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El rescate de las partes

enajenadas de nuestro cuerpo.


El diálogo gestáltico y la integración

La esencia de lo que Fritz Perls nos mostró es que el desor-


den que una persona padece se halla presente, y que cual-
quierforma de ponerlode manifiesto iluminará tanto al
terapeuta como al cliente.
WILSON VAN DUSEN

Y en verdad,aprender a amarse a uno mismo no es un


mandamiento para hoy o para mañana. Al contrario, es la
más fina, la más sutil , la últimay más paciente de todas
las artes.
NIETSZCHE

La verdadera medicina tiene que gritar fuerte y no aceptar más el papel de


reparadorade instrumentos.Tiene que volver a Hipócrates y a Galeno.
Tiene que entregar conocimientos para aumentar la sabiduría de los seres
humanos y para poder seguir contando con ellos en el ejercicio de esta
tarea que une y hermana a tan gran familia.
Desde el momento en que nuestra tarea es cuidar la salud de un pue-
blo, en algo tenemos que unirnos los médicos, los psicólogos, las enferme-
ras, las matronas, los profesores... Y estamos obligados a cumplir con algu-
nos postulados básicos:

ll Devolver a la persona su calidad de ser humano, mirándola como


totalidad.

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Enfermedad,síntoma y carácter

Entregarle al ser humano los conocimientos que han venido de ellos


mismos, para que reconozca su propia estructura y capacidad de
sanación.
Entender la enfermedad como un acto de detención total, que per-
mite asomarnos a una realidad diferente.
Entender que cuidar la salud no es "luchar" contra nada, ni aun con-
tra las enfermedades.Es conocer lo que somos y aceptar límites y
posibilidades.
w En definitiva, colaborar en la tarea de detener al ser humano en la
escalada de omnipotencia y autosuficiencia en la que se encuentra
empeñado.

De lo que se trata es de tener una mirada diferente, total, en la que


veamos a la persona entera. Una verdadera mirada fenomenológica.
Si somos capaces de ver al otro como una persona, que está compar-
tiendo un espacio y un tiempo con nosotros, que es un cuerpo-para y ante
nosotros,no un cuerpo-para-laenfermedad,es posibleque se produzca
un verdadero encuentro.Y es en este espacio privilegiado, donde podemos
tener un diálogo verdadero.
Ahora podemos hablar de lo que le duele, de lo que lo aqueja o incluso
de lo que otros piensan o creen que él tiene. Él es el actor principal y no pode-
mos seguir hablando de un tercero que no sabemos con claridad quién o
cómo es y cómo ha usurpado la identidad del que tenemos al frente.
Si la enfermedad es descrita como una situación límite, es porque
atrapa a la persona y le niega su identidad; a ella es a la que se le recono-
ce un discurso propio, la que habla, la que se impone como existente.
Si lo básico en un verdadero encuentroy diálogo con el otro es el res-
peto (Sartre), como terapeutas, nuestro interrogar al otro no puede ser
un chequeo para clasificar sus respuestassegún un conocimientoque
nosotros manejamos y es desconocido para él. Si nos habla de algo que le
ocurre, que siente que está ocurriendo en su cuerpo, necesitamos que sea
él mismo quien se conecte y nos describa vivencialmente aquello. Y si nos

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El rescate de las partes enajenadas de nuestro cuerpo

dice, por ejemplo, que tiene una hepatitis, o que tiene asma o que es bipo-
lar, saber que ese decir fue determinado por alguien que reconoció un
grupo de síntomas y signos como pertenecientes a una entidad nosológi-
ca que se denomina de esa manera.
Estamos frente a alguien que acusa, señala, muestra "otra cosa" que
no es él. Está dividiéndoseentre él y lo que le duele, ese hígado que se
enfermó o esa dificultad para respirar o esa personalidad que lo altera.
Con una visión holística, nuestra primera tarea es restituir la integri-
dad de la mirada hacia ese cuerpo,que es un cuerpo-para-otro,en el cual
puede estar ocurriendo algo que lo limita y que él permitió que se adueña-
ra de todo el escenario y actuara como protagonista. Le mostramos que él,
el paciente, la persona, es el verdadero protagonista y es preciso que acla-
re su relación con ese otro con el cual está en un impasse.
Permitimos a la persona que establezca un encuentro y un diálogo
con ese otro-que-no-es-él,y ofrecemosayudarla si cree conocerlo poco.
Podemos hacer este ofrecimiento con seguridad, porque, afortunada-
mente, la anatomía y fisiología de los seres humanos son sensiblemente
iguales. Lo que no podemos ni siquiera sospechar es lo que puede decir la
persona a ese "otro".Qué le reprocharáo qué le agradecerá. Los órganos
mismos tienen un discurso limitado por su estructura y su función, que
nos impide fantasear o interpretarlosantojadizamente. Aun con los lími-
tes naturales, el discurso de nuestros órganos es extremamente comple-
jo y no necesariamente aceptado por las personas.
En estos diálogos nos damos cuenta de lo increíble que puede ser la
escucha de una persona para con el órgano o la parte que le duele, ya que
la lleva a aceptar aspectos que rechaza violentamente como partes de sí.
Muchas veces pudieron decirle a alguien, por ejemplo, "tú no sabes
pedir" o "te cuesta aceptar"y aunque aquello sea una característica que
admite como propia y entienda de dónde viene su actitud, nada cambia.
De pronto, durante el diálogo gestáltico, esa persona escucha a su cora-
zón diciéndole "yo sé recibir y dar","necesito que me llegue sangre no sólo
para alimentarme, sino también para distribuirla a los demás"... y advier-

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Enfermedad,síntoma y carácter

puede dar lo que no se tiene. Cuando esa


te una absoluta obviedad: no se
corazón— acepta y repite lo que se
persona—representandoel rol del
pedir ayuda o necesitar recibir de
niega para sí, no considera vergonzoso
otros para poder dar.
parte de sí misma está ins-
La relación de una persona con cualquier
crita en una relaciónnarcicística primaria,no vulnerada por ningún des-
de un profun-
arrollo neurótico posible, posterior. Fue inscrita en el ámbito
junta-con.
do contacto con lo "otro"que nos define, nos separa y nos
Esto es lo que mueve a las personas a querer reparar cualquier defec-
to orgánico, para restituirle al cuerpo su integridad. Si junto con esto, ella ha
logrado darse cuenta de cómo y con qué obstinación ha tratado de que ese
órgano (cualquiera que sea) no funcione con las características que tiene y
que, por el contrario,se adapte a su propia idealización, podría empezar a
aceptar características personales que nunca asumió o quiso tener.
Es así como la enfermedad nos conecta, muchas veces, con mensajes
que pueden hacernos cuestionar toda nuestra vida y creencias, previa-
mente distorsionadas por nuestra fantasía y la increíble idea de que so-
mos lo que queremos ser.
El organismo que somos no tendría que ser afectado por nuestros
deseos o por nuestros pensamientos y, sin embargo, sabemos que ello ocu-
rre. Es que ellos, los pensamientosy deseos,son parte del organismo que
somos, tanto como nosotrossomos parte del mundo en que vivimos y
hemos desarrollado nuestras capacidades y destrezas para adaptarnos a
un mundo que nosotros mismos vamos creando.
¿Y cuál es el organismo que somos?

LO ORGANíSMlCO EN GESTALT

Fritz Perls usa el nombre de Gestalt; acepta plenamente que percibi-


mos totalidades y que nuestro modo de percibir la realidad se da en este
juego dinámico de figura-fondo. Sin embargo, su concepto de Gestalt so-

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brepasa con mucho los límites de esa definición dada


por la Escuela de
Psicología de la Gestalt, y tampoco puede adscribirse
a una teoría psicoló-
gica, ya que Perls se refiere a una tendencia de la materia
viva a
se, a ser lo que es; la tendencia de todos los procesos vivos
a completarse.
De ahí su decir que "la Gestalt es tan antigua como el mundo".
La
materia orgánica, lo vivo, los organismos vivos son "un proceso que se
da
cuenta de sí mismo".
Este saber organísmico es algo inherente a lo vivo y corresponde al
proceso que Humberto Maturana y Francisco Varela han denominado
"autopoyesis".
Si la relaciónfigura-fondo no se rescata del caos de información que
recibimos, nuestras percepciones no logran organizarse,y el intercambio y
la relación del individuo con el ambiente se perturban.
Es a esta totalidad dinámica, que se hace evidente en el proceso de
su completitud, a lo que nos referimos al hablar de gestalten o gestalts. Si
el proceso no se completa, si el ciclo se interrumpe sistemáticamente, el
organismo no puede pasar a otra situación, y aun cuando logre hacerlo, la
situación inconclusa pendiente lo atrapa cada vez más, impidiéndole
darse cuenta incluso de las más elementales "situaciones incompletas",
que ese organismo está habituado a completar para recuperar el equili-
brio homeostático.
Como terapeutas, con esta confianza en lo organísmico y con una
actitud de silencio interno, respecto de las propias voces que pueden
per-
turbar nuestra escucha, nos acercamos al paciente para facilitarle
un
encuentro con lo que lo limita y estrecha. Un encuentro que es absoluta-
mente necesario cuando se trata de una enfermedad a la que la persona
sólo ha estado viendo como enemiga, sin darse cuenta de que trae un
mensaje que puede cambiar su vida en un sentido positivo.
Es evidente que la persona llega ante nosotros con un órgano o una
parte de sí misma que ya está identificada y diagnosticada como "respon-
sable" de la supuesta enfermedad. La división es nítida y evidente: uno es
el paciente y otro es el órgano o la enfermedad que lo "ataca".

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Enfermedad, síntoma y carácter

Con una verdadera visión holístico-gestáltica, nuestra primera tarea


es restituir la integridad de la mirada y la vivencia a ese organismo, a ese
cuerpo. Que la persona se dé cuenta de que ese órgano del que se habla es
una parte inseparable de sí.
No nos permitiremos hablar ni de "la enfermedad"ni "del órgano"
como algo separado de la persona total. Nuestro único esfuerzo está enca-
minado a que esa persona asuma a ambos como algo que le está ocurrien-
do a ella en su organismo. Si aquí hay un "otro",y ése es el órgano acusado,
desde el inicio necesitamos explorar la relación de la persona con el acusa-
do, con el supuesto agreson
Aun cuando algo venido del entorno haya penetrado en el interior
mismo de esa persona, el proceso que estamos definiendo ocurre y modi-
fica a toda la persona. Se hace, por lo tanto, indispensable conectarnos con
esa "totalidad" que forman la persona y su dolencia.
Si, por ejemplo, el diagnóstico es hepatitis, podemos pensar que no
sólo el virus de la hepatitis ha penetrado en ese organismo; en realidad,
permanentemente todo lo que la rodea está en íntima relación con ella y
le facilita o dificulta la vida: el aire que entra y sale nunca es el mismo, los
pensamientos, ideas y emociones,tampoco. Sin embargo, en este momen-
to no todo su organismo se queja, hay un dolor circunscrito. Hay una parte
que reclama y, probablemente, ni siquiera sea una parte de su cuerpo que
tenga muy presente. Entonces, lo primero es escuchar al que se queja, y per-
mitir a la persona que se dé cuenta de qué tiene que ver con esta parte de sí
que ha dejado de trabajar en silencioy avisa de su presencia.
Es aquí donde el diálogo gestáltico nos puede ayudar de un modo
increíble para clarificar esta supuesta relación: por enojada que esté la per-
sona con su hígado, no puede inventarle características que no tiene, ni
negarle las que sí tiene. Como terapeutas, no estamos buscando causa
alguna de nada. Estamos,simplemente,en el inicio de una relacióncon
una persona que se queja de algo ante nosotros y se hace necesario defi-
nir quién es quién.

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El rescate de las partes enajenadas de nuestro cuerpo

La modalidad incorporadapor nosotrosal diálogo gestálticol nos faci-


lita enormemente esta tarea y nos permite con prontitud corregir los erro-
res de información de la persona, para que, por lo menos, no siga distorsio-
nando la relacióny atribuyéndolecualidadeso defectos inexistentesal
órgano que ha dado síntomas.
Es un inicio que ya tiene algo promisorio: se puede lograr que la per-
sona deje de pelear con una parte de sí a la que, en este momento, le atri-
buye su doloro limitación. Y sabemos que tenemos una relación (trans-
ferencia) privilegiada con nuestros órganos que favorece la escucha: 2 lo
que difícilmente le aceptamos a otra persona se lo aceptamos a nuestros
órganos. La relación no admite cuestionamientos: o los queremos como
son o no contamos con ellos.
El representar el rol del órgano afectado implica una comprensión
absoluta de lo organísmico,de los fundamentos mismos de la Gestalt, ya
que, en ese rol, los terapeutas tenemos que permanecer dándonos cuenta
de la estrecha relación con la totalidad, manteniendo la identidad y espe-
cificidad como órgano.
Esta tarea ha sido favorecida por el aprendizaje continuo de juegos
de roles en la formación de los terapeutas gestálticos.
Esto es lo que nos obliga —cuando queremos adiestrar personas en
este Enfoque— a exigirles una buena formación en terapia gestalt, ade-
más del aprendizajede anatomía y fisiología. Se hace imprescindible
aprender a pensar sin estar buscando las causas y los porqués de todo y,
especialmente, sin dejarnos invadir por la avalancha de información desti-
nada a convencernosde verdades absurdas,divulgadas por quienes ni
siquiera saben a qué amos están sirviendo.

1 Me refiero al hecho de usar comúnmente una especie de "yo auxiliar" que repite lo que
la persona expresó al sentarse en la "silla vacía", en este caso, la descripción del órgano
afectado.
2 Schnake, Adriana, La voz del síntoma, Cuatro Vientos, Stgo„ 2001, p. 203.

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Enfermedad, síntoma y carácter

Sabemos que se necesita una verdadera revolución para eliminar es-


to de la mente de quienes estudiaron con fe y creyendo en sus maestros,
en la información que recibían y en la inmensa cantidad de conocimien-
tos, de "pruebas" de eficiencia y estadísticas que comprobarían científica-
mente las verdades que ellos promueven.
conocido o estudiado
Por otra parte, tampoco se trata de que todo lo
sea falso. Comprobar en una mamografía que hay un tumor o un quiste
puede ser absolutamente positivo y significativo, si el examen se hizo por-
que clínicamente se sospechó algo. Sin embargo, pensar que una mamo-
grafía puede ser preventiva es un error sustentado por la medicina actual,
que olvidó a qué correspondeel concepto de preventivo:algo que evita,
impide la aparición de una enfermedad.Una mamografía ni siquiera nos
puede asegurar un diagnóstico precoz,ya que difícilmente provee imagen
alguna antes de que un cáncer tenga, por lo menos, un año de evolución.
Y si, además, vamos a enfrentarnos a esto como a un enemigo encarniza-
principio
do al que hay que derrotar,sin siquiera saber a qué vino, desde el
hemos perdido una oportunidad única de contribuir a que las personas
mejoren su calidad de vida, dándose cuenta de aspectos de su personali-
ciertas
dad que jamás habían advertidoy que mantienen bloqueadas
posibilidades de existir en ámbitos diferentes.
los diá-
En mi anterior libr03describo con detalle los pasos a seguir en
vez
logos con los órganos o con las enfermedades y, a pesar de ello, o tal
re
porque lo que aparece de una simplicidad total no lo es tanto, siemp
encuentro que a los alumnos se les hace difícil. Esto me lleva a querer
IOque
ahondar e insistir en lo que sería el método mismo, las bases de
definimos como el diálogo gestáltico propiamente dicho.
—Sonia, te
En el primer libro que publiqué en Buenos Aires en 1987
Perls,al
envío los cuadernos café—, me extendí bastante sobre este tema.
la llamada
referirse al modo de trabajar su método,dice que se basa en

3 Schnake, Adriana, op. cit.

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El rescate de tas partes
enajenadas de nuestro cuerpo

"indiferencia creativa" de Slomo


Friedlandery en su primer libro Yo,ham-
brey agresión, lo asocia al método
dialéctico y se extiende sobre el tema:

Se puede emplear mal el método dialéctico


y así se ha hecho con fre-
cuencia: a veces uno puede sentirse inclinado
a aceptar las observacio-
nes de Kant respecto de que la dialéctica es un
ars sophistica disputato-
ria, una charla inútil (Geschwaetzigkeit), actitud que,
sin embargo, no le
impidió aplicar, en su caso, el pensamiento dialéctico. Mucho
puede obje-
tarse al idealismo dialéctico de Hegel como intento filosófico para reem-
plazar a Dios con otros conceptos metafísicos. La transposición de Marx
del método dialéctico del materialismo, es un progreso, pero no una solu-
ción. Su mezcla de la investigacióncientífica con el pensar según el
deseo tampoco ha logrado el realismo dialéctico.
Mi intención es trazar una distinción clara entre la dialéctica como un
concepto filosófico y la utilidad de ciertas reglas según fueron encontra-
das y aplicadas en la filosofia de Hegel y Marx. Estas reglas coinciden
aproximadamente con lo que podríamos llamar "pensamiento diferen-
cial". Personalmente opino que, en muchos casos, este método es un
medio apropiado para llegar a una comprensióncientífica que lleva a
resultados cuando otros métodos intelectuales, por ejemplo el pensar en
término de causa-efecto, fracasan.4

Más adelante, Perls dice:

Pensar en opuestos es la quintaesencia de la dialéctica. Pensar según


opuestos tiene hondas raíces en el organismo humano. La diferencia
según opuestos es una cualidad esencial de nuestra mentalidad y de la
vida misma.

Fondo de Cultura Económica, México, 1973,p. 16.


4 Perls, Fritz, Yo,hambrey agresión,

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Enfermedad, síntoma y carácter

Estas afirmaciones marcaron para nosotros una diferencia absoluta


con el método causalista y lineal, que había sido lo básico en psicoanáli-
sis. Comprendimos que, en el inicio, Perls no pensó en proponer algo que
negara los aportes de Freud,sino que pretendía hacer una modificación y
un aporte al psicoanálisis.Lo obvio es que, aun estando absolutamente
comprometido con el psicoanálisis, criticaba fuertemente el hecho de que
en esta disciplina se trataran los hechos psicológicos como existiendo ais-
lados del organismo. La necesidad de conectar al paciente consigo mismo,
empezando por todo aquello de lo que podía darse cuenta —en primera
instancia, su organismo— lo hizo buscar formas y métodos que incluyeran
el cuerpo, los movimientos, la sensación.
En la técnica del ir y venir,que Perlsemplea para agudizar el darse
cuenta del paciente,ya hay un juego dialéctico de polaridades:adentroy
afuera, por ejemplo. Cuando de lo que se trata es de reidentificar un
aspecto propio, el diálogo aparece como la única posibilidad de encuentro
y la relación no puede rompersenaturalmente.El órgano que se queja
necesita a la persona para seguir siendo lo que es y la persona—en
muchos casos— necesita de ese órgano para vivir. Puede que la parte con
la que se pelea no sea calificada como "indispensable" y el enojo de la per-
sona sea tal que sólo quiera deshacerse de él. O que aparezca como tan
peligroso —según el diagnóstico médico— que deba extirparse. En este
caso, el diálogo adquiere un carácter de despedida y se hace necesario que
la persona se dé cuenta de las características que tenía esa parte que debe
irse y cuál ha sido su relacióncon esos aspectos,para que —aunque ya
esté mutilada— pueda recuperaruna integridad que antes no tuvo.
Si la situación es de rechazo, por las molestias que se han tenido o por
las características de ese órgano, el diálogo debería mantenerse hasta, por lo
menos, llegar a una tolerancia mínima y un cese de la guerra.
Aquí no se puede actuar "eliminando",como cuando en gestalt se
trabaja con introyectos negativos que se pueden destruir.

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El rescate de las partes enajenadas de nuestro cuerpo

Dice Perls:

Tal como lo consciente es de naturaleza puramente mental, lo es también


lo inconsciente. Sin embargo, la capacidad de darse cuenta (awareness)y
la incapacidad de darse cuenta (unawareness) no son exclusivamente
procesos mentales. De acuerdo a nuestra definición, ambas son propie-
dad del protoplasma que a su vez es constituyente de todas las criaturas
vivas. En una criatura tan compleja como el hombre, las áreas de incapa-
cidad de darnos cuenta son bastante amplias. No nos damos cuenta de
nuestros procesos vegetativos, de las fuerzas que nos hacen respirar,
comer y excretar. No nos damos cuenta de muchísimos de los procesos
de crecimiento. Pero al igual que nuestras áreas donde somos incapaces de
darnos cuenta son amplias, también lo son las áreas en que somos capa-
ces de darnos cuenta. Éstas no sólo incluyen nuestras actividades senso-
riales manifiestas y motoras,sino también muchas de aquellas activida-
des desvanecidas que denominamos mentales.
Una Escuela de psicoterapia que tiene un planteamiento unitario ante el
organismo unitario que es el hombre, no puede ocuparse a sí misma úni-
camente del material mental, bien sea éste reprimido o expresado. Debe
ocuparse de la configuración total de la conducta y debe además inten-
tar hacer que el paciente se percate de la configuración total tanto como
sea necesario para su salud.5

Me he permitido esta larga cita para reforzar una vez más el hecho de
que estamos describiendo un modo de acercarnos a la persona en su tota-
lidad. Aunque en apariencia la "separamos",ya que en estos diálogos la
hacemos hablar con lo que le duele, con el órgano que supuestamente le
está dando síntomas, la realidad es otra: esa persona ya llega dividida ante
nosotros. Más que eso, viene a denunciar a un agresor. El síntoma o la enfer-

5 Perls, Fritz,El enfoque guestálticoy testimonios de terapia, Cuatro Vientos, Stgo, 1976, p. 62.

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medad que la aquejan son algo de lo que quisiera verse libre y que no reco-
noce como propio.No podemos hablar de lo que le pasa hasta que no recu-
pere su integridad. Si accedemos a hablar directamente de su enfermedad
acentuamos su división.
Como terapeutas, si no sabemos cómo es esa parte que se queja, no
podemos hacer nada. ¿Postergar el encuentro y estudiar, informarnos?
Tal vez. Por lo menos, tendríamos que saber lo elemental, para que, si
tenemos que hablar por el órgano, podamos corregir errores graves de
información que nos ha dado la persona. No es algo que se pueda hacer
en el último momento.No es una lecciónque repetiremoscomo loros.
Tenemosque sentir que somos capaces de ser un órgano vivo y, con esa
sensación, mirar al que tenemos alfrente, que está de ojos cerrados y nos
escucha.
Lo que se ha hecho evidente es que a los terapeutas que siguen esta
orientación, el estar en permanente contacto y mostrándoles, a las perso-
nas las posibilidades y los límites de su organismo, los conecta con sus pro-
pios límites y los hace darse cuenta del profundo sentido de ser parte de
un todo: cómo en la medida en que vamos representandoa un órgano
frente a diferentes personas,vamos descubriendo más y más posibilida-
des, y más y más limitaciones artificialmente puestas por el mundo que
nos rodea y que pretendeque funcionemos según modelos estándar de
rendimiento o eficiencia.
En este trabajo nos vamos encontrandocon inmensa cantidad de
coincidencias y verdaderosdescubrimientos de "relaciones de relaciones",
que nos llevan en distintas direcciones y que convergen en la extraordina-
ria sabiduría de este cuerpo que somos y que se ha dejado adivinar, sin ser
invadido, por la sabiduría milenaria de los grandes maestros. Es así como
podemos consignar detalles y coincidencias que se repiten, ante nuestra
vista, en situacionesque, de pronto,nos parecen obvias sin tener una
explicación o nada que las avale.
Ser, actuar como esa parte de esa persona que nos tocó ser, una parte
de un todo (por importante que nos parezca Io que somos), nos impide

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El rescate de las partes enajenadas de nuestro cuerpo

pensar que podríamos vivir fuera de ese cuerpo. Si uno nunca se ha senti-
do algo pequeño, hacer este rol será más difícil.
Si no tenemos una muy buena escucha, costará darse cuenta de los
aspectos que la persona acepta o rechaza del órganoy cuando hay que
hacer el rol de éste, se hará mecánicamente, repitiendo como una letanía las
características aprendidas.
El rol que nos toca como terapeutas es el de defensores del órgano.
Y ningún defensor es bueno si no cree en su defendido y si no ha escucha-
do muy bien las acusacionesy no se centra en las que son obviamente
injustas.
A los médicos que siguen este Enfoque les es fácil saber las caracte-
rísticas de los órganos, pero si no se han ejercitado en serlo vivencialmen-
te y con la simpleza que se requiere,no logran con facilidad tener la armo-
nía necesaria para rehacer el vínculo.
El entrenamiento en estos diálogos es casi como una terapia en la
que se va aprendiendo, al estilo del Tai Chi, los movimientos de acercarse y
alejarse del otro. Se aprende a estar en el aquí y ahora, con absoluta con-
centración en este encuentro y diálogo, que requiere un total respeto por
el otro. Se logra, así, la vivencia increíble de tener la oportunidad de hablar
por un inocente que tiene derecho a ser aceptado como es.
A partir del verdadero conocimiento de las características de cada
uno de nuestros órganos y sistemas, podríamos llegar a darnos cuenta
de la extraordinaria mezcla de valores, posibilidades y limitaciones que
nos habitan y, en este reconocimiento,podría ocurrir que cada vez sea
menos necesario que una parte tenga que gritar para que sepamos que
existe.
Por mucho que se conozcan las característicasde los órganos por
parte del paciente y/o del terapeuta, el diálogo entre el órgano y el pacien-
te requiere una concentración y una escucha privilegiadas del terapeuta,
que tiene que estar atento a las expresiones mínimas de la persona, para
permitirse enfatizar las características más rechazadas por ésta.

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Enfermedad, síntoma y carácter

Una vez más describiremosen detalle los pasos que nos parecen
esenciales en estos diálogos:
En primer lugar, explicamos a la persona X que le facilitaremos que
se ponga en contacto con la parte de la que se queja, como un modo
de que pueda llegar a darse cuenta de qué significa este reclamo.
2. Le pedimos a X que nos cuente con todo detalle qué le pasa, qué le
duele o molesta o a qué ha atribuido (o le han atribuido) su supues-
ta enfermedad o malestar.
3. Escuchamos con gran atención para darnos cuenta a qué órgano o a
qué parte del cuerpo X está acusando o, por lo menos, haciendo res-
ponsable de lo que le pasa.
4. Pedimos a X que se siente al frente y "sea" esa parte o ese órgano.
Que se tome unos minutos para concentrarse y tratar de imaginar
cómo es ese órgano, que lo represente con todo su cuerpo, y que se
describa. Una vez que comienza, lo vamos guiando para que, en Io
posible, le cuente a X para qué está dentro de su cuerpo. Le vamos
haciendo preguntas con la finalidad de que proporcione más infor-
mación a X. No lo interrogamospara que nos conteste a nosotros
como terapeutas. No estamos interrogando a un alumno para pillar-
lo en falta y calificarlo.Loayudamos a que trate de darse cuenta de
las característicasfundamentales de ese órgano que está asumiendo.
Mientras mejor se describa es más importante captar lo esencial de
su descripción y la expresión que tiene cuando menciona algunas
características. Si la persona sabe muy poco o comete grandes erro-
res, rápidamente la cambiamos, con los ojos cerrados, al asiento de X.
Si se está describiendo bien, la dejamos hasta que perciba que ter-
minó su descripción.
5. Lo cambiamos a su asiento y le pedimos que le exprese a su órgano
o a la parte que habló, lo que siente o lo que quiera decirle.
6.A.- A continuación, si se había descrito bien y no parecía haber olvidado
nada esencial del órgano o la parte, le pedimos que se cambie nueva-
mente al lugar del órgano y le diga a X cuáles son las características

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El rescate de las partes enajenadas de nuestro cuerpo

o cualidades que tiene para poder cumplir sus funciones, y que le pre-
gunte a X cómo es como persona. Si se parecen o no.
6.8.- Lo frecuente es que la persona, aunque sepa de anatomía y fisiología,
haya cometido importantes omisiones o errores en su descripción
como órgano. En este caso, el terapeuta debe ponerse en el lugar del
órgano, avisándole que ocupa este sitio; se describe lo más vivencial-
mente posible (ver fichas Cap. 2) y, al final, le pregunta a X cómo es él,
si se parecen o no.
Es en esta parte donde el arte del diálogo, el respeto por los silen-
cios, la escucha privilegiada, el tono de la voz, la calidez del encuen-
tro con ese otro que nos necesita, aunque nos niegue, la certeza de
ser algo definido y con un sentido en esa totalidad a la que pertene-
cemos, nos da una capacidad de estar y ser que puede detener toda
pelea. Esa persona que rechazaba a ese órgano o le temía, se conec-
ta con lo que somos y con nuestros límites, y lo hace no por miedo,
sino por amor.
7. Cuando X respondea la pregunta que hizo el órgano ("¿en qué nos
parecemos tú y yo?"),frecuentemente se conecta con temas perso-
nales, con aspectos de sí opuestos a alguno de los rasgos expresados
por el órgano que habló.
8. El terapeuta o facilitador se mantiene en el rol del órgano y, desde
ahí, se continúa el diálogo. En estepunto es indispensablela actitud
fenomenológica, no interpretativa,del terapeuta. Su único objetivo es
que la persona acepte la presencia del órgano y se dé cuenta de que
no es posible que no reconozcatener nada parecido,desde el mo-
mento en que nacieron juntos y siempre estuvo presente.
9. Es indispensable volver a cambiar a la persona al sitio del órgano.
Por lo menos hasta que se describa—en primera personay asu-
miendo el discurso— lo mejor posible y se permita dialogar libre-
mente con X.

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Enfermedad,síntoma y carácter

preciso recorrer para que


Es aquí donde se ve todo el camino que es
pueden ser tan polares y
esa persona integre algunos aspectos de sí que
absolutamen-
desconocidos que es casi como si apareciera otra persona
te desconocida frente a nosotros.
Otto Kermberg6decía:"La neurosis de carácter es peluda".Y sí, hay
personas que han estructuradotan férreamente una personalidad o un
carácter que son absolutamente predeciblesy ellas mismas jamás podrí-
an creer que tengan aspectos tan opuestos y tan fuertemente arraigados.
Esto lo vemos con facilidad en la famosa bipolaridad, especialmente
en la depresión,y nosotros lo encontramos también en nuestros pacientes
con cáncer.

6 Psicoanalista, presidente de la Asociación Internacional Psicoanalítica, estudió en Chile Y


fue mi compañero de curso. A él le debo haberme dedicado a Psiquiatría de adultos.

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El organismo que somos.
Nuestras bases anatómicas y
fisiológicas vivenciadas

Para poder comprender la importancia y significado real


de una propiedad fisiológica, se tiene que pensar siem-
pre en el todo y valorar sus efectos sobre la totalidad del
sistema.
CLAUDE BERNARD,1865

En otras palabras, no podemos dividir un organismo vivo


en actitudes caracterológicas,musculares y funciones plas-
máticas, si tomamos nuestro concepto unitario de organis-
mo enforma seria, enforma práctica.
WILHELM REICH

Por respeto a Perls y por la honda convicción de que él tuvo una actitud
chamánica trascendente,desde la que brindó una de las visiones más
completas de los seres humanos —que podría permitir dar un verdadero
salto cuántico que evitara la destrucción de los verdaderos valores— quie-
ro hacer lo que él se propuso y nos propuso: "asimilar y masticar bien" los
conocimientos y geniales descubrimientos de nuestra propia fisiología.

Mis experiencias en psicoanálisis se vieron influidas por mi propio sub-


desarrollo oral. Al creer,como anteriormente hice, en la teoría de la libi-
do (especialmente en el ideal de Reich del carácter genital) y sin darme
cuenta de sus implicaciones, la convertí en una especie de religión fálica,
racionalizada y justificada por lo que parecía ser un sólido fundamento

pág. 37
Enfermedad, síntoma y carácter

psicoanalíticas y al sopesar
científico. Sin embargo al masticar las teorías
cada vez más capaz de asimilar
cada bocado no digerido,descubrí que era
y construcciones artificiales.l
sus partes valiosas y de descartar sus errores
(Cursivas me corresponden, A. S.)

Es en esta búsqueda, en la que hay términos y conceptos aprendidos


y digeridos desde el psicoanálisis,donde Perls da un salto gigantesco para
facilitar la comprensión de los procesos que pueden estar en la base de la
conducta humana.
Empieza de un modo fragmentario, y como él dice:

Tal vez contenga contradiccionesque hayan escapado a mi observación,


pero como este punto de vista (aunque simplemente cubre una fracción
de las funciones orgánicas) ha logrado ya buenos resultados prácticos en
casos refractariosy entusiasmo de gente que ciertamente no manifesta-
ba signos de una "transferencia positiva", decidí que ya era hora de diri-
gir la atención hacia la necesidadde un "psicoanálisis"del instinto del
hambre y de las perturbacionesde la asimilación mental.2

Es probable que este interés en la asimilación mental llevara a Perls


a estudiar y querer entender,en primer término, los procesos digestivos
y los modos como las personas interrumpen este proceso, aun cuando él
no tuvo la oportunidad de ver el grado al que llegaba la manipulación de
los cuerpos humanos, apoyada por una propaganda desenfrenada y
usando los grandes descubrimientos —desde el inconsciente en adelan-
te— para manipular y dirigir la información al sitio preciso, ése desde el
cual parece más fácil controlaral ser humano: desde la emocióny los
sentimientos.

I Peris, Fritz, op. cit., supra, nota 4, cap. 1.


2 Perls, Fritz, ibid., p. 159,

pág. 38
El organismo que somos

El neurólogo e investigador Antonio Damasio cada vez ha ido mos-


trando con más claridad y ejemplos contundentes sus hipótesis en las que
"el sentir lo que sucede" —como es el título, traducido al castellano, de
uno de sus libros— es absolutamente esencial.
Citaré largamente una de las hipótesis propuestas por este autor en
su último libro, publicado en español en 2005, En busca de Spinoza.3

Nuestra hipótesis es que cualquier cosa que sintamos tiene que hacerse
en el patrón de actividades de las regiones cerebralesque sienten el
cuerpo.

Más adelante dice:

En muchos casos las regiones que sienten el cuerpo producen un mapa


preciso de lo que está ocurriendo en el mismo, si bien otras veces no lo
hacen por la sencilla razón de que la actividad en las regiones que carto-
grafían, como las señales que llegan a ellas, pueden haber sido modifica-
das de alguna manera. El patrón cartografiado ha perdido fidelidad.
¿Pone esto en entredicho la idea que sentimos lo que está cartografiado
en el cerebro que siente el cuerpo? No lo hace. En un instante explicaré
más cosas al respecto.

Dice luego, mostrando el camino que seguirá para aclarar lo anterior:

He propuesto alternativas que se basan en una idea crítica: los senti-


mientos no surgen necesariamentede los estados corporales reales,aun
cuando puedan hacerlo,sino más bien de los mapas reales construidos
en cualquier momento dado en la región de sensación corporal. En todo
momento de nuestra vida las regiones de sensación corporal del cerebro

3 Damasio, Antonio, En busca de Spinoza, Crítica, Madrid, 2005.

pág. 39
Enfermedad, síntoma y carácter

del estado corporal en


reciben señales con las que pueden construir mapas
marcha.

Al finalizar este párrafo que está bajo el subtítulo de "Estados del


cuerpo reales y estados del cuerpo simulados", Damasio sostiene:

En consecuencia, cualquier intervención en este mecanismo puede crear


un "mapa falso" de lo que le está sucediendo al cuerpo en realidad.

Podríamos preguntarnos: una percepción absoluta mente errada y dis-


torsionada de lo que está ocurriendo en un órgano, ¿no podría ser un meca-
nismo que cree "falsos mapas" de lo que está sucediendo?
La cita anterior es un argumento más que nos hace imperativo insis-
tir en esta verdadera campaña de reaprendizaje y real conocimiento de
nuestro cuerpo.
Es obvio que no necesitamos saber cómo funciona nuestro organis-
mo para que funcione, sin embargo, la difusión de enseñanzas orientadas
especialmente a vender un producto,transmite, con frecuencia, ideas
sobre el funcionamiento y las características de un órgano absolutamente
aterradoras y falsas.
Y de este modo, el corazón,por ejemplo, ya no es una pequeña bomba
maravillosa que nos cuida, sino una especie de bomba de tiempo a la que
la persona tiene que "cuidar mucho" para que no la
traicione.
El problema no es el no saber, sino el tener una
idea completamente
errada y, tal vez, una negación muy importante de
aspectos esenciales del
órgano que se queja.
Curiosamente, en muchas y diferentes
partes del mundo ya ha surgi-
do una espectacularreacciónde defensa
a la invasión indiscriminadaY
grotesca de amenazas y ofrecimientos
de protección, que hacen más vul-
nerable y desamparado a nuestro
cuerpo.
Grandes descubrimientos llegaron
a probar la estrecha relación que
existe entre el pensamiento y el
funcionamiento de nuestro cuerpo. Se des-

pág.40
El organismo que somos

cubrió que teníamos un maravilloso sistema inmunológico que nos defien-


de de todo (menos de nosotros mismos). Se descubrió que la identidad de
nuestros órganos los hace intercambiables.
Y se ha procuradomantenertodo este maravillosoconocimiento
entre cuatro paredes, usándolo para inventar más y más tecnología médi-
ca "protectora" (y enriquecedora de sus dueños),y más medicamentos que
mejorarían posibles enfermedades.
Mientras tanto, el más importante de los atributos de los cuales ha
sido dotado el hombre,el conocimiento de su propia estructura, se le ha veni-
do negando.
Cualquiera puede manipular su personalidad,aceptar desafíos y
exigirse rendimientos extremos,cualquiera aspira a poder transformar-
se en lo que desea, pero ignora los límites y posibilidades de su propio
organismo.
No se entienden los más simples mensajes del propio cuerpo y se lo
entrega para su reparación a un médico,que ha sido educado para sanar y
que tiene presente todo lo que se ha descubierto para reparar esta valiosa
máquina. Alguien que puede quererlo mucho, admirarlo, desear ferviente-
mente que se recupere lo más pronto posible, y que sabe calmar el dolor y
sabe que, tal vez un esfuerzo más es posible,sin riesgos: un partido de
tenis o de fútbol. Maravillosas drogas que quitan el dolor. Pero nada sobre
el mensaje que ese cuerpo está dando a través de sus síntomas.
Entregar a las personas el conocimiento de su organismo, enseñarles
a confiar en él, es la primera deuda con este cuerpo que se ha estudiado
tanto y que ha enriquecido a tantos en nombre de su curación.
Nosotros hemos ideado múltiples modos de enseñar a conocer las
diferentes funciones de nuestro cuerpo. Obras de teatro. Descripciones
teatralizadas. Encuentro de órganos además de mediante los documentos
que vienen a continuación y que hemos llamado "Fichas de aspectos ana-
tómicos y fisiológicos de los órganos".

pág. 41

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