es dear,losvaronesincrementaron su participación en el cuidadode losniñosmucho
másqueen la atenciónde la casa, quesiguedefinidacomo femenina. Las mujeres no
disminuyeron su elevada participaciónen la domesticidady la maternidad, además in-
vadieron actividades delhogartradicionalmente masculinas.

Introducción

A partirde los años cincuentaydurantetresdécadas,la Argentina,


comoel restode AméricaLatina,fuetestigo de un crecimiento soste-
nidode su economía con sólo algunasfluctuaciones. Entrando en los
ochenta,esa dinámicadisminuyó de manera drásticaparallevar a la
Argentina la
a vivir económica
crisis más profunda desde la de 1930.
La políticaeconómicaque pusoen prácticael procesomilitar a partir
de
de marzo 1976,persiguió la eficienciayla modernización de la es-
tructuraproductiva. Paradójicamente,hacerlo,trajoaparejadoun
al
endeudamiento externosinprecedentes, disminución del ritmode

* Ponenciapresentada de la LatínAmerican
en el congreso StudiesAssociation,
The PalmerHouseHiltonHotel,Chicago,septiembre 24-26,1998.
** ConsejoNacionalde Investigaciones yTécnicas(Conicet)/Cen-
Científicas
trode Estudiosde Población(Cenep),BuenosAires,Argentina. Correoelectrónico:
catalina@cenep.satlink.net

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150 ESTUDIOS DEMOGRÁFICOSY URBANOS

crecimiento del empleoyde los salariosreales,incremento de los


preciosy de la inflación, desindustrialización y terciarizacion de la
el
produccióny empleo, crecimiento de la
significativo desocupa-
ción,de la subutilización de recursos yde la informalidad yla pobre-
za. El efectofuediversoparalas mujeresyparalosvarones.
Desde la segundaposguerra,hastalos sesentaymásacelerada-
mentedespuésde lossetenta, lasmujereshabíanaumentadosu parti-
cipación en la fuerza de trabajo.Estemovimiento de la casaal trabajo
iba contrala corriente de unafuerzade trabajoglobaldecreciente, ya
que losjóvenes,que prolongaron su escolaridad, retrasaron su ingre-
so al mundodel trabajomientras los mayores adelantaronsu salida
en pos de la conquistada jubilacióny el retiro.A estosgruposse les
añadieron, desdemediadosde lossetentayaún másdesdelos ochen-
ta,losvarones jefesde hogarque redujeronsu participación laboral
por efecto de la crisis.
Las mujeresque entraron en mayornúmeroal mercadode traba-
jo entre 1970 y 1980 tenían entre 25 y55 añosde edad,su participa-
ción en todo el país crecióde 29 a 33%. Entreellas,las de 35 a 44
añoscrecieron aún más,de 28 a 34%. Se tratafundamentalmente de
mujeres casadas yunidas, en su mayoría del del
cónyuges jefe hogary
relativamente máseducadas,de lossectores mediosyaltosde la socie-
dad.Apareceasí una tendenciaa una participación másestablea lo
largodel cursode la vida,semejantea la de las mujeresde los países
desarrollados. Entretanto, los varonesdisminuíansu participación
desdeel 89% que habíanalcanzadoen los cincuenta, a 85,80 y75%
adondecayeronen 1960,1970y 1980,respectivamente.
La expansiónde la educación,yla equiparacióncon losvarones,
impulsóel incremento de la ofertalaboralde las mujeres.La poster-
gacióndel matrimonio yla reduccióndel tamañode la familiahicie-
ronlo suyoen igualsentido.
La crecienteparticipación económicade las mujeresen la déca-
da de los ochentano se puedeinterpretar simpleyllanamente como
señalde modernización, desarrolloo crecimiento, comose entendía
en los setenta.Entonces,las esperanzasdel cambiode la condición
de lasmujeresse cifraban en su incorporación al mercadode trabajo.
Ahora,en un paísempobrecido, conun Estadoachicadoque proveía
menosservicios sociales,lasmujeressalierona reemplazar lossalarios
deteriorados de loscónyuges, y/oa mantener el nivelde consumofa-
miliar.Lo que buscabanerafrenar la caída cuestaabajo.Estosmovi-
mientos acentuaron la "feminización" de la fuerzade trabajo.

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DIVISIÓN DEL TRABAJOEN FAMILIAS DE DOS PROVEEDORES 151

En muchaszonasdel país,las mujeresque salierona trabajar ter-


minaron engrosando las filasde un de
ejército desocupadosy subocu-
pados,en una economíaincapazde crearsuficientes puestosde tra-
las
bajo.Así, mujerespagaron el costo del ajuste. Y lo han hechoen
un mercadode trabajoestragadoporla desocupación,la precariza-
ción,la flexibilización yla explotación al que, porotraparte,un cre-
cienteejércitode excluidosyexcluidaspugnaporentrar.
Entre1980y 1997,en el ÁreaMetropolitana de BuenosAires,
igualque en otras zonas del país,la tasa de actividad de lasmujeresde
15 a 64 añosde edad,crecióde 38 a 53%. Comola de losvaronesse
mantuvo en 85%,se acentuóel procesode feminización yainiciado
en las décadasanteriores. Igualque entonces, en esta década las mu-
jeresque más mano de obra aportaron fueron las de edad media yal-
ta (30 a 60 años), que crecieroncasi50%,ylas cónyuges, casi66%.
Las que encontraron empleo,lo hicieronen el sectorterciario, pres-
tandoservicios. La desindustrialización alcanzómayorenvergadura
entrelas mujeresque entrelos varones.Mientrasestoocurría,se
acortabanlas diferencias entreellasyellosen el campodel desem-
pleo que durante décadas había afectadomása las mujeres.En los
añosochentase precipitóel desempleomasculino, sobretodoentre
losjefesde hogar.
La salidaa trabajar de las mujerescasadas,con cargasde familia,
ha significado un cambiorevolucionario. De una fuerzade trabajo
formada predominantemente porhijastrabajadoras (comofuehasta
losañossesenta)viramos a otraformada porhijasy madres trabajado-
ras.Efectivamente, hastalossesenta, la mayoría de lasmujeres que salían
a trabajar lo hacíanen sujuventud, antesde casarseo de tenersu pri-
merhijo.Luegodejabande trabajar paradedicarse a la casayloshijos,
porque se entendía que era parte de la hombría de biende los mari-
dos serel sustentode su familia.Los varones,en cambio,no tenían
elección.Ingresaban al mercadode trabajoyallíse quedaban,ocupa-
doso buscandotrabajo,hastasu retiroo su muerte.Casarse,tenerhi-
jos, pocoso muchos,que el menoringresara a la escuela,no afectaba
su relaciónestablecon el mercadode trabajo.Paraellas,en cambio,
las entradas ysalidasdel mercadode trabajoestabaníntimamente li-
gadas a esos cambios vitales.
Actualmente las mujeresentranypermanecen en el mercadode
trabajo-sea como ocupadas o buscando trabajo-, igualque losvarones,
cualquiera sea su situación familiar. Lo mismo da que formeno no
una pareja,tengano no hijos,ysilos tienen,seanbebés,niñoso ado-

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152 ESTUDIOS DEMOGRÁFICOSY URBANOS

lescentes. Perohayuna grandiferencia con losvarones.Las mujeres


no abandonaronsujornadade amasde casa,porlo tantose convir-
tieronen agentesde "doblejornada".Yen estola Argentina no está
sola.Sigueel caminoque yahan recorrido los paísesmásdesarrolla-
dos de Américayde Europaen los que la trayectoria laboralde las
mujeres se ha asimilado a la de los varones. Pero no ha ocurridolo
mismocon la 'jornadadoméstica" de ellos,pocossonlos que la han
incorporado, yestomuypoco.
Como consecuencia,el modelo tradicionalde las familiasde
"únicoproveedor(varón)"1se hizo menosfrecuente, en tantoau-
mentósu frecuencia el modelode las familias de "dosproveedores".
En el ÁreaMetropolitana de BuenosAires,la aglomeración mayory
másmodernade la Argentina que concentraun terciode la pobla-
cióndel país,los datossonmuyelocuentes. Entre1980y 1994,en los
hogares nucleares completos, el modelo del "proveedor varónúnico"
(esposo activo yesposa inactiva) decreció 23%, de 68 a 52%, en tanto
el de "dosproveedores" aumentó68%,desde23 hasta38%.Duranteel
mismoperiodo,el tipomáscríticodel modelodel proveedorúnico
(esposodesocupadoo inactivo yesposajefade hogar)másque se du-
plicó: de 1.7 a 2
4.9%. El cambio implicauna transformación socialca-
si revolucionaria, una que pone en cuestiónlosvaloresestablecidos
acercade la división del trabajoporgéneroen la sociedad.Susconse-
cuenciasaúnno se hanevaluadoen todasu magnitud.
La posibilidad de lasmujeresde obtenerycontrolar su propiodi-
neroysu independencia, aunqueprecaria, es un motor de cambios
en la distribución del poderconyugal, en la tomade decisiones, en la
educaciónde los hijosy,porsupuesto,en la formación y disolución
de las familias. Poreso las transformaciones que reseñése han dado
juntamentecon transformaciones socialesque tuvieron profundos
efectossobrela estructura familiar. Nuevasformas de viviren familia
hanaparecido,o se hanextendidoa otrossectoressociales,en las úl-
timasdos décadas(Wainerman yGeldstein, 1994). Estoes resultado
de la disminución del númerode miembros; el aumentode uniones

1El modelo,que cristaliza


trasla revolución respondea unadivisión
industrial, rí-
gidaentreun esposo/padre proveedor del sustento
exclusivo económicoyuna espo-
sa/madre proveedora exclusivadel mantenimiento del hogaryel cuidadode loshijos
(véaseBernard, 1981;Pleck,1987).
2Los datosprovienen de variasondasde la EncuestaPermanente de Hogaresre-
levadasporel Instituto
Nacionalde EstadísticayCensos(INDEC)de la Argentina,pro-
cesadasporgentilezade AliciaGómez.

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DIVISIÓN DEL TRABAJOEN FAMILIAS DE DOS PROVEEDORES 153

consensúales; la postergación de la edad paracasarse;la pérdidade


popularidad del casamiento niqué hablardel religioso;
civil, el reem-
plazopor uniones de hecho, sin papeles; la celebración de bodas de
noviasembarazadas; el nacimiento de hijosextramatrimoniales; el au-
mentode separaciones ydivorcios. Estosingredientes hanauspiciado
la multiplicación de parejasque eligieronno tenerhijos;de mujeres
solteras que,en cambio,eligieron tenerlos ycriarlossolas;de hogares
formados porparejas homosexuales o porparejas heterosexuales que
adoptaronuno o dos hijos;de familias formadas poruna madreysus
hijos,sinpadreconviviente; de otrasformadas porpadresseparados,
que comparten la tenencia de sushijosyconvivencon ellosen sus
respectivos domiciliosla mitadde la semana;de hogaresformados
(muchosmenos)porun padreysushijos;de hogares"ensamblados"
o "reconstituidos", de hogaresencabezadospormujeresque sonlas
principales proveedoras económicas.
Se tratade cambiosque han acompañadoa la autonomíade las
mujeresen el mercadode trabajo,a la marchadel movimiento femi-
nistaya la rupturade la relaciónentresexualidadyprocreación, a
partir de la introducción de la pildora. El amor romántico, en el que
la atracción sexualylosafectosprevalecen sobrelas conveniencias fa-
miliares en la elecciónde las parejasmaritales, tambiénfueuna con-
secuencia.La sexualidad"plástica", comollamaGiddens(1992) a la
separada de las consecuencias reproductivas, fueotra.Estosmovi-
mientosse dieronen un climade valoresque entronizó el individua-
lismoyla autonomíay,por sobretodo,la realizaciónpersonal.Se
consagróentoncesel derechoa seríntegramente uno mismo,a desa-
rrollaral máximolas propiascapacidades,afirmando las diferencias,
respetando los deberesparaconsigomismoantesque parala colecti-
vidadylas tradiciones. En esteclimade ideas,la psicologíaha predo-
minadoporsobrela ideología,la diversidad sobrela homogeneidad,
lo permitido sobrelo coercitivo, la felicidadsobrela obligaciónyel
sentimiento sobreel deber.
Aúnno sabemosen qué medidalas transformaciones reseñadas
hantenidoefectosobrela dinámicafamiliar, en particular, en lo re-
lativoa la participación de las mujeresyde los varonesen los roles
familiares. Es decir,en qué medidala asuncióndel doblerolporun
númerocrecientede mujeres,y de mujerescon cargasde familia,
estásiendoacompañadapor una mayorparticipación de los hom-
bresen el tiempode trabajodomésticoydel cuidadode los niños.
En qué medidael rolde padreexclusivamente definidocomo"pro-

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veedor"estásiendoredefìnido para incluirtambiénel de "amode


casa"yde "padre".En qué medidaen la Argentina estamosasistien-
do tambiéna una "revoluciónestancada",como describeHochs-
child (1989) a la originadaen el aumentode mujerescon "doble
jornada"no acompañadoporun aumentoequivalente de la partici-
pación de los varones en la domesticidad. O en qué medida estamos
asistiendoal advenimiento de las "nuevasfamilias" de Goldscheider
yWaite(1991) en las que losespososhanasumidopartedel segundo
rol,adicionandoal de proveedor económicoel de partícipe de las ta-
reasdel hogarydel cuidadode los hijos.Éstassonpreguntas acerca
de las relacionesmutuasentrelos cambiosen el ámbitofamiliar (es-
tructura ydinámica)yen el laboral,formuladas desdeuna perspecti-
va de género.
Comenzamosa responder estasinquietudes a partirde un corto
númerode familiasde los sectoresmediosintegradas porcónyuges
con altosnivelesde educación.Lo hicimosporqueestossectoreses-
tána la cabezade los cambiosde valores, de modoque podríanmos-
trarmásclaramente que otrossi éstosse habíanproducido.Preferi-
mosfamilias de doblesproveedores porqueen ellaslas mujeres, yen
ciertamedidalos varones,estánsometidosa mayoresdemandasde
tiempo, ya mayores demandasde articulación entrela vidafamiliar y
la laboral.Así,en el cursode 1996entrevistamos separadamente a am-
bos miembros de 35 parejasconyugales que encabezabanfamilias de
doblesproveedores, de sectoresmedios,residentes en el ÁreaMetro-
politanade BuenosAires.3Indagamossu discursoy su comporta-
miento,el planode lo éticoyde lo émico,respectode la división del
trabajoporgéneroen el hogar,tantoen lo doméstico comoen el cui-
dado de los hijos.Tambiénindagamossusimágenes,representacio-
nesyactitudes acercadel género,la paternidad yla maternidad, yla
parejaconyugal. Paraponerel retrato en perspectivahistórica, inda-
gamoslo que ocurríaylos modelosque tuvieron en materiade divi-
sióndel trabajoporgéneroen sushogaresde origen,entresuspro-
genitores,cuandolosentrevistados tenían10 u 11 añosde edad.Con
estosdatos,estamosen condicionesde explorarparaesteparticular
conjuntode familias de sectoresmediosprofesionales, las siguientes
preguntas:

3 La recolección de datos estuvoa


cargo de estudiantesavanzadas de sociología,
de sexo femenino.Una de ellas,MarianaHeredia, asumióademás el rol de asistentede
investigación,el que desempeñó con grancapacidad y destacableeficiencia.

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EN FAMILIASDE DOS PROVEEDORES
DIVISIÓNDEL TRABAJO 155

1) ¿Cuáles son las imágenes,percepcionesy actitudesde los y las


cónyugesacerca del género,la familiay el trabajo,y de sus interaccio-
nes?
2) ¿Cómo han organizadola divisióndel trabajoreproductivoen
sus hogaresentreambos miembrosde la pareja conyugal?
3) ¿Cuánto reproducenlos cónyugesde la generación de hoyla
divisióndel trabajoque habían establecidosus progenitoresen la ge-
neraciónanterior?
4) ¿En qué medida ambos cónyugestienenimágenesypercepcio-
nes compartidasacerca de la realidadde sus hogares?

El escenarioy los(las) actores

Familias actualesyfamilias de origen

La selección de las 35 familiasque entrevistamos fue intencional.Lo-


gramos contactarlas a través de amigos, conocidos, compañeros de
trabajoy estudio, mediante la de
estrategia la bola de nieve.Los crite-
rios de selección fueron:familiasnucleares completas,de sectores
medios profesionales,con hijos pequeños, en las que ambos cónyu-
ges estuvieranocupados en el mercado de trabajo.
La edad promedio de las mujeresera de 33.5 años y la de sus es-
posos,de 35. Amboscónyugesteníanaltosnivelesde educación: 80%
de ellos y 89% de ellas,al menos universitaria incompleta.Tenían en
promedio 1.9 hijos corresidentes, con una edad media de 5.9 años.
La mayoríade los niñosde dos ymás años de edad estabanen el siste-
ma escolar, en el jardín de infanteso en el nivelprimario.Casi dos
terciosde las familiasteníanayudadomésticaremuneradapor un nú-
merode horasque variabaentretresy80 semanales.Pocas parejasdije-
ron contarcon ayudafamiliar(en la mayoría,de sus madresy abuelas)
para cuidara los bebés, para llevary traera los niños de la escuela, o
para quedarse con ellos en caso de estarenfermos.
Todos los esposos y esposas estabanen el mercadode trabajo,co-
mo ocupados, los primeros50 horas semanalespromedio (entre25 y
80 horas), y las segundas poco más de la mitad,27 horas semanales
(entre6 y 60) . En suma,los varonestrabajabandiariamenteunas 4.5
horaspromediomás que las mujeres.Entreellas,la mitad (16) traba-
jaba menos de 25 horassemanalesymenos de un cuarto (7) , 40 horas
y más. Ningunode los esposos,en cambio,trabajabamenos de 24 ho-

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156 ESTUDIOS DEMOGRÁFICOSY URBANOS

rassemanales ydostercios lo hacíanpor50 ymáshoras.En alrededor


de un cuartode lasparejas,ambos cónyuges trabajaban tiempocomple-
to.Todos ellosteníanocupacionesde clasemedia.Había maestras,
profesoras, médicasyempleadas
psicólogas, administrativas
entrelases-
de
posas,yagentes seguros, empleados de banco, abogados,arquitec-
tos,psicólogos,médicos,comerciantes, entrelosesposos.
Ambosse habíancriadomayoritariamente en hogaresde clase
mediaymediaalta,con residencia en el ÁreaMetropolitana de Bue-
nosAires,sólomuypocosen hogaresde clasebaja. Una porciónim-
portante teníaun gradode religiosidad (católica)considerablemente
alto.Un 70% de ambosprogenitores habíaalcanzadoal menosel ni-
velde educaciónsecundariaincompleta pero,a diferencia de lo que
habríade ocurrirentresushijos,con fuertes diferencias entrevaro-
nesymujeresen su accesoa los nivelesmásaltosde educación.Sólo
20% de las madresfrente a 44% de los padreshabíalogradoel nivel
de educaciónuniversitaria incompleta ycompleta.El cambiointerge-
neracional es notable,yno sóloen la expansiónde la educación,sino
tambiénen la igualaciónde las oportunidades paraambosgéneros.
Las cifrassonclaras:mientras 91% de las mujeresque entrevistamos
poseíalos másaltosnivelesde educación,sólo 20% de susmadreslo
habíalogrado,un cambiointergeneracional muchomásdramático
que entrelosvarones.Mientras 80% habíallegadoa los másaltosni-
velesde educación,sólopoco másde la mitadde suspadres(45%) lo
habíalogrado.
Algomásde un terciode lasmadresde la generación anterior es-
tabanen el mercadode trabajo,lo que es una tasade actividad (41%)
relativamente altaparamediadosde los setenta.Entonces, la tasade
actividadde la poblaciónfemenina de la que provenían -mayoritaria-
mentesectores medios,de entre35 y45 añosde edad,con educación
secundaria, casadas,con cónyugeydos o máshijosen el hogar,ron-
daba entre34.0y36.5% (Wainerman, 1979).Ellastrabajabancomo
maestras,empleadasadministrativas, pequeñascomerciantes, familia-
ressinremuneración en tallero pequeño comerciode su maridos.
Éstoseranterratenientes, arquitectos, médicos,abogados,miembros
de las fuerzasarmadas,comerciantes, empleadosadministrativos y,
eventualmente, trabajadores calificados.Cuandonuestros entrevista-
dos tenían10 u 11 añosde edad,en poco másde la mitadde susho-
gareshabíapersonalde servicio doméstico. De ellos,unosdos tercios
estabancontratados de tiempocompleto(sinretiro),pormásde 35
horassemanales;sólo muypocos contabancon personalde poco

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EN FAMILIASDE DOS PROVEEDORES
DIVISIÓNDEL TRABAJO 157

tiemposemanal(menosde 16horas).Las cifras contrastan conlasde


loshogaresactuales,en losque todaslasmujeresestánen el mercado
de trabajo,yalgomenosde la mitadno tieneayudadoméstica remu-
neradaalgunay,porel otrolado,sonmuypocoslos hogarescon ser-
viciodomésticode tiempocompleto.Además,mientras en los hoga-
resactualeshayuna claraasociaciónentreel tiempode trabajode las
mujeresyel del serviciodomésticoremunerado, lo que sugiereque
las esposas/madres de hoypagansu reemplazocomotales,nada así
ocurríaentresusmadres.Entrelas que eranamasde casa exclusiva-
mente,poco másde un tercioteníaayudadomésticaremunerada y,
entrelasque estabanen el mercadode trabajo,sólocercade la mitad
teníaayudadoméstica, el restono.
La mayoreducaciónde las entrevistadas de hoy,yla similitud con
susmaridosen relacióncon susprogenitores, sumadoa la mayortasa
de actividadeconómicade ellasrelativa a la de susmadres, brindacon-
validezde la selecciónde entrevistadas
fianzaen la relativa (os), a pesar
de que fueintencional yno probabilistica.Las diferencias entrelas ta-
sasde actividadde lasmadresylospadres,lasocupaciones en que se in-
sertaban lasylosactivos, el númerode hijostenidosyconviviendo con
losprogenitores, todossonconsistentes con las cifrasque caracteriza-
bana lossectores socialesmediosyaltoshacedoso tresdécadas,lo que
agregaconfianza en la validezde la muestrade progenitores indagada.

Lo que ellasyellosdicencreer

Acercadel género

¿Cuáles el mundode las imágenes, percepciones yactitudesde nues-


trasentrevistadasyentrevistadosrespectode la parejayde susrespec-
tivosrolesde espososyde progenitores en la familia?Paraindagarlo
recurrimos a diversosestímulos:
frasesincompletas, afirmacionesres-
pectode las cualesexpresaron su acuerdoo desacuerdo, ypedidode
opinionesexplícitas.
Comoel focode nuestraproblemática es la interacciónde fami-
lia,trabajoygénero,comenzamos porexplorarla concepciónde gé-
nerode nuestros entrevistadasyentrevistados.Paraello recurrimosa
un estímulo sobreel cualpudieranproyectar siconcebíanlasdiferen-
ciasentrehombres ymujerescomoobedeciendoal ordennatural, es
decir,a la biología,o bienal ordencultural,o sea,a la construcción

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158 ESTUDIOS DEMOGRÁFICOSY URBANOS

que la sociedadha hechode suscapacidadesrespectivas. En otraspa-


labras,indagamossi creíanen la existenciade características "esen-
cialmente"femeninas y masculinas, de carácter innato, o si creían
que es la socialización de génerola que determina preferencias dife-
rentesentrehombres ymujeres. Lo hicimos en el mundo del trabajo,
pidiendonos dijeransi concebíana una seriede ocupacionescomo
teniendo"marcagenérica", es decir,si a su criterio su desempeñore-
quiere características femeninas o masculinas específicas.
Paraconocerla concepción de génerode lasylosentrevistados es-
cogimos nueve ocupaciones les
y preguntamos quiénes, en su opinión,
podíandesempeñarlas mejor,las mujeres,los varoneso ambospor
igual.Lasocupaciones elegidasfueron lasde maestro (a), enfermero (a),
recepcionistade oficina,secretario(a), dentista infantil,entre las consi-
deradassocialmente "femeninas", ylasde pilotode aviones, jefe(a) de
personal, (a)
cirujano ypediatra, entre las consideradas "masculinas". A
ellasañadimosotrasdos,también marcadas el
por géneroaunquepen-
sábamosque conmenorintensidad: dentista infantilycirujano.4
En la Argentina, comoen la mayorpartedel mundo,la fuerzade
trabajoestásegregadaporgénero.Mientras losvaronesencuentran
espacioenunaampliagamade actividades, lasmujeres seconcentran en
unas pocas, especialmenteen los serviciosde salud,educacióny
en los personales, especialmente en los de tipodoméstico. Las razo-
nessondobles,económicas yculturales. Las mujereshanido a engro-
sarlas ocupacionesmenoscalificadas ypeorremuneradas porquete-
níanmenoreducaciónyentrenamiento que los varones,yporque
eranconsideradas trabajadoras secundarias, con menoresnecesida-
des económicas ymenorcapacidadde defensade suscondiciones de
trabajo.Las razonesde ordenculturalllevarona las mujeresa ocu-
parseen actividades que parecenextensiones del rolde madreyama
de casa,comomaestras, enfermeras, sirvientas.
No obstante,para nuestrasorpresa,una mayoríacercanaa los
dos terciosde lasylosentrevistados dijeronque sermujero varónno
establecediferencias en lascapacidadesparadesempeñarse en la ma-
yoríade las ocupacionespor las que les preguntamos(sietesobre
nueve).La neutralidad genéricaestámásextendidaentrelasmujeres
que entrelosvarones.Mientras en 68% de los casoslas mujeresdije-

4 Sobre la universalidadde estos


estereotiposde género ligados a la segregación
ocupacional,aun en países como los nórdicos,con elevada conciencia de géneroy po-
líticasen favorde la igualdad de ambos sexos,véase Anker(1997a y 1997b).

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EN FAMILIASDE DOS PROVEEDORES
DIVISIÓNDEL TRABAJO 159

ronque "ambosporigual"tienencapacidadesparadesempeñarse en
el totalde lasnueveocupacionesconjuntas, estacifrase redujoa 58%
entrelos varones.Es decir,ellos apuestanmása la "natura"(antes
que a la "nurtura") que ellas.Hayque decir,sinembargo,que cuan-
do atribuyeron una marcagenérica,el consensofuemuyalto,ellasy
elloscoincidieron en lasmismasocupaciones(véaseel cuadroI).5
sabersilasdiferencias
Es difícil que encontramos entreambosgé-
nerosse debea un prejuiciosexistamásextendido entreellos,o a un
deseode alcanzarmayorigualitarismo porpartede ellas,coherente,
por otro lado,con lasmuestras que estándandolasmujeresde invadir
ocupaciones antes masculinas. Es que ambos dieronrespuestas sóloen
parte formadas sus
por propiasopiniones y,en otraparte,por cons-
su
tataciónde la segregación genéricaque de hecho ocurre en la fuerza
de trabajo,mássu deseode aparecer"igualitarios" antelas entrevista-
doras,todasmujeres. Las ocupacionesque resultaron másneutrasge-
néricamente, es decir,juzgadassusceptibles de serdesempeñadas con
igualcapacidadpormujeres y varones,son las de maestra(o) , pediatra
yjefede personal;lessiguenlasde enfermero (a), secretario(a) yciru-
jano (a). Aquellasque resultaron másmarcadasgenéricamente sonla
de recepcionista, atribuida a lasmujeres(por83% de losvarones ypor
54% de las mujeres)yla de pilotode aviones,atribuida a losvarones
(por57% de losvarones y54% de lasmujeres) .
La de recepcionista despertó imagen la "mujerobjetodeco-
la de
rativo",la "mujeradorno".Se la concibecomouna ocupación-vidrie-
ra y,paraello,las cualidadesde la mujerobjetoparecenideales.Se
tratade buenosmodales,buenaimagen,buenapresenciayde que,
en comparación con loshombres, ellassonlindas,agradables a la vis-
ta,seductoras, dulces,detallistas, amables,pacientes,
sutiles, corteses,
cordiales,graciosas.La preferencia femenina en estaactividad, defi-
nidacomodecorativa y como no requiriendo eficienciani capacita-
ción,se sintetiza en que "esmuchomáslindosentirun perfumede
mujerque vera un bigotudoal entrara una oficina".

5Los resultadosson muysimilaresa los hallados por Pantelides,Geldsteine Infes-


ta (1995) a comienzosde los noventaen entrevistas con adolescentesde ambos sexos,
de entre 15 y 18 años de edad, residentesen el Área Metropolitanade Buenos Aires.
También estosjóvenes,con muypocas excepciones (herrería,cuidado de chicosypilo-
taje de aviones), en su mayoríaconsideraronque mujeresyvaronestienenigualescon-
dicionespara la ingeniería,la odontología,el diseño de modas,la gerenciade empre-
sas, la docencia y la venta en negocios. Y tambiénfueronlas mujeresmás insistentes
que los varonesen la igualdad de capacidades.

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160 ESTUDIOS DEMOGRÁFICOSY URBANOS

CUADRO1
de marcagenérica
Atribución a las ocupaciones
segúnsexo
de personasentrevistadas
(porcentajes)
Marcagenérica
Ocupaciones Femenina Masculina Neutra Total

Mujeres
Dentista 31.5 8.5 60.0 (35)
Piloto - 54.0 46.0 (35)
Maestro (a) 6.0 3.0 91.0 (35)
Enfermero (a) 28.5 3.0 68.5 (35)
Recepcionista 54.0 - 46.0 (35)
Jefe(a) de personal 3.0 14.0 83.0 (35)
Pediatra - 17.0 83.0 (35)
Cirujano (a) - 29.5 70.5 (34)
Secretario (a) 37.0 - 63.0 (35)
Total 18.0 14.0 68.0 (314)
Varones
Dentista 48.5 8.5 43.0 (35)
Piloto - 57.0 43.0 (35)
Maestro (a) 20.0 - 80.0 (35)
Enfermero (a) 34.0 - 66.0 (35)
Recepcionista 83.0 - 17.0 (35)
Jefe(a) de personal 8.5 23.0 68.5 (35)
Pediatra - 15.0 85.0 (34)
Cirujano (a) - 34.0 66.0 (35)
Secretario(a) 48.5 - 51.5 (35)
Total 27.0 15.0 58.0 (314)

Las razones por las que prefirierona los hombresen la ocupa-


ción de piloto de avionestienenque vercon cualidades que los este-
reotiposde género suponen más frecuentesentre ellos. Se tratade
frialdad,decisión, carácter,lucidez, racionalidad,calma, severidad,
determinación,audacia, capacidad para enfrentarriesgos.Quienes
consideranque las mujeresson inadecuadas para pilotearavionesles
asignanfaltade reflejosyexceso de emotividad.A estascaracterísticas
"naturales"añaden que las condiciones de trabajo de la ocupación
entranen fuertecompetenciacon el ejerciciode la maternidadpor-
que impone frecuentesausenciasy,por lo tanto,separacionesde los
hijos o, "si la mujerno durmióporque tuvoque cuidar a los hijos,se

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DIVISIÓN DEL TRABAJOEN FAMILIAS DE DOS PROVEEDORES 161

cae el avión1'.La actividadse definecomo riesgosa,y tampoco se de-


manda capacitación.
En suma, a juzgar por este primerabordaje, más dé la mitadde
nuestrosentrevistados (as) están sensibilizadosa las cuestionesde gé-
nero, rechazan los estereotiposvigentesy se adhierena la igualdad de
capacidades y de habilidades de mujeresyvarones.

Acercade la familia

Nos aproximamos a conocer el mundo de las representacionesde


nuestrosentrevistados (as) acerca de la familiainstándolosa comple-
tardos pares de frases:"En la familiaal esposo (esposa) le correspon-
de...", y "Una madre (padre) ideal es la (el) que...". Ésta era una se-
gunda oportunidadpara conocer la ideología de género de nuestros
entrevistados, ahora en relacióncon la familia.
Comencemos por los roles en la pareja. Para la mayoríade las
mujeresy de los varonesel rol del esposo en la familiaapareció ínti-
mamenteligado al de agente productory proveedoreconómico, en
primerlugar,y al de quien da seguridady brinda proteccióny con-
tencióna la familia.En el discursode las y los entrevistados el térmi-
no "económico"fue utilizadocuatroveces más frecuentemente en re-
lación con el esposo que con la esposa. Una porción significativa de
otrasrespuestas,más frecuentesentreellas que entreellos,subrayala
necesidad de que los esposos compartanresponsabilidadescon sus
esposas. La referenciapredominanteson los hijos,pero mientraslos
varonesentiendenpor responsabilidadesde los padres su educación,
las mujeresentienden,además,compartirsus cuidados cotidianos.
El rol de esposa evoca en ambos la realizaciónde la domesticidad
y la maternidad.Organizarla casa, cuidarybrindaramoryrespeto
de
a los hijos son los conceptos de mayorfrecuenciaen los discursosde
ellas. También las cualidades de ternura,paciencia,comprensión.En
el discursode ellos,el papel (también) centralque le asignana la ma-
ternidadtieneun matizdiferente,no se tratasólo de los cuidados co-
tidianos(como dicen ellas), sino tambiénde la educación y de la for-
mación intelectualy moralde los hijos.
Una ciertaporción de las parejas entrevistadasdestacó la necesi-
dad de que las esposas y los esposos compartanresponsabilidadesy
obligacionesdentroy fueradel hogar,pero el significadoque le atri-
buyeronfue algo diversosegúnquién y respectode quién lo hicieran.

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162 ESTUDIOS DEMOGRÁFICOSY URBANOS

Las mujeres (y no los varones) se adjudicaron la responsabilidadde


contribuiral presupuestofamiliarcon su trabajo remunerado,aun-
que subordinándolo a la maternidad,y concibiéndolo como un in-
greso secundario. También entrelas responsabilidadescompartidas
aludieron reiteradamenteal deseo de que los esposos compartan,
asuman,las tareasdomésticasy,sobre todo, el cuidado de los hijos.
En cuanto a la maternidady paternidadideales, ambos cónyuges
dijeron desear lo mismode la madre y del padre: que quieran a sus
hijos, que los entiendan,que sepan qué les pasa, que los escuchen,
que los cuiden, que los eduquen. Pero más allá de estas similitudes,
plantearondiferenciasbien marcadas. De una madre ideal esperan
que se "reparta"bien entrelos hijos, el marido y el trabajo (que sea
una "mujerorquesta"); que "deje crecera los hijos en libertad"(ense-
ñándoles a ser independientes,a tenerun proyectopersonal), y que
tenga paciencia. De un padre ideal, a su vez, dijeron que esperaban
que dedicara tiempo a sus hijos llevándolos de paseo, hablando,ju-
gando con ellos; que se preocuparapor su bienestarafectivoy econó-
mico, que los educara con el ejemplo, que fuera un "modelo" para
ellos,y que les brindaraprotección.
En el discursoque utilizanrespectode la madre aparecierontér-
minoscomo: cuidar,atender,comprender,entender,escuchar,que-
rer,amar, tenerpaciencia. En el que utilizaronrespecto del padre,
en cambio,aparecieron:guiar,proteger,apuntalar,aconsejary com-
partir.
Hochschild (1989: 15) elaboró trestiposde ideología de género
según la esferacon que mujeresy varonesquieren identificarse(ho-
gar o trabajo) y según cuánto poder en el matrimonioquieran tener
cada cual. De la combinaciónentreambas surgentrestiposde ideo-
logía: "tradicionalpura", "igualitariapura",y "transicional".Son del
primertipo las esposas(os) que quieren que la mujer se identifique
esencialmentecomo madre y esposa, y que el varón se centre en el
trabajoy tengamás poder. Son del segundo tipo,las mujeres/varones
que quieren que ambos cónyugesse identifiquencon las mismasesfe-
ras (se tratedel hogar,la carrerao el hogary la carrera)y que ambos
tenganigual poder en el matrimonio.Finalmentepertenecenal ter-
cer tipo, las parejas en las que las mujeresquieren identificarsecon
ambosámbitos,el trabajoy la familia,y los varoneslo consienten,bajo
ciertascondiciones. En este caso, mientrasellas conciben su partici-
pación laboral como una "ayuda"al ingresodel marido (pues es él el
"verdadero"responsablepor el sosténdel hogar), ellos aceptan el tra-

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DIVISIÓNDEL TRABAJO
EN FAMILIASDE DOS PROVEEDORES 163

bajo de sus esposas, siemprey cuando ellas sigan cumpliendo pun-


tualmentecon sus obligacionesdomésticasy familiares.
La mayoríade nuestrasentrevistadasy entrevistados
participade
la ideología "tradicional"y,eventualmente"transicional"en materia
de ideología de género tal como se plasma en sus concepciones de
mujeresyvaronescomo pareja conyugaly como progenitores.

Acercadel trabajo

Tras haber intentadoconocer las imágenesideales sobre los roles de


las mujeresylos varonesen la familia,abordamosconocer de manera
directala concepción de la divisióndel trabajoen el hogar entream-
bos cónyuges.Para ello preguntamossi en caso de tenerque elegir,
considerarían"preferibleque la esposa ayudeal maridoa desarrollar-
se en su trabajo, aunque le signifiqueno desarrollarseella laboral-
mente". La mayoría,más entre los varones, estuvo en desacuerdo
enarbolandoel argumentode la igualdad de derechosde ambos.
La mismapostura,aunque más extendida,la tomaron (también
algo más los varones) cuando les dimos la oportunidadde expresar
su valoración del modelo tradicionalde familiapatriarcalsegún el
cual "es mucho mejorpara todos si el hombregana lo necesariopara
viviry la mujerse ocupa de la casa y de los hijos".La principalrazón
que subyacía al rechazo de este modelo es el derecho de las mujeresa
asumirla segundajornada,el secondshift. Nadie, ni entrelas mujeresni
entrelos varones,consideró que pudiera ser deseable que el rol do-
mésticose redistribuya entreambos cónyuges,en que los varonesten-
gan igual derecho a añadir un secondshift, consistenteen participar
de las actividadesreproductivas, además de las productivas.Es decir,
aun cuando la preguntaque formulamosse referíaa ambosmiembros
de la pareja y a ambosroles,el productivoy el reproductivo,las y los
entrevistados se refirieronsólo a la mujery a los problemasy/o con-
secuenciasque le acarrearía"estartodo el día en la casa",no realizar-
se, no desarrollarsus capacidades, sus potencialidades. Es que para
nuestrosentrevistados el trabajode la mujer no esfundamentalmente
un generador deingresos(como sí lo es para el varón), sino de realización
personal.Así, mujeresy varones dijeron que "es valioso que la mujer
trabajey desarrollesus capacidades", "el trabajono es sólo para vivir
sino para desarrollarsus potencialidadesy satisfacersus necesidades
personalesy autorrealizarse","la mujer tiene que tenerinquietudes

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164 ESTUDIOS DEMOGRÁFICOSY URBANOS

personales".Es decir,definieronla situaciónplanteada en términos


de la convenienciade la inserciónde ellasen el afuera,y nunca la de
ellosen el adentro.
Hay que señalar que en los sectoresmedios, a diferenciade los
bajos, se asigna al trabajo de las mujeresel carácterde opcional, no
obligatorio,como sí lo es el de los varones.6También se le asigna un
caráctersecundario, de "ayuda"al sostén económico del hogar, en
tantoal varónuno primario(así como, a la inversa,el trabajodomés-
tico,yalgo menos el cuidado de los niños,es vistocomo opcional yse-
cundario para los varonesy lo contrariopara las mujeres). También
hayque señalarque entrenuestrasentrevistadas fueronpocas las que
concebían su trabajocomo "carrera",la mayoríalo hacía como "acti-
vidad complementaria", en el sentidode la caracterizaciónde García
yOliveira(1994).7
Los y las pocas que, en cambio, están de acuerdo con la división
tradicionalde roles en la pareja alegan la necesidad de los hijos de la
presenciaconstantede la madre,o la culpa que sienten(las mujeres)
de dejarlospara salira trabajar.
A pesar de que nadie consideróla posibilidadde que los varones
asuman el rol reproductivocuando las mujeres asumen además el
productivo,la casi totalidad estuvo de acuerdo en que "en caso de
que ambos cónyugestrabajen,los esposos deben compartirlas tareas
domésticasy el cuidado de los hijos con sus esposas".Eso sí, para mu-
chos, sobre todo las mujeres,lo domésticoes el cuidado de los hijos,
no la casa; respondencomo padres-madres, no como pareja. Así,una
de las entrevistadas nos dijo que "el hombretiene que cuidar a los hi-
jos, trabajeo no trabaje.Con la casa me arregloyo"; otra señaló que
por "compartir"entendía "la casa no tanto,pero con los hijos,los hi-
jos sí, así pueden estarmás tiempocon ellos".
En verdad,en una primeralectura tuvimosla sensación de que
tantolas mujerescomo los varonesrespondieroncon "el deber ser",
con clichésantes que con sus propias actitudes.Los argumentosque
enunciaronpara avalarla justicia del "compartir"fuerondel tipo de

6
Amagada (1990) distingueentrela "lógicade la opción"yla "lógicade la determi-
nación"en relacióncon el trabajofemeninoen los sectoresmedios/altosy en los bajos.
7 Para
quienes lo conciben como "carrera","el trabajo extradomésticoes funda-
mentalpara el desarrollopersonal,hacerlo y ganar dinero son parteindispensablede
la experienciavital"(p. 106). "Para quienes es una actividad'complementaria',lo prin-
cipal son los hijos y la relación matrimonial.No lo hacen por necesidad económica y
no aspirana ascensoso mejorremuneración"(p. 115).

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DIVISIÓNDEL TRABAJO
EN FAMILIASDE DOS PROVEEDORES 165

"no tiene que recaer en uno solo el trabajo del hogar. El padre y la
madre son importantes.No tiene que llevaruno solo el compromiso,
la responsabilidad del hogar"; "porque si existenderechos, existen
obligaciones...El embarazo lo tienenlas mujeresporque Dios lo qui-
so así, pero después es igual para ambos";"todo es trabajode todos,la
responsabilidadde una familiaes de dos"; "el trabajoy el cansancio es
para los dos por igual,así uno no se sobrecarga".
Pero una segunda lecturarevelóque quienes así hablaban prece-
dían todos estos argumentoscon una condición: la de que ambos
cónyugestuvieranigualcantidadde tiempo disponible. Gran partede las
respuestas estaban formuladas en condicional: "si tienen los mismos
horarios,deberían"; "si los dos trabajantiempocompleto...";"si am-
bos trabajantodo el día...". Nadie se preguntópor qué el tiempodis-
ponible de los varoneses menorque el de las mujeres,respondieron
como si el tiempode trabajoextradomésticode ellas y de ellos nolo
hubierandecidido entreambos,sino algún ser ajeno a ellos dos, o co-
mo si obedeciera al orden natural.Esta condición les permitiódife-
renciarsin mayorconflictolo que dicencreer de lo que hacenen la reali-
dad en sus respectivasfamilias,en las que ellos trabajan más horas
fueradel hogary eso los exime de hacerlo adentro.Como dijo un en-
trevistado:"seríalo justo [compartirlas tareas],pero a veces la como-
didad supera la justicia.Si los dos trabajaranpor igual,deberíancom-
partirel resto por igual; porsuerte yotrabajomás tiempo y no tengoque
enfrentarme con esa situación".
El argumentode la disponibilidadde tiempoes la base de una de
las explicaciones que más frecuentementese proponen en relación
con la divisióndel trabajopor géneroen el hogar,junto a otrasdos ex-
plicaciones,basada en los recursosrelativos(educación,ingresos,etc.)
de ambos cónyuges,la una, ybasada en la ideologíade rolesgenéricos,
la otra.Son ya muchoslos autoresque coincidenen que las evidencias
empíricashan refutadoesta explicación (Morris,1990; Hochschild,
1989; Greenstein,1996,entreotros).Pero más allá de esto,un proble-
ma fundamentaldel argumentode la disponibilidadde tiempoes que
no logra dar cuenta de las diferenciasde efectosque tienenestasres-
triccionespara las mujeresy los varones.Porque cualquieraque sea la
cantidadde tiempode trabajoremuneradode las mujeres,ellas conti-
núan haciendo (o siendo responsablespor) la mayorpartedel trabajo
domésticoydel cuidado de los niños.Frentea estasevidencias,Shelton
yjohn (1996) concluyenque "el género resultael determinantemás
importantedel tiempode trabajoque ningúnotrofactor"(p. 317).

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166 ESTUDIOS DEMOGRÁFICOSY URBANOS

Acercade cuando hay conflicto


entretrabajoyfamilia

Nos preguntamospor la posturade nuestrosentrevistados cuando se


plantea un conflicto entre las demandas contradictoriasde la vida fa-
miliar(más específicamentela atenciónde los hijos) y la vida laboral.
Así,los enfrentamoscon el conflictode mujeresque, teniendo hijos
pequeños, deben elegir"siaceptaro no un ascenso en su trabajosi les
requiere trabajara veces hasta tarde".También los enfrentamoscon
el conflictode varones obligados a elegir entre "un trabajo que les
permitaun granascenso a costa de pasar menos tiempocon sus hijos
y otroque no se los permitapero que les deje más tiempolibre".
La frecuenciade "depende" que recibimosnos dio una indica-
ción de las dificultadesque les provocóel conflictoplanteado.En am-
bos casos, pero aún más frenteal dilema de la mujer-madre-trabaja-
dora, muchosentrevistados no dieronuna respuestarápida,de cliché,
sino que expresaronla necesidad de sopesarlas circunstancias:la ne-
cesidad económica de la familiaen ese momento,el deseo de creci-
mientopersonalde la mujer/varóninvolucrado,yla edad de los hijos
con la consiguientenecesidad de atenciónpor parte de sus progeni-
tores.Poco más de la mitadde las mujeresy los varonesestuvieronde
acuerdoen que la mujeraceptaraun ascenso,aun a costade sacrificar el
tiempo con sus hijos. "Porque tiene derecho a crecerprofesionalmen-
te";"loschicoscrecenyse van";"puede serpara ella una posibilidadque
se da en ese momentoydespués no". Muchos argumentaronque es la
calidadantes que la cantidaddel tiempolo que cuenta en la relación
de la madre con sus hijos. Prácticamentenadie contemplóla posibili-
dad de redistribuir la atenciónde los hijos con los maridos."Cuando
son más chiquitosnecesitanmás de la madre"; "prefieroa mis hijos,
hay etapas de los hijos que no las volvésa vivir";"el varón no puede
suplirese rol"; "pierdemomentosen que los hijos la necesitany ella
se lo va a reprochar,o sus hijos".
Frentea este conflicto,más que frentea ningún otro tema,mu-
chas más mujerestuvierondificultadesde escogeruna respuesta.No
sorprendedado que es un tema sin resolver,que movilizalos senti-
mientosde culpa de la mayoríade ellas,no así de ellos. Es que, como
ha señalado Presser(1995) , el conflictoreal de la mujerentreel tiem-
po dedicado a su trabajoextradomésticoy el dedicado al cuidado de
los hijos es consecuenciadel doble estándarde paternidadque evalúa
al tiempode la maternidadcomo más importanteque el de la pater-
nidad. Lo que en realidad hace que el verdaderoconflictosea entre

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EN FAMILIASDE DOS PROVEEDORES
DIVISIÓNDEL TRABAJO 167

los interesesde las mujeresy los de los varones,y no entrelos de las


mujeresy los hijos.
También en caso del conflictodel varón,poco más de la mitadde
las mujeresy los varonesfavorecieronla elección del ascenso laboral
argumentandoque más adelante, desde una mejor situacióneconó-
mica,podrían compensarel tiemporobado a sus hijos en el presente.
"Yo hoyme estoysacrificandopara tenermás tiempoy más dineroen
el futuro";"tenesque saber perderun poco de familiapara darle to-
do a la familia",es lo que nos dijeron.
A pesar de la similitudde posturasante el conflictoenfrentado
por la mujery por el varón,haydiferencias.Las mujerestienenmás
dificultadesen expresar su acuerdo o desacuerdo llano, más entre
ellas que entre ellos se inclinan por responder "depende" frenteal
conflictoque las involucracomo madres-trabajadoras. También se in-
clinanmás que ellos a su turnopor aceptarla decisióndel esposo cuan-
do el conflictolos involucracomo padres-trabajadores, pasándoles a
ellos la responsabilidado reconociendo/reforzando su poder de deci-
sión.Además,ellas argumentanmás frecuentemente a partirde la ne-
cesidad de los hijos de tenera su madre en los primerosaños de vida,
en tantolos varoneslo hacen más a partirde las necesidades econó-
micasde la familia.
Finalmente enfrentamosa nuestrosentrevistadoscon un caso
concretode conflictofamiliar-laboral centradoen el valorrelativodel
trabajo de ambos miembros de la pareja. Les planteamosla situación
de que ambos "padrestrabajeny tenganque asistira una reuniónen
la escuela de los hijos". La disyuntivaera si era "mejor que fuera la
madre y no el padre quien faltarea su trabajo". Aquí, entonces, el
conflictono es entreel tiempode los hijosylos del trabajo,sino entre
el tiempode trabajodel esposo y la esposa. En este caso la respuesta
fue mayoritariamentefavorable a la igualdad de ambos. Quienes
aceptaronque fuerala mujerquien cediera su trabajo,argumentaron
acerca de la cantidadde tiempodisponible,o de la flexibilidadde los
horariosde trabajo.Como ante la opinión acerca del deber del mari-
do de compartirlas tareas domésticas con la esposa cuando ambos
trabajan,nadie cuestionó por qué son las mujereslas que disponen
de más tiempo que los varones, por qué más entre ellas que entre
ellos participande la fuerzade trabajoa tiempoparcialy/o con hora-
riosflexibles.
Vale la pena destacarque variasentrevistadasmencionaronque
está mal visto socialmente que el varón falte a su trabajo por una

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168 ESTUDIOS DEMOGRÁFICOSY URBANOS

cuestiónfamiliar, no así que lo hagala mujer.Es que, comolo postu-


ló Pleck(1976-1977), existenlímites permeables asimétricosentrelos
roleslaboralesyfamiliares paramujeresy varonesde talmodo que a
ellosse les permiteque las demandasdel rollaboralse entrometan
en el rolfamiliar másque al revés,en cambioa ellasse les permite
que las demandas del rolfamiliar se impongansobreel rollaboral
másque al revés.
En suma,una primeralecturade las respuestas de los entrevista-
dos en el nivelde superficie nos devolvióuna imagenen la que pre-
dominabaun discursoen favorde la igualdadde derechosyoportu-
nidadespara ambosmiembrosde la parejano sólo aceptandosino
ademásvalorandoel trabajofemenino, abogandoporuna división
igualitariade las responsabilidadesdomésticas,acordandoen la nece-
sidadde que losvaronesasumíanun rolmásinactivocon respectoa
sushijos.Una segundalecturaen el nivelprofundodescorrió el velo
sobrematicesysobrelos mitosque encubrenla realdesigualdaden-
trelos cónyugesen la domesticidad. Los mitosnaturalizan las dife-
renciasde disponibilidad de tiempode esposasyesposos,así comola
divisióndel trabajoen la familiayentrelos rolesproductivo yrepro-
ductivo.

Dichosyhechos

Confrontamos a amboscónyugesde las 35 parejasseparadamente


conuna seriede actividades que se realizanen sushogaresylespedi-
mosnos dijeranquiéneslas hacían.Lo formulamos de la siguiente
manera:"¿Diríaustedque hace todo,la mayorparte,parte,algo,o
nadade cada'unade lassiguientes actividades?"
En el ámbitodoméstico lastareaseran:cocinar, lavarlosplatos,po-
neryrecogerla mesa,lavarla ropa,planchar, limpiarla casa,hacerlas
compras, pagar las cuentas, ocuparse del mantenimiento del auto,ha-
cerpequeñasreparaciones de griferíayplomería,arreglar enchufes,
contratara un pintor, o
carpinteroplomero, yarreglarsalidasconami-
gos.En cuanto al cuidado de los niños,preguntamos por: cambiar pa-
ñales,darde comer,bañar,vestir, hacerdormir, hacerque se cepillen
losdientes,llevarlos a la escuela,ayudarlos conlastareasescolares,pre-
pararla fiestade cumpleaños, hablar con los asistir
maestros, a reunio-
nesde padresen la escuela,reprenderlos, quedarseen casacuandoes-
tánenfermos, llevarlos al médico,ycomprarles ropas.

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EN FAMILIASDE DOS PROVEEDORES
DIVISIÓNDEL TRABAJO 169

Como dijimosen otro lugar,8entrelas 35 parejas conyugalesque


entrevistamos, las tareasdomésticasen el hogar estánfuertemente se-
lo
gregadaspor género, que significaque los varonesno participan del
secondshift(doble jornada) . Para decirlo de otro modo, haytareas,la
mayoríaen verdad,que "no son tareasde hombres".Son aquéllas en
las que entre90 y 100% de los varonesno participannada, o apenas al-
go. Son parte de la rutinacotidiana o de realización muyfrecuente:
cocinar,lavarlos platos,limpiarla casa, lavarla ropa, planchar.A su
vez,son escasaslas actividadesque "no son tareasde mujeres".Guando
se tratade algunas tareasocasionales -como pequeñas reparaciones
domésticas o el mantenimientodel auto, quienes tienen uno-, los
hombreshacen todo o la mayorparte,ylas mujerespoco o nada.9
La situaciónes diferenteen el ámbitodel cuidado de los hijos.En
primerlugar,son muchas menos las parejas,y en relacióncon relati-
vamentemenos actividades,en las que existeuna definidasegrega-
ción genérica, que aquellas que compartenla maternidad-paterni-
dad. En segundo lugar,cuando existesegregación,toma la formade
los padres haciendo nada o sólo algo y las madreshaciendo todo, co-
mo en lo doméstico.Pero, a diferenciade lo doméstico,en este caso
las mujerescasi no tienenayudade otrosen el hogar,sea del servicio
domésticoremuneradoo de familiares.Fuera de la "funciónguarde-
ría" del sistemaescolar, el cuidado y crianza de los hijos es casi res-
ponsabilidad exclusivade los padres. No es transferidani delegada,
excepto cuando se tratade la compra de ropa, de quedarse en casa
acompañándoloscuando estánenfermos,o llevándolosy trayéndolos
de la escuela. En estoscasos, las madrespueden ser reemplazadaspor
un pariente,una persona de serviciodomésticoo el transporteesco-
lar. Esta esferade tareasdifierede las domésticaslas que, en muchas
familias,las mujeresdelegan en serviciospagados (personales o no)
que hacen el lavado y planchado de la ropa, la limpiezade la casa, o
el arreglode la plomeríao de los artefactoseléctricos.
Cuando se tratade reprendera los chicos,de asistira reuniones
escolares,de llevara los hijos a veral médico o, menos frecuentemen-

8 "Men and theFamily",ponencia presentadaen el seminarioMen, FamilyForma-


tion,and Reproduction,organizadopor el Comitéde Género y Población, de la Inter-
nationalUnion forthe ScientificStudyof Population (IUSSP), Buenos Aires,13-15de
mayode 1998.
9 Las evidenciasestán contenidasen los cuadros del anexo, rara el análisisopta-
mos por la informaciónde uno solo de los cónyuges:la esposa.

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170 ESTUDIOS DEMOGRÁFICOSY URBANOS

te,de hacerlosdormiro de vestirlos,entreun medio y trescuartosde


los esposos entrevistadoscompartenlas tareas con las esposas. Pero
todo cambia radicalmentecuando se tratade bañarlos,cambiarleslos
pañales, o ayudarloscon los deberes escolares.En estos casos escasa-
mente un terciode los padres compartencon las madres.Los otros
dos terciosno participannada o apenas algo,y son las madreslas que
hacen todo o la mayorpartede estastareasdiarias.
El cambio de pañales es paradigmático.Figuraentrelas tareasde
la crianzamás rechazadas.Los hombrespueden llegara decir "mire-
ligión no me lo permite",y las mujeres relatarque ellos no sólo no
cambianpañales sino que ni los tocan porque les da asco.
Vale la pena recordarque lo descritoes la situaciónde las activida-
des domésticasy de crianzade parejasconyugalesen las que no sólo el
esposo-padre,sino tambiénla esposa-madreestá en la fuerzade traba-
jo. Ciertoes que mientrasla mayoríade ellos trabajade tiempocom-
pleto y más, escasamenteun terciode ellas lo hace. La mitadtrabaja
medio tiempoy un quintosólo unas pocas horasa la semana.En todas
las familiashayuno o dos,yhastatresniñospequeños,ysólo menosde
la mitadtiene serviciodoméstico,un cuartosólo una, o excepcional-
mentedos vecesa la semana,por sólo tresa cinco horasdiarias.
Tomando en cuenta el grado de segregacióngenérica entrelos
cónyugesen las tareasdomésticasy del cuidado de los hijos,clasifica-
mos a cada uno de los hogares como "tradicional","transicional"e
"igualitario",siguiendo la clasificaciónde ideología de género pro-
puesta por Hochschild (1989). Ella lo formulópara describirideolo-
gía, nosotrostambiénpara el comportamiento.
Definimosa los hogaressegúnla distribución máso menoscompar-
tidaentrelos cónyugesde la ejecucióny/oresponsabilidad por las tare-
as domésticasy,separadamente, según la más o menos compartidaen la
ejecución de las tareas referidas a los hijos.10Manejamosla definición,
para las tareas domésticas, con base en: 1) existenciao no de segrega-
ción genérica,y 2) grado en que los esposos compartentareas"típica-
mentefemeninas" y diariasu ocasionales.Para las tareasdel cuidado de

10Diferenciamos
"ejecución"de "responsabilidad"en el caso de las tareasdomés-
ticas,porque a menudo son compartidastambiéncon personaldomésticoy,en menor
medida, con familiares.Cuando esto ocurría,asignamosla responsabilidada las muje-
res si se tratabade actividades"típicamentefemeninas"(lavar,cocinar,etc.) y a los va-
ronessi de "típicamentemasculinas"(arreglosmenoresde griferíay plomería,arreglar
el auto, etc.). No hicimostal diferenciaciónpara el cuidado de los hijos porque resultó
menos compartidacon terceros.

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DIVISIÓN DEL TRABAJOEN FAMILIAS DE DOS PROVEEDORES 171

los hijos,tomamosen cuentaun único indicador:frecuenciade tareas


compartidaspor/o plenamentea cargode varones.La medidaera rela-
tivaa la edad de los hijos (sólo pequeños,sólo con hijosen edad escolar,
hijosde ambasedades), es decir,a las tareaspertinentes a realizar.11
Si se atiende a las tareasde la casa, casi todos los hogaresson tra-
dicionales (29%) o transicionales(57%), sólo poco más de 10% com-
partelas tareasde manera igualitaria.En cambio,cuando se tratade
la crianzade los hijos,no encontramoscasi ningúnhogartradicional;la
casi totalidad se comportaban como transicionales (51%) o como
igualitarios (41%), como puede verse en el cuadro 2. Esto indica,
además del mayorigualitarismoen la paternidad-maternidad que en
la domesticidad,que sólo en la mitadde los hogares haycoherencia
totalen la manera de estructurar la divisióndel trabajoen ambas es-
feras,y esa mayoríaestá en transiciónen ambas. En el resto,las pare-
jas han llegado a estableceruna divisióndel trabajomás igualitariao
en transicióncomo progenitoresque como esposos.
En suma,como se encontróen otroscontextos(Dunn, 1997; Du-
ran, 1988; Hass, 1993; Hochschild, 1989; Hood, 1986; Morris,1990;
Ramos Torres,1990; Szinovacz,1984; Warshofsky, 1988; Zhang y Far-
ley, 1995, entre otros), en estas familias de dobles proveedores,de
sectoresmedios,la conducta de los varonesestá menos marcada por
el género cuando actúan como padres que cuando lo hacen como es-
posos. Los varonesparticipanmás con los hijos que con el hogar. El
ámbitodel trabajodomésticoes definidocomo femeninomientrasel
de la crianzade los hijos,como una empresacompartida.
Vale la pena notar,como lo ilustrael cuadro 2, que la disponibili-
dad de tiempo de los cónyugesno es independiente del tipo más o

11En el ámbitodoméstico,la
pareja "tradicional"es una en que la segregaciónge-
néricaafectaa muchastareas,y los cónyugesno compartenningunao sólouna tarea"tí-
picamentefemenina"y ocasional. En la pareja "transicional"la segregacióngenérica
afectaa muchastareas,pero los cónyugescompartenalgunas"típicamentefemeninas",
aunque de poco tiempoy ocasionales (hacer las compras,arreglarsalidas con amigos,
etc.). En el caso "igualitario",la frecuenciade tareassegregadaspor género son esca-
sas,los esposos participancon ciertafrecuenciade tareas"típicamentefemeninas"y co-
tidianas(cocinar,limpiarla casa, etc.) o los cónyugesse distribuyen algunasde estasta-
reas de manera total.
En el ámbito del cuidado de los hijos, en la pareja "tradicional"el padre no se
ocupa de ningunatareao sólo de reprender,llevara la escuela o al médico o de hacer
dormir.La "transicional" es otraen la que el padre compartealgunastareas,en general
ocasionales o de poco requerimientode tiempo.Finalmente,en la pareja igualitariael
padre compartela mayoríade las tareas,incluso las más "femeninas"(prepararcum-
pleaños, quedarse en casa cuando el hijo está enfermo,etcétera).

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172 ESTUDIOS DEMOGRÁFICOSY URBANOS

menos igualitariode divisióndel trabajoen el hogar.Así, la división


igualitariaes más frecuenteen los hogares en los que ambos cónyu-
ges estánen la actividadproductivade tiempocompletoque en aqué-
llos en que las mujerestienenuna inserciónde medio tiempoylos va-
rones de tiempo completo. Pero la existencia de esta relación no
puede interpretarse lisa yllanamentecomo evidenciaen favorde que
es la disponibilidadde tiempola que posibilitauna divisióndel traba-
jo más igualitaria,la relación podría ser al revés,una en que la divi-
sión del trabajóentrelos cónyugespermiteuna inserciónlaboral más
igualitariade ambos cónyuges.Es posible que la relación no respon-
da a una u otra dirección sino que sea simétrica,es decir,de mutua
determinación.

CUADRO2
Tipo de distribución
de trabajodomésticoydel cuidadode los hijossegún
tiempode trabajode amboscónyuges(porcentajes)
Ámbitode tareas Tiempode trabajo
y tipode división Ambos Él completo
entrecónyuges completo ella medio Total

Doméstico (9) (23) (32)


Tradicional 1 39 29
Transicional 56 57 57
Igualitario 33 4 14
Cuidadohijos (9) (23) (32)
Tradicional - 13 8
Transicional 56 52 51
Igualitario 44 35 41

De los hogaresde ayera los de hoy

Nos aproximamosa indagarlos cambiosintergeneracionales en la di-


visióndel trabajo en el hogar pidiendo a nuestrosentrevistados(as)
que recordaran cómo era la situaciónen sus de
hogares origen cuan-
do ellos teníanalrededorde 10 u 11 años. Tomando en cuenta las di-
ficultadesde recordarlo ocurrido30 años antes,más el hecho de que

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DIVISIÓNDEL TRABAJO
EN FAMILIASDE DOS PROVEEDORES 173

hayactividadesmenos públicas (visibles)que otras,para el pasado in-


quirimospor sólo 18 de las 25 actividadespor las que inquirimospara
el presente:nueve domésticasy nueve del cuidado de los hijos.
Con el finde compararel grado de participaciónde los varones,
en primerlugar,y de las mujeres secundariamente,en ambas áreas
de actividad,calculamosla tasa de participaciónde ellos y de ellas en
uno y otroconjuntode actividades,en los hogaresde origen (de ellas
y de ellos) y en los actuales (de ambos). No tomamosen cuenta la in-
tensidad de la participación,sólo la existenciao no de cualquiermedi-
da de participación.12 Como puede verseen el cuadro 3, son los varo-
nes los que han hecho un gran cambio, y mucho más en su rol de
padres que de esposos. En las nueve tareas domésticas por las que
preguntamosen el pasado y en la actualidad,la participaciónde los
varonesse incrementóen 34%; mientrasen las nueve tareasde cuida-
do de los hijos,se incrementócasi al doble, 63%. La participaciónde
las mujeresse mantuvocasi sin cambio. El panorama es más dramáti-
co si se consideran, en el ámbito doméstico, cuánto cambiaron las
pautas de divisióndel trabajoalrededor de cinco actividades"típica-
mente femeninas"y cotidianas como son: cocinar, lavar los platos,
limpiarla casa, lavarla ropa y planchar.Según nuestros(as) entrevista-
dos^) , sólo 7% de susprogenitores contribuíana la realizaciónde esas
tareas,en tantolo hacen tresveces más (23%) los esposos de hoy.
Más notableaún es el aumentode participaciónde los varonesen dos
de las tareas más cotidianas: bañar y vestira los hijos. En este caso,
prácticamenteninguno (5.6%) de los padres de hoyrecuerdaal suyo
bañándolos o vistiéndolos,en tantola mayoría(64.3%) de ellos de-
clara hacerlo con sus propios hijos. El incrementoes sideral.Tampo-
co en esta esferade actividadla participaciónfemeninaha variado.
Hay que advertir que la mayorparticipaciónmasculinaen activida-
des domésticasen muchos casos sólo significahacer "algo" de activi-
dades en las que anteslos hombresno hacían "nada". Pero hayotras,
aunque aún escasas,en las que compartir tareaspor partesigualesse ha
hecho más frecuente.Tal es el caso de pagar las cuentaso de hacerlas
compras.Es respectode la paternidadque el cambio culturalha sido
grandeen la últimageneración.Lo que entoncesera casi exclusivamen-
te "maternidad" hoya venidoa incorporarse tambiéna la "paternidad".

12Es decir, consideramos por igual a quienes hacían "todo", "la mayorparte",
"parte"o "algo" de cada una de las actividadesindagadas,y a la totalidadde ellos(as)
como diferentesa quienes no hacían "nada".

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174 ESTUDIOS DEMOGRÁFICOSY URBANOS

CUADRO 3
Tasas de participaciónen la reproduccióndomésticay filialde los hogares,
por sexo (porcentajes)

Participaciónvarones Participaciónmujeres
Hogar Hogar Hogar Hogar
Tareas origen actual Dif. % origen actual Dif. %

Tareas domésticas

Global (9 tareas)* 34 46 34.1 63 70 11.3


Fem. cotidianas1» 7 23 212.0 79 82 4.4
Mase, ocasionales0 70 80 14.0 21 39 89.4

Cuidado hijos

Global (9 tareas)d 40 65 63.7 93 93 -0.5


Fem. cotidianase 6 64 1 148.0 94 100 -0.6
a Planchar,lavarla ropa,limpiarla casa,lavarlos platos,cocinar,hacerlas com-
pras,pagarlascuentas,arreglos de grifería/enchufes/etc,mantener el auto.
bPlanchar,lavarla ropa,limpiar la casa,lavarlosplatos,cocinar.
cArreglos menoresde grifería yplomería, enchufes,etc.,mantener el auto.
dVestir,bañar,ayudarcondeberes,reprender, hablarconmaestros, llevaral mé-
dico,comprar ropa,hacerdormir, llevara la escuela.
eBañar,vestir.

Las mujeresno sólono handisminuido casinadasu altísima parti-


cipación en la domesticidady en la maternidad, sinoque másmujeres
haninvadido, además,actividadesque anteserandominiocasiexclusi-
vode losvarones(arreglos menores de grifería
yplomería,arreglar en-
chufes,etc.). En suma,a la doblejornada laboral,fueradel hogar,
que las mujereshanadicionadoa sus"tareasespecíficas" de siempre,
hanagregado,además,dentrodel hogarotrastareasque ahoracom-
partencon suscónyuges.
Hayque notardiferencias sustancialesentrelasmujeres que entre-
vistamos hoyysusmadres,pertenecientes a la generaciónanterior.
Mientras que la totalidadde las mujeresde hoyintegran la fuerzade
trabajo,menosde la mitadde susmadres(41%) lo hacían,lo que para
losañossetentaeraunaelevadatasade actividad. Peroel hechoes que
casidostercios de estasmujeres(mayoritariamente de sectoresmedios,
de 35 a 45 añosde edad,coneducaciónsecundaría) eranamasde casa
de tiempocompleto cuandosushijosteníanalrededor de 10u 11años.
Y algomásde un terciode ellasteníaempleadadomésticas sinretiro.

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EN FAMILIASDE DOS PROVEEDORES
DIVISIÓNDEL TRABAJO 175

Ellas + ellos = dos versiones

Hastahace muypoco tiempoera usualen la investigación sobrelas


familias recoger datos de uno solo de los miembros de la parejacon-
yugal. Si se trataba de el
ingresos, esposo era el elegido; si de fecundi-
la
dad, esposa. Cuando estudiamos la dinámica interna de la familia a
menudose entrevista a uno solo de los miembros, por razones esen-
cialmente pragmáticas, no teóricas.Es mássimpleymenoscostosore-
cogery analizardatosde una personaporunidadque enfrentar la
duplicación de la recolección y el análisis, a más de tener que hacerlo
con la coherenciae incoherenciaentrelos informantes. El presu-
puestoque subyace a esta es
práctica que ambos miembros de la pare-
ja tienen información relativamente similar. ¿Es verdad? SegúnHer-
trich(1997),"senecesitantrescondicionesparaque la información
se dé de maneraadecuada:que la personaconozcalos datos,que la
recuerde, yque la informe de modoveraz".
¿Enqué medida era el caso de nuestros entrevistados (as)? Hubo
tresocasionesen las que pudimosindagarlo;en las tresse tratabade
información sobrecomportamientos, no sobreopiniones,creencias,
valoreso actitudes, es decir,sobrehechos"públicos", no latentes.Se
tratabadel horarioyel tiempode trabajode la empleadadoméstica
(en lasfamilias en que la había);del abanicode tareasque se realizan
en la casaparael mantenimiento del hogaryla atenciónde los hijos,
y de la participación de cada uno de los cónyuges en la realización de
dichastareas.La pregunta es,entonces, ¿enqué medida la reproduc-
cióncotidianade la familiaes una tareacompartida poramboscón-
yugesen las familias que estudiamos al puntode compartir o no las
de
percepciones qué,quiény cuánto ocurre?
Comencemospor examinaren qué medida ambos cónyuges
comparten una idénticaversiónde cuántaayudadomésticaremune-
radatienenen sushogares.13
No todoslos hogaresempleabanserviciodoméstico,pero algo
másde la mitad(60%) sí lo hacía.Sólo un terciode loscónyuges con-
cordóen su percepción; en casila mitadde loshogareslosespososdi-
jeron disponerde más (28.5%) o de menos(19%) horasde servicio
doméstico que susesposas.El restode los esposos(19%) dijoignorar

13Formulamosdos preguntas:"¿tienenustedesempleada doméstica?"y,a quienes


tenían,"¿cuántashoraspor semana trabajala empleada aquí?"

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176 ESTUDIOS DEMOGRÁFICOSY URBANOS

el tema.14Sigamos ahora con la percepciónde las y los esposos, de la


demanda de tareasque existeen sus hogares.
Aún viviendobajo el mismotechoyentrelas mismasparedes,hay
casos,y no pocos, en los que uno de los cónyugesniegaque se realice
una tareaque el otrono sólo afirmaque se realiza sino que, más aún,
es capaz de informarquién ó quiénes la realizan.Tal situaciónes más
frecuenteen relacióncon los hijos que con las tareasdomésticas,yno
sólo en relación con tareasocasionales sino tambiéncon las cotidia-
nas. Alcanzana un cuarto (nueve parejas) las que mostraroneste tipo
de incongruencia.Las actividadesalrededor de las cuales se suscita-
ron fueron:dormira los niños,hacer que se cepillenlos dientes,ayu-
darloscon los deberes,hablarcon los maestros,asistira reunioneses-
colares. Mientras uno de los cónyuges informócuánto tiempo le
dedica él/ella y cuánto el otro(a), el segundo cónyugedijo que su hi-
jo (a) era demasiado grande,o aún muypequeño, como para reque-
riresos cuidados. ¿Cuál fue el cónyuge que con mayorfrecuencia
considerano pertinentela tarea en cuestiónen sü hogar?El esposo,
en siete de los nueve casos en los que manifestaronestas diferencias
de opinión.
Finalmente,miremoshastaqué puntoambos cónyugescoinciden
en sus percepcionesde su propia participacióny la de su pareja en la
reproducciónde la familia.Al hacerlo,hayque separarel ámbitode
las tareas domésticasde las del cuidado de los hijos porque la situa-
ción es diferenteen ambos. Se tratadel gradode coincidencia o discre-
pancia delretrato que cada cónyuge dio sobre la divisióndel trabajo,no
de los retratosen sí.
La gran mayoríade las parejas (más de 70%) concordaronen lo
realizado por los esposos en cinco de las 12 actividadesdel cuidado del
hogar por las que indagamos.Se tratade las muysegregadasgenéri-
camente,en las que los varones no hacen "nada" o sólo "algo" (lim-
piar la casa, planchar, lavarla ropa y cocinar) , o bien hacen "todo"

14Nos inclinamosa creer


que la percepciónde ellas se ajustamás a la realidadda-
do que fueevidenteen las entrevistas que las domésticascomparten,o ayudanen, el ha-
cer sólo con las esposas,nunca con los esposos.Además,frentea las preguntas,ellas die-
ron respuestascategóricas("tantashoras por semana",o "de tal a tal hora"); ellos, en
cambio,dudaron,indicaronun rangode tiempomás impreciso("treso cuatrohorasse-
manales"). Por último,un númeronada despreciablede los esposos (casi uno de cada
cinco) no contestóla pregunta,sea porque no cumplieroncon la consigna,respondien-
do por los días de trabajopero no por las horas,o viceversasin aclararla frecuenciase-
manal ("de 8:00 a 19:00 hrs."),o porque no conocían la situaciónen sus hogares ("un
rato,no sé cuánto"). Nada equivalenteencontramosen ningunade las esposas.

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EN FAMILIASDE DOS PROVEEDORES
DIVISIÓNDEL TRABAJO 177

(mantenimientodel auto) . En el restode las sieteactividadesla coin-


cidencia acerca de lo que participanlos varonesfue sólo mediana o,
excepcionalmente,muybaja (entre 31 y 60% de las parejas). Y la di-
recciónfue la de ellos sobrestimandosu propia contribuciónrespec-
to de lo que le adjudicaban sus esposas (en general ellos adjudicán-
dose hacer "algo"o "parte"y ellas "nada").
En cuanto a lo realizado por las esposas, sólo respectode dos ta-
reas (muysegregadasgenéricamente:la del mantenimientodel auto
y la de arreglosmenoresde griferíay plomería,y hacer pequeñas re-
paraciones) en las que en generalellas no participan"nada",una am-
plia mayoríade parejas concordaron.Respectodel restode las tareas,
entre40 y 70% de las parejas no concordaronen su percepciónde lo
realizadopor las mujeresdel cuidado de la casa.15Las tareassobrelas
que las discrepanciasde visionesson mayoresfueron:quedarse en ca-
sa acompañando al hijo cuando está enfermo,hablar con los maes-
tros,hacerloscepillarlos dientes,hacerlosdormir,o vestirlos.
Donde la ausencia de coincidenciaen las percepcionesde lo he-
cho por las unas y los otros resultórealmenteelevada, fue respecto
del cuidado de los hijos. Posiblementese deba a que no haytan alta
segregacióngenérica ni un consenso culturaltan claro como lo hay
en el ámbitode lo doméstico;tambiéna que las pautas de divisióndel
trabajo alrededor de los hijos están cambiando, son más fluidas.El
hecho es que entreun tercioy dos terciosde las parejas no coincidie-
ron en su estimaciónde la contribuciónde cada cual al cuidado de
los hijos.Yla pauta se repite:los varonestiendena sobrestimarsu par-
ticipacióny a subestimarla de sus esposas,una pauta que ha sido en-
contradapor otrosinvestigadoresque, como nosotros,incluyeronla
voz de ambos esposos (Berk,1985; Greenstein,1996).
Las diferenciasde percepciónpodrían deberse a cuestionesde la
validezde las respuestas.Por ejemplo,si los varones,preocupadospor
presentarsecomo igualitarios,abultaronsu participación.De no ser
así, que las percepcionesde ambos cónyugesacerca del llevaradelan-
te la reproduccióncotidianade la casa y los hijos sea tan escasamente
compartidapor las parejas,sugierereflexionessobre la vida en fami-
lia y sobre cuestionesde método. Respecto de la primera,que la re-

15Esto se debe a
que en muchas familiaslas mujeres (pero no los varones) com-
partenla realizaciónde muchastareascon el serviciodoméstico(y eventualmentecon
los hijos u otrosfamiliares)cuyacontribuciónen tiempode trabajo,como dijimosan-
tes,no es percibidaigualmentepor las y los esposos.

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178 ESTUDIOS DEMOGRÁFICOSY URBANOS

producción y,másaún la atenciónde los hijos,no es una empresade


y,además,que ha de serfuentede frecuentes
sociosigualitarios con-
flictosconyugales.16
Respecto de la segunda,que la informaciónde
uno de los miembros de la parejano puede adjudicarsecomoválida
parael otrosinmásni más.

Conclusiones

En el "sistemade rolestrabajo-familia" en el que estáninsertoslos


miembros de parejasconyugales17 se ha producidoun grancambio
en lasúltimas tresdécadasen la Argentina en cuantoal rollaboralde
lasmujeres.Sobretodolasunidas-sea legalo consensualmente- con
cargas de han
familia, estadoentrando en números crecientes a la
fuerzade trabajo,y todohace pensarque seguiránhaciéndoloen el
futuro próximo.Estaopciónque hantomadomásmujeresde asumir
el rollaboral,ademásdel familiar, no ha tenidouna contraparte de
igualmagnitud entre losvarones. La redefinición del lugar de las mu-
jeresen el afuera no ha sidoacompañadohastael momentoporuna
redefinición de igualmagnitud del lugarde ellosen el adentro. Para
losvarones,el tiempode la paternidad/maternidad aparentaseguir
siendomásvaliosoque el de la domesticidad, así comoel de la mater-
nidadmásque el de la paternidad y,paraambos,mujeresyvarones,
el tiempolaboralde ellosque el de ellas.
Es el discursomanifiestoel que ha cambiadomucho,tantoentre
lasmujerescomoentrelosvarones.Hastael momento, la sensibilidad
a la cuestiónde género,a la igualdadde capacidadesyde oportuni-
dades,al derechoa la realización personal, al desarrollo individual, se
ha adueñadomásdel discursopúblico,que las actitudes másprofun-
das yque los comportamientos. Entrelas familiasde doblesprovee-
doresde sectoresmediosymediosaltos,con elevadosnivelesde edu-
cación como las que entrevistamos, la divisióndel trabajose ha
alejado del modelo tradicionalde roles segregados, paraseguirmás
frecuentemente un modelotransicional, y menos frecuentemente,

16
Fassinger(1993) señala que "un factorclave que ayuda a perpetuarla desigual-
dad de género en el hogar es la distintapercepción que hombresy mujerestienenso-
bre la responsabilidadpor estastareas".La autora asigna a estasdiferenciasen las per-
cepciones,la perpetuciónde la desigualdadde género en el hogar.
17
Concepto desarrolladopor Pleck (1976-1977),compuestopor el rol laboral de
la mujer,el rol laboral del varón,el rol familiarde la mujery el rol familiardel varón.

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DIVISIÓNDEL TRABAJO
EN FAMILIASDE DOS PROVEEDORES 179

por ahora, uno igualitario.Esta visiónsincrónicaadquiere un matiz


promisoriocuando se la ubica en una perspectivadiacronica,en rela-
ción con los cambios recorridosdesde el tiempode los padres,cuan-
do prevalecíanlos hogares de un único proveedor (masculino). En
estosaños, los varonesincrementaronsu participaciónen las activida-
des hogareñas,poco en lo domésticopero mucho en relación con el
cuidado de los hijos en comparacióncon los modelos que vivieronen
los hogares donde crecieron.El cambio no fue parejo: la paternidad
ha ganado muchosmás adeptos que la domesticidad.Ésta sigue sien-
do definidacomo femenina,mientrasla crianza de los hijos ha co-
menzado a seruna empresacompartida.A su vez,las mujeresno sólo
no disminuyeron su altísimaparticipaciónen la domesticidady la ma-
ternidadsino que, además, "feminizaron" actividadestradicionalmen-
te masculinasen el hogar.
Todavía es demasiado prontopara dar una respuestadefinitivaa
la preguntaque nos formulamosinicialmente:¿revoluciónestancada
o nuevasfamilias?Las parejas que entrevistamos están compartiendo
algo más de las tareas domésticas y mucho más de las del cuidado de
los niños que lo que hacían sus padres 30 años atrás.La paternidad-
maternidadha sido redefinidamucho más extensamenteque la con-
yugalidad.Los niños de hoy, socializadosen este clima,posiblemente
habrán de reproducir,si no apresurar,la tendencia al igualitarismo
cuando lleguen ellos mismosa la edad de formarsus propias fami-
lias. La incomodidad que detectamos en muchos de los esposos
cuando debieron informarnoscuánto contribuyena la realización
de las tareas domésticas y de la atención de los hijos, ofrecen evi-
dencias de las presionesque han estado ejerciéndose recientemente
sobre los varones para aumentarsu participaciónen las cuestiones
hogareñas y paternales. Las mujeres seguirán entrando a la fuerza
de trabajo en el futurocercano. Como no puede esperarse que to-
das sean capaces de ser supermujeres,se puede conjeturarque los
hombres habrán de incrementar su participación en la casa y la
atención de los hijos, compartiendola carga del segundo turnode-
sempeñado por las mujeresy haciendo que la "masculinidad"no si-
ga igualada de modo exclusivo con la habilidad de proveereconó-
micamente.Por eso votamospor un futuro,si bien no muycercano,
de "nuevasfamilias".

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180 ESTUDIOS DEMOGRÁFICOSY URBANOS

Anexo
CUADRO1
en actividades
Participación en el hogaractual,versiónde ellas,y
domésticas
en el hogarde origen(porcentajes)

Participación Hogar actual Hogar de origen


en actividades Ellas Ellos Otros Ellas Ellos Otros

Cocinar (35) (35) (19) (63) (63) (22)


Nada 3.0 60.0 - 13.0 89.0
Algo 11.0 28.5 63.0 5.0 6.0 27.0
Parte 20.0 8.5 21.0 16.0 5.0 32.0
Mayorparte 43.0 - 16.0 9.0 - 4.5
Todo 23.0 3.0 - 57.0 - 36.5
Lavarlosplatos (35) (35) (12) (63) (63) (34)
Nada 6.0 63.0 - 19.0 89.0
Algo 17.0 26.0 25.0 13.0 9.5 26.5
Parte 20.0 11.0 16.5 16.0 1.5 29.5
Mayorparte 23.0 - 42.0 8.0 - 9.0
Todo 34.0 - 16.5 44.0 - 35.0
Limpiarla casa (35) (35) (18) (63) (63) (39)
Nada 20.0 97.0 - 27.0 100.0
Algo 20.0 - 5.5 9.5 - 10.0
Parte 23.0 3.0 33.2 19.0 - 31.0
Mayorparte 11.0 - 28.0 6.5 - 15.0
Todo 26.0 - 33.2 38.0 - 44.0
Lavarla ropa (35) (35) (13) (63) (63) (24)
Nada 20.0 89.0 - 22.0 97.0
Algo 3.0 5.5 8.0 - - 4.0
Parte 14.0 5.5 38.0 17.5 1.5 42.0
Mayorparte 9.0 - 8.0 1.6 -
Todo 54.0 - 46.0 59.0 1.5 54.0
Planchar (35) (35) (23) (63) (63) (38)
Nada 40.0 97.0 - 38.0 100.0
Algo 11.0 3.0 13.3 3.0 - 10.0
Parte 9.0 - 13.3 13.0 - 21.0
Mayorparte 6.0 - 13.3 6.0 - 6.0
Todo 34.0 - 60.0 40.0 - 63.0
Hacerlascompras (35) (35) (5) (63) (63) (11)
Nada 3.0 34.0 - 8.0 76.2
Algo 11.5 11.0 80.0 1.5 3.2 64.0
Parte 48.5 46.0 20.0 19.0 16.0 18.0
Mayorparte 8.5 6.0 - 8.0 1.5
Todo 28.5 3.0 - 63.5 3.1 18.0

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DIVISIÓN DEL TRABAJOEN FAMILIAS DE DOS PROVEEDORES 181

CUADRO 1 (continuación
)

Participación Hogaractual Hogardeorigen


en actividades Ellas Ellos Otros Ellas Ellos Otros

Pagarlascuentas (35) (35) - (60) (60) (2)


Nada 31.5 34.0 - 50.0 37.0
Algo 8.5 3.0 - 3.0 1.5 50
Parte 23.0 23.0 - 12.0 12.0
Mayorparte 3.0 8.5 - 1.5 -
Todo 34.0 31.5 - 35.0 48.0 50
Cuidarel auto (29) (29) (1) (51) (51) (4)
Nada 76.0 3.5 - 90.0 10.0
Algo 10.0 3.5 - 2.0 - 25.0
Parte 7.0 10.0 100.0 4.0 4.0
Mayorparte 3.5 10.0 - 4.0
Todo 3.5 73.0 - 4.0 82.0 75.0
Arreglosmenoresde
yplomería (35)
grifería (35) (8) (61) (61) (23)
Nada 80.0 17.0 - 92.0 34.5
Algo 6.0 6.0 - 1.5 3.5 4.0
Parte 11.0 14.0 25.0 - 3.5 17.5
Mayorparte - 3.0 12.5 - 1.5 17.5
Todo 3.0 60.0 62.5 6.5 57.0 61.0

CUADRO2
Participaciónen actividades
de cuidadode los hijosen el hogaractual,
versiónde ellas,yen el hogarde origen(porcentajes)

Participación Hogaractual Hogardeorigen


en actividades Ellas Ellos Otros Ellas Ellos Otros

Bañarlos (28) (28) (2) (18) (18) (6)


Nada - 36.0 - 5.0 89.0
Algo 3.5 39.5 50.0 5.0 11.0 33.5
Parte 25.0 21.0 50.0 17.0 - 50.0
Mayorparte 39.5 3.5 - 5.0 - 16.5
Todo 32.0 - - 67.0
Vestirlos (28) (28) (2) (18) (18) (5)
Nada - 36.0 - 5.0 94.0
Algo - 36.0 - - 6.0 20.0
Parte 36.0 28.0 100.0 17.0 - 60.0
Mayorparte 36.0 - - 11.0
Todo 28.0 - - 67.0 - 20.0

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182 ESTUDIOS DEMOGRÁFICOSY URBANOS

CUADRO 2 (continuación
)
Participación Hogaractual Hogardeorigen
en actividades Ellas Ellos Otros Ellas Ellos Otros
Hacerlos dormir (28) (28) (1) (13) (13) (2)
Nada 11.0 14.0 - 7.5 54.0
Algo 14.0 3.0 100.0 7.5 7.5 100.0
Parte 61.0 61.0 - 31.0 31.0
Mayorparte - 11.0 - 7.5 - -
Todo 14.0 11.0 - 46.5 7.5
Llevarlosa la escuela (29) (29) (7) (53) (53) (13)
Nada 39.0 45.0 - 38.0 62.0
Algo 3.0 7.0 - 6.0
Parte 31.0 24.0 28.5 13.0 15.0 38.5
Mayorparte 7.0 - 14.5 6.0
Todo 20.0 24.0 57.0 43.0 17.0 61.5
con deberes(19)
Ayudarlos (19) (1) (55) (55) (5)
Nada - 42.0 - 11.0 56.5
Algo 10.5 21.0 100.0 3.5 9.0 40.0
Parte 31.5 32.0 - 29.0 27.0
Mayorparte 16.0 5.0 - 5.5 2.0
Todo 42.0 - - 51.0 5.5 60.0
Hablarcon la maestra(27) (27) - (61) (61)
Nada 4.0 44.0 - 1.0 84.0
Algo 4.0 15.0 - 5.0
Parte 33.0 33.0 - 10.0 10.0
Mayorparte 15.0 4.0 - 5.0 - -
Todo 44.0 4.0 - 84.0 1.0
Reprenderlos (33) (33) - (63) (63) (1)
Nada - 3.0 - 8.0 29.0
Algo 3.0 9.0 - 3.0 11.0 100.0
Parte 85.0 85.0 - 51.0 51.0
Mayorparte 9.0 3.0 - 9.0 1.0
Todo 3.0 - - 29.0 8.0
Llevarlosal médico (35) (35) - (62) (62)
Nada 6.0 40.0 - 1.5 77.5
Algo - 11.0 - 1.5
Parte 43.0 43.0 - 19.5 19.5
Mayorparte 11.0 - - 1.5 - -
Todo 40.0 6.0 - 77.5 1.5
Comprarlesropa (35) (35) (4) (63) (63)
Nada 6.0 63.0 - 1.5 84.0
Algo 6.0 14.0 25.0 1.5 1.5
Parte 23.0 23.0 - 11.0 11.0
Mayorparte 11.0 - 25.0 1.5 1.5
Todo 54.0 - 50.0 84.0 1.5

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EN FAMILIASDE DOS PROVEEDORES
DIVISIÓNDEL TRABAJO 183

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